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LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS LETRAS - Ateneo de Madrid

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<strong>LAS</strong> <strong>IDEAS</strong>, <strong>EL</strong> <strong>ARTE</strong> Y <strong>LAS</strong> <strong>LETRAS</strong><br />

EN E8T E<br />

NUMERO:<br />

• R<strong>EL</strong>EYENDO <strong>EL</strong><br />

PROLOGO DE ME-<br />

NENDEZ PIDAL,<br />

¡'. por Rafael Gatnbra,<br />

• LA CARRERA PO-<br />

LÍTICA D<strong>EL</strong> GENE-<br />

*•%• RAL DE GAULLE,<br />

por Mañano Daranas.<br />

^ • SUEZ EN £A RU-<br />

| ; TA DE ORIENTE,<br />

\ por Gonzalo <strong>de</strong> Benito,<br />

I•••'• LA LECCIÓN DE<br />

í "PIÓ CID",<br />

i ' por Sebastián Juan<br />

¡1 Arbó.<br />

• UN SÁBADO SI<br />

, ^ Y OTRO NO,<br />

_ por Juan Fernán<strong>de</strong>z<br />

Figueroa.<br />

4 ' , '' .<br />

• MONICA,<br />

cuento, por José María<br />

'- ' SanenesrSUva.<br />

• <strong>ARTE</strong>, CINE, Mü-<br />

, SICA, POESÍA.<br />

23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1953<br />

Núm. 35<br />

5 PESETAS


SUSCRtPCIONíS<br />

Trimestral 29 pesetas<br />

Semestral. 57 • »<br />

Anual 113 *<br />

Extranjero: Anual 140— --»—<br />

PHIECaON, REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN: PRADO, 21 - Teléfono 21 28 65ferior<br />

a la que nos e* habitual.<br />

PUBLICIDAD: José Antonio, 62-Teléfono 22 26 29<br />

REVISTA DE LOS ATENEOS DE ESPAÑA<br />

AÑO II - NÜM. 35 - MAND, 23 DE MATO DE 1953<br />

Don José Ortega y Gasset ha cumplido hace pocos días los setenta años<br />

Su ancianidad, venerable cerno todas, tiene limpiamente el respeto <strong>de</strong> ATENEO<br />

revista cuya lucha por abrir campo más amplío a la preocupación por la cultura<br />

en la sociedad española, es muy semejante a algunas <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s que<br />

don José Ortega y Gasset realizó con brillantez en tiempos peores.<br />

Quienes habitualmente trabajamos en ATENEO no estamos <strong>de</strong> ninguna<br />

manera en el número <strong>de</strong> los que, organizando ruido en torno a Ortega y Gasset,<br />

airean cuestiones artificiales con ocasión <strong>de</strong>l homenajeado. Per eso nuestras<br />

palabras tienen, entre algunos otros valores, el <strong>de</strong> la sinceridad.<br />

Bien distintas la persona y la obra <strong>de</strong> Ortega y Gasset, ésta está ahí en seis<br />

gran<strong>de</strong>s tomos, en los cuales —como en los <strong>de</strong> todo el mundo que haya trabajado<br />

y alcanzado los setenta años— hay <strong>de</strong> todo: inadmisbles actitu<strong>de</strong>s como<br />

la <strong>de</strong>l «Delenda est Monarch'a» y la <strong>de</strong>l «Yo no soy católico», y gran<strong>de</strong>s, aciertos<br />

y servicios como los esfuerzos por generalizar el gusto <strong>de</strong> la belleza., el aprecio<br />

<strong>de</strong> la cultura y el honor <strong>de</strong> la filosofía. Vida, en suma, mucho más llena que<br />

la <strong>de</strong> casi todos sus contemporáneos; llena <strong>de</strong> responsabilida<strong>de</strong>s también. Pero<br />

no es <strong>de</strong> éstas ahora <strong>de</strong> las que toca hablar.<br />

Al llegar a los setenta años, don José Ortega y Gasset habrá cesado como<br />

titular <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> Metafísica <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, titulo que seguía<br />

teniendo a pesar <strong>de</strong> su voluntaria separación <strong>de</strong> la docencia diaria, como una<br />

atención personal ininterrumpida <strong>de</strong>l Estado español, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento<br />

mismo en que terminó nuestra guerra. En el <strong>Ateneo</strong>, dio Ortega y Gasset, <strong>de</strong><br />

modo resonante, las primeras conferencias públicas que pronunció a su regreso<br />

a España; antes había dado también otras muchas, 0<br />

Sin beaterías ninguna —que es indicio <strong>de</strong> vaciedad propia—, sin acrimonia<br />

—que es seña! <strong>de</strong> almas hirsutas— y mucho menos sis la zafiedad <strong>de</strong> usarle<br />

como pretexto, ATENEO señala el hecho ímportaute <strong>de</strong> haber cumplido los<br />

setenta años un español que ha adquirido en España <strong>de</strong>stacada notoriedad,,<br />

NOTA DE LA REDACCIÓN<br />

Por <strong>de</strong>ficiencias en el suministro fie papel no? liemos visto<br />

obligados a utilizar en el presente numero, uno <strong>de</strong> calidad in-<br />

L na vez superada? e¿ta» dificulta<strong>de</strong>s, los números -tice?ivos<br />

seguirán siendo presentador en el papel que veníamos utili-<br />

zando,<br />

LUIS PONCE DE LEÓN Y JUAN FERNANDEZ<br />

FIGUEROA COMIENZAN SU COLABORA<br />

CION EN "ATENEO"<br />

EN esté mismo número toman<br />

puesto entre nosotros dos jóvenes<br />

y magníficos escritores: Luis<br />

Ponce He León y Juan Fernán<strong>de</strong>z<br />

Figueíoa.<br />

Luis Ponce ele León tendrá a su<br />

cargo la sección <strong>de</strong> cine. £1 cine<br />

es para ver; pero no todos saben<br />

ver bien e] cine. Ponce <strong>de</strong> Leóa<br />

tiene una mirada aguda y crítica.<br />

Los lectores <strong>de</strong> nuestra revista verán<br />

el cine a través <strong>de</strong> los meta-<br />

fóricos lentes <strong>de</strong> Ponce <strong>de</strong> León,<br />

<strong>de</strong> una manera inédita.<br />

Juan Fernán<strong>de</strong>z Figneroa, director<br />

<strong>de</strong> la revista «índice», escri'<br />

tor pereonaíísímo (y a quien no<br />

queremos <strong>de</strong>dicar roas elogios, por*<br />

que no le hacen falta alguna), comentará<br />

con su original, brillante<br />

y responsable pluma eso que se llama<br />

«vida literaria» <strong>de</strong> cada qttinrena.<br />

<strong>EL</strong> ESCORIAL ;N0 ES HERRERIANO?<br />

"El estilo herreriano queda muerto." Así sentencia el señor<br />

Portábales Pichel en su Hbro, recién aparecido, "Maestros, arquitectos<br />

y aparejadores <strong>de</strong> El Escorial". Según, pues, eT señor<br />

Portábales, el estilo herreriano no es <strong>de</strong> Herrera y/ por tanto, ni<br />

siquiera <strong>de</strong>bería hablarse <strong>de</strong> herreriano estilo,<br />

"EC estilo <strong>de</strong> Herrera es el estilo <strong>de</strong> Juan Bautista <strong>de</strong> Toledo...<br />

Luego, el estilo ds Herrera... no pasa <strong>de</strong> ser un tópico. No existe."<br />

Esto es ío que afirma también ei señor Astrana Marín, ilustre<br />

prologuista <strong>de</strong>l Tibro <strong>de</strong> Portábales,<br />

A uste<strong>de</strong>s, eruditos, arquitectos, lectores en general., ¿qué les<br />

parece eso?


R<strong>EL</strong>EYENDO <strong>EL</strong> "PROLOGO"<br />

* DE MENENDEZ PIDAL<br />

POR<br />

RAFA<strong>EL</strong> GAMBBA<br />

EMOS releído, en la nuera edición argentina revisada<br />

H por el autor, el ya histórico «Prólogo a la Historia <strong>de</strong><br />

España», <strong>de</strong> don Ramón Menén<strong>de</strong>z Pidal. . . „<br />

¡Cómo brillan en estas páginas la sencillez y sobriedad<br />


á~*UANDO recientemente él Car<strong>de</strong>nal<br />

Ottaviani pronunció su resonante<br />

conferencia sobre relaciones entre la<br />

i c/lesia y el Estado, ¿ por qué nadie<br />

ha traído a cuento el libro <strong>de</strong>l profesor<br />

Leopoldo Palacios sobre «El mito <strong>de</strong> la<br />

Sueva Cristiandad»! El Car<strong>de</strong>nal elogió<br />

a España, y esto es grato en extremo;<br />

pero menguado será el espíritu religioso<br />

<strong>de</strong> quien no vea en las autorizadas<br />

palabras <strong>de</strong> Roma otra cosa que<br />

una confirmación <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s temporales<br />

y profanas, por nobles y elevadas<br />

que sean. Son algo más, una doctrina<br />

permanente.<br />

OMO dice un teólogo —Dieckmann— la<br />

C verdad religiosa es inminentemente<br />

eclesiástica, o lo que es lo mismo, la administra<br />

la Iglesia, a diferencia <strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>s<br />

físicas, matemáticas o biológicas. Merced<br />

a una impregnación <strong>de</strong> naturalismo,<br />

cuya progenie hay que buscarla en la-Reforma,<br />

muchos católicos se muestran harto<br />

<strong>de</strong>sligados <strong>de</strong>l magisterio eclesiástico y olvidan<br />

todo lo que sintetiza la afirmación<br />

<strong>de</strong> Dieckmann. Y lo cierto es,.como sostenía<br />

el car<strong>de</strong>nal Mercier, (una <strong>de</strong> las principales<br />

figuras <strong>de</strong> la Iglesia contemporánea),<br />

que lo importante es crearse interiormente<br />

un espíritu verda<strong>de</strong>ramente cristiano y católico:<br />

cristiano por la conformación con<br />

el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> que Cristo es ejemplo;<br />

católico, por la dócil y fiel adhesión al<br />

principio <strong>de</strong> autoridad.<br />

Este principio <strong>de</strong> autoridad es ttna noción<br />

<strong>de</strong>svaída, cuando no completamente<br />

evaporada <strong>de</strong> la mente <strong>de</strong> "muchos creyentes.<br />

No obstante, si bien se mira, nada más<br />

lógico, pues nadie admite ni teórica ni<br />

prácticamente una Medicina, un Derecho<br />

o una Ingeniería sin sus autorida<strong>de</strong>s, y<br />

a veces la susceptiblidad dogmática <strong>de</strong><br />

quienes las representan es snperiatíva. Para<br />

e! católico consciente; el Estado, la Sociedad<br />

y la convivencia no han <strong>de</strong> montarse<br />

sobre un pensamiento <strong>de</strong> mayor o menor<br />

agu<strong>de</strong>za e ingenio, que simplemente no<br />

STIANO O ESTADO CONFESIONAL CATÓLICO?<br />

NOTA DE LA REDACCIÓN.—ATENEO, qae con el comentario inserto en esta<br />

página plantea un tema doctrinal <strong>de</strong> vivísimo interés histórico, se propone ofrecer<br />

a sus lectores en uno <strong>de</strong> sos próximos números una importante encuesta sobre<br />

la auténtica concepción católica <strong>de</strong> la Cristiandad en este siglo y en cualquier<br />

otro. ¿Cuáles <strong>de</strong>bes ser las características esenciales <strong>de</strong> la Cristiandad? Pue<strong>de</strong> concebirse<br />

la Cristiandad no en cnanto conjunto <strong>de</strong> cristianos, sino en cuanto or<strong>de</strong>n<br />

temporal <strong>de</strong> historia y cultura sin Estados «formalmente cristianos», confesionales?<br />

¿Pue<strong>de</strong> hacerse <strong>de</strong> algo acci<strong>de</strong>ntal y negativo la tolerancia y aconfesionaBdad,<br />

el principio especificativo <strong>de</strong> la Cristiandad, como lo hace Maritain? Someteremos<br />

un cuestionario más concreto a numerosos y prestigiosos pensadores religiosos<br />

y seglares, a quienes <strong>de</strong> antemano ATENEO agra<strong>de</strong>ce su colaboración.<br />

contradiga los principios fundamentales <strong>de</strong><br />

la fe, sino <strong>de</strong> modo concreto y positivo sobre<br />

la enseñanza eclesiástica.<br />

Y ocurre que la secularización progresiva<br />

<strong>de</strong>l pensamiento y las costumbres hm creado<br />

un ambiente eo que resulta temeroso<br />

afirmar rotundamente esta adhesión a ia<br />

verdad, tal como la Iglesia la formula. Todavía<br />

cuando la verdad se refiere al llamado<br />

problema social es frecuente que el respeto<br />

humano haga estragos. Al fin y al cabo<br />

se trata <strong>de</strong> problemas que afectan al sent<br />

imiento; problemas humanos —«<strong>de</strong> humanidad»<br />

suele llamárselos— en que pue<strong>de</strong><br />

coincidirse, grosso modo, con personas ajenas<br />

y aun opuestas a la fe en que la filantropía<br />

sin religión adopta acaso formas que<br />

externamente se confun<strong>de</strong>n con la cañad.<br />

Pero otro es el problema cuando el magisterio<br />

eclesiástico pane límites a algunas liberta<strong>de</strong>s,<br />

proclama principios generales <strong>de</strong><br />

verdad y saber o explica criterios sobre el<br />

amor o la enseñanza. Entonces se apo<strong>de</strong>ra<br />

<strong>de</strong> imnumerables catolices un vivo temor<br />

a ser tenidos por anacrónicos e insensibles<br />

a la altara <strong>de</strong> los tiempos. En otras palabras:<br />

tratan <strong>de</strong> atenuar la verdad, porque<br />

no creen <strong>de</strong> todo en ella o porque creyendo<br />

sienten rubor <strong>de</strong> confesarla- Digámoslo claramente:<br />

se avergüenzan <strong>de</strong> la Iglesia, como<br />

San Pedro se avergonzó <strong>de</strong>l Maestro.<br />

Por otra parte, se revuelven contra el que<br />

no siente tales reparos, llamándole intransigente,<br />

intolerante, exclnyente, enemigo<br />

<strong>de</strong> la convivencia. Por gran<strong>de</strong> que<br />

sea la naturalidad y sencillez con qae se<br />

invoque el pensamiento pontificio, el resultado<br />

es siempre el mismo: la burla o el<br />

<strong>de</strong>sdén. Cuando <strong>de</strong> -discutir se trata, por<br />

mesurada y correcta qae sea la forma, el<br />

que sin rebozo se sitúa al lado <strong>de</strong> una Encíclica<br />

—menos «brillante» y sugestiva, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

luego, que un ensayo <strong>de</strong>l 08— ya sabe por<br />

a<strong>de</strong>lantado que pier<strong>de</strong>, aun en el mejor <strong>de</strong><br />

los casos —fácil palabra, pulcra y rigurosa<br />

forma— una buena parte <strong>de</strong>l prestigio que<br />

le granjearía la exposición <strong>de</strong> la ultima novedad<br />

filosófica o una ingeniosa y arbitraria<br />

interpretación <strong>de</strong> lo que sea. Una cita<br />

<strong>de</strong> un Papa suele ser tomada por estos católicos<br />

como una excomunión. Pero no se concibe<br />

hablar <strong>de</strong> ciertas cosas en ningún terreno<br />

sin traer argumentos <strong>de</strong> autoridad, y<br />

una <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s más traedizas para<br />

un católico son los Papas. Tanto, que el sólo<br />

afirmarlo nos hace pensar en Perogrullo.<br />

Estas reflexiones nos la sugiere el citado<br />

librito —sabio y pulquérrimo—- en que el<br />

profesor Palacios, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />

ha expuesto, sin respeto humano <strong>de</strong><br />

ningún género, —o lo que es lo mismo, con<br />

un cristianismo acendrado que no se paga<br />

<strong>de</strong>l mundo ni <strong>de</strong>l que dirán— la doctrina<br />

sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado,<br />

en forma ortodoxa y tradicional, que<br />

impugna la más audaz e insegura <strong>de</strong> Jacques<br />

Maritain, filósofo y escritor francés <strong>de</strong><br />

mucho más peso, eso sí, que el que le otorgan<br />

los que creen que el pensamiento <strong>de</strong> un<br />

Unamnno, por ejemplo, revela mayor hondura<br />

y capacidad metafísica que el <strong>de</strong> este<br />

seguidor <strong>de</strong> Aristóteles y Santo Tomás.<br />

El silencio sobre Maritain es sospechoso.<br />

Es nna nueva muestra <strong>de</strong>l espirito mundanal<br />

<strong>de</strong> algunos cristianoscatóncos, puesto<br />

que a la postre —y pese a sus errores—<br />

Maritain estudia gravemente y sin frivolidad<br />

cuestiones que a otros más bien brindan<br />

motivos <strong>de</strong> acreditar su capacidad literaria,<br />

su arte <strong>de</strong> ingenio. Al combatir a<br />

Maritain. Pa'a'jios acredita su preocupación<br />

sustancialmente católica por lo mas altos<br />

problemas <strong>de</strong> la religión, la sociedad y el<br />

Estado. (Y lo acredita lo mismo en cuanto 1<br />

contradictor y <strong>de</strong>belador <strong>de</strong> errores <strong>de</strong>l<br />

filósofo que en cuanto apreciador y estimador<br />

<strong>de</strong> una obra que tiene extraordinaria<br />

influencia en Europa y América.) Uno <strong>de</strong><br />

los modos más eficaces <strong>de</strong> otorgar una<br />

pensador el valor que tiene es combatirle<br />

(ion<strong>de</strong> y como Palacios lo ha hecho: en<br />

España, país cuya Universidad apenas le<br />

había dispensado atención; y en un estudio<br />

al que podrán hacerse reparos, pero al que<br />

nadie podrá negar rigor, penetración y beileza.<br />

«Toda la obra <strong>de</strong> Maritain —dice Leopoldo<br />

Palacios— está regida por el intento<br />

<strong>de</strong> pertrechar al cristiano <strong>de</strong> una sólida armadura<br />

<strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y conceptos que le permitan<br />

sostenerse en los conflictos existenciaíes<br />

<strong>de</strong> nuestra pobre tierra, hoy más que<br />

nunca sometida a la disolución y a la ruina».<br />

En «El mito <strong>de</strong> la Nueva Cristiandad»<br />

apren<strong>de</strong>rán muchos —los jóvenes en especial—<br />

problemas y soluciones <strong>de</strong> ahora y <strong>de</strong><br />

siempre. Que el hombre sea un ser histórico<br />

no excluye su inmutable naturaleza. Los<br />

niños han amado siempre aman y amaran<br />

los juguetes, pero los juguetes adoptan<br />

formas múltiples y se Tsnuevan sin cesar.<br />

Lo que importa a la juventud española<br />

es poseer con claridad algunos principios<br />

con que regir su conducta en or<strong>de</strong>n a sí<br />

misma, a la patria y al mundo. Y apren<strong>de</strong>r<br />

a ser hombres <strong>de</strong> tma pieza: a no avergonzarse<br />

<strong>de</strong> su creencia no ya como puramente<br />

religiosa y privada, sino como inspiradora<br />

<strong>de</strong> una concepción en que se apoyen para<br />

agitarse y ser a la vez tranquilos. Para rebuscar<br />

incansablemente, pero no para dudar<br />

<strong>de</strong> iodo.<br />

El valor <strong>de</strong> las <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong>l Cár<strong>de</strong>na<br />

Ottaviani -—maestro, a<strong>de</strong>más, en Derecho<br />

Público Eclesiástico— da nueva actualidad<br />

al libro <strong>de</strong>l profesor Palacios, libro muy <strong>de</strong><br />

nuestro tiempo para todo espíritu católico<br />

que no profese str creencia; dando más ds<br />

lo <strong>de</strong>bido al esteticismo, al sentimentalismo,<br />

al romanticismo. ¡Que enorme dosis <strong>de</strong> romanticismo<br />

trasnochado en tantos espíritus<br />

que creen poseer el secreto <strong>de</strong> la actualidad.


ft' A conmemoiacíc'n d:;í trágico acontecí-<br />

*^ miento Que fue el fía <strong>de</strong> una civilización<br />

<strong>de</strong>slumbradora, hermana mayx>r di? la<br />

nuestra, es momento propicio para evocar,<br />

ea primer lugar, los aspectos puramente externos<br />

<strong>de</strong> esta civilización fascinante, en<br />

muchos puntos' también maestra nuestra. Pero<br />

la fecha memorable quí <strong>de</strong> modo tajante<br />

produjio ía mjs profunda escisión eníre las<br />

dos partes <strong>de</strong> Ja cristiandad, que;- si bien<br />

ya entonces no representaba un todo cultura]<br />

y político, tampoco carecía di? Ja fundamental<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Ja unidad, nos incita, ante<br />

t^do, a reflexionar sobre >:sta unidad <strong>de</strong><br />

Europa y <strong>de</strong>l mundo, el máximo anhelo <strong>de</strong><br />

nuestros días. La historia d-ll Imperio Bizantino<br />

no es otra cosa que la ccotinuacHh<br />

<strong>de</strong> la historia <strong>de</strong>l Imperio romano, o<br />

mejor dicho, es sólo la part- dtíl Imperio romano<br />

orientada hacia el Este y organizada<br />

sobre los principios cristianos 1 . Bajo este<br />

aspeetc- <strong>de</strong> unidad y continuacicín <strong>de</strong>be estudiarse<br />

la función <strong>de</strong> Constantinopla.<br />

La jegisiacicii romana <strong>de</strong>l siglo primero<br />

dio al Imperio la unidad <strong>de</strong> administración,<br />

pero no logró unificar •;! espíritu oriental,<br />

helenístico, m's inclinado a ¡la especulad ííi,<br />

v el latino, más practico. Las dos ipartes <strong>de</strong>l<br />

Imperio nunca se fundieron <strong>de</strong>l todo en una<br />

unidad. La parte oriental era m's rica y<br />

más civilizada. Con eí tiempo se manifestaron<br />

también cada vez mas 1 patentes, diferencias<br />

étnicas entre k parte o-rientat y la<br />

occi<strong>de</strong>ntal. Por eso Ja prinrra división <strong>de</strong>l<br />

Imperio por Diocleciano no fue ün capricho<br />

<strong>de</strong>l emperador, sino la sanción <strong>de</strong>l estado<br />

real <strong>de</strong> cosas. E¡ traslado <strong>de</strong> la capital a<br />

las orillas <strong>de</strong>l Bosforo fue d acto final <strong>de</strong><br />

un 'largo proceso empezado ya bajo Diocleciano,<br />

y que se impuso como consecuencia<br />

<strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> hecho.<br />

Constantino, al trasladar Ja capital a!<br />

Oriente, no quiso oriental/zarJa, sino impedir<br />

3a <strong>de</strong>sunión. No conocemos, naturalmente,<br />

con exactitud 1 Jas auténticas intenciones<br />

<strong>de</strong>l emp rador, pero el modo en que organizó<br />

¡a nueva capital nos autoriza a suponer<br />

que él, con la capital en d Oriente,<br />

pret ndía contribuir a ja mayor cohesión <strong>de</strong><br />

ías dos partes <strong>de</strong>l gigantesco Estado. Ya el<br />

mismo fundadicr -ht consi<strong>de</strong>raba como Nueva<br />

Roma, y sus habitantes, iguaí qu? los ciudadanos<br />

<strong>de</strong>l imperio, se Mamaban con or-<br />

. suító romanos. Esta i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r a la<br />

antigua capital •:« el Tíber tuvo s*u expresión<br />

formail en Ja casi idéntica construcción<br />

<strong>de</strong> la ciudad —sobre siete colinas y dividida<br />

en catorce distritos—>, y en la misma organización<br />

tuvo su S:nado y otras instituciones<br />

romanas. Sus habitantes-, entre los<br />

cuales hay machas familias trasladadas ée<br />

Rema, gozan <strong>de</strong> todos Tos privilegios db los<br />

«nfiguos romanos, viven bajo Jas leyes romanas<br />

y ha&Iart Jatfh. Todo esto tenía que<br />

garantizar la supervivencia <strong>de</strong> la ronranidad.<br />

Sólo hay una diferencia principa! entre<br />

ia primera y segunda Roma: CfcnstantmopJa<br />

tuvo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los mismos comí nzos na<br />

marcada carácter cristiano. Pero ei proceso 1<br />

histórico durante los siglos siguíeor s <strong>de</strong>raostrS<br />

que todas esas medidas y buenas<br />

intenciones no sjrvi ron pata nada. Bizancío<br />

no tuvo fberías pata salvaguardar ía<br />

unidad' <strong>de</strong>í Imperio, mientras Roma, <strong>de</strong>gradada<br />

y postergada, insurgió <strong>de</strong> nuevo y<br />

asumió el paper <strong>de</strong>l centro espírituaf <strong>de</strong>F<br />

mundo occi<strong>de</strong>ntal que ie Babia sido arisvba'ado.<br />

Expisesfá s iss ava-Iancnas <strong>de</strong> loy pueblos<br />

birlaros. Roma pronto sucumbió, y sobre las<br />

ruinas <strong>de</strong>l Imperio Occi<strong>de</strong>ntal s? levantaron!<br />

tuinas <strong>de</strong>l Imp;tíio occi<strong>de</strong>ntal se levantaron 1<br />

nuevos Estados. Pera persistís la unidad espiritual<br />

que


LA CARRERA POLÍTICA D<strong>EL</strong> GENERAL DE GAULLE<br />

'O se retira <strong>de</strong> la política el «Teñera!<br />

De GauBe, pero licencia a sos haes<br />

tes parlamentaría?, y si no estrecha<br />

la mano qee le retira doía Leonor.<br />

hace que sean sus diputados, y no ¿1,<br />

quienes recibas las calabazas <strong>de</strong>t cuerpo<br />

electoral. Desautorizado por los votantes,<br />

que a la hora <strong>de</strong> renovar los Municipios<br />

le negaron su confianza, prefiriendo los<br />

candidatos <strong>de</strong>l in<strong>de</strong>pendiente Pinay a los<br />

sayos, disuelve a su graso parlamentario<br />

y le probibe que funcione como tal.<br />

sin perjuicio <strong>de</strong> que el partido (R. P. F.<br />

3= rassemblemeot populaire francaise)<br />

subsista y persevere en una acción que si<br />

basta .añora gravitó en el área mis ortodoxa<br />

<strong>de</strong> la jurispru<strong>de</strong>ncia constitucional,<br />

en a<strong>de</strong>lante eludirá la atmosfera parlamentaria<br />

y legislativa. Ea so número <strong>de</strong>l<br />

7 <strong>de</strong> mayo, el diarto "Paris-Presse" recogió,<br />

bajo el malo "Malestar entre los<br />

parlamentarios <strong>de</strong>l grupo"* las reacciones<br />

que experimentaron los diputados <strong>de</strong>gau-<br />

Histas ante ía reciente <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> su jefe.<br />

