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volando": subcultura adolescente y

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PARA QUÉ IR AL COLE EN BONDI O CAMINANDO SI FUMANDO LLEGO<br />

“VOLANDO”: SUBCULTURA ADOLESCENTE Y ADICCIONES.<br />

DISCIPLINA, AREA O TEMA TRATADO: EDUCACIÓN PARA LA SALUD.<br />

APELLIDO Y NOMBRE:<br />

ELISA VAUDAGNA.<br />

DIRECCIÓN:<br />

AVILA Y ZÁRATE 2213. Bº Vª LOS<br />

ANGELES. C.P. 5009. CÓRDOBA.<br />

TE: 481-4953<br />

E-MAIL:<br />

EVAUDAGNA@UOLSINECTIS.COM<br />

TÍTULO PROFESIONAL:<br />

• BIÓLOGA<br />

• PROFESORA EN CIENCIAS<br />

BIOLÓGICAS<br />

• TÉCNICA EN INVESTIGACIONES<br />

EDUCATIVAS<br />

• MAGÍSTER EN METODOLOGÍA<br />

DE INVESTIGACIÓN EN<br />

CIENCIAS SOCIALES<br />

LUGAR DE TRABAJO:<br />

CÁTEDRA DE EDUCACIÓN PARA LA<br />

SALUD. F.C.E.F.Y.N. UNIVERSIDAD<br />

NACIONAL DE CÓRDOBA.<br />

CARGO:<br />

PROFESORA ADSCRIPTA A LA<br />

CÁTEDRA DE EDUCACIÓN PARA LA<br />

SALUD. FACULTAD DE CS. EXACTAS<br />

FÍSICAS Y NATURALES. UNC.<br />

CENMA N° 23 - CENMA N°135 -<br />

IPEM N° 270<br />

APELLIDO Y NOMBRE:<br />

GRISELDA CARDOZO.<br />

DIRECCIÓN:<br />

LOTE 10 MANZANA 30. Bº LAS<br />

TEJAS DEL SUR .C.P. 5016.<br />

CÓRDOBA.<br />

TE: 461-9469<br />

E-MAIL:<br />

GRISELDACARDOZO665@HOTMAIL.COM<br />

TÍTULO PROFESIONAL:<br />

• LIC. EN PSICOLOGÍA.<br />

• MAGISTER EN METODOLOGÍA<br />

DE INVESTIGACIÓN EN<br />

CIENCIAS SOCIALES<br />

LUGAR DE TRABAJO:<br />

CÁTEDRA DE PSICOLOGÍA EVOLUTIVA<br />

DE LA ADOLESCENCIA Y JUVENTUD.<br />

FACULTAD DE PSICOLOGÍA.<br />

UNIVERSIDAD NACIONAL DE<br />

CÓRDOBA.<br />

CARGO:<br />

PROFESORA ADJUNTA DE LA<br />

CÁTEDRA DE PSICOLOGÍA EVOLUTIVA<br />

DE LA<br />

ADOLESCENCIA Y JUVENTUD.<br />

FACULTAD DE PSICOLOGÍA. UNC


PARA QUÉ IR AL COLE EN BONDI O CAMINANDO SI FUMANDO LLEGO “VOLANDO”:<br />

SUBCULTURA ADOLESCENTE Y ADICCIONES.<br />

RESUMEN<br />

En la actualidad numerosos <strong>adolescente</strong>s pasan por la experiencia de la droga y el alcohol sin<br />

distinción de género y ámbito social. Existe una conexión entre la lógica del consumo y el mundo de las<br />

adicciones en los jóvenes que fomenta la ilusión de plenitud, ya que la sociedad de consumo estimula la<br />

convicción de que adquirir y poseer objetos, otorga una sensación de completud, con el consecuente<br />

anhelo de que “todo es posible o todo se tiene”. El presente trabajo corresponde a una investigación<br />

realizada en la ciudad de Córdoba con <strong>adolescente</strong>s de escuelas públicas y privadas acerca de Conducta<br />

preventiva y VIH/SIDA, en el que se indagó las representaciones que tenían sobre droga y alcohol y de<br />

