generado - Revista Latina de Terapia Gestalt - Zimentarri
generado - Revista Latina de Terapia Gestalt - Zimentarri
generado - Revista Latina de Terapia Gestalt - Zimentarri
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
evista latina<br />
<strong>de</strong> terapia<br />
gestalt<br />
Editorial ………………………………………………………………………………… 3<br />
Un mensaje <strong>de</strong> bienvenida a los lectores <strong>de</strong> la <strong>Revista</strong><br />
<strong>Latina</strong> <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong><br />
Celedonio Castanedo Secadas …………………………………………………… 5<br />
¿Qué es la psicoterapia?<br />
Guillermo Feo García…………………………………………………………………. 7<br />
Comentarios sobre fenomenología gestáltica:<br />
(reivindicando el legado <strong>de</strong> F. Perls)<br />
Carlos Vinacour…………………………………………………………………………. 11<br />
Apuntes sobre los enfoques existenciales-humanísticos en<br />
psicoterapia<br />
Celedonio Castanedo…………………………………..……………………………. 17<br />
Un homenaje a Laura Perls: (El apoyo terapéutico en<br />
<strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>)<br />
Carmen Vazquez Bandin. Psicoterapeuta……..……………………………… 23<br />
Ese viejo asunto <strong>de</strong> los asuntos inconclusos<br />
Alejandro Celis H. ……………………..…………………………………………….. 32<br />
Historia <strong>de</strong> la Psicoterapia Gestáltica en el Perú<br />
Felipe Iannacone Martínez ………………………………………………………… 49<br />
Experiencias negativas originarias y la cuestión <strong>de</strong> la<br />
autenticidad<br />
Emilio Romero …………………………………………………………………………. 54<br />
Reseña <strong>de</strong> libros …………………………………………………………………… 68<br />
Brotes gestalticos: Eran las cinco y media <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong><br />
Alejandro Guerra Aguilera ……………………………………………………..…. 76<br />
Normas <strong>de</strong> publicación ………………..………………………………………. 78<br />
<strong>Zimentarri</strong><br />
Asociación Vasca <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong><br />
nº 1 / 2004<br />
Vol. 1, Año I
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
revista latina <strong>de</strong> terapia gestalt<br />
DIRECTOR<br />
Prof. Dr. Patxi Sansinenea Men<strong>de</strong>z<br />
COLABORADORES<br />
José Manuel Gómez<br />
Manuel Sorando<br />
CONSEJO EDITORIAL<br />
España<br />
Celedonio Castanedo castanedocele@yahoo.com<br />
Manuel Ramos itgevcia@correo.cop.es<br />
Patxi Sansinenea sansinenea@gmail.com<br />
Eduardo De Grazia raimott@hotmail.com<br />
Carmen Vázquez ctpvazquez@correo.cop.es<br />
Mexico<br />
Héctor Sálama centrogestalt@hotmail.com<br />
Yolanda Coggiola yolycoggiola@yahoo.com<br />
Gabriela Mungia gmunguia@quijote.ugto.mx<br />
Myriam Muñoz Polit yomerita@terra.com.mx<br />
Italia:<br />
Ricardo Zerbetto zerbetto.r@mclink.it<br />
Paolo Quatrini igf.roma@iname.com<br />
Argentina:<br />
Myriam Sas <strong>de</strong> Guiter guiter@overnet.com.ar<br />
Carlos Vinacour vinacour@fibertel.com.ar<br />
Selma Ciornai (Brazil) sciornai@terra.com.br<br />
Guillermo Feo (Venezuela) drfeo@cantv.net<br />
Yaro Starak (Australia) staraki@optusnet.com.au<br />
Rolando Pihan (Chile) ropihan@u<strong>de</strong>c.cl<br />
Sergio Rechnitzer (Costa Rica) srechnit@msp.go.cr<br />
Felipe Innancone (Perú) iann62@hotmail.com<br />
Alejandro Spangenberg (Uruguay) cgm@esm.com.uy<br />
EDICIÓN, PUBLICIDAD, SUSCRIPCIONES<br />
Y REMISIÓN DE ORIGINALES<br />
<strong>Zimentarri</strong><br />
Asociación Vasca <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong><br />
Isabel II, 7 entreplanta, puerta 3<br />
20011 San Sebastián, Guipúzcoa<br />
España<br />
Teléfono: 943 457738<br />
E-mail: contacto@zimentarri.org<br />
Web: www.zimentarri.org<br />
© Copyright 2004 <strong>Zimentarri</strong><br />
Reservados todos los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> edición. Se<br />
prohíbe la reproducción total o parcial <strong>de</strong> los<br />
trabajos contenidos en este número, ya sea por<br />
medio mecánico, <strong>de</strong> fotocopia o sistema <strong>de</strong><br />
grabación, sin la autorización expresa <strong>de</strong> los<br />
editores.<br />
ESPECIALIDAD<br />
Especialistas en Psicología.<br />
PERIODICIDAD<br />
1 número al año<br />
ISSN 1887-2107<br />
Depósito Legal DL SS-64/06<br />
Maquetación http://aitor.name<br />
Impresión Zorroaga S.L.
Editorial<br />
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (3-4)<br />
La Psicología Humanista, la tercera fuerza en la psicología <strong>de</strong> los años 60, <strong>de</strong>l<br />
pasado siglo, está hoy en día pujante, aunque cada vez es más difícil <strong>de</strong>limitar, <strong>de</strong>finir,<br />
cuándo un enfoque terapéutico esta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la Psicología Humanista, si exceptuamos<br />
los clásicos tales como: <strong>Terapia</strong> Rogeriana, <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>, Análisis Transaccional,<br />
algunas terapias <strong>de</strong> corte existencial, Rollo May.. , y aquí ya comienza la dificultad <strong>de</strong><br />
encajar otros enfoques terapéuticos, como por ejemplo la PNL, tan ampliamente<br />
utilizada por tantos terapeutas situados en la órbita humanista, o el enfoque <strong>de</strong> las<br />
Constelaciones Familiares, <strong>de</strong> Bert Hellinger.<br />
En realidad, en la práctica, partiendo <strong>de</strong> unos presupuestos enunciados por los<br />
fundadores <strong>de</strong> la Psicología Humanista, esta se ha ido configurando como un espacio,<br />
en el cual convergían todos aquellos tipos <strong>de</strong> terapia que no se encontraban cómodos en<br />
los paradigmas frente a los cuales se alzó la Psicología Humanista: el conductismo,<br />
rechazado por su mecanicismo, y el psicoanálisis rechazado por su <strong>de</strong>terminismo;<br />
porque los dos le negaban al ser humano su capacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir sobre su propia vida,<br />
<strong>de</strong> ser el responsable <strong>de</strong> su vida y <strong>de</strong>stino.<br />
Si es cierto que la Psicología Humanista surgió como respuesta a esas dos<br />
corrientes dominantes en la psicología <strong>de</strong> los 60, hoy podríamos ver y analizar, esas dos<br />
corrientes, que peso tienen en la psicología y en la psicoterapia hoy en día.<br />
Es indudable que el conductismo como paradigma dominante ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong><br />
existir, aunque todavía está presente en muchos ámbitos <strong>de</strong> la vida académica y<br />
terapéutica, y ejerza esa hegemonía obtenida en los centros <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, mientras se<br />
<strong>de</strong>sarrolla el nuevo paradigma, el Cognitivismo, en sus múltiples vertientes académicas<br />
y terapéuticas.<br />
Por otra parte el psicoanálisis como corriente psicológica podríamos <strong>de</strong>cir que se<br />
ha instalado <strong>de</strong>finitivamente en el ámbito cultural <strong>de</strong> nuestra sociedad, mientras que en<br />
el terapéutico ha ido perdiendo fuerza, <strong>de</strong> tal modo que se pue<strong>de</strong>n contar más películas<br />
basadas en la teoría psicoanalítica, que éxitos terapéuticos.<br />
Hoy la Psicología Humanista mantiene los mismos principios que hace 50 años,<br />
aunque ahora no somos los únicos que hacemos hincapié en el ser humano, en sus<br />
valores, etc. Las Psicoterapias Cognitivas que se están <strong>de</strong>sarrollando tienen muchos<br />
puntos en común con las Psicoterapias Humanistas, tanto es así que muchos psicólogos<br />
y terapeutas que están situados en la órbita <strong>de</strong>l cognitivismo, perfectamente podrían<br />
ubicarse en la corriente humanista.<br />
El porqué no lo hacen sería más largo <strong>de</strong> explicar, siendo quizás una <strong>de</strong> las<br />
razones más po<strong>de</strong>rosas, el acientifismo (sino anticientifismo) <strong>de</strong>l que hacen gala muchos<br />
psicólogos humanistas, creyendo, quizás <strong>de</strong> buena fe, que cuanto menos científico, más<br />
humanista se es.<br />
Las fronteras no están claras, aunque lo que sí esta claro, es que ya existe un<br />
gran grupo <strong>de</strong> psicólogos y psicoterapeutas que, si hubiese que etiquetarlos bien podrían<br />
llevar la etiqueta <strong>de</strong> Humanista-Cognitivista, o Cognitivo-humanista, que<br />
epistemológicamente y paradigmáticamente hablando, sería más correcta que esa<br />
contradicción, que conocemos como cognitivo-conductual, que tan a gusto manejan los<br />
conductistas. Aunque quizás sería más sensato y abarcador <strong>de</strong> la realidad actual hablar<br />
<strong>de</strong> <strong>Terapia</strong>s Experienciales y No-experienciales.<br />
3
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Asumamos pues que la Psicología Humanista, si con alguna corriente se<br />
emparenta hoy en día es con la corriente cognitivista. Abramos las puertas,<br />
abandonemos las etiquetas y hagamos una Psicología Humanista <strong>de</strong> hoy para el ser<br />
humano <strong>de</strong> hoy.<br />
4
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (5-6)<br />
Un mensaje <strong>de</strong> bienvenida a los lectores <strong>de</strong> la <strong>Revista</strong><br />
<strong>Latina</strong> <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong><br />
Celedonio Castanedo Secadas *<br />
No cabe ninguna duda <strong>de</strong> que en los últimos <strong>de</strong>cenios hemos sido testigos <strong>de</strong> un<br />
<strong>de</strong>sarrollo sin prece<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Citaré únicamente dos acontecimientos<br />
que sostienen esta afirmación: el primero se da en el campo editorial; no es hasta fecha<br />
muy reciente que han aparecido, en lengua hispana, dos obras <strong>de</strong> los cofundadores <strong>de</strong><br />
este enfoque humanístico, me refiero a <strong>Gestalt</strong> Therapy: Excitación y crecimiento <strong>de</strong> la<br />
personalidad humana <strong>de</strong> Fre<strong>de</strong>rick Perls, Ralph Hefferline y Paul Goodman (2002,<br />
2003, original en inglés aparecido en 1951); y Viviendo en los límites <strong>de</strong> Laura Perls<br />
(1994, 2001, 2004, original en inglés aparecido en 1992). Segundo, el crecimiento <strong>de</strong><br />
esta corriente psicológica no solamente se evi<strong>de</strong>ncia por la gran cantidad <strong>de</strong> Tesis<br />
Doctorales elaboradas y publicadas (véase abstracts <strong>de</strong> Tesis Doctorales publicadas<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1971 a 2003, en Castanedo, 1982, 1988, 1997, 2002; Castanedo, 1990, 1997,<br />
2003). Así mismo, la fuerza <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong> proviene <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> áreas <strong>de</strong> la<br />
conducta humana en que esta se aplica, su teoría y cono-cimiento que subyace.<br />
Y mientras tanto se está dando un constante crecimiento <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong> en<br />
Congresos <strong>de</strong> lengua hispana, el último <strong>de</strong> ellos (IV Congreso Internacional <strong>de</strong> <strong>Gestalt</strong>)<br />
organizado por el Centro <strong>Gestalt</strong> <strong>de</strong> México, congregó a más <strong>de</strong> mil quinientas personas<br />
en el World Tra<strong>de</strong> Center <strong>de</strong> la Ciudad <strong>de</strong> México (octubre, 2003). Cada día están<br />
apareciendo nuevos títulos <strong>de</strong> libros en <strong>Gestalt</strong>, escritos los originales en lengua<br />
cervantina, cuando hace veinte años existían apenas unos pocos. Están floreciendo<br />
grupos, socieda<strong>de</strong>s, centros e institutos que ofrecen formación <strong>de</strong> postgrado: master e<br />
incluso doctorado, por ejemplo, el Instituto Humanista <strong>de</strong> Sinaloa, en México, imparte<br />
un Doctorado Internacional en Psicoterapias con Enfoque Humanístico, situando el<br />
énfasis curricular en la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Están emergiendo varias revistas especializadas.<br />
Y el lector se preguntará ¿y entre <strong>de</strong> todo este <strong>de</strong>sarrollo qué viene a hacer otra revista<br />
especializada en <strong>Gestalt</strong>?<br />
La respuesta más obvia es que a medida que crece el enfoque surge una mayor<br />
<strong>de</strong>manda <strong>de</strong> los autores e investigadores para publicar sus trabajos. Aunque esto es<br />
cierto, sin embargo, hay algo más importante que lanzar una nueva revista para<br />
respon<strong>de</strong>r a la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> contar con más páginas don<strong>de</strong> publicar. Al editar esta revista<br />
anima el que en ella se preten<strong>de</strong> publicar trabajos académicos que abarquen todas las<br />
áreas <strong>de</strong> aplicación <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong> (psicoterapia, salud, educativa, organizacional, grupos,<br />
pareja, familia, etc. * .). No preten<strong>de</strong>mos ser tan especializados que nos concentremos<br />
exclusivamente en un área <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong>, sino que nuestro propósito consiste en<br />
presentar una amplia gama, que cubra en lo posible la riqueza y diversidad <strong>de</strong> esta parte<br />
<strong>de</strong> la psicología, en ambos tipos los artículos presentados y la gama <strong>de</strong> disciplinas que<br />
contribuyen.<br />
Finalmente, es importante subrayar que el Comité Editorial <strong>de</strong> esta <strong>Revista</strong><br />
abarca una gran extensión geográfica <strong>de</strong>l universo latino, con esta amplia cobertura en<br />
este campo, preten<strong>de</strong>mos atraer trabajos <strong>de</strong> tantas partes <strong>de</strong>l globo como nos sea<br />
posible.<br />
* Universidad Complutense <strong>de</strong> Madrid, e-mail: castanedocele@yahoo.com<br />
5
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
6<br />
Bibliografía<br />
1. Castanedo, C. (1982, 1988, 1997, 2002). <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Enfoque<br />
centrado en el aquí y el ahora. Barcelona: Her<strong>de</strong>r. 4ª edición.<br />
2. Castanedo, C. (1990, 1997, 2003). Grupos <strong>de</strong> encuentro En <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong>. De la silla vacía al círculo gestáltico. Barcelona: Her<strong>de</strong>r. 3ª<br />
edición.<br />
3. Perls, S.F., Hefferline, R.F., y Goodman, P. (2002, 2003). <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong>: Excitación y crecimiento <strong>de</strong> la personalidad humana. Ferrol:<br />
Sociedad <strong>de</strong> Cultura Valle-Inclán, 2ª edición. Traducción Carmen<br />
Vázquez Bandín y Mª Cruz García <strong>de</strong> Enterría. Título original, <strong>Gestalt</strong><br />
Therapy: Excitement and growth in the human personality (1951). New<br />
York: Julian Press.<br />
4. Perls, Laura (1992). Viviendo en los límites. México, DF: Plaza y<br />
Valdés, 3ª edición. Introducción, Epílogo y Revisión Técnica Celedonio<br />
Castanedo. Título original: Living at the boundary (1992). Highland,<br />
NY: The <strong>Gestalt</strong> Journal.
¿Qué es la psicoterapia?<br />
Guillermo Feo García *<br />
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (7-10)<br />
Resumen<br />
Partiendo <strong>de</strong> una pregunta genérica, se va profundizando en una, sino<br />
<strong>de</strong>finición, si <strong>de</strong>limitación <strong>de</strong>l concepto psicoterapia, diferenciando la psicoterapia<br />
gestalt <strong>de</strong> otras, y <strong>de</strong>limitando la tarea y la forma <strong>de</strong> hacer diferenciada <strong>de</strong>l<br />
psicoterapeuta, facilitador gestáltico.<br />
Palabras clave: terapia gestalt, psicoterapia, facilitador.<br />
Abstract<br />
From this generic question, the author goes <strong>de</strong>eply into the concept of <strong>Gestalt</strong><br />
Psychotherapy, not just <strong>de</strong>fining but <strong>de</strong>limitating and differentiating it from others sorts<br />
of psychotherapies and setting up the task and the typical way of doing of the <strong>Gestalt</strong><br />
therapist.<br />
Key word: gestalt therapy, psychotherapy, therapist.<br />
Introducción<br />
Cuando observamos la diversidad <strong>de</strong> enfoques existentes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese<br />
movedizo terreno que llamamos psicoterapia, surge <strong>de</strong> inmediato la necesidad <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong>limitarnos en el campo, aparentemente común, <strong>de</strong> lo que ella es, para que, a la vez<br />
que nos diferenciemos nítidamente, podamos acercarnos en aquello que consiga<br />
interrelacionarnos a todos.<br />
La pregunta que surge es directa: ¿porqué hay psicoterapias? Es <strong>de</strong>cir, si en los<br />
textos, especializados o no, encontramos en la <strong>de</strong>finición frases comunes como<br />
“tratamiento <strong>de</strong> trastornos emocionales”, “saber psicológico aplicado al tratamiento <strong>de</strong><br />
los enfermos”, “método para el tratamiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes anímicos”, “conjunto <strong>de</strong><br />
procedimientos psíquicos...”, ¿cómo es que un específico sistema <strong>de</strong> ayuda -la<br />
psicoterapia- pue<strong>de</strong> dividirse en territorios tan <strong>de</strong>marcados en los cuales cada uno tenga<br />
que explicar sus propias conceptualizaciones con relación a ella?.<br />
La respuesta no es menos directa: porque toda especulación elaborada sobre la<br />
razón y el sentido <strong>de</strong> ser psicoterapéutico, está íntimamente ligado a la concepción que<br />
se tenga sobre el ser humano. Parafraseando un hermoso enunciado <strong>de</strong> Erich. Fromm<br />
(1974, p. 19) al hablar <strong>de</strong>l amor, “cualquier teoría (<strong>de</strong> la psicoterapia) <strong>de</strong>be comenzar<br />
con una teoría <strong>de</strong>l hombre, <strong>de</strong> la existencia humana”.<br />
En este sentido y para ser congruente con lo expresado, como psicoterapeuta<br />
gestáltico quiero compartir algunos <strong>de</strong> los postulados que caracterizan a, permítanme la<br />
siguiente expresión, la filosofía <strong>de</strong> la psicología humanista.<br />
Cada persona nace con una naturaleza interna que contiene dos variables<br />
biológicas fundidas en un todo que i<strong>de</strong>ntifica a esa persona: una individual,<br />
personalizada y única, otra común, compartida con la especie humana (Abraham<br />
Maslow, 1985, p.29).<br />
* E-mail: drfeo@cantv.net, web: www.cenaifgestalt.org<br />
7
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Todo individuo viene al mundo conteniendo una serie <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s, algunas<br />
básicas como las <strong>de</strong> seguridad, pertenencia, amor, otras más elaboradas llamadas <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarrollo e impulsoras <strong>de</strong>l organismo hacia el crecimiento y la autorrealización<br />
(Maslow, 1985, capitulo 3).<br />
Los dos puntos anteriores configuran un perfil particular <strong>de</strong> cada persona,<br />
potencialmente disponible para evolucionar hacia la vida saludable y efectiva.<br />
En este or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as afirmamos que lo que distingue al hombre <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> los<br />
animales es su capacidad <strong>de</strong> crear su propia existencia, eligiendo en libertad aquello que<br />
escoja como lo más conveniente y responsabilizándose por los resultados <strong>de</strong> dicha<br />
elección.<br />
Jean Paul Sartre lanzó esta lapidaria frase: “Estoy con<strong>de</strong>nado a ser libre” (Sartre,<br />
1993, p. 545). Lo cual significa que hasta el callejón <strong>de</strong> la neurosis es una elección<br />
existencial hecha por el individuo. Opción sin duda perturbada e insana, mas no por ello<br />
exonerable <strong>de</strong> la cuota <strong>de</strong> responsabilidad que conlleva dicha escogencia. El neurótico<br />
no es un enfermo, un producto pasivo, o <strong>de</strong> tenebrosas luchas ontogenéticas no<br />
resueltas, o <strong>de</strong> la victimaria carga <strong>de</strong>l ambiente. Es la trágica consecuencia <strong>de</strong> una<br />
elección pervertida, a la cual tendrá que enfrentarse para concienciar las ganancias que,<br />
neurótica y paradójicamente, escogió buscar en tan perturbado camino.<br />
La terapia: ¿un acto médico?<br />
En el lenguaje cotidiano, la palabra terapia está asociada in<strong>de</strong>fectiblemente al<br />
ámbito médico. Descubramos la realidad.<br />
El sufijo –terapia, tiene su origen etimológico en la voz griega therapeia, que<br />
quiere <strong>de</strong>cir cuidado, curación. De igual manera, terapéutica se <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> therapeutik,<br />
que se traduce como servir, cuidar. Así como terapeuta viene <strong>de</strong> therapeutés que<br />
significa servidor.<br />
Por otra parte, la palabra tratamiento, ligada tradicionalmente a la terapia, en su<br />
más precisa acepción española se refiere a una forma <strong>de</strong> comportarse, <strong>de</strong> comunicarse y<br />
relacionarse con el otro, para aten<strong>de</strong>rlo o asistirlo <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada manera.<br />
Bajo estas visiones, terapia y tratamiento se fun<strong>de</strong>n en un todo que, aunque<br />
pue<strong>de</strong> ser aplicado a la acción médica y psiquiátrica, no es exclusivo <strong>de</strong> ella. Servir,<br />
cuidar, asistir y comunicar, son, mucho más allá que conductas orientadas hacia la<br />
curación <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s, actitu<strong>de</strong>s fundamentales que <strong>de</strong>scriben la cálida y particular<br />
capacidad para interrelacionarse, características diferenciales <strong>de</strong>l ser humano. Sin duda<br />
que el terapeuta es un “servidor” que “cuida” -<strong>de</strong>s<strong>de</strong> todos los puntos <strong>de</strong> vista unidos en<br />
una gran totalidad: psicológico/ físico/ existencial/ comunicacional/ ético- a quien ha<br />
solicitado su atención. De tal manera que al tratar al otro, lo que ciertamente está<br />
haciendo es comportándose <strong>de</strong> una <strong>de</strong>terminada manera -comprensiva/ acompañante/<br />
respetuosa-, comunicándose y relacionándose <strong>de</strong> una forma precisa, congruente y<br />
efectiva con el otro.<br />
Mas, ¿cuál es el campo <strong>de</strong> acción específico <strong>de</strong> la psicoterapia y cuáles las metas<br />
que persigue un psico-terapeuta?<br />
8
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (7-10)<br />
Campo específico <strong>de</strong> la psicoterapia <strong>Gestalt</strong> y metas <strong>de</strong>l<br />
psicoterapeuta<br />
El abordaje psicoterapéutico <strong>de</strong> las orientaciones humanistas, específicamente la<br />
<strong>Terapia</strong> Gestáltica, se aleja drásticamente <strong>de</strong>l <strong>de</strong>terminismo <strong>de</strong> los instintos o <strong>de</strong>l<br />
ambiente. Al plantearnos que cada ser humano nace con la posibilidad <strong>de</strong> elegir su<br />
propio <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> acuerdo a sus individuales potencialida<strong>de</strong>s, al <strong>de</strong>scartar la creencia en<br />
la existencia <strong>de</strong> fuerzas ontogenéticas que <strong>de</strong>terminan el <strong>de</strong>venir vital, al suponer que<br />
hombre es capaz <strong>de</strong> accionar-se <strong>de</strong> acuerdo a sus propios intereses por encima, muy por<br />
encima <strong>de</strong> las circunstancias ambientales (Feo, 2003, p.134), el rol <strong>de</strong>l psicoterapeuta<br />
gestáltico se hace claro.<br />
Entonces, el ejercicio <strong>de</strong> nuestra psicoterapia toma la auténtica senda que indica<br />
su origen etimológico. No busca modificar conductas, curar enfermeda<strong>de</strong>s -ni <strong>de</strong>l alma<br />
ni <strong>de</strong> la psique-, otorgar felicidad, tranquilizar, solucionar problemas. No le interesa<br />
analizar ni interpretar los conflictos que el otro sufre. No persigue alterar las creencias<br />
<strong>de</strong> quien busca ayuda y mucho menos intentar que el otro cambie, porque simplemente<br />
ello es imposible. Al respecto dice Karl Jaspers: “La terapia no pue<strong>de</strong> reemplazar lo que<br />
sólo pue<strong>de</strong> dar la vida” (Jaspers, 1959, p. 48).<br />
Siendo así, el sentido auténtico <strong>de</strong> la acción psicoterapéutica es acompañar al<br />
otro en un viaje <strong>de</strong> exploración y <strong>de</strong>scubrimiento, iniciándose en el mismo momento <strong>de</strong>l<br />
primer contacto ser-a-ser <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto terapéutico, progresando por sorpresivos y<br />
novedosos caminos, tan novedosos como seres humanos existan, hasta que ese otro sea<br />
capaz <strong>de</strong> reconocer sus propias y únicas potencialida<strong>de</strong>s anestesiadas, <strong>de</strong>spertarlas y<br />
utilizarlas para la creación <strong>de</strong> un nuevo mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> ser-en- el-mundo, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> elegir<br />
y establecer contactos verda<strong>de</strong>ramente nutritivos con el medio que le ro<strong>de</strong>a.<br />
El papel <strong>de</strong>l facilitador.<br />
Visto <strong>de</strong> esta manera, ha llegado el momento <strong>de</strong> hacer una transmutación<br />
terminológica. Utilizamos la palabra facilitador para <strong>de</strong>scribir el papel que juega el<br />
tradicional psicoterapeuta <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la relación psicoterapéutica. El facilitador resume<br />
todas las características <strong>de</strong>scritas al inicio: facilita -simplifica, hace posible- el viaje al<br />
fondo <strong>de</strong> sí mismo, <strong>de</strong> tal forma que el otro <strong>de</strong>smonte las complejas y barrocas<br />
estructuras que ha venido construyendo en el penoso transcurrir <strong>de</strong> su neurosis.<br />
Ese otro, singular compañero <strong>de</strong> tan particular aventura, es el facilitado, que no<br />
el paciente. Puesto que no “soporta”, ni sigue pasivamente, ni “pa<strong>de</strong>ce” las acciones e<br />
instrucciones <strong>de</strong>l psicoterapeuta. El facilitado no se cura <strong>de</strong> ningún mal, ni apren<strong>de</strong> nada<br />
<strong>de</strong>l facilitador. Apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> sí mismo, ampliando sus niveles <strong>de</strong> conciencia para, en el<br />
presente, re-construir su manera <strong>de</strong> ser-en-el- mundo, <strong>de</strong>sarrollándolo en una natural y<br />
hermosísima experiencia <strong>de</strong> crecimiento.<br />
Este camino no es rectilíneo, <strong>de</strong>licado ni armónico. No lo es para el facilitado ni<br />
para el facilitador. Porque el facilitado espera que el facilitador le provea las<br />
herramientas vitales <strong>de</strong> las cuales él supone está <strong>de</strong>sprovisto. El facilitador sabe que el<br />
facilitado las posee, más o menos efectivas. Y también sabe que su papel es sólo<br />
acompañarlo y CONFIAR en que, en algún momento, iniciará la gestación <strong>de</strong> una<br />
novedosa manera <strong>de</strong> vivenciarse en el mundo. Pero para ello, tendrá que <strong>de</strong>spedirse, <strong>de</strong><br />
manera dolorosa, <strong>de</strong> todas aquellas experiencias que, hasta ese momento, supuso eran la<br />
verdad <strong>de</strong> su maltrecha vida.<br />
9
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
No quiero terminar sin invitar a los lectores a que continuemos el tránsito ya<br />
iniciado por la senda que conduce a la dignificación <strong>de</strong>l ejercicio psicoterapéutico. Con<br />
dignificación quiero <strong>de</strong>cir rescatarlo <strong>de</strong> los viejos y rígidos paradigmas médicos y<br />
psicologistas que han impuestos sus campos <strong>de</strong> acción sobre el territorio innato <strong>de</strong> la<br />
psicoterapia. Si bien esto tuvo su justificación al inicio <strong>de</strong> la historia, ya no la tiene.<br />
Apoyándonos en el punto Nº 1 <strong>de</strong> la Declaración <strong>de</strong> Estrasburgo en materia <strong>de</strong><br />
psicoterapia (21 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 1.990) que dice textualmente: “La psicoterapia es una<br />
disciplina científica in<strong>de</strong>pendiente y su ejercicio equivale a una profesión libre y<br />
autónoma”, luchemos con tesón y convencimiento para que la psicoterapia abandone el<br />
seno <strong>de</strong> sus progenitores: la psiquiatría y la psicología. Otorguémosle su partida <strong>de</strong><br />
nacimiento. A fin <strong>de</strong> cuentas no es sino por el bien <strong>de</strong> quienes solicitan nuestra ayuda.<br />
Referencias bibliográficas.<br />
1. Feo García, Guillermo, 2003, Caos y congruencia. La <strong>Terapia</strong><br />
Gestáltica: un estudio científico <strong>de</strong> la personalidad. Venezuela: Galac.<br />
2. Fromm, Erich, 1974, El arte <strong>de</strong> amar. Argentina: Paidos, 15ª edición.<br />
(Edición original en inglés. Trad. Noemí Rosemblatt)<br />
3. Jaspers, Kart, 1959, Esencia y crítica <strong>de</strong> la psicoterapia. Argentina,<br />
Compañía General Fabril Editora, 2ª edición. (Edición original en<br />
alemán. Trad. Roberto Po<strong>de</strong>stá)<br />
10<br />
4. Sartre, Jean Paul, 1993, El ser y la nada. Argentina, Losada, 9ª edición.<br />
Edición. original en francés, 1943. Trad. Juan Valmar)
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (11-16)<br />
Comentarios sobre fenomenología gestáltica:<br />
(reivindicando el legado <strong>de</strong> F. Perls)<br />
Carlos Vinacour *<br />
Resumen<br />
Partiendo <strong>de</strong> un repaso <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Bateson, y otros, se cuestiona la<br />
existencia <strong>de</strong> una realidad objetiva, <strong>de</strong>l nexo entre las causas y los efectos, <strong>de</strong> la vali<strong>de</strong>z<br />
<strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones fenomenológicas, y aboga por un relativismo más acor<strong>de</strong>, con el<br />
hecho <strong>de</strong> que tenemos diferentes modos <strong>de</strong> percibir, estructurar y dar sentido a los<br />
sucesos.<br />
Palabras clave: realidad objetiva, fenomenología, relativismo, terapia gestalt<br />
Abstract<br />
From a review of Bateson and others’ i<strong>de</strong>as, the existence of an objective reality,<br />
the link between cause and effect and the validity of phenomenological <strong>de</strong>scriptions are<br />
here questioned. The author pleads for a more appropriate relativism, bearing in mind<br />
that we all have different manners to perceive, structure and give sense to events.<br />
Key words: objective reality, phenomenology, relativism, gestalt therapy.<br />
Ejemplo 1<br />
Imaginemos la siguiente escena. Un europeo en pleno siglo veinte se encuentra<br />
en una hermosa pra<strong>de</strong>ra compartiendo con su hijo una caminata. De repente, el cielo se<br />
oscurece y el apacible día soleado <strong>de</strong>ja paso a una abrupta e impensada tormenta <strong>de</strong><br />
verano. Las ramas <strong>de</strong> los árboles comienzan a crujir. Fuertes vientos se levantan y<br />
golpean la cara <strong>de</strong> los dos <strong>de</strong>sprevenidos paseantes. El niño se asusta.<br />
-Papá, tengo miedo ¿Qué es esto?<br />
-Nada serio hijo, es solo una tormenta. Como ves llueve. Son frescas gotas <strong>de</strong><br />
agua que caen. Aprovechémoslas, hasta ahora el calor era agobiante. Te propongo<br />
quedarnos bajo un árbol y disfrutar.<br />
-¿Pero, por qué llueve papá?.<br />
-Es un fenómeno meteorológico. Una nube cargada <strong>de</strong> vapor <strong>de</strong> agua se encontró<br />
en la atmósfera con una masa <strong>de</strong> aire muy frío, el vapor se con<strong>de</strong>nsó y cae en forma <strong>de</strong><br />
gotas <strong>de</strong> agua. Eso es todo, no hay porqué asustarse.<br />
Si pensamos la escena en la misma pra<strong>de</strong>ra seiscientos años antes <strong>de</strong> Cristo, en<br />
la Grecia antigua, el diálogo hubiera sido algo diferente<br />
-¿Qué es esto papá? Pregunta el niño.<br />
-Algo muy auspicioso hijo. Son las lágrimas <strong>de</strong> Zeus, señor <strong>de</strong>l cielo, dios <strong>de</strong> las<br />
lluvias y acumulador <strong>de</strong> nubes.<br />
-¿Pero, por qué llora?<br />
* E-mail: vinacour@fibertel.ar<br />
11
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
-Démeter vio nuestros campos secos, se apenó por nuestras cosechas y <strong>de</strong>bió<br />
pedirle a Zeus que se apiadará <strong>de</strong> su pueblo. Zeus ha cumplido haciendo brotar <strong>de</strong> sus<br />
ojos las lágrimas que ves en la tierra. Los dioses están con nosotros y hay que agra<strong>de</strong>cer<br />
lo que están haciendo. Debemos ir ahora al templo <strong>de</strong> Delfos y dar una ofrenda por este<br />
regalo <strong>de</strong>l Olimpo.<br />
Ejemplo 2<br />
(tomado <strong>de</strong> Bateson G. Metálogos: ¿Qué es un instinto? En Pasos hacia una<br />
ecología <strong>de</strong> la mente. Editorial Carlos Lohlé. Bs. As 1976. Página 65)<br />
Hija: Papá, ¿qué es un instinto?<br />
Padre: Un instinto, querida, es un principio explicativo.<br />
H.: ¿Pero que explica?<br />
P.: Todo... casi absolutamente todo. Cualquier cosa que quieras explicar.<br />
H.: No seas tonto. No explica la gravedad.<br />
P.: No, pero eso es porque nadie quiere que el “instinto” explique la gravedad. Si<br />
lo quisieran, lo explicaría. Podríamos <strong>de</strong>cir que la luna tiene un instinto cuya fuerza<br />
varía inversamente al cuadrado <strong>de</strong> la distancia...<br />
H.: Pero eso no tiene sentido papá.<br />
P.: Claro que no, pero fuiste tú la que mencionó el instinto, no yo.<br />
H.: está bien... ¿pero qué es lo que explica la gravedad?<br />
P.: Nada querida, porque la gravedad es un principio explicativo.<br />
H.: ¡Oh!<br />
Conclusión<br />
Cada vez que observamos un fenómeno primero lo llenamos <strong>de</strong> sentido –“estas<br />
son gotas <strong>de</strong> agua” o “estas son lágrimas <strong>de</strong> Zeus”- y luego intentamos buscarle una<br />
causa – “el vapor se con<strong>de</strong>nsó al chocar con una masa <strong>de</strong> aire frío” o “los dioses están<br />
tristes al ver nuestros campos secos”-<br />
El porque <strong>de</strong> las causas<br />
Dice Nietzsche: “Hablemos <strong>de</strong> la cronología <strong>de</strong> la causa y el efecto. El hecho<br />
fundamental <strong>de</strong> la experiencia es que la causa se imagina una vez que el efecto tuvo<br />
lugar. Lo que llamamos efecto es en realidad la causa <strong>de</strong> la causa.”<br />
En otras palabras, el efecto es el disparador <strong>de</strong> la causa.<br />
Toda vez que observamos una conducta, solo en ese momento, estamos en<br />
condiciones <strong>de</strong> elaborar las causas <strong>de</strong> esa conducta. ¡Nunca antes!.<br />
Esto es lo que llevaba a Borges a afirmar que: “las causas son falibles...”, es<br />
<strong>de</strong>cir inciertas, engañosas, “...los hechos no”. Solo los hechos son una realidad cierta.<br />
Dicho <strong>de</strong> otra forma, po<strong>de</strong>mos afirmar que:<br />
No hay causa anterior cierta.<br />
12
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (11-16)<br />
No hay nexo cierto seguro entre causa y efecto.<br />
Todas nuestras afirmaciones sobre las causas son construcciones; algunas<br />
altamente sofisticadas, sin duda, pero solo construcciones que sirven para intentar<br />
explicar lo que en verdad es inasible y pertenece al terreno incierto <strong>de</strong> la elucubración.<br />
La realidad es tan compleja que es inabordable, o por lo menos abordable<br />
parcialmente por la razón y sus métodos.<br />
Son tantos los factores que antece<strong>de</strong>n a una conducta y a su vez esta repercute en<br />
tal cantidad <strong>de</strong> eventos, que, parafraseando a Jean Ambrosi (terapeuta gestáltico <strong>de</strong><br />
origen francés), produce vértigo.<br />
Ambrosi dice: “Es todo movimiento, infinidad <strong>de</strong> movimientos que nosotros no<br />
po<strong>de</strong>mos reducir a ecuaciones o precisar a partir <strong>de</strong> causas. El fenómeno <strong>de</strong> la conducta<br />
no es aprensible ni comprensible”.<br />
Existe un carácter arbitrario que construimos en cada nexo, y no advertimos que<br />
inventamos nexos a través <strong>de</strong> la razón. Nunca hay datos ciertos, reales o verda<strong>de</strong>ros, son<br />
constructos que hace nuestra conciencia.<br />
Hemos educamos, incluso a nuestros sentidos, con la i<strong>de</strong>ología racionalista <strong>de</strong> la<br />
causalidad.<br />
Estamos profundamente absorbidos por la razón, no sólo en el terreno <strong>de</strong> lo<br />
