" Este de Madrid" (1991-2011) - Archivo de la Ciudad de Arganda ...

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Firmas
La ley antitabaco perjudica seriamente la salud
Asimple vista, esta afirmación puede parecer un disparate
pero, como en todo, no hay que apresurarse a juzgar las
cosas sin conocer su trasfondo.Yo sostengo que la maldita
ley antipito machaca la salud.Varios son los argumentos que manejo.
PRIMERO.- Aumenta la contaminación atmosférica. En efecto.
Antes de la ley, el humo que salía de los cigarros consumidos en
discotecas, salas de fiestas, pubs, bares y restaurantes, se incrustaba
en las paredes, en los calendarios, en el mandil de los camareros…
y se añadía como ingrediente aromático
posándose sobre la espuma de la
cerveza, en la gabardina de las gambas
y en las ventosas del pulpo, ya sea a la
gallega o a la vinagreta, por poner unos
cuantos ejemplos. Esta circunstancia,
por otra parte, no era nada nociva
para la salud, pues lo que no ahoga, engorda,
como nos han venido contando
a lo largo de los siglos los que no se
ahogaron, evidentemente. ¿Qué pasa
ahora? Esos mismos cigarros se fuman
fuera de los establecimientos, de manera
que su humo se incorpora a la
contaminación y la refuerza.
Se puede decir, que desde que todo el mundo sale a fumar a la
calle, el aire de España se ha convertido en una humareda de nicotina
en suspensión bajo la cual crecen como setas las alergias, los
trancazos y el cáncer de piel, particularmente en los calvos.
SEGUNDO.- Favorece la depresión y el dolor de estómago.
Eso es. Al prohibir fumar en pubs y discotecas, la ley antitabaco lo
que hace es reducir los niveles de alegría nacional. La gente que
necesita echarse un pito, mientras está fuera fumando no baila, y si
no baila, liga menos. Esto conduce de manera inexorable a la pérdida
de autoestima y, por ende, a la tristeza del ser. A partir de
este momento, es sólo cuestión de horas que asome la depresión
neurótica. Sin embargo, ahí no acaba la cosa, porque el desánimo
se somatiza, y es entonces cuando empiezan los dolores de estómago,
los gases y un mal cuerpo que no sabe uno cómo ponerse.
Muchas parejas han roto porque, mientras bailaban, uno de los
dos salía a echarse unas caladas tres veces en la misma pieza, dejando
al otro como un pasmarote, moviendo solateras el esqueleto.
Esto no sé si me lo ha contado alguien o lo he oído en Intereconomía.
TERCERO.- Aparecen los primeros ataques de ansiedad en los
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padres primerizos que fuman.Aunque la norma lleva poco tiempo
en vigor, ya hay estadísticas: el 103,8 por ciento (más vale que
sobre, que no que falte) de los padres primerizos que fuman, sufre
ataques de ansiedad de consecuencias todavía desconocidas. Era
de esperar. Antes, mientras la madre estaba de parto, el padre salía
a la puerta del hospital y calmaba los nervios fumándose lo que no
está en los escritos. Ahora, con la prohibición, a la angustia que ya
le producía llegar a fin de mes cuando sólo eran dos de familia, se
suma la ansiedad propia del nacimiento vivido desde una legua. Lo
peor es que este doble trastorno
emocional (angustia + ansiedad) puede
transmitirse al recién nacido en el
primer arrumaco, y ya se sabe cómo
marcan las primeras sensaciones en un
cerebro tierno.
CUARTO.- Aumenta el número de
accidentes infantiles. Pongamos por
caso que un fumador empedernido
lleva a su hijo al parque y el niño berrea
por subir en los columpios. Por
no oírle le montará, pero a partir de la
puesta en marcha de la ley, ese padre
no podrá balancear al chaval mientras
se fuma un pito. Si renuncia a fumar se pondrá de los nervios. En
una situación así: ¿tiene algo de particular que el hombre dé tal
impulso al binomio niño-columpio que le haga dar la circunferencia
completa en vertical? ¿A que no? Si eso pasa, a menos que
el niño quede colgado de un árbol, lo más probable es que al caer
se fracture entero. Por otra parte, cualquier padre o madre estará
de acuerdo conmigo en que veinte días en casa con un niño pequeño
escayolado de arriba abajo es mucho tiempo; aunque ese
niño sea su hijo.
En resumen, puedo concluir y concluyo, que la ley antitabaco,
además de fracturar a nuestros hijos, puede producir úlceras de
estómago, neumonías, depresiones y cáncer de piel en los calvos.
Posdata.-No les he dicho que soy dueño de una cadena de
bares y restaurantes distribuidos por toda España,
pero les prometo que eso no ha influido
en absoluto a la hora de escribir lo que acaban
de leer. Socialmente, lo que importa no es mi
negocio, sino la salud de la gente; que quede
claro.
ENRIQUE CHICOTE SERNA