qué manera se liga práctica adictiva con las prácticas de riesgo. La investigación es un estudio descriptivo<br />

de tipo cualitativo tomándose 30 entrevistas en profundidad a <strong>adolescente</strong>s escolarizados entre 15 y 20<br />

años de edad de la ciudad de Córdoba del estrato socioeconómico alto y bajo seleccionados mediante un<br />

muestreo intencional. Se tomaron: escuelas públicas ubicadas en proximidad a un asentamiento marginal<br />

o que recibían PAICOR, las privadas con una cuota no menor a $250, enseñanza bilingüe y/o doble<br />

escolaridad. El análisis de las entrevistas se realizó siguiendo los lineamientos de la Teoría Fundamentada<br />

de Glaser y Strauss.<br />

Los resultados fueron: en el nivel alto, el alcohol es el que les permite el acceso a un estado de alienación<br />

deseado mientras que, para los del nivel bajo, se suman el de las drogas ilegales, cocaína, marihuana y<br />

pegamentos. Ambos estratos sostienen que el alcohol es la principal causa que los conduce a una falta de<br />

prevención en la conducta sexual, exaltación, agresión, violencia y pérdida de la capacidad volitiva.<br />

En el nivel alto, el alcohol y las drogas ilegales son utilizadas para experimentar nuevas<br />

sensaciones, también sirven como signos de pertenencia a un grupo, para escapar a la presión de sus pares<br />

y reforzar la identidad. Racionalizan su propia práctica de consumo de alcohol afirmando que “no es un<br />

vicio”, dejando entrever, que se excluyen del consumo aún refiriendo que ingieren bebidas alcohólicas,<br />

“los otros consumen, los otros son violentos, los otros se desinhiben”. El consumo se rige a través de<br />

códigos que jerarquizan y diferencian las experiencias. La condición social y las diferencias se<br />

manifiestan y se consolidan con los consumos: se puede beber alcohol pero no ser un “drogadicto”, las<br />

prácticas adictivas las ejecutan los otros, “los pobres”, “los que no se cuidan”, los que están “fuera de la<br />

norma”. Para incursionar en la práctica adictiva del sector popular, es necesario interiorizarse en la<br />

cotidianeidad del ámbito institucional representado por el colegio. En este lugar, el cigarrillo que fumado<br />

a escondidas en el baño era un estandarte de audacia para otras generaciones, para la actual, la<br />

transgresión a la norma, la constituye el consumo de cualquier sustancia adictiva. Los sucesos de<br />

agresiones entre alumnos y padres, patentizan la carencia cotidiana en la que se desenvuelven estos<br />

<strong>adolescente</strong>s y sus familias, la exclusión, la situación de vulnerabilidad social. Para ambos grupos el<br />

acceso a bebidas alcohólicas es inmediato y se encuentran las mismas condiciones para el consumo de<br />

sustancias altamente adictivas. Estas se popularizaron en alto grado entre los jóvenes del sector popular,<br />

tendencia que comienza a penetrar rápidamente en el otro grupo. La práctica adictiva se ha “naturalizado”<br />

al punto tal que no sorprende a los adultos ni a los jóvenes para quienes las sustancias adictivas son parte<br />

de la cotidianeidad. Los motivos para la aceptación de las sustancias adictivas en ambos estratos son: la<br />

curiosidad, situaciones conflictivas, el ideal “light” de nuestra cultura y las “bondades” anorexígenas de<br />

la droga, los efectos benéficos en el cuerpo, tales como mayor rendimiento físico, deportivo e intelectual,<br />

desinhibirse, pertenecer.<br />

En conclusión: Para ambos grupos de jóvenes la incorporación de las sustancias en los normas,<br />

valores y códigos grupales, una identidad en plena formación, la presión de los pares, la necesidad de<br />

afirmación de sí mismo, la carencia de un medio comprometido o la búsqueda de nuevas experiencias,<br />

entre otros, son los iniciadores en el consumo de drogas. Cabe agregar que la imbricación de estos<br />

factores con la naturalización con que se asume el uso de sustancias perjudiciales para la salud predice las<br />

dificultades y el desafío que supondrá la prevención de las adicciones.


