10.06.2013 Views

Historia clínica y exploración física en cardiología pediátrica

Historia clínica y exploración física en cardiología pediátrica

Historia clínica y exploración física en cardiología pediátrica

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Capítulo 1<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong><br />

<strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

José Santos de Soto<br />

Unidad de Cardiología Pediátrica.<br />

Hospital Infantil Universitario Virg<strong>en</strong> del Rocío. Sevilla<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Hoy día, <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o siglo xxi, nos <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> una etapa sofi sticada del desarrollo<br />

tecnológico <strong>en</strong> todos los campos y, por supuesto, también <strong>en</strong> la medicina.<br />

Sin embargo, al <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tarnos a un niño con sospecha de cardiopatía, continúa con<br />

total vig<strong>en</strong>cia realizar una bu<strong>en</strong>a anamnesis y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong>, que, completadas con<br />

una Rx de tórax y ECG, nos permitirá realizar una valoración <strong>clínica</strong> hacia una patología<br />

cardiaca defi nida, la cual confi rmaremos con los métodos sofi sticados de diagnóstico.<br />

Insistimos <strong>en</strong> que sigue si<strong>en</strong>do fundam<strong>en</strong>tal una bu<strong>en</strong>a anamnesis y <strong>exploración</strong><br />

y si, al realizar un diagnóstico mediante tecnología sofi sticada, aquél no se adecua a<br />

la <strong>clínica</strong>, es seguro que “la máquina” o la información del “intérprete” ha sido errónea<br />

o incompleta.<br />

Los datos correspondi<strong>en</strong>tes a la anamnesis y <strong>exploración</strong> de un niño con sospecha<br />

de cardiopatía los recogeremos sigui<strong>en</strong>do los cánones clásicos, aunque <strong>en</strong>fatizaremos<br />

los aspectos específi cos del niño con posible patología cardiaca.<br />

HISTORIA CLÍNICA<br />

Para obt<strong>en</strong>er una anamnesis adecuada debemos com<strong>en</strong>zar con una bu<strong>en</strong>a relación de<br />

empatía con el niño y los padres.<br />

Obviam<strong>en</strong>te, si el paci<strong>en</strong>te es un neonato, lactante o preescolar, la información la<br />

vamos a obt<strong>en</strong>er de los padres, mi<strong>en</strong>tras que si el paci<strong>en</strong>te es un niño escolar o adolesc<strong>en</strong>te,<br />

el interrogatorio debe ir dirigido prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te al niño. Además, el adolesc<strong>en</strong>te<br />

debe t<strong>en</strong>er derecho a expresarse <strong>en</strong> privado acerca de sus viv<strong>en</strong>cias, dol<strong>en</strong>cias y<br />

problemas personales.<br />

1


2<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

Para realizar una anamnesis ord<strong>en</strong>ada, los puntos imprescindibles sobre los que<br />

habrá que indagar serán: los anteced<strong>en</strong>tes familiares; los anteced<strong>en</strong>tes obstétricos<br />

perinatales y personales; el mom<strong>en</strong>to de aparición de los síntomas o signos; y la naturaleza<br />

y evolución de dicha sintomatología.<br />

Anteced<strong>en</strong>tes familiares<br />

T<strong>en</strong>dremos que preguntar sobre anteced<strong>en</strong>tes de cardiopatías congénitas <strong>en</strong> familiares<br />

directos, así como sobre una posible exposición materna a ag<strong>en</strong>tes teratóg<strong>en</strong>os asociados<br />

a defectos cardiacos y <strong>en</strong>fermedades maternas durante el embarazo (1) .<br />

Una historia familiar debe incluir la pres<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>fermedades asociadas a cardiopatías<br />

congénitas (2) tales como diabetes, lupus, síndromes neuromusculares, alcoholismo,<br />

drogadicción, síndrome de Marfan, síndrome de Holt-Oram, síndrome del QT<br />

largo, etc.<br />

Anteced<strong>en</strong>tes obstétricos y personales<br />

Habrá que preguntar acerca de detalles del embarazo como infecciones maternas,<br />

medicaciones, exposición a ag<strong>en</strong>tes teratóg<strong>en</strong>os, etc.<br />

Preguntaremos sobre el estado del niño al nacimi<strong>en</strong>to, el crecimi<strong>en</strong>to estaturo-ponderal<br />

y los procesos patológicos sufridos hasta la actualidad.<br />

Anamnesis actual<br />

A continuación, desarrollaremos la historia actual con las preguntas clásicas: ¿qué le<br />

ocurre al niño?, ¿desde cuándo?, ¿a qué lo atribuye?<br />

En el neonato y el lactante con cardiopatía, los signos y síntomas van a estar relacionados<br />

con dos situaciones específi cas: insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca congestiva (ICC) o<br />

situación de isquemia/hipoxemia (3) .<br />

Por ello, preguntaremos si la respiración es normal, si pres<strong>en</strong>ta taquipnea, disnea,<br />

etc. La taquipnea suele acompañar a las cardiopatías cianóticas y a las que cursan con<br />

ICC, mi<strong>en</strong>tras que la disnea y el quejido suel<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tarse <strong>en</strong> lesiones obstructivas<br />

del v<strong>en</strong>trículo izquierdo (VI) o <strong>en</strong> <strong>en</strong>fermedades respiratorias.<br />

Como el principal ejercicio físico del neonato y el lactante es la acción de alim<strong>en</strong>tarse,<br />

t<strong>en</strong>dremos que preguntar si hace las tomas bi<strong>en</strong>, si rechaza la alim<strong>en</strong>tación, si<br />

pres<strong>en</strong>ta sudoración profusa con la misma, si gana peso, etc.<br />

Habrá que indagar sobre la pres<strong>en</strong>cia o no de cianosis, constatando que la acrocianosis<br />

ligera suele ser normal, al igual que la observada al salir del baño o de la piscina,<br />

o <strong>en</strong> días muy fríos. La cianosis c<strong>en</strong>tral se aprecia especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la mucosa bucal<br />

y la l<strong>en</strong>gua. Ésta sí está relacionada con una <strong>en</strong>fermedad cardiaca o respiratoria. Para<br />

dilucidar si una cianosis es de orig<strong>en</strong> cardiaco, disponemos del test de hiperoxia, que<br />

consiste <strong>en</strong> administrar oxíg<strong>en</strong>o al 100% durante 10 minutos y valorar la cifra de presión<br />

parcial de oxíg<strong>en</strong>o (pO 2). Si la pO 2 ≥ 250 mmHg, no se tratará de una cardiopatía<br />

cianótica, mi<strong>en</strong>tras que, con una pO 2 < 180 mmHg, es muy probable que se trate de


J. Santos<br />

una cardiopatía cianótica (4) . T<strong>en</strong>emos que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta que, si la cianosis es de orig<strong>en</strong><br />

cardiaco, será constante.<br />

Si se trata de un lactante con cardiopatía cianótica, principalm<strong>en</strong>te tetralogía de<br />

Fallot, hay que preguntar por la posibilidad de crisis hipoxémicas, consist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> s<strong>en</strong>sación<br />

de irritabilidad con aum<strong>en</strong>to de cianosis, seguido de respiración acidótica con<br />

depresión s<strong>en</strong>sorial progresiva y laxitud g<strong>en</strong>eralizada. A veces puede cursar incluso<br />

con pérdida de s<strong>en</strong>sorio y convulsiones (5) . Esta sintomatología exige la corrección quirúrgica<br />

con máxima rapidez de la cardiopatía.<br />

El tiempo transcurrido respecto al nacimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que aparec<strong>en</strong> los signos y síntomas<br />

también nos ori<strong>en</strong>ta hacia el tipo de cardiopatía. Si la sintomatología se pres<strong>en</strong>ta<br />

