RÁ ID - DSpace en la UNIA - Universidad Internacional de Andalucía

tivadas por razas más expertas que la nuestra han
respondido por ley económica a la mano que las
cultivara y sus frutos que debieron ser nuestros
porque nuestro fué el germen de su vida, se ofrendan
a otras razas divorciándose de la suya propia
que es la española.
Las estridencias partidistas que caracterizan a
nuestra Patria y que son las causantes de nuestra
decadencia, prefirieron agruparse a las filias y a
las fobias hoy, y antes a las luchas de campanario,
con fiero ardor, y en la disputa llegaron *los
perros' de la fábula representados por el coloso
de Norte América arrastrando tras de sí a los pueblos
de estirpe hispana.
iSi los amores de ambos bandos se hubieran
encauzado hacia su verdadero lugar, qué distinta
sería la situación de nuestra España!
rOi
A. Ruiz 'Marehena
Después del empréstito
Se ha demostrado una vez lo que no necesitaba
demostración. Seis mil cuarenta y dos millones
de pesetas ofrecidos pa'ra cubrir un margen de
trescientos, dice bastante más que cuantos discursos
pudieran enhebrarse entre tropos y ditirambos
sobre la potencialidad económica de España. Estarnos
ante un hecho consumado que prueba que
aun con Gobiernos que no merecen la confianza
del país y que viven resuelta y definitivamente divorciados
de él, acuden los capitales y el ahorro
al requerimiento de la Hacienda, aun con la prenda
mínima de la fé que merece uno solo de los Miriistros.
Porque el éxito del empréstito de consolidación
es obra de España entera, cosa que se comprueba
con los diez y nueve millares y medio de
suscripciones hechas; pero también se debe en una
buena parte a la prudencia y acierto con que fué
calculada por el señor Alba esa operación, cuyo
resultado no podía comprometerse de ningún modo
por corresponder a inexcusables necesidades
de solvencia.
Notable, por sus consoladoras deducciones, es
la participación en el empréstito nacional de las
modestas fortunas y del ahorro individual, a cuyo
acervo corresponde buena parte de los setecientos
millones de pesetas de las obligaciones del Tesoro
de conversión forzosa y de las del 4,75 por cielito
traidas voluntariamente al empréstito por sus tenedores.
Y hay, además, en el resultado de ese empréstito.
una particularidad que mueve al justo encomio
de una nobilísima región industrial. Bilbao,
la hidalga tierra vizcaína, ha devuelto con creces
I
LA RABIDP
la noble ayuda que Madrid la prestara en ocasión
reciente, cubriendo ella sola ocho veces la suscripción
a metálico. Rebasó la demanda de sus
Bancós de dos mil sesenta y siete millones y ascendieron
sus pedidos en efectivo a cerca de dos
mil trescientos treinta y cinco millones. Es un
ejemplo que contraponer al justamente censurado
egoísmo de algunas entidades navieras.
Los financieros que, por animosidad personal
al Ministro de Hacienda, originada en menesteres
relacionados con las subsistencias, auguraron mal
del resultado del empréstito, se habrán ya convencido
de que volvieron del revés los gemelos para
mirar al señor Alba y, sobre todo, para mirar a España
en uno de los momentos decisivos de su
orientación económica.
Y es que la realidad comienza a deshacer las
combinaciones de bajos apetitos y de ruines propósitos
que alientan siempre en el fondo de las
miserables martingalas políticas; concebidas con
despreocupación absoluta de los intereses nacionales.
Los tristes augurios inspirados en el deseo
del fracaso de un Ministro inteligente y hábil, iban,
más que contra él, contra el nombre de España,
y es natural y justo que la realidad haya traído
sobre ellos el ridículo.
Hay que poner el corazón a tono con la alteza
de este noble pueblo y pensar que si está hace
España cuando la gobiernan hombres corno Romanones,
como Gasset y como Ruiz Jiménez, que
personifican la incapacidad, el desacierto y la impotencia,
es porque hay aún en ella latentes y poderosas
energías capaces de levantarla, en una
evocación digna y adecuada, a los altos destinos
que aún le están reservados en la Historia.
Cambiarán los resortes de la organización futura
del Mundo, y en la etapa que empieza a columbrarse
prevalecerán los factores morales; y
naufragará, con el abogadismo ambiente, en la
inevitable revisión de valores, la ralea de políticos
y de gobernantes que aquí y en otras partes de-
:angran y esquilman a los pueblos; mas, mientras
tanto, bueno es que el patriotismo se capacite para
aplicarse a futuras empresas de concentración
de sus energías propulsoras y productoras.
El porvenir no puede ser más que de los que
no regateen ni el oro ni el esfuerzo para sentar como
afirmaciones incontrovertibles la nacional solvencia
y el poderío latente de la raza.
Y España acaba de honrar su firma con la demostración
evidente de que puede cubrir por veinte
veces las solicitaciones de su Hacienda.
Juan del Camino
Universidad Internacional de Andalucía - Monasterio de Santa María de La Rábida