Hornaguera. - Revistas FHVL
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EL OBRERO EN EL TRABAJO<br />
Y DESPUES DEL TRABA JO<br />
EL OBRERO EN EL TRABAJO<br />
El vivir del obrero transcurre en dos tiempos, alternativamente repetidos; el que<br />
vive en el trabajo y el que pasa fuera del trabajo. En el trabajo a beneficio del interés<br />
social, y fuera del trabajo ha de reponer el desgaste orgánico sufrido en el trabajo para<br />
conservar la continuidad y bienestar propio y el del hogar familiar. En una y en otra<br />
actuación, al parecer tan distintas, hay un factor común que obliga, en la primera a<br />
precaverse de los riesgos del trabajo, y en la segunda a defenderse contra las amenas<br />
distracciones viciosas que le ofrecen un comercio explotador del trabajador.<br />
¿ S A B I A S Q U E ...<br />
...las m icroscópicas am ibas (cabrían<br />
más de diez en la punta de un a lfi<br />
ler) realizin tal lab or de lim pieza<br />
de bacterias en tierras y aguas que<br />
sin ellas sería im posible la vid a en<br />
nuestro planeta?<br />
L a lim pieza en los lugares de tra-<br />
bajo es im p rescin d ib le para la b u e<br />
na salu d de los obreros, m ayo r<br />
ren dim ien to en su trabajo y evita<br />
ción de accidentes.<br />
Los riesgos del trabajo que acechan al obrero son: El<br />
accidente, la enfermedad profesional y la enfermedad<br />
paraprofesional.<br />
EL ACCIDENTE DEL TRABAJO<br />
Legalmente reconocido y reglamentado, es el daño<br />
corporal que inopinadamente se produce con violencia en<br />
un solo acto y de efectos inmediatos. En las actividades<br />
del trabajo, el accidente se muestra en dos modalidades:<br />
El individual y de poca espectacularidad y el colectivo, con<br />
la emocionante espectacularidad de catástrofe.<br />
Para prevenir el accidente, en la Seguridad en el tra<br />
bajo nos interesa más investigar las causas que valorar los<br />
efectos, tanto el accidente frustrado y en el que nada ocu<br />
rrió, pero pudo ocurrir mucho, como el que, ligeramente<br />
apreciado no se le presta atención por atribuirlo a la fata<br />
lidad inevitable.<br />
A cuento de esto referiré uno sucedido hace muchos<br />
años, pero siempre de actualidad en cuanto a previsión del<br />
accidente se refiere: Un joven Ingeniero fue destinado a<br />
una explotación minera, el mismo día y a las pocas horas<br />
de haberse posesionado del cargo, entró en su despacho un<br />
Vigilante minero diciendo: «Se nos acaba de matar un<br />
obrero» y como respondiendo a íntimos sentimientos aña<br />
dió: «Ya sabía yo que había de ocurrir esto». El accidente<br />
se había producido al tirarse el obrero de la jaula en mar<br />
cha. Tramitadas las diligencias pertinentes al caso, al re<br />
tirarse el Ingeniero indicó al Vigilante que le siguiera y<br />
una vez en su despacho le preguntó: «¿Por qué al darme<br />
cuenta del accidente dijo Vd.: «Eso ya sabía yo que tenía<br />
que ocurrir?». «Pues porque ese obrero tenía la costumbre<br />
de tirarse de la jaula en marcha y por ello ya se le había<br />
reprendido más de una vez». «Luego ¿no era la primera<br />
seguridad