La opinión <strong>de</strong>l señor Dietbeflm, presi<strong>de</strong>nte,<br />

es embarazosa. No dice ni que<br />

está contento ni que se siente disgustado.<br />

Sousteüe, diputado conspicuo, exclama:<br />

M No quiero respon<strong>de</strong>r nada." El señor<br />

Vatio» aprueba la actitud <strong>de</strong>l general,<br />

y el señor Prelot no vadla en expresar<br />

su disgusto, "En primer lugar<br />

—ha respondido—, el general De Gaalte<br />

<strong>de</strong>bió comunicarnos so resolución antes<br />

<strong>de</strong> hacerla pública. En segundo término,<br />

mucho antes le hablamos planteado el<br />

dilema <strong>de</strong> que, o se sentara entre nosotros<br />

en la Cámara para capitanearnos,<br />

o que nos <strong>de</strong>jara en libertad <strong>de</strong> acción,<br />

a<strong>de</strong>lantando la medida que acaba <strong>de</strong><br />

adoptar. Pero entonces el general no optó^<br />

ni por una cosa ni por la otra."<br />

"Dando un |K»co <strong>de</strong> marcha atrás, impongamos<br />

al lector <strong>de</strong> los elementos <strong>de</strong><br />

juicio indispensables al conocimiento <strong>de</strong><br />

la situación actual. Cuando De Gautle fue<br />

eliminado <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r por la conjunción<br />

<strong>de</strong> las fracciones más numerosas <strong>de</strong> la<br />

Cámara {los comunistas y los M. R. S.,<br />

neocatólicos) fundó ttn partido que, reclutando<br />

a franceses <strong>de</strong> cualesquiera proce<strong>de</strong>ncias<br />

i<strong>de</strong>ológicas, incluso socialista,<br />

bajo la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la reforma constitucional,<br />

tiiunfó en sucesivos comicios,<br />

aunque no lograra la mayoria absoluta.<br />

Le quedaban al jefe <strong>de</strong> la antigua resistencia<br />

dos caminos:


N estos días, la prensa nos recuerda<br />

E diariamente la disputa angloegipcia<br />

sobre el canal, <strong>de</strong> Suez.<br />

Su gravedad la incluye en los cuatro<br />

puntos <strong>de</strong> fricción —Corea, Indochina,<br />

persia y Suez—, que, situados en Oriente,<br />

amenazan romper el ya por bastantes<br />

motivos <strong>de</strong>licado equilibrio <strong>de</strong> la situación<br />

internacional. Prueba <strong>de</strong> ello es<br />

que Egipto es quizá la más importante<br />

etapa <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong>l secretario <strong>de</strong> Estado<br />

<strong>de</strong> Estados Onidos, Poster Dulles.<br />

No parece por ello inoportuno <strong>de</strong>dicar<br />

algún espacio a recordar las razones<br />

por las que es <strong>de</strong> tan vital interés<br />

para las naciones el dominio <strong>de</strong> esía<br />

vía <strong>de</strong> comunicación marítima; razones<br />

repetidamente expuestas y comentadas,<br />

y que por eso mismo <strong>de</strong>generan<br />

a veces en el lugar común o auedan<br />

ocultas ante el interés político dominante<br />

en el momento; pero que tienen<br />

raíces <strong>de</strong> insospechada permanencia,<br />

basadas en la geografía, con su lógica<br />

repercusión en la estrategia, que se pone<br />

hoy mas <strong>de</strong> relieve a causa <strong>de</strong> la<br />

mayor extensión que los nuevos medios<br />

<strong>de</strong> comunicación y transporte proporcionan<br />

a las activida<strong>de</strong>s bélicas.<br />

No es el Canal, brillantemente inaugurado<br />

por Eugenia <strong>de</strong> Montijo en 1869,<br />

el único factor que ha dado importancia<br />

a la zona en que esta situado; existen<br />

claras razones geográficas que la<br />

valorizan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mas remota antigüedad.<br />

La ruta <strong>de</strong> las Indias por el istmo <strong>de</strong><br />

Suez es la que une el continente asiático<br />

con el africano, que constituyeron<br />

por sí solos, durante siglos, el conjunto<br />

<strong>de</strong>l mundo civilizado. Mas tar<strong>de</strong>, trasladado<br />

a Occi<strong>de</strong>nte el centro <strong>de</strong> la civilización,<br />

esta misma ruta lo unió con<br />

la reserva <strong>de</strong> riqueza oriental.<br />

La estructura geográfica maciza <strong>de</strong><br />

África, con su inmensa faja <strong>de</strong>sértica<br />

en el sentido <strong>de</strong> los paralelos, obliga a<br />

orientar la circulación en sentido Norte-Sur,<br />

en el que está facilitada por dos<br />

líneas <strong>de</strong> fractura: la <strong>de</strong> los lagos africanos<br />

y la que permite al Indico penetrar<br />

casi hasta el Mediterráneo. El istmo<br />

<strong>de</strong> Suez marca, pues, un camino natural,<br />

pero obliga a lentas y costosas<br />

caravanas que realicen el transbordo <strong>de</strong><br />

las mercancías a través <strong>de</strong> él <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

mar Rojo al Mediterráneo.<br />

Y si ampliamos estas consi<strong>de</strong>raciones<br />

a un ámbito todavía mas general,<br />

observaremos, según muestra el croquis<br />

adjunto, que las masas continentales<br />

<strong>de</strong> la tierra están abrazadas por un<br />

«ecuador <strong>de</strong> fracturas y <strong>de</strong>presiones»,<br />

jalonado por Smgapur-Suez-Oibraltar y<br />

Panamá, que facilita la circunvalación<br />

marítima <strong>de</strong>l planeta.<br />

Por todo ello, la conveniencia ds facilitar<br />

un paso marítimo a través <strong>de</strong>l<br />

istmo <strong>de</strong> Suez es tan imperiosa y permanente,<br />

que ya P linio dice que Seo-,<br />

sostris I intentó la construcción <strong>de</strong> un<br />

canal en la fabuosa antigüedad <strong>de</strong> dos<br />

mil años antes <strong>de</strong> Jesucristo. También<br />

Herodoto nos habla <strong>de</strong> otro canal unos<br />

seiscientos años antes <strong>de</strong> Jesucristo, y<br />

en la época <strong>de</strong> ía dominación romana<br />

hay, con más seguridad, una realiaactón<br />

que une el Nilo con el mar Rojo.<br />

Mas tar<strong>de</strong> son los árabes los que ponen<br />

otra vez en servicio este mismo<br />

Canal, que queda <strong>de</strong>finitivamente cegado<br />

en el año 765 <strong>de</strong> nuestra era.<br />

La <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los imperios interrumpe<br />

estos esfuerzos, y es Venecia,<br />

la reina comercial <strong>de</strong>l siglo XIV, la que<br />

nuevamente vuelve a acariciar la i<strong>de</strong>a.<br />

Pero el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong><br />

la India por Vasco <strong>de</strong> Gama, ro<strong>de</strong>ando<br />

el cabo <strong>de</strong> Buena Esperanza, hace per<strong>de</strong>r<br />

importancia al Mediterráneo como<br />

vía <strong>de</strong> comunicación.<br />

Pero en el siglo XVIII Francia se<br />

ve sobrepasada por un enemigo marítimo,<br />

Inglaterra, que domina las rutas<br />

oceánicas, a través <strong>de</strong> las cuales obtiene<br />

sus riquezas. Francia piensa que si<br />

logra abrir el paso por Suez y mantenerlo<br />

—cosa más accesible que el dominio<br />

<strong>de</strong>l mar abierto—, infligirá un<br />

rudo golpe a la hegemonía británica y<br />

logrará <strong>de</strong> nuevo la expansión comercial.<br />

Por ello envía al general Bonaparte<br />

con la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> «adueñarse <strong>de</strong> Egipto,<br />

<strong>de</strong>struir las factorías británicas <strong>de</strong>l<br />

mar Rojo, cortar el istmo <strong>de</strong> Suez y<br />

asegurar la posesión <strong>de</strong>l mar Rojo para<br />

la República Francesa».<br />

De todos es conocido el final <strong>de</strong> la<br />

expedición realizada por Napoleón como<br />

consecuencia <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Abukir.<br />

Pero el general recorrió toda la<br />

i»na <strong>de</strong>l antiguo Canal y obtuvo informes<br />

sobre la construcción <strong>de</strong> uno nuevo,<br />

aunque no muy alentadores.<br />

Declarada en 1811 la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> Egipto, se continúan los estudios y<br />

proyectos sobre el Canal, que no se<br />

convierten en realidad por la casi continua<br />

oposición <strong>de</strong> los valís o gobernadores.<br />

Pero en 1854, allanado el camino<br />

por la amistad <strong>de</strong> Lesseps con el valí<br />

Moíiamed Said Pacha, se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> la<br />

construcción sobre el proyecto <strong>de</strong> aquél.<br />

Y en 1863, abierto el Canal, el Mediterráneo<br />

vuelve a ser una zona <strong>de</strong> gran<br />

importancia política y económica. Francia,<br />

anexionándose también Túnez y<br />

Argelia, refuerza su posición estratégica<br />

en el mar latino y las rutas <strong>de</strong> Europa<br />

a India y al Lejano Oriente pasan <strong>de</strong><br />

nuevo por él.<br />

El Canal atrae <strong>de</strong> nuevo el interés <strong>de</strong><br />

Inglaterra—cuyas mas ricas posesiones<br />

están en Asia— hacia el Mediterránea,<br />

y aquella vía <strong>de</strong> comunicación se convierte<br />

en primordial objetivo para Inglaterra,<br />

qug con una hábil maniobra<br />

politicoeconómica resuelve la cuestión,<br />

adquiriendo en 1895 las acciones egipcias<br />

<strong>de</strong>l Canal. Posteriormente, ante el<br />

estado <strong>de</strong> excepción <strong>de</strong> la primera guerra<br />

mundial, Inglaterra anexiona Egipto<br />

a su Imperio, y cuando al terminar<br />

aquélla se le otorga nuevamente la autonomía,<br />

el Sudán queda bajo el dominio<br />

británico y se establece la permanencia<br />

<strong>de</strong> tropas británicas en el<br />

Canal.<br />

No queremos alargar más esta con<strong>de</strong>nsada<br />

reseña histórica, pues creemos<br />

que con lo expuesto es suficiente para<br />

<strong>de</strong>mostrar la permanente importancia<br />

en ía política, en la economía y en la<br />

estrategia mundial <strong>de</strong>l istmo <strong>de</strong> Suez,<br />

primero, y <strong>de</strong> su Canal, <strong>de</strong>spués.<br />

Como dato curioso consignaremos solamente<br />

que en la guerra ítaloabisinia<br />

cruzaron el Canal más <strong>de</strong> medio millón<br />

<strong>de</strong> soldados italianos, y que, al no permitir<br />

el Convenio <strong>de</strong>l Canal una aplicación<br />

<strong>de</strong> las sanciones, se intentó dificultar<br />

su utilización para Italia, aumentando<br />

las tarifas <strong>de</strong> paso y obligándola<br />

a pagarlas en oro.<br />

Y bien presentes están i o s ataques<br />

con dirección al Canal realizados durante<br />

la segunda guerra mundial, en la<br />

que, aun siendo Egipto neutral, sufrió<br />

las consecuencias <strong>de</strong> su semiocupación<br />

por Inglaterra.<br />

Veamos, pues, ahora cuáles son ios<br />

motivos <strong>de</strong> la nueva tensión. Los gobiernos<br />

egipcios han luchado casi permanentemente<br />

contra el ataque a su<br />

soberanía que representa la presencia<br />

<strong>de</strong> las tropas inglesas en la zona <strong>de</strong>l<br />

Canal, que hacen ilusoria la libertad<br />

<strong>de</strong> Egipto en el campo <strong>de</strong> la política<br />

internacional. Pero esta lucha, que ha<br />

sufrido diversas oscilaciones y ha obtenido<br />

progresivas victorias, se recru<strong>de</strong>ció<br />

al terminar la segunda guerra<br />

mundial.<br />

Por una parte, los egipcios consi<strong>de</strong>ran<br />

que las instalaciones <strong>de</strong> Inglaterra<br />

en la zona <strong>de</strong>l Canal son excesivas para<br />

las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>fensivas y constituyen<br />

una verda<strong>de</strong>ra base <strong>de</strong> operaciones<br />

contra Rusia, que compromete su<br />

neutralidad. Por otra, Egipto cree estar<br />

en condiciones <strong>de</strong> asumir por sí<br />

mismo la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la aona contra un<br />

ataque eventual, y estima que en todo<br />

caso a él incumbiría el pedir el refuerzo<br />

preciso, en caso <strong>de</strong> necesidad. Finalmente,<br />

Rusia apoya la actitud egipcia,<br />

pues le interesa en gran manera impedir<br />

al bloque occi<strong>de</strong>ntal que tenga posiciones<br />

que faciliten el envolvimiento<br />

por el Sur <strong>de</strong> su frente europeo. El Cercano<br />

y Medio Oriente es, sin duda, el<br />

talón <strong>de</strong> Aquiles <strong>de</strong>l dispositivo soviético,<br />

tal como se perfila ante una lucha<br />

<strong>de</strong> los dos bloques en presencia.<br />

Po<strong>de</strong>mos resumir, por tanto, que por<br />

parte egipcia se intenta aprovechar la<br />

situación difícil con la que en tantos<br />

puntos se encuentran las naciones occi<strong>de</strong>ntales,<br />

para obtener un natural y<br />

permanente objetivo político, <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

nacional é internacional. Por<br />

parte británica —occi<strong>de</strong>ntal— son, más<br />

que nunca, razones militares las que<br />

prevalecen y aconsejan no confiar a<br />

mano ajena la seguridad <strong>de</strong> una zona<br />

<strong>de</strong> interés vital para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Mediterráneo<br />

y <strong>de</strong> las comunicaciones con<br />

Asía, y que constituye también una<br />

fundamental base <strong>de</strong> reacción contra<br />

un punto sensible <strong>de</strong> un probable agresor.<br />

Tales intereses son difíciles, casi imposibles<br />

<strong>de</strong> conciliar, sin una perdida<br />

<strong>de</strong> soberanía para unos y <strong>de</strong> seguridad<br />

para otros. Una vez más, la Geografía<br />

impone sus condiciones a la estrategia,<br />

y ésta a la política internacional, y<br />

Suez está presente en el momento militar<br />

mundial.<br />

GONZALO DE BENITO


PA LA<br />

ÑOLA<br />

L A T A E N E L T E J A D<br />

t<br />

STA visto que ios escritores no se han puesto nunca <strong>de</strong> acuerdo, famosas<br />

son sus polémicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la éfXKS tíe la poesía juglaresca,, y famosos<br />

son tos "vejámenes" >; /usías poéticas <strong>de</strong> nuestro Sigio <strong>de</strong> Oro, que<br />

más <strong>de</strong> «na ve£ costaron sangré. ¿Acaso en nuestros dias —que nunca Mega<br />

¡a sanqre al lio-— han cam&atío ¡as cosas? Pues no. Cada críticú tiene su<br />

opinión y aida p:eía la suya. Naturalmente, Don<strong>de</strong> uno dice bíanco, otro<br />

dice negro. Tiempo lisiará en que soio.-se diga Mane© o «egra. Pero quizá<br />

para entonces no seremos nosotros ios que habitemos en esíe planeta.<br />

Aíeni?nd®n


<strong>de</strong> mi generación. Las virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

lengua poética más <strong>de</strong>nsa {y no exentas<br />

tales <strong>de</strong> gran humanidad), son características<br />

<strong>de</strong> la generación <strong>de</strong>l 25.<br />

La generación <strong>de</strong>l 36, que" vivió los<br />

años más difíciles y dramáticos <strong>de</strong><br />

la historia <strong>de</strong> nuestros días, comienza<br />

a conseguir obras <strong>de</strong> gran importancia,<br />

nuestro juicio no pue<strong>de</strong> ser precipitado<br />

ante su labor,<br />

O *> Vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 1946, qué creo<br />

"• que es el momento en que se perfilan<br />

las características generacionales:<br />

es indudable que el punto <strong>de</strong> partida<br />

<strong>de</strong> los más jóvenes poetas po<strong>de</strong>mos<br />

encontrar el influjo <strong>de</strong> Vicente<br />

Aleixandre, Pablo Neruda, César Va-<br />

Uejo y Miguel Hernán<strong>de</strong>z. Más tar<strong>de</strong><br />

enriquecen sus obras la fuerza <strong>de</strong>l<br />

verso <strong>de</strong> Miguel <strong>de</strong> Unamuno y la<br />

serenidad quemante <strong>de</strong> Antonio Maéhado.<br />

Los poetas <strong>de</strong> los siglos <strong>de</strong><br />

oro más influyentes son Quevedo, Lope<br />

<strong>de</strong> Vega, Jorge Manrique y San Juan<br />

<strong>de</strong> la Cruz. Hay que adveritr que sólo<br />

me refiero a la corriente general que<br />

impulsa la obra <strong>de</strong> esta generación.<br />

Después, cada poeta sufre los influjos<br />

<strong>de</strong> otros poetas que correspon<strong>de</strong>n<br />

a las necesida<strong>de</strong>s particulares <strong>de</strong> su<br />

talante.<br />

A ° No pienso que sea necesaria la<br />

• valentía para proponer cinco o sois<br />

nombres como los más resaltantes<br />

hasta el año <strong>de</strong> 1953. No veo, por<br />

otra parte, que esto pueda molestar<br />

a tos otros quince buenos poeta» que<br />

uno aprecia. A<strong>de</strong>más, ¿qué importancia<br />

mayor que lia <strong>de</strong> expresar un particular<br />

gusto, tiene el que citemos hoy<br />

a éstos y no a los otros? Yo creo, sinceramente,<br />

que cuando empieza a ser<br />

interesante tal elección es veinte años<br />

<strong>de</strong>spués; hasta entonces ninguna <strong>de</strong><br />

nuestras opiniones son <strong>de</strong>l todo valiosas.<br />

Realizado este preámbulo, pienso<br />

que los cinco o seis poetas' en activo<br />

<strong>de</strong> esta generación más realizados<br />

son: Carlos Bousoño, José Hierro, Rafael<br />

Morales, Eugenio <strong>de</strong> Nora, Bías<br />

dd Otero y Carlos Salomón. Y al<br />

margen, por haber, muerto, y estar<br />

<strong>de</strong>l todo y dolorosamente completa<br />

su obra: José Luis Hitalgo. A estos<br />

nombres habría que agregar los hispanoamericanos<br />

Fina García Marruz<br />

y kdu-irdo Cote Lamua y otros, pero<br />

sólo se me ha consultado sobre poesía<br />

joven española. Todavía estudiamos,<br />

peor: vivimos, nuestra fabulosa<br />

literatura con criterio geográficos; nü<br />

acabamos <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r que los<br />

americanos do habla española y los<br />

españoles, formamos en conjunto una<br />

única y po<strong>de</strong>rosa literatura: la más<br />

rica <strong>de</strong>l mundo junto a la anglonorteamericana.<br />

LUIS LÓPEZ ANCLADA:<br />

«Se ha dominado el lenguaje<br />

como jamás se hizo.»<br />

1 °Es un poco promaturo juzgar un<br />

• movimiento al que aún se le ¡lama<br />

juvenil. Pensemos que muchos <strong>de</strong> sus<br />

más representativos poetas, Bousoño,<br />

Salomón, Nora, Cabanas o Aíeixandre,<br />

aún no han pasado los treinta<br />

años y aún hay mucho que esperar<br />

<strong>de</strong> ellos. Creo que a ninguna genera-<br />

ción se le ha exigido tanto como a<br />

ésta, ni tan urgentemente.<br />

O ° En contra <strong>de</strong> los que creen que<br />

*** todos los poetas <strong>de</strong> hoy se pa ;<br />

recen yo juzgo que existe rique<br />

z a en individualida<strong>de</strong>s. Pensemos<br />

en lo distintas queson las poéticas<br />

<strong>de</strong> Cremer, Hierro, Morales, Pérez<br />

Valiente, García Nieto y Rafael Montesinos.<br />

Acaso pueda ser una cualidad<br />

omún al equilibrio que se ha conseguido<br />

entre la forma y el pensamiento.<br />

Se ha dominado ai lenguaje como<br />

jamás se hizo, ni aún en nuestro<br />

Siglo <strong>de</strong> Oro. Poetas como Alonso<br />

Gamo» Leopoldo <strong>de</strong> Luis y García<br />

Nieto han sido capaces <strong>de</strong> encerrar<br />

en los más apretados mol<strong>de</strong>a las mas<br />

vibrantes pasiones sin esfuerzo aparente;<br />

Obsérvese que no existo hoy el<br />

poeta «ripioso» que tanto abunda en<br />

nuestra literatura. Cualquier poeta<br />

casi <strong>de</strong>sconocido hace hoy sonetos<br />

que treinta años antes le hubiesen<br />

conquistado lugares <strong>de</strong> excepción.<br />

*) ° Los «padres* visibles <strong>de</strong> esta ge-<br />

"• neración son, sin duda <strong>de</strong> ningún<br />

género, Antonio Machado y J. R. Jiménez.,<br />

A ° Aparte <strong>de</strong> íos citados, todos ellos<br />

• poetas <strong>de</strong> excepción, podrían<br />

ponerse muchos más. No creo que<br />

<strong>de</strong>ba hacerse un escalafón <strong>de</strong> poetas.<br />

No pue<strong>de</strong> haber un primer puesto,<br />

cuando hay tantos merecedores r el tiempo.<br />

Tengo una casa noble Que sueña en las montañas;<br />

tongo nuevas mazorcas y


RAFA<strong>EL</strong> MONTESINOS<br />

«El poeta que mira a la cuartilla<br />

es el que busca la Flor Natural»<br />

TAN alta,; tan in<strong>de</strong>finible hasta ahora,<br />

tan inaccesible es la poesía que<br />

todo eso <strong>de</strong> la «Poética» es música celestial,<br />

Y como música celestial vamos<br />

a tratarla. Sin embargo, no <strong>de</strong>bemos<br />

jugar con la poesía, porque, a lo mejor,<br />

resulta qae Dios, en la otra vida,<br />

le pi<strong>de</strong> cuenta al poeta <strong>de</strong>l verso que<br />

no escribió, o <strong>de</strong> aquel otro que no<br />

<strong>de</strong>bió escribir.<br />

La poesía, es <strong>de</strong>cir, el momento <strong>de</strong><br />

la creación, qoe a veces suele dorar<br />

días y hasta semanas, es una especie<br />

<strong>de</strong> estado <strong>de</strong> gracia (en unos, <strong>de</strong> Dios,<br />

y en otros, <strong>de</strong>l diablo) que lleva a la<br />

más alta alegría. El primer verso llega<br />

al poeta cuando éste mira al cielo <strong>de</strong><br />

la tar<strong>de</strong>, al techo <strong>de</strong> su: coarto, o no<br />

mira a ningún sitio. El poeta qae mira<br />

a la coartilla es el que busca la<br />

Flor Natural.<br />

Todo poeta tiene a su lado un ángel<br />

<strong>de</strong> más. Cuando este ángel abre<br />

las alas, y ya sabemos por Rilke lo<br />

terrible que es, el poeta percibe en e!<br />

aire la poesía. Aquel que únicamente<br />

tiene a su lado al común ángel <strong>de</strong> la<br />

guarda es un poeta <strong>de</strong>sangelado que<br />

sólo advierte, y no siempre, el paso<br />

<strong>de</strong> la neorrenacentista y helada musa.<br />

Hay muchas clases <strong>de</strong> ángeles: el <strong>de</strong><br />

la alegría y el <strong>de</strong> la tristeza, el <strong>de</strong> la<br />

fe y el <strong>de</strong> la incredulidad, el <strong>de</strong> la es-<br />

peranza y el <strong>de</strong> las cosas perdidas, y<br />

también el antiguo y primer ángel,<br />

aquel que nos llevaba <strong>de</strong> la mano al<br />

colegio. Algunas veces suele regresar<br />

este blanquísimo e ingenuo ángel al<br />

lado <strong>de</strong>l hombre. Es entonces cuando<br />

el poeta, recostado en so infancia, escribe<br />

versos que le <strong>de</strong>vuelven a la niñez,<br />

y a -propósito <strong>de</strong> los ángeles, vengan<br />

aquí aquellas palabras <strong>de</strong> Rubén<br />

Darío a los jóvenes poetas <strong>de</strong> las Españas:<br />

«¡Tener ángel, Dios mío! Pi*e<br />

10<br />

exegetas andaluces.» Y es que el gran<br />

nicaragüense, e! gran español, estaba<br />

vaticinando la hegemonía andaluza en<br />

nuestra poesía contemporánea. Yo muchas<br />

veces pienso si mi generación, la<br />

que se ha dado en llamar <strong>de</strong> posguerra,<br />

no habrá dado un poco al olvido las<br />

palabras, el consejo <strong>de</strong>l poeta hispanoamericano<br />

: «¡ Tener ángel, Dios<br />

mío!m»<br />

El poeta, como tal, ha <strong>de</strong> apoyarse<br />

únicamente en sus versos. Si éstos no<br />

reflejan su vida, es <strong>de</strong>cir, so personalidad,<br />

estorbante si presunto vate los<br />

procedimientos ínfralíricos tales como<br />

apoyo oficial, premios amañados, vinos<br />

<strong>de</strong> honor y <strong>de</strong>más mangoneos «poéti-<br />

cos». Porque ¡ay <strong>de</strong> ese día en que el<br />

mal poeta jaleado se que<strong>de</strong> a solas con<br />

su obra! Es más difícil, más lento, más<br />

honrado el otro camino, et puro, et que<br />

se abre poco a poco a golpes <strong>de</strong> versos.<br />

Si éstos son auténticos y sinceros —cualidad<br />

ésta quizá la más importante para<br />

el poeta— y respon<strong>de</strong>n a una necesidad<br />

no solamente espiritual, sino también<br />

física, manténgase tranquilo y esperanzado<br />

el poeta, porque en verdad<br />

os digo que un día se le hará justicia<br />

a su corazón.<br />

R<strong>EL</strong>ACIÓN DE LA POESÍA CON<br />

DIOS: La poesía, como Dios, está en todas<br />

partes; incluso en la intención <strong>de</strong>l<br />

mal poeta. Don<strong>de</strong> no está, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego,<br />

