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PUBLICACIONES PERMANYER<br />

www.permanyer.com<br />

NÚMERO 1<br />

2012<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012<br />

VOLUMEN XII<br />

ISSN: 1578-4290


Manuel Bernal-Sprekelsen<br />

ORL. Barcelona<br />

Pedro Benítez Silva<br />

ORL. Barcelona<br />

Jordina Belmonte Soler<br />

Aerobiología. Bellaterra<br />

Joan Berenguer González<br />

Radiología. Barcelona<br />

Joan Miquel Canals i Bosch<br />

Enología. Tarragona<br />

José Antonio Castillo Vizuete<br />

Neumología. Sitges<br />

Ignacio Dávila González<br />

Alergología. Salamanca<br />

Josep M.ª Fabra Llopis<br />

ORL. Barcelona<br />

VOLUMEN XII • ISSN: 1578-4290 • NÚMERO 1, 2012<br />

Director<br />

Joaquim Mullol i Miret<br />

ORL. Barcelona<br />

Secretaría de Redacción<br />

Isam Alobid Alobid<br />

ORL. Barcelona<br />

Comité de Redacción<br />

Cèsar Picado Vallés<br />

Neumología. Barcelona<br />

Consejo Editorial<br />

Alfons Garcia Piñero<br />

ORL. Maó<br />

Luis María Gil-Carcedo<br />

ORL. Valladolid<br />

Josep Maria Guilemany Toste<br />

ORL. Barcelona<br />

Josep de Haro i Lícer<br />

ORL. Badalona<br />

Enrique Martí Guadaño<br />

Alergología. Badalona<br />

Rosendo Mateu Rovira<br />

Perfumería. Barcelona<br />

Joan Ramon Montserrat i Gili<br />

ORL. Barcelona<br />

PUBLICACIONES PERMANYER<br />

www.permanyer.com<br />

Antonio Luis Valero Santiago<br />

Alergología. Barcelona<br />

Joan Ramon Morante i Lleonart<br />

Nanotecnología. Barcelona<br />

Ana María Navarro Pulido<br />

Alergología. Sevilla<br />

Joaquín Sastre Domínguez<br />

Alergología. Madrid<br />

Ana Isabel Tabar Purroy<br />

Alergología. Pamplona<br />

José Ignacio Sierra Martínez<br />

Alergología. Barcelona<br />

Ramona Soler Vilagrasa<br />

ORL. Palma de Mallorca<br />

Javier Subiza Garrido-Lestache<br />

Alergología. Madrid<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Sumario<br />

Editorial<br />

La hipertrofia adenoidea en el niño.<br />

¿Podemos tratarla sin pasar por el quirófano? 3<br />

publicación. esta<br />

J. Mullol i Miret<br />

de parte ninguna<br />

J. Mullol y A.L. Valero<br />

fotocopiarse ni reproducirse<br />

V. González-Núñez, A.L. Valero y J. Mullol<br />

podrá no editor, del<br />

G. Martínez-Capoccioni e I. Alobid<br />

escrito por previo<br />

I. Bobolea y S. Quirce<br />

consentimiento el con contar<br />

L. Viscovich, I. Alobid y J. Mullol Sin<br />

Actualización 2008 de ARIA. Manejo de la rinitis<br />

alérgica y su repercusión en el asma 5<br />

Calidad de vida en la rinitis alérgica:<br />

el sueño como factor clave 19<br />

Métodos de exploración objetiva del olfato 29<br />

Manejo interdisciplinario de la poliposis nasosinusal<br />

en la enfermedad respiratoria exacerbada por aspirina 40<br />

Uso de corticoides intranasales en niños con hipertrofia<br />

adenoidea: ¿una nueva opción terapéutica? 54<br />

© Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Editorial<br />

La hipertrofia adenoidea en el niño.<br />

¿Podemos tratarla sin pasar por el quirófano?<br />

Rev Rinol. 2012;12(1):3-4<br />

El primer número de 2012 representa el inicio de una nueva época para la Revista de Rinología,<br />

en la que esta publicación dedicada a artículos de revisión en el ámbito de la rinología pasará<br />

a publicarse únicamente online en la página web del Portal de <strong>Rinitis</strong>: www.portalderinitis.com.<br />

El número empieza con la traducción de la Guía de Bolsillo correspondiente a la actualización<br />

de Allergic Rhinitis and its Impact in Asthma (ARIA) de 2008 y que fue publicado en la revista<br />

Allergy en su número de agosto de ese mismo año. Aunque dirigido fundamentalmente a<br />

médicos de atención primaria y pediatras, este documento establece las bases más actualizadas<br />

sobre el abordaje diagnóstico y terapéutico de la rinitis alérgica combinado con el del<br />

asma bronquial. Por ello, es extremadamente útil para cualquier profesional de la medicina a<br />

la hora de abordar el manejo combinado de ambas patologías.<br />

Según datos del estudio OLFACAT, recientemente publicado en el BMJ Open, la prevalencia en<br />

nuestra población general de la pérdida total del olfato (anosmia) es del 0,3%, mientras que la<br />

pérdida parcial (hiposmia) supera el 19%. Aunque representando un elevado número de<br />

personas afectadas, esta pérdida del olfato pasa en muchos casos inadvertida en las consultas<br />

médicas, tanto de atención primaria como especializadas, y muchas de las patologías causantes<br />

siguen sin llegar a ser diagnosticadas. G. Martínez Capoccioni, especialista ORL del Servicio<br />

de ORL del Hospital da Barbanza de A Coruña realiza una revisión de todos aquellos métodos<br />

y técnicas de exploración objetiva del sentido del olfato de las que disponemos actualmente<br />

y que, aunque no siempre disponibles para todos los médicos, pueden ayudarnos en el<br />

diagnóstico de presencia, gravedad y etiología de la patología del olfato.<br />

En los últimos 20 años se han publicado numerosos estudios sobre el impacto de la rinitis<br />

alérgica sobre la calidad de vida de los pacientes, tanto adultos como niños. Uno de los aspectos<br />

más relevantes de esta afectación de la calidad de vida es el impacto que la enfermedad<br />

tiene sobre el sueño, tanto en cuanto a su calidad como a su cantidad. V. González Núñez,<br />

alergóloga de la Unitat d’Al·lergologia del Hospital Quirón de Barcelona, nos presenta una<br />

magnífica y exhaustiva revisión sobre el problema de la calidad y cantidad de sueño en los<br />

3<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


pacientes con rinitis alérgica. V. González-Núñez analiza las alteraciones del sueño, tanto<br />

desde la perspectiva de instrumentos específicos y generales de calidad de vida, y concluye<br />

que el empeoramiento de la calidad del sueño en los pacientes con rinitis alérgica conduce a<br />

la somnolencia y fatiga diurnas, la disminución del rendimiento escolar y productividad laboral,<br />

y a un mayor riesgo de enfermedades asociadas.<br />

La poliposis nasal es una enfermedad inflamatoria crónica de la mucosa nasosinusal que<br />

afecta a un 4-5% de la población general. Su tratamiento de primera línea es médico, debiéndose<br />

reservar el tratamiento quirúrgico para aquellos casos en que la gravedad y falta de<br />

control de la enfermedad, a pesar de un tratamiento médico óptimo, así lo indican. En esta<br />

gravedad y falta de control interviene de manera muy clara la presencia de comorbilidades<br />

como el asma bronquial y la intolerancia a los antiinflamatorios no esferoidales, hoy en día<br />

denominada «enfermedad respiratoria exacerbada por aspirina y antiinflamatorios (EREA)».<br />

I. Bobolea, alergóloga del Servicio de Alergología del Hospital Universitario La Paz de Madrid,<br />

nos presenta una aproximación al manejo de la EREA desde un punto de vista multidisciplinario,<br />

tanto en cuanto al diagnóstico como al tratamiento y seguimiento de la enfermedad.<br />

Como conclusión, nos presenta una propuesta de algoritmo de manejo interdisciplinario de<br />

los pacientes con EREA que ya viene siendo utilizado en su hospital.<br />

Uno de los aspectos que más discusión ha generado y sigue generando en el campo de la ORL<br />

pediátrica es la opción terapéutica a tomar en caso de hipertrofia adenoidea. En los últimos<br />

10-15 años se ha evolucionado de una actitud médica más agresiva o quirúrgica en el pasado<br />

a una actitud más conservadora o médica en el presente. Uno de los aspectos que han ayudado<br />

sin duda a este cambio de actitud ha sido la introducción del tratamiento con corticoides<br />

intranasales en los niños con hipertrofia adenoidea. L. Viscovich, médico residente de ORL<br />

del Servicio de ORL del Hospital Clínic de Barcelona, cierra el presente número de la Revista<br />

de Rinología con un artículo de revisión sobre los diferentes estudios, y sus niveles de evidencia<br />

médica, que se han realizado hasta ahora con diferentes corticoides intranasales en el<br />

tratamiento de niños con hipertrofia adenoidea. La conclusión es esperanzadora en cuanto al<br />

éxito de ese tratamiento, pero se remarca la necesidad de realizar estudios más amplios y con<br />

mejor metodología para llegar a un mayor nivel de recomendación terapéutica.<br />

Joaquim Mullol i Miret<br />

Director<br />

Revista de Rinología<br />

jmullol@clinic.ub.es<br />

RINOLOGía 4<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Actualización 2008 de ARIA. Manejo de la rinitis alérgica<br />

y su repercusión en el asma<br />

J. Mullol 1,2 y A.L. Valero 3<br />

Actualización 2008 de la guía ARIA<br />

La rinitis alérgica (RA) es una enfermedad<br />

de la mucosa nasal inducida por la exposición<br />

a un alérgeno y causada por una inflamación<br />

mediada por inmunoglobulina E<br />

(IgE). En 1929 fue definida como: «Los tres<br />

síntomas principales en las reacciones<br />

nasales alérgicas son los estornudos, la<br />

obstrucción nasal y descarga mucosa». La<br />

RA es un problema de salud general que<br />

afecta a pacientes de todas las edades y<br />

grupos étnicos. Es una causa importante<br />

de enfermedad e incapacidad en todo el<br />

mundo. La RA afecta a la vida social, el<br />

sueño, el rendimiento escolar y la producción<br />

laboral, siendo considerable su impacto<br />

económico. A pesar de ello, la rinitis<br />

está todavía infradiagnosticada e infratratada.<br />

Más de 600 millones de pacientes<br />

sufren de esta enfermedad, pero aún existen<br />

diferencias entre las áreas rurales y<br />

urbanas, tanto en países desarrollados como<br />

en vías de desarrollo, debido posiblemente a<br />

diferencias en la reacción inmune.<br />

En 1999, durante el taller de Allergic Rhinitis<br />

and its Impact on Asthma (ARIA) y la<br />

Rev Rinol. 2012;12(1):5-18<br />

Figura 1. Logotipo de ARIA y de su significado en el que la<br />

mucosa respiratoria nasal y bronquial se engloban en el<br />

concepto de «una vía, una enfermedad».<br />

Organización Mundial de la Salud (OMS), se<br />

generó un documento basado en pruebas<br />

científicas mediante una revisión extensa de<br />

la literatura científica disponible hasta<br />

diciembre de 1999. Las declaraciones de<br />

pruebas para el desarrollo de ARIA siguieron<br />

las normas de la OMS y las recomendaciones<br />

elaboradas por Shekelle, et al.<br />

El documento ARIA (Fig. 1) presentó un<br />

estado de la cuestión sobre la enfermedad<br />

1 Unidad de Rinología y Olfato, Servicio de Otorrinolaringología, Hospital Clínic de Barcelona, Barcelona; 2 Responsable de ARIA en España, Comité Ejecutivo de ARIA;<br />

3 Unidad de Alergología, Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria, Hospital Clínic de Barcelona, Barcelona<br />

5<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Figura 2. Clasificación ARIA de la RA según su duración (intermitente, persistente) o gravedad (leve, moderada-grave).<br />

para el especialista, el médico de atención<br />

primaria y otros profesionales de la salud.<br />

Sus objetivos fueron los siguientes:<br />

– Actualizar el conocimiento sobre la RA.<br />

– Destacar el impacto de la RA sobre el<br />

asma.<br />

– Proporcionar una revisión documentada<br />

y basada en pruebas sobre los métodos<br />

diagnósticos.<br />

– Proporcionar una revisión basada en pruebas<br />

sobre los tratamientos disponibles.<br />

– Proponer un abordaje escalonado para el<br />

manejo de la enfermedad.<br />

No obstante, se precisaba de una actualización<br />

de las guías ARIA debido a las siguientes<br />

razones:<br />

– El amplio número de artículos publicados<br />

durante los últimos 7 años había aumentado<br />

nuestro conocimiento.<br />

– La clasificación ARIA fue propuesta por<br />

un grupo de expertos y necesitaba ser<br />

validada en términos tanto de clasificación<br />

como de manejo. Nuevos estudios habían<br />

demostrado consistentemente que rinitis<br />

«intermitente» y «persistente» no eran<br />

sinónimos de «estacional» y «perenne».<br />

Diferentes estudios han validado ya esta<br />

clasificación, aunque algunos autores han<br />

propuesto ampliar la gravedad de la RA a<br />

tres niveles. No obstante, como esto no<br />

implicaría una diferencia en el tratamiento,<br />

los expertos de ARIA propusieron continuar<br />

clasificando la gravedad de la rinitis<br />

en «leve» y «moderada-grave» (Fig. 2).<br />

– Se han propuesto nuevos métodos de diagnóstico<br />

para la rinitis, tanto alérgica como<br />

no alérgica. El diagnóstico de la RA es a<br />

menudo fácil, pero en algunos casos resulta<br />

problemático y muchos pacientes siguen<br />

estando infradiagnosticados, muchas veces<br />

debido a que no perciben los síntomas de<br />

la rinitis como una enfermedad.<br />

– Algunas lagunas de nuestro conocimiento<br />

en el primer documento ARIA han sido<br />

actualmente rellenadas, incluyendo medicina<br />

complementaria y alternativa, rinitis<br />

en el deporte y en los atletas, y rinitis y su<br />

comorbilidad con el asma en niños.<br />

RINOLOGía 6<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


La actualización de ARIA empezó en 2004 y<br />

se publicó a principios de 2008. Varios capítulos<br />

fueron revisados extensamente empleando<br />

el modelo basado en pruebas de Shekelle y<br />

los artículos publicados en revistas de revisión<br />

por pares. Estos artículos cubren las áreas<br />

de prevención terciaria de la alergia, medicina<br />

complementaria y alternativa, farmacoterapia<br />

y tratamiento anti-IgE, inmunoterapia<br />

específica con alérgenos, comorbilidad entre<br />

rinitis y asma y mecanismos de la rinitis. La<br />

necesidad hizo generar un documento global<br />

que destacara las interacciones entre la<br />

mucosa respiratoria superior e inferior, incluyendo<br />

diagnóstico, epidemiología, factores<br />

de riesgo comunes, manejo y prevención.<br />

Además, se prestó también atención a la alergia<br />

en países en vías de desarrollo.<br />

No obstante, la gradación de las pruebas y<br />

de las recomendaciones para un sistema de<br />

manejo basado en pruebas científicas no<br />

siguió el abordaje de Grading of Recommendations<br />

Assessment, Development and Evaluation<br />

(GRADE) en la actualización 2008 de<br />

ARIA. Se cree que algunas de las recomendaciones<br />

presentadas en la actualización<br />

2008 de ARIA habrían sido algo diferentes si<br />

se hubiera aplicado el abordaje de GRADE.<br />

Otro aspecto importante de ARIA fue considerar<br />

las condiciones comórbidas de la RA, en<br />

particular, del asma. En todo el mundo los<br />

estudios epidemiológicos han demostrado<br />

consistentemente que el asma y la rinitis suelen<br />

coexistir en el mismo paciente. La mayoría<br />

de los pacientes con asma tienen rinitis, pero<br />

es preciso todavía determinar la prevalencia<br />

de asma en los pacientes con rinitis. El tratamiento<br />

de los síntomas nasales tiene un efecto<br />

menor sobre la vía respiratoria baja, pero ha<br />

habido resultados interesantes sugiriendo que<br />

deben iniciarse nuevos estudios con métodos<br />

innovadores. Cuando se cesa, la inmunoterapia<br />

específica en pacientes con RA tiene un<br />

efecto mantenido sobre el desarrollo del asma.<br />

La percepción de los pacientes y de los médicos<br />

respecto a la asociación entre asma y<br />

rinitis varía según los países, pero esta percepción<br />

parece ser superior a la esperada.<br />

Sin embargo, el conocimiento no se traduce<br />

directamente en una aplicación práctica, ya<br />

que pocos médicos coprescriben tratamientos<br />

tanto para la rinitis como para el asma.<br />

Las recomendaciones del consenso ARIA de<br />

1999 siguen siendo válidas y, por lo tanto, los<br />

pacientes con RA, en particular aquellos con<br />

RA persistente, deberían ser evaluados sobre<br />

el asma. Los pacientes con asma deberían<br />

ser evaluados sobre la rinitis, y debería adoptarse<br />

una estrategia eficaz y combinada<br />

para tratar la enfermedad tanto en la nariz<br />

como en el bronquio.<br />

Objetivos de la guía ARIA<br />

El manejo que siguen las guías de práctica<br />

clínica basadas en pruebas científicas proporciona<br />

mejores resultados para los pacientes.<br />

Sin embargo, las guías globales de práctica<br />

clínica basadas en pruebas científicas<br />

suelen ser complicadas, y recomiendan el<br />

uso de recursos de los que, a menudo, no se<br />

dispone en el contexto mundial de la atención<br />

primaria. El panel de expertos conjunto<br />

Organización mundial de médicos de familia<br />

(Wonca)/Alianza global contra las enfermedades<br />

respiratorias (GARD) ofrece apoyo<br />

a los médicos de atención primaria en todo el<br />

RINOLOGía 7<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 1. Cuestionario de ayuda para el diagnóstico de la rinitis alérgica<br />

Preguntas Opciones de respuesta<br />

Pregunta 1. ¿Tiene alguno de los síntomas siguientes?<br />

– Síntomas en un solo lado de la nariz Sí No<br />

– Secreción nasal densa, de color verde o amarillo Sí No<br />

– Goteo posnasal (por la garganta) con mucosidad densa y/o secreción nasal Sí No<br />

– Dolor facial Sí No<br />

– Hemorragias nasales recurrentes Sí No<br />

– Pérdida de olfato Sí No<br />

Pregunta 2. ¿Tiene alguno de los siguientes síntomas durante al menos 1 h casi todos los días (o casi todos los días durante la estación si sus<br />

síntomas son estacionales)?<br />

– Secreción nasal acuosa Sí No<br />

– Estornudos, especialmente violentos y en salvas Sí No<br />

– Obstrucción nasal Sí No<br />

– Picor nasal Sí No<br />

– Conjuntivitis (ojos enrojecidos, picor) Sí No<br />

mundo recopilando las recomendaciones existentes<br />

basadas en pruebas científicas en esta<br />

breve guía de referencia. En esta guía se detallan<br />

las medidas diagnósticas y terapéuticas<br />

que pueden llevarse a cabo en todo el mundo<br />

en el contexto de la atención primaria para<br />

proporcionar el mejor cuidado posible a los<br />

pacientes con RA. La información que se presenta<br />

le ayudará a diagnosticar y tratar la RA.<br />

El reto en la atención primaria<br />

La RA supone un reto cada vez mayor en la<br />

atención primaria, ya que la mayoría de los<br />

pacientes acuden a los médicos de atención<br />

primaria. Éstos desempeñan un papel primordial<br />

en la atención de los casos de RA, puesto<br />

que realizan el diagnóstico, inician el tratamiento,<br />

proporcionan la información pertinente<br />

y llevan a cabo el seguimiento de la<br />

mayoría de los pacientes. En algunos países,<br />

los médicos de atención primaria realizan<br />

pruebas alérgicas cutáneas. En estudios llevados<br />

a cabo en los Países Bajos y en el Reino<br />

Unido se halló que las alergias nasales<br />

habituales pueden diagnosticarse con un<br />

alto grado de certeza utilizando criterios<br />

diagnósticos sencillos. Las enfermeras también<br />

pueden desempeñar un papel importante<br />

a la hora de identificar las enfermedades<br />

alérgicas, incluida la RA, en el ámbito de<br />

la atención primaria de los países en vías de<br />

desarrollo y en las escuelas. Además, muchos<br />

pacientes con RA presentan asma concomitante,<br />

lo cual debe evaluarse.<br />

Cuestionario sobre<br />

la rinitis alérgica<br />

A fin de evaluar la posibilidad de RA, puede<br />

formular a los pacientes con síntomas nasales<br />

las preguntas presentes en la tabla 1. Este<br />

RINOLOGía 8<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


cuestionario contiene las preguntas relacionadas<br />

con los síntomas de la RA identificadas<br />

como las de mayor valor diagnóstico en la literatura<br />

revisada por pares. Con este cuestionario<br />

no obtendrá un diagnóstico definitivo, pero<br />

puede permitirle determinar si deben realizarse<br />

más pruebas complementarias para confirmar<br />

la RA o si su diagnóstico es poco probable.<br />

El cuestionario debe ser evaluado de la<br />

siguiente manera:<br />

– Los síntomas descritos en la pregunta 1<br />

no suelen observarse en la RA. La presencia<br />

de alguno de ellos sugiere que deben<br />

estudiarse diagnósticos alternativos.<br />

Deben considerarse diagnósticos alternativos<br />

y/o la derivación a un especialista.<br />

– La secreción purulenta, el goteo posnasal, el<br />

dolor facial y la pérdida de olfato son síntomas<br />

frecuentes de sinusitis. Puesto que la<br />

mayoría de los pacientes con sinusitis también<br />

presentan rinitis (aunque no siempre<br />

de origen alérgico), en este caso el médico<br />

también debe evaluar la posibilidad de RA.<br />

– La presencia de secreción nasal acuosa<br />

junto con uno o más de los otros síntomas<br />

mencionados en la pregunta 2 sugiere RA,<br />

e indica que el paciente debe someterse a<br />

más pruebas diagnósticas.<br />

– La presencia de secreción nasal acuosa<br />

sola sugiere que el paciente puede padecer<br />

RA. Además, algunos pacientes con<br />

RA sólo presentan obstrucción nasal<br />

como síntoma cardinal.<br />

– Si el paciente presenta estornudos, picor<br />

nasal y/o conjuntivitis, pero no presenta<br />

secreción nasal acuosa, deben considerarse<br />

diagnósticos alternativos y/o la derivación<br />

a un especialista.<br />

– En adultos con rinitis de aparición tardía<br />

se deben considerar y buscar causas laborales.<br />

La rinitis laboral suele preceder o<br />

acompañar al desarrollo del asma laboral.<br />

Los pacientes con sospecha de asociación<br />

laboral deben derivarse a un especialista<br />

para ser sometidos a valoraciones y pruebas<br />

objetivas adicionales.<br />

Guía para el diagnóstico<br />

de la rinitis alérgica<br />

La posibilidad de RA en pacientes de todas<br />

las edades sólo con síntomas nasales cuyas<br />

respuestas al cuestionario sobre la RA sugieran<br />

que dicho diagnóstico debe investigarse,<br />

debe ser investigada (Tablas 2 y 3). También<br />

debe investigarse la presencia concomitante<br />

de asma (Tabla 4). Puede que no todas las<br />

pruebas diagnósticas mencionadas en esta<br />

guía estén disponibles en todas las regiones;<br />

en la mayoría de los casos, la combinación<br />

de las pruebas diagnósticas disponibles y el<br />

criterio clínico de cada médico proporcionarán<br />

un diagnóstico clínico sólido. Esta guía<br />

está prevista para complementar, pero no<br />

reemplazar, una exploración física completa<br />

y una historia clínica exhaustiva (Fig. 3).<br />

Tratamiento de la rinitis alérgica<br />

Objetivos del tratamiento<br />

Los objetivos del tratamiento de la rinitis<br />

requieren un diagnóstico correcto y una<br />

RINOLOGía 9<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 2. Guía para el diagnóstico de la rinitis alérgica<br />

