19.05.2013 Views

Pasión argentina - Juan Carlos Ferrigno, Art in Motion

Pasión argentina - Juan Carlos Ferrigno, Art in Motion

Pasión argentina - Juan Carlos Ferrigno, Art in Motion

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Entrevista | <strong>Juan</strong> <strong>Carlos</strong> <strong>Ferrigno</strong>. P<strong>in</strong>tor.<br />

dudé hasta el último momento, pues pensaba que se<br />

burlarían de mi. Allí conocí a Jorge García que es quien<br />

me enseñó todo, uno de los tres del estudio Bergandi y<br />

Cademartori S.A. Dijeron que para no haber estudiado<br />

les gustaba por las proporciones y los volúmenes. Me<br />

propusieron que aprendiera a p<strong>in</strong>tar con p<strong>in</strong>celes. Me<br />

regalaron un juego de p<strong>in</strong>celes para que practicara<br />

en casa. Cuando tenía algo decente los iba a ver y<br />

se lo presentaba. Entonces me corregían los errores,<br />

mandándome deberes y así. No tenía habitación pro-<br />

pia así que p<strong>in</strong>taba en la mesa del comedor.<br />

¿Cómo empezó tu carrera profesional?<br />

Un día necesitaron a alguien que les ayudara en un<br />

trabajo con Letraset. Poco a poco fui haciendo más<br />

trabajitos para ellos como ayudante en el estudio.<br />

Entonces trabajaba vendiendo cacerolas; un equipo<br />

de coc<strong>in</strong>a haciendo demostraciones en las casas.<br />

Bergandi me contrató pagándome el doble que en mi<br />

anterior trabajo y lo acepté con los ojos cerrados. Me<br />

pasaron un montón de secretillos, aprendí todo. Con el<br />

tiempo dos de los tres se fueron a Estados Unidos con<br />

lo que me quedé con Jorge. En 1979, cuando tenía 19<br />

años me encargaron mi primer trabajo solo, una viñeta<br />

para el Gran Premio de Francia de ese año, s<strong>in</strong> tener<br />

apoyo alguno. Cada día además del trabajo practicaba<br />

en casa para mejorar todavía más. Hacíamos unos<br />

perfiles de coches de F1 perfectos s<strong>in</strong> aerógrafo, pues<br />

no teníamos d<strong>in</strong>ero para uno. Me encargaron uno del<br />

Williams de Reuterman, para mi estaba bien, pero<br />

cuando lo vio Bergandi empezó a ver pequeños fallos<br />

aquí y allá y me dijo que la mejor solución era romp-<br />

erlo en dos, cosa que hizo. Casi me muero. Me lo tomé<br />

mal. Pero en realidad me di cuenta que el tipo lo hizo<br />

porque no pasaba nada, sólo era un dibujo. Un cacho<br />

cartón p<strong>in</strong>tado. Una demostración que a veces cuesta<br />

46 · Clásicos Exclusivos<br />

más arreglar una cosa que hacerla de nuevo otra vez.<br />

Esto también me ayudó a asimilar que me tenía que<br />

desprender de lo que p<strong>in</strong>taba.<br />

¿Cuáles son tus mejores recuerdos en Argent<strong>in</strong>a?<br />

Jugar a la pelota en la calle. Jugué mucho de muy<br />

pequeño. También me encantaba estar potreando<br />

todos los f<strong>in</strong>es de semana, yendo de acá para allá con<br />

mis amigos. Siempre hice los deberes, de chiquito<br />

era el abanderado del colegio, el crío que en séptimo<br />

grado tenía las mejores notas de todo el grupo. Apre-<br />

ndes a estar solo en la calle, s<strong>in</strong> que te cuide tu mamá,<br />

aprendes a cuidarte solo. Lo pasé bien de crío. Íbamos<br />

al club de Argent<strong>in</strong>os Juniors, allí jugaba Dieguito.<br />

Con 10 años, él ya jugaba con el equipo. Entonces<br />

ya era de otro planeta, pero lo era gracias a que se<br />

dedicaba como n<strong>in</strong>gún otro. Después de cada partido<br />

se quedaba practicando faltas con el portero y una<br />

barrera de muñecos de madera. Si no hubiera sido<br />

por los millones de falta que tiró a esa edad, mientras<br />

los otros niños estaban ya en casa con sus mamás, él<br />

seguro que no hubiera llegado donde llegó. Nadie le<br />

regaló nada, se lo curró.<br />

Y de grande las coladas en el Autódromo. Teníamos<br />

