LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS LETRAS - Ateneo de Madrid
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<strong>LAS</strong> <strong>IDEAS</strong>, <strong>EL</strong> <strong>ARTE</strong> Y <strong>LAS</strong> <strong>LETRAS</strong><br />
EN E8T E<br />
NUMERO:<br />
• R<strong>EL</strong>EYENDO <strong>EL</strong><br />
PROLOGO DE ME-<br />
NENDEZ PIDAL,<br />
¡'. por Rafael Gatnbra,<br />
• LA CARRERA PO-<br />
LÍTICA D<strong>EL</strong> GENE-<br />
*•%• RAL DE GAULLE,<br />
por Mañano Daranas.<br />
^ • SUEZ EN £A RU-<br />
| ; TA DE ORIENTE,<br />
\ por Gonzalo <strong>de</strong> Benito,<br />
I•••'• LA LECCIÓN DE<br />
í "PIÓ CID",<br />
i ' por Sebastián Juan<br />
¡1 Arbó.<br />
• UN SÁBADO SI<br />
, ^ Y OTRO NO,<br />
_ por Juan Fernán<strong>de</strong>z<br />
Figueroa.<br />
4 ' , '' .<br />
• MONICA,<br />
cuento, por José María<br />
'- ' SanenesrSUva.<br />
• <strong>ARTE</strong>, CINE, Mü-<br />
, SICA, POESÍA.<br />
23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1953<br />
Núm. 35<br />
5 PESETAS
SUSCRtPCIONíS<br />
Trimestral 29 pesetas<br />
Semestral. 57 • »<br />
Anual 113 *<br />
Extranjero: Anual 140— --»—<br />
PHIECaON, REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: PRADO, 21 - Teléfono 21 28 65ferior<br />
a la que nos e* habitual.<br />
PUBLICIDAD: José Antonio, 62-Teléfono 22 26 29<br />
REVISTA DE LOS ATENEOS DE ESPAÑA<br />
AÑO II - NÜM. 35 - MAND, 23 DE MATO DE 1953<br />
Don José Ortega y Gasset ha cumplido hace pocos días los setenta años<br />
Su ancianidad, venerable cerno todas, tiene limpiamente el respeto <strong>de</strong> ATENEO<br />
revista cuya lucha por abrir campo más amplío a la preocupación por la cultura<br />
en la sociedad española, es muy semejante a algunas <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s que<br />
don José Ortega y Gasset realizó con brillantez en tiempos peores.<br />
Quienes habitualmente trabajamos en ATENEO no estamos <strong>de</strong> ninguna<br />
manera en el número <strong>de</strong> los que, organizando ruido en torno a Ortega y Gasset,<br />
airean cuestiones artificiales con ocasión <strong>de</strong>l homenajeado. Per eso nuestras<br />
palabras tienen, entre algunos otros valores, el <strong>de</strong> la sinceridad.<br />
Bien distintas la persona y la obra <strong>de</strong> Ortega y Gasset, ésta está ahí en seis<br />
gran<strong>de</strong>s tomos, en los cuales —como en los <strong>de</strong> todo el mundo que haya trabajado<br />
y alcanzado los setenta años— hay <strong>de</strong> todo: inadmisbles actitu<strong>de</strong>s como<br />
la <strong>de</strong>l «Delenda est Monarch'a» y la <strong>de</strong>l «Yo no soy católico», y gran<strong>de</strong>s, aciertos<br />
y servicios como los esfuerzos por generalizar el gusto <strong>de</strong> la belleza., el aprecio<br />
<strong>de</strong> la cultura y el honor <strong>de</strong> la filosofía. Vida, en suma, mucho más llena que<br />
la <strong>de</strong> casi todos sus contemporáneos; llena <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s también. Pero<br />
no es <strong>de</strong> éstas ahora <strong>de</strong> las que toca hablar.<br />
Al llegar a los setenta años, don José Ortega y Gasset habrá cesado como<br />
titular <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> Metafísica <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, titulo que seguía<br />
teniendo a pesar <strong>de</strong> su voluntaria separación <strong>de</strong> la docencia diaria, como una<br />
atención personal ininterrumpida <strong>de</strong>l Estado español, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento<br />
mismo en que terminó nuestra guerra. En el <strong>Ateneo</strong>, dio Ortega y Gasset, <strong>de</strong><br />
modo resonante, las primeras conferencias públicas que pronunció a su regreso<br />
a España; antes había dado también otras muchas, 0<br />
Sin beaterías ninguna —que es indicio <strong>de</strong> vaciedad propia—, sin acrimonia<br />
—que es seña! <strong>de</strong> almas hirsutas— y mucho menos sis la zafiedad <strong>de</strong> usarle<br />
como pretexto, ATENEO señala el hecho ímportaute <strong>de</strong> haber cumplido los<br />
setenta años un español que ha adquirido en España <strong>de</strong>stacada notoriedad,,<br />
NOTA DE LA REDACCIÓN<br />
Por <strong>de</strong>ficiencias en el suministro fie papel no? liemos visto<br />
obligados a utilizar en el presente numero, uno <strong>de</strong> calidad in-<br />
L na vez superada? e¿ta» dificulta<strong>de</strong>s, los números -tice?ivos<br />
seguirán siendo presentador en el papel que veníamos utili-<br />
zando,<br />
LUIS PONCE DE LEÓN Y JUAN FERNANDEZ<br />
FIGUEROA COMIENZAN SU COLABORA<br />
CION EN "ATENEO"<br />
EN esté mismo número toman<br />
puesto entre nosotros dos jóvenes<br />
y magníficos escritores: Luis<br />
Ponce He León y Juan Fernán<strong>de</strong>z<br />
Figueíoa.<br />
Luis Ponce ele León tendrá a su<br />
cargo la sección <strong>de</strong> cine. £1 cine<br />
es para ver; pero no todos saben<br />
ver bien e] cine. Ponce <strong>de</strong> Leóa<br />
tiene una mirada aguda y crítica.<br />
Los lectores <strong>de</strong> nuestra revista verán<br />
el cine a través <strong>de</strong> los meta-<br />
fóricos lentes <strong>de</strong> Ponce <strong>de</strong> León,<br />
<strong>de</strong> una manera inédita.<br />
Juan Fernán<strong>de</strong>z Figneroa, director<br />
<strong>de</strong> la revista «índice», escri'<br />
tor pereonaíísímo (y a quien no<br />
queremos <strong>de</strong>dicar roas elogios, por*<br />
que no le hacen falta alguna), comentará<br />
con su original, brillante<br />
y responsable pluma eso que se llama<br />
«vida literaria» <strong>de</strong> cada qttinrena.<br />
<strong>EL</strong> ESCORIAL ;N0 ES HERRERIANO?<br />
"El estilo herreriano queda muerto." Así sentencia el señor<br />
Portábales Pichel en su Hbro, recién aparecido, "Maestros, arquitectos<br />
y aparejadores <strong>de</strong> El Escorial". Según, pues, eT señor<br />
Portábales, el estilo herreriano no es <strong>de</strong> Herrera y/ por tanto, ni<br />
siquiera <strong>de</strong>bería hablarse <strong>de</strong> herreriano estilo,<br />
"EC estilo <strong>de</strong> Herrera es el estilo <strong>de</strong> Juan Bautista <strong>de</strong> Toledo...<br />
Luego, el estilo ds Herrera... no pasa <strong>de</strong> ser un tópico. No existe."<br />
Esto es ío que afirma también ei señor Astrana Marín, ilustre<br />
prologuista <strong>de</strong>l Tibro <strong>de</strong> Portábales,<br />
A uste<strong>de</strong>s, eruditos, arquitectos, lectores en general., ¿qué les<br />
parece eso?
R<strong>EL</strong>EYENDO <strong>EL</strong> "PROLOGO"<br />
* DE MENENDEZ PIDAL<br />
POR<br />
RAFA<strong>EL</strong> GAMBBA<br />
EMOS releído, en la nuera edición argentina revisada<br />
H por el autor, el ya histórico «Prólogo a la Historia <strong>de</strong><br />
España», <strong>de</strong> don Ramón Menén<strong>de</strong>z Pidal. . . „<br />
¡Cómo brillan en estas páginas la sencillez y sobriedad<br />
á~*UANDO recientemente él Car<strong>de</strong>nal<br />
Ottaviani pronunció su resonante<br />
conferencia sobre relaciones entre la<br />
i c/lesia y el Estado, ¿ por qué nadie<br />
ha traído a cuento el libro <strong>de</strong>l profesor<br />
Leopoldo Palacios sobre «El mito <strong>de</strong> la<br />
Sueva Cristiandad»! El Car<strong>de</strong>nal elogió<br />
a España, y esto es grato en extremo;<br />
pero menguado será el espíritu religioso<br />
<strong>de</strong> quien no vea en las autorizadas<br />
palabras <strong>de</strong> Roma otra cosa que<br />
una confirmación <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s temporales<br />
y profanas, por nobles y elevadas<br />
que sean. Son algo más, una doctrina<br />
permanente.<br />
OMO dice un teólogo —Dieckmann— la<br />
C verdad religiosa es inminentemente<br />
eclesiástica, o lo que es lo mismo, la administra<br />
la Iglesia, a diferencia <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>s<br />
físicas, matemáticas o biológicas. Merced<br />
a una impregnación <strong>de</strong> naturalismo,<br />
cuya progenie hay que buscarla en la-Reforma,<br />
muchos católicos se muestran harto<br />
<strong>de</strong>sligados <strong>de</strong>l magisterio eclesiástico y olvidan<br />
todo lo que sintetiza la afirmación<br />
<strong>de</strong> Dieckmann. Y lo cierto es,.como sostenía<br />
el car<strong>de</strong>nal Mercier, (una <strong>de</strong> las principales<br />
figuras <strong>de</strong> la Iglesia contemporánea),<br />
que lo importante es crearse interiormente<br />
un espíritu verda<strong>de</strong>ramente cristiano y católico:<br />
cristiano por la conformación con<br />
el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> que Cristo es ejemplo;<br />
católico, por la dócil y fiel adhesión al<br />
principio <strong>de</strong> autoridad.<br />
Este principio <strong>de</strong> autoridad es ttna noción<br />
<strong>de</strong>svaída, cuando no completamente<br />
evaporada <strong>de</strong> la mente <strong>de</strong> "muchos creyentes.<br />
No obstante, si bien se mira, nada más<br />
lógico, pues nadie admite ni teórica ni<br />
prácticamente una Medicina, un Derecho<br />
o una Ingeniería sin sus autorida<strong>de</strong>s, y<br />
a veces la susceptiblidad dogmática <strong>de</strong><br />
quienes las representan es snperiatíva. Para<br />
e! católico consciente; el Estado, la Sociedad<br />
y la convivencia no han <strong>de</strong> montarse<br />
sobre un pensamiento <strong>de</strong> mayor o menor<br />
agu<strong>de</strong>za e ingenio, que simplemente no<br />
STIANO O ESTADO CONFESIONAL CATÓLICO?<br />
NOTA DE LA REDACCIÓN.—ATENEO, qae con el comentario inserto en esta<br />
página plantea un tema doctrinal <strong>de</strong> vivísimo interés histórico, se propone ofrecer<br />
a sus lectores en uno <strong>de</strong> sos próximos números una importante encuesta sobre<br />
la auténtica concepción católica <strong>de</strong> la Cristiandad en este siglo y en cualquier<br />
otro. ¿Cuáles <strong>de</strong>bes ser las características esenciales <strong>de</strong> la Cristiandad? Pue<strong>de</strong> concebirse<br />
la Cristiandad no en cnanto conjunto <strong>de</strong> cristianos, sino en cuanto or<strong>de</strong>n<br />
temporal <strong>de</strong> historia y cultura sin Estados «formalmente cristianos», confesionales?<br />
¿Pue<strong>de</strong> hacerse <strong>de</strong> algo acci<strong>de</strong>ntal y negativo la tolerancia y aconfesionaBdad,<br />
el principio especificativo <strong>de</strong> la Cristiandad, como lo hace Maritain? Someteremos<br />
un cuestionario más concreto a numerosos y prestigiosos pensadores religiosos<br />
y seglares, a quienes <strong>de</strong> antemano ATENEO agra<strong>de</strong>ce su colaboración.<br />
contradiga los principios fundamentales <strong>de</strong><br />
la fe, sino <strong>de</strong> modo concreto y positivo sobre<br />
la enseñanza eclesiástica.<br />
Y ocurre que la secularización progresiva<br />
<strong>de</strong>l pensamiento y las costumbres hm creado<br />
un ambiente eo que resulta temeroso<br />
afirmar rotundamente esta adhesión a ia<br />
verdad, tal como la Iglesia la formula. Todavía<br />
cuando la verdad se refiere al llamado<br />
problema social es frecuente que el respeto<br />
humano haga estragos. Al fin y al cabo<br />
se trata <strong>de</strong> problemas que afectan al sent<br />
imiento; problemas humanos —«<strong>de</strong> humanidad»<br />
suele llamárselos— en que pue<strong>de</strong><br />
coincidirse, grosso modo, con personas ajenas<br />
y aun opuestas a la fe en que la filantropía<br />
sin religión adopta acaso formas que<br />
externamente se confun<strong>de</strong>n con la cañad.<br />
Pero otro es el problema cuando el magisterio<br />
eclesiástico pane límites a algunas liberta<strong>de</strong>s,<br />
proclama principios generales <strong>de</strong><br />
verdad y saber o explica criterios sobre el<br />
amor o la enseñanza. Entonces se apo<strong>de</strong>ra<br />
<strong>de</strong> imnumerables catolices un vivo temor<br />
a ser tenidos por anacrónicos e insensibles<br />
a la altara <strong>de</strong> los tiempos. En otras palabras:<br />
tratan <strong>de</strong> atenuar la verdad, porque<br />
no creen <strong>de</strong> todo en ella o porque creyendo<br />
sienten rubor <strong>de</strong> confesarla- Digámoslo claramente:<br />
se avergüenzan <strong>de</strong> la Iglesia, como<br />
San Pedro se avergonzó <strong>de</strong>l Maestro.<br />
Por otra parte, se revuelven contra el que<br />
no siente tales reparos, llamándole intransigente,<br />
intolerante, exclnyente, enemigo<br />
<strong>de</strong> la convivencia. Por gran<strong>de</strong> que<br />
sea la naturalidad y sencillez con qae se<br />
invoque el pensamiento pontificio, el resultado<br />
es siempre el mismo: la burla o el<br />
<strong>de</strong>sdén. Cuando <strong>de</strong> -discutir se trata, por<br />
mesurada y correcta qae sea la forma, el<br />
que sin rebozo se sitúa al lado <strong>de</strong> una Encíclica<br />
—menos «brillante» y sugestiva, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
luego, que un ensayo <strong>de</strong>l 08— ya sabe por<br />
a<strong>de</strong>lantado que pier<strong>de</strong>, aun en el mejor <strong>de</strong><br />
los casos —fácil palabra, pulcra y rigurosa<br />
forma— una buena parte <strong>de</strong>l prestigio que<br />
le granjearía la exposición <strong>de</strong> la ultima novedad<br />
filosófica o una ingeniosa y arbitraria<br />
interpretación <strong>de</strong> lo que sea. Una cita<br />
<strong>de</strong> un Papa suele ser tomada por estos católicos<br />
como una excomunión. Pero no se concibe<br />
hablar <strong>de</strong> ciertas cosas en ningún terreno<br />
sin traer argumentos <strong>de</strong> autoridad, y<br />
una <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s más traedizas para<br />
un católico son los Papas. Tanto, que el sólo<br />
afirmarlo nos hace pensar en Perogrullo.<br />
Estas reflexiones nos la sugiere el citado<br />
librito —sabio y pulquérrimo—- en que el<br />
profesor Palacios, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />
ha expuesto, sin respeto humano <strong>de</strong><br />
ningún género, —o lo que es lo mismo, con<br />
un cristianismo acendrado que no se paga<br />
<strong>de</strong>l mundo ni <strong>de</strong>l que dirán— la doctrina<br />
sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado,<br />
en forma ortodoxa y tradicional, que<br />
impugna la más audaz e insegura <strong>de</strong> Jacques<br />
Maritain, filósofo y escritor francés <strong>de</strong><br />
mucho más peso, eso sí, que el que le otorgan<br />
los que creen que el pensamiento <strong>de</strong> un<br />
Unamnno, por ejemplo, revela mayor hondura<br />
y capacidad metafísica que el <strong>de</strong> este<br />
seguidor <strong>de</strong> Aristóteles y Santo Tomás.<br />
El silencio sobre Maritain es sospechoso.<br />
Es nna nueva muestra <strong>de</strong>l espirito mundanal<br />
<strong>de</strong> algunos cristianoscatóncos, puesto<br />
que a la postre —y pese a sus errores—<br />
Maritain estudia gravemente y sin frivolidad<br />
cuestiones que a otros más bien brindan<br />
motivos <strong>de</strong> acreditar su capacidad literaria,<br />
su arte <strong>de</strong> ingenio. Al combatir a<br />
Maritain. Pa'a'jios acredita su preocupación<br />
sustancialmente católica por lo mas altos<br />
problemas <strong>de</strong> la religión, la sociedad y el<br />
Estado. (Y lo acredita lo mismo en cuanto 1<br />
contradictor y <strong>de</strong>belador <strong>de</strong> errores <strong>de</strong>l<br />
filósofo que en cuanto apreciador y estimador<br />
<strong>de</strong> una obra que tiene extraordinaria<br />
influencia en Europa y América.) Uno <strong>de</strong><br />
los modos más eficaces <strong>de</strong> otorgar una<br />
pensador el valor que tiene es combatirle<br />
(ion<strong>de</strong> y como Palacios lo ha hecho: en<br />
España, país cuya Universidad apenas le<br />
había dispensado atención; y en un estudio<br />
al que podrán hacerse reparos, pero al que<br />
nadie podrá negar rigor, penetración y beileza.<br />
«Toda la obra <strong>de</strong> Maritain —dice Leopoldo<br />
Palacios— está regida por el intento<br />
<strong>de</strong> pertrechar al cristiano <strong>de</strong> una sólida armadura<br />
<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y conceptos que le permitan<br />
sostenerse en los conflictos existenciaíes<br />
<strong>de</strong> nuestra pobre tierra, hoy más que<br />
nunca sometida a la disolución y a la ruina».<br />
En «El mito <strong>de</strong> la Nueva Cristiandad»<br />
apren<strong>de</strong>rán muchos —los jóvenes en especial—<br />
problemas y soluciones <strong>de</strong> ahora y <strong>de</strong><br />
siempre. Que el hombre sea un ser histórico<br />
no excluye su inmutable naturaleza. Los<br />
niños han amado siempre aman y amaran<br />
los juguetes, pero los juguetes adoptan<br />
formas múltiples y se Tsnuevan sin cesar.<br />
Lo que importa a la juventud española<br />
es poseer con claridad algunos principios<br />
con que regir su conducta en or<strong>de</strong>n a sí<br />
misma, a la patria y al mundo. Y apren<strong>de</strong>r<br />
a ser hombres <strong>de</strong> tma pieza: a no avergonzarse<br />
<strong>de</strong> su creencia no ya como puramente<br />
religiosa y privada, sino como inspiradora<br />
<strong>de</strong> una concepción en que se apoyen para<br />
agitarse y ser a la vez tranquilos. Para rebuscar<br />
incansablemente, pero no para dudar<br />
<strong>de</strong> iodo.<br />
El valor <strong>de</strong> las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>l Cár<strong>de</strong>na<br />
Ottaviani -—maestro, a<strong>de</strong>más, en Derecho<br />
Público Eclesiástico— da nueva actualidad<br />
al libro <strong>de</strong>l profesor Palacios, libro muy <strong>de</strong><br />
nuestro tiempo para todo espíritu católico<br />
que no profese str creencia; dando más ds<br />
lo <strong>de</strong>bido al esteticismo, al sentimentalismo,<br />
al romanticismo. ¡Que enorme dosis <strong>de</strong> romanticismo<br />
trasnochado en tantos espíritus<br />
que creen poseer el secreto <strong>de</strong> la actualidad.