Herramienta diagnóstica Observaciones que respaldan el diagnóstico<br />

Exploración física Surco transversal en la nariz, ojeras alérgicas, «saludo» alérgico<br />

En la rinitis persistente:<br />

– La rinoscopia anterior, utilizando un espéculo y un espejo, proporciona<br />

una información limitada aunque a menudo valiosa<br />

– La endoscopia nasal (normalmente realizada por un especialista)<br />

puede ser necesaria para descartar otras causas de rinitis, pólipos<br />

nasales y anomalías anatómicas<br />

Tabla 3. Relación de síntomas ligados a la rinitis alérgica<br />

Síntomas indicativos de rinitis alérgica Síntomas normalmente no asociados a la RA<br />

Dos o más de los síntomas siguientes durante más de 1 h casi todos los<br />

días:<br />

– Rinorrea anterior acuosa<br />

– Estornudos, especialmente en salvas<br />

– Obstrucción nasal<br />

– Prurito nasal ± conjuntivitis<br />

Clasificar y valorar la gravedad<br />

Exclusión de otras causas<br />

Prueba del tratamiento Mejora con antihistamínicos o glucocorticoides intranasales<br />

Pruebas cutáneas de alergia o determinación de la IgE sérica<br />

específica del alérgeno (si los síntomas son persistentes y/o<br />

moderados-graves, o si la calidad de vida está afectada)<br />

– Confirmación de la presencia de atopia<br />

– Identificación de desencadenantes específicos<br />

Pruebas de provocación nasal (si existe sospecha de rinitis laboral) Confirmación de sensibilidad a desencadenantes específicos<br />

Tabla 4. Evaluación clínica de la posibilidad de asma concomitante<br />

– Síntomas unilaterales<br />

– Obstrucción nasal sin otros síntomas<br />

– Rinorrea mucopurulenta<br />

– Rinorrea posterior (goteo posnasal)<br />

• Con mucosidad espesa<br />

• Y/o sin rinorrea anterior<br />

– Dolor<br />

– Epistaxis recurrente<br />

– Anosmia<br />

El/la paciente no sabe si es asmático/a Paciente con diagnóstico de asma<br />

Cuatro preguntas sencillas:<br />

– ¿Ha tenido una crisis o crisis recurrentes de sibilancias?<br />

– ¿Tiene tos molesta, sobre todo por la noche?<br />

– ¿Tiene tos o sibilancias después de realizar ejercicio?<br />

– ¿Siente opresión en el pecho?<br />

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es afirmativa,<br />

el paciente podría ser asmático<br />

valoración precisa de la gravedad así como<br />

cualquier relación con el asma en cada<br />

paciente. Los objetivos incluyen:<br />

– Patrón de sueño no alterado.<br />

Requiere evaluación del asma<br />

– Siga la guía de referencia Wonca/GARD<br />

– Guía de bolsillo para el tratamiento de la RA 2008<br />

– Capacidad de llevar a cabo las actividades<br />

diarias normales, incluida la asistencia al<br />

trabajo y a la escuela, sin limitaciones ni<br />

alteraciones, y capacidad total de participar<br />

en actividades deportivas y de ocio.<br />

RINOLOGía 10<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


El paciente puede<br />

ser alérgico<br />

Es probable<br />

que el paciente<br />

sea alérgico<br />

Es muy probable<br />

que el paciente<br />

sea alérgico<br />

Confirmar el diagnóstico mediante<br />

pruebas cutáneas y/o IgE específica<br />

<strong>Rinitis</strong><br />

alérgica<br />

+ –<br />

Sí<br />

+<br />

Los síntomas<br />

aparecen cada año<br />

por la misma época<br />

+<br />

Síntomas oculares<br />

bilaterales:<br />

± picor, lagrimeo<br />

± enrojecimiento<br />

Rinorrea acuosa anterior y estornudos<br />

± obstrucción nasal<br />

Sospechar<br />

rinitis no alérgica<br />

RINOLOGía 11<br />

No<br />

+<br />

Goteo posnasal<br />

± rinorrea<br />

mucopurulenta<br />

+<br />

Obstrucción nasal<br />

± pérdida del olfato<br />

± dolor facial<br />

Es improbable que el<br />

paciente sea alérgico<br />

Sospechar<br />

rinosinusitis<br />

± pólipos nasales<br />

Confirmar el diagnóstico mediante<br />

exploración otorrinolaringológica y/o<br />

tomografía computarizada<br />

Figura 3. Pasos a seguir en el diagnóstico diferencial de la RA con otras enfermedades de la mucosa nasosinusal.<br />

– Ausencia de síntomas molestos.<br />

– Ausencia de efectos secundarios o efectos<br />

mínimos debidos al tratamiento de la<br />

rinitis.<br />

En la actualización 2008 de ARIA se ha tenido<br />

en cuenta una amplia lista de tratamientos<br />

(Tabla 5). La estrategia terapéutica de la RA<br />

incluye: educación del paciente, evitación de<br />

alérgenos y contaminantes, farmacoterapia e<br />

inmunoterapia alérgeno específica. En el tratamiento<br />

farmacológico debemos evaluar eficacia,<br />

seguridad y relación coste-efectividad<br />

de los medicamentos, preferencias de los<br />

pacientes, gravedad de la enfermedad y presencia<br />

de comorbilidades. El tratamiento<br />

farmacológico de la RA debe estar basado en<br />

pruebas científicas, con recomendaciones<br />

claras y de manera escalonada según la gravedad<br />

(Fig. 4 y 5 y Tabla 6).<br />

TraTamienTo farmacológico<br />

Los antihistamínicos H 1 orales mejoran los<br />

síntomas de la rinitis, incluyendo rinorrea,<br />

estornudos, picor nasal y síntomas oculares,<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 5. Glosario de medicamentos empleados en el tratamiento de la rinitis<br />

Denominación y<br />

nombres<br />

alternativos<br />

– Antihistamínicos H 1<br />

orales<br />

– Bloqueadores de<br />

los receptores H 1<br />

– Antihistamínicos H 1<br />

locales (intranasales,<br />

tópicos<br />

oculares)<br />

– Glucocorticoides<br />

intranasales<br />

Nombre genérico Mecanismo<br />

de acción<br />

Segunda generación<br />

– Cetirizina<br />

– Ebastina<br />

– Fexofenadina<br />

– Loratadina<br />

– Mizolastina<br />

– Mequitazina<br />

Nuevos productos<br />

– Desloratadina<br />

– Levocetirizina<br />

– Rupatadina<br />

– Azelastina – Levocabastina<br />

– Olopatadina<br />

– Dipropionato de<br />

beclometasona (BDP)<br />

– Budesónida<br />

– Ciclesonida<br />

– Flunisolida<br />

– Propionato de fluticasona<br />

– Furoato de fluticasona<br />

– Furoato de mometasona<br />

– Acetónido de triamcinolona<br />

– Bloqueo del receptor H 1<br />

– Cierta actividad<br />

antialérgica<br />

– Los fármacos de nueva<br />

generación pueden<br />

administrarse a diario<br />

– No producen taquifilaxia<br />

– Bloqueo del receptor H 1<br />

– Cierta actividad<br />

antialérgica de la<br />

azelastina<br />

– Potente reducción de la<br />

inflamación nasal<br />

– Reducción de la<br />

hiperreactividad nasal<br />

Efectos secundarios Comentarios<br />

Segunda generación<br />

– Sin sedación para la<br />

mayoría de los fármacos<br />

– Sin efectos anticolinérgicos<br />

– Sin cardiotoxicidad<br />

– La acrivastina tiene<br />

efectos sedantes<br />

– La azelastina oral puede<br />

producir sedación y<br />

sabor amargo<br />

– Efectos secundarios locales<br />

menores<br />

– Azelastina: sabor amargo<br />

para algunos pacientes<br />

– Efectos secundarios<br />

locales menores<br />

– Amplio margen para<br />

efectos secundarios<br />

sistémicos<br />

– Problemas de crecimiento<br />

sólo con BDP<br />

– En niños pequeños, debe<br />

tenerse en cuenta la<br />

combinación de<br />

fármacos intranasales e<br />

inhalados<br />

– Tratamiento de primera<br />

línea excepto en caso de<br />

RA persistente<br />

moderada-grave<br />

– Debe darse preferencia<br />

a los antihistamínicos<br />

orales de segunda<br />

generación, debido a su<br />

farmacocinética y a su<br />

relación eficacia/<br />

seguridad favorable; las<br />

moléculas de primera<br />

generación ya no están<br />

recomendadas debido a<br />

su relación seguridad/<br />

eficacia desfavorable<br />

– Acción rápida (< 1 h) y<br />

eficaz sobre los síntomas<br />

nasales y oculares<br />

– Moderadamente<br />

eficaces para la<br />

obstrucción nasal<br />

Los fármacos cardiotóxicos<br />

(astemizol, terfenadina) ya<br />

no se comercializan en la<br />

mayoría de los países<br />

– Acción rápida (menos de<br />

30 min) y eficaz sobre los<br />

síntomas nasales y<br />

oculares<br />

– El tratamiento<br />

farmacológico más eficaz<br />

para la RA; tratamiento<br />

de primera línea para la<br />

RA persistente<br />

moderada-grave<br />

– Eficaces para la<br />

obstrucción nasal<br />

– Eficaces para<br />

la pérdida del olfato<br />

– Efecto observado<br />

a las 612 h, pero efecto<br />

máximo al cabo<br />

de unos días<br />

– Debe indicarse a los<br />

pacientes el método<br />

adecuado de administración<br />

de glucocorticoides<br />

intranasales, incluida la<br />

importancia de efectuar<br />

la pulverización<br />

lateralmente en vez de<br />

hacia el centro (hacia el<br />

tabique) de la nariz<br />

(Continúa)<br />

RINOLOGía 12<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 5. Glosario de medicamentos empleados en el tratamiento de la rinitis (continuación)<br />

Denominación<br />

y nombres<br />

alternativos<br />

– Glucocorticoides<br />

orales/im.<br />

– Cromonas locales<br />

(intranasales,<br />

intraoculares)<br />

– Descongestionantes<br />

orales<br />

– Descongestionantes<br />

intranasales<br />

– Anticolinérgicos<br />

intranasales<br />

– Antagonistas<br />

de los CisLT<br />

– Antagonistas<br />

de los leucotrienos<br />

Nombre genérico Mecanismo<br />

de acción<br />

– Dexametasona<br />

– Hidrocortisona<br />

– Metilprednisolona<br />

– Prednisolona<br />

– Prednisona<br />

– Triamcinolona<br />

– Betametasona<br />

– Deflazacort<br />

– Cromoglicato<br />

– Nedocromilo<br />

– Naaga<br />

– Efedrina<br />

– Fenilefrina<br />

– Fenilpropanolamina<br />

– Seudoefedrina<br />

– Combinaciones orales de<br />

antihistamínicos H 1 y<br />

descongestionantes<br />

– Oximetazolina<br />

– Otros<br />

– Potente reducción de la<br />

inflamación nasal<br />

– Reducción de la<br />

hiperreactividad nasal<br />

– Mecanismo de acción<br />

poco conocido<br />

– Fármacos simpaticomiméticos<br />

– Alivio de los síntomas de<br />

la obstrucción nasal<br />

– Fármacos simpaticomiméticos<br />

– Alivio de los síntomas de<br />

la obstrucción nasal<br />

– Ipratropio – Bloqueo casi exclusivo<br />

de la rinorrea por parte<br />

de los anticolinérgicos<br />

– Montelukast<br />

– Pranlukast<br />

– Zafirlukast<br />

– Bloqueo de los<br />

receptores de los CisLT<br />

Efectos secundarios Comentarios<br />

– Efectos secundarios<br />

sistémicos comunes<br />

especialmente en los<br />

fármacos im.<br />

– Las inyecciones de<br />

liberación prolongada<br />

(depot) pueden producir<br />

atrofia tisular local<br />

– Efectos secundarios<br />

locales menores<br />

– Hipertensión<br />

– Palpitaciones<br />

– Inquietud<br />

– Agitación<br />

– Temblor<br />

– Insomnio<br />

– Dolor de cabeza<br />

– Mucosas secas<br />

– Retención urinaria<br />

– Empeoramiento del<br />

glaucoma o tirotoxicosis<br />

– Efectos secundarios<br />

idénticos<br />

a los de los descongestionantes<br />

orales, pero<br />

menos intensos<br />

– La rinitis medicamentosa<br />

es un fenómeno de<br />

rebote que aparece con<br />

el uso prolongado<br />

(> 10 días)<br />

– Efectos secundarios locales<br />

menores<br />

– Actividad anticolinérgica<br />

sistémica prácticamente<br />

nula<br />

– Cuando sea posible,<br />

los glucocorticoides<br />

intranasales deben<br />

sustituir a los fármacos<br />

orales o im.<br />

– Sin embargo, puede ser<br />

necesario una tanda<br />

corta de glucocorticoides<br />

orales si los<br />

síntomas son moderados<br />

o graves<br />

– Las cromonas tópicas<br />

oculares son muy<br />

eficaces<br />

– Las cromonas intranasales<br />

son menos eficaces y<br />

su efecto es de corta<br />

duración<br />

– Excelente seguridad<br />

global<br />

– Utilizar los descongestionantes<br />

orales con<br />

precaución en pacientes<br />

con cardiopatía<br />

– La combinación oral de<br />

antihistamínicos H 1 y<br />

descongestionantes<br />

puede ser más eficaz que<br />

cada producto por<br />

separado, pero los<br />

efectos secundarios se<br />

combinan<br />

– Actúan con mayor<br />

rapidez y son más<br />

eficaces que los<br />

descongestionantes<br />

orales<br />

– Limitar la duración del<br />

tratamiento a menos de<br />

10 días para prevenir la<br />

rinitis medicamentosa<br />

– Eficaces en pacientes<br />

alérgicos y no alérgicos<br />

con rinorrea<br />

– Tolerabilidad excelente – Eficaces para la rinitis y<br />

el asma<br />

– Eficaces para todos los<br />

síntomas de la rinitis y<br />

para los síntomas<br />

oculares<br />

RINOLOGía 13<br />

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Leve<br />

Sin orden de preferencia<br />

– Antihistamínico oral<br />

o tópico nasal<br />

– Y/o descongestionante<br />

– O ARLT<br />

Síntomas<br />

intermitentes<br />

Diagnóstico de rinitis alérgica<br />

Moderada-grave leve<br />

Sin orden de preferencia<br />

– Antihistamínico oral<br />

o tópico nasal<br />

– Y/o descongestionante<br />

– O ARLT<br />

– O cromona<br />

En rinitis persistente<br />

revisar al paciente<br />

a las 2-4 semanas<br />

Si falla: subir un escalón<br />

si mejora: continuar<br />

el tratamiento durante 1 mes<br />

Síntomas<br />

persistentes<br />

Bajar escalón<br />

y continuar<br />

el tratamiento<br />

durante > 1 mes<br />

Añadir o aumentar<br />

la dosis de CC<br />

tópico nasal<br />

La evitación de alérgenos e irritantes puede ser beneficiosa<br />

En orden de preferencia<br />

– CC tópico nasal<br />

– Antihistamínico oral o ARLT<br />

Rinorrea:<br />

añadir<br />

ipratropio<br />

Si conjuntivitis<br />

Añadir antihistamínico oral, antihistamínico ocular o cromona ocular (o suero salino)<br />

Considerar inmunoterapia específica<br />

No mejora<br />

Bloqueo:<br />

añadir<br />

descongestionante<br />

o CC oral<br />

(tanda corta)<br />

Si fallo:<br />

derivar para cirugía<br />

RINOLOGía 14<br />

Mejora<br />

Investigar la presencia de asma,<br />

especialmente en pacientes con<br />

rinitis grave y/o persistente<br />

Moderada-grave<br />

Revisar al paciente<br />

a las semanas 2-4<br />

Revisar diagnóstico<br />

Revisar cumplimiento<br />

Preguntar infecciones<br />

u otras causas<br />

Figura 4. Diagrama de diagnóstico, tratamiento y seguimiento escalonado de la rinitis alérgica. ARLT: antagonista de los receptores de<br />

leucotrienos; CC: corticoide.<br />

aunque son menos efectivos en la obstrucción<br />

nasal. Han demostrado eficacia tanto<br />

en adultos como en niños. Se deben utilizar<br />

antihistamínicos H 1 de segunda generación<br />

por tener menos efectos secundarios (cetirizina,<br />

desloratadina, ebastina, fexofenadina,<br />

levocetirizina, loratadina, mequitazina,<br />

mizolastina, rupatadina). Tienen también<br />

efectos antiinflamatorios. Los antihistamínicos<br />

H 1 tópicos (azelastina, emedastina,<br />

ketotifeno, levocabastina, olopatadina) también<br />

han demostrado su eficacia en la rinitis<br />

y conjuntivitis alérgica.<br />

Los glucocorticoides son los fármacos antiinflamatorios<br />

más potentes y eficaces en el<br />

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Intermitente<br />

leve<br />

Intermitente<br />

moderada-grave<br />

Corticoide tópico nasal<br />

Cromona tópica<br />

Antagonista receptor cis-LT 1 oral<br />

Antihistamínico H 1 no sedante, oral o tópico<br />

Descongestionante tópico nasal (< 10 días) u oral<br />

Evitación de alérgenos e irritantes<br />

Figura 5. Enfoque escalonado simplificado del tratamiento de la rinitis alérgica.<br />

Tabla 6. Solidez de las pruebas en la eficacia del tratamiento de la rinitis<br />

ARIA 2008<br />

Persistente<br />

leve<br />

Valorar inmunoterapia<br />

Persistente<br />

moderada-grave<br />

Intervención RAE RAP PER<br />

Adultos Niños Adultos Niños<br />

Antihistamínicos H 1 orales A A A A A<br />

Antihistamínicos H 1 intranasales A A A A A*<br />

CC intranasales A A A A A*<br />

Cromona intranasal A A A A<br />

ARLT A A (> 6 años) A A*<br />

ITE subcutánea A A A A A*<br />

ITE sublingual/nasal A A A B A*<br />

Evitación de alérgenos D D A † B †<br />

RAE: rinitis alérgica estacional; RAP: rinitis alérgica perenne; PER: rinitis alérgica persistente; CC: corticoides;<br />

ARLT: antagonistas de los receptores de leucotrienos; ITE: inmunoterapia específica.<br />

