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ROBERT JUAN-CANTAVELLA
Nacido en Almazora en 1976, fue jefe de redacción de la revista
cultural Lateral y actualmente publica sus críticas literarias en el
suplemento Tendències, de El Mundo. Además de su
participación en múltiples antologías y de sus numerosas
traducciones, ha publicado un libro de relatos, Proust Fiction, así
como dos novelas en Mondadori, El Dorado y Asesino Cósmico,
que lo han consolidado como uno de los autores más peculiares
del panorama español.
LAURA FERNÁNDEZ
Periodista literaria en el diario El Mundo, esta escritora
nacida en Terrassa en 1981 es también una de las voces
más frescas de la nueva narrativa española y quizás la que
más se adecue a la siempre elástica etiqueta de narrativa
pop. Sus dos últimas novelas, Wendolyn Kramer y La chica
zombie, de reciente aparición, han sido editadas por Seix
Barral.
JUNOT DÍAZ
Nacido en Santo Domingo en 1968, este novelista
dominicano mezcla en sus novelas en lengua inglesa sus
raíces (y sus influencias, de la cultura de Serie B y el cómic a
los libros pedidos en préstamo en las bibliotecas públicas)
con su destino actual como escritor reputado residente en
Estados Unidos. Diez años después de su primer libro de
relatos, saltó a la fama con La maravillosa vida breve de
Óscar Wao (publicada en 2007 y traducida al castellano por
Mondadori), que le valió el Premio Pulitzer. Acaba de publicar su segundo volumen de
cuentos, This Is How You Lose Her, de inminente aparición en las librerías españolas.
DONALD RAY POLLOCK
El autor de Knockemstiff, Ohio (EE.UU.), nació en 1954 y
trabajó hasta los cincuenta en una fábrica de papel. Este
working class hero abandonó entonces el trabajo manual
para dedicarse a la escritura, y desde entonces ha publicado
los libros Knockemstiff y El diablo todo el tiempo, ambos
para Empúries/Libros del Silencio. Continuador de la
tradición sureña de Harry Crews y la narrativa callejera, dura
y humana de Nelson Algren, Pollock describe en su obra el
mundo de los no-salvados, los delincuentes, los perdidos y los dejados de la mano de Dios.
Y los sitúa en Ohio, el (según sus palabras) «único lugar que conozco realmente bien».
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