ESTADO ACTUAL DE LA CARTOGRAFÃA DE LOS (2).pdf
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Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles N.º 58 - 2012,<br />
I.S.S.N.: 0212-9426<br />
Por otro lado, dentro del ámbito semiárido los modelos hidrográficos no suelen contemplar la<br />
elevada carga sólida que arrastran las aguas en avenida y la diferencia de comportamiento entre<br />
zonas encauzadas y de abanico, lo que hace muy complejo introducir estos aspectos en los<br />
mapas de peligrosidad.<br />
De acuerdo a todo lo anterior, para poder realizar un tipo de delimitación de territorios de riesgo<br />
a escala local eficaz y útil para su empleo en la ordenación territorial es necesario mejorar: el<br />
conocimiento de los elementos geográficos intervinientes; el reconocimiento del peligro natural<br />
que afecta a un territorio y el grado de riesgo a partir del repaso minucioso de eventos<br />
históricos. Con dicho análisis es posible por tanto elaborar una cartografía primera de espacios<br />
geográficos con riesgo en virtud del grado de ocupación antrópica del suelo.<br />
Dichas tareas han de ser completadas con el trabajo exhaustivo de campo y percepción del<br />
riesgo. En esta fase ha de compararse y matizarse sobre el terreno la valoración de espacios de<br />
riesgo realizada en la etapa anterior. El trabajo de campo y la encuesta personal con grupos<br />
sociales potencialmente vulnerables ante un peligro natural es una herramienta esencial de<br />
cualificación del análisis de riesgo. A partir del trabajo de campo se puede matizar el grado de<br />
riesgo otorgado a un espacio geográfico. El conocimiento de la percepción social del riesgo<br />
puede orientar sobre las estrategias de reducción o de gestión de las emergencias.<br />
Asimismo, es también importante conocer las medidas de defensa puestas en marcha, oficiales y<br />
privadas, para reducir el riesgo, valorar su efectividad con vistas a proponer mejoras en las<br />
mismas o completarlas con nuevas propuestas. Ello incluye también la revisión de la legislación<br />
existente para la prevención de los desastres naturales.<br />
Una vez considerados todos y cada uno de los aspectos mencionados, es el momento de<br />
relacionarlos sobre el papel con los resultados estadísticos obtenidos por los periodos de<br />
retorno. Finalmente la cartografía debe de recoger al menos, los siguientes mapas: cartografía de<br />
causas; cartografía de espacios de riesgo con su grado de riesgo y cartografía de prácticas de<br />
defensa.<br />
Según los criterios de desarrollo del Sistema Nacional de Cartografías de Zonas Inundables,<br />
parece que se está desarrollando finalmente un instrumento que corrige las deficiencias hasta el<br />
momento comentadas. No obstante, dicho proyecto no puede dilatarse mucho en su ejecución<br />
pues los procesos de ocupación del suelo continúan imparables y los espacios sensibles de sufrir<br />
inundaciones siguen aumentando de forma progresiva como ha quedado demostrado por<br />
ejemplo tras las últimas inundaciones sufridas en el mes agosto de 2010 en el levante español.