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CanonnuevoTestament

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REVISTA BÍBLICA<br />

Año 62 – 2000/1-2<br />

Págs. 87-100<br />

[87]<br />

LA CANONIZACIÓN DEL NUEVO TESTAMENTO<br />

Y LA MISHNÁ JUDÍA<br />

Durante los últimas décadas la canonización del Nuevo Testamento ha sido uno<br />

de los problemas que notoriamente ha aquejado a los investigadores del<br />

Cristianismo antiguo. Hoy en día, el debate principal todavía se encuentra entre<br />

los seguidores de Adolph von Harnack, como Hans Freiherr von<br />

Campenhausen, quien insiste en la importancia superior de Marción, 1 y por otro<br />

lado están aquellos para quienes el proceso de la canonización debe verse<br />

principalmente como un desarrollo interior en la temprana Iglesia; Werner<br />

Georg Kummel, siguiendo a Theodor Zahn, es probablemente el representante<br />

principal de esta línea de pensamiento. 2<br />

El proceso de la canonización acaecido durante el segundo siglo había sido<br />

conectado directamente por Harnack al esfuerzo osado de Marción por<br />

establecer la nueva religión en un nuevo cuerpo de textos, y su rechazo de la<br />

Septuaginta y de la mayoría de las escrituras cristianas conocidas por él,<br />

incluyendo los Evangelios. Como es conocido, Zahn argumentó, contra la idea<br />

de Harnack, que el complejo proceso a través del cual el canon del Nuevo<br />

Testamento había surgido, durante el segundo siglo, era principalmente el<br />

producto de desarrollos internos dentro de la Iglesia Cristiana, y no el reflejo de<br />

una reacción a la opción selectiva de Marción.<br />

El eje de nuestro estudio será el amplio contexto religioso en el cual se ubica el<br />

proceso de la canonización, en particular el judío y las dimensiones gnósticas de<br />

la temprana Cristiandad.<br />

Canonización<br />

Ante todo debemos realizar algunos comentarios preliminares acerca del<br />

concepto de canonización, el cual, a mi parecer, no ha sido<br />

1 Ver principalmente su memorable obra: Die Entstehung der christlichen Bibel, (Tuebingen, J. C. B.<br />

MOHR, 1968). También ver su artículo: “Marcion et les origines du canon neotestamentaire” en:<br />

Revue d’Histoire et de Philosophie Religieuses 46 (1966), 213-226.<br />

2 Ver por ejemplo su obra: Einleitung in das Neue Testament (Tuebingen, Quelle & Meyer, 1973). El<br />

libro de Kummel incluye bibliografía muy completa acerca de los diferentes aspectos tratados sobre<br />

este problema. Para un reciente trabajo, ver: B. M. METZGER, The Canon of the New Testament: its<br />

Origin, Development, and Significance, (Oxford, Clarendon, 1987).


[88] lo suficientemente estudiado desde una perspectiva comparativa. 3 El<br />

estudio de la canonización de la Biblia hebrea y del Nuevo Testamento se han<br />

desarrollado juntos en las ultimas décadas, el progreso en la investigación de<br />

uno de los textos, a menudo, ha sido aplicado también al otro texto. 4 Este<br />

modelo utilizado en la investigación, el cual supone que estos dos textos<br />

sagrados sufrieron un mismo proceso de canonización, a primera vista nos<br />

parece una idea lógica y natural, pero en realidad contiene cierto peligro. En la<br />

investigación científica no ha sido bastante recalcado el hecho de que estos dos<br />

procesos de canonización no son comparables en todos sus términos.<br />

Una diferencia importante entre estos dos procesos radica en que el Tanak es un<br />

canon primario, mientras que el Nuevo Testamento refleja una canonización<br />

secundaria, la cual fue establecida en base a la existencia de otro cuerpo<br />

primario de textos. No debemos olvidar el hecho de que el primer texto sagrado<br />

del Cristianismo antiguo era la Septuaginta, y que los textos del Nuevo<br />

Testamento no vinieron a sustituirla, sino que se incorporaron a la misma. Por<br />

lo tanto, siendo un proceso secundario, la canonización del Nuevo Testamento<br />

no puede ser muy similar a la del Tanak. El texto religioso secundario presenta<br />

una relación compleja con el texto primario; la naturaleza de esta relación es por<br />

sobre todo hermenéutica. El nuevo texto constantemente se refiere al antiguo,<br />

explícitamente e implícitamente. En cierto sentido, el texto nuevo se concibe<br />

como la llave para la<br />

3 Para un esfuerzo pionero por analizar este fenómeno desde una perspectiva comparativa, ver: C.<br />

COLPE, “Sakralisierung von Texten und Filiationen von Kanons”, en A. y J. Assmann, Kanon und<br />

Zensur, (Munich, Fink, 1987) 80-92.<br />

4 Por falta de espacio, no tratare aquí el apasionante tema de la canonización de la Biblia hebrea<br />

(Tanak) para ese caso ver: F. CRUSEMANN, “‘Das portative Vaterland’. Struktur und Genese des<br />

alttestamentliche Kanons”, en: A. y J. Assmann, Kanon und Zensur (Munich, Fink, 1987) 63-79; este<br />

articulo contiene una excelente bibliografía. CRUSEMANN señala que el cierre del canon del Tanak<br />

fue producto de la transformación de Israel después de la catastrófica destrucción del Templo de<br />

