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Hora Santa 2007. - franciscanos de la tercera orden regular

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<strong>Hora</strong> <strong>Santa</strong>. Franciscanos TOR Acorta <strong>la</strong> distancia.<br />

<strong>Hora</strong> <strong>Santa</strong> <strong>2007.</strong><br />

(Pastoral Juvenil Vocacional Franciscanos TOR).<br />

Muchas p<strong>la</strong>ntas en el lugar don<strong>de</strong> se va a realizar <strong>la</strong> oración. Iluminadas suficientemente para<br />

dar <strong>la</strong> sensación <strong>de</strong> huerto. Música clásica o gregoriana <strong>de</strong> fondo.<br />

Monitor: Estamos en Jueves Santo. La noche que antece<strong>de</strong> a <strong>la</strong> Pasión <strong>de</strong> Jesús. Vamos a<br />

entrar en el huerto <strong>de</strong> los olivos como los discípulos. Para ello es necesaria <strong>la</strong> concentración,<br />

pensar que estamos allí y pedirle al Espíritu que nos haga sentir lo que sintió el Señor.<br />

Lo hizo por nosotros; por ti y por mí. Por eso, entra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> tu ser y tu historia y déjate<br />

llevar. Pon tus angustias y penas sobre sus manos para orar como Él aquel<strong>la</strong> fatídica noche.<br />

Lectura Marcos 14, 32-42.<br />

Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo<br />

hago oración.» Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les<br />

dice: «Mi alma está triste hasta el punto <strong>de</strong> morir; quedaos aquí y ve<strong>la</strong>d.» Y a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntándose un poco,<br />

caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara <strong>de</strong> él aquel<strong>la</strong> hora. Y <strong>de</strong>cía: «¡Abbá, Padre!; todo es<br />

posible para ti; aparta <strong>de</strong> mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.» Viene<br />

entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido<br />

ve<strong>la</strong>r? Ve<strong>la</strong>d y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero <strong>la</strong> carne es<br />

débil.» Y alejándose <strong>de</strong> nuevo, oró diciendo <strong>la</strong>s mismas pa<strong>la</strong>bras. Volvió otra vez y los encontró<br />

dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle. Viene por <strong>tercera</strong> vez y les<br />

dice: «Ahora ya podéis dormir y <strong>de</strong>scansar. Basta ya. Llegó <strong>la</strong> hora. Mirad que el Hijo <strong>de</strong>l hombre va<br />

a ser entregado en manos <strong>de</strong> los pecadores. ¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar<br />

está cerca.»<br />

Jesús había ido mil veces a orar a aquel “<strong>la</strong>gar <strong>de</strong>l aceite” (Get-semaní). Pero aquel<strong>la</strong> noche<br />

él iba a caer por tierra como <strong>la</strong> aceituna para ser cosechado y triturado. Por eso no aguanta<br />

<strong>de</strong> pie. Él es, en ese momento, el Siervo ante el Señor, reconociendo <strong>la</strong> distancia que le<br />

separa <strong>de</strong> soberanía <strong>de</strong> Dios y, al mismo tiempo, el Hijo que le nombra como “Padre mío”.<br />

No está allí <strong>de</strong> forma pasiva, sino activa y esforzada. Por eso brota <strong>de</strong> Él un sudor propio <strong>de</strong>l<br />

que está realizando con ahínco una tarea importante. Es el esfuerzo por <strong>la</strong> salvación y por su<br />

seguimiento. Por eso se esfuerza en orar. Orar a Dios pidiéndole que nos aparte <strong>de</strong> una<br />

prueba, sea <strong>la</strong> que sea, mientras sometemos nuestra voluntad humana a <strong>la</strong> suya, divina. A<br />

nosotros nos suce<strong>de</strong>rá lo que a Él; que no obtuvo lo que pedía, pero <strong>de</strong> hecho fue escuchado<br />

en un or<strong>de</strong>n superior, pues, aun pediendo <strong>la</strong> vida física y mortal, obtiene <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra vida,<br />

<strong>la</strong> inmortal.<br />

Dios no pue<strong>de</strong> querer <strong>la</strong> muerte por que es Señor <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida; pero sí busca <strong>la</strong> fi<strong>de</strong>lidad a Él y<br />