FUNDAMENTACIÓN<br />

PARA QUÉ IR AL COLE EN BONDI O CAMINANDO SI FUMANDO LLEGO “VOLANDO”:<br />

SUBCULTURA ADOLESCENTE Y ADICCIONES.<br />

El presente trabajo corresponde a una investigación realizada en la ciudad de Córdoba con<br />

<strong>adolescente</strong>s de escuelas públicas y privadas acerca las representaciones que tenían sobre droga y<br />

alcohol y de qué manera se liga práctica adictiva con las prácticas de riesgo. En la actualidad numerosos<br />

<strong>adolescente</strong>s pasan por la experiencia de la droga y el alcohol sin distinción de género y ámbito social.<br />

Existe una conexión entre la lógica del consumo y el mundo de las adicciones en los jóvenes que fomenta<br />

la ilusión de plenitud, ya que la sociedad de consumo estimula la convicción de que adquirir y poseer<br />

objetos, otorga una sensación de completud, con el consecuente anhelo de que “todo es posible o todo se<br />

tiene”.<br />

La adicción en los <strong>adolescente</strong>s representa la posibilidad tanática de escape de sentimientos de<br />

fracaso e impotencia, generados a partir de ideales que encierran en sí la perfección absoluta. El consumo<br />

de drogas legales e ilegales, pone de manifiesto, la tendencia a la evitación del dolor frente a situaciones<br />

frustrantes ante la crisis social. Por ello es que en la adicción se refleja la paradoja de una libertad<br />

esclavizante para el <strong>adolescente</strong>, ya que se encuentra entrampado en el consumir para “poder ser” es decir<br />

para reforzar su identidad la que se sustenta en la pertenencia a una “<strong>subcultura</strong>”, en la que se resalta la<br />

conformidad en el grupo de iguales y los valores opuestos al mundo adulto, o en la simple “obligatoriedad<br />

del consumo” por el consumo mismo. Al <strong>adolescente</strong> le preocupa sentirse vivo, de allí que sus<br />

comportamientos tomados como antisociales que recalan en el consumo de estas sustancias a menudo<br />

tienen que ver con esa “pelea contra la nada” característica de este momento evolutivo.<br />

METODOLOGÍA DE RECOLECCIÓN Y ANÁLISIS DE DATOS<br />

Se realizó un estudio descriptivo de tipo cualitativo tomándose 30 entrevistas en profundidad a<br />

<strong>adolescente</strong>s escolarizados entre 15 y 20 años de edad de la ciudad de Córdoba del estrato<br />

socioeconómico alto y bajo seleccionados mediante un muestreo intencional. Se tomaron: escuelas<br />

públicas ubicadas en proximidad a un asentamiento marginal y/o que recibían PAICOR, las privadas con<br />

una cuota no menor a $250, enseñanza bilingüe y/o doble escolaridad. El análisis de las entrevistas se<br />

realizó siguiendo los lineamientos de la Teoría Fundamentada de Glaser y Strauss.<br />

RESULTADOS<br />

Para comprender la conducta adictiva en los <strong>adolescente</strong>s entrevistados es necesario acercarse a esta<br />

problemática con una mirada diferente en los dos niveles socioeconómicos: si bien para ambos estratos,<br />

droga y alcohol juegan un rol importante en la desinhibición, en los de nivel alto, el alcohol es el que les<br />

permite el acceso a un estado de alienación deseado, en tanto que para los del nivel bajo además del<br />

consumo de alcohol se utilizan cocaína, marihuana y pegamentos. Esta diferencia en cuanto al consumo<br />

de sustancias adictivas, marca una brecha importante entre ambos grupos por sus implicancias en la salud.<br />