<strong>en</strong> la primera semana de vida, se tratará de una cardiopatía compleja de tipo hipoplasia<br />

de las cavidades izquierdas, dr<strong>en</strong>aje v<strong>en</strong>oso pulmonar anómalo total obstructivo,<br />

transposición de grandes arterias con septo íntegro, est<strong>en</strong>osis de la aorta crítica o las<br />

llamadas cardiopatías ductus-dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes.<br />

Cuando se trata de un niño escolar o adolesc<strong>en</strong>te, debemos preguntar si se fatiga<br />

al esfuerzo más que sus compañeros, así como por posibles crisis sincopales, que son<br />

situaciones de instauración brusca <strong>en</strong> relación con esfuerzos, con pérdida de conci<strong>en</strong>cia,<br />

palidez, frialdad g<strong>en</strong>eralizada, respiración l<strong>en</strong>ta y superfi cial y disminución de los<br />

pulsos. Estas crisis son debidas a un bajo gasto cardiaco y se produc<strong>en</strong> <strong>en</strong> cardiopatías<br />

como la est<strong>en</strong>osis aórtica severa, la est<strong>en</strong>osis pulmonar crítica, la hipert<strong>en</strong>sión pulmonar<br />

severa, miocardiopatías y arritmias graves. Esta sintomatología hay que difer<strong>en</strong>ciarla<br />

del síncope vasovagal, que es el más frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> niños y adolesc<strong>en</strong>tes sanos (6) y<br />

siempre va precedido de unos pródromos de advert<strong>en</strong>cia percibidos por el niño (inestabilidad,<br />

palidez, sudoración, etc.).<br />

Debemos preguntar acerca de la exist<strong>en</strong>cia de palpitaciones, que son la percepción<br />

por parte del paci<strong>en</strong>te de los trastornos del ritmo cardiaco. Habrá que profundizar <strong>en</strong><br />

su duración, periodicidad, forma de terminación, síntomas acompañantes, etc.<br />

Una causa muy frecu<strong>en</strong>te de consulta <strong>en</strong> niños y adolesc<strong>en</strong>tes es el dolor torácico,<br />

el cual afortunadam<strong>en</strong>te rara vez está relacionado con una <strong>en</strong>fermedad grave. La<br />

mayoría de las veces son de causa musculoesquelética, respiratoria, digestiva, psicóg<strong>en</strong>a<br />

e idiopática. Las causas cardiacas supon<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os del 5% de los casos de etiología<br />

id<strong>en</strong>tifi cable (7,8) . En las raras ocasiones <strong>en</strong> que el orig<strong>en</strong> es cardiaco, puede ser<br />

debido a anomalías estructurales tales como obstrucciones al tracto de salida del VI,<br />

prolapso de la válvula mitral, anomalías coronarias, o bi<strong>en</strong> a cardiopatías adquiridas<br />

como pericarditis aguda, miocarditis, <strong>en</strong>fermedad de Kawasaki, disección aórtica<br />

(síndrome Marfan) o arritmias.<br />

Debemos interrogar sobre el dolor al propio paci<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cuanto a su localización,<br />

duración y si pres<strong>en</strong>ta características anginosas o de síncope con el esfuerzo, lo cual<br />

nos permitirá su difer<strong>en</strong>ciación <strong>en</strong>tre dolor torácico cardiaco o de otra etiología.<br />

EXPLORACIÓN FÍSICA<br />

La <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> debe seguir las líneas <strong>pediátrica</strong>s clásicas. Es muy importante<br />

establecer una secu<strong>en</strong>cia habitual que reduzca al mínimo las omisiones.<br />

3


4<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

Tabla 1. Cifras de presión arterial normal (perc<strong>en</strong>til 90)<br />

Implantaremos<br />

la sigui<strong>en</strong>te secu<strong>en</strong>-<br />

Edad Presión arterial (mmHg) cia clásica: deter-<br />

Neonatos a término 60/35-87/63<br />

minación de signos<br />

Lactantes (1-12 meses)<br />

Niños de 1-10 años<br />

Niños de 10-14 años<br />

Niños de 14-18 años<br />

87/63-105/69<br />

105/69-117/75<br />

117/75-126/78<br />

126/78-136/84<br />

vitales, inspección,<br />

palpación y auscultación.<br />

No obstante,<br />

si observamos que<br />

el niño va a ser mal<br />

colaborador, debemos<br />

com<strong>en</strong>zar por la auscultación <strong>en</strong> brazos de la madre, con objeto de poder escuchar<br />

con at<strong>en</strong>ción los tonos y soplos cardiacos y sus características.<br />

Determinación de los signos vitales<br />

La determinación de la frecu<strong>en</strong>cia cardiaca, la frecu<strong>en</strong>cia respiratoria y la presión<br />

arterial sistémica es fundam<strong>en</strong>tal para realizar una bu<strong>en</strong>a <strong>exploración</strong> cardiaca (9) . Los<br />

dos primeros parámetros los desarrollaremos más adelante. Nos referiremos ahora a<br />

la presión arterial sistémica.<br />

La determinación de la presión arterial es imprescindible <strong>en</strong> toda <strong>exploración</strong>. Se<br />

debe determinar <strong>en</strong> ambas extremidades superiores y al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> una extremidad<br />

inferior. El niño debe permanecer relajado, <strong>en</strong> decúbito supino o s<strong>en</strong>tado.<br />

El método auscultatorio con esfi gmomanómetro de mercurio sigue si<strong>en</strong>do el más<br />

exacto, aunque se pued<strong>en</strong> utilizar los métodos digitales actuales. El manguito debe<br />

cubrir las dos terceras partes de los brazos o las piernas.<br />

Exist<strong>en</strong> tablas para comparar las cifras de t<strong>en</strong>sión arterial normal <strong>en</strong> el niño, según<br />

los perc<strong>en</strong>tiles de edad, estatura y sexo (10-12) .<br />

Se defi ne como presión arterial normal la presión sistólica/diastólica por debajo del<br />

perc<strong>en</strong>til 90 para edad, estatura y sexo (13) .<br />

Se defi ne como hipert<strong>en</strong>sión arterial la presión sistólica/diastólica igual o mayor al<br />

perc<strong>en</strong>til 95 para edad, estatura y sexo medida al m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> 3 ocasiones difer<strong>en</strong>tes (13) .<br />

Como regla g<strong>en</strong>eral práctica, las cifras de presión arterial normal (perc<strong>en</strong>til 90) y<br />

sus oscilaciones se expresan <strong>en</strong> la Tabla 1.<br />

Inspección<br />

Con el niño <strong>en</strong> decúbito supino y desvestido, nos fi jaremos <strong>en</strong> si su estado g<strong>en</strong>eral es<br />

bu<strong>en</strong>o o pres<strong>en</strong>ta aspecto de <strong>en</strong>fermedad.<br />

Observaremos si su f<strong>en</strong>otipo es normal, pres<strong>en</strong>ta rasgos dismórfi cos o pres<strong>en</strong>ta rasgos<br />

característicos de determinados síndromes asociados con cardiopatías congénitas (14) ,<br />

tales como síndrome de Down, síndrome de Edwars, síndrome de Turner, síndrome de<br />

Noonan, síndrome de Klinefelter, síndrome de Williams, síndrome de Ellis van Creveld,<br />

síndrome de Holt-Oram, síndrome CATCH 22, síndrome rubeólico, síndrome alcohólico-fetal,<br />

o determinadas metabolopatías como mucopolisacaridosis, glucog<strong>en</strong>osis, etc.