cognitivo sino también en el <strong>de</strong> los sentimientos y las sensaciones, que sucumben frente<br />
al filtro racional.<br />
Tenemos un estilo <strong>de</strong> dar cuenta <strong>de</strong> los hechos, aun <strong>de</strong> aquellos que pertenecen<br />
al terreno <strong>de</strong> los sentimientos y <strong>de</strong> lo sensorial, que es a través <strong>de</strong> la explicación.<br />
Entiéndase bien, no es que no haya condiciones para que se produzca<br />
<strong>de</strong>terminado acontecimiento. No es que no haya causas. Lo que suce<strong>de</strong> es que primero<br />
tiene que existir el efecto para <strong>de</strong>spués elaborar una construcción que nos permita<br />
“enten<strong>de</strong>r” cuales fueron las condiciones <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> ese suceso.<br />
Creo que esta es la máxima esclavitud a la que estamos sujetos: suponer que los<br />
datos son la realidad.<br />
Husserl se revela contra esto y plantea: “no expliquemos, solo <strong>de</strong>scribamos”.<br />
Esta es la base <strong>de</strong> la fenomenología.<br />
Sin embargo la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> un fenómeno no es menos inocente que la<br />
explicación causalista.<br />
A pesar <strong>de</strong> que permite <strong>de</strong>sligarnos <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> los hechos, la fenomenología,<br />
al seleccionar y priorizar <strong>de</strong>terminados aspectos <strong>de</strong>l fenómeno por sobre otros, se vuelve<br />
necesariamente selectiva y poco inocente.<br />
Creo que esto suce<strong>de</strong>, entre otras cosas, porque <strong>de</strong>l fenómeno, uno nunca podría<br />
<strong>de</strong>scribir la totalidad. Es imposible hacerlo. No nos queda más remedio que seleccionar<br />
“arbitrariamente” (¿o <strong>de</strong>beríamos <strong>de</strong>cir objetivamente?) algunos datos y armar con ellos<br />
una <strong>de</strong>scripción. Descripción que por el carácter selectivo <strong>de</strong>l armado pier<strong>de</strong><br />
ingenuidad.<br />
Con todo Husserl no logró romper con la i<strong>de</strong>ología racionalista explicativa. Se<br />
quedó preso en una teoría explicativa <strong>de</strong>l procedimiento intencional <strong>de</strong> la conciencia.<br />
13
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
El también buscaba las causas, la verdad última, la explicación, pero con otros<br />
métodos. Husserl plantea otra ruta, pero llega al mismo <strong>de</strong>stino.<br />
El sentido <strong>de</strong> las cosas<br />
Aclaremos, no es que las cosas no ocurran libres <strong>de</strong> causas, por supuesto que<br />
ocurren, pero <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un campo explicativo en que uno está dándole un sentido al<br />
fenómeno.<br />
No hay posibilidad <strong>de</strong> que exista un acontecimiento puro; los acontecimientos<br />
son <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un campo <strong>de</strong> sentido, y el campo es una construcción absolutamente<br />
arbitraria que preten<strong>de</strong> explicar un fenómeno dándole no solamente una causa sino<br />
también un sentido.<br />
Determinados campos <strong>de</strong>l habla constatan <strong>de</strong>terminadas realida<strong>de</strong>s y no otras.<br />
Es por lo tanto una arbitrariedad, dar sentido <strong>de</strong> Verdad a una subjetividad, (o si<br />
se quiere a un constructo social, o a una interpretación <strong>de</strong> la época o <strong>de</strong> la ciencia <strong>de</strong> esa<br />
época).<br />
Kant explicaba esto diciendo: “No hay hechos en sí, hay hechos para.”<br />
No hay fenómenos en sí, hay fenómenos para un campo. No hay “sí mismo” en<br />
sí, hay “sí mismo” para los gestaltistas. No hay superyo en sí, hay superyo para los<br />
psicoanalistas. No hay lluvia en sí, hay lluvia para la meteorología.<br />
No es que no hay cosa, por supuesto que hay. Pero lo que hay es cosa para un<br />
sistema <strong>de</strong> pensamiento. Armamos “la cosa” utilizando las reglas <strong>de</strong> un sistema, y a la<br />
conclusión a la que llegamos le damos estatus <strong>de</strong> verdad, pretendiendo que esa es una<br />
verdad que exce<strong>de</strong> al sistema <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cual fue creada.<br />
Lo que olvidamos o nunca <strong>de</strong>cimos es que los sistemas verifican siempre al<br />
interior, se auto verifican, se autoafirman, por lo que no pue<strong>de</strong>n hablar <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>s. Por<br />
ejemplo, el superyo, se auto verifica constantemente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la teoría<br />
psicoanalítica.<br />
Esto se complementa con el planteo <strong>de</strong> Go<strong>de</strong>l (1931) que sostiene que ningún<br />
sistema pue<strong>de</strong> probar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sí mismo sus propias proposiciones. Por ejemplo, si bien el<br />
superyo se autoafirma en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong>l psicoanálisis, no es menos cierto<br />
que el mismo psicoanálisis no pue<strong>de</strong> probar <strong>de</strong> manera fehaciente su existencia. Como<br />
plantea Bateson en el Metálogo <strong>de</strong>l ejemplo anterior: ¿qué es lo que explica la<br />
gravedad? Nada, porque la gravedad es un principio explicativo.<br />
En el mismo sentido el superyo es en el campo psicoanalítico un principio<br />
explicativo, al igual que el sí mismo lo es para muchos gestaltistas.<br />
Borges <strong>de</strong>cía: “toda clasificación <strong>de</strong>l universo es arbitraria y conjetural. Por una<br />
razón muy simple, no sabemos que es el universo.” El filósofo argentino Luis Jalfen<br />
proponía cambiar la palabra universo por la palabra cosa (todas las cosas, cualquier<br />
cosa, no solo el universo), la frase se vuelve mucho más amplia y dramáticamente<br />
válida.<br />
Perls pi<strong>de</strong> en el prefacio <strong>de</strong> Ego, hambre y agresión “una <strong>de</strong>puración <strong>de</strong>spiadada<br />
<strong>de</strong> todas las i<strong>de</strong>as meramente hipotéticas, especialmente <strong>de</strong> aquellas hipótesis que se han<br />
transformado en convicciones rígidas, estáticas, y que en la mente <strong>de</strong> algunos se han<br />
impuesto como realidad más que como teorías flexibles”.<br />
14
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (11-16)<br />
Se ha hablado hasta el cansancio <strong>de</strong> las posturas anti-teóricas <strong>de</strong> Perls. Pero, ¿era<br />
en verdad un excéntrico anarquista que <strong>de</strong>screía <strong>de</strong> las teorías? O estaba planteando una<br />
fenomenología más radicalizada y por en<strong>de</strong> mucho más difícil <strong>de</strong> sostener para<br />
nosotros, humil<strong>de</strong>s terapeutas atados a pesar nuestro a la carga racionalista <strong>de</strong> dos mil<br />
años <strong>de</strong> cultura.<br />
Vivimos bajo el imperio <strong>de</strong> la ley que plantea convicciones rígidas, estamos<br />
sumidos en la Verdad como fuente <strong>de</strong> toda razón.<br />
Sin embargo, nótese bien, no es lo mismo pensar que hay ley (lo absoluto) que<br />
reglas <strong>de</strong> juego (lo relativo). La ley se da en <strong>de</strong>terminadas reglas <strong>de</strong> juego.<br />
¿El vaso cae, o la tierra se acerca al vaso? ¿Cuál es la ley? ¿Por qué no pensar<br />
que lo <strong>de</strong>l vaso que cae es una regla <strong>de</strong> juego?<br />
Permitámonos aceptar que adherimos a verda<strong>de</strong>s absolutas que son solo simples<br />
reglas <strong>de</strong> juego <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un campo.<br />
Aceptemos que esas supuestas verda<strong>de</strong>s, son relativas, pue<strong>de</strong>n ser cuestionadas y<br />
hasta cambiadas. Tal vez en ese momento lograríamos hacer más leves y livianas<br />
nuestras pesadas teorías.<br />
Lo anterior supone plantear algunas preguntas inquietantes para nuestra tarea<br />
como gestaltistas: ¿existen causas o sistemas causales?, ¿existe algo llamado proceso?<br />
¿Y si las conductas fueran solo emergencias?, conductas que emergen, antes que<br />
conductas “causadas por...” ¿Por qué no?<br />
¿Y si las conductas simplemente aparecen?. ¿Y si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra esclavitud<br />
racionalista las cargamos arbitrariamente <strong>de</strong> sentido?<br />
Los hechos son los únicos no falibles, <strong>de</strong>cía Borges. Lo único cierto que<br />
po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> un hecho es que “está siendo”. En el momento que lo vemos “está<br />
apareciendo”. Todo lo <strong>de</strong>más es conjetural.<br />
El sentido <strong>de</strong>l hecho y el origen <strong>de</strong>l hecho son absolutamente falibles, inciertos y<br />
conjetúrales.<br />
Cambiemos las reglas <strong>de</strong> juego permitámonos pensar en lo aleatorio <strong>de</strong> las<br />
conductas.<br />
Si incorporamos el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> lo aleatorio, la fenomenología gestáltica, podría<br />
ser vista no ya como un mo<strong>de</strong>lo que intenta enten<strong>de</strong>r y llegar a conclusiones, sin el<br />
prejuicio <strong>de</strong> la interpretación.<br />
Des<strong>de</strong> la nueva visión podríamos hablar <strong>de</strong><br />
Una metodología que sería la vía regia para permitir y alentar la emergencia <strong>de</strong><br />
conductas aleatorias que aumenten el repertorio <strong>de</strong>l individuo y permitan su<br />
crecimiento.<br />
Las conductas surgen <strong>de</strong> un fondo y se transforman en figura. En este eterno<br />
proceso <strong>de</strong> estar siendo y haciendo, las conductas aparecen y <strong>de</strong>saparecen, sin<br />
cristalizaciones.<br />
Sin embargo hay cristalizaciones en las patologías. Las patologías lo son, porque<br />
tien<strong>de</strong>n a la cristalización.<br />
Una conducta se repite y se repite, en vez <strong>de</strong> entrar en el eterno proceso <strong>de</strong> la<br />
aparición y la <strong>de</strong>saparición.<br />
15
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
En las patologías las conductas se cristalizan y dificultan el surgimiento <strong>de</strong><br />
nuevas conductas, <strong>de</strong> conductas originales y creativas.<br />
¿Y si la tarea <strong>de</strong>l terapeuta fuera solo crear las condiciones para que nuevas y<br />
originales conductas aparezcan? ¿Y si solo fuera eso? Sin la pretenciosa actitud <strong>de</strong><br />
darles a esas conductas un sentido o un por qué o un para qué.<br />
Kant plantea “Los juicios <strong>de</strong> la sana razón común son el negocio <strong>de</strong> los<br />
filósofos”. Nietzsche agrega que cada vez que intentamos darle al otro un sistema <strong>de</strong><br />
verdad, nos estamos adueñando <strong>de</strong> esa persona.(“ Siempre que se habla <strong>de</strong> humanizar<br />
más el mundo, equivale a adueñarse más <strong>de</strong> él.”)<br />
Cada paciente viene inmerso en un sistema <strong>de</strong> verdad. Creo que no tenemos<br />
autoridad suficiente para cambiarlo. Pero creo también que tenemos el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong><br />
intentar mostrarle que no hay sistema <strong>de</strong> verdad cierto, que hay muchas verda<strong>de</strong>s al<br />
mismo tiempo y ninguna <strong>de</strong> esas verda<strong>de</strong>s es excluyente. Somos hijos <strong>de</strong>l monosentido,<br />
nos resulta muy difícil pensar en más <strong>de</strong> un sentido.<br />
Fue Aristóteles el que inauguró la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que “si a es a, no pue<strong>de</strong> ser a su vez no<br />
a”. ¿Quién está dispuesto a afirmar hoy que esto sigue siendo válido?<br />
Cada evento, cada conducta, cada aspecto <strong>de</strong> la vida es en sí polisémico es <strong>de</strong>cir<br />
que tiene una multiplicidad <strong>de</strong> sentidos. En eso radica “La eterna levedad <strong>de</strong>l Ser”<br />
Bibliografía<br />
5. Bateson G. (1976) Metálogos: ¿Qué es un instinto? En Pasos hacia una<br />
ecología <strong>de</strong> la mente. Buenos Aires Editorial Carlos Lohlé. Bs. As<br />
6. Borges J. (1985) Ficcionario. Una antología <strong>de</strong> sus textos. México:<br />
Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica<br />
7. Go<strong>de</strong>l. K (1931) “On formally un<strong>de</strong>cidable propositions of pricipia<br />
mathemática and elated systems”. Disertación doctoral en la<br />
Universidad <strong>de</strong> Viena.<br />
8. Perls S. (1975) Ego, hambre y agresión. México: Fondo <strong>de</strong> Cultura<br />
Económica<br />
9. Jean Ambrosie, "La terapia Gestáltica". Manuscrito inédito, 1991<br />
16
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (17-22)<br />
Apuntes sobre los enfoques existencialeshumanísticos<br />
en psicoterapia<br />
Celedonio Castanedo *<br />
Resumen<br />
Se hace una rápida revisión <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los enfoques existencialeshumanísticos<br />
aplicados en psicoterapia. Como influencia se enfoca en dos contextos<br />
geográficos: Europa y los EE UU. En el primero, el pensamiento <strong>de</strong> algunos filósofos<br />
como Kierkegaard, Nietzsche y Hei<strong>de</strong>gger facilitan a Jaspers, Binswanger y Boss los<br />
conceptos básicos para la elaboración <strong>de</strong> la psicoterapia existencial-humanística. In<br />
the EE UU, Rollo May y el director <strong>de</strong> su Tesis Doctoral, Paul Tillich, introducen el<br />
enfoque existencial-humanístico a la práctica <strong>de</strong> la psicoterapia. Seguidamente este<br />
artículo expone los principios básicos <strong>de</strong>l enfoque existencial, los orígenes y el<br />
mantenimiento <strong>de</strong> los problemas en el ser humano, el significado <strong>de</strong>l cambio, las<br />
<strong>de</strong>strezas y las estrategias psicoterapéuticas, y finalmente, algunas investigaciones<br />
cualitativas hechas en el área <strong>de</strong> la psicoterapia existencial.<br />
Palabras claves: Psicoterapia existencial-humanística. <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>.<br />
Abstract<br />
In a brief history are revised some of the existential-humanistic approach<br />
applied to psychotherapy, the phocus is in two geographical contexts of <strong>de</strong>velopment:<br />
Europe and the United States of America. In the first, the thinking of existentialist<br />
philosophers such as Kierkegaard, Nietzsche and Hei<strong>de</strong>gger give to Jaspers,<br />
Binswanger and Boss the basic concepts for the elaboration of existential-humanistic<br />
psychotherapy. In the USA, two men introduce the humanistic-existential approach to<br />
psychotherapy: Rollo May and his teacher in the university, Paul Tillich. Following this<br />
paper expose the basic assumptions of the existential approach, the origins and<br />
maintenance of problems in the human being, the mean of change, the<br />
psychotherapeutic skills and strategies, and finally, some qualitative research that were<br />
ma<strong>de</strong> in existential psychotherapy.<br />
Key words: Existential-humanistic psychotherapy. <strong>Gestalt</strong> therapy.<br />
Los enfoques existenciales-humanísticos <strong>de</strong> psicoterapia toman sus raíces <strong>de</strong> la<br />
práctica antigua <strong>de</strong> la filosofía aplicada. La filosofía, o el amor a la sabiduría, surge<br />
como una búsqueda activa <strong>de</strong>l ser humano para encontrar el secreto <strong>de</strong> una buena vida.<br />
La antigua filosofía utilizó el método socrático <strong>de</strong> discusión dialéctica para revelar y<br />
<strong>de</strong>senmarañar la verdad acerca las circunstancias (Ortega y Gasset) y los dilemas<br />
personales y universales. Esta práctica filosófica cayó en <strong>de</strong>suso, aunque fue<br />
revitalizada al inicio <strong>de</strong>l siglo veinte cuando un elevado número <strong>de</strong> psicólogos y<br />
psiquiatras comienzan a aplicar el pensamiento <strong>de</strong> algunos filósofos existencialistas,<br />
como Kierkegaard (1844,1980), Nietzsche y Hei<strong>de</strong>gger (1927), a su trabajo clínico (van<br />
Deurzen, 1997). Karl Jaspers, Ludwig Binswanger (1961) y Medard Boss (1957),<br />
fueron los primeros en formular los principios <strong>de</strong> la psicoterapia existencial-humanística<br />
(May el al., 1958). Sus trabajos, ejercidos principalmente en Alemania y Suiza, se<br />
conocen como Daseinsanalysis o análisis existencial.<br />
* E-Mail: castanedocele@yahoo.com , Web: http://pagina.<strong>de</strong>/celedonio<br />
17
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Autores como Paul Tillich (1952) y Rollo May (1969), sembraron el enfoque por<br />
todos los Estados Unidos <strong>de</strong> América. Asimismo, hicieron extensiva su influencia en el<br />
movimiento <strong>de</strong>l potencial humano y la psicoterapia humanística. Encontrándose<br />
elementos existenciales obvios en algunos <strong>de</strong> estos enfoques, como la Psicoterapia<br />
centrada en el cliente <strong>de</strong> Carl Rogers y la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> <strong>de</strong> Fritz y Laura Perls<br />
(Castanedo, 2002, 2003). Mientras que Irving Yalom (1970, 1980), James Bugental<br />
(1981), y Alvin Mahrer (1996), hicieron contribuciones directas al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />
psicoterapia existencial en los EE UU. En Europa la psicoterapia existencial está<br />
representada por la Logoterapia <strong>de</strong> Victor Frankl (1946, 1964). En el Reino Unido por<br />
el trabajo terapéutico ejercido por Ronald D. Laing (1960), el cual fue inspirado<br />
partiendo <strong>de</strong> los escritos existencialistas <strong>de</strong> Jean- Paul Sartre (Sartre, 1946, 1956).<br />
Todo lo anterior ha <strong>generado</strong> algunas publicaciones muy significativas, lo que<br />
hace que los enfoques existenciales sean más sistemáticos y mejor conocidos cada día<br />
(van Deurzen, 1988, 1998; Cohn, 1997). Estos enfoques existenciales se centran en<br />
ayudar a las personas a confrontar la vida con sus diversas y confusas complejida<strong>de</strong>s.<br />
Muchos <strong>de</strong> los problemas que preocupan a la gente son consecuencia natural <strong>de</strong> los<br />
cambios y limitaciones a que está expuesta la condición humana. La vida es difícil y<br />
mucha gente necesita una pequeña ayuda para apren<strong>de</strong>r a vivirla. Antes o <strong>de</strong>spués<br />
mucha gente vacila en la habilidad a compren<strong>de</strong>r las exigencias que se hacen sobre<br />
nosotros y tenemos dificulta<strong>de</strong>s para enfrentarnos a los apuros que encontramos al<br />
interior <strong>de</strong> nosotros mismos.<br />
El objetivo humanístico no resi<strong>de</strong> en “curar” a la gente <strong>de</strong> su psicopatología –<br />
este es un concepto inútil y erróneo-, sino más bien enseñar al cliente a hacer frente a las<br />
contradicciones y paradojas que le presenta la existencia cotidiana. La ansiedad no <strong>de</strong>be<br />
evitarse, es un instrumento valioso que nos ayuda a estar más conscientes <strong>de</strong> la realidad.<br />
Se necesita abrazarla y compren<strong>de</strong>rla si se quiere vivir la vida con toda su intensidad.<br />
Mi maestra Laura Perls (2004) mantenía “No creo que a un niño pequeño le paralice la<br />
ansiedad”. (p. 154). Por otra parte, un par <strong>de</strong> páginas más a<strong>de</strong>lante sostenía que: “... el<br />
psicótico nunca verá completamente aliviada su ansiedad”. (p. 156).<br />
La gente nunca está totalmente aislada. Siempre se vive en un mundo en el que<br />
están otras personas en una situación tal que influencian nuestra experiencia. Los<br />
problemas se analizan en su contexto cultural, social y político. Hay una ten<strong>de</strong>ncia<br />
humana a escon<strong>de</strong>rse y engañarse uno mismo acerca la vida y nuestra posición en la<br />
misma. La capacidad para compren<strong>de</strong>rse uno a sí mismo y a los otros se incrementa a<br />
medida que nos enfrentamos a la verdad y aspiramos a la autenticidad.<br />
El “self” es un concepto relativo. Solamente cuando actúo en el mundo es<br />
cuando le doy sentido a mi self. Mi i<strong>de</strong>ntidad se establece cuando únicamente mis<br />
acciones y cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ser son <strong>de</strong>nominadas y <strong>de</strong>scritas. El self no existe como algo<br />
sólido, inmutable. Los seres humanos estamos en constante transformación.<br />
Asimismo, no existe un lugar conocido como inconsciente, tampoco existe lo<br />
real. Existen múltiples interpretaciones <strong>de</strong> la realidad y muchas capas para compren<strong>de</strong>r<br />
un fenómeno y tomar conciencia <strong>de</strong>l mismo. Por medio <strong>de</strong> la reflexión y la comprensión<br />
po<strong>de</strong>mos acercarnos a lo que es, aunque sin llegar jamás a conocerlo totalmente.<br />
La vitalidad se basa tanto en la aceptación <strong>de</strong> lo positivo como <strong>de</strong> lo negativo.<br />
No pue<strong>de</strong> existir la vida sin la muerte ni la salud sin la enfermedad. Apren<strong>de</strong>r a vivir<br />
con estas tensiones es el sine qua non <strong>de</strong>l ser real. Vivimos en el tiempo. Vivir requiere<br />
recolectar <strong>de</strong>l pasado y estar presentes ahora para proyectarnos <strong>de</strong> nuevo hacia el futuro.<br />
Todas las dimensiones <strong>de</strong>l tiempo son importantes y están en interrelación constante<br />
18
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (17-22)<br />
unas con otras. Nuestras vidas las vivimos en una variedad <strong>de</strong> dimensiones. Primero, en<br />
el mundo físico concreto interactuamos con objetos materiales. Segundo, está el mundo<br />
que vivimos con la otra gente, con la que interactuamos. Tercero, vivimos con la<br />
dimensión <strong>de</strong> auto-representación, esto es con nuestro mundo interno. Cuarto, vivimos<br />
con la dimensión abstracta espiritual, don<strong>de</strong> encontramos el significado y le damos<br />
sentido a las cosas.<br />
La vida es intrínsicamente complicada, cada día encontramos problemas <strong>de</strong><br />
todos los tipos y niveles. Cuando encontramos la vida muy difícil tenemos una<br />
ten<strong>de</strong>ncia a hacer las cosas más sencillas, escapando <strong>de</strong> la realidad y viviendo con<br />
ilusiones. Uno <strong>de</strong> los caminos que tomamos es imaginar que estamos con<strong>de</strong>nados a ser<br />
lo que somos, en lugar <strong>de</strong> abrazar nuestra libertad y la responsabilidad <strong>de</strong> tomar nuestras<br />
<strong>de</strong>cisiones y cambios existenciales. La baja confianza conduce a la pasividad, lo que<br />
perpetúa nuestras dificulta<strong>de</strong>s para hacer frente a nuestros problemas.<br />
A veces los seres humanos nos sentimos tan sobrecargados por la complejidad<br />
<strong>de</strong> los problemas que tenemos que hacer frente, que nos retiramos completamente <strong>de</strong>l<br />
mundo, terminado en aislamiento y locura, perdiendo firmeza en la realidad y los restos<br />
<strong>de</strong> fortaleza y la vitalidad <strong>de</strong>l proceso.<br />
Una <strong>de</strong> las causas constantes <strong>de</strong> preocupación es la presencia <strong>de</strong> los otros. A<br />
menudo ten<strong>de</strong>mos a ver a otras personas como amenazas potenciales y mucha <strong>de</strong><br />
nuestra experiencia confirma la <strong>de</strong>sconfianza en los otros. Nunca la interacción<br />
<strong>de</strong>structiva o el evitamiento <strong>de</strong> la interacción pue<strong>de</strong>n convertirse en una auto-profecía <strong>de</strong><br />
estar con<strong>de</strong>nado al fracaso. Como frágiles seres humanos que somos a menudo vivimos<br />
arrepentidos <strong>de</strong> lo que ha pasado ayer, con miedo <strong>de</strong> lo que se nos pedirá ser hoy y<br />
culpabilidad <strong>de</strong> lo que no hemos hecho para mañana. De esta forma nos po<strong>de</strong>mos<br />
paralizar emocionalmente.<br />
Algunas personas se encuentran ellas mismas en situaciones en las que<br />
restringen su punto <strong>de</strong> vista y su libertad <strong>de</strong> acción. Los factores genéticos, evolutivos,<br />
culturales y <strong>de</strong> género pue<strong>de</strong>n generar todos ellos lo que aparece como un obstáculo<br />
insalvable. La vida <strong>de</strong> cada persona presenta un gran número <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s que<br />
tenemos que apren<strong>de</strong>r a acomodar o sobrellevar. Algunas personas se organizan para<br />
enfrentar <strong>de</strong>sventajas iniciales sustanciales o adversida<strong>de</strong>s, mientras que otras<br />
<strong>de</strong>spilfarran sus ventajas o tropiezan cuando se encuentran frente a contratiempos<br />
menores.<br />
Cada problema tiene su correspondiente solución. Nuestras actitu<strong>de</strong>s y nuestro<br />
estado mental hacen la diferencia <strong>de</strong> cómo utilizar nuestra habilidad para vencer las<br />
dificulta<strong>de</strong>s. No se consigue nada culpándose uno mismo o a los otros o a las<br />
circunstancias y continuar atrapado en una posición especifica. Confrontar la situación<br />
pue<strong>de</strong> ser duro, sin embargo, siempre es posible, dando tiempo y recibiendo, si se<br />
necesita, ayuda. Estar preparado para enfrentar nuestros problemas conduce a resolver<br />
situaciones que acarrea la misma vida y a una buena disposición para ir al encuentro <strong>de</strong><br />
lo que aparezca, con rapi<strong>de</strong>z y un espíritu <strong>de</strong> aventura. El cambio se da continuamente y<br />
los seres humanos tenemos que hacer gran<strong>de</strong>s esfuerzos para mantener una situación<br />
estable. A menudo intentamos evitar el cambio, incluso cuando nuestra situación no es<br />
especialmente buena. Frecuentemente tememos los procesos inevitables <strong>de</strong><br />
transformación a los que todas las cosas en este mundo están sujetas.<br />
Cuando los clientes vienen a psicoterapia lo hacen <strong>de</strong>bido a que quieren<br />
encontrar la fuerza y la confianza que les permita hacer un cambio para bien en sus<br />
vidas. Necesitan que el terapeuta les haga creer en ellos mismos y les ayu<strong>de</strong> a afirmarse<br />
19
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
cuando se confronten con sus miedos. El paciente necesita recibir soporte para que<br />
aprenda el autosoporte, necesita recibir contacto nutritivo para que aprenda a entrar en<br />
contacto sano. En palabras <strong>de</strong> Laura Perls: “... un adulto que cuente con las funciones <strong>de</strong><br />
soporte y <strong>de</strong> contacto necesarias tampoco le paralizará el miedo”. (p. 154). Uno <strong>de</strong> los<br />
objetivos <strong>de</strong>l trabajo humanístico resi<strong>de</strong> en hacer que los clientes estén más abiertos a su<br />
propia experiencia y a toda su realidad paradójica. Los clientes pue<strong>de</strong>n ser ayudados a<br />
ser más tolerantes <strong>de</strong> su propia ansiedad, llegando a compren<strong>de</strong>rla mejor, haciéndose<br />
más auto-reflexivos.<br />
El darse cuenta (“awareness”) <strong>de</strong> una situación modifica totalmente la situación<br />
(Castanedo, 2002, 2003). Gradualmente y a medida que los clientes relatan y analizan<br />
su historia con su terapeuta, alterarán la interpretación <strong>de</strong> la misma y, en consecuencia,<br />
la <strong>de</strong> ellos mismos, modificará su propia existencia.<br />
Permitir que las personas se <strong>de</strong>n cuenta <strong>de</strong> sus fortalezas, <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s, talentos y<br />
habilida<strong>de</strong>s es tan importante como ayudarlos a explorar el lado oscuro <strong>de</strong> su<br />
experiencia, pasiones y añoranzas. En este sentido el POI es un instrumento psicológico<br />
que permite <strong>de</strong>tectar –entre otros factores <strong>de</strong> la personalidad- tanto el autoconcepto<br />
como la autoaceptación (Castanedo y Munguía, 2004), la <strong>de</strong>bilidad como la fortaleza.<br />
Los enfoques humanísticos están en principio contra las técnicas, estas impi<strong>de</strong>n<br />
la interacción humana profunda y directa, en un nivel real. Las habilida<strong>de</strong>s terapéuticas<br />
se utilizan para ayudar a los clientes a que enfrenten los acontecimientos vitales y el<br />
encuentro terapéutico consiste en establecer un intercambio humano profundo y<br />
auténtico, un encuentro “yo-tú” buberiano.<br />
Si embargo, un <strong>de</strong>terminado número <strong>de</strong> estrategias son utilizadas y reconocidas<br />
como perteneciente al campo humanístico. En estas se incluye trabajar con las paradojas<br />
cuando se ayuda a los clientes a reconocer sus conflictos y a confrontar la realidad, con<br />
todas sus contradicciones y ambigüeda<strong>de</strong>s que conlleve.<br />
En las sesiones psicoterapéuticas se refuerza una actitud <strong>de</strong> apertura y los<br />
clientes no son mimados, aunque si son tratados con respeto, esmero y comprensión<br />
(empatía rogeriana). En este proceso terapéutico se hace énfasis en el darse cuenta <strong>de</strong> la<br />
fortaleza que están <strong>de</strong>sarrollando y como pue<strong>de</strong>n apren<strong>de</strong>r a confrontar las limitaciones<br />
con más eficacia. La psicoterapia permite que los clientes hagan explicitas sus<br />
suposiciones implícitas, creencias y valores, hasta que emerja una percepción <strong>de</strong>l<br />
mundo más nítida y clara (<strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>). Todo esto pue<strong>de</strong> ser explorado en las<br />
contradicciones o implicaciones ocultas. El terapeuta sigue la pista <strong>de</strong>l estado mental <strong>de</strong>l<br />
cliente, sus estados <strong>de</strong> ánimo, actitu<strong>de</strong>s, sentimientos y emociones profundas, son<br />
perseguidos hasta su fuente, <strong>de</strong> tal forma que un fuerte sentimiento <strong>de</strong> lo que realmente<br />
importa emerja como figura <strong>de</strong> un fondo en el que se encontraba adormecido. Una vez<br />
vivenciada esta experiencia se enseña al cliente a que continúe, por si sólo, practicando<br />
centrado siempre en esta pista emocional.<br />
Los propósitos y asuntos finales son trabajados hasta que el cliente se siente<br />
reactivado a vivir la vida con plenitud, <strong>de</strong> una forma implicada y comprometida y sin<br />
escapar a las dificulta<strong>de</strong>s y miedos que le surgirán en su camino existencial.<br />
Re<strong>de</strong>scubriendo que es lo que uno <strong>de</strong>sea vivir para sí mismo, se consigue un gusto<br />
renovado para la propia creatividad y habilidad, encontrando en ese camino una forma<br />
<strong>de</strong> vida autorrealizada (Maslow). Con el fin <strong>de</strong> encontrar una pista, que penetre en los<br />
dilemas <strong>de</strong>l cliente <strong>de</strong> una forma personal y directa, el terapeuta se i<strong>de</strong>ntifica con los<br />
asuntos <strong>de</strong>l cliente. Al mismo tiempo la distancia con los apuros <strong>de</strong>l cliente <strong>de</strong>be<br />
20
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (17-22)<br />
mantenerse por medio <strong>de</strong> una actitud filosófica, que permite que los problemas puedan<br />
ser vistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una mayor perspectiva <strong>de</strong> lucha humana universal.<br />
Los asuntos i<strong>de</strong>ológicos pue<strong>de</strong>n ser <strong>de</strong>batidos y los asuntos políticos y culturales<br />
pue<strong>de</strong>n ser tratados. Clarificar y crear un mundo significativo son dos <strong>de</strong> los objetivos<br />
más importantes <strong>de</strong> la psicoterapia. Mo<strong>de</strong>lando un penoso y cuidadoso enfoque a la vida<br />
y a los otros, los terapeutas humanísticos alientan a los clientes un <strong>de</strong>seo vital a vivir<br />
plenamente con coraje y autorrealización. Este esfuerzo es siempre dirigido contra el<br />
reconocimiento <strong>de</strong> las limitaciones humanas y personales y va aparejado a una<br />
aceptación creciente <strong>de</strong> las fuerzas <strong>de</strong> la vida y la muerte, <strong>de</strong> las cuales todos estamos<br />
ro<strong>de</strong>ados.<br />
La investigación en la psicoterapia con enfoques humanísticos es escasa dada la<br />
oposición <strong>de</strong> los terapeutas <strong>de</strong> estas corrientes a la tecnología <strong>de</strong> la investigación.<br />
Aunque, por otra parte, existe una relativa cantidad <strong>de</strong> estudios cualitativos que<br />
investigan los factores existenciales. Así mismo, una gran cantidad <strong>de</strong> investigación<br />
trata indirectamente los asuntos existenciales. Algunas <strong>de</strong> estas investigaciones son:<br />
1. Yalom (1970), en su trabajo con grupos, <strong>de</strong>scubre que los factores existenciales son<br />
<strong>de</strong> mucha más importancia para el cambio <strong>de</strong>l cliente <strong>de</strong> lo que originalmente se<br />
pensaba. A partir <strong>de</strong> ese momento la psicoterapia existencial se convierte en el foco<br />
<strong>de</strong> su trabajo posterior (Yalom, 1980).<br />
2. La mayoría <strong>de</strong> la investigación proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l enfoque centrado en la persona está<br />
relacionada con la psicoterapia existencial, especialmente cuando se trata <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>mostrar la importancia <strong>de</strong> la sinceridad o autenticidad por parte <strong>de</strong>l terapeuta<br />
(Carkhuff y Truax, 1965).<br />
3. Bergín y Gardfield (1994), reconocen un <strong>de</strong>terminado número <strong>de</strong> factores<br />
existenciales que explican la eficacia <strong>de</strong> la psicoterapia.<br />
4. La investigación cualitativa muestra la importancia <strong>de</strong> varios factores existenciales<br />
(Rennie, 1992).<br />
5. Varias investigaciones señalan la importancia <strong>de</strong> crear un significado que le dé un<br />
sentido a la vida, para lograr el procesamiento exitoso <strong>de</strong> los acontecimientos<br />
traumáticos (Clarke, 1989).<br />
Bibliografía<br />
1. Bergin, A. & Garfield, S. (1994). Handbook of Psychotherapy and<br />
Behavior Change. New York: Wiley, 4ª ed.<br />
2. Binswanger, L. (1963). Being-in the-world. New York: Basic Books.<br />
3. Boss, M. (1957). Psychoanalysis and Daseinsanalysis. New York: Basic<br />
Books.<br />
4. Bugental, J.F.T. (1981). The Search for Authenticity. New York:<br />
Irvington.<br />
5. Carkhuff, R., & Truax, C. (1965). Training in counseling and therapy: an<br />
evaluation of an integrated didactic and experiencial approach. Journal<br />
of Consulting Psychotherapy, 29, 334-436.<br />
6. Castanedo, C. (2002). <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Enfoque centrado en el aquí y el<br />
ahora. Barcelona: Her<strong>de</strong>r, 4ª ed.<br />
21
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
22<br />
7. Castanedo, C. (2003). Grupos <strong>de</strong> Encuentro en <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. De la<br />
silla vacía al círculo gestáltico. Barcelona: Her<strong>de</strong>r, 3ª ed.<br />
8. Castanedo, C., y Munguía, Gabriela (2004). El arte <strong>de</strong> autorrealizarse<br />
como persona y el POI. Madrid: Universidad Complutense, 4ª edición.<br />
9. Clarke, K.M. (1989). Creation of meaning: An emotional processing and<br />
psychotherapy. Psychotherapy, 26, 139-148.<br />
10. Cohn, H. (1997). Existential Thought and Therapeutic Practice. London:<br />
Sage.<br />
11. Deurzen, E. van (1988). Existential Counseling in Practice. London<br />
Sage.<br />
12. Deurzen, E. van (1997). Everyday Mysteries: Existential Dimension of<br />
Psychotherapy. London: Routledge.<br />
13. Deurzen, E. van (1998). Paradox and Passion in Psychotherapy.<br />
Chichester: Wiley.<br />
14. Frankl, V.E. (1946, 1964). Man´s Search for Meaning. London: Hod<strong>de</strong>r<br />
and Stoughton.<br />
15. Hei<strong>de</strong>gger, M. (1927). Being and Time. London: Harper.<br />
16. Keirkegaard, S. (1844, 1980). The Concept of Anxiety. Princenton, NJ:<br />
Princenton University Press.<br />
17. Laing, R.D. (1960). The Divi<strong>de</strong>d Self. London: Tavistock.<br />
18. Mahrer, A.R. (1996). The Complete Gui<strong>de</strong> to Experiential<br />
Psychotherapy. New York: Wiley.<br />
19. May, R. (1969). Love and Will. New York: Norton.<br />
20. May, R. , et al. (1958). Existence. New York: Basic Books.<br />
21. Perls, Laura (2004). Viviendo en los límites. México, DF: Plaza y<br />
Valdés, 3ª ed.. (Introducción, traducción y revisión técnica <strong>de</strong> Celedonio<br />
Castanedo <strong>de</strong> la obra Living at the boundary (1992). New York: The<br />