Jerusalén en el año 70. Se debe hacer notar, sin embargo, que por el contrario a la opinión reinante<br />

entre gran parte de los investigadores, no hay ninguna razón convincente para creer que el canon final<br />

se decidió en el “Concilio de Yabneh”; ver: P. SCHAFER, “Die sogenannte Synode von Jabne. Zur<br />

Trennung von Juden und Christen im 1./2. Jh. n. Chr.”, en: P. SCHAFER, Studien zur Geschichte und<br />

Theologie des rabbinischen judentums (Leiden, Brill, 1978) 45-64. Ver tambien: D. STERN, “Sacred<br />

Text and Canon”, en: A. Cohen y P. Mendes-Flohr, Contemporary Jewish Religious Thought (New<br />

York, Scribner’s, 1987) 841-847; S. Z. LEIMAN, “Inspiration and Canonicity: Reflections on the<br />

Formation of the biblical Canon, en E. P. Sanders y otros, Jewish and Christian Self-Defìnition, vol.<br />

II, (Philadelphia, Fortress, 1981) 56-63.


[89] comprensión apropiada, o interpretación correcta, del texto primario.<br />

Debemos recordar la existencia de diferentes tipos de procesos de canonización.<br />

El proceso de canonización “religiosa” no es igual que el proceso de<br />

canonización “cultural”; este ultimo es el proceso a través del cual un texto se<br />

establece como fundamental, o esencial para una cultura (en lugar de para una<br />

comunidad religiosa). Por ejemplo, la canonización de los textos clásicos<br />

griegos, aproximadamente desde el siglo cuarto a.C., realizada en particular por<br />

los lexicógrafos de Alejandría y estudiosos como Calímaco de Cirene en su<br />

Pinakes, 5 es obviamente un proceso de canonización cultural (y no religioso).<br />

En lo que respecta a la Biblia Cristiana, podemos decir que los dos procesos de<br />

canonización están presentes. El primer proceso de canonización fue el<br />

religioso, y se produjo en el segundo siglo de la era común; luego, en el siglo<br />

cuarto, se produce el segundo proceso de canonización, el cultural, cuando el<br />

texto bíblico se transformó en parte integral en la educación de las clases<br />

principales en la sociedad romana. La Biblia, incluyendo al Antiguo<br />

Testamento, se integró entonces al res maiorum de la elite cultural, y se volvió<br />

una fuente principal para los diferentes modelos políticos, desde la antigüedad<br />

hasta Spinoza.<br />

Por ultimo, no podemos dejar de formularnos el siguiente interrogante: ¿cuándo<br />

y cómo cesan los textos de ser canónicos? Es posible analizar el proceso a<br />

través del cual los textos, en varios y diferentes contextos históricos, pierden su<br />

anterior carácter canónico. Hay dos maneras a través de las cuales un texto<br />

puede dejar de ser percibido como canónico; por un lado puede ser rechazado<br />

(normalmente por un líder radical o por un movimiento antinomista de revuelta<br />

contra la tradición), o puede caer en el olvido “benigno”, cuando es removido<br />

del ámbito religioso y es llevado al ámbito cultural. A mi parecer, un caso de<br />

semejante relativización de textos canónicos es lo que le ha pasado a la Biblia<br />

en el mundo moderno y contemporáneo.<br />

El caso de Marción nos demuestra que generalmente el proceso de canonización<br />

y el proceso de descanonización de los textos están estrechamente relacionados<br />

entre si. La canonización de un nuevo texto, o de un texto secundario puede<br />

establecerse en la<br />

5 El Pinakes, es un enorme catálogo de las obras contenidas en la biblioteca de Alejandría. Este fue<br />

compuesto por Calímaco de Cirene quien fue un poeta y gramático griego, y director de la famosa<br />

biblioteca de Alejandría. Gracias a este catálogo, Calímaco se convirtió en el fundador de los estudios<br />

críticos de literatura griega.


[90] descanonización de un texto primario.<br />

Kanôn<br />

A mediados del siglo III, la palabra kanôn hacía referencia a aquellas doctrinas<br />

reconocidas como ortodoxas por la Iglesia Cristiana. Mas tarde, se utilizó para<br />

designar, de forma conjunta, la lista de libros aceptados como canónicos, que<br />

pasarían a formar las escrituras sagradas. 6 El primer uso del término kanôn en<br />

este sentido parece haber sido en una carta de Atanasio. En la antigua literatura<br />

cristiana, el termino kanôn tiene varios significados diferentes.<br />

En su Adversus Haereses Ireneo acusa a los valentinianos de transformar el<br />

“Cuerpo de la Verdad” y de desmembrarlo, (luontes ta melè tès alètheias,<br />

soluentes membra veritatis) cuando ellos agregan a él libros espurios o<br />

simplemente libros falsos. 7 Estos herejes también interpretan mal los textos de<br />

las Sagradas Escrituras. Esta mala interpretación de las Escrituras se debe a que<br />

ellos no poseen la “regla de fe” (kanôn tès pisteós o regula fidei). Ireneo es el<br />

primer escritor en usar este concepto, principio fundamental en el desarrollo de<br />

la doctrina cristiana. 8 Él también se refiere a un termino sinónimo, el kanón tès<br />

alètheias, o la “regla de la verdad”. Solo aquel que guarda fielmente la “regla de<br />

la verdad” la cual ha recibido en el momento del bautismo, será merecedor de<br />

reemplazar las palabras de la revelación y adecuarlas al “Cuerpo de la Verdad”,<br />

y así descubrirá el velo de la ficción de los herejes. Haciendo esto, el creyente<br />

no confundirá la apariencia de un zorro con el retrato del rey. 9 La expresión el<br />

