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20 el rincón del rancio<br />
LA PRIMERA ABUELA<br />
DEL BETIS<br />
Este mes hace 21 años que<br />
murió Doña Dolores<br />
Marmol. Tenía 97 años.<br />
Dejó una curiosa herencia<br />
que más que recuerdos<br />
eran pistas para dibujar<br />
cómo fue su vida.<br />
abuela del <strong>Betis</strong><br />
Su viejo bastón se lo dejó<br />
al Bar Rocío de El Cerro del Águila, su barrio,<br />
porque allí llevaban años invitándola a desayunar.<br />
Su reloj acabó en Pasamanería Martínez porque<br />
cada vez que la veían, la ayudaban a cruzar la<br />
calle y el poco dinero que tenía lo repartió en<br />
partes de cinco mil pesetas para cada uno de sus<br />
familiares, hermanas y sobrinas, porque ni estuvo<br />
casada ni tuvo hijos.<br />
Hasta ahí puede ser una historia más o menos<br />
normal. Lo extraño es que el bastón está<br />
enmarcado en el Bar Rocío y el reloj es custodiado<br />
como un preciado tesoro en la tienda de sábanas<br />
Martínez.<br />
La página 30 del ABC del 10 de febrero de 1982<br />
escribe esto en una esquina de la última página<br />
de Deportes: Dolores Mármol Pacheco, 87<br />
años de edad, con su enorme carga de<br />
humanidad y un escudo del <strong>Betis</strong> sobre su<br />
pecho, estuvo el domingo en el estadio<br />
maño de La Romareda animando a los<br />
suyos, a los verdiblancos. No es la primera<br />
vez, ni será la última que Dolores Mármol,<br />
que es seguidora bética desde que el equipo<br />
jugaba en los campos del Prado, viaja a<br />
campo ajeno a presenciar el fútbol de los<br />
del Villamarín. Le llaman la abuela del <strong>Betis</strong>,<br />
y ya es una gran proeza cubrir en autocar<br />
los más de quinientos kilómetros para ver<br />
al club de sus amores.”<br />
Abuelas de equipos de fútbol ha habido<br />
muchas, pero la primera seguramente fue<br />
Dolores. La llamaban la Dolores Ibárruri<br />
del <strong>Betis</strong>. De ella decían que era “muy roja,<br />
pero española”, de hecho, cada dos<br />
domingos acudía al campo con claveles<br />
verdiblancos que ella misma pintaba y con<br />
una bufanda que se hizo con lana verde,<br />
blanca, roja y amarilla.<br />
Es raro encontrar alguna foto suya, no<br />
pelearía un reportaje en “El Día Después”<br />
o un par de segundos de gloria en un plano<br />
de televisión durante el descanso, ella<br />
estaba a otras cosas, ella iba a ver al <strong>Betis</strong>,<br />
y si conseguía convencer a su hermana para<br />
no ir desde El Cerro sola, eso le valía. “Esta<br />
es igual de bética pero se cansa antes”<br />
En una época en la que no había secciones<br />
femeninas de los equipos, ni las mujeres<br />
se maquillaban para ir al fútbol, Dolores<br />
continuó yendo al campo a animar a su<br />
equipo con claveles verdiblancos en el pelo.