<strong>Gestalt</strong> Journal.<br />
22. Rennie, D.L. (1992). Qualitative analysis of the client´s experience of<br />
psychotherapy: The unfolding of reflexivity. In S. Toukmanian and D.L.<br />
Rennie (eds.). Psychotherapy Process Research: Paradigmatic and<br />
Narrative Approaches. Newbury Park, CA: Sage.<br />
23. Sartre, J.P. (1943). Being and Nothingness: An Essay on<br />
Phenomenological Ontology. New York: Philosophical Library.<br />
24. Tillich, P. (1952). The Courage to Be. New Haven, CJ: Yale University<br />
Press.<br />
25. Yalom, I. D. (1970). The Theory and Practice of Group Psychotherapy.<br />
New York: Basic Books.<br />
26. Yalom, I.D. (1980). Existential Psychotherapy. New York: Basic Books.
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (23-31)<br />
Un homenaje a Laura Perls: (El apoyo terapéutico en<br />
<strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>)<br />
Carmen Vazquez Bandin. Psicoterapeuta *<br />
Resumen<br />
Laura Perls dice: “El contacto solo es posible si hay el suficiente apoyo<br />
disponible”. Esta frase o otros párrafos <strong>de</strong> “Viviendo en los límites” <strong>de</strong> Laura Perls<br />
brindan la oportunidad para explicar el apoyo para que pueda darse el proceso <strong>de</strong><br />
contacto según Perls, Hefferline y Goodman. Este artículo propone que el apoyo<br />
terapéutico es consi<strong>de</strong>rado como una función <strong>de</strong>l campo. A partir <strong>de</strong> aquí, la autora<br />
analiza el auto-apoyo no solo en el paciente sino también en el terapeuta. Le siguen<br />
alguno ejemplos así como conclusiones.<br />
Palabras clave: apoyo, auto-apoyo, campo organismo /entorno, proceso <strong>de</strong>l<br />
self<br />
Abstract<br />
Laura Perls says, “Contact is possible only to the extent that support for it is<br />
available”. This phrase and other paragraphs from “Living at the Boundary” by Laura<br />
Perls provi<strong>de</strong> the opportunity to relate the therapeutic support for contacting according<br />
to Perls/Hefferline/Goodman. This paper proposes that the therapeutic support be<br />
consi<strong>de</strong>red as one function of the field. Then, the author analizes the self-support not<br />
only in the patient but in the therapist also. This is following by some examples of case<br />
studies and finally the conclusions are presented.<br />
Key words: support, self-support, organism/environment field, contacting.<br />
Mi homenaje a Laura<br />
Fritz Perls ha sido y es la figura relevante con la que se i<strong>de</strong>ntifica a la <strong>Gestalt</strong>.<br />
Pero no hay duda <strong>de</strong> que la creación <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> se <strong>de</strong>be, con la misma<br />
intensidad, a Laura (Lore) Perls y a Paul Goodman.<br />
La aportación <strong>de</strong> Laura Perls no suele mencionarse, aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio<br />
estuvo implicada en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> <strong>de</strong> un modo <strong>de</strong>cisivo. Y no solo<br />
esto, Laura Perls aporta un estilo muy concreto y totalmente distinto <strong>de</strong>l <strong>de</strong> su marido.<br />
Laura Perls se comprometió especialmente en tres aspectos <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong>: el “apoyo” (support), el “compromiso” (commitment) y la dimensión corporal<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>.<br />
No voy a contar la vida <strong>de</strong> Laura Perls, no creo que esa sea la mejor manera <strong>de</strong><br />
rendirla homenaje, creo que, <strong>de</strong> estar aún entre nosotros, le hubiera gustado que ocupara<br />
este tiempo compartido en hablar <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> los temas que fueron su fuerza. Voy a<br />
tratar <strong>de</strong>l apoyo, en concreto, <strong>de</strong>l apoyo terapéutico<br />
Pero antes <strong>de</strong> centrarme en el tema quiero resaltar la capacidad personal <strong>de</strong><br />
Laura, la “Gran<strong>de</strong> Dâme <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong>”, como la llama Stella Resnick, para el “apoyo” y<br />
* E-Mail: ctpvazquez@correo.cop.es , Web: http://web.jet.es/mcruzge/<strong>Gestalt</strong>CTP<br />
23
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
para el “compromiso”, su coherencia en vivir aquello que transmitía y no lo voy a hacer<br />
con mis palabras, sino con algunos testimonios personales <strong>de</strong> quienes la conocieron.<br />
“Me sentí bastante abrumado por esta personita que irradiaba una tremenda<br />
energía especialmente a través <strong>de</strong> sus ojos. Sus ojos eran vivaces, atentos, indagadores,<br />
curiosos, sonrientes, comunicadores, …”<br />
(Yaro Starak)<br />
“Recuerdo su sensualidad y su chispeante y genuina manera <strong>de</strong> mostrar su<br />
entusiasmo. Hablábamos <strong>de</strong> meditación, <strong>de</strong> su vida y cotilleábamos sobre algunas<br />
personas <strong>de</strong> la comunidad gestáltica…”<br />
(Steven Hendlin)<br />
“Su interés por la vida y por los <strong>de</strong>más, su curiosidad casi infantil siempre me<br />
intrigaron”.<br />
(Zelda Schemaille)<br />
“Laura Perls para mí, personifica lo que Buber <strong>de</strong>scribe como el punto álgido <strong>de</strong>l<br />
Yo-Tú, el que se refiere a ‘la elegancia <strong>de</strong> su aparición y la solemne tristeza que <strong>de</strong>ja su<br />
partida’”.<br />
(Eileen Abigail Wright)<br />
“Laura era una mujer tierna y <strong>de</strong> movimientos armoniosos… con un discreto<br />
movimiento <strong>de</strong> asentimiento <strong>de</strong> la cabeza, una mirada concreta o con un simple gesto,<br />
Laura apoyaba nuestros más difíciles esfuerzos”.<br />
(Micki Balaban)<br />
Gracias, Laura, por haber sido siempre un apoyo básico imprescindible para que<br />
la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> creciera y se <strong>de</strong>sarrollara. De la teoría <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> he<br />
aprendido que no es posible una figura si no existe un fondo para contenerla, para<br />
sostenerla, para apoyarla; pero tú me has hecho vivir, experimentar esta verdad: tu vida<br />
ha sido el fondo, el apoyo sostenido y continuado para que Fritz y la misma <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong> pudieran llamarnos la atención como figuras. Gracias por enseñarme la fuerza y<br />
la discreción <strong>de</strong>l apoyo continuado.<br />
Advertencia<br />
Lo que viene a continuación es un borrador, un intento <strong>de</strong> pensar en voz alta<br />
como una segunda fase <strong>de</strong> mi proceso <strong>de</strong> pensar y escribir sobre el apoyo terapéutico en<br />
<strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>.<br />
Generalida<strong>de</strong>s<br />
El concepto <strong>de</strong> apoyo, implícita o explícitamente, parece que a todos nos resuena<br />
<strong>de</strong> una manera especial. Es una <strong>de</strong> las palabras que, rápidamente evoca una respuesta<br />
emocional cuando la oímos (“Me he sentido apoyado”, “No me apoyas”) e incluso es un<br />
término que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na otras asociaciones <strong>de</strong> contenido fuertemente emocional (“Me<br />
he sentido abandonado”, “Necesito sentirte cercano”, etc.).<br />
Pero en mi opinión, es un concepto al que no hemos <strong>de</strong>dicado la atención que se<br />
merece, ni en <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> ni en otras escuelas terapéuticas.<br />
24
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (23-31)<br />
En una sociedad como la nuestra, en la que se fomenta y se valora la autonomía,<br />
la fuerza, la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, el “hágalo usted mismo” parece que el concepto <strong>de</strong> apoyo<br />
va cobrando fuerza como una figura que poco a poco se va imponiendo en la<br />
conciencia. Y como ocurre con cualquier figura nítida y clara pone activa nuestras<br />
energías para reclamar nuestra atención y buscar su resolución.<br />
Quizás nuestras estructuras <strong>de</strong> personalidad, fuertemente narcisistas, están<br />
empezando a resquebrajarse ante tanta autoexigencia, tanta fortaleza, tanto disimulo <strong>de</strong><br />
las emociones. Por todas partes se empieza a oír hablar <strong>de</strong> solidaridad, <strong>de</strong> hermandad,<br />
<strong>de</strong> equipo, <strong>de</strong> compartir, …y no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser una forma velada <strong>de</strong> buscar apoyo.<br />
Pero no es <strong>de</strong>l apoyo en general <strong>de</strong> lo que quiero hablar sino <strong>de</strong> una forma<br />
concreta <strong>de</strong> apoyo: el apoyo terapéutico. Y <strong>de</strong>l apoyo terapéutico según la <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong>.<br />
Laura Perls, en 1953, <strong>de</strong>cía: “El contacto solo pue<strong>de</strong> ser bueno y creativo cuando<br />
existe el apoyo necesario para permitirlo”(Perls, Laura: Viviendo en los límites,<br />
Valencia, 1994, pág. 137).<br />
Y en Pascua <strong>de</strong> 1986, seguía diciendo: “La orientación y la manipulación en el<br />
contacto solo es posible cuando existe un buen apoyo disponible… Los conceptos más<br />
importantes son frontera, contacto y apoyo. Pero el apoyo es el más urgente”.(“Laura<br />
Posner Perls: In Memoriam” aparecido en la Website <strong>de</strong> The <strong>Gestalt</strong> Journal)<br />
Efectivamente, Laura, estoy <strong>de</strong> acuerdo contigo, el apoyo es el más urgente <strong>de</strong><br />
todos.<br />
¿Qué es el apoyo terapéutico según la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>?<br />
Generalmente, cuando, en <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>, hablamos <strong>de</strong>l apoyo, nos estamos<br />
refiriendo al apoyo a las interrupciones <strong>de</strong>l contacto pero olvidamos que el apoyo<br />
terapéutico es un requisito esencial en el campo.<br />
Pero cuando trato <strong>de</strong> centrar el tema, para po<strong>de</strong>r escribir con claridad, me<br />
aparecen varios conceptos que me cuesta diferenciar: apoyo a las interrupciones <strong>de</strong>l<br />
contacto, autoapoyo por parte <strong>de</strong>l paciente, autoapoyo <strong>de</strong>l terapeuta, apoyo terapéutico,<br />
… ¿dón<strong>de</strong> empieza uno y acaba otro? ¿Son todos lo mismo? ¿En que se diferencian?<br />
Creo que el apoyo en general es el conjunto <strong>de</strong> todos ellos y estos, a su vez, son<br />
matices <strong>de</strong>l mismo.<br />
Voy a poner un ejemplo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>.<br />
Si queremos plantar árboles, remolachas o flores o cualquier otra cosa que<br />
queramos que germine y que crezca, es necesario que se cumplan unos requisitos<br />
básicos. Estos requisitos formarían parte <strong>de</strong>l campo y correspon<strong>de</strong>rían a sus dos<br />
componentes principales: la semilla y la tierra. La semilla <strong>de</strong>bería cumplir sus propias<br />
funciones: estar viva, preparada para germinar, esto sería el autoapoyo <strong>de</strong>l propio<br />
paciente. La tierra, necesita estar abonada, suelta, húmeda, aireada, con sol, etc…; esto<br />
correspon<strong>de</strong>ría al autoapoyo <strong>de</strong>l terapeuta. Juntas, tierra y semilla, forman el campo en<br />
don<strong>de</strong> la semilla crecerá. Son indispensables los dos elementos para hacer posible el<br />
crecimiento y el cambio <strong>de</strong> la semilla; cada uno, <strong>de</strong>be <strong>de</strong> reunir <strong>de</strong>terminadas<br />
condiciones y cumplir <strong>de</strong>terminadas funciones en el proceso. Como dice el libro PHG:<br />
estos dos elementos se unen, a pesar <strong>de</strong> sus diferencias (eso es el contacto) para que la<br />
semilla sobreviva y la consecuencia <strong>de</strong> ello es el crecimiento. Y Laura Perls expresa<br />
esta misma i<strong>de</strong>a cuando dice: “El contacto es reconocer y hacer frente al otro, a lo que<br />
25
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
es diferente, nuevo o extraño… no es un estado… sino que es una actividad” (Perls,<br />
Laura: Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 143). Pero por muy viva que esté la<br />
semilla, requiere <strong>de</strong> la tierra para po<strong>de</strong>r germinar, la tierra <strong>de</strong>be acogerla para po<strong>de</strong>r<br />
hacer todo su <strong>de</strong>sarrollo, ya que pue<strong>de</strong> empezar a germinar por sí misma pero sin la<br />
tierra no pue<strong>de</strong> completar su proceso. Esta acogida <strong>de</strong> la tierra con unas condiciones<br />
<strong>de</strong>terminadas y una intencionalidad genuina es lo que yo consi<strong>de</strong>ro, en la terapia, el<br />
apoyo terapéutico.<br />
Yo veo así el proceso terapéutico, el acogimiento genuino a la persona que es el<br />
paciente; ser un “entorno privilegiado” don<strong>de</strong> el paciente pueda correr riesgos.<br />
En el proceso terapéutico, la finalidad <strong>de</strong> la terapia es apoyar las interrupciones<br />
al contacto, en el aquí y ahora <strong>de</strong> la sesión, para que este se restablezca pero, como dice<br />
Laura Perls, “el objetivo <strong>de</strong> la terapia es crear el apoyo necesario para permitir que<br />
reorganicemos y re-encaucemos nuestra energía” (Perls, Laura: Viviendo en los límites,<br />
Valencia, 1994, pág. 141). No es posible el contacto si no hay apoyo terapéutico.<br />
Efectivamente, no se pue<strong>de</strong> construir una casa, si no se cuenta con el suelo, con el<br />
terreno para po<strong>de</strong>rla construir.<br />
Cada sesión terapéutica tendrá sus propias peculiarida<strong>de</strong>s para permitir,<br />
potenciar y restablecer el contacto pero es necesario, como paso primero, el apoyo, esto<br />
es, que tanto el terapeuta como el paciente aporten al campo <strong>de</strong> interacción una serie <strong>de</strong><br />
condiciones. El apoyo en general son todas las condiciones <strong>de</strong>l campo, todas las<br />
funciones <strong>de</strong>l campo. Por lo tanto, el apoyo terapéutico ES un requisito <strong>de</strong>l campo, ES<br />
una función <strong>de</strong>l campo. “El apoyo es el fondo sobre el que se <strong>de</strong>staca (existe) y se<br />
forma una gestalt significativa: la experiencia actual” (Perls, Laura: Viviendo en los<br />
límites, Valencia, 1994, pág. 128). Es algo compartido, es algo que el terapeuta <strong>de</strong>be<br />
aportar y algo, diferente, que el paciente tiene que aportar por su parte.<br />
Un paseo por el autoapoyo<br />
Haciendo una división “didáctica” para po<strong>de</strong>r continuar con mi explicación, ya<br />
que el campo gestáltico es la “totalidad” y “es una abstracción” [Perls, F, Hefferline, R<br />
y Goodman, P: <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>: Excitación y Crecimiento <strong>de</strong> la personalidad humana,<br />
Col. Los Libros <strong>de</strong>l CTP, Madrid, 2002, Volumen I, Capítulo 1, Apartado 1, Párrafo, 3<br />
(A partir <strong>de</strong> ahora, PHG, I, 1, 1, 3)], po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> tres matices en el apoyo: el<br />
apoyo <strong>de</strong>l paciente, el apoyo <strong>de</strong>l terapeuta y el apoyo terapéutico.<br />
¿Qué <strong>de</strong>ben aportar paciente y terapeuta? A nivel general, el primer requisito por<br />
parte <strong>de</strong>l paciente es su necesidad <strong>de</strong> crecer, su motivación para “germinar”, pero<br />
ambos, paciente y terapeuta, <strong>de</strong>ben “ser capaces <strong>de</strong> correr riesgos” (PHG, I); aunque en<br />
cada sesión, si seguimos a Laura Perls, esta dice: “La función más importante <strong>de</strong>l<br />
autoapoyo es la respiración” (Perls, Laura: Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág.<br />
88), más a<strong>de</strong>lante, en el capítulo 12 dice: “El (auto)apoyo consiste en todo lo que<br />
fomenta un proceso continuo <strong>de</strong> asimilación e integración por parte <strong>de</strong> una persona, una<br />
relación o una sociedad; la fisiología primaria (la respiración, la digestión,…), la<br />
postura erguida y la coordinación, la sensibilidad y la movilidad, el lenguaje, los hábitos<br />
y las costumbres, los modales y las relaciones sociales y cualquier otra cosa que<br />
hayamos aprendido y hayamos experimentado a lo largo <strong>de</strong> la vida “(Perls, Laura:<br />
Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 137).<br />
Pero es obvio que, en esto, no hay una relación <strong>de</strong> igualdad, por regla general, el<br />
paciente no es muy capaz <strong>de</strong> autoapoyarse, ni física ni psicológicamente<br />
26
“Me pongo en tus manos”<br />
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (23-31)<br />
Partimos <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que el motivo por el que un paciente acu<strong>de</strong> a terapia es<br />
porque tiene un problema. En mi opinión, ese no es el motivo principal. El paciente,<br />
efectivamente, tiene un problema pero, lo que le hace acudir a terapia es que no es capaz<br />
<strong>de</strong> solucionarlo por sí mismo. Busca apren<strong>de</strong>r a resolver su conflicto. Ha agotado sus<br />
posibilida<strong>de</strong>s y pi<strong>de</strong> ayuda. En este pedir ayuda y en cómo apren<strong>de</strong> a resolver su<br />
problema está la clave <strong>de</strong>l proceso terapéutico. Es la interacción <strong>de</strong> las relaciones entre<br />
paciente y terapeuta, en el aquí y ahora <strong>de</strong> la situación, lo que le va a posibilitar, en<br />
primer lugar, <strong>de</strong>splegar con todo su po<strong>de</strong>río, los recursos empleados hasta ese momento<br />
para resolver sus conflictos en sus relaciones interpersonales cotidianas. (Recor<strong>de</strong>mos<br />
que no existe ningún problema humano ni personal que no se <strong>de</strong> en un campo<br />
organismo/entorno. ”Recor<strong>de</strong>mos que cuando hablamos… siempre nos referimos al<br />
campo <strong>de</strong> interacción organismo/entorno, y no a un animal aislado” (PHG, I, 1, 4), va a<br />
mostrarle al terapeuta, cómo hace para relacionarse, cómo hace para satisfacer sus<br />
necesida<strong>de</strong>s, cómo hacer para conseguir <strong>de</strong> su entorno lo que necesita y, por lo tanto, va<br />
a enseñarle cómo fracasa al hacerlo.<br />
Pero cuando llega a terapia, <strong>de</strong> alguna manera, es consciente <strong>de</strong> su fracaso, es<br />
consciente <strong>de</strong> su incapacidad para darse cuenta <strong>de</strong> qué quiere o para saber qué pue<strong>de</strong><br />
hacer para conseguirlo, su autoestima está por los suelos. No solo sus introyectos, sino<br />
su incapacidad diaria para satisfacer sus necesida<strong>de</strong>s (necesidad <strong>de</strong> reconocimiento, <strong>de</strong><br />
intimidad, <strong>de</strong> valoración, …) le han ido disminuyendo la confianza en sí mismo. Sus<br />
insatisfacciones cotidianas, le han hecho dudar <strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> sus recursos, en<br />
<strong>de</strong>finitiva, le han hecho <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> creer en él. La función básica <strong>de</strong> la terapia es<br />
restablecer la confianza en uno mismo, la confianza en la propia capacidad para<br />
conseguir satisfacer las propias necesida<strong>de</strong>s, en una palabra, confiar en la<br />
autorregulación <strong>de</strong>l organismo. Luego, el paciente irá aprendiendo cómo apren<strong>de</strong>r,<br />
específicamente, a conseguir satisfacer estas necesida<strong>de</strong>s, apren<strong>de</strong>rá a mantenerse en<br />
contacto gracias al apoyo <strong>de</strong>l terapeuta a cada interrupción <strong>de</strong>l contacto.<br />
Recuperar la confianza en uno mismo, recuperar la fe en las propias capacida<strong>de</strong>s<br />
solo es posible con un buen apoyo terapéutico. El terapeuta necesita estar atento a<br />
cuidar los “<strong>de</strong>talles” en el campo. No se trata <strong>de</strong> resolverle al paciente los problemas, no<br />
se trata <strong>de</strong> aconsejarle o <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirle lo que tiene que hacer; esto, lo único que haría sería<br />
aumentarle más su falta <strong>de</strong> confianza en sus propios recursos. En eso consiste la terapia,<br />
recordémoslo, en su aprendizaje. Cuidar los “<strong>de</strong>talles” significa creer en la propia<br />
capacidad <strong>de</strong>l paciente, valorar el esfuerzo <strong>de</strong>l paciente, disfrutar con su presencia,<br />
entusiasmarse con sus aportaciones, ver siempre lo bueno y lo “creativo” <strong>de</strong> sus<br />
acciones, hayan sido acertadas o no. Apoyar al paciente es hacerle sentir que, en ese<br />
aquí y ahora, <strong>de</strong> cada sesión, “él es único en el mundo para ti y tú eres único en el<br />
mundo para él”. Después, cada uno volverá a sus quehaceres cotidianos, a sus relaciones<br />
interpersonales, sintiéndose pleno, sintiéndose que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, merece la pena<br />
estar vivo y relacionarse, porque, en <strong>de</strong>finitiva, uno se siente querido y aceptado.<br />
En el apoyo terapéutico apoyamos a la persona por lo que es, no por lo que hace,<br />
para po<strong>de</strong>r cumplir el propósito <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> “… ejercer el yo, con ayuda <strong>de</strong> las<br />
distintas experiencias, para tomar consciencia <strong>de</strong> sus diferentes funciones hasta hacer<br />
revivir espontáneamente la sensación <strong>de</strong> ‘yo soy quien está pensando, sintiendo,<br />
haciendo’” (PHG, I, 1, 11).<br />
27
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Sigue diciendo Laura: “reforzar y aumentar las funciones <strong>de</strong>l apoyo,<br />
moviliza las emociones alienadas y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> establecer contacto, permite<br />
acce<strong>de</strong>r fácilmente al material <strong>de</strong>l fondo que había sido reprimido” (Perls, Laura:<br />
Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 97).<br />
El terapeuta es el apoyo terapéutico<br />
¿Qué <strong>de</strong>be aportar, específicamente, el terapeuta al campo <strong>de</strong> la relación<br />
terapéutica? Su propio autoapoyo, y la capacidad <strong>de</strong> brindarle al paciente la posibilidad<br />
<strong>de</strong> establecer un contacto a<strong>de</strong>cuado.<br />
“El apoyo para entrar en contacto proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> todo lo que se ha asimilado e<br />
integrado” (Perls, Laura: Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 88). Continua<br />
diciendo Laura: “… sólo lo que ha sido asimilado e integrado en el funcionamiento <strong>de</strong>l<br />
organismo se convierte en apoyo… la postura, los hábitos, las costumbres, el lenguaje,<br />
los modales, etc.” (Perls, Laura: Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 96).<br />
El terapeuta, como “tierra” imprescindible para la posibilidad <strong>de</strong> establecer el<br />
contacto <strong>de</strong>be, por un lado ser capaz <strong>de</strong> autoapoyarse, creer en él y ser capaz <strong>de</strong> dar y<br />
recibir.<br />
“La sensación <strong>de</strong>l propio valor se nos da cuando uno se siente competente en<br />
una actividad en curso en la relajación que sigue al terminar la situación… ya que la<br />
sensación <strong>de</strong>l valor propio no pue<strong>de</strong> conseguirse ni inventándose explicaciones, ni<br />
comparándose con un valor externo” (PHG, II, V, 1).<br />
Cuando Perls y Goodman en el capítulo V <strong>de</strong> <strong>Gestalt</strong> Therapy hablan <strong>de</strong> la<br />
oposición ina<strong>de</strong>cuada <strong>de</strong> “Infantil/Maduro” creo que están postulando <strong>de</strong> una manera<br />
contun<strong>de</strong>nte las características personales que <strong>de</strong>be tener el terapeuta: ”capacidad para<br />
‘esperar el momento oportuno’”, “capacidad para alucinar”, esto es, vivir que “el centro<br />
<strong>de</strong> la realidad está en la acción”, y capacidad para cambiar la “responsabilidad” en<br />
“seriedad”, teniendo en cuenta que la seriedad goodmaniana “es la actividad en la que<br />
uno se compromete y le cuesta abandonar, ya que el self, en su totalidad está implicado”<br />
(PHG, II, V, 11). Cito palabras textuales <strong>de</strong> Perls, Hefferline y Goodman, que me<br />
parecen especialmente hermosas, “… la relación contractual no se toma tanto como un<br />
<strong>de</strong>ber sino como un <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la simetría… Y en la etapa en la que se<br />
convierte él mismo en autoridad, en profesor, en padre, el campo se modifica <strong>de</strong> nuevo:<br />
el individuo in<strong>de</strong>pendiente lo es ahora menos, ya que otras personas se encariñan<br />
espontáneamente <strong>de</strong> él o <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> él simplemente por sus actitu<strong>de</strong>s. Y estas<br />
personas, a su vez, le ofrecen la ocasión <strong>de</strong> expresarse mediante otras acciones nuevas.<br />
Son raras las personas que se vuelven maduras hasta el punto <strong>de</strong> aconsejar, guiar y<br />
cuidar, sin avergonzar, sin dominar, etc., abandonando simplemente sus intereses<br />
‘in<strong>de</strong>pendientes’ como si, en ese momento, fueran menos interesantes” (PHG, II, V,<br />
12).<br />
Y Laura vuelve a matizar estos conceptos y matiza esta “relación <strong>de</strong> simetría”<br />
diciendo que, “dar y recibir (“Give and Take”) compren<strong>de</strong> toda la gama <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l proceso social, cuyo fin es mantener el equilibrio social mientras tiene lugar un<br />
crecimiento continuo” (Perls, Laura: Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 77).<br />
El terapeuta, si es serio, en el sentido goodmaniano, va a concentrar su atención<br />
en la realidad <strong>de</strong>l objeto y en su relación (la cursiva es mía) con él, lo que supone un<br />
movimiento <strong>de</strong> crecimiento personal. Un irresponsable es alguien que no toma en serio<br />
lo que le es necesario. Un diletante juega caprichosamente con su arte, disfruta, pero no<br />
28
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (23-31)<br />
se responsabiliza <strong>de</strong> los resultados. El aficionado se ocupa seriamente <strong>de</strong> su arte, se<br />
siente responsable <strong>de</strong> él pero no necesita comprometerse con ello. El artista toma su arte<br />
en serio y se compromete con él” (PHG, II, V, 12).<br />
¿Qué pue<strong>de</strong> hacer, concretamente, el terapeuta?<br />
1. Debe ser capaz <strong>de</strong> autoapoyarse, aceptarse y quererse, sin <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la respuesta<br />
<strong>de</strong>l paciente. Que su autoestima esté a prueba <strong>de</strong> “sobornos”.<br />
2. Debe “<strong>de</strong>jarse impresionar” por lo genuino <strong>de</strong> cada ser humano.<br />
3. Que sea educado: saludar cordialmente, saber agra<strong>de</strong>cer,<br />
4. Debe ser capaz <strong>de</strong> valorar al paciente y <strong>de</strong> contenerle, esto es, ponerle límites <strong>de</strong> una<br />
manera a<strong>de</strong>cuada.<br />
5. Debe ser “<strong>de</strong>tallista”: <strong>de</strong>jar salir una sonrisa cálida, tener una palabra amable, hacer<br />
sentir al otro cómodo y en confianza.<br />
6. Su función personalidad <strong>de</strong>be ser rica y estar al servicio <strong>de</strong> la terapia (no la terapia al<br />
servicio <strong>de</strong> su vanidad). Laura dice, “Una postura erguida es el principal soporte.<br />
Todo lo adquirido, lo realmente aprendido es soporte. Todo lo indigestado, no lo es”<br />
(Perls, Laura: Easter 1986 in “Laura Posner Perls: In Memoriam” en The <strong>Gestalt</strong><br />
Journal’s Website).<br />
Tres peligros hay en esto, por parte <strong>de</strong>l terapeuta:<br />
1. Fingir; <strong>de</strong>bido a una falta <strong>de</strong> apoyo personal, no ser capaz <strong>de</strong> aceptar genuinamente<br />
al otro como un ser “único e irrepetible”, fascinante y atractivo. Dice Laura: “la<br />
persona que hace un sacrificio (al dar), le falta autoestima y acaba exagerando lo<br />
que da… ya que proyecta su propia necesidad insatisfecha…” (Perls, Laura:<br />
Viviendo en los límites, Valencia, 1994, pág. 81).<br />
2. Exce<strong>de</strong>rse y <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser uno mismo. Como dice Laura: “El contacto supone<br />
reconocer al ‘otro’, supone estar consciente <strong>de</strong> que existen diferencias… estar en<br />
contacto se refiere a un estado continuo que conduce poco a poco hacia la<br />
indiferencia (confluencia). Establecer contacto es una función <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong> la<br />
figura, supone estar consciente, atento, etc.” (Perls, Laura: Viviendo en los límites,<br />
Valencia, 1994, pág. 87).<br />
3. Ser excesivamente rígido, frío y autoritario, dando consejos y marcando<br />
constantemente la distancia y las diferencias. Generando <strong>de</strong>sigualdad y vergüenza.<br />
Gordon Wheeler habla <strong>de</strong> que <strong>de</strong> que la falta <strong>de</strong> apoyo por parte <strong>de</strong>l entorno,<br />
tiene como consecuencia la vergüenza. En mí opinión, y siguiendo este razonamiento,<br />
podríamos <strong>de</strong>cir que cuando hay suficiente apoyo a<strong>de</strong>cuado por parte <strong>de</strong>l entorno,<br />
cualquier ser humano obtiene como resultado la autoestima. La autoestima es el<br />
producto final <strong>de</strong> la estima, la aceptación y la valoración, por parte <strong>de</strong>l entorno. Sería<br />
una aplicación concreta <strong>de</strong>l principio gestáltico, <strong>de</strong> que “gracias al contacto<br />
sobrevivimos y la consecuencia <strong>de</strong> sobrevivir es el crecimiento” (PHG)<br />
“Me siento abandonado por ti”<br />
Pero el apoyo, por encima <strong>de</strong> todo, es una relación <strong>de</strong> igualdad. Si no existe el<br />
suelo, la tierra difícilmente me puedo sostener en pie, ni tampoco puedo caminar, pero<br />
29
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
si no tuviera esqueleto, o me faltara el tono muscular… tampoco podría sostenerme ni<br />
caminar.<br />
¿Qué es más importante, el suelo o mis recursos? Uno y otro son necesarios por<br />
igual.<br />
El paciente, la mayor parte <strong>de</strong> las veces, ávido <strong>de</strong> apoyo y no creyendo en sus<br />
recursos, reacciona aferrándose al terapeuta, trata <strong>de</strong> agarrarse a él como la única fuente<br />
<strong>de</strong> apoyo disponible. Reproduce una forma arcaica <strong>de</strong> apoyo, la relación cuidador/niño.<br />
Es el terapeuta quien <strong>de</strong>be fomentar el proceso <strong>de</strong> awareness <strong>de</strong>l paciente hacerle<br />
sentir su propia capacidad <strong>de</strong> autoapoyo.<br />
Pero, lamentablemente, en muchas ocasiones, el terapeuta olvida esta función.<br />
Olvida esta relación <strong>de</strong> igualdad, olvida la propia capacidad <strong>de</strong>l paciente para<br />
autoapoyarse y movido por sus propias necesida<strong>de</strong>s insatisfechas, proyecta en él sus<br />
abandonos y fomenta la relación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad. En ese momento, el paciente <strong>de</strong>ja <strong>de</strong><br />
ser persona para el terapeuta y pasa a ser “su objeto”. Se ha perdido la posibilidad <strong>de</strong><br />
compartir y <strong>de</strong> crecer. Como una “madre” posesiva le atiborra no ya <strong>de</strong> comida real sino<br />
<strong>de</strong> consejos, normas, sugerencias.<br />
Algunos ejemplos<br />
No resulta fácil poner ejemplos concretos <strong>de</strong> apoyo terapéutico ya que, la mayor<br />
parte <strong>de</strong> las veces, son <strong>de</strong>talles no verbales difíciles <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir y que pier<strong>de</strong>n su cali<strong>de</strong>z<br />
fuera <strong>de</strong> contexto pero quiero contar uno especialmente significativo ya que ha tenido<br />
lugar en una planta <strong>de</strong> un Hospital Psiquiátrico y fuera <strong>de</strong> un marco específicamente<br />
terapéutico.<br />
Pilar, auxiliar <strong>de</strong> clínica es, a<strong>de</strong>más, terapeuta gestáltica. Lleva dos semanas<br />
trabajando en la planta <strong>de</strong> mujeres <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Psiquiatría <strong>de</strong> un gran hospital.<br />
Lleva las cenas a las habitaciones <strong>de</strong> las pacientes. Entra en una <strong>de</strong> las habitaciones y<br />
<strong>de</strong>spues <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a la paciente la ban<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> la cena, le pregunta que cómo está y la<br />
habla con cariño. La paciente la mira con asombro y <strong>de</strong>spués la dice: “No <strong>de</strong>bes<br />
tratarme así, porque no estoy acostumbrada a eso y ahora no sé que hacer con esto”.<br />
Otro ejemplo. En la primera cita, una paciente me cuenta que su hijo pequeño,<br />
Javier, tiene la gripe. A la semana siguiente, cuando vuelve a su sesión, le pregunto por<br />
su hijo Javier, me contesta que ya está bien y me sonríe. Tiempo <strong>de</strong>spués, me comenta<br />
que cuando volvió la segunda vez y le pregunté por su hijo, recordando el nombre y<br />
preguntando con tanto cariño, se sintió conmovida y pensó: “Si se acuerda <strong>de</strong> mi hijo y<br />
<strong>de</strong> su nombre y me pregunta con tanto interés y cariño por él, también <strong>de</strong>be sentir<br />
interés y cariño por mí. Quiero seguir viniendo con ella”.<br />
Conclusiones<br />
Mucho más podría seguir escribiendo sobre el apoyo terapéutico y su utilidad<br />
fundamental en el proceso terapéutico. Debo seguir estructurando y dando forma a las<br />
i<strong>de</strong>as que me surgen cada día sobre este tema. Consi<strong>de</strong>ro que es un tema básico y me<br />
siento especialmente movida por el tema.<br />
En esta ocasión me conformo con resaltar algunas i<strong>de</strong>as:<br />
• que el apoyo, en general, son todas las funciones <strong>de</strong>l campo terapéutico;<br />
30
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (23-31)<br />
• que el apoyo terapéutico es una función <strong>de</strong>l campo terapeuta-paciente;<br />
• que sin apoyo no hay contacto;<br />
• que la calidad <strong>de</strong>l apoyo terapéutico <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>l terapeuta para ser<br />
persona en el sentido goodmaniano.<br />
Y no puedo, por menos que acabar este escrito, con unas palabras <strong>de</strong> Laura Perls<br />