“Cuerpo de la Verdad” refleja la insistencia de Ireneo en una unidad orgánica y<br />

sistemática. En el mismo sentido, Orígenes habla de un corpus (sôma)<br />

6 Para un estudio de la literatura y la evidencia canónica, ver: B. M. METZGER, The Canon of the<br />

New Testament: its Origin, Development, and Significance (Oxford, Clarendon, 1987) 289-293.<br />

7 Ireneo, Adv. Haer., I. 8. 1.<br />

8 Ver: E. LANNE, “‘La règle de la Vérité’: aux sources d’une expression de saint Irénée”, en: E.<br />

Lanne, Lex Orandi, Lex Credendi: Miscellania in onore di P. Cipriano Vagaggini (Rome, Studia<br />

Anselmiana, 1980) 57-70. La expresión, usada por primera vez por Ireneo, se encuentra nueve veces<br />

en Adv. Haer., mientras que utiliza la “regla de fe” en la Demostración de la Predicación Apostólica.<br />

Lanne sostiene que el origen del concepto puede ser encontrado en Filón de Alejandría, quien habla<br />

tres veces de las “Reglas de la verdad” en plural (Quod Deterius Potiori insidiaîi soleat., 125; De<br />

Confusione Linguarum, 2; De Iosepho, 1 45), y una vez en singular (Legum Allegoriae, 233). Ver<br />

también: A. FAIVRE, Ordonner la fraternite, (Paris, Cerf, 1992) 315-321.<br />

9 Adv. Haer., I. 9. 4.


[91] para describir la evolución de la doctrina cristiana hasta sus días. 10<br />

En el pensamiento de Ireneo este término se reviste con una metafórica, mítica y<br />

muy interesante concepción de verdad. El “Cuerpo de la Verdad” es presentado<br />

aquí para referirse a la colección de las Escrituras Sagradas. ¿Qué libros<br />

pertenecen a las Escrituras Sagradas, cuáles no, y cómo se puede identificar las<br />

falsificaciones y las alteraciones perversas que los herejes hacen en el texto de<br />

las Sagradas Escrituras? El único criterio que permite una respuesta autentica a<br />

estas preguntas es la regula veritatis. Solamente esta regla nos permite<br />

confirmar cuales son los textos que realmente pertenecen, y cuales son los<br />

textos espurios que atacan, al cuerpo santo de Escrituras escrito con inspiración<br />

divina y que nosotros llamamos, simplemente, el “canon”. De hecho, la<br />

verdadera colección de Escrituras Sagradas es denominada “el cuerpo”, el<br />

cuerpo de las verdaderas escrituras, o el “Cuerpo de la Verdad”. Hay dos<br />

criterios para definir la canonicidad de una escritura, o sea su pertenencia al<br />

corpus. El primero es su origen apostólico, el segundo es la “regla de fe”. Un<br />

texto que contradice “la regla de fe” no puede ser nunca un verdadero texto<br />

apostólico.<br />

El termino Corpus es utilizado en latín clásico en un sentido metonímico y<br />

representa al todo compuesto de partes unidas, por lo general se utiliza<br />

refiriéndose a una colección de libros. Podemos encontrar ejemplos con<br />

semejante significado en Cicerón, Séneca, Suetonio, así como, por supuesto, en<br />

la expresión, corpus iuris, refiriéndose a una colección de leyes y de textos<br />

legales. 11 La expresión el “Cuerpo de la Verdad” no es utilizada exclusivamente<br />

por Ireneo. Según él, un cierto Marcos, a quien él llama el mago, y que parece<br />

haber sido un discípulo de Valentín, dijo haber recibido una revelación por el<br />

Tetragrama; este le mostró el cuerpo de la verdad, el cual había bajado de su<br />

morada celestial para que Marcos la vea desnuda y se impresione por su belleza.<br />

El cuerpo de la verdad (sôma tès Alètheias; corpus Veritatis) es de hecho muy<br />

impresionante; sus miembros no son de carne y hueso, sino que están formados<br />

por las letras del alfabeto griego. 12 El informe de Ireneo sobre la visión de<br />

10 Ver ORIGENES, Peri Archôn, I, parrafo 10.<br />

11 Ver: LEWIS Y SHORT, Latin Dictionary (Oxford, Clarendon, 1945). Debemos aclarar, sin<br />

embargo, que el término sôma parece obtener el mismo significado posteriormente, con el griego<br />

cristiano; ver: LAMPE, Patristic Greek Lexicon (Oxford, Clarendon, 1961); quien trae ejemplos de<br />

Procopio de Gaza y otros.<br />

12 Ver: IRENEO, Àdv. Haer., I. 14. 3 hasta el párrafo I. 16. 3; donde Ireneo desarrolla la visión que<br />

tuvo Marcos de las letras del alfabeto. Acerca de los diferentes significados que en la antigüedad se le<br />

otorgaba al alfabeto, ver: F. DORNSEIF, Das Alphabet in Mystik und Magie, (Leipzig, Stoicheia,<br />

1925). Para un análisis detallado del pensamiento de Marcos según aparece en Adv. Haer. (nuestra<br />

única fuente del mismo), cfr. F. SAGNARD, La gnose valentinienne selon le temoignage de saint<br />

Irenee (París, Vrín, 1947).