La violencia doméstica y externa al hogar, los problemas en la comunicación, las familias<br />

multiproblemáticas, la pobreza, son otros factores que se conjugan y se sinergizan para acentuar la<br />

vulnerabilidad de los <strong>adolescente</strong>s pobres. Conviene destacar que en el nivel alto, el alcohol, la droga u<br />

otras adicciones son utilizadas para experimentar nuevas sensaciones, también sirven como signos de<br />

pertenencia a un sector de la población, para escapar a la presión de sus pares permitiendo un<br />

reforzamiento de la identidad en este momento adolescencial. Se consume alcohol para pertenecer, o tal<br />

vez para buscar la desinhibición que lo transporte al descontrol y falta de reflexión, conduciéndolos a<br />

riesgos como por ejemplo SIDA y violencia:<br />

- Vos recién hablabas del alcohol, droga, SIDA, embarazo, si tuvieras que poner en una escala, como<br />

cuidado, qué pondrías primero?<br />

- Los chicos no se cuidan del alcohol, después se cuidan quizás un poco mas de la droga, porque te la<br />

ponen en un vaso sin que te des cuenta y después del SIDA. Yo voy al Rey, y veo que no se cuidan del


alcohol, les provoca desinhibición eso pasa en todos lados, yo no puedo entender como pueden llegar a<br />

tomar tanto, gente tan chica en estos lugares que además son para menores de 18 años, entran y toman y<br />

se pierden, es horrible...veo que a los chicos no saben para que lado tomar, se pierden y se manifiesta en<br />

la violencia, se ponen agresivos, o te sacan a bailar y te insisten y tenés que llamar a un guardia<br />

Se pone de manifiesto el consumo desmesurado de alcohol en los jóvenes y las consecuencias de<br />

dicha conducta: la exaltación, agresión, pérdida de la capacidad volitiva y por ende falta de prevención.<br />

Cabe destacar que la entrevistada se excluye a sí misma de lo que critica, mencionando a los varones<br />

como los principales actores de esta situación. Los varones también ven al alcohol como un factor de<br />

desinhibición, sobre todo en los lugares de esparcimiento como en los boliches. Paradójicamente ellos<br />

también se excluyen de las críticas:<br />

- Tomas alcohol?<br />

- No .... a veces una cerveza<br />

- Tenés idea si los chicos que toman alcohol se cuidan?<br />

- No, no se previenen..... no les importa nada. ( Gastón, 16 años- colegio privado)<br />

Cuando se le pregunta a Marcos (15 años- estrato alto) si habría personas que estén más expuestas a<br />

diferentes riesgos, él pone el acento en el consumo de la droga relativizando el consumo de alcohol, pero<br />

toma a ambos como factores que provocan inconsciencia y por ende los conduce a relacionarse<br />

sexualmente de un modo indiscriminado e inseguro:<br />

- Sí, los drogadictos, por ahí se pierden y están con un grupo de chicos, chicas, y están un día con cada<br />

uno, o se van juntando mucho... Por la droga pierden el control y hace que tengan relaciones unos con<br />

otros, y eso hace de que tengan más posibilidad, porque por ejemplo si una chica en el grupo tenía SIDA,<br />

se lo contagió ni se cuidan. También por la jeringa y todas esas cosas. El alcohol tiene un poco que ver,<br />

pero no es tanto como la droga. El alcohol, si tomás, te picas un poco, pero la droga... además no es un<br />

vicio, para mí, no es un vicio el alcohol.<br />

En el caso de este joven se observa que racionaliza su propia práctica de consumo de alcohol afirmando<br />

que “no es un vicio” contraponiéndolo a la drogadicción, práctica esta última, que él no realiza. Dejan<br />

entrever, en general, que se excluyen del consumo aún refiriendo que ingieren bebidas alcohólicas, “los<br />

otros consumen, los otros son violentos, los otros se desinhiben”, lo que refuerza la poca percepción de<br />

conductas de riesgo.<br />

Encontramos que para estos <strong>adolescente</strong>s la noche se erotiza y las salidas grupales los habilita a<br />

conductas de "descontrol sexual" protegidas por el anonimato en un mundo que excluye a los adultos. Se<br />

accede a la diversión en forma desinhibida, las prácticas sexuales se generan en un ambiente secreto e<br />

indiscriminado.<br />

- Cuando salgo trato de no tomar alcohol para no perderme. El que toma pierde la noción. En un<br />

boliche es distinto porque si te emborrachas te perdés es mas fácil que esto suceda en los lugares<br />

públicos.<br />

- Generalmente de quien se tendría que cuidar en los lugares público, tipo boliches, pubs.?<br />

