Octubre de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
Octubre de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
Octubre de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
“hablaran con ellos, en vez <strong>de</strong> sólo dirigirse a<br />
ellos”. Añoraban conversaciones que fueran<br />
“naturales”, “normales”, “relajadas” y mucho<br />
menos “incómodas”. Esto <strong>de</strong>bería motivar a<br />
los padres a esforzarse más por estar accesibles<br />
y dispuestos a hablar, y por actuar con<br />
naturalidad y comodidad ante un tema, una<br />
situación o incluso el momento en que <strong>de</strong>seen<br />
hablar. Si hay un precio que pagar para<br />
que los padres enseñen eficazmente a sus<br />
hijos en cuanto a las cosas que son <strong>de</strong> más<br />
importancia, ese precio ha <strong>de</strong> ser que los padres<br />
actúen <strong>de</strong> manera que ayu<strong>de</strong> a sus hijos<br />
a sentirse cómodos y seguros para hablar <strong>de</strong><br />
cualquier tema, especialmente los más personales.<br />
La enseñanza y el aprendizaje son más eficaces<br />
cuando el tema es pertinente y real. Dependiendo <strong>de</strong><br />
cómo abor<strong>de</strong>mos el tema, el enseñar sobre la intimidad<br />
sexual pue<strong>de</strong> parecer incómodo, poco realista, impráctico<br />
o incluso un sermón. Una clave para tener éxito es darse<br />
cuenta <strong>de</strong> que la mayoría <strong>de</strong> las preguntas y dudas que los<br />
hijos tienen son reacciones a situaciones y observaciones<br />
<strong>de</strong> la vida real. Al prestar atención a nuestros hijos, escucharlos<br />
y observarlos, discerniremos lo que tenemos que<br />
enseñar.<br />
Por ejemplo, las películas, los estilos, las modas, los programas<br />
<strong>de</strong> televisión, la propaganda, o la letra <strong>de</strong> la música<br />
proporcionan suficientes oportunida<strong>de</strong>s para hablar sobre<br />
normas morales. Otras oportunida<strong>de</strong>s se presentarán a<br />
medida que observemos las relaciones e interacciones que<br />
nuestros hijos tienen con los <strong>de</strong>más, la forma en que ellos<br />
y sus compañeros se visten, el lenguaje que usan, cuánto<br />
influye en ellos su asociación con el sexo opuesto, así<br />
como las diversas interpretaciones <strong>de</strong> la castidad y <strong>de</strong> las<br />
normas morales <strong>de</strong> la comunidad. Hay bastantes oportunida<strong>de</strong>s<br />
en la vida real para hablar con los hijos sobre la<br />
moral y la virtud.<br />
Tal vez el aspecto más importante <strong>de</strong> la enseñanza en la<br />
vida real es cuando los padres ejemplifican la castidad, la<br />
mo<strong>de</strong>stia y la virtud en sus propias vidas. Los hijos estarán<br />
más dispuestos a escuchar y a seguir el consejo <strong>de</strong> sus<br />
padres cuando ese consejo se fundamente en los buenos<br />
ejemplos que ellos les <strong>de</strong>n.<br />
Lo contrario también es verda<strong>de</strong>ro. Como dijo el él<strong>de</strong>r<br />
Robert D. Hales, <strong>de</strong>l Quórum <strong>de</strong> los Doce Apóstoles: “De<br />
18 <strong>Liahona</strong><br />
muchas maneras, nuestras acciones son más<br />
elocuentes que nuestras palabras. El presi<strong>de</strong>nte<br />
Brigham Young (1801–1877) enseñó:<br />
‘Debemos darles [a nuestros hijos] el ejemplo<br />
que queremos que imiten. ¿Nos damos<br />
cuenta <strong>de</strong> esto? ¡Con mucha frecuencia<br />
vemos que algunos padres exigen la obediencia,<br />
el buen comportamiento, palabras<br />
bondadosas, una apariencia agradable, una<br />
voz dulce y la atención <strong>de</strong> un hijo o hijos<br />
cuando ellos mismos están llenos <strong>de</strong> amargura<br />
y regaño! ¡Cuán contradictorio e irrazonable<br />
es esto!’ Nuestros hijos notarán tales<br />
contradicciones en nosotros y quizás hallen<br />
justificación para actuar <strong>de</strong> modo similar” 2 .<br />
Los discípulos apren<strong>de</strong>n mejor cuando entien<strong>de</strong>n<br />
lo que los maestros están enseñando. Hay muchos<br />
jóvenes y jóvenes adultos que expresan frustración porque<br />
sus padres, e incluso los lí<strong>de</strong>res <strong>de</strong> la Iglesia, tienen la ten<strong>de</strong>ncia<br />
a usar “palabras en clave” y mensajes implícitos, los<br />
cuales producen más preguntas que respuestas y causan<br />
más tensión que alivio. Esto es especialmente cierto en lo<br />
que tiene que ver con temas sexuales.<br />
Cuando era obispo <strong>de</strong> un barrio <strong>de</strong> jóvenes adultos<br />
solteros, con frecuencia me preguntaban lo que significaba<br />
“caricias impúdicas”. A los fieles miembros <strong>de</strong> mi barrio se<br />
les había enseñado que no <strong>de</strong>bían participar en caricias<br />
impúdicas, pero nunca se les enseñó lo que eso significa<br />
en realidad. Les era difícil seguir instrucciones que no<br />
comprendían.<br />
El presi<strong>de</strong>nte Marion G. Romney (1897–1988), Primer<br />
Consejero <strong>de</strong> la Primera Presi<strong>de</strong>ncia, explicó que no es<br />
suficiente enseñar <strong>de</strong> tal forma que todos entiendan, sino<br />
que también <strong>de</strong>bemos enseñar <strong>de</strong> tal forma que nadie<br />
interprete mal 3 Al prestar<br />
atención a<br />
. En vez <strong>de</strong> hablar en clave o incluso con<br />
términos coloquiales, tendremos más éxito si utilizamos<br />
términos correctos y apropiados, lo cual fomenta el entendimiento<br />
y cultiva el respeto.<br />
Tomen en cuenta la forma competente en la que el<br />
él<strong>de</strong>r Richard G. Scott, <strong>de</strong>l Quórum <strong>de</strong> los Doce Apóstoles,<br />
ha enseñado los principios y las normas morales; él dijo:<br />
“Toda intimidad sexual fuera <strong>de</strong> los lazos <strong>de</strong>l matrimonio,<br />
o sea, todo contacto intencional con las partes sagradas y<br />
privadas <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> otra persona, ya sea vestido o sin<br />
ropa, es un pecado y está prohibido por Dios; también es<br />
nuestros hijos,<br />
escucharlos y<br />
observarlos,<br />
discerniremos<br />
lo que tenemos<br />
que enseñar.