*Extrapolado de estudios en RAE/RAP.<br />

† No eficaz en la población general.<br />

tratamiento de la RA y no alérgica (RNA).<br />

Han demostrado eficacia, tanto en adultos<br />

como en niños (beclometasona, budesónida,<br />

fluticasona, mometasona, triamcinolona).<br />

La aplicación tópica de corticoides permite<br />

tener una alta concentración en mucosa<br />

nasal, con un mínimo riesgo de efectos<br />

adversos sistémicos. Son eficaces en todos<br />

RINOLOGía 15<br />

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los síntomas de la RA, incluyendo la obstrucción<br />

nasal y los síntomas oculares. Constituyen<br />

la primera línea de tratamiento en la RA<br />

persistente moderada-grave. Los corticoides<br />

orales en pautas de corta duración están<br />

indicados en casos de rinitis graves que no<br />

responden a otros tratamientos.<br />

Los descongestionantes intranasales pueden<br />

ser utilizados durante un corto periodo<br />

de tiempo en pacientes con obstrucción<br />

nasal importante. Su uso prolongado puede<br />

desencadenar rinitis medicamentosa. Aunque<br />

eficaces, los descongestionantes orales<br />

(solos o asociados a antihistamínicos orales)<br />

no están exentos de efectos adversos sistémicos.<br />

Los antileucotrienos son eficaces en el tratamiento<br />

de las rinitis y conjuntivitis alérgicas,<br />

tanto en adultos como en niños. Han demostrado<br />

igual eficacia que los antihistamínicos<br />

pero menor que los corticoides tópicos nasales,<br />

y son bien tolerados. Suelen estar indicados<br />

cuando la rinitis está asociada a asma.<br />

Los anticolinérgicos tópicos son eficaces, y<br />

están recomendados en el tratamiento de la<br />

rinorrea refractaria a otros tratamientos, en<br />

RA y RNA. Las cromonas tópicas están recomendadas<br />

en el tratamiento de la rinitis y<br />

conjuntivitis alérgica, no obstante, su eficacia<br />

es moderada. La anti-IgE ha demostrado<br />

ser eficaz en el tratamiento de la RA en adultos<br />

y niños mayores de 12 años.<br />

inmunoTerapia específica<br />

con alérgenos<br />

Es eficaz en el tratamiento de la RA causada<br />

por pólenes y ácaros, tanto en adultos como<br />

en niños, tanto en su forma de administración<br />

subcutánea como oral deglutida<br />

(sublingual). Precisa para su indicación un<br />

correcto diagnóstico alergológico. Puede<br />

alterar el curso natural de la enfermedad<br />

alérgica respiratoria, disminuyendo la aparición<br />

de asma y previniendo nuevas sensibilizaciones.<br />

eviTación alergénica<br />

Las medidas de evitación de alérgenos de<br />

interior (ácaros) han demostrado una disminución<br />

de los niveles de exposición, pero no<br />

una mejoría en los síntomas y la evolución<br />

de la enfermedad. Se deberían recomendar<br />

en todos los casos.<br />

Aspectos pediátricos<br />

La RA forma parte de la «marcha alérgica»<br />

durante la infancia, si bien la RA intermitente<br />

es poco frecuente antes de los 2 años de<br />

edad. La RA es prevalente sobre todo durante<br />

la edad escolar. En niños en edad preescolar,<br />

el diagnóstico de la RA es difícil. En niños<br />

en edad escolar y adolescentes, los principios<br />

del tratamiento son los mismos que en<br />

los adultos, aunque deben adaptarse las<br />

dosis y debe tenerse especial cuidado para<br />

evitar los efectos secundarios de los tratamientos<br />

típicos en este grupo de edad.<br />

Recomendaciones<br />

en la rinitis alérgica<br />

– La RA es una enfermedad respiratoria<br />

crónica importante debido a su:<br />

RINOLOGía 16<br />

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• Prevalencia.<br />

• Repercusión en la calidad de vida.<br />

• Repercusión en el rendimiento escolar<br />

y en la productividad laboral.<br />

• Carga económica.<br />

• Vínculos con el asma.<br />

– Además, la RA está asociada a comorbilidades<br />

como la conjuntivitis.<br />

– La RA debe considerarse como un factor<br />

de riesgo de asma junto con otros factores<br />

de riesgo conocidos.<br />

– Se ha propuesto una nueva subdivisión de<br />

la RA:<br />

• Intermitente (RAI).<br />

• Persistente (PER).<br />

– La gravedad de la RA se ha clasificado<br />

como «leve» o «moderada-grave» en función<br />

de la gravedad de los síntomas y la<br />

repercusión en la calidad de vida.<br />

– Con arreglo a la subdivisión y la gravedad<br />

de la RA, se ha propuesto una estrategia<br />

terapéutica escalonada.<br />

– El tratamiento de la RA combina:<br />

• Farmacoterapia.<br />

• Inmunoterapia.<br />

• Educación.<br />

• Prevención: evitación alergénica.<br />

– En los pacientes con RA persistente debe<br />

evaluarse la presencia de asma mediante<br />

la historia clínica, una exploración torácica<br />

y, si es posible y cuando sea necesario,<br />

mediante la valoración de la obstrucción<br />

del flujo aéreo antes y después de administrar<br />

un broncodilatador.<br />

– En los pacientes con asma debe evaluarse<br />

adecuadamente la rinitis mediante anamnesis<br />

y exploración física.<br />

– De forma ideal, debería emplearse una<br />

estrategia combinada para tratar las<br />

enfermedades de las vías respiratorias<br />

altas y bajas con eficacia y seguridad.<br />

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Workshop Report, Global Strategy for Asthma Management and Prevention<br />

(GINA). Initiative World Health Organization, WHO. Updated November<br />

2006. Documentos en: http://www.ginasthma.com.<br />

RINOLOGía 18<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Calidad de vida en la rinitis alérgica:<br />

el sueño como factor clave<br />

V. González-Núñez 1 , A.L. Valero 2 y J. Mullol 3<br />

Resumen<br />

AbstrAct<br />

Rev Rinol. 2012;12(1):19-28<br />

1 Unidad de Alergología, Hospital Quirón de Barcelona, Barcelona; 2 Unidad de Alergología, Servicio de Neumología y Alergia Respiratoria, Hospital Clínic de Barcelona;<br />

Barcelona; 3 Unidad de Rinología y Olfato, Servicio de Otorrinolaringología, Hospital Clínic de Barcelona, Barcelona<br />

19<br />

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Introducción<br />

La RA es un trastorno sintomático de la<br />

nariz causado por la exposición a alérgenos<br />

que induce una inflamación mediada por<br />

inmunoglobulina E (IgE) 1 , caracterizada por<br />

congestión nasal, rinorrea, estornudos y<br />

prurito. La RA tiene una incidencia elevada,<br />

con un carácter crónico, y su prevalencia<br />

aumenta en los países desarrollados. La RA<br />

afecta al 23-30% 2,3 de la población europea,<br />

mientras que en EE.UU. afecta al 10-30% de<br />

los adultos y hasta un 40% de los niños 4,5 .<br />

La RA es una patología común con un impacto<br />

social importante. Se clasifica, siguiendo<br />

la guía Allergic Rhinitis and its Impact on<br />

Asthma (ARIA) 1,6 en persistente o intermitente,<br />

según la duración de la enfermedad, y<br />

en leve o moderada-grave, según la gravedad.<br />

Al determinar la gravedad, los criterios<br />

más importantes son la calidad del sueño y los<br />

síntomas alérgicos molestos durante las actividades<br />

diarias, sea en el colegio o en el trabajo<br />

1 . La alteración del sueño es, por tanto, uno<br />

de los factores claves que distinguen entre RA<br />

leve y moderada-grave. Valero, et al. 7,8 sugirieron,<br />

recientemente, tres categorías en lugar<br />

Ítems ARIA:<br />

– Alteración del sueño<br />

– Deterioro de las actividades diarias, de ocio y/o deportivas<br />

– Deterioro del rendimiento escolar y la productividad laboral<br />

– Síntomas molestos<br />

Leve<br />

Sin afectación de ítems<br />

Intermitente o persistente RA<br />

Moderada<br />

1-3 ítems afectados<br />

de dos, para clasificar la gravedad de la rinitis:<br />

leve (ningún ítem ARIA afectado), moderada<br />

(de uno a tres ítems afectados) y graves (los<br />

cuatro ítems afectados) (Fig. 1).<br />

Los síntomas típicos de la RA incluyen:<br />

congestión nasal, rinorrea, prurito nasal,<br />

estornudo nasal y, en los casos graves, pérdida<br />

parcial del olfato. La congestión nasal<br />

es el síntoma predominante en la RA (hasta<br />

en el 90% de los pacientes con síntomas<br />

estacionales) 9 , siendo descrito como el síntoma<br />

más molesto 10 . Los ritmos circadianos<br />

afectan a la congestión nasal, existiendo un<br />

empeoramiento durante las primeras horas<br />

de la mañana 11,12 , con un pico máximo de<br />

congestión a las 6 h de la madrugada 13 .<br />

Múltiples estudios con pacientes con RA<br />

han demostrado una reducción importante<br />

en la calidad de vida 9,14-24 . La RA afecta negativamente<br />

al sueño, concentración, productividad,<br />

aprendizaje, actividades escolares,<br />

vida social, sexualidad y deporte 18 . Los síntomas<br />

diurnos, incluyendo somnolencia,<br />

irritabilidad, estado de ánimo depresivo y<br />

alteraciones cognitivas, tienen un impacto<br />

directo en la calidad de vida del paciente 25 .<br />

Grave<br />

4 ítems afectados Figura 1. Clasificación de la RA según ARIA<br />

modificada 7,8 .<br />

RINOLOGía 20<br />

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<strong>Rinitis</strong> alérgica y calidad de vida<br />

La calidad de vida (CdV) es un concepto que<br />

agrupa a un conjunto amplio de aspectos<br />

físicos, psicológicos, sociales y funcionales<br />

de la vida de las personas 26 . La CdV relacionada<br />

con la salud se define generalmente<br />

como «la percepción del paciente a nivel físico,<br />

mental y social, asociada con una enfermedad<br />

o su tratamiento» 27,28 . No solo los<br />

síntomas físicos del órgano afectado, sino<br />

los trastornos psicológicos, la alteración en<br />

las actividades sociales y la incapacidad<br />

para desempeñar la vida cotidiana, contribuyen<br />

a reducir la CdV 29 .<br />

Medición de la calidad de vida<br />

Existen varios cuestionarios de CdV disponibles.<br />

Los cuestionarios genéricos son<br />

herramientas generales de evaluación que<br />

pueden ser aplicados a cualquier enfermedad,<br />

mientras que otros cuestionarios específicos<br />

se centran específicamente en la rinitis.<br />

El deterioro de la CdV en pacientes con<br />

RA se mide tanto con instrumentos genéricos<br />

como específicos 30 , y ambos han sido<br />

utilizados para evaluar el impacto de la RA<br />

y su tratamiento sobre la calidad de vida de<br />

los pacientes.<br />

Los cuestionarios específicos pueden detectar<br />

cambios clínicamente relevantes para el<br />

paciente y también detectar de manera más<br />

precisa cambios en un aspecto particular de<br />

la enfermedad 27,30 . Juniper fue la primera en<br />

publicar un instrumento de calidad de vida<br />

específico para la rinitis 10 ; actualmente hay<br />

disponibles varios cuestionarios de CdV<br />

específicos para la RA 17,20,21,27,28,34-37 .<br />

Múltiples estudios han detectado un deterioro<br />

de la CdV en pacientes con<br />

RA 6,9,14,16,18,25,26,30-33 . Aproximadamente, el<br />

90% de los sujetos con RA refieren un deterioro<br />

en sus actividades diarias, el sueño, el<br />

rendimiento escolar y la productividad laboral,<br />

estando relacionado este deterioro con<br />

el estado de ánimo, trastornos del sueño,<br />

alteraciones en las actividades y el funcionamiento<br />

social 15,26 .<br />

Diferentes estudios han demostrado que los<br />

adolescentes con rinitis sufren problemas<br />

similares a los adultos, pero tienen menos<br />

problemas para dormir y más dificultades<br />

para concentrarse 35 . Los niños con RA son<br />

más propensos a experimentar problemas<br />

de aprendizaje, con una mayor dificultad<br />

para concentrarse y déficit de memoria 24,38 .<br />

Juniper 27 resume los problemas (dominios o<br />

dimensiones) más molestos identificados en<br />

pacientes con rinitis en: problemas para dormir,<br />

síntomas no nasales, síntomas nasales,<br />

problemas prácticos, limitaciones en las<br />

actividades y problemas emocionales. A los<br />

adultos les molestan los síntomas: congestión<br />

nasal, rinorrea y estornudos, y además<br />

la percepción de no dormir bien por la noche<br />

y a menudo cansancio durante el día. Los<br />

adolescentes tienen problemas muy similares<br />

a los adultos, exceptuando los problemas<br />

para dormir. Los niños más pequeños tienen<br />

una interferencia mínima con sus actividades<br />

diarias normales, siendo sus padres los<br />

que perciben más problemas por la rinitis<br />

infantil que los mismos niños 27 .<br />

Un 40% de adultos y solo un 2% de niños<br />

creen que sus síntomas de alergia nasal tienen<br />

un impacto de moderado-grave en su<br />

RINOLOGía 21<br />

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Tabla 1. Cuestionarios de valoración del sueño en RA<br />

Cuestionario Siglas Autor, año Población<br />

Stanford Sleepiness Score SSS Hoddes, 1973 41 Adulta<br />

The Jenkins Questionnaire JSQ Jenkins, 1988 42,43 Adulta<br />

The Pittsburgh Sleep Quality Index PSQI Buysse, 1989 44 Adulta<br />

Epworth Sleepiness Scale ESS Johns, 1991 45 Adulta<br />

The University of Pennsylvania Functional Outcomes of Sleep FOSQ Weaver, 1997 46 Adulta<br />

Sleep scale from the Medical Outcome Study MOS Sleep Hays, 2005 47 Adulta<br />

Sleep Disorders Questionnaire HD-42 (French version) Léger, 2006 39 Adulta<br />

The Pediatric Sleep Questionnaire PSQ Chervin, 2000 48,49 Pediátrica<br />

The Pediatric Daytime Sleepiness Scale PDSS Drake, 2003 50 Pediátrica<br />

vida cotidiana 4 . Además, los individuos con<br />

RA tienen una alteración emocional, independientemente<br />

de la gravedad de la congestión<br />

nasal, que incluye sentirse incómodo,<br />

más lento durante la mañana y frustrado 9 .<br />

Impacto del sueño en la CdV<br />

Muchas de las preguntas relacionadas con<br />

la CdV en estos pacientes provienen en parte<br />

de los trastornos del sueño asociados con<br />

la RA 4 . Estos pueden provocar una disminución<br />

de las habilidades cognitivas y psicomotrices,<br />

con afectación laboral, disminución<br />

de la productividad, problemas de<br />

aprendizaje, dificultad para concentrarse y<br />

déficit de memoria 15,31,39 .<br />

Léger, et al. 39 , en un estudio con pacientes<br />

con RA, demostraron la existencia de una<br />

alteración importante de todas las dimensiones<br />

de la calidad del sueño y, en consecuencia,<br />

una peor CdV, con fatiga diurna,<br />

somnolencia y problemas de memoria, alteración<br />

del estado de ánimo y de la sexualidad.<br />

Además, los factores que contribuyen a<br />

la calidad del sueño y a la somnolencia diurna,<br />

como el dolor de cabeza al despertar, la ansiedad<br />

y la depresión, fueron significativamente<br />

más frecuentes en los pacientes con RA.<br />

Trastornos del sueño<br />

en la rinitis alérgica<br />

Los síntomas relacionados con el sueño son<br />

extremadamente comunes en pacientes con<br />

RA 40 y se han utilizado diferentes cuestionarios<br />

para evaluar el sueño en estos pacientes<br />

(Tabla 1). Los trastornos del sueño tienen un<br />

impacto importante en la vida cotidiana,<br />

haciendo más susceptibles a las personas a<br />

un deterioro cognitivo, causando problemas<br />

funcionales y con las correspondientes consecuencias<br />

psicológicas 51 . Los síntomas de la<br />

RA, particularmente la congestión nasal, y<br />

los cambios fisiopatológicos subyacentes de<br />

la enfermedad, contribuyen a la somnolencia<br />

diurna y a la reducción de la calidad del<br />

sueño tanto en adultos como en niños 4,5,52,53 .<br />

La asociación entre RA y trastornos del sueño y<br />

el consiguiente impacto sobre los cuestionarios<br />

RINOLOGía 22<br />

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Tabla 2. Estudios que evalúan trastornos del sueño en RA (continuación)<br />

Población Cuestionario<br />

validado de<br />

sueño<br />

RA (adultos)<br />

n = 14<br />

Adultos*<br />

n = 4,927<br />

RAP (adultos)<br />

n = 20<br />

Adultos*<br />

n = 4,916<br />

RAP (adultos)<br />

n = 8<br />

RAP (adultos)<br />

n = 32<br />

RAP (adultos)<br />

n = 22<br />

RAE (adultos)<br />

n = 50<br />

RA (adultos y<br />

niños)<br />

n = 2,355<br />

RA (adultos)<br />

n = 3,052<br />

RA (adultos)<br />

n = 591<br />

RA (adultos)<br />

n = 701<br />

RA (adultos)<br />

n = 7,024<br />

RA (niños)<br />

n = 1,004<br />

RA (adultos)<br />

n = 404<br />

RAE (niños)<br />

n = 14<br />

Cuestionario<br />

validado de<br />

CdV<br />

Otras medidas de<br />

sueño<br />

– – Registros del sueño<br />

(encefalografía,<br />

oculografía, miografía)<br />

Conclusiones Autor, año<br />

Trastornos respiratorios durante el sueño<br />

en todos los pacientes<br />

– – Polisomnografía Trastornos respiratorios (de moderadograve),<br />

son 1,8 veces más frecuentes en<br />

participantes con congestión nasal<br />

– – Cuestiones directas en<br />

diario de síntomas<br />

Mejoría en la congestión nasal y el sueño<br />

tras tratamiento con corticoide tópico nasal<br />

(flunisolide)<br />

– – Polisomnografía La congestión nasal nocturna es un factor<br />

de riesgo independiente para presentar<br />

ronquidos<br />

PSQI, SSS RSDI Polisomnografía, niveles<br />

de citocinas<br />

ESS RQLQ Polisomnografía,<br />

cuestiones directas en<br />

diario de síntomas<br />

ESS, SSS,<br />

FOSQ<br />

Aumento de la latencia para la aparición de<br />

sueño REM y periodos más cortos de sueño<br />

REM<br />

Mejoría en la congestión nasal y el sueño<br />

tras tratamiento con corticoide tópico nasal<br />

(fluticasona)<br />

RQLQ Mejoría en fatiga diurna, somnolencia y<br />

calidad del sueño tras tratamiento con<br />

corticoide tópico nasal (budesónida)<br />

ESS SF-36 Polisomnografía RAE aumenta la somnolencia diurna y<br />

empeora la CdV<br />

– – Cuestiones directas<br />

sobre sueño<br />

> 80% con congestión nasal nocturna<br />

presentan despertares nocturnos o<br />

dificultades para conciliar el sueño<br />

JSQ RQLQ WPAI-AS La gravedad de la RA tiene mayor efecto en<br />

la CdV y el sueño que la duración<br />

(intermitente/persistente)<br />

ESS, HD-42 – Todas las dimensiones del sueño empeoraban<br />

con RA, mayor afectación en RA grave<br />

que RA leve<br />

– RSDI RA tiene un impacto negativo en la función<br />

sexual, sueño y fatiga<br />

MOS-Sleep Mini-RQLQ RA afecta negativamente a la CdV y a los<br />

parámetros del sueño<br />

– – Entrevistas telefónicas RA altera tanto el patrón como la calidad<br />

del sueño<br />

MOS-Sleep NRQLQ WPAI-AS, PANAS-X Pacientes con congestión nasal grave o<br />

síntomas oculares presentan peores<br />

puntuaciones en los dominios del sueño<br />

PSQI – Actigrafía Las puntuaciones de disfunción del sueño,<br />

la latencia del sueño y el índice de<br />

fragmentación son significativamente<br />

mayores en el grupo de RA<br />

Lavie, 1981 54<br />

Young, 1997 55<br />

Craig, 199856 Young, 200157 Krouse, 200258 Craig, 200359 Hughes, 200360 Stuck, 200432 Shedden, 20059 Bousquet, 200615 Léger, 200639 Benninger, 200961 Meltzer, 200914 Meltzer, 20094 Stull, 200962 Yuksel, 200963 publicación. esta de parte ninguna fotocopiarse ni reproducirse podrá no editor, del escrito por previo consentimiento el con contar<br />

(Continúa) Sin<br />

RINOLOGía 23<br />

© Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 2. Estudios que evalúan trastornos del sueño en RA (continuación)<br />

Población Cuestionario<br />

validado de<br />

sueño<br />

RAP (adultos)<br />

n = 30<br />

RAP (adultos)<br />

n = 98<br />

RA (adultos)<br />

n = 14<br />

RA (adultos)<br />

n = 2,275<br />

RA (niños)<br />

n = 21<br />

RAP (adultos)<br />

n = 57<br />

Cuestionario<br />

validado de<br />

CdV<br />

Otras medidas de<br />

sueño<br />

Conclusiones Autor, año<br />

ESS RQLQ-S WPAI-AS Mejoría de los síntomas nasales y la<br />

somnolencia tras tratamiento corticoideo<br />

tópico nasal (mometasona)<br />

– – Polisomnografía Diferencias significativas en la mayoría de<br />

parámetros polisomnográficos incluida la<br />

eficiencia del sueño, índice de despertares<br />

y ronquidos<br />

ESS, PSQI,<br />

FOSQ<br />

RQLQ, NRQLQ,<br />

Pennsylvania<br />

calidad de vida<br />

Cuestiones directas en<br />

diario de síntomas<br />

La calidad del sueño no se ve afectada<br />

significativamente por la seudoefedrina<br />

PSQI RQLQ La RA moderada-grave y la congestión<br />

nasal están asociadas con peor calidad del<br />

sueño<br />

PSQ, PDSS – Obstructive Sleep<br />

Apnea-18<br />

Niños con RA tienen más trastornos<br />

respiratorios del sueño y puntuaciones de<br />

somnolencia<br />

ESS RQLQ – Mejoría de los síntomas nasales, CdV y<br />

calidad del sueño, tras tratamiento con<br />

corticoide tópico nasal (mometasona)<br />

Meltzer, 2010 64<br />

Meng, 2011 65<br />

Sherkat, 2011 66<br />

Colás, 2012 33<br />

Ishman, 2012 49<br />

Yamada, 2012 67<br />

*Cohorte del estudio Wisconsin sobre sueño (The Wisconsin Sleep Cohort Study), estudio prospectivo de la historia natural de los trastornos respiratorios durante el sueño.<br />

