12190 BORRIOl - Repositori UJI

ESBOZO PARA UNA ANTROPOLOGIA DEL
IOU EMIOlAT
Las fiestas en general y,en su seno,
el "bou embolat" en particular son
susceptiblesde un detenido análisis
en la esfera de la antropologia cul­
tural y social, tal como con mayor
amplitud hemos realizado en otras
publicaciones. Sólo pretendemos
aquí suscitarla reflexión en tomo al
significado de este último hecho
cultural de que tantas muestras te­
nemos en nuestras comarcas
castellonenses y, especialmente,
en nuestro pueblo.
Resulta obvio, por harto conocido,
describir para nuestros lectores el
proceso de la estructura y desano­
llo del "bou embolat" desde la ad­
quisición/alquiler hasta el sacrifi­
cio/devolución/indulto del animal,
pasando por los habituales trámi­
tes, cenamientos de las calles, acto
del embolado, etc. Nos limitare­
mos, por ello, a ofrecer muy breve­
mente, en una perspectiva
antropológica, unas orientaciones
para el análisis de algunas secuen­
cias y comportamientos de especta­
dores y participantes.
En primer lugar, diremos que la
presencia del "bou embolat" en la
calle supone un evento urbano en el
que el toro se enfrenta al hombre en
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un terreno que no es el suyo. En la
caza es el hombre quien se desplaza
voluntariamente de la urbe al cam­
po; en nuestro caso, es le animal el
que, obligadamente, es trasladado
desde su habitat natural-el campo­
al pueblo.La lucha es desigual y
unilateralmente escogida por el
hombre: se enfrenta la fuerza a la
inteligencia o habilidad.
La aparición del toro en el espacio
urbano implica la transformación
de éste, ya que las calles, de su
función cotidiana e instrumental,
pasan a convertirse en esfera quizá
ritual o cuando menos, festiva. Hay
dos fases básicas en esta transfor­
mación: una de preparación ( lim­
pieza, instalación de balTeras...);
otra de clímax, de efervescencia ( el
paso del toro, el desarrollo de la
fiesta...); y, quizá una tercera de
reflujo, de normalización. El ani­
mal, transformado en "toro de fue­
go" crea inmediatamente, con su
presencia, un estado de desorden
en la calle y, por su parte, el parti­
cipante activo, con la anuencia del
espectador (en cierta manera, tam­
bién activo ),contribuye a controlar
esta situación con el intento de do­
minar al toro, reducirlo, someterlo
a su voluntad. Se pasa así, de mane­
ra dramática y sin duda, injusta, de
la Naturaleza a la Cultura, de la
fuerza a la inteligencia, de lo salva­
je a la domesticación, frustada o
conseguida. Un proceso que impli­
ca un ritual (?), una competición,
un juego y, como colofón, un sacIi­
ficio.
Se trata de una competición en
I
NUEVA JER USALEN
cominells