como colofón. “si queremos ayudar a nuestros pacientes a realizarse como seres<br />
realmente humanos, nosotros también hemos <strong>de</strong> tener valor suficiente como para<br />
exponernos a los peligros <strong>de</strong> ser humano” (Perls, Laura: Viviendo en los límites,<br />
Valencia, 1994, pág. 121).<br />
Gracias a todos.<br />
Referencias<br />
1. Laura Posner Perls: In Memoriam: Website from The <strong>Gestalt</strong> Journal<br />
Press.<br />
2. Perls, Laura: Viviendo en los límites, Ed. Promolibro, Valencia, 1994.<br />
3. Perls, F.S., Hefferline, R. y Goodman, P.: <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>: excitación y<br />
crecimiento <strong>de</strong> la personalidad humana, Ed. Sociedad <strong>de</strong> Cultura Valle-<br />
Inclán, Colección Los Libros <strong>de</strong>l CTP, Madrid/Ferrol, 2002.<br />
4. Saint-Exupéry, A. El Principito, Ed. Alianza, Madrid, 1965.<br />
31
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Ese viejo asunto <strong>de</strong> los asuntos inconclusos<br />
32<br />
Alejandro Celis H. *<br />
Resúmen<br />
El término "asunto o gestalt inconclusa" fue acuñado, en su acepción<br />
psicoterapéutica, por Fritz Perls, principal exponente <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> Gestáltica. El tema,<br />
a juicio <strong>de</strong>l autor y <strong>de</strong>bido a su importancia en la salud y bienestar psicológicos,<br />
merece un nuevo examen y reformulación. Se examina el concepto en forma universal -<br />
sin hacer distinciones entre las perspectivas <strong>de</strong> terapeuta o <strong>de</strong> paciente-, la forma en<br />
que se generan los asuntos inconclusos, las vivencias que implican, las formas <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>tectar su presencia y sus efectos. Finalmente, se sugieren diversas formas <strong>de</strong><br />
trabajarles.<br />
Palabras clave: <strong>Gestalt</strong>, Asunto inconcluso, psicoterapia humanista.<br />
Abstract<br />
Unfinished business or incomplete gestalt is a concept coined -in its<br />
psychotherapeutic meaning- by Fritz Perls, main exponent of <strong>Gestalt</strong> Therapy.<br />
According to the article's author, this subject <strong>de</strong>serves closer attention and<br />
reformulation, due to its importance in psychological health and well-being. The article<br />
discusses the concept -from client's and therapist's point of view-, the way in which<br />
unfinished business is generated, subjective feelings related to it, ways of <strong>de</strong>tecting their<br />
presence and its effects. Finally, several ways -past and present- of working with<br />
unfinished business in therapy are suggested.<br />
Key words: <strong>Gestalt</strong>, unfinished business, Humanistic therapy.<br />
Dos monjes Zen estaban cruzando un río. Se encontraron con una joven muy<br />
hermosa que también <strong>de</strong>seaba cruzar, pero tenía miedo. Así que uno <strong>de</strong> los monjes la<br />
subió sobre sus hombros y la transportó a la otra orilla.<br />
El otro monje estaba furioso. No dijo nada, pero estaba hirviendo por <strong>de</strong>ntro.<br />
Un monje budista no <strong>de</strong>bería tocar a una mujer; y este hombre no sólo la había tocado,<br />
sino que la había llevado sobre sus hombros. Caminaron durante varios kilómetros.<br />
Cuando estaban llegando al monasterio y ya cruzando el portal, el segundo monje,<br />
furioso, enfrentó al primero y le dijo: "Tendré que hablarle al Maestro respecto a esto,<br />
tendré que informarle. ¡Eso está prohibido!".<br />
El primer monje dijo, "¿De qué hablas?¿Qué es lo que está prohibido?".<br />
"¿Lo has olvidado?", dijo el otro. "¡Llevaste a una hermosa mujer sobre tus<br />
hombros!".<br />
El primer monje rió y dijo: "Sí, la llevé. Pero la <strong>de</strong>jé a la orilla <strong>de</strong>l río,<br />
kilómetros atrás. ¿Acaso tú aún sigues con ella?".<br />
Historia tradicional Zen (En Rajneesh, B.S., 1979)<br />
El tema <strong>de</strong> los asuntos inconclusos o gestalts inconclusas ha recibido,<br />
extrañamente, escasa atención en la literatura posterior a Fritz Perls (1951, 1976). Hallo<br />
esto sorpresivo porque, en mi experiencia personal, es significativo e impactante el<br />
* E-Mail: alejandrocelis@terra.cl , Web: http://www.transformación.cl
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
contraste entre la vivencia <strong>de</strong> tener un sentimiento o impulso "atorado" y la <strong>de</strong> atreverse<br />
a darle curso, a expresarlo. Pero, ¿qué son las situaciones inconclusas? Veámoslo a<br />
través <strong>de</strong> un ejemplo: imaginemos que ayer vivimos una situación en que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
mucho tiempo sin vernos, nos encontramos con un viejo conocido: dicho encuentro, sin<br />
embargo, resultó sorpresivo y en circunstancias quizás poco propicias. Todo lo que<br />
logramos expresarle son lugares comunes y las formalida<strong>de</strong>s habituales. Luego, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> separarnos <strong>de</strong> esta persona, nos surge una incómoda sensación respecto a lo que no le<br />
expresamos, <strong>de</strong>bido a la sorpresa o al temor respecto a cómo seríamos recibidos, etc. Es<br />
posible que durante el resto <strong>de</strong>l día mantengamos "diálogos internos" con esa persona,<br />
en los cuales le expresamos lo que no fue dicho: quizás, todo lo que lo hemos<br />
extrañado, lo importante que es para nosotros, nuestro <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> renovar nuestra amistad,<br />
etcétera. Cierta cantidad <strong>de</strong> energía inexpresada quedó atascada en nuestros músculos,<br />
en nuestra voz.<br />
Esa situación, entonces, pue<strong>de</strong> haber quedado inconclusa. Surgió un impulso, se<br />
generó una energía que no fue <strong>de</strong>dicada a su propósito original: -expresar nuestros<br />
sentimientos- sino que se acumuló en nuestro cuerpo, generando tensiones físicas,<br />
emocionales y mentales. Es asunto conocido que, al crecer, nos insensibilizamos en<br />
mayor o menor grado, producto <strong>de</strong>l condicionamiento y <strong>de</strong> nuestras <strong>de</strong>fensas. Es muy<br />
probable, por ejemplo, que en la actualidad se nos presenten personas, prácticamente<br />
<strong>de</strong>sconocidas, a las que quisiéramos acercarnos; la mayoría <strong>de</strong> las veces no lo hacemos,<br />
y hasta nos las arreglamos para restarle importancia a lo que sentimos. No sentiremos<br />
las cosas con igual intensidad como cuando fuimos niños, pero la situación <strong>de</strong><br />
"incompletitud" igual existirá, aunque no seamos conscientes <strong>de</strong> ella. Y, como señalan<br />
Perls, Hefferline y Goodman (1951), "es una ten<strong>de</strong>ncia básica <strong>de</strong>l organismo completar<br />
cualquier situación o transacción que para él haya quedado incompleta".<br />
Estos mismos autores (1951, pág.323) <strong>de</strong>scriben así la dinámica en que estas<br />
situaciones se "completan": "La situación inconclusa más urgente se vuelve dominante<br />
y moviliza todos los esfuerzos disponibles hasta que la tarea se ha completado; luego, se<br />
vuelve indiferente y pier<strong>de</strong> foco consciente, y la siguiente necesidad más urgente<br />
comienza a requerir atención. Esta necesidad aumenta su urgencia, no en forma<br />
<strong>de</strong>liberada, sino espontánea. ( ) La consciencia espontánea <strong>de</strong> la necesidad dominante y<br />
su organización <strong>de</strong> las funciones <strong>de</strong> contacto es la faceta psicológica <strong>de</strong> la autoregulación<br />
organísmica".<br />
En las páginas siguientes, hablaré, entonces, <strong>de</strong> diversos aspectos <strong>de</strong> este<br />
fenómeno. La mayoría <strong>de</strong> las veces me referiré a él en primera persona, pues tengo la<br />
convicción, tal como he expresado anteriormente (Celis, A., 1992) que el terapeuta <strong>de</strong>be<br />
aten<strong>de</strong>r, como fuente principal <strong>de</strong> aprendizaje, a su propia experiencia. Espero que <strong>de</strong><br />
esto se extraigan las implicancias prácticas para llevar estas i<strong>de</strong>as con éxito a la<br />
psicoterapia.<br />
Siguiendo el ejemplo <strong>de</strong>l psicólogo Wilson Van Dusen, (1978) que imaginaba a<br />
los temas realmente vitales <strong>de</strong> nuestra existencia como un león en nuestro subterráneo,<br />
me gusta darle una imagen al impulso espontáneo por expresarnos. Lo imagino como un<br />
conejo que salta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nosotros: muy pocos <strong>de</strong>jan que el conejo salte libremente, sin<br />
control. La mayoría <strong>de</strong> las veces lo atrapamos en el aire, lo metemos en un saco y lo<br />
encerramos en un cajón o lo ocultamos bajo la alfombra. Por ejemplo, surge un impulso<br />
por <strong>de</strong>cir algo en una conversación -el conejo asoma la cabeza-, pero <strong>de</strong> inmediato<br />
comenzamos a calcular la conveniencia o inconveniencia <strong>de</strong> expresarlo, las posibles<br />
consecuencias sobre nuestra imagen o el aprecio que nos brindan los <strong>de</strong>más: hemos<br />
33
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
encerrado nuevamente al conejo. En otras ocasiones, el conejo ya se halla tan aturdido<br />
por la continua represión que ni siquiera nos percatamos <strong>de</strong> su presencia: nuestra<br />
represión se ha vuelto automática, pero eso tendrá consecuencias, conscientes o<br />
inconscientes, a todo nivel. Es así que podríamos <strong>de</strong>finir una gestalt o situación<br />
inconclusa como aquella a la cual no le hemos dado un término saludable, y en torno a<br />
la cual, por tanto, existe energía acumulada, que nos causa malestar en diversos niveles<br />
y no nos permite estar enteramente atentos a lo que ocurre en este lugar y este momento.<br />
Otro autor los <strong>de</strong>fine <strong>de</strong>l siguiente modo: "Los asuntos inconclusos son<br />
indigestión organísmica. Nos atoramos con materia extraña, gestalts incompletas que<br />
son consecuencia <strong>de</strong> nuestra interferencia con el libre funcionamiento" (Latner, J.,<br />
1974).<br />
Formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>tectarlos<br />
Estos son ejemplos <strong>de</strong> formas <strong>de</strong> saber si tenemos asuntos inconclusos <strong>de</strong><br />
importancia:<br />
• Tenemos fantasías persistentes respecto a personas o situaciones que vivimos en el<br />
pasado;<br />
• Mantenemos "diálogos internos" con otras personas, no presentes;<br />
• Tenemos sueños en que volvemos a vivir alguna situación;<br />
• Sentimos rencor, melancolía o <strong>de</strong>presión con respecto a la forma como se dio algún<br />
hecho <strong>de</strong>l pasado;<br />
• Nos cruzamos con una persona y, en vez <strong>de</strong> sentirnos relajados con cualquier<br />
sentimiento que ésta nos inspire -aunque fuera negativo- experimentamos una<br />
verda<strong>de</strong>ra "nube", una confusa mezcla <strong>de</strong> incomodidad, tensión y sensación <strong>de</strong><br />
"tener algo pendiente" con ella;<br />
• Nuestro cuerpo -el más fino "sensor" <strong>de</strong> lo que nos pasa- tiene una sensación <strong>de</strong><br />
incomodidad o inquietud al ver o al recordar a alguien;<br />
• Estamos participando en una situación, pero con la cabeza en otra parte.<br />
• Perls, Hefferline y Goodman (1951, pág 500) dan, también como ejemplos <strong>de</strong><br />
índices <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> asuntos inconclusos, el insomnio y el aburrimiento.<br />
En una reunión <strong>de</strong> trabajo, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>tectarlo cuando alguno(s) <strong>de</strong> los<br />
miembros <strong>de</strong>l grupo parece distraído, se pone <strong>de</strong> pie para llamar por teléfono, sale y<br />
vuelve a entrar, etcétera. Es poco lo que pue<strong>de</strong> aportar a esa reunión una persona que no<br />
esté realmente presente. La mejor reunión fracasa si sus asistentes están mirando<br />
constantemente su reloj, ansiosos por que llegue la hora <strong>de</strong> término o pendientes <strong>de</strong><br />
algún mensaje urgente que <strong>de</strong>ba traer una secretaria o llegar por el teléfono. Sin<br />
embargo, sólo po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>dicar una atención <strong>de</strong> buena calidad a un asunto a la vez.<br />
A veces nos cruzamos con un conocido en la calle, y esa persona no nos ve<br />
aunque nos mire directo a los ojos, simplemente porque está ensimismada en sus<br />
recuerdos o su diálogo interno. ¿Cuántas veces nos ha pasado que no veamos o no<br />
seamos vistos? En toda situación en que no estemos con todos nuestros sentidos atentos<br />
a lo que está ocurriendo en nosotros y nuestro medio, es muy probable que nuestra<br />
atención y energías se hayan <strong>de</strong>slizado hacia alguno <strong>de</strong> estos asuntos pendientes.<br />
34
Sus efectos<br />
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
En su último disco (Double Fantasy), John Lennon dice en una canción: "La<br />
vida es lo que ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes". Eso ilustra el<br />
efecto más cotidiano y pernicioso: no estamos verda<strong>de</strong>ramente presentes en lo que<br />
estamos haciendo. La tan popular frase "vivir en el aquí y ahora", más allá <strong>de</strong> haberse<br />
convertido en un slogan, apunta a no tener asuntos que nos distraigan <strong>de</strong> estar<br />
enteramente atentos a lo que está sucediendo en este lugar y en este momento.<br />
La situación inconclusa nos quita energía. Nos mantiene en la melancolía, en la<br />
in<strong>de</strong>finición y el <strong>de</strong>scompromiso con aquello con lo que estamos enfrentados ahora,<br />
hoy. Es central para que el momento sea vivido con plenitud y le sea extraído el<br />
máximo provecho, que la persona haya logrado <strong>de</strong>sconectarse internamente <strong>de</strong> sus otros<br />
compromisos, activida<strong>de</strong>s y preocupaciones. "Desconectarse" implica estar presente en<br />
la situación y momento actual, y no <strong>de</strong>jarnos llevar por pensamientos que nos arrastren<br />
al pasado o al futuro. Si nos <strong>de</strong>jamos arrastrar, tendremos otra preocupación más: no<br />
aprovechamos este momento como <strong>de</strong>bíamos y tendremos que completarlo en otra<br />
ocasión -lo que es ya dudoso, si nuestros hábitos son no estar presentes en lo que<br />
hacemos-.<br />
Relacionado con esto se halla una segunda consecuencia: el stress. Algunas<br />
formas <strong>de</strong> concebir el stress son las que siguen: hacer más cosas <strong>de</strong> las que<br />
humanamente po<strong>de</strong>mos; el que nuestra eficiencia se vea entorpecida por nuestra<br />
ansiedad o, también, como la incapacidad para "<strong>de</strong>sconectarnos" <strong>de</strong> nuestro trabajo<br />
mientras <strong>de</strong>scansamos. El stress disfuncional es un estado no-natural en el que nuestro<br />
potencial físico, mental y emocional se ve reducido a un mínimo <strong>de</strong>bido al estado <strong>de</strong><br />
tensión: el impulso refrenado se refleja usualmente, en músculos contraídos, a veces en<br />
forma crónica. A este respecto, Perls, Hefferline y Goodman (1951) señalan que el<br />
concepto <strong>de</strong> "armadura muscular" <strong>de</strong> Wilhelm Reich -que alu<strong>de</strong> a la condición recién<br />
señalada- "es, sin duda, el aporte más importante a la medicina psicosomática <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
Freud".<br />
Cómo se generan los asuntos inconclusos<br />
Quisiera exponer a continuación cuatro <strong>de</strong> las formas principales en que se<br />
generan las gestalts inconclusas.<br />
• La represión <strong>de</strong> un sentimiento o expresión espontáneas:<br />
El condicionamiento -especialmente en la infancia y adolescencia- nos enseña<br />
qué es lo "bueno" y qué es lo "malo". Nuestros padres, los representantes <strong>de</strong> la religión,<br />
nuestros profesores, el mundo adulto en general, nos reprobaron -frunciendo el ceño o<br />
con formas más brutales- cuando expresamos o evi<strong>de</strong>nciamos algunos sentimientos; y<br />
nos sonrieron, nos premiaron y nos alabaron cuando expresamos otros. Puesto que para<br />
nosotros era importante sentirnos queridos y aceptados por ese mundo adulto,<br />
comenzamos a actuar según lo que se esperaba <strong>de</strong> nosotros: nosotros mismos<br />
comenzamos a permitirnos y a "aprobar" en mayor grado algunos <strong>de</strong> nuestros<br />
sentimientos y a sentirnos incómodos con otros, y por lo tanto, los reprimimos (Rogers,<br />
C., 1964). En algunos casos, esta represión implica que estamos conscientes <strong>de</strong>l<br />
sentimiento, mas <strong>de</strong>cidimos no expresarlo; en otras, la represión llega a tal grado que no<br />
tenemos consciencia <strong>de</strong> lo que estamos sintiendo.<br />
35
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Los sentimientos reprimidos, cuando estamos conscientes <strong>de</strong> ellos, nos hacen<br />
sentir vulnerables: "¿Qué pasa si nos rechazan cuando los expresemos?". La ira, el odio,<br />
la pena, la confusión, el llanto, la incertidumbre, la in<strong>de</strong>cisión, la vulnerabilidad, el<br />
<strong>de</strong>seo sexual, el amor, la atracción por otra persona, son sentimientos frecuentemente<br />
reprimidos o aceptados sólo <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ciertos márgenes muy específicos, <strong>de</strong>limitados<br />
por la sociedad. Se genera entonces un problema, pues quisiera sugerir que no hay<br />
norma legal, religiosa o moral que pueda eliminar lo que correspon<strong>de</strong> a nuestra<br />
naturaleza. Por tanto, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los tres a los cinco años apren<strong>de</strong>mos a mentir, a disfrazar<br />
lo que sentimos para evitar la <strong>de</strong>saprobación, el rechazo o el castigo. Lo más grave<br />
ocurre cuando nosotros mismos <strong>de</strong>jamos ya <strong>de</strong> saber con precisión lo que <strong>de</strong> veras<br />
sentimos: nos hemos acostumbrado tanto al disimulo y a la mentira que ya no la<br />
distinguimos <strong>de</strong> lo real.<br />
Si, por ejemplo, la religión que profesamos no acepta la expresión <strong>de</strong> la<br />
sexualidad si no se da con "amor", ni siquiera nos permitiremos vivenciar la primera si<br />
no estamos seguros <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong>l amor: lo primero no se acepta por sí solo. Y<br />
entonces ocurrirá con frecuencia que intentemos convencernos <strong>de</strong> que alguien nos<br />
inspira amor, sólo para po<strong>de</strong>r aceptar la atracción sexual que nos produce. Así ocurre<br />
que relaciones que sólo tienen como base la atracción física se toman como relaciones<br />
<strong>de</strong>finitivas, con las consiguientes dificulta<strong>de</strong>s que experimentará la pareja así formada.<br />
Disimulamos, entonces, lo que sentimos con las personas <strong>de</strong> las que tememos el<br />
rechazo -padres, pareja, etc-: mantenemos una imagen: "No me ha pasado nada, no he<br />
pensado o sentido nada 'irregular'; todo sigue igual". Pero, como digo, nosotros mismos<br />
nos convencemos <strong>de</strong> que esa imagen es la verdad: y todos aquellos sentimientos que<br />
hemos reprimido pasarán a ser asuntos inconclusos, pues la represión no elimina ni hace<br />
<strong>de</strong>saparecer nada.<br />
Es prácticamente consensual en los ámbitos más lúcidos <strong>de</strong> nuestra sociedad que<br />
la cultura (costumbres, formas <strong>de</strong> pensar, lo que se acepta y lo que se rechaza) <strong>de</strong><br />
nuestro país es especialmente inhibitoria. Un ex-Director <strong>de</strong>l diario El Mercurio, al ser<br />
entrevistado tiempo atrás, expresaba que en Chile, lo que no correspon<strong>de</strong> al patrón <strong>de</strong><br />
"lo común, lo aceptado", es fuertemente <strong>de</strong>salentado. Mencionaba a algunos chilenos a<br />
través <strong>de</strong> la historia que, en otros países, habrían sido consi<strong>de</strong>rados genios y estimulados<br />
en su originalidad: aquí habían sido hundidos o ignorados. En su opinión, la creatividad,<br />
la originalidad, la excentricidad, la diferencia, son castigadas y criticadas. Un enfoque<br />
más equilibrado y responsable respecto a lo que sentimos consistiría en atrevernos a<br />
expresar lo que somos en nuestro interior, y a no <strong>de</strong>scalificar a los que lo hacen a<br />
nuestro alre<strong>de</strong>dor si nosotros tenemos miedo <strong>de</strong> hacerlo.<br />
Otra forma <strong>de</strong> situación en que el sentimiento fue reprimido son las situaciones<br />
<strong>de</strong> tipo traumático: por ejemplo, situaciones en que los adultos nos castigaron, y <strong>de</strong>bido<br />
al miedo que experimentamos no pudimos gritar o llorar; o, por algún otro motivo, no<br />
dimos rienda suelta a lo que sentíamos.<br />
• Rencor o resentimiento:<br />
Otra posibilidad <strong>de</strong> que se generen asuntos inconclusos consiste en experimentar<br />
insatisfacción con la forma en que se dieron las cosas en algún momento <strong>de</strong> nuestro<br />
pasado. Nosotros mismos o alguna otra persona sintió o actuó <strong>de</strong> un modo que<br />
simplemente no po<strong>de</strong>mos terminar <strong>de</strong> aceptar: rumiamos interminablemente con los<br />
hechos, imaginamos otro <strong>de</strong>senlace, nos culpamos a nosotros mismos o a la otra<br />
persona. Algunas investigaciones se inclinan a mostrar, como perfil <strong>de</strong> las personas que<br />
pa<strong>de</strong>cen <strong>de</strong> cáncer, que tien<strong>de</strong>n a ser rencorosas y a tener gran<strong>de</strong>s dificulta<strong>de</strong>s para<br />
36
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
perdonar y perdonarse. Quizás los principales exponentes <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo psicógeno <strong>de</strong>l<br />
cáncer son el matrimonio Simonton (Simonton, C. y Simonton, S, 1978). Ellos asumen<br />
que los factores psicológicos que generan el cáncer pue<strong>de</strong>n incluir conflictos<br />
inconscientes no resueltos, el tipo <strong>de</strong> respuesta que se emite frente a eventos traumáticos<br />
stressantes (ej: pérdida <strong>de</strong>l cónyuge), factores <strong>de</strong> personalidad, etc.<br />
Los Simonton asumen que estos factores, directa o indirectamente, alteran la<br />
vigilancia <strong>de</strong>l sistema inmunológico. Se dice que la supresión <strong>de</strong>l sistema inmunológico<br />
es el evento que antece<strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> una célula aberrante en una colección <strong>de</strong><br />
células llamadas tumor -estos datos también son confirmados por Rossi, E. (1993)-;<br />
incluso, algunos sostienen que esta secuencia <strong>de</strong> eventos pue<strong>de</strong> revertirse y ser usada<br />
para combatir el cáncer. Según Goñi: De acuerdo al mo<strong>de</strong>lo psicogénico, entonces,<br />
vemos que muchas veces la forma en que respon<strong>de</strong>mos al stress en la vida está dictada<br />
por nuestras creencias inconscientes acerca <strong>de</strong> quiénes somos, quiénes <strong>de</strong>beríamos ser y<br />
la forma en que el mundo es y <strong>de</strong>biera ser. ( ) Existe una creciente evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que<br />
estas instancias <strong>de</strong> vida estarían asociadas con enfermeda<strong>de</strong>s particulares, como por ej.,<br />
enfermeda<strong>de</strong>s cardiovasculares, úlceras estomacales, asma, irritación <strong>de</strong>l tracto urinario<br />
y cáncer. Y, específicamente en relación a las personas que <strong>de</strong>sarrollan cáncer: Estos<br />
individuos tienen sentimientos <strong>de</strong> <strong>de</strong>svalorización y no se gustan a sí mismos. Los<br />
sentimientos <strong>de</strong> hostilidad están "embotellados" y reprimidos más que llevados a la<br />
superficie y trabajados. Estos rasgos pue<strong>de</strong>n ( ) enmascarar una <strong>de</strong>presión crónica<br />
(Goñi, P., 1991).<br />
Otro investigador <strong>de</strong> las relaciones entre tipo <strong>de</strong> personalidad y las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
que se <strong>de</strong>sarrollan es H.J. Eysenck (Grossarth-Maticek, R. y Eysenck, H.J., 1990). En la<br />
investigación citada, se presenta un cuestionario <strong>de</strong>stinado a discriminar entre seis tipos<br />
<strong>de</strong> personalidad. De éstos, los tipos 1 y 5 se muestran con ten<strong>de</strong>ncias a <strong>de</strong>sarrollar<br />
cáncer, dadas características <strong>de</strong> personalidad como ten<strong>de</strong>ncias a: preferir el pensamiento<br />
racional a la expresión emocional, evitar conflictos, a la <strong>de</strong>fensividad, a la pasividad y a<br />
ser pacificador y complaciente.<br />
Tal como <strong>de</strong>cía antes, un asunto inconcluso implica, muy concretamente, una<br />
gran cantidad <strong>de</strong> energía que gira y gira al interior <strong>de</strong> nuestro sistema, contaminándolo y<br />
enfermándolo. Una úlcera gástrica, un colon irritable, las hemorroi<strong>de</strong>s, la hipertensión y<br />
las afecciones cardíacas pue<strong>de</strong>n, eventualmente, estar correlacionados con la<br />
prolongación in<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> asuntos a los que no se les ha dado sana conclusión.<br />
• Muerte, alejamiento:<br />
Quizás lo que más nos cueste aceptar a los seres humanos es la muerte <strong>de</strong> un ser<br />
querido: quizás no por él -pue<strong>de</strong> que haya pasado a una vida mejor- pero nos es difícil<br />
estar aquí sin su presencia, sin lo que recibíamos día a día <strong>de</strong> esa persona. Sin embargo,<br />
existe otro aspecto que pue<strong>de</strong> dificultarnos el aceptar esa ausencia: los remordimientos<br />
respecto a todo lo que no le expresamos, todo lo que quisimos <strong>de</strong>cir o hacer con esta<br />
persona y que no hicimos y todo lo que quisiéramos que hubiese sido diferente. Para<br />
ilustrar esto, pensemos en la última ocasión en que se nos notificó <strong>de</strong> la muerte<br />
sorpresiva <strong>de</strong> alguna persona cercana. Generalmente, ¿qué es lo primero que pensamos?<br />
Sugeriría que aquello que no le expresamos.<br />
El alejamiento <strong>de</strong> un ser querido, si bien evoca sentimientos posiblemente menos<br />
dolorosos que su muerte, genera efectos similares, en la medida en que la relación con<br />
esa persona no haya tenido un final sano (energía retenida, comunicaciones no hechas).<br />
En particular, el ámbito <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> pareja se ve afectado <strong>de</strong> forma importante<br />
en las vidas <strong>de</strong> las personas. Si uno u otro <strong>de</strong> los cónyuges no han logrado dar un cierre<br />
37
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
saludable a sus relaciones anteriores, es prácticamente seguro que esto afectará<br />
negativamente su relación presente, en formas conscientes y también inconscientes.<br />
• Un conflicto solucionado en forma no equitativa:<br />
Generalmente, un conflicto <strong>de</strong> intereses entre dos partes es solucionado <strong>de</strong> forma<br />
tal que una <strong>de</strong> las partes gana y la otra pier<strong>de</strong>. Esto ocurre, por supuesto, entre<br />
individuos o entre grupos. Sin embargo, también se presenta a nivel internacional: el<br />
problema oceánico entre Chile y Bolivia es un caso representativo. Chile invoca el<br />
Tratado <strong>de</strong> 1904 y, en general, da el asunto por terminado. En el país vecino, sin<br />
embargo, y ya por más <strong>de</strong> cien años, persiste la sensación <strong>de</strong> que el asunto no se ha<br />
cerrado en forma satisfactoria. Sus diversos intentos <strong>de</strong> poner el asunto en discusión han<br />
sido simplemente <strong>de</strong>scartados por sucesivos gobernantes chilenos. Claramente, Bolivia<br />
"perdió" en el caso <strong>de</strong>l conflicto con Chile, y esa sensación hace difícil que como país<br />
se conformen con la solución encontrada.<br />
Deseo <strong>de</strong>stacar que no me refiero a la supuesta justicia o injusticia <strong>de</strong> la<br />
solución: me refiero a si es o no saludable e integradora la situación actual. Cualquier<br />
conflicto que se solucione con "yo gano, tú pier<strong>de</strong>s" genera un asunto inconcluso para la<br />
parte per<strong>de</strong>dora (Gordon, T., 1970). El conflicto entre israelíes y palestinos es<br />
semejante, a pesar <strong>de</strong> los importantes avances <strong>de</strong>l último tiempo. Durante años, los<br />
israelíes se negaron tozudamente a discutir el problema, con lo cual sólo se prolongó la<br />
tensión. Igual caso ocurre con Japón, Rusia y las Islas Kuriles: Rusia ocupó esas islas en<br />
la Segunda Guerra Mundial, y los japoneses sienten -justificadamente o no- que ese<br />
asunto no termina allí. El apartheid Sudafricano produjo, durante años, una situación<br />
poco tolerable para los habitantes <strong>de</strong> raza negra, asunto que recién comienza a relajarse<br />
y resolverse. La situación <strong>de</strong> los negros en los Estados Unidos tampoco se halla<br />
enteramente superada, a pesar <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s avances <strong>de</strong> los últimos treinta años; y<br />
entonces, en muchos <strong>de</strong> ellos aún persiste la incómoda sensación <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> equidad.<br />
• Un introyecto no elaborado<br />
Otra forma <strong>de</strong> generar un asunto inconcluso es el asimilar <strong>de</strong> otras personas<br />
formas <strong>de</strong> pensar o <strong>de</strong> sentir -sin hacerlas propias o modificarlas-. Carl Rogers (1964)<br />
llama al proceso <strong>de</strong> "apropiación", el proceso <strong>de</strong> valoración en la persona madura -o<br />
valoración organísmica-. Respecto al tema, Perls, Hefferline y Goodman (1973)<br />
comentan, textualmente:<br />
Todo introyecto es el precipitado <strong>de</strong> un conflicto antes <strong>de</strong> que éste fuera<br />
resuelto: uno <strong>de</strong> los impulsos en pugna -generalmente un impulso por actuar <strong>de</strong> un<br />
modo <strong>de</strong>terminado- ha abandonado el campo; en su lugar y <strong>de</strong> modo <strong>de</strong> constituir<br />
algún tipo <strong>de</strong> integración -aún cuando falsa e inorgánica- se halla el <strong>de</strong>seo<br />
correspondiente <strong>de</strong> la autoridad coercitiva.<br />
Como sabemos, muchos <strong>de</strong> los valores, opiniones e i<strong>de</strong>ología que aprendimos en<br />
la infancia <strong>de</strong>be, necesariamente, ser reexaminada y redigerida en el proceso <strong>de</strong><br />
maduración psicológica. En este proceso, hacemos propio aquello que<br />
organísmicamente <strong>de</strong>scubrimos como apropiado para nosotros, y nos <strong>de</strong>shacemos <strong>de</strong><br />
aquello que para nosotros no es organísmicamente saludable.<br />
38
La cultura <strong>de</strong>l presente<br />
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
El antiguo libro oracular <strong>de</strong> la religión Taoísta china, el I Ching (traducido en<br />
edición chilena por la Dra. Lola Hoffmann, 1976) incluye entre sus 64 hexagramas el Nº<br />
25, La Inocencia. Algunas <strong>de</strong> las Líneas <strong>de</strong> este hexagrama dicen lo siguiente:<br />
Nueve al principio significa:<br />
La conducta inocente<br />
trae buena fortuna.<br />
y el Seis en el segundo lugar:<br />
Si el hombre, al arar,<br />
no piensa en la cosecha<br />
y al talar el monte,<br />
no piensa en el aprovechamiento <strong>de</strong> la tierra<br />
entonces le es favorable empren<strong>de</strong>r algo.<br />
Respecto a estas líneas, el libro incluye estos comentarios:<br />
Los impulsos propios <strong>de</strong>l corazón son siempre buenos: po<strong>de</strong>mos seguirlos con<br />
confianza. Y todo trabajo <strong>de</strong>be hacerse con amor, según el tiempo y el lugar, sin<br />
codiciar los frutos. Así, todo trabajo resulta bien, y aquello que se empren<strong>de</strong> tiene éxito.<br />
Jesús recomendaba a sus discípulos:<br />
Observen los lirios <strong>de</strong>l campo (no piensan en el mañana).<br />
No trabajan, ni tampoco hilan.<br />
Sin embargo, les digo que ni Salomón,<br />
con toda su magnificencia,<br />
estuvo jamás vestido como una <strong>de</strong> esas flores.<br />
¿Qué quiso comunicarles Jesús? A mi enten<strong>de</strong>r, en su estilo analógico y poético,<br />
quiso <strong>de</strong>cirles: Confíen en lo que la vida les trae en cada momento. No se amarguen este<br />
momento con las preocupaciones respecto al mañana. El mañana cuidará <strong>de</strong>l mañana.<br />
La extraordinaria película La Sociedad <strong>de</strong> los Poetas Muertos popularizó el<br />
dicho <strong>de</strong> Horacio, Carpe Diem, que apunta en el mismo sentido: "Aprovecha el día,<br />
confía en el mañana tan poco como puedas". Goethe expresa algo similar: "Aquél que<br />
capta el momento es el hombre correcto". Hugh Prather (1976): "Sostengo un gato<br />
dormido entre mis brazos. ¿Qué más puedo <strong>de</strong>sear?" Y, también: "Toda relación es<br />
pasajera. Por eso trato <strong>de</strong> que cada contacto sea lo más fructífero. Necesito intimar<br />
rápidamente con aquellos que conozco, pues la experiencia me enseña que no estaremos<br />
juntos mucho tiempo".<br />
De Henry David Thoreau:<br />
Me fui a los bosques porque <strong>de</strong>seaba vivir conscientemente.<br />
Deseaba vivir con intensidad y extraerle toda la savia a la vida,<br />
para <strong>de</strong>sterrar todo lo que no fuese vida<br />
y para que cuando llegase el momento <strong>de</strong> morir,<br />
39
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
no <strong>de</strong>scubriese que no había vivido".<br />
Walt Whitman (1986), en Hojas <strong>de</strong> Hierba:<br />
Nunca hubo más principio que ahora,<br />
ni más juventud ni vejez que ahora.<br />
Ni habrá más perfección que ahora<br />
ni más infierno ni cielo que ahora<br />
Cito todos estos ejemplos -hay muchos más- para ilustrar una i<strong>de</strong>a que expresan<br />
persistentemente hombres sabios a través <strong>de</strong> la historia: la importancia <strong>de</strong> aprovechar y<br />
apreciar el momento presente, el ahora. Fritz Perls solía <strong>de</strong>cir: "El pasado ya no es y el<br />
futuro aún no llega. Sólo existe el presente". Si <strong>de</strong>jamos que nuestra mente nos arrastre<br />