SF-36: Medical Outcomes Study 36-item Short Form health survey; NRQLQ: Nocturnal Rhinoconjunctivitis QOL Questionnaire; WPAI-AS: Work performance: Allergy-Specific<br />

Work Productivity and Activity Impairment questionnaire; PANAS-X: Positive and Negative Affect Schedule-Expanded Form.<br />

de la CdV, tanto genéricos como específicos de<br />

rinitis, está bien documentada en grandes<br />

estudios epidemiológicos así como en ensayos<br />

clínicos controlados 32,39 .<br />

La fisiopatología de los trastornos del sueño<br />

en pacientes con RA es multifactorial. La<br />

resistencia de las vías respiratorias superiores,<br />

el mayor esfuerzo en la respiración, los<br />

episodios obstructivos respiratorios, la conciliación<br />

y mantenimiento del sueño, el<br />

insomnio, la ansiedad, la depresión, los efectos<br />

secundarios de los fármacos sedantes así<br />

como otros efectos bioquímicos y hormonales,<br />

pueden desempeñar un papel en el impacto<br />

negativo sobre la calidad del sueño 40 . Múltiples<br />

estudios han evaluado una implicación<br />

importante de los trastornos del sueño en<br />

pacientes con RA (Tabla 2).<br />

Varios estudios han demostrado que la rinitis<br />

puede conducir a trastornos respiratorios<br />

durante el sueño, empeorando la calidad del<br />

mismo 12 . Un estudio epidemiológico reciente<br />

de pacientes con RA (el estudio SOMNIAAR) 33<br />

ha demostrado una fuerte relación entre la<br />

gravedad de la enfermedad y el deterioro del<br />

sueño. Una mayor gravedad de RA se correlacionó<br />

claramente con una peor calidad de<br />

sueño, siendo la calidad del sueño peor en la<br />

RA grave que en la leve o moderada.<br />

En un estudio llevado a cabo en 10 países<br />

europeos 68 , el 53% de 7.004 pacientes con<br />

alergia respiratoria tenía problemas para dormir<br />

durante la noche. En otro estudio 4 , el 57%<br />

de los adultos y el 88% de los niños con RA<br />

experimentaron dificultades para dormir. En<br />

otra publicación, con 7.024 personas 14 , solo el<br />

RINOLOGía 24<br />

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3,6% de los individuos con síntomas de RA<br />

refirieron un sueño correcto completo, en<br />

comparación con el 19,2% de los sujetos que<br />

no presentaban síntomas de RA. Blaiss, et<br />

al. 69 , en una encuesta a 1.322 pacientes con<br />

rinitis, demostró que el 68% de los pacientes<br />

con rinitis alérgica perenne (RAP) y el 51%<br />

con rinitis alérgica estacional (RAE) sufrían<br />

una interferencia del sueño, mientras que el<br />

58 y 48%, respectivamente, sufrían una<br />

interferencia en su rutina diaria.<br />

Una de las relaciones más claramente establecidas<br />

entre la RA y la alteración del sueño<br />

es la obstrucción nasal 9,53,55,56,70 . Varios estudios<br />

han demostrado que la obstrucción o<br />

congestión nasal que se produce en los<br />

pacientes con RA se asocia a una alteración<br />

en el patrón normal de la respiración 53,55 ,<br />

con un aumento en el número de micro-arousals<br />

(10 veces más) 54 , ronquidos 40 y episodios<br />

de apnea 71 . Además, varios estudios han<br />

demostrado que la obstrucción nasal es un<br />

factor de riesgo independiente para los trastornos<br />

respiratorios durante el sueño 57,72 .<br />

Los pacientes con RA y congestión nasal son<br />

1,8 veces más propensos a tener apnea obstructiva<br />

del sueño de moderada-grave (índice<br />

de apnea-hipopnea > 15) comparado con<br />

pacientes alérgicos sin congestión nasal 55 .<br />

En la mayoría de pacientes existe un previsible<br />

empeoramiento de la congestión nasal<br />

durante la noche 40 , siendo multifactorial y<br />

atribuible al efecto posicional (decúbito), a<br />

una disminución natural de los niveles séricos<br />

de cortisol durante la noche 11 y a la fluctuación<br />

de citocinas proinflamatorias durante<br />

el sueño 58 . Además, la liberación de mediadores<br />

inflamatorios asociados a la RA ha<br />

demostrado en la mayoría de los individuos<br />

un ritmo circadiano con aumento progresivo<br />

después de la medianoche, llegando a niveles<br />

máximos en la madrugada 40,73 .<br />

La congestión nasal y el ritmo biológico de<br />

liberación de mediadores (citocinas), responsable<br />

de la inflamación alérgica y que<br />

podrían afectar al sistema nervioso central,<br />

son en gran parte los responsables de la alteración<br />

del sueño 58 . Por otro lado, la rinorrea 12<br />

y los síntomas oculares 62 pueden también<br />

afectar al sueño.<br />

Se ha demostrado una asociación de las<br />

alteraciones en los registros de polisomnografía<br />

con las diferencias en los niveles de<br />

citocinas séricas entre individuos alérgicos<br />

y no alérgicos 58 . Los niveles de interleucina<br />

(IL) 1β, IL-4 e IL-10 son mayores en sujetos<br />

con RA y se asocian con mayor latencia en<br />

la aparición del sueño rapid eye movements<br />

(REM) y los periodos más cortos del<br />

sueño REM 58 . Las interrupciones en el<br />

sueño REM contribuyen a la fatiga, la dificultad<br />

en la concentración y a una disminución<br />

de la productividad. Múltiples citocinas<br />

pueden afectar al sueño, mientras<br />

que algunas (factor de necrosis tumoral<br />

[TNF], IL-6 e IL-1) pueden causar fatiga y<br />

otros síntomas constitucionales inespecíficos<br />

durante el día 5 .<br />

Tratamiento de la rinitis alérgica<br />

El tratamiento farmacológico adecuado de<br />

la RA no solo debe disminuir los síntomas<br />

nasales sino también mejorar la CdV del<br />

paciente. Los fármacos que reducen la congestión<br />

nasal pueden mejorar el sueño y la<br />

somnolencia diurna, y con ello la CdV 55 .<br />

RINOLOGía 25<br />

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Mejoría de la calidad del sueño<br />

Los antihistamínicos de segunda generación,<br />

los corticosteroides intranasales (CIN),<br />

los descongestionantes nasales, los antagonistas<br />

de leucotrienos y el bromuro de ipratropio<br />

intranasal han demostrado una mejoría<br />

en la CdV de los pacientes con RA 30,74 . En<br />

particular, los CIN mejoran la congestión<br />

nasal, la fatiga diurna, la somnolencia y las<br />

alteraciones durante el sueño 75 . Los CIN<br />

están recomendados para el tratamiento de<br />

primera línea de la RA, tanto en adultos<br />

como en niños 4,40,64,67,76-78 . Además, la eficacia<br />

de los CIN no solo se limita a la congestión<br />

nasal, sino también a otros síntomas nasales<br />

y a la reducción de la inflamación 66 , mejorando<br />

el sueño y la somnolencia diurna a la vez<br />

que mejora la CdV 1,30,53,56,59,60,64,67,75,79-81 . Un<br />

metaanálisis ha confirmado que la eficacia<br />

de CIN en la RA es mayor que la de antihistamínicos<br />

de segunda generación 76,78 .<br />

Los antihistamínicos orales y tópicos también<br />

han demostrado una mejora en la CdV<br />

de pacientes con RA 5,30,82 . Los antihistamínicos<br />

con fuertes propiedades sedantes (de<br />

primera generación) se administran a menudo,<br />

de manera intencionada e incorrecta,<br />

antes de ir a dormir para aliviar los síntomas<br />

del insomnio 83 , así como los síntomas<br />

de alergia, pero en muchos casos este efecto<br />

sedante puede interferir claramente con la<br />

CdV del paciente. Con el uso de antihistamínicos<br />

de primera generación se ha demostrado<br />

83 una prolongación de la latencia REM y<br />

una reducción en el porcentaje de sueño<br />

REM, por lo que se recomienda el uso de<br />

antihistamínicos no sedantes de segunda<br />

generación.<br />

Los descongestionantes nasales tópicos son<br />

muy efectivos para mejorar la congestión<br />

nasal, pero no son apropiados para el uso<br />

diario debido al potencial efecto rebote (rinitis<br />

medicamentosa) 4 . No se recomiendan en<br />

niños 78 . Los descongestionantes nasales orales<br />

reducen la congestión nasal, pero pueden<br />

tener efectos adversos sobre el sueño, como<br />

taquicardia o retención urinaria 66 .<br />

El bromuro de ipratropio nasal es seguro y<br />

eficaz en el control de la rinorrea, demostrando<br />

un efecto beneficioso sobre la congestión<br />

nasal y una reducción de la interferencia<br />

en las actividades escolares, la<br />

concentración y el sueño 84 .<br />

Los antagonistas del receptor de leucotrienos<br />

han demostrado una mejora del sueño y<br />

de la CdV cuando se utilizan en monoterapia<br />

85 o en combinación con antihistamínicos<br />

31,74,86 . Este efecto puede ser debido a una<br />

reducción de la congestión nasal, una reducción<br />

de los mediadores inflamatorios o una<br />

combinación de ambos 5 .<br />

Conclusiones<br />

En pacientes con RA se observa una reducción<br />

en la calidad de vida debido en gran<br />

parte al deterioro del sueño. La RA puede<br />

provocar trastornos respiratorios nocturnos<br />

a través de múltiples mecanismos, especialmente<br />

aquellos asociados con la obstrucción<br />

nasal, siendo uno de los síntomas más comunes<br />

y molestos de la rinitis. Sin embargo,<br />

otros síntomas de la rinitis y la liberación de<br />

mediadores inflamatorios están también<br />

implicados en este deterioro del sueño. La<br />

RA afecta a múltiples aspectos del sueño,<br />

RINOLOGía 26<br />

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con numerosas consecuencias para la función<br />

diurna y con un impacto importante en la<br />

calidad de vida de los pacientes. Finalmente,<br />

las intervenciones terapéuticas han demostrado<br />

una mejoría en los síntomas de la<br />

rinitis, del sueño y de la calidad de vida.<br />

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RINOLOGía 28<br />

© Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Métodos de exploración objetiva del olfato<br />

G. Martínez-Capoccioni 1 e I. Alobid 2<br />

Resumen<br />

AbstrAct<br />

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Rev Rinol. 2012;12(1):29-39<br />

29<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


Introducción<br />

Alrededor del 5% de la población sufre alteraciones<br />

del olfato (OLFACAT) 1-3 . Aproximadamente<br />

el 20% de la población mayor de<br />

50 años muestra un deterioro olfativo significativo<br />

3 . El olfato es un sentido cuyo valor<br />

parece ser apreciado después de que se haya<br />

perdido. El sentido del olfato también desempeña<br />

un papel importante en nuestra<br />

interacción con el medio ambiente y, por lo<br />

tanto, puede tener una influencia directa<br />

sobre el comportamiento humano 3 y puede<br />

conducir a una disminución significativa en<br />

la calidad de vida.<br />

En rinología, la evaluación cuantitativa del<br />

olfato es importante porque las alteraciones<br />

del olfato con frecuencia son por enfermedades<br />

rinosinusales tales como la rinitis alérgica,<br />

la rinosinusitis crónica, o poliposis<br />

nasal 4-6 . Numerosas técnicas están disponibles<br />

en la clínica para la investigación de la<br />

función quimiosensorial olfativa. Un examen<br />

preciso es necesario para describir los<br />

síntomas del paciente y determinar las posibles<br />

causas de ellos.<br />

En cuanto a tratamiento y diagnóstico de los<br />

trastornos olfativos, los avances tecnológicos<br />

proporcionan una ventaja principal, permitiendo<br />

la disponibilidad de métodos normalizados<br />

probando los sentidos químicos.<br />

Debido a que la función olfatoria medida en<br />

la mayoría de las personas no se correlacionan<br />

entre sí, se han desarrollado las pruebas<br />

específicas para la evaluación cualitativa de<br />

los trastornos del olfato 7 .<br />

La medición objetiva del sentido del olfato es<br />

difícil, y se basa en la detección de cambios<br />

en el sistema nervioso central (SNC) provocados<br />

por los estimulantes olfativos. Es la<br />

única manera de evaluar el olfato en los<br />

pacientes no colaboradores o simuladores.<br />

En este artículo se describen los procedimientos<br />

bien establecidos para valorar el<br />

olfato de forma objetiva, mencionando los<br />

estudios electrofisiológicos del mismo (olfatograma,<br />

potenciales olfatorios evocados),<br />

pruebas de imagen estructurales y funcionales,<br />

y biopsias de la región olfativa, proporcionando<br />

qué métodos para el diagnóstico<br />

de trastornos del olfato se pueden utilizar<br />

cuando sea apropiado.<br />

Exploraciones electrofisiológicas<br />

El electroolfatograma<br />

El electroolfatograma (EOG) consiste en el<br />

registro de la magnitud de la actividad<br />

eléctrica del epitelio olfatorio nasal<br />

mediante la aplicación de electrodos intranasales<br />

8 .<br />

El epitelio olfatorio responde a la estimulación<br />

emitiendo una variación de potencial 9 .<br />

Registrado en la superficie del epitelio, el<br />

EOG es una señal lenta, generalmente<br />

monofásica, de polaridad negativa, engendrada<br />

por la suma de las corrientes receptoras<br />

producidas por numerosos neurorreceptores<br />

(Fig. 1). Proporciona informaciones<br />

globales sobre la sensibilidad del epitelio a<br />

los odorantes y su adaptación al estímulo.<br />

Aunque solo tiene una escasa resolución<br />

espacial, el EOG ha servido para mostrar<br />

la existencia de una distribución no homogénea<br />

de la quimiosensibilidad en todo el<br />

epitelio.<br />

RINOLOGía 30<br />

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Figura 1. EOG. Potencial medido desde la superficie del epitelio<br />

olfatorio. La medida del EOG es proporcional a la concentración<br />

del estímulo, en este caso H 2 S (sulfuro de hidrógeno,<br />

denominado ácido sulfhídrico).<br />

Varios factores influyen en el perfil de la<br />

respuesta y su latencia: la naturaleza del<br />

estímulo, el curso temporal del estímulo, la<br />

concentración máxima del odorante y el<br />

espesor del moco 10 .<br />

La frecuencia máxima alcanzada durante<br />

una estimulación de corta duración se relaciona<br />

con la concentración del odorante que<br />

determina el grado de despolarización de la<br />

célula 11,12 .<br />

La intensidad del estímulo también está<br />

representada por el número de neuronas<br />

reclutadas, pues todas las células sensibles<br />

a un odorante no tienen el mismo umbral de<br />

respuesta. Así pues, sí se admite que un olor<br />

es codificado por un conjunto de neuronas<br />

activadas.<br />

Cualquiera que sea el grado exacto de selectividad<br />

de los receptores olfatorios, se admite<br />

que cada odorante activa un subconjunto<br />

de estas células según una combinación que<br />

le es propia. Esta combinación o patrón,<br />

todavía denominada imagen olfatoria, es el<br />

soporte neuronal del olor. Al tratar los datos<br />

electrofisiológicos por métodos de análisis<br />

multidimensional, se ha podido mostrar<br />

que los receptores reconocen similitudes<br />

entre los odorantes y los reagrupan en función<br />

de las mismas y no tienen verdaderas<br />

fronteras (grupos «aromático», «alcanforado»,<br />

«ácidos grasos», etc.) 13,14 .<br />

El método consiste en insertar por la fosa<br />

nasal un electrodo tubular flexible (hilo de<br />

plata clorurado y protegido, catéter lleno<br />

de solución conductora) que se guía hasta la<br />

región olfatoria. La estimulación puede ser<br />

local por un catéter adosado al electrodo o<br />

global. Cuando un odorante activa el receptor<br />

celular, se genera un potencial negativo,<br />

seguido de un potencial de recuperación, y<br />

esto se puede medir usando electrodos colocados<br />

en o cerca de la superficie del epitelio<br />

olfativo.<br />

La aplicación clínica del EOG ha sido escasa,<br />

en parte debido a un significativo<br />

número de pacientes que no pueden tolerar<br />

electrodos intranasales sin anestesia tópica,<br />

e incluso puede ser tedioso, ya que los<br />

electrodos se deben colocar solo en regiones<br />

limitadas del epitelio, y las respuestas<br />

fiables en el EOG se mantienen durante<br />

periodos breves. Recientemente, se ha<br />

demostrado que electrodos de superficie<br />

situadas en la parte superior de la nariz<br />

obtienen resultados fiables y pueden medir<br />

potenciales que corresponden al EOG 15 .<br />

Aunque dichos potenciales se correlacionan<br />

positivamente con el EOG, sus amplitudes<br />

son marcadamente atenuadas en<br />

relación con los registros de EOG con electrodos<br />

intranasales.<br />

RINOLOGía 31<br />

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Potenciales evocados olfatorios<br />

Los potenciales evocados olfatorios (PEO)<br />

consisten en la recogida de la actividad eléctrica<br />

(bulbo olfatorio y/o corteza frontal)<br />

mediante electrodos externos. La exploración<br />

central del sistema olfatorio con el<br />

método de los potenciales provocados plantea<br />

dificultades varias debido a las propias<br />

características del funcionamiento de este<br />

sistema. El estímulo olfatorio no puede establecerse<br />

con el tiempo de aumento rápido<br />

como en otros sistemas sensoriales que<br />

garantiza una buena sincronización de las<br />

aferencias y por consiguiente una buena<br />

individualización de la señal eléctrica 7,16 .<br />

Los PEO surgen de las estructuras corticales<br />

y son considerados el campo final de medición<br />

de los potenciales relacionados con<br />

eventos olfatorios; se pueden medir de forma<br />

fiable a partir de la superficie del cuero<br />

cabelludo y se han utilizado clínicamente 16 .<br />

Para superar la dificultad de detectar una<br />

señal muy débil (< 50 μV), que se encuentra<br />

dentro de una melodía de señales, se deben<br />

promediar múltiples señales de estímulos<br />

para anular la actividad de fondo.<br />

Los olfatómetros elaborados se han desarrollado<br />

de tal manera que introducen pulsos<br />

bien definidos de olores en la nariz, con<br />

tiempos de liberación rápida (< 100 ms), y sin<br />

coestimulación del trigémino, para optimizar<br />

la señal del estímulo y sincronizar la<br />

estimulación de las células receptoras olfativas.<br />

Algunos olores, incluso en baja concentración,<br />

puede inducir potenciales en el<br />

trigémino que confunden los PEO; así, se<br />

debe tener cuidado al seleccionar los olores<br />

y las concentraciones de olor con mínima<br />

implicación del trigémino 17 . Se ha recomendado<br />

la utilización de la vainilla y del sulfuro<br />

de hidrógeno como estímulos propiamente<br />

olfatorios, y la del dióxido de carbono<br />

como estímulo trigémino 18-20 . Además, para<br />

un registro de calidad se requiere la estabilización<br />

de la tasa de flujo, la temperatura<br />

del aire y la humedad del aire 21 . Los estímulos<br />

olfativos se debe aplicar a intervalos de<br />

30-45 s, la duración del estímulo de aproximadamente<br />

200 ms, y el flujo de aire total a<br />

7-8 l/min. La temperatura del aire debería<br />

ser en acorde a la temperatura corporal<br />

(36-38 °C), la humedad relativa debe ser de<br />

70-80%. La irritación química debe ser sin<br />

estimulación simultánea mecánica, térmica<br />

o acústica. Los electrodos se deben colocar<br />

a nivel frontal, parietal y monopolar del<br />

lóbulo de la oreja del mismo lado de la fosa<br />

nasal estimulada. Durante la medición, los<br />

pacientes deben mantener sus ojos abiertos,<br />

porque cuando cierras los ojos surgen cambios<br />

en el encefalograma (EEG) 22 .<br />

Un ejemplo de un PEO se muestra en la figura<br />

2. El primer pico positivo (P1) se produce<br />

en latencias superiores a 250 ms. La estimulación<br />

química se retrasa por 100-200 ms en<br />

el sitio receptor, lo que refleja la absorción y<br />

otros fenómenos fisicoquímicos dentro de la<br />

mucosa.<br />

Las ondas N1 y P2 se producen a latencias<br />

que, registradas en Plano Z (PZ), son de alrededor<br />

de 400 y 600 ms, respectivamente, con<br />

grandes variaciones según los estímulos.<br />

Las latencias N1 están relacionadas con la<br />

percepción, y menos dependientes de la modulación<br />

central (p. ej. la intensidad y calidad),<br />

mientras que los componentes P2 son más un<br />

reflejo de los procesos de asociado con el<br />

RINOLOGía 32<br />

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significado del estímulo 23 . Se correlaciona<br />