controlados todos los agujeros. Hay una parte que<br />

por un lado da a una avenida más o menos civilizada,<br />

mientras que por la parte de atrás no iba ni Dios. Como<br />

no éramos los únicos que nos colábamos, había unos<br />

mayores que con p<strong>in</strong>zas cortaban las vallas, nosotros<br />

íbamos detrás. El secreto era llegar antes del personal<br />

que había contratado para vigilar con lo que más de<br />

una vez nos colábamos de noche en pleno <strong>in</strong>vierno,<br />

¡con el frío que hacía! Era como una aventura con los<br />

amiguetes.<br />

¿Por qué v<strong>in</strong>iste a España?<br />

La dura <strong>in</strong>flación que había entonces me llevó a cam-<br />

biar de país. Una vez, llamé a una casa de lám<strong>in</strong>as e hice<br />

un encargo antes de comer, como no me daba tiempo<br />

pedí que me las reservaran para esa misma tarde. La<br />

señora de la tienda me respondió que no me podía<br />

mantener el precio pues a lo mejor habría cambiado.<br />

¡En dos horas el precio de unas lám<strong>in</strong>as de dibujo<br />

podía haber cambiado! Por ejemplo, si un paquete<br />

de tabaco el lunes costaba 100, el miércoles podía<br />

estar en 150 y el viernes 200. Eso sí, mi sueldo seguía<br />

siendo el mismo. Era una situación <strong>in</strong>sostenible. Otro<br />

recuerdo bastante duro era el de viajar colgado del<br />

autobús. Como el servicio de transportes era nefasto<br />

los autobuses viajaban llenos, como si fueran latas<br />

de sard<strong>in</strong>as, hasta el punto que tenías que montarte<br />

colgado de la parte trasera, fuera del propio autobús.<br />

Algo surrealista. Era aquello o volvías a casa andando.<br />

Un día que llovía y viajaba así le empecé a dar vueltas<br />

a la cabeza que tenía que marchar de allí que seguro<br />

habría un sitio mejor que ese.<br />

¿Qué tal tus <strong>in</strong>icios en nuestro país?<br />

El artista posa junto a una de sus últimas obras. No es un coche de carreras tradicional, es una de las naves de<br />

carreras que aparecen en la saga Star Wars. ¿Adiv<strong>in</strong>an quien compró este cuadro? El mismísimo George Lucas,<br />

el c<strong>in</strong>easta que creó Star Wars.<br />

Una amiga mía, Gabriela, que trabajaba con nosotros<br />

en Argent<strong>in</strong>a se había casado con un español y se fue a<br />

vivir a Ibiza. Aunque mi primera idea era establecerme<br />

solo en Barcelona, al surgir esto en 1988, opté por ir<br />

con ellos para no estar completamente perdido. Tras<br />

ocho meses de <strong>in</strong>tenso trabajo en Ibiza, un compañero<br />

de trabajo nos la jugó a los dos dejándonos s<strong>in</strong> nada<br />

de todo lo que habíamos logrado. Así me encontré<br />

con 25.000 pesestas y nada que hacer allí. Decidí irme<br />

a Barcelona a probar suerte, pero tal era el bajón que<br />

tenía que estuve a punto de regresar. De no ser por un<br />

taxista que se me acercó para preguntarme si quería<br />

que me llevara hoy, quizás, estaría en Argent<strong>in</strong>a. Le<br />

conté lo que me había pasado y me llevó por todos ho-<br />

teles pequeños de Barcelona hasta que me encontró<br />

una habitación. Al día siguiente lo empecé a ver todo<br />

menos negro y probé suerte en Solo Moto. Unos días<br />

después me contrataron en Imagen y Comunicación,<br />

un estudio de diseño gráfico e ilustración que estaba<br />

por la zona de Vallcarca. Allí conocí a la Negra, la que<br />

hoy sigue siendo mi actual mujer. Héctor Cademartori<br />

me había preparado una carta de recomendación para<br />

“Mi primera exposición fue en Mónaco, en 1997 donde<br />

vendí 8 de los 15 cuadros que llevé. Después v<strong>in</strong>o lo del<br />

Paddock Club para p<strong>in</strong>tar en los GP de Fórmula 1.”<br />

Clásicos Exclusivos · 47

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!