Sentido Y Problema Del Pensamiento Filosófico Hispanoamericano
Sentido Y Problema Del Pensamiento Filosófico Hispanoamericano
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dinada con el cultivo de la filosofía como especialidad<br />
universitaria y las múltiples ocupaciones o actividades<br />
profesionales de los pensadores hispanoamericanos. Lo<br />
cual permite esperar una evolución favorable en vista de<br />
que en nuestro tiempo se ha ganado ya una normalidad<br />
en el status académico de los estudios de filosofía. Hay<br />
en la base de esta explicación una idea muy limitada y<br />
parcial de las condiciones en las cuales prospera la filosofía.<br />
Se toma a ésta como una actividad estandarizada<br />
y se da por sentado que la atmósfera universitaria es algo<br />
así como el lugar natural del pensamiento. Fuera de<br />
que semejante idea lleva aparejado el riesgo de confundir<br />
a los filósofos creadores con los meros profesores de filosofía,<br />
se pasa por alto en ella el hecho muy significativo<br />
de que muchos de los más grandes pensadores no gozaron<br />
de las facilidades referidas, ni fueron —y más de<br />
una vez no quisieron ser— profesores universitarios. Piénsese<br />
en Descartes, Locke, Spinoza, Leibniz, Hume, para<br />
no citar sino unos cuantos nombres famosos, que se dedicaron<br />
a muy otras actividades que el magisterio.<br />
Si las explicaciones que he revisado son insuficientes<br />
o equivocadas, como me parece que son, es preciso volver<br />
la mirada a otro tipo de causas y factores explicativos,<br />
más amplios y profundos, que operan en ese terreno<br />
de realidades fundamentales, gracias al que, como vimos<br />
pese a las desconexiones y separaciones, se produce una<br />
coincidencia en sus caracteres y una evolución común<br />
del pensamiento filosófico en las naciones hispanoamericanas.<br />
Es preciso reconocer la necesidad de buscar en<br />
el modo de vivir de nuestros pueblos, como organismos<br />
sociales, como conjuntos histórico-culturales, los factores<br />
y causas capaces de dar cuenta del problema que nos<br />
ocupa. Una conciencia filosófica defectiva e ilusoria<br />
hace sospechar la existencia de un ser social defectivo<br />
e inauténtico, la carencia de una cultura en el sentido<br />
fuerte y propio del término antes definido. Este es el<br />
caso en Hispanoamérica.<br />
V<br />
Al comentar un libro mío sobre la historia de las ideas<br />
contemporáneas en el Perú, el joven historiador fran-<br />
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