ft' A conmemoiacíc'n d:;í trágico acontecí-<br />
*^ miento Que fue el fía <strong>de</strong> una civilización<br />
<strong>de</strong>slumbradora, hermana mayx>r di? la<br />
nuestra, es momento propicio para evocar,<br />
ea primer lugar, los aspectos puramente externos<br />
<strong>de</strong> esta civilización fascinante, en<br />
muchos puntos' también maestra nuestra. Pero<br />
la fecha memorable quí <strong>de</strong> modo tajante<br />
produjio ía mjs profunda escisión eníre las<br />
dos partes <strong>de</strong> Ja cristiandad, que;- si bien<br />
ya entonces no representaba un todo cultura]<br />
y político, tampoco carecía di? Ja fundamental<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Ja unidad, nos incita, ante<br />
t^do, a reflexionar sobre >:sta unidad <strong>de</strong><br />
Europa y <strong>de</strong>l mundo, el máximo anhelo <strong>de</strong><br />
nuestros días. La historia d-ll Imperio Bizantino<br />
no es otra cosa que la ccotinuacHh<br />
<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l Imperio romano, o<br />
mejor dicho, es sólo la part- dtíl Imperio romano<br />
orientada hacia el Este y organizada<br />
sobre los principios cristianos 1 . Bajo este<br />
aspeetc- <strong>de</strong> unidad y continuacicín <strong>de</strong>be estudiarse<br />
la función <strong>de</strong> Constantinopla.<br />
La jegisiacicii romana <strong>de</strong>l siglo primero<br />
dio al Imperio la unidad <strong>de</strong> administración,<br />
pero no logró unificar •;! espíritu oriental,<br />
helenístico, m's inclinado a ¡la especulad ííi,<br />
v el latino, más practico. Las dos ipartes <strong>de</strong>l<br />
Imperio nunca se fundieron <strong>de</strong>l todo en una<br />
unidad. La parte oriental era m's rica y<br />
más civilizada. Con eí tiempo se manifestaron<br />
también cada vez mas 1 patentes, diferencias<br />
étnicas entre k parte o-rientat y la<br />
occi<strong>de</strong>ntal. Por eso Ja prinrra división <strong>de</strong>l<br />
Imperio por Diocleciano no fue ün capricho<br />
<strong>de</strong>l emperador, sino la sanción <strong>de</strong>l estado<br />
real <strong>de</strong> cosas. E¡ traslado <strong>de</strong> la capital a<br />
las orillas <strong>de</strong>l Bosforo fue d acto final <strong>de</strong><br />
un 'largo proceso empezado ya bajo Diocleciano,<br />
y que se impuso como consecuencia<br />
<strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> hecho.<br />
Constantino, al trasladar Ja capital a!<br />
Oriente, no quiso oriental/zarJa, sino impedir<br />
3a <strong>de</strong>sunión. No conocemos, naturalmente,<br />
con exactitud 1 Jas auténticas intenciones<br />
<strong>de</strong>l emp rador, pero el modo en que organizó<br />
¡a nueva capital nos autoriza a suponer<br />
que él, con la capital en d Oriente,<br />
pret ndía contribuir a ja mayor cohesión <strong>de</strong><br />
ías dos partes <strong>de</strong>l gigantesco Estado. Ya el<br />
mismo fundadicr -ht consi<strong>de</strong>raba como Nueva<br />
Roma, y sus habitantes, iguaí qu? los ciudadanos<br />
<strong>de</strong>l imperio, se Mamaban con or-<br />
. suító romanos. Esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r a la<br />
antigua capital •:« el Tíber tuvo s*u expresión<br />
formail en Ja casi idéntica construcción<br />
<strong>de</strong> la ciudad —sobre siete colinas y dividida<br />
en catorce distritos—>, y en la misma organización<br />
tuvo su S:nado y otras instituciones<br />
romanas. Sus habitantes-, entre los<br />
cuales hay machas familias trasladadas ée<br />
Rema, gozan <strong>de</strong> todos Tos privilegios db los<br />
«nfiguos romanos, viven bajo Jas leyes romanas<br />
y ha&Iart Jatfh. Todo esto tenía que<br />
garantizar la supervivencia <strong>de</strong> la ronranidad.<br />
Sólo hay una diferencia principa! entre<br />
ia primera y segunda Roma: CfcnstantmopJa<br />
tuvo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los mismos comí nzos na<br />
marcada carácter cristiano. Pero ei proceso 1<br />
histórico durante los siglos siguíeor s <strong>de</strong>raostrS<br />
que todas esas medidas y buenas<br />
intenciones no sjrvi ron pata nada. Bizancío<br />
no tuvo fberías pata salvaguardar ía<br />
unidad' <strong>de</strong>í Imperio, mientras Roma, <strong>de</strong>gradada<br />
y postergada, insurgió <strong>de</strong> nuevo y<br />
asumió el paper <strong>de</strong>l centro espírituaf <strong>de</strong>F<br />
mundo occi<strong>de</strong>ntal que ie Babia sido arisvba'ado.<br />
Expisesfá s iss ava-Iancnas <strong>de</strong> loy pueblos<br />
birlaros. Roma pronto sucumbió, y sobre las<br />
ruinas <strong>de</strong>l Imperio Occi<strong>de</strong>ntal s? levantaron!<br />
tuinas <strong>de</strong>l Imp;tíio occi<strong>de</strong>ntal se levantaron 1<br />
nuevos Estados. Pera persistís la unidad espiritual<br />
que
LA CARRERA POLÍTICA D<strong>EL</strong> GENERAL DE GAULLE<br />
'O se retira <strong>de</strong> la política el «Teñera!<br />
De GauBe, pero licencia a sos haes<br />
tes parlamentaría?, y si no estrecha<br />
la mano qee le retira doía Leonor.<br />
hace que sean sus diputados, y no ¿1,<br />
quienes recibas las calabazas <strong>de</strong>t cuerpo<br />
electoral. Desautorizado por los votantes,<br />
que a la hora <strong>de</strong> renovar los Municipios<br />
le negaron su confianza, prefiriendo los<br />
candidatos <strong>de</strong>l in<strong>de</strong>pendiente Pinay a los<br />
sayos, disuelve a su graso parlamentario<br />
y le probibe que funcione como tal.<br />
sin perjuicio <strong>de</strong> que el partido (R. P. F.<br />
3= rassemblemeot populaire francaise)<br />
subsista y persevere en una acción que si<br />
basta .añora gravitó en el área mis ortodoxa<br />
<strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia constitucional,<br />
en a<strong>de</strong>lante eludirá la atmosfera parlamentaria<br />
y legislativa. Ea so número <strong>de</strong>l<br />
7 <strong>de</strong> mayo, el diarto "Paris-Presse" recogió,<br />
bajo el malo "Malestar entre los<br />
parlamentarios <strong>de</strong>l grupo"* las reacciones<br />
que experimentaron los diputados <strong>de</strong>gau-<br />
Histas ante ía reciente <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> su jefe.<br />
La opinión <strong>de</strong>l señor Dietbeflm, presi<strong>de</strong>nte,<br />
es embarazosa. No dice ni que<br />
está contento ni que se siente disgustado.<br />
Sousteüe, diputado conspicuo, exclama:<br />
M No quiero respon<strong>de</strong>r nada." El señor<br />
Vatio» aprueba la actitud <strong>de</strong>l general,<br />
y el señor Prelot no vadla en expresar<br />
su disgusto, "En primer lugar<br />
—ha respondido—, el general De Gaalte<br />
<strong>de</strong>bió comunicarnos so resolución antes<br />
<strong>de</strong> hacerla pública. En segundo término,<br />
mucho antes le hablamos planteado el<br />
dilema <strong>de</strong> que, o se sentara entre nosotros<br />
en la Cámara para capitanearnos,<br />
o que nos <strong>de</strong>jara en libertad <strong>de</strong> acción,<br />
a<strong>de</strong>lantando la medida que acaba <strong>de</strong><br />
adoptar. Pero entonces el general no optó^<br />
ni por una cosa ni por la otra."<br />
"Dando un |K»co <strong>de</strong> marcha atrás, impongamos<br />
al lector <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong><br />
juicio indispensables al conocimiento <strong>de</strong><br />
la situación actual. Cuando De Gautle fue<br />
eliminado <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r por la conjunción<br />
<strong>de</strong> las fracciones más numerosas <strong>de</strong> la<br />
Cámara {los comunistas y los M. R. S.,<br />
neocatólicos) fundó ttn partido que, reclutando<br />
a franceses <strong>de</strong> cualesquiera proce<strong>de</strong>ncias<br />
i<strong>de</strong>ológicas, incluso socialista,<br />
bajo la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la reforma constitucional,<br />
tiiunfó en sucesivos comicios,<br />
aunque no lograra la mayoria absoluta.<br />
Le quedaban al jefe <strong>de</strong> la antigua resistencia<br />
dos caminos:
N estos días, la prensa nos recuerda<br />
E diariamente la disputa angloegipcia<br />
sobre el canal, <strong>de</strong> Suez.<br />
Su gravedad la incluye en los cuatro<br />
puntos <strong>de</strong> fricción —Corea, Indochina,<br />
persia y Suez—, que, situados en Oriente,<br />
amenazan romper el ya por bastantes<br />
motivos <strong>de</strong>licado equilibrio <strong>de</strong> la situación<br />
internacional. Prueba <strong>de</strong> ello es<br />
que Egipto es quizá la más importante<br />
etapa <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong>l secretario <strong>de</strong> Estado<br />
<strong>de</strong> Estados Onidos, Poster Dulles.<br />
No parece por ello inoportuno <strong>de</strong>dicar<br />
algún espacio a recordar las razones<br />
por las que es <strong>de</strong> tan vital interés<br />
para las naciones el dominio <strong>de</strong> esía<br />
vía <strong>de</strong> comunicación marítima; razones<br />
repetidamente expuestas y comentadas,<br />
y que por eso mismo <strong>de</strong>generan<br />
a veces en el lugar común o auedan<br />
ocultas ante el interés político dominante<br />
en el momento; pero que tienen<br />
raíces <strong>de</strong> insospechada permanencia,<br />
basadas en la geografía, con su lógica<br />
repercusión en la estrategia, que se pone<br />
hoy mas <strong>de</strong> relieve a causa <strong>de</strong> la<br />
mayor extensión que los nuevos medios<br />
<strong>de</strong> comunicación y transporte proporcionan<br />
a las activida<strong>de</strong>s bélicas.<br />
No es el Canal, brillantemente inaugurado<br />
por Eugenia <strong>de</strong> Montijo en 1869,<br />
el único factor que ha dado importancia<br />
a la zona en que esta situado; existen<br />
claras razones geográficas que la<br />
valorizan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mas remota antigüedad.<br />
La ruta <strong>de</strong> las Indias por el istmo <strong>de</strong><br />
Suez es la que une el continente asiático<br />
con el africano, que constituyeron<br />
por sí solos, durante siglos, el conjunto<br />
<strong>de</strong>l mundo civilizado. Mas tar<strong>de</strong>, trasladado<br />
a Occi<strong>de</strong>nte el centro <strong>de</strong> la civilización,<br />
esta misma ruta lo unió con<br />
la reserva <strong>de</strong> riqueza oriental.<br />
La estructura geográfica maciza <strong>de</strong><br />
África, con su inmensa faja <strong>de</strong>sértica<br />
en el sentido <strong>de</strong> los paralelos, obliga a<br />
orientar la circulación en sentido Norte-Sur,<br />
en el que está facilitada por dos<br />
líneas <strong>de</strong> fractura: la <strong>de</strong> los lagos africanos<br />
y la que permite al Indico penetrar<br />
casi hasta el Mediterráneo. El istmo<br />
<strong>de</strong> Suez marca, pues, un camino natural,<br />
pero obliga a lentas y costosas<br />
caravanas que realicen el transbordo <strong>de</strong><br />
las mercancías a través <strong>de</strong> él <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
mar Rojo al Mediterráneo.<br />
Y si ampliamos estas consi<strong>de</strong>raciones<br />
a un ámbito todavía mas general,<br />
observaremos, según muestra el croquis<br />
adjunto, que las masas continentales<br />
<strong>de</strong> la tierra están abrazadas por un<br />
«ecuador <strong>de</strong> fracturas y <strong>de</strong>presiones»,<br />
jalonado por Smgapur-Suez-Oibraltar y<br />
Panamá, que facilita la circunvalación<br />
marítima <strong>de</strong>l planeta.<br />
Por todo ello, la conveniencia ds facilitar<br />
un paso marítimo a través <strong>de</strong>l<br />
istmo <strong>de</strong> Suez es tan imperiosa y permanente,<br />
que ya P linio dice que Seo-,<br />
sostris I intentó la construcción <strong>de</strong> un<br />
canal en la fabuosa antigüedad <strong>de</strong> dos<br />
mil años antes <strong>de</strong> Jesucristo. También<br />
Herodoto nos habla <strong>de</strong> otro canal unos<br />
seiscientos años antes <strong>de</strong> Jesucristo, y<br />
en la época <strong>de</strong> ía dominación romana<br />
hay, con más seguridad, una realiaactón<br />
que une el Nilo con el mar Rojo.<br />
Mas tar<strong>de</strong> son los árabes los que ponen<br />
otra vez en servicio este mismo<br />
Canal, que queda <strong>de</strong>finitivamente cegado<br />
en el año 765 <strong>de</strong> nuestra era.<br />
La <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los imperios interrumpe<br />
estos esfuerzos, y es Venecia,<br />
la reina comercial <strong>de</strong>l siglo XIV, la que<br />
nuevamente vuelve a acariciar la i<strong>de</strong>a.<br />
Pero el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong><br />
la India por Vasco <strong>de</strong> Gama, ro<strong>de</strong>ando<br />
el cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza, hace per<strong>de</strong>r<br />
importancia al Mediterráneo como<br />
vía <strong>de</strong> comunicación.<br />
Pero en el siglo XVIII Francia se<br />
ve sobrepasada por un enemigo marítimo,<br />
Inglaterra, que domina las rutas<br />
oceánicas, a través <strong>de</strong> las cuales obtiene<br />
sus riquezas. Francia piensa que si<br />
logra abrir el paso por Suez y mantenerlo<br />
—cosa más accesible que el dominio<br />
<strong>de</strong>l mar abierto—, infligirá un<br />
rudo golpe a la hegemonía británica y<br />
logrará <strong>de</strong> nuevo la expansión comercial.<br />
Por ello envía al general Bonaparte<br />
con la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> «adueñarse <strong>de</strong> Egipto,<br />
<strong>de</strong>struir las factorías británicas <strong>de</strong>l<br />
mar Rojo, cortar el istmo <strong>de</strong> Suez y<br />
asegurar la posesión <strong>de</strong>l mar Rojo para<br />
la República Francesa».<br />
De todos es conocido el final <strong>de</strong> la<br />
expedición realizada por Napoleón como<br />
consecuencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Abukir.<br />
Pero el general recorrió toda la<br />
i»na <strong>de</strong>l antiguo Canal y obtuvo informes<br />
sobre la construcción <strong>de</strong> uno nuevo,<br />
aunque no muy alentadores.<br />
Declarada en 1811 la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> Egipto, se continúan los estudios y<br />
proyectos sobre el Canal, que no se<br />
convierten en realidad por la casi continua<br />
oposición <strong>de</strong> los valís o gobernadores.<br />
Pero en 1854, allanado el camino<br />
por la amistad <strong>de</strong> Lesseps con el valí<br />
Moíiamed Said Pacha, se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> la<br />
construcción sobre el proyecto <strong>de</strong> aquél.<br />
Y en 1863, abierto el Canal, el Mediterráneo<br />
vuelve a ser una zona <strong>de</strong> gran<br />
importancia política y económica. Francia,<br />
anexionándose también Túnez y<br />
Argelia, refuerza su posición estratégica<br />
en el mar latino y las rutas <strong>de</strong> Europa<br />
a India y al Lejano Oriente pasan <strong>de</strong><br />
nuevo por él.<br />
El Canal atrae <strong>de</strong> nuevo el interés <strong>de</strong><br />
Inglaterra—cuyas mas ricas posesiones<br />
están en Asia— hacia el Mediterránea,<br />
y aquella vía <strong>de</strong> comunicación se convierte<br />
en primordial objetivo para Inglaterra,<br />
qug con una hábil maniobra<br />
politicoeconómica resuelve la cuestión,<br />
adquiriendo en 1895 las acciones egipcias<br />
<strong>de</strong>l Canal. Posteriormente, ante el<br />
estado <strong>de</strong> excepción <strong>de</strong> la primera guerra<br />
mundial, Inglaterra anexiona Egipto<br />
a su Imperio, y cuando al terminar<br />
aquélla se le otorga nuevamente la autonomía,<br />
el Sudán queda bajo el dominio<br />
británico y se establece la permanencia<br />
<strong>de</strong> tropas británicas en el<br />
Canal.<br />
No queremos alargar más esta con<strong>de</strong>nsada<br />
reseña histórica, pues creemos<br />
que con lo expuesto es suficiente para<br />
<strong>de</strong>mostrar la permanente importancia<br />
en ía política, en la economía y en la<br />
estrategia mundial <strong>de</strong>l istmo <strong>de</strong> Suez,<br />
primero, y <strong>de</strong> su Canal, <strong>de</strong>spués.<br />
Como dato curioso consignaremos solamente<br />
que en la guerra ítaloabisinia<br />
cruzaron el Canal más <strong>de</strong> medio millón<br />
<strong>de</strong> soldados italianos, y que, al no permitir<br />
el Convenio <strong>de</strong>l Canal una aplicación<br />
<strong>de</strong> las sanciones, se intentó dificultar<br />
su utilización para Italia, aumentando<br />
las tarifas <strong>de</strong> paso y obligándola<br />
a pagarlas en oro.<br />
Y bien presentes están i o s ataques<br />
con dirección al Canal realizados durante<br />
la segunda guerra mundial, en la<br />
que, aun siendo Egipto neutral, sufrió<br />
las consecuencias <strong>de</strong> su semiocupación<br />
por Inglaterra.<br />
Veamos, pues, ahora cuáles son ios<br />
motivos <strong>de</strong> la nueva tensión. Los gobiernos<br />
egipcios han luchado casi permanentemente<br />
contra el ataque a su<br />
soberanía que representa la presencia<br />
<strong>de</strong> las tropas inglesas en la zona <strong>de</strong>l<br />
Canal, que hacen ilusoria la libertad<br />
<strong>de</strong> Egipto en el campo <strong>de</strong> la política<br />
internacional. Pero esta lucha, que ha<br />
sufrido diversas oscilaciones y ha obtenido<br />
progresivas victorias, se recru<strong>de</strong>ció<br />
al terminar la segunda guerra<br />
mundial.<br />
Por una parte, los egipcios consi<strong>de</strong>ran<br />
que las instalaciones <strong>de</strong> Inglaterra<br />
en la zona <strong>de</strong>l Canal son excesivas para<br />
las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>fensivas y constituyen<br />
una verda<strong>de</strong>ra base <strong>de</strong> operaciones<br />
contra Rusia, que compromete su<br />
neutralidad. Por otra, Egipto cree estar<br />
en condiciones <strong>de</strong> asumir por sí<br />
mismo la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la aona contra un<br />
ataque eventual, y estima que en todo<br />
caso a él incumbiría el pedir el refuerzo<br />
preciso, en caso <strong>de</strong> necesidad. Finalmente,<br />
Rusia apoya la actitud egipcia,<br />
pues le interesa en gran manera impedir<br />
al bloque occi<strong>de</strong>ntal que tenga posiciones<br />
que faciliten el envolvimiento<br />
por el Sur <strong>de</strong> su frente europeo. El Cercano<br />
y Medio Oriente es, sin duda, el<br />
talón <strong>de</strong> Aquiles <strong>de</strong>l dispositivo soviético,<br />
tal como se perfila ante una lucha<br />
<strong>de</strong> los dos bloques en presencia.<br />
Po<strong>de</strong>mos resumir, por tanto, que por<br />
parte egipcia se intenta aprovechar la<br />
situación difícil con la que en tantos<br />
puntos se encuentran las naciones occi<strong>de</strong>ntales,<br />
para obtener un natural y<br />
permanente objetivo político, <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
nacional é internacional. Por<br />
parte británica —occi<strong>de</strong>ntal— son, más<br />
que nunca, razones militares las que<br />
prevalecen y aconsejan no confiar a<br />
mano ajena la seguridad <strong>de</strong> una zona<br />
<strong>de</strong> interés vital para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Mediterráneo<br />
y <strong>de</strong> las comunicaciones con<br />
Asía, y que constituye también una<br />
fundamental base <strong>de</strong> reacción contra<br />
un punto sensible <strong>de</strong> un probable agresor.<br />
Tales intereses son difíciles, casi imposibles<br />
<strong>de</strong> conciliar, sin una perdida<br />
<strong>de</strong> soberanía para unos y <strong>de</strong> seguridad<br />
para otros. Una vez más, la Geografía<br />
impone sus condiciones a la estrategia,<br />
y ésta a la política internacional, y<br />
Suez está presente en el momento militar<br />
mundial.<br />
GONZALO DE BENITO
PA LA<br />
ÑOLA<br />
L A T A E N E L T E J A D<br />
t<br />
STA visto que ios escritores no se han puesto nunca <strong>de</strong> acuerdo, famosas<br />
son sus polémicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la éfXKS tíe la poesía juglaresca,, y famosos<br />
son tos "vejámenes" >; /usías poéticas <strong>de</strong> nuestro Sigio <strong>de</strong> Oro, que<br />
más <strong>de</strong> «na ve£ costaron sangré. ¿Acaso en nuestros dias —que nunca Mega<br />
¡a sanqre al lio-— han cam&atío ¡as cosas? Pues no. Cada críticú tiene su<br />
opinión y aida p:eía la suya. Naturalmente, Don<strong>de</strong> uno dice bíanco, otro<br />
dice negro. Tiempo lisiará en que soio.-se diga Mane© o «egra. Pero quizá<br />
para entonces no seremos nosotros ios que habitemos en esíe planeta.<br />
Aíeni?nd®n
<strong>de</strong> mi generación. Las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
lengua poética más <strong>de</strong>nsa {y no exentas<br />
tales <strong>de</strong> gran humanidad), son características<br />
<strong>de</strong> la generación <strong>de</strong>l 25.<br />
La generación <strong>de</strong>l 36, que" vivió los<br />
años más difíciles y dramáticos <strong>de</strong><br />
la historia <strong>de</strong> nuestros días, comienza<br />
a conseguir obras <strong>de</strong> gran importancia,<br />
nuestro juicio no pue<strong>de</strong> ser precipitado<br />
ante su labor,<br />
O *> Vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1946, qué creo<br />
"• que es el momento en que se perfilan<br />
las características generacionales:<br />
es indudable que el punto <strong>de</strong> partida<br />
<strong>de</strong> los más jóvenes poetas po<strong>de</strong>mos<br />
encontrar el influjo <strong>de</strong> Vicente<br />
Aleixandre, Pablo Neruda, César Va-<br />
Uejo y Miguel Hernán<strong>de</strong>z. Más tar<strong>de</strong><br />
enriquecen sus obras la fuerza <strong>de</strong>l<br />
verso <strong>de</strong> Miguel <strong>de</strong> Unamuno y la<br />
serenidad quemante <strong>de</strong> Antonio Maéhado.<br />
Los poetas <strong>de</strong> los siglos <strong>de</strong><br />
oro más influyentes son Quevedo, Lope<br />
<strong>de</strong> Vega, Jorge Manrique y San Juan<br />
<strong>de</strong> la Cruz. Hay que adveritr que sólo<br />
me refiero a la corriente general que<br />
impulsa la obra <strong>de</strong> esta generación.<br />
Después, cada poeta sufre los influjos<br />
<strong>de</strong> otros poetas que correspon<strong>de</strong>n<br />
a las necesida<strong>de</strong>s particulares <strong>de</strong> su<br />
talante.<br />
A ° No pienso que sea necesaria la<br />
• valentía para proponer cinco o sois<br />
nombres como los más resaltantes<br />
hasta el año <strong>de</strong> 1953. No veo, por<br />
otra parte, que esto pueda molestar<br />
a tos otros quince buenos poeta» que<br />
uno aprecia. A<strong>de</strong>más, ¿qué importancia<br />
mayor que lia <strong>de</strong> expresar un particular<br />
gusto, tiene el que citemos hoy<br />
a éstos y no a los otros? Yo creo, sinceramente,<br />
que cuando empieza a ser<br />
interesante tal elección es veinte años<br />
<strong>de</strong>spués; hasta entonces ninguna <strong>de</strong><br />
nuestras opiniones son <strong>de</strong>l todo valiosas.<br />
Realizado este preámbulo, pienso<br />
que los cinco o seis poetas' en activo<br />
<strong>de</strong> esta generación más realizados<br />
son: Carlos Bousoño, José Hierro, Rafael<br />
Morales, Eugenio <strong>de</strong> Nora, Bías<br />
dd Otero y Carlos Salomón. Y al<br />
margen, por haber, muerto, y estar<br />
<strong>de</strong>l todo y dolorosamente completa<br />
su obra: José Luis Hitalgo. A estos<br />
nombres habría que agregar los hispanoamericanos<br />
Fina García Marruz<br />
y kdu-irdo Cote Lamua y otros, pero<br />
sólo se me ha consultado sobre poesía<br />
joven española. Todavía estudiamos,<br />
peor: vivimos, nuestra fabulosa<br />
literatura con criterio geográficos; nü<br />
acabamos <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r que los<br />
