VOL. 4, NO. 3 - Lankesteriana - Universidad de Costa Rica

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Diciembre 2004 ROMERO & CARNEVALI - New Orchidaceae from the Guianas 233 Guianas Program for providing access to their collections, to L. A. Garay for the Latin diagnosis of Epidendrum paruimense, and to C. A. Luer for drawing and identifying a flower of the specimen of Masdevallia vargasii from Guyana. LITERATURE CITED Ackerman, J. D. 1995. An orchid flora of Puerto Rico and the Virgin Islands. Mem. New York Bot. Gard. 73: 1- 203. Barbosa Rodrigues, J. 1996. Iconographie des Orchidées du Bresil [edited by S. Sprunger in collaboration with P. Cribb and A. Toscano de Brito] 1 [the illustrations]. Friedrich Reinhardt Verlag, Basel. Carnevali, G. & I.M. Ramírez-Morillo. 2003a. Encyclia. Flora of the Venezuelan Guayana 7: 318-324. Carnevali, G. & I. M. Ramírez-Morillo. 2003b. Epidendrum. Flora of the Venezuelan Guayana 7: 325- 352. Carnevali, G., I.M. Ramírez-Morillo & C. Vargas. 2003. Ponthieva R. Br. Flora of the Venezuelan Guayana 7: 532-533. Christenson, E. A. 1997. Orchidaceae. Pages 286-342 in S. A. Mori et al. (eds.), Vascular Plants of Central French Guiana Part 1. Mem. New York Bot. Gard. 76, part 1: 1-422. Dunsterville, G. C. K. and L. A. Garay. 1976. Venezuelan Orchids Illustrated VI. Andre Deutsch Limited, London. Hágsater, E. 1987. Epidendra nova et critica 3: new species of the Epidendrum arbuscula group of Mexico and Central America. Orquídea (Méx.) 10: 354--364. Luer, C.A. 2000. Masdevallia vargasii. Icones Pleurothallidinarum XIX [Systematics of Masdevallia I]. Mon. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 77: 201. Romero-González, G. A. and G. Carnevali Fernández- Concha. 2003. Tres en un uno, ¿o son más? Historia del Epidendrum dichotoum Lindl. non Presl. Lankesteriana 7: 169-172. Schomburgk, R. H. 1836. Report of an expedition into the interior of British Guayana, in 1835-1836. J. Roy. Geogr. Soc. 6: 224-284. Stehlé, H. 1939. Flore Descriptive des Antilles Francaises. I. - Les Orchidales [Orchidacées et Burmanniacées]. Imprimerie Officielle de la Martinique, Fort-de-France.
LANKESTERIANA 4(3): 235. 2004. RESEÑA DE LIBRO HAMMEL, B.E., M.H. GRAYUM, C. HERRERA y N. ZAMORA (editores). 2003. Manual de Plantas de Costa Rica. Vol. I: Introducción. Monographs in Systematic Botany from the Missouri Botanical Garden 97: 1- 299. (Publicado el 2 de agosto, 2004). Después de haber disfrutado del volumen III del Manual de Plantas de Costa Rica, aparece el volumen I, el cual contiene la imprescindible introducción a este gran proyecto. En 299 páginas, abarca cinco capítulos que tratan sobre la historia de la exploración botánica en Costa Rica, los aspectos físicos del país, la vegetación (su descripción, distribución y análisis), las novedades botánicas descubiertas durante los últimos 15 años (entre ellas siete registros y 208 especies nuevas de orquídeas!) y una explicación detallada del formato de los volúmenes de tratamientos. Al final se incluye una lista completa de la literatura citada y un apéndice de todos los nombres científicos utilizados. Todos los capítulos son obra de Hammel, Grayum y Zamora, a los que se une Silvia Troyo en el capítulo sobre historia. Adicionalmente debe destacarse que, a diferencia de los demás volúmenes de esta gran obra, escritos todos en español, el primer volumen se publica en forma bilingüe (páginas pares en español y páginas impares en inglés). La historia de la exploración botánica y florística en Costa Rica es rica en información y en datos hasta ahora inéditos. Sólo echamos de menos que no se mencione en ella la visita a la Isla del Coco de la expedición de Alessandro Malaspina a principios de 1791. Las páginas siguientes nos brindan una descripción detallada del país en términos de geografía política, geografía física, geología, suelos y clima. El capítulo dedicado a la vegetación, tal vez el más importante de este primer volumen del Manual de Plantas de Costa Rica, se basa en el mapa ecológico de Tosi (1969), basado éste a su vez en el concepto de zonas de vida de Holdridge (1967), aunque apunta hacia el Mapa de unidades bióticas de Costa Rica (Herrera & Gómez 1993) como propuesta y nueva perspectiva de clasificación. Para los tratamientos del Manual se ha usado un sistema simplificado a solamente cinco zonas: bosque seco, bosque húmedo, bosque muy húmedo, bosque pluvial y páramo. De gran interés son las páginas finales de este capítulo, dedicadas al análisis del endemismo y la diversidad de la flora costarricense. El capítulo de novedades incluye casi 1000 especies o registros nuevos para nuestra flora durante los últimos quince años y aporta datos interesantísimos sobre la distribución por regiones de estos nuevos descubrimientos. Obra imprescindible para todos los amantes de la naturaleza, el Manual de Plantas de Costa Rica constituye un enorme aporte a la conservación de nuestra biodiversidad. Nos alegra por ello que este volumen I haya sido dedicado al gran naturalista Alexander F. Skutch, recientemente fallecido. Y es con una cita del propio Skutch que quisiera terminar esta reseña: “A veces, antes de abandonar la cima de la colina, visito el cementerio viejo de los indios. A pesar de los prometedores adornos de oro, nunca he permitido a nadie excavar estos entierros, porque creo que debemos tratar las sepulturas de otros grupos étnicos con el mismo respeto que deseamos que reciban las nuestras. A veces, con un humor meditativo, me pregunto si, desde el punto de vista moral, mi derecho sobre este terreno es tan válido como el de los hombres cuyo polvo yace aquí, debajo del barro rojo. Tal vez la única respuesta a esa pregunta inquietante sea que más merece el terreno quien hace el mejor uso de él. Si amo los cerros, los ríos y las selvas más de lo que ellos los amaban; si estas cosas me hablan con más significado y yo aprecio mejor su belleza; si me esfuerzo más para preservar este sitio natural en su prístino esplendor y para conservar la fertilidad del suelo, tal vez pueda justificar mi posesión de este terreno que en tiempos pasados les pertenecía. Si yo fuera inferior a los aborígenes en estos conceptos, entonces yo y toda la línea de los hombres demasiado agresivos de cara pálida que me transmitieron esta posesión, no somos más que intrusos y piratas cuyo derecho a este terreno sería difícil de defender.” (Skutch 2001, Un naturalista en Costa Rica, p. 289). Carlos Ossenbach
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