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INTRODUCCION
Debe realizarse todo esfuerzo para evitar el uso de títulos vagos como
los de «no especificado" u "otros". La circunstancia de encontrarse muchos casos
que han sido asI «codificados», revelarla la existencia de malentendidos o
errores en la «codificación». Considérase buena practica, sin embargo, « codificar»
los «diagnósticos de sospecha» como si fueran casos confirmados; esto
permite al médico comprenderlos en su material de estudio y determinar luego
si es pertinente o no conservarlos. En todo caso, pudiera resultar conveniente
distinguirlos con un signo de interrogación. Las categorías referentes a tumores
malignos básanse en el sitio de éstos y no en su tipo histológico; se ha
crerdo, en efecto, que las investigaciones que realizan los médicos recaen preferentemente
en «tqdos los tumores malignos" antes que en los pertenecientes
a determinado tipo histológico. Con todo, si en ciertos casos se considera fútil
registrar la histologfa de los tumores, se sugiere la Clasificaci6n( 8 )de la Unión
Internacional Contra el Cancer.
Puesto que la Clasificaci6n Internacional de Enfermedades es una Clasificaci6n
estadfstica de las mismas y de ningún modo constituye una nomenclatura
de términos médicos correctos, no debe ella ser dada a los médicos como un
vademécum para expresar sus diagnósticos. Sigue siendo una necesidad de hoy
en día el que los médicos expresen sus diagnósticos en términos correctos y
de manera uniforme, a fin de obtener una «codificación» correcta en la Clasificaci6n
Internacional.
Anotación de los detalles
A lo largo de la serie de modificaciones que aparecen en el libro, se sugiere
que podrían obtenerse mayores detalles en la información si en las tarjetas
indice se escribiese el término exacto. A cada hospital le toca decidir si debe
instaurar o conservar este sistema. Si el indice se usa con rareza, el sistema
constituye naturalmente una pérdida de tiempo; las raras solicitudes de términos
detallados que ocurran, pueden muy bien ser evacuadas localizando dichos
términos dentro de grupos más comprensivos de historias clínicas. De otro lado,
ciertos diagnósticos específicos que pudieran ser de interés al cuerpo médico
de un hospital, peligrarían de pasar desapercibidos dentro de un niúmero de
«codificación» que represente una categoría muy amplia. En tales circunstancias,
el asiento del término exacto en las tarjetas indice puede hacer perder menos
tiempo en la búsqueda, y de consiguiente en estos casos valdría la pena adoptar
el sistema. Cada hospital debe determinar, si así lo requiere, los términos
que desea tener escritos en las tarjetas índices, y luego señalarlos por medio
de un símbolo (V/) o de una marca roja, tanto en el libro como en el indice.
Esta práctica debe por supuesto ser revisada periódicamente con el fin de saber
si continúa siendo necesario mantener semejante tipo de información.
Uso del índice
Hay dos grandes requerimientos que se le exigen a un buen indice de hospital.
Primero, debe ser capaz de suministrar los datos que registra de conformidad
con las demandas que de ellos se hacen; segundo, el esfuerzo en manten-r
el índice debe guardar proporción con el uso a que esta sometido. Que
(8) Organizacidn Mundial de la Salud, Statistical Code for Human Tumours,
WHO/HS/CANC/Z4. 1, 1956.