moderadamente con las medidas de umbral<br />

olfativo.<br />

La amplitud se correlaciona con el número<br />

de neuronas activadas y, por lo tanto, con<br />

factores tales como el flujo de aire y el estímulo<br />

de intensidad percibida del estímulo 24 .<br />

Hasta la fecha, intentos de relacionar cualidades<br />

odoríferas a las diferencias en el PEO<br />

no han tenido éxito 25 . Aunque se han observado<br />

diferencias en la topografía del patrón<br />

de los potenciales de toda la superficie del<br />

cuero cabelludo con olores distintos, tales<br />

alteraciones no están bien definidas y probablemente<br />

reflejan, además de la calidad<br />

del olor, propiedades tales como la intensidad<br />

del olor, placer, prominencia e importancia<br />

emocional 16 .<br />

Las amplitudes o latencias son sensibles a la<br />

obstrucción de las vías respiratorias o daño<br />

neural en cualquier lugar del epitelio olfativo<br />

o la corteza. Por otra parte, la adaptación<br />

reducirá significativamente la posibilidad<br />

Figura 2. PEO. Se observa la onda P1, que se<br />

produce en la estimulación química en el sitio<br />

receptor. La latencia N1 está relacionada con la<br />

percepción, y menos dependiente de la modulación<br />

central (p. ej. la intensidad y calidad), mientras que<br />

la onda P2 es más un reflejo de los procesos de<br />

asociado con el significado del estímulo. La<br />

amplitud se correlaciona con el número de<br />

neuronas activadas y, por lo tanto, con factores<br />

tales como el flujo de aire y el estímulo intensidad<br />

percibida del estímulo.<br />

de sumar numerosas respuestas individuales.<br />

Sin embargo, disminuye la latencia, y la<br />

amplitud aumenta cuando más fuertes estímulos<br />

se presentan 26,27 .<br />

Variación negativa contingente<br />

La variación negativa contingente (VNC) es<br />

un cambio de potencial (evocado promediado)<br />

negativo lento y de larga duración que se<br />

desarrolla sobre la región frontocentral del<br />

cerebro durante el intervalo entre dos estímulos:<br />

el primero, que sirve de aviso, y el<br />

segundo, que sirve de estímulo imperativo al<br />

que el sujeto debe responder de forma externa<br />

o encubierta 28 . La VNC comienza después<br />

del último componente positivo del potencial<br />

evocado correspondiente al primer estímulo<br />

(E1), entre 200-400 ms, y termina<br />

abruptamente con la presentación del segundo<br />

estímulo (E2). La amplitud máxima<br />

alcanzada es superior a la de otros componentes<br />

de los potenciales evocados, aproximadamente<br />

entre 20-40 μV. La duración y<br />

topografía depende del intervalo de tiempo<br />

RINOLOGía 33<br />

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que separa los dos estímulos. Generalmente<br />

el intervalo es de 1 s, aunque se han observado<br />

VNC incluso con intervalos entre estímulos<br />

de 20 s.<br />

Imágenes estructurales<br />

Tomografía computarizada<br />

La tomografía computarizada (TC) reconstruye<br />

las imágenes de los rayos X que pasan<br />

a través del cuerpo desde múltiples ángulos.<br />

En efecto, la TC triangula cada punto en un<br />

plano de muchas diferentes direcciones, lo<br />

que permite la reconstrucción por ordenador<br />

de una imagen. La TC es excelente en la<br />

evaluación de trastornos inflamatorios del<br />

tracto nasosinusal, ya que es a las reacciones<br />

de los tejidos blandos y los cambios<br />

inflamatorios óseos. Está indicada si se sospecha<br />

obstrucción nasal debido a la anatomía<br />

o la patología (deformidad septal, hipertrofias,<br />

pólipos nasales o tumores).<br />

La TC de algún paciente con alteración del<br />

olfato debe evaluar toda la cavidad nasal,<br />

senos paranasales, paladar duro, base<br />

anterior del cráneo, las órbitas y la nasofaringe<br />

en proyecciones sagital, axial y coronal.<br />

Las proyecciones coronales son esenciales<br />

para visualizar adecuadamente la<br />

región etmoidal 22 .<br />

Resonancia magnética<br />

La resonancia magnética (RM) permite<br />

demostración del bulbo y tracto olfatorio. La<br />

resolución de la RM es generalmente superior<br />

a la TC, y por lo general es más eficaz en<br />

la detección de la inflamación. En T1, las<br />

fibras aparecen de alta intensidad (blanco),<br />

las congregaciones de las neuronas como<br />

intermedio densidad (gris), y el líquido cefalorraquídeo<br />

de baja intensidad (negro). En<br />

T2, el líquido cefalorraquídeo es de alta<br />

intensidad (blanco), tractos de fibras bajo<br />

(negro), y las congregaciones de las neuronas<br />

intermedias (gris).<br />

Es el método de elección ante sospechas de<br />

lesiones del SNC, y tiene la clara ventaja de<br />

no someter al paciente a la radiación ionizante.<br />

También es el método de opción para<br />

visualizar directamente los bulbos olfatorios<br />

y extensiones (proporciona imágenes<br />

claras del bulbo olfativo y las vías suficientes<br />

para su medición, y detecta el síndrome de<br />

Kallmann o agenesia) 29,30 , la base del cráneo<br />

(en particular para la invasión tumoral),<br />

lesiones cerebrales inflamatorias asociadas<br />

con patologías del olfato (la esclerosis múltiple<br />

o encefalitis) 29 , lesiones vasculares y<br />

neoplasias. La inyección de gadolinio - ácido<br />

dietilentriaminopentaacético (DTPA) (agente<br />

de contraste paramagnético) es especialmente<br />

útil en la base del cráneo para detectar<br />

afectación dural o leptomeníngea, así<br />

como la diferenciación de las secreciones de<br />

la mucosa nasal, distinguir la solidez de los<br />

tumores y valorar el anillo inflamatorio de<br />

las lesiones.<br />

Los análisis volumétricos y morfológicos del<br />

bulbo olfatorio tienen un creciente interés<br />

en el valor diagnóstico de la función olfativa,<br />

debido a su posición especial dentro del<br />

tracto olfativo, ya que representa una<br />

conexión directa entre el sistema de las<br />

estructuras cerebrales centrales y periféricas<br />

olfatorias. El volumen del bulbo olfatorio<br />

RINOLOGía 34<br />

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se correlacionó significativamente con la<br />

función olfatoria, por lo tanto, una pérdida<br />

de la función olfativa por el daño a estructuras<br />

periféricas (de origen viral, postraumática)<br />

se asoció con una reducción en el<br />

volumen 31-33 . Por el contrario, enfermedades<br />

neurodegenerativas tales como la enfermedad<br />

de Parkinson, en que hay afectación<br />

central del sistema olfativo, no evidenciaron<br />

cambios significativos en el volumen del<br />

bulbo olfatorio 34 . En los pacientes con anosmia<br />

congénita, se espera una hipoplasia o<br />

aplasia de los bulbos olfatorios.<br />

Imágenes funcionales<br />

En los últimos años la neuroimagen funcional,<br />

como herramienta de análisis para el<br />

sistema olfatorio, se ha convertido en una de<br />

las técnicas más prometedoras. Un problema<br />

con estos equipos consiste en la necesidad de<br />

coordinar el estímulo, sea el que sea, con la<br />

recogida de imágenes.<br />

La imagen funcional no requiere anestesia,<br />

no daña las células del cerebro, y es relativamente<br />

no invasiva 35 . Una considerable cantidad<br />

de nueva información sobre el sistema<br />

olfatorio se ha reunido con tales procedimientos.<br />

Por ejemplo, ahora sabemos que los<br />

sectores del cerebelo, lóbulo parietal, lóbulo<br />

occipital y las circunvoluciones temporal<br />

inferior y superior están implicados en cierto<br />

grado en el procesamiento del olfato.<br />

Sin embargo, la imagen funcional se ha utilizado<br />

muy poco en la evaluación clínica de<br />

alteraciones olfativas, en gran parte debido<br />

a la practicidad, el costo y el hecho de que<br />

alteraciones olfativas son más fáciles de<br />

detectar y cuantificar a través de medios<br />

menos costosos 22 .<br />

La tomografía por emisión<br />

de positrones<br />

La tomografía por emisión de positrones<br />

(TEP) mide indirectamente la función cerebral.<br />

Trazadores específicos (radioisótopos)<br />

son elegidos para ilustrar determinadas funciones<br />

cerebrales de interés. Por ejemplo,<br />

18 F-desoxiglucosa ( 18 FDG) se utiliza para<br />

investigar el metabolismo cerebral de la glucosa,<br />

mientras que H 2 - 15 O se utiliza para<br />

examinar el flujo sanguíneo cerebral. Los<br />

radioisótopos se inyectan en el torrente<br />

sanguíneo, y a medida que decaen los trazadores<br />

inestables emiten positrones que son<br />

eliminados por los electrones de carga negativa<br />

en el tejido. Esto da lugar a la emisión<br />

de dos fotones por la molécula trazadora en<br />

direcciones exactamente opuestas desde el<br />

punto de la eliminación. Un detector de<br />

radiación situado alrededor de la cabeza<br />

localiza las regiones del cerebro que emiten<br />

los fotones, con representación proporcional<br />

a la cantidad de flujo sanguíneo. Dado que<br />

la vida media de la mayoría de los marcadores<br />

es relativamente corto (p. ej. en el caso<br />

de 15 O, ~2 min), el cerebro del paciente se va<br />

a escanear en varias ocasiones en una sola<br />

sesión con radiación relativamente mínima<br />

por exposición.<br />

La TEP (Fig. 3) muestra un incremento de la<br />

circulación local cerebral principalmente en<br />

dos regiones: la activación es bilateral en la<br />

unión del córtex frontal inferior y de los lóbulos<br />

temporales (córtex piriforme) y unilateral,<br />

del lado derecho, a nivel del córtex frontal<br />

RINOLOGía 35<br />

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Figura 3. TEP demostrando la activación de las áreas<br />

cerebrales inducidas por un odorante.<br />

orbitario 36,37 . La TEP tiene algunas ventajas<br />

sobre la resonancia magnética funcional (RMf),<br />

que se describe en la siguiente sección, incluyendo<br />

la capacidad de visualizar estructuras<br />

en la base del cráneo. Tiene la ventaja exclusiva<br />

de proporcionar medición in vivo de la<br />

función específica del cerebro, como el almacenamiento<br />

de dopamina en los terminales<br />

presinápticos dopaminérgicos o la disponibilidad<br />

de receptores de dopamina.<br />

El TEP no deja de ser una exploración invasiva<br />

y requiere un equipo complejo y costoso, incluyendo<br />

un ciclotrón para producir los isótopos 37 .<br />

Tomografía computarizada por<br />

emisión de fotones individuales<br />

Tomografía por emisión de fotón único<br />

(SPECT) es una prueba de imagen similar a<br />

la TEP; es un método de formación de imágenes<br />

técnicamente más simple y utiliza trazadores<br />

radiactivos que no requieren de un<br />

ciclotrón in situ. Por lo tanto, en SPECT las<br />

imágenes son menos costosas. SPECT utiliza<br />

radionucleidos que emiten un solo fotón con<br />

una energía más baja (alrededor de 140 keV)<br />

que las empleadas en PET. Una gran lámina<br />

de plomo perforada, conocida como un<br />

«colimador», permite que la radiación sea<br />

controlada de manera que solo aquellos<br />

fotones paralelos a los agujeros pueden pasar<br />

a través del cristal que se registran como un<br />

evento. La resolución espacial de SPECT es<br />

de tres o cuatro veces menos que el TEP; los<br />

marcadores deben tener mucho más largas<br />

vidas medias, y en muchos casos largos<br />

periodos de adquisición de imágenes se<br />

requieren en función del tipo de trazador y<br />

la resolución requerida. SPECT ha demostrado<br />

ser de valor en la evaluación de las respuestas<br />

corticales a olor 38 .<br />

La resonancia magnética funcional<br />

Los estudios de RMf permiten la detección<br />

de actividad cerebral mediante la realización<br />

de tareas psicocognitivas, sensoriales o<br />

motoras por parte del sujeto. La imagen por<br />

RMf permite estudiar la actividad cerebral<br />

de manera no invasiva, mientras el sujeto<br />

realiza una determinada tarea, gracias a la<br />

detección de pequeños cambios en la señal<br />

dependientes del nivel de oxígeno en la<br />

hemoglobina (es decir, en la relación de la oxihemoglobina<br />

para la desoxihemoglobina<br />

[señal BOLD]). A diferencia del TEP, la RMf<br />

no es invasiva, no requiere la inyección de<br />

material radiactivo en el sistema circulatorio.<br />

Estos cambios son el resultado de la respuesta<br />

RINOLOGía 36<br />

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Estímulo:<br />

sulfuro<br />

de hidrógeno<br />

neuronal inducida por ciclos repetitivos de<br />

condiciones de estimulación y reposo.<br />

La RMf permite localizar las áreas corticales<br />

que se activan en diferentes áreas del cerebro<br />

en sujetos normales ante estímulos olfatorios<br />

(Fig. 4): corteza entorrinal, amígdala,<br />

ínsula, putamen y corteza visual. Las áreas<br />

corticales activadas son áreas que se han<br />

implicado en la integración del estímulo<br />

olfatorio, incluidas algunas regiones del sistema<br />

límbico. Las áreas de la corteza olfatoria<br />

primaria que más se activan son la corteza<br />

entorrinal y la amígdala. Hay que<br />

recordar que la corteza olfatoria primaria<br />

no es una única zona, sino más bien cinco<br />

regiones estructuralmente diferentes, situadas<br />

en las superficies ventral y medial de<br />

cada hemisferio cerebral: el núcleo olfatorio<br />

anterior, la amígdala, el tubérculo olfatorio,<br />

la corteza piriforme y periamigdaloide y, por<br />

último, la corteza entorrinal rostral 39,40 . La<br />

amígdala es una estructura heterogénea con<br />

numerosos núcleos y está situada en el lóbulo<br />

temporal anterior. Uno de los núcleos es<br />

el grupo nuclear corticomedial, que parece<br />

estar conectado con zonas del hipotálamo<br />

Estímulo:<br />

alcohol fenil<br />

etílico<br />

Figura 4. RMf cerebral, identificando diferentes áreas cerebrales activadas con diferentes odorantes.<br />

que participan en la regulación de la ingesta<br />

de alimentos, así como en la regulación de<br />

algunas conductas reproductoras en animales<br />

39-41 . Por otro lado, la corteza entorrinal<br />

está localizada en la circunvolución parahipocampal.<br />

Se cree que esta zona es importante<br />

para permitir que un determinado olor<br />

evoque recuerdos distantes en el tiempo.<br />

Las biopsias de la región olfativa<br />

Las biopsias y los estudios morfológicos epiteliales<br />

de la mucosa olfativa proporcionan<br />

información sobre posibles causas de los<br />

trastornos olfatorios. Numerosas publicaciones<br />

en los últimos años dan gran valor a este<br />

método de diagnóstico 41-45 , debido al fácil<br />

acceso de la mucosa olfativa, y es de gran<br />

utilidad en estudio de investigación de procesos<br />

neuropatológicos 46 .<br />

Consiste en realizar biopsias en la base del<br />

cornete medio y el septum nasal (justo debajo<br />

de la lámina cribiforme), bajo control<br />

endoscópico, en una sola fosa nasal, ya que<br />

la mucosa olfativa se extiende como un<br />

RINOLOGía 37<br />

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mosaico, constantemente interrumpido por<br />

epitelio respiratorio.<br />

Es de importancia diagnóstica la reactividad<br />

de estas células de la mucosa olfativa a<br />

las pruebas de inmunohistoquímica identificadas<br />

con algunos anticuerpos marcadores:<br />

antígenos neuronales en el epitelio olfativo<br />

(p. ej. β-tubulina y Protein gene product<br />

9.5 [PGP 9.5]). La proteína F, marcador olfativo,<br />

se identifica entre las neuronas receptoras<br />

del olfato maduras cuyos axones tienen<br />

contacto con el bulbo olfatorio 22 .<br />

Con la edad, la mucosa olfativa sufre una<br />

metaplasia respiratoria, es sustituida progresivamente<br />

por el epitelio respiratorio 22,47 .<br />

Los trastornos del olfato más frecuentes<br />

(nasosinusales, postraumáticos y cambios<br />

posvirales) se pueden correlacionar con<br />

cambios histopatológicos, demostrando desorganización<br />

del epitelio olfativo, epitelio<br />

más grueso, degeneración de las células olfatorias,<br />

y signos de patologías crónicas como<br />

células escamosas y fibrosis 48,49 .<br />

Otras indicaciones para la biopsia son enfermedades<br />

raras con afectación específica del<br />

sistema olfativo, como el síndrome de Kallmann<br />

(anosmia congénita con la ausencia<br />

del bulbo olfativo). Se ha descrito una disminución<br />

en el número de neuronas receptores<br />

olfativas 50 , sin embargo, se mantienen su<br />

morfología y función normales.<br />

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RINOLOGía 39<br />

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RinoloGía<br />

Rev Rinol. 2012;12(1):40-53<br />

Manejo interdisciplinario de la poliposis nasosinusal<br />

en la enfermedad respiratoria exacerbada por aspirina<br />

I. Bobolea y S. Quirce<br />

Resumen<br />

Servicio de Alergología, Hospital Universitario La Paz, IdiPAZ, Madrid<br />

AbstrAct<br />

40<br />

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Introducción<br />

Las reacciones a fármacos AINE son un grupo<br />

heterogéneo de síndromes que se pueden<br />

diferenciar desde tres puntos de vista: a) el<br />

síndrome asociado a la reacción; b) el patrón<br />

de reactividad clínica entre AINE: aquellos<br />

pacientes que presentan reactividad clínica<br />

entre los diferentes AINE 1 frente a aquellos<br />

que desarrollan una reacción selectiva a un<br />

AINE o grupo de AINE específico, con tolerancia<br />

al resto 2 , y c) la coexistencia con otras<br />

enfermedades asociadas (fundamentalmente<br />

el asma, la rinosinusitis y los pólipos<br />

nasales, de una parte, y de otra, la urticaria<br />

crónica) 1 . En estos últimos existe una enfermedad<br />

concomitante o subyacente con una<br />

historia natural propia, que se exacerba con<br />

la exposición a AINE pero que generalmente<br />

continúa su evolución, aun en ausencia del<br />

consumo de estos fármacos, a lo largo de la<br />

vida del paciente 2 .<br />

La EREA es, por tanto, un fenotipo de hipersensibilidad<br />

no alérgica a AINE caracterizado<br />

por la existencia de una enfermedad<br />

respiratoria concomitante de expresión<br />

clínica variable: la rinosinusitis, el asma<br />

bronquial y la poliposis nasosinusal, que se<br />

exacerba clínicamente (habitualmente con<br />

una reacción nasoocular y/o una crisis<br />

asmática) tras la exposición diagnóstica o<br />

terapéutica con un AINE 2,3 .<br />

En la tabla 1 hemos resumido un glosario<br />

de sinónimos de la EREA empleados en la<br />

RINOLOGía 41<br />

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Tabla 1. Glosario de sinónimos de EREA empleados en la bibliografía médica<br />

Español Inglés<br />

Nomenclatura actual: EREA: enfermedad respiratoria exacerbada<br />

por aspirina<br />

Intolerancia a AINE/aspirina NSAID/aspirin intolerance<br />

Idiosincrasia a AINE/aspirina NSAID/aspirin idiosyncrasy<br />

Asma con intolerancia a aspirina Aspirin-intolerant asthma<br />

Asma inducida por aspirina Aspirin-induced asthma<br />

Sensibilidad/hipersensibilidad a aspirina Aspirin sensitivity/hypersensitivity<br />

literatura médica a lo largo del tiempo. La<br />

prevalencia exacta de la EREA es todavía<br />

desconocida; los datos existentes en la literatura<br />

son muy dispares debido a la falta<br />

de uniformidad en los criterios de inclusión<br />

de pacientes asmáticos (cuestionarios,<br />

pruebas de provocación, etc.). Así, la prevalencia<br />

de la EREA en adultos asmáticos puede<br />

variar entre el 4,3-21% 4 . En un estudio<br />

británico la prevalencia de la EREA entre<br />

adultos asmáticos fue de 3%, y en niños<br />

asmáticos de 2% 5 . Respecto a los pacientes<br />

que presentan solo poliposis nasal (PN) sin<br />

asma, entre el 35-52% presentan hipersensibilidad<br />

a la aspirina 4 . Cifras inferiores aparecen<br />

en los trabajos de Crampette, et al. 6 ,<br />

con un 31%, y Toledano, et al. 7 , con un 26,7%.<br />

Por otro lado, en los pacientes con asma e<br />

intolerancia a AINE se observan cambios<br />

radiológicos de los senos paranasales hasta<br />

en un 96% 8 .<br />

Los síntomas suelen iniciarse entre la adolescencia<br />

y los 40 años. En un estudio europeo<br />

que incluyó 500 pacientes, la edad<br />

media fue de 29 años 9 . Parece que las mujeres<br />

adquieren la enfermedad con más facilidad<br />

que los varones y la progresión de la<br />

Nomenclatura actual: AERD: aspirin-exacerbated respiratory disease<br />

Síndrome AAS tríada/tríada de Widal o de Samter The aspirin triad/Widal’s or Samter’s triad<br />

NSAID: non-steroid anti-inflammatory drugs.<br />

enfermedad es más rápida y grave en ellas 9 .<br />

No es habitual el tener historia familiar de<br />

EREA, encontrándola solo entre el 1-6%. Por<br />

otra parte, no se ha encontrado ninguna<br />

asociación racial o étnica.<br />

La atopia es un factor de riesgo para el desarrollo<br />

de la EREA, aunque no influya en la<br />

evolución de la enfermedad. En un estudio<br />

de 103 pacientes alemanes y polacos con<br />

EREA, el 34% de ellos tenían pruebas cutáneas<br />

positivas por lo menos a un aeroalérgeno<br />

9 . Los pacientes atópicos empezaron a<br />

presentar síntomas de rinitis y de asma<br />

antes que los no atópicos, pero la reacción<br />

respiratoria a aspirina y los pólipos nasales<br />

se diagnosticaron en los dos grupos a la<br />

misma edad.<br />

El primer síntoma de EREA suele ser la congestión<br />

nasal, confundido en pacientes riníticos<br />

con alguna reagudización o con una<br />

infección de vías altas. Muchos pacientes<br />

rememoran este episodio como un «resfriado<br />

que nunca se curó del todo». Después de<br />

este episodio, se desarrolla la siguiente<br />

secuencia clínica: primero, una rinitis/rinosinusitis<br />

crónica (RSC), seguido de una<br />

RINOLOGía 42<br />

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sinusitis eosinofílica hiperplásica crónica<br />