- De otra persona que esté borracha, porque sería peligroso.<br />

- Significa que si uno de los dos esta consciente haría lo posible por cuidarse?<br />

- Y sí... pero no todos se cuidan conscientemente. ( Leandro, 15 años- estrato alto)<br />

Tal vez, por esto, es común ver en los lugares de diversión que los jóvenes tratan de cuidarse<br />

mutuamente y practican el código de la amistad “nos turnamos para no emborracharnos todos.... el que<br />

maneja no toma y cuida a los demás”. Más allá de estos escasos cuidados, reconocen la dificultad para<br />

mantenerse sobrios cuando salen y prevenirse. La lógica del consumo, consciencia/ inconsciencia,<br />

control/descontrol al momento de protegerse los deja expuestos a múltiples factores de riesgo.<br />

Por otro lado en este estrato se encuentran <strong>adolescente</strong>s que forman parte del consumo de drogas<br />

ilegales, pero para no sentirse “fuera del grupo” y al romper con la norma social adulta, realizan las<br />

prácticas en un ámbito que queda confinado a lo privado más que a lo público,<br />

- Yo fumé porros dos veces y tengo amigas que fuman una vez al año, por ejemplo, o amigas que fuman<br />

más seguido... pero nadie lo sabe”. (Estefanía, 18 años- estrato alto)<br />

El consumo de drogas ilegales en el sector alto de la población se rige a través de códigos que se basan<br />

en un ordenamiento que jerarquiza y vehiculiza las experiencias de los <strong>adolescente</strong>s. La condición social


y las diferencias de clase se manifiestan y se consolidan con los consumos. Acordamos con Kornblit<br />

(1989) quien afirma que como en Argentina la droga es todavía algo que tienen que ver con los “otros”<br />

los padres irresponsables, los hijos “desviados”, todavía se habla de “nosotros” oponiendo esta categoría a<br />

esos “otros”. Así lo observamos en el estrato alto: se puede beber alcohol pero no se es un “drogadicto”,<br />

las prácticas adictivas las ejecutan los otros, “los pobres”, “los que no se cuidan”, los que están “fuera de<br />

la norma”.<br />

Para incursionar en la práctica adictiva de las clases populares, es necesario interiorizarse en la<br />

cotidianeidad del ámbito institucional representado por el colegio. En este lugar, el cigarrillo que fumado<br />

a escondidas en el baño era un estandarte de audacia para otras generaciones, para la actual, la<br />

transgresión a la norma, la constituye el consumo de cualquier sustancia adictiva. Falta que se asocia a la<br />

problemática de la violencia, situaciones que se manifiestan más en el estrato bajo que en el alto. La<br />

escuela lejos de cumplir con su rol socializador, se convierte en un espacio de soporte temporario, pierde<br />

su imagen de garantía de ascenso social. Los sucesos de agresiones entre alumnos y padres, acaecidos en<br />

las escuelas del nivel medio de la ciudad de Córdoba a partir del 1999, se pusieron en evidencia en los<br />

medios de comunicación lo que nos patentiza la carencia cotidiana en la que se desenvuelven estos<br />

<strong>adolescente</strong>s y sus familias, el rechazo social, la exclusión, la situación de vulnerabilidad social<br />

- En la escuela los chicos se drogan, pero los profes no los ven porque cuando están por entrar se<br />

fuman un porro y cuando salen también<br />

- Y ustedes se dan cuenta cuando están drogados<br />

- Y.... sííí. Nosotros sí pero los profes no dicen nada. Pero no podés decir nada porque se hacen los<br />

matones es mejor hacerse como que no ves nada y hay que callarse. (Marta,16 años- sector popular)<br />