a rumiar el pasado o a prever las posibles circunstancias que se presentarán en el futuro,<br />
no vivimos. Nos sumergimos en una ilusión inexistente -pasado o futuro- y lo único<br />
verda<strong>de</strong>ramente real que la vida nos ofrece -lo que tenemos aquí, en este momento- se<br />
nos escurre entre los <strong>de</strong>dos, la mayoría <strong>de</strong> las veces sin que nos <strong>de</strong>mos cuenta. El<br />
pasado ya no tiene arreglo: si tenemos asuntos inconclusos a su respecto, <strong>de</strong>bemos<br />
aten<strong>de</strong>rlos lo antes posible, para que no sigan succionando nuestra energía. Hay otro<br />
motivo importante para esto: las frustraciones <strong>de</strong>l pasado nos hacen imaginar<br />
compensaciones futuras.<br />
¿Qué significa esto? Significa que, para cada situación que no tengamos<br />
"cerrada" -sanada, terminada, aceptada, perdonada- nuestras fantasías proyectarán<br />
ilusiones en el futuro que, en nuestra imaginación, compensen la frustración que<br />
vivimos en el pasado. Si, por ejemplo, nuestro trabajo nos aburre -quizás porque nunca<br />
nos hemos arriesgado a buscar nuestra verda<strong>de</strong>ra vocación- es muy probable que<br />
tengamos una fantasía recurrente respecto a un empleo i<strong>de</strong>al que se nos presentará algún<br />
día. Si se trata <strong>de</strong>l ámbito afectivo -en el que pue<strong>de</strong> que tampoco hayamos jugado<br />
enteramente nuestras cartas- también pue<strong>de</strong> haber una fantasía <strong>de</strong> la "pareja i<strong>de</strong>al", la<br />
que, supuestamente, también aparecerá por sí sola, sin que <strong>de</strong>bamos hacer nada.<br />
Evolución <strong>de</strong>l trabajo terapéutico con los asuntos inconclusos<br />
La época histórica en que surgió la <strong>Terapia</strong> Gestáltica -fines <strong>de</strong> los años 60-<br />
pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como especialmente fascinante, <strong>de</strong>bido a la presencia <strong>de</strong> una serie<br />
<strong>de</strong> fenómenos sociológicos que bien recordará la generación nacida entre los años 40 y<br />
50 -los que fueron adolescentes o adultos jóvenes en los 60-. Se rompieron tal cantidad<br />
<strong>de</strong> estructuras sociales que no es aventurado suponer que las generaciones que les<br />
siguieron se enfrentaron a un mundo enteramente diferente. Las experiencias <strong>de</strong><br />
búsqueda personal y, específicamente, las terapias <strong>de</strong> grupo que surgieron en esos<br />
tiempos -en líneas afines a la psicoterapia humanista y transpersonal- llegaron a<br />
extremos que nos cuesta imaginar en el presente. En maratones, grupos <strong>de</strong> encuentro y<br />
terapias <strong>de</strong> grupo existía el enfrentamiento abierto <strong>de</strong> sentimientos <strong>de</strong> violencia y sexo;<br />
los pacientes concedían una altísima cuota <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r al terapeuta, autorizándole a emitir<br />
juicios a su respecto, confrontarles, <strong>de</strong>safiarles a enfrentar situaciones, y, en algunos<br />
casos, humillarles y ridiculizarles.<br />
¿Cuál era el objetivo <strong>de</strong> eso? Quizás, lograr que la persona se <strong>de</strong>si<strong>de</strong>ntificara <strong>de</strong><br />
su mecanismo neurótico; sin embargo, lo que también podía ocurrir era que la persona<br />
no sintiera que esto apuntaba a su mecanismo, sino a su ser -y por tanto, podía con esto<br />
sentirse agredido y no valorado-. En ese ámbito, en general se consi<strong>de</strong>raba como valioso<br />
40
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
al trabajo terapéutico que fuese intensamente catártico, violento. Junto con la <strong>Terapia</strong><br />
Gestáltica original -que incluía una importante cuota <strong>de</strong> violencia, en cuanto a las<br />
situaciones a las que el paciente se veía enfrentado- surgieron formas terapéuticas tales<br />
como: diversos tipos <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> Encuentro, la Bioenergética (Lowen, A., 1976), el<br />
Grito Primal (Janov, A., 1970), el Rebirthing (Orr, L., 1979), el proceso Fischer-<br />
Hoffman (Hoffman, R., 1980) y meditaciones intensamente catárticas, como la<br />
Meditación Dinámica (Rajneesh, B.S., 1981); paralelamente, se <strong>de</strong>sarrollaron técnicas<br />
<strong>de</strong> masaje corporal que también implicaban catarsis (Rolf, I., 1977). Obviamente,<br />
también los asuntos inconclusos solían ser tratados en esta tónica.<br />
Yo participé, como terapeuta y como paciente, en activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esa índole -con<br />
tal intensidad que en una catarsis me fracturé dos huesos-, entre los años 1975 a 1987,<br />
en Chile y el extranjero. Sin embargo, cuando en 1987 regresé al país <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber<br />
recibido entrenamiento intensivo en ese tipo <strong>de</strong> técnicas, me sorprendió el <strong>de</strong>scubrir que<br />
no parecían tener sentido ni efecto positivo para las generaciones más jóvenes -si bien lo<br />
habían tenido para las anteriores-. Mi sensación era, no que estuviesen evitando o<br />
reprimiendo algo, sino que esto no "resonaba" en ellos: era como intentar tocar una<br />
campana con un objeto blando. Más aún: los métodos confrontacionales generaban una<br />
mayor resistencia, pues el paciente no se veía enfrentado a responsabilizarse o no <strong>de</strong> su<br />
propio cambio, sino que <strong>de</strong>bía enfrentarse/<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> los intentos <strong>de</strong>l terapeuta por<br />
"cambiarlo".<br />
Diría que a la extrañeza y <strong>de</strong>sconcierto que esto me produjo inicialmente, siguió<br />
la auto-observación, la observación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más y la reflexión. Decidí que,<br />
efectivamente y por algún motivo que no alcanzaba a enten<strong>de</strong>r, esos métodos no eran ya<br />
apropiados, salvo para aquellos que se habían vuelto adictos a trabajar consigo mismos<br />
<strong>de</strong> ese modo. Es así que sigo oyendo hasta hoy día <strong>de</strong> trabajo terapéutico corporal y/o<br />
gestáltico que no ha cambiado un ápice <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1970.<br />
De mi auto-observación en trabajo con alumnos y pacientes individuales y en<br />
grupos, concluí -y esto lo señalo estrictamente como una opinión personal- que lo que<br />
actualmente parece ser apropiado y generar un <strong>de</strong>sarrollo en la persona es el apoyarla,<br />
valorarla y aceptarla, no el <strong>de</strong>safiarla y confrontarla. Lo que actualmente busco en<br />
terapia es que la persona elija utilizar su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión, que perciba el abanico <strong>de</strong><br />
opciones a su alcance y que se haga responsable <strong>de</strong> las opciones que elige. Intento que,<br />
en todo momento, no haya presión <strong>de</strong> mi parte para que elija una opción <strong>de</strong>terminada, y<br />
me esfuerzo por aceptarlo en todo momento.<br />
Es así que y al menos en mi experiencia terapéutica, las generaciones más<br />
jóvenes ya no parecen requerir <strong>de</strong> los métodos <strong>de</strong> tipo catártico para lograr resultados<br />
efectivos, y la concepción que tenemos <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> Gestáltica <strong>de</strong>biera sufrir<br />
importantes adaptaciones al nuevo escenario. A mi enten<strong>de</strong>r, aquellos que insisten en<br />
aplicar los métodos <strong>de</strong> los sesenta sin modificaciones cometen un importante error:<br />
entre otras cosas, le transmiten a sus pacientes la sensación <strong>de</strong> que el cambio terapéutico<br />
requiere, no sólo esfuerzo, sino sufrimiento y dramatismo, lo que pienso que no es así.<br />
De este modo, los métodos con los que actualmente pue<strong>de</strong>n trabajarse los asuntos<br />
inconclusos son suaves, no intrusivos y carentes <strong>de</strong> violencia. Citaré a continuación<br />
algunas formas posibles <strong>de</strong> trabajo con ellos.<br />
• Naturalmente, el i<strong>de</strong>al es no generar o no acumular asuntos inconclusos.<br />
Esto implica vivir alertas a nuestras claves internas, para <strong>de</strong>jar el mínimo posible<br />
<strong>de</strong> situaciones sin un cierre saludable. En una conversación con un grupo <strong>de</strong> contagiados<br />
<strong>de</strong> Sida, Paul Lowe les dice:<br />
41
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Les contaré una historia acerca <strong>de</strong> un amigo que murió. Éramos gran<strong>de</strong>s<br />
amigos, y viajábamos por muchos lugares alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. Y solíamos jugar un<br />
juego: asegurarnos <strong>de</strong> hacer todo lo que <strong>de</strong>seábamos hacer esta vez en el planeta, <strong>de</strong><br />
modo que no nos fuera necesario regresar... a menos que quisiéramos hacerlo.<br />
Así es que jugábamos este juego <strong>de</strong> completar. Cualquier cosa que <strong>de</strong>seábamos<br />
la obteníamos. A cualquier parte que quisiéramos ir, allá íbamos. Todo lo que<br />
<strong>de</strong>seábamos hacer, lo hacíamos. Entonces <strong>de</strong>scubrimos que estaba enfermo; y se<br />
agravó muy rápido... y seguimos jugando el juego. Aun cuando algunas <strong>de</strong> las cosas<br />
que or<strong>de</strong>namos por correo no llegarían a tiempo -porque se estaba muriendoseguíamos<br />
jugando este juego. Murió en forma tan dulce, hermosa y total. Cuando la<br />
energía se halla equilibrada y hay paz en este nivel, simplemente te <strong>de</strong>slizas suavemente<br />
al siguiente nivel.<br />
Y eso es lo que han revelado muchas personas que han experimentado estados<br />
muy cercanos a la muerte: si nos <strong>de</strong>jamos ir suavemente, simplemente nos <strong>de</strong>slizamos a<br />
la otra dimensión. Así que el juego consiste en equilibrarse tanto como sea posible en<br />
esta dimensión y, entonces, cuando la siguiente está libre para nosotros, simplemente<br />
seguimos.<br />
(Lowe, P., 1989)<br />
Otro enfoque preventivo <strong>de</strong> la acumulación <strong>de</strong> asuntos inconclusos la sugiere<br />
Oscar Ichazo, fundador <strong>de</strong>l Instituto Arica. En un antiguo reportaje <strong>de</strong> la revista New<br />
Age (Fields, R., 1976) el entrevistador observó que, durante las meditaciones, los<br />
participantes tomaban nota <strong>de</strong> cualquier pensamiento o problema que interfiriese con su<br />
meditación, dándole "cita" para su posterior reflexión analítica/analógica en algún<br />
momento en el que dispusieran <strong>de</strong> tiempo. Esto se basaba en el hecho <strong>de</strong> que un asunto<br />
inconcluso -preocupación o problema- se vuelve cada vez más insistente si no le<br />
prestamos atención. Los meditantes mantenían, entonces, pequeñas libretas <strong>de</strong><br />
anotaciones a su alcance cuando meditaban.<br />
Naturalmente, igual función pue<strong>de</strong> cumplir esa libreta durante la vida cotidiana.<br />
Para esos fines, utilizo mi agenda: cada vez que surge una preocupación, i<strong>de</strong>a, inquietud<br />
o asunto pendiente, la anoto en la agenda. Este método me significa no tener<br />
inquietu<strong>de</strong>s revoloteando en mi cabeza, salvo la <strong>de</strong> revisar periódicamente dicha<br />
agenda.<br />
Un método similar pero más elaborado lo sugiere Robert Monroe (Monroe, R.,<br />
1971, 1985). Al iniciar una sesión <strong>de</strong> ciertos ejercicios que propone, sugiere imaginar<br />
frente a nosotros una Caja <strong>de</strong> Conversión Energética (Energy Conversion Box) con<br />
forma <strong>de</strong> baúl. En este baúl comenzamos a introducir cada preocupación, inquietud o<br />
asunto inconcluso que tengamos, creando un símbolo concreto para cada uno <strong>de</strong> ellos:<br />
por ejemplo, un montón <strong>de</strong> cuentas por pagar, un reloj, una fotografía <strong>de</strong> alguien, la<br />
agenda <strong>de</strong> mañana. Dice Monroe: "Las personas que han participado en nuestros<br />
seminarios han <strong>de</strong>scubierto estupendos símbolos para <strong>de</strong>jar cosas a un lado: una<br />
pequeña imagen <strong>de</strong>l mundo físico, con ellos fuera <strong>de</strong> él; listas <strong>de</strong> frases limitantes, como<br />
"no puedo" "no voy a" y "no es"; anclas tanto hacia el pasado como hacia el futuro;<br />
suposiciones, tanto respecto al fracaso como al éxito y símbolos <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensas, como una<br />
serie <strong>de</strong> máscaras".<br />
Si <strong>de</strong>seáramos perfeccionar esta técnica y combinarla con la sugerida por Oscar<br />
Ichazo, podríamos adjuntar a cada uno <strong>de</strong> los símbolos que metemos en el baúl una<br />
etiqueta con la fecha y hora en la que aten<strong>de</strong>remos ese asunto específico. Es importante<br />
42
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
hacer esto -en la forma que queramos- pues la postergación in<strong>de</strong>finida <strong>de</strong> un "asunto<br />
inconcluso" sólo aumentará la ansiedad que éste nos produce.<br />
• Si <strong>de</strong>scubrimos que el "asunto inconcluso" ya está allí.<br />
Para empezar, no importa el tiempo transcurrido: a veces po<strong>de</strong>mos sentir que es<br />
absurdo estar aún pensando en algo que ocurrió mucho tiempo atrás. Si la situación no<br />
ha sido concluida saludablemente, pue<strong>de</strong>n pasar muchos años sin que la inquietud<br />
interna se apacigüe. Si nos contactamos con la emoción que quedó "atascada", po<strong>de</strong>mos<br />
buscar una forma <strong>de</strong> darle curso: quizás llorar, quizás gritar, quizás golpear un cojín o<br />
una almohada, quizás <strong>de</strong>scargarse escribiendo lo que nos ocurre, quizás contárselo a un<br />
amigo o a un terapeuta. Si nuestro asunto pendiente involucra a otra u otras personas -<br />
muchas veces es así- quizás <strong>de</strong>seemos hablar con ella o escribirle.<br />
Lo importante, sin embargo, es lo que a mí me ocurre en mi cuerpo, en mis<br />
emociones. Pue<strong>de</strong> que la otra persona no tenga el menor interés en contactarse con<br />
nosotros o no perciba para nada la situación como nosotros la vemos. Pero soy yo quien<br />
tiene el asunto inconcluso, y soy yo quien <strong>de</strong>be hacerse cargo <strong>de</strong> lo que me ocurre. En<br />
ocasiones, el "cierre" pue<strong>de</strong> facilitarse en gran medida si la o las personas están<br />
dispuestas a escucharme o a conversar acerca <strong>de</strong> lo que me inquieta; hasta pue<strong>de</strong> que<br />
compartan mi inquietud. Sin embargo, si no es así, yo <strong>de</strong>beré buscar la forma. Y aquí<br />
existe un indicador infalible: si pongo todo <strong>de</strong> mi parte por cerrar mi situación<br />
inconclusa, ésta quedará cerrada, pues este "cierre" no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la respuesta externa,<br />
sino <strong>de</strong> la intensidad <strong>de</strong> mi compromiso en hacer todo lo que está <strong>de</strong> mi parte por<br />
"completar" el asunto inconcluso. Si, por temor o comodidad, hago sólo intentos tibios,<br />
es probable que la situación siga igual. En muchas terapias grupales he visto seudocatarsis<br />
en las que la persona no está realmente <strong>de</strong>scargándose <strong>de</strong> nada.<br />
Esto apunta a algo importante: en realidad, intentar cerrar una situación<br />
inconclusa requiere <strong>de</strong> cierto grado <strong>de</strong> valentía. Teníamos un evento en el pasado que,<br />
en principio, no nos molestaba o interfería mayormente -o al menos eso sentíamos-. Por<br />
un motivo u otro, nos vemos enfrentados a revivir una situación dolorosa, <strong>de</strong>sagradable,<br />
sin tener claros los beneficios <strong>de</strong> hacerlo. Es comprensible que intentemos rehuír el<br />
asunto, que simulemos intentos <strong>de</strong> cumplir con la tarea, "salir <strong>de</strong>l paso" y olvidarlo<br />
todo. Sólo si somos valientes y arriesgados o si el "asunto inconcluso" se ha vuelto<br />
intolerable, nos jugaremos el todo por el todo y nos abriremos a sentir todo lo que está<br />
atascado en nuestro interior. Y sólo entonces, si ponemos absolutamente todo <strong>de</strong> nuestra<br />
parte, el asunto se cerrará.<br />
Cuando tenemos un "cierre" pendiente con otra persona -ya sea que <strong>de</strong>seo<br />
comunicarle un sentimiento o "cerrar" alguna situación <strong>de</strong>l pasado- puedo recibir <strong>de</strong> su<br />
parte indiferencia, rechazo o imposibilidad <strong>de</strong> contacto, como es el caso si la persona es<br />
inubicable o ha muerto. También es posible que la otra persona no esté interesada en<br />
ayudarme a "cerrar": puedo haber hecho todos los intentos posibles por comunicarme.<br />
Si la respuesta sigue siendo una negativa, un rechazo o indiferencia, se aplica entonces<br />
lo dicho anteriormente: habré hecho todo lo necesario <strong>de</strong> mi parte por cerrar. Es posible<br />
que aún me sea necesario hacer algo -quizás, simplemente aceptar la situación-, pero ya<br />
le habré dado curso a la energía que estaba atascada en mi interior. No siempre los<br />
cierres tienen un final feliz: lo importante es no quedarme con algo atorado. Y el mejor<br />
índice para saber si queda o no algo pendiente será mi sensación corporal: tendré que<br />
apren<strong>de</strong>r a escucharla. En palabras <strong>de</strong> Perls, Hefferline y Goodman (1951), "la rápida<br />
secuencia en la cual la figura rápidamente se transforma en fondo para la próxima figura<br />
43
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
emergente, hasta que se presenta un clímax <strong>de</strong> contacto y satisfacción y la situación<br />
vital se halla realmente cerrada".<br />
Una <strong>de</strong> las técnicas conocidas que ayuda a sensibilizarse a las claves <strong>de</strong>l cuerpo -<br />
y, por tanto, a <strong>de</strong>scubrir la presencia <strong>de</strong> asuntos inconclusos- es la Focalización<br />
(Gendlin, E., 1978). Básicamente, consiste en la combinación <strong>de</strong> una simple técnica <strong>de</strong><br />
imaginería con el contacto con algo que Gendlin llama la sensación sentida: el referente<br />
corporal <strong>de</strong> aquella vivencia/experiencia que nos orienta en el plano<br />
intuitivo/emocional, haciendo surgir aquello que tenemos pendiente.<br />
Perdonar y perdonarse:<br />
Existen diversos autores que le otorgan gran importancia al hecho <strong>de</strong> perdonar y<br />
perdonarse. Por ejemplo, para el psiquiatra norteamericano Gerald Jampolsky (1981),<br />
implica aceptar lo ocurrido y mis reacciones negativas frente a eso. Dice Jampolsky:<br />
"La paz interior sólo pue<strong>de</strong> ser alcanzada cuando practicamos el perdón. El perdón es el<br />
vehículo para modificar nuestras percepciones y <strong>de</strong>jar ir nuestros miedos, juicios<br />
con<strong>de</strong>natorios y pesares". Es así que vemos que el "perdón" es bastante más amplio que<br />
simplemente <strong>de</strong>cir las palabras "te perdono", e implica un cambio más profundo:<br />
implica también <strong>de</strong>jar ir el apego al rencor y al percibirse a sí mismo como víctima.<br />
Quizás es importante consi<strong>de</strong>rar, a la hora <strong>de</strong> perdonar y perdonarse, el hecho -<br />
experimentado por todos- <strong>de</strong> que las cosas no siempre ocurren como lo <strong>de</strong>seamos. Por<br />
ejemplo, todas nuestras intenciones y esfuerzos conscientes pue<strong>de</strong>n apuntar en una<br />
dirección: enriquecer nuestra relación <strong>de</strong> pareja, <strong>de</strong>sarrollar nuestra profesión, tener un<br />
estilo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>terminado. ¿Con cuánta frecuencia ocurre que "algo" parece empeñarse<br />
en hacernos ir en sentido contrario y obtener precisamente lo contrario <strong>de</strong> lo que<br />
intentamos? No se trata <strong>de</strong> eludir nuestra responsabilidad en lo que producimos en<br />
nuestra vida; pero, ¿no es acaso la experiencia <strong>de</strong> la que hablo algo que todos hemos<br />
vivido? Y, ¿no es más fácil entonces compren<strong>de</strong>r y perdonar a alguien que realmente<br />
hizo todo <strong>de</strong> su parte -cuando eso es así- por lograr lo contrario <strong>de</strong> lo que nos dolió u<br />
ofendió?<br />
A la hora <strong>de</strong> "cerrar" un episodio <strong>de</strong>l pasado, algunos terapeutas sugieren<br />
realizar una verda<strong>de</strong>ra "<strong>de</strong>spedida" con la persona que se ha ido, si ésta ha muerto o<br />
simplemente no está a nuestro alcance (Tobin, S., 1978). La imaginamos sentada frente<br />
a nosotros y le expresamos en palabras o imaginariamente todo aquello que <strong>de</strong>seamos<br />
<strong>de</strong>cirle, hasta sentir que estamos preparados para <strong>de</strong>jarla ir -y para eso es posible que<br />
requiramos <strong>de</strong> más <strong>de</strong> una sesión-. Es probable que la sensación <strong>de</strong> estar listo para<br />
"<strong>de</strong>jar ir" a otra persona sea una mezcla <strong>de</strong> humildad y aceptación <strong>de</strong> la inevitabilidad<br />
<strong>de</strong> la situación actual, <strong>de</strong> nuestros sentimientos al respecto y <strong>de</strong>l modo como se dieron<br />
los hechos <strong>de</strong>l pasado. Quizás necesitemos pedir perdón y también perdonar a la otra<br />
persona antes <strong>de</strong> sentir una verda<strong>de</strong>ra "<strong>de</strong>spedida" interna, un término que sintamos<br />
resolutivo: la sensación interna <strong>de</strong> "cierre".<br />
Es así que po<strong>de</strong>mos realizar un verda<strong>de</strong>ro ritual o ceremonia para facilitar un<br />
cierre con una persona o situación que se ha alejado <strong>de</strong> nosotros. Es una <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> lo<br />
antiguo que, por dolorosa que sea, facilita la llegada <strong>de</strong> lo nuevo. El 28 <strong>de</strong> Agosto <strong>de</strong><br />
1993 participé en una <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> este tipo. Un conductor <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> cantos y bailes<br />
rituales, <strong>de</strong> nacionalidad argentina, había fallecido pocos meses antes. Esta persona solía<br />
guiar, año tras año, encuentros realmente mágicos, en los que lograba en pocos minutos<br />
que un enorme grupo <strong>de</strong> personas que, en muchos casos, nunca se había visto, entrara en<br />
una impresionante sincronización <strong>de</strong> sus movimientos, voces y corazones. Se reunió<br />
44
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
para esa ocasión, entonces, una consi<strong>de</strong>rable cantidad <strong>de</strong> personas que habíamos<br />
participado alguna vez <strong>de</strong> esos encuentros, y realizamos algunas danzas, cantos y<br />
meditaciones. Vimos un diaporama que algunos realizaron, e intercambiamos<br />
experiencias vividas en ese contexto. Fue una hermosa <strong>de</strong>spedida, la que obviamente<br />
implicaba la difícil aceptación <strong>de</strong> que su forma física ya no estaría entre nosotros.<br />
A continuación propongo un posible y sencillo ritual -que se realiza solo o con la<br />
ayuda <strong>de</strong> un terapeuta- para cerrar algún asunto inconcluso con alguien ausente o<br />
muerto. Es importante <strong>de</strong>stacar, sin embargo, que lo importante no es la forma externa<br />
<strong>de</strong> lo que hagamos, sino el compromiso interno con el cual esto se lleva a cabo. Es por<br />
eso que es importante escucharse, pues somos nosotros mismos quienes mejor sabemos<br />
qué necesitamos hacer para "cerrar". Debemos confiar en nuestra intuición y nuestra<br />
creatividad: <strong>de</strong>be ser algo que hagamos para nosotros.<br />
Procedimiento:<br />
• Instalarnos en algún lugar <strong>de</strong> nuestra preferencia: un lugar en el que no seamos<br />
interrumpidos y don<strong>de</strong> podamos crear el ambiente que <strong>de</strong>seemos, ya sea en cuanto al<br />
grado <strong>de</strong> luminosidad, sonidos -música- o silencio, fotografías u objetos <strong>de</strong> la<br />
persona con la que vamos a cerrar. Nuestras preferencias personales <strong>de</strong>terminarán el<br />
resto <strong>de</strong> la ambientación.<br />
• Cerrar los ojos, relajarse, sentir el cuerpo, <strong>de</strong>jar ir las tensiones con la exhalación.<br />
• Comenzar a visualizar, sentada frente a nosotros, a la persona con la cual tenemos<br />
algo incompleto.<br />
• Sentir en el cuerpo qué es aquello que está pendiente, qué es lo que <strong>de</strong>sea ser<br />
expresado con sólo visualizar a esta persona.<br />
• Permitir que cualquier cosa salga, en la imaginación o en acciones: palabras, gestos,<br />
actos, etcétera.<br />
• Dejar que este flujo continúe por el tiempo necesario, hasta sentir en el cuerpo que<br />
el peso o tensión se ha aliviado.<br />
• Despedirse <strong>de</strong> la persona y agra<strong>de</strong>cerle el haber estado con nosotros.<br />
Debemos tener presente que los resultados <strong>de</strong> un ritual como éste <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n en<br />
gran medida <strong>de</strong>l compromiso emocional con el que lo llevamos a cabo, como también<br />
<strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong> la situación. Durante la sesión po<strong>de</strong>mos percatarnos <strong>de</strong> la<br />
existencia <strong>de</strong> sentimientos o percepciones inesperadas y más profundas, y pue<strong>de</strong> que<br />
entonces se requiera <strong>de</strong> sesiones adicionales para lograr el objetivo <strong>de</strong>seado.<br />
Cuando nos es factible sostener un encuentro con la o las personas involucradas<br />
en el asunto que <strong>de</strong>seo cerrar, existirán ciertas ventajas y <strong>de</strong>sventajas en la situación. Por<br />
una parte, es importante focalizarse en un objetivo honesto: ¿<strong>de</strong>seamos realmente<br />
"cerrar" con esta persona o ce<strong>de</strong>remos a la tentación <strong>de</strong> caer en acusaciones o intentos<br />
<strong>de</strong> manipularle <strong>de</strong> un modo u otro? Si realmente <strong>de</strong>seamos un cierre sano, un "soltar" la<br />
situación que nos pesa, un perdonarnos a nosotros mismos y al otro, pue<strong>de</strong> resultar útil<br />
seguir las siguientes sugerencias.<br />
• En primer lugar, y como <strong>de</strong>cía antes, es importante focalizarme en mi objetivo: ¿qué<br />
<strong>de</strong>seo lograr en esta reunión? Mientras más limpias sean mis intenciones, es más<br />
probable que las satisfaga. Si mi objetivo no es el <strong>de</strong> cerrar una situación pasada<br />
45
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
sino el <strong>de</strong> expresar un sentimiento actual, pue<strong>de</strong> ser importante como intención el<br />
ser lo más honesto posible, aún cuando nos asuste esa vulnerabilidad.<br />
• En segundo lugar, es <strong>de</strong>seable producir una conexión con la otra persona, y no<br />
limitarse a vomitarle lo que uno <strong>de</strong>see <strong>de</strong>cirle. Es importante que nos expresemos;<br />
sin embargo, es también importante no arrollar a la otra persona, la que pue<strong>de</strong><br />
sentirse utilizada y no vista realmente.<br />
• Otro punto importante consiste en centrarme en ese punto <strong>de</strong> referencia interno que<br />
me dice si lo que digo es o no exactamente todo lo que hay, todo lo que <strong>de</strong>seo<br />
expresar. Es fácil, al conversar con otra persona, que perdamos <strong>de</strong> vista lo que nos<br />
ocurre en lo profundo y entremos en un juego <strong>de</strong> ping-pong o atenuemos,<br />
disfracemos, intelectualicemos o nos <strong>de</strong>sviemos <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>seamos realmente<br />
expresar.<br />
• Permanecer abierto: ¿qué me está pasando ahora, más allá <strong>de</strong> las que eran mis<br />
intenciones iniciales? ¿Qué <strong>de</strong>seo expresar ahora?<br />
Conclusiones<br />
Según Perls, Hefferline y Goodman (1973, pág.176), "uno <strong>de</strong> los problemas<br />
principales para toda psicoterapia es motivar al paciente para que haga lo que <strong>de</strong>be<br />
ser hecho. Debe retornar a los "asuntos inconclusos", los que <strong>de</strong>jó inconclusos en el<br />
pasado <strong>de</strong>bido a que le producían tanto dolor que <strong>de</strong>bió huír"<br />
Según mi percepción, en esta época -no sé si en este sentido diferente <strong>de</strong> otraslas<br />
personas suelen sostener una <strong>de</strong> dos opiniones respecto al cambio personal y a la<br />
superación <strong>de</strong> trabas y limitaciones que frenan su <strong>de</strong>sarrollo y satisfacción:<br />
• consi<strong>de</strong>rarlo prácticamente imposible o producto <strong>de</strong> gran sufrimiento, gran<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>spliegues <strong>de</strong> esfuerzo y un prolongado período <strong>de</strong> trabajo;<br />
• que es posible, como producto <strong>de</strong> algún método prácticamente instantáneo, que no<br />
requiera <strong>de</strong> ellos que reexaminen o reexperiencien eventos y/o sentimientos con los<br />
que no <strong>de</strong>sean enfrentarse.<br />
Pienso que ésta sí es una época especial, en el siguiente sentido: creo que, en<br />
este momento, el cambio personal sí pue<strong>de</strong> ocurrir, para cualquiera, con un grado<br />
consi<strong>de</strong>rablemente menor <strong>de</strong> esfuerzo, tiempo y sufrimiento <strong>de</strong>l que era necesario años<br />
atrás. Si lo que postula, por ejemplo, Sheldrake (1991) se aplica a las lecciones que<br />
<strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r los seres humanos como conjunto, es posible que las generaciones<br />
actuales sí se beneficien <strong>de</strong> los profundos procesos <strong>de</strong> transformación que generaciones<br />
anteriores experimentaron, décadas atrás. Creo que actualmente se requieren dos<br />
ingredientes particularmente importantes -tanto en el terapeuta como en el cliente- para<br />
producir el cambio que permita a las personas superar auto-limitaciones y sufrimiento<br />
innecesario: la disposición honesta y responsable <strong>de</strong> enfrentar a los "leones <strong>de</strong>l<br />
subterráneo" y la apertura a la posibilidad <strong>de</strong> que ese enfrentamiento no sea tan doloroso<br />
ni tan prolongado como solía serlo en el pasado.<br />
Bibliografía<br />
1. Andreas, C. y Andreas, S. (1991) Corazón <strong>de</strong> la Mente. Cuatro Vientos<br />
Editorial, Santiago <strong>de</strong> Chile.<br />
46<br />
2. Celis, A. (1992) La formación experiencial <strong>de</strong> los psicoterapeutas:<br />
necesidad <strong>de</strong> hoy. <strong>Terapia</strong> Psicológica 17/18, Santiago <strong>de</strong> Chile.
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (32-48)<br />
3. Fields, R. (Mayo 1976) Arica: Insi<strong>de</strong> the Metasociety. An interview with<br />
Oscar Ichazo. New Age Magazine, Massachussetts, USA.<br />
4. Gendlin, E.T. (1978) Focusing. Everest House, New York.<br />
5. Goñi, P. (1991) Eficacia <strong>de</strong>l entrenamiento en relajación muscular<br />
progresiva e imaginería mental guiada para reducir los efectos<br />
secundarios en pacientes sometidos a quimioterapia. Tesis para optar al<br />
grado <strong>de</strong> Licenciado en Psicología, Universidad Diego Portales,<br />
Santiago <strong>de</strong> Chile.<br />
6. Gordon, T. (1970) Teoría <strong>de</strong> relaciones interpersonales sanas y un<br />
programa <strong>de</strong> entrenamiento <strong>de</strong> padres. Cap. 21 <strong>de</strong> New Directions in<br />
Client-Centered Therapy, editado por J.T.Hart y T.M. Tomlinson.<br />
Houghton Mifflin, New York.<br />
7. Grossarth-Maticek, R. y Eysenck, H.J. (1990) Personality, Stress and<br />
Disease: <strong>de</strong>scription and validation of a new Inventory. Psychological<br />
Reports, 66, 355-373.<br />
8. Hoffman, R. (1980) No one is to blame: getting a loving divorce from<br />
Mommy and Daddy. Science and Behavior Books, Palo Alto, California.<br />
9. I Ching, el Libro <strong>de</strong> los Cambios. (1976) Traducción <strong>de</strong> Dra. Helena<br />
Jacoby <strong>de</strong>Hoffmann. Cuatro Vientos Editorial, Santiago <strong>de</strong> Chile.<br />
10. Jampolsky, Gerald (1981) Love is letting go of fear. Bantam Books, New<br />
York.<br />
11. Janov, Arthur (1970) The Primal Scream. Delta Books, New York.<br />
12. Latner, J. (1974) The <strong>Gestalt</strong> Therapy Book. Bantam Books, New York.<br />
13. Lowe, Paul (1989) The experiment is over. Roximillion Publishing Co,<br />
New York.<br />
14. Lowen, Alexan<strong>de</strong>r (1976) Bioenergetics. Penguin Books, New York.<br />
15. Monroe, Robert (1971) Journeys out of the Body. Doubleday, New York.<br />
16. Monroe, Robert (1985) Far Journeys. Doubleday, New York.<br />
17. Orr, L. y Ray, S. (1976) Rebirthing in the New Age. Celestial Arts,<br />
Berkeley.<br />
18. Perls, F., Hefferline, R. y Goodman, P. (1951) <strong>Gestalt</strong> Therapy. Pelican<br />
Books, Middlesex, Inglaterra.<br />
19. Perls, F.(1976) El enfoque Guestáltico & Testimonios <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong>.<br />
Cuatro Vientos Editorial, Santiago <strong>de</strong> Chile.<br />
20. Prather, Hugh (1976) Palabras a mí mismo. Cuatro Vientos Editorial,<br />
Santiago.<br />
21. Rajneesh, B.S. (1979) The Discipline of Transcen<strong>de</strong>nce (vol.IV).<br />
Rajneesh Foundation, Poona, India.<br />
22. Rajneesh, B.S. (1981) The Orange Book. The meditation techniques.<br />
Rajneesh Foundation International, Oregon, USA.<br />
23. Rolf, Ida (1977) Rolfing. Denis-Landman, USA.<br />
47
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
48<br />
24. Rogers, Carl R. (1964) Toward a mo<strong>de</strong>rn approach to values: the<br />
valuing process in the mature person. Journal of Abnormal and Social<br />
Psychology, vol.68, Nº2, pp. 160-67.<br />
25. Rossi, E. L. (1993) The psychobiology of mind-body healing. Norton &<br />
Company, New York.<br />
26. Sheldrake, Rupert (1991) Resonancia Mórfica. En Sabiduría Antigua y<br />
Ciencia Mo<strong>de</strong>rna, editado por Stanislav Grof. Cuatro Vientos Editorial,<br />
Santiago <strong>de</strong> Chile<br />
27. Simonton, C; Simonton, S. (1978) Getting well again. Ed Tarcher, Inc.,<br />
Los Angeles, USA. En Goñi, P., 1991. (Ob. cit.)<br />
28. Tobin, S. (1978) El proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedirse. En Esto es <strong>Gestalt</strong>,<br />