(SEHC), hiposmia, PN y, finalmente, asma.<br />

La hiposmia y la anosmia ocurren en la<br />

mayoría de los pacientes con EREA. La<br />

ausencia de alteraciones en el olfato llega a<br />

descartar el diagnóstico en más del 85% de<br />

los casos.<br />

En estos casos la RSC y la PN representan<br />

estadios diferentes de la misma enfermedad.<br />

La poliposis se presenta como masas edematosas<br />

a nivel de las cavidades nasales o paranasales<br />

provenientes de células etmoidales<br />

o de los meatos medios. En los pacientes con<br />

EREA es bilateral y eosinofílica, grave y<br />

difusa, más agresiva, recidivante y resistente<br />

al tratamiento que la poliposis común, en<br />

casos extremos invadiendo y deformando<br />

las cavidades nasales y sinusales, sobresaliendo<br />

por los vestíbulos nasales y proyectándose<br />

hacia la nasofaringe. A veces incluso<br />

provoca deformaciones óseas faciales, menos<br />

frecuentes en la actualidad debido a las<br />

intervenciones quirúrgicas precoces. La<br />

sinusitis bacteriana es una complicación<br />

habitual en estos pacientes.<br />

El asma puede estar presente en la infancia,<br />

desarrollarse en la adolescencia o, lo más<br />

común, iniciarse de novo entre 3 meses y<br />

hasta 5 años después de la aparición de la<br />

congestión nasal y de los pólipos, siendo un<br />

asma de intensidad moderada o grave y de<br />

difícil control 9 .<br />

Las reacciones respiratorias por AINE pueden<br />

aparecer en cualquier momento del curso de<br />

la enfermedad, o bien ser el inicio de ella.<br />

Consisten en aparición de rinorrea/hidrorrea<br />

intensa, congestión nasal, inyección conjuntival,<br />

edema periorbitario, laringospasmo y<br />

broncospasmo. La mayoría de los pacientes<br />

sufren síntomas tanto de vías altas como de<br />

vías bajas, asociándose, en alguna ocasión,<br />

síntomas extrapulmonares (gastrointestinales,<br />

cutáneos o vasculares) 1,3 . La evitación de<br />

AINE no asegura que la inflamación de las<br />

mucosas respiratorias desaparezca. Habitualmente,<br />

el asma y la poliposis siguen su<br />

curso, progresando y persistiendo para toda<br />

la vida 2,3 .<br />

Etiopatogenia de la enfermedad<br />

respiratoria exacerbada<br />

por aspirina<br />

En el año 2011, un consenso de expertos<br />

planteó una nueva aproximación en la clasificación<br />

del asma que permitiera abordar de<br />

una forma más racional los aspectos diagnósticos<br />

y terapéuticos en los pacientes<br />

asmáticos 10 . Este consenso introduce un término<br />

denominado endotipo, que puede ser<br />

definido como un subtipo de enfermedad<br />

determinada por un mecanismo funcional o<br />

fisiopatológico único y diferenciado. Uno de<br />

los primeros endotipos de asma que se han<br />

establecido es la EREA, y sus principales<br />

características clinicobiológicas aparecen<br />

resumidas en la tabla 2. El patrón inflamatorio<br />

eosinofílico y las alteraciones en la ruta<br />

metabólica de degradación del ácido araquidónico<br />

son los elementos clave que nos<br />

ayudan a explicar la expresión clínica de<br />

la EREA.<br />

Las citocinas proinflamatorias sintetizadas<br />

por los linfocitos T helper 2 (Th2) activados<br />

y las células epiteliales (interleucina [IL] 3,<br />

IL-4, IL-5, IL-13 y factor estimulante de<br />

granulocitos-macrófagos (GM-CSF), que se<br />

RINOLOGía 43<br />

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Tabla 2. Parámetros usados para la definición del endotipo EREA<br />

Características del endotipo Metodología EREA<br />

Características clínicas Historia clínica, exploración física, comorbilidades Rinosinusitis crónica, poliposis nasosinusal<br />

recurrente, asma grave<br />

Biomarcadores Recuento de eosinófilos en sangre periférica, FENO,<br />

pruebas cutáneas, IgE total, específicas<br />

Exploración funcional respiratoria Espirometría, provocación nasal y bronquial<br />

específica con aspirina<br />

encuentran elevadas, tienen un papel fundamental<br />

en el reclutamiento tisular de los<br />

eosinófilos e incrementan in vitro la vida<br />

media de estas células inhibiendo la apoptosis<br />

11 . Todos estos acontecimientos determinan,<br />

de una parte, la extensa infiltración<br />

eosinofílica que podemos encontrar en tejido<br />

polipoideo nasosinusal y en las biopsias<br />

bronquiales de los pacientes con EREA, y de<br />

otra, el adicional daño tisular cuando se<br />

liberan las moléculas citotóxicas (proteína<br />

catiónica, neurotoxina, etc.) de estos eosinófilos<br />

activados.<br />

La poliposis nasosinusal es otro marcador<br />

fenotípico de la EREA. La rinosinusitis crónica<br />

con pólipos nasales muestra un perfil<br />

inflamatorio Th2 con elevadas concentraciones<br />

de IL-5, eotaxina, proteína catiónica<br />

eosinofílica (ECP), lipoxina A 4 e inmunoglobulina<br />

E (IgE) local 12 . Mientras que en la<br />

Atopia frecuente<br />

Fenotipo Th2 alto<br />

Hiperproducción de cis-LT<br />

Test de exposición oral o inhalatorio a aspirina/AINE<br />

positivo<br />

Genética SNP y rutas biológicas HLADPB1*0301<br />

Polimorfismos relacionados con los eicosanoides<br />

Histopatología Biopsia bronquial/de pólipos nasales, esputo<br />

inducido<br />

Eosinofilia marcada<br />

Epidemiología Prevalencia, riesgo, historia natural Comienzo adulto<br />

Mal pronóstico<br />

Prevalencia: 2-5%<br />

Tratamiento Respuesta a fármacos clásicos y otros tratamientos Eficacia parcial de los antagonistas de los leucotrienos<br />

Desensibilización y omalizumab<br />

Mecanismo biológico Ruta biológica específica Ruta del ácido araquidónico<br />

SNP: polimorfismos de nucleótido único.<br />

rinitis alérgica la presencia de IgE específica<br />

circulante se asocia claramente a la<br />

hipersensibilidad tipo I, en la PN la causa<br />

del aumento de IgE a nivel de la mucosa<br />

nasal, acompañada o no por elevación de<br />

IgE sistémica, no está bien establecida,<br />

pero hay bastante evidencia de que dicha<br />

elevación puede deberse en parte a la producción<br />

local de enterotoxinas de Staphylococcus<br />

aureus, compuestos que actúan<br />

como superantígenos e inducen la síntesis<br />

de IgE local policlonal 13 .<br />

La susceptibilidad para el desarrollo de<br />

EREA parece radicar en alteraciones uni o<br />

polifocales en las rutas de degradación del<br />

ácido araquidónico, pero la trascendencia<br />

clínica de los múltiples polimorfismos descritos<br />

hasta la fecha es todavía controvertida.<br />

Posiblemente existan diferentes grados<br />

de control genético en esta ruta metabólica<br />

RINOLOGía 44<br />

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que contribuyen de forma variable a la expresión<br />

de la enfermedad.<br />

Los metabolitos finales de estas rutas metabólicas<br />

involucrados en la patogénesis de la<br />

EREA son, por un lado, las prostaglandinas<br />

(PGD 2 broncoconstrictora y PGE 2 broncoprotectora),<br />

producidas por la vía de la<br />

ciclooxigenasa (COX), y por el otro, los leucotrienos<br />

(cisteinil leucotrieno [cis-LT], LTA 4 ,<br />

LTB 4 y LTC 4 : broncoconstrictores y proinflamatorios)<br />

por la ruta de la 5-lipooxigenasa<br />

(5-LOX). En muchos casos, aunque no en<br />

todos, se detecta una sobreexpresión de la<br />

LTC 4 sintetasa en eosinófilos y mastocitos 14<br />

que determinaría, consecuentemente, unos<br />

niveles elevados de cis-LT en mucosa respiratoria<br />

y de LTE 4 urinario incluso antes de<br />

la exposición con el AINE. Sin embargo,<br />

hasta un 20% de pacientes con EREA son<br />

normoproductores de cis-LT. Además, la asociación<br />

descrita entre el polimorfismo A -444 C<br />

y asma con intolerancia a los AINE en una<br />

población de asmáticos en Polonia 15 no ha<br />

sido confirmada en otros estudios en población<br />

española 16 , norteamericana o japonesa 17 .<br />

Los AINE inhiben ambas isoformas de la<br />

COX, COX-1 y COX-2, y, por tanto, determinan<br />

un profundo descenso en la producción de<br />

PGE 2 , eliminando su efecto inhibidor/modulador<br />

sobre la síntesis de cis-LT, con la consiguiente<br />

hiperproducción de estos metabolitos<br />

18 . Este hecho es central en la etiopatogenia<br />

de las exacerbaciones clínicas de pacientes<br />

con EREA, ya que la inhalación de PGE 2 de<br />

forma previa al test de exposición controlada<br />

con AINE evita la reacción clínica y el<br />

aumento de LTE 4 urinario 19 . En pólipos<br />

nasales de pacientes con EREA las concentraciones<br />

del ARN mensajero (ARNm) de la<br />

COX-2 y de PGE 2 están disminuidas, mientras<br />

que los niveles de LTC 4 sintetasa y de<br />

leucotrienos LTC 4 , LTD 4 y LTE 4 aumentan en<br />

paralelo a la gravedad de la enfermedad.<br />

Esto valida hallazgos previos de disfunción<br />

en la expresión de la COX-2 en pacientes con<br />

EREA 20,21 .<br />

Diagnóstico<br />

La clave del diagnóstico es una historia clínica<br />

detallada. La EREA debe sospecharse ante<br />

cualquier asmático, sobre todo si presenta<br />

también rinosinusitis crónica/PN o incluso<br />

solo alteraciones del olfato. De hecho, la guía<br />

POLINA 22 recomienda investigar la presencia<br />

de intolerancia a los AINE en todos los pacientes<br />

diagnosticados de PN. Por ello, hay que<br />

insistir en la anamnesis de estos pacientes<br />

sobre el empeoramiento de síntomas respiratorios<br />

de vías altas y/o bajas tras la exposición<br />

a cualquier AINE, incluso por vía tópica.<br />

En la actualidad, ante la ausencia de pruebas<br />

in vitro, el diagnóstico definitivo de la<br />

EREA solo puede realizarse usando técnicas<br />

de exposición controladas con un AINE,<br />

preferentemente la aspirina. Según sea la<br />

vía de administración de la aspirina, podemos<br />

encontrar cuatro tipos de técnicas de<br />

provocación: la oral, bronquial, nasal y<br />

endovenosa, siendo la última de uso exclusivo<br />

en Japón 23 .<br />

La prueba de exposición oral controlada con<br />

aspirina (PO) es el patrón-oro para el diagnóstico<br />

de la EREA. Es la más empleada en<br />

todo el mundo y la única en EE.UU., sin<br />

embargo las eventuales reacciones son<br />

potencialmente graves.<br />

RINOLOGía 45<br />

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En cambio, las pruebas de provocación bronquial<br />

(PB) o nasal (PN), que se realizan con<br />

acetilsalicilato de lisina (L-ASA), una sal<br />

soluble del ácido acetilsalicílico (AAS) 23 , por<br />

vía inhalatoria, son más seguras y resultan<br />

especialmente útiles cuando la PO esté contraindicada<br />

debido a la gravedad del asma.<br />

Sin embargo, al ser sus valores predictivos<br />

negativos más bajos que la PO, es conveniente<br />

que un resultado negativo de la PN/PB se<br />

siga cuando sea posible de la realización de<br />

la PO 23 para establecer el diagnóstico definitivo<br />

(Fig. 1).<br />

Manejo multidisciplinario<br />

de la enfermedad respiratoria<br />

exacerbada por aspirina<br />

El tratamiento de la EREA comprende, por<br />

una parte, la evitación de AINE, asegurando<br />

alternativas terapéuticas eficaces, y, por otra<br />

parte, el tratamiento medicoquirúrgico de<br />

las enfermedades de base y de sus eventuales<br />

complicaciones, incluyendo la desensibilización<br />

en casos seleccionados.<br />

Prevención de las exacerbaciones<br />

desencadenadas por AINE<br />

Es importante para prevenir los ataques de<br />

asma inducida por AINE, potencialmente<br />

muy graves e incluso fatales, y para ello<br />

deben seguirse los siguientes consejos: nunca<br />

deben administrarse inhibidores potentes<br />

de la COX-1 a pacientes con una historia<br />

de EREA ni a los asmáticos con poliposis<br />

asociada que desconocen si toleran los AINE.<br />

El paracetamol es el AINE alternativo más<br />

usado como analgésico y antitérmico. Los<br />

inhibidores altamente selectivos de la COX-2<br />

(coxib), y en muchos casos los inhibidores<br />

parcialmente selectivos de la COX-2, como el<br />

meloxicam, son los fármacos antiinflamatorios<br />

de primera opción en estos pacientes,<br />

previa confirmación de su tolerancia<br />

mediante la prueba de exposición oral controlada<br />

negativa en medio hospitalario, ya<br />

que algunos pacientes con EREA tampoco<br />

toleran los coxib. También deben ser advertidos<br />

de que la aplicación tópica de un AINE<br />

(bien cutánea u ocular, p. ej.) puede determinar<br />

exacerbaciones asmáticas. Los pacientes<br />

deben recibir información escrita sobre<br />

los fármacos permitidos. Estos pacientes<br />

toleran sin problemas todos los derivados<br />

opiáceos.<br />

Tratamiento de las enfermedades<br />

respiratorias de base<br />

Evaluación conjunta del paciente con EREA<br />

en alergología, neumología y otorrinolaringología<br />

(ORL). Como norma general, debe<br />

evaluarse la vía respiratoria inferior en todos<br />

los pacientes diagnosticados de poliposis<br />

nasosinusal (PN) 22 , dado que los que presentan<br />

asma asociada suelen tener una<br />

peor percepción del control de su enfermedad<br />

debido a la persistencia y gravedad de<br />

los síntomas nasosinusales asociados. La<br />

publicación en 2001 del documento Allergic<br />

Rhinitis and its Impact on Asthma (ARIA)<br />

introdujo el concepto de «vía respiratoria<br />

única» o «una vía respiratoria, una enfermedad»<br />

24 . En este sentido, debe entenderse<br />

que el proceso inflamatorio crónico de base<br />

afecta a toda la vía respiratoria y, por tanto,<br />

condiciona la estrategia de diagnóstico y<br />

tratamiento.<br />

RINOLOGía 46<br />

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ORL<br />

Endoscopia nasal<br />

(estad. Lilholdt)<br />

Valorar RIA/RMAA,<br />

TC (Lund & Mackay)<br />

Registro<br />

EVA síntomas nasales<br />

ACT, ACQ, GETE, CdV<br />

CI<br />

Protocolo de desensibilización<br />

Figura 1. Algoritmo diagnóstico-terapéutico interdisciplinario (Hospital La Paz, Madrid). En la primera consulta el médico (ORL, alergólogo,<br />

neumólogo) realiza una historia clínica detallada y las exploraciones complementarias pertinentes específicas para cada especialidad, e<br />

instaura el tratamiento adecuado. Para realizar el diagnóstico definitivo de la EREA, mediante técnicas de exposición controlada con la<br />

aspirina, el paciente debe ser remitido al servicio de alergología, donde posteriormente en los pacientes con EREA confirmada se realiza<br />

también la desensibilización a aspirina en los casos indicados. El manejo de la EREA es multidisciplinario (ORL-alergia-neumología). Dentro<br />

del seguimiento habitual se realizarán todas las visitas y las exploraciones complementarias consideradas necesarias para el buen control<br />

del paciente. ACQ: Asthma Control Questionnaire; ACT: Asthma Control Test; AQLQ: Asthma Quality of Life Questionnaire; BD: prueba de<br />

broncodilatación; CdV: calidad de vida; CI: consentimiento informado; EFR: exploración funcional respiratoria; estadificación Lilholdt<br />

(endoscopia nasal 25 ) y Lund & Mackay (TC de senos paranasales 26 ) de la poliposis nasosinusal; EVA: escala visual analógica; GETE: Global<br />

Evaluation of Treatment Effectiveness scale; PO ASA: prueba de exposición oral controlada con aspirina; PN o PBE L-ASA: prueba de<br />

exposición inhalatoria nasal o bronquial con acetilsalicilato de lisina; RIA: rinometría acústica; RMAA: rinomanometría anterior activa.<br />

En este escalón asistencial se debería confirmar<br />

el diagnóstico de PN y establecer su gravedad<br />

y extensión, mediante endoscopia<br />

nasal 25 y tomografía computarizada (TC) de<br />

senos paranasales 26 , e indicar el tratamiento<br />

Manejo del enfermo con sospecha de EREA<br />

Historia clínica sugestiva de EREA<br />

Alergología<br />

– EFR + BD, FENO<br />

– Metacolina<br />

– Prick test, IgE<br />

Tratamiento enfermedades respiratorias de base<br />

PN o PBE con L-ASA<br />

Positiva CI<br />

Diagnóstico de EREA<br />

Negativa<br />

Positiva Negativa<br />

Sí ¿Desensibilización AAS? No<br />

Seguimiento y registro<br />

EVA síntomas nasales<br />

RIA/RMAA, estad. Lilholdt<br />

Valorar repetir TC (Lund & Mackay)<br />

EFR, FENO<br />

ACT, ACQ, GETE, CdV<br />

PO con AAS<br />

Se descarta<br />

EREA<br />

Tolerancia de AINE alternativos<br />

Valorar omalizumab<br />

Neumología<br />

médico o valorar el quirúrgico, según la<br />

medicina basada en pruebas, por parte del<br />

ORL 22,27 ; a continuación, valorar y tratar de<br />

forma integral, junto con el alergólogo o<br />

neumólogo, las enfermedades asociadas:<br />

RINOLOGía 47<br />

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asma y/o rinitis alérgica (revisiones periódicas<br />

según control e indicación de tratamiento<br />

médico, inmunoterapia específica y/u omalizumab),<br />

y la EREA (valorar la indicación de<br />

desensibilización a AAS) 22 . El impacto del<br />

asma, de la rinitis y de la rinosinusitis crónica<br />

con PN sobre la calidad de vida del enfermo<br />

se pueden medir de forma objetiva, tanto<br />

en la visita inicial como posteriormente, para<br />

evaluar la eficacia del tratamiento, mediante<br />

cuestionarios validados 28,29 (Fig. 1).<br />

Los objetivos del tratamiento médico o quirúrgico<br />

van destinados a reducir o eliminar<br />

los pólipos, restablecer la respiración nasal,<br />

restaurar el sentido del olfato, reducir los<br />

síntomas de la rinosinusitis y, por último,<br />

prevenir las recurrencias de los pólipos<br />

nasales.<br />

Los corticoides intranasales constituyen<br />

actualmente la piedra angular del tratamiento<br />

médico de la poliposis nasosinusal,<br />

teniendo un probado efecto terapéutico ya<br />

que reducen la causa subyacente, que es la<br />

inflamación. También su uso precoz y prolongado<br />

después de la cirugía retrasa la<br />

velocidad e intensidad de las recurrencias,<br />

por lo cual se recomiendan como el tratamiento<br />

de primera línea tanto antes como<br />

después del tratamiento quirúrgico (EPOS<br />

2012 27 : categoría de evidencia A, nivel de<br />

recomendación Ia), solos o acompañados a<br />

veces de los corticoides sistémicos 27,30 . Sin<br />

embargo, debido a que con frecuencia los<br />

pacientes con EREA sufren una obstrucción<br />

nasal grave, el uso repetido de ciclos<br />

de corticoides orales o el tratamiento diario<br />

con estos fármacos es en muchos casos<br />

inevitable, con los consiguientes efectos<br />

secundarios.<br />

En ocasiones la patología nasosinusal no<br />

responde al tratamiento farmacológico con<br />

corticoides, recomendándose el tratamiento<br />

quirúrgico 22 . La polipectomía simple suele<br />

ser insuficiente, precisándose procedimientos<br />

más extensos, como la cirugía<br />

endoscópica nasosinusal funcional (cirugía<br />

pansinusal [CENS]). La cirugía tiene<br />

como fundamento restaurar la ventilación<br />

nasal y desbloquear las hendiduras de drenaje<br />

natural de los senos paranasales para<br />

el restablecimiento de la depuración normal<br />

de las secreciones. Mejora clínicamente al<br />

paciente, provocando no solo una mejoría en<br />

la valoración subjetiva del asma por parte<br />

del paciente, sino también un aumento significativo<br />

de la función respiratoria y una<br />

disminución del uso de corticoides por vía<br />

sistémica. Parece que la CENS tiene peores<br />

resultados sobre el control del asma que la<br />

cirugía radical (drenaje amplio de las cavidades<br />

sinusales con etmoidectomía, antrostomía,<br />

esfenoidectomía y resección de los<br />

cornetes), que tiene como resultado final<br />

una reestructuración de los senos que quedan<br />

abiertos a la cavidad nasal, pero al final<br />

ambos tipos de abordaje parecen influir<br />

positivamente en la evolución del asma. Sin<br />

embargo, no es infrecuente que en los enfermos<br />

con EREA persista la anosmia y un cierto<br />

grado de obstrucción nasal, y la CENS<br />

obtiene peores resultados en casos de PN<br />

masivas. En todo caso, la mejoría posquirúrgica<br />

se ve limitada por la frecuencia de las<br />

recidivas, más habitual en los pacientes con<br />

EREA que en los que toleran AINE. Por término<br />

medio, los pacientes con EREA que no<br />

se desensibilizan requieren la reintervención<br />

cada 3 años 2 . En un estudio reciente 31 , el<br />

riesgo de una segunda cirugía por recidiva<br />

de pólipos fue 2,7 veces mayor en pacientes<br />

RINOLOGía 48<br />

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con EREA comparados con no asmáticos o<br />