americanos do habla española y los<br />
españoles, formamos en conjunto una<br />
única y po<strong>de</strong>rosa literatura: la más<br />
rica <strong>de</strong>l mundo junto a la anglonorteamericana.<br />
LUIS LÓPEZ ANCLADA:<br />
«Se ha dominado el lenguaje<br />
como jamás se hizo.»<br />
1 °Es un poco promaturo juzgar un<br />
• movimiento al que aún se le ¡lama<br />
juvenil. Pensemos que muchos <strong>de</strong> sus<br />
más representativos poetas, Bousoño,<br />
Salomón, Nora, Cabanas o Aíeixandre,<br />
aún no han pasado los treinta<br />
años y aún hay mucho que esperar<br />
<strong>de</strong> ellos. Creo que a ninguna genera-<br />
ción se le ha exigido tanto como a<br />
ésta, ni tan urgentemente.<br />
O ° En contra <strong>de</strong> los que creen que<br />
*** todos los poetas <strong>de</strong> hoy se pa ;<br />
recen yo juzgo que existe rique<br />
z a en individualida<strong>de</strong>s. Pensemos<br />
en lo distintas queson las poéticas<br />
<strong>de</strong> Cremer, Hierro, Morales, Pérez<br />
Valiente, García Nieto y Rafael Montesinos.<br />
Acaso pueda ser una cualidad<br />
omún al equilibrio que se ha conseguido<br />
entre la forma y el pensamiento.<br />
Se ha dominado ai lenguaje como<br />
jamás se hizo, ni aún en nuestro<br />
Siglo <strong>de</strong> Oro. Poetas como Alonso<br />
Gamo» Leopoldo <strong>de</strong> Luis y García<br />
Nieto han sido capaces <strong>de</strong> encerrar<br />
en los más apretados mol<strong>de</strong>a las mas<br />
vibrantes pasiones sin esfuerzo aparente;<br />
Obsérvese que no existo hoy el<br />
poeta «ripioso» que tanto abunda en<br />
nuestra literatura. Cualquier poeta<br />
casi <strong>de</strong>sconocido hace hoy sonetos<br />
que treinta años antes le hubiesen<br />
conquistado lugares <strong>de</strong> excepción.<br />
*) ° Los «padres* visibles <strong>de</strong> esta ge-<br />
"• neración son, sin duda <strong>de</strong> ningún<br />
género, Antonio Machado y J. R. Jiménez.,<br />
A ° Aparte <strong>de</strong> íos citados, todos ellos<br />
• poetas <strong>de</strong> excepción, podrían<br />
ponerse muchos más. No creo que<br />
<strong>de</strong>ba hacerse un escalafón <strong>de</strong> poetas.<br />
No pue<strong>de</strong> haber un primer puesto,<br />
cuando hay tantos merecedores r el tiempo.<br />
Tengo una casa noble Que sueña en las montañas;<br />
tongo nuevas mazorcas y
RAFA<strong>EL</strong> MONTESINOS<br />
«El poeta que mira a la cuartilla<br />
es el que busca la Flor Natural»<br />
TAN alta,; tan in<strong>de</strong>finible hasta ahora,<br />
tan inaccesible es la poesía que<br />
todo eso <strong>de</strong> la «Poética» es música celestial,<br />
Y como música celestial vamos<br />
a tratarla. Sin embargo, no <strong>de</strong>bemos<br />
jugar con la poesía, porque, a lo mejor,<br />
resulta qae Dios, en la otra vida,<br />
le pi<strong>de</strong> cuenta al poeta <strong>de</strong>l verso que<br />
no escribió, o <strong>de</strong> aquel otro que no<br />
<strong>de</strong>bió escribir.<br />
La poesía, es <strong>de</strong>cir, el momento <strong>de</strong><br />
la creación, qoe a veces suele dorar<br />
días y hasta semanas, es una especie<br />
<strong>de</strong> estado <strong>de</strong> gracia (en unos, <strong>de</strong> Dios,<br />
y en otros, <strong>de</strong>l diablo) que lleva a la<br />
más alta alegría. El primer verso llega<br />
al poeta cuando éste mira al cielo <strong>de</strong><br />
la tar<strong>de</strong>, al techo <strong>de</strong> su: coarto, o no<br />
mira a ningún sitio. El poeta qae mira<br />
a la coartilla es el que busca la<br />
Flor Natural.<br />
Todo poeta tiene a su lado un ángel<br />
<strong>de</strong> más. Cuando este ángel abre<br />
las alas, y ya sabemos por Rilke lo<br />
terrible que es, el poeta percibe en e!<br />
aire la poesía. Aquel que únicamente<br />
tiene a su lado al común ángel <strong>de</strong> la<br />
guarda es un poeta <strong>de</strong>sangelado que<br />
sólo advierte, y no siempre, el paso<br />
<strong>de</strong> la neorrenacentista y helada musa.<br />
Hay muchas clases <strong>de</strong> ángeles: el <strong>de</strong><br />
la alegría y el <strong>de</strong> la tristeza, el <strong>de</strong> la<br />
fe y el <strong>de</strong> la incredulidad, el <strong>de</strong> la es-<br />
peranza y el <strong>de</strong> las cosas perdidas, y<br />
también el antiguo y primer ángel,<br />
aquel que nos llevaba <strong>de</strong> la mano al<br />
colegio. Algunas veces suele regresar<br />
este blanquísimo e ingenuo ángel al<br />
lado <strong>de</strong>l hombre. Es entonces cuando<br />
el poeta, recostado en so infancia, escribe<br />
versos que le <strong>de</strong>vuelven a la niñez,<br />
y a -propósito <strong>de</strong> los ángeles, vengan<br />
aquí aquellas palabras <strong>de</strong> Rubén<br />
Darío a los jóvenes poetas <strong>de</strong> las Españas:<br />
«¡Tener ángel, Dios mío! Pi*e<br />
10<br />
exegetas andaluces.» Y es que el gran<br />
nicaragüense, e! gran español, estaba<br />
vaticinando la hegemonía andaluza en<br />
nuestra poesía contemporánea. Yo muchas<br />
veces pienso si mi generación, la<br />
que se ha dado en llamar <strong>de</strong> posguerra,<br />
no habrá dado un poco al olvido las<br />
palabras, el consejo <strong>de</strong>l poeta hispanoamericano<br />
: «¡ Tener ángel, Dios<br />
mío!m»<br />
El poeta, como tal, ha <strong>de</strong> apoyarse<br />
únicamente en sus versos. Si éstos no<br />
reflejan su vida, es <strong>de</strong>cir, so personalidad,<br />
estorbante si presunto vate los<br />
procedimientos ínfralíricos tales como<br />
apoyo oficial, premios amañados, vinos<br />
<strong>de</strong> honor y <strong>de</strong>más mangoneos «poéti-<br />
cos». Porque ¡ay <strong>de</strong> ese día en que el<br />
mal poeta jaleado se que<strong>de</strong> a solas con<br />
su obra! Es más difícil, más lento, más<br />
honrado el otro camino, et puro, et que<br />
se abre poco a poco a golpes <strong>de</strong> versos.<br />
Si éstos son auténticos y sinceros —cualidad<br />
ésta quizá la más importante para<br />
el poeta— y respon<strong>de</strong>n a una necesidad<br />
no solamente espiritual, sino también<br />
física, manténgase tranquilo y esperanzado<br />
el poeta, porque en verdad<br />
os digo que un día se le hará justicia<br />
a su corazón.<br />
R<strong>EL</strong>ACIÓN DE LA POESÍA CON<br />
DIOS: La poesía, como Dios, está en todas<br />
partes; incluso en la intención <strong>de</strong>l<br />
mal poeta. Don<strong>de</strong> no está, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego,<br />
es en la mala intención <strong>de</strong>l poeta.<br />
R<strong>EL</strong>ACIÓN DE DIOS CON LA POE-<br />
SÍA: Todos los otoños, Dios se pasea<br />
por la Tierra abriendo los corazones <strong>de</strong><br />
los, que dicen ser poetas. Y cuando un<br />
corazón sale vano, Dios se lleva las manos<br />
a la cabeza.<br />
ADRIANO D<strong>EL</strong> VALLE:<br />
«El poeta esta solitario entre la multitud,<br />
o multitudinario en la soledad»<br />
i A<br />
creación poética tiene su ley<br />
física, su tabla <strong>de</strong> logaritmos,<br />
si bien tan imaginativos como la<br />
trente <strong>de</strong>/ cielo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la tormenta,<br />
cuando en ella nace la metáfora<br />
visible <strong>de</strong>i arco iris. Todas ¡as<br />
ca<strong>de</strong>nas inefables tienen su ley <strong>de</strong><br />
unidad en sus propios eslabones.<br />
Dulce enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> la poesía,<br />
que no se sabe en qué milésima <strong>de</strong><br />
segundo va a nacer en *ei corazón<br />
<strong>de</strong>t poeta. El mundo se ofrece abierto<br />
como un libro: árboles, flores y<br />
estrellas. La paradisiaca anima lia<br />
campea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el valle alegre y_ profundo<br />
hasta la más altísima cordillera,<br />
último peldaño para el pie <strong>de</strong> los<br />
hombres y primero para el <strong>de</strong> los<br />
angeles. La vertiente nemorosa, el<br />
abismo profundo, la entraña mineralizada<br />
<strong>de</strong>l planeta, su tuétano <strong>de</strong><br />
cuarzo, el bisel ambarino <strong>de</strong> los mareSj_el<br />
vuelo <strong>de</strong>l águila caudal... Plumas<br />
voladoras, granito Inmoble; materia<br />
fungí ble o durísima, en fin, y<br />
altí, en lo alto, o junto a nosotros,<br />
arriba o abajo, en lo largo y en lo<br />
ancho <strong>de</strong>l mundo, la presencia, la<br />
omnípresencia <strong>de</strong> Dios, con todas las<br />
leyes <strong>de</strong>l Universo jerarquizadas por<br />
su mano.<br />
Y aqui está el poeta, solitario entre<br />
la multitud, o multitudinario en<br />
la soledad. Uno y diverso. Versátil y<br />
cambiante como la transverberación<br />
<strong>de</strong> los milagros divinos que le embriagan<br />
apurando el cáliz <strong>de</strong> la flor,<br />
el Sanio Grial <strong>de</strong> la azucena, bebiéndose<br />
sus estambres, el polen fecun.<br />
•dador <strong>de</strong> sus aromas. Y el poeta ignora<br />
el enca<strong>de</strong>nado misterio <strong>de</strong> la<br />
creación apolonida. No sabe <strong>de</strong> qué<br />
njano llegó lo que <strong>de</strong> suyo es Inprehensible,<br />
lo que vuela sin tener alas<br />
y camina sin tener pies. Así llega la<br />
mariposa <strong>de</strong> ia mano <strong>de</strong>l céfiro. Aire<br />
invisible, pero que a veces venfjs<br />
coma le sirve a la flor, al ave o a IH<br />
abeja <strong>de</strong> guadralpas, brisas y estri-<br />
bos <strong>de</strong> oro para cabalgar sobre los<br />
céfiros enanos.<br />
Y aquí está el poeta, en el trance<br />
<strong>de</strong> su pasión creadora ante el gran<br />
anfiteatro <strong>de</strong> la Naturaleza. Las medidas,<br />
ya ¡o hemos dicho, son regidas<br />
por la mano <strong>de</strong> Dios. Mano que<br />
pue<strong>de</strong> coger al ruiseñor en el aire<br />
sin oprimir su buche melodioso. Y<br />
ésta es la medida <strong>de</strong>l tiempo que no<br />
conoce calendario ni clepsidras. La<br />
nube en el viento no tiene otra ca<strong>de</strong>na<br />
que la <strong>de</strong> la ley divina, pero<br />
tan ñ me % fuerte co mo ¡a <strong>de</strong> las<br />
anclas <strong>de</strong> los navios, anclas que no<br />
saben <strong>de</strong>l mundo más que aquellos<br />
secretos que le cuentan los peces.<br />
Sin calendario y sin reloj, sin Rey<br />
ni Roque, crece la varia poesía <strong>de</strong>l<br />
Universo. Allí una voz barí tona, aquí<br />
<strong>de</strong>sfila todo el paisaje pastoral al<br />
son <strong>de</strong> una flauta. Nubes y nubes,<br />
aires y vientos. El sol y la luna. El<br />
alba y la noche. La luz y la sombra.<br />
El rio y el mar. El valle y la montaña.<br />
Lo satánico y lo angélico... Diversidad,<br />
sirena úvl mundo, dijo el<br />
poeta.<br />
LUIS LÓPEZ<br />
ANGLADA:<br />
«Sobre todo, que se entienda*<br />
E creído siempre que existe<br />
H a'go que <strong>de</strong>be presidir toda<br />
creación artística: la total in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong>l poeta*<br />
El poeta, según entiendo yo,<br />
<strong>de</strong>be supeditar todo, empezando<br />
por su conveniencia y terminando<br />
por, la conveniencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />
a la creación pura, auténtica y totalmente<br />
poética <strong>de</strong> s>u obra. Esta<br />
obra es 4a razón <strong>de</strong> su existencia,<br />
y por elio no <strong>de</strong>be nunca limitar<br />
las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> crearla porexigencias<br />
4e escuelas o <strong>de</strong> modas.<br />
Teniendo esto en cuenta no creo<br />
que se <strong>de</strong>ba nunca <strong>de</strong>cir qué forma<br />
es la" que se ¡tiene «orno la mejor<br />
pat-a llegar a crear «1 poema,<br />
pues pue<strong>de</strong> ocurrir que mañana el<br />
poeta «exija ser creado <strong>de</strong> manera<br />
absolutamente distinta,<br />
Para mí el poema es ¡siempre- un<br />
producto <strong>de</strong> una contemplación<br />
apasionada. Y por ser apasionada<br />
no soy capaz <strong>de</strong> ajustaría a moíd.es<br />
preconcebidos. Lo único que<br />
me importa «8 que esta pasión mía<br />
llegue a los <strong>de</strong>más, que sientan<br />
conmigo mi pasión y mí contemplación,<br />
x que si respon<strong>de</strong>n a un<br />
instante concreto <strong>de</strong> mi vida este<br />
instante tenga siempre la misma<br />
fuerza y se levante para hacer ver<br />
a los <strong>de</strong>más el intenso amor o el<br />
profundo dolor que en un momento<br />
dado tuvo auténtica realidad. Si<br />
Jo he conseguido o no, no me toca<br />
<strong>de</strong>cirlo a mí; la verdad es que<br />
tampoco me importa mucho. Lo<br />
único que me importa, por ahora,<br />
es :1a obra que me queda por' hacer,<br />
no la que ya está hecha.<br />
Por todo lo que he dicho pue<strong>de</strong><br />
compren<strong>de</strong>rse que acepto todas !as<br />
escuelas poéticas, y q»ue me interesan<br />
todos Uos caminos en los<br />
que haya posibilidad <strong>de</strong> crear poesía.<br />
Lo que no admito nunca sou<br />
las intolerancias y !os dogma*ísmos.<br />
Y para terminar, puesto que aquí<br />
se ha hablado <strong>de</strong> aquello <strong>de</strong> "F!<br />
arte por la i<strong>de</strong>a, el arte por el<br />
arte, y se le ha añadido el arte<br />
por eí sentimiento", hoy por hoy<br />
yo añadiría —sin importarme tener<br />
que rectificar mañana— e'. arle<br />
por el apasionamientr.<br />
Que es ilo mismo que afitmax<br />
que, hoy por hoy, preñpro la poesía<br />
que tenga contenida Jiumano,<br />
fuerza expresiva, entrega absoluta<br />
<strong>de</strong> su creador para la cansecwción<br />
<strong>de</strong> ¡la belleza y Jo que antiguamente<br />
se llamaba, «on mucha razón,<br />
aliento poético.<br />
¡Ahí, y sobre todo...; q»u« se entienda.
)E vez en cuando llevo a cabo una<br />
excursión al tiempo pasado; hago<br />
una breve escapada al panorama <strong>de</strong><br />
ayer. Lo juzgo un saludable ejercicio<br />
que todos <strong>de</strong>beríamos practicar; en<br />
primer lugar, para fijar nuestra posición<br />
entre los viejos y ios nuevos valores,<br />
para no per<strong>de</strong>rnos en el vocerío<br />
y la confusión, para no <strong>de</strong>jarnos turbar<br />
por las nuevas sirenas, que con tantas<br />
y tan variadas voces nos llaman y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
tantos lugares. Es también algo asi<br />
como sacar los santos a la luz para renovar<br />
—y sentir renovar en nosotros—<br />
la vieja veneración; para esto, claro<br />
está, se necesita sacar a la luz los santos<br />
verda<strong>de</strong>ros. Es la prueba infalible.<br />
Una <strong>de</strong> esas excursiones me ha llevado<br />
a Ganivet, y en Ganivet, a su libro<br />
«Los trabajos <strong>de</strong> Pío Cid», que tenia<br />
casi olvidado. Ortega y Gasset afirma<br />
<strong>de</strong> este libro que es una novela magnifica;<br />
en et mismo lugar aña<strong>de</strong> aun que<br />
es «una <strong>de</strong> las mejores novelas que en<br />
nuestro idioma existen».<br />
A mi la alabanza me parece excesiva,<br />
pero es indudable que el libro posee<br />
Granada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> «1 Albaicín<br />
gran<strong>de</strong>s méritos; como obra <strong>de</strong> creación<br />
es, sin disputa, la mejor <strong>de</strong> Ganivet,<br />
lo cual es cierto, no es <strong>de</strong>cir gran cosa.<br />
Es una lástima que su autor no supiera<br />
limpiarlo <strong>de</strong>l exceso <strong>de</strong> doctrina<br />
que pesa en él. Pío Cid habla <strong>de</strong>masiado<br />
y <strong>de</strong> <strong>de</strong>masiadas cosas. En este punto<br />
nos acordamos <strong>de</strong> unas palabras <strong>de</strong><br />
Goethe a propósito <strong>de</strong> Lord Byron:<br />
«Una gran parte <strong>de</strong> los valores negativos<br />
<strong>de</strong> Byron —dice Goethe— podría llamarse<br />
«discursos parlamentarios reprimidos»,<br />
y lamenta, con razón, que no<br />
los hubiera pronunciado don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía<br />
para que su obra quedase libre <strong>de</strong> aquel<br />
lastre. Con mayor razón podría <strong>de</strong>cirse<br />
esto <strong>de</strong> Ganivet, ya que no poseía el<br />
contrapeso <strong>de</strong>l genio poético <strong>de</strong>l inglés,<br />
y en su obra se acusa mucho más él<br />
<strong>de</strong>fecto.<br />
El mal, aquí, era mucho más grave.<br />
A Ganivet no le habría bastado pronunciar<br />
unos cuantos discursos; <strong>de</strong>bía,<br />
a<strong>de</strong>mas, haber hecho <strong>de</strong> preceptor literario<br />
<strong>de</strong> jóvenes nobles; <strong>de</strong>bía haber<br />
ejercido <strong>de</strong> moralista en una sociedad<br />
elegante y ociosa, aunque fuera predi-<br />
cando la nueva moral. Ganivet <strong>de</strong>bía<br />
también haber publicado su librito <strong>de</strong><br />
versos más amplio y quizá repetido;<br />
acaso con esto la escena <strong>de</strong> Pío Cid<br />
con la duquesa, una <strong>de</strong> las mejores <strong>de</strong>l<br />
libro, no habría terminado en una escena<br />
«<strong>de</strong> sofá»: habría tenido el fin<br />
lógico que <strong>de</strong>bía tener, y, sobre todo,<br />
español<br />
Lo primero que sorpren<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta<br />
obra es que un escéptico, un pesimista<br />
integral como Ganivet, adopte como<br />
héroe <strong>de</strong> su novela a un tipo como Pío<br />
Cid, profesor <strong>de</strong> optimismo, revelador,<br />
en los otros, <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s secretas, abogado<br />
eficaz <strong>de</strong> causas perdidas, y en el<br />
total naufragio <strong>de</strong> la existencia en que<br />
se mueve, apóstol casi <strong>de</strong> un nuevo<br />
i<strong>de</strong>al.<br />
Por poco que reflexionemos, sentimos,<br />
no obstante, que en el fondo <strong>de</strong><br />
este luchador resi<strong>de</strong> un secreto <strong>de</strong>sánimo,<br />
anida una falta <strong>de</strong> fe, una <strong>de</strong>sesperación<br />
secreta, que minan todas sus<br />
acciones y que anuncian el fracaso.<br />
A Pío Cid, para su gran empresa, le<br />
falta la fe, le falta la fe en Dios, y<br />
—consecuencia natural — le falta la<br />
fe en los hombres. Entre sus doce trabajos<br />
Pió Cid no ha sabido llevar a cabo<br />
el primero y principal: el <strong>de</strong> salvarse<br />
a si mismo, y con él, a su autor.<br />
En seguida advertimos que a Ganivet<br />
el tipo le ha venido impuesto <strong>de</strong> fuera;<br />
respon<strong>de</strong>, sí, a sus <strong>de</strong>seos, a sus intimas<br />
aspiraciones, a sus esperanzas, no a sus<br />
sentimientos.<br />
Este mo<strong>de</strong>lo —qué duda cabe— lo<br />
halló Ganivet en Ibsen, en las nuevas<br />
teorías <strong>de</strong>l superhombre, que hoy, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> tantas y tan tristes experiencias,<br />
nos parecen repelentes. El gran mérito<br />
<strong>de</strong> Ganivet estará siempre en haber<br />
borrado con la bondad <strong>de</strong> su personaje,<br />
con esa ilusión tenaz <strong>de</strong> bien vanamente<br />
perseguida que le guia, las durezas y<br />
violencias <strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>lo; siempre estará<br />
también en haberle hecho español,<br />
en haberle enraizado en su tierra.<br />
Por esto, lo mejor <strong>de</strong>l libro está, a<br />
mi enten<strong>de</strong>r, no en la evocación <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />
como afirma Ortega y Gasset, y por<br />
certera que sea; lo mejor <strong>de</strong>l libro está<br />
<strong>de</strong> buscarse, para mí, en el viaje <strong>de</strong> Pío<br />
Cid a su patria, que es la patria <strong>de</strong>l autor;<br />
lo mejor <strong>de</strong>l libro está en esta parte,<br />
que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong>l héroe a Granada,<br />
hasta su regreso a la ciudad; va<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el encuentro con «tío Rentero»<br />
hasta la noche en la alta montaña, con<br />
la ascensión al Picacho y la vista <strong>de</strong>l<br />
amanecer sobre la ancha vega <strong>de</strong> Granada.<br />
" -,<br />
or<br />
Libre <strong>de</strong>l fárrago <strong>de</strong> los sermona<br />
<strong>de</strong> los discursos, este trozo se nos ofref<br />
límpido, vigoroso, lleno <strong>de</strong> verdad, hi<br />
mano y emocionante. Los personaje!<br />
vistos en la realidad, sacados <strong>de</strong> las noi<br />
talgias <strong>de</strong>l autor, son los mejores <strong>de</strong>l<br />
obra. Empiezan en «tío Rentero!<br />
hermosa estampa <strong>de</strong> campesino, ce<br />
su mujer y sus hijos <strong>de</strong>sparramad:<br />
por los pueblos, cada uno en pos <strong>de</strong> Í<br />
<strong>de</strong>stino; le sigue el cura <strong>de</strong> la Rabio!<br />
y tras el cura, Rosarico. La figura i<br />
Rosaríco junto a la fuente tiene no i<br />
sabe qué <strong>de</strong> gracia y <strong>de</strong> belleza prim<br />
tivas; tiene algo <strong>de</strong> estampa bíblica;!<br />
lenguaje también. Rosarico ha hecl<br />
un largo camino, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su casa a;<br />
fuente «para cocer los garbanzos a li<br />
agüelos, que han perdió ya la <strong>de</strong>nfc<br />
dura, y en guisando con el agua t<br />
abajo, no pue<strong>de</strong>n ronchar los garba<br />
cejos». Asi, a las preguntas <strong>de</strong> í¡<br />
Cid, respon<strong>de</strong> Rosarico con esta se<br />
ciliez, y con esta sencillez le cuenta<br />
historia <strong>de</strong> su infortunio.<br />
Más allá nos encontramos con Joset<br />
la «güerfana», lavando en un hilo (<br />
agua, con el nirx> a su lado llorad<br />
la criatura está enferma, como lo <strong>de</strong><br />
cubre Pío Cid, y ella tiene el marido<br />
presidio. La misma sencillez que h<br />
en las palabras <strong>de</strong> Rosarico hallamost<br />
las palabras <strong>de</strong> la mujer; aquí hay tris<br />
teza, pero es una tristeza resignad<br />
fatalista, como era en los pueblos (<br />
España en aquel tiempo.<br />
Todo esto es bellísimo; es <strong>de</strong> prime<br />
calidad. Una novela escrita toda Í<br />
habría sido una gran novela, habr<br />
sido la novela que quiere que sea 0<br />
tega y Gasset, y Ganivet <strong>de</strong>mostró i<br />
esta parte <strong>de</strong> su libro lo que era cap<br />
<strong>de</strong> hacer.<br />
No obstante, hay un tipo en el ct<br />
se <strong>de</strong>sborda el alma <strong>de</strong> Ganivet: es<br />
cura <strong>de</strong> la Rabióla. Es aquí, no en í<br />
Cid, don<strong>de</strong> oímos, limpia, amarga, si<br />
cerísima la voz <strong>de</strong> Ganivet, _cpmo<br />
voz <strong>de</strong> todos los españoles que ama<br />
a España, con la misma que oirem<br />
<strong>de</strong>spués en Unamuno; Pío Cid vive i<br />
la ilusión y espera, pero, sobre toó<br />
sueí$a; el cura <strong>de</strong> la Rabióla vive en.'<br />
realidad y sufre. Don Críspulo es ui<br />
<strong>de</strong> los personajes más vivos <strong>de</strong> la oto<br />
y no ha perdido nada, con el tiemp<br />
<strong>de</strong> su fuerza y <strong>de</strong> su verdad. Es nido<br />
rebel<strong>de</strong>; está tallado a hachazos, íá<br />
cado con sangre sobre el corazón <strong>de</strong><br />
creador. Don Críspulo no hace disci<br />
sos, ni casi los admite; no es COR i<br />
cursos como se le pue<strong>de</strong> calmar; él<br />
especula, ni reflexiona; aqui habla
EBASTIA.N JUAN ARBO<br />
izón, y el corazón mana sangre hiél, como la <strong>de</strong>l florentino nos suena<br />
cíen heridas; el corazón no razona. aqui la <strong>de</strong> Ganivet.<br />
toda la novela no hay un personaje La justificación la halla Pío Cid en<br />
lleno <strong>de</strong> verdad, tan humano. El la figura <strong>de</strong> Rosarico, que ha venido a<br />
