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El Mesías de Acuerdo A Profecía Bíblica - Tony Alamo Christian ...

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EL MESÍAS DE ACUERDO A PROFECÍA BÍBLICA 33<br />

sino <strong>de</strong> Jesús el Cristo, quien fue “santo, inocente, sin mancha, apartado <strong>de</strong><br />

los pecadores, y hecho más sublime que los cielos” (He. 7:26)?<br />

<strong>El</strong> Milagro <strong>de</strong> Toda Literatura: el Retrato <strong>de</strong> un Dios-hombre Perfecto<br />

Ahora llegamos al milagro <strong>de</strong> toda literatura: el retrato <strong>de</strong>l Dios-hombre<br />

perfecto, Jesús el Cristo, en el Nuevo Testamento. <strong>El</strong> retrato <strong>de</strong>l veni<strong>de</strong>ro<br />

<strong>Mesías</strong> perfecto que se presenta en el Antiguo Testamento <strong>de</strong> manera<br />

abstracta, se convierte en una realidad concreta en la carne y persona <strong>de</strong><br />

Jesús el Cristo en el Nuevo Testamento. Vemos en el Señor Jesús el que es<br />

completamente encantador, el principal entre diez mil, el <strong>de</strong>leite <strong>de</strong>l Padre<br />

celestial. 16<br />

La santidad <strong>de</strong> Cristo perfectamente equilibrada no fue <strong>de</strong>sequilibrada por<br />

excentricida<strong>de</strong>s o faltas humanas. Sus perfecciones no fueron manchadas con<br />

orgullo ni fue estropeada Su sabiduría por ninguna locura. Su equidad no fue<br />

torcida por prejuicio, ni Su justicia adulterada por antojos egoístas. Él tenía<br />

una dignidad atractiva, combinada felizmente con la humildad gentil <strong>de</strong> Dios<br />

para hacer la voluntad <strong>de</strong> Dios. Él tenía interés por otros, fervor, paciencia,<br />

discreción sin frau<strong>de</strong>, y franqueza sin pecado. Su autoridad fue balanceada y<br />

mezclada con mansedumbre, paciencia, reprobación, reprensión y gran po<strong>de</strong>r,<br />

al igual que un odio contra Satanás y una seria resistencia contra él.<br />

Jesús nunca fue vencido, nunca tuvo que retractar una palabra, disculparse<br />

por nada, cambiar Sus enseñanzas, confesar un pecado u una equivocación,<br />

ni pedirle consejo a la humanidad. Él siempre tenía la respuesta correcta—la<br />

voluntad y la Palabra <strong>de</strong> Dios.<br />

Él estaba haciendo el bien, oraba siempre, le daba la gloria y las gracias a Dios<br />

en todo, no tenía interés en acumular cosas materiales. Él vivió y murió en la<br />

pobreza, aún así nunca le faltó nada hasta el día <strong>de</strong> Su sufrimiento en la cruz.<br />

Sus milagros fueron todos caritativos y nunca para vanagloria. Él fue el<br />

maestro perfecto, viviendo lo que enseñaba. Él era uno <strong>de</strong> nosotros en el<br />

sentido más verda<strong>de</strong>ro, “el Hijo <strong>de</strong> Hombre;” pero no era uno <strong>de</strong> nosotros,<br />

porque Él nunca pecó. Él era <strong>de</strong> arriba y no <strong>de</strong> la tierra, y Él era el único<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios. “Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre.” Él era<br />

la prueba que el hombre podía ser perfecto por Su presencia con el Padre por<br />

el Espíritu viviendo y obrando en el hombre regenerado.<br />

Él que dijo, “Luz soy <strong>de</strong>l mundo” (Jn. 9:5) también le abrió los ojos a<br />

muchos ciegos que nacieron así, para que todos vieran Su <strong>de</strong>recho al título y<br />

supieran que Él era el <strong>Mesías</strong>. Él que dijo, “Yo soy la resurrección y la vida”<br />

16. Comparando a Cristo con el astuto Mahoma que pretendió recibir una autorización divina para<br />

sancionar sus impurezas pasadas y licenciar sus crímenes futuros. ¡Qué diferente fue el Señor Jesús!<br />

Él dijo, “Si no hago las obras <strong>de</strong> Mi Padre, no me creáis” (Jn. 10:37).

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