<strong>la</strong> solidaridad con los pecadores, con los enfermos, los excluidos, con todos los que viven en<br />

situación <strong>de</strong> muerte. O sea, que en esa oración <strong>de</strong> Jesús en Getsemaní entramos en contacto<br />

con <strong>la</strong>s zonas más profundas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Pasión, <strong>la</strong> <strong>de</strong> Cristo y <strong>la</strong> <strong>de</strong>l mundo. Es como si Jesús<br />

hubiera querido i<strong>de</strong>ntificarse con el pecador que siente <strong>la</strong> angustiosa situación <strong>de</strong> los<br />

separados <strong>de</strong> Dios por el pecado. ¿Qué valor tiene todo eso hoy cuando ninguno tenemos<br />

sensación <strong>de</strong> pecar?<br />

Todo lo que le ocurre a Jesús en esa hora resulta escandaloso, al Hijo <strong>de</strong> Dios. Y lo<br />

escandaloso, y al mismo tiempo ejemp<strong>la</strong>r para los discípulos. Así, Jesús participa en nuestro<br />

<strong>de</strong>stino, y con su perseverancia continua en nuestro corazón <strong>la</strong> lucha <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong> noche.<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 1


<strong>Hora</strong> <strong>Santa</strong>. Franciscanos TOR Acorta <strong>la</strong> distancia.<br />

1. Hacerse consciente.<br />

Monitor: Cuando recibimos un golpe en <strong>la</strong> vida necesitamos tiempo para asumirlo. Jesús,<br />

aquel<strong>la</strong> noche, mientras ponía en or<strong>de</strong>n sus sentimientos fue recorriendo los momentos que<br />

anunciaban lo que le iba a ocurrir. Momentos <strong>de</strong> gracia y <strong>de</strong> cruz. Momentos fugaces en los<br />

que se intuía <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia. Pero sólo ahora se hacen trasparentes.<br />

Símbolo: Luz sobre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas.<br />

La Transfiguración (Marcos 9, 2-9).<br />

Seis días <strong>de</strong>spués, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un<br />

monte alto. Y se transfiguró <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> ellos, y sus vestidos se volvieron resp<strong>la</strong>n<strong>de</strong>cientes, muy<br />

b<strong>la</strong>ncos, tanto que ningún batanero en <strong>la</strong> tierra sería capaz <strong>de</strong> b<strong>la</strong>nquearlos <strong>de</strong> ese modo. Se les<br />

aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. Toma <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí,<br />

bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»; -<br />

pues no sabía qué respon<strong>de</strong>r ya que estaban atemorizados -. Entonces se formó una nube que les<br />

cubrió con su sombra, y vino una voz <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» Y <strong>de</strong><br />

pronto, mirando en <strong>de</strong>rredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. Y cuando bajaban<br />

<strong>de</strong>l monte les or<strong>de</strong>nó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo <strong>de</strong>l hombre<br />

resucitara <strong>de</strong> entre los muertos.<br />

En el Tabor, Jesús elige a los tres mismos discípulos que en <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> Getsemaní. Los elige<br />

para a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntarse con Él. Y en ambas situaciones “no saben qué respon<strong>de</strong>r”. El evangelista<br />

<strong>de</strong>ja c<strong>la</strong>ro que Jesús, como Hijo <strong>de</strong> Dios y animado por el Espíritu, vencerá a ese mal que<br />

atenaza y adormece a los discípulos. Sus amigos co<strong>la</strong>boran inconscientemente a que Jesús sea<br />

entregado “en manos <strong>de</strong> los hombres”.<br />

Jesús sabe que le <strong>de</strong>jarán sólo. Sin embargo, en el Tabor se oyó una voz… ahora el silencio.<br />

Por eso Jesús, que se sintió glorificado ahora se siente hundido. Antes divino, esta noche<br />

humano. Son necesarias ambas realida<strong>de</strong>s para po<strong>de</strong>r recordar <strong>la</strong> gloria en medio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

muerte.<br />

Los sacerdotes <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n acabar con él (Mateo 26, 1-14).<br />

Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos: «Ya sabéis que <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> dos días es <strong>la</strong> Pascua; y el Hijo <strong>de</strong>l hombre va a ser entregado para ser crucificado.» Entonces los<br />

sumos sacerdotes y los ancianos <strong>de</strong>l pueblo se reunieron en el pa<strong>la</strong>cio <strong>de</strong>l Sumo Sacerdote, l<strong>la</strong>mado<br />

Caifás; y resolvieron pren<strong>de</strong>r a Jesús con engaño y darle muerte. Decían sin embargo: «Durante <strong>la</strong><br />

fiesta no, para que no haya alboroto en el pueblo.» Hallándose Jesús en Betania, en casa <strong>de</strong> Simón el<br />

leproso, se acercó a él una mujer que traía un frasco <strong>de</strong> a<strong>la</strong>bastro, con perfume muy caro, y lo<br />

<strong>de</strong>rramó sobre su cabeza mientras estaba a <strong>la</strong> mesa. Al ver esto los discípulos se indignaron y dijeron:<br />

«¿Para qué este <strong>de</strong>spilfarro? Se podía haber vendido a buen precio y habérselo dado a los pobres.»<br />

Mas Jesús, dándose cuenta, les dijo: «¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una "obra buena" ha<br />

hecho conmigo. Porque pobres tendréis siempre con vosotros, pero a mí no me tendréis siempre. Y<br />

al <strong>de</strong>rramar el<strong>la</strong> este ungüento sobre mi cuerpo, en vista <strong>de</strong> mi sepultura lo ha hecho. Yo os aseguro:<br />

don<strong>de</strong>quiera que se proc<strong>la</strong>me esta Buena Nueva, en el mundo entero, se hab<strong>la</strong>rá también <strong>de</strong> lo que<br />

ésta ha hecho para memoria suya.» Entonces uno <strong>de</strong> los Doce, l<strong>la</strong>mado Judas Iscariote, fue don<strong>de</strong> los<br />

sumos sacerdotes,<br />

Todos eran conscientes <strong>de</strong> los celos que <strong>la</strong> predicación <strong>de</strong> Jesús causaba en los sacerdotes y<br />

levitas, en los fariseos y escribas. La gente le seguía y escuchaba con atención sus parábo<strong>la</strong>s y<br />

arengas. Era peligroso. Y más porque Jesús no quería formar parte <strong>de</strong> ellos. Era un <strong>la</strong>ico que<br />

no había estudiado y sin embargo embaucaba a <strong>la</strong>s gentes. No hab<strong>la</strong>ba mal <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ley ni<br />

pedía levantarse contra Roma, pero les criticaba a ellos por beneficiarse <strong>de</strong> su cargo.<br />

Sabían que subiría a Jerusalén como todo buen judío para celebrar <strong>la</strong> Pascua, lo había hecho<br />

dos años más junto a ese grupo <strong>de</strong> galileos y mujeres que le al<strong>la</strong>naban el camino. No era un<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 2


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secreto que querían apresar a Jesús para examinarle por su doctrina. Lo habían intentado<br />

multitud <strong>de</strong> veces, pero no lo habían conseguido porque estaba arropado por mucha gente y<br />

no querían un escándalo. Pero esta noche estaba en Jerusalén. Lo sabían por uno <strong>de</strong> sus<br />

discípulos. Lo acorra<strong>la</strong>rían en el huerto <strong>de</strong> Getsemaní, que esa noche, por <strong>la</strong> gran cantidad <strong>de</strong><br />

gente formaba parte <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciudad para po<strong>de</strong>r celebrar <strong>la</strong> Pascua judía.<br />