En sí, refiere cómo se convive y se sobrevive con compañeros adictos y violentos mientras que señala las<br />

dificultades de los docentes para percibir situaciones en las que está presente la drogadicción, o en<br />

algunos casos llegando a negar la situación. Las instituciones que enmarcan el proceso de socialización de<br />

los jóvenes pierden la capacidad de sostén. Las familias viven en un clima de violencia y pobreza que las<br />

signa a una permanente inestabilidad y estancamiento. Los espacios públicos habilitan a prácticas<br />

adictivas y violentas en donde la autoridad legitimada socialmente, los adultos, pierden totalmente la<br />

función normativa de regular conductas. El “no mirar” es parte del juego que los reduce a una libertad<br />

aparente que los conmina a situaciones de riesgo permanente.<br />

Algunos <strong>adolescente</strong>s son conscientes de la gravedad que representan las drogas para la salud,<br />

refieriendo preocupación y manifestando impotencia por compañeros que incursionan en el abuso de<br />

sustancias tóxicas:<br />

- Los chicos que se drogan pienso que lo hacen con cocaína y el porro. Hay un compañero que<br />

justamente no ha venido que se droga. O sea se droga y toma papelitos, bah ahora, según él, ya la dejó.<br />

Pero una vez también se inyectó. El no se da cuenta de que se está arruinando la vida, que se está<br />

perdiendo la vida. Me da bronca porque no se puede hacer nada con él. El me dice "y qué te importa a<br />

vos, es mi vida” y tiene razón es la vida de él. Una vez me contó que se drogó y cada dos por tres te das<br />

cuenta de que está drogado, el viene y se fuma los porros acá sin que nadie lo vea...<br />

- Y no se dan cuenta acá?<br />

- No, todavía no lo han descubierto pero algún día lo van a agarrar... y se va a armar. (Carla, 15 años-<br />

escuela pública)<br />

La legitimación de la violencia a partir del consumo se asocia a la mirada ausente de los adultos que no<br />

pueden ni saben cómo enfrentar esta situación tan compleja; el comercio de drogas a nivel escolar en los<br />

últimos tiempos, en las escuelas publicas de Córdoba Capital, como así también en algunas privadas,<br />

ofrece un panorama alarmante, en donde aún no se han encontrado a nivel de políticas educativas ni de<br />

salud pública respuestas adecuadas para promover la prevención. Se observa que en las mismas<br />

instituciones escolares, los jóvenes se distinguen entre sí. Los grupos de jóvenes, buscan establecer las<br />

diferencias con los otros, a partir de rasgos particulares (lenguaje, corte de pelo, vestimenta, etc.) que los<br />

posiciona en un lugar de poder dentro del ámbito escolar frente, no solo a los adultos, sino también a sus<br />

pares, las diferencias se articulan en prácticas de “distinción”, permite marcar la diferencia, desviación, el<br />

rasgo distintivo, la propiedad relacional que se hace existente en y a través de la relación con otras<br />

propiedades. Se convierte en diferencia visible siempre que haya alguien que pueda establecer esta


diferencia (Bourdieu, 1988). Toda identidad necesita “mostrarse”, comunicarse para hacerse real lo que<br />

implica la utilización de aquellas marcas, atributos o y características que le permitan desplegar su<br />

identidad.<br />

Uno de los puntos coincidentes en ambos estratos sociales es la vinculación entre sustancias<br />

adictivas y la diversión.<br />

- En los bailes se drogan o se inyectan y hacen cualquier cosa de que después se van a arrepentir.<br />

(Juan, 15 años - sector popular)<br />

Mencionan las múltiples estrategias que utilizan para escapar al control de los adultos, sin embargo<br />

pareciera que el control policial, radica solamente en evitar desmanes o hechos violentos dentro del baile<br />

y no en evitar el uso ilegal de sustancias o el cuidado de la salud de los jóvenes:<br />

- En el baile ví gente drogándose. Vos salís ahí afuera, al patio y están todos... dándose ahí nomás con<br />

la tarjetita. Y cómo hacen para pasarlo no sé.... Los policías te revisan, te revisan por acá, por todos<br />

lados pero lo mismo pasan, te la ponés adentro de la zapatilla y no se dan cuentan porque no las revisan.<br />

