Revista D ILUSIÓN

¿Cómo es un día de su vida doña Susana?
Pues me levanto tempranito, antes de que salga el sol, si
es domingo o miércoles me voy al Mercado de la Paz a
comprar las cosas para cocinar, cuando regreso ya esta
levantada Juanita que es la muchacha que se queda en la
casa cuando yo me voy con el míster.
Mientras ella prepara el
desayuno y va pelando
papas y zanahorias y
sancochando todo,
yo me voy a
misa.
¿A su edad no le cuesta seguir viajando?
No estoy tan vieja, tú que te crees, además ya no
voy sola, Yunior, el hijo del míster me acompaña a
todas partes, aprende de negocios, (dice que
quiere ser político) pero también aprende de
cocina, yo le enseño todo lo que sé y a él le gusta.
Habla más español que su madre y sus hermanas
y nos entendemos mejor.
A la hora que regreso ya están todos terminando de
desayunar, yo desayuno y me preparo para salir con el
míster. Yo le digo a Juanita qué tiene que cocinar para
los días que no estoy, cunado nos vamos de viaje. Ella
es buena y sabe cómo le gusta la comida a la señora, sin
sal ni picante, con mucha carne y pollo y
verduras, los frijoles casi no se los
comen, pero el arroz que yo les
hago... se acaba una olla y otra
y otra.
Cuando él platica con los otros niños güeritos, yo los
oigo, les dice "Tenga usted una buena cocinera, y
sale diputado, cuando menos suplente" y yo me in5lo
como pajarito bien orgullosa de lo que hago. Yo sé
que algún día tendré que dejar de viajar, pero no
será pronto, el míster sigue viajando y yo sigo
cocinando para que él haga negocios.