La Unción <strong>de</strong> Betania. Marcos 14, 1-9.<br />

Estando él en Betania, en casa <strong>de</strong> Simón el leproso, recostado a <strong>la</strong> mesa, vino una mujer que traía un<br />

frasco <strong>de</strong> a<strong>la</strong>bastro con perfume puro <strong>de</strong> nardo, <strong>de</strong> mucho precio; quebró el frasco y lo <strong>de</strong>rramó<br />

sobre su cabeza. Había algunos que se <strong>de</strong>cían entre sí indignados: «¿Para qué este <strong>de</strong>spilfarro <strong>de</strong><br />

perfume? Se podía haber vendido este perfume por más <strong>de</strong> trescientos <strong>de</strong>narios y habérselo dado a<br />

los pobres.» Y refunfuñaban contra el<strong>la</strong>. Mas Jesús dijo: «Dejad<strong>la</strong>. ¿Por qué <strong>la</strong> molestáis? Ha hecho<br />

una obra buena en mí. Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando<br />

queráis; pero a mí no me tendréis siempre. Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a<br />

embalsamar mi cuerpo para <strong>la</strong> sepultura. Yo os aseguro: don<strong>de</strong>quiera que se proc<strong>la</strong>me <strong>la</strong> Buena<br />

Nueva, en el mundo entero, se hab<strong>la</strong>rá también <strong>de</strong> lo que ésta ha hecho para memoria suya.»<br />

Jesús anticipa su unción final en el sepulcro. Los discípulos no se enteran, sus criterios son<br />

económicos y morales. No compren<strong>de</strong>n para qué suben ese año a Jerusalén. Se enfrentan a<br />

<strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> Jesús y a <strong>la</strong> dispersión <strong>de</strong>l grupo. Dispersos porque no compren<strong>de</strong>n ni quieren.<br />

Si no se paran a pensar en los momentos buenos y <strong>de</strong> sosiego no lo van a hacer en <strong>la</strong><br />

persecución.<br />

Canto:<br />

Quien se abandona en Dios<br />

recobra <strong>la</strong> paz<br />

profunda que el mundo<br />

no pue<strong>de</strong> dar (bis).<br />

Abandónate,<br />

Abandónate a Dios (bis).<br />

Recobra <strong>la</strong> paz,<br />

recobra <strong>la</strong> paz<br />

profunda que el mundo<br />

no pue<strong>de</strong> dar.<br />

2. Anticipar <strong>la</strong> Pasión.<br />

Monitor: Pero <strong>la</strong> angustia es libre. Y ahoga cuando quiere. Y es en huerto, frente a <strong>la</strong><br />

oscuridad don<strong>de</strong> los problemas acaecidos esa tar<strong>de</strong> envuelven a Jesús en tristeza y<br />

<strong>de</strong>sesperanza. La traición <strong>de</strong>l amigo, <strong>la</strong> cara <strong>de</strong> circunstancias <strong>de</strong>l que le va a negar y <strong>la</strong><br />

postura <strong>de</strong>l resto que no se entera <strong>de</strong> nada. Y ahí está, dándole vueltas a un dolor producido<br />

por los hermanos.<br />

Símbolo: Una cruz se levanta entre <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas.<br />

Anuncio <strong>de</strong> Traición (Mateo 14, 16. Lucas 22, 2-26).<br />

Entonces uno <strong>de</strong> los Doce, l<strong>la</strong>mado Judas Iscariote, fue don<strong>de</strong> los sumos sacerdotes, y les<br />

dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas <strong>de</strong><br />

p<strong>la</strong>ta. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle.<br />

Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo hacerle <strong>de</strong>saparecer, pues temían al<br />

pueblo. Entonces Satanás entró en Judas, l<strong>la</strong>mado Iscariote, que era <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> los Doce;<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 3


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y se fue a tratar con los sumos sacerdotes y los jefes <strong>de</strong> <strong>la</strong> guardia <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> entregárselo.<br />

Ellos se alegraron y quedaron con él en darle dinero. El aceptó y andaba buscando una<br />

oportunidad para entregarle sin que <strong>la</strong> gente lo advirtiera. «Pero <strong>la</strong> mano <strong>de</strong>l que me entrega<br />

está aquí conmigo sobre <strong>la</strong> mesa. Porque el Hijo <strong>de</strong>l hombre se marcha según está<br />

