Páginas seleccionas - Aruz Ediciones

ARQUITECTURA PASTORIL EN EL NORTE DE PALENCIA: CHOZOS, TENADAS, CABAÑAS Y CORRALES
es que la escasez de medios con la que se levantaban los chozos, su sobriedad y su
uso estacional los convertían en fi el refl ejo de la vida austera que llevaba el pastor
durante su estancia en las sierras.
La amplitud de las cabañas y los tamaños de sus rediles son variables. Los conjuntos
del valle de Pineda y de La Braña, áreas de más infl uencia ganadera, son los
que exhiben mayores dimensiones. De notables proporciones son también las chozas
y corrales emplazados en los valles de Valdenievas o Miranda y los complejos
localizados en los puertos septentrionales de Piedrasluengas y Cardaño de Arriba.
Buena parte de esta arqueología ha sobrevivido hasta nuestros días con una estampa
similar: la de un chozo ‘exento’, es decir, una cabaña aislada y distanciada algunos
metros de su redil, que forman uno y dos corrales. En otras ocasiones, el chozo se
adhiere a la tenada, aprovechando los muros de su tapia.
Conjunto de rediles en Piedrasluengas. En la foto aérea (Sigpac) se aprecian cinco corrales adosados a las
formaciones de piedra del entorno.
Respecto a su forma y atributos, varían los ejemplos. Hasta los años sesenta,
el polimorfi smo parece ser la pauta dominante en una tradición constructiva que
empleó a obreros no especialistas. En efecto, muchos pastores se vieron obligados a
ofrecer respuestas prácticas a las adversidades climatológicas con las materias primas
que encontraba en su entorno. Madera, roca caliza, escobas, varas y céspedes
73