J. Santos<br />

Estudiaremos si su respiración es normal o pres<strong>en</strong>ta anormalidades tales como<br />

taquipnea, aleteo nasal, disnea, tiraje, ritmo irregular, pausas de apnea, etc. La taquipnea<br />

suele acompañar a cardiopatías con presión v<strong>en</strong>osa pulmonar alta, mi<strong>en</strong>tras la disnea<br />

se observa más <strong>en</strong> relación con neumopatías.<br />

Examinaremos la pared torácica; si existe abombami<strong>en</strong>to del hemitórax izquierdo,<br />

pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> niños con cortocircuitos izquierda-derecha importantes, u otras anomalías<br />

como pectum excavatum, tórax <strong>en</strong> quilla, etc.<br />

Localizaremos el punto de máximo impulso cardiaco, que habitualm<strong>en</strong>te está <strong>en</strong> la<br />

intercepción de la línea media clavicular con el 4.º espacio intercostal izquierdo. En<br />

caso de dextrocardia, se observará <strong>en</strong> el lado derecho. En caso de agrandami<strong>en</strong>to del<br />

VI, se localizará más abajo y hacia d<strong>en</strong>tro.<br />

En el cuello podemos observar el latido carotídeo <strong>en</strong> casos de insufi ci<strong>en</strong>cia aórtica<br />

signifi cativa. En procesos de disfunción v<strong>en</strong>tricular derecha, podemos percibir la dist<strong>en</strong>sión<br />

de las v<strong>en</strong>as del cuello.<br />

Podemos, asimismo, investigar malformaciones esqueléticas (síndrome de Holt-<br />

Oram, síndrome de Marfan).<br />

La coloración de la piel y las mucosas debe ser cuidadosam<strong>en</strong>te observada. La<br />

cianosis aparece cuando la cantidad de hemoglobina reducida <strong>en</strong> sangre supera los<br />

5 g% (1) y es difícil de detectar <strong>clínica</strong>m<strong>en</strong>te, a m<strong>en</strong>os que la saturación arterial de oxíg<strong>en</strong>o<br />

sea ≤ 85%. El mejor indicador de la cianosis es la l<strong>en</strong>gua, ya que su vascularización<br />

es abundante y está libre de pigm<strong>en</strong>tación.<br />

La distribución de la cianosis –si es c<strong>en</strong>tral o periférica– nos puede ayudar a conocer<br />

su mecanismo de producción. La cianosis g<strong>en</strong>eralizada o c<strong>en</strong>tral se produce por<br />

un elevado cont<strong>en</strong>ido de hemoglobina reducida debido a un cortocircuito derechaizquierda<br />

<strong>en</strong> una cardiopatía congénita, o bi<strong>en</strong> a una afección pulmonar con anomalías<br />

de v<strong>en</strong>tilación-perfusión y défi cit de oxig<strong>en</strong>ación secundario (15) .<br />

La cianosis periférica, que se observa <strong>en</strong> la parte distal de las extremidades y <strong>en</strong> las<br />

partes acras faciales, se asocia a cuadros de shock con bajo gasto cardiaco, con fl ujo<br />

periférico disminuido y extracción exagerada de oxíg<strong>en</strong>o tisular.<br />

En los niños mayores, la cianosis cardiaca se acompaña de acropaquias (uñas <strong>en</strong><br />

vidrio de reloj).<br />

Por último, por la inspección valoraremos el estado nutricional y la morfología<br />

abdominal.<br />

Palpación<br />

Debemos palpar el cuello, el tórax, el abdom<strong>en</strong>, los pulsos periféricos y la espalda.<br />

Con la mano ext<strong>en</strong>dida <strong>en</strong> el hemitórax izquierdo, podemos palpar un “corazón<br />

hiperdinámico”, propio de las sobrecargas de volum<strong>en</strong>, o un “corazón quieto”, propio<br />

de las miocardiopatías o cardiopatías con oligohemia pulmonar (tetralogía de Fallot).<br />

El impulso cardiaco se palpa normalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la intercepción de la línea medio-clavicular<br />

con el 4.º espacio intercostal izquierdo. En caso de predominancia del VI, lo<br />

palparemos a la izquierda de la línea medio-clavicular. Cuando existe predominio del<br />

v<strong>en</strong>trículo derecho (VD), el impulso cardiaco lo palparemos a la derecha y debajo de<br />

5


6<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

su localización normal. En caso de hipert<strong>en</strong>sión pulmonar severa, se puede palpar el<br />

2.º tono <strong>en</strong> la línea paraesternal izquierda.<br />

Los frémitos o thrills son vibraciones detectadas distales a los soplos y que acompañan<br />

a muchos soplos signifi cativos. Los thrills de la base (est<strong>en</strong>osis aórtica o pulmonar según<br />

la localización) se palpan mejor con el niño inclinado hacia delante. Los thrills de comunicación<br />

interv<strong>en</strong>tricular (CIV) se palpan <strong>en</strong> el mesocardio irradiados hacia la derecha.<br />

En el abdom<strong>en</strong> debemos palpar el tamaño y la textura del hígado y el bazo, así<br />

como investigar la pres<strong>en</strong>cia de líquido libre (ascitis). Asimismo, debemos valorar la<br />

pres<strong>en</strong>cia o aus<strong>en</strong>cia de refl ujo hepatoyugular.<br />

La palpación de los pulsos periféricos radiales y femorales es de gran importancia<br />

<strong>en</strong> la <strong>exploración</strong> cardiaca. Con esta s<strong>en</strong>cilla maniobra podemos diagnosticar una<br />

coartación de la aorta si advertimos aus<strong>en</strong>cia o disminución importante de los pulsos<br />

femorales respecto de los radiales.<br />

En neonatos y lactantes, <strong>en</strong> vez de los pulsos radiales, palpamos los pulsos axilares,<br />

que son más fáciles. En adolesc<strong>en</strong>tes podemos palpar los pulsos pedios <strong>en</strong> vez de<br />

los femorales. Debemos establecer la calidad y regularidad de los pulsos. Los pulsos<br />

amplios (pulsos céler) se relacionan con un escape diastólico aórtico (ductus, insufi -<br />

ci<strong>en</strong>cia aórtica, fístula arteriov<strong>en</strong>osa, etc.). Los pulsos débiles nos hablan de obstrucciones<br />

al tracto de salida izquierdo o situaciones de bajo gasto. Los pulsos irregulares<br />

nos hablan de arritmias. Sin embargo, los cambios de frecu<strong>en</strong>cia del pulso con la respiración<br />

son normales (arritmia sinusal respiratoria).<br />

Es necesario examinar y palpar la espalda, ya que las escoliosis son frecu<strong>en</strong>tes <strong>en</strong><br />

niños y adolesc<strong>en</strong>tes con cardiopatías congénitas.<br />

Auscultación<br />

La auscultación es es<strong>en</strong>cial d<strong>en</strong>tro de la <strong>exploración</strong> cardiaca. La realizamos con el<br />

fon<strong>en</strong>doscopio, que debe ser siempre el del propio examinador. Aunque la elección<br />

es personal, necesitamos un fon<strong>en</strong>doscopio de calidad, biaural, con combinación de<br />

campana y diafragma, con tubos de goma de longitud no superior a 45 cm y con una<br />

luz interior de 3 mm (16) . Por lo g<strong>en</strong>eral, los sonidos de baja frecu<strong>en</strong>cia los escuchamos<br />

mejor con la campana, mi<strong>en</strong>tras que los de alta frecu<strong>en</strong>cia se auscultan mejor con<br />

el diafragma. Lo más importante es la integridad del hermetismo acústico desde la<br />

superfi cie cutánea al conducto auditivo.<br />

En la producción de los ruidos cardiacos están implicadas las vibraciones de los<br />

aparatos valvulares, del miocardio, el pericardio y la pared torácica (17) .<br />