<strong>de</strong>terminado. Pero, ¡ay <strong>de</strong> aquel por quien es entregado!» Entonces se pusieron a discutir<br />

entre sí quién <strong>de</strong> ellos sería el que iba a hacer aquello. Entre ellos hubo también un altercado<br />

sobre quién <strong>de</strong> ellos parecía ser el mayor. El les dijo: «Los reyes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s naciones <strong>la</strong>s dominan<br />

como señores absolutos, y los que ejercen el po<strong>de</strong>r sobre el<strong>la</strong>s se hacen l<strong>la</strong>mar Bienhechores;<br />

pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que<br />

gobierna como el que sirve.<br />

Música: Traición <strong>de</strong> Judas (Jesucristo Superstar).<br />

Anuncio <strong>de</strong> <strong>la</strong> Negación (Marcos 14, 26-31. 54. 67-72).<br />

Y cantados los himnos, salieron hacia el monte <strong>de</strong> los Olivos. Jesús les dice: «Todos os vais a<br />

escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán <strong>la</strong>s ovejas. Pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

mi resurrección, iré <strong>de</strong><strong>la</strong>nte <strong>de</strong> vosotros a Galilea.» Pedro le dijo: «Aunque todos se<br />

escandalicen, yo no.» Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo<br />

cante dos veces, tú me habrás negado tres.» Pero él insistía: «Aunque tenga que morir<br />

contigo, yo no te negaré.» Lo mismo <strong>de</strong>cían también todos.<br />

También Pedro le siguió <strong>de</strong> lejos, hasta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l pa<strong>la</strong>cio <strong>de</strong>l Sumo Sacerdote, y estaba<br />

sentado con los criados, calentándose al fuego. 66 Estando Pedro abajo en el patio, llega una<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong>s criadas <strong>de</strong>l Sumo Sacerdote… y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le<br />

dice: «También tú estabas con Jesús <strong>de</strong> Nazaret.» Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué<br />

dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo. Le vio <strong>la</strong> criada y otra vez se puso a <strong>de</strong>cir a<br />

los que estaban allí: «Este es uno <strong>de</strong> ellos.» Pero él lo negaba <strong>de</strong> nuevo. Poco <strong>de</strong>spués, los<br />

que estaban allí volvieron a <strong>de</strong>cir a Pedro: «Ciertamente eres <strong>de</strong> ellos pues a<strong>de</strong>más eres<br />

galileo.» Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre <strong>de</strong><br />

quien habláis!» Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le<br />

había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a<br />

llorar.<br />

Todos sentados alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l fuego que lentamente se va consumiendo y convirtiéndose en<br />

ceniza <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> cual queda un rescoldo es símbolo <strong>de</strong>l mismo Pedro. El fuego ardoroso <strong>de</strong><br />

Pedro se fue convirtiendo en ceniza cuanto más se alejaba <strong>de</strong> Jesús, hasta que estalló en unas<br />

negaciones con juramento; el fuego que volvió a brotar en sus juramentos era muy distinto<br />

<strong>de</strong>l rescoldo que quedaba en su corazón. Por eso rompió a llorar.<br />

La Última Cena (Marcos 14, 17-25).<br />

Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomad,<br />

este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas <strong>la</strong>s gracias, se <strong>la</strong> dio, y bebieron todos <strong>de</strong><br />

el<strong>la</strong>. Y les dijo: «Esta es mi sangre <strong>de</strong> <strong>la</strong> Alianza, que es <strong>de</strong>rramada por muchos. Yo os aseguro<br />

que ya no beberé <strong>de</strong>l producto <strong>de</strong> <strong>la</strong> vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino <strong>de</strong><br />

Dios.» Y cantados los himnos, salieron hacia el monte <strong>de</strong> los Olivos.<br />

Los himnos <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> <strong>la</strong> cena se correspon<strong>de</strong>n a <strong>la</strong> tradición bíblica <strong>de</strong> preparar a un<br />

personaje con el cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino. Tanto en <strong>la</strong> cena como en Getsemaní comienza<br />

reconociendo que ha llegado <strong>la</strong> hora tantas veces anunciada, pero que hoy se hace presente.<br />

Y se hace <strong>la</strong> primera entrega. La sacramental. La que le <strong>de</strong>ja entre nosotros como pan y<br />

como vino. La interpretación <strong>de</strong> ese Cuerpo que será machacado al día siguiente por<br />

nosotros y esa sangre que se <strong>de</strong>rramará en <strong>la</strong> cruz.<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 4