jjr le <strong>de</strong>dica tres páginas, a lo sumo buscar agua «a esta fuente apartada»;<br />
tro, pero su figura no se nos borra la halla en Josefa, «la güerfana», que<br />
<strong>de</strong> la memoria.<br />
lava sus ropas en el arroyo, don<strong>de</strong> el<br />
in las palabras <strong>de</strong> este personaje agua es amarga, y amarga es la tierra,<br />
[a la herida secreta <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong>l y amargos los hombres; la halla en el<br />
or; por boca <strong>de</strong> este sacerdote habla juez, en el alcal<strong>de</strong>, en los Cañaverales,<br />
sentimiento <strong>de</strong>l justo herido por la en los <strong>de</strong> la Cuadra. ¿Cómo luchar con-<br />
l<br />
a diaria <strong>de</strong> la maldad; en él vibra tra aquella terrible hidra enroscada en<br />
klma <strong>de</strong> todos los hombres <strong>de</strong> bien el cuerpo <strong>de</strong> España? En cada gesto <strong>de</strong><br />
fe se consumen en el mundo en un Pío Cid, en cada episodio, se sienten<br />
peló <strong>de</strong> nobleza que no encuentran, temblar las palabras <strong>de</strong>l buen sacer-<br />
; justicia que no ven en parte alguna, dote. Pío Cid está vencido <strong>de</strong> antemano,<br />
tí sólo en su corazón; que ar<strong>de</strong>n en por más que su <strong>de</strong>stino sea vencer.<br />
y se <strong>de</strong>sesperan, porque no sólo no Pío Cid per<strong>de</strong>rá la elección; no la pue<strong>de</strong><br />
ii la justicia y la nobleza, sino que, ganar, es mentira, ¿Cómo pue<strong>de</strong> vencer<br />
| su lugar, hallan la injusticia y la perdiendo el tiempo en obras <strong>de</strong> cari-<br />
ildad; que se encien<strong>de</strong>n en coraje ante dad y <strong>de</strong> justicia, mientras los otros le<br />
i violencias, los atropellos, las impie- a<strong>de</strong>lantan el reloj y compran votos y<br />
ies que presencian, y por la impo- consultan todos los <strong>de</strong>rechos? Rosarico<br />
icia en que se encuentran para re- continuará soltera, calumniada, ayu-<br />
¡diarlos, «... pero yo los veo todos los dando a la vejez <strong>de</strong> sus padres contra las<br />
¡s y me moriré viéndolos, sin po<strong>de</strong>r murmuraciones <strong>de</strong>l pueblo. Josefa «la<br />
cer nada para remediarlos, y hasta güerfana», continuará lavando las ro-<br />
júendo que humillarme a veces para pas en el hilo <strong>de</strong> agua, con el niño en-<br />
» morirme <strong>de</strong> necesidad».<br />
fermo a su lado, y su marido continua-<br />
¡En este personaje, hecho <strong>de</strong> protesta rá en presidio, contra todas las leyes y<br />
¡<strong>de</strong> cólera, habla también, estalla, di- <strong>de</strong>rechos. Los Cañaverales continuarán<br />
amos mejor, el patriotismo <strong>de</strong> Ganivet, burlándose <strong>de</strong> todos y abusando; la<br />
I amor encendido por España; por boca<br />
í don CríspuJo habla el Ganivet amarido,<br />
enamorado <strong>de</strong> España, con el<br />
ma enferma <strong>de</strong> tristezas por lo que en<br />
la ha. visto. La Rabióla, en sus palaas,<br />
se llena <strong>de</strong> significación: es un<br />
nbolo; <strong>de</strong>spués vendrá la Tontaina,<br />
¡ndrán el señor <strong>de</strong> la Cuadra y los Camerales,<br />
como tantos Cañaverales y<br />
í la Cuadra, dueños <strong>de</strong> pueblos y <strong>de</strong><br />
tciendas que infestaban la nación;<br />
tos nombres se emparentan a través<br />
1 tiempo con los que Cervantes nos<br />
[ba en su Quijote, con los <strong>de</strong> Tirteaíue-<br />
;, y Miguel Turra, con la ínsula Barairia,<br />
en una misma y amarga ironía,<br />
i un mismo sentimiento <strong>de</strong> asco, <strong>de</strong><br />
isteza y <strong>de</strong> dolor. En el fondo, habrá<br />
ilo una cosa: amor a España, ese miso<br />
amor a España, que, como ha visto<br />
dn Entralgo, <strong>de</strong>terminó toda la actid<br />
<strong>de</strong> la generación <strong>de</strong>l 98 y en mucha<br />
irte la explicó.<br />
Pío Cidf ante el buen cura, intenta<br />
in la reflexión, el pru<strong>de</strong>nte conáejo;<br />
su oficio, pero apenas da dos pasos,<br />
icuentra la justificación <strong>de</strong> todo lo que<br />
día en la voz <strong>de</strong> don Críspuío. El<br />
itor ha puesto la imprecación al prin-<br />
)io; <strong>de</strong>trás, el crimen. Al revés <strong>de</strong><br />
inte, pero tan ardiente, tan llena <strong>de</strong><br />
noche caerá como un manto piadoso<br />
sobre las miserias <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a; pero en<br />
la noche continuaremos oyendo la voz<br />
<strong>de</strong>l viejo sacerdote <strong>de</strong> la Rabióla.<br />
A Pío Cid sólo le quedará un recurso<br />
—un consuelo—, y en ello estará su<br />
única justificación. La hallará cuando<br />
suba <strong>de</strong> noche a la alta montaña, con<br />
el «tío Rentero» por compañía, que se<br />
asusta <strong>de</strong> la sombra <strong>de</strong>l lobo, porque no<br />
ve los lobos verda<strong>de</strong>ros que asuatan a<br />
Pío Cid; la hallará cuando en el Picacho,<br />
tras la vista <strong>de</strong> las miserias, los<br />
dolores, las violencias, las injusticias,<br />
espera la llegada <strong>de</strong>l amanecer, el <strong>de</strong>spertar<br />
<strong>de</strong> la nueva aurora sobre la ancha<br />
vega <strong>de</strong> Granada, con «la visión blanca»<br />
que la ha <strong>de</strong> acompañar, y en ella<br />
«aquel i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> pureza y <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong><br />
justicia que él no hallaba en el mundo».<br />
El alma entera <strong>de</strong> Ganivet estaba<br />
aquí; estaba en esta <strong>de</strong>solación y en<br />
este sueño, lanzado al porvenir, pero<br />
sobre todo en esta <strong>de</strong>solación. Aquí estaba<br />
el alma trágica <strong>de</strong> Ganivet, el<br />
Ganivet que a los treinta y tres años<br />
ponía fin a su vida arrojándose a las<br />
aguas <strong>de</strong>l Dwina, en la lejana Finlandia,<br />
y con tan tenaz resolución que,<br />
sacado eri' vida, volvía a arrojarse a<br />
sus aguas, ahogando al fin en ella sus<br />
amarguras. Había, es cierto, otras cau-<br />
sas; habla una visión <strong>de</strong>solada <strong>de</strong>l!<br />
mundo, pero estaba, sobre todo, la<br />
falta <strong>de</strong> fe y una visión <strong>de</strong> España que<br />
constituía su constante tortura.<br />
Sobre esta visión y sobre aquélla esperanza<br />
—sobre aquel amor, diríamos<br />
mejor—, se formó la generación que le<br />
seguía: todos se nutrieron en el mismo<br />
i<strong>de</strong>al; todos participaron <strong>de</strong> una igual<br />
<strong>de</strong>sesperanza. Su <strong>de</strong>seo era generoso,<br />
alto, sincero. En la busca <strong>de</strong> los remedios<br />
les faltó, como a él, la fe. Pensaron<br />
que el hombre —así se escribía— podía<br />
ponerse en el lugar <strong>de</strong> Dios, como afirmaban<br />
los <strong>de</strong>l norte, y Dios había por<br />
ello empezado a ocultarse al mundo.<br />
No era culpa <strong>de</strong> ellos. Era el mal <strong>de</strong> su<br />
época, y en mucha parte continúa siendo<br />
el <strong>de</strong> la nuestra. Pero, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong><br />
esto, había una visión <strong>de</strong> nuestros males<br />
<strong>de</strong>masiado real-Había una noble preocupación<br />
por los problemas <strong>de</strong> España<br />
y por los males <strong>de</strong> la Humanidad, que<br />
fue común a todos, y que les separa,<br />
en bien <strong>de</strong> ellos,, <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnos, que<br />
parecen interesados sólo en el éxito,<br />
y junto a esta preocupación, por <strong>de</strong>bajo<br />
<strong>de</strong> todo, había un amor a España como<br />
apenas se vio nunca, y una esperanza<br />
—un <strong>de</strong>seo— a la medida <strong>de</strong> este amor.<br />
También por esto, la lección <strong>de</strong> Pío<br />
Cid merece ser recordada.<br />
LA fuente granadina <strong>de</strong>lAvellanó fue punto <strong>de</strong> cita <strong>de</strong> te famosa tertulia <strong>de</strong>} mismo nombre, a la que<br />
dfd fama universal "Pío Cid", o mejor dicho, el gran escritor Ángel Oanfvet, El dibujo se <strong>de</strong>be al artista<br />
granadino Fernando Correa
DETRAS D<strong>EL</strong> LIENZO<br />
EN HONOR D£ VÁZQUEZ DÍAZ.—<br />
La expósita ón-tíamifinaj? a Vázquez<br />
Díaz pnomete ser un acontecimi-eívto.<br />
He aquí a'gunos <strong>de</strong> los mar,<br />
<strong>de</strong>stacados concurrentes: Dalí, Pedro<br />
Ftoees, J. Caballero, Díaz Cane|a ,<br />
í. A- Moraíes, J. Vaquero, Olasagasti,<br />
Carlos La-ra, Javier Clavo. Escassi,<br />
María Teresa, <strong>de</strong> la Camjn S«n<br />
José, Lago, Uranga, M. Ciruelos...<br />
Probablemente se contará también<br />
con Solana y con varios maestros<br />
contemporáneos d e 1 honneinajieado.<br />
Entre ios escultores figurarán: Planes,<br />
C. Mallo, Oteiza, Rafael Sanz,<br />
Pilar Caflíwo, Ferreira... Asimismo se<br />
anuncian envíos colectivos <strong>de</strong> provincias;<br />
por ejemplo, Granada, BiHbao,<br />
Córdoba... Y <strong>de</strong> Portugal.<br />
O plazo <strong>de</strong> admisión <strong>de</strong> obras acabó<br />
el día 15 y la exposición será<br />
inaugurada el día 1 <strong>de</strong> junio.<br />
La BIENAL Y LA FERIA D<strong>EL</strong> CAM-<br />
PO.—Díaz Caneja ro pfoens» eot^dír<br />
a !a Biei cuadro "Alegría<br />
<strong>de</strong> pintar ia vida", "El caballito<br />
rojo", "Mañana en Uoimbra".<br />
i'cro.... ¿qué vamos a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> don<br />
Danie. Vázquez Díaz? Son. muchos<br />
años pintando. Kl ya está ahí, en<br />
la historia <strong>de</strong> la pintura española.<br />
Aunque... no; vamos a <strong>de</strong>jarlo<br />
apañe. Don Daniel sería otra historia,<br />
y es siempre un gran pintor.<br />
Hecho ei recuento <strong>de</strong> nombres,<br />
el cronista lamenta u.sie alan ut;<br />
agrupar en las exposiciones colectivas,<br />
bien al grupo madrileño, bien<br />
al grupo catalán. En ei primer casu<br />
ia ian Zabaleta, Palencia, Gos-<br />
.-jíu, Morales, Vaijuero, Arias, Bm-<br />
IIÜ, Maitínez Novillo... En ei segundo,<br />
uno recusrda a Pruna, Maiiui<br />
buazu. Villa, Serra,. Li¡mon;i,<br />
Uuiiiitvart, Tapióü...<br />
La tónica es actúa:: color duro<br />
y atrevido, a veces incendiado;<br />
pasta trabajada a espátula; bo<strong>de</strong>gones<br />
esquematizados, planos, que<br />
nos llevan a Braque; riguras esquematizadas,<br />
con un construcliv.sino<br />
q'iie todavía lleva en sí un<br />
rastro cubista. Receta, al fin y al<br />
cabo, aunque tenga menos años.<br />
E-l crítico inglés Eric ISSewton<br />
apunta este gran avance que los<br />
últimos treinta años han significado<br />
en el dominio <strong>de</strong>! pintor sobre<br />
las formas y los colores. Nue-,<br />
vos tipos <strong>de</strong> composición han sitio i<br />
explorados, nuevas posibilida<strong>de</strong>s<br />
cromáticas abiertas y un mundo<br />
visual, hasta entonces inédito, basado<br />
en el lado ingenieril <strong>de</strong> la<br />
pintura, ha sid.o fundado.<br />
Lo que el Greco y Rafae'. vieron<br />
como caminos insinuados, los seguidor.'t-s<br />
<strong>de</strong> Uezanne, en su obsesión<br />
<strong>de</strong> reducir el objeto a sus más<br />
simples términos, lo llevaron al<br />
arte abstracto, y Picasso hundirá<br />
con energía la reja trazando una<br />
honda zanja cuyos resultados han<br />
sido, confesémoslo, inmensamente<br />
interesantes.<br />
Futuras generaciones explotarán<br />
este conocimiento; pero el'presente<br />
<strong>de</strong> ¡a pintura es incierto; Se<br />
está en el umbral <strong>de</strong> algo que no<br />
se sabe io que es. Hay caminos<br />
abiertos y no sabemos a dón<strong>de</strong> nos<br />
han <strong>de</strong> llevar. No lo saben tampo-[<br />
so, pese a su aparente madui^í<br />
estos pintores que hoy exponen ea<br />
el <strong>Ateneo</strong>. Claro que, en verdad,<br />
ni falta que les hace. Ellos aran<br />
su campo. Simplemente.<br />
Por JOSÉ MARTA JOVE
1, "Los gaüpóteros", d© Juan Guillermo,—2, "La. conserja", <strong>de</strong> Quirós.—3, "Niña", <strong>de</strong> Ortega Muñoz<br />
DETRAS D<strong>EL</strong> LIENZO<br />
EXTRANJERO<br />
<strong>ARTE</strong> CONTRA LA GUERRA .-£1<br />
escultor O5Sip Zadkine ha ejecutado<br />
un momimento a la memoria <strong>de</strong> los<br />
muertos par la guerra en Rotterdsn.<br />
Va fundido en bronce y tiene cerca<br />
<strong>de</strong> seis metros <strong>de</strong> ailto- Representa<br />
una mujer víctima <strong>de</strong> las bombas,<br />
con los brazos levantados, el cuerpo<br />
retorcido y <strong>de</strong>sgarrado. Es un<br />
tremiendo alegato contra la violencia<br />
y la efusión <strong>de</strong> sangre. Irá colocado<br />
sobre un pe<strong>de</strong>stal, frente aá puerto,<br />
y será visible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tierra, oi<br />
mar y el aire»<br />
PICASSO Y LOS SOVIETS.—En «i<br />
Museo die Arte Mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> Roma ha<br />
sido abierta la imayor exposición <strong>de</strong><br />
obras <strong>de</strong> Picasso; ocupa 14 salas. Sc-<br />
Qún parece el Kremlin ha perdonado<br />
a Picasso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sus frecuentes<br />
regañinas con él. Entre lo$ asistentes<br />
al acto <strong>de</strong> la inauguración se<br />
encontraban el embajador ruso,<br />
Mikhaiil Kostylev. y Giuseppe <strong>de</strong> Victorío,<br />
cabecilla <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración<br />
General Italiana á&l Trabajo, controlada<br />
pot el comunismo. Einaudí, el<br />
presi<strong>de</strong>nte italiano, efectuó la apertura.<br />
En la. exhibición figuran: cincuenta<br />
obras nunca presentadas en<br />
público, 137 pinturas <strong>de</strong>l período<br />
1914-1953, 40 esculturas <strong>de</strong>l período<br />
1931-1952, 39 cerámicas y 40 litografías.<br />
Figura también la célebre Paloma<br />
<strong>de</strong> la Paz, pintada por Picasso<br />
para la Komimforjm. Hay dos cuadros<br />
muy gran<strong>de</strong>s: La Paz y La Guerra;<br />
en ésta figura un extraño personaie<br />
empuñando una daga ensangrentada,<br />
mientras unas figuras en tií fondo<br />
blan<strong>de</strong>n antiguos instrumentos <strong>de</strong><br />
tortura. La Paz podría ser una bucólica<br />
escena, con. maichos personajes<br />
<strong>de</strong>snudos.<br />
TROMPE-L'GEIL.—Haoe dos años el<br />
pintor Sciítian obtuva en París un<br />
éxito tan gran<strong>de</strong> que las gentes se<br />
agolpaban ante el escaparate en qu«<br />
sus obras eran exhibidas. -'Sciltian<br />
tiene Ja mamo tan hátoiii —d'ce<br />
A. Warnod en Le F/Sarc—. ¿omina<br />
tan buen su oficio, llega a ríproduei..los<br />
objetos con tal precisión do <strong>de</strong>-<br />
UíJes qfue no se distinguen las reproducciones<br />
<strong>de</strong> los origina<strong>de</strong>s." Los objetos<br />
por él pintados parece que Í#<br />
pue<strong>de</strong>n coger. Trabaja con un "arsenal<br />
entero <strong>de</strong> pinceles mic¡oscópicos,<br />
el menor cuadro le lleva un trabajo,<br />
asiduo durante Jiargo tiempo;<br />
ven<strong>de</strong> su pintura m«y cara y no da<br />
abasto para los encargos''. Trata<br />
sus figuras <strong>de</strong> la misma manera, ¡o<br />
cual da lugar a que algunas veces<br />
sus personajes parezcan maniquíes.<br />
Ahora ScHtiajrt ha vuelto a París, a<br />
la galería <strong>de</strong>l Elíseo-<br />
W SALÓN DE PRIMAVEJÍA.--C1 Salón<br />
<strong>de</strong> mayo, que se celebra actualmente<br />
en París, da la expresión más<br />
muewa y brillante <strong>de</strong> la pintura y escultura<br />
actuales; es un Salón lleno<br />
<strong>de</strong> .vida. Una sola obra, pero muy<br />
bella, señala -el homenaje que los organizadores<br />
<strong>de</strong>dican a Oufy. Algunos<br />
expositores: en escultura, Zadkine,<br />
Moaré, Picasso {el célebre Chivo con<br />
botella), Aúneoste. En pintura, Matisse,<br />
Léger, Villon, Dunoyfer. André<br />
Maróhanid. En una saJa han sido reunidas<br />
numnerosísimas obras <strong>de</strong> jóvenes.<br />
C.
&sfixm m&m •>K<br />
EN TORNO A «LA NOV<strong>EL</strong>A D<strong>EL</strong> SÁBADO"<br />
SI HUBIERA DE PUBLICAR UNA OBRA C<strong>LAS</strong>ICA EN ESTA COLECCIÓN,<br />
ME INCLINARÍA POR CUALQUIERA DE <strong>LAS</strong> EJEMPLARES DE CERVANTES<br />
VAMOS A CONVOCAR UN PREMIO DE 20.000 PESETAS PARA UNA NOV<strong>EL</strong>A CORTA<br />
ON Mercef<strong>de</strong>s Fórmica sólo y úni~<br />
camerete pue<strong>de</strong> hablarse s<strong>de</strong> las<br />
cosas en torno <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>liciosamente<br />
cordiaü. No hay en eüa estiramientos<br />
ni tiesuras. Dos segundos<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer sacudo la charla<br />
toma ios caiuoes <strong>de</strong> una conversación<br />
entre amigas, casi como contando<br />
dos <strong>de</strong>í dterecho y dos <strong>de</strong>l revés en<br />
una. imaginaria labor <strong>de</strong> punto. Siendo<br />
parla <strong>de</strong> mujeres es natural este<br />
picotear constante <strong>de</strong> un tema a otro,<br />
die lo divino a lo humano, <strong>de</strong> lo trascen<strong>de</strong>nte<br />
a lo intrascen<strong>de</strong>nte 1 . ¿De e*te<br />
revoloteo nuestro nos vendrá el<br />
bautizo <strong>de</strong> 'icabeza a páiaros'"?<br />
A mietíia cha ría le entran a una<br />
ganas dte 1 <strong>de</strong>cir: "Bueno, ¿jugamos a<br />
que tu enes una novelista y yo una<br />
periodista?" *<br />
—Jugamos.<br />
Y, entradas en el juego, le hago la<br />
primera pregunta:<br />
—Si tuvieras que publicar en "La<br />
D E C L A R A C I O N E S DE M E R C E D E S F Ó R M I C A<br />
Novela <strong>de</strong>l Sábado" alguna obra <strong>de</strong><br />
nuestros clásicos, ¿por cuáles te <strong>de</strong>cidirías?<br />
—Por cualquiera <strong>de</strong> las "Novelas<br />
ejemplares" <strong>de</strong> Migtaeü <strong>de</strong> Cervantes.<br />
—¿Para ti qué faceta <strong>de</strong> la novelística<br />
es más interesante, el argumento,<br />
la técnica o el estilo?<br />
Merce<strong>de</strong>s calla un momiento, me<br />
mira <strong>de</strong> frente, piensa un poquito, y<br />
comienza a hablar, suavizando cada<br />
paJafora y alegrándola con esa punta<br />
<strong>de</strong> acento andaluz tan peculiar en<br />
ella.<br />
—Es una cuestión q*i¡e ha dado iugar<br />
a <strong>de</strong>bates interesantísimos. Don<br />
José Ortega, por ejempjo, otorga primada<br />
a la técnica, 'ta obra <strong>de</strong> arte<br />
—nos dice— vásse más <strong>de</strong> su forma<br />
que <strong>de</strong> su maíeria, y <strong>de</strong>be la gracia<br />
especial que <strong>de</strong> ella emana a su estructura,<br />
a su organismo 1 . La técnica<br />
<strong>de</strong> Dostoyevsky —<strong>de</strong>í que arranca la<br />
evolución <strong>de</strong>l género—, hasta las expresiones<br />
actuales, es la concentra-<br />
ción <strong>de</strong> la trama en tiempo y lugar."<br />
Baraja, al contrario, asegura: "Una<br />
novela es posible sin argumento, sin<br />
arquitectura, sin composición."<br />
A mi enten<strong>de</strong>i, ©1 novelista <strong>de</strong>t> c<br />
situarse frente a una realidad cu^Iquijera<br />
-nía nuestra o la die los <strong>de</strong>más,<br />
la que es o la que pudo ser, y<br />
con una técnica premeditada o instintiva,<br />
qu¡e en este último supuesto<br />
quizá sea el hombre que enmascara<br />
la inspiración— y extraer d£<br />
esa realidad lo que contenga <strong>de</strong> sustancial<br />
y verda<strong>de</strong>raimente novelesco.<br />
Poco importará la trema. Ningún<br />
asunto, por anodino que parezca, por<br />
etpectaouíar y trepidante, también<br />
por folletinesco, <strong>de</strong>berá ser rechazado.<br />
La triama! sólo servirá <strong>de</strong> fondo.<br />
£1 ambiente tendrá una jei arquia<br />
superior, una jerarquía muy estimable,<br />
pero el ambiente tampoco bastará.<br />
La medula <strong>de</strong> la novela nos la<br />
proporcionarán los senes. El novelista<br />
se sumergerá <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada criatura<br />
y trasladará al ánimo <strong>de</strong>l lector<br />
su gran<strong>de</strong>za, su vulgaridad 0 su<br />
miseria, y lo transmitirá por ellos<br />
mismos, es <strong>de</strong>cir, serán los propios<br />
personajes los que se <strong>de</strong>scubran. Eí<br />
noveiista no <strong>de</strong>be <strong>de</strong>finir, pero el<br />
lector ha <strong>de</strong> cerrar la novela llevándose<br />
un cabal concsciimiiento <strong>de</strong> cuantos<br />
seres intervienen en ella. ¿Recuerdas<br />
-Santuarios", <strong>de</strong> Faarfkner?<br />
Lo que allí suce<strong>de</strong> pudo suce<strong>de</strong>r ®n<br />
cualquier parte. Sin embargo!, su lectura<br />
nos produce la sensación <strong>de</strong><br />
verda<strong>de</strong>ro. diesiltumbra miento y sus<br />
persona jes que<strong>de</strong>n con nosotros para<br />
siempre. Algo parecido ocurre con<br />
"lilucha", el cuento <strong>de</strong> Dostoyevsky.<br />
Toda, esta magnífica lección <strong>de</strong><br />
novelar ha ido hablántiom¡eja Merctries,<br />
<strong>de</strong>spacito, conforme la meditaba,<br />
en ese tono abierto y pausado<br />
do quien piensa un memento en voz<br />
ailta. Hacemos un altillo en este juego<br />
<strong>de</strong> la novelista y la periodista y<br />
se inicia una asno subintervJú, en<br />
la que recordamos —traído al hilo<br />
<strong>de</strong> la charla— "IJ Capoto", aquella<br />
inoitvid.albbe pialícuía i tadiana don<strong>de</strong><br />
un conmovedor pobre infeliz y su<br />
abrigo, son capaces <strong>de</strong> iremower fibras<br />
tan 1 sensibles <strong>de</strong>l alma. Ya puestas<br />
en esta subeónversación comienza<br />
el tiroteo <strong>de</strong> siempre: ¿Te acuerdas<br />
<strong>de</strong> aquella otra película?, ¿recuerdas<br />
en aquella novela?, ¿a ti no te emociona<br />
aquel poema?... Cada una remoza<br />
para la amiiga esas inolvidables<br />
"estaciones" don<strong>de</strong> el alma se<br />
ha ido quedando una y otr» viez.<br />
—^Volvemos al asunto <strong>de</strong> mi visita?<br />
—VoLvBimüs. *<br />
—¿Cuál crees tú que pueda ser ia<br />
la razón por la cual el problema<br />
religioso llegue con tanto empuje B<br />
la novela contemporánea?<br />
—Voy a contestar con la máxima<br />
sinceridad. Os niña, nve enseñaren<br />
a huir <strong>de</strong>l "respfeto humano", cuando<br />
se trataba <strong>de</strong> estas cuestiones.<br />
Existe una razón auténtica, la reacción<br />
1 natural d¡ei hombre empujado<br />
por los acontecimientos <strong>de</strong> la pasada<br />
contienda., qu? do han arerrado<br />
a Dios. Caso típico di <strong>de</strong> la novelista<br />
Beatriz Beck, úStúmo Premio<br />
Concourt, judia conversa. En su nc¡vela<br />
"León Morin" yo he visto, a<br />
pesar d*el inevitable <strong>de</strong>sagrado que<br />
pue<strong>de</strong> producir en conciencias católicas<br />
"<strong>de</strong> siempre", como la nuestra,<br />
el estado <strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong> su criatura<br />
qui2 busca te yerílad.<br />
— Y dame ahora, ¿qué escritores<br />
colaborarán en tu colección?<br />
. Con acento rotunda que no admite<br />
medias tintas contesta:<br />
—£n "La NOMjla <strong>de</strong>l Sabido" coí&fcorarán<br />
todos los valoi.es auténticos.<br />
—¿Tamlbién los nov-SIes?<br />
—iNíaturaJtmentie, y para dar .más facilida<strong>de</strong>s,<br />
"la Novela <strong>de</strong>l Sábado" tn<br />
creado un concurso <strong>de</strong> novela corta,<br />
con varios premios, el primero <strong>de</strong><br />
20.000 pesetas, cuyas bases publicaríamos<br />
en brteve. A este concurso podrán*<br />
acudir tanto los nBMeíistas consagrados<br />
como los novóles.<br />