compilación editada por John Stevens. Cuatro Vientos Editorial,<br />
Santiago <strong>de</strong> Chile.<br />
29. Van Dusen, Wilson (1978) Invocando lo Real. En Esto es <strong>Gestalt</strong> (ob.<br />
cit).<br />
30. Whitman, W. (1986) The Complete Poems. Penguin Classics, London.
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (49-53)<br />
Historia <strong>de</strong> la Psicoterapia Gestáltica en el Perú<br />
Felipe Iannacone Martínez *<br />
Resumen<br />
El autor realiza un recorrido panorámico por la historia <strong>de</strong> la terapia <strong>Gestalt</strong> en<br />
Perú.<br />
Palabras clave: terapia <strong>Gestalt</strong>, historia, psicoterapia.<br />
Abstract<br />
The author carries out a panoramic journey for the history of the therapy<br />
<strong>Gestalt</strong> in Peru<br />
Key word: gestalt therapy, history, psychotherapy.<br />
Para abordar el tema <strong>de</strong> la psicoterapia Gestáltica en el Perú, es menester<br />
acercarnos primero a la historia <strong>de</strong> su “<strong>de</strong>scubridor”: Fre<strong>de</strong>rick S. Perls, quien comenzó<br />
su carrera en Berlín y Viena don<strong>de</strong> se relacionó con personas como Reich, Fe<strong>de</strong>rn,<br />
Deutsch, Horney por parte <strong>de</strong> la escuela Psicoanalítica; y Goldstein, Wertheimer <strong>de</strong> la<br />
Psicología <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong>. En 1933 llega a Sud África. En Durban publica (1942) Ego,<br />
Hunger and Aggression, primera aplicación <strong>de</strong> los principios <strong>de</strong>scubiertos por la<br />
Psicología <strong>de</strong> la <strong>Gestalt</strong> al <strong>de</strong>sarrollo y crecimiento <strong>de</strong> la persona. En 1946 llega a los<br />
Estados Unidos <strong>de</strong> Norteamérica. En 1947 publica nuevamente el libro antes<br />
mencionado <strong>de</strong>l cual existe una versión española hecha por Ángel Saiz Sáenz publicada<br />
recién en 1975 por el fondo <strong>de</strong> cultura económica.<br />
En el año 1966, Perls es invitado a formar parte <strong>de</strong>l Instituto Esalen <strong>de</strong> Big Sur<br />
California, para dirigir seminarios y dictar cursos sobre Psicoterapia Gestáltica. Perls<br />
murió el 14 <strong>de</strong> Marzo <strong>de</strong> 1970.<br />
En el año 1973 aparece un libro español, traducción <strong>de</strong> una recopilación hecha<br />
por Joen Fagan e Irma Lee Shepherd, don<strong>de</strong> dan amplia información sobre Teoría y<br />
Técnicas <strong>de</strong> la Psicoterapia Gestáltica, que según mi enten<strong>de</strong>r constituye un hito muy<br />
importante para los psicoterapeutas peruanos en cuanto a tomar contacto con esta nueva<br />
forma <strong>de</strong> hacer psicoterapia. En este libro existe un tema <strong>de</strong>sarrollado por Claudio<br />
Naranjo, psiquiatra chileno, quien influyó en otras dos personas muy importantes <strong>de</strong> su<br />
país, me refiero a Adriana Schnake y Francisco Huneeus, quienes se <strong>de</strong>dicaron a<br />
plenitud a la práctica y enseñanza <strong>de</strong> la Psicoterapia Gestáltica, así como también a su<br />
difusión a través <strong>de</strong> la Editorial Cuatro Vientos <strong>de</strong> Chile.<br />
En el año 1973 Mariano Querol participó en grupos vivenciales dirigidos por el<br />
psiquiatra argentino Guillermo Vidal, esta experiencia entusiasmó a Querol y en el año<br />
1974 dirige un primer laboratorio vivencial. Recién en el año 1976 participa en un<br />
laboratorio <strong>de</strong> terapia gestáltica dirigido por Adriana Schnake y don<strong>de</strong> estaba como<br />
psicoterapeuta Francisco Vásquez. Es claro que Querol se había <strong>de</strong>finido antes <strong>de</strong>l<br />
encuentro con Adriana como un psicoterapeuta vivencial, lo cual es confirmado por su<br />
participación con un tema en el Sexto Congreso <strong>de</strong> Psiquiatría, en las primeras jornadas<br />
internacionales <strong>de</strong> psicoterapia <strong>de</strong> grupo, don<strong>de</strong> presenta su libro El Hombre contra sí<br />
* E-Mail: iann62@hotmail.com<br />
49
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
mismo (1980) y a<strong>de</strong>más se reafirma como coordinador en el Curso <strong>de</strong> Psicoterapia en el<br />
contexto <strong>de</strong>l IX Congreso Peruano <strong>de</strong> Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía (1982).<br />
En el año 1975 vino a Lima la psiquiatra chilena Adriana Schnake acompañada<br />
por el psiquiatra peruano Noel Altamirano; Nana (así la llamamos) dirigió un Taller <strong>de</strong><br />
Psicoterapia Gestáltica, que provocó el interés <strong>de</strong> todos los concurrentes (psiquiatras,<br />
psicólogos, asistentes sociales) quienes percibían en este nuevo enfoque un camino<br />
esperado y fascinante para el <strong>de</strong>sarrollo y crecimiento personal y una eficiente manera<br />
<strong>de</strong> hacer Psicoterapia. Adriana regresó al Perú una y otra vez... “nos explicó las bases<br />
teóricas <strong>de</strong> la terapia gestáltica, <strong>de</strong>jándonos, a<strong>de</strong>más, un cua<strong>de</strong>rnillo con ejercicios para<br />
aquellas personas interesadas en profundizar dicho enfoque. Fue así, como <strong>de</strong> una<br />
manera simple se sembró la semilla <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> Gestáltica en nuestro medio.<br />
Posteriormente, Nana viene a Lima acompañada <strong>de</strong>l biólogo y terapeuta chileno<br />
Francisco Huneeus, traductor y editor <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> Perls. Pancho (así lo llamamos)<br />
dirige un laboratorio <strong>de</strong> Psicoterapia Gestáltica, enseña la técnica e incursiona en<br />
aspectos teóricos <strong>de</strong>teniéndose en un aporte personal “una fundamentación científiconatural<br />
<strong>de</strong>l concepto gestalt. Pancho regresó en varias oportunida<strong>de</strong>s al Perú y estaba<br />
especialmente interesado en la creación <strong>de</strong> grupos formativos <strong>de</strong> terapia gestáltica.<br />
Los psiquiatras peruanos que participaron en los laboratorios <strong>de</strong> terapia<br />
gestáltica fueron: Noel Altamirano Velasco, José Alva Quiñónez, Adalberto Bravo<br />
Ugarte, Jhony Campos Fuentes-Rivera, Walter Griebenow, Teodoro Del Pozo Velasco,<br />
Alberto García Martinelli, Felipe Iannacone Martínez, Rafael Junchaya Gómez, Pedro<br />
Morales Paiva, Mariano Querol Lambarri y Francisco Vásquez Palomino. El tiempo, el<br />
contexto socio-cultural, la necesidad <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad, el darse cuenta, etc. han producido<br />
una <strong>de</strong>cantación, y ahora <strong>de</strong> todos ellos, se mantienen firmes y <strong>de</strong>claran practicar la<br />
psicoterapia gestáltica los psiquiatras: José Alva, A. Bravo, Alberto García, Felipe<br />
Iannacone, Francisco Vásquez. Este practicar implica el dictado <strong>de</strong> cursos, seminarios,<br />
talleres y laboratorios para la formación <strong>de</strong> nuevos psicoterapeutas; incluye también<br />
haber hecho publicaciones y ponencias sobre terapia gestáltica y como es obvio,<br />
constituye el enfoque psicoterapéutico fundamental en el que hacer diario con los<br />
pacientes. Es importante señalar que la psicoterapia gestáltica es el trabajo cotidiano con<br />
los pacientes que acu<strong>de</strong>n al hospital <strong>de</strong> día <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> EsSalud. Así como también<br />
con los pacientes que concurren al servicio <strong>de</strong> psiquiatría <strong>de</strong>l Hospital Daniel A. Carrión<br />
<strong>de</strong>l Callao.<br />
Es pertinente nombrar a los psicólogos y estudiantes <strong>de</strong> Psicología que<br />
participaron en los laboratorios <strong>de</strong> psicoterapia gestáltica dirigidos por Nana y Pancho,<br />
ellos son: Isabel Arrieta, Aída Northcote, Loreta Cornejo, Pascual Olivos, Lucy Pinglo,<br />
Marcelino Riveros Quiroz, Elsa Roel, Isabel Shirakawa Tashima, María Prisca<br />
Valdivia, Rosario Arias-Barahona, Carlos Orihuela, Gloria Delgado, Graciela Zárate,<br />
Áurea Alcal<strong>de</strong>, Pierina Giberti, Ricardo Zariqué, Leonardo Zaa, Teresa Miroquezada,<br />
Antonio Delgado y otros.<br />
También asistieron a los talleres, asistentes sociales tales como Beatriz Fuentes y<br />
Aída <strong>de</strong> Martinelli, y rehabilitadoras físicas como Antonieta <strong>de</strong> Campos.<br />
No olvido al Sr. Justo Blanco quien en más <strong>de</strong> una oportunidad ha sido<br />
organizador <strong>de</strong> talleres <strong>de</strong> psicoterapia.<br />
De los psicólogos antes mencionados han perseverado Marcelino Riveros e<br />
Isabel Shirakawa quienes han hecho publicaciones sobre psicoterapia gestáltica y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
50
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (49-53)<br />
sus primeros laboratorios con Nana y Pancho hasta la actualidad han estado<br />
intensamente ocupados en formar, informar e iniciar a nuevos psicoterapeutas.<br />
Es conveniente resaltar la tarea que Elsa Roel realiza en el Instituto Nacional <strong>de</strong><br />
enfermeda<strong>de</strong>s Neoplásicas, don<strong>de</strong> aplica la terapia gestáltica individual y grupal, en<br />
programas <strong>de</strong> prevención y rehabilitación <strong>de</strong> pacientes con cáncer. Algunos otros como<br />
Loreta Cornejo se han <strong>de</strong>dicado a la psicoterapia gestáltica con niños y adolescentes.<br />
La psicoterapia gestáltica también ha ingresado a las universida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Perú,<br />
principalmente a las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Psicología y al postgrado en Psiquiatría.<br />
La psicoterapia gestáltica ha recibido reconocimiento <strong>de</strong> la Asociación<br />
Psiquiátrica Peruana y <strong>de</strong>l Colegio <strong>de</strong> Psicólogos <strong>de</strong>l Perú.<br />
En el año 1980 los psiquiatras Alva, García Martinelli, Iannacone y Francisco<br />
Vásquez <strong>de</strong>cidimos fundar la Asociación Peruana <strong>de</strong> Psicoterapia Gestáltica; <strong>de</strong>bo<br />
mencionar que en esta oportunidad se incluía a un joven psiquiatra el Dr. Luis Villegas<br />
quien tenía formación gestáltica y mucho interés en que se creara esta institución. La<br />
presi<strong>de</strong>ncia recayó en el Dr. Francisco Vásquez. En la actualidad esta Asociación está<br />
inactiva, consi<strong>de</strong>ro que ha llegado el momento <strong>de</strong> movilizarla para ponerla al servicio <strong>de</strong><br />
los profesionales <strong>de</strong> la conducta y <strong>de</strong> la comunidad tal como está señalado en sus<br />
estatutos.<br />
El 28 <strong>de</strong> Agosto <strong>de</strong> 1976 en las sesiones científicas <strong>de</strong>l IV Congreso Nacional <strong>de</strong><br />
Psiquiatría, <strong>de</strong>butan temas <strong>de</strong> terapia gestáltica:<br />
Vásquez, F.: Una experiencia grupal: <strong>Terapia</strong> Gestáltica.<br />
Concha, A. y Northcote, A.: Una experiencia con ejercicios gestálticos como<br />
parte <strong>de</strong> un programa <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s terapéuticas.<br />
Iannacone, F.: La psicoterapia <strong>de</strong> pareja: enfoque gestáltico.<br />
En el año 1977 la Universidad San Martín <strong>de</strong> Porras -Programa Académico <strong>de</strong><br />
Psicología- organiza y auspicia un evento científico don<strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> psicoterapia<br />
gestáltica recaen en Marcelino Riveros y Felipe Iannacone.<br />
El 13 <strong>de</strong> Abril <strong>de</strong> 1978 en el Simposio <strong>de</strong> Psicoterapia <strong>de</strong> grupo, Francisco<br />
Vásquez participa con el tema: Psicoterapia <strong>de</strong> Grupo tipo Gestáltico.<br />
El 14 <strong>de</strong> Abril <strong>de</strong> 1978 en la Sesión Científica <strong>de</strong>l Congreso Nacional <strong>de</strong><br />
Psiquiatría, se presentan los temas:<br />
Vásquez, F.: Psicoterapia breve con términos gestálticos en situación <strong>de</strong> crisis.<br />
Vásquez, F.: Afronte Gestáltico en el trabajo <strong>de</strong> duelo.<br />
Bravo, A.: Experiencia grupal en terapia gestáltica.<br />
El 23 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1978 en el 1° Congreso peruano <strong>de</strong> psicoterapia, Jhoni<br />
Campos dirige un Taller <strong>de</strong> Grupo Gestáltico.<br />
En el año 1979 en el Centro <strong>de</strong> Diagnóstico <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> Psicológica CEDITEP,<br />
se dictaron cursos teóricos-prácticos <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> Gestáltica a cargo <strong>de</strong> Felipe Iannacone<br />
y una nueva jornada <strong>de</strong> terapeutas gestálticos tales como: Ramiro Gómez, José Cerna,<br />
Lincol Cár<strong>de</strong>nas, Lucy Chincaro, Marianela Luque.<br />
En el año 1980, en el marco <strong>de</strong>l VI Congreso Nacional <strong>de</strong> Psiquiatría otra vez<br />
está presente la <strong>Terapia</strong> Gestáltica: Vásquez, F.: El trabajo <strong>de</strong>l ensueño en psicoterapia.<br />
51
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Entre el 10 y 12 <strong>de</strong> Abril <strong>de</strong> 1981 se realizan las primeras jornadas<br />
internacionales <strong>de</strong> psicoterapia <strong>de</strong> grupo, organizado por la Sociedad Peruana <strong>de</strong><br />
Psicoterapia don<strong>de</strong> hay un capítulo <strong>de</strong> psicoterapia gestáltica a cargo <strong>de</strong> F. Vásquez y F.<br />
Iannacone.<br />
El 21 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 1981 Felipe Iannacone en la Sesión Científica <strong>de</strong> la<br />
Sociedad Peruana <strong>de</strong> Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía presenta el tema:<br />
Generalida<strong>de</strong>s a cerca <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> Gestáltica.<br />
En Noviembre <strong>de</strong> 1981 la Universidad Nacional Fe<strong>de</strong>rico Villarreal -Programa<br />
Académico <strong>de</strong> Psicología- organiza y auspicia el Primer Taller <strong>de</strong> Psicoterapia<br />
Gestáltica para docentes universitarios dirigido por Felipe Iannacone.<br />
En el año 1982 la Asociación <strong>de</strong> Psiquiatría Peruana organiza un cursillo taller<br />
<strong>de</strong> Psicoterapia Gestáltica, precediendo al VII Congreso Nacional <strong>de</strong> Psiquiatría,<br />
estuvieron presentes los psicoterapeutas: Alberto García Martinelli, Felipe Iannacone,<br />
Francisco Vásquez.<br />
Entre el 23 y 24 <strong>de</strong> Octubre <strong>de</strong> 1982 se realiza un curso Pre-congreso,<br />
precediendo el IX Congreso Peruano <strong>de</strong> Psiquiatría, Neurología y Neurocirugía,<br />
dictándose un Taller <strong>de</strong> Psicoterapia Gestáltica a cargo <strong>de</strong> Felipe Iannacone, en el<br />
contexto <strong>de</strong> un abanico <strong>de</strong> escuelas psicoterapéuticas cuya coordinación general recayó<br />
en Mariano Querol.<br />
La historia <strong>de</strong> la Psicoterapia Gestáltica en el Perú tiene que ver con la historia<br />
<strong>de</strong> las otras psicoterapias, más concretamente con una persona que fue el guía <strong>de</strong> los<br />
psicoterapeutas peruanos, me refiero al Maestro Dr. Carlos Alberto Seguín, fue él quien<br />
puso la semilla, y cada uno <strong>de</strong> nosotros nuestra propia personalidad. También<br />
influyeron sus discípulos convertidos en maestros universitarios: Sergio Zapata,<br />
Humberto Napurí, Rubén Ríos y el mismo José Alva. Merecen mención a parte la<br />
presencia entre nosotros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1970 <strong>de</strong> la argentina Dalila Plateros, que <strong>de</strong>sarrolló<br />
Talleres <strong>de</strong> Psicodrama hasta que se vio influenciada por la Psicoterapia Gestáltica.<br />
Incluyamos también a los introductores <strong>de</strong>l Análisis Transaccional en el Perú, los<br />
argentinos R. Kertesz y C. Kerman, quienes programaban en sus talleres ejercicios y<br />
minimaratones <strong>de</strong> terapia gestáltica.<br />
Oscar Valdivia Ponce, en su Historia <strong>de</strong> la Psiquiatría <strong>de</strong>l Perú, no menciona la<br />
gestalt terapia.<br />
Reinaldo Alarcón, en su Historia <strong>de</strong> la Psicología en el Perú, al referirse a la<br />
Psicología humanística menciona a la terapia gestáltica. “Es el caso <strong>de</strong> la Universidad<br />
Femenina <strong>de</strong>l Sagrado Corazón, don<strong>de</strong> la psicóloga austriaca Helga Auer, profesora<br />
visitante <strong>de</strong> esta universidad, ofrece con cierta periodicidad, un curso <strong>de</strong> Psicología<br />
Humanística y <strong>de</strong> terapias humanísticas, a nivel <strong>de</strong> postgrado. Esta especialista ha<br />
publicado la obra Psicología Humanística. Módulos <strong>de</strong> Psicoterapia (1997), en la que<br />
ofrece una completa visión <strong>de</strong> la teoría y práctica <strong>de</strong> este enfoque. Por otro lado, la<br />
Universidad San Martín <strong>de</strong> Porres, organizó en 1994, un seminario sobre el enfoque<br />
existencial-humanista, con la participación <strong>de</strong> expositores <strong>de</strong> Chile, Argentina y <strong>de</strong>l<br />
medio local. Las ponencias <strong>de</strong> este evento han sido publicadas bajo el título <strong>de</strong> Enfoque<br />
existencial humanista (1994)”.<br />
Ahora Julio <strong>de</strong>l 2004, hemos recibido la visita <strong>de</strong> Francisco Huneeus, quien<br />
sigue publicando libros como director <strong>de</strong> Editorial Cuatro Vientos, nos manifestó que<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la gestalt terapia se interesó por la programación neuro lingüística y <strong>de</strong> esto<br />
hace más <strong>de</strong> veinte años. Ahora su entusiasmo está por la danza terapéutica, hizo sus<br />
52
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (49-53)<br />
<strong>de</strong>mostraciones en dos mini maratones. Nos contó que Adriana Schnake ha publicado<br />
varios libros <strong>de</strong> gestalt terapia y seguía con la silla vacía, el diálogo con el cuerpo, el<br />
diálogo con el síntoma. Nosotros le dijimos que estamos dirigiendo <strong>Gestalt</strong> Perú y que<br />
existe un Instituto <strong>de</strong> terapia gestáltica <strong>de</strong> Lima que lo dirige Manuel Saravia Oliver,<br />
quien se formó bajo mi supervisión, junto a Adriana Merino, Mag<strong>de</strong>lein Quispe, Jenny<br />
Caballero, Luis Flores Guerra, Juan Watanabe, GianCarlo Cordiglia, Beatriz García,<br />
Alberto Linares, Luis Noriega y otros.<br />
Un especial recuerdo merece Gabriela Cádiz, quien con su sabiduría, intuición,<br />
inteligencia, mostrara cualida<strong>de</strong>s muy especiales como psicoterapeuta, que le permitía<br />
ligar danza, gimnasia, juego y gestalt terapia.<br />
Bibliografía<br />
1. ALARCÓN, R.: Historia <strong>de</strong> la Psicología en el Perú. Universidad<br />
Ricardo Palma. Lima 2000. pp. 258-259.<br />
2. AUER, H.: Psicología humanística. Unife. Lima 1990.<br />
3. KORT, F.: Psicoterapia <strong>de</strong> grupo. Caracas 1985<br />
4. LATNER, J.: Fundamentos <strong>de</strong> la gestalt. (1973) Editorial Cuatro<br />
Vientos, 4° edición. Santiago <strong>de</strong> Chile 2004.<br />
5. LAZO, J. y Zanolo, B.: Investigaciones y publicaciones psicológicas en<br />
el Perú. Editorial San Marcos. Lima 1996.<br />
6. LLANOS, R.: El encuentro grupal. Ediciones Libro Amigo. Lima 1993.<br />
pp. 36-45.<br />
7. PERLS, F.: Dentro y fuera <strong>de</strong>l tarro <strong>de</strong> la basura. Trad. Francisco<br />
Huneeus. Editorial Cuatro Vientos, 3° edición. Santiago <strong>de</strong> Chile 1987.<br />
8. PERLS, F.: El enfoque gestáltico. Testimonios <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong>. Editorial<br />
Cuatro Vientos. Santiago. 1976<br />
9. PIERRET, G.: La terapia gestalt. Su práctica en la vida cotidiana.<br />
Editorial Mandala. Madrid 1990.<br />
10. SCHNAKE, A.: Sonia, te envío los cua<strong>de</strong>rnos café. Apuntes <strong>de</strong> terapia<br />
gestáltica. Editorial Cuatro Vientos. Santiago <strong>de</strong> Chile 2003.<br />
11. STEVENS, J.: El darse cuenta sentir imaginar vivenciar. Editorial<br />
Cuatro Vientos. Santiago <strong>de</strong> Chile 1976.<br />
53
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Experiencias negativas originarias y la cuestión <strong>de</strong> la<br />
autenticidad.<br />
54<br />
Emilio Romero<br />
Resumen:<br />
Entre los varios conceptos colocados en circulación por el enfoque existencial y<br />
comprensivo en psicología, uno se <strong>de</strong>staca: el concepto <strong>de</strong> autenticidad. En la relación<br />
terapeuta-cliente, Rogers lo juzgó como un requisito <strong>de</strong> la relación. El trabajo <strong>de</strong><br />
transformación personal se propone como uno <strong>de</strong> los objetivos a ser alcanzado, junto<br />
con el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la creatividad y <strong>de</strong> la libertad. Después <strong>de</strong> haber consi<strong>de</strong>rado la<br />
concepción hei<strong>de</strong>gueriana y las tesis <strong>de</strong> Rahally sobre este tema, el autor propone una<br />
concepción <strong>de</strong> la autenticidad entendida como una conquista personal que se conecta<br />
con las propias fuentes <strong>de</strong> la existencia. Es la autenticidad como el arte <strong>de</strong> saber<br />
convivir con las siete gran<strong>de</strong>s experiencias negativas <strong>de</strong> la existencia, a saber: la<br />
pérdida, el fracaso, la soledad, la incomunicación, la angustia, el absurdo y la muerte.<br />
Palabras claves: Abordaje existencial, conceptos centrales, categorías <strong>de</strong><br />
análisis, experiencias negativas, nuevas i<strong>de</strong>as.<br />
Abstract<br />
Among the several concepts put in circulation by the existential and<br />
comprehensive approaches in psychology, one surpasses the others: the authenticity<br />
concept. In therapeutic relation, Rogers judged it as a requirement of the relation. The<br />
work of personal transformation proposes ilself as a goal to be achieved, toghether with<br />
the <strong>de</strong>velopment of criativity and freedom. After having consi<strong>de</strong>red the hai<strong>de</strong>ggerian<br />
conception of authenticity and Rahally’thesis over this theme, the author proposes a<br />
authenticity’conception un<strong>de</strong>rstood as a personal conquest, which is conected with its<br />
own sources of existence. It is the authenticity known as the art of living together with<br />
the seven great negativities of existence: loss, failure, loneliness, incomunication,<br />
anguish, absurd and <strong>de</strong>ath.<br />
Key words: Existential aproach, central concepts, analitical categories,<br />
negativity, new i<strong>de</strong>as<br />
En un proceso <strong>de</strong> neogénesis, <strong>de</strong> renovación y transformación <strong>de</strong> sí, que me<br />
parece ser la tarea básica <strong>de</strong> la psicoterapia, siempre surge la cuestión <strong>de</strong> cuáles son los<br />
objetivos <strong>de</strong> esta transformación <strong>de</strong> sí. A fin <strong>de</strong> cuentas ¿cuáles son los objetivos<br />
principales <strong>de</strong> esta tarea <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo sea mediante la psicoterapia, sea hecha por<br />
cualquier otro procedimiento? De partida, se nos dirá que los objetivos están<br />
subordinados a las necesida<strong>de</strong>s, conveniencia y recursos <strong>de</strong> la persona que procura un<br />
psicoterapeuta. Ciertamente es así en gran medida. Un alto porcentaje <strong>de</strong> personas que<br />
consultan un terapeuta quiere solucionar algunos problemas y conflictos que lo están<br />
afligiendo, sin pensar ir mucho más lejos que eso. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar sus potenciales<br />
y alcanzar un grado mayor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo no es algo que sobresalga entre sus proyectos.<br />
Esto es lo que nos muestra la experiencia trabajando en este campo. Por esta razón<br />
distinguimos tres tipos <strong>de</strong> trabajo terapéutico: una psicoterapia sintomática focalizada en<br />
algún malestar que afecta al sujeto <strong>de</strong> manera persistente, sea en la forma <strong>de</strong> algún<br />
síntoma somático, sea manifestado por conflictos y alteraciones timopáticas. El segundo<br />
tipo es una terapia situacional, cuyo objetivo es tratar <strong>de</strong> problemas originados por<br />
situaciones discernibles <strong>de</strong> naturaleza interpersonal, que tensionan al sujeto,
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
provocándole toda suerte <strong>de</strong> malestares. El tercer tipo se relaciona con la estructura <strong>de</strong><br />
la personalidad y apunta hacia una transformación mayor: en este caso el proceso es<br />
generalmente más prolongado e implica un cuestionamiento más radical por parte <strong>de</strong> la<br />
propia persona: es lo que llamo neogénesis, o psicoterapia neogenética, o <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo<br />
personal. Ciertamente no existe una clara distinción entre estas tres propuestas <strong>de</strong><br />
trabajo, y <strong>de</strong> cualquier manera hay aspectos neogéneticos en las psicoterapias más<br />
sectoriales. Erradicar los síntomas y encarar las dificulta<strong>de</strong>s situacionales (tipo<br />
conflictos conyugales) implica también “mexer e cutucar” (como se dice en portugués),<br />
esto es, implica cuestionar las estructuras <strong>de</strong> la persona siquiera en algún grado 8 .<br />
En consecuencia, por muy limitada que sea la propuesta <strong>de</strong> cambios <strong>de</strong>seada por<br />
la persona y por limitados que sean incluso sus recursos para un trabajo <strong>de</strong> mayor<br />
alcance, siempre es posible conseguir entrar por las vías <strong>de</strong> un proceso neogenético que<br />
lo lleve hasta los objetivos finales <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senvolvimiento humano, si no a su<br />
culminación, por lo menos a sus primeros pasos. Cabe preguntarse entonces cuales son<br />
los objetivos finales <strong>de</strong> un <strong>de</strong>senvolvimiento mayor. Sé que sobre este punto hay<br />
discusiones y controversias, pero yo entiendo que existen por lo menos tres factores que<br />
nos permiten una vida más plena. Y para <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> manera menos pretenciosa, nos<br />
facilitan la vida en aspectos bastante significativos.<br />
Estos tres factores son la libertad, la autenticidad y la creatividad.<br />
Sobre estas tres características <strong>de</strong>l ser humano (el Dasein) existe abundante<br />
literatura en nuestro abordaje. El Dasein 9 es libre y, <strong>de</strong> alguna manera, es también<br />
creativo, siquiera <strong>de</strong> modo mínimo. Estas tres características son bastante<br />
problemáticas, pero la cuestión <strong>de</strong> la autenticidad parece ser aún un poco más. La<br />
cuestión <strong>de</strong> la autenticidad ya es problemática a partir <strong>de</strong>l propio concepto. Más<br />
problemático resulta ser comportarse <strong>de</strong> una manera auténtica.<br />
¿Qué se entien<strong>de</strong> por autenticidad?<br />
Decimos que un producto es autentico cuando no ha sufrido alguna alteración<br />
que <strong>de</strong>forme o falsee sus cualida<strong>de</strong>s originales. Hablamos así <strong>de</strong> un auténtico café <strong>de</strong><br />
Brasil, o <strong>de</strong> Colombia. O <strong>de</strong> una rubia auténtica, sin los artificios <strong>de</strong> las tinturas. A<br />
veces, usamos un vocablo equivalente y <strong>de</strong>cimos que es un producto legítimo. Garcia<br />
Lorca <strong>de</strong>cía ser un gitano legítimo, “un gitano <strong>de</strong> dura crin”. En este ámbito, con todas<br />
las dudas <strong>de</strong>l caso, el uso <strong>de</strong> este concepto pasa sin mayores contratiempos ni<br />
comentarios. Don<strong>de</strong> el concepto se ve sujeto a un cuestionamiento más severo en el<br />
plano <strong>de</strong> la existencia y <strong>de</strong>l comportamiento.<br />
No es un concepto <strong>de</strong>masiado perturbador cuando procuramos su lado más<br />
simple. De manera simplificada <strong>de</strong>cimos que una persona es autentica si atien<strong>de</strong> a un<br />
par <strong>de</strong> requisitos. Primero, que muestre una cierta coherencia entre lo que predica y lo<br />
que practica; segundo, que no use máscaras y trucos que disimulen su verda<strong>de</strong>ra<br />
personalidad y los propósitos <strong>de</strong> su acción y conducta. Para simplificar más aún las<br />
cosas se nos dice que ser autentico es ser verda<strong>de</strong>ro -como si ser verda<strong>de</strong>ro en el plano<br />
humano fuera algo similar a ser tan legítimo como el café <strong>de</strong> Brasil o el teorema <strong>de</strong><br />
Pitágoras. Ser verda<strong>de</strong>ro es una cuestión problemática y lo es porque la verdad es una<br />
8 En portugués mexer equivale a agitar, provocar; cutucar es chamar a atención, tocar.<br />
9 Conservo a palabra alemana Dasein, equivalente a existencia humana, por ser un<br />
término corriente en los enfoques existenciales y humanistas.<br />
55
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
cuestión complicada, muchas veces obscura, <strong>de</strong>slizante –solo para <strong>de</strong>cir lo mínimo.<br />
Hei<strong>de</strong>gger nos enseñó algunos puntos básicos sobre la cuestión <strong>de</strong> la autenticidad y <strong>de</strong><br />
la verdad. No voy a repetir aquí lo que el filósofo esclareció. Apenas quiero recordar<br />
que en el pensamiento <strong>de</strong> este pensador este es un tema central en su concepción <strong>de</strong>l<br />
Dasein. Para él la inautenticidad circula como moneda <strong>de</strong> cambio en las relaciones<br />
públicas, aquellas que se dan en las relaciones don<strong>de</strong> el otro se impone sobre el<br />
individuo sea mediante la opinión pública entendida como lo anónimo por excelencia,<br />
sea mediante el palabrerío, sea mediante el equívoco y la ambigüedad <strong>de</strong> las medias<br />
verda<strong>de</strong>s.<br />
Si la verdad es algo más que el contenido <strong>de</strong> algunas proposiciones cuyo<br />
enunciado coinci<strong>de</strong> con <strong>de</strong>terminado acontecer y con las relaciones existentes entre<br />
<strong>de</strong>terminados fenómenos; si la verdad pertenece al Dasein, adquiriendo en la existencia<br />
su posible sentido, entonces la autenticidad y la verdad caminan <strong>de</strong> la mano, o<br />
simplemente a veces se encuentran en <strong>de</strong>terminados lugares, situaciones y<br />
circunstancias.<br />
Hace poco tiempo la psicóloga Débora Rahally (1993) escribió un artículo don<strong>de</strong><br />
comenta siete cuestiones que han preocupado a diversos autores interesados en este<br />
asunto; ellas no ofrecen algunas pistas <strong>de</strong> como abordan este tema los psicólogos. Antes<br />
<strong>de</strong> entrar a la concepción <strong>de</strong> la autenticidad que me parece más sustentable, comentar<br />
las tesis <strong>de</strong> Rahally. Veamos.<br />
1) ¿La media <strong>de</strong> las personas vive <strong>de</strong> manera auténtica?<br />
Basta echar una ojeada en torno para respon<strong>de</strong>r negativamente este ítem. Rahally<br />
nos recuerda una observación <strong>de</strong>l filósofo Espinoza que nos advierte que cualquier cosa<br />
gran<strong>de</strong> es tan difícil <strong>de</strong> realizar como rara <strong>de</strong> encontrar.<br />
2) ¿Cómo emerge la experiencia auténtica como un asunto cuestionable para la media<br />
<strong>de</strong> las personas?<br />
La autora verifica que los autores no han examinado este ítem, mas ella sustenta<br />
que esta cuestión es provocada y <strong>de</strong>viene <strong>de</strong> un periodo <strong>de</strong> crisis. Son algunas<br />
situaciones extremas las que obligan al sujeto a examinar el rumbo y la dirección <strong>de</strong> su<br />
vida, sobre todo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> uno o más fracasos, obligándolo a reformular su vida. Sólo<br />
en parte coincido con la tesis <strong>de</strong> Rahally; diría también que hay actitu<strong>de</strong>s caracteriales<br />
que predisponen al sujeto a enfrentar las situaciones y a realizar su proyecto <strong>de</strong> vida <strong>de</strong><br />
una manera más genuina, o básicamente falsa y alienada.<br />
3) ¿Cómo se vive <strong>de</strong> manera auténtica?<br />
Sobre este punto existen algunas discrepancias. Estos son los prerrequisitos para<br />
moverse en este plano <strong>de</strong> existencia. Para Maslow la autenticidad pasa por la realización<br />
<strong>de</strong> algunos valores esenciales, por parte <strong>de</strong> la persona. Entre estos valores se <strong>de</strong>stacan la<br />
tríada ya pensada por Platón –verdad, bondad, belleza. Y <strong>de</strong>spués Maslow nos coloca<br />
los otros valores no menos enaltecedores: justicia, singularidad, vivacidad (aliveness),<br />
simplicidad, fortaleza, espíritu lúdico (playfulness), auto-suficiencia, entre otros.<br />
C. Rogers (1965) observó que la manera genuina <strong>de</strong> vivir implica por lo menos<br />
cuatro disposiciones caracteriales:<br />
Una abertura para la experiencia;<br />
Un locus interno <strong>de</strong> evaluación;<br />
Confianza en el propio organismo;<br />
56
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
Disposición para estar en proceso.<br />
Fritz Perls, hombre poco dado a complicaciones conceptuales, <strong>de</strong>cía que bastaba<br />
ir conforme el flujo <strong>de</strong> la vida. Alvin Mahrer nos insiste en que la vía correcta es ser la<br />
persona que se pue<strong>de</strong> llegar a ser, es <strong>de</strong>cir, realizar sus potenciales más propios.<br />
Enseguida me propongo <strong>de</strong>cir como entiendo la actitud que nos permite afirmar como<br />
se vive <strong>de</strong> manera auténtica.<br />
4) ¿La experiencia auténtica es una experiencia extraordinaria, sublime, o es algo<br />
común (pe<strong>de</strong>strian)?<br />
La mayoría <strong>de</strong> los autores piensa que la autenticidad es una experiencia<br />
excepcional, más que una actitud internalizada y, en consecuencia, persistente. Des<strong>de</strong><br />
mi perspectiva pienso que oscilamos entre la autenticidad y la inautenticidad,<br />
predominando una ten<strong>de</strong>ncia más que la otra según sea el carácter <strong>de</strong> la persona y sus<br />
circunstancias. Como cualquier rasgo caracterial –que entiendo como una manera<br />
característica <strong>de</strong> relación hombre-mundo- se trata <strong>de</strong> una actitud predominante, que no<br />
excluye su opuesto. No somos <strong>de</strong> una vez por todas personas auténticas ni inauténticas.<br />
Como en todo, somos seres oscilantes. Esto es pensar las cosas <strong>de</strong> manera dialéctica. No<br />
creo que se trata <strong>de</strong> una experiencia sublime, propia <strong>de</strong> mentes iluminadas; pue<strong>de</strong> darse,<br />
y se da, en la vida común y cotidiana, sin mayores aspavientos. Es innegable que hay<br />
<strong>de</strong>terminadas experiencias que cuestionan nuestra manera <strong>de</strong> ser, obligándonos a<br />
reformular actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> autoengaño, <strong>de</strong> mala fe, como diría Jean Paul Sartre. Ante una<br />
pérdida muy importante (la muerte <strong>de</strong> un ser querido) nos vemos obligados a repensar la<br />
cuestión <strong>de</strong>l apego excesivo, la finitud <strong>de</strong> la condición humana y la realidad inevitable<br />
<strong>de</strong> la muerte. La constatación <strong>de</strong>l fracaso, cuyos efectos son atenuados casi siempre por<br />
ese mecanismo conocido como racionalización, nos muestra cuan relativo es el éxito <strong>de</strong><br />
cualquier empresa y como buena parte <strong>de</strong> nuestros objetivos y planos sólo se realizan<br />
parcialmente, cuando llegan a realizarse. Menciono en este punto apenas dos<br />
experiencias negativas <strong>de</strong> la existencia; luego insisto sobre este tópico.<br />
5) ¿Cómo se diferencia la experiencia auténtica <strong>de</strong> otro tipo <strong>de</strong> experiencias subjetivas?<br />
En general, se constata que los diversos autores no se han preocupado por este<br />
asunto. Sin embargo, usando el método fenomenológico, Rahally verifica que las<br />
experiencias auténticas están asociadas a, e incluyen cuatro componentes:<br />
intensidad emocional, visible en el lenguaje hiperbólico usado por los<br />
sujetos;<br />
un aumento significativo <strong>de</strong> la consciencia en relación a lo somático;<br />
el sentimiento <strong>de</strong> estar plenamente presente, especialmente en la percepción<br />
<strong>de</strong> sí;<br />
un aumento <strong>de</strong> la consciencia <strong>de</strong> los otros envueltos en la situación<br />
experimentada.<br />
Como se pue<strong>de</strong> apreciar, la autora entien<strong>de</strong> que la autenticidad se manifiesta en<br />
<strong>de</strong>terminadas ocasiones, muy especiales, todas ellas relacionados con una resonancia<br />
subjetiva excepcional. Repito este tipo <strong>de</strong> experiencias excepcionales existen, pero<br />
vuelvo a repetir que se trata sobre todo <strong>de</strong> una actitud internalizada y no meramente <strong>de</strong><br />
experiencias excepcionales. Pienso que la simplicidad <strong>de</strong>l trabajador, <strong>de</strong>l operario, en la<br />
dura faena cotidiana y en la entereza estoica para enfrentar las peripecias <strong>de</strong> su vida,<br />
pue<strong>de</strong>n ser una <strong>de</strong> las formas más auténticas <strong>de</strong> encarar su realidad. Es claro que<br />
también está presente esta actitud cuando precisa luchar para obtener un mejor salario,<br />
57
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
haciendo una huelga, enfrentando sus colegas esquiroles, <strong>de</strong>nunciando las condiciones<br />
<strong>de</strong> explotación en que viven sus compañeros <strong>de</strong> clase. Tanto en su lucha diaria como en<br />
los periodos <strong>de</strong> enfrentamiento con los po<strong>de</strong>res oficiales, con todos los riesgos que esto<br />
implica, el trabajador está ejerciendo su libertad como su potencial más genuino. Tal<br />
vez en estas situaciones él sienta lo que Rahally <strong>de</strong>staca como importante en este tipo <strong>de</strong><br />
experiencias.<br />
6) ¿La experiencia auténtica es una experiencia encarnada, inserta en el cuerpo, o es<br />
<strong>de</strong>sencarnada, somáticamente reprimida?<br />
La autora, junto con otros psicólogos, afirma que se incluye y se inscribe en el<br />
cuerpo, sin entrar en una exposición que nos permita captar esta tesis <strong>de</strong> una manera<br />
más <strong>de</strong>scriptiva. De todos modos, me parece que ser auténtico implica tener una buena<br />
convivencia con nuestro cuerpo en todos sus aspectos, sea aceptando sus necesida<strong>de</strong>s,<br />
sin los escrúpulos <strong>de</strong> los obsesivos, sin la distancia y disociación <strong>de</strong>l esquizoi<strong>de</strong>, sin el<br />
sentimiento <strong>de</strong> miseria corporal <strong>de</strong>l <strong>de</strong>primido y sin la complacencia <strong>de</strong>l narcisista, para<br />
mencionar los casos más sintomáticos; sea igualmente gozando y ejerciendo sus<br />
po<strong>de</strong>res. Sea incluso aceptando los achaques <strong>de</strong>l tiempo cuyas marcas tanto preocupan a<br />
la mayoría <strong>de</strong> las personas.<br />
7) El séptimo ítem se relaciona con la cuestión 3), sobre los requisitos que posibilitan<br />
la experiencia auténtica, que serian los constituyentes necesarios y suficientes para<br />
la realización <strong>de</strong>l ser genuino.<br />
Coincidiendo en algunos puntos y discrepando en otros, hasta ahora me he<br />
limitado a comentar el planteamiento <strong>de</strong> la cuestión <strong>de</strong> la autenticidad hecho por<br />
Rahally. A partir <strong>de</strong> este punto quiero colocar lo esencial <strong>de</strong> mi tesis sobre este asunto.<br />
El predominio <strong>de</strong> la actitud auténtica se muestra en la medida en que la persona sabe<br />
enfrentarse con los aspectos negativos <strong>de</strong> la vida, en especial, con las siete gran<strong>de</strong>s<br />
experiencias negativas inherentes a la existencia.<br />
¿Cuáles son estas experiencias negativas que acompañan al hombre como su<br />
sombra inevitable, que generan sufrimiento y todo tipo <strong>de</strong> temores? Me parece que las<br />
siguientes son las más importantes:<br />
la pérdida<br />
el fracaso<br />
la soledad<br />
la incomunicación<br />
la angustia<br />
la muerte<br />
el absurdo<br />
De partida es conveniente precisar dos aspectos. Primero, todas estas<br />
experiencias negativas implican sufrimiento y temores, mas no son las únicas fuentes <strong>de</strong><br />
la aflicción humana. El dolor físico, las enfermeda<strong>de</strong>s, la miseria, los conflictos<br />
psicológicos, el odio, son otras fuentes. Yo diría apenas que son las fuentes más<br />