Antes de la id<strong>en</strong>tifi cación de los tonos cardiacos, anotaremos la frecu<strong>en</strong>cia cardiaca<br />

y el ritmo.<br />

En el niño la frecu<strong>en</strong>cia cardiaca (Tabla 2) está sujeta a grandes variaciones según<br />

la edad. Las cifras normales del adulto se alcanzan sobre los 15-16 años.<br />

Las alteraciones del ritmo las vamos a observar <strong>en</strong> la insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca con cad<strong>en</strong>cia<br />

<strong>en</strong> 3 tiempos (ritmo de galope) por 3. er o 4.º tono y <strong>en</strong> las arritmias, principalm<strong>en</strong>te la<br />

taquicardia suprav<strong>en</strong>tricular paroxística con frecu<strong>en</strong>cias de <strong>en</strong>tre 180 y 300 lpm y los bloqueos<br />

auriculov<strong>en</strong>triculares (AV) congénitos con frecu<strong>en</strong>cias de <strong>en</strong>tre 40 y 80 lpm.


Para analizar los tonos cardiacos,<br />

t<strong>en</strong>dremos <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />

su int<strong>en</strong>sidad y si los auscultamos<br />

únicos o desdoblados.<br />

El 1. er tono coincide con<br />

el cierre de las válvulas AV<br />

(mitral y tricúspide). Su desdoblami<strong>en</strong>to<br />

no suele escucharse.<br />

Su int<strong>en</strong>sidad está<br />

aum<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> las situaciones<br />

<strong>en</strong> las que se prolonga el paso<br />

Tabla 2. Variaciones de la frecu<strong>en</strong>cia<br />

cardiaca según la edad<br />

Edad Frecu<strong>en</strong>cia cardiaca (lpm)<br />

Neonato 80-170<br />

Lactantes 80-160<br />

1-2 años 80-130<br />

4-7 años 80-120<br />

9-12 años 65-110<br />

J. Santos<br />

de sangre auricular hacia los v<strong>en</strong>trículos, como la est<strong>en</strong>osis mitral y tricuspídea. Está<br />

disminuida <strong>en</strong> las miocardiopatías y estados de shock.<br />

El 2.º tono coincide con el cierre de las válvulas semilunares aórtica y pulmonar.<br />

G<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te, ti<strong>en</strong>e un primer compon<strong>en</strong>te aórtico (2A) y un segundo compon<strong>en</strong>te<br />

pulmonar (2P).<br />

El desdoblami<strong>en</strong>to no fi jo del 2.º tono ac<strong>en</strong>tuado <strong>en</strong> la inspiración es fi siológico<br />

<strong>en</strong> el niño. No es raro que nos <strong>en</strong>ví<strong>en</strong> a la consulta de <strong>cardiología</strong> un niño para estudio<br />

de soplo cardiaco cuando <strong>en</strong> realidad lo que ti<strong>en</strong>e es un desdoblami<strong>en</strong>to fi siológico<br />

del 2.º tono.<br />

El desdoblami<strong>en</strong>to amplio y fi jo se produce <strong>en</strong> las sobrecargas de volum<strong>en</strong> del VD<br />

(comunicación interauricular, dr<strong>en</strong>aje v<strong>en</strong>oso pulmonar anómalo), cuando se retrasa<br />

su activación <strong>en</strong> los bloqueos de la rama derecha, o bi<strong>en</strong> por prolongación de la sístole<br />

mecánica, como ocurre <strong>en</strong> la est<strong>en</strong>osis pulmonar. En este último caso, decimos que<br />

el segundo compon<strong>en</strong>te (2P) está retrasado y disminuido de int<strong>en</strong>sidad.<br />

El 2.º tono único lo <strong>en</strong>contramos <strong>en</strong> los casos de atresia de una válvula semi lunar,<br />

como la atresia pulmonar, la atresia aórtica y el truncus arterioso.<br />

Un 2.º tono de int<strong>en</strong>sidad aum<strong>en</strong>tada es característico de la hipert<strong>en</strong>sión arterial<br />

pulmonar (2P) o sistémica (2A).<br />

El 3. er tono se produce al comi<strong>en</strong>zo de la diástole, coincidi<strong>en</strong>do con la fase de ll<strong>en</strong>ado<br />

v<strong>en</strong>tricular rápido. Es de baja frecu<strong>en</strong>cia y se escucha mejor con la campana <strong>en</strong><br />

ápex <strong>en</strong> niños normales y atletas, y también <strong>en</strong> estados circulatorios hipercinéticos.<br />

El 4.º tono, de baja frecu<strong>en</strong>cia, no es audible <strong>en</strong> condiciones fi siológicas. Se produce<br />

al fi nal de la diástole (telediástole), coincidi<strong>en</strong>do con la contracción atrial, y siempre<br />

es patológico. Lo podemos escuchar <strong>en</strong> la ICC y <strong>en</strong> casos de compliance defi ci<strong>en</strong>te<br />

(miocardiopatías) (18) .<br />

Clicks sistólicos de eyección. Es un sonido sistólico precoz de alta frecu<strong>en</strong>cia y<br />

mínima duración que sigue al 1. er tono. Lo escuchamos <strong>en</strong> las est<strong>en</strong>osis de las válvulas<br />

semilunares o <strong>en</strong> casos de fl ujo excesivo cruzando las válvulas normales. En el prolapso<br />

mitral también solemos escuchar <strong>en</strong> ápex un click mesosistólico seguido de un<br />

soplo telesistólico.<br />

Chasquidos diastólicos de apertura. Se produc<strong>en</strong> después del 2.º tono inmediatam<strong>en</strong>te<br />

antes de com<strong>en</strong>zar el ll<strong>en</strong>ado v<strong>en</strong>tricular. Los escuchamos <strong>en</strong> las est<strong>en</strong>osis<br />

mitral y tricúspide.<br />

7


8<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

Soplos cardiacos<br />

Los soplos cardiacos los podemos defi nir como vibraciones audibles de las turbul<strong>en</strong>cias<br />

producidas <strong>en</strong> el fl ujo sanguíneo a su paso por las cavidades cardiacas y los vasos sanguíneos,<br />

<strong>en</strong> condiciones anormales de presión y velocidad. Hay controversia acerca de si<br />

los soplos son el resultado directo de la turbul<strong>en</strong>cia o la consecu<strong>en</strong>cia de la misma.<br />

T<strong>en</strong>emos que evaluar los soplos <strong>en</strong> función de una serie de características, como<br />

son el tiempo de ciclo cardiaco <strong>en</strong> que se produc<strong>en</strong>, la duración, la int<strong>en</strong>sidad, la localización,<br />

la irradiación y la calidad (1,11,17,19) .<br />

Según su situación <strong>en</strong> el ciclo cardiaco, los soplos pued<strong>en</strong> ser sistólicos, diastólicos<br />

o continuos.<br />

En un niño asintomático, gran parte de los soplos sistólicos (de grado < 3/6) descubiertos<br />