Y ahora viene como anillo al <strong>de</strong>do<br />
el .explicar el porqué <strong>de</strong> las peguntas<br />
anteriores que "no parecíaaV'<br />
comptetaimiente "en torno 1 " a "La Novela<br />
<strong>de</strong>l Sábado". Imagino que ha sido<br />
esa serie <strong>de</strong> opiniones sobre ei<br />
género novelístico expuestas por<br />
Merce<strong>de</strong>s Fórmica, la miejor manera<br />
<strong>de</strong> orientar a nuestros lectores <strong>de</strong><br />
hoy y a sus concursantes <strong>de</strong> mañana,<br />
<strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />
género se ajustan más a la i<strong>de</strong>a quu<br />
sobre él sustenta su directora.<br />
Llegado él tema <strong>de</strong> Jos r.cveles,<br />
siempre humanisiimo e interesante,<br />
le pregunto:<br />
—¿Crees que ien. Miteratura existen<br />
muchos '-genios inéditos"?<br />
—(Más que inéditos yo diría frustra<strong>de</strong>te.<br />
La pobreza pue<strong>de</strong> ser un acicate<br />
para la creación. La absokita<br />
miseria, su muerte.<br />
—íYa que las
CAPÍTOL: "¡Sueños días, señor<br />
etefante!".—De Vittopio <strong>de</strong> Sica,<br />
par Vittori© <strong>de</strong> Sica, con Vittorio<br />
<strong>de</strong> Sica. También trabaja Sabú.<br />
^ I esta película fuese Española, diriamos<br />
^ que el cine <strong>de</strong> España s: ha puesto a<br />
4a cabeza <strong>de</strong>l cine mu-odiad-. Del nu v¿> riñe<br />
itaiia-no ya «o hay necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo. P-üciíJas<br />
como ésta tienen la .<strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> un<br />
libro, d. un cuadro, <strong>de</strong> una -estatua, <strong>de</strong> un<br />
edificio, <strong>de</strong> una sinfonía. Sobre pdícutfas<br />
como ésta podrían escribirse multitud <strong>de</strong><br />
artícuilos. Forzado a ¡a brev.dad, enumeraré<br />
irnos cuantos temas en que eí espectador<br />
áé>. fijarse y sobre los qi'e pue<strong>de</strong> escribir<br />
otros tantos arJcuJos.<br />
i* Para dar una i<strong>de</strong>a auténtica <strong>de</strong> 3o<br />
qu-2 es <strong>de</strong> veras un diputad», <strong>de</strong>b;- retrat<br />
Tsele <strong>de</strong> \ spaldas.<br />
2. s Obsérvese c!mo reaccionan una prostituta<br />
y una religiosa ante ua '.¡leíante reoión<br />
<strong>de</strong>stetado.<br />
V* Nótese cómo se sicnt_> -si comunismo<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un convento <strong>de</strong> meajas,<br />
4, 9 Compár.se lo que ha obtenido <strong>de</strong><br />
Sabú el cine norteamericano con tío que<br />
ha cbíenido <strong>de</strong>| mismo actor el CÍIÍÍ" itadiano.<br />
^, e En la película también esti. ik cuestión<br />
soca!. La película Ja plantea
CONTRAPUNTO<br />
DJEMAL RECH1D, EN <strong>EL</strong> ATENEO<br />
OS qu? hemos acutí-do a los dos<br />
L conciertos que la Orquesta <strong>de</strong><br />
Radio Nacional ha celebrado en el<br />
Atento madrileño, bajo 13 dir
so, indica una interna lucha entre el<br />
amor y el temor, un amargor contenido<br />
que le hace crispar las manos hacia<br />
arriba con un gesto impotente. La figura<br />
mas representativa es la <strong>de</strong> Sisera<br />
el cananeo. Sisera está con<strong>de</strong>nado a<br />
una angustia sin tregua. Su dolor no<br />
es sólo aflicción <strong>de</strong> sentimiento, es <strong>de</strong><br />
un escozor punzante; tiene el sentido<br />
<strong>de</strong> la pre<strong>de</strong>stinación y <strong>de</strong> la fatalidad.<br />
Su canto tiene todos los tintes <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento,<br />
está impregnado <strong>de</strong> un sabor<br />
<strong>de</strong> lágrimas contenidas. Es un canto<br />
que tiene toda la <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za triste<br />
<strong>de</strong> un atar<strong>de</strong>cer, semejante a las notas<br />
ocultas <strong>de</strong> la «Meditación <strong>de</strong> Thais», <strong>de</strong><br />
Massenet.<br />
El momento máximo <strong>de</strong> la ópera es<br />
la oración <strong>de</strong> Débora. Su voz reluce en<br />
medio <strong>de</strong> toda la fastuosidad colorista<br />
<strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Jerasalén. Tiene el colorido<br />
<strong>de</strong> acción <strong>de</strong> gracias y <strong>de</strong> grito jubiloso,<br />
algo salvaje. El orgullo <strong>de</strong> tenei<br />
a Dios al lado <strong>de</strong> su pueblo, y también,<br />
a la vez, la comprensión humana, <strong>de</strong><br />
mujer, al pensar que en el campo enemigo<br />
habrá esposas que llorarán a-sus<br />
hombres y hermanas a sus hermanos,<br />
y también la madre <strong>de</strong> Sisera, que se<br />
asomará a la ventana para preguntarse<br />
impaciente por qué tarda tanto su ca-<br />
. rrp <strong>de</strong> combate. La oración <strong>de</strong> Débora<br />
tiene un final agudo, casi metálico, a<br />
dúo con ia luz casi gris neón <strong>de</strong> la luna<br />
que sale y el fulgor, como <strong>de</strong> antorchas,<br />
<strong>de</strong> todas las miradas:<br />
* COSÍ periscono tutti i nemici tuoí,<br />
[Signare,<br />
ma quelli che ti amano rifulgano casi<br />
[come splen<strong>de</strong><br />
ü solé al suo levarsi.<br />
El final es inesperado. Pizettl termina<br />
el drama, que queda inconcluso en<br />
las páginas <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> los Jueces.<br />
Jaei, otra Judith, salva a su pueblo matando<br />
a Sisera; pero el amor se supera,<br />
se sublimiza —el amor pue<strong>de</strong> más que<br />
la muerte— y Jael muere sobre el caláver<br />
<strong>de</strong> Sisera el cananeo. En escena<br />
ia misma luz gris casi neón <strong>de</strong> la luna.<br />
En «Débora y Jael» lo que une ei<br />
mundo angustioso <strong>de</strong> todos los personajes<br />
es su oculto y a la vez brillante<br />
sentimiento religioso. Si se quitase, cada<br />
hombre gritaría al cielo su <strong>de</strong>sgracia<br />
y toda mujer lloraría <strong>de</strong> rabia y <strong>de</strong><br />
impotencia. Y la luz no sería pálida,<br />
sino que tendría el color cobar<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />
una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> tormenta.<br />
FRANCISCO DE P. SOLANO<br />
Roma, mayo 1953.<br />
A primera vez que Francisco Higinio<br />
L Cravtíro Lopes tomó contacto coa ti.rra<br />
española no pisó, sino cayó. Camino a<br />
<strong>Madrid</strong> tripulaba una avioneta, cuya integridad<br />
física era por si misma una razón<br />
<strong>de</strong> heroísmo, y los motor, s comenzaron a<br />
rator por tierras toledanas. La ílanura era<br />
una invitación al espanto; pero «Mí, i-n lo<br />
alto. Dios Vigilaba.<br />
<strong>EL</strong> generad Craveiro Lopes, T f-- •<strong>de</strong>l Es- <<br />
tado v "portugués <strong>de</strong> gema", s gún Sa castiza<br />
frase que tien<strong>de</strong> a puntualizar estos<br />
<strong>de</strong>tali s
<strong>EL</strong> TEMA DE LA QUINCENA<br />
OFENSIVA VEGETAL<br />
N<br />
O tiene nada <strong>de</strong> particular que ia<br />
irrupción pujante <strong>de</strong> la prima-<br />
Mera lleve al primer piano <strong>de</strong> la<br />
actualidad ciudadana, en una coordinada<br />
ofensiva vegetal las rosas <strong>de</strong>l<br />
Paique <strong>de</strong> la Cinda<strong>de</strong>la, las flores <strong>de</strong>!<br />
Pasco <strong>de</strong> Grar.cia y las hie bas <strong>de</strong> la<br />
feria <strong>de</strong> San Pondo.<br />
La <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, perfección y fragilidad<br />
<strong>de</strong> las rosas atrae cada año a la<br />
Exposición ¡lei Parque <strong>de</strong> ia Ciuda<strong>de</strong>la<br />
una multitud, curiosa y recataaa,<br />
que sabe <strong>de</strong>sechar otros pasatiempos<br />
tal Mez más apasionantes y viene a<br />
pasar un rato ¿unto a esas rosas tan<br />
u.tvemente expuestas; una multitud<br />
que no falta a 13 cita y pasea cuidadosamente<br />
entre las rosas, admirando<br />
y comentando en voz baja su color,<br />
su forma y también sus nombres:<br />
rosa "Satán 1 ", rosa "Regina Pací<br />
5".<br />
Sí» podría hairfarse un poco <strong>de</strong> la<br />
función social <strong>de</strong> las rosas. Y probablemente<br />
entonces podríamos traer<br />
a cuento ese intercambio <strong>de</strong> rosales<br />
entre la ciudad <strong>de</strong> Portland (O.cgon,<br />
en los Estados Unidos) y Baicelona.<br />
Un grupo americano ha llegado estos<br />
días a nuestra ciudad con el rosal<br />
que nos regala el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Portland,<br />
y el rosal ha sido plantado en<br />
!os jardines <strong>de</strong>l Parque déi Turó-<br />
Nuestro Municipio ha correspondido<br />
obsequiando a la ciudad <strong>de</strong> portland<br />
con un esqueje <strong>de</strong>l rosal que lleva el<br />
nombre <strong>de</strong> "Ciudad <strong>de</strong> Barcelona".<br />
Pero no sólo la presencia aristocrática<br />
<strong>de</strong> las rosas resulta grata en<br />
el tráifago ciudadano. Esas flores humil<strong>de</strong>s,<br />
esas íloredilas temblorosas<br />
que han aparecido entre el césped <strong>de</strong><br />
los recién construidos parterres <strong>de</strong>l<br />
paseo <strong>de</strong> Gracia, han sido acogidas<br />
por todos con una rápida sonrisa <strong>de</strong><br />
simpatía. En poco tiempo la ten<strong>de</strong>n-<br />
cia a aprovechar bor<strong>de</strong>s y rincones<br />
en las gran<strong>de</strong>s avenidas para poner<br />
un poco <strong>de</strong> vida vegetal y multicolor<br />
entre eí g.is fatigoso <strong>de</strong>l asfalto<br />
ha ganado para todos una nueva alegría:<br />
la compañía sedante y discreta<br />
<strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> Naturaleza, <strong>de</strong> un poco<br />
<strong>de</strong> ca¡mpo en plena urbe.<br />
•Pero como si esas irrupciones mínimas<br />
y domesticadas no bastaran, al<br />
menos en este tiempo primaveral, ahí<br />
está la feria <strong>de</strong> San Poncio, feria <strong>de</strong><br />
hierbes aromáticas y medicinales<br />
que cada año, en ei día <strong>de</strong> este ( Sanio,<br />
inva<strong>de</strong> victoriosamente la barcelonesa<br />
calle <strong>de</strong>l Hospital. La feria <strong>de</strong><br />
San Poncio fue una <strong>de</strong> las pocas que,<br />
muy justamente, se libraron <strong>de</strong> la<br />
prohibición general <strong>de</strong> celebrar feliass<br />
en el interior <strong>de</strong> la ciudad. Y<br />
es que la feria <strong>de</strong> San Por.cio tiene<br />
sus raices muy a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición<br />
ciudadana. Eso <strong>de</strong> tener ante<br />
los ojos, al aire Ubre <strong>de</strong> una mañana<br />
primave-a!, toda la gama extensísima<br />
<strong>de</strong> hierbas medicinales no parece<br />
cansar. Podremos creer más o<br />
menos en sus virtu<strong>de</strong>s curativas; pero<br />
ese escepticismo eventual no nos<br />
ha <strong>de</strong> impedir acercarnos, y si nos<br />
acercamos, también es posible —¿por<br />
qué no?— que nuestro escepticismo<br />
Wsq-iee. Y fuego, sumare nos queda<br />
Ja ÍM?US» <strong>de</strong> ía mie¡. el arrrpe, los<br />
dulces v confituras, que —tffrezclando<br />
lo du'ce con lo Otil—- son otra <strong>de</strong> las<br />
características <strong>de</strong> esta feria primaveral<br />
<strong>de</strong> San Poncio.<br />
LA ESCULTURA<br />
El San Jorge, <strong>de</strong> Rebatí<br />
Con <strong>de</strong>stino a una capilla <strong>de</strong> la<br />
Costa Brava Juan Rdxd! ha hedió<br />
•Coqueta", bronce <strong>de</strong> Granyer<br />
satmc a BONA-<br />
CRQNISTA, LOR£HZO G0MI5<br />
un San Jorge <strong>de</strong> alabastro que durante<br />
unos días ha estado expuesto<br />
en las Galerías Syra. Este San Jo—<br />
ge es impresionante. Lo primero que<br />
¡«run<strong>de</strong> es respeto. Uno se queda parado^<br />
atento, tratando <strong>de</strong> <strong>de</strong>scub.ir<br />
el secreto <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> tan ab umadora<br />
sencillez. Si uno se er.contrara<br />
este San Jorge en algún camino,<br />
su sosiego, su majestad, le forzarían<br />
a <strong>de</strong>tenerse. Sí, io primero que<br />
infun<strong>de</strong> este San Jorge es un profundo<br />
respeto. ¿Acaso no es eso lo primero<br />
que <strong>de</strong>be infundir una imagen<br />
religiosa? He aquí, pues, por don<strong>de</strong>,<br />
por el camino <strong>de</strong>l arte estricto, esta<br />
imagen alcanzo el primer efecto qu .*<br />
<strong>de</strong>ba preponerse cualquier obra <strong>de</strong><br />
arte religioso. Y es curioso notar<br />
que, ahora que tanto se discute alre<strong>de</strong>dor<br />
<strong>de</strong>l arte sagrado, Refouíl ha<br />
logrado una ob.-a que aleja toda discusión.<br />
Aleja toda discusión po que<br />
se impone, crea alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> si una<br />
atmósíera <strong>de</strong> silencio. Hay que limitarse<br />
a mirar, a admirar. La espiritualidad<br />
<strong>de</strong> una imagen es siesnpc<br />
a'go sumamente misterioso. ¿De qü£<br />
dfpen<strong>de</strong>? Diríamos que todo el espíritu<br />
que el artista "lia puesto" en la<br />
círa, toda la entrega, toda la iluminación<br />
personal, se "ha quedado" allí,<br />
disuelto en la "disposición" <strong>de</strong> la<br />
oto a, a la v¡ez en los rasgos y en la<br />
actitud. Había visto fotografías <strong>de</strong><br />
este San Jorge, pero las fotografías<br />
no dan i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la sensación <strong>de</strong> presencia<br />
que ía visión <strong>de</strong> la imagen<br />
impone. Hay una casi imp.erccptib".e<br />
fatiga en el cuerpo, una espara atenta<br />
en el rostro, una perJrecta —y extraña,<br />
y solemne—-. naturalidad en la<br />
actitud con que el santo parece "posar"<br />
ante nosotros, haberse quedado<br />
un momento, y ya siempre. Y todo es<br />
tan sencillo y tan extraño, que <strong>de</strong>spierta<br />
en nosotros una disposición<br />
interrogativa, implora ti va, comu' icativa.<br />
¿No es acaso esto también lo<br />
que una imagen reiigiosa <strong>de</strong>be proponerse?<br />
Y otra vez v.oi ver temos a<br />
las consi<strong>de</strong>raciones sobre el arte sagrado.<br />
PtfO todo lo que esta figu a <strong>de</strong> alabastro<br />
irradia pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse en una<br />
: ncfóeza.<br />
El "zoo", <strong>de</strong> Granyer<br />
¡Qué fantástico, qué pj;o el "zoo"<br />
que José Granyer expone estos días<br />
en las Galerías San JorgJ Esculturas<br />
—bronces y terracotas—, dibujos<br />
y grabados, todo se conjuga admiiaib:umente<br />
para ponernos ante los<br />
OÍOS un mundo <strong>de</strong> animales humanísimos,<br />
burlescos y enternecidos. Un<br />
mundo <strong>de</strong> fantasía arbitraria, que<br />
no es a.>bitrarin en t. graciosa, dieciochescos-<br />
Ün mundo <strong>de</strong> anJmaies <strong>de</strong><br />
pie, o sentados, tocando el violln o<br />
leyendo un libo, con una naturalidad<br />
que no dtibe sorpren<strong>de</strong>rnos y<br />
que, naturalmente, no nos so.prend..<br />
La poesía lo convierte todo en realidad.<br />
Y estas figuritas <strong>de</strong> animalest<br />
a n espontánea y resignadainente<br />
humanos, .vienen a ;er un tabularlo<br />
inocente, una colección <strong>de</strong> fábu.as<br />
sin enseñanza, ni malicia, ni truco,<br />
puramente inocentes, pursm»nt>j<br />
gio.losas. Cada figura es un prodigio<br />
<strong>de</strong> enervación y, también, un prod.gio<br />
<strong>de</strong> adivinación psicológica. De<br />
^ro ¿adivinación <strong>de</strong><br />
q é? ¿De las costumbres <strong>de</strong> cada<br />
ai.fcmai? ¿Del lado humano —si puedo<br />
<strong>de</strong>cirse— <strong>de</strong> cada bestezuela?<br />
¿l>2l homJx-e que recuerdan o que<br />
imitan? ¿De lo que nosotros pensamos<br />
o pansarísanoa ai verles en tai<br />
o cuaí actitud? Las interrogaciones<br />
podrían multiplicarse in<strong>de</strong>finidaoiL-nie.<br />
Tal vez la respuesta pueda ssr la<br />
siguiente: el "zoo', <strong>de</strong> Gianye;, es<br />
un mundo <strong>de</strong> animales en libertad,<br />
en libertad interior, se entien<strong>de</strong>; un<br />
mundo <strong>de</strong> animales en dimingo, <strong>de</strong><br />
animales ociosos, <strong>de</strong> animales en un<br />
universo cortesano y dieciochesco.<br />
ti "zoo", <strong>de</strong> Cranyer, es un mundo<br />
no visto, adivinado, inventado, es <strong>de</strong>cir,<br />
poético. Y el humor <strong>de</strong> esta coiyc^ó/i<br />
no dj£>3 tRvjn.os a un er.gjnJ<br />
qjc seria lamentable: pensar que<br />
es tib a --testVi» o S3.castiCd. No<br />
aquí el humor es puro, limpio, no se<br />
aparta ni un instante <strong>de</strong> la emeció/f<br />
—<strong>de</strong> la comprensión— creadora. Y<br />
este "Adolescente", esta "Coqueta",<br />
ese "Narciso", ese "Hciaby", aquella<br />
"Duda" o aquel "Stomníeig" —qué<br />
acierto en los títulos— pertenecen<br />
al inundo <strong>de</strong>l arte más estricto.<br />
Pensemos en otro tipo <strong>de</strong> escultura.<br />
Una ninfa, por ejeimiplo. Una ninfa,<br />
escultóricamente, no es sino un "modo<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir"; lo que se '"dice" no es<br />
la ninfa, es todo, es la creación. Do<br />
la misma manera, pues, a través <strong>de</strong><br />
este "zoo", se nos está diciendo todo,<br />
s-e nos está "diciendo" toda la<br />
creación.<br />
He hablado <strong>de</strong> la escultura. Pero<br />
también hubiera podido referirme a<br />
los dibujos <strong>de</strong> Granyer. A esa "Feria",<br />
a los "Saltimbanquis", al "Doporte,<br />
a ese admirable y casi musical<br />
"Circo".
tí VENO, ya se entien<strong>de</strong>: una sola carta nú hace tapete; En el mapa<br />
L* nuestras letras, sobre el <strong>de</strong>sierto extremeño, gustaría <strong>de</strong> alzar mi castillo<br />
<strong>de</strong> naipes, barajar las figuras, incluso apuntar posibles teorías. Evoco,<br />
y es el arrullo <strong>de</strong> la tórtola: cálido, amante... ¿Esto?, memoria <strong>de</strong> aro-<br />
•tnas; el sano humo <strong>de</strong>l carboneo, el monte. Es Uano el paraje, polvoriento,<br />
<strong>de</strong> tierra adusta, <strong>de</strong> temperaturas extremadas. Hay un fondo <strong>de</strong> sierra boscosa;<br />
encinares, y un primer término <strong>de</strong> chaparros, brezo, jara, retamas;<br />
en las quebradas el tomillo <strong>de</strong>clina; azulean los romeros <strong>de</strong> seca flor; recociéndose,<br />
en los bajíos, cañadas amarillentas. Los invierno» son duros,<br />
con heladas <strong>de</strong> abril que arrasan los tardíos; ardoroso y palúdico el verano.<br />
Evoco a trescientos metros sobre el nivel <strong>de</strong> una Extremadura mese<br />
lera y grasa, <strong>de</strong> cielos altos y berrocales calientes. Vn rebaño avanza por<br />
los secanos <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>l. En la campiña, labriegos tendinosos, curtidos, <strong>de</strong>-reservado<br />
continente, mínimo el gesto, sobrios, taciturnos.<br />
Cerraría los ojos, y a la luz <strong>de</strong>l alma..., ¡pero menos, con los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />
una mano!, me pongo a contar en silencio, para mi secreto gozo; y son<br />
Í!DÍ, tres, cinco <strong>de</strong>dos: los cinco actos <strong>de</strong> una balada legendaria, la Fantasía<br />
heroica <strong>de</strong> Extremadura.<br />
Él primer acto se llama Romanidad. A orillas <strong>de</strong>l Guadiana, una dudad<br />
memorable: <strong>de</strong> Memórida, Aterida, en las vegas <strong>de</strong> Prometeo liberado,<br />
elíseos tierras hesperales, <strong>de</strong> frutos dorados como fuego, <strong>de</strong> inocencias<br />
que magnifican el primer crimen, con la fatalidad serena y misteriosa <strong>de</strong><br />
la creación... Pero no se me dio carta <strong>de</strong> este paloi<br />
Ni <strong>de</strong> este otro: Badajoz, nostalgia <strong>de</strong>l Héspero, Véspero, cuando Extreruadura<br />
se extien<strong>de</strong> «allá el Tajo», por las llanadas <strong>de</strong> Mentejo, empinándose,<br />
asomándose al mar. Estábamos preparados, con voluntad <strong>de</strong> mar.<br />
Sólo que también tengo (fue <strong>de</strong>scartarme.<br />
Y es que aquí está, en medio: Cáceres, tercer acto <strong>de</strong> la Fantasía. (El<br />
cuarto acto, Trujillo; en su escenario hay ventanas que miran a Guadalupe,<br />
a Yuste. Importa, ya lo creo. Pero no lo explayemos hoy, entre prisas.)<br />
Nos quedamos en Cáceres, última hora <strong>de</strong>l mundo medieval; cuando<br />
aparece con limites, con unidad administrativa, este concepto fascinante:<br />
aExtremadura». Nuestro propio nAlén», a extremo Honro, tierras <strong>de</strong> señorío.<br />
De gran<strong>de</strong>s maestres, <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>nes militares, <strong>de</strong> vértebra <strong>de</strong> Caballería. Lo<br />
justo. Más que lo justo, porque se necesita <strong>de</strong>sencamar el espíritu burgués<br />
- ¿he dicho «espiritun?—, y entonces la indisciplina se torna hábito; la acometividad,<br />
carácter; la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, sátira; la actitud, espinosa, y la austeridad,<br />
signo extremeño; que no se mueve ganoso <strong>de</strong> linajes ni <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
o dineros, sino para propio ennoblecimiento <strong>de</strong> la acción, por hermosear<br />
esa altivez cetrina, no renunciando al endurecimiento <strong>de</strong> la evasiva aristocracia<br />
heredada <strong>de</strong>l leonés. Historia sigue a Geografía: la sirve. León abajo,<br />
por la Calzada <strong>de</strong> la Plata, y en busca <strong>de</strong> Poniente, hendiendo las espadas<br />
<strong>de</strong> sus ríos, a <strong>de</strong>scansar. No a morifi Porque el sol que hun<strong>de</strong> sus<br />
eventos <strong>de</strong> oro, <strong>de</strong> Europa o toro, en esta orilla, es para mejor enganchar<br />
la muleta <strong>de</strong> la noche y revelarnos el Occi<strong>de</strong>nte Nuevo, allá, alba <strong>de</strong> América.<br />
Trae un horizonte <strong>de</strong> pueblos con gran<strong>de</strong>za: Salamanca, Avila, Toledo,<br />
Badajoz —hermana, pero ¿celosa?—, *y al Oeste, Portugal». Así no es tan<br />
fácil. Pues ¿/cómo eludir las influencias, hacerse <strong>de</strong> un estüo, tallar la piedra<br />
eterna con recia personalidad? Avila es vieja, loba Roma, cuna <strong>de</strong> un<br />
rey, <strong>de</strong> otro rey y otro rey. Toledo, corte: absorbente, centralizadora. Salamanca,<br />
Universidad, universalidad: mediodía <strong>de</strong> los cuatro puntos cardinales<br />
<strong>de</strong> la cultura; los otros, París, Bolonia, Oxford. Asentada en un <strong>de</strong>clive.<br />
Cáceres, en altozano. Salamanca, dorada y plateresca; plateada Cóceres,<br />
con sitierías <strong>de</strong> pizarra, ejecutorias 6e Pjzarro, suelos calcáreos, toires<br />
grises y espejismos <strong>de</strong> ciudad lunar. Salamanca, soleada y sotada en<br />
la arcilla, cosechera <strong>de</strong> guirnaldas <strong>de</strong> piedra vegetal, <strong>de</strong> piedra rosa y tternecita.<br />
Y Badajoz, ¿qué? Al Sur, rico en anchuras, con ríos <strong>de</strong> la Serena,<br />
nenúfares que duermen, aguas muertas. Mientras en Cáeeres tas caites son<br />
Adarve, las palmeras <strong>de</strong>sierto, tapiales <strong>de</strong> morería, •mujeres con el cántaro<br />
a la cabeza y en el rostro la angustia <strong>de</strong> nubes <strong>de</strong> tormenta» bajo un aire<br />
con sed, cargad» por las últimas salvas al santo en rogativa, entre rosas<br />
<strong>de</strong> pólvora y vírgenes <strong>de</strong> ojos brunos y pensativas.<br />
( Pasa a la página siguiente )<br />
SEVILLA<br />
Feria <strong>de</strong>l Libro<br />
C*STA primavera ha organizado el Minis-<br />
