El arco iris - Boletín Salesiano

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BOLETIN SALESIANO 16 SALESIANIDAD Domingo Savio, un joven salesiano I Por Ángel Amaya, sdb I rusdirector@salesianos.org.ar
Este año se cumplen 150 años de la muerte de uno de los alumnos de Don Bosco, que falleció muy joven y entregó sus obras al Dios de la vida. Un joven simple, ejemplo de sencillez cotidiana, que buscaba constantemente el bien al prójimo y sentía un gran aprecio por los sacramentos. <strong>El</strong> Rector Mayor escribió desde Asunción del Paraguay (cuando viajó en marzo para predicar el Retiro con los Padres Inspectores) un mensaje a toda la Familia Salesiana sobre el ejemplo de Domingo Savio. En forma de pregunta y respuesta compartimos algunas ideas de este recado. ¿Qué aspectos resalta de la figura de Domingo Savio a un siglo y medio de su muerte? Por un lado, provoca admiración el ver una vida tan breve pero a la vez tan llena de santidad. Y, al mismo tiempo, nos mueve a un empeño por ser educadores según el corazón de Don Bosco. Esto significa ser capaces de acompañar el camino de vida y de santidad de los jóvenes. Debemos ser capaces de dar la vida por ellos, y sobre todo “la vida de Dios”. Para la Familia Salesiana es invitación a actuar juntos –todas las ramas de la Familia– ese instrumento maravilloso de educación que se llama “sistema preventivo”. Frente a esta figura juvenil ¿cómo ve el sucesor de Don Bosco a los jóvenes de hoy? Enfrentamos un panorama juvenil complejo: jóvenes golpeados por la pobreza de países en desarrollo, grandes masas de chicos abandonados en la periferia de grandes ciudades, muchachos llenos de bienestar pero pobres y desorientados en el aspecto espiritual y moral. Hay que contemplar a estos jóvenes con los ojos de Jesús y los ojos de Don Bosco y escuchar su grito de auxilio. ¿Confía que hoy podemos encontrar otros “Domingo Savio”? Sin duda. Porque en muchísimos jóvenes hay “hambre de propuestas verdaderas” y “sed de alegría profunda”. Es importante que encuentren “su propio Don Bosco” o sea, quien los guíe por un camino seguro de valores; allí está el desafío para todo educador salesiano, que sea capaz de contagiar el deseo de una vida cristiana de alta calidad. Don Bosco y Domingo Savio en la última película que produjo la RAI. - Domingo… ¿qué te pasa? ¿no te encuentras bien? - Estoy haciendo la penitencia del ayuno… ¿quiere ayudarme? Usted me dijo que el Señor quiere que seamos santos… ¡Yo quiero ser santo! - A tu edad la penitencia del ayuno no es lo mejor. - Pero también lo hago por usted y por lo otros. - Si… pero no hay que exagerar. Aquí en Valdocco ser santo significa estar siempre alegre. Mirá, Domingo, donde están tus hermanos, tus sueños, tus aspiraciones, tus deberes… donde… donde está lo que amás ¡Ese es tu punto de encuentro con Jesucristo! Puedes ser santo si todo lo que hacés lo hacés con el corazón ¡Y tú tienes un corazón muy grande! - Si Don Bosco, ahora lo entiendo. - Bien, pues vamos a comer ¡Vamos!
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