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Duelo e Intimidad El trabajo de duelo desnuda las relaciones más ...

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<strong>Duelo</strong> e <strong>Intimidad</strong> 1<br />

<strong>El</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>de</strong> <strong>duelo</strong> <strong>de</strong>snuda <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> m·s ìÌntimasî <strong>de</strong> un sujeto con el<br />

objeto perdido, permitiendo reflejar con gran claridad lo que significÛ esa<br />

persona en la vida <strong>de</strong> cada uno (Deck y Folta, 1989)<br />

Esta visiÛn <strong>de</strong>fine la intimidad incluyendo tanto <strong>las</strong> dimensiones afectivas como<br />

<strong>las</strong> cognitivas, don<strong>de</strong> se incluye el dar y recibir ayuda, el contacto fÌsico o <strong>las</strong><br />

interacciones conductuales.<br />

La intersecciÛn <strong>de</strong>l <strong>duelo</strong> y la intimidad nos ofrece la oportunidad <strong>de</strong> ver los<br />

componentes <strong>de</strong>l <strong>duelo</strong> examinando <strong>las</strong> diversas reacciones ante la muerte <strong>de</strong><br />

una pareja, <strong>de</strong> un padre o <strong>de</strong> un hijo. Haciendo notar <strong>las</strong> diferencias <strong>de</strong> gÈnero<br />

y otras que se puedan suscitar.<br />

Lehman (1999) indica que los recuerdos y los momentos dolorosos tienen<br />

efectos morbosos primarios a travÈs <strong>de</strong> los cuales se repiten y recrean <strong>las</strong><br />

peleas menos frecuentes y <strong>las</strong> tensiones diarias, la cuales se dan en el marco<br />

<strong>de</strong> <strong>las</strong> activida<strong>de</strong>s cotidianas.<br />

La pÈrdida <strong>de</strong> una pareja implica que la persona se encuentre <strong>de</strong>sprovista <strong>de</strong><br />

apoyo al momento <strong>de</strong> realizar estas tareas cotidianas: øCÛmo podÌa saber que<br />

la muerte <strong>de</strong> X significarÌa tantas pequeÒas cosas? No podÌa pre<strong>de</strong>cir cuan<br />

difÌcil serÌa mi vida sin X?<br />

Muchos sujetos reportan que contin˙an la comunicaciÛn con la persona<br />

fallecida, sin que ello implique nada extraÒo m·s que un chequear en la escena<br />

cu·l hubiese sido la opiniÛn <strong>de</strong>l otro o quÈ hubiera hecho en esa ocasiÛn.<br />

FenÛmeno que simula que ambos sigan viendo lo que est· pasando.<br />

Como es esperable existen diferencias <strong>de</strong> gÈnero que se presentan a menudo<br />

en la literatura sobre la viu<strong>de</strong>z. Los roles <strong>de</strong> confi<strong>de</strong>ntes que tiene <strong>las</strong> esposas<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar en situaciÛn <strong>de</strong> vulnerabilidad social y emocional a sus maridos.<br />

La pÈrdida <strong>de</strong> un esposo ha sido representada <strong>de</strong> maneras m·s complejas.<br />

Muchos reportes (realizados en EEUU) hablan <strong>de</strong> un ìflorecimientoî en su<br />

viu<strong>de</strong>z y una ìliberaciÛnî <strong>de</strong> <strong>las</strong> constricciones <strong>de</strong> su matrimonio, la soledad es<br />

expresada por <strong>las</strong> mujeres en <strong>duelo</strong> en formas variadas pero que se subsumen<br />

en el suspirar por sus vidas perdidas (Lopata,1999)<br />

Sin embargo se encuentra una variable <strong>de</strong> c<strong>las</strong>e social, que se expresa en<br />

mujeres m·s pobres, don<strong>de</strong> se santifica a sus parejas ya fallecidas como una<br />

manera <strong>de</strong> reforzar su autoestima: si una mujer se casÛ con un santo, ella por<br />

lo tanto <strong>de</strong>be ser respetable.<br />

La interrelaciÛn entre el <strong>duelo</strong> y la vulnerabilidad, tanto en lo fÌsico como en lo<br />

emocional, fueron objeto <strong>de</strong> numerosas investigaciones. La aflicciÛn sobre una<br />

pÈrdida ha sido consi<strong>de</strong>rada como el elemento m·s crucial en la predicciÛn <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>clive y <strong>de</strong> falla en el funcionamiento fÌsico y mental <strong>de</strong> <strong>las</strong> personas. La<br />

mayor cantidad <strong>de</strong> mortalidad en esposas se presenta a posteriori <strong>de</strong> un <strong>duelo</strong>,<br />

especialmente en los primeros tres meses <strong>de</strong> la pÈrdida. TambiÈn habrÌa que<br />

agregarle otras pÈrdidas que se dan con la muerte <strong>de</strong> un esposo por razones<br />

econÛmicas, sociales y familiares.<br />

La muerte <strong>de</strong> un padre:<br />

1 Brian <strong>de</strong> Vries: ìGrief: Intimacyís Reflectionî en Generations Journal of the American Society<br />

on Aging (Summer 2001) Intimacy and Aging Volume XXV Number 2


Esta es una experiencia que se ha vuelto m·s frecuente en la mediana edad.<br />

<strong>El</strong> convertirse en el cuidador <strong>de</strong> sus padres, es un cambio <strong>de</strong> rol que produce<br />

un primer <strong>duelo</strong> por el rol protector que el padre cumplÌa.<br />