con asmáticos tolerantes a AINE (odds ratio<br />

[OR]: 2,7; intervalo de confianza [IC] 95%:<br />

1,5-3,2; p < 0,01).<br />

Dado que el tratamiento medicoquirúrgico<br />

clásico resulta muchas veces insuficiente<br />

para conseguir el control óptimo de la PN,<br />

en los últimos años se ha intensificado la<br />

investigación sobre la patogenia de la PN<br />

con el fin de identificar nuevas líneas terapéuticas.<br />

La mayoría de los estudios muestran<br />

proliferación inflamatoria de eosinófilos<br />

y elevación de la IgE específica y total<br />

local, así como un número elevado de mastocitos<br />

desgranulados 13,32 . Con estos hallazgos<br />

se evaluó la utilidad del anticuerpo<br />

monoclonal anti-IgE en PN grave o recurrente<br />

32 . El omalizumab, el único anticuerpo<br />

monoclonal anti-IgE del que se dispone en la<br />

actualidad para tratar a los pacientes con<br />

asma alérgica grave mal controlada 33 , ha<br />

demostrado eficacia clínica en el tratamiento<br />

de la PN en pacientes con asma, sugiriendo<br />

que la producción de IgE local en la vía<br />

respiratoria puede tener relevancia en estos<br />

pacientes 34 . En otro estudio reciente 35 , Vennera,<br />

et al. demostraron que el tratamiento<br />

con omalizumab durante 16 meses de promedio<br />

(15-28 meses) contribuyó a mejorar o<br />

al menos estabilizar la PN en 19 pacientes<br />

con asma grave concomitante, sin necesidad<br />

de nuevas cirugías. Estos resultados preliminares<br />

deberían ser confirmados en ensayos<br />

clínicos más amplios antes de generalizar<br />

su uso, pero hay bastante evidencia para<br />

considerar el omalizumab como una opción<br />

terapéutica en pacientes con EREA grave,<br />

asma coexistente y que no responden a otros<br />

tratamientos o tienen contraindicaciones<br />

para la desensibilización a aspirina.<br />

Desensibilización con aspirina<br />

Una opción terapéutica muy interesante en<br />

la EREA no controlada es la desensibilización<br />

crónica a aspirina 36,37 , el único tratamiento<br />

que parece modificar la historia<br />

natural de la enfermedad. Siguiendo a la<br />

reacción aguda tras la toma de aspirina, en<br />

estos pacientes se desarrolla un periodo<br />

refractario durante 2-5 días. Durante este<br />

periodo de tiempo, los pacientes pueden<br />

tomar aspirina sin nuevas reacciones. Después<br />

de este tiempo, la toma de aspirina<br />

puede precipitar nuevos ataques de asma.<br />

Sin embargo, si continuáramos administrando<br />

aspirina durante semanas, meses o<br />

años, ese estado de tolerancia se mantendría,<br />

fenómeno en el que se basa la desensibilización.<br />

La desensibilización está indicada en aquellos<br />

pacientes con síntomas bronquiales y<br />

nasales no controlados, con múltiples polipectomías,<br />

o con necesidad de tratamiento<br />

crónico con corticosteroides orales; en<br />

pacientes con EREA que precisen tratamiento<br />

con AINE para enfermedades específicas<br />

(reumáticas, profilaxis primaria o secundaria<br />

de enfermedad coronaria/tromboembólica)<br />

y en mujeres con síndrome antifosfolípido<br />

(SAF) y EREA que estén embarazadas o<br />

deseen estarlo.<br />

El procedimiento de la desensibilización se<br />

debe iniciar en un momento de control óptimo<br />

del asma, desde el punto de vista clínico<br />

y espirométrico. El paciente no tiene que<br />

suspender su medicación habitual, lo contrario,<br />

si no está tomando montelukast se<br />

debería introducir este fármaco antes de<br />

iniciar la desensibilización, ya que protege<br />

RINOLOGía 49<br />

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frente al broncospasmo intenso inducido<br />

por aspirina: los pacientes presentan menos<br />

episodios y más leves de broncospasmo,<br />

mientras que los síntomas nasales y oculares<br />

permanecen y son reconocibles durante<br />

la provocación.<br />

Se realiza en medio hospitalario, bajo estricto<br />

control de personal cualificado, con monitorización<br />

de constantes vitales y control espirométrico,<br />

y con equipamiento de parada<br />

cardiorrespiratoria disponible, dada la probable<br />

aparición de reacciones potencialmente<br />

graves. Se administran dosis crecientes,<br />

con un intervalo de 3 h, individualizando en<br />

cada caso según la gravedad del asma, con<br />

controles espirométricos previos a cada<br />

dosis y cada 30 min, o en el caso de que aparezcan<br />

síntomas 36,38 . Estos suelen ocurrir<br />

con dosis entre 60-100 mg, entre 30-180 min<br />

después de la administración. Se debe pautar<br />

el tratamiento adecuado y la resolución<br />

ocurre entre las 2-24 h. Cuando el paciente<br />

esté estable, pero no antes de 3 h, se reinicia<br />

el protocolo con la última dosis tolerada.<br />

Teóricamente, casi todos los pacientes con<br />

EREA pueden ser desensibilizados a la aspirina.<br />

En general, cuanto menor sea la dosis<br />

umbral, más difícil es conseguir la desensibilización,<br />

y cuanto más leve sea la reacción<br />

inicial, más fácil. La fase de tolerancia se<br />

puede alcanzar tras un único episodio de<br />

broncospasmo, pero si el paciente es muy<br />

sensible y reacciona con dosis bajas de AAS,<br />

es necesario repetir la provocación de dos a<br />

seis veces hasta lograr la tolerancia.<br />

Se considera el paciente desensibilizado si se<br />

alcanza la dosis de 650 mg AAS y no presenta<br />

clínica ninguna ni caída del volumen espiratorio<br />

forzado en el primer segundo (FEV 1 ).<br />

Después el paciente debe seguir tomando<br />

aspirina diariamente, 650 mg/12 h durante<br />

1 mes, y luego reducir progresivamente<br />

según el control y el efecto deseado. La dosis<br />

mínima para prevenir recidiva de pólipos y<br />

mejorar el olfato es de 300 mg/día, pero no<br />

suele mejorar el control del asma, en este<br />

caso siendo la dosis óptima de 325 mg/12 h.<br />

Si se suspende la aspirina por la razón que<br />

sea durante más de 48 h habrá que reiniciar<br />

el proceso de desensibilización, por haber<br />

podido perder la tolerancia. Lo más habitual<br />

es que esto ocurra en el caso de cirugía programada,<br />

por lo cual en los pacientes que<br />

requieren polipectomía se pospone la desensibilización<br />

hasta 3-4 semanas después de la<br />

misma.<br />

La desensibilización produce mejoría significativa<br />

de los síntomas inflamatorios de<br />

vías respiratorias tanto altas como bajas 37 .<br />

Mejora el olfato, disminuye el número de<br />

visitas a urgencias y de hospitalizaciones<br />

por asma, aumenta la calidad de vida para<br />

la rinitis y sobre la percepción del asma, a<br />

partir de tan solo las 4 semanas de tratamiento.<br />

En los pacientes adultos con EREA<br />

y PN, la desensibilización seguida de dosis<br />

diarias de aspirina, a largo plazo, ha reducido<br />

la necesidad de polipectomías y de<br />

corticosteroides tópicos y sistémicos 22,37 .<br />

También permite la administración de<br />

cualquier otro AINE sin riesgo de presentar<br />

nuevos síntomas.<br />

Los efectos adversos más frecuentes son la gastritis<br />

y los trastornos de la coagulación. En un<br />

estudio extenso a largo plazo 37 de 174 pacientes,<br />

el 14% de los pacientes tuvieron que<br />

abandonar el proceso de desensibilización<br />

debido a las reacciones adversas digestivas,<br />

RINOLOGía 50<br />

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sobre todo epigastralgia y hemorragia digestiva.<br />

El uso concomitante de inhibidores de la<br />

bomba de protones disminuye el riesgo de<br />

estos efectos adversos.<br />

La desensibilización es una técnica segura,<br />

más aún tras la aparición en el mercado del<br />

montelukast a finales de la década de 1990,<br />

probablemente porque, al ser la reacción<br />

dosis dependiente, las exacerbaciones asmáticas<br />

que ocurren durante la desensibilización<br />

son siempre más leves que las reacciones<br />

iniciales referidas por el paciente tras<br />

tomar la dosis terapéutica de aspirina o del<br />

AINE involucrado.<br />

La patogénesis de la desensibilización a<br />

aspirina no está clara. Se ha observado que<br />

la desensibilización crónica disminuye los<br />

niveles séricos de triptasa y la síntesis de<br />

LTB 4 por parte de los monocitos periféricos<br />

al nivel de los controles normales. También<br />

disminuye la síntesis de los cis-LT, objetivada<br />

por la disminución de los niveles urinarios<br />

de LTE 4 , pero no alcanza a los niveles de<br />

los sujetos sanos. Dadas las numerosas actividades<br />

antiinflamatorias del AAS, no se<br />

puede descartar que la administración de<br />

dosis altas de este fármaco ejerza efectos<br />

clínicamente beneficiosos independientes<br />

del fenómeno de la desensibilización. El AAS<br />

es capaz de inhibir la síntesis o activación<br />

de algunos factores de transcripción como<br />

el factor nuclear κB (NF-kB) y el signal transducer<br />

and activator of transcription 6 (STAT6),<br />

que modulan las respuestas inflamatorias<br />

de las vías aéreas. El STAT6 regula, entre<br />

otras, la síntesis de algunas citocinas implicadas<br />

en el asma como la IL-4 y la IL-13, y<br />

la disminución de las cuales podría tener<br />

un efecto antiinflamatorio 39 , lo que se ha<br />

confirmado en un estudio reciente 40 . La desensibilización<br />

a largo plazo (6 meses) induce<br />

supresión de la IL-4 (citocina responsable de<br />

la expresión de los receptores de cis-LT en<br />

linfocitos T y B); en otras palabras, tiene un<br />

efecto anti-Th2, y también de la matriz<br />

metaloproteinasa 9 (MMP-9), enzima proinflamatoria<br />

que se relaciona con el reclutamiento<br />

de células inflamatorias (neutrófilos<br />

y eosinófilos) en la vía aérea 40 .<br />

En conclusión, la desensibilización a aspirina<br />

es un tratamiento con una base inmunológica<br />

evidente, y sus mecanismos podrían<br />

ser similares a otros tratamientos inmunomoduladores<br />

ampliamente utilizados en<br />

alergología, como la inmunoterapia específica<br />

con alérgenos o el omalizumab. Además,<br />

ha demostrado su eficacia en estudios<br />

amplios 36-38 , es barata, segura y bien tolerada<br />

en los casos seleccionados correctamente,<br />

siendo recomendada por varios artículos<br />

de consenso 3,41 y guías de práctica clínica<br />

recientes 22 .<br />

Algoritmo diagnóstico-terapéutico<br />

Se propone un algoritmo completo, diagnóstico-terapéutico<br />

interdisciplinario, para el<br />

manejo de EREA, que empleamos actualmente<br />

en nuestro centro (Hospital La Paz de<br />

Madrid). Los pasos que proponemos son los<br />

siguientes (Fig. 1):<br />

– La presencia de EREA debe sospecharse<br />

ante cualquier paciente que presente una<br />

historia de rinosinusitis crónica y/o PN,<br />

especialmente si es asmático. En estos<br />

pacientes hay que insistir dentro de la<br />

anamnesis sobre las reacciones tras toma<br />

RINOLOGía 51<br />

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de aspirina u otros AINE. En la primera<br />

consulta el médico (ORL, alergólogo, neumólogo)<br />

realiza una historia clínica detallada<br />

y las exploraciones complementarias<br />

pertinentes específicas para cada especialidad,<br />

e instaura el tratamiento adecuado,<br />

que comprende, por una parte, el tratamiento<br />

medicoquirúrgico de las enfermedades<br />

de base (asma, poliposis, rinosinusitis)<br />

y sus eventuales complicaciones y,<br />

por otra parte, la evitación de los AINE.<br />

– Para realizar el diagnóstico definitivo de<br />

la EREA, mediante técnicas de exposición<br />

controlada con la aspirina, el paciente<br />

debe ser remitido al servicio de alergología,<br />

donde, si no se había realizado<br />

previamente, en la primera visita se<br />

aclara también el diagnóstico de asma,<br />

mediante pruebas objetivas de afectación<br />

funcional respiratoria: espirometría<br />

+ prueba broncodilatadora. El estudio de<br />

la fracción exhalada de óxido nítrico<br />

(FENO) se utiliza de rutina para cuantificar<br />

de forma no invasiva el grado de inflamación<br />

bronquial.<br />

– Se realiza la provocación bronquial inespecífica<br />

con metacolina para confirmar/<br />

descartar el diagnóstico de asma en los<br />

pacientes con espirometría normal y<br />

prueba de broncodilatador negativa.<br />

– Para el diagnóstico de EREA se empieza<br />

con la provocación inhalatoria (PN o PB<br />

con L-ASA, en función de cada centro), y<br />

si resulta negativa se procede a la PO con<br />

ASA. Las dos provocaciones se pueden<br />

realizar con una distancia de 1 semana<br />

entre ellas. Si cualquiera de las dos provocaciones<br />

es positiva, se confirma la EREA.<br />

Si las dos resultan negativas, se descarta<br />

la enfermedad.<br />

– En los pacientes con EREA confirmada se<br />

valora la indicación de la desensibilización<br />

a aspirina. Si la desensibilización estuviese<br />

contraindicada, o se realiza pero posteriormente<br />

el paciente tiene efectos adversos<br />

y no la tolera, se debe comprobar la<br />

tolerancia de analgésicos/AINE alternativos<br />

(inhibidores de la COX-2, meloxicam,<br />

paracetamol) y valorar la indicación de<br />

omalizumab en pacientes con asma alérgica<br />

grave concomitante, si no se había<br />

realizado previamente.<br />

– El manejo de la EREA es multidisciplinario<br />

(ORL, alergia, neumología). Dentro del<br />

seguimiento habitual se realizarán todas<br />

las visitas y las exploraciones complementarias<br />

consideradas necesarias para el<br />

buen control del paciente. Para evaluar la<br />

eficacia de los tratamientos indicados se<br />

emplean también otros métodos subjetivos<br />

(escala visual analógica de síntomas)<br />

u objetivos (cuestionarios validados de<br />

control del asma o sobre la calidad de<br />

vida relacionada con la rinosinusitis/PN y<br />

el asma) 28,29 .<br />

– En el caso de los pacientes con diagnóstico<br />

previamente establecido de EREA se<br />

citarán directamente en alergología para<br />

valorar la indicación de desensibilización<br />

a aspirina.<br />

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RINOLOGía 53<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


RinoloGía<br />

Rev Rinol. 2012;12(1):54-62<br />

Uso de corticoides intranasales en niños con hipertrofia<br />

adenoidea: ¿una nueva opción terapéutica?<br />

L. Viscovich, I. Alobid y J. Mullol<br />

Resumen<br />

Unidad de Rinología y Olfato, Servicio de Otorrinolaringología, Hospital Clínic de Barcelona, Barcelona<br />

AbstrAct<br />

54<br />

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Hipertrofia adenoidea<br />

Las amígdalas faríngeas (adenoides) son una<br />

acumulación de tejido linfoideo localizado<br />

en la pared superoposterior de la nasofaringe.<br />

Forman parte del tejido linfoideo que<br />

rodea la faringe, conocido como anillo de<br />

Waldeyer. Este tejido sirve como defensa<br />

contra infecciones y desempeña un papel<br />

importante en el desarrollo del sistema<br />

inmune. Su localización en la rinofaringe<br />

sugiere que este tejido es el primer sitio de<br />

contacto con patógenos inhalados en la vía<br />

aérea superior 1 . Este tejido linfoide está presente<br />

desde el nacimiento y crece hasta los<br />

7 años de edad, alcanzando su tamaño<br />

máximo alrededor de los 4 años. Posteriormente<br />

se atrofia hasta prácticamente desaparecer<br />

en los adultos 2 .<br />

Se sabe poco sobre el mecanismo regulador<br />

responsable del crecimiento benigno de tejido<br />

adenoideo. Esto limita de manera importante<br />

la posibilidad de predecir quiénes<br />

están en riesgo de desarrollar esta condición.<br />

Existen varios estudios epidemiológicos<br />

que demuestran que factores tales como<br />

la alergia, el humo de tabaco y las infecciones<br />

respiratorias recurrentes están asociados<br />

con hipertrofia transitoria o persistente<br />

del tejido linfoide en las vías aéreas superiores<br />

3-5 . Es interesante destacar que todos<br />

estos factores de riesgo involucran la generación<br />

de una respuesta inflamatoria, lo<br />

cual sugiere que esta propia respuesta puede<br />

ser la responsable de promover y mantener<br />

las señales proliferativas que generan la<br />

hipertrofia del tejido linfoide adenoideo 6 .<br />

En pacientes adultos con trastornos respiratorios<br />

del sueño se ha encontrado inflamación<br />

de la mucosa a nivel nasal y orofaríngeo. La<br />

proteína C reactiva (PCR), un marcador de<br />

inflamación sistémica, se encuentra elevada<br />

en la sangre de pacientes pediátricos con trastornos<br />

respiratorios del sueño. También se ha<br />

visto que estos niveles se encuentran correlacionados<br />

con la gravedad de dicho trastorno 7 .<br />

En el síndrome de la apnea obstructiva del sueño<br />

(SAOS) se cree que la inflamación es secundaria<br />

o al menos que es inicialmente provocada<br />

por las vibraciones mecánicas del tejido<br />

linfoideo de la vía aérea superior al roncar 8 .<br />

Al aumentar de tamaño el tejido adenoideo<br />

puede bloquearse la nasofaringe y provocar<br />

respiración bucal, rinolalia y ronquidos 9,10 .<br />

En los casos más graves la hipertrofia adenoidea<br />

puede llegar a producir SAOS. En<br />

niños el SAOS puede producir alteraciones<br />

RINOLOGía 55<br />

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neurocognitivas, retraso en el crecimiento y<br />

cor pulmonale 11 . También han asociado la<br />

hipertrofia adenoidea con otitis media efusiva,<br />

probablemente secundaria a disfunción tubárica<br />

o adenoiditis crónica 12,13 . La rinosinusitis<br />

crónica, la infección por Haemophilus influenza<br />

y la alergia también son condiciones que han<br />

sido asociadas a la hipertrofia adenoidea 14 .<br />

El diagnóstico de hipertrofia adenoidea debe<br />

sospecharse cuando un niño presenta signos<br />

y síntomas de obstrucción nasal. Las manifestaciones<br />

clínicas en pacientes pediátricos<br />

son voz nasal, respiración bucal, congestión<br />

nasal, rinorrea anterior y/o posterior, ronquidos<br />

y facies adenoide 15 . Se considera la<br />

fibroendoscopia nasal el método de elección<br />

para el diagnóstico y valoración de la hipertrofia<br />

adenoidea. Permite una visualización<br />

directa de la cavidad nasal y de la nasofaringe<br />

con una evaluación dinámica del grado de<br />

obstrucción aérea 16 , así como descartar<br />

otras patologías que también puedan manifestarse<br />

con obstrucción nasal. No obstante,<br />

en ocasiones resulta muy complicado realizar<br />

una rinofibroscopia por la intranquilidad<br />

del niño. Otros métodos empleados para<br />

valorar el tamaño adenoideo son la radiografía<br />

lateral de cuello, la visualización transoral<br />

con espejo y la palpación directa 17 .<br />

El manejo de la hipertrofia adenoidea que produce<br />

obstrucción nasal depende de las manifestaciones<br />

clínicas y morbilidades asociadas 18 .<br />

Mientras que en el SAOS pediátrico secundario<br />

a hipertrofia adenoamigdalar la intervención<br />

quirúrgica está indicada 19,20 , en casos menos<br />

graves como la rinosinusitis crónica y la otitis<br />

serosa las indicaciones quirúrgicas no están<br />

bien establecidas 21 . Se debe tener en cuenta<br />

las posibles complicaciones secundarias a la<br />

anestesia general así como las complicaciones<br />

posquirúrgicas (hemorragia, edema de la vía<br />

aérea, insuficiencia velopalatina) antes de<br />

someter al paciente a una intervención 22 . Las<br />

tasas de complicación publicadas en la actualidad<br />

se encuentran del 5-34% 23 . Actualmente<br />

las alternativas no quirúrgicas en el tratamiento<br />

de la hipertrofia adenoidea son limitadas 22 ,<br />

por lo que varios autores han propuesto valorar<br />

el uso de los CIN en esta patología.<br />

Corticoides intranasales<br />

en la hipertrofia adenoidea<br />

No se considera apropiado el uso de corticoides<br />

sistémicos a largo plazo en la edad pediátrica<br />

debido a sus efectos adversos importantes 24 .<br />

No obstante, se considera seguro el uso de<br />

corticoides tópicos intranasales en la edad<br />

pediátrica. Los efectos adversos mencionados<br />

en la literatura incluyen epistaxis, irritación<br />

de la mucosa nasal, estornudos y escozor.<br />

Una revisión de la literatura publicada indica<br />

que los efectos adversos de los CIN suelen ser<br />

infrecuentes, leves, y además transitorios<br />

(sequedad nasal, epistaxis ocasional leve,<br />

picor nasal, estornudos) 25 .<br />

No está claro el mecanismo por el cual los CIN<br />

disminuyen los síntomas de obstrucción<br />

nasal. Sin embargo se han sugerido los<br />

siguientes mecanismos de acción 19 :<br />

– Reducción del tamaño adenoideo por<br />

acción linfolítica de los corticoides sobre<br />

el tejido adenoideo.<br />

– Disminución de inflamación adenoidea y<br />

nasofaríngea por acción antiinflamatoria<br />

de los corticoides.<br />

RINOLOGía 56<br />

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– Disminución de la importancia de los adenoides<br />