es en la mala intención <strong>de</strong>l poeta.<br />

R<strong>EL</strong>ACIÓN DE DIOS CON LA POE-<br />

SÍA: Todos los otoños, Dios se pasea<br />

por la Tierra abriendo los corazones <strong>de</strong><br />

los, que dicen ser poetas. Y cuando un<br />

corazón sale vano, Dios se lleva las manos<br />

a la cabeza.<br />

ADRIANO D<strong>EL</strong> VALLE:<br />

«El poeta esta solitario entre la multitud,<br />

o multitudinario en la soledad»<br />

i A<br />

creación poética tiene su ley<br />

física, su tabla <strong>de</strong> logaritmos,<br />

si bien tan imaginativos como la<br />

trente <strong>de</strong>/ cielo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la tormenta,<br />

cuando en ella nace la metáfora<br />

visible <strong>de</strong>i arco iris. Todas ¡as<br />

ca<strong>de</strong>nas inefables tienen su ley <strong>de</strong><br />

unidad en sus propios eslabones.<br />

Dulce enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> la poesía,<br />

que no se sabe en qué milésima <strong>de</strong><br />

segundo va a nacer en *ei corazón<br />

<strong>de</strong>t poeta. El mundo se ofrece abierto<br />

como un libro: árboles, flores y<br />

estrellas. La paradisiaca anima lia<br />

campea <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el valle alegre y_ profundo<br />

hasta la más altísima cordillera,<br />

último peldaño para el pie <strong>de</strong> los<br />

hombres y primero para el <strong>de</strong> los<br />

angeles. La vertiente nemorosa, el<br />

abismo profundo, la entraña mineralizada<br />

<strong>de</strong>l planeta, su tuétano <strong>de</strong><br />

cuarzo, el bisel ambarino <strong>de</strong> los mareSj_el<br />

vuelo <strong>de</strong>l águila caudal... Plumas<br />

voladoras, granito Inmoble; materia<br />

fungí ble o durísima, en fin, y<br />

altí, en lo alto, o junto a nosotros,<br />

arriba o abajo, en lo largo y en lo<br />

ancho <strong>de</strong>l mundo, la presencia, la<br />

omnípresencia <strong>de</strong> Dios, con todas las<br />

leyes <strong>de</strong>l Universo jerarquizadas por<br />

su mano.<br />

Y aqui está el poeta, solitario entre<br />

la multitud, o multitudinario en<br />

la soledad. Uno y diverso. Versátil y<br />

cambiante como la transverberación<br />

<strong>de</strong> los milagros divinos que le embriagan<br />

apurando el cáliz <strong>de</strong> la flor,<br />

el Sanio Grial <strong>de</strong> la azucena, bebiéndose<br />

sus estambres, el polen fecun.<br />

•dador <strong>de</strong> sus aromas. Y el poeta ignora<br />

el enca<strong>de</strong>nado misterio <strong>de</strong> la<br />

creación apolonida. No sabe <strong>de</strong> qué<br />

njano llegó lo que <strong>de</strong> suyo es Inprehensible,<br />

lo que vuela sin tener alas<br />

y camina sin tener pies. Así llega la<br />

mariposa <strong>de</strong> ia mano <strong>de</strong>l céfiro. Aire<br />

invisible, pero que a veces venfjs<br />

coma le sirve a la flor, al ave o a IH<br />

abeja <strong>de</strong> guadralpas, brisas y estri-<br />

bos <strong>de</strong> oro para cabalgar sobre los<br />

céfiros enanos.<br />

Y aquí está el poeta, en el trance<br />

<strong>de</strong> su pasión creadora ante el gran<br />

anfiteatro <strong>de</strong> la Naturaleza. Las medidas,<br />

ya ¡o hemos dicho, son regidas<br />

por la mano <strong>de</strong> Dios. Mano que<br />

pue<strong>de</strong> coger al ruiseñor en el aire<br />

sin oprimir su buche melodioso. Y<br />

ésta es la medida <strong>de</strong>l tiempo que no<br />

conoce calendario ni clepsidras. La<br />

nube en el viento no tiene otra ca<strong>de</strong>na<br />

que la <strong>de</strong> la ley divina, pero<br />

tan ñ me % fuerte co mo ¡a <strong>de</strong> las<br />

anclas <strong>de</strong> los navios, anclas que no<br />

saben <strong>de</strong>l mundo más que aquellos<br />

secretos que le cuentan los peces.<br />

Sin calendario y sin reloj, sin Rey<br />

ni Roque, crece la varia poesía <strong>de</strong>l<br />

Universo. Allí una voz barí tona, aquí<br />

<strong>de</strong>sfila todo el paisaje pastoral al<br />

son <strong>de</strong> una flauta. Nubes y nubes,<br />

aires y vientos. El sol y la luna. El<br />

alba y la noche. La luz y la sombra.<br />

El rio y el mar. El valle y la montaña.<br />

Lo satánico y lo angélico... Diversidad,<br />

sirena úvl mundo, dijo el<br />

poeta.<br />

LUIS LÓPEZ<br />

ANGLADA:<br />

«Sobre todo, que se entienda*<br />

E creído siempre que existe<br />

H a'go que <strong>de</strong>be presidir toda<br />

creación artística: la total in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong>l poeta*<br />

El poeta, según entiendo yo,<br />

<strong>de</strong>be supeditar todo, empezando<br />

por su conveniencia y terminando<br />

por, la conveniencia <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />

a la creación pura, auténtica y totalmente<br />

poética <strong>de</strong> s>u obra. Esta<br />

obra es 4a razón <strong>de</strong> su existencia,<br />

y por elio no <strong>de</strong>be nunca limitar<br />

las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> crearla porexigencias<br />

4e escuelas o <strong>de</strong> modas.<br />

Teniendo esto en cuenta no creo<br />

que se <strong>de</strong>ba nunca <strong>de</strong>cir qué forma<br />

es la" que se ¡tiene «orno la mejor<br />

pat-a llegar a crear «1 poema,<br />

pues pue<strong>de</strong> ocurrir que mañana el<br />

poeta «exija ser creado <strong>de</strong> manera<br />

absolutamente distinta,<br />

Para mí el poema es ¡siempre- un<br />

producto <strong>de</strong> una contemplación<br />

apasionada. Y por ser apasionada<br />

no soy capaz <strong>de</strong> ajustaría a moíd.es<br />

preconcebidos. Lo único que<br />

me importa «8 que esta pasión mía<br />

llegue a los <strong>de</strong>más, que sientan<br />

conmigo mi pasión y mí contemplación,<br />

x que si respon<strong>de</strong>n a un<br />

instante concreto <strong>de</strong> mi vida este<br />

instante tenga siempre la misma<br />

fuerza y se levante para hacer ver<br />

a los <strong>de</strong>más el intenso amor o el<br />

profundo dolor que en un momento<br />

dado tuvo auténtica realidad. Si<br />

Jo he conseguido o no, no me toca<br />

<strong>de</strong>cirlo a mí; la verdad es que<br />

tampoco me importa mucho. Lo<br />

único que me importa, por ahora,<br />

es :1a obra que me queda por' hacer,<br />

no la que ya está hecha.<br />

Por todo lo que he dicho pue<strong>de</strong><br />

compren<strong>de</strong>rse que acepto todas !as<br />

escuelas poéticas, y q»ue me interesan<br />

todos Uos caminos en los<br />

que haya posibilidad <strong>de</strong> crear poesía.<br />

Lo que no admito nunca sou<br />

las intolerancias y !os dogma*ísmos.<br />

Y para terminar, puesto que aquí<br />

se ha hablado <strong>de</strong> aquello <strong>de</strong> "F!<br />

arte por la i<strong>de</strong>a, el arte por el<br />

arte, y se le ha añadido el arte<br />

por eí sentimiento", hoy por hoy<br />

yo añadiría —sin importarme tener<br />

que rectificar mañana— e'. arle<br />

por el apasionamientr.<br />

Que es ilo mismo que afitmax<br />

que, hoy por hoy, preñpro la poesía<br />

que tenga contenida Jiumano,<br />

fuerza expresiva, entrega absoluta<br />

<strong>de</strong> su creador para la cansecwción<br />

<strong>de</strong> ¡la belleza y Jo que antiguamente<br />

se llamaba, «on mucha razón,<br />

aliento poético.<br />

¡Ahí, y sobre todo...; q»u« se entienda.


)E vez en cuando llevo a cabo una<br />

excursión al tiempo pasado; hago<br />

una breve escapada al panorama <strong>de</strong><br />

ayer. Lo juzgo un saludable ejercicio<br />

que todos <strong>de</strong>beríamos practicar; en<br />

primer lugar, para fijar nuestra posición<br />

entre los viejos y ios nuevos valores,<br />

para no per<strong>de</strong>rnos en el vocerío<br />

y la confusión, para no <strong>de</strong>jarnos turbar<br />

por las nuevas sirenas, que con tantas<br />

y tan variadas voces nos llaman y <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

tantos lugares. Es también algo asi<br />

como sacar los santos a la luz para renovar<br />

—y sentir renovar en nosotros—<br />

la vieja veneración; para esto, claro<br />

está, se necesita sacar a la luz los santos<br />

verda<strong>de</strong>ros. Es la prueba infalible.<br />

Una <strong>de</strong> esas excursiones me ha llevado<br />

a Ganivet, y en Ganivet, a su libro<br />

«Los trabajos <strong>de</strong> Pío Cid», que tenia<br />

casi olvidado. Ortega y Gasset afirma<br />

<strong>de</strong> este libro que es una novela magnifica;<br />

en et mismo lugar aña<strong>de</strong> aun que<br />

es «una <strong>de</strong> las mejores novelas que en<br />

nuestro idioma existen».<br />

A mi la alabanza me parece excesiva,<br />

pero es indudable que el libro posee<br />

Granada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> «1 Albaicín<br />

gran<strong>de</strong>s méritos; como obra <strong>de</strong> creación<br />

es, sin disputa, la mejor <strong>de</strong> Ganivet,<br />

lo cual es cierto, no es <strong>de</strong>cir gran cosa.<br />

Es una lástima que su autor no supiera<br />

limpiarlo <strong>de</strong>l exceso <strong>de</strong> doctrina<br />

que pesa en él. Pío Cid habla <strong>de</strong>masiado<br />

y <strong>de</strong> <strong>de</strong>masiadas cosas. En este punto<br />

nos acordamos <strong>de</strong> unas palabras <strong>de</strong><br />

Goethe a propósito <strong>de</strong> Lord Byron:<br />

«Una gran parte <strong>de</strong> los valores negativos<br />

<strong>de</strong> Byron —dice Goethe— podría llamarse<br />

«discursos parlamentarios reprimidos»,<br />

y lamenta, con razón, que no<br />

los hubiera pronunciado don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía<br />

para que su obra quedase libre <strong>de</strong> aquel<br />

lastre. Con mayor razón podría <strong>de</strong>cirse<br />

esto <strong>de</strong> Ganivet, ya que no poseía el<br />

contrapeso <strong>de</strong>l genio poético <strong>de</strong>l inglés,<br />

y en su obra se acusa mucho más él<br />

<strong>de</strong>fecto.<br />

El mal, aquí, era mucho más grave.<br />

A Ganivet no le habría bastado pronunciar<br />

unos cuantos discursos; <strong>de</strong>bía,<br />

a<strong>de</strong>mas, haber hecho <strong>de</strong> preceptor literario<br />

<strong>de</strong> jóvenes nobles; <strong>de</strong>bía haber<br />

ejercido <strong>de</strong> moralista en una sociedad<br />

elegante y ociosa, aunque fuera predi-<br />

cando la nueva moral. Ganivet <strong>de</strong>bía<br />

también haber publicado su librito <strong>de</strong><br />

versos más amplio y quizá repetido;<br />

acaso con esto la escena <strong>de</strong> Pío Cid<br />

con la duquesa, una <strong>de</strong> las mejores <strong>de</strong>l<br />

libro, no habría terminado en una escena<br />

«<strong>de</strong> sofá»: habría tenido el fin<br />

lógico que <strong>de</strong>bía tener, y, sobre todo,<br />

español<br />

Lo primero que sorpren<strong>de</strong> <strong>de</strong> esta<br />

obra es que un escéptico, un pesimista<br />

integral como Ganivet, adopte como<br />

héroe <strong>de</strong> su novela a un tipo como Pío<br />

Cid, profesor <strong>de</strong> optimismo, revelador,<br />

en los otros, <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s secretas, abogado<br />

eficaz <strong>de</strong> causas perdidas, y en el<br />

total naufragio <strong>de</strong> la existencia en que<br />

se mueve, apóstol casi <strong>de</strong> un nuevo<br />

i<strong>de</strong>al.<br />

Por poco que reflexionemos, sentimos,<br />

no obstante, que en el fondo <strong>de</strong><br />

este luchador resi<strong>de</strong> un secreto <strong>de</strong>sánimo,<br />

anida una falta <strong>de</strong> fe, una <strong>de</strong>sesperación<br />

secreta, que minan todas sus<br />

acciones y que anuncian el fracaso.<br />

A Pío Cid, para su gran empresa, le<br />

falta la fe, le falta la fe en Dios, y<br />

—consecuencia natural — le falta la<br />

fe en los hombres. Entre sus doce trabajos<br />

Pió Cid no ha sabido llevar a cabo<br />

el primero y principal: el <strong>de</strong> salvarse<br />

a si mismo, y con él, a su autor.<br />

En seguida advertimos que a Ganivet<br />

el tipo le ha venido impuesto <strong>de</strong> fuera;<br />

respon<strong>de</strong>, sí, a sus <strong>de</strong>seos, a sus intimas<br />

aspiraciones, a sus esperanzas, no a sus<br />

sentimientos.<br />

Este mo<strong>de</strong>lo —qué duda cabe— lo<br />

halló Ganivet en Ibsen, en las nuevas<br />

teorías <strong>de</strong>l superhombre, que hoy, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> tantas y tan tristes experiencias,<br />

nos parecen repelentes. El gran mérito<br />

<strong>de</strong> Ganivet estará siempre en haber<br />

borrado con la bondad <strong>de</strong> su personaje,<br />

con esa ilusión tenaz <strong>de</strong> bien vanamente<br />

perseguida que le guia, las durezas y<br />

violencias <strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>lo; siempre estará<br />

también en haberle hecho español,<br />

en haberle enraizado en su tierra.<br />

Por esto, lo mejor <strong>de</strong>l libro está, a<br />

mi enten<strong>de</strong>r, no en la evocación <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />

como afirma Ortega y Gasset, y por<br />

certera que sea; lo mejor <strong>de</strong>l libro está<br />

<strong>de</strong> buscarse, para mí, en el viaje <strong>de</strong> Pío<br />

Cid a su patria, que es la patria <strong>de</strong>l autor;<br />

lo mejor <strong>de</strong>l libro está en esta parte,<br />

que va <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong>l héroe a Granada,<br />

hasta su regreso a la ciudad; va<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el encuentro con «tío Rentero»<br />

hasta la noche en la alta montaña, con<br />

la ascensión al Picacho y la vista <strong>de</strong>l<br />

amanecer sobre la ancha vega <strong>de</strong> Granada.<br />

" -,<br />

or<br />

Libre <strong>de</strong>l fárrago <strong>de</strong> los sermona<br />

<strong>de</strong> los discursos, este trozo se nos ofref<br />

límpido, vigoroso, lleno <strong>de</strong> verdad, hi<br />

mano y emocionante. Los personaje!<br />

vistos en la realidad, sacados <strong>de</strong> las noi<br />

talgias <strong>de</strong>l autor, son los mejores <strong>de</strong>l<br />

obra. Empiezan en «tío Rentero!<br />

hermosa estampa <strong>de</strong> campesino, ce<br />

su mujer y sus hijos <strong>de</strong>sparramad:<br />

por los pueblos, cada uno en pos <strong>de</strong> Í<br />

<strong>de</strong>stino; le sigue el cura <strong>de</strong> la Rabio!<br />

y tras el cura, Rosarico. La figura i<br />

Rosaríco junto a la fuente tiene no i<br />

sabe qué <strong>de</strong> gracia y <strong>de</strong> belleza prim<br />

tivas; tiene algo <strong>de</strong> estampa bíblica;!<br />

lenguaje también. Rosarico ha hecl<br />

un largo camino, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su casa a;<br />

fuente «para cocer los garbanzos a li<br />

agüelos, que han perdió ya la <strong>de</strong>nfc<br />

dura, y en guisando con el agua t<br />

abajo, no pue<strong>de</strong>n ronchar los garba<br />

cejos». Asi, a las preguntas <strong>de</strong> í¡<br />

Cid, respon<strong>de</strong> Rosarico con esta se<br />

ciliez, y con esta sencillez le cuenta<br />

historia <strong>de</strong> su infortunio.<br />

Más allá nos encontramos con Joset<br />

la «güerfana», lavando en un hilo (<br />

agua, con el nirx> a su lado llorad<br />

la criatura está enferma, como lo <strong>de</strong><br />

cubre Pío Cid, y ella tiene el marido<br />

presidio. La misma sencillez que h<br />

en las palabras <strong>de</strong> Rosarico hallamost<br />

las palabras <strong>de</strong> la mujer; aquí hay tris<br />

teza, pero es una tristeza resignad<br />

fatalista, como era en los pueblos (<br />

España en aquel tiempo.<br />

Todo esto es bellísimo; es <strong>de</strong> prime<br />

calidad. Una novela escrita toda Í<br />

habría sido una gran novela, habr<br />

sido la novela que quiere que sea 0<br />

tega y Gasset, y Ganivet <strong>de</strong>mostró i<br />

esta parte <strong>de</strong> su libro lo que era cap<br />

<strong>de</strong> hacer.<br />

No obstante, hay un tipo en el ct<br />

se <strong>de</strong>sborda el alma <strong>de</strong> Ganivet: es<br />

cura <strong>de</strong> la Rabióla. Es aquí, no en í<br />

Cid, don<strong>de</strong> oímos, limpia, amarga, si<br />

cerísima la voz <strong>de</strong> Ganivet, _cpmo<br />

voz <strong>de</strong> todos los españoles que ama<br />

a España, con la misma que oirem<br />

<strong>de</strong>spués en Unamuno; Pío Cid vive i<br />

la ilusión y espera, pero, sobre toó<br />

sueí$a; el cura <strong>de</strong> la Rabióla vive en.'<br />

realidad y sufre. Don Críspulo es ui<br />

<strong>de</strong> los personajes más vivos <strong>de</strong> la oto<br />

y no ha perdido nada, con el tiemp<br />

<strong>de</strong> su fuerza y <strong>de</strong> su verdad. Es nido<br />

rebel<strong>de</strong>; está tallado a hachazos, íá<br />

cado con sangre sobre el corazón <strong>de</strong><br />

creador. Don Críspulo no hace disci<br />

sos, ni casi los admite; no es COR i<br />

cursos como se le pue<strong>de</strong> calmar; él<br />

especula, ni reflexiona; aqui habla


EBASTIA.N JUAN ARBO<br />

izón, y el corazón mana sangre hiél, como la <strong>de</strong>l florentino nos suena<br />

cíen heridas; el corazón no razona. aqui la <strong>de</strong> Ganivet.<br />

toda la novela no hay un personaje La justificación la halla Pío Cid en<br />

lleno <strong>de</strong> verdad, tan humano. El la figura <strong>de</strong> Rosarico, que ha venido a<br />

jjr le <strong>de</strong>dica tres páginas, a lo sumo buscar agua «a esta fuente apartada»;<br />

tro, pero su figura no se nos borra la halla en Josefa, «la güerfana», que<br />

<strong>de</strong> la memoria.<br />

lava sus ropas en el arroyo, don<strong>de</strong> el<br />

in las palabras <strong>de</strong> este personaje agua es amarga, y amarga es la tierra,<br />

[a la herida secreta <strong>de</strong>l alma <strong>de</strong>l y amargos los hombres; la halla en el<br />

or; por boca <strong>de</strong> este sacerdote habla juez, en el alcal<strong>de</strong>, en los Cañaverales,<br />

sentimiento <strong>de</strong>l justo herido por la en los <strong>de</strong> la Cuadra. ¿Cómo luchar con-<br />

l<br />

a diaria <strong>de</strong> la maldad; en él vibra tra aquella terrible hidra enroscada en<br />

klma <strong>de</strong> todos los hombres <strong>de</strong> bien el cuerpo <strong>de</strong> España? En cada gesto <strong>de</strong><br />

fe se consumen en el mundo en un Pío Cid, en cada episodio, se sienten<br />

peló <strong>de</strong> nobleza que no encuentran, temblar las palabras <strong>de</strong>l buen sacer-<br />

; justicia que no ven en parte alguna, dote. Pío Cid está vencido <strong>de</strong> antemano,<br />

tí sólo en su corazón; que ar<strong>de</strong>n en por más que su <strong>de</strong>stino sea vencer.<br />

y se <strong>de</strong>sesperan, porque no sólo no Pío Cid per<strong>de</strong>rá la elección; no la pue<strong>de</strong><br />

ii la justicia y la nobleza, sino que, ganar, es mentira, ¿Cómo pue<strong>de</strong> vencer<br />

| su lugar, hallan la injusticia y la perdiendo el tiempo en obras <strong>de</strong> cari-<br />

ildad; que se encien<strong>de</strong>n en coraje ante dad y <strong>de</strong> justicia, mientras los otros le<br />

i violencias, los atropellos, las impie- a<strong>de</strong>lantan el reloj y compran votos y<br />

ies que presencian, y por la impo- consultan todos los <strong>de</strong>rechos? Rosarico<br />

icia en que se encuentran para re- continuará soltera, calumniada, ayu-<br />

¡diarlos, «... pero yo los veo todos los dando a la vejez <strong>de</strong> sus padres contra las<br />

¡s y me moriré viéndolos, sin po<strong>de</strong>r murmuraciones <strong>de</strong>l pueblo. Josefa «la<br />

cer nada para remediarlos, y hasta güerfana», continuará lavando las ro-<br />

júendo que humillarme a veces para pas en el hilo <strong>de</strong> agua, con el niño en-<br />

» morirme <strong>de</strong> necesidad».<br />

fermo a su lado, y su marido continua-<br />

¡En este personaje, hecho <strong>de</strong> protesta rá en presidio, contra todas las leyes y<br />

¡<strong>de</strong> cólera, habla también, estalla, di- <strong>de</strong>rechos. Los Cañaverales continuarán<br />

amos mejor, el patriotismo <strong>de</strong> Ganivet, burlándose <strong>de</strong> todos y abusando; la<br />

I amor encendido por España; por boca<br />

í don CríspuJo habla el Ganivet amarido,<br />

enamorado <strong>de</strong> España, con el<br />

ma enferma <strong>de</strong> tristezas por lo que en<br />

la ha. visto. La Rabióla, en sus palaas,<br />

se llena <strong>de</strong> significación: es un<br />

nbolo; <strong>de</strong>spués vendrá la Tontaina,<br />

¡ndrán el señor <strong>de</strong> la Cuadra y los Camerales,<br />

como tantos Cañaverales y<br />

í la Cuadra, dueños <strong>de</strong> pueblos y <strong>de</strong><br />

tciendas que infestaban la nación;<br />

tos nombres se emparentan a través<br />

1 tiempo con los que Cervantes nos<br />

[ba en su Quijote, con los <strong>de</strong> Tirteaíue-<br />

;, y Miguel Turra, con la ínsula Barairia,<br />

en una misma y amarga ironía,<br />

i un mismo sentimiento <strong>de</strong> asco, <strong>de</strong><br />

isteza y <strong>de</strong> dolor. En el fondo, habrá<br />

ilo una cosa: amor a España, ese miso<br />

amor a España, que, como ha visto<br />

dn Entralgo, <strong>de</strong>terminó toda la actid<br />

<strong>de</strong> la generación <strong>de</strong>l 98 y en mucha<br />

irte la explicó.<br />

Pío Cidf ante el buen cura, intenta<br />

in la reflexión, el pru<strong>de</strong>nte conáejo;<br />

su oficio, pero apenas da dos pasos,<br />

icuentra la justificación <strong>de</strong> todo lo que<br />

día en la voz <strong>de</strong> don Críspuío. El<br />

itor ha puesto la imprecación al prin-<br />

)io; <strong>de</strong>trás, el crimen. Al revés <strong>de</strong><br />

inte, pero tan ardiente, tan llena <strong>de</strong><br />

noche caerá como un manto piadoso<br />

sobre las miserias <strong>de</strong> la al<strong>de</strong>a; pero en<br />

la noche continuaremos oyendo la voz<br />

<strong>de</strong>l viejo sacerdote <strong>de</strong> la Rabióla.<br />

A Pío Cid sólo le quedará un recurso<br />

—un consuelo—, y en ello estará su<br />

única justificación. La hallará cuando<br />

suba <strong>de</strong> noche a la alta montaña, con<br />

el «tío Rentero» por compañía, que se<br />

asusta <strong>de</strong> la sombra <strong>de</strong>l lobo, porque no<br />

ve los lobos verda<strong>de</strong>ros que asuatan a<br />

Pío Cid; la hallará cuando en el Picacho,<br />

tras la vista <strong>de</strong> las miserias, los<br />

dolores, las violencias, las injusticias,<br />

espera la llegada <strong>de</strong>l amanecer, el <strong>de</strong>spertar<br />