- Y afuera, no se dan cuenta que están drogándose?<br />

- No porque están todos adentro, porque como adentro se arma más... revuelo se pueden empezar a<br />

hacer cagar los que están adentro.... Yo en el baile vi que fuman porros y se dan con cocaína y en mi<br />

barrio los sábados a la noche, los domingos a la noche vos vas a ver que están todos ahí con la bolsita.<br />

(Carla, 14 años- nivel bajo)<br />

En sus palabras queda explícito que no se sienten seguros y protegidos frente al problema de las drogas,<br />

ya que la postura de los adultos es de indiferencia o directamente de ser cómplices del problema:<br />

- Y los mismos policías deben vender. Porque ya no se puede confiar ni en los policías. (María, 17 años<br />

escuela pública)<br />

La práctica adictiva se ha “naturalizado” al punto tal que no sorprende ni escandaliza a los adultos ni a<br />

los jóvenes para quienes el consumo de sustancias adictivas es parte de la cotidianeidad:<br />

- Qué tomás?<br />

- Fernet; adentro no, afuera. Adentro está cara.<br />

- Está la cana?<br />

- No, está cara, no es que está la cana. La cana no te dice nada.(Maximiliano, 16 años- sector popular)<br />

Las estrategias que utilizan para maximizar el consumo (comprar bebidas afuera del baile) a la vez revela<br />

la violación de reglas que impiden la venta de bebidas alcohólicas a menores y por otro, la inacción<br />

policial. El consumo de alcohol por los menores del estrato bajo, es una práctica común y es vista como<br />

una “ayuda” para evadirse de situaciones conflictivas.<br />

- Al alcohol lo veo como lo usan todos los <strong>adolescente</strong>s: para despejarse un poco la mente de los<br />

problemas cotidianos que tenemos todos (Martín, 15 años)<br />

En ocasiones, las tentaciones de lo prohibido se resisten, pero en otras no, donde la presión del grupo de<br />

pares juega un papel importante<br />

- Con qué se suelen drogar?<br />

- Sacan unos papelitos de la zapatiia, fuman porros. Yo cuando siento ese olor, como somos muchos,<br />

ahí nomás lo corro, que vayan a fumarse a otro lado porque tiene un olorón feo.<br />

- Fumás cigarrillos?<br />

- Sí de vez en cuando. Cuando voy al baile, así, alguna sequita para no despreciar, así cuando te<br />

convidan... y listo. ( Juan, 15- sector popular)<br />

Los entrevistados dejan entrever los códigos que se manejan en la conducta adictiva: se convida un<br />

cigarrillo común, como también se ofrece una “seca” de marihuana que refuerza no sólo la pertenencia al<br />

grupo, sino también, el compromiso mutuo de no delatarse frente a los adultos.<br />

Un aspecto particular que surge de los jóvenes de ambos estratos, es el referido a los motivos para la<br />

aceptación de las sustancias adictivas: la curiosidad, el despejar la mente de los problemas cotidianos y<br />

familiares, las supuestas “bondades” de la droga que ayudarían a adelgazar contribuyendo a sustentar la<br />

imagen light propuesta como ideal en nuestra cultura así como los efectos benéficos en el cuerpo,<br />

entendiéndose como mayor rendimiento físico, deportivo e intelectual entre otros. Imágenes éstas últimas,<br />

provistas por los medios a través de las campañas.<br />

- ... por curiosidad y como ya les gustó una vez siguen y siguen, aunque algunos que lo hacen por


problemas.... Tengo una amiga que era gorda, gorda por demás. Como la acomplejaron con la droga<br />

dicen que adelgaza y es verdad porque ella está reflaca ahora y dice que cuando adelgace un poquito<br />

más la va a dejar... pero no la deja más.... Si tienen razón de que la droga te hace adelgazar, no te<br />

hace agarrar hambre, es verdad. Ella toma cocaína. (María, 14 años- estrato bajo)<br />

Consideran que la marihuana, por ser una “hierba”, es medicinal, atribuyéndole propiedades curativas o<br />

terapéuticas y desconociendo o negando los problemas de adicción que ocasiona.<br />