importantes. Segundo, estas experiencias negativas también presentan algunos aspectos<br />
positivos, siempre y cuando la experiencia relacionada y <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> ellas sea<br />
aprovechable por parte <strong>de</strong>l individuo. Aquí vuelve a asomar su cabeza la tesis dialéctica<br />
<strong>de</strong> la coexistencia <strong>de</strong> los contrarios y <strong>de</strong> su movimiento en participación <strong>de</strong>sigual.<br />
58
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
Quiero subrayar algunas características <strong>de</strong> estas experiencias negativas; todas<br />
ellas han merecido todo tipo <strong>de</strong> estudios y reflexiones. Me limito aquí a señalar algunos<br />
aspectos relevantes para el propósito que orienta este escrito –mostrar que la<br />
autenticidad <strong>de</strong> una persona se manifiesta por la manera <strong>de</strong> enfrentar y convivir con<br />
estas constantes existenciales.<br />
Estas experiencias negativas están presentes en todos nosotros y constituyen<br />
las mayores fuentes <strong>de</strong> sufrimiento y <strong>de</strong> preocupación humanas. No son algo<br />
externo, ambiental, simples efectos <strong>de</strong> un sistema social injusto, ni tampoco<br />
son consecuencias <strong>de</strong> algún factor meramente circunstancial; no son algo que<br />
se pudiera evitar con una razonable previsión y <strong>de</strong> acuerdo con programas<br />
altamente racionales. Ciertamente las previsiones pue<strong>de</strong>n reducir y<br />
eventualmente neutralizar el efecto <strong>de</strong> estas experiencias negativas, pero no<br />
son enteramente erradicables en razón <strong>de</strong> ser características inherentes a la<br />
condición humana.<br />
Son experiencias negativas radicales; radicales en el sentido <strong>de</strong> que están en<br />
la raíz misma <strong>de</strong> nuestra vida. Nadie escapa <strong>de</strong> ellas, aunque nos afecten en<br />
un grado variable según sea la estructura <strong>de</strong> la persona -según sea su<br />
capacidad para asimilar los elementos tóxicos. Mucha gente hasta se niega a<br />
pensar en estos fantasmas: prefieren creer que son simples espejismos <strong>de</strong> la<br />
mente, simples momentos pasajeros, tal vez subproductos <strong>de</strong> la mala suerte.<br />
Otros saben, que no hay como escapar <strong>de</strong> ellas, que lo mejor es saber<br />
convivir con ellas. Sustento que estas son las personas auténticas. No es que<br />
se acomo<strong>de</strong>n y se resignen pasivamente ante este tipo <strong>de</strong> experiencias:<br />
precisan ser aceptadas <strong>de</strong> la mejor manera, sin <strong>de</strong>masiados alar<strong>de</strong>s, sin<br />
engaños ni mistificaciones. La aceptan hasta con buen humor, o simplemente<br />
con serenidad.<br />
Examinemos brevemente cada uno <strong>de</strong> estos <strong>de</strong>safíos.<br />
Desafió 1<br />
En el transcurrir <strong>de</strong> una vida las pérdidas son inevitables; no me refiero a las<br />
pérdidas materiales. Estamos perdiendo algo siempre. Es costumbre lamentar la pérdida<br />
<strong>de</strong> seres queridos, <strong>de</strong> un hijo, <strong>de</strong> los padres, <strong>de</strong> algún amigo. Nos duele per<strong>de</strong>r el empleo<br />
o la enamorada que termina optando por un partido mejor. Es el tipo <strong>de</strong> hechos que nos<br />
provoca ese estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>smotivación, tristeza y <strong>de</strong>saliento –eso que llamamos<br />
<strong>de</strong>presión, en cualesquiera <strong>de</strong> sus formas y grados. Sin embargo, hay otro tipo <strong>de</strong><br />
pérdidas que igualmente nos afectan tanto como las mencionadas, y, a veces, mucho<br />
más. Per<strong>de</strong>mos creencias, valores, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> amigos y seres queridos. Las creencias<br />
son los presupuesto existenciales que sustentan a la persona; no me refiero únicamente a<br />
las creencias religiosas; esas son apenas un tipo <strong>de</strong> creencias; hay otras igualmente<br />
importantes que nos sustentan y dan sentido a nuestra vida. Un amigo mío me <strong>de</strong>cía:<br />
“El fin <strong>de</strong>l socialismo en los países <strong>de</strong>l Oeste europeo fue uno <strong>de</strong> los más duros<br />
golpes <strong>de</strong> mi vida; me quedé <strong>de</strong>solado durante más <strong>de</strong> un año. No podía creer que todo<br />
el trabajo <strong>de</strong> muchas generaciones por una sociedad más justa se hubiese<br />
<strong>de</strong>smoronado. Ni siquiera cuando perdí mi creencia en un Dios personal, allá, en los<br />
tiempos <strong>de</strong> mi adolescencia, me afectó tanto. Aun hoy, 5 años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> esa<br />
bella utopía, sigo pensando que aún pue<strong>de</strong> reconstruirse sobre nuevas bases. Es mi<br />
consuelo”.<br />
59
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Una parte consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>l trabajo psicoterapéutico gira en torno a como<br />
rehacerse y superar este tipo <strong>de</strong> pérdidas, para muchos un motivo persistente <strong>de</strong><br />
aflicción, <strong>de</strong> culpa y <strong>de</strong>svalorización. Un cliente me confiesa:<br />
“Se han pasado más <strong>de</strong> 25 años y no puedo <strong>de</strong>cir que el fin <strong>de</strong> mi vida en común<br />
con mi enamorada <strong>de</strong> juventud sea un asunto completamente cerrado. Yo fui culpado<br />
<strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> esa relación; ella me <strong>de</strong>jó con justa razón. Y aún me duele haberla perdido, y<br />
aún sueño con reencontrarla siquiera en la otra vida, pues se muy bien que nunca la<br />
reencontraré en esta vida. Será que la psicología me pue<strong>de</strong> ayudar para perdonarme mi<br />
error y para aceptar haberla perdido”.(Prof. universitario, 52 años)<br />
Asociados a las creencias están también los valores, pero siendo diferente <strong>de</strong><br />
ellas. De modo explícito o implícito, los valores están presentes en nuestras opciones y<br />
preferencias; siempre optamos y preferimos <strong>de</strong> acuerdo con algún valor, aunque no<br />
siempre percibimos que una <strong>de</strong>terminada elección implica un <strong>de</strong>terminado valor.<br />
Cuando mi amigo optó por el socialismo atribuyó a su opción un valor mucho mayor<br />
que al capitalismo. Él pensaba que esa doctrina política crearía un mundo más justo. La<br />
justicia es un valor positivo. La injusticia es uno negativo. Los valores se dan en<br />
términos <strong>de</strong> contraposiciones, <strong>de</strong> polarida<strong>de</strong>s. Bueno-malo, bello-feo, verda<strong>de</strong>ro-falso,<br />
leal-<strong>de</strong>sleal, admitiendo en la práctica fases intermedias. Mi cliente que aún lamenta<br />
aquel amor perdido atribuye a aquella joven los más altos valores. Le pregunté: ¿que<br />
representaba y representa esa joven para Ud.? Me respondió: “Todo lo bueno que<br />
conocí en la vida: el cariño, la honestidad, la inocencia, la entrega <strong>de</strong>sinteresada, el<br />
amor...” (y las lágrimas bañaron su rostro). Al per<strong>de</strong>r esa joven en su juventud, y<br />
supuestamente no encontrando nada similar en los años posteriores, este señor perdió la<br />
convivencia con todos los valores mencionados, encarnados en su compañera.<br />
Per<strong>de</strong>mos también otros valores que no siempre tenemos en cuenta; siendo<br />
jóvenes vivimos esta etapa sin tomar consciencia <strong>de</strong>l bien que ella conlleva; <strong>de</strong>spués<br />
que este periodo ha pasado percibimos el bien perdido, con todos los valores<br />
involucrados en él –energía, disposición, belleza juvenil, abertura para el futuro, y aún<br />
mucho más. Y no preciso mencionar otros bienes, que cuando están con nosotros no<br />
reparamos <strong>de</strong>bidamente en ellos. Una vez enfermos, reparamos cuan bueno es estar<br />
sano. Una vez <strong>de</strong>sempleados -en estos tiempos una <strong>de</strong> las peores amenazas presentes en<br />
el Capitalismo globalizado- nos damos cuenta que el trabajo no implica apenas tener un<br />
salario para ir llevando la vida en su aspecto material: el trabajo implica mucho más que<br />
eso. Per<strong>de</strong>r el empleo es como quedarse al garete, como per<strong>de</strong>r algunas referencias<br />
importantes que guían nuestra vida.<br />
Desafío 2<br />
El fracaso: tal vez no exista fantasma que nos provoque mayor embarazo y<br />
aflicción, llevándonos incluso a la vergüenza y a la <strong>de</strong>svalorización, cuando entra en<br />
nuestra casa. El fracaso <strong>de</strong>lata, en la percepción <strong>de</strong> la propia persona y en los otros, la<br />
incapacidad y la ineptitud. Pocos son los que admiten el fracaso <strong>de</strong> una iniciativa o <strong>de</strong><br />
su propia vida, revelando la frustración consecuente. Sobre todo en nuestro tiempo,<br />
dominado por la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong>l éxito a cualquier precio, pues a cada a momento se<br />
enaltece el éxito <strong>de</strong> los triunfadores, the winners, con sus aires <strong>de</strong> héroes, y los<br />
per<strong>de</strong>dores, the losers, con todos los rasgos <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota. Leyendo algunos libros norteamericanos<br />
se tiene la impresión que las personas se divi<strong>de</strong>n en dos gran<strong>de</strong>s categorías:<br />
los ganadores y los per<strong>de</strong>dores –los que ganan el cielo y los con<strong>de</strong>nados a peregrinar<br />
por los infiernos <strong>de</strong> la tierra. Esos libros nos enseñan como conquistar las cosas buenas<br />
60
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
y como exhibir los gestos <strong>de</strong> los winners. Pura necedad. La verdad es que en casi todas<br />
las iniciativas <strong>de</strong> valor los resultados quedan muy por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> lo esperado. Una parte<br />
consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> nuestros objetivos no se consigue. Ni siempre sentimos el fracaso, en<br />
parte porque nos conformamos con la parcela conseguida, en parte porque no estamos<br />
dispuestos a admitir el fracaso relativo. Racionalizamos. La racionalización es un<br />
mecanismo <strong>de</strong>fensivo <strong>de</strong>l ego bastante usado por todos. En este aspecto la gran mayoría<br />
repite las innumerables justificaticativas <strong>de</strong>l borracho inveterado. La historia <strong>de</strong> los<br />
llamados triunfadores generalmente es un mito. Es común que el sujeto gane mucho<br />
dinero y conquiste la fama, mas rara vez se cura <strong>de</strong> sus miedos y <strong>de</strong> su neurosis.<br />
Recor<strong>de</strong>mos aquí los casos <strong>de</strong> Marilyn Monroe y <strong>de</strong>l mega-star Michael Jackson -dos<br />
ejemplos nada excepcionales. Son los paradigmas gritantes <strong>de</strong>l éxito... y <strong>de</strong>l fracaso.<br />
Sólo cuando apren<strong>de</strong>mos que el éxito es siempre relativo, una ilusión pasajera, también<br />
apren<strong>de</strong>mos que la gracia <strong>de</strong> la caída está en como Ud. se levanta. Pue<strong>de</strong> quebrarse más<br />
<strong>de</strong> un hueso y cojear por un tiempo, pero si luego sacu<strong>de</strong> el polvo y recupera su manera<br />
<strong>de</strong> caminar, el fracaso se convierte en un simple episodio.<br />
Algunas pérdidas son sentidas como fracasos, y la mayoría <strong>de</strong> los fracasos son<br />
sentidos como pérdidas. Digo, la mayoría, no todos. Los dos ejemplos anteriores así lo<br />
<strong>de</strong>muestran. Estas dos vivencias van juntas sobre todo cuando la pérdida implica el<br />
sentimiento <strong>de</strong> culpa por parte <strong>de</strong>l per<strong>de</strong>dor. Otras son atribuidas a diversos factores. De<br />
cualquier manera, el fracaso afecta al sujeto <strong>de</strong> manera variable. Como en todas las otras<br />
experiencias negativas, lo afectan según sea la estructura <strong>de</strong> su personalidad, su<br />
situación general en el momento <strong>de</strong> experimentar el fracaso y según los recursos que<br />
disponga para compensar este tipo <strong>de</strong> experiencias. Como quiera que sea, fracaso y<br />
frustración están asociados, siendo que el segundo consecuencia <strong>de</strong>l primero. Superar la<br />
frustración implica por lo menos tres pasos. Primero, reconocer el fracaso, no<br />
simplemente racionalizar, fingiendo que no fue nada. Segundo, reconocer la parte <strong>de</strong><br />
responsabilidad que nos correspon<strong>de</strong> en la propuesta malograda; no basta colocar la<br />
culpa en los otros, en el <strong>de</strong>stino, en la mala suerte. Tercero, apren<strong>de</strong>r con la experiencia<br />
para no repetir los errores que provocaron el fracaso.<br />
Desafío 3<br />
Los psicólogos y los filósofos no se cansan <strong>de</strong> enfatizar el lado positivo <strong>de</strong> la<br />
soledad. “O soledad, patria mía”, canta Zaratustra (Nietzsche). Su lado positivo es<br />
innegable; ella nos facilita un mayor contacto con nosotros mismos, permitiéndonos una<br />
consciencia más profunda <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ntidad original, como agentes y pacientes <strong>de</strong><br />
nuestro <strong>de</strong>stino. Nos facilita el recogimiento, momento necesario para una reflexión<br />
genuina; nos distancia <strong>de</strong>l mundanal ruido y <strong>de</strong> su banalidad sin remedio. Esta es la<br />
soledad saludable, esa que nos permite una excursión profunda en nuestra intimidad<br />
personal y que nos permite contemplar el mundo en su más pura y simple<br />
manifestación.<br />
Podríamos <strong>de</strong>stacar otras ventajas <strong>de</strong> la soledad, pero también existen las<br />
<strong>de</strong>sventajas –sobre todo cuando la soledad se manifiesta como aislamiento, como una<br />
notoria incapacidad para convivir en franca abertura con el prójimo. Es también el<br />
aislamiento originado en la diferencia <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> una excepcionalidad muy acentuada<br />
–esa que generalmente marca la trayectoria <strong>de</strong>l genio; la genialidad <strong>de</strong> un Nietzsche y<br />
<strong>de</strong> un Beethoven, que rara vez encuentran compañeros <strong>de</strong> ruta. ”La soledad es la escuela<br />
<strong>de</strong>l genio”, escribió el historiador inglés Edward Gibbon (apodo, Storr). Pero es también<br />
la soledad <strong>de</strong>l ser medio, el buen vecino, que <strong>de</strong>scubre que ha vivido solo buena parte <strong>de</strong><br />
61
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
su vida, pues los llamados amigos <strong>de</strong> la cervecería <strong>de</strong> la esquina nunca se mostraron<br />
interesados en lo que le acontecía en su intimidad. Ese mismo vecino que <strong>de</strong>scubre a los<br />
45 anos que vivió con una mujer sin otro contacto que el ofrecido en la breve sesión<br />
sexual cada semana.<br />
Y están también las otras soleda<strong>de</strong>s. Una u otra nos acompaña en diversas<br />
situaciones: es la soledad asociado a nuestra condición <strong>de</strong> seres anónimos, simples<br />
piezas <strong>de</strong> una maquinaria. Ella se torna muy presente cuando Ud. constata que ha sido<br />
apenas un número en la empresa don<strong>de</strong> ha trabajado durante años; que se constata<br />
especialmente si fue exonerado y nadie pareció importarse por haber sido puesto en la<br />
calle.<br />
Un tercer tipo se manifiesta en la pseudo convivencia; es la soledad a dos, tan<br />
común en las parejas conyugales cuando la distancia afectiva terminó por predominar<br />
sobre lo que tal vez alguna vez se presentó como el vislumbre <strong>de</strong> un proyecto <strong>de</strong> vida<br />
compartido.<br />
Un cliente me expresa:<br />
“Es verdad que no soy un charlista ni ando por ahí abrazando a la gente, pero<br />
<strong>de</strong>bo <strong>de</strong>cirle que he fallado rotundamente en mis relaciones. Apenas tuve dos amigos en<br />
mi vida; uno ya murió y el otro está a mil kilómetros. Me he preguntado más <strong>de</strong> una vez<br />
si hay alguna falla <strong>de</strong> mi carácter que me lleva a sentirme solo y sin compañía<br />
verda<strong>de</strong>ra. En el trabajo están los colegas, pero cada cual se preocupa consigo y la<br />
conversación siempre se queda a medio camino. En casa mi esposa ni siquiera<br />
interrumpe su telenovela cuando yo llego <strong>de</strong>l trabajo; mis dos hijos andan haciendo sus<br />
vidas fuera <strong>de</strong> casa. Para aliviar mi soledad me eché una amante, pero hasta ahora es<br />
apenas un asunto sexual. Tengo la clara impresión que a nadie le importo...Imagino que<br />
en el momento <strong>de</strong> mi última agonía hasta el padre me dará la extremaunción por simple<br />
formalismo, no porque sienta que yo era un ser humano digno <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>ración”<br />
(Administrador <strong>de</strong> empresas, 45 anos, pasando por una crisis existencial)<br />
Tampoco po<strong>de</strong>mos ignorar la soledad metafísica, esa que nos enseña que el<br />
único responsable <strong>de</strong> mi vida soy yo y que todo lo que me acontece me afecta sobre<br />
todo a mi, pues soy yo quien vive esta vida y quien goza y sufre sus altos y bajos. Las<br />
otras formas <strong>de</strong> la soledad pue<strong>de</strong>n ser superadas, pues implican <strong>de</strong>ficiencias <strong>de</strong> la<br />
persona en sus relaciones interpersonales -o <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong>l clima <strong>de</strong> alienación bastante<br />
generalizado en una sociedad técnica y burocrática. Pero la soledad metafísica es<br />
preciso aceptarla como inherente a la existencia.<br />
Desafio 4<br />
Aunque en estrecha relación con el fenómeno soledad, la comunicaciónincomunicación<br />
merece una consi<strong>de</strong>ración especial, pues es uno <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong><br />
nuestro tiempo –muy manoseado y exaltado. Vivimos en la época <strong>de</strong> la comunicación<br />
electrónica y, suprema ironía, <strong>de</strong> la pobreza <strong>de</strong> la comunicación humana. Cuanto más<br />
comunicación electrónica, menor comunicación humana –este parece ser el principio.<br />
La comunicación humana verda<strong>de</strong>ra, esa que surge en las relaciones cara a cara, supone<br />
toda una forma <strong>de</strong> entendimiento y una previa disposición <strong>de</strong> abertura hacia el prójimo;<br />
requiere un conocimiento mutuo entre las partes, por mínimo que sea. En contraste, la<br />
comunicación electrónica es rápida, formal, a distancia, muy práctica, i<strong>de</strong>al para los<br />
negocios, impersonal. Sobre todo es impersonal; con todas las formulas <strong>de</strong> cortesía que<br />
Ud. consi<strong>de</strong>re en sus mensajes, tiene siempre la máscara sonriente <strong>de</strong> lo impersonal.<br />
62
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
Sin embargo, no se piense que la incomunicación es un fenómeno apenas <strong>de</strong><br />
nuestra época. La verdad es que casi siempre predomina la pseudo-comunicación. En la<br />
vida cotidiana la comunicación interpersonal se mantiene en un plano funcional e<br />
instrumental. La famosa comunicación yo-tu, que tanto valoró Martin Buber, es<br />
excepcional.<br />
Precisamos <strong>de</strong>stacar por lo menos cuatro aspectos en este tema. Primero, la<br />
incomunicación no es una simple consecuencia <strong>de</strong>l mal uso <strong>de</strong>l código lingüístico; este<br />
tiene también su parte, pues es frecuente que usemos las palabras a lo que salga, sin la<br />
<strong>de</strong>bida consciencia <strong>de</strong> su significado. Hei<strong>de</strong>gger (1927) ya insistió que nos movemos en<br />
el plano <strong>de</strong> las habladurías, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el simple <strong>de</strong>cir anónimo <strong>de</strong> la opinión pública hasta<br />
las frases hechas <strong>de</strong> los slogans. Segundo, la incomunicación <strong>de</strong>riva en gran medida <strong>de</strong><br />
la intención comunicativa <strong>de</strong> los interlocutores y <strong>de</strong> la actitud que orienta el proceso<br />
comunicativo. Si la actitud predominante es <strong>de</strong> tipo funcional e instrumental la otra<br />
persona interesa muy poco. Si la intención es usar al otro como un mero medio para<br />
fines personales entonces lo más propiamente humano se pier<strong>de</strong> o pasa a un lugar<br />
secundario. Tercero, la comunicación verda<strong>de</strong>ra se da mediante el diálogo y el diálogo<br />
supone que los interlocutores sepan y estén dispuestos a escuchar –lo que es una actitud<br />
poco común. Cuarto, la comunicación interpersonal para que sea facilitada en el diálogo<br />
exige que los interlocutores mantengan una a<strong>de</strong>cuada intra-comunicación, una<br />
comunicación acertada consigo mismo. Tal vez este sea este el requisito básico para el<br />
entendimiento comunicativo. Se observa a menudo que cuando una persona se queja <strong>de</strong><br />
falta <strong>de</strong> comunicación con los seres <strong>de</strong> su entorno inmediato, uno <strong>de</strong> los factores que<br />
influye es su propia falta <strong>de</strong> comunicación consigo, en otras palabras, se <strong>de</strong>be a su<br />
propia alienación. La tríada aislamiento, incomunicación y alienación es frecuente que<br />
vayan <strong>de</strong> la mano –me refiero a la alienación como el fenómeno <strong>de</strong> volverse ajeno a su<br />
realidad más propia (Romero, 1994). En todos los cuadros psicopatológicos observamos<br />
que la eventual queja formulada por la persona en términos <strong>de</strong> no ser comprendido se<br />
origina en su propia falta <strong>de</strong> auto-comprensión y en su falta <strong>de</strong> intra-comunicación. En<br />
el caso <strong>de</strong>l individuo psicótico se trata <strong>de</strong> una ruptura intra-personal profunda<br />
acompañada <strong>de</strong> una ruptura similar en el plano interpersonal.<br />
Desafío 5<br />
¿Necesito referirme a la angustia? Esta es la vivencia que ha merecido más<br />
estudios y reflexiones durante todo el siglo XX. Nunca los estados <strong>de</strong>presivos han<br />
suscitado tanto interés por parte <strong>de</strong> los especialistas. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que los<br />
psicoterapeutas centran buena parte <strong>de</strong> su trabajo en la tentativa <strong>de</strong> ayudar a sus clientes<br />
a superar estos dos estados <strong>de</strong> ánimo.<br />
Sören Kierkegaard (1844) fue el primero que nos enseñó el lado positivo <strong>de</strong> ese<br />
estado <strong>de</strong>l espíritu. Precisamos un cierta dosis <strong>de</strong> angustia para mantener un nivel <strong>de</strong><br />
vigilancia y diligencia -<strong>de</strong> lo contrario nos mantenemos en un conformismo tibio y<br />
paralizante. Esta es la angustia existencial, correlativa <strong>de</strong> la libertad propia <strong>de</strong>l ser<br />
humano. Somos libres y por esta razón somos responsables; y porque somos<br />
responsables nos angustiamos. Responsables ante Dios (si Ud. cree en un ser supremo),<br />
ante el prójimo y ante si mismo. Esta es una <strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> la angustia. Hay otra:<br />
nunca estamos enteramente pre-<strong>de</strong>terminados, como quieren los <strong>de</strong>terministas. No lo<br />
estamos ni por la naturaleza, ni por los propósitos individuales, ni siquiera por los<br />
<strong>de</strong>signios <strong>de</strong> alguna entidad divina, esotérica, misteriosa. Siempre hay un margen<br />
consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> incertidumbre. Por esta abertura al futuro entra la inseguridad -un<br />
63
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
factor asociado a y disparador <strong>de</strong> la angustia. Tenemos que saber convivir con todas las<br />
formas <strong>de</strong> incertidumbres y con la consecuente inseguridad.<br />
Allan Watts (1978) nos habla <strong>de</strong> una sabiduría <strong>de</strong> la inseguridad como el mejor<br />
antídoto contra la ansiedad. Dejar que lo inevitable entre por el ojo <strong>de</strong> la cerradura, pues<br />
siempre entra, incluso cuando está la llave puesta en el ojo. No sirve intentar prevenir<br />
todos los males hipotéticos, porque entonces el mal se transforma en un fantasma y,<br />
como es sabido, los fantasmas siempre se las arreglan para amedrentar a los crédulos.<br />
¿Se recuerda Ud. <strong>de</strong> un famoso millonario anglo-americano, Mister Hughes? Este señor<br />
tenía una típica personalidad obsesiva-compulsiva, y sufría <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las peores<br />
manifestaciones <strong>de</strong> esta especie <strong>de</strong> enfermedad: temía contaminarse con algún tipo <strong>de</strong><br />
micro-organismo. Para evitar esta posibilidad pavorosa <strong>de</strong>cidió vivir encerrado en una<br />
especie <strong>de</strong> urna <strong>de</strong> vidrio, una sala especialmente preparada contra los agentes <strong>de</strong>l mal.<br />
En los últimos años <strong>de</strong> su vida llegó a evitar cualquier contacto directo con las<br />
personas. Todo le era pasado por dispositivos a<strong>de</strong>cuados y el aire que respiraba era<br />
especial. Este pobre millonario ignoraba que el mal representado por los microbios<br />
había entrado en su mente y que no a<strong>de</strong>lantaba <strong>de</strong> nada cualquier prevención. En el<br />
fondo <strong>de</strong> su angustia estaba el miedo <strong>de</strong> la muerte.<br />
No preciso referirme a las formas neuróticas <strong>de</strong> la angustia y <strong>de</strong> la ansiedad (otro<br />
nombre para una forma <strong>de</strong> angustia menos grave). Lo característico <strong>de</strong> todas las<br />
neurosis es la presencia persistente sea <strong>de</strong> la angustia, sea <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión, <strong>de</strong> manera<br />
alternada o apenas manifestándose una <strong>de</strong> ellas. Este es un tema inagotable, que nos<br />
llevaría muy lejos si entrásemos en él.<br />
Desafío 6<br />
La muerte nos preocupa más <strong>de</strong> lo que estamos dispuesto a admitir, pero<br />
generalmente no nos lo tomamos muy en serio, nos preocupa cuando entramos en un<br />
periodo <strong>de</strong>presivo acentuado o en los casos en que nos enfrentamos con la inminencia<br />
<strong>de</strong>l fin –por enfermedad grave, por algún acci<strong>de</strong>nte, por fallecimiento <strong>de</strong> un ser querido.<br />
Sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los 40 comenzamos a percibir su sombra y con el pasar <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cenios<br />
va adquiriendo cuerpo, ocupando un mayor espacio en nuestra vida. Pasado <strong>de</strong> los 60<br />
ella comienza a rondar nuestra casa, a veces se sienta en la misma mesa <strong>de</strong> comer o la<br />
vemos reflejada en el espejo cuando nos hacemos la barba – y en el caso <strong>de</strong> las mujeres<br />
se insinúa <strong>de</strong>licadamente, con ánimo amistoso, cuando ellas se retiran el maquillaje<br />
antes <strong>de</strong> ir a la cama. A veces la sentimos en algún lugar <strong>de</strong>l cuerpo; el corazón es su<br />
sitio preferido, aunque también le agrada localizarse en los senos femeninos y en<br />
lugares menos confortables en el caso <strong>de</strong> los hombres. En el caso <strong>de</strong> los millonarios,<br />
como aconteció con mister Hughes, procura un lugar más sutil, don<strong>de</strong> los médicos ni los<br />
psicólogos consigan expulsarla con algún tipo <strong>de</strong> cirugía: circula por los canales <strong>de</strong> la<br />
mente.<br />
De todas maneras, llega un momento en que nos acostumbramos con ella, sin<br />
saber si al día siguiente ya se apo<strong>de</strong>ró por entero <strong>de</strong> nuestro espíritu y <strong>de</strong> nuestro cuerpo.<br />
Somos mortales. Rara vez nos apercibimos <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong> esta hecho tan simple y<br />
tremendo. Por ser mortales el brevísimo tiempo durante el cual transcurre nuestra vida<br />
se vuelve tan precioso. Si viviésemos in<strong>de</strong>finidamente, o por millares <strong>de</strong> años, todo<br />
sería diferente. Todo acontecería con la lentitud <strong>de</strong> la tortuga (que acostumbra vivir el<br />
doble <strong>de</strong> la especie humana). Tal vez fuésemos como esos hombres que <strong>de</strong>scribe Jorge<br />
Luis Borges en un <strong>de</strong> sus cuentos, que por vivir millares <strong>de</strong> años ya nada más tenía<br />
importancia para ellos. Al parecer se habían vuelto inmortales y, en consecuencia, la<br />
64
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
vida carecía <strong>de</strong> cualquier objetivo. No existía para ellos ni el fracaso ni el éxito,<br />
simplemente porque ya todo era lo mismo.<br />
Desafío 7<br />
Todas las constantes existenciales negativas consi<strong>de</strong>radas hasta aquí son la<br />
preocupación inevitable <strong>de</strong> los mortales hablantes y, a veces, pensantes. Pero aún<br />
precisamos recordar una más: el absurdo. Calificamos como absurdo todo aquello que<br />
se muestra como contrario a la razón y al buen sentido. Absurda nos parece la conducta<br />
<strong>de</strong>l loco, cuyos motivos para comportarse <strong>de</strong> la manera que lo hace nos parecen<br />
incomprensibles. Algunas conductas nuestras terminan por parecernos tontas, fuera <strong>de</strong><br />
propósito, sin sentido, pero tomamos consciencia <strong>de</strong> su absurdo generalmente a<br />
posteriori, una vez que las efectuamos. Calificamos <strong>de</strong> estúpidas y absurdas las pasiones<br />
no correspondidas, las iniciativas mal pensadas y peor programadas, cuyo fracaso nos<br />
parece cierto e inevitable. En <strong>de</strong>terminados momentos, haciendo un balance <strong>de</strong> nuestra<br />
vida, constatamos que erramos todos los caminos y que nuestra apuesta fue un absurdo<br />
<strong>de</strong> cabo a rabo. Un cliente me dice:<br />
“Debo ser un loco porque hasta ahora, con 33 años, no acerté en nada; me<br />
casé con una mujer que no quería (a los 21 años) tuve una hija que no <strong>de</strong>seaba, me<br />
embarqué en un proyecto social que todos presagiaban como con<strong>de</strong>nado al fracaso –y<br />
fracasó. Dejé la Universidad, que terminaría por darme un diploma profesional, para<br />
entregarme por entero al proyecto social. Y ahora me encuentro en la orilla <strong>de</strong>l<br />
camino, sin saber que rumbo tomar, sin un centavo en el bolsillo, sin mujer, sin casa y<br />
sin perro que me ladre y mueva el rabo en señal <strong>de</strong> amistad...¿Quiere más? ¿Sí? Mi<br />
enamorada me <strong>de</strong>jó el año pasado por enten<strong>de</strong>r que yo era un sujeto agresivo, bastante<br />
neurótico y sin futuro. Y lo peor es que ella tenía razón.”<br />
(Jadir, ex-estudiante <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, <strong>de</strong>sempleado, divorciado, huérfano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />
15 años).<br />
El absurdo no solo se impone en el plano individual. Basta observar algunos<br />
aspectos <strong>de</strong>l sistema social y <strong>de</strong> la historia humana para concluir con una i<strong>de</strong>a que<br />
Shakespeare puso en la boca <strong>de</strong> Macbeth, apenas tirando un poco a radicalidad en su<br />
enunciado: La vida es un absurdo, una historia contada por un idiota, entre el ruido y la<br />
furia. La historia nos parece una lucha sórdida por el po<strong>de</strong>r entre los que están en la<br />
esfera <strong>de</strong> mando, con las peores consecuencias para los que están por <strong>de</strong>bajo, La<br />
injusticia y la violencia, la prepotencia y la brutalidad son <strong>de</strong>masiado frecuentes como<br />
para que las consi<strong>de</strong>remos apenas una mancha menor en el escenario <strong>de</strong> la evolución<br />
humana. Esto vale para el plano colectivo –y no preciso entrar en los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> como<br />
se impone la injusticia en la distribución <strong>de</strong> la riqueza y en el ejercicio <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.<br />
Vivimos en un sistema planificado <strong>de</strong> acuerdo con los más rigurosos principios <strong>de</strong> la<br />
racionalidad tecnológica, pero los resultados <strong>de</strong> esta racionalidad generan los más<br />
increíbles absurdos en casi todos los planos.<br />
Y ¿cómo se presenta la historia individual? Ni todos siguen los pasos <strong>de</strong> Jadir, ni<br />
hacen el balance <strong>de</strong>sesperado hecho por este joven. La verdad es que siempre<br />
<strong>de</strong>scubrimos una cierta lógica dialéctica en nuestra trayectoria vital. No es una lógica<br />
formal, aristotélica. Llegamos a un punto X pero primero pasamos por todos los<br />
anteriores en una secuencia comprensiva, por lo menos en sus líneas generales. Sin<br />
embargo, por muy lineal que sea nuestro transcurso existen puntos <strong>de</strong> ruptura,<br />
reacciones y situaciones extrañas, giros sorpren<strong>de</strong>ntes, conflictos e impases, nudos<br />
obscuros. Todas estas peripecias nos resultan difíciles <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r. No precisamos<br />
65
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
comportarnos <strong>de</strong> manera extraña y bizarra para que sintamos que el mundo no es<br />
previsible ni que las reglas <strong>de</strong>l juego son seguras. Llega un momento en que nos<br />
preguntamos por el sentido <strong>de</strong> nuestra vida –lo que hemos hecho y para don<strong>de</strong> nos<br />
encaminamos. A veces vamos más lejos: queremos averiguar si existen un sentido<br />
mayor en la vida. La religión viene en nuestro auxilio y nos asegura que sí; pero ni<br />
siempre las respuestas <strong>de</strong> la religión nos satisfacen: notamos muchas contradicciones en<br />
sus argumentos, o simplemente perdimos la fe -por lo menos la fe en un Dios personal.<br />
Si nuestra situación vital no está <strong>de</strong>smoronando, si mantenemos un cierto control en<br />
nuestro mundo personal, es probable que concluyamos que por lo menos nuestra vida<br />
tiene un sentido relativo: <strong>de</strong> acuerdo con los objetivos propuestos y los medios<br />
disponibles, compatibles con algunas reglas <strong>de</strong>l juego, no importa si las cartas <strong>de</strong>l naipe<br />
nos <strong>de</strong>paren imprevisibles y malas jugadas.<br />
El lector poco acostumbrado a encarar los aspectos menos benignos <strong>de</strong> la<br />
condición humana –como son las experiencias negativas ya comentadas- tal vez se<br />
pregunte si no hay un cierto pesimismo en nuestro enfoque. Yo le diría que sería<br />
pesimismo lamentar meramente la existencia <strong>de</strong> estas constantes; y sería tontería<br />
intentar ignorar que estos fantasmas cohabitan con nosotros. Sostengo que saber<br />
encararlos con tranquilidad y firmeza, sabiendo convivir con ellos, sin exagerar su<br />
presencia, constituye la actitud auténtica. Es una actitud apenas predominante, lo que<br />
significa que en ciertas ocasiones nos sorpren<strong>de</strong>mos usando trucos y trampas; y también<br />
percibimos que usamos algunas fórmulas <strong>de</strong> auto-engaño, creyendo que <strong>de</strong> esta manera<br />
las experiencias negativas son bien más leves y lleva<strong>de</strong>ras.<br />
Por último, no olvi<strong>de</strong>mos que todas estas experiencias negativas nos llevan a<br />
valorar sus antítesis. No solo eso; nos llevan también a ver el movimiento dialéctico <strong>de</strong><br />
la vida –<strong>de</strong> manera que percibimos que en lo positivo está también lo negativo, y <strong>de</strong> lo<br />
negativo también surge lo positivo.<br />
Sin <strong>de</strong>sconocer que la finitud es la forma suave <strong>de</strong> la muerte, valorizamos la<br />
vida, no importándonos mucho con la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que todo lo que nos acontece lleva el<br />
sello <strong>de</strong> lo pasajero.<br />
Sabiendo que también el fracaso nos enseña a corregir formas equivocadas <strong>de</strong><br />
conducta, buscamos las pequeñas realizaciones, sin apostar todo en un supuesto gran<br />
triunfo.<br />
Apreciamos la serenidad más que la angustia, incluso sabiendo que una cierta<br />
dosis <strong>de</strong> tensión nos permite lanzar la flecha más lejos.<br />
Procuramos la compañía y el diálogo cordial más que el simple contacto<br />
impersonal y el aislamiento.<br />
Inventamos un sentido posible según sea la situación y las circunstancias, no<br />
importa cuán provisorio sea, y intentamos combatir los absurdos más chirriantes <strong>de</strong>l<br />
sistema social como la mejor manera <strong>de</strong> mantener los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la razón y la justicia.<br />
Y para neutralizar y compensar las pérdidas nos mantenemos abiertos a las<br />
nuevas posibilida<strong>de</strong>s y a los convites <strong>de</strong>l mundo.<br />
Referencias:<br />
66<br />
1. Borges, Jorge Luis (1952): El inmortal, en Nueva Antología personal.<br />
Bruguera, Barcelona, 1980
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (54-67)<br />
2. Hei<strong>de</strong>gger, Martin (1927): El Ser y el Tiempo. México, Fondo <strong>de</strong><br />
Cultura Económica, 1980.<br />
3. Maslow, Abraham (1971): The farther reaches of h una n nature. N.<br />
York: Viking<br />
4. Rahally, Debora. A. (1993): A phenomelogical analisis of authentic<br />
experience. Journal of Humanistic psychology, vol. 33, No. 2.<br />
5. Rogers, Carl (1965): On Becoming a person. Boston: Houghton Mifflin<br />
6. Romero, Emilio (1994): O Inquilino do Imaginário –Formas <strong>de</strong><br />
Alienación y Psicopatología. S. Paulo, Lemos editor. Edición española<br />
por Editora Norte-Sur, Santiago <strong>de</strong> Chile, 2003.<br />
7. Storr, Anthony (1988): Solitu<strong>de</strong>. London, Flamingo<br />
8. Shakespeare, William (1606): Macbeth. Victor Civita editor, S.Paulo,<br />
1981<br />
9. Watts, Allan (1978): A Sabedoria da Insegurança . S. Paulo, Editora<br />
Cultrix<br />
67
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Reseña <strong>de</strong> libros<br />
Caos y congruencia. La <strong>Terapia</strong> Gestáltica: un estudio<br />
científico<br />
68<br />
Autor: Guillermo Feo García<br />
Editorial: www.cenaifgestalt.org<br />
Este libro representa una visión personal <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> Gestáltica, con la<br />
ambición <strong>de</strong> que ayu<strong>de</strong> a satisfacer los siguientes objetivos:<br />
• Abordar la teoría gestáltica como una ciencia <strong>de</strong> la personalidad.<br />
• Brindar a los psicoterapeutas y estudiantes, un texto pedagógico que les permita<br />
aproximarse <strong>de</strong> una manera sistematizada a la teoría y práctica <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong><br />
Gestáltica.<br />
• Ofrecerle al lector la posibilidad <strong>de</strong> introducirse en el pensamiento gestáltico,<br />
comprendiéndolo no como una dura complejidad exclusiva <strong>de</strong>l viejo criterio<br />
cientificista, sino como un interesante camino existencial, dirigido hacia el máximo<br />
<strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong>l crecimiento, maduración y trascen<strong>de</strong>ncia humanista.<br />
En la Primera Parte, haremos un extenso viaje impulsado por las sempiternas<br />
preguntas existenciales acerca <strong>de</strong>l “sentido <strong>de</strong> la vida”, procurando establecer un hilo<br />
conductor entre las lejanas inquietu<strong>de</strong>s sobre la psykhey o alma, más <strong>de</strong> dos mil años <strong>de</strong><br />
magnificentes especulaciones filosóficas, los parámetros sustentadores <strong>de</strong> los llamados<br />
paradigmas científicos, y la influencia <strong>de</strong> todo ello, por coinci<strong>de</strong>ncia o por contraste, en<br />
el pensamiento gestáltico actual. Conducta y personalidad, sus Paradigmas<br />
sustentadores, Humanismo, Esencia y existencia y El método fenomenológico, son las<br />
figuras que <strong>de</strong>stacan en este introductorio recorrido histórico.<br />
La Segunda Parte plantea un cambio paradigmático en el rumbo <strong>de</strong> las<br />
investigaciones relacionadas con el mundo psicológico. El Capítulo 3 se refiere a La<br />
psicología <strong>de</strong> la gestalt que, aliada al existencialismo, formalizan la esencia matriz <strong>de</strong><br />
nuestra modalidad terapéutica. El Capítulo 4, Conceptualizaciones, son los conceptos,<br />
como supuestos teóricos básicos que le dan raíz formal a todo criterio elaborado que<br />
busque concretarse en una proposición reflexiva respetable, sobre todo si preten<strong>de</strong><br />
alcanzar el rango <strong>de</strong> científico, incluso a la luz <strong>de</strong> los nuevos paradigmas.