<strong>de</strong> la nueva aurora sobre la ancha<br />

vega <strong>de</strong> Granada, con «la visión blanca»<br />

que la ha <strong>de</strong> acompañar, y en ella<br />

«aquel i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> pureza y <strong>de</strong> amor y <strong>de</strong><br />

justicia que él no hallaba en el mundo».<br />

El alma entera <strong>de</strong> Ganivet estaba<br />

aquí; estaba en esta <strong>de</strong>solación y en<br />

este sueño, lanzado al porvenir, pero<br />

sobre todo en esta <strong>de</strong>solación. Aquí estaba<br />

el alma trágica <strong>de</strong> Ganivet, el<br />

Ganivet que a los treinta y tres años<br />

ponía fin a su vida arrojándose a las<br />

aguas <strong>de</strong>l Dwina, en la lejana Finlandia,<br />

y con tan tenaz resolución que,<br />

sacado eri' vida, volvía a arrojarse a<br />

sus aguas, ahogando al fin en ella sus<br />

amarguras. Había, es cierto, otras cau-<br />

sas; habla una visión <strong>de</strong>solada <strong>de</strong>l!<br />

mundo, pero estaba, sobre todo, la<br />

falta <strong>de</strong> fe y una visión <strong>de</strong> España que<br />

constituía su constante tortura.<br />

Sobre esta visión y sobre aquélla esperanza<br />

—sobre aquel amor, diríamos<br />

mejor—, se formó la generación que le<br />

seguía: todos se nutrieron en el mismo<br />

i<strong>de</strong>al; todos participaron <strong>de</strong> una igual<br />

<strong>de</strong>sesperanza. Su <strong>de</strong>seo era generoso,<br />

alto, sincero. En la busca <strong>de</strong> los remedios<br />

les faltó, como a él, la fe. Pensaron<br />

que el hombre —así se escribía— podía<br />

ponerse en el lugar <strong>de</strong> Dios, como afirmaban<br />

los <strong>de</strong>l norte, y Dios había por<br />

ello empezado a ocultarse al mundo.<br />

No era culpa <strong>de</strong> ellos. Era el mal <strong>de</strong> su<br />

época, y en mucha parte continúa siendo<br />

el <strong>de</strong> la nuestra. Pero, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong><br />

esto, había una visión <strong>de</strong> nuestros males<br />

<strong>de</strong>masiado real-Había una noble preocupación<br />

por los problemas <strong>de</strong> España<br />

y por los males <strong>de</strong> la Humanidad, que<br />

fue común a todos, y que les separa,<br />

en bien <strong>de</strong> ellos,, <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>rnos, que<br />

parecen interesados sólo en el éxito,<br />

y junto a esta preocupación, por <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> todo, había un amor a España como<br />

apenas se vio nunca, y una esperanza<br />

—un <strong>de</strong>seo— a la medida <strong>de</strong> este amor.<br />

También por esto, la lección <strong>de</strong> Pío<br />

Cid merece ser recordada.<br />

LA fuente granadina <strong>de</strong>lAvellanó fue punto <strong>de</strong> cita <strong>de</strong> te famosa tertulia <strong>de</strong>} mismo nombre, a la que<br />

dfd fama universal "Pío Cid", o mejor dicho, el gran escritor Ángel Oanfvet, El dibujo se <strong>de</strong>be al artista<br />

granadino Fernando Correa


DETRAS D<strong>EL</strong> LIENZO<br />

EN HONOR D£ VÁZQUEZ DÍAZ.—<br />

La expósita ón-tíamifinaj? a Vázquez<br />

Díaz pnomete ser un acontecimi-eívto.<br />

He aquí a'gunos <strong>de</strong> los mar,<br />

<strong>de</strong>stacados concurrentes: Dalí, Pedro<br />

Ftoees, J. Caballero, Díaz Cane|a ,<br />

í. A- Moraíes, J. Vaquero, Olasagasti,<br />

Carlos La-ra, Javier Clavo. Escassi,<br />

María Teresa, <strong>de</strong> la Camjn S«n<br />

José, Lago, Uranga, M. Ciruelos...<br />

Probablemente se contará también<br />

con Solana y con varios maestros<br />

contemporáneos d e 1 honneinajieado.<br />

Entre ios escultores figurarán: Planes,<br />

C. Mallo, Oteiza, Rafael Sanz,<br />

Pilar Caflíwo, Ferreira... Asimismo se<br />

anuncian envíos colectivos <strong>de</strong> provincias;<br />

por ejemplo, Granada, BiHbao,<br />

Córdoba... Y <strong>de</strong> Portugal.<br />

O plazo <strong>de</strong> admisión <strong>de</strong> obras acabó<br />

el día 15 y la exposición será<br />

inaugurada el día 1 <strong>de</strong> junio.<br />

La BIENAL Y LA FERIA D<strong>EL</strong> CAM-<br />

PO.—Díaz Caneja ro pfoens» eot^dír<br />

a !a Biei cuadro "Alegría<br />

<strong>de</strong> pintar ia vida", "El caballito<br />

rojo", "Mañana en Uoimbra".<br />

i'cro.... ¿qué vamos a <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> don<br />

Danie. Vázquez Díaz? Son. muchos<br />

años pintando. Kl ya está ahí, en<br />

la historia <strong>de</strong> la pintura española.<br />

Aunque... no; vamos a <strong>de</strong>jarlo<br />

apañe. Don Daniel sería otra historia,<br />

y es siempre un gran pintor.<br />

Hecho ei recuento <strong>de</strong> nombres,<br />

el cronista lamenta u.sie alan ut;<br />

agrupar en las exposiciones colectivas,<br />

bien al grupo madrileño, bien<br />

al grupo catalán. En ei primer casu<br />

ia ian Zabaleta, Palencia, Gos-<br />

.-jíu, Morales, Vaijuero, Arias, Bm-<br />

IIÜ, Maitínez Novillo... En ei segundo,<br />

uno recusrda a Pruna, Maiiui<br />

buazu. Villa, Serra,. Li¡mon;i,<br />

Uuiiiitvart, Tapióü...<br />

La tónica es actúa:: color duro<br />

y atrevido, a veces incendiado;<br />

pasta trabajada a espátula; bo<strong>de</strong>gones<br />

esquematizados, planos, que<br />

nos llevan a Braque; riguras esquematizadas,<br />

con un construcliv.sino<br />

q'iie todavía lleva en sí un<br />

rastro cubista. Receta, al fin y al<br />

cabo, aunque tenga menos años.<br />

E-l crítico inglés Eric ISSewton<br />

apunta este gran avance que los<br />

últimos treinta años han significado<br />

en el dominio <strong>de</strong>! pintor sobre<br />

las formas y los colores. Nue-,<br />

vos tipos <strong>de</strong> composición han sitio i<br />

explorados, nuevas posibilida<strong>de</strong>s<br />

cromáticas abiertas y un mundo<br />

visual, hasta entonces inédito, basado<br />

en el lado ingenieril <strong>de</strong> la<br />

pintura, ha sid.o fundado.<br />

Lo que el Greco y Rafae'. vieron<br />

como caminos insinuados, los seguidor.'t-s<br />

<strong>de</strong> Uezanne, en su obsesión<br />

<strong>de</strong> reducir el objeto a sus más<br />

simples términos, lo llevaron al<br />

arte abstracto, y Picasso hundirá<br />

con energía la reja trazando una<br />

honda zanja cuyos resultados han<br />

sido, confesémoslo, inmensamente<br />

interesantes.<br />

Futuras generaciones explotarán<br />

este conocimiento; pero el'presente<br />

<strong>de</strong> ¡a pintura es incierto; Se<br />

está en el umbral <strong>de</strong> algo que no<br />

se sabe io que es. Hay caminos<br />

abiertos y no sabemos a dón<strong>de</strong> nos<br />

han <strong>de</strong> llevar. No lo saben tampo-[<br />

so, pese a su aparente madui^í<br />

estos pintores que hoy exponen ea<br />

el <strong>Ateneo</strong>. Claro que, en verdad,<br />

ni falta que les hace. Ellos aran<br />

su campo. Simplemente.<br />

Por JOSÉ MARTA JOVE


1, "Los gaüpóteros", d© Juan Guillermo,—2, "La. conserja", <strong>de</strong> Quirós.—3, "Niña", <strong>de</strong> Ortega Muñoz<br />

DETRAS D<strong>EL</strong> LIENZO<br />

EXTRANJERO<br />

<strong>ARTE</strong> CONTRA LA GUERRA .-£1<br />

escultor O5Sip Zadkine ha ejecutado<br />

un momimento a la memoria <strong>de</strong> los<br />

muertos par la guerra en Rotterdsn.<br />

Va fundido en bronce y tiene cerca<br />

<strong>de</strong> seis metros <strong>de</strong> ailto- Representa<br />

una mujer víctima <strong>de</strong> las bombas,<br />

con los brazos levantados, el cuerpo<br />

retorcido y <strong>de</strong>sgarrado. Es un<br />

tremiendo alegato contra la violencia<br />

y la efusión <strong>de</strong> sangre. Irá colocado<br />

sobre un pe<strong>de</strong>stal, frente aá puerto,<br />

y será visible <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tierra, oi<br />

mar y el aire»<br />

PICASSO Y LOS SOVIETS.—En «i<br />

Museo die Arte Mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> Roma ha<br />

sido abierta la imayor exposición <strong>de</strong><br />

obras <strong>de</strong> Picasso; ocupa 14 salas. Sc-<br />

Qún parece el Kremlin ha perdonado<br />

a Picasso <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> sus frecuentes<br />

regañinas con él. Entre lo$ asistentes<br />

al acto <strong>de</strong> la inauguración se<br />

encontraban el embajador ruso,<br />

Mikhaiil Kostylev. y Giuseppe <strong>de</strong> Victorío,<br />

cabecilla <strong>de</strong> la Confe<strong>de</strong>ración<br />

General Italiana á&l Trabajo, controlada<br />

pot el comunismo. Einaudí, el<br />

presi<strong>de</strong>nte italiano, efectuó la apertura.<br />

En la. exhibición figuran: cincuenta<br />

obras nunca presentadas en<br />

público, 137 pinturas <strong>de</strong>l período<br />

1914-1953, 40 esculturas <strong>de</strong>l período<br />

1931-1952, 39 cerámicas y 40 litografías.<br />

Figura también la célebre Paloma<br />

<strong>de</strong> la Paz, pintada por Picasso<br />

para la Komimforjm. Hay dos cuadros<br />

muy gran<strong>de</strong>s: La Paz y La Guerra;<br />

en ésta figura un extraño personaie<br />

empuñando una daga ensangrentada,<br />

mientras unas figuras en tií fondo<br />

blan<strong>de</strong>n antiguos instrumentos <strong>de</strong><br />

tortura. La Paz podría ser una bucólica<br />

escena, con. maichos personajes<br />

<strong>de</strong>snudos.<br />

TROMPE-L'GEIL.—Haoe dos años el<br />

pintor Sciítian obtuva en París un<br />

éxito tan gran<strong>de</strong> que las gentes se<br />

agolpaban ante el escaparate en qu«<br />

sus obras eran exhibidas. -'Sciltian<br />

tiene Ja mamo tan hátoiii —d'ce<br />

A. Warnod en Le F/Sarc—. ¿omina<br />

tan buen su oficio, llega a ríproduei..los<br />

objetos con tal precisión do <strong>de</strong>-<br />

UíJes qfue no se distinguen las reproducciones<br />

<strong>de</strong> los origina<strong>de</strong>s." Los objetos<br />

por él pintados parece que Í#<br />

pue<strong>de</strong>n coger. Trabaja con un "arsenal<br />

entero <strong>de</strong> pinceles mic¡oscópicos,<br />

el menor cuadro le lleva un trabajo,<br />

asiduo durante Jiargo tiempo;<br />

ven<strong>de</strong> su pintura m«y cara y no da<br />

abasto para los encargos''. Trata<br />

sus figuras <strong>de</strong> la misma manera, ¡o<br />

cual da lugar a que algunas veces<br />

sus personajes parezcan maniquíes.<br />

Ahora ScHtiajrt ha vuelto a París, a<br />

la galería <strong>de</strong>l Elíseo-<br />

W SALÓN DE PRIMAVEJÍA.--C1 Salón<br />

<strong>de</strong> mayo, que se celebra actualmente<br />

en París, da la expresión más<br />

muewa y brillante <strong>de</strong> la pintura y escultura<br />

actuales; es un Salón lleno<br />

<strong>de</strong> .vida. Una sola obra, pero muy<br />

bella, señala -el homenaje que los organizadores<br />

<strong>de</strong>dican a Oufy. Algunos<br />

expositores: en escultura, Zadkine,<br />

Moaré, Picasso {el célebre Chivo con<br />

botella), Aúneoste. En pintura, Matisse,<br />

Léger, Villon, Dunoyfer. André<br />

Maróhanid. En una saJa han sido reunidas<br />

numnerosísimas obras <strong>de</strong> jóvenes.<br />

C.


&sfixm m&m •>K<br />

EN TORNO A «LA NOV<strong>EL</strong>A D<strong>EL</strong> SÁBADO"<br />

SI HUBIERA DE PUBLICAR UNA OBRA C<strong>LAS</strong>ICA EN ESTA COLECCIÓN,<br />

ME INCLINARÍA POR CUALQUIERA DE <strong>LAS</strong> EJEMPLARES DE CERVANTES<br />

VAMOS A CONVOCAR UN PREMIO DE 20.000 PESETAS PARA UNA NOV<strong>EL</strong>A CORTA<br />

ON Mercef<strong>de</strong>s Fórmica sólo y úni~<br />

camerete pue<strong>de</strong> hablarse s<strong>de</strong> las<br />

cosas en torno <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>liciosamente<br />

cordiaü. No hay en eüa estiramientos<br />

ni tiesuras. Dos segundos<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l primer sacudo la charla<br />

toma ios caiuoes <strong>de</strong> una conversación<br />

entre amigas, casi como contando<br />

dos <strong>de</strong>í dterecho y dos <strong>de</strong>l revés en<br />

una. imaginaria labor <strong>de</strong> punto. Siendo<br />

parla <strong>de</strong> mujeres es natural este<br />

picotear constante <strong>de</strong> un tema a otro,<br />

die lo divino a lo humano, <strong>de</strong> lo trascen<strong>de</strong>nte<br />

a lo intrascen<strong>de</strong>nte 1 . ¿De e*te<br />

revoloteo nuestro nos vendrá el<br />

bautizo <strong>de</strong> 'icabeza a páiaros'"?<br />

A mietíia cha ría le entran a una<br />

ganas dte 1 <strong>de</strong>cir: "Bueno, ¿jugamos a<br />

que tu enes una novelista y yo una<br />

periodista?" *<br />

—Jugamos.<br />

Y, entradas en el juego, le hago la<br />

primera pregunta:<br />

—Si tuvieras que publicar en "La<br />

D E C L A R A C I O N E S DE M E R C E D E S F Ó R M I C A<br />

Novela <strong>de</strong>l Sábado" alguna obra <strong>de</strong><br />

nuestros clásicos, ¿por cuáles te <strong>de</strong>cidirías?<br />

—Por cualquiera <strong>de</strong> las "Novelas<br />

ejemplares" <strong>de</strong> Migtaeü <strong>de</strong> Cervantes.<br />

—¿Para ti qué faceta <strong>de</strong> la novelística<br />

es más interesante, el argumento,<br />

la técnica o el estilo?<br />

Merce<strong>de</strong>s calla un momiento, me<br />

mira <strong>de</strong> frente, piensa un poquito, y<br />

comienza a hablar, suavizando cada<br />

paJafora y alegrándola con esa punta<br />

<strong>de</strong> acento andaluz tan peculiar en<br />

ella.<br />

—Es una cuestión q*i¡e ha dado iugar<br />

a <strong>de</strong>bates interesantísimos. Don<br />

José Ortega, por ejempjo, otorga primada<br />

a la técnica, 'ta obra <strong>de</strong> arte<br />

—nos dice— vásse más <strong>de</strong> su forma<br />

que <strong>de</strong> su maíeria, y <strong>de</strong>be la gracia<br />

especial que <strong>de</strong> ella emana a su estructura,<br />

a su organismo 1 . La técnica<br />

<strong>de</strong> Dostoyevsky —<strong>de</strong>í que arranca la<br />

evolución <strong>de</strong>l género—, hasta las expresiones<br />

actuales, es la concentra-<br />

ción <strong>de</strong> la trama en tiempo y lugar."<br />

Baraja, al contrario, asegura: "Una<br />

novela es posible sin argumento, sin<br />

arquitectura, sin composición."<br />

A mi enten<strong>de</strong>i, ©1 novelista <strong>de</strong>t> c<br />

situarse frente a una realidad cu^Iquijera<br />

-nía nuestra o la die los <strong>de</strong>más,<br />

la que es o la que pudo ser, y<br />

con una técnica premeditada o instintiva,<br />

qu¡e en este último supuesto<br />

quizá sea el hombre que enmascara<br />

la inspiración— y extraer d£<br />

esa realidad lo que contenga <strong>de</strong> sustancial<br />

y verda<strong>de</strong>raimente novelesco.<br />

Poco importará la trema. Ningún<br />

asunto, por anodino que parezca, por<br />

etpectaouíar y trepidante, también<br />

por folletinesco, <strong>de</strong>berá ser rechazado.<br />

La triama! sólo servirá <strong>de</strong> fondo.<br />

£1 ambiente tendrá una jei arquia<br />

superior, una jerarquía muy estimable,<br />

pero el ambiente tampoco bastará.<br />

La medula <strong>de</strong> la novela nos la<br />

proporcionarán los senes. El novelista<br />

se sumergerá <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada criatura<br />

y trasladará al ánimo <strong>de</strong>l lector<br />

su gran<strong>de</strong>za, su vulgaridad 0 su<br />

miseria, y lo transmitirá por ellos<br />

mismos, es <strong>de</strong>cir, serán los propios<br />

personajes los que se <strong>de</strong>scubran. Eí<br />

noveiista no <strong>de</strong>be <strong>de</strong>finir, pero el<br />

lector ha <strong>de</strong> cerrar la novela llevándose<br />

un cabal concsciimiiento <strong>de</strong> cuantos<br />

seres intervienen en ella. ¿Recuerdas<br />

-Santuarios", <strong>de</strong> Faarfkner?<br />

Lo que allí suce<strong>de</strong> pudo suce<strong>de</strong>r ®n<br />

cualquier parte. Sin embargo!, su lectura<br />

nos produce la sensación <strong>de</strong><br />

verda<strong>de</strong>ro. diesiltumbra miento y sus<br />

persona jes que<strong>de</strong>n con nosotros para<br />

siempre. Algo parecido ocurre con<br />

"lilucha", el cuento <strong>de</strong> Dostoyevsky.<br />

Toda, esta magnífica lección <strong>de</strong><br />

novelar ha ido hablántiom¡eja Merctries,<br />

<strong>de</strong>spacito, conforme la meditaba,<br />

en ese tono abierto y pausado<br />

do quien piensa un memento en voz<br />

ailta. Hacemos un altillo en este juego<br />

<strong>de</strong> la novelista y la periodista y<br />

se inicia una asno subintervJú, en<br />

la que recordamos —traído al hilo<br />

<strong>de</strong> la charla— "IJ Capoto", aquella<br />

inoitvid.albbe pialícuía i tadiana don<strong>de</strong><br />

un conmovedor pobre infeliz y su<br />

abrigo, son capaces <strong>de</strong> iremower fibras<br />

tan 1 sensibles <strong>de</strong>l alma. Ya puestas<br />

en esta subeónversación comienza<br />

el tiroteo <strong>de</strong> siempre: ¿Te acuerdas<br />

<strong>de</strong> aquella otra película?, ¿recuerdas<br />

en aquella novela?, ¿a ti no te emociona<br />

aquel poema?... Cada una remoza<br />

para la amiiga esas inolvidables<br />

"estaciones" don<strong>de</strong> el alma se<br />

ha ido quedando una y otr» viez.<br />

—^Volvemos al asunto <strong>de</strong> mi visita?<br />

—VoLvBimüs. *<br />

—¿Cuál crees tú que pueda ser ia<br />

la razón por la cual el problema<br />

religioso llegue con tanto empuje B<br />

la novela contemporánea?<br />

—Voy a contestar con la máxima<br />

sinceridad. Os niña, nve enseñaren<br />

a huir <strong>de</strong>l "respfeto humano", cuando<br />

se trataba <strong>de</strong> estas cuestiones.<br />

Existe una razón auténtica, la reacción<br />

1 natural d¡ei hombre empujado<br />

por los acontecimientos <strong>de</strong> la pasada<br />

contienda., qu? do han arerrado<br />

a Dios. Caso típico di <strong>de</strong> la novelista<br />

Beatriz Beck, úStúmo Premio<br />

Concourt, judia conversa. En su nc¡vela<br />

"León Morin" yo he visto, a<br />

pesar d*el inevitable <strong>de</strong>sagrado que<br />

pue<strong>de</strong> producir en conciencias católicas<br />

"<strong>de</strong> siempre", como la nuestra,<br />

el estado <strong>de</strong> ánimo <strong>de</strong> su criatura<br />

qui2 busca te yerílad.<br />

— Y dame ahora, ¿qué escritores<br />

colaborarán en tu colección?<br />

. Con acento rotunda que no admite<br />

medias tintas contesta:<br />

—£n "La NOMjla <strong>de</strong>l Sabido" coí&fcorarán<br />

todos los valoi.es auténticos.<br />

—¿Tamlbién los nov-SIes?<br />

—iNíaturaJtmentie, y para dar .más facilida<strong>de</strong>s,<br />

"la Novela <strong>de</strong>l Sábado" tn<br />

creado un concurso <strong>de</strong> novela corta,<br />

con varios premios, el primero <strong>de</strong><br />

20.000 pesetas, cuyas bases publicaríamos<br />

en brteve. A este concurso podrán*<br />

acudir tanto los nBMeíistas consagrados<br />

como los novóles.<br />

Y ahora viene como anillo al <strong>de</strong>do<br />

el .explicar el porqué <strong>de</strong> las peguntas<br />

anteriores que "no parecíaaV'<br />

comptetaimiente "en torno 1 " a "La Novela<br />

<strong>de</strong>l Sábado". Imagino que ha sido<br />

esa serie <strong>de</strong> opiniones sobre ei<br />

género novelístico expuestas por<br />

Merce<strong>de</strong>s Fórmica, la miejor manera<br />

<strong>de</strong> orientar a nuestros lectores <strong>de</strong><br />

hoy y a sus concursantes <strong>de</strong> mañana,<br />

<strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

género se ajustan más a la i<strong>de</strong>a quu<br />

sobre él sustenta su directora.<br />

Llegado él tema <strong>de</strong> Jos r.cveles,<br />

siempre humanisiimo e interesante,<br />

le pregunto:<br />

—¿Crees que ien. Miteratura existen<br />

muchos '-genios inéditos"?<br />

—(Más que inéditos yo diría frustra<strong>de</strong>te.<br />

La pobreza pue<strong>de</strong> ser un acicate<br />

para la creación. La absokita<br />

miseria, su muerte.<br />

—íYa que las


CAPÍTOL: "¡Sueños días, señor<br />

etefante!".—De Vittopio <strong>de</strong> Sica,<br />

par Vittori© <strong>de</strong> Sica, con Vittorio<br />

<strong>de</strong> Sica. También trabaja Sabú.<br />

^ I esta película fuese Española, diriamos<br />

^ que el cine <strong>de</strong> España s: ha puesto a<br />

4a cabeza <strong>de</strong>l cine mu-odiad-. Del nu v¿> riñe<br />

itaiia-no ya «o hay necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo. P-üciíJas<br />

como ésta tienen la .<strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> un<br />

libro, d. un cuadro, <strong>de</strong> una -estatua, <strong>de</strong> un<br />

edificio, <strong>de</strong> una sinfonía. Sobre pdícutfas<br />

como ésta podrían escribirse multitud <strong>de</strong><br />

artícuilos. Forzado a ¡a brev.dad, enumeraré<br />

irnos cuantos temas en que eí espectador<br />

áé>. fijarse y sobre los qi'e pue<strong>de</strong> escribir<br />

otros tantos arJcuJos.<br />

i* Para dar una i<strong>de</strong>a auténtica <strong>de</strong> 3o<br />

qu-2 es <strong>de</strong> veras un diputad», <strong>de</strong>b;- retrat<br />

Tsele <strong>de</strong> \ spaldas.<br />

2. s Obsérvese c!mo reaccionan una prostituta<br />

y una religiosa ante ua '.¡leíante reoión<br />

<strong>de</strong>stetado.<br />

V* Nótese cómo se sicnt_> -si comunismo<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un convento <strong>de</strong> meajas,<br />

4, 9 Compár.se lo que ha obtenido <strong>de</strong><br />

Sabú el cine norteamericano con tío que<br />

ha cbíenido <strong>de</strong>| mismo actor el CÍIÍÍ" itadiano.<br />

^, e En la película también esti. ik cuestión<br />

soca!. La película Ja plantea


CONTRAPUNTO<br />

DJEMAL RECH1D, EN <strong>EL</strong> ATENEO<br />

OS qu? hemos acutí-do a los dos<br />

L conciertos que la Orquesta <strong>de</strong><br />

Radio Nacional ha celebrado en el<br />

Atento madrileño, bajo 13 dir


so, indica una interna lucha entre el<br />

amor y el temor, un amargor contenido<br />

que le hace crispar las manos hacia<br />

arriba con un gesto impotente. La figura<br />

mas representativa es la <strong>de</strong> Sisera<br />

el cananeo. Sisera está con<strong>de</strong>nado a<br />

una angustia sin tregua. Su dolor no<br />

es sólo aflicción <strong>de</strong> sentimiento, es <strong>de</strong><br />

un escozor punzante; tiene el sentido<br />

<strong>de</strong> la pre<strong>de</strong>stinación y <strong>de</strong> la fatalidad.<br />

Su canto tiene todos los tintes <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento,<br />

está impregnado <strong>de</strong> un sabor<br />

<strong>de</strong> lágrimas contenidas. Es un canto<br />

que tiene toda la <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za triste<br />

<strong>de</strong> un atar<strong>de</strong>cer, semejante a las notas<br />

ocultas <strong>de</strong> la «Meditación <strong>de</strong> Thais», <strong>de</strong><br />

Massenet.<br />

El momento máximo <strong>de</strong> la ópera es<br />

la oración <strong>de</strong> Débora. Su voz reluce en<br />

medio <strong>de</strong> toda la fastuosidad colorista<br />

<strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> Jerasalén. Tiene el colorido<br />

<strong>de</strong> acción <strong>de</strong> gracias y <strong>de</strong> grito jubiloso,<br />

algo salvaje. El orgullo <strong>de</strong> tenei<br />

a Dios al lado <strong>de</strong> su pueblo, y también,<br />

a la vez, la comprensión humana, <strong>de</strong><br />

mujer, al pensar que en el campo enemigo<br />

habrá esposas que llorarán a-sus<br />

hombres y hermanas a sus hermanos,<br />

y también la madre <strong>de</strong> Sisera, que se<br />

asomará a la ventana para preguntarse<br />

impaciente por qué tarda tanto su ca-<br />

. rrp <strong>de</strong> combate. La oración <strong>de</strong> Débora<br />

tiene un final agudo, casi metálico, a<br />

dúo con ia luz casi gris neón <strong>de</strong> la luna<br />

que sale y el fulgor, como <strong>de</strong> antorchas,<br />

<strong>de</strong> todas las miradas:<br />

* COSÍ periscono tutti i nemici tuoí,<br />

[Signare,<br />

ma quelli che ti amano rifulgano casi<br />

[come splen<strong>de</strong><br />

ü solé al suo levarsi.<br />

El final es inesperado. Pizettl termina<br />

el drama, que queda inconcluso en<br />

las páginas <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> los Jueces.<br />