[92] Marcos el gnóstico, así se lo denomina en la literatura académica, acerca de<br />

las especulaciones del cuerpo de la verdad formado con las letras del alfabeto,<br />

ha sido conocido a los investigadores del antiguo misticismo judío desde que<br />

Moses Gaster, 13 hace mas de un siglo, trazó un interesante paralelismo con los<br />

textos místicos hebreos de la antigüedad que describen las dimensiones del<br />

cuerpo cósmico de Dios, el Shi’ur Qomah, o “Las Medidas del Cuerpo”. 14 Mas<br />

recientemente, Moshe Idel ha analizado algunas tradiciones judías tempranas<br />

que describen a la Torah (el Pentateuco) como un cuerpo formado por infinitas<br />

permutaciones de letras. 15<br />

Del testimonio de Ireneo y de los antiguos textos de la mística judía, parecería<br />

que la concepción de las Sagradas Escrituras como un cuerpo formado por las<br />

letras del alfabeto fue compartida por los sabios judíos y cristianos (y<br />

gnósticos). El cuerpo de las escrituras, o el cuerpo de la verdad” puede medirse<br />

por la “regla de la verdad”, o sea, el criterio de la verdadera fe que permite saber<br />

qué textos pertenecen y cuáles no a este cuerpo. La imagen parece implicar una<br />

profunda mitificación del concepto de verdad: un (desnudo) cuerpo esta siendo<br />

medido por una vara de medir. En las palabras de Jean-Daniel Dubois: “El<br />

principio regulador es transformado por Ireneo en el cuerpo del Salvador<br />

encarnado dentro de un cuerpo de Escrituras.” 16<br />

Este temprano significado de kanôn, regula fue el utilizado, posteriormente, en<br />

la literatura patrística. Agustín, por ejemplo, lo utiliza en su obra de Genesi ad<br />

litteram trazando una relación dialéctica entre la regula pietatis y el cuerpo de<br />

las Escrituras. El último sólo puede interpretarse correctamente según el<br />

anterior; pero la regula<br />

13<br />

MOSES GASTER, “Das Shiur Komah”, Studies and Texts in Folklore, vol. 11 (New York, Ktab,<br />

1971) 1330-1353.<br />

14<br />

Ver, por ejemplo: G. SCHOLEM, Las Grandes Tendencias de la Mística Judía (Buenos Aires,<br />

Fondo de Cultura Económica, 1993) 62-65. [Original en ingles: Major Trends in jewish Mysticism,<br />

(New York-Jerusalem, Schocken, 1941) 44-47]. Ver también: G. G. STROUMSA, “Form(s) of God:<br />

Some Notes on Metatron and Christ”, HTR 76 (1984) 269-288.<br />

15<br />

M. IDEL, “La concepción de la Torá en la Literatura de Heikalot”, Jerusalem Studies in jewish<br />

Thought 1 (1981) 23-84 (en hebreo).<br />

16<br />

« …le principe regulateur devient pour Irenee une sorte de corpus du Sauveur incarne dans un<br />

corpus d’Ecritures ». J. D. DUBOIS, “L’exégèse des gnostiques et l’histoire du canon des Ecritures”,<br />

en M. Tardieu, Les règles de l’interprétation (París, Cerf, 1987.) 89-97.


[93] pietatis por otro lado, se define a través de su fidelidad a las Escrituras. 17<br />

En cierto sentido, podemos hablar de un doble canon, uno escrito y uno oral,<br />

esta misma dualidad existe entre la Torah escrita y la Torah oral en el judaísmo<br />

Rabínico.<br />

Aparentemente, la palabra griega kanôn puede ser etimológicamente<br />

relacionada con la palabra hebrea qaneh, la “vara”. Por medio de una vara, es<br />

posible tomar las medidas y verificar las dimensiones de un cuerpo. Es por esta<br />

razón que el método hermenéutico que ha sido desarrollado por los rabinos para<br />

interpretar la Torah se lo denomina middot, que literalmente significa<br />

“dimensiones”; o sea esta es la vara, las medidas con las cuales la Torah debe<br />

ser interpretada. 18<br />

Según esta comprensión, Ireneo demanda que los herejes desmembran el cuerpo<br />

de la verdad porque ellos no poseen las verdaderas herramientas, o sea las<br />

“varas” apropiadas que permiten realizar la correcta medición de las Escrituras.<br />

En otras palabras, el canon son los instrumentos de medición y no el objeto que<br />

es medido.<br />

Las Tradiciones Orales<br />

En principio pareciera ser que en la discusión del problema, la importancia de<br />

Marción había borrado otras importantes tendencias dualistas que existían en<br />

la época de la temprana Cristiandad. Jean-Daniel Dubois fue el primero que ha<br />

señalado este importante hecho y ha insistido en la contribución potencial que<br />

poseen los escritos de Nag Hammadi para una mejor comprensión de la historia<br />

de la canonización. 19 Como señala Dubois, es posible observar en el siglo<br />

segundo una desvalorización de las tradiciones orales por parte de la Iglesia.<br />