*-* terio <strong>de</strong> Información y Turismo, bajo<br />
la felin iniciativa <strong>de</strong> ese sevillano <strong>de</strong> adopción<br />
qoe es don Florentino Pérez Embid,<br />
director general <strong>de</strong> Información, una serie<br />
<strong>de</strong> actos culturales <strong>de</strong> los nías variados aspectos.<br />
Dorante el mes <strong>de</strong> mayo está presenciando<br />
la ciudad una semana <strong>de</strong> cine<br />
francés, otra <strong>de</strong> cine italiano, una exposición<br />
<strong>de</strong> arte contemporáneo <strong>de</strong> pintura<br />
—con representantes <strong>de</strong> las más significativas<br />
ten<strong>de</strong>ncias en España— y conciertos<br />
y exhibiciones <strong>de</strong> danzas y arte popular,<br />
que unas veces tienen el escenario <strong>de</strong>l<br />
Parque María' Luisa y otras las mejores<br />
salas <strong>de</strong> espectáculos sevillanas.<br />
El mismo día que se inauguró la exposición<br />
<strong>de</strong> arte contemporáneo en el pabellón<br />
mu<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> América, tuvo lugar<br />
la apertura, con asistencia <strong>de</strong> los señores<br />
Arias Salgado y Pérez Embid, <strong>de</strong> la Feria<br />
<strong>de</strong>l Libro, en la plaza <strong>de</strong> San Fernando.<br />
A indiscutible acierto <strong>de</strong>l Ministerio<br />
"y, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>legación en Sevilla <strong>de</strong>be atribuirse<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> presentar una Feria <strong>de</strong>l<br />
Libro en momentos tan interesantes para<br />
la capital, teniendo en cuenta la enorme<br />
cantidad <strong>de</strong> extranjeros y visitantes que en<br />
primavera afluyen para gozar <strong>de</strong> sus encantos.<br />
La campaña en favor <strong>de</strong>l libro, por<br />
otra parte, era una apremiante necesidad<br />
que esta <strong>de</strong>legación —con exacto sentido<br />
<strong>de</strong> Su responsabilidad y labor— ha sabido<br />
ver. Poco o casi nada, si se exceptúa el formulario<br />
23 <strong>de</strong> abril, se había emprendido<br />
en este terreno. Que la siembra no cayó<br />
en baldío lo muestra bien a las claras el<br />
éxito <strong>de</strong> la presente Feria.<br />
Son aleccionadoras estas tareas, porque<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> divulgar con los vistosos recursos<br />
<strong>de</strong> la propaganda el amor al libro, informan<br />
muy elocuentemente sobre las<br />
aficiones y ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l publico. Es una<br />
forma bien eficaz <strong>de</strong> tomar el pulso a las<br />
inquietu<strong>de</strong>s intelectuales <strong>de</strong> os pueblo.<br />
En esta Feria <strong>de</strong>l Libro se ha podido<br />
apreciar, por ejemplo, la preferencia <strong>de</strong> los<br />
sevillanos por las novelas. Es el género<br />
literario que va en cabeza en cuanto a las<br />
ventas. No han faltado los compradores<br />
<strong>de</strong> obras científicas. Por cierto que en este<br />
campo <strong>de</strong>staca la enorme labor editorial<br />
<strong>de</strong> ía Escuela <strong>de</strong> Estudios Hispanoamericanos<br />
hispalense, qne, en diez años <strong>de</strong><br />
existencia, ha lanzado mas <strong>de</strong> setenta volúmenes,<br />
aparte <strong>de</strong> sus publicaciones periódicas:<br />
«Anuario* y revista «Estudios<br />
americanos*.<br />
Otro acierto Jo constituye el haber <strong>de</strong>dicado<br />
algunos días <strong>de</strong>l certamen a orientaciones<br />
particulares <strong>de</strong> las publicaciones.<br />
Así, un día lo constituyó el <strong>de</strong>l libro infantil;<br />
otro, el <strong>de</strong> la mujer, y —como era ló-<br />
gico en esta tierra— el <strong>de</strong>l libro taurino,<br />
que constituyó un éxito.<br />
I-os libreros sevillanos y las casas editoriales,<br />
como Editorial Católica, con su<br />
reciente éxito *E1 mar está solo», <strong>de</strong> Montero<br />
GaJvacfae, han contribuido con gran<br />
entusiasmo al esperanzador resultado <strong>de</strong><br />
la Feria <strong>de</strong>l Libro, que ha merecido generales<br />
aplausos, así como la actuación <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>legado <strong>de</strong> información y Turismo, señor<br />
García Cernuda.<br />
Unos Ribera famosos,<br />
en Osuna<br />
En la ciudad <strong>de</strong> Osuna, la ducal y hermosa<br />
joya <strong>de</strong> la provincia sevillana, se encuentran<br />
algunos ejemplares <strong>de</strong>l «Españoleto»,<br />
este pintor que, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l profesor<br />
Hernán<strong>de</strong>z Díaz, es uno <strong>de</strong> los «que mas<br />
genuinamente representan la veta brava<br />
<strong>de</strong> la pintara nacional».<br />
Las más antiguas pinturas <strong>de</strong>l «Españoleta»,<br />
conservadas en nuestra patria, se<br />
encuentran en la colegiata ursaonense.<br />
Una tradición antigua y muy divulgada<br />
asegura que, siendo virrey <strong>de</strong> Ñapóles<br />
don Pedro Télíez Girón —tercer duque <strong>de</strong><br />
Osuna— pasó por casa <strong>de</strong>l suegro <strong>de</strong>l<br />
pintor en el momento que el famoso<br />
cuadro <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Bartolomé colgaba<br />
<strong>de</strong> un balcón para lograr que se secase.<br />
Tal era la maestría, y el verismo que<br />
la pintura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suello <strong>de</strong>l Santo Mártir<br />
reflejaba, que una enorme multitud se<br />
aglomeró alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ella. El gran duque<br />
<strong>de</strong> Osuna participó <strong>de</strong>l pasmo <strong>de</strong> la muchedumbre<br />
y procuró conocer al autor <strong>de</strong> tal<br />
maravilla. Aquí nació el mecenazgo que<br />
sacaría a José <strong>de</strong> Ribera <strong>de</strong>l anonimato.<br />
Y aquí también tiene su origen la hermosa<br />
colección que en la iglesia Colegial se conserva.<br />
Por cierto que algunos eruditos<br />
—Elias Tormo, entre otros— aseguran<br />
que el San Bartolomé conservado en el<br />
retablo mayor es, precisamente, el <strong>de</strong> la<br />
anécdota.<br />
Se queja, con razón, el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />
Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes, señor Hernán<strong>de</strong>z<br />
Díaz, <strong>de</strong> lo poco divulgado que está<br />
el conocimiento <strong>de</strong> estas pinturas <strong>de</strong> Osuna.<br />
Especialmente el espléndido «Calvario»,<br />
que es la verda<strong>de</strong>ra joya <strong>de</strong> la colección.<br />
Este lienzo <strong>de</strong> la expiración <strong>de</strong>l Señor, valiosa<br />
muestra <strong>de</strong>l tenebrismo <strong>de</strong> su autor,<br />
adquiere extraordinaria fuerza y relieve,<br />
que nos hacen imaginar <strong>de</strong> manera especial<br />
en la figura <strong>de</strong>l Crucificado una realidad con<br />
auténticos valores escultóricos.<br />
Completan la colección los cuadros que<br />
representan a San Jerónimo, el ya mencionado<br />
<strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Bartolomé, el <strong>de</strong><br />
San Pedro y el <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Sebastián.<br />
Obras que señalan, con una imprecisa<br />
cronología, el paso <strong>de</strong> los años y <strong>de</strong> los<br />
gran<strong>de</strong>s dolores <strong>de</strong>l pintor setabense, que<br />
ve <strong>de</strong>shonrado su nombre por el rapto <strong>de</strong><br />
su hija, obra <strong>de</strong>l segundo dan Juan <strong>de</strong><br />
EF ministro <strong>de</strong> Información y Turismo, acompañado <strong>de</strong> otras personalida<strong>de</strong>s,<br />
visita las instalaciones <strong>de</strong> la Feria <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> Sevilla
( Viene <strong>de</strong> la página anterior }<br />
No seria más nada Cáceres, y ya era. Pero su personalidad tiene nombre;<br />
se llama Unidad. Cierto, una clave que no siempre he vistp correctamente<br />
interpretada, flebo ser sincero: que se ha entendido al revés; mirándola<br />
como el envés <strong>de</strong> una hoja, con la imagen que la pared se formaría,<br />
si le juera posible, <strong>de</strong>l tapiz que en ella pen<strong>de</strong>: <strong>de</strong>sh&achada, confusa.<br />
Cuidado; la confusión <strong>de</strong> estilos, culturalmente, se <strong>de</strong>fine -con un<br />
duro vocablo: barbarie.<br />
Cuando se habla <strong>de</strong> unidad suele que sea para exaltar la <strong>de</strong>l conjunto<br />
arquitectónico <strong>de</strong> la ciudad antigua. Es <strong>de</strong>cir, ¿todo romano? ¿O acaso arabe?<br />
¿O gótico? Se ha prodigado esta palabra: medieval. No muy <strong>de</strong>terminativa.<br />
Pero tampoco lo comprensiva que <strong>de</strong>searíamos. Cáceres monumental<br />
es la muralla romana, la mezquita, encamisada por el gótico en la iglesia<br />
<strong>de</strong> San Mateo, el palacio <strong>de</strong> Moctezuma... ¿Eh? Eso es la unidad: continuidad<br />
histórica, la impresionante fluencia <strong>de</strong> los siglos en la piedra, cauce<br />
inalterable,<br />
Y esto otro, unidad: la concentración geográfica, la alianza <strong>de</strong> culturcz<br />
fronterizas; tras <strong>de</strong> la fachada, con muros y alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fortaleza castellana,<br />
las dulzuras <strong>de</strong>l patio andaluz.<br />
Y esto, la unidad fonética: una gramática <strong>de</strong> resistencia entre el Andaius,<br />
Toledo y Portugal; insobornable a la agresiva finta <strong>de</strong> la I, la recia<br />
cuña cántabra. Y asi sucesivamente.^<br />
Austria. Pesares que le llevarán a la tumba<br />
en las hermosas tierras napolitanas.<br />
Ha sido un acierto <strong>de</strong>l Ayuntamiento<br />
<strong>de</strong> Osuna publicar ios discursos pronunciados<br />
en el homenaje a Ribera por loo<br />
señores Olid Maysonnave y Hernán<strong>de</strong>z<br />
Díaz. Las enseñanzas <strong>de</strong> éstos no se pier<strong>de</strong>n<br />
en unas palabras que, circunstanciales,<br />
no pasan <strong>de</strong> >in pequeño recinto. A<strong>de</strong>mas,<br />
constituyen un estímulo y un toque <strong>de</strong><br />
alarma. La bella iglesia que guarda los<br />
lienzos está en mal estado <strong>de</strong> conservación,<br />
y sería muy conveniente iniciar La campaña<br />
precisa para que los organismos competentes<br />
acudan a remediar su ruina. Ello supondría<br />
la pérdida <strong>de</strong> un valioso edificio y e!<br />
peligro <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición o grave daño para<br />
los inmortales lienzos riberescos.<br />
S villa, mayo 1953<br />
Enrique SÁNCHEZ FEDROTE<br />
GALICIA<br />
En julio se celebrará<br />
el 01 Congreso Arqueológico<br />
Nacional<br />
1J A sido ultimado el programa <strong>de</strong>l<br />
*••* III Congreso Arqueológico Nacional<br />
que tendrá lugar en Galicia en el mes <strong>de</strong><br />
juno próximo, con la participación <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacados<br />
especialistas españoles y portugueses.<br />
El acto inaugural se celebrará en<br />
Orense, <strong>de</strong>sarrollándose tas sesiones <strong>de</strong> la<br />
asamblea en diversas ciuda<strong>de</strong>s gallegas. Los<br />
congresistas recorrerán los lugares <strong>de</strong> la<br />
región <strong>de</strong> mayor interés arqueológico, visitando<br />
citanias, grabados rupestres, monumentos<br />
medievales, etc. Visitarán también<br />
la zona norte <strong>de</strong> Portugal, principalmente<br />
la comarca arqueológica <strong>de</strong> Guimaraes»<br />
La fiesta <strong>de</strong> los «Mayos»<br />
La Asociaón <strong>de</strong> Cultura y Arte <strong>de</strong> la villa<br />
<strong>de</strong> Marín se propone cooperar activamente<br />
a la conservación <strong>de</strong> las tradiciones y costumbres<br />
populares. Como primera medida<br />
en este sentido —y secundando la labor <strong>de</strong><br />
otras agrupaciones similares— ha convocado<br />
un certamen con varios premios para<br />
renovar la fiesta <strong>de</strong> los «Mayo», <strong>de</strong> tan<br />
prestigioso pasado en la tierra gallega.<br />
En la calle <strong>de</strong> Pontevedra, <strong>de</strong> la ciudad<br />
viguesa, ha sido <strong>de</strong>scubierta una necrópolis<br />
romana. Los hallazgos, aparecidos con<br />
motivo <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> cimentación <strong>de</strong> un<br />
nuevo edificio, se componen <strong>de</strong> unas estelas<br />
y aras funerarias, probablemente <strong>de</strong><br />
los primeros siglos <strong>de</strong> la era cristiana. AI<br />
<strong>de</strong>scubrimiento se le conce<strong>de</strong> gran importancia<br />
por tratarse <strong>de</strong>l único <strong>de</strong> este tipo<br />
Unr4*vVo<br />
que se ha. hecho en la provincia pontevedresa,<br />
y porque pone en claro ciertas dudas<br />
sobre los orígenes romanos <strong>de</strong> Vigo.<br />
Libros :<br />
La labor editorial <strong>de</strong>l mes ha tenido en<br />
Galicia diversas manifestaciones. Con el<br />
título <strong>de</strong> «Geografía <strong>de</strong> Galicia*, publicó<br />
el profesor Antonio Fraguas un interesante<br />
y apretado volumen, en el que estudia los<br />
aspectos geográficos <strong>de</strong>l piis <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
punto <strong>de</strong> vista físico, económico y humano.<br />
La obra, escrita con rigor sistemático<br />
y documentada información, va acompañada<br />
<strong>de</strong> mapas y estadísticas.<br />
Benito Várela Jácome ha publicado una<br />
copiosa antología, titulada «Poetas Gallegos».<br />
Incluye en eÜa a los que escribieron<br />
en castellano, en gallego o en ambos idiomas.<br />
El libro aparece dividido on épocas,<br />
y compren<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los poetas <strong>de</strong> los cancioneros<br />
medievales hasta los <strong>de</strong> esta misma<br />
actualidad. A la selección <strong>de</strong> las composiciones<br />
<strong>de</strong> cada uno prece<strong>de</strong> una sucinta<br />
nota bibliográfica.<br />
Entre los trabajos monográficos recientemente<br />
aparecidos merecen anotarse:<br />
«Torques cástrenos <strong>de</strong> alambres arrollados»,<br />
<strong>de</strong> Luis Monteagudo; «La noche <strong>de</strong> San<br />
Juan en Galicia*, <strong>de</strong> Jesús Taboada; «Juegos<br />
infantiles en la comarca <strong>de</strong> Tuy»<br />
y «Los manuscritos ¡asinos <strong>de</strong>l falso Turpín»,<br />
en el que Albert Hamel aborda un tema<br />
relacionado con el Códice CaÜxtino.<br />
Arte<br />
Por lo que respecta a la actividad artística,<br />
hay que registrar la presentación<br />
al patronato eonespondiente <strong>de</strong>l proyecto<br />
<strong>de</strong> Museo <strong>de</strong> Compostela. En realidad, la<br />
obra ya se había empezado el pasado año<br />
con la restauración <strong>de</strong> la fachada gótica<br />
<strong>de</strong>l edificio, realizada por el Patrimonio<br />
Artístico. Dicho edificio tendrá en casi<br />
toda su extensión tres plantas, y en él se<br />
alojará no sólo el Museo, sino el Archivo<br />
<strong>de</strong> Santiago. Las más importantes salas<br />
<strong>de</strong> aquél se hallarán terminadas en el<br />
veraio <strong>de</strong>l año próximo para instalar en<br />
ellas la gran Exposición Jacobea, que se<br />
organiza con motivo <strong>de</strong>l Año Santo.<br />
Durante el mes se has celebrado las siguientes<br />
exposiciones: en La Corona, <strong>de</strong><br />
Gerardo Porto y Enrique Velázquez; en<br />
Compostela, <strong>de</strong> Juan Mareé, Alejandro<br />
Paisa y Miguel purvantaoff; en Viga, <strong>de</strong>l<br />
pintor Abelenda y <strong>de</strong>l caricaturista Arrondo,<br />
y es El Ferrol, una <strong>de</strong> Francisco<br />
Iglesias.<br />
Bajo el sugestivo título <strong>de</strong> «Tradición<br />
artística y monumental <strong>de</strong> Galicia», dijo<br />
una conferencia en La Coruña el arqueólogo<br />
doy Ángel <strong>de</strong>l Castillo. La lección constó<br />
<strong>de</strong> dos partes: una consagrada al ambiente<br />
histórico <strong>de</strong> la Galicia artística y otra a la<br />
<strong>de</strong>scripción —ilustrada con proyecciones—<br />
<strong>de</strong> sus principales monumentos.<br />
En la misma ciudad se celebró un coloquio<br />
sobre «La pintura <strong>de</strong> hoy», en el que<br />
intervinieron el arquitecto señor Cebrián<br />
y los pintores Lugrís y Labra.<br />
El panorama musical se ha caracterizado<br />
por la intensidad <strong>de</strong> la temporada <strong>de</strong> conciertos.<br />
Dieron recitales en ias diversas<br />
ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la región la Orquesta <strong>de</strong> Cámara<br />
<strong>de</strong> Viena, las hermanas Pierrat, el<br />
pianista Leopoldo Querol, el Orfeón Infantil<br />
Mexicano, la Agrupación Albéniz,<br />
la Coral Polifónica <strong>de</strong> Pontevedra, etc.<br />
Merece citarse el hecho <strong>de</strong> la entrega a<br />
la Schola Cantorom, <strong>de</strong>l Seminario compostelano,<br />
<strong>de</strong> una interesante página musical<br />
<strong>de</strong>l P. Otaño, hallada en el Rastro<br />
madrileño. Se trata, al parecer, <strong>de</strong> una<br />
magnífica adaptación <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Juan<br />
Montes, «Negra Sombra»<br />
Francisco FERNANDEZ<br />
SANTANDER<br />
Protección <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong><br />
a la Sociedad Filarmónica<br />
A conjurar la crisis música! a que me<br />
** refería en mi última crónica vino, con<br />
evi<strong>de</strong>nte (partunidad, la ayuda que, en<br />
forma <strong>de</strong> conciertos subvencionados, he<br />
comenzado a prestar al <strong>Ateneo</strong> —y por<br />
intermedio <strong>de</strong> él a la Sociedad Filarmónica<br />
<strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r— la Dirección General <strong>de</strong><br />
la información. Filarmónica y <strong>Ateneo</strong> han<br />
Llegado a un acuerdo, por virtud <strong>de</strong>l cual<br />
aquélla asume el pago <strong>de</strong> los gastos <strong>de</strong><br />
local <strong>de</strong> cada concierto a cambio <strong>de</strong> la asistencia<br />
gratuita <strong>de</strong> sus socios a éstos. Con<br />
ello el calendario <strong>de</strong> la Filarmónica se ha<br />
visto notablemente incrementado, mientras<br />
que el <strong>Ateneo</strong>, por su parte, pue<strong>de</strong><br />
ofrecer a sus socios con gratuidad absoluta<br />
este aliciente, ya casi olvidado en la historia<br />
<strong>de</strong> la sociedad<br />
Exposiciones<br />
Tras <strong>de</strong> unos meses casi en blanco, las<br />
salas <strong>de</strong> exposiciones se han animado en<br />
las últimas semanas. En la sala «Sur» colgó<br />
ana veintena <strong>de</strong> gratos lienzos el madrileño<br />
Fr, i cisco Arias: algún retrato, un <strong>de</strong>snudo,<br />
paisajes castellanos, varios bo<strong>de</strong>gones...<br />
Simultáneamente, en la sala <strong>de</strong>l<br />
Museo Municipal exponía unas telas religiosas<br />
el escultor Cacicedo, buen conocedor<br />
<strong>de</strong>l oficio sin duda, pero carente <strong>de</strong> esa<br />
cosa tan importante que se Uama inspira-<br />
El río Miño a su paso por La<br />
Guardia (Pontevedra)<br />
ción. La crítica juzgó con su silencio; el<br />
público, en cambio, acudió con afluencia<br />
inusitada.<br />
1.a mejor exposición <strong>de</strong> la temporada ha<br />
sido la <strong>de</strong>l joven y ya gran dibujante eord<br />
obés Alvarez Ortega, que, <strong>de</strong>spués, ha<br />
colgado sus obras en la Biblioteca municipal<br />
<strong>de</strong> Torrelavega. La firme línea <strong>de</strong> sus<br />
dibujos sirve una extraordinaria emoción<br />
lírica.<br />
No obstante, la actualidad artística <strong>de</strong><br />
la temporada no ha sido ésta, sino el nuevo<br />
retablo <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> la Anunciación,<br />
más conocida por «La Compañía». El retablo<br />
es obra <strong>de</strong> la señorita María Mazarrasa,<br />
generosa donante no sók» <strong>de</strong> sus<br />
pinturas, sino <strong>de</strong> la sencilla pero noble<br />
y rica armadura, que las encuadra. Des<br />
graciadamente, la obra no es un acierto.<br />
s .<br />
*<br />
•*•-. Í -'-.<br />
Puerto <strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r<br />
y la buena voluntad <strong>de</strong> la pintora no ha<br />
encontrado la madurez artística que exige<br />
un empeño <strong>de</strong> tanta responsabilidad como<br />
es cubrir el lienzo principal <strong>de</strong> una iglesia<br />
antigua y llena <strong>de</strong> historia<br />
Lluvia <strong>de</strong> conferencias<br />
La primavera ha traído ana abundosa<br />
cosecha <strong>de</strong> conferencias. Varios ilustres<br />
profesores han traído <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> ai<br />
<strong>Ateneo</strong> el eco, merecedor <strong>de</strong> todos los<br />
aplausos, <strong>de</strong> esa preocupación que es uno<br />
<strong>de</strong> loa ejes <strong>de</strong> la tarea <strong>de</strong> la activa Dirección<br />
General <strong>de</strong> Información la atención a la<br />
provincia. Leopoldo Eulogio Palacios<br />
García Gallo, López Amo han sido así<br />
otros tantos sembradores <strong>de</strong> la buenasemilla<br />
<strong>de</strong> la cultura para todos. Mas, simultáneamente,<br />
y aparte otras charlas y conferencias<br />
aisladas, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> dos cursillos<br />
<strong>de</strong> aliento preferentemente local, han<br />
venido a confirmar un hallazgo hecho aquí<br />
el pasado año, con ocasión <strong>de</strong>l ciclo celebrado<br />
con motivo <strong>de</strong>! centenario <strong>de</strong> Leonardo<br />
d,e Vinca; que eso <strong>de</strong> que a la gente<br />
no le gustan las conferencias es uno <strong>de</strong><br />
tantos mitos con que se nutre la pereza<br />
mental <strong>de</strong> algunos millones <strong>de</strong> españoles.<br />
Los cursillos <strong>de</strong> referencia, aun en marcha<br />
cuando estas líneas se escriben, han<br />
estudiado estos dos temas: El periodismo<br />
y los Estados Unidos <strong>de</strong> América. El primero<br />
se celebra bajo el patrocinio <strong>de</strong> la<br />
Dirección General <strong>de</strong> Prensa, y ha sido<br />
organizado por la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l Ministerio<br />
<strong>de</strong> Información en Santan<strong>de</strong>r y la<br />
Asociación <strong>de</strong> la Prensa, y en él han participado<br />
como conferenciantes varios periodistas<br />
y escritores santan<strong>de</strong>rinos, y, como<br />
fi<strong>de</strong>lísimos alumnos, hasta cerca <strong>de</strong> ochenta<br />
matriculados y no pocos oyentes para<br />
cada lección. Y el éxito <strong>de</strong>l curso no está<br />
sólo en el número <strong>de</strong> los asistentes ai<br />
mismo, sino en la animación <strong>de</strong> los coloquios<br />
celebrados como remate <strong>de</strong> las conferencias,<br />
todas ellas celebradas en el salón<br />
<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>.<br />
juan<strong>de</strong>LIENDO<br />
• - " • ' -3
(Viene <strong>de</strong> la f>é§. Z4)<br />
cuerdo- Acaso haya sido preciso<br />
así. Ahora sería otra cosa; ahora<br />
yo mismo conozco mejor la<br />
verdad y no podría equivocarte<br />
ni siquiera adre<strong>de</strong>. Sólo quiero<br />
<strong>de</strong> ti el perdón y la misericordia<br />
—juntó las manos sobre las<br />
<strong>de</strong> ella y. muy bajo, afirmó—:<br />
Te he amado siempre, Mónica.<br />
Te amo y te amaré mientras viva.<br />