Jaei, otra Judith, salva a su pueblo matando<br />

a Sisera; pero el amor se supera,<br />

se sublimiza —el amor pue<strong>de</strong> más que<br />

la muerte— y Jael muere sobre el caláver<br />

<strong>de</strong> Sisera el cananeo. En escena<br />

ia misma luz gris casi neón <strong>de</strong> la luna.<br />

En «Débora y Jael» lo que une ei<br />

mundo angustioso <strong>de</strong> todos los personajes<br />

es su oculto y a la vez brillante<br />

sentimiento religioso. Si se quitase, cada<br />

hombre gritaría al cielo su <strong>de</strong>sgracia<br />

y toda mujer lloraría <strong>de</strong> rabia y <strong>de</strong><br />

impotencia. Y la luz no sería pálida,<br />

sino que tendría el color cobar<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

una tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> tormenta.<br />

FRANCISCO DE P. SOLANO<br />

Roma, mayo 1953.<br />

A primera vez que Francisco Higinio<br />

L Cravtíro Lopes tomó contacto coa ti.rra<br />

española no pisó, sino cayó. Camino a<br />

<strong>Madrid</strong> tripulaba una avioneta, cuya integridad<br />

física era por si misma una razón<br />

<strong>de</strong> heroísmo, y los motor, s comenzaron a<br />

rator por tierras toledanas. La ílanura era<br />

una invitación al espanto; pero «Mí, i-n lo<br />

alto. Dios Vigilaba.<br />

<strong>EL</strong> generad Craveiro Lopes, T f-- •<strong>de</strong>l Es- <<br />

tado v "portugués <strong>de</strong> gema", s gún Sa castiza<br />

frase que tien<strong>de</strong> a puntualizar estos<br />

<strong>de</strong>tali s


<strong>EL</strong> TEMA DE LA QUINCENA<br />

OFENSIVA VEGETAL<br />

N<br />

O tiene nada <strong>de</strong> particular que ia<br />

irrupción pujante <strong>de</strong> la prima-<br />

Mera lleve al primer piano <strong>de</strong> la<br />

actualidad ciudadana, en una coordinada<br />

ofensiva vegetal las rosas <strong>de</strong>l<br />

Paique <strong>de</strong> la Cinda<strong>de</strong>la, las flores <strong>de</strong>!<br />

Pasco <strong>de</strong> Grar.cia y las hie bas <strong>de</strong> la<br />

feria <strong>de</strong> San Pondo.<br />

La <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za, perfección y fragilidad<br />

<strong>de</strong> las rosas atrae cada año a la<br />

Exposición ¡lei Parque <strong>de</strong> ia Ciuda<strong>de</strong>la<br />

una multitud, curiosa y recataaa,<br />

que sabe <strong>de</strong>sechar otros pasatiempos<br />

tal Mez más apasionantes y viene a<br />

pasar un rato ¿unto a esas rosas tan<br />

u.tvemente expuestas; una multitud<br />

que no falta a 13 cita y pasea cuidadosamente<br />

entre las rosas, admirando<br />

y comentando en voz baja su color,<br />

su forma y también sus nombres:<br />

rosa "Satán 1 ", rosa "Regina Pací<br />

5".<br />

Sí» podría hairfarse un poco <strong>de</strong> la<br />

función social <strong>de</strong> las rosas. Y probablemente<br />

entonces podríamos traer<br />

a cuento ese intercambio <strong>de</strong> rosales<br />

entre la ciudad <strong>de</strong> Portland (O.cgon,<br />

en los Estados Unidos) y Baicelona.<br />

Un grupo americano ha llegado estos<br />

días a nuestra ciudad con el rosal<br />

que nos regala el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Portland,<br />

y el rosal ha sido plantado en<br />

!os jardines <strong>de</strong>l Parque déi Turó-<br />

Nuestro Municipio ha correspondido<br />

obsequiando a la ciudad <strong>de</strong> portland<br />

con un esqueje <strong>de</strong>l rosal que lleva el<br />

nombre <strong>de</strong> "Ciudad <strong>de</strong> Barcelona".<br />

Pero no sólo la presencia aristocrática<br />

<strong>de</strong> las rosas resulta grata en<br />

el tráifago ciudadano. Esas flores humil<strong>de</strong>s,<br />

esas íloredilas temblorosas<br />

que han aparecido entre el césped <strong>de</strong><br />

los recién construidos parterres <strong>de</strong>l<br />

paseo <strong>de</strong> Gracia, han sido acogidas<br />

por todos con una rápida sonrisa <strong>de</strong><br />

simpatía. En poco tiempo la ten<strong>de</strong>n-<br />

cia a aprovechar bor<strong>de</strong>s y rincones<br />

en las gran<strong>de</strong>s avenidas para poner<br />

un poco <strong>de</strong> vida vegetal y multicolor<br />

entre eí g.is fatigoso <strong>de</strong>l asfalto<br />

ha ganado para todos una nueva alegría:<br />

la compañía sedante y discreta<br />

<strong>de</strong> un poco <strong>de</strong> Naturaleza, <strong>de</strong> un poco<br />

<strong>de</strong> ca¡mpo en plena urbe.<br />

•Pero como si esas irrupciones mínimas<br />

y domesticadas no bastaran, al<br />

menos en este tiempo primaveral, ahí<br />

está la feria <strong>de</strong> San Poncio, feria <strong>de</strong><br />

hierbes aromáticas y medicinales<br />

que cada año, en ei día <strong>de</strong> este ( Sanio,<br />

inva<strong>de</strong> victoriosamente la barcelonesa<br />

calle <strong>de</strong>l Hospital. La feria <strong>de</strong><br />

San Poncio fue una <strong>de</strong> las pocas que,<br />

muy justamente, se libraron <strong>de</strong> la<br />

prohibición general <strong>de</strong> celebrar feliass<br />

en el interior <strong>de</strong> la ciudad. Y<br />

es que la feria <strong>de</strong> San Por.cio tiene<br />

sus raices muy a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la tradición<br />

ciudadana. Eso <strong>de</strong> tener ante<br />

los ojos, al aire Ubre <strong>de</strong> una mañana<br />

primave-a!, toda la gama extensísima<br />

<strong>de</strong> hierbas medicinales no parece<br />

cansar. Podremos creer más o<br />

menos en sus virtu<strong>de</strong>s curativas; pero<br />

ese escepticismo eventual no nos<br />

ha <strong>de</strong> impedir acercarnos, y si nos<br />

acercamos, también es posible —¿por<br />

qué no?— que nuestro escepticismo<br />

Wsq-iee. Y fuego, sumare nos queda<br />

Ja ÍM?US» <strong>de</strong> ía mie¡. el arrrpe, los<br />

dulces v confituras, que —tffrezclando<br />

lo du'ce con lo Otil—- son otra <strong>de</strong> las<br />

características <strong>de</strong> esta feria primaveral<br />

<strong>de</strong> San Poncio.<br />

LA ESCULTURA<br />

El San Jorge, <strong>de</strong> Rebatí<br />

Con <strong>de</strong>stino a una capilla <strong>de</strong> la<br />

Costa Brava Juan Rdxd! ha hedió<br />

•Coqueta", bronce <strong>de</strong> Granyer<br />

satmc a BONA-<br />

CRQNISTA, LOR£HZO G0MI5<br />

un San Jorge <strong>de</strong> alabastro que durante<br />

unos días ha estado expuesto<br />

en las Galerías Syra. Este San Jo—<br />

ge es impresionante. Lo primero que<br />

¡«run<strong>de</strong> es respeto. Uno se queda parado^<br />

atento, tratando <strong>de</strong> <strong>de</strong>scub.ir<br />

el secreto <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> tan ab umadora<br />

sencillez. Si uno se er.contrara<br />

este San Jorge en algún camino,<br />

su sosiego, su majestad, le forzarían<br />

a <strong>de</strong>tenerse. Sí, io primero que<br />

infun<strong>de</strong> este San Jorge es un profundo<br />

respeto. ¿Acaso no es eso lo primero<br />

que <strong>de</strong>be infundir una imagen<br />

religiosa? He aquí, pues, por don<strong>de</strong>,<br />

por el camino <strong>de</strong>l arte estricto, esta<br />

imagen alcanzo el primer efecto qu .*<br />

<strong>de</strong>ba preponerse cualquier obra <strong>de</strong><br />

arte religioso. Y es curioso notar<br />

que, ahora que tanto se discute alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong>l arte sagrado, Refouíl ha<br />

logrado una ob.-a que aleja toda discusión.<br />

Aleja toda discusión po que<br />

se impone, crea alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> si una<br />

atmósíera <strong>de</strong> silencio. Hay que limitarse<br />

a mirar, a admirar. La espiritualidad<br />

<strong>de</strong> una imagen es siesnpc<br />

a'go sumamente misterioso. ¿De qü£<br />

dfpen<strong>de</strong>? Diríamos que todo el espíritu<br />

que el artista "lia puesto" en la<br />

círa, toda la entrega, toda la iluminación<br />

personal, se "ha quedado" allí,<br />

disuelto en la "disposición" <strong>de</strong> la<br />

oto a, a la v¡ez en los rasgos y en la<br />

actitud. Había visto fotografías <strong>de</strong><br />

este San Jorge, pero las fotografías<br />

no dan i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la sensación <strong>de</strong> presencia<br />

que ía visión <strong>de</strong> la imagen<br />

impone. Hay una casi imp.erccptib".e<br />

fatiga en el cuerpo, una espara atenta<br />

en el rostro, una perJrecta —y extraña,<br />

y solemne—-. naturalidad en la<br />

actitud con que el santo parece "posar"<br />

ante nosotros, haberse quedado<br />

un momento, y ya siempre. Y todo es<br />

tan sencillo y tan extraño, que <strong>de</strong>spierta<br />

en nosotros una disposición<br />

interrogativa, implora ti va, comu' icativa.<br />

¿No es acaso esto también lo<br />

que una imagen reiigiosa <strong>de</strong>be proponerse?<br />

Y otra vez v.oi ver temos a<br />

las consi<strong>de</strong>raciones sobre el arte sagrado.<br />

PtfO todo lo que esta figu a <strong>de</strong> alabastro<br />

irradia pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse en una<br />

: ncfóeza.<br />

El "zoo", <strong>de</strong> Granyer<br />

¡Qué fantástico, qué pj;o el "zoo"<br />

que José Granyer expone estos días<br />

en las Galerías San JorgJ Esculturas<br />

—bronces y terracotas—, dibujos<br />

y grabados, todo se conjuga admiiaib:umente<br />

para ponernos ante los<br />

OÍOS un mundo <strong>de</strong> animales humanísimos,<br />

burlescos y enternecidos. Un<br />

mundo <strong>de</strong> fantasía arbitraria, que<br />

no es a.>bitrarin en t. graciosa, dieciochescos-<br />

Ün mundo <strong>de</strong> anJmaies <strong>de</strong><br />

pie, o sentados, tocando el violln o<br />

leyendo un libo, con una naturalidad<br />

que no dtibe sorpren<strong>de</strong>rnos y<br />

que, naturalmente, no nos so.prend..<br />

La poesía lo convierte todo en realidad.<br />

Y estas figuritas <strong>de</strong> animalest<br />

a n espontánea y resignadainente<br />

humanos, .vienen a ;er un tabularlo<br />

inocente, una colección <strong>de</strong> fábu.as<br />

sin enseñanza, ni malicia, ni truco,<br />

puramente inocentes, pursm»nt>j<br />

gio.losas. Cada figura es un prodigio<br />

<strong>de</strong> enervación y, también, un prod.gio<br />

<strong>de</strong> adivinación psicológica. De<br />

^ro ¿adivinación <strong>de</strong><br />

q é? ¿De las costumbres <strong>de</strong> cada<br />

ai.fcmai? ¿Del lado humano —si puedo<br />

<strong>de</strong>cirse— <strong>de</strong> cada bestezuela?<br />

¿l>2l homJx-e que recuerdan o que<br />

imitan? ¿De lo que nosotros pensamos<br />

o pansarísanoa ai verles en tai<br />

o cuaí actitud? Las interrogaciones<br />

podrían multiplicarse in<strong>de</strong>finidaoiL-nie.<br />

Tal vez la respuesta pueda ssr la<br />

siguiente: el "zoo', <strong>de</strong> Gianye;, es<br />

un mundo <strong>de</strong> animales en libertad,<br />

en libertad interior, se entien<strong>de</strong>; un<br />

mundo <strong>de</strong> animales en dimingo, <strong>de</strong><br />

animales ociosos, <strong>de</strong> animales en un<br />

universo cortesano y dieciochesco.<br />

ti "zoo", <strong>de</strong> Cranyer, es un mundo<br />

no visto, adivinado, inventado, es <strong>de</strong>cir,<br />

poético. Y el humor <strong>de</strong> esta coiyc^ó/i<br />

no dj£>3 tRvjn.os a un er.gjnJ<br />

qjc seria lamentable: pensar que<br />

es tib a --testVi» o S3.castiCd. No<br />

aquí el humor es puro, limpio, no se<br />

aparta ni un instante <strong>de</strong> la emeció/f<br />

—<strong>de</strong> la comprensión— creadora. Y<br />

este "Adolescente", esta "Coqueta",<br />

ese "Narciso", ese "Hciaby", aquella<br />

"Duda" o aquel "Stomníeig" —qué<br />

acierto en los títulos— pertenecen<br />

al inundo <strong>de</strong>l arte más estricto.<br />

Pensemos en otro tipo <strong>de</strong> escultura.<br />

Una ninfa, por ejeimiplo. Una ninfa,<br />

escultóricamente, no es sino un "modo<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir"; lo que se '"dice" no es<br />

la ninfa, es todo, es la creación. Do<br />

la misma manera, pues, a través <strong>de</strong><br />

este "zoo", se nos está diciendo todo,<br />

s-e nos está "diciendo" toda la<br />

creación.<br />

He hablado <strong>de</strong> la escultura. Pero<br />

también hubiera podido referirme a<br />

los dibujos <strong>de</strong> Granyer. A esa "Feria",<br />

a los "Saltimbanquis", al "Doporte,<br />

a ese admirable y casi musical<br />

"Circo".


tí VENO, ya se entien<strong>de</strong>: una sola carta nú hace tapete; En el mapa<br />

L* nuestras letras, sobre el <strong>de</strong>sierto extremeño, gustaría <strong>de</strong> alzar mi castillo<br />

<strong>de</strong> naipes, barajar las figuras, incluso apuntar posibles teorías. Evoco,<br />

y es el arrullo <strong>de</strong> la tórtola: cálido, amante... ¿Esto?, memoria <strong>de</strong> aro-<br />

•tnas; el sano humo <strong>de</strong>l carboneo, el monte. Es Uano el paraje, polvoriento,<br />

<strong>de</strong> tierra adusta, <strong>de</strong> temperaturas extremadas. Hay un fondo <strong>de</strong> sierra boscosa;<br />

encinares, y un primer término <strong>de</strong> chaparros, brezo, jara, retamas;<br />

en las quebradas el tomillo <strong>de</strong>clina; azulean los romeros <strong>de</strong> seca flor; recociéndose,<br />

en los bajíos, cañadas amarillentas. Los invierno» son duros,<br />

con heladas <strong>de</strong> abril que arrasan los tardíos; ardoroso y palúdico el verano.<br />

Evoco a trescientos metros sobre el nivel <strong>de</strong> una Extremadura mese<br />

lera y grasa, <strong>de</strong> cielos altos y berrocales calientes. Vn rebaño avanza por<br />

los secanos <strong>de</strong>l cor<strong>de</strong>l. En la campiña, labriegos tendinosos, curtidos, <strong>de</strong>-reservado<br />

continente, mínimo el gesto, sobrios, taciturnos.<br />

Cerraría los ojos, y a la luz <strong>de</strong>l alma..., ¡pero menos, con los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong><br />

una mano!, me pongo a contar en silencio, para mi secreto gozo; y son<br />

Í!DÍ, tres, cinco <strong>de</strong>dos: los cinco actos <strong>de</strong> una balada legendaria, la Fantasía<br />

heroica <strong>de</strong> Extremadura.<br />

Él primer acto se llama Romanidad. A orillas <strong>de</strong>l Guadiana, una dudad<br />

memorable: <strong>de</strong> Memórida, Aterida, en las vegas <strong>de</strong> Prometeo liberado,<br />

elíseos tierras hesperales, <strong>de</strong> frutos dorados como fuego, <strong>de</strong> inocencias<br />

que magnifican el primer crimen, con la fatalidad serena y misteriosa <strong>de</strong><br />

la creación... Pero no se me dio carta <strong>de</strong> este paloi<br />

Ni <strong>de</strong> este otro: Badajoz, nostalgia <strong>de</strong>l Héspero, Véspero, cuando Extreruadura<br />

se extien<strong>de</strong> «allá el Tajo», por las llanadas <strong>de</strong> Mentejo, empinándose,<br />

asomándose al mar. Estábamos preparados, con voluntad <strong>de</strong> mar.<br />

Sólo que también tengo (fue <strong>de</strong>scartarme.<br />

Y es que aquí está, en medio: Cáceres, tercer acto <strong>de</strong> la Fantasía. (El<br />

cuarto acto, Trujillo; en su escenario hay ventanas que miran a Guadalupe,<br />

a Yuste. Importa, ya lo creo. Pero no lo explayemos hoy, entre prisas.)<br />

Nos quedamos en Cáceres, última hora <strong>de</strong>l mundo medieval; cuando<br />

aparece con limites, con unidad administrativa, este concepto fascinante:<br />

aExtremadura». Nuestro propio nAlén», a extremo Honro, tierras <strong>de</strong> señorío.<br />

De gran<strong>de</strong>s maestres, <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>nes militares, <strong>de</strong> vértebra <strong>de</strong> Caballería. Lo<br />

justo. Más que lo justo, porque se necesita <strong>de</strong>sencamar el espíritu burgués<br />

- ¿he dicho «espiritun?—, y entonces la indisciplina se torna hábito; la acometividad,<br />

carácter; la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, sátira; la actitud, espinosa, y la austeridad,<br />

signo extremeño; que no se mueve ganoso <strong>de</strong> linajes ni <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

o dineros, sino para propio ennoblecimiento <strong>de</strong> la acción, por hermosear<br />

esa altivez cetrina, no renunciando al endurecimiento <strong>de</strong> la evasiva aristocracia<br />

heredada <strong>de</strong>l leonés. Historia sigue a Geografía: la sirve. León abajo,<br />

por la Calzada <strong>de</strong> la Plata, y en busca <strong>de</strong> Poniente, hendiendo las espadas<br />

<strong>de</strong> sus ríos, a <strong>de</strong>scansar. No a morifi Porque el sol que hun<strong>de</strong> sus<br />

eventos <strong>de</strong> oro, <strong>de</strong> Europa o toro, en esta orilla, es para mejor enganchar<br />

la muleta <strong>de</strong> la noche y revelarnos el Occi<strong>de</strong>nte Nuevo, allá, alba <strong>de</strong> América.<br />

Trae un horizonte <strong>de</strong> pueblos con gran<strong>de</strong>za: Salamanca, Avila, Toledo,<br />

Badajoz —hermana, pero ¿celosa?—, *y al Oeste, Portugal». Así no es tan<br />

fácil. Pues ¿/cómo eludir las influencias, hacerse <strong>de</strong> un estüo, tallar la piedra<br />

eterna con recia personalidad? Avila es vieja, loba Roma, cuna <strong>de</strong> un<br />

rey, <strong>de</strong> otro rey y otro rey. Toledo, corte: absorbente, centralizadora. Salamanca,<br />

Universidad, universalidad: mediodía <strong>de</strong> los cuatro puntos cardinales<br />

<strong>de</strong> la cultura; los otros, París, Bolonia, Oxford. Asentada en un <strong>de</strong>clive.<br />

Cáceres, en altozano. Salamanca, dorada y plateresca; plateada Cóceres,<br />

con sitierías <strong>de</strong> pizarra, ejecutorias 6e Pjzarro, suelos calcáreos, toires<br />

grises y espejismos <strong>de</strong> ciudad lunar. Salamanca, soleada y sotada en<br />

la arcilla, cosechera <strong>de</strong> guirnaldas <strong>de</strong> piedra vegetal, <strong>de</strong> piedra rosa y tternecita.<br />

Y Badajoz, ¿qué? Al Sur, rico en anchuras, con ríos <strong>de</strong> la Serena,<br />

nenúfares que duermen, aguas muertas. Mientras en Cáeeres tas caites son<br />

Adarve, las palmeras <strong>de</strong>sierto, tapiales <strong>de</strong> morería, •mujeres con el cántaro<br />

a la cabeza y en el rostro la angustia <strong>de</strong> nubes <strong>de</strong> tormenta» bajo un aire<br />

con sed, cargad» por las últimas salvas al santo en rogativa, entre rosas<br />

<strong>de</strong> pólvora y vírgenes <strong>de</strong> ojos brunos y pensativas.<br />

( Pasa a la página siguiente )<br />

SEVILLA<br />

Feria <strong>de</strong>l Libro<br />

C*STA primavera ha organizado el Minis-<br />

*-* terio <strong>de</strong> Información y Turismo, bajo<br />

la felin iniciativa <strong>de</strong> ese sevillano <strong>de</strong> adopción<br />

qoe es don Florentino Pérez Embid,<br />

director general <strong>de</strong> Información, una serie<br />

<strong>de</strong> actos culturales <strong>de</strong> los nías variados aspectos.<br />

Dorante el mes <strong>de</strong> mayo está presenciando<br />

la ciudad una semana <strong>de</strong> cine<br />

francés, otra <strong>de</strong> cine italiano, una exposición<br />

<strong>de</strong> arte contemporáneo <strong>de</strong> pintura<br />

—con representantes <strong>de</strong> las más significativas<br />

ten<strong>de</strong>ncias en España— y conciertos<br />

y exhibiciones <strong>de</strong> danzas y arte popular,<br />

que unas veces tienen el escenario <strong>de</strong>l<br />

Parque María' Luisa y otras las mejores<br />

salas <strong>de</strong> espectáculos sevillanas.<br />

El mismo día que se inauguró la exposición<br />

<strong>de</strong> arte contemporáneo en el pabellón<br />

mu<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> América, tuvo lugar<br />

la apertura, con asistencia <strong>de</strong> los señores<br />

Arias Salgado y Pérez Embid, <strong>de</strong> la Feria<br />

<strong>de</strong>l Libro, en la plaza <strong>de</strong> San Fernando.<br />

A indiscutible acierto <strong>de</strong>l Ministerio<br />

"y, <strong>de</strong> su <strong>de</strong>legación en Sevilla <strong>de</strong>be atribuirse<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> presentar una Feria <strong>de</strong>l<br />

Libro en momentos tan interesantes para<br />

la capital, teniendo en cuenta la enorme<br />

cantidad <strong>de</strong> extranjeros y visitantes que en<br />

primavera afluyen para gozar <strong>de</strong> sus encantos.<br />

La campaña en favor <strong>de</strong>l libro, por<br />

otra parte, era una apremiante necesidad<br />

que esta <strong>de</strong>legación —con exacto sentido<br />

<strong>de</strong> Su responsabilidad y labor— ha sabido<br />

ver. Poco o casi nada, si se exceptúa el formulario<br />

23 <strong>de</strong> abril, se había emprendido<br />

en este terreno. Que la siembra no cayó<br />

en baldío lo muestra bien a las claras el<br />

éxito <strong>de</strong> la presente Feria.<br />

Son aleccionadoras estas tareas, porque<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> divulgar con los vistosos recursos<br />

<strong>de</strong> la propaganda el amor al libro, informan<br />

muy elocuentemente sobre las<br />

aficiones y ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>l publico. Es una<br />

forma bien eficaz <strong>de</strong> tomar el pulso a las<br />

inquietu<strong>de</strong>s intelectuales <strong>de</strong> os pueblo.<br />

En esta Feria <strong>de</strong>l Libro se ha podido<br />

apreciar, por ejemplo, la preferencia <strong>de</strong> los<br />

sevillanos por las novelas. Es el género<br />

literario que va en cabeza en cuanto a las<br />

ventas. No han faltado los compradores<br />

<strong>de</strong> obras científicas. Por cierto que en este<br />

campo <strong>de</strong>staca la enorme labor editorial<br />

<strong>de</strong> ía Escuela <strong>de</strong> Estudios Hispanoamericanos<br />

hispalense, qne, en diez años <strong>de</strong><br />

existencia, ha lanzado mas <strong>de</strong> setenta volúmenes,<br />

aparte <strong>de</strong> sus publicaciones periódicas:<br />

«Anuario* y revista «Estudios<br />

americanos*.<br />

Otro acierto Jo constituye el haber <strong>de</strong>dicado<br />

algunos días <strong>de</strong>l certamen a orientaciones<br />

particulares <strong>de</strong> las publicaciones.<br />

Así, un día lo constituyó el <strong>de</strong>l libro infantil;<br />

otro, el <strong>de</strong> la mujer, y —como era ló-<br />

gico en esta tierra— el <strong>de</strong>l libro taurino,<br />

que constituyó un éxito.<br />

I-os libreros sevillanos y las casas editoriales,<br />

como Editorial Católica, con su<br />

reciente éxito *E1 mar está solo», <strong>de</strong> Montero<br />

GaJvacfae, han contribuido con gran<br />

entusiasmo al esperanzador resultado <strong>de</strong><br />

la Feria <strong>de</strong>l Libro, que ha merecido generales<br />

aplausos, así como la actuación <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>legado <strong>de</strong> información y Turismo, señor<br />

García Cernuda.<br />

Unos Ribera famosos,<br />

en Osuna<br />

En la ciudad <strong>de</strong> Osuna, la ducal y hermosa<br />

joya <strong>de</strong> la provincia sevillana, se encuentran<br />

algunos ejemplares <strong>de</strong>l «Españoleto»,<br />

este pintor que, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>l profesor<br />

Hernán<strong>de</strong>z Díaz, es uno <strong>de</strong> los «que mas<br />

genuinamente representan la veta brava<br />

<strong>de</strong> la pintara nacional».<br />

Las más antiguas pinturas <strong>de</strong>l «Españoleta»,<br />

conservadas en nuestra patria, se<br />

encuentran en la colegiata ursaonense.<br />

Una tradición antigua y muy divulgada<br />

asegura que, siendo virrey <strong>de</strong> Ñapóles<br />

don Pedro Télíez Girón —tercer duque <strong>de</strong><br />

Osuna— pasó por casa <strong>de</strong>l suegro <strong>de</strong>l<br />

pintor en el momento que el famoso<br />

cuadro <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Bartolomé colgaba<br />