Esta desvalorización fue, al parecer, el resultado de un esfuerzo consciente para<br />

evitar la explotación y la divulgación de tradiciones confidenciales, que con<br />

mucho trabajo, podían ser controladas por la alta jerarquía.<br />

Las tradiciones orales, paradoseis, eran conocidas por la Iglesia desde sus<br />

tempranos días. Los “Refranes del Señor” habían sido<br />

17 AGUSTÍN, De Genesi ad litteram, I. 21. 41.<br />

18 Son las “middot she-ha-torah nidreshet bahen” (las reglas con las cuales la Torah es interpretada),<br />

estas se encuentran en la introducción al Midras Sifra’ (Interpretación legal del Levítico). Ver: M.<br />

JASTROW, Dictionary of the Talmud (New York, Pardes, 1950) 732 b. El término arameo mekhilta<br />

es el equivalente al termino hebreo middah.<br />

19 Cfr. J. D. DUBOIS, “L’exégèse des gnostiques et l’histoire du canon des Ecritures”, en M. Tardieu,<br />

Les règles de l’interprétation (París, Cerf, 1987) 89-97.


[94] recibidos así desde épocas muy antiguas (para tôn presbuterôn) y su origen<br />

inspiraba confianza en su verdad (alètheia). De esta manera el escritor<br />

judeocristiano Papías de Hierápolis, quien bien pudo haber influenciado a<br />

Ireneo, describe la tradición oral, diciendo: “Yo nunca supuse que esa<br />

información que sale de los libros podría ayudarme tanto a vivir, y su voz a<br />

sobrevivir”. 20<br />

El rol central que ocupó la transmisión oral de las doctrinas en el antiguo<br />

cristianismo tiene una gran vinculación con la importancia que se le atribuía al<br />

concepto de “la memoria”. Términos como mnèmoneuein, apomnèmoneuein<br />

fueron muy importantes para la preservación de testimonios desde los tiempos<br />

apostólicos. La memoria cristiana es por encima de todo una memoria cúltica: el<br />

acto central es el anamnèsis del sacrificio de Cristo. 21<br />

Dichas tradiciones orales se las relaciona, muy a menudo, directamente con<br />

cosas secretas: lo que se dice oralmente y no tiene el compromiso de ser escrito,<br />

generalmente fue dicho a unos pocos elegidos, en forma privada y es secreto. Es<br />

así como el texto gnóstico denominado “El Apócrifo de Santiago”, el cual fue<br />

encontrado en Nag Hammadi, describe cómo los doce discípulos estaban<br />

sentados todos juntos, recordando lo que el Señor le había dicho a cada uno de<br />

ellos, en secreto o abiertamente. 22<br />

La cuestión de las tradiciones esotéricas en los comienzos del Cristianismo se<br />

conecta directamente al papel del Gnosticismo en la progresiva autodefinición<br />

de la nueva religión durante el segundo siglo. Los gnósticos decían poseer<br />

tradiciones confidenciales que vienen directamente de los tiempos apostólicos.<br />

Ellos también otorgaron atractivas interpretaciones esotéricas a los textos<br />

conocidos por todos. Por ejemplo, el valentiniano Heracleo había desarrollado<br />

en los comienzos del segundo siglo la primera interpretación escrita conocida<br />

del Evangelio; una exégesis esotérica del Evangelio de Juan. 23<br />

20 Papías probablemente publicó su obra: Explicaciones del las Frases de Señor (Logiôn kuriakôn<br />

exegèseôs) en los años treinta del siglo segundo. La obra se ha perdido en el transcurso de la historia,<br />

pero la tradición de la misma fue conservada por EUSEBIO, Hist. Eccl III. 39. 1-4. Ver tambien: W.<br />

KELBER, The Oral and the Written Gospel (Philadelphia, Fortress, 1983).<br />

21 Ver por ejemplo: J. C. BASSET, “L’anamnese: aux sources de la tradition chrétienne”, en Ph.<br />

Borgeaud, La memoire des religions (Ginebra, Labor et Fides, 1988) 91-104.<br />

22 Ver “E1 Apócrifo de Santiago” en: H. KOESTER, Ancient Christian Gospels: their History and<br />

Development (Philadelphia—London, Trinity-SCM, 1990) 31-43.<br />

23 Ver: E. PAGELS, The johanine Gospel in Gnostic Exegesis (Nashville-New York, Abingdon,<br />

1973).


[95]<br />

Ya que los gnósticos poseían escrituras propias, en las cuales conservaban una<br />

tradición muy antigua; ¿pueden estos textos ser entendidos como representantes<br />

de un canon alternativo? Aunque la pregunta raramente es formulada en tales<br />

términos, generalmente parece ser asumido que esta era de hecho la realidad de<br />

esa época. Así, por ejemplo, la traducción y antología comprensiva de los<br />

gnósticos y otros textos de Bentley Layton, lleva el título de “Las<br />

Escrituras Gnósticas”. 24 El mismo Layton, en su introducción, trató la pregunta<br />

en términos bastante ambiguos, lo cual puede inducir al lector a comprender que<br />

había un canon de escrituras de los gnósticos, o sea unas “Escrituras<br />

Alternativas”. 25 Realmente, estas preguntas deben contestarse por la negación:<br />

por definición, un cuerpo de textos es una lista cerrada, limitada de textos. Los<br />