como reservorio de infecciones.<br />

Goldbart, et al. estudiaron tejido adenoideo<br />

para comprobar la existencia de receptores<br />

de glucocorticoides en este tejido. Se sabe<br />

que existen dos isoformas humanas de receptores<br />

de glucocorticoides (RG), llamados RG α<br />

(receptor activo) y RG β (receptor inactivo).<br />

Estos autores demostraron que ambos receptores<br />

se expresan en el tejido linfoide proveniente<br />

de la vía aérea superior de niños con<br />

SAOS y de niños con infecciones de repetición<br />

de la vía aérea superior. Y que además<br />

la relación de RG α /RG β , al igual que en el<br />

resto de tejidos del organismo, se encuentra<br />

aumentada en pacientes con SAOS, lo que<br />

sugiere de manera preliminar un perfil favorable<br />

en cuanto a la respuesta del tejido adenoideo<br />

frente a los corticoides tópicos 26 .<br />

También se ha estudiado el efecto supresor<br />

in vitro de los corticoides sobre la proliferación<br />

del tejido adenoideo en niños con SAOS.<br />

En el estudio realizado por Kheirandish-<br />

Gozal, et al., se observó que el tratamiento<br />

con corticoides provocaba una marcada disminución<br />

en las tasas de proliferación,<br />

aumento en apoptosis celular y disminución<br />

de la liberación de citocinas 27 .<br />

Revisión de la literatura sobre<br />

el uso de corticoides intranasales<br />

en la hipertrofia adenoidea<br />

Métodos<br />

Se extrajeron estudios publicados sobre el<br />

uso de CIN en la hipertrofia adenoidea<br />

realizando una búsqueda exhaustiva en<br />

Medline y en el Cochrane Central Register of<br />

Controlled Trials (CENTRAL) hasta octubre<br />

de 2012.<br />

Criterios de inclusión<br />

Ensayos clínicos controlados llevados a cabo<br />

en pacientes diagnosticados con hipertrofia<br />

adenoidea y síntomas de obstrucción nasal<br />

que utilizaron CIN como tratamiento único<br />

fueron incluidos en la revisión. Los parámetros<br />

de interés incluidos fueron mejora en la<br />

sintomatología de obstrucción nasal, reducción<br />

en el tamaño del tejido adenoideo y<br />

efectos adversos. Se valoró la calidad metodológica<br />

de todos los ensayos incluidos utilizando<br />

la escala de Jadad, que utiliza un<br />

sistema de puntuación (0-5). Este instrumento<br />

evalúa la calidad de aleatorización,<br />

enmascaramiento y una adecuada descripción<br />

de las pérdidas del seguimiento 28 .<br />

Riesgo de sesgo<br />

en los ensayos clínicos<br />

controlados aleatorizados<br />

La puntuación de Jadad fue de 4 en tres<br />

ensayos 2,19,29 , de 2 en un ensayo 30 , y de 1 en<br />

tres ensayos 24,31,32 . El método de aleatorización<br />

no fue detallado en seis de los estudios.<br />

En el estudio restante 24 el método de<br />

aleatorización fue inapropiado. El encubrimiento<br />

de la asignación solo fue adecuada<br />

en un estudio, mientras que en el resto de<br />

los estudios no se describe 19 . El cumplimiento<br />

y la administración adecuada de la<br />

medicación se valoraron de manera adecuada<br />

únicamente en un estudio 19 . Los<br />

métodos de enmascaramiento doble ciego<br />

RINOLOGía 57<br />

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y la descripción de las pérdidas del seguimiento<br />

fueron descritos de manera adecuada<br />

en tres estudios 2,19,29 .<br />

Características de los estudios<br />

Se incluyeron siete estudios, todos ensayos<br />

clínicos controlados y aleatorizados. De<br />

estos siete estudios tres son estudios doble<br />

ciego 2,19,29 , dos son simple ciego 30,31 , uno es<br />

un estudio abierto 24 y en otro no se describe<br />

el método de aleatorización 32 . Dos de<br />

los estudios doble ciego también son estudios<br />

cruzados 19,31 y ninguno de los dos<br />

tuvo un periodo de lavado entre fases<br />

(Tabla 1).<br />

Dos de los estudios excluyeron a pacientes<br />

con rinitis alérgica 2,32 , y en el resto de los<br />

estudios la proporción de pacientes con<br />

rinitis alérgica fue de 9 24 , 15 31 y 53% 19 , en el<br />

grupo de los que recibieron tratamiento, y<br />

9, 19 y 53%, respectivamente, en el grupo<br />

control 18 .<br />

Resultados<br />

Síntoma de obstrucción nasal<br />

Un total de 516 niños participaron en los<br />

ensayos, de los cuales 506 completaron<br />

los estudios. Se valoró la mejoría en el<br />

síntoma de obstrucción nasal en seis de los<br />

estudios, utilizando métodos diferentes de<br />

puntuación 2,19,24,29,31,32 . Tras el tratamiento<br />

con CIN se encontró una mejoría significativa<br />

en la disminución de sintomatología<br />

obstructiva en cinco de los estudios comparado<br />

con el grupo placebo 2,19,24,31,32 . Uno de<br />

los ensayos no encontró una diferencia significativa<br />

entre el grupo que utilizó CIN y el<br />

grupo placebo 29 (Tabla 2).<br />

Tamaño adenoideo<br />

Se valoró el tamaño adenoideo mediante<br />

endoscopia nasal en seis de los estudios<br />

2,19,24,29,30,32 . Un estudio utilizó la endoscopia<br />

nasal más la radiografía lateral de<br />

cuello para valorar el tamaño adenoideo 29 .<br />

Tras el tratamiento con CIN se encontró una<br />

disminución significativa en el tamaño adenoideo<br />

en cinco de los estudios comparado<br />

con el grupo placebo 2,19,24,30,32 . Un ensayo no<br />

encontró una reducción significativa entre<br />

el grupo que utilizo CIN y el grupo control 29<br />

(Tabla 3).<br />

Efectos adversos<br />

En el estudio realizado por Demain, et al., se<br />

encontró escozor en seis de los pacientes<br />

que utilizaron beclometasona y en un<br />

paciente que recibió placebo (no significativo).<br />

Dos pacientes del grupo de beclometasona<br />

presentaron epistaxis comparado con<br />

uno del grupo placebo (p = 0,01). Un paciente<br />

del grupo de beclometasona presentó<br />

estornudos comparado con cuatro de los<br />

que recibieron placebo (no significativo).<br />

Berlucchi, et al. encontraron únicamente un<br />

paciente que presentó epistaxis episódica.<br />

Criscuoli, et al. encontraron a dos pacientes<br />

que presentaron epistaxis, que cedió 2 días<br />

después de disminuir la dosis un 50% 31 . No<br />

se demostraron efectos adversos en ninguno<br />

de los dos grupos en los estudios realizados<br />

por diversos autores 24,29,30,32 .<br />

RINOLOGía 58<br />

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Tabla 1. Características de los estudios sobre el efecto de CIN en la hipertrofia adenoidea en niños<br />

Autores Tipo de<br />

estudio<br />

Demain,<br />

1995 19<br />

Ensayo clínico<br />

controlado,<br />

aleatorizado, doble<br />

ciego, cruzado, 2<br />

fases<br />

Participantes CIN Intervenciones<br />

20 niños<br />

M = 10, F = 10<br />

Edad: 5-11 años<br />

17 niños<br />

completaron el<br />

estudio<br />

Beclometasona<br />

intranasal acuosa<br />

(42 μg)<br />

Tratamiento Control Duración Resultados<br />

1. a fase:<br />

beclometasona,<br />

dos aplicaciones<br />

en cada fosa 2/día<br />

(336 μg/día)<br />

2. a fase:<br />

beclometasona,<br />

una aplicación en<br />

cada fosa<br />

2/día (168 μg/día)<br />

1. a fase: placebo<br />

2. a fase:<br />

beclometasona,<br />

una aplicación en<br />

cada fosa<br />

2/día<br />

1. a fase: 8<br />

semanas<br />

2. a fase: 16<br />

semanas<br />

EVA (0-10),<br />

valoración<br />

endoscópica de<br />

tamaño adenoideo<br />

Lepcha,<br />

200229 Ensayo clínico 31 niños<br />

Beclometasona Beclometasona, Placebo, una 8 semanas Puntuación de<br />

controlado, Edad: 3-12 años intranasal (50 μg) una aplicación en aplicación en cada<br />

síntomas clínicos<br />

aleatorizado, doble<br />

cada fosa<br />

fosa 2/día<br />

(0-3), valoración<br />

ciego, paralelo<br />

2/día (200 μg/día)<br />

radiográfica y<br />

endoscópica de<br />

tamaño adenoideo<br />

Criscuoli,<br />

200331 Ensayo clínico 53 niños<br />

Beclometasona 1.<br />

controlado, M = 25, F = 28 intranasal acuosa<br />

aleatorizado, Edad media: (50 μg)<br />

simple ciego, 3,8 años<br />

cruzado, 2 fases<br />

a fase:<br />

beclometasona,<br />

dos aplicaciones<br />

en cada fosa nasal<br />

2/día (400 μg/día)<br />

2. a 1.<br />

fase:<br />

beclometasona,<br />

una aplicación en<br />

cada fosa nasal 2/<br />

día<br />

(200 μg/día)<br />

a fase:<br />

solución salina en<br />

spray<br />

2. a 1.<br />

fase:<br />

beclometasona,<br />

una aplicación en<br />

cada fosa nasal 2/<br />

día<br />

a fase: 4<br />

semanas<br />

2. a Índice de<br />

obstrucción nasal<br />

(1-4)<br />

fase:<br />

24 semanas<br />

Cengel,<br />

200624 Ensayo clínico 122 niños<br />

Mometasona Mometasona, una Sin tratamiento 6 semanas Puntuación de<br />

controlado, M = 52, F = 70 intranasal (50 μg) aplicación en cada<br />

síntomas clínicos<br />

aleatorizado, Edad: 3-15 años<br />

fosa<br />

(0-2), valoración<br />

abierto, paralelo Edad media<br />

1/día<br />

endoscópica del<br />

6 años<br />

(100 μg/día)<br />

tamaño adenoideo<br />

Ciprandi,<br />

200730 Ensayo clínico 178 niños<br />

Flunisolide intrana- Flunisolide gotas Solución salina en 8 semanas Valoración<br />

controlado, M = 97, F = 81 sal en gotas 2/día<br />

gotas<br />

endoscópica del<br />

aleatorizado, Edad: 3-6 años (0,5 gotas × kg) (500 μg/día)<br />

tamaño adenoideo<br />

simple ciego, Edad media:<br />

paralelo<br />

4,5 años<br />

Berlucchi,<br />

20072 Ensayo clínico 60 niños<br />

Mometasona 1.<br />

controlado, M = 21, F = 29 spray acuoso (50<br />

aleatorizado, doble Edad: 3-7 años μg)<br />

ciego,<br />

2 fases<br />

a fase:<br />

mometasona, una<br />

aplicación en cada<br />

fosa nasal 1/día<br />

(100 μg/día)<br />

2. a 1.<br />

fase:<br />

mometasona<br />

1/día por<br />

2 semanas cada<br />

mes<br />

a fase: placebo<br />

2. a 1.<br />

fase:<br />

mometasona en<br />

días alternos por 2<br />

semanas cada<br />

mes<br />

a fase: 40 días<br />

2. a Puntuación de<br />

síntomas clínicos<br />

fase: 3 meses (0-3), valoración<br />

endoscópica del<br />

tamaño<br />

adenoideo<br />

Demirhan,<br />

201032 publicación. esta de parte ninguna fotocopiarse ni reproducirse podrá no editor, del escrito por previo<br />

Ensayo clínico 45 niños<br />

Propionato de Fluticasona (400 Solución salina 8 semanas Puntuación<br />

controlado, M = 20, F = 25 fluticasona en μg/día, 6 gotas en<br />

síntomas clínicos consentimiento<br />

aleatorizado, Edad: 4-16 años gotas<br />

cada fosa nasal, 1/<br />

(0-3), valoración el<br />

¿abierto/<br />

Edad media:<br />

día)<br />

endoscópica del<br />

cerrado?*, 9,7 años<br />

tamaño<br />

con<br />

paralelo<br />

adenoideo<br />

*Se desconoce el tipo de enmascaramiento.<br />

contar<br />

M: masculino; F: femenino; EVA: escala visual analógica. Sin<br />

RINOLOGía 59<br />

© Publicaciones Permanyer 2012


Tabla 2. Estudios que analizan el efecto de los CIN sobre la obstrucción nasal<br />

Estudio Método de evaluación de<br />

sintomatología de<br />

obstrucción nasal<br />

Síntomas de obstrucción nasal en<br />

grupo con tratamiento<br />

Demain, 1995 19 EVA de 0-10 18,5<br />

Reducción de 45% en la sintomatología<br />

Síntomas de obstrucción nasal en<br />

grupo placebo<br />

RINOLOGía 60<br />

Valor<br />

de p<br />

8,5 0,05<br />

Lepcha, 2002 29 Encuesta de 4 puntos (de 0-3) 1,5 1,7 NS<br />

Criscuoli, 2003 31 Encuesta de 4 puntos (de 1-4) 10/26 tuvieron una reducción del 50% 0/27 tuvieron una reducción del 50% 0,01<br />

Cengel, 2006 24 Encuesta de 3 puntos (de 0-2) 0,97 0,09 0,0001<br />

Berlucchi, 2007 2 Encuesta de 4 puntos (de 0-3) 8 1 0,0001<br />

Demirhan, 2010 32 Encuesta de 6 puntos (de 0-3) La puntuación disminuyó de 13,72 a 2,96 La puntuación disminuyó de 14,85 a<br />

14,65<br />

NS: no significativa.<br />

Tabla 3. Estudios que analizan el efecto de los CIN sobre tamaño adenoideo<br />

Estudio Método utilizado para valorar<br />

tamaño adenoideo<br />

Tamaño adenoideo en el<br />

grupo con tratamiento<br />

Demain, 1995 19 Endoscopia nasal Derecho: disminución 14%<br />

Izquierdo: disminución 15%<br />

Lepcha, 2002 29 Endoscopia nasal, Rx lateral de<br />

cuello<br />

Cengel, 2006 24 Endoscopia nasal Relación adenoides/coana<br />

disminuyó de 80 a 40%<br />

Tamaño adenoideo en el<br />

grupo placebo<br />

Derecho: aumento de 0,04%<br />

Izquierdo: disminución 2%<br />

Valor de p<br />

0,05<br />

Derecho: 0,0002<br />

Izquierdo: 0,0006<br />

0,39 0,08 NS<br />

Relación de adenoides/coana<br />

aumentó de 70 a 80%<br />

Cipriandi, 2007 30 Endoscopia nasal 0,89 0,28 < 0,05<br />

Berlucchi, 2007 2 Endoscopia nasal 20% 0% 0,007<br />

Demirhan, 2010 32 Endoscopia nasal Relación adenoides/coana<br />

disminuyó de 86,9 a 56,2%<br />

NS: no significativa.<br />

Discusión<br />

De los siete estudios incluidos en esta revisión,<br />

seis ensayos clínicos demostraron un beneficio<br />

en el uso de CIN para disminuir la sintomatología<br />

de obstrucción nasal y reducir el<br />

tamaño adenoideo. El estudio de Lepcha, et<br />

al. 29 no demostró eficacia de los CIN en disminuir<br />

la obstrucción nasal, rinorrea o ronquidos,<br />

aunque se observó una tendencia a la<br />

reducción de cinco veces en el tamaño adenoideo<br />

que no llegó a ser estadísticamente<br />

Relación adenoides/coana<br />

disminuyó de 87,2 a 85,2%<br />

< 0,001<br />

< 0,05<br />

significativo. El pequeño tamaño de la muestra<br />

pudo haber contribuido a este efecto<br />

negativo 22 . También hay que tener en cuenta<br />

que no todos los seis ensayos que valoraron<br />

el tamaño adenoideo mediante endoscopia<br />

nasal utilizaron el mismo método para<br />

medir el grado de obstrucción de la coana.<br />

La endoscopia nasal es el estudio de elección<br />

para valorar los adenoides 33 . Realizada por<br />

alguien con experiencia, puede emplearse<br />

fácilmente y de manera segura en niños<br />

Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ni fotocopiarse ninguna parte de esta publicación. © Publicaciones Permanyer 2012


colaboradores para valorar de una manera<br />

dinámica el tamaño adenoideo y su relación<br />

con la vía aérea 18 . Parikh, et al. 34 propusieron<br />

y validaron un nuevo sistema para clasificar<br />

el tamaño adenoideo que consiste en<br />

cuatro grados: grado I cuando el tejido adenoideo<br />

no contacta con estructuras adyacentes,<br />

grado II cuando el tejido adenoideo<br />

está en contacto con el torus tubaris, grado<br />

III cuando el tejido se encuentra en contacto<br />

con el vómer, y grado IV cuando el tejido<br />

adenoideo se encuentra en contacto con el<br />

paladar (en reposo). El consenso en un único<br />

método facilitaría las comparaciones<br />

entre estudios y poder llevar a cabo un<br />

metaanálisis de los datos 34 .<br />

El síntoma de obstrucción nasal también fue<br />

puntuado mediante diferentes métodos. De<br />

nuevo, el consenso en un solo método también<br />

ayudaría a realizar comparaciones<br />

objetivas entre ensayos clínicos.<br />

Se desconoce el tipo de CIN y la dosis más<br />

adecuada para la hipertrofia adenoidea. Tres<br />

de los estudios 19,29,31 utilizaron la beclometasona<br />

a dosis de 336, 200 y 400 μg diarios,<br />

respectivamente. En el estudio de Lepcha, et<br />

al. 29 , donde no se encontró un beneficio estadísticamente<br />

significativo en el uso de los<br />

CIN, se utilizó una dosis menor que en los<br />

otros dos estudios, lo que nos permite inferir<br />

hasta cierto punto que al inicio del tratamiento<br />

pueda ser necesario el uso de dosis<br />

más altas. Otros dos estudios utilizaron el<br />

furoato de mometasona 2,24 a dosis de 100 y<br />

50 μg diarios, respectivamente, y ambos<br />

obtuvieron buenos resultados.<br />

Así mismo, se desconoce la adecuada duración<br />

del tratamiento. En los ensayos analizados la<br />

duración de tratamiento varió de 8 a 24 semanas.<br />

Ninguno de los estudios analizó el<br />

tamaño adenoideo en relación con la duración<br />

de tratamiento. El estudio realizado<br />

por Criscuoli, et al. 31 tuvo un seguimiento de<br />

24 semanas. Los pacientes recibieron 2 semanas<br />

de tratamiento con beclometasona y<br />

continuaron posteriormente con 24 semanas<br />

de tratamiento a dosis menores. No obstante,<br />

el 54% de los pacientes todavía precisaron<br />

de una adenoamigdalectomía al final del<br />

estudio.<br />

Los efectos adversos en los ensayos fueron<br />

poco frecuentes. El efecto adverso publicado<br />

con mayor frecuencia fue la epistaxis. No se<br />

perdió a ningún paciente debido a efectos<br />

adversos de la medicación en el seguimiento.<br />

A corto plazo, pareciera que los CIN son<br />

seguros en la edad pediátrica, sin embargo,<br />

la seguridad de los CIN a largo plazo, especialmente<br />

a nivel sistémico, debe ser estudiado<br />

en profundidad.<br />

Los estudios revisados sugieren que los CIN<br />

pueden ser útiles en reducir la obstrucción<br />

nasal en pacientes con hipertrofia adenoidea<br />

moderada/grave, siendo esta mejoría<br />

posiblemente debida a una reducción del<br />

tamaño adenoideo. Debido a los beneficios<br />

clínicamente relevantes y la buena tolerancia<br />

de los CIN, estos pueden estar indicados<br />

como tratamiento alternativo en pacientes<br />

con hipertrofia adenoidea moderada/grave<br />

cuando no se requiere de adenoidectomía<br />

de manera urgente o no se disponga de ella.<br />

No obstante, es necesario realizar más<br />

estudios controlados con placebo para<br />

poder realizar recomendaciones formales<br />

en cuanto al uso de CIN en la hipertrofia<br />

adenoidea.<br />

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