<strong>de</strong> un balcón para lograr que se secase.<br />

Tal era la maestría, y el verismo que<br />

la pintura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>suello <strong>de</strong>l Santo Mártir<br />

reflejaba, que una enorme multitud se<br />

aglomeró alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ella. El gran duque<br />

<strong>de</strong> Osuna participó <strong>de</strong>l pasmo <strong>de</strong> la muchedumbre<br />

y procuró conocer al autor <strong>de</strong> tal<br />

maravilla. Aquí nació el mecenazgo que<br />

sacaría a José <strong>de</strong> Ribera <strong>de</strong>l anonimato.<br />

Y aquí también tiene su origen la hermosa<br />

colección que en la iglesia Colegial se conserva.<br />

Por cierto que algunos eruditos<br />

—Elias Tormo, entre otros— aseguran<br />

que el San Bartolomé conservado en el<br />

retablo mayor es, precisamente, el <strong>de</strong> la<br />

anécdota.<br />

Se queja, con razón, el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas Artes, señor Hernán<strong>de</strong>z<br />

Díaz, <strong>de</strong> lo poco divulgado que está<br />

el conocimiento <strong>de</strong> estas pinturas <strong>de</strong> Osuna.<br />

Especialmente el espléndido «Calvario»,<br />

que es la verda<strong>de</strong>ra joya <strong>de</strong> la colección.<br />

Este lienzo <strong>de</strong> la expiración <strong>de</strong>l Señor, valiosa<br />

muestra <strong>de</strong>l tenebrismo <strong>de</strong> su autor,<br />

adquiere extraordinaria fuerza y relieve,<br />

que nos hacen imaginar <strong>de</strong> manera especial<br />

en la figura <strong>de</strong>l Crucificado una realidad con<br />

auténticos valores escultóricos.<br />

Completan la colección los cuadros que<br />

representan a San Jerónimo, el ya mencionado<br />

<strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Bartolomé, el <strong>de</strong><br />

San Pedro y el <strong>de</strong>l martirio <strong>de</strong> San Sebastián.<br />

Obras que señalan, con una imprecisa<br />

cronología, el paso <strong>de</strong> los años y <strong>de</strong> los<br />

gran<strong>de</strong>s dolores <strong>de</strong>l pintor setabense, que<br />

ve <strong>de</strong>shonrado su nombre por el rapto <strong>de</strong><br />

su hija, obra <strong>de</strong>l segundo dan Juan <strong>de</strong><br />

EF ministro <strong>de</strong> Información y Turismo, acompañado <strong>de</strong> otras personalida<strong>de</strong>s,<br />

visita las instalaciones <strong>de</strong> la Feria <strong>de</strong>l Libro <strong>de</strong> Sevilla


( Viene <strong>de</strong> la página anterior }<br />

No seria más nada Cáceres, y ya era. Pero su personalidad tiene nombre;<br />

se llama Unidad. Cierto, una clave que no siempre he vistp correctamente<br />

interpretada, flebo ser sincero: que se ha entendido al revés; mirándola<br />

como el envés <strong>de</strong> una hoja, con la imagen que la pared se formaría,<br />

si le juera posible, <strong>de</strong>l tapiz que en ella pen<strong>de</strong>: <strong>de</strong>sh&achada, confusa.<br />

Cuidado; la confusión <strong>de</strong> estilos, culturalmente, se <strong>de</strong>fine -con un<br />

duro vocablo: barbarie.<br />

Cuando se habla <strong>de</strong> unidad suele que sea para exaltar la <strong>de</strong>l conjunto<br />

arquitectónico <strong>de</strong> la ciudad antigua. Es <strong>de</strong>cir, ¿todo romano? ¿O acaso arabe?<br />

¿O gótico? Se ha prodigado esta palabra: medieval. No muy <strong>de</strong>terminativa.<br />

Pero tampoco lo comprensiva que <strong>de</strong>searíamos. Cáceres monumental<br />

es la muralla romana, la mezquita, encamisada por el gótico en la iglesia<br />

<strong>de</strong> San Mateo, el palacio <strong>de</strong> Moctezuma... ¿Eh? Eso es la unidad: continuidad<br />

histórica, la impresionante fluencia <strong>de</strong> los siglos en la piedra, cauce<br />

inalterable,<br />

Y esto otro, unidad: la concentración geográfica, la alianza <strong>de</strong> culturcz<br />

fronterizas; tras <strong>de</strong> la fachada, con muros y alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong> fortaleza castellana,<br />

las dulzuras <strong>de</strong>l patio andaluz.<br />

Y esto, la unidad fonética: una gramática <strong>de</strong> resistencia entre el Andaius,<br />

Toledo y Portugal; insobornable a la agresiva finta <strong>de</strong> la I, la recia<br />

cuña cántabra. Y asi sucesivamente.^<br />

Austria. Pesares que le llevarán a la tumba<br />

en las hermosas tierras napolitanas.<br />

Ha sido un acierto <strong>de</strong>l Ayuntamiento<br />

<strong>de</strong> Osuna publicar ios discursos pronunciados<br />

en el homenaje a Ribera por loo<br />

señores Olid Maysonnave y Hernán<strong>de</strong>z<br />

Díaz. Las enseñanzas <strong>de</strong> éstos no se pier<strong>de</strong>n<br />

en unas palabras que, circunstanciales,<br />

no pasan <strong>de</strong> >in pequeño recinto. A<strong>de</strong>mas,<br />

constituyen un estímulo y un toque <strong>de</strong><br />

alarma. La bella iglesia que guarda los<br />

lienzos está en mal estado <strong>de</strong> conservación,<br />

y sería muy conveniente iniciar La campaña<br />

precisa para que los organismos competentes<br />

acudan a remediar su ruina. Ello supondría<br />

la pérdida <strong>de</strong> un valioso edificio y e!<br />

peligro <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición o grave daño para<br />

los inmortales lienzos riberescos.<br />

S villa, mayo 1953<br />

Enrique SÁNCHEZ FEDROTE<br />

GALICIA<br />

En julio se celebrará<br />

el 01 Congreso Arqueológico<br />

Nacional<br />

1J A sido ultimado el programa <strong>de</strong>l<br />

*••* III Congreso Arqueológico Nacional<br />

que tendrá lugar en Galicia en el mes <strong>de</strong><br />

juno próximo, con la participación <strong>de</strong> <strong>de</strong>stacados<br />

especialistas españoles y portugueses.<br />

El acto inaugural se celebrará en<br />

Orense, <strong>de</strong>sarrollándose tas sesiones <strong>de</strong> la<br />

asamblea en diversas ciuda<strong>de</strong>s gallegas. Los<br />

congresistas recorrerán los lugares <strong>de</strong> la<br />

región <strong>de</strong> mayor interés arqueológico, visitando<br />

citanias, grabados rupestres, monumentos<br />

medievales, etc. Visitarán también<br />

la zona norte <strong>de</strong> Portugal, principalmente<br />

la comarca arqueológica <strong>de</strong> Guimaraes»<br />

La fiesta <strong>de</strong> los «Mayos»<br />

La Asociaón <strong>de</strong> Cultura y Arte <strong>de</strong> la villa<br />

<strong>de</strong> Marín se propone cooperar activamente<br />

a la conservación <strong>de</strong> las tradiciones y costumbres<br />

populares. Como primera medida<br />

en este sentido —y secundando la labor <strong>de</strong><br />

otras agrupaciones similares— ha convocado<br />

un certamen con varios premios para<br />

renovar la fiesta <strong>de</strong> los «Mayo», <strong>de</strong> tan<br />

prestigioso pasado en la tierra gallega.<br />

En la calle <strong>de</strong> Pontevedra, <strong>de</strong> la ciudad<br />

viguesa, ha sido <strong>de</strong>scubierta una necrópolis<br />

romana. Los hallazgos, aparecidos con<br />

motivo <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong> cimentación <strong>de</strong> un<br />

nuevo edificio, se componen <strong>de</strong> unas estelas<br />

y aras funerarias, probablemente <strong>de</strong><br />

los primeros siglos <strong>de</strong> la era cristiana. AI<br />

<strong>de</strong>scubrimiento se le conce<strong>de</strong> gran importancia<br />

por tratarse <strong>de</strong>l único <strong>de</strong> este tipo<br />

Unr4*vVo<br />

que se ha. hecho en la provincia pontevedresa,<br />

y porque pone en claro ciertas dudas<br />

sobre los orígenes romanos <strong>de</strong> Vigo.<br />

Libros :<br />

La labor editorial <strong>de</strong>l mes ha tenido en<br />

Galicia diversas manifestaciones. Con el<br />

título <strong>de</strong> «Geografía <strong>de</strong> Galicia*, publicó<br />

el profesor Antonio Fraguas un interesante<br />

y apretado volumen, en el que estudia los<br />

aspectos geográficos <strong>de</strong>l piis <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

punto <strong>de</strong> vista físico, económico y humano.<br />

La obra, escrita con rigor sistemático<br />

y documentada información, va acompañada<br />

<strong>de</strong> mapas y estadísticas.<br />

Benito Várela Jácome ha publicado una<br />

copiosa antología, titulada «Poetas Gallegos».<br />

Incluye en eÜa a los que escribieron<br />

en castellano, en gallego o en ambos idiomas.<br />

El libro aparece dividido on épocas,<br />

y compren<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los poetas <strong>de</strong> los cancioneros<br />

medievales hasta los <strong>de</strong> esta misma<br />

actualidad. A la selección <strong>de</strong> las composiciones<br />

<strong>de</strong> cada uno prece<strong>de</strong> una sucinta<br />

nota bibliográfica.<br />

Entre los trabajos monográficos recientemente<br />

aparecidos merecen anotarse:<br />

«Torques cástrenos <strong>de</strong> alambres arrollados»,<br />

<strong>de</strong> Luis Monteagudo; «La noche <strong>de</strong> San<br />

Juan en Galicia*, <strong>de</strong> Jesús Taboada; «Juegos<br />

infantiles en la comarca <strong>de</strong> Tuy»<br />

y «Los manuscritos ¡asinos <strong>de</strong>l falso Turpín»,<br />

en el que Albert Hamel aborda un tema<br />

relacionado con el Códice CaÜxtino.<br />

Arte<br />

Por lo que respecta a la actividad artística,<br />

hay que registrar la presentación<br />

al patronato eonespondiente <strong>de</strong>l proyecto<br />

<strong>de</strong> Museo <strong>de</strong> Compostela. En realidad, la<br />

obra ya se había empezado el pasado año<br />

con la restauración <strong>de</strong> la fachada gótica<br />

<strong>de</strong>l edificio, realizada por el Patrimonio<br />

Artístico. Dicho edificio tendrá en casi<br />

toda su extensión tres plantas, y en él se<br />

alojará no sólo el Museo, sino el Archivo<br />

<strong>de</strong> Santiago. Las más importantes salas<br />

<strong>de</strong> aquél se hallarán terminadas en el<br />

veraio <strong>de</strong>l año próximo para instalar en<br />

ellas la gran Exposición Jacobea, que se<br />

organiza con motivo <strong>de</strong>l Año Santo.<br />

Durante el mes se has celebrado las siguientes<br />

exposiciones: en La Corona, <strong>de</strong><br />

Gerardo Porto y Enrique Velázquez; en<br />

Compostela, <strong>de</strong> Juan Mareé, Alejandro<br />

Paisa y Miguel purvantaoff; en Viga, <strong>de</strong>l<br />

pintor Abelenda y <strong>de</strong>l caricaturista Arrondo,<br />

y es El Ferrol, una <strong>de</strong> Francisco<br />

Iglesias.<br />

Bajo el sugestivo título <strong>de</strong> «Tradición<br />

artística y monumental <strong>de</strong> Galicia», dijo<br />

una conferencia en La Coruña el arqueólogo<br />

doy Ángel <strong>de</strong>l Castillo. La lección constó<br />

<strong>de</strong> dos partes: una consagrada al ambiente<br />

histórico <strong>de</strong> la Galicia artística y otra a la<br />

<strong>de</strong>scripción —ilustrada con proyecciones—<br />

<strong>de</strong> sus principales monumentos.<br />

En la misma ciudad se celebró un coloquio<br />

sobre «La pintura <strong>de</strong> hoy», en el que<br />

intervinieron el arquitecto señor Cebrián<br />

y los pintores Lugrís y Labra.<br />

El panorama musical se ha caracterizado<br />

por la intensidad <strong>de</strong> la temporada <strong>de</strong> conciertos.<br />

Dieron recitales en ias diversas<br />

ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la región la Orquesta <strong>de</strong> Cámara<br />

<strong>de</strong> Viena, las hermanas Pierrat, el<br />

pianista Leopoldo Querol, el Orfeón Infantil<br />

Mexicano, la Agrupación Albéniz,<br />

la Coral Polifónica <strong>de</strong> Pontevedra, etc.<br />

Merece citarse el hecho <strong>de</strong> la entrega a<br />

la Schola Cantorom, <strong>de</strong>l Seminario compostelano,<br />

<strong>de</strong> una interesante página musical<br />

<strong>de</strong>l P. Otaño, hallada en el Rastro<br />

madrileño. Se trata, al parecer, <strong>de</strong> una<br />

magnífica adaptación <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> Juan<br />

Montes, «Negra Sombra»<br />

Francisco FERNANDEZ<br />

SANTANDER<br />

Protección <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong><br />

a la Sociedad Filarmónica<br />

A conjurar la crisis música! a que me<br />

** refería en mi última crónica vino, con<br />

evi<strong>de</strong>nte (partunidad, la ayuda que, en<br />

forma <strong>de</strong> conciertos subvencionados, he<br />

comenzado a prestar al <strong>Ateneo</strong> —y por<br />

intermedio <strong>de</strong> él a la Sociedad Filarmónica<br />

<strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r— la Dirección General <strong>de</strong><br />

la información. Filarmónica y <strong>Ateneo</strong> han<br />

Llegado a un acuerdo, por virtud <strong>de</strong>l cual<br />

aquélla asume el pago <strong>de</strong> los gastos <strong>de</strong><br />

local <strong>de</strong> cada concierto a cambio <strong>de</strong> la asistencia<br />

gratuita <strong>de</strong> sus socios a éstos. Con<br />

ello el calendario <strong>de</strong> la Filarmónica se ha<br />

visto notablemente incrementado, mientras<br />

que el <strong>Ateneo</strong>, por su parte, pue<strong>de</strong><br />

ofrecer a sus socios con gratuidad absoluta<br />

este aliciente, ya casi olvidado en la historia<br />

<strong>de</strong> la sociedad<br />

Exposiciones<br />

Tras <strong>de</strong> unos meses casi en blanco, las<br />

salas <strong>de</strong> exposiciones se han animado en<br />

las últimas semanas. En la sala «Sur» colgó<br />

ana veintena <strong>de</strong> gratos lienzos el madrileño<br />

Fr, i cisco Arias: algún retrato, un <strong>de</strong>snudo,<br />

paisajes castellanos, varios bo<strong>de</strong>gones...<br />

Simultáneamente, en la sala <strong>de</strong>l<br />

Museo Municipal exponía unas telas religiosas<br />

el escultor Cacicedo, buen conocedor<br />

<strong>de</strong>l oficio sin duda, pero carente <strong>de</strong> esa<br />

cosa tan importante que se Uama inspira-<br />

El río Miño a su paso por La<br />

Guardia (Pontevedra)<br />

ción. La crítica juzgó con su silencio; el<br />

público, en cambio, acudió con afluencia<br />

inusitada.<br />

1.a mejor exposición <strong>de</strong> la temporada ha<br />

sido la <strong>de</strong>l joven y ya gran dibujante eord<br />

obés Alvarez Ortega, que, <strong>de</strong>spués, ha<br />

colgado sus obras en la Biblioteca municipal<br />

<strong>de</strong> Torrelavega. La firme línea <strong>de</strong> sus<br />

dibujos sirve una extraordinaria emoción<br />

lírica.<br />

No obstante, la actualidad artística <strong>de</strong><br />

la temporada no ha sido ésta, sino el nuevo<br />

retablo <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> la Anunciación,<br />

más conocida por «La Compañía». El retablo<br />

es obra <strong>de</strong> la señorita María Mazarrasa,<br />

generosa donante no sók» <strong>de</strong> sus<br />

pinturas, sino <strong>de</strong> la sencilla pero noble<br />

y rica armadura, que las encuadra. Des<br />

graciadamente, la obra no es un acierto.<br />

s .<br />

*<br />

•*•-. Í -'-.<br />

Puerto <strong>de</strong> Santan<strong>de</strong>r<br />

y la buena voluntad <strong>de</strong> la pintora no ha<br />

encontrado la madurez artística que exige<br />

un empeño <strong>de</strong> tanta responsabilidad como<br />

es cubrir el lienzo principal <strong>de</strong> una iglesia<br />

antigua y llena <strong>de</strong> historia<br />

Lluvia <strong>de</strong> conferencias<br />

La primavera ha traído ana abundosa<br />

cosecha <strong>de</strong> conferencias. Varios ilustres<br />

profesores han traído <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> ai<br />

<strong>Ateneo</strong> el eco, merecedor <strong>de</strong> todos los<br />

aplausos, <strong>de</strong> esa preocupación que es uno<br />

<strong>de</strong> loa ejes <strong>de</strong> la tarea <strong>de</strong> la activa Dirección<br />

General <strong>de</strong> Información la atención a la<br />

provincia. Leopoldo Eulogio Palacios<br />

García Gallo, López Amo han sido así<br />

otros tantos sembradores <strong>de</strong> la buenasemilla<br />

<strong>de</strong> la cultura para todos. Mas, simultáneamente,<br />

y aparte otras charlas y conferencias<br />

aisladas, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> dos cursillos<br />

<strong>de</strong> aliento preferentemente local, han<br />

venido a confirmar un hallazgo hecho aquí<br />

el pasado año, con ocasión <strong>de</strong>l ciclo celebrado<br />

con motivo <strong>de</strong>! centenario <strong>de</strong> Leonardo<br />

d,e Vinca; que eso <strong>de</strong> que a la gente<br />

no le gustan las conferencias es uno <strong>de</strong><br />

tantos mitos con que se nutre la pereza<br />

mental <strong>de</strong> algunos millones <strong>de</strong> españoles.<br />

Los cursillos <strong>de</strong> referencia, aun en marcha<br />

cuando estas líneas se escriben, han<br />

estudiado estos dos temas: El periodismo<br />

y los Estados Unidos <strong>de</strong> América. El primero<br />

se celebra bajo el patrocinio <strong>de</strong> la<br />

Dirección General <strong>de</strong> Prensa, y ha sido<br />

organizado por la <strong>de</strong>legación <strong>de</strong>l Ministerio<br />

<strong>de</strong> Información en Santan<strong>de</strong>r y la<br />

Asociación <strong>de</strong> la Prensa, y en él han participado<br />

como conferenciantes varios periodistas<br />

y escritores santan<strong>de</strong>rinos, y, como<br />

fi<strong>de</strong>lísimos alumnos, hasta cerca <strong>de</strong> ochenta<br />

matriculados y no pocos oyentes para<br />

cada lección. Y el éxito <strong>de</strong>l curso no está<br />

sólo en el número <strong>de</strong> los asistentes ai<br />

mismo, sino en la animación <strong>de</strong> los coloquios<br />

celebrados como remate <strong>de</strong> las conferencias,<br />

todas ellas celebradas en el salón<br />

<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>.<br />

juan<strong>de</strong>LIENDO<br />

• - " • ' -3


(Viene <strong>de</strong> la f>é§. Z4)<br />

cuerdo- Acaso haya sido preciso<br />

así. Ahora sería otra cosa; ahora<br />

yo mismo conozco mejor la<br />

verdad y no podría equivocarte<br />

ni siquiera adre<strong>de</strong>. Sólo quiero<br />

<strong>de</strong> ti el perdón y la misericordia<br />

—juntó las manos sobre las<br />

<strong>de</strong> ella y. muy bajo, afirmó—:<br />

Te he amado siempre, Mónica.<br />

Te amo y te amaré mientras viva.<br />

;.Me crees?<br />

—«Sí»—dijo ella, esta vez<br />

claramente. V le rozó con los labios<br />

las manos, todavía juntas.<br />

Sentía una rara conmiseración<br />

por el que hablaba, por si misma,<br />

por las copas, y los árboles,<br />

y los camareros, y los instrumentos<br />

<strong>de</strong> música que esperaban ya<br />

cerrados y por todo lo <strong>de</strong>más.<br />

—;.Me perdonas, me has perdonado<br />

hace tiempo?<br />

«Sí»- -repitió ella en voz<br />

ajas baja.<br />

—Mónica, vida <strong>de</strong> mi vida,<br />

ya no puedo darte nada; soy,<br />

hace mucho, mi prisionero, y<br />

nada es mío ya <strong>de</strong> toda esta<br />

ruina.<br />

La última pareja se había<br />

marchado ya y estaban sólo<br />

ellos en el jardín, con esas interferencias<br />

<strong>de</strong> los sueños en la<br />

realidad o, al contrario, en<br />

que personas diferentes y basta<br />

<strong>de</strong>sconocidas, e?tán, sin saberse<br />

cómo, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nosotros por algún<br />

tiempo, como estaban ahora<br />

los músicos, los camareros y<br />

hasta el viejo cerillero que disimulaba<br />

su cojera mucho mejor<br />

que antes con los pantalones <strong>de</strong>l<br />

uniforme nuevo. Algunos músicos<br />

habían recogido sus instrumentos<br />

y salido a ía calle. Todavía<br />

uno reunía las partituras<br />

sobre la caja <strong>de</strong>l piano. Un camarero<br />

vestido <strong>de</strong> calle miró<br />

<strong>de</strong>scuidadamente a su alre<strong>de</strong>dor.<br />

Era la hora <strong>de</strong> cerrar. Entonces<br />

sonó una voz <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el interior<br />

<strong>de</strong>l edificio, llamando:<br />

— ¡Elisa, Elisa!<br />

Ella se levantó y le dijo adiós.<br />

El se puso en pie. coa los ojos<br />

agrandados por una fulminante<br />

sospecha. Iba a <strong>de</strong>cir algo,<br />

cuando ella le apoyó suavemente<br />

los <strong>de</strong>dos sobre la boca.<br />

—No soy Mónica —le dijo—,<br />

pero no te importe <strong>de</strong>masiado.<br />

Esa historia que me has contado<br />

es la que nos lleva a la mayoría<br />

<strong>de</strong> las mujeres al cielo.<br />

Anduvo hacia la puerta, y ya<br />

en ella, se volvió ligeramente<br />

para <strong>de</strong>cirle <strong>de</strong> nuevo adiós.<br />

Luego <strong>de</strong>sapareció.<br />

<strong>EL</strong><br />

Títulos publicados;<br />

A O<br />

í / NA advertencia al lector antes <strong>de</strong> empezar. Esta sección que hoy abrimos<br />

se parece a otras: la <strong>de</strong> García Escu<strong>de</strong>ro, por ejemplo, en «Arriba».<br />

No nos duele el parecido. Al contrario, lo hemos <strong>de</strong>liberadamente buscado,<br />

('