<strong>Hora</strong> <strong>Santa</strong>. Franciscanos TOR Acorta <strong>la</strong> distancia.<br />

Canto:<br />

Toma mi vida, toma mi ser<br />

haz un diamante <strong>de</strong> mi corazón.<br />

Toma mis manos, toma mi voz,<br />

haz <strong>de</strong> mi canto una oración (bis).<br />

Tómalo todo en mi ser,<br />

llénalo todo con tu amor,<br />

que tu vida sea mi vida<br />

y mi fuente <strong>de</strong> salvación (bis).<br />

3. Aceptar el Cáliz.<br />

Monitor: Pero es <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> aceptar lo que sobreviene. Jesús se imagina <strong>la</strong>s consecuencias <strong>de</strong><br />

todo esto. No sabe el modo en que suce<strong>de</strong>rá pero sí que va a ser con sufrimiento. Se imagina<br />

miles <strong>de</strong> formas, caras <strong>de</strong> ira, puñetazos, críticas, prisión… como le ocurrió a Juan el Bautista.<br />

El no saber crea más intriga y <strong>de</strong>sazón. ¿Cómo aceptar algo sin conocerlo a fondo?<br />

Símbolo: Un cáliz se pone en lugar visible.<br />

Música: Getsemaní (Jesucristo Superstar).<br />

Jesús se sumerge sólo en <strong>la</strong> Pasión (Marcos 14, 43-52).<br />

Entonces, Judas Iscariote, uno <strong>de</strong> los Doce, se fue don<strong>de</strong> los sumos sacerdotes para<br />

entregárselo. Al oírlo ellos, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él andaba buscando<br />

cómo le entregaría en momento oportuno (Mc 14, 10-11)<br />

Todavía estaba hab<strong>la</strong>ndo, cuando <strong>de</strong> pronto se presenta Judas, uno <strong>de</strong> los Doce,<br />

acompañado <strong>de</strong> un grupo con espadas y palos, <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los sumos sacerdotes, <strong>de</strong> los<br />

escribas y <strong>de</strong> los ancianos. El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a<br />

quien yo dé un beso, ése es, pren<strong>de</strong>dle y llevadle con caute<strong>la</strong>.» Nada más llegar, se acerca a<br />

él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso. Ellos le echaron mano y le prendieron. Uno <strong>de</strong> los<br />

presentes, sacando <strong>la</strong> espada, hirió al siervo <strong>de</strong>l Sumo Sacerdote, y le llevó <strong>la</strong> oreja. Y<br />

tomando <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador habéis salido a pren<strong>de</strong>rme<br />

con espadas y palos? Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y no<br />

me <strong>de</strong>tuvisteis. Pero es para que se cump<strong>la</strong>n <strong>la</strong>s Escrituras.» Y abandonándole huyeron todos.<br />

La actitud <strong>de</strong> Judas fue odiosa. Tanto más que el beso escogido como contraseña, fue <strong>la</strong><br />

reunión previa, que pudo ser inmediatamente antes, en <strong>la</strong> que se acordaron <strong>la</strong>s cosas tal y<br />

como suce<strong>de</strong>rían. La traición no fue fruto <strong>de</strong> un impulso, sino bien premeditada.<br />

Los evangelios nos advierten <strong>de</strong>l paralelismo que se establece entre Judas y tantos <strong>de</strong><br />

nosotros; como si cada uno fuéramos a ser tratados según <strong>la</strong> medida <strong>de</strong> <strong>de</strong> nuestras<br />

traiciones.<br />

La soledad <strong>de</strong> Jesús es tan gran<strong>de</strong> que apenas po<strong>de</strong>mos atrevernos a hacer reproches a los<br />

apóstoles… ¡Cuán profunda ha <strong>de</strong> ser <strong>la</strong> soledad <strong>de</strong> Jesús, puesto que <strong>la</strong> única reacción <strong>de</strong><br />

los discípulos es <strong>la</strong> indiferencia y el sueño?<br />

Jesús se entrega (Juan 18, 4-12).<br />

Jesús, que sabía todo lo que le iba a suce<strong>de</strong>r, se a<strong>de</strong><strong>la</strong>nta y les pregunta: «¿A quién buscáis?»<br />

