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la doctrina social de la iglesia y la economía - Centro Lindavista

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ignorar<strong>la</strong>s. Si es algún grupo humano organizado como una asociación <strong>de</strong> paracaidistas <strong>la</strong><br />

que se les opone, sus instintos les dictarán no <strong>la</strong> negociación o el compromiso sino <strong>la</strong><br />

eliminación <strong>de</strong> toda oposición tan eficientemente como sea posible.<br />

La racionalidad política<br />

La lógica que guía a los políticos difiere tanto en sus objetivos como en sus<br />

procedimientos <strong>de</strong> los que inspiran a los técnicos. Aunque los políticos pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rar<br />

<strong>de</strong> manera retórica que buscan logros concretos, su objetivo verda<strong>de</strong>ro es preservar<br />

ciertas instituciones y reg<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l juego o su posición especial <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estas.<br />

Para ilustrarlo po<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar a un político elegido en una p<strong>la</strong>taforma que promete<br />

construir 20,000 unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> vivienda <strong>de</strong> bajo costo. Sin embargo, si suce<strong>de</strong> que mientras<br />

trata <strong>de</strong> cumplir su promesa <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> elección, el político se enfrenta a oposición<br />

seria, crítica <strong>de</strong> adversarios u obstáculos financieros, el proyecto caerá. Lo que<br />

verda<strong>de</strong>ramente le importa al político NO es construir casas, sino preservar su influencia<br />

o <strong>la</strong> <strong>de</strong> su partido. Por eso es que los actores políticos tan fácilmente llegarán a<br />

compromisos, negociaciones, acomodamientos o realizarán lo que Lyndon Johnson<br />

l<strong>la</strong>maba intercambio <strong>de</strong> caballos. Yo prefiero l<strong>la</strong>marle navegación: los políticos navegan<br />

entre oril<strong>la</strong>s opuestas mientras que los técnicos <strong>de</strong>ben llegar a <strong>la</strong> oril<strong>la</strong> opuesta y esto a<br />

cualquier precio. El espíritu procedimental <strong>de</strong> los políticos es suave, no duro, como el <strong>de</strong><br />

los tecnólogos que resuelven problemas.<br />

Aunque <strong>la</strong> racionalidad política es exhibida, en general, por personas que tienen po<strong>de</strong>r,<br />

los aspirantes al po<strong>de</strong>r también son animados por <strong>la</strong> racionalidad política. Su lógica, sin<br />

embargo, se dirige no a mantener el status quo sino a <strong>de</strong>struirlo. Sin embargo, en tanto<br />

que estos actores políticos no tienen po<strong>de</strong>r no funcionan como agentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> racionalidad<br />

política <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> campos <strong>de</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones 14 . Cuando <strong>de</strong>safían los bastiones <strong>de</strong><br />

po<strong>de</strong>r, por lo tanto, cuando <strong>de</strong>safían los actores políticos <strong>de</strong> oposición quedan reducidos a<br />

hab<strong>la</strong>r el lenguaje <strong>de</strong> <strong>la</strong> racionalidad técnica o <strong>de</strong>do que el "lograr que <strong>la</strong>s cosas se hagan"<br />

o el preservar el status <strong>de</strong> algún grupo <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r. Para <strong>la</strong> racionalidad ética es más<br />

importante ser y estar bien, que hacer o que se piense bien <strong>de</strong> sí mismo. Esta adhesión a<br />

los valores por sí mismos, <strong>de</strong>termina el espíritu procedimental <strong>de</strong> <strong>la</strong> racionalidad ética<br />

que re<strong>la</strong>tiviza los objetivos perseguidos por otras racionalida<strong>de</strong>s y los trata <strong>de</strong> manera<br />

instrumental. Construir un camino o mantenerse en el po<strong>de</strong>r es juzgado por <strong>la</strong><br />

racionalidad ética como bueno o malo según ayu<strong>de</strong> o no a <strong>la</strong> gente "no importante" a<br />

obtener su libertad, respeto o un trato justo. La lógica ética inherentemente es <strong>de</strong> juicio y<br />

como <strong>la</strong>s otras formas <strong>de</strong> racionalidad entra a los campos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión como campeón <strong>de</strong><br />

objetivos específicos y con un espíritu animador peculiar.<br />

Todos los actores en <strong>la</strong>s áreas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión pue<strong>de</strong>n ser motivados por los valores éticos al<br />

realizarse sus acciones, pero el modo dominante <strong>de</strong> su contribución a <strong>la</strong> racionalidad<br />

refleja el mandato formal que poseen para comprometerse en una toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones. Por<br />

lo tanto los expertos técnicos llegan a <strong>la</strong> toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones NO para promover visiones<br />

utópicas sino para justificar sus elecciones en base técnica. De manera simi<strong>la</strong>r cuando<br />

"<strong>la</strong>s cartas están sobre <strong>la</strong> mesa" los políticos pondrán dictados éticos y su sentido común<br />

tecnológico y los subordinarán a los requerimientos <strong>de</strong> <strong>la</strong> sobre vivencia o <strong>de</strong> <strong>la</strong>

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