M<br />

Entonces, como iluminado<br />

por una profunda seguridad interior,<br />

se acercó a ella y le dijo:<br />

—¡Tú eres, por fin!<br />

Ella le miró <strong>de</strong> hito en hito,<br />

mientras en sus labios se iniciaba<br />

uu levísimo movimiento <strong>de</strong><br />

repliegue. Por una parte, había<br />

bebido algo, y por la otra, ya<br />

era esa hora en que nada, por<br />

extraño que sea. pue<strong>de</strong> extrañarle<br />

a nadie en un lugar como<br />

aquél, don<strong>de</strong> los hombres y las<br />

mujeres, por lo común, asesinaban<br />

la noche entre fulgores <strong>de</strong><br />

«pipermint», lamentos <strong>de</strong> guita-<br />

Tas eléctricas y palabras evaporadas<br />

entre el humo azul <strong>de</strong> los<br />

cigarrillos. Pero é! proseguía,<br />

más cerca:<br />

—Calla, no me digas nada;<br />

quiero ser yo mismo quien rehaga<br />

nuestra historia antigua.<br />

En el jardín <strong>de</strong> verano sólo<br />

quedaban escasas parejas muy<br />

diseminadas. Las luces, aunque<br />

sabiamente rebajadas, dotaban<br />

a los árboles, eo la noche oscura,<br />

<strong>de</strong> una fantástica vida submarina.<br />

El se sentó a su lado.<br />

Los instrumentos <strong>de</strong> los músico?<br />

yacían enfundados y en <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n<br />

sobre el cuadrilátero, esperando<br />

el cambio <strong>de</strong> indumentaria<br />

<strong>de</strong> sus propietarios. A su vez<br />

ella, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mucho antes, le había<br />

observado con frecuencia durante<br />

la noche. Le recordaba no<br />

sabía qué película —las películas<br />

son más como recuerdos y<br />

nos están dotando <strong>de</strong> un pasado<br />

anímico tan inexistente como<br />

ninguno—- aquella facha larga y<br />

como <strong>de</strong>shilvanada, con la cara<br />

tan estrecha y los ojos tan oscuros<br />

y a<strong>de</strong>ntrados bajo la frente.<br />

Parecía, easi, casi, un aventurero<br />

<strong>de</strong> sociedad con aquel ensimismamiento<br />

melancólico que, <strong>de</strong><br />

cuando en cuando, se quebraba<br />

en las breves y duras agre-<br />

sivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mentón. Acaso estuviese<br />

aquel hombre entre los<br />

cuarenta y los cincuenta años.<br />

Ella se había <strong>de</strong>jado contemplar<br />

todo el tiempo, un poco hastiada.<br />

—No recuerdas nada — dijo él<br />

con un lejano y penoso matiz<br />

en la voz—; lo comprendo. Yo<br />

mismo he tardado. Pero luego<br />

—y aquí el mentón avanzó<br />

cruelmente hacia ella— todo ha<br />

sido una revelación, un relámpago<br />

que todavía me tiene temblando<br />

las manos. Verás, yo te<br />

ayudaré.<br />

E¡ hombre se retrajo, y una<br />

luz más intensa, a intervalos, le<br />

iluminó la mirada.<br />

—En aquella ciudad —comenzó—<br />

la vida entera parecía haberse<br />

<strong>de</strong>tenido mucho tiempo<br />

atrás, ¿verdad? Siempre, mientras<br />

estuve en slla, conocí las<br />

mismas cigüeñas por el verano.<br />

Una vez. y aun me estremezco<br />

al recordarlo, tapié un nido <strong>de</strong><br />

golondrinas junto a mi balcón;<br />

al año siguiente la golondrina<br />

volvió, y al otro, y al otro, hasta<br />

tres. ¿Tú sabes cuánto tiempo<br />

viven las golondrinas? Otra<br />

vez eché una rosa sobre el río;<br />

era un rosa a la que yo le había<br />

quitado cotf infinita impiedad y<br />

cuidado el corazón. La vi per<strong>de</strong>rse<br />

río abajo, llena como una<br />

copa. Al día siguiente volví.<br />

Pues bien, la rosa aquella, la<br />

misma, también volvió. ¿Me<br />

crees?<br />

Ella le escuchaba con tranquila<br />

atención, acaso pensando en<br />

otra cosa. Pero dijo que sí. No<br />

le importaba mucho, y también<br />

ahora, por primera vez, comenzaba<br />

a <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r sobre ella una<br />

tranquila paz. Se iba, por fin,<br />

aquella odiosa mujer <strong>de</strong>l cabello<br />

rojo con su amigo, y ya sólo<br />

quedaban dos parejas más<br />

—uua era Ja <strong>de</strong> Mario— sentadas<br />

a sus mesas, .con las manos<br />

cogidas y muy lejos una <strong>de</strong> la<br />

otra. En aquel momento él se<br />

aproximó más y siguió:<br />

—Por la alameda no vi pasear<br />

jamás uua sola persona diferente<br />

o <strong>de</strong>sconocida. Luego, muchan<br />

veces, he pensado que todo<br />

aquello <strong>de</strong>bió ser un sueño provinciano.<br />

Pero, ya ves, aquí estás<br />

tú contó una milagrosa refutación—hizo<br />

una pequeña pausa,<br />

cogió el vaso <strong>de</strong> ella y bebió.<br />

Ella lo agra<strong>de</strong>ció infinita men-.<br />

te, y por su cuenta comenzó a<br />

pensar en sí misma, <strong>de</strong>jándose<br />

acariciar por aquella voz que<br />

podía muy bien ser la voz <strong>de</strong><br />

cada cosa.<br />

—Estás casi como entonces.<br />

Ya sé que yo no —y sonrió un<br />

poco torcidamente, con amargura—,<br />

pero me vas a conocer en<br />

seguida. Tu piano, por aquel<br />

tiempo, empezó a sonarme íntimamente.<br />

La primera vez no rué<br />

una realidad, un hecho, sino un<br />

recuerdo. De pronto recordé haberlo<br />

oído antes. Y lo busqué, lo<br />

busqué sin <strong>de</strong>scanso por la ciudad,<br />

porque había olvidado dón<strong>de</strong>.<br />

Des<strong>de</strong> allí, antes <strong>de</strong> la hora<br />

<strong>de</strong>l paseu, escuchaba, apoyado<br />

en la pared silenciosamente. No<br />

me conocía casi nadie. Una tar<strong>de</strong>,<br />

<strong>de</strong> la iglesia próxima salió<br />

una vieja que, al pasar por mi<br />

lado, me introdujo unas monedas<br />

en el bolsillo. Seguramente<br />

me había tomado por un mendigo<br />

ciego. No te conocía aún;<br />

no sabía siquiera si serías tal vez<br />

un hombre. Pero aquella tar<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>l Corpus (¿vas recordando digo?),<br />

aquella tar<strong>de</strong> te seguí, y<br />

ya siempre, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los confines<br />

<strong>de</strong>l mundo, no he hecho sino!<br />

seguirte. ¿Me crees?<br />

—«Sí», dijo ella fríamente;,<br />

pensando todavía en sus cosas,<br />

CUENTO POR<br />

J. .MARÍA SÁNCHEZ - SILVA<br />

auuque sin po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rse<br />

aún <strong>de</strong> aquel lejanísimo relato.<br />

Y en aquel momento Mario y<br />

su pareja se levantaren y se<br />

Cueron, y él la hizo, al pasar,<br />

un guiño amistoso, al que ni siquiera<br />

contestó ella, porque el<br />

hombre había proseguido hablando.<br />

—Al principio — -<strong>de</strong>cía—- todo<br />

fue fácil. Pero pronto comenzaste<br />

a cansarte. Yo era mayor que<br />

tú, y la misma música, entre<br />

tus <strong>de</strong>dos, parecía un propósito<br />

más que un sentimiento. Me<br />

dijiste que ibas a empezar un<br />

viaje largo, y ya no te vi más.<br />

Empero, creo que sólo yo he hecho<br />

un viaje largo, un viaje <strong>de</strong>masiado<br />

largo, cuyo final es éste<br />

<strong>de</strong> hoy, este final que corre en-<br />

•tre tú y yo ahora mismo. ¿Compren<strong>de</strong>s<br />

?<br />

Afirmó y cruzó una pierna sobre<br />

la otra cou perfecta calma.<br />

—Es muy tar<strong>de</strong> ya para todo<br />

: —aseguró el hombre con la<br />

frente más inclinada—. Sin enibaigo,<br />

aunque no te importe saberlo,<br />

tu recuerdo me ha guiado.<br />

Te he buscado, he iniciado<br />

infinitas gestiones inútiles.<br />

Aquella maldita ciudad te sustrajo<br />

a mis ojos como si fueras<br />

su secreto. Yo soy —dijo, elevando<br />

la voz repentinamente—<br />

aquel joven que <strong>de</strong>struyó en ti<br />

el amor,<br />

Y guardó silencio con los ojos<br />

cerrados, como quien busca un<br />

<strong>de</strong>scanso inaplazable. Ella se había<br />

estremecido imperceptiblemente,<br />

acaso por el aire fresco<br />

que <strong>de</strong>scendía ahora como una<br />

esperada bendición entre los árboles.<br />

La voz <strong>de</strong> él, otra vez,<br />

sonó alterada y susurrante:<br />

—Porque no te enseñé la verdad<br />

quedé prendido en tu re-<br />

(Continúa en la páS- 23}


NUMERO<br />

PORTÁBALES PICH<strong>EL</strong>, AMANCIO:<br />

Maestros mayores, arquitectos y aparejadores<br />

<strong>de</strong> El Escorial. <strong>Madrid</strong>. 1952.<br />

320 páginas. 60 pesetas.<br />

Hace siete años publicó el señor<br />

Portábales Pichel el libro Los verda<strong>de</strong>*<br />

ros artífices <strong>de</strong> El Escorial. Ya entonces<br />

sustentaba la tesis que ahora<br />

refuerza con nuevos documentos: que<br />

el estilo herreriano no es <strong>de</strong> Herrera<br />

y que, por tanto, ni siquiera pue<strong>de</strong><br />

hablarse <strong>de</strong> herreriano estilo. «El estilo<br />

herreriano queda muerto», sentencia<br />

ahora. «¿Por qué se ha <strong>de</strong> seguir<br />

diciendo que en España hay un<br />

estilo herreriano en arquitectura., que<br />

tiene su raíz en El Escorial, y que<br />

Herrera es el arquitecto <strong>de</strong>l Imperio<br />

español,»<br />

El prologuista, Luis Astrana Marín,<br />

está totalmente <strong>de</strong> acuerdo con Portabales:<br />

«El estilo <strong>de</strong> Herrera es el estilo<br />

<strong>de</strong> Juan Bautista <strong>de</strong> Toledo... Luego<br />

el estilo <strong>de</strong> Herrera, tomado siempre<br />

por tipo El Escorial, no pasa <strong>de</strong><br />

ser un tópico. No existe.»<br />

El autor trae en apoyo <strong>de</strong> su tesis<br />

más <strong>de</strong> 100 documentos con copia fotográfica<br />

<strong>de</strong> los más importantes.<br />

Los eruditos tienen la palabra.<br />

SASSOKE, F<strong>EL</strong>IPE: ¡Estos mis papelitos,<br />

madre! Colección Literaria.<br />

Aguilar, S. A. <strong>de</strong> Ediciones. <strong>Madrid</strong>,<br />

1953. 282 páginas. 50 pesetas.<br />

Con una airosa nota preliminar <strong>de</strong><br />

Fe<strong>de</strong>rico Carlos Saina <strong>de</strong> Robles, se<br />

abre este libro, que es una recopilación<br />

<strong>de</strong> los pensamientos que en breves<br />

retazos publicó Sassone en las páginas<br />

<strong>de</strong>l ABC.<br />

Libro entretenido, ameno, que nos<br />

hace pensar sobre muchas cosas y que<br />

apenas <strong>de</strong>ja sin tocar algún aspecto<br />

<strong>de</strong> la vida. Des<strong>de</strong> el placer al dolor,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el amor al odio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el nacimiento<br />

a la muerte. Todo se convierta<br />

en fruto <strong>de</strong> reflexión para Felipe Sassone,<br />

que pasa <strong>de</strong> lo sentimental al<br />

humor y <strong>de</strong> lo alegre a lo triste constantemente<br />

a lo largo <strong>de</strong> estas páginas,<br />

don<strong>de</strong> no faltan ni el ingenio ni<br />

el garbo.—R. M.<br />

SOPEÑA, FEDERICO: La música europea<br />

contemporánea. Panorama y<br />

diccionario <strong>de</strong> compositores. Editorial<br />

Unión Musicali Española. <strong>Madrid</strong>,<br />

1953.<br />

La aparición <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong>l padre<br />

REVJSTA ATENEO<br />

Sopeña es siempre un acontecimiento<br />

en nuestra vida musical. El que nos<br />

ocupa hoy, lo será, quizá, más que<br />

ningún otro, hasta ahora. Piénsese en<br />

lo que pue<strong>de</strong> representar para el profesional<br />

o el aficionado la noticia<br />

clara y sistemática, crítica y objetiva,<br />

<strong>de</strong> escuelas, obras y autores que dan<br />

significación a nuestro tiempo. Hoy,<br />

que, gracias a tantos esfuerzos coinci<strong>de</strong>ntes,<br />

en los que la importancia <strong>de</strong><br />

la figura <strong>de</strong>l autor <strong>de</strong> este libro para<br />

nadie es <strong>de</strong>sconocida, se está logrando<br />

una apertura <strong>de</strong> nuestro mundo<br />

cerrado a horizontes más amplios, el<br />

vaiur <strong>de</strong> esta oora es inapreciable. En<br />

elia se hace verdad el tópico: «Indispensable<br />

en la biblioteca <strong>de</strong> toda persona<br />

que se interese por la actualidad<br />

musical.»<br />

Tras un amplio panorama <strong>de</strong> la música<br />

europea <strong>de</strong> los últimos años, un<br />

diccionario tí e compositores nacidos<br />

entre 1Ü75 y 1Ü20, con rápido bosquejo<br />

<strong>de</strong> su personalidad, datos biográficos,<br />

catálogo <strong>de</strong> obras y bibliografía, pone<br />

al alcance <strong>de</strong> la mano, fácil y cómodamente,<br />

la noticia imprescindible que<br />

sitúa y ayuda a la comprensión. Después,<br />

en una serie <strong>de</strong> apéndices, se estudian<br />

diversos aspectos actuales <strong>de</strong>l<br />

arte <strong>de</strong> los sonidos, completando así<br />

la visión total: el «jazz», la música<br />

mecánica, la música en los Estados<br />

Unidos, en Hispanoamérica y en la<br />

U. R. S. S., y la Liturgia. Un índice<br />

<strong>de</strong> autores citados hace fácil el manejo<br />

<strong>de</strong> este libro, limpiamente editado,<br />

que, a lo largo <strong>de</strong> sus doscientas páginas,<br />

recoge y or<strong>de</strong>na lo más importante<br />

<strong>de</strong> cuanto sobre estas materias se<br />

ha publicado hasta la fecha.—F.R.C,<br />

VRIES, P. GUILLERMO DE, S. J.:<br />

Oriente cristiano: Ayer. Colección Kasonemos<br />

nuestra Fe. Serie III, Manuales<br />

<strong>de</strong>l pensamiento católico. -Sociedad<br />

<strong>de</strong> Educación Atenas. <strong>Madrid</strong>,<br />

1953. 220 páginas. 25 pesetas.<br />

Se tien<strong>de</strong> en nuestras latitu<strong>de</strong>s a restringir<br />

el término cristiandad al Occi<strong>de</strong>nte<br />

latino, como si la Iglesia no fuera<br />

esencialmente universal, y como si<br />

sólo la interpretación <strong>de</strong> los occi<strong>de</strong>ntales<br />

fuera verda<strong>de</strong>ramente católica.<br />

Posee también el Oriente riquezas espirituales<br />

abundantes y, por otra parte,<br />

tiene el Oriente <strong>de</strong>recho a salvaguardar<br />

un estilo propio en todo lo que no quiebre<br />

la superior y necesaria unidad <strong>de</strong>¡<br />

dogma.<br />

Pero no es esta cuestión la que se<br />

propone el Padre De Vries, sino un estudio<br />

<strong>de</strong> conjunto acerca <strong>de</strong> la historia<br />

<strong>de</strong> las Iglesias orientales, <strong>de</strong> su doctrina,<br />

liturgia y piedad. La obra sera continuada<br />

con un segundo volumen acerca<br />

<strong>de</strong> la situación actual <strong>de</strong> las Iglesias<br />

orientales.<br />

BAGUE, ENRIQUE: La Alta Edad Media.<br />

Prólogo <strong>de</strong> Juan Petit. Seis Barral.<br />

Barcelona, 1953. Colección Historia<br />

<strong>de</strong> la Cultura Española. 594<br />

páginas.<br />

El amplio período histórico que va<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la batalla <strong>de</strong>l Guadalete hasta<br />

la época <strong>de</strong> San Fernando o <strong>de</strong> Jaime<br />

ei Conquistador tiene una importancia<br />

capital para compren<strong>de</strong>r nuestra<br />

historia posterior. De aquí el valor<br />

<strong>de</strong> este libro <strong>de</strong> vulgarización y<br />

síntesis, que, recogiendo ios estudios<br />

más recientes, expone la evolución política<br />

y cultural <strong>de</strong> manera clara y sistemática,<br />

muy bien ayudada por la<br />

abundancia <strong>de</strong> láminas.<br />

Una seré <strong>de</strong> subtítulos marginales<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cada capítulo y una a<strong>de</strong>cuada<br />

explicación <strong>de</strong> las ilustraciones hacen<br />

más fácil todavía su lectura. Anotemos<br />

la buena calidad general <strong>de</strong> las<br />

fotografías, aunque en algún caso —la<br />

catedral <strong>de</strong> Santiago, por ejemplo— resulten<br />

anticuadas por posteriores modificaciones.<br />

La conversión <strong>de</strong> los visigodos al catolicismo,<br />

la fastuosidad <strong>de</strong> la Córdoba<br />

ealifal o la europeización <strong>de</strong>l siglo<br />

XI, por escoger tres momentos cruciales,<br />

están claramente expuestos, sin<br />

olvidar nunca, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la visión general<br />

<strong>de</strong> cada época, los <strong>de</strong>talles reveladores<br />

<strong>de</strong> la vida social o la sensibilidad<br />

religiosa.<br />

CANOSA, RAMÓN: Historia menuda <strong>de</strong><br />

un pueblo gallego. Juventud, Barcelona,<br />

1953. 159 páginas.<br />

Resulta divertido leer estos recuerdos<br />

<strong>de</strong> la vida en Vivero hace ya bastantes<br />

años, cuando en tiempo pasado<br />

fuera <strong>de</strong> su patria chica permite<br />

al autor una mezcla <strong>de</strong> ironía y nostalgia,<br />

con cierta preocupación <strong>de</strong> interpretar<br />

históricamente los pequeños<br />

sucesos.<br />

Una galería <strong>de</strong> retratos muy bien<br />

fijados ocupa gran parte <strong>de</strong>l libro que<br />

pasa <strong>de</strong>spués a tipos más generales,<br />

agrupados por una misma profesión.<br />

Algunas <strong>de</strong> esas narraciones, como<br />

las <strong>de</strong>l juez, con su prestigio patriarcal,<br />

o <strong>de</strong>l tío Choumin, el gaitero, <strong>de</strong>notan<br />

fina penetración psicológica.<br />

El prólogo <strong>de</strong>l director <strong>de</strong>l «Faro <strong>de</strong><br />

Vigo» y unas cuartillas <strong>de</strong> Otero Fedrayo<br />

en gallego abren y cierran esta<br />

pequeña historia, que podría ser igual<br />

la <strong>de</strong> muchos pueblos <strong>de</strong> España.<br />

FERNANDEZ, FRAY ALONSO: Historia<br />

y Anales <strong>de</strong> la Ciudad y Obispado<br />

<strong>de</strong> Plasencia. Publicaciones <strong>de</strong>l De-<br />

MADRID, 23 DE MAYO LE 1953<br />

partamento Provincial <strong>de</strong> Seminarios<br />

<strong>de</strong> F. E. T. y <strong>de</strong> las J. O. N. S.<br />

Cáceres. 1S52. Biblioteca Extremeña.<br />

578 páginas. 88 pesetas.<br />

Un dominico, al que Torifeio Medina<br />

creyó i<strong>de</strong>ntificar como el enemigo<br />

<strong>de</strong> Cervantes, encubierto bajo el seudónimo<br />

<strong>de</strong> Avellaneda, es el autor <strong>de</strong><br />

esta Historia, que, <strong>de</strong>dicada a Felipe<br />

IV, se publicó por primera vez en<br />

1627. La obra no difiere en su composición<br />

<strong>de</strong> otras Historias locales escritas<br />

en aquellos años, como la <strong>de</strong> Segovia<br />

<strong>de</strong> Colmenares.<br />

Tras <strong>de</strong> procurar entroncar con la<br />

antigüedad clásica, i<strong>de</strong>ntificando la<br />

ciudad con una fundación griega, aserto<br />

avalado por las más rancias autorida<strong>de</strong>s<br />

geográficas, se va siguiendo<br />

paso a paso el crecimiento <strong>de</strong> Plasencia:<br />

fundaciones, pleitos, construcción<br />

<strong>de</strong> la catedral, historia <strong>de</strong> los claros<br />

linajes... Un apellido —-Monroy— se<br />

repite insistentemente, recordado incluso<br />

por hazañas femeninas, para venir<br />

a enlazar con el mismo Cortés. Como<br />

estas historias siempre tienen una visión<br />

amplia, se narran las vidas <strong>de</strong><br />

paisanos ilustres, el car<strong>de</strong>nal Carvajal<br />

o Ana <strong>de</strong> Jesús, que corrieron por<br />

Europa, encendidos por un afán apostólico.<br />

La progresiva centralización se <strong>de</strong>ja<br />

notar, reduciendo poco a poco la ciudad<br />

a su estrecho ambiente. A medida<br />

que su proyección en la historia<br />

<strong>de</strong>l Ríúno va siendo menor, aumentan<br />

las <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s fiestas, se<br />

trate <strong>de</strong> un Corpus o <strong>de</strong> unos funerales<br />

reales: los esplendores barrocos empiezan<br />

a iluminar esos años en que el<br />

libro llega a su fin.<br />

PRAWDIN, MICHA<strong>EL</strong>: Juana la Loca,<br />

Traducción <strong>de</strong> Eduardo Valentí. Editorial<br />

Juventud. Barcelona, 1953. Colección<br />

Gran<strong>de</strong>s Biografías. 238 páginas.<br />

80 pesetas.<br />

La interpretación que <strong>de</strong> la triste<br />

historia <strong>de</strong> Juana la Loca hace Michael<br />

Prawdin es radicalmente opuesta a la <strong>de</strong><br />

Ludwig PfandI: si éste sigue en la dinastía<br />

<strong>de</strong> los Austrias ese ramalazo <strong>de</strong><br />

locura que venía ya <strong>de</strong> Isabel <strong>de</strong> Portugal,<br />

madre déla Reina Católica, y alcanza<br />

hasta el príncipe don Carlos, Prawdin<br />

presenta, por el contrarío, a doña<br />

Juana como una víctima acosada por los<br />

proyectos contradictorios <strong>de</strong> su padre, su<br />

esposo y su hijo, como una mujer sentimental<br />

y con ansias <strong>de</strong> vivir que se pl&gaba<br />

difícilmente a la razón <strong>de</strong> Estado,<br />

a la que tan sacrificadamente dócil fuera<br />

la reina Isabel. Como continuadora<br />

en cierto modo <strong>de</strong> su política, consi<strong>de</strong>ra<br />

a su <strong>de</strong>sventurada laija, en la que pronto<br />

su orgullo español se sobrepone id<br />

amor a su marido, hasta ei punto úe<br />

convertirse en el más peligroso enemigo<br />

<strong>de</strong> los planes flamencos sobre España.


A la luz Se este enfoque <strong>de</strong>srilan los<br />

años felices <strong>de</strong> recién casados, los dos<br />

viajes a España, el forcejeo <strong>de</strong> las regencias<br />

y el larguísimo confinamiento en<br />

Tor<strong>de</strong>sillas. La leyenda <strong>de</strong> la locura <strong>de</strong><br />

amor, con las consiguientes aperturas <strong>de</strong>l<br />

féretro, jornadas nocturnas, etc., se <strong>de</strong>svanece<br />

con datos precisos. La liberación<br />

por los Comuneros se asemeja a una<br />

escena <strong>de</strong> sueño, con su imprecisión,<br />

con la impotencia que supone tantos<br />

años <strong>de</strong> aislamiento y la ausencia <strong>de</strong><br />

aquellas clases que tradicionalmente<br />

asesoraban a los monarcas en sus <strong>de</strong>cisiones.<br />

Solo en los últimos años se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

Prawdin a reconocer abiertamente<br />

la locura, patente en las visitas que le<br />

hizo San Francisco <strong>de</strong> Borja.<br />

Se echan <strong>de</strong> menos dos cosas esenciales:<br />

la presentación <strong>de</strong> un historiador español<br />

que avale un nombre <strong>de</strong>sconocido<br />

y un aparato documental que diese verosimilitud<br />

a ciertas afirmaciones capitales.<br />

Careciendo <strong>de</strong> ambas cosas, hay que<br />

consi<strong>de</strong>rar este libro como una biografía<br />

más al uso, en la que no faltan<br />

algunas apreciaciones un tanto <strong>de</strong> leyenda<br />

negra.'<br />

LEICHT, HERMANN: Historia <strong>de</strong>l Arte.<br />

Ediciones Destino. Barcelona, 1953.<br />

608 páginas.<br />

Nuestras Historias <strong>de</strong>l Arte suelen estar<br />

planeadas ccn criterio un poco uní'<br />

lateral. Las culturas no occi<strong>de</strong>ntales, o<br />

se estudian en cuanto antece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />

arte europeo, o en la categoría <strong>de</strong> artes<br />

exóticos suelen quedar relegadas a un<br />

lugar secundario. Hermann Leicht ha<br />

escrito esta Historia para paliar en lo<br />

posible ese error, <strong>de</strong>dicando mayor espacio<br />

a los estilos postergados.<br />

Señalemos el interés <strong>de</strong>l arte negro<br />

<strong>de</strong> Benin, expresión <strong>de</strong> las culturas primitivas<br />

africanas, replegadas hacia f.l<br />

interior <strong>de</strong>l Continente cuando empieza<br />

la colonización europea periferica.<br />

Este arte o ei <strong>de</strong>l Japón no son hoy<br />

más familiares por la influencia que<br />

han tenido en artistas recientes. Des<strong>de</strong><br />

Grecia a nuestros días se sigue el<br />

or<strong>de</strong>n ya clásico <strong>de</strong> exposición, introduciendo<br />

tan sólo el arte ruso tras <strong>de</strong>l<br />

bizantino. Las corrientes más mo<strong>de</strong>rnas<br />

se juzgan, si no con entusiasmo<br />

—el autor, ya entrado en años, nos lo<br />

confiesa—, si con la objetividad <strong>de</strong> un<br />

historiador que ha visto suce<strong>de</strong>rse ante<br />

sus ojos muchos estilos.<br />

En una obra <strong>de</strong> tan amplios horizontes<br />

no es posible quejarse si algunos<br />

matices o distinciones han <strong>de</strong>saparecrüo.<br />

El inscribir al Greco <strong>de</strong>cididamente<br />

en el barroco es una cuestión<br />

que habría <strong>de</strong> aquilatarse más;<br />

pero repetimos que son <strong>de</strong>talles que<br />

no cuentan a la hora <strong>de</strong> la valoración<br />

total.<br />

Las láminas en colores resultan en<br />

ocasiones un tanto arbitrarias, siendo<br />

entonces preferible una buena reproducción<br />

en blanco y negro. La presentación<br />

es, en general, cuidada.<br />

LLANAS DE NIUBÓ, RENATO: La Pasión<br />

<strong>de</strong> Nuestro Señor Jesucristo.<br />

Luis <strong>de</strong> Caralt. tíarcclona, 1953. Colección<br />

Cultura Rehgiosa. 303 páginas.<br />

50 pesetas.<br />

Se trata <strong>de</strong> una obra <strong>de</strong> valor <strong>de</strong>sigual,<br />

que amalgama datos evangéülicos<br />

y leyendas, referencias a hechos<br />

concretos acu»ies que <strong>de</strong>sentonan <strong>de</strong>!<br />

clima general y arrebatos <strong>de</strong> patriotismo,<br />

con uñ estudio médico y jurídico<br />

<strong>de</strong>l hecho histórico <strong>de</strong>l proceso y<br />

muerte <strong>de</strong> Jesús. No falta viveza <strong>de</strong>scriptiva<br />

ni un sentido religioso perfectamente<br />

ortodoxo; pero el estudio no<br />

está logrado, por la falta <strong>de</strong> armonía<br />

entre los componentes citados. Abundan<br />

interpretaciones <strong>de</strong>masiado personales<br />

y poco fundadas <strong>de</strong> personajes<br />

tan sólo trazados por algún dato en<br />

los Evangelios, como Judas, Piíatos o<br />

María Magdalena. Los últimos capítulos<br />

resumen superficialmente la historia<br />

<strong>de</strong> la Iglesia, para terminar con el<br />

versículo inicial («Quare fremuerunt<br />

gentes...») <strong>de</strong>l salmo 2, que el autor ha<br />

traducido inexactamente.<br />

El Santo Sudario en España. Documentos<br />

y vestigios. Biblioteca Sindoniana.<br />

Barcelona, 1952. 142 páginas.<br />

Un interesante empeño anima a los<br />

Cultores Sanetae Sinüonis en la publicación<br />

<strong>de</strong> este volumen: <strong>de</strong>mostrar.en<br />

lo que a España se refiere, la antigüedad<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>voción al Santo Sudario<br />