Evangelios Apócrifos y otros escritos que proliferaron en círculos gnósticos<br />

durante el segundo siglo, y luego entre los maniqueos, no son semejantes a un<br />

corpus, y por lo tanto no puede definirse como un cuerpo canónico.<br />

La respuesta negativa a la pregunta de la existencia de un canon gnóstico es<br />

realmente doble. Por un lado, los textos gnósticos no forman un canon porque<br />

ellos no son un cuerpo cerrado; por el otro lado, ellos no pertenecen a una<br />

comunidad definida, una iglesia, e incluso no pertenecen a un grupo todavía<br />

comprometido con un proceso de autodefinición. Entre las varias tendencias<br />

dualistas que nosotros denominamos como gnósticas, no es posible identificar<br />

un claro esfuerzo por formar una unidad política o eclesiástica, cosa que es<br />

bastante notoria en la corriente principal del Cristianismo de la misma época. 26<br />

La mayoría de los investigadores sostienen que este esfuerzo por formar una<br />

unidad política o eclesiástica ocurrió a mediados del siglo segundo. En su<br />

Diatessaron, Tatiano nos demuestra que los Evangelios que luego se<br />

transformaron en los canónicos ya habían comenzado a adquirir una creciente<br />

importancia y autoridad como fuentes de la tradición. Sin embargo, varios<br />

escritores eclesiásticos continuaron utilizando los Evangelios Apócrifos y las<br />

tradiciones orales de Jesús.<br />

24 BENTLEY LAYTON, The Gnostic Scriptures, (New York, Garden City, 1987); especialmente<br />

XVII-XXI donde Layton dice que la Escritura Gnóstica es como un tipo de Escritura Cristiana”.<br />

25 Para el análisis de este concepto, en un contexto cultural y religioso diferente; ver: SARAH<br />

STROUMSA, “Ecritures altematives”, en A. Le Boulluec y E. Patlagean, Retours aux Ecritures<br />

(Paris, Brepols, 1993) 24-52.<br />

26 Este es el argumento principal de: E. PAGELS, The Gnostic Gospels (New York, Random House,<br />

1979).


[96]<br />

El ejemplo mas famoso de dichos textos, probablemente, es el “Evangelio<br />

Secreto de Marcos”, mencionado por Clemente de Alejandría en una carta<br />

descubierta por Morton Smith. 27 Según Justino el Mártir, este texto era utilizado<br />

en el culto del domingo de testimonios apostólicos (apomnèmoneumata tôn<br />

apostolôn). Estas eran, probablemente, tradiciones orales, en lugar de los<br />

Evangelios que nosotros poseemos.<br />

El propio Marción, quien vino a Roma en el ano 144, rechazó todas las<br />

Escrituras que pertenecían al Antiguo Testamento. El también rechazó la<br />

mayoría de las Escrituras cristianas, excepto el Evangelio de Lucas y diez<br />

epístolas paulinas, pero incluso a estos textos el los sometió a una estricta<br />

censura. No sabemos si el propio Marción, cuando estableció la autoridad<br />

canónica de Pablo, conocía los cuatro Evangelios y las epístolas Pastorales.<br />

Existe una pequeña duda sobre si el establecimiento de Marción de un canon<br />

estrictamente restrictivo proporcionó un impulso para un “canon-medidor”, y<br />

por ende para la canonización del Nuevo Testamento. Pero ante todo, el desafío<br />

de Marción obligó a la corriente principal de intelectuales cristianos a defender<br />

a la amenazada Septuaginta y a reafirmar la autodefinición de la Iglesia como<br />

Verus Israel. La amenaza del movimiento montanista fortaleció la necesidad de<br />

cerrar el canon. Los seguidores de Montano, quienes fueron particularmente<br />

fuertes en la ciudad de Frigia durante los anos 155-160, se negaron a aceptar el<br />

fin de la profecía. El montanismo fue, ante todo, un movimiento de entusiastas<br />

religiosos. Movimientos como el montanismo tienden a ser activos en las fases<br />

iniciales del desarrollo de una nueva religión, cuando las estructuras<br />

eclesiásticas no son todavía lo suficientemente fijas y fuertes. 28 Las jerarquías<br />

emergentes entienden que uno de sus deberes mas importantes y urgentes es<br />

luchar contra tales tendencias, ya que estas amenazan su poder.<br />

Parece que la necesidad de luchar contra el amenazante montanismo y de<br />

prevenir la libertad de interpretación, para fortalecer<br />

27 Ver: M. SMITH, Clement of Alexandria and a Secret Gospel of Mark (Cambridge, Mass., Harvard,<br />

1973). Acerca de la discusión sobre la autenticidad de la carta, ver: M. SMITH, “Clement of<br />

Alexandria and Secret Mark: the Score at the End of the First Decade”, HTR 78 (1982) 449-461.<br />

28 Una tendencia similar se ha descubierto, por ejemplo, en las fases tempranas del Islam: según esta<br />

tendencia, Mahoma. no era el ultimo profeta, y la expresión hatam al-nabyyun significaba “La<br />

confirmación de los profetas”. Es solamente mas tarde, y como una reacción a estas tendencias, que la<br />

frase pasó a significar “el cierre de profecía.” Ver: Y. FR1EDMANN, “ Finality of Prophethood in<br />

Sunni Islam”, Jerusalem Studies in Arabic and Islam 7 (1986) 177-215.