Le contestaron: «A Jesús el Nazareno.» Díceles: «Yo soy.» Judas, el que le entregaba, estaba<br />

también con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó<br />

<strong>de</strong> nuevo: «¿A quién buscáis?» Le contestaron: «A Jesús el Nazareno». Respondió Jesús: «Ya os<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 5


<strong>Hora</strong> <strong>Santa</strong>. Franciscanos TOR Acorta <strong>la</strong> distancia.<br />

he dicho que yo soy; así que si me buscáis a mí, <strong>de</strong>jad marchar a éstos.» Así se cumpliría lo<br />

que había dicho: «De los que me has dado, no he perdido a ninguno.» Entonces Simón<br />

Pedro, que llevaba una espada, <strong>la</strong> sacó e hirió al siervo <strong>de</strong>l Sumo Sacerdote, y le cortó <strong>la</strong><br />

oreja <strong>de</strong>recha. El siervo se l<strong>la</strong>maba Malco. Jesús dijo a Pedro: «Vuelve <strong>la</strong> espada a <strong>la</strong> vaina.<br />

La copa que me ha dado el Padre, ¿no <strong>la</strong> voy a beber?» Entonces <strong>la</strong> cohorte, el tribuno y los<br />

guardias <strong>de</strong> los judíos prendieron a Jesús.<br />

Jesús fue quien tomó <strong>la</strong> iniciativa. Era consciente y libre. Ha pasado <strong>de</strong> <strong>la</strong> angustia a <strong>la</strong><br />

seguridad. En ese momento <strong>de</strong> arresto, fuera ya <strong>de</strong>l Getsemaní, se presenta con un rostro<br />

distinto al <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración. Al llegar al final <strong>de</strong>l drama <strong>de</strong> su vida terrena, recobra <strong>la</strong> seguridad<br />

y el dominio <strong>de</strong> su angustia interior. Descubre que <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia divina es un camino<br />

secreto <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pruebas y <strong>la</strong>s conso<strong>la</strong>ciones interiores. A través <strong>de</strong> sus estados <strong>de</strong> ánimo, Jesús<br />

evi<strong>de</strong>ncia todos los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> su amor y su ofrenda personal.<br />

Canto:<br />

Descansaré<br />

en tu presencia,<br />

no <strong>de</strong>jaré<br />

que <strong>la</strong> inquietud<br />

llene mi alma.<br />

Descansaré<br />

en tus promesas<br />

y esperaré en ti (bis).<br />

Pacientemente<br />

esperaré al Señor<br />

y Él me oyó.<br />

Me concedió<br />

los <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> mi corazón<br />

en su fi<strong>de</strong>lidad.<br />

Monitor: Dentro <strong>de</strong> unas horas el Señor se enfrentará a su Pasión. Acompáñale. Apren<strong>de</strong> a<br />

levantar <strong>la</strong> cruz. Tú no sabes ni el día ni <strong>la</strong> hora en que te tocará hacer lo mismo. En el<br />

silencio <strong>de</strong> esta noche ora a Dios.<br />

OREMOS.<br />

Dios <strong>de</strong> bondad y misericordia, perdona a estos hijos tuyo y concé<strong>de</strong>les vivir estos días <strong>de</strong><br />

Pasión comprendiendo el Amor que Dios tiene por cada uno. Por JNS…<br />

El Señor esté… Po<strong>de</strong>mos ir en paz.<br />

Música. Tambores <strong>de</strong> Semana <strong>Santa</strong>.<br />

Bibliografía.<br />

Francisco <strong>de</strong> Mier. Sobre <strong>la</strong> Pasión <strong>de</strong> Cristo (Síntesis teológica, exegática y pastoral). BAC.<br />

2005.<br />

Música <strong>de</strong> los Cabos. Los que esperan en el Señor. Producciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> Raíz.<br />

Música <strong>de</strong> bandas <strong>de</strong> tambores y cornetas <strong>de</strong> Zamora y Sevil<strong>la</strong>.<br />

Pastoral Juvenil Vocacional TOR año 2007 6

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