- ¿No creés que, no sólo por las jeringas, sino que por los efectos, la droga como el alcohol al inhibir<br />

el control de los impulsos puede llevar a correr un mayor riesgo<br />

- Depende de lo que hayas fumado o tomado, porque por ejemplo, la marihuana no te hace nada y<br />

aunque muchos no lo quieren creer, la marihuana es mejor que el alcohol porque es medicinal aparte<br />

no te vuelve adicto, diferente la cocaína o la heroína. Diana (18 años - estrato alto)<br />

En última instancia los jóvenes buscan legitimar de alguna manera el consumo, buscando las propiedades<br />

que el imaginario social les proporciona. También denuncian una trama en el tráfico de la droga y del<br />

aumento del consumo, pero a la vez, revelan como se acercan ellos a las redes del comercio y del delito.<br />

La droga aparece ahora en el imaginario social, como una alternativa más ante la desocupación.<br />

- Cuánto sale la droga, tenés idea?<br />

- No, sé ... sé que hay una bolsa de 100 gr. que creo que salía $50, también venden una tizas, que<br />

deben ser así (indica con los dedos el tamaño semejante a una tiza), es cocaína pero nada más que en<br />

tiza que vos la rayás y tenés para hacerte guita loca. Sale $60, los raviolcitos, o sea los papelitos que<br />

vos me decías recién, creo que sale $5 o$6. La conseguimos porque hay mucho movimiento ahora.<br />

Todos venden, la mayoría vende.(Ivana,14 - sector popular)<br />

Los jóvenes del estrato alto no son ajenos a la comercialización de droga; Estefanía, la joven que<br />

fuma marihuana y defiende su uso por ser “medicinal”, revela cómo se entretejen los hilos que enredan a<br />

los jóvenes en las adicciones:<br />

- Es más fácil que antes acceder a la droga?<br />

- Sí. Yo tengo amigos que venden.<br />

En conclusión: Para ambos grupos de jóvenes una identidad en plena formación, la presión de los<br />

pares, las normas y valores grupales, la necesidad de afirmación de sí mismo, el abandono familiar, la<br />

carencia de un medio social comprometido con los jóvenes o la búsqueda de nuevas experiencias, entre<br />

otros, son los iniciadores en el consumo de drogas. Cabe agregar que la imbricación de estos factores con<br />

la naturalización con que se asume el uso de sustancias perjudiciales para la salud predice las dificultades<br />

y el desafío que supondrá la prevención de las adicciones. Además de la facilidad con que acceden los<br />

jóvenes de ambos grupos socioeconómicos a bebidas alcohólicas sorprende encontrar las mismas<br />

condiciones para el consumo de sustancias altamente adictivas popularizándose en alto grado entre los<br />

jóvenes del sector popular, tendencia que comienza a penetrar rápidamente en el otro grupo.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

- BOURDIEU P.: 1988, La distinción. Criterios y bases sociales del gusto. Ed. Taurus, Madrid.<br />

- KORNBLIT A. L. y col.: 1989, Estudios sobre drogadicción en la Argentina. Investigación y<br />

prevención. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires.<br />

- KORNBLIT A. Y BIYK A.: 1990, Mapa Cognitivo del SIDA en una muestra de Drogadictos de<br />

la ciudad de Buenos Aires. Acta Psiquiátrica, Psicológica América Latina, 36 (3-4-), 125-135.<br />

- MARGULIS M.: 1996, La juventud es más que una palabra. Ensayos sobre cultura y juventud.<br />

Edit. Biblos. Buenos Aires.<br />

- MARGULIS M y URRESTI M.: 1999, La segregación Negada. Cultura y discriminación social.<br />

Edit. Biblos, Buenos Aires.<br />

- REGUILLO CRUZ R.: 2000, Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto.<br />

Grupo Editorial Norma, Bs. As.<br />

- SINISI L.: 1999, La relación nosotros/otros en espacios escolares "multiculturales". Estigma,<br />

estereotipo y racialización. En Neufeld M. R. y Thisted J. A. (comp.) op. cit.

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