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El Experto<br />
entorno y la solución a todo ello.<br />
Destacó la importancia de dar<br />
comprensión y ánimos al niño,<br />
potenciar su abanico de posibilidades,<br />
y subrayó: “El hombre<br />
no es una harmonía establecida,<br />
somos una unidad resultante de<br />
todo ese lío, lo que me parece<br />
educativamente optimista. El<br />
niño crea su propia personalidad,<br />
la desarrolla, y cultivar sólo<br />
uno de nuestros potenciales es<br />
un error”. Para del Pozo, uno de<br />
los peligros de la sociedad es la<br />
rapidez con la que vivimos, lo<br />
que nos lleva al individualismo,<br />
a “una feroz competencia que<br />
nos vuelve peores como personas”.<br />
Como solución, propuso<br />
cuidar los cuatro únicos elementos<br />
fijos que posee el humano:<br />
la capacidad moral, ética, social<br />
y estética. Recordando siempre<br />
su carácter positivo: “generar<br />
bondad es generar sociabilidad.<br />
Complejidad, sí, pero no negatividad”.<br />
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Para explicar la situación de la educación actual, José María del<br />
Pozo narró la historia de Penélope, mujer de Ulises, que esperaba<br />
paciente la llegada de su marido mientras tejía. Sus admiradores,<br />
deseosos de casarse con ella, le preguntaban cuándo sabrían quién<br />
contraería matrimonio con ella en ausencia de su marido. Penélope<br />
siempre contestaba lo mismo: “cuando acabe el tapiz que estoy<br />
tejiendo”. Pero lo que sus pretendientes no sabían era que tejía<br />
de día y destejía de noche, para no acabarlo nunca. Para del Pozo,<br />
la escuela padece este síndrome, porque a menudo “los valores<br />
que se montan en casa se desmontan en la escuela, y los que se<br />
montan en la escuela se desmontan en casa”.