<strong>en</strong> una <strong>exploración</strong> sistemática son de carácter funcional o inoc<strong>en</strong>te, mi<strong>en</strong>tras<br />

que la auscultación de un soplo diastólico implica siempre patología. Según su<br />

int<strong>en</strong>sidad, los clasifi caremos <strong>en</strong> grados de 1 a 6. A partir de grado 3/6 suel<strong>en</strong> ser<br />

patológicos. A partir del 4/6 se acompañan de frémito. Los grados 5 y 6 correspond<strong>en</strong><br />

a soplos muy int<strong>en</strong>sos que pued<strong>en</strong> auscultarse sin necesidad de aplicar el fon<strong>en</strong>doscopio<br />

a la pared torácica. Según su duración con respecto al ciclo cardiaco, pued<strong>en</strong><br />

ocupar la primera parte de la sístole (protosistólico), la segunda (mesosistólico),<br />

la primera y la segunda (protomesosistólico), la tercera parte (telesistólico) o toda la<br />

sístole (pansistólico u holosistólico). Para los soplos diastólicos sucede lo mismo. Si<br />

el soplo ocupa la sístole y diástole, hablamos de soplo continuo. La localización la<br />

referimos prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te a los focos clásicos: aórtico (2.º espacio intercostal derecho),<br />

pulmonar (2.º espacio intercostal izquierdo), tricuspídeo (mesocardio: 4.º-5.º<br />

espacio intercostal izquierdo) y mitral (ápex). Los soplos se pued<strong>en</strong> irradiar hacia<br />

la fosa supraclavicular y los vasos del cuello (aórtico), a lo largo de la línea paraesternal<br />

izquierda, la espalda y las axilas (pulmonares), desde el mesocardio <strong>en</strong> banda<br />

hacia la derecha (CIV), desde el ápex hacia la izquierda (insufi ci<strong>en</strong>cia mitral), etc.<br />

Respecto a la calidad, hablamos de soplo rudo, vibratorio, musical, etc.<br />

Soplos sistólicos<br />

Los clasifi camos <strong>en</strong> soplos de eyección y soplos de regurgitación.<br />

• Los soplos de eyección ti<strong>en</strong><strong>en</strong> su máxima int<strong>en</strong>sidad <strong>en</strong> la mesosístole y terminan<br />

antes del 2.º tono. Su int<strong>en</strong>sidad guarda proporción con la presión perdida a través del<br />

orifi cio est<strong>en</strong>ótico y con la cantidad de sangre que la atraviesa. Se irradian <strong>en</strong> la dirección<br />

del fl ujo. Correspond<strong>en</strong> a est<strong>en</strong>osis de los tractos de salida v<strong>en</strong>triculares derecho<br />

e izquierdo a nivel valvular, subvalvular o supravalvular (aórtico, pulmonar), o bi<strong>en</strong> a<br />

hiperafl ujo a través de una válvula normal (comunicación interauricular).<br />

• Los soplos de regurgitación se inician inmediatam<strong>en</strong>te después del 1. er ruido y<br />

continúan uniformem<strong>en</strong>te durante toda la sístole (pansistólicos). Correspond<strong>en</strong> al<br />

paso de corri<strong>en</strong>te sanguínea durante la sístole de una cámara de alta presión a otra de<br />

presión más baja, como ocurre <strong>en</strong> las insufi ci<strong>en</strong>cias de las válvulas mitral y tricúspide<br />

y <strong>en</strong> las comunicaciones interv<strong>en</strong>triculares.


Soplos diastólicos<br />

J. Santos<br />

Las clasifi camos <strong>en</strong> soplos de regurgitación y de ll<strong>en</strong>ado.<br />

• Los soplos de regurgitación se produc<strong>en</strong> inmediatam<strong>en</strong>te después del 2.º tono (protodiastólicos)<br />

y se g<strong>en</strong>eran <strong>en</strong> las insufi ci<strong>en</strong>cias de las válvulas aórtica y pulmonar.<br />

• Los soplos de ll<strong>en</strong>ado los escuchamos <strong>en</strong> la mesodiástole y la telediástole. Los<br />

mesodiastólicos correspond<strong>en</strong> a la fase diastólica de ll<strong>en</strong>ado rápido, y los telediastólicos<br />

coincid<strong>en</strong> con la fase de contracción auricular, aunque estos últimos son raros <strong>en</strong> niños.<br />

Los soplos de ll<strong>en</strong>ado los escuchamos <strong>en</strong> las est<strong>en</strong>osis mitral y tricúspide y <strong>en</strong> situaciones<br />

de hiperafl ujo a través de dichas válvulas, como <strong>en</strong> las comunicaciones interv<strong>en</strong>triculares<br />

(foco mitral) o <strong>en</strong> las comunicaciones interauriculares (foco tricúspide).<br />

Soplos continuos<br />

Son los que escuchamos durante la sístole y la diástole y son causados por el paso<br />

continuo de sangre desde una zona de alta presión a otra de baja presión, mant<strong>en</strong>iéndose<br />

dicho gradi<strong>en</strong>te de presión a lo largo de todo el ciclo cardiaco. Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> la<br />

característica de “soplo <strong>en</strong> maquinaria”. Casi siempre son de orig<strong>en</strong> vascular. El más<br />

conocido es el ductus arterioso permeable y la v<strong>en</strong>tana aortopulmonar (comunicación<br />

aortopulmonar). También se escuchan ante la pres<strong>en</strong>cia de fístulas arteriov<strong>en</strong>osas<br />

(auscultar la cabeza y el hígado), <strong>en</strong> coartación de la aorta, truncus arterioso, fístulas<br />

quirúrgicas sistémico-pulmonares, pres<strong>en</strong>cia de arterias colaterales sistémico-pulmonares,<br />

zumbido v<strong>en</strong>oso, est<strong>en</strong>osis de arterias periféricas, etc.<br />

Soplos inoc<strong>en</strong>tes<br />

Se defi n<strong>en</strong> como un soplo cardiaco o vascular producido al paso de la sangre sobre un<br />

sistema cardiovascular normal. Ti<strong>en</strong>e difer<strong>en</strong>tes d<strong>en</strong>ominaciones, tales como inoc<strong>en</strong>tes,<br />

funcionales, fi siológicos, b<strong>en</strong>ignos, no patológicos, sin repercusión hemodinámica, etc.<br />

La d<strong>en</strong>ominación más usada es la de soplo inoc<strong>en</strong>te, introducida por Evans <strong>en</strong> 1947, que<br />

señala un carácter clínico primordial, la aus<strong>en</strong>cia de patología cardiaca.<br />

Respecto a su incid<strong>en</strong>cia, son muy frecu<strong>en</strong>tes, se escuchan <strong>en</strong> el 60-85% de los niños<br />

normales <strong>en</strong> algún mom<strong>en</strong>to de la niñez, sobre todo <strong>en</strong>tre los 3 y los 6 años de edad (19-23) .<br />

Ti<strong>en</strong><strong>en</strong> una serie de características comunes:<br />