[97] la autoridad central en la Iglesia, sirvió como un catalizador para cerrar el<br />

canon del Nuevo Testamento. Un tratado antimontanista escrito alrededor del<br />

año 192 se refiere a “que de la redacción del Nuevo Testamento Evangélico<br />

(‘ho tès tou euaggeliou kainès diathèkès logos) nada puede agregarse ni nada<br />

puede sacarse.<br />

Aunque ciertos escritos apostólicos, como el de Clemente II y el de Bernabé, se<br />

refieren a los refranes de Jesús como graphè, o como hôs gegraptai, solamente<br />

en las últimas dos décadas del siglo segundo surgió el concepto de un Nuevo<br />

Testamento. Cuando Melitón de Sardes había hablado de un Antiguo<br />

Testamento (palaia diathèkè), la frase implicaba la idea de un Nuevo<br />

Testamento, pero esta última expresión aparece por primera vez en el Adversus<br />

Haereses de Ireneo. 29 Esto no significa, por supuesto, que el canon del Nuevo<br />

Testamento ya era como el que nosotros poseemos hoy en día. A finales del<br />

siglo segundo aún existían considerables vacilaciones sobre la santidad e<br />

importancia de algunas Escrituras como, por ejemplo, La Epístola a los<br />

Hebreos, El Apocalipsis o las Epístolas católicas. Pero la idea de un euaggelion<br />

tetramorphon fue establecida. También debemos recordar que el canon<br />

muratoriano, o sea la primera lista de los libros del Nuevo Testamento, es de<br />

finales del siglo segundo. 30<br />

La Mishná judía y el Nuevo Testamento<br />

La canonización del Nuevo Testamento fue un proceso, que transcurrió a través<br />

del tiempo; no fue el resultado de un solo hecho y de una sola decisión. No hay<br />

ninguna decisión conciliatoria sobre el canon, por ejemplo, antes del siglo<br />

cuarto. Deben entenderse los procesos de canonización como parte de los<br />

procesos religiosos y sociales de identificación. Tales procesos tratan<br />

principalmente de la definición de los límites del nuevo grupo y de la exclusión<br />

de los movimientos que cruzan estos límites, ya que así amenazan la búsqueda<br />

de una clara identidad.<br />

A lo largo del segundo siglo, el Cristianismo sufrió una serie de crisis que<br />

llevaron a la cristalización de su identidad específica. La más seria de estas<br />

crisis no fue originada ni por Marción ni por Montano, como generalmente se<br />

supone. Para el monoteísta cristiano, el mundo<br />

29 IRENEO, Adv. Haer., IV. 9. 1.<br />

30 El documento, que fue descubierto en el año 1740 en la biblioteca Ambrosiana, lleva el nombre de<br />

su fundador, el bibliotecario Muratori. El mismo se encuentra en una traducción al latín la cual esta<br />

basada en el documento original griego de finales del segundo siglo.


[98] y el ser humano han sido creados por el benevolente poder divino; es a esta<br />

creencia básica que el movimiento dualista gnóstico amenazaba. La<br />

investigación moderna ha demostrado que los gnósticos no rechazaban<br />

completamente al Antiguo Testamento, ellos realmente no lo ignoraron. En una<br />

bastante peculiar faceta, los gnósticos, que despreciaban al dios creador, “el<br />

gobernante (archón) de este mundo”, ofrecieron unas interpretaciones de<br />

algunos pocos textos del Antiguo Testamento que fueron de sumo interés para<br />

muchos pensadores de la época. 31<br />

La canonización del Nuevo Testamento debe verse en directa conexión con el<br />

debate por la correcta interpretación de las Sagradas Escrituras. Este debate fue<br />

muy candente entre los cristianos y los judíos, ya que ambos basaban sus<br />

costumbres y creencias sobre el mismo cuerpo de textos, el Antiguo<br />

Testamento. Su argumento fue esencialmente de una naturaleza hermenéutica.<br />

Las dos comunidades religiosas disputaban entre si por la misma herencia y su<br />

correcta interpretación. Cada religión reclamaba poseer el exclusivo derecho<br />

sobre la Biblia, y cada una de estas religiones estaba convencida que solamente<br />

ella sabía aplicar las correctas reglas hermenéuticas que revelan el sentido<br />

profundo de los textos. El esfuerzo realizado por los judíos y los cristianos al<br />

confrontarse era parte del esfuerzo de ambas religiones por autodefinirse. De<br />

hecho, luego de la serie detraumáticos eventos que ocurrieron durante el primer<br />

siglo y a comienzos del segundo, las comunidades judías tenían que buscar una<br />

nueva identidad, ya que los componentes principales de la identidad nacional y<br />

religiosa tradicional de Israel habían desaparecido o corrían un gran riesgo de<br />

perderse. La religión de Israel, luego de la destrucción de su Templo y todo lo<br />

que esto trajo aparejado, sufrió profundos cambios. Por consiguiente, en cierto<br />

sentido el Judaísmo y el Cristianismo en el segundo siglo pueden percibirse<br />

como religiones hermanas, en lugar de religiones con una relación filial.<br />

Las comunidades judías sufrieron durante el segundo siglo una serie de eventos<br />

traumáticos (la guerra de Bar Kokba y sus terribles consecuencias para los<br />

judíos de Israel; revueltas, su represión, y también las epidemias para los judíos<br />

de Egipto). Aunque las fuentes rabínicas no son lo bastante claras en esa<br />

materia, uno puede suponer el argumento interno utilizado contra los intentos<br />

por romper la unidad comunal y teológica que estaba en formación. En hebreo<br />

rabínico, todos los tipos de herejes y cismáticos que ofrecieron<br />

31 Ver, por ejemplo: B. A. PEARSON, “Biblical Exegesis in Gnostic Literature”, en M. E. Stone,<br />

Àrmenian and Biblical Studies (Jerusalem, St. James Press, 1977) 70-80.