;.Me crees?<br />
—«Sí»—dijo ella, esta vez<br />
claramente. V le rozó con los labios<br />
las manos, todavía juntas.<br />
Sentía una rara conmiseración<br />
por el que hablaba, por si misma,<br />
por las copas, y los árboles,<br />
y los camareros, y los instrumentos<br />
<strong>de</strong> música que esperaban ya<br />
cerrados y por todo lo <strong>de</strong>más.<br />
—;.Me perdonas, me has perdonado<br />
hace tiempo?<br />
«Sí»- -repitió ella en voz<br />
ajas baja.<br />
—Mónica, vida <strong>de</strong> mi vida,<br />
ya no puedo darte nada; soy,<br />
hace mucho, mi prisionero, y<br />
nada es mío ya <strong>de</strong> toda esta<br />
ruina.<br />
La última pareja se había<br />
marchado ya y estaban sólo<br />
ellos en el jardín, con esas interferencias<br />
<strong>de</strong> los sueños en la<br />
realidad o, al contrario, en<br />
que personas diferentes y basta<br />
<strong>de</strong>sconocidas, e?tán, sin saberse<br />
cómo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros por algún<br />
tiempo, como estaban ahora<br />
los músicos, los camareros y<br />
hasta el viejo cerillero que disimulaba<br />
su cojera mucho mejor<br />
que antes con los pantalones <strong>de</strong>l<br />
uniforme nuevo. Algunos músicos<br />
habían recogido sus instrumentos<br />
y salido a ía calle. Todavía<br />
uno reunía las partituras<br />
sobre la caja <strong>de</strong>l piano. Un camarero<br />
vestido <strong>de</strong> calle miró<br />
<strong>de</strong>scuidadamente a su alre<strong>de</strong>dor.<br />
Era la hora <strong>de</strong> cerrar. Entonces<br />
sonó una voz <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior<br />
<strong>de</strong>l edificio, llamando:<br />
— ¡Elisa, Elisa!<br />
Ella se levantó y le dijo adiós.<br />
El se puso en pie. coa los ojos<br />
agrandados por una fulminante<br />
sospecha. Iba a <strong>de</strong>cir algo,<br />
cuando ella le apoyó suavemente<br />
los <strong>de</strong>dos sobre la boca.<br />
—No soy Mónica —le dijo—,<br />
pero no te importe <strong>de</strong>masiado.<br />
Esa historia que me has contado<br />
es la que nos lleva a la mayoría<br />
<strong>de</strong> las mujeres al cielo.<br />
Anduvo hacia la puerta, y ya<br />
en ella, se volvió ligeramente<br />
para <strong>de</strong>cirle <strong>de</strong> nuevo adiós.<br />
Luego <strong>de</strong>sapareció.<br />
<strong>EL</strong><br />
Títulos publicados;<br />
A O<br />
í / NA advertencia al lector antes <strong>de</strong> empezar. Esta sección que hoy abrimos<br />
se parece a otras: la <strong>de</strong> García Escu<strong>de</strong>ro, por ejemplo, en «Arriba».<br />
No nos duele el parecido. Al contrario, lo hemos <strong>de</strong>liberadamente buscado,<br />
('
M<br />
Entonces, como iluminado<br />
por una profunda seguridad interior,<br />
se acercó a ella y le dijo:<br />
—¡Tú eres, por fin!<br />
Ella le miró <strong>de</strong> hito en hito,<br />
mientras en sus labios se iniciaba<br />
uu levísimo movimiento <strong>de</strong><br />
repliegue. Por una parte, había<br />
bebido algo, y por la otra, ya<br />
era esa hora en que nada, por<br />
extraño que sea. pue<strong>de</strong> extrañarle<br />
a nadie en un lugar como<br />
aquél, don<strong>de</strong> los hombres y las<br />
mujeres, por lo común, asesinaban<br />
la noche entre fulgores <strong>de</strong><br />
«pipermint», lamentos <strong>de</strong> guita-<br />
Tas eléctricas y palabras evaporadas<br />
entre el humo azul <strong>de</strong> los<br />
cigarrillos. Pero é! proseguía,<br />
más cerca:<br />
—Calla, no me digas nada;<br />
quiero ser yo mismo quien rehaga<br />
nuestra historia antigua.<br />
En el jardín <strong>de</strong> verano sólo<br />
quedaban escasas parejas muy<br />
diseminadas. Las luces, aunque<br />
sabiamente rebajadas, dotaban<br />
a los árboles, eo la noche oscura,<br />
<strong>de</strong> una fantástica vida submarina.<br />
El se sentó a su lado.<br />
Los instrumentos <strong>de</strong> los músico?<br />
yacían enfundados y en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />
sobre el cuadrilátero, esperando<br />
el cambio <strong>de</strong> indumentaria<br />
<strong>de</strong> sus propietarios. A su vez<br />
ella, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes, le había<br />
observado con frecuencia durante<br />
la noche. Le recordaba no<br />
sabía qué película —las películas<br />
son más como recuerdos y<br />
nos están dotando <strong>de</strong> un pasado<br />
anímico tan inexistente como<br />
ninguno—- aquella facha larga y<br />
como <strong>de</strong>shilvanada, con la cara<br />
tan estrecha y los ojos tan oscuros<br />
y a<strong>de</strong>ntrados bajo la frente.<br />
Parecía, easi, casi, un aventurero<br />
<strong>de</strong> sociedad con aquel ensimismamiento<br />
melancólico que, <strong>de</strong><br />
cuando en cuando, se quebraba<br />
en las breves y duras agre-<br />
sivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mentón. Acaso estuviese<br />
aquel hombre entre los<br />
cuarenta y los cincuenta años.<br />
Ella se había <strong>de</strong>jado contemplar<br />
todo el tiempo, un poco hastiada.<br />
—No recuerdas nada — dijo él<br />
con un lejano y penoso matiz<br />
en la voz—; lo comprendo. Yo<br />
mismo he tardado. Pero luego<br />
—y aquí el mentón avanzó<br />
cruelmente hacia ella— todo ha<br />
sido una revelación, un relámpago<br />
que todavía me tiene temblando<br />
las manos. Verás, yo te<br />
ayudaré.<br />
E¡ hombre se retrajo, y una<br />
luz más intensa, a intervalos, le<br />
iluminó la mirada.<br />
—En aquella ciudad —comenzó—<br />
la vida entera parecía haberse<br />
<strong>de</strong>tenido mucho tiempo<br />
atrás, ¿verdad? Siempre, mientras<br />
estuve en slla, conocí las<br />
mismas cigüeñas por el verano.<br />
Una vez. y aun me estremezco<br />
al recordarlo, tapié un nido <strong>de</strong><br />
golondrinas junto a mi balcón;<br />
al año siguiente la golondrina<br />
volvió, y al otro, y al otro, hasta<br />
tres. ¿Tú sabes cuánto tiempo<br />
viven las golondrinas? Otra<br />
vez eché una rosa sobre el río;<br />
era un rosa a la que yo le había<br />
quitado cotf infinita impiedad y<br />
cuidado el corazón. La vi per<strong>de</strong>rse<br />
río abajo, llena como una<br />
copa. Al día siguiente volví.<br />
Pues bien, la rosa aquella, la<br />
misma, también volvió. ¿Me<br />
crees?<br />
Ella le escuchaba con tranquila<br />
atención, acaso pensando en<br />
otra cosa. Pero dijo que sí. No<br />
le importaba mucho, y también<br />
ahora, por primera vez, comenzaba<br />
a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r sobre ella una<br />
tranquila paz. Se iba, por fin,<br />
aquella odiosa mujer <strong>de</strong>l cabello<br />
rojo con su amigo, y ya sólo<br />
quedaban dos parejas más<br />
—uua era Ja <strong>de</strong> Mario— sentadas<br />
a sus mesas, .con las manos<br />
cogidas y muy lejos una <strong>de</strong> la<br />
otra. En aquel momento él se<br />
aproximó más y siguió:<br />
—Por la alameda no vi pasear<br />
jamás uua sola persona diferente<br />
o <strong>de</strong>sconocida. Luego, muchan<br />
veces, he pensado que todo<br />
aquello <strong>de</strong>bió ser un sueño provinciano.<br />
Pero, ya ves, aquí estás<br />
tú contó una milagrosa refutación—hizo<br />
una pequeña pausa,<br />
cogió el vaso <strong>de</strong> ella y bebió.<br />
Ella lo agra<strong>de</strong>ció infinita men-.<br />
te, y por su cuenta comenzó a<br />
pensar en sí misma, <strong>de</strong>jándose<br />
acariciar por aquella voz que<br />
podía muy bien ser la voz <strong>de</strong><br />
cada cosa.<br />
—Estás casi como entonces.<br />
Ya sé que yo no —y sonrió un<br />
poco torcidamente, con amargura—,<br />
pero me vas a conocer en<br />
seguida. Tu piano, por aquel<br />
tiempo, empezó a sonarme íntimamente.<br />
La primera vez no rué<br />
una realidad, un hecho, sino un<br />
recuerdo. De pronto recordé haberlo<br />
oído antes. Y lo busqué, lo<br />
busqué sin <strong>de</strong>scanso por la ciudad,<br />
porque había olvidado dón<strong>de</strong>.<br />
Des<strong>de</strong> allí, antes <strong>de</strong> la hora<br />
<strong>de</strong>l paseu, escuchaba, apoyado<br />
en la pared silenciosamente. No<br />
me conocía casi nadie. Una tar<strong>de</strong>,<br />
<strong>de</strong> la iglesia próxima salió<br />
una vieja que, al pasar por mi<br />
lado, me introdujo unas monedas<br />
en el bolsillo. Seguramente<br />
me había tomado por un mendigo<br />
ciego. No te conocía aún;<br />
no sabía siquiera si serías tal vez<br />
un hombre. Pero aquella tar<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>l Corpus (¿vas recordando digo?),<br />
aquella tar<strong>de</strong> te seguí, y<br />
ya siempre, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los confines<br />
<strong>de</strong>l mundo, no he hecho sino!<br />
seguirte. ¿Me crees?<br />
—«Sí», dijo ella fríamente;,<br />
pensando todavía en sus cosas,<br />
CUENTO POR<br />
J. .MARÍA SÁNCHEZ - SILVA<br />
auuque sin po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse<br />
aún <strong>de</strong> aquel lejanísimo relato.<br />
Y en aquel momento Mario y<br />
su pareja se levantaren y se<br />
Cueron, y él la hizo, al pasar,<br />
un guiño amistoso, al que ni siquiera<br />
contestó ella, porque el<br />
hombre había proseguido hablando.<br />
—Al principio — -<strong>de</strong>cía—- todo<br />
fue fácil. Pero pronto comenzaste<br />
a cansarte. Yo era mayor que<br />
tú, y la misma música, entre<br />
tus <strong>de</strong>dos, parecía un propósito<br />
más que un sentimiento. Me<br />
dijiste que ibas a empezar un<br />
viaje largo, y ya no te vi más.<br />
Empero, creo que sólo yo he hecho<br />
un viaje largo, un viaje <strong>de</strong>masiado<br />
largo, cuyo final es éste<br />
<strong>de</strong> hoy, este final que corre en-<br />
•tre tú y yo ahora mismo. ¿Compren<strong>de</strong>s<br />
?<br />
Afirmó y cruzó una pierna sobre<br />
la otra cou perfecta calma.<br />
—Es muy tar<strong>de</strong> ya para todo<br />
: —aseguró el hombre con la<br />
frente más inclinada—. Sin enibaigo,<br />
aunque no te importe saberlo,<br />
tu recuerdo me ha guiado.<br />
Te he buscado, he iniciado<br />
infinitas gestiones inútiles.<br />
Aquella maldita ciudad te sustrajo<br />
a mis ojos como si fueras<br />
su secreto. Yo soy —dijo, elevando<br />
la voz repentinamente—<br />
aquel joven que <strong>de</strong>struyó en ti<br />
el amor,<br />
Y guardó silencio con los ojos<br />
cerrados, como quien busca un<br />
<strong>de</strong>scanso inaplazable. Ella se había<br />
estremecido imperceptiblemente,<br />
acaso por el aire fresco<br />
que <strong>de</strong>scendía ahora como una<br />
esperada bendición entre los árboles.<br />
La voz <strong>de</strong> él, otra vez,<br />
sonó alterada y susurrante:<br />
—Porque no te enseñé la verdad<br />
quedé prendido en tu re-<br />
(Continúa en la páS- 23}
NUMERO<br />
PORTÁBALES PICH<strong>EL</strong>, AMANCIO:<br />
Maestros mayores, arquitectos y aparejadores<br />
<strong>de</strong> El Escorial. <strong>Madrid</strong>. 1952.<br />
320 páginas. 60 pesetas.<br />
Hace siete años publicó el señor<br />
Portábales Pichel el libro Los verda<strong>de</strong>*<br />
ros artífices <strong>de</strong> El Escorial. Ya entonces<br />
sustentaba la tesis que ahora<br />
refuerza con nuevos documentos: que<br />
el estilo herreriano no es <strong>de</strong> Herrera<br />
y que, por tanto, ni siquiera pue<strong>de</strong><br />
hablarse <strong>de</strong> herreriano estilo. «El estilo<br />
herreriano queda muerto», sentencia<br />
ahora. «¿Por qué se ha <strong>de</strong> seguir<br />
diciendo que en España hay un<br />
estilo herreriano en arquitectura., que<br />
tiene su raíz en El Escorial, y que<br />
Herrera es el arquitecto <strong>de</strong>l Imperio<br />
español,»<br />
El prologuista, Luis Astrana Marín,<br />
está totalmente <strong>de</strong> acuerdo con Portabales:<br />
«El estilo <strong>de</strong> Herrera es el estilo<br />
<strong>de</strong> Juan Bautista <strong>de</strong> Toledo... Luego<br />
el estilo <strong>de</strong> Herrera, tomado siempre<br />
por tipo El Escorial, no pasa <strong>de</strong><br />
ser un tópico. No existe.»<br />
El autor trae en apoyo <strong>de</strong> su tesis<br />
más <strong>de</strong> 100 documentos con copia fotográfica<br />
<strong>de</strong> los más importantes.<br />
Los eruditos tienen la palabra.<br />
SASSOKE, F<strong>EL</strong>IPE: ¡Estos mis papelitos,<br />
madre! Colección Literaria.<br />
Aguilar, S. A. <strong>de</strong> Ediciones. <strong>Madrid</strong>,<br />
1953. 282 páginas. 50 pesetas.<br />
Con una airosa nota preliminar <strong>de</strong><br />
Fe<strong>de</strong>rico Carlos Saina <strong>de</strong> Robles, se<br />
abre este libro, que es una recopilación<br />
<strong>de</strong> los pensamientos que en breves<br />
retazos publicó Sassone en las páginas<br />
<strong>de</strong>l ABC.<br />
Libro entretenido, ameno, que nos<br />
hace pensar sobre muchas cosas y que<br />
apenas <strong>de</strong>ja sin tocar algún aspecto<br />
<strong>de</strong> la vida. Des<strong>de</strong> el placer al dolor,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el amor al odio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento<br />
a la muerte. Todo se convierta<br />
en fruto <strong>de</strong> reflexión para Felipe Sassone,<br />
que pasa <strong>de</strong> lo sentimental al<br />
humor y <strong>de</strong> lo alegre a lo triste constantemente<br />
a lo largo <strong>de</strong> estas páginas,<br />
don<strong>de</strong> no faltan ni el ingenio ni<br />
el garbo.—R. M.<br />
SOPEÑA, FEDERICO: La música europea<br />
contemporánea. Panorama y<br />
diccionario <strong>de</strong> compositores. Editorial<br />
Unión Musicali Española. <strong>Madrid</strong>,<br />
1953.<br />
La aparición <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong>l padre<br />
REVJSTA ATENEO<br />
Sopeña es siempre un acontecimiento<br />
en nuestra vida musical. El que nos<br />
ocupa hoy, lo será, quizá, más que<br />
ningún otro, hasta ahora. Piénsese en<br />
lo que pue<strong>de</strong> representar para el profesional<br />
o el aficionado la noticia<br />
clara y sistemática, crítica y objetiva,<br />
<strong>de</strong> escuelas, obras y autores que dan<br />
significación a nuestro tiempo. Hoy,<br />
que, gracias a tantos esfuerzos coinci<strong>de</strong>ntes,<br />
en los que la importancia <strong>de</strong><br />
la figura <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> este libro para<br />
nadie es <strong>de</strong>sconocida, se está logrando<br />
una apertura <strong>de</strong> nuestro mundo<br />
cerrado a horizontes más amplios, el<br />
vaiur <strong>de</strong> esta oora es inapreciable. En<br />
elia se hace verdad el tópico: «Indispensable<br />
en la biblioteca <strong>de</strong> toda persona<br />
que se interese por la actualidad<br />
musical.»<br />
Tras un amplio panorama <strong>de</strong> la música<br />
europea <strong>de</strong> los últimos años, un<br />
diccionario tí e compositores nacidos<br />
entre 1Ü75 y 1Ü20, con rápido bosquejo<br />
<strong>de</strong> su personalidad, datos biográficos,<br />
catálogo <strong>de</strong> obras y bibliografía, pone<br />
al alcance <strong>de</strong> la mano, fácil y cómodamente,<br />
la noticia imprescindible que<br />
sitúa y ayuda a la comprensión. Después,<br />
en una serie <strong>de</strong> apéndices, se estudian<br />
diversos aspectos actuales <strong>de</strong>l<br />
arte <strong>de</strong> los sonidos, completando así<br />
la visión total: el «jazz», la música<br />
mecánica, la música en los Estados<br />
Unidos, en Hispanoamérica y en la<br />
U. R. S. S., y la Liturgia. Un índice<br />
<strong>de</strong> autores citados hace fácil el manejo<br />
<strong>de</strong> este libro, limpiamente editado,<br />
que, a lo largo <strong>de</strong> sus doscientas páginas,<br />
recoge y or<strong>de</strong>na lo más importante<br />
<strong>de</strong> cuanto sobre estas materias se<br />
ha publicado hasta la fecha.—F.R.C,<br />
VRIES, P. GUILLERMO DE, S. J.:<br />
Oriente cristiano: Ayer. Colección Kasonemos<br />
nuestra Fe. Serie III, Manuales<br />
<strong>de</strong>l pensamiento católico. -Sociedad<br />
<strong>de</strong> Educación Atenas. <strong>Madrid</strong>,<br />
1953. 220 páginas. 25 pesetas.<br />
Se tien<strong>de</strong> en nuestras latitu<strong>de</strong>s a restringir<br />
el término cristiandad al Occi<strong>de</strong>nte<br />
latino, como si la Iglesia no fuera<br />
esencialmente universal, y como si<br />
sólo la interpretación <strong>de</strong> los occi<strong>de</strong>ntales<br />
fuera verda<strong>de</strong>ramente católica.<br />
Posee también el Oriente riquezas espirituales<br />
abundantes y, por otra parte,<br />
tiene el Oriente <strong>de</strong>recho a salvaguardar<br />
un estilo propio en todo lo que no quiebre<br />
la superior y necesaria unidad <strong>de</strong>¡<br />
dogma.<br />
Pero no es esta cuestión la que se<br />
propone el Padre De Vries, sino un estudio<br />
<strong>de</strong> conjunto acerca <strong>de</strong> la historia<br />
<strong>de</strong> las Iglesias orientales, <strong>de</strong> su doctrina,<br />
liturgia y piedad. La obra sera continuada<br />
con un segundo volumen acerca<br />
<strong>de</strong> la situación actual <strong>de</strong> las Iglesias<br />
orientales.<br />
BAGUE, ENRIQUE: La Alta Edad Media.<br />
Prólogo <strong>de</strong> Juan Petit. Seis Barral.<br />
Barcelona, 1953. Colección Historia<br />
<strong>de</strong> la Cultura Española. 594<br />
páginas.<br />
El amplio período histórico que va<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong>l Guadalete hasta<br />
la época <strong>de</strong> San Fernando o <strong>de</strong> Jaime<br />
ei Conquistador tiene una importancia<br />
capital para compren<strong>de</strong>r nuestra<br />
historia posterior. De aquí el valor<br />
<strong>de</strong> este libro <strong>de</strong> vulgarización y<br />
síntesis, que, recogiendo ios estudios<br />
más recientes, expone la evolución política<br />
y cultural <strong>de</strong> manera clara y sistemática,<br />
muy bien ayudada por la<br />
abundancia <strong>de</strong> láminas.<br />
Una seré <strong>de</strong> subtítulos marginales<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada capítulo y una a<strong>de</strong>cuada<br />
explicación <strong>de</strong> las ilustraciones hacen<br />
más fácil todavía su lectura. Anotemos<br />
la buena calidad general <strong>de</strong> las<br />
fotografías, aunque en algún caso —la<br />
catedral <strong>de</strong> Santiago, por ejemplo— resulten<br />
anticuadas por posteriores modificaciones.<br />
La conversión <strong>de</strong> los visigodos al catolicismo,<br />
la fastuosidad <strong>de</strong> la Córdoba<br />
ealifal o la europeización <strong>de</strong>l siglo<br />
XI, por escoger tres momentos cruciales,<br />
están claramente expuestos, sin<br />
olvidar nunca, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la visión general<br />
<strong>de</strong> cada época, los <strong>de</strong>talles reveladores<br />
<strong>de</strong> la vida social o la sensibilidad<br />
religiosa.<br />
CANOSA, RAMÓN: Historia menuda <strong>de</strong><br />
un pueblo gallego. Juventud, Barcelona,<br />
1953. 159 páginas.<br />
Resulta divertido leer estos recuerdos<br />
<strong>de</strong> la vida en Vivero hace ya bastantes<br />
años, cuando en tiempo pasado<br />
fuera <strong>de</strong> su patria chica permite<br />
al autor una mezcla <strong>de</strong> ironía y nostalgia,<br />
con cierta preocupación <strong>de</strong> interpretar<br />
históricamente los pequeños<br />
sucesos.<br />
Una galería <strong>de</strong> retratos muy bien<br />
fijados ocupa gran parte <strong>de</strong>l libro que<br />
pasa <strong>de</strong>spués a tipos más generales,<br />
agrupados por una misma profesión.<br />
Algunas <strong>de</strong> esas narraciones, como<br />
las <strong>de</strong>l juez, con su prestigio patriarcal,<br />
o <strong>de</strong>l tío Choumin, el gaitero, <strong>de</strong>notan<br />
fina penetración psicológica.<br />
El prólogo <strong>de</strong>l director <strong>de</strong>l «Faro <strong>de</strong><br />
Vigo» y unas cuartillas <strong>de</strong> Otero Fedrayo<br />
en gallego abren y cierran esta<br />
pequeña historia, que podría ser igual<br />
la <strong>de</strong> muchos pueblos <strong>de</strong> España.<br />
FERNANDEZ, FRAY ALONSO: Historia<br />
y Anales <strong>de</strong> la Ciudad y Obispado<br />
<strong>de</strong> Plasencia. Publicaciones <strong>de</strong>l De-<br />
MADRID, 23 DE MAYO LE 1953<br />
partamento Provincial <strong>de</strong> Seminarios<br />
<strong>de</strong> F. E. T. y <strong>de</strong> las J. O. N. S.<br />
Cáceres. 1S52. Biblioteca Extremeña.<br />
578 páginas. 88 pesetas.<br />
Un dominico, al que Torifeio Medina<br />
creyó i<strong>de</strong>ntificar como el enemigo<br />
<strong>de</strong> Cervantes, encubierto bajo el seudónimo<br />
<strong>de</strong> Avellaneda, es el autor <strong>de</strong><br />
esta Historia, que, <strong>de</strong>dicada a Felipe<br />
IV, se publicó por primera vez en<br />
1627. La obra no difiere en su composición<br />
<strong>de</strong> otras Historias locales escritas<br />
en aquellos años, como la <strong>de</strong> Segovia<br />
<strong>de</strong> Colmenares.<br />
Tras <strong>de</strong> procurar entroncar con la<br />
antigüedad clásica, i<strong>de</strong>ntificando la<br />
ciudad con una fundación griega, aserto<br />
avalado por las más rancias autorida<strong>de</strong>s<br />
geográficas, se va siguiendo<br />
paso a paso el crecimiento <strong>de</strong> Plasencia:<br />
fundaciones, pleitos, construcción<br />
<strong>de</strong> la catedral, historia <strong>de</strong> los claros<br />
linajes... Un apellido —-Monroy— se<br />
repite insistentemente, recordado incluso<br />
por hazañas femeninas, para venir<br />
a enlazar con el mismo Cortés. Como<br />
estas historias siempre tienen una visión<br />
amplia, se narran las vidas <strong>de</strong><br />
paisanos ilustres, el car<strong>de</strong>nal Carvajal<br />
o Ana <strong>de</strong> Jesús, que corrieron por<br />
Europa, encendidos por un afán apostólico.<br />
La progresiva centralización se <strong>de</strong>ja<br />
notar, reduciendo poco a poco la ciudad<br />
a su estrecho ambiente. A medida<br />
que su proyección en la historia<br />
<strong>de</strong>l Ríúno va siendo menor, aumentan<br />
las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s fiestas, se<br />
trate <strong>de</strong> un Corpus o <strong>de</strong> unos funerales<br />
reales: los esplendores barrocos empiezan<br />
a iluminar esos años en que el<br />
libro llega a su fin.<br />
PRAWDIN, MICHA<strong>EL</strong>: Juana la Loca,<br />
Traducción <strong>de</strong> Eduardo Valentí. Editorial<br />
Juventud. Barcelona, 1953. Colección<br />
Gran<strong>de</strong>s Biografías. 238 páginas.<br />
80 pesetas.<br />
La interpretación que <strong>de</strong> la triste<br />
historia <strong>de</strong> Juana la Loca hace Michael<br />
Prawdin es radicalmente opuesta a la <strong>de</strong><br />
Ludwig PfandI: si éste sigue en la dinastía<br />
<strong>de</strong> los Austrias ese ramalazo <strong>de</strong><br />
locura que venía ya <strong>de</strong> Isabel <strong>de</strong> Portugal,<br />
madre déla Reina Católica, y alcanza<br />
hasta el príncipe don Carlos, Prawdin<br />
presenta, por el contrarío, a doña<br />
Juana como una víctima acosada por los<br />
proyectos contradictorios <strong>de</strong> su padre, su<br />
esposo y su hijo, como una mujer sentimental<br />
y con ansias <strong>de</strong> vivir que se pl&gaba<br />
difícilmente a la razón <strong>de</strong> Estado,<br />
a la que tan sacrificadamente dócil fuera<br />
la reina Isabel. Como continuadora<br />
en cierto modo <strong>de</strong> su política, consi<strong>de</strong>ra<br />
a su <strong>de</strong>sventurada laija, en la que pronto<br />
su orgullo español se sobrepone id<br />
amor a su marido, hasta ei punto úe<br />
convertirse en el más peligroso enemigo<br />
<strong>de</strong> los planes flamencos sobre España.