• Son de corta duración (nunca ocupan toda la sístole).<br />

• Son de baja int<strong>en</strong>sidad (>3/6).<br />

• No se acompañan de thrill o ruidos accesorios (click).<br />

• Se acompañan de un 2.º tono normal.<br />

• Nunca son diastólicos.<br />

• Se localizan <strong>en</strong> un área bi<strong>en</strong> defi nida y no se irradian.<br />

• Cambian de int<strong>en</strong>sidad con la posición del paci<strong>en</strong>te.<br />

• Se escuchan o ac<strong>en</strong>túan <strong>en</strong> estados circulatorios hiperdinámicos (ansiedad, anemia,<br />

hipertiroidismo, estado febril).<br />

• Se acompañan de Rx de tórax y ECG normal.<br />

9


10<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

La etiología exacta de estos soplos no está bi<strong>en</strong> defi nida, aunque se atribuy<strong>en</strong> a<br />

varias causas: la estrechez de los tractos de salida v<strong>en</strong>triculares <strong>en</strong> los niños respecto<br />

a los adultos, por lo que la sangre puede alcanzar una velocidad mayor y originar un<br />

soplo; la mayor proximidad de las estructuras cardiacas a la pared torácica; la pres<strong>en</strong>cia<br />

de falsos t<strong>en</strong>dones <strong>en</strong> el VI; vibraciones exageradas con la contracción v<strong>en</strong>tricular;<br />

e increm<strong>en</strong>to del gasto cardiaco (17,23,24) .<br />

En nuestra experi<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> muchas ocasiones <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de soplo inoc<strong>en</strong>te <strong>en</strong><br />

el mesocardio, observamos con ecocardiografía Doppler-color pequeños remolinos y<br />

mínimas regurgitaciones no patológicas <strong>en</strong> la válvula tricúspide que p<strong>en</strong>samos son las<br />

causantes de dichos soplos.<br />

Los soplos inoc<strong>en</strong>tes más frecu<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> el niño son: el soplo vibratorio de Still, los<br />

soplos basales pulmonar y aórtico, el soplo de ramas pulmonares, el soplo supraclavicular<br />

y el zumbido v<strong>en</strong>oso.<br />

Soplo vibratorio de Still<br />

Es el más común. Se id<strong>en</strong>tifi ca <strong>en</strong> el 75-85% de los niños <strong>en</strong> edad escolar. Con m<strong>en</strong>or<br />

frecu<strong>en</strong>cia se pres<strong>en</strong>ta también <strong>en</strong> niños preescolares y adolesc<strong>en</strong>tes. Es un soplo<br />

mesosistólico de carácter vibratorio y musical de int<strong>en</strong>sidad 2/6 y de baja frecu<strong>en</strong>cia.<br />

Se escucha mejor <strong>en</strong> decúbito supino, <strong>en</strong> el punto medio <strong>en</strong>tre el borde esternal<br />

izquierdo y el ápex. Su int<strong>en</strong>sidad varía con los cambios posturales. Como <strong>en</strong> todos<br />

los soplos inoc<strong>en</strong>tes, la Rx de tórax y el ECG son normales.<br />

El diagnóstico difer<strong>en</strong>cial lo haremos con soplos de CIV, est<strong>en</strong>osis subaórtica y<br />

miocardiopatía hipertrófi ca. Estas <strong>en</strong>tidades no pres<strong>en</strong>tan soplos musicales, sino ruidos<br />

de mayor int<strong>en</strong>sidad, con irradiación, sin cambios con la posición y <strong>en</strong> muchos<br />

casos, asociados a frémito.<br />

Soplo pulmonar de Fogel<br />

Es auscultable casi <strong>en</strong> el 90% de los niños <strong>en</strong>tre 8 y 14 años. Se ausculta <strong>en</strong> el borde<br />

esternal superior izquierdo <strong>en</strong> posición de decúbito supino, como un soplo protosistólico,<br />

eyectivo y no vibratorio de baja int<strong>en</strong>sidad. Se escucha mejor <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de<br />

anomalías torácicas, como pectum excavatum, tórax plano y cifoescoliosis. El diagnóstico<br />

difer<strong>en</strong>cial se hace con el soplo de CIA y de est<strong>en</strong>osis pulmonar. En la CIA<br />

escuchamos un desdoblami<strong>en</strong>to fi jo del 2.º tono y un retumbo diastólico <strong>en</strong> el foco tricuspídeo.<br />

Los soplos de est<strong>en</strong>osis pulmonar son eyectivos, de alta int<strong>en</strong>sidad y g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te<br />

con thrill y click de eyección.<br />

Soplo sistólico aórtico<br />

Su orig<strong>en</strong> está <strong>en</strong> el tracto de salida del VI. Se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> niños escolares y adolesc<strong>en</strong>tes.<br />

Es un soplo que escuchamos <strong>en</strong> el 2.º espacio intercostal derecho, protosistólico<br />

de carácter eyectivo y de baja int<strong>en</strong>sidad. Aum<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> condiciones de gasto cardiaco<br />

elevado tales como fi ebre, anemia, hipertiroidismo y ansiedad.


J. Santos<br />

El diagnóstico difer<strong>en</strong>cial debe hacerse con el soplo de la miocardiopatía hipertrófi<br />

ca, <strong>en</strong> cuyo caso el soplo aum<strong>en</strong>ta al hacer la maniobra de Valsalva y disminuye con<br />

la posición “<strong>en</strong> cuclillas”.<br />

Soplo de est<strong>en</strong>osis pulmonar de las ramas<br />

Es muy frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong> recién nacidos y lactantes hasta los 6 meses de vida. Se debe al<br />

tamaño relativam<strong>en</strong>te pequeño de las ramas pulmonares al nacer y la angulación que<br />

forman con el tronco pulmonar. Es un soplo sistólico eyectivo de baja int<strong>en</strong>sidad que<br />

se ausculta <strong>en</strong> el borde esternal superior izquierdo, las axilas y la espalda. Si permanece<br />

más allá de los 6 primeros meses de vida, se deb<strong>en</strong> investigar anomalías estructurales<br />

de las ramas pulmonares. Este soplo pres<strong>en</strong>ta grandes difi cultades para la evaluación<br />

<strong>pediátrica</strong>, ya que a esta edad la incid<strong>en</strong>cia de cardiopatías congénitas es alta. Por<br />

tanto, estimamos que su diagnóstico debe realizarlo un cardiólogo pediatra.<br />

Soplo sistólico supraclavicular o carotídeo<br />

Se puede oír <strong>en</strong> niños normales de cualquier edad. Se ausculta mejor <strong>en</strong> la fosa supraclavicular<br />

y/o <strong>en</strong> el cuello. Es de comi<strong>en</strong>zo brusco y abarca la protomesosístole. Su<br />

int<strong>en</strong>sidad decrece o desaparece completam<strong>en</strong>te con los hombros superext<strong>en</strong>didos.<br />

El diagnóstico difer<strong>en</strong>cial lo hacemos con la est<strong>en</strong>osis aórtica. En ésta la máxima<br />

int<strong>en</strong>sidad se ausculta <strong>en</strong> el 2.º espacio intercostal derecho y se irradia hacia el cuello.<br />

Zumbido v<strong>en</strong>oso<br />

Es el único soplo inoc<strong>en</strong>te continuo y puede escucharse <strong>en</strong> niños principalm<strong>en</strong>te de 3 a<br />