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (68-75)<br />
En la Tercera Parte, someto a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong>l público lo que ocupa el eje<br />
cardinal <strong>de</strong> mi elaboración teórica. En el Capítulo 5 <strong>de</strong>sarrollo la hipótesis <strong>de</strong> La<br />
función consciente como epicentro a ser consi<strong>de</strong>rado para compren<strong>de</strong>r lo que es la<br />
personalidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista gestáltico. Aspectos <strong>de</strong>licados son tocados acá,<br />
pues cuestionan radicalmente posiciones casi míticas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mundo gestáltico, como<br />
es la teoría <strong>de</strong>l self. Complementando lo anterior, en el Capítulo 6 explico quizás lo más<br />
popularizado <strong>de</strong> la gestalt, como es El darse cuenta y Ciclo <strong>de</strong> contacto, acepciones que<br />
ilustran las maneras en que el individuo logra interrelacionarse con el ambiente. De la<br />
sanidad a la perturbación, el Capítulo 7 enfoca los Trastornos <strong>de</strong> la función consciente:<br />
es la tragedia electiva <strong>de</strong>l ser humano hacia el camino <strong>de</strong> la neurosis; es la explicación<br />
gestáltica <strong>de</strong>l cómo se pier<strong>de</strong>n las potencialida<strong>de</strong>s originales, orientadas hacia la<br />
maduración sana y efectiva, trastocándose los procesos naturales en estructuras<br />
neuróticas.<br />
En lógica continuación, la Cuarta Parte aborda seis aspectos <strong>de</strong>terminantes en el<br />
quehacer gestáltico: La Facilitación (el significado humanista <strong>de</strong>l rol terapéutico); Las<br />
polarida<strong>de</strong>s y las paradojas (entida<strong>de</strong>s esenciales <strong>de</strong> los procesos humanos); Los<br />
procesos interrelaciónales <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l contexto terapéutico; El experimento gestáltico<br />
(impactante instrumento <strong>de</strong>l cual se vale el facilitador para incidir terapéuticamente); el<br />
trabajo con Despedidas o cierre <strong>de</strong> situaciones abiertas, y la elaboración terapéutica<br />
sobre los Sueños; la importancia <strong>de</strong>l trabajo con el Cuerpo, única manifestación visible<br />
<strong>de</strong>l invisible mundo interno <strong>de</strong>l otro.<br />
Dos apéndices inician la conclusión: en uno resumo aquellos personajes, bien<br />
sea en el campo <strong>de</strong> la psicología, filosofía o psicoterapia, que han servido para construir<br />
la médula espinal <strong>de</strong> mi formación terapéutica; en el otro hago un reconocimiento a las<br />
figuras históricas que me ayudaron con sus investigaciones, pensamientos e interés por<br />
el conocimiento, al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> este libro.<br />
Por último, esta obra se resuelve con un emocionado homenaje, mezcla <strong>de</strong> datos<br />
biográficos e interpretaciones personales, a Fritz, el indiscutible y único creador <strong>de</strong> lo<br />
que hoy conocemos como terapia gestáltica.<br />
69
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Cada vida merece ser una novela. ( Colección “Los Libros <strong>de</strong>l<br />
CTP”)<br />
70<br />
Autor: Erving Polster<br />
Reseña: Mª Cruz García <strong>de</strong> Enterría.<br />
mcruge@jet.es<br />
Carmen Vázquez Bandín<br />
ctpvazques@correo.cop.es<br />
Información:<br />
http://www.centro<strong>de</strong>terapiaypsicologia.es<br />
Acaba <strong>de</strong> aparecer el volumen 6; Cada vida merece ser una novela, <strong>de</strong> Erving<br />
Polster, <strong>de</strong> esta pequeña Colección <strong>de</strong> libros <strong>de</strong>dicada a traducir y publicar en español<br />
libros <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> o estrechamente relacionados con ella. Al iniciarse esta tarea,<br />
que se emprendió con nuestro entusiasmo propio y con la colaboración generosa y<br />
<strong>de</strong>sinteresada <strong>de</strong>l editor que acogió la Colección, se planteó como una “empresa” sin<br />
ánimo <strong>de</strong> lucro, casi artesanal, gestionada con pocos medios, pero con mucho empeño y<br />
compromiso.<br />
Al alcanzar ya el sexto libro, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sobreponernos a escaseces económicas,<br />
a complicaciones <strong>de</strong> imprenta, y a todo lo que un editor conoce bien, queremos hacer un<br />
pequeño repaso <strong>de</strong> lo que hemos podido ir ofreciendo a nuestros lectores, sin cuyo<br />
interés y su aliento no hubiéramos llegado hasta aquí.<br />
Ese vol. 6, Cada vida merece ser una novela, <strong>de</strong> Erving Polster, ha sido una obra<br />
por la que han “suspirado” muchos <strong>de</strong> nuestros lectores que quizá han conocido a<br />
Erving o a Miriam Polster, o a ambos. Y el libro merece esas expectativas porque va en<br />
la línea “polsteriana” <strong>de</strong> conjugar teoría y práctica, en un estilo directo y accesible que<br />
nos coloca, una vez más, ante esa relación que se ha puesto tantas veces <strong>de</strong> manifiesto<br />
entre Psicoterapia y Literatura. La “alteridad” <strong>de</strong>l texto literario y nuestra postura<br />
abierta y fascinada ante él es, prácticamente, una metáfora <strong>de</strong> lo que Erving Polster nos<br />
muestra en el libro como fruto <strong>de</strong> su práctica terapéutica.<br />
Pero tardamos más <strong>de</strong> lo previsto en publicar el vol. 6, porque muchas <strong>de</strong><br />
nuestras energías –y <strong>de</strong> nuestro presupuesto...- se llevó la traducción (la primera al<br />
español) y edición <strong>de</strong> la obra básica <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>: F.S.Perls, R.F.Hefferline,<br />
P.Goodman, <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>: Excitación y crecimiento <strong>de</strong> la personalidad humana. El<br />
vol. 4 <strong>de</strong> la Colección aporta a los terapeutas gestálticos <strong>de</strong> habla española un<br />
instrumento esencial –tal vez el instrumento esencial- para conocer las bases teóricas y<br />
prácticas (recuér<strong>de</strong>se que todo el vol. I <strong>de</strong> esta obra en colaboración se <strong>de</strong>dica a sugerir<br />
y analizar experimentos gestálticos) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las que empezó la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Hasta el<br />
año 2002, este libro sólo se había podido leer en su versión original inglesa, o en<br />
traducciones al italiano, al brasileño, al francés, o fragmentariamente. Para alabarlo o
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (68-75)<br />
para <strong>de</strong>nostarlo –somos libres frente a este texto, como frente a cualquier otro-era<br />
necesario que los hablantes y lectores españoles pudiéramos tenerlo traducido<br />
cuidadosamente, revisado una y otra vez, con fi<strong>de</strong>lidad extrema al original. La prueba<br />
<strong>de</strong> esa necesidad es que constantemente nos están llegando peticiones <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong>l<br />
libro (el PHG) no sólo <strong>de</strong> España, sino <strong>de</strong> casi todos los países <strong>de</strong> lengua española en<br />
don<strong>de</strong> se estudia y se practica la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>.<br />
Antes <strong>de</strong>l PHG, libro central, cardinal, <strong>de</strong> nuestra Colección, habían aparecido<br />
otros tres: el primero, <strong>de</strong>l Dr. Eric Marcus, <strong>de</strong> la primera generación <strong>de</strong> gestaltistas, fue<br />
prácticamente un homenaje <strong>de</strong> gratitud y reconocimiento a quien había sido el Formador<br />
en <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> <strong>de</strong> la persona que primero “soñó” con Los Libros <strong>de</strong>l CTP. A él<br />
siguió un estudio sobre psicopatología: Las perturbaciones <strong>de</strong> la personalidad: una<br />
perspectiva gestáltica, <strong>de</strong>l canadiense Gilles Delisle. La conjunción <strong>de</strong> la psicopatología<br />
<strong>de</strong>l DSM-III (en la época <strong>de</strong> su redacción no se había publicado el DSM-IV) con los<br />
planteamientos gestálticos en torno a los trastornos psicológicos dio como fruto una<br />
obra que ha merecido ya, ante el reclamo <strong>de</strong> nuestros lectores, una segunda edición.<br />
El vol.3 se <strong>de</strong>be a la pluma <strong>de</strong> la psicoterapeuta francesa Sylvie Schoch <strong>de</strong><br />
Neuforn, y su título es bien explícito: La relación dialogal en <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>. Con el<br />
<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> basarse también en algunas <strong>de</strong> las fuentes i<strong>de</strong>ológicas <strong>de</strong> la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>, la<br />
autora hace dos agudas aproximaciones al pensamiento <strong>de</strong> Martín Buber y Paul<br />
Goodman, para <strong>de</strong>mostrar enseguida, con la trascripción <strong>de</strong> varias <strong>de</strong> sus sesiones con<br />
pacientes, cómo la profundización en el valor <strong>de</strong> la relación dialógica pue<strong>de</strong> abrir a<br />
terapeuta y paciente el camino <strong>de</strong>l contacto pleno y, como consecuencia, la satisfacción<br />
<strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s más hondas <strong>de</strong>l ser humano.<br />
El vol. 5, <strong>de</strong> Gordon Wheeler –<strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Cleveland-, La <strong>Gestalt</strong><br />
reconsi<strong>de</strong>rada. Un nuevo enfoque <strong>de</strong>l contacto y <strong>de</strong> las resistencias, es ciertamente el<br />
libro más teórico <strong>de</strong> toda la Colección. Pero toda la teoría, que subyace o se explicita en<br />
el texto, está expuesta con tal apasionamiento que se compren<strong>de</strong> con facilidad hasta qué<br />
punto fue éste un libro polémico cuando apareció y se difundió en la comunidad<br />
gestáltica. Sin embargo, Wheeler, como buen terapeuta gestalt, no abandona lo<br />
experiencial, su vivencia terapéutica, y los cuatro casos que nos relata en la última parte<br />
nos muestran, <strong>de</strong> nuevo -y como cada libro <strong>de</strong> esta Colección-, que la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> y<br />
quienes la practican - ¿la viven?- no pue<strong>de</strong>n separar nunca lo experimentado, lo sentido<br />
y lo vivido <strong>de</strong> lo pensado.<br />
71
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
El inquilino <strong>de</strong> lo imaginario-Formas malogradas <strong>de</strong> existencia<br />
72<br />
Autor: Emilio Romero<br />
Editorial: Editora Norte-Sur, Santiago<br />
<strong>de</strong> Chile, 2003<br />
Reseña: Jan Casábius *<br />
Como nos advierte su autor, se aborda en las páginas <strong>de</strong> este libro una serie <strong>de</strong><br />
temas que suelen ser colocados bajo los títulos <strong>de</strong> psicopatología, <strong>de</strong> psiquiatría, <strong>de</strong><br />
psicología <strong>de</strong> lo anormal e, inclusive, <strong>de</strong> clínica psicológica. La intención <strong>de</strong>l autor fue<br />
ofrecer al estudiante y al estudioso <strong>de</strong> esas materias, especialista o no, un repertorio <strong>de</strong><br />
cuestiones que están en el centro <strong>de</strong> todas esas disciplinas.<br />
Se supone que todos esos temas son asuntos obligatorios en la formación <strong>de</strong><br />
psicólogos y psiquiatras, principalmente. Debería ser así, pero cuestiones centrales en<br />
cualquier abordaje crítico, inevitables en la investigación psicopatológica, rara vez son<br />
abordadas en los manuales sobre estas materias. El tema que generalmente es discutido<br />
es la cuestión <strong>de</strong> lo normal y lo patológico –y generalmente <strong>de</strong> un modo sumario e<br />
insuficiente. La cuestión inicial <strong>de</strong> cual es la naturaleza <strong>de</strong> lo psicopatológico y la<br />
imposibilidad <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a esa cuestión a menos que se asuma una teoría<br />
(generalmente una macroteoría) que postule toda una concepción <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong> la<br />
enfermedad casi siempre es esquivada. Para evitar ese equívoco tan frecuente en la<br />
mayoría <strong>de</strong> los autores, Romero halló pertinente una aclaración inicial <strong>de</strong> ese punto.<br />
Todo el primer capítulo está <strong>de</strong>dicado a los mo<strong>de</strong>los epistémicos existentes en<br />
psicopatología y a su manera <strong>de</strong> enfocar la naturaleza <strong>de</strong> lo psicopatológico. La cuestión<br />
que coloca el autor la formula claramente:“¿Qué es lo psicopatológico? ¿Simplemente<br />
la enfermedad mental, como afirman los organicistas? ¿O correspon<strong>de</strong> a la psicología <strong>de</strong><br />
lo anormal, como quieren los comportamentalistas? ¿O lo psicopatológico se expresa en<br />
las diversas formas <strong>de</strong> alienación, implicando un malogro personal y una pérdida <strong>de</strong> la<br />
libertad y una negación <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s más propias <strong>de</strong>l Dasein, como postulan los<br />
existencialistas?<br />
¿Acaso correspon<strong>de</strong> a la dinámica <strong>de</strong> los conflictos inconscientes que dominan<br />
al sujeto, llevándolo a una pérdida <strong>de</strong> la realidad, como preten<strong>de</strong>n los freudianos?<br />
Como se pue<strong>de</strong> apreciar, las divergencias sobre este asunto comienzan así que<br />
formulamos el problema. La razón es simple: para respon<strong>de</strong>r esa interrogante<br />
* Jan Casábius es psicólogo clínico y profesor universitario
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (68-75)<br />
necesitamos <strong>de</strong> una teoría. De una teoría que no sea apenas un conjunto <strong>de</strong> hipótesis<br />
sobre este asunto; tiene que ser una teoría que responda, primero, a la cuestión <strong>de</strong> la<br />
naturaleza <strong>de</strong> lo psíquico - y luego aclare la conexión entre lo psíquico y su concepción<br />
<strong>de</strong>l hombre, no importa si dicha concepción sea implícita y apenas subentendida.<br />
El punto inicial que quiero resaltar es que lo que enten<strong>de</strong>mos como característico<br />
y esencial <strong>de</strong> lo psicopatológico está subordinado a las concepciones doctrinarias y<br />
teóricas aún vigentes en psicología y psiquiatría. No po<strong>de</strong>mos afirmar tranquilamente<br />
que lo psicopatológico sea esto o aquello. Definir lo psicopatológico por su origen<br />
etimológico -como hacen (o hacían hasta 1994) los organicistas, diciendo qué es la<br />
enfermedad mental - pue<strong>de</strong> hasta justificarse siempre que se nos aclare en que consiste<br />
una enfermedad y el enfermar y como se manifiesta dicha enfermedad en el plano<br />
psíquico y existencial.<br />
Fue necesario, entonces, tratar <strong>de</strong> las concepciones <strong>de</strong> lo psicopatológico para<br />
respon<strong>de</strong>r a la cuestión sobre su naturaleza. De paso, se caracterizó los cuatro gran<strong>de</strong>s<br />
abordajes <strong>de</strong> esta problemática:<br />
a) el enfoque bio-medico, u organicista<br />
b) el enfoque psicoanalítico clásico<br />
c) el enfoque fenomenológico-existencial, o comprensivo<br />
d) enfoque comportamentalista.<br />
Según tengo noticias, por primera vez se formula una concepción <strong>de</strong> lo que sea<br />
lo psicopatológico en términos <strong>de</strong> un enfoque existencial y comprehensivo. Romero<br />
escribe:<br />
“Lo patológico es lo que <strong>de</strong>grada y amenaza tanto la vida como la existencia,<br />
limitándolas en sus funciones y en su potencial originales. Vida y existencia están en<br />
mutua inter<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. La existencia se vuelve psicopatológica cuando niega,<br />
mistifica y aliena su ser más propio: su libertad, sus posibilida<strong>de</strong>s, su realización misma.<br />
Lo psicopatológico no es algo externo al individuo, algo que lo invadiría como un virus,<br />
no importa si el sujeto lo siente <strong>de</strong> esa manera. Es la propia existencia que se extravía,<br />
se mistifica y se <strong>de</strong>grada.”. Ni Jaspers, ni Minkowski, ni Binswanger –para citar algunas<br />
figuras <strong>de</strong> primera magnitud en este terreno- han apuntado lo que caracteriza todas las<br />
formas malogradas <strong>de</strong> existencia, que a<strong>de</strong>más, es el subtítulo <strong>de</strong> la edición española <strong>de</strong>l<br />
libro.<br />
En esta parte se discuten los aspectos fundamentales <strong>de</strong> cada mo<strong>de</strong>lo, aquellos<br />
que están presentes <strong>de</strong> manera explicita o no: la concepción <strong>de</strong>l hombre, la concepción<br />
sobre los <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> lo sintomático, el tipo <strong>de</strong> relación terapeuta-paciente<br />
característico <strong>de</strong> cada uno, la cuestión <strong>de</strong> como es entendida la cura en cada mo<strong>de</strong>lo.<br />
El segundo capítulo se centraliza en la caracterización <strong>de</strong>l enfoque<br />
fenomenológico. Como es sabido la fenomenología es el estudio <strong>de</strong> los fenómenos, es<br />
<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> aquello que se manifiesta <strong>de</strong> alguna manera, susceptible <strong>de</strong> ser experimentado<br />
por el sujeto, sea a título <strong>de</strong> vivencia, sea como observador comprometido con la<br />
situación. Por colocar el acento en la experiencia vivida resulta ser el método más<br />
apropiado para compren<strong>de</strong>r los procesos psicológicos. En gran<strong>de</strong>s pinceladas caracteriza<br />
las exigencias <strong>de</strong>l método. Siguiendo <strong>de</strong> cerca la propuesta husserliana, propone tres<br />
requisitos para la correcta aplicación <strong>de</strong>l método. Primero, atenerse a los fenómenos<br />
mismos, sin i<strong>de</strong>as preconcebidas; segundo, hacer una <strong>de</strong>scripción rigurosa <strong>de</strong> los<br />
fenómenos propios <strong>de</strong>l tema u objeto investigado; tercero, establecer lo más propio y<br />
73
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
distintivo <strong>de</strong>l fenómeno. Es pertinente subrayar que estas exigencias no son nada fáciles<br />
<strong>de</strong> ser aplicadas.<br />
Pasado los dos primeros capítulos sobre cuestiones eminentemente teóricas,<br />
entramos en un tema muy <strong>de</strong>batido estos últimos <strong>de</strong>cenios, aunque su estudio se origina<br />
en la filosofía <strong>de</strong> Hegel y <strong>de</strong> Marx: las diversas formas <strong>de</strong> alienación. El autor entien<strong>de</strong><br />
que este fenómeno es inevitable en un enfoque <strong>de</strong> lo psicopatológico. Lo sorpren<strong>de</strong>nte<br />
es que ningún manual <strong>de</strong> psicopatología le <strong>de</strong>dica siquiera una página. “La mayoría <strong>de</strong><br />
los libros sobre ese asunto es <strong>de</strong> índole sociológica o filosófica, existiendo apenas<br />
algunas publicaciones <strong>de</strong> autores europeos que lo consi<strong>de</strong>ran a partir <strong>de</strong> una perspectiva<br />
psicopatológica. Ese es un fenómeno que nos toca a todos en consecuencia, no pue<strong>de</strong><br />
ser ignorado.”<br />
Romero expone tres enfoques <strong>de</strong> este tema, cada uno <strong>de</strong> ellos bien representado<br />
por investigadores <strong>de</strong> las ciencias humanas y <strong>de</strong> la filosofía. El enfoque económicosocial<br />
otorga un cierto <strong>de</strong>staque a las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Erik Fromm, quien fue uno <strong>de</strong> los<br />
primeros psicólogos que acentuó su importancia en la década <strong>de</strong>l 50. De hecho, Fromm<br />
observó la sociedad contemporánea y los factores que llevaban al incremento <strong>de</strong> formas<br />
alienadas <strong>de</strong> vida, en sus relaciones con lo económico-social. En el enfoque existencial<br />
<strong>de</strong> la alienación, el autor expone sus propias i<strong>de</strong>as sobre este asunto para enseguida<br />
referirse a la experiencia vivida <strong>de</strong> esta forma <strong>de</strong> extrañamiento <strong>de</strong> sí en dos escritores<br />
<strong>de</strong>l siglo XX: Albert Camus y Franz Kafka. Por último expone el enfoque dialéctico <strong>de</strong><br />
este fenómeno. Sustenta que la alienación implica en la pérdida <strong>de</strong> la síntesis dialéctica,<br />
es <strong>de</strong>cir, en la disociación <strong>de</strong> las dualida<strong>de</strong>s y polarida<strong>de</strong>s que divi<strong>de</strong>n al ente humano.<br />
Para ilustrar esta tesis, Romero muestra lo que acontece en dos fenómenos<br />
psicopatológicos: en la histeria y en la <strong>de</strong>presión. En estas formas <strong>de</strong> experienciar la<br />
realidad se constata la pérdida <strong>de</strong> la síntesis dialéctica. La tesis y la antítesis no<br />
consiguen resolverse en un movimiento <strong>de</strong> superación quedando el sujeto polarizado en<br />
un extremo <strong>de</strong>l movimiento existencial. En la histeria, por ejemplo, el sujeto se aliena<br />
en su ser-para otro, subordinándose al juicio que el otro impone en su ser social. Su sermás-propio<br />
queda relegado a segundo plano, adquiriendo una i<strong>de</strong>ntidad prestada, hecha,<br />
en gran medida, <strong>de</strong> representación e <strong>de</strong> falsificación <strong>de</strong> sí –lo que obliga a una procura<br />
<strong>de</strong>sesperada <strong>de</strong> aprobación o confirmación por parte <strong>de</strong>l otro.<br />
La segunda parte <strong>de</strong>l libro se centra en lo que, se supone, es la parte esencial <strong>de</strong>l<br />
oficio <strong>de</strong>l psicólogo, lo que él necesita conocer a fondo si preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicarse al arte<br />
psicoterapéutico. Se examina en este apartado las formas principales <strong>de</strong> existencias<br />
malogradas. En primer lugar el autor aborda las llamadas perturbaciones emocionales,<br />
aquellas que no entran aún en la esfera <strong>de</strong> lo neurótico, como son las reacciones<br />
<strong>de</strong>presivas y <strong>de</strong> ansiedad, los conflictos y la cuestión <strong>de</strong> la culpa. Luego trata <strong>de</strong> las<br />
perturbaciones oriundas <strong>de</strong> <strong>de</strong>ficiencias caracteriales y las llamadas personalida<strong>de</strong>s<br />
limítrofes –que el DSM-IV califica como disturbios <strong>de</strong> personalidad. Romero critica el<br />
rótulo propuesto por la Asociacion Psiquiatrica Americana, diciendo que tal rótulo vale<br />
para buena parte, si no todas, las formas <strong>de</strong> lo psicopatológico. En este mismo capitulo<br />
entra en el problema <strong>de</strong> las neurosis, que el psicólogo prefiere calificar como disforias<br />
caracteriales. No voy a mencionar las características relacionales propias <strong>de</strong> una<br />
configuración disfórica. Diré apenas que nuestro autor entien<strong>de</strong> que sin estar presentes<br />
estas formas <strong>de</strong> relación <strong>de</strong>l sujeto con su mundo no es sustentable hablar <strong>de</strong> formas<br />
neuróticas <strong>de</strong> vida.<br />
El libro también incluye un capítulo sobre los tipos <strong>de</strong> ansiedad propuestos por<br />
el DSM-IV (1994). Enfatiza que criterios puramente sintomáticos, como es la propuesta<br />
74
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (68-75)<br />
<strong>de</strong> ese manual clasificatorio, ignoran lo más fundamental en el origen <strong>de</strong> esas formas <strong>de</strong><br />
ansiedad: la personalidad <strong>de</strong>l sujeto y su historia. Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otra perspectiva aborda en<br />
otro capítulo los disturbios <strong>de</strong> personalidad propuestos por la mencionada asociación<br />
psiquiátrica, sugiriendo una otra manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r tales tipos humanos.<br />
Para terminar, el psicólogo aborda la cuestión <strong>de</strong> la locura –o, como se<br />
acostumbra a <strong>de</strong>cir en los medios académicos, <strong>de</strong> la psicosis. Eso significa que el autor<br />
entra <strong>de</strong> lleno en la morada <strong>de</strong> lo imaginario. “En esa morada –escribe- resi<strong>de</strong>n todos los<br />
productos <strong>de</strong> la fantasía –<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los mitos y las leyendas hasta los sueños, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestras<br />
caras ilusiones hasta las formas más ostentosas <strong>de</strong> la locura. El psicótico es el inquilino<br />
<strong>de</strong> lo imaginario; él habita –<strong>de</strong> un modo predominante, pero rara vez exclusivo- en un<br />
plano ficticio, disociado <strong>de</strong> la realidad social, referencial inevitable <strong>de</strong> nuestra condición<br />
humana. No obstante, no se suponga que apenas el loco habite ese plano <strong>de</strong> existencia,<br />
ni menos que esta esfera sea sólo un refugio negativo e inconveniente. No, todos<br />
nosotros, convencionalmente llamados normales, transitamos por sus vías, a título <strong>de</strong><br />
transeúntes y frecuentadores. El loco habita allá, pero también frecuenta la realidad,<br />
pues en la psicosis siempre se conserva algún sentido <strong>de</strong> la realidad –salvo en los<br />
períodos <strong>de</strong> crisis. En menor medida que el vesánico, el sujeto calificado como<br />
neurótico también tien<strong>de</strong> a ciertos extravíos imaginarios: inflaciona a tal punto ciertos<br />
eventos y situaciones, por la carga emocional por ellos movilizada, que estos terminan<br />
por dominarlo.”<br />
Como se nos advierte, se enfoca aquí la actividad imaginativa alienatoria; esta<br />
vez no consi<strong>de</strong>ra la imaginación creativa ni comenta aquella que nos permite, en todo<br />
momento, trascen<strong>de</strong>r lo inmediato.<br />
Grosso modo, ese es el itinerario propuesto. No está <strong>de</strong> más otro dato para el<br />
lector exigente.<br />
El abordaje que orienta el tratamiento <strong>de</strong> todas las cuestiones enfocadas aquí es<br />
<strong>de</strong> inspiración fenomenológica-existencial; en gran medida es así, pero Romero no se<br />
i<strong>de</strong>ntifica con ninguna línea específica <strong>de</strong> esa corriente doctrinaria. Lo que hace es<br />
aplicar en el tratamiento <strong>de</strong> los diversos tópicos una forma <strong>de</strong> psicología comprensiva,<br />
influenciada por el método fenomenológico y por categorías y conceptos existenciales.<br />
75
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Brotes gestalticos<br />
Eran las cinco y media <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong><br />
76<br />
Alejandro Guerra Aguilera 11<br />
Eran las cinco y media <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> mientras me refrescaba en el Bar ubicado<br />
frente a mi Hotel en Catemaco, Veracruz. El calendario cruzaba la mitad <strong>de</strong> Abril.<br />
Allí estuve. Solo conmigo. Sólo con una cerveza.<br />
Habité plenamente ese instante: la tar<strong>de</strong> se alejaba poco a poco, llevándose su<br />
aliento caluroso. Despacio, muy lentamente, la laguna, el viernes y las montañas<br />
comenzaban a ser a lo lejos, la misma cosa pintada <strong>de</strong> azul.<br />
Observé a media docena <strong>de</strong> Patos Buzo nadando y comiendo cerca <strong>de</strong> una <strong>de</strong> las<br />
columnas sobre las que reposaba la Palapa <strong>de</strong>l Bar sobre el agua, a treinta pasos <strong>de</strong>l<br />
malecón. Garzas y Gaviotas alteraron con su vuelo blanco tanto azul celeste, no<br />
recuerdo si <strong>de</strong>l cielo o <strong>de</strong>l agua.<br />
Entonces me asaltó una duda: “¿será la conciencia humana un peso para sí<br />
misma?”. Mientras las Gaviotas, los Patos Buzo y las Garzas paseaban frente a mí sin<br />
cesar, plácidamente; sentí un llamado, una invitación a ser un ave, como ellas. Tuve<br />
antojo <strong>de</strong> ser un animalito mucho menos pensante y quizás más disfrutante.<br />
Volví sobre mi pregunta: “¿será la conciencia humana un PESO para sí<br />
misma?”. No hablo <strong>de</strong> la “carga <strong>de</strong> conciencia” que pue<strong>de</strong> relacionarse con el concepto<br />
<strong>de</strong> pecado sea cual fuere; esto es la “conciencia moral” sino me refiero a la “Capacidad<br />
<strong>de</strong> los seres humanos <strong>de</strong> verse y reconocerse a sí mismos y <strong>de</strong> juzgar sobre esa visión y<br />
reconocimiento”, que <strong>de</strong>fine el Diccionario <strong>de</strong> la Lengua Española 12 . Me refiero a la<br />
capacidad que poseo <strong>de</strong> darme cuenta <strong>de</strong> mí mismo, <strong>de</strong> mis sentimientos, mis actos, mis<br />
pensamientos, mis <strong>de</strong>cisiones; <strong>de</strong> modo responsable y consciente. Me refiero al atributo<br />
único <strong>de</strong>l Ser Humano, que lo hace Ser lo que meramente es: Humano.<br />
Me imaginé siendo un Pato Buzo por un momento... nadando sobre agua fresca,<br />
zambulléndome para pescar alimento. Pasear por la piel <strong>de</strong> la laguna, ajeno al <strong>de</strong>venir<br />
<strong>de</strong>l mundo entero, evitando hacer contacto con la soledad <strong>de</strong> mi propia existencia, lejos<br />
<strong>de</strong> agresiones internacionales, enfermeda<strong>de</strong>s virulentas, carencias y vilezas.<br />
Escindido <strong>de</strong> La Ciudad, mi fantasía era voltear a verme <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l<br />
agua y contemplarme allí, tomando una cerveza, disfrutando el observarme; dándome<br />
cuenta <strong>de</strong> ese momento tanto como puedo ser capaz <strong>de</strong> ello.<br />
Ahora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el teclado entonces remoto, reanudo ese momento <strong>de</strong> Toma <strong>de</strong><br />
Conciencia y me respondo:<br />
Prefiero darme cuenta <strong>de</strong> mi circunstancia aunque no tenga garantía <strong>de</strong> que me<br />
agra<strong>de</strong> hacerlo.<br />
Prefiero sentirme y saberme vivo, antes que alienarme para quizás sólo<br />
sobrevivir 12 .<br />
11 e-mail: aguerra@siap.sagarpa.gob.mx<br />
12 http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (76-77)<br />
Prefiero pulsar al alcance <strong>de</strong> mi mano la sabiduría organísmica que poseo y así<br />
reinventarme a mi libre ---y quizás responsable--- albedrío.<br />
Prefiero ser playa don<strong>de</strong> el mar rompa siempre impetuoso su palabra espumosa<br />
<strong>de</strong> sal.<br />
Prefiero habitar mi propia piel bajo el sol abrasante.<br />
Prefiero atravesar mi dolor como estanque zambulléndome en él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la orilla<br />
<strong>de</strong>l aquí y ahora para luego emerger más allá, en la otra orilla: nítido.<br />
Prefiero ser vela hinchada<br />
por el viento y regalarme la<br />
oportunidad <strong>de</strong> fluir en mí.<br />
Prefiero ser árbol con mis<br />
ramas como brazos creciendo,<br />
mirando hacia arriba,<br />
sosteniendo el día, anhelando la<br />
noche.<br />
Prefiero Amar<br />
generosamente, <strong>de</strong>cididamente a<br />
otro Ser Humano, apreciándolo<br />
positiva e incondicionalmente y<br />
así comprobar que estoy dándole<br />
sentido a quince mil millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> evolución 13 en mi vida: instante <strong>de</strong> luz<br />
brillantísima.<br />
Éste po<strong>de</strong>r tengo sobre mi persona: me doy cuenta.<br />
Alejandro Guerra Aguilera es poeta, ingeniero en sistemas computacionales y<br />
alumno <strong>de</strong>l IHPG Con<strong>de</strong>sa.<br />
13<br />
Más allá <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>strucción, M. A. Villanueva Reínbeck, Editorial Manual<br />
Mo<strong>de</strong>rno<br />
77
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
Normas <strong>de</strong> publicación<br />
78<br />
Publicará:<br />
• Trabajos teóricos<br />
• Investigaciones<br />
• Casos clínicos<br />
• Hemeroteca<br />
• Cartas al Director<br />
• Traducciones <strong>de</strong> artículos que pudieran ser interesantes<br />
El ámbito <strong>de</strong> la revista es la <strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong> específicamente, y las <strong>Terapia</strong>s<br />
Humanistas en general.<br />
Los trabajos se publicarán en lengua castellana. Si el artículo original fuese en<br />
otra lengua latina, a petición <strong>de</strong>l autor se podría publicar también en su versión original.<br />
En cualquier caso será el autor el encargado <strong>de</strong> mandar el artículo traducido al<br />
castellano.<br />
La revista tendrá una periodicidad anual, y los artículos se publicarán, a medida<br />
que sean aceptados, en el formato electrónico <strong>de</strong> la <strong>Revista</strong>, que se encuentra en esta<br />
dirección:<br />
http://www.zimentarri.org/rtlg<br />
Y al año siguiente se editará en papel impreso. Se enviarán 5 ejemplares <strong>de</strong> la<br />
revista a cada autor <strong>de</strong> un artículo publicado, a modo <strong>de</strong> separata.<br />
Los artículos se habrán <strong>de</strong> enviar al Director <strong>de</strong> la <strong>Revista</strong> Latinoamericana <strong>de</strong><br />
<strong>Terapia</strong> <strong>Gestalt</strong>:<br />
Dr. Patxi Sansinenea<br />
E-mail: sansinenea@gmail.com<br />
La publicación esta auspiciada y editada por la Asociación Vasca <strong>de</strong> <strong>Terapia</strong><br />
<strong>Gestalt</strong>. <strong>Zimentarri</strong>. Euskadi. España.<br />
Normas <strong>de</strong> publicación<br />
• Los autores enviarán sus trabajos al Director <strong>de</strong> la Publicación, quién acusará recibo<br />
<strong>de</strong> los mismos y solicitará <strong>de</strong> especialistas (Miembros <strong>de</strong>l Consejo Editorial o<br />
consultores específicos) la revisión <strong>de</strong>l original. Transcurrido un plazo, no superior a<br />
tres meses, se notificará al autor(es) la aceptación o rechazo <strong>de</strong>l original. No se
RLTG, 2004, 1, vol. 1 (78-79)<br />
<strong>de</strong>volverán los originales rechazados. El Consejo <strong>de</strong> Redacción entien<strong>de</strong> que las<br />
opiniones <strong>de</strong> los autores son <strong>de</strong> su exclusiva responsabilidad.<br />
• El trabajo se presentará en un procesador <strong>de</strong> textos Word<br />
• Se aconseja que el contenido <strong>de</strong>l trabajo (cuya extensión máxima aceptada será <strong>de</strong><br />
15 páginas), esté organizado <strong>de</strong>l siguiente modo:<br />
Trabajos <strong>de</strong> investigación y Estudio <strong>de</strong> casos: Introducción, Método,<br />
Resultados, Discusión/Conclusiones, Notas y Referencias;<br />
Trabajos <strong>de</strong> reflexión teórica: <strong>de</strong>sarrollo libre con una bibliografía mínima.<br />
Cartas al Director: escritos que comenten artículos publicados en la <strong>Revista</strong><br />
o que aporten información sobre algún tema especifico <strong>de</strong> cualquier campo<br />
<strong>de</strong> la Psicoterapia. Su extensión no podrá sobrepasar las 5 páginas a doble<br />
espacio<br />
Recensiones <strong>de</strong> libros: dos folios máximo<br />
• En la primera página <strong>de</strong>l trabajo o artículo, aparecerá el título <strong>de</strong>l estudio, nombre y<br />
apellidos <strong>de</strong>l autor/es, y correo electrónico. En la segunda página se incluirá un<br />
resumen/abstract, en castellano y en inglés (con una extensión no superior a 150<br />
palabras) y un número <strong>de</strong> palabras-clave, en inglés y castellano, comprendido entre<br />
4 y 8.<br />
• Todas las referencias bibliográficas se insertarán en el texto (nunca a pie <strong>de</strong> página)<br />
y alfabéticamente or<strong>de</strong>nadas en el epígrafe <strong>de</strong> "Referencias bibliográficas". Todas<br />
las citas se ajustarán a las normas <strong>de</strong> la American Psychological Association (APA)<br />
en su Publicación Manual (Washington, 1994).<br />
• Toda cita textual irá entrecomillada y con indicación <strong>de</strong>l apellido <strong>de</strong>l autor(es) <strong>de</strong>l<br />
texto, año <strong>de</strong> publicación y página(s) <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se ha extraído, todo ello entre<br />
paréntesis.<br />
Para cualquier duda o aclaración sobre cualquier aspecto <strong>de</strong>ben dirigirse al<br />
director <strong>de</strong> la publicación:<br />
Dr. Patxi SansineneaE<br />
E-mail: sansinenea@gmail.com<br />
79
Friedrich Salomon Perls (Fritz Perls)<br />
Julio 8, 1893, Berlin - Marzo 14, 1970, Chicago