y la relación unánime <strong>de</strong> tales lienzos<br />

o cuadros con la Sábana Santa <strong>de</strong><br />

Turín, <strong>de</strong> la que muchos se <strong>de</strong>claran<br />

copia.<br />

Con la sola excepción <strong>de</strong>l Sant Drap,<br />

<strong>de</strong> San Feliú <strong>de</strong> Ciuixols, que se tiene<br />

por fragmento auténtico <strong>de</strong> los lienzos<br />

que envolvieron al Señor en el sepulcro,<br />

es fácil, bien porque se conserve<br />

la fecha y aun las peripecias <strong>de</strong> su llegada<br />

a España, bien porque la reproducción<br />

<strong>de</strong> las huellas <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong><br />

los incendios sufridos por el Sudario <strong>de</strong><br />

Turín permitan <strong>de</strong>ducirla, establecer<br />

esa relac.*n que viene a fortalecer históricamente<br />

la excepcional importancia<br />

<strong>de</strong> tan venerada reliquia," tradicionalmente<br />

custodiada por la Casa <strong>de</strong> Saboya.<br />

NARRACIÓN<br />

EAROJA, PÍO: Idilios y Fantasías. Colección<br />

Las Gemelas, Angeles Villarta,<br />

editora, <strong>Madrid</strong>, 1953. ly9 páginas.<br />

30 pesetas.<br />

Se inaugura la Colección Las Gemelas<br />

con una obra <strong>de</strong> don Pío Baroja..<br />

ya famosa, a la que, por tanto, no creemos<br />

necesario hacer crítica. Se trata <strong>de</strong><br />

Idilios y fantasías, una magnífica colección<br />

<strong>de</strong> cuentos que no se pue<strong>de</strong><br />

olvidar fácilmente. Creemos que Angeles<br />

Villarta ha elegido muy bien al reeditar<br />

esta obra. Hemos <strong>de</strong> censurarla,<br />

sin embargo, ese horrible efecto cinematográfico,<br />

poco serio, <strong>de</strong> haber impreso<br />

en una página, al modo <strong>de</strong> las<br />

películas, lo siguiente: «Colección Las<br />

Gemelas — presenta — a». Y en la página<br />

siguiente, con un dibujo <strong>de</strong> la cabeza<br />

<strong>de</strong> Baroja: «Pío Baroja — en —<br />

Idilios y fantasías.» Seriedad, por favor,<br />

cuando se trate <strong>de</strong> un escritor glorioso.<br />

BEKESSY, EMERY: Barrabás. Colección<br />

Uigante. JLuis <strong>de</strong> Caralt, editor.<br />

Barcelona, 1953. 298 páginas.<br />

50 pesetas,<br />

Emery Bekessy, novelista húngaro, na<br />

escrito una novela amena, que se <strong>de</strong>sarrolla<br />

en Israel, durante la vida <strong>de</strong><br />

Nuestro Señor Jesucristo. El ambiente<br />

arqueológico está magníficamente captado<br />

y la peripecia se adueña pronto<br />

<strong>de</strong> la atención <strong>de</strong>l lector.<br />

Se nos presenta en esta novela la<br />

resistencia y la rebeldía <strong>de</strong>l pueblo judio<br />

contra el yugo romano, lo que llegu<br />

a encarnar odios y ferocida<strong>de</strong>s, matanzas<br />

y rooos. Y en este ambiente <strong>de</strong> exaltadas<br />

pasiones surge la figura divina<br />

<strong>de</strong> Jesús para llevar el consuelo y la<br />

paz entre los hombres.<br />

Los personajes, varios <strong>de</strong> ellos históricos,<br />

están bien rene jados, aunque los<br />

hechos pertenezcan, en muchos casos,<br />

sólo a la fantasía <strong>de</strong> Emery Bekessy,<br />

pues el mismo Barrabás, personaje central<br />

<strong>de</strong> la obra, es pura invención.<br />

CAÑAS, JOSÉ MARÍA: Nubes y barro.<br />

colección Gigante. Luis <strong>de</strong> Caralt,<br />

editor. Barcelona, 1953. 286 páginas.<br />

50 pesetas.<br />

Siempre alegra la aparición <strong>de</strong> cualquier<br />

escritor nuevo, cuando éste se nos<br />

presenta con brío, como lo hace ahora<br />

con su primera novela José María<br />

Cañas.<br />

No es Nubes y barro una novela coa<br />

trama intrincada, con enredo, como<br />

suele ser frecuente en el género, sino,<br />

por el contrario, sencilla, cambiante a<br />

cada capítulo, como la vida misma.<br />

Un muchacho <strong>de</strong> espíritu inquieto,<br />

peregrino, es la figura central <strong>de</strong> la<br />

novela. Nacido en la pobreza y lleno<br />

<strong>de</strong> sueños, vive en el hampa, luchando<br />

siempre contra las circunstancias <strong>de</strong>sfavorables<br />

y el <strong>de</strong>sengaño. Pero él no<br />

se arredra. A través <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Juan,<br />

que éste es su nombre, van pasando el<br />

amor, la ilusión, el fracaso, la amistad,<br />

el dolor, la muerte y la alegría con su<br />

natural fluir, con su realidad cotidiana,<br />

y en esta serie <strong>de</strong> sucesos se va<br />

prendiendo el interés <strong>de</strong>l relato.<br />

Al modo <strong>de</strong> la novela picaresca española,<br />

Nubes y barro se <strong>de</strong>sarrolla en<br />

el hampa, teniendo por intérprete principal<br />

un solo personaje, que, como el<br />

picaro tradicional, se escapa <strong>de</strong> la casa<br />

<strong>de</strong> sus padres y no gusta <strong>de</strong>l trabajo,<br />

cosa que le lleva como a un Lazarillo<br />

<strong>de</strong> Tormes o a un Guzmán <strong>de</strong> Alfarache<br />

a cambiar <strong>de</strong> amo varias veces y<br />

a mendigar, pero siempre aferrado a<br />

sus imposibles sueños <strong>de</strong> gloria. De este<br />

último trascien<strong>de</strong> una gran ternura,<br />

una conmovedora humanidad.<br />

Bien <strong>de</strong>finido los caracteres <strong>de</strong> todos<br />

los personajes, rico el vocabulario, precisas<br />

y bellas las <strong>de</strong>scripciones. Nubes<br />

y barro es una buena novela, que nos<br />

revela a un autor, en el que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora<br />

pongo mis esperanzas.<br />

C<strong>EL</strong>A, CAMILO JOSÉ: Baraja <strong>de</strong> invenciones.<br />

Colección Prosistas contemporáneos.<br />

Editorial Castalia, Valencia,<br />

1953. 256 páginas. 40 pesetas.<br />

Reúne Camilo José Cela en este libro<br />

treinta y cuatro narraciones entre<br />

novelas cortas y cuentos, que van agrupados<br />

en las seis partes que componen<br />

el tomo.<br />

Tiene este volumen el acierto <strong>de</strong> recoger<br />

gran parte <strong>de</strong> la obra que el jo-<br />

ven novelista ya publicó en revistas y<br />

diarios, i acuitándonos con ello una colección<br />

interesante, que hubiera sido<br />

diiicii <strong>de</strong> reunir.<br />

Daüa la variedad <strong>de</strong>l libro, no faltan<br />

en el ni el humor <strong>de</strong>sgarrado <strong>de</strong> este<br />

autor ni lo doloroso y poético, que son<br />

notas irecuentes en la producción, ya<br />

muy considérame, <strong>de</strong> Camilo José Cela.<br />

tan precedidas estas narraciones <strong>de</strong><br />

una breve autoüiograiia <strong>de</strong>l novelista,<br />

que entre bromas y veras nos dice: «Me<br />

consi<strong>de</strong>ro el más importante novelista<br />

español <strong>de</strong>a <strong>de</strong> el tfü, y me espanta el<br />

consi<strong>de</strong>rar lo fácil que me resultó.»<br />

Destacan en esta Baraja <strong>de</strong> invenciones<br />

la novelita corta titulada Santa<br />

Balbina, 37, gas en cada piso, y La<br />

última carta <strong>de</strong> sir Jacob, joven sentimental,<br />

por no citar hasta media docena<br />

más.<br />

De estilo inconfundible, estas breves<br />

narraciones <strong>de</strong> Cela <strong>de</strong>leitan gran<strong>de</strong>mente<br />

y se recuerdan con agrado.<br />

CEREZO, VICENTE: Abismos. Lorenzo<br />

L e z a <strong>de</strong>l Castillo, editor. Bilbao,<br />

1953. 251 páginas.<br />

Vicente Cerezo, <strong>de</strong>l que no conocemos<br />

ninguna obra anterior, acaba <strong>de</strong><br />

publicar una novela <strong>de</strong> la que sólo es<br />

plausible su recto sentido moral. Lo<br />

<strong>de</strong>más resulta fallido y <strong>de</strong> mal gusto.<br />

La trama es bastante pobre y el estilo<br />

paupérrimo. A cada línea se tropieza<br />

uno con trozos como éste: «Amó<br />

apasionadamente a una linda muñeca<br />

<strong>de</strong> dorados cabellos», y otros por el<br />

estilo.<br />

COOPER, SIR DUPP: La hora <strong>de</strong> aquel<br />

corazón. Colección Ancora y Delfín.<br />

Ediciones Destino, S. L. Barcelona, a,f<br />

1953, 179 páginas. 45 pesetas. rtií<br />

Sir Duff Cooper, que, según creo, je:<br />

no había sido traducido a nuestro m<br />

idioma antes <strong>de</strong> ahora, acaba <strong>de</strong> hacer fié<br />

N L O C<br />

AGUSTÍN G. DE AMEZÜA: "OPUSCULOH<br />

EN este volumen reúne nuestro<br />

gran erudito los trabajos<br />

propiamente históricos<br />

acogidos bajo el arcaico título<br />

<strong>de</strong> Opúsculos, ya que los<br />

dos anteriores contienen los dispersos<br />

ensayos <strong>de</strong> carácter literario.<br />

Y se cierra la colección.<br />

Contamos, pues, en ella cerca<br />

<strong>de</strong> medio centenar <strong>de</strong> estudios<br />

<strong>de</strong> gran variedad <strong>de</strong> materias y m(<br />

riqueza <strong>de</strong> noticias, graves o en- esl<br />

tretenidas y curiosas. En coa- brt<br />

junto, un verda<strong>de</strong>ro monumen- Pj(<br />

to erudito en el que no faltan brt<br />

pesquisas interesantes para ía eor<br />

historia literaria y aun alguna <strong>de</strong><br />

obra <strong>de</strong> indispensable consulla lor,<br />

para el conocimiento <strong>de</strong>l tema finc<br />

correspondiente, como, por «Fe<br />

ejemplo, la que se leíiere a la esa<br />

novela cortesana o <strong>de</strong>terminadas n¡y<br />

semblanzas biográficas <strong>de</strong> escri-;>0I1<br />

torea contemporáneo»: Anuya, ar¡<br />

Maeztu, Rodríguez Marín, Pi- jj<br />

con, entre oíros. jue<br />

Amezúa congrega ahora sus;l t<br />

trabajos históricos menores, várese<br />

que así cabe llamarlos ai lado <strong>de</strong> ¡as<br />

los que culminan con la publi-dur<br />

cación <strong>de</strong> Isabel <strong>de</strong> Valois, obnil £<br />

en que el erudito se convirtió enas ,<br />

historiador. No faltan aquí tam-in ¡<br />

poco los camafeos y imniaturaj.uit<br />

que adornaban los tomos precemr<br />

<strong>de</strong>ntes. Así, la exposición <strong>de</strong> lan e<br />

i<strong>de</strong>a sobre la necesidad <strong>de</strong> una pe<br />

historia <strong>de</strong>l pensamiento p<br />

co en España, «Un juglar <strong>de</strong><br />

taño». «Tres humanistas espalezj<br />

les <strong>de</strong>l siglo XVI frente a la nteiza<br />

dicina» o «El tratado <strong>de</strong> las s»¡s u<br />

perdiciones y hechicerías diterj<br />

Fr. Martín <strong>de</strong> Castañeda», ravé<br />

Sin embargo, la nota propiíonti<br />

f


su presentación en España con una<br />

breve novela, traducida perfectamente<br />

por Rafael Vázquez-Zamora.<br />

Político y diplomático, sir Duff Cooper<br />

no ha escrito muchas novelas, que<br />

sepamos, aunque sí tiene publicados<br />

siete u ocho libros <strong>de</strong> diversos temas.<br />

La hora <strong>de</strong> aquel corazón encierra<br />

una ironía dolorosa, en la que no falta<br />

el interés, especialmente en los últimos<br />

capítulos. Escenas amorosas y<br />

algunos momentos <strong>de</strong> guerra son los<br />

principales ingredientes <strong>de</strong> esta breve<br />

novela centrada alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> Willie<br />

Maryngton, oficial <strong>de</strong>l Ejército británico.<br />

FERNANDEZ FLÓREZ, DARÍO: La<br />

hora azul. Kduun^i riennuu. ftiadríd,<br />

1953. 11U páginas. 22 pesetas.<br />

En estos momentos en que parece<br />

gue otra vez resurge la novela corta,<br />

muy olvidada pur ios novelistas <strong>de</strong> ios<br />

últimos años, aparece ésta <strong>de</strong> Daño<br />

Fernán<strong>de</strong>z Flórez para confirmar, una<br />

vez más, su gran calidad <strong>de</strong> narrador<br />

que sabe dar t:mucioii a lo que nana,<br />

<strong>de</strong>scribiendo caracteres y paisajes con<br />

viva expresión realista.<br />

La hora azul, llena <strong>de</strong> interés, dramática<br />

en extremo, es una novela que<br />

mantiene la tensión y en la que el<br />

autor capta con acierto los ambientes<br />

que presenta, logrando sus páginas<br />

más emotivas cuando nos <strong>de</strong>scribe el<br />

sobrecogedor incendio <strong>de</strong> un bosque<br />

<strong>de</strong> pinos.<br />

KNIHT, BRIGID: El Pacto. Colección<br />

Gigante. Luis <strong>de</strong> Caralt, editor. Barcelona,<br />

1953. 294 paginas. 50 pesetas.<br />

Es Brigid Knight una novelista sudafricana,<br />

que se ha inspirado precisamente<br />

en sus temas nacionales para<br />

:scríbir El Pacto, novela que nos presenta<br />

la lucha que en el siglo XIX<br />

mbo entre los colonos <strong>de</strong> origen infles<br />

y holandés sobre las tierras <strong>de</strong>l<br />

nenie histórica nos la dan otros<br />

aludios. En primer término, la<br />

ireve biografía <strong>de</strong>l marqués <strong>de</strong><br />

Mdai, y especialmente la menos<br />

revé <strong>de</strong> Ensenada; las páginas<br />

onsagiadas al Archivo General<br />

e Simancas y al Archivo His-<br />

>rico i^p-moí, sin olvidar el<br />

no y <strong>de</strong>licado cuadro sobre<br />

Felipe II y las flores». Amezua<br />

scribe con cordialidad. Es la<br />

iju una rroaa «lectiva que se<br />

mmueve sin tratar <strong>de</strong> oculrlo.<br />

iiay. cu fin, averiguaciones<br />

ie a su interés histórico unen<br />

anecdótico y hasta lo pintoseo,<br />

y entre ellas las <strong>de</strong>dicas<br />

a las primeras or<strong>de</strong>nanzas<br />

unicipales <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> (1585),<br />

Bando <strong>de</strong> Policía <strong>de</strong> 1591, a<br />

i andanzas y meditaciones <strong>de</strong><br />

procurador castellano en las<br />

itc» ue .tiddxiü, üe i59¿, o,<br />

r i'lti'-o. n la forma <strong>de</strong> viajar<br />

el siglo xvi.<br />

Pero lo mismo unos que oíros<br />

oas eslán tratados con la alta<br />

apostura académica y la noza<br />

<strong>de</strong> expresión que caractea<br />

todos los libros <strong>de</strong> Amezi'ia.<br />

una forma <strong>de</strong> gran dignidad<br />

¡raria Ja que ellos revisten a<br />

vés <strong>de</strong> un estilo que <strong>de</strong>lata el<br />

itinuo comercio con los clási-<br />

sur <strong>de</strong> África. Todo ello unido a complicadas<br />

historias amorosas, en las que<br />

se apoya para presentarnos dicha lucha,<br />

sin que los personajes centrales<br />

adquieran caracteres perfectam ente<br />

<strong>de</strong>finidos.<br />

La autora <strong>de</strong> El Pacto no titubea<br />

en hacer morir al personaje que le<br />

interesa con tal <strong>de</strong> que no la entorpezca<br />

su relato. Otras veces recurre a<br />

efectos innecesarios y absurdos, tales<br />

como el terror supersticioso que siente<br />

la protagonista en cierta casa y<br />

otros por el estilo.<br />

La traducción es buena, pero no<br />

consta el nombre <strong>de</strong>l traductor.<br />

MEDIO, MARÍA DOLORES: Nosotros,<br />

los Hívero. Colección Ancora y Delfín.<br />

Barcelona, 1953. 344 páginas.<br />

50 pesetas.<br />

Apenas conocida en el mundo <strong>de</strong><br />

las Letras, irrumpe ahora en la vida<br />

literaria española una nueva novelista,<br />

María Dolores Medio, recientemente<br />

ganadora <strong>de</strong>l Premio Nadal último.<br />

Su novela, la primera que publica, nos<br />

la presenta como una gran escritora,<br />

en la línea tradicional <strong>de</strong> nuestros<br />

mejores novelistas. María Dolores Medio<br />

narra con sobriedad, con justeza,<br />

pesando las palabras y atendiendo a<br />

los caracteres, que no <strong>de</strong>scuida ni un<br />

instante, por lo que nos da personajes<br />

vivos, logrados. En cuanto al ambiente,<br />

que es el <strong>de</strong> Oviedo, en el tiempo<br />

que va <strong>de</strong> 1924 al 1934, tenemos que<br />

afirmar que es otro acierto <strong>de</strong> la nueva<br />

novelista.<br />

Nosotros, los Rivero, es la historia <strong>de</strong><br />

una familia aventurera, inquieta, don<strong>de</strong><br />

resaltan rasgos a veces enternecedores.<br />

Es una lástima, un mínimo fallo <strong>de</strong><br />

la novelista, el caer a veces en el tópico<br />

como cuando escribe «un cielo sucio<br />

<strong>de</strong> algodón en rama» o «el tren, como<br />

una serpiente negra»; pero estos pequeños<br />

lunares son apenas nada en una<br />

novela <strong>de</strong> la alta calidad <strong>de</strong> Nosotros,<br />

los Rivero.<br />

cos españoles, cuyos giros son<br />

frecuentemente materia pegadiza<br />

en la pluma <strong>de</strong> nuestro escritor.<br />

De ahí el agrado con que<br />

se leen unos ensayos que tienen,<br />

a<strong>de</strong>más, en no pocas ocasiones,<br />

el atractivo <strong>de</strong> lo que es curioso<br />

por remoto y peregrino. Al en*<br />

trar por escondidos rincones <strong>de</strong><br />

la vida española <strong>de</strong> los siglos xvi<br />

o xvn, Amessua airea pormenores<br />

y vestigios, o fértiles hallazgos,<br />

con una elegancia que es<br />

también una reliquia <strong>de</strong>l pasado.<br />

Por eso es <strong>de</strong> <strong>de</strong>sear que estos<br />

trabajos, guardados como en vitrina<br />

en los altos y severos volúmenes<br />

<strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Investigaciones,<br />

<strong>de</strong>sciendan <strong>de</strong> ellos y<br />

se difundan en colecciones divulgadas,<br />

que corriendo <strong>de</strong> mano<br />


«ETUDES»: NUEVAS REVISTAS<br />

FRANCESAS.<br />

N el número <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> la revisla<br />

<strong>de</strong> los padres jesuítas<br />

franceses, Elu<strong>de</strong>s, André Bíanchet<br />

alu<strong>de</strong> a la aparición <strong>de</strong> tres nuevas<br />

revistas que acaban <strong>de</strong> nacer<br />

en París: Parisienne, Lettres Ñauveíles<br />

y la Nouveüe Revue Fran-<br />

»or la Real Aca<strong>de</strong>mia<br />

Española. El plazo <strong>de</strong> instancias<br />

finaliza el 31 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> 1954.<br />

T OS famosos premios Pulilzer<br />

•*•"* norteamericanos han sido<br />

concedidos esle año a los siguientes<br />

escritores <strong>de</strong> aquel<br />

país: al novelista Ernest Hemngway,<br />

por su obra «El anciano<br />

y el mar»; al escritor George<br />

Dangerfield, por su libro <strong>de</strong> historia<br />

<strong>de</strong> los Estados Unidos «La<br />

época <strong>de</strong> los buenos sentimientos»;<br />

a David J. Mayswm, por<br />

una biografía <strong>de</strong> Edmund Pen<strong>de</strong>iton,<br />

y al poeta McLeish, por<br />

su libro «Poemas escogidos».<br />

£ motivo <strong>de</strong> la I Exposi-<br />

^•^ ción Internacional <strong>de</strong> Artesanía<br />

se han convocado seis premios<br />

para artículos publicados,<br />

dotados, respectivamente, con<br />

2.500, 2.000, 1.500, 1.000, 750<br />

y 500 pesetas, sobre temas artesanos<br />

que tengan alguna relación<br />

con dicha exposición. Se<br />

conce<strong>de</strong>rán también otros tres<br />

premios <strong>de</strong> 3.000, 2.000 y 1.000<br />

pesetas a las mejores colecciones<br />

<strong>de</strong> artículos sobre el mismo<br />

tema. Los trabajos <strong>de</strong>ben enviarse<br />

a la Delegación Nacional<br />

<strong>de</strong> Sindicatos, Alfonso XII, 34,<br />

en ¡a primera quincena <strong>de</strong> junio,<br />

y por duplicado.<br />

T A Feria Internacional <strong>de</strong>l<br />

Campo ha convocado un interesante<br />

concurso <strong>de</strong> fotografías<br />

sobre temas <strong>de</strong> agricultura,<br />

gana<strong>de</strong>ría o industrias <strong>de</strong>rivadas.<br />

Se conce<strong>de</strong>rán tres premios<br />

<strong>de</strong> 3.000, 2,000 y 1.000 pesetas a<br />

las mejores colecciones <strong>de</strong> fotografías,<br />

y otros treB <strong>de</strong> 3.000,<br />

2.000 y 1.000 pesetas a las mejores<br />

fotografías aisladas. Kl<br />

plazo <strong>de</strong> admisión finaliza el 30<br />

<strong>de</strong> mayo, y las fotografías <strong>de</strong>ben<br />

enviarse a la Comisaría <strong>de</strong><br />

la Feria Internacional <strong>de</strong>l Campo<br />

(Huertas, 26, <strong>Madrid</strong>).<br />

IPf AN sido concedidos los premios<br />

Valencia, que costea<br />

aquella Diputación Provincial,<br />

con una cuantía <strong>de</strong> 30.000 pesetas<br />

en tres apartados <strong>de</strong> 10.009<br />

pesetas cada uno, que han correspondido:<br />

Para novela, a la<br />

obra «Volvió la paz», <strong>de</strong> Enrique<br />

Nacher Hernán<strong>de</strong>z, por<br />

unanimidad en el Jurado: teatro,<br />

a Fernando Vizcaíno Casas,<br />

por su comedia «El escultor <strong>de</strong><br />

sus sueños», que obtuvo cuatro<br />

<strong>de</strong> los siete votos <strong>de</strong>l Jurado, y<br />

poesía, a María Beneyto Cuñat,<br />

por su libro «Criatura múltiple»,<br />

que obtuvo también cuatro<br />

votos.<br />

€& E convoca el Premio Zaragozi<br />

para la mejor monografía<br />

fiobre «Historia <strong>de</strong>l teatro<br />

en Zaragoza». Instancias,<br />

hasta el 31 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />

1953 («B. O. P. <strong>de</strong> Zaragoza»<br />

<strong>de</strong> 8-4-53).<br />

T A Real Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Bellas<br />

*" Artes convoca el Premio<br />

Fiesta <strong>de</strong> la Raza, consistente<br />

en medalla <strong>de</strong> ero y título correspondiente<br />

pa; r a la mejor monografía<br />

sobre el tema «La pintura<br />

durante el siglo xix en una<br />

<strong>de</strong> las Repúblicas hispanoamericanas».<br />

El piaz© <strong>de</strong> admisión<br />

termina el 1 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1953.<br />

T A Dirección General <strong>de</strong> Ma-<br />

-""•^ rrueeos y Colonias y el Instituto<br />

ele Estudios Africanos ha<br />

convocado los premios, África<br />

<strong>de</strong> periodismo y literatura para<br />

1953. Se otorgarán premios <strong>de</strong><br />

5.000, 3.000, 2.500, 1.500 y 500<br />

pesetas a las cinco mejores colecciones<br />

<strong>de</strong> artículos <strong>de</strong>dicados<br />

a divulgar la labor <strong>de</strong> España<br />

en África y publicados <strong>de</strong>l I -ríe<br />

noviembre <strong>de</strong> 1952 al 20 <strong>de</strong> novieroim;<br />

<strong>de</strong> 1953. Dos premios,<br />

<strong>de</strong> 2.500 y 2.000 pesetas;, para<br />

las publicaciones periódicas,<br />

diarios o revistas, o emisoras no<br />

especializadas que hayan <strong>de</strong>dicado<br />

piavof ¡Mención a los temas<br />

africanistas. Un premio <strong>de</strong><br />

25.000 pesetas al mejor estudio<br />

histórico inédito <strong>de</strong> autor español<br />

sobre el tema «El Reino <strong>de</strong><br />

Granada y sus relaciones con el<br />

norte <strong>de</strong> África». El plazo <strong>de</strong><br />

admisión <strong>de</strong> trabajos finaliza el<br />

1 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>l presente año<br />

en la Dirección General <strong>de</strong> Marruecos<br />

y Colonias.<br />

¡O 1 A sido concedido el premio<br />

di 1 werioHisrao «Abril. 1953»<br />

al escritor don Salvador PanJker.<br />

]PfA sido concedido el Premio<br />

Internacional Venezia-<br />

L'Europeo, donado con cinco<br />

millones <strong>de</strong> liras, al escritor<br />

Riccardo Bacchelli, <strong>de</strong> sesenta y<br />

dos años.

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