6 años de edad. Se debe al aum<strong>en</strong>to de fl ujo <strong>en</strong> las v<strong>en</strong>as del cuello y lo escuchamos <strong>en</strong><br />

el borde torácico superior derecho (más frecu<strong>en</strong>te) o izquierdo. Desaparece con movimi<strong>en</strong>tos<br />

laterales de la cabeza o comprimi<strong>en</strong>do la v<strong>en</strong>a yugular. Es más int<strong>en</strong>so <strong>en</strong><br />

posición vertical o s<strong>en</strong>tado, y disminuye o desaparece <strong>en</strong> decúbito. Colocando el estetoscopio<br />

<strong>en</strong> el punto de máxima int<strong>en</strong>sidad del soplo, si hacemos una ligera presión,<br />

aum<strong>en</strong>ta de int<strong>en</strong>sidad, mi<strong>en</strong>tras que, si aum<strong>en</strong>tamos la presión, desaparece.<br />

EXPLORACIÓN DE OTROS ÓRGANOS<br />

Pulmones<br />

Al igual que el corazón, los pulmones se deb<strong>en</strong> explorar mediante inspección y auscultación.<br />

La inspección proporciona una valiosa información acerca de la frecu<strong>en</strong>cia<br />

respiratoria, pres<strong>en</strong>cia de disnea, tiraje, respiración irregular, anomalías torácicas, etc.<br />

La auscultación nos mostrará si hay ruidos patológicos como sibilancias, estertores,<br />

subcrepitantes o crepitantes, al mismo tiempo que nos informará si el intercambio de<br />

aire es pequeño, sufi ci<strong>en</strong>te o excesivo. Mant<strong>en</strong>er el estetoscopio delante de la boca del<br />

niño nos da información útil acerca del volum<strong>en</strong> de v<strong>en</strong>tilación pulmonar.<br />

11


12<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

Hígado<br />

Mediante la palpación obt<strong>en</strong>dremos su posición a la derecha (normal), c<strong>en</strong>tral (posible<br />

heterotaxia con anomalías cardiacas graves) o la izquierda (situs inversus visceroatrial).<br />

Palparemos si existe hepatomegalia o signo de insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca congestiva.<br />

Los lactantes sanos pres<strong>en</strong>tan un hígado palpable pero no aum<strong>en</strong>tado de<br />

tamaño.<br />

Debemos auscultar el hígado para descartar fístulas arteriov<strong>en</strong>osas sistémicas<br />

(soplos continuos).<br />

Bazo<br />

La insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca congestiva rara vez increm<strong>en</strong>ta el tamaño del bazo. Sin<br />

embargo, la <strong>en</strong>docarditis infecciosa cursa con una espl<strong>en</strong>omegalia manifi esta que nos<br />

puede inducir hacia el diagnóstico.<br />

Sistema nervioso<br />

Se debe llevar a cabo una <strong>exploración</strong> neurológica cuidadosa, sobre todo <strong>en</strong> niños<br />

con cardiopatías cianóticas, dado el número de anomalías que se asocian <strong>en</strong> estos<br />

casos. Hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta alteraciones difusas o focales por f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os de tipo<br />

hipóxico o tromboembólicos. Igualm<strong>en</strong>te, t<strong>en</strong>emos que p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> el acceso cerebral<br />

<strong>en</strong> niños con cardiopatías cianóticas que pres<strong>en</strong>tan un cuadro febril con vómitos<br />

y cefaleas.<br />

En neonatos y lactantes con signos de insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca, es muy importante<br />

la auscultación de la cabeza para descartar soplos continuos por fístulas arteriov<strong>en</strong>osas<br />

(malformación de la v<strong>en</strong>a de Gal<strong>en</strong>o). Esta s<strong>en</strong>cilla maniobra nos facilitará el<br />

diagnóstico.<br />

VALORACIÓN CLÍNICA Y REFERENCIA AL CARDIÓLOGO PEDIATRA<br />

Una vez realizada la historia <strong>clínica</strong> y la <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> del niño, se debe practicar<br />

una Rx postero-anterior (PA) de tórax <strong>en</strong> tele (niño vertical con un tubo de Rx a<br />

1,80 m de la placa, y ésta pegada al pecho) y un ECG basal.<br />

Casos de <strong>en</strong>vío al cardiólogo pediatra<br />

Una vez efectuada la valoración <strong>clínica</strong> por el pediatra, deb<strong>en</strong> ser <strong>en</strong>viados al cardiólogo<br />

pediatra, para diagnóstico y tratami<strong>en</strong>to, los sigui<strong>en</strong>tes casos:<br />

• Niños con signos y/o síntomas sugestivos de cardiopatía congénita.<br />

• Niños con signos y síntomas sugestivos de insufi ci<strong>en</strong>cia cardiaca.<br />

• Niños con evid<strong>en</strong>cia de arritmias cardiacas signifi cativas.<br />

• Neonatos y lactantes ≤ 2 años con cambios <strong>en</strong> la auscultación cardiaca y/o sintomatología<br />

sugestiva de desord<strong>en</strong> cardiovascular.


J. Santos<br />

• Niños asintomáticos con soplos con las características descritas como<br />

patológicas.<br />

• Niños con soplos de características inoc<strong>en</strong>tes que se acompañ<strong>en</strong> de:<br />

– Alteraciones (bi<strong>en</strong> docum<strong>en</strong>tadas) <strong>en</strong> la <strong>exploración</strong> <strong>física</strong>, el Rx de tórax y/o el<br />

ECG sugestivas de cardiopatía.<br />

– Anteced<strong>en</strong>tes familiares de alta incid<strong>en</strong>cia de cardiopatías congénitas y/o muerte<br />

súbita o temprana.<br />

– Cambios auscultatorios <strong>en</strong> su seguimi<strong>en</strong>to y/o historia <strong>clínica</strong> claram<strong>en</strong>te sugestivos<br />

de cardiopatía.<br />

Casos de no <strong>en</strong>vío al cardiólogo pediatra<br />

Hay cierta controversia sobre si ante un soplo cardiaco etiquetado como inoc<strong>en</strong>te hay<br />

que hacer o no ecocardiografía (19,20,25,26) .<br />

Hemos visto anteriorm<strong>en</strong>te que más del 80% de los niños sanos pued<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tar<br />

un soplo inoc<strong>en</strong>te, sin patología cardiaca, <strong>en</strong> alguna etapa de su vida. Además,<br />

actualm<strong>en</strong>te, la excel<strong>en</strong>te preparación auscultatoria del pediatra, junto a las numerosas<br />

exploraciones de niños sanos (consulta de niños sanos, escuelas de fútbol y<br />

otros deportes, revisiones escolares, etc.) y la medicina def<strong>en</strong>siva imperante hac<strong>en</strong><br />

que muchas consultas de <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong> de c<strong>en</strong>tros terciarios estén colapsadas<br />

por peticiones de consultas de niños con soplos inoc<strong>en</strong>tes sin patología alguna, lo que<br />

infl uye negativam<strong>en</strong>te sobre la calidad asist<strong>en</strong>cial y retrasa la at<strong>en</strong>ción a los paci<strong>en</strong>tes<br />

patológicos que realm<strong>en</strong>te lo necesitan.<br />

Por ello, <strong>en</strong> nuestra opinión, quedarían bajo control del pediatra y no deberían ser<br />

<strong>en</strong>viados al cardiólogo pediatra los sigui<strong>en</strong>tes casos:<br />

• Niños mayores de 2 años con soplos de características inoc<strong>en</strong>tes con Rx de tórax<br />

y ECG normales.<br />

• Niños con soplos inoc<strong>en</strong>tes y anteced<strong>en</strong>tes familiares de cardiopatías valvulares<br />

deg<strong>en</strong>erativas o isquémicas <strong>en</strong> abuelos, tíos, etc.<br />