[99] interpretaciones alternativas fueron designados por un término genérico de<br />

oprobio: minim. 32<br />

Los cristianos, por su lado, luchaban contra sus propias herejías radicales al<br />

mismo tiempo que vivían bajo la amenaza constante de persecución. Por lo<br />

tanto, durante el transcurso del segundo siglo, ambas comunidades estaban<br />

simultáneamente comprometidas con sus actividades de disputa, tanto internas<br />

como externas. Ellos debían realizar, directa e indirectamente, un doble<br />

esfuerzo; por un lado por autodefinirse, y por el otro lado para confrontarse con<br />

la otra religión. Ambas comunidades, debido a los desafíos internos y externos,<br />

se vieron envueltas en un dramático proceso de “ortodoxización”, que trajo<br />

consigo la censura de muchas de las tradiciones orales que habían sido tan<br />

importantes en el pasado. Tanto para los judíos como para los cristianos, las<br />

tradiciones orales concedieron un lugar prominente a las tradiciones esotéricas.<br />

En forma conjunta, las dos religiones sufrieron un fuerte proceso de censura, y<br />

paralelamente realizaron un gran esfuerzo por establecer precisas reglas de<br />

interpretación de los textos bíblicos.<br />

Mi idea es que el resultado mas claro de estos esfuerzos fue el establecimiento<br />

de un texto sagrado secundario, que contiene la llave, las herramientas para la<br />

correcta interpretación de la Biblia. Para la comunidad cristiana, este texto fue<br />

el Nuevo Testamento; este contiene el verdadero código para descifrar el<br />

significado real de la Septuaginta, o sea nos otorga la praeparatio evangelica.<br />

Para la comunidad judía, el verdadero código se encontraba en la Mishnah, ésta<br />

refleja, a través de un juego de complejas reglas hermenéuticas, la manera<br />

apropiada de entender el significado real del Tanak: la ley viviente de la<br />

comunidad. Es a través del prisma de estas dos interpretaciones secundarias,<br />

que los textos del Tanak judío y del Antiguo Testamento cristiano llegaron a ser<br />

percibidos como dos textos profundamente diferentes. Es dentro de este<br />

contexto que uno debe entender la paradójica formulación de Martin Buber<br />

cuando dijo que el libro sagrado de los judíos no era “ni antiguo ni<br />

testamento.” 33<br />

Ambos textos, el Nuevo Testamento y la Mishná, pueden ser considerados<br />

como un tipo de “meta-Tanak”, ya que estos dos trabajos paralelos que vienen<br />

detrás del Tanak; entre si poseen una gran diferencia en su volumen pero son<br />

muy similares en su función.<br />

32 Ver, por ejemplo: A. F. SEGAL, Two Powers in Heaven (Leiden, Brill, 1977).<br />

33 Para la transformación de las Escrituras Hebreas durante el proceso de formación de la Biblia<br />

cristiana; ver: J. L. KUGEL Y R. A. GREER, Early Biblical Interpretation (Philadelphia,<br />

Westminster, 1986) 126-154.


[100]<br />

Es un hecho notable que ambos textos se cristalizaron y se canonizaron<br />

aproximadamente en el mismo periodo, hacia el fin del segundo siglo, o a mas<br />

tardar en los comienzos del tercer siglo. El cierre de la Mishná, o sea la hatimat<br />

ha-Mishnah, por el Rabino Yehudah el príncipe, ocurrió a más tardar a<br />

comienzo del tercer siglo.<br />

Es extraño, que este llamativo sincronismo no haya sido notado por los<br />

investigadores del Nuevo Testamento o del Judaísmo rabínico. Solamente el<br />

jurídico romano Corpora, en el Digesto de Justiniano (533), ha comparado la<br />

Mishnah con el Nuevo Testamento. 34 He comenzado estas paginas con un<br />

comentario crítico a la postura que ve en el estudio de los procesos de<br />

canonización del Tanak y del Nuevo Testamento como procesos similares, y por<br />

lo tanto se pueden aplicar las conclusiones de una de las disciplinas para<br />

comprender mejor la otra. Espero haber hecho un pequeño aporte, por lo menos<br />

para un nuevo acercamiento, que reconozca la secundariedad del Nuevo<br />

Testamento (como así también de la Mishnah) y busque las implicaciones de<br />

este hecho en la investigación del proceso de la canonización. 35 La discusión de<br />

esta sugerencia por parte de los investigadores del Nuevo Testamento y del<br />

Judaísmo rabínico, en forma conjunta, permitirá evaluar su importancia.<br />

Adrián Herbst<br />

34 Para una bibliografía de estudios anteriores; ver: B. S. JACKSON, “On the Problem of Roman<br />

Influence on the Halakah and Normative Self-Definition in Judaism”, en E. P. Sanders y otros, Jewish<br />

and Christian Se!f-Definition, vol. II (Philadelphia, Fortress, 1981) 157-203. Jackson señala que los<br />

resultados de siglos de investigación sobre este problema “pueden pensarse que aun están<br />

inconclusos” (157).<br />

35 Ver: A. M. RITTER, “Die Entstehung des neutestamentlichen Kanons: Selbstdurchsetzung oder<br />

autoritative Entscheidung?”, en A. y J. Assmann, Kanon