A la luz Se este enfoque <strong>de</strong>srilan los<br />
años felices <strong>de</strong> recién casados, los dos<br />
viajes a España, el forcejeo <strong>de</strong> las regencias<br />
y el larguísimo confinamiento en<br />
Tor<strong>de</strong>sillas. La leyenda <strong>de</strong> la locura <strong>de</strong><br />
amor, con las consiguientes aperturas <strong>de</strong>l<br />
féretro, jornadas nocturnas, etc., se <strong>de</strong>svanece<br />
con datos precisos. La liberación<br />
por los Comuneros se asemeja a una<br />
escena <strong>de</strong> sueño, con su imprecisión,<br />
con la impotencia que supone tantos<br />
años <strong>de</strong> aislamiento y la ausencia <strong>de</strong><br />
aquellas clases que tradicionalmente<br />
asesoraban a los monarcas en sus <strong>de</strong>cisiones.<br />
Solo en los últimos años se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
Prawdin a reconocer abiertamente<br />
la locura, patente en las visitas que le<br />
hizo San Francisco <strong>de</strong> Borja.<br />
Se echan <strong>de</strong> menos dos cosas esenciales:<br />
la presentación <strong>de</strong> un historiador español<br />
que avale un nombre <strong>de</strong>sconocido<br />
y un aparato documental que diese verosimilitud<br />
a ciertas afirmaciones capitales.<br />
Careciendo <strong>de</strong> ambas cosas, hay que<br />
consi<strong>de</strong>rar este libro como una biografía<br />
más al uso, en la que no faltan<br />
algunas apreciaciones un tanto <strong>de</strong> leyenda<br />
negra.'<br />
LEICHT, HERMANN: Historia <strong>de</strong>l Arte.<br />
Ediciones Destino. Barcelona, 1953.<br />
608 páginas.<br />
Nuestras Historias <strong>de</strong>l Arte suelen estar<br />
planeadas ccn criterio un poco uní'<br />
lateral. Las culturas no occi<strong>de</strong>ntales, o<br />
se estudian en cuanto antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />
arte europeo, o en la categoría <strong>de</strong> artes<br />
exóticos suelen quedar relegadas a un<br />
lugar secundario. Hermann Leicht ha<br />
escrito esta Historia para paliar en lo<br />
posible ese error, <strong>de</strong>dicando mayor espacio<br />
a los estilos postergados.<br />
Señalemos el interés <strong>de</strong>l arte negro<br />
<strong>de</strong> Benin, expresión <strong>de</strong> las culturas primitivas<br />
africanas, replegadas hacia f.l<br />
interior <strong>de</strong>l Continente cuando empieza<br />
la colonización europea periferica.<br />
Este arte o ei <strong>de</strong>l Japón no son hoy<br />
más familiares por la influencia que<br />
han tenido en artistas recientes. Des<strong>de</strong><br />
Grecia a nuestros días se sigue el<br />
or<strong>de</strong>n ya clásico <strong>de</strong> exposición, introduciendo<br />
tan sólo el arte ruso tras <strong>de</strong>l<br />
bizantino. Las corrientes más mo<strong>de</strong>rnas<br />
se juzgan, si no con entusiasmo<br />
—el autor, ya entrado en años, nos lo<br />
confiesa—, si con la objetividad <strong>de</strong> un<br />
historiador que ha visto suce<strong>de</strong>rse ante<br />
sus ojos muchos estilos.<br />
En una obra <strong>de</strong> tan amplios horizontes<br />
no es posible quejarse si algunos<br />
matices o distinciones han <strong>de</strong>saparecrüo.<br />
El inscribir al Greco <strong>de</strong>cididamente<br />
en el barroco es una cuestión<br />
que habría <strong>de</strong> aquilatarse más;<br />
pero repetimos que son <strong>de</strong>talles que<br />
no cuentan a la hora <strong>de</strong> la valoración<br />
total.<br />
Las láminas en colores resultan en<br />
ocasiones un tanto arbitrarias, siendo<br />
entonces preferible una buena reproducción<br />
en blanco y negro. La presentación<br />
es, en general, cuidada.<br />
LLANAS DE NIUBÓ, RENATO: La Pasión<br />
<strong>de</strong> Nuestro Señor Jesucristo.<br />
Luis <strong>de</strong> Caralt. tíarcclona, 1953. Colección<br />
Cultura Rehgiosa. 303 páginas.<br />
50 pesetas.<br />
Se trata <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> valor <strong>de</strong>sigual,<br />
que amalgama datos evangéülicos<br />
y leyendas, referencias a hechos<br />
concretos acu»ies que <strong>de</strong>sentonan <strong>de</strong>!<br />
clima general y arrebatos <strong>de</strong> patriotismo,<br />
con uñ estudio médico y jurídico<br />
<strong>de</strong>l hecho histórico <strong>de</strong>l proceso y<br />
muerte <strong>de</strong> Jesús. No falta viveza <strong>de</strong>scriptiva<br />
ni un sentido religioso perfectamente<br />
ortodoxo; pero el estudio no<br />
está logrado, por la falta <strong>de</strong> armonía<br />
entre los componentes citados. Abundan<br />
interpretaciones <strong>de</strong>masiado personales<br />
y poco fundadas <strong>de</strong> personajes<br />
tan sólo trazados por algún dato en<br />
los Evangelios, como Judas, Piíatos o<br />
María Magdalena. Los últimos capítulos<br />
resumen superficialmente la historia<br />
<strong>de</strong> la Iglesia, para terminar con el<br />
versículo inicial («Quare fremuerunt<br />
gentes...») <strong>de</strong>l salmo 2, que el autor ha<br />
traducido inexactamente.<br />
El Santo Sudario en España. Documentos<br />
y vestigios. Biblioteca Sindoniana.<br />
Barcelona, 1952. 142 páginas.<br />
Un interesante empeño anima a los<br />
Cultores Sanetae Sinüonis en la publicación<br />
<strong>de</strong> este volumen: <strong>de</strong>mostrar.en<br />
lo que a España se refiere, la antigüedad<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>voción al Santo Sudario<br />
y la relación unánime <strong>de</strong> tales lienzos<br />
o cuadros con la Sábana Santa <strong>de</strong><br />
Turín, <strong>de</strong> la que muchos se <strong>de</strong>claran<br />
copia.<br />
Con la sola excepción <strong>de</strong>l Sant Drap,<br />
<strong>de</strong> San Feliú <strong>de</strong> Ciuixols, que se tiene<br />
por fragmento auténtico <strong>de</strong> los lienzos<br />
que envolvieron al Señor en el sepulcro,<br />
es fácil, bien porque se conserve<br />
la fecha y aun las peripecias <strong>de</strong> su llegada<br />
a España, bien porque la reproducción<br />
<strong>de</strong> las huellas <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong><br />
los incendios sufridos por el Sudario <strong>de</strong><br />
Turín permitan <strong>de</strong>ducirla, establecer<br />
esa relac.*n que viene a fortalecer históricamente<br />
la excepcional importancia<br />
<strong>de</strong> tan venerada reliquia," tradicionalmente<br />
custodiada por la Casa <strong>de</strong> Saboya.<br />
NARRACIÓN<br />
EAROJA, PÍO: Idilios y Fantasías. Colección<br />
Las Gemelas, Angeles Villarta,<br />
editora, <strong>Madrid</strong>, 1953. ly9 páginas.<br />
30 pesetas.<br />
Se inaugura la Colección Las Gemelas<br />
con una obra <strong>de</strong> don Pío Baroja..<br />
ya famosa, a la que, por tanto, no creemos<br />
necesario hacer crítica. Se trata <strong>de</strong><br />
Idilios y fantasías, una magnífica colección<br />
<strong>de</strong> cuentos que no se pue<strong>de</strong><br />
olvidar fácilmente. Creemos que Angeles<br />
Villarta ha elegido muy bien al reeditar<br />
esta obra. Hemos <strong>de</strong> censurarla,<br />
sin embargo, ese horrible efecto cinematográfico,<br />
poco serio, <strong>de</strong> haber impreso<br />
en una página, al modo <strong>de</strong> las<br />
películas, lo siguiente: «Colección Las<br />
Gemelas — presenta — a». Y en la página<br />
siguiente, con un dibujo <strong>de</strong> la cabeza<br />
<strong>de</strong> Baroja: «Pío Baroja — en —<br />
Idilios y fantasías.» Seriedad, por favor,<br />
cuando se trate <strong>de</strong> un escritor glorioso.<br />
BEKESSY, EMERY: Barrabás. Colección<br />
Uigante. JLuis <strong>de</strong> Caralt, editor.<br />
Barcelona, 1953. 298 páginas.<br />
50 pesetas,<br />
Emery Bekessy, novelista húngaro, na<br />
escrito una novela amena, que se <strong>de</strong>sarrolla<br />
en Israel, durante la vida <strong>de</strong><br />
Nuestro Señor Jesucristo. El ambiente<br />
arqueológico está magníficamente captado<br />
y la peripecia se adueña pronto<br />
<strong>de</strong> la atención <strong>de</strong>l lector.<br />
Se nos presenta en esta novela la<br />
resistencia y la rebeldía <strong>de</strong>l pueblo judio<br />
contra el yugo romano, lo que llegu<br />
a encarnar odios y ferocida<strong>de</strong>s, matanzas<br />
y rooos. Y en este ambiente <strong>de</strong> exaltadas<br />
pasiones surge la figura divina<br />
<strong>de</strong> Jesús para llevar el consuelo y la<br />
paz entre los hombres.<br />
Los personajes, varios <strong>de</strong> ellos históricos,<br />
están bien rene jados, aunque los<br />
hechos pertenezcan, en muchos casos,<br />
sólo a la fantasía <strong>de</strong> Emery Bekessy,<br />
pues el mismo Barrabás, personaje central<br />
<strong>de</strong> la obra, es pura invención.<br />
CAÑAS, JOSÉ MARÍA: Nubes y barro.<br />
colección Gigante. Luis <strong>de</strong> Caralt,<br />
editor. Barcelona, 1953. 286 páginas.<br />
50 pesetas.<br />
Siempre alegra la aparición <strong>de</strong> cualquier<br />
escritor nuevo, cuando éste se nos<br />
presenta con brío, como lo hace ahora<br />
con su primera novela José María<br />
Cañas.<br />
No es Nubes y barro una novela coa<br />
trama intrincada, con enredo, como<br />
suele ser frecuente en el género, sino,<br />
por el contrario, sencilla, cambiante a<br />
cada capítulo, como la vida misma.<br />
Un muchacho <strong>de</strong> espíritu inquieto,<br />
peregrino, es la figura central <strong>de</strong> la<br />
novela. Nacido en la pobreza y lleno<br />
<strong>de</strong> sueños, vive en el hampa, luchando<br />
siempre contra las circunstancias <strong>de</strong>sfavorables<br />
y el <strong>de</strong>sengaño. Pero él no<br />
se arredra. A través <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Juan,<br />
que éste es su nombre, van pasando el<br />
amor, la ilusión, el fracaso, la amistad,<br />
el dolor, la muerte y la alegría con su<br />
natural fluir, con su realidad cotidiana,<br />
y en esta serie <strong>de</strong> sucesos se va<br />
prendiendo el interés <strong>de</strong>l relato.<br />
Al modo <strong>de</strong> la novela picaresca española,<br />
Nubes y barro se <strong>de</strong>sarrolla en<br />
el hampa, teniendo por intérprete principal<br />
un solo personaje, que, como el<br />
picaro tradicional, se escapa <strong>de</strong> la casa<br />
<strong>de</strong> sus padres y no gusta <strong>de</strong>l trabajo,<br />
cosa que le lleva como a un Lazarillo<br />
<strong>de</strong> Tormes o a un Guzmán <strong>de</strong> Alfarache<br />
a cambiar <strong>de</strong> amo varias veces y<br />
a mendigar, pero siempre aferrado a<br />
sus imposibles sueños <strong>de</strong> gloria. De este<br />
último trascien<strong>de</strong> una gran ternura,<br />
una conmovedora humanidad.<br />
Bien <strong>de</strong>finido los caracteres <strong>de</strong> todos<br />
los personajes, rico el vocabulario, precisas<br />
y bellas las <strong>de</strong>scripciones. Nubes<br />
y barro es una buena novela, que nos<br />
revela a un autor, en el que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora<br />
pongo mis esperanzas.<br />
C<strong>EL</strong>A, CAMILO JOSÉ: Baraja <strong>de</strong> invenciones.<br />
Colección Prosistas contemporáneos.<br />
Editorial Castalia, Valencia,<br />
1953. 256 páginas. 40 pesetas.<br />
Reúne Camilo José Cela en este libro<br />
treinta y cuatro narraciones entre<br />
novelas cortas y cuentos, que van agrupados<br />
en las seis partes que componen<br />
el tomo.<br />
Tiene este volumen el acierto <strong>de</strong> recoger<br />
gran parte <strong>de</strong> la obra que el jo-<br />
ven novelista ya publicó en revistas y<br />
diarios, i acuitándonos con ello una colección<br />
interesante, que hubiera sido<br />
diiicii <strong>de</strong> reunir.<br />
Daüa la variedad <strong>de</strong>l libro, no faltan<br />
en el ni el humor <strong>de</strong>sgarrado <strong>de</strong> este<br />
autor ni lo doloroso y poético, que son<br />
notas irecuentes en la producción, ya<br />
muy considérame, <strong>de</strong> Camilo José Cela.<br />
tan precedidas estas narraciones <strong>de</strong><br />
una breve autoüiograiia <strong>de</strong>l novelista,<br />
que entre bromas y veras nos dice: «Me<br />
consi<strong>de</strong>ro el más importante novelista<br />
español <strong>de</strong>a <strong>de</strong> el tfü, y me espanta el<br />
consi<strong>de</strong>rar lo fácil que me resultó.»<br />
Destacan en esta Baraja <strong>de</strong> invenciones<br />
la novelita corta titulada Santa<br />
Balbina, 37, gas en cada piso, y La<br />
última carta <strong>de</strong> sir Jacob, joven sentimental,<br />
por no citar hasta media docena<br />
más.<br />
De estilo inconfundible, estas breves<br />
narraciones <strong>de</strong> Cela <strong>de</strong>leitan gran<strong>de</strong>mente<br />
y se recuerdan con agrado.<br />
CEREZO, VICENTE: Abismos. Lorenzo<br />
L e z a <strong>de</strong>l Castillo, editor. Bilbao,<br />
1953. 251 páginas.<br />
Vicente Cerezo, <strong>de</strong>l que no conocemos<br />
ninguna obra anterior, acaba <strong>de</strong><br />
publicar una novela <strong>de</strong> la que sólo es<br />
plausible su recto sentido moral. Lo<br />
<strong>de</strong>más resulta fallido y <strong>de</strong> mal gusto.<br />
La trama es bastante pobre y el estilo<br />
paupérrimo. A cada línea se tropieza<br />
uno con trozos como éste: «Amó<br />
apasionadamente a una linda muñeca<br />
<strong>de</strong> dorados cabellos», y otros por el<br />
estilo.<br />
COOPER, SIR DUPP: La hora <strong>de</strong> aquel<br />
corazón. Colección Ancora y Delfín.<br />
Ediciones Destino, S. L. Barcelona, a,f<br />
1953, 179 páginas. 45 pesetas. rtií<br />
Sir Duff Cooper, que, según creo, je:<br />
no había sido traducido a nuestro m<br />
idioma antes <strong>de</strong> ahora, acaba <strong>de</strong> hacer fié<br />
N L O C<br />
AGUSTÍN G. DE AMEZÜA: "OPUSCULOH<br />
EN este volumen reúne nuestro<br />
gran erudito los trabajos<br />
propiamente históricos<br />
acogidos bajo el arcaico título<br />
<strong>de</strong> Opúsculos, ya que los<br />
dos anteriores contienen los dispersos<br />
ensayos <strong>de</strong> carácter literario.<br />
Y se cierra la colección.<br />
Contamos, pues, en ella cerca<br />
<strong>de</strong> medio centenar <strong>de</strong> estudios<br />
<strong>de</strong> gran variedad <strong>de</strong> materias y m(<br />
riqueza <strong>de</strong> noticias, graves o en- esl<br />
tretenidas y curiosas. En coa- brt<br />
junto, un verda<strong>de</strong>ro monumen- Pj(<br />
to erudito en el que no faltan brt<br />
pesquisas interesantes para ía eor<br />
historia literaria y aun alguna <strong>de</strong><br />
obra <strong>de</strong> indispensable consulla lor,<br />
para el conocimiento <strong>de</strong>l tema finc<br />
correspondiente, como, por «Fe<br />
ejemplo, la que se leíiere a la esa<br />
novela cortesana o <strong>de</strong>terminadas n¡y<br />
semblanzas biográficas <strong>de</strong> escri-;>0I1<br />
torea contemporáneo»: Anuya, ar¡<br />
Maeztu, Rodríguez Marín, Pi- jj<br />
con, entre oíros. jue<br />
Amezúa congrega ahora sus;l t<br />
trabajos históricos menores, várese<br />
que así cabe llamarlos ai lado <strong>de</strong> ¡as<br />
los que culminan con la publi-dur<br />
cación <strong>de</strong> Isabel <strong>de</strong> Valois, obnil £<br />
en que el erudito se convirtió enas ,<br />
historiador. No faltan aquí tam-in ¡<br />
poco los camafeos y imniaturaj.uit<br />
que adornaban los tomos precemr<br />
<strong>de</strong>ntes. Así, la exposición <strong>de</strong> lan e<br />
i<strong>de</strong>a sobre la necesidad <strong>de</strong> una pe<br />
historia <strong>de</strong>l pensamiento p<br />
co en España, «Un juglar <strong>de</strong><br />
taño». «Tres humanistas espalezj<br />
les <strong>de</strong>l siglo XVI frente a la nteiza<br />
dicina» o «El tratado <strong>de</strong> las s»¡s u<br />
perdiciones y hechicerías diterj<br />
Fr. Martín <strong>de</strong> Castañeda», ravé<br />
Sin embargo, la nota propiíonti<br />
f
su presentación en España con una<br />
breve novela, traducida perfectamente<br />
por Rafael Vázquez-Zamora.<br />
Político y diplomático, sir Duff Cooper<br />
no ha escrito muchas novelas, que<br />
sepamos, aunque sí tiene publicados<br />
siete u ocho libros <strong>de</strong> diversos temas.<br />
La hora <strong>de</strong> aquel corazón encierra<br />
una ironía dolorosa, en la que no falta<br />
el interés, especialmente en los últimos<br />
capítulos. Escenas amorosas y<br />
algunos momentos <strong>de</strong> guerra son los<br />
principales ingredientes <strong>de</strong> esta breve<br />
novela centrada alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Willie<br />
Maryngton, oficial <strong>de</strong>l Ejército británico.<br />
FERNANDEZ FLÓREZ, DARÍO: La<br />
hora azul. Kduun^i riennuu. ftiadríd,<br />
1953. 11U páginas. 22 pesetas.<br />
En estos momentos en que parece<br />
gue otra vez resurge la novela corta,<br />
muy olvidada pur ios novelistas <strong>de</strong> ios<br />
últimos años, aparece ésta <strong>de</strong> Daño<br />
Fernán<strong>de</strong>z Flórez para confirmar, una<br />
vez más, su gran calidad <strong>de</strong> narrador<br />
que sabe dar t:mucioii a lo que nana,<br />
<strong>de</strong>scribiendo caracteres y paisajes con<br />
viva expresión realista.<br />
La hora azul, llena <strong>de</strong> interés, dramática<br />
en extremo, es una novela que<br />
mantiene la tensión y en la que el<br />
autor capta con acierto los ambientes<br />
que presenta, logrando sus páginas<br />
más emotivas cuando nos <strong>de</strong>scribe el<br />
sobrecogedor incendio <strong>de</strong> un bosque<br />
<strong>de</strong> pinos.<br />
KNIHT, BRIGID: El Pacto. Colección<br />
Gigante. Luis <strong>de</strong> Caralt, editor. Barcelona,<br />
1953. 294 paginas. 50 pesetas.<br />
Es Brigid Knight una novelista sudafricana,<br />
que se ha inspirado precisamente<br />
en sus temas nacionales para<br />
:scríbir El Pacto, novela que nos presenta<br />
la lucha que en el siglo XIX<br />
mbo entre los colonos <strong>de</strong> origen infles<br />
y holandés sobre las tierras <strong>de</strong>l<br />
nenie histórica nos la dan otros<br />
aludios. En primer término, la<br />
ireve biografía <strong>de</strong>l marqués <strong>de</strong><br />
Mdai, y especialmente la menos<br />
revé <strong>de</strong> Ensenada; las páginas<br />
onsagiadas al Archivo General<br />
e Simancas y al Archivo His-<br />
>rico i^p-moí, sin olvidar el<br />
no y <strong>de</strong>licado cuadro sobre<br />
Felipe II y las flores». Amezua<br />
scribe con cordialidad. Es la<br />
iju una rroaa «lectiva que se<br />
mmueve sin tratar <strong>de</strong> oculrlo.<br />
iiay. cu fin, averiguaciones<br />
ie a su interés histórico unen<br />
anecdótico y hasta lo pintoseo,<br />
y entre ellas las <strong>de</strong>dicas<br />
a las primeras or<strong>de</strong>nanzas<br />
unicipales <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> (1585),<br />
Bando <strong>de</strong> Policía <strong>de</strong> 1591, a<br />
i andanzas y meditaciones <strong>de</strong><br />
procurador castellano en las<br />
itc» ue .tiddxiü, üe i59¿, o,<br />
r i'lti'-o. n la forma <strong>de</strong> viajar<br />
el siglo xvi.<br />
Pero lo mismo unos que oíros<br />
oas eslán tratados con la alta<br />
apostura académica y la noza<br />
<strong>de</strong> expresión que caractea<br />
todos los libros <strong>de</strong> Amezi'ia.<br />
una forma <strong>de</strong> gran dignidad<br />
¡raria Ja que ellos revisten a<br />
vés <strong>de</strong> un estilo que <strong>de</strong>lata el<br />
itinuo comercio con los clási-<br />
sur <strong>de</strong> África. Todo ello unido a complicadas<br />
historias amorosas, en las que<br />
se apoya para presentarnos dicha lucha,<br />
sin que los personajes centrales<br />
adquieran caracteres perfectam ente<br />
<strong>de</strong>finidos.<br />
La autora <strong>de</strong> El Pacto no titubea<br />
en hacer morir al personaje que le<br />
interesa con tal <strong>de</strong> que no la entorpezca<br />
su relato. Otras veces recurre a<br />
efectos innecesarios y absurdos, tales<br />
como el terror supersticioso que siente<br />
la protagonista en cierta casa y<br />
otros por el estilo.<br />
La traducción es buena, pero no<br />
consta el nombre <strong>de</strong>l traductor.<br />
MEDIO, MARÍA DOLORES: Nosotros,<br />
los Hívero. Colección Ancora y Delfín.<br />
Barcelona, 1953. 344 páginas.<br />
50 pesetas.<br />
Apenas conocida en el mundo <strong>de</strong><br />
las Letras, irrumpe ahora en la vida<br />
literaria española una nueva novelista,<br />
María Dolores Medio, recientemente<br />
ganadora <strong>de</strong>l Premio Nadal último.<br />
Su novela, la primera que publica, nos<br />
la presenta como una gran escritora,<br />
en la línea tradicional <strong>de</strong> nuestros<br />
mejores novelistas. María Dolores Medio<br />
narra con sobriedad, con justeza,<br />
pesando las palabras y atendiendo a<br />
los caracteres, que no <strong>de</strong>scuida ni un<br />
instante, por lo que nos da personajes<br />
vivos, logrados. En cuanto al ambiente,<br />
que es el <strong>de</strong> Oviedo, en el tiempo<br />
que va <strong>de</strong> 1924 al 1934, tenemos que<br />
afirmar que es otro acierto <strong>de</strong> la nueva<br />
novelista.<br />
Nosotros, los Rivero, es la historia <strong>de</strong><br />
una familia aventurera, inquieta, don<strong>de</strong><br />
resaltan rasgos a veces enternecedores.<br />
Es una lástima, un mínimo fallo <strong>de</strong><br />
la novelista, el caer a veces en el tópico<br />
como cuando escribe «un cielo sucio<br />
<strong>de</strong> algodón en rama» o «el tren, como<br />
una serpiente negra»; pero estos pequeños<br />
lunares son apenas nada en una<br />
novela <strong>de</strong> la alta calidad <strong>de</strong> Nosotros,<br />
los Rivero.<br />
cos españoles, cuyos giros son<br />
frecuentemente materia pegadiza<br />
en la pluma <strong>de</strong> nuestro escritor.<br />
De ahí el agrado con que<br />
se leen unos ensayos que tienen,<br />
a<strong>de</strong>más, en no pocas ocasiones,<br />
el atractivo <strong>de</strong> lo que es curioso<br />
por remoto y peregrino. Al en*<br />
trar por escondidos rincones <strong>de</strong><br />
la vida española <strong>de</strong> los siglos xvi<br />
o xvn, Amessua airea pormenores<br />
y vestigios, o fértiles hallazgos,<br />
con una elegancia que es<br />
también una reliquia <strong>de</strong>l pasado.<br />
Por eso es <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear que estos<br />
trabajos, guardados como en vitrina<br />
en los altos y severos volúmenes<br />
<strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Investigaciones,<br />
<strong>de</strong>sciendan <strong>de</strong> ellos y<br />
se difundan en colecciones divulgadas,<br />
que corriendo <strong>de</strong> mano<br />
«ETUDES»: NUEVAS REVISTAS<br />
FRANCESAS.<br />
N el número <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> la revisla<br />
<strong>de</strong> los padres jesuítas<br />
franceses, Elu<strong>de</strong>s, André Bíanchet<br />
alu<strong>de</strong> a la aparición <strong>de</strong> tres nuevas<br />
revistas que acaban <strong>de</strong> nacer<br />
en París: Parisienne, Lettres Ñauveíles<br />
y la Nouveüe Revue Fran-<br />
»or la Real Aca<strong>de</strong>mia<br />
Española. El plazo <strong>de</strong> instancias<br />
finaliza el 31 <strong>de</strong> noviembre<br />
<strong>de</strong> 1954.<br />
T OS famosos premios Pulilzer<br />
•*•"* norteamericanos han sido<br />
concedidos esle año a los siguientes<br />
escritores <strong>de</strong> aquel<br />
país: al novelista Ernest Hemngway,<br />
por su obra «El anciano<br />
y el mar»; al escritor George<br />
Dangerfield, por su libro <strong>de</strong> historia<br />
<strong>de</strong> los Estados Unidos «La<br />
época <strong>de</strong> los buenos sentimientos»;<br />
a David J. Mayswm, por<br />
una biografía <strong>de</strong> Edmund Pen<strong>de</strong>iton,<br />
y al poeta McLeish, por<br />
su libro «Poemas escogidos».<br />
£ motivo <strong>de</strong> la I Exposi-<br />
^•^ ción Internacional <strong>de</strong> Artesanía<br />
se han convocado seis premios<br />
para artículos publicados,<br />
dotados, respectivamente, con<br />
2.500, 2.000, 1.500, 1.000, 750<br />
y 500 pesetas, sobre temas artesanos<br />
que tengan alguna relación<br />
con dicha exposición. Se<br />
conce<strong>de</strong>rán también otros tres<br />
premios <strong>de</strong> 3.000, 2.000 y 1.000<br />
pesetas a las mejores colecciones<br />
<strong>de</strong> artículos sobre el mismo<br />
tema. Los trabajos <strong>de</strong>ben enviarse<br />
a la Delegación Nacional<br />
<strong>de</strong> Sindicatos, Alfonso XII, 34,<br />
en ¡a primera quincena <strong>de</strong> junio,<br />
y por duplicado.<br />
T A Feria Internacional <strong>de</strong>l<br />
Campo ha convocado un interesante<br />
concurso <strong>de</strong> fotografías<br />
sobre temas <strong>de</strong> agricultura,<br />
gana<strong>de</strong>ría o industrias <strong>de</strong>rivadas.<br />
Se conce<strong>de</strong>rán tres premios<br />
<strong>de</strong> 3.000, 2,000 y 1.000 pesetas a<br />
las mejores colecciones <strong>de</strong> fotografías,<br />
y otros treB <strong>de</strong> 3.000,<br />
2.000 y 1.000 pesetas a las mejores<br />
fotografías aisladas. Kl<br />
plazo <strong>de</strong> admisión finaliza el 30<br />
<strong>de</strong> mayo, y las fotografías <strong>de</strong>ben<br />
enviarse a la Comisaría <strong>de</strong><br />
la Feria Internacional <strong>de</strong>l Campo<br />
(Huertas, 26, <strong>Madrid</strong>).<br />
IPf AN sido concedidos los premios<br />
Valencia, que costea<br />
aquella Diputación Provincial,<br />
con una cuantía <strong>de</strong> 30.000 pesetas<br />
en tres apartados <strong>de</strong> 10.009<br />
pesetas cada uno, que han correspondido:<br />
Para novela, a la<br />
obra «Volvió la paz», <strong>de</strong> Enrique<br />
Nacher Hernán<strong>de</strong>z, por<br />
unanimidad en el Jurado: teatro,<br />
a Fernando Vizcaíno Casas,<br />
por su comedia «El escultor <strong>de</strong><br />
sus sueños», que obtuvo cuatro<br />
<strong>de</strong> los siete votos <strong>de</strong>l Jurado, y<br />
poesía, a María Beneyto Cuñat,<br />
por su libro «Criatura múltiple»,<br />
que obtuvo también cuatro<br />
votos.<br />
€& E convoca el Premio Zaragozi<br />
para la mejor monografía<br />
fiobre «Historia <strong>de</strong>l teatro<br />
en Zaragoza». Instancias,<br />
hasta el 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />
1953 («B. O. P. <strong>de</strong> Zaragoza»<br />
<strong>de</strong> 8-4-53).<br />
T A Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas<br />
*" Artes convoca el Premio<br />
Fiesta <strong>de</strong> la Raza, consistente<br />
en medalla <strong>de</strong> ero y título correspondiente<br />
pa; r a la mejor monografía<br />
sobre el tema «La pintura<br />
durante el siglo xix en una<br />
<strong>de</strong> las Repúblicas hispanoamericanas».<br />
El piaz© <strong>de</strong> admisión<br />
termina el 1 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1953.<br />
T A Dirección General <strong>de</strong> Ma-<br />
-""•^ rrueeos y Colonias y el Instituto<br />
ele Estudios Africanos ha<br />
convocado los premios, África<br />
<strong>de</strong> periodismo y literatura para<br />
1953. Se otorgarán premios <strong>de</strong><br />
5.000, 3.000, 2.500, 1.500 y 500<br />
pesetas a las cinco mejores colecciones<br />
<strong>de</strong> artículos <strong>de</strong>dicados<br />
a divulgar la labor <strong>de</strong> España<br />
en África y publicados <strong>de</strong>l I -ríe<br />
noviembre <strong>de</strong> 1952 al 20 <strong>de</strong> novieroim;<br />
<strong>de</strong> 1953. Dos premios,<br />
<strong>de</strong> 2.500 y 2.000 pesetas;, para<br />
las publicaciones periódicas,<br />
diarios o revistas, o emisoras no<br />
especializadas que hayan <strong>de</strong>dicado<br />
piavof ¡Mención a los temas<br />
africanistas. Un premio <strong>de</strong><br />
25.000 pesetas al mejor estudio<br />
histórico inédito <strong>de</strong> autor español<br />
sobre el tema «El Reino <strong>de</strong><br />
Granada y sus relaciones con el<br />
norte <strong>de</strong> África». El plazo <strong>de</strong><br />
admisión <strong>de</strong> trabajos finaliza el<br />
1 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>l presente año<br />
en la Dirección General <strong>de</strong> Marruecos<br />
y Colonias.<br />
¡O 1 A sido concedido el premio<br />
di 1 werioHisrao «Abril. 1953»<br />
al escritor don Salvador PanJker.<br />
]PfA sido concedido el Premio<br />
Internacional Venezia-<br />
L'Europeo, donado con cinco<br />
millones <strong>de</strong> liras, al escritor<br />
Riccardo Bacchelli, <strong>de</strong> sesenta y<br />
dos años.