• Niños con arritmias banales <strong>en</strong> ECG (arritmia sinusal respiratoria).<br />

• Niños a los que se les detecta un soplo <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia de estado circulatorio hiperdinámico<br />

(fi ebre, anemia, hipertiroidismo, ansiedad). En estas situaciones, se debe<br />

hacer nueva valoración una vez superado dicho estado y, si persistiese el soplo, si sería<br />

factible su <strong>en</strong>vío.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

1. Sánchez López MC, Gracián Gómez M, Roca Llop. Semiología del niño cardíaco. En:<br />

Sánchez PA. Cardiología Pediátrica. Clínica y Cirugía. Barcelona: Salvat Editores; 1986.<br />

p. 88-99.<br />

2. Gre<strong>en</strong>wood RD, Ros<strong>en</strong>thal LA, Parisi L. Extracardiac anormalities in infants with cong<strong>en</strong>ital<br />

heart disease. Pediatrics 1975; 55: 485-92.<br />

3. Quero Jiménez M. Cardiopatías congénitas. Diagnóstico y tratami<strong>en</strong>to de urg<strong>en</strong>cia. Barcelona:<br />

Editorial Ci<strong>en</strong>tífi co-Médica; 1973. p. 1.<br />

13


14<br />

<strong>Historia</strong> <strong>clínica</strong> y <strong>exploración</strong> <strong>física</strong> <strong>en</strong> <strong>cardiología</strong> <strong>pediátrica</strong><br />

4. Jones RS, Baumer H, Joseph MC, Shinebourne EA. Arterial oxyg<strong>en</strong> t<strong>en</strong>sion and the response to<br />

oxyg<strong>en</strong> breathing in the differ<strong>en</strong>cial diagnosis of cong<strong>en</strong>ital heart disease in infancy. Arch Dis<br />

Child 1976; 51: 667-70.<br />

5. Kothari SS. Mechanism of cyanotic spells in tetralogy of Fallot--the missing link? Int J Cardiol<br />

1992; 37: 1-5.<br />

6. Pomeranz AJ, Busey SL, Sabnis S, Behrman RE, Kliegman RM. Nelson. Estrategias diagnósticas<br />

<strong>en</strong> Pediatria. Madrid: McGraw-Hill/Interamericana de España; 2002. p. 58-61.<br />

7. Sebst SM. Chest pain in childr<strong>en</strong>. Pediatr Rev 1997; 18: 169-73.<br />

8. Sw<strong>en</strong>son JM, Fischer DR, Miller SA, Boyle GJ, Ettedgui JA, Beerman LB. Are chest radiografhs<br />

and electrocardiograms still valuable in evaluating new pediatric pati<strong>en</strong>ts with heart murmurs<br />

or chest pain? Pediatrics 1997; 99: 1-3.<br />

9. All<strong>en</strong> HD, Phillips JR, Chan DP. History and physical examination. En: Hall<strong>en</strong> HD, Driscoll DJ,<br />

Shaddy RE, Feltes TF (eds.). Moss and Adams’ heart disease in infant childr<strong>en</strong> and adolesc<strong>en</strong>ts.<br />

7 th ed. Philadelphia: Lippincott Williams and Wilkins; 2008. p. 58-66.<br />

10. Report of the Second Task Force on Blood Pressure Control in Childr<strong>en</strong>--1987. Task Force on<br />

Blood Pressure Control in Childr<strong>en</strong>. National Heart, Lung, and Blood Institute, Bethesda, Maryland.<br />

Pediatrics 1987; 79: 1-25.<br />

11. Fyler DC. Cardiología <strong>pediátrica</strong> de Nadas. Madrid: Edit. Mosby; 1994. p. 296.<br />

12. Schiek<strong>en</strong> RM. Systemic hypert<strong>en</strong>sion. En: All<strong>en</strong> HD, Gutgesell HP, Clark EB, Driscoll DJ.<br />

Moss and Adams’ heart disease in infant childr<strong>en</strong> and adolesc<strong>en</strong>ts. Philadelphia: Lippincott Williams<br />

and Wilkins; 2001. p. 1402-3.<br />

13. Update on the 1987. Task force report on high blood pressure in childr<strong>en</strong> and adolesc<strong>en</strong>ts:<br />

a working group report fom the national high blood pressure education program working group<br />

on hypert<strong>en</strong>sion control in childr<strong>en</strong> and adolesc<strong>en</strong>ts. Pediatrics 1996; 98: 649-58.<br />

14. Sánchez Cascos A. El corazón <strong>en</strong> los síndromes polimarformativos. Barcelona. Edit Labor;<br />

1976.<br />

15. Emmanouilides GC, Bayl<strong>en</strong> BG. Neonatal cardiopulmonary distress without cong<strong>en</strong>ital heart<br />

disease. Curr Probl Pediatr 1979; 9: 4-8.<br />

16. Fyler DC. Cardiología <strong>pediátrica</strong> de Nadas. Madrid: Edit. Mosby; 1994. p. 106.<br />

17. All<strong>en</strong> HG, Phillips JR, Chan DP. History and physical examination. En: All<strong>en</strong> HD, Gutgesell<br />

HP, Clark EB, Driscoll DJ. Moss and Adams’ heart disease in infant childr<strong>en</strong> and adolesc<strong>en</strong>ts.<br />

Philadelphia: Lippincott Williams and Wilkins; 2001. p. 143-52.<br />

18. Reddy PS, M<strong>en</strong>o F, Cutiss EI. The g<strong>en</strong>esis of gallop sounds: investigation by quantitative phono<br />

and apex cardiography. Circulation 1981; 63: 922-33.<br />

19. Biancaniello T. Innoc<strong>en</strong>t murmurs. Circulation 2005; 111: e20-e22.<br />

20. Martins P, Dinis A, Cahna J, Ramalherio G, Castela E. Innoc<strong>en</strong>t heart murmurs. Rev Port Cardiol<br />

2008; 27: 815-31.<br />

21. Pelech NA. Evaluation of the pediatric pati<strong>en</strong>t with a cardiac murmur. Pediatr Clin North Am<br />

1999; 46: 167-88.<br />

22. Advani N, M<strong>en</strong>ahem S, Wilkinson JL. The diagnosis of innoc<strong>en</strong>t murmur in childhood. Cardiol<br />

Young 2000; 10: 340-2.<br />

23. Kobinger ME. Assessm<strong>en</strong>t of heart murmur in childhood. J Pediatr (Rio J) 2003; 79 Suppl I:<br />

S87-S96.


J. Santos<br />

24. Celebi A, Onat T. Echocardiographic study on the origin of the innoc<strong>en</strong>t fl ow murmurs. Pediatr<br />

Cardiol 2006; 27: 19-24.<br />

25. Firpo C, Pellanda L, Gomez GH, Casonato S, Sturm A. Echocardiographic fi nding in childr<strong>en</strong><br />

with “innoc<strong>en</strong>t” murmur. Rev Assoc Med Bras 2006; 52: 261-4.<br />

26. Movahed MR, Ebrahimi R. The preval<strong>en</strong>ce of valvular abnormalities in pati<strong>en</strong>ts who were<br />

referred for echocardiographic examination with a primary diagnosis of “heart murmur”. Echocardiography<br />

2007; 24: 447-51.<br />

15

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!