La muerte efectiva <strong>de</strong> ambos padres suele producir un cambio en la percepciÛn<br />

<strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l si mismo (Moss y Moss, 1989) <strong>El</strong> nuevo ìniÒoî huÈrfano pasa<br />

al Omega Rol (Hagestad, 1982) es <strong>de</strong>cir a ser el m·s viejo <strong>de</strong> la familia, un rol<br />

repleto <strong>de</strong> nuevas responsabilida<strong>de</strong>s y a ser el que se encuentra m·s prÛximo<br />

<strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n morir.<br />

Hijas e hijos reportan diversas posiciones ante el <strong>duelo</strong> por los padres. Las<br />

mujeres suelen estar m·s conectadas con sus afectos, evi<strong>de</strong>nciado signos <strong>de</strong><br />

gran tristeza y dolor. Mientras que los hombres suelen mostrar una actitud m·s<br />

estoica y menos expresiva y se <strong>de</strong>dican a roles m·s instrumentales relativos a<br />

<strong>las</strong> ceremonias f˙nebres.<br />

La muerte <strong>de</strong> un amigo:<br />

Los amigos adquieren su posiciÛn en la vida por elecciÛn, suya y nuestra. La<br />

amistad se caracteriza por intereses y activida<strong>de</strong>s comunes. Dado que la<br />

amistad tien<strong>de</strong> a asimilar un conjunto <strong>de</strong> dimensiones que incluyen gÈnero,<br />

edad, status econÛmico; la muerte <strong>de</strong> un amigo pue<strong>de</strong> servir para confrontar al<br />

individuo con su propia mortalidad, evocando el miedo <strong>de</strong> ìesto me podrÌa<br />

haber pasado a mÌî, y el alivio <strong>de</strong> que no fue asÌ (Deck y Folta, 1989).<br />

La muerte <strong>de</strong> un amigo no es solamente la pÈrdida <strong>de</strong> una relaciÛn, sino<br />

tambiÈn la <strong>de</strong> un rol en esa relaciÛn, y la experiencia <strong>de</strong> haber elegido a alguien<br />

como un Ìntimo; es la pÈrdida <strong>de</strong> un importante punto <strong>de</strong> comparaciÛn (ya sea<br />

mÈtrico, <strong>de</strong> c<strong>las</strong>e o para <strong>de</strong>scribir la propia i<strong>de</strong>ntidad y cÛmo a uno le esta<br />

yendo) y por lo tanto la pÈrdida <strong>de</strong> un importante autoreferente. En<br />

experiencias con los viejos mas viejos, relativas a la muerte <strong>de</strong> un amigo,<br />

encontramos que el que hace el <strong>duelo</strong>, ubica la pÈrdida en el contexto <strong>de</strong> su<br />

historia <strong>de</strong> pÈrdidas y en el contexto <strong>de</strong> su curso <strong>de</strong> vida. Una extensiÛn<br />

conductual <strong>de</strong> este sentimiento es la pÈrdida <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s disponibles o<br />

accesibles como conversaciones o eventos sociales lo cual los <strong>de</strong>ja m·s solos.<br />

La experiencia <strong>de</strong> pÈrdida <strong>de</strong> esas personas mayores tiene lugar en un<br />

contexto en el cual los roles emocionales, sus <strong>de</strong>rechos, privilegios,<br />

restricciones, tien<strong>de</strong>n a estar cada vez m·s confinados a los miembros <strong>de</strong> la<br />

familia (Sklar, 1991).<br />

La continuidad <strong>de</strong> una relaciÛn:<br />

<strong>El</strong> ˙ltimo punto, que no se suele tomar en cuenta, es la perspectiva <strong>de</strong> que la<br />

muerte marca el final <strong>de</strong> una vida y no el final <strong>de</strong> una relaciÛn (An<strong>de</strong>rson,<br />

1974), tal como lo testimonian hombres y mujeres que atraviesan <strong>duelo</strong>s, y<br />

que a menudo son sospechados por los profesionales, y que tien<strong>de</strong>n a que se<br />

<strong>de</strong>sapeguen <strong>de</strong>l fallecido. La muerte <strong>de</strong>l objeto tiene que ser consi<strong>de</strong>rada en el<br />

contexto <strong>de</strong> una continuidad, en la flui<strong>de</strong>z <strong>de</strong> <strong>las</strong> conexiones con el fallecido<br />

(Silverman y K<strong>las</strong>s, 1996). Des<strong>de</strong> esta perspectiva, el <strong>duelo</strong> no es solamente la<br />

respuesta que alguna vez hubo a <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong> interindividuales que tuvieron,<br />

sino que se contin˙a en <strong>las</strong> m˙ltiples resignificaciones que el duelante realiza<br />

<strong>de</strong> la persona fallecida y don<strong>de</strong> el conflicto <strong>de</strong> encontrarle un lugar en la vida<br />

cotidiana sigue latente.<br />

Los informes <strong>de</strong> pÈrdidas <strong>de</strong>scriptos anteriormente, hacen m˙ltiples referencias<br />

a esta continuidad <strong>de</strong> la relaciÛn. <strong>El</strong> chequear, los sueÒos con el fallecido, la


creencia <strong>de</strong> que los muertos est·n mir·ndolos, la continua influencia <strong>de</strong> los<br />

padres <strong>de</strong> los hijos adultos como ecos en sus actitu<strong>de</strong>s cotidianas, el espejo<br />

vacÌo o la falta <strong>de</strong> referente frente a los amigos perdidos reflejan la continuidad<br />

<strong>de</strong>l vÌnculo. Por ello es importante para los profesionales y los investigadores<br />

reconocer el vÌnculo que se contin˙a con la persona fallecida 2 .<br />

Esta informaciÛn es tambiÈn relevante en la construcciÛn <strong>de</strong> programas que<br />

apoyen a individuos en <strong>duelo</strong>, pero m·s a˙n es importante consi<strong>de</strong>rar que no<br />

hay una lÌnea <strong>de</strong> tope para la resoluciÛn <strong>de</strong>l <strong>duelo</strong>. <strong>El</strong> <strong>duelo</strong> refleja la intimidad<br />

<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relaciones</strong>, que no necesitan terminar por la ausencia <strong>de</strong> los individuos.<br />

BibliografÌa <strong>Duelo</strong>s:<br />

An<strong>de</strong>rson, R. (1974) Notes of a Survivorî En S. B. Troop y W Green eds.,<br />

Journal of Aging Studies 14 (I): 117-33<br />

De Vries B.: ìGrief: Intimacyís Reflectionî en Generations Journal of the<br />

American Society on Aging (Summer 2001) Intimacy and Aging Volume XXV<br />

Number 2.<br />

Deck E. y Folta, J. (1989): ìThe friend grieverî En J. K. Doka, ed.<br />

Disenfranchised Grief: Recognizing Hid<strong>de</strong>n Sorrow. Lexington, Mass: Lexington<br />

Books.<br />

Hagestad, G. (1982): ìParent and Child: Generations in the Familyî. En T. M.<br />

Field y otros, editores Review of Human Development. New York: Wiley.<br />

Lehman D. R. y otros (1999): ìRecovery from the Perspectives of the Bereaved:<br />

Personal Assessments and Sources of Distress and Supportî en B. <strong>de</strong> Vries<br />

eds. End of Life Issues: Interdisciplinary and Multidimensional Perspectives.<br />

New York: Springer.<br />

Lopata, H.(1999): ìGrief and the Self- Conceptî en De Vries, ed. End of Life<br />

Issues: Interdisciplinary and Multidimensional Perspectives, New Cork:<br />

Springer.<br />

Moss, M. S. y Moss, S. Z. (1989) ìThe Death of a Parentî En R. Kalish,<br />

editores Midlife Loss: Coping Strategies. Newbury Park: Sage.<br />

Sklar, F. (1991) ìGrief as a Family Affair: Property Rights, and the Exclusion of<br />

Close Friends as Survivorsî Omega: Journal of Death and Dying 24 (2): 109-21.<br />

Silverman, P. y K<strong>las</strong>s, D. (1996): ìIntroduction: Whatís the Problem?î En D.<br />

K<strong>las</strong>s, P. Silverman y Nickman, editors, Continuing Bonds: New<br />

Un<strong>de</strong>rstandings of Grief. Washington, D.C.: Taylor and Francis.<br />

2 Quisiera agregar a este enfoque la perspectiva <strong>de</strong> Parkes quien en su estudio <strong>de</strong> <strong>las</strong> viudas<br />

en Londres, <strong>de</strong>scribe una particularidad en la b˙squeda <strong>de</strong> objetos afectivos, negando la<br />

pÈrdida y aceptando a su vez que esto sea irracional. Estos estudios indican que algunas<br />

viudas tienen alucinaciones y <strong>de</strong>lusiones <strong>de</strong> contacto con su esposo. Pudiendo ocurrir durante<br />

aÒos y especialmente en gente que tuvo una buena relaciÛn <strong>de</strong> pareja.<br />

La sensaciÛn m·s com˙n es la <strong>de</strong> sentir la presencia <strong>de</strong>l esposo sin que ninguna percepciÛn lo<br />

indique objetivamente, otras en cambio dijeron verlo, oÌrlo o ser tocadas por Èstos (Vale aclarar<br />

que estas sensaciones no conducen a la angustia ni a la sensaciÛn <strong>de</strong> vulnerabilidad sino que<br />

por lo contrario pue<strong>de</strong>n ser positivas para la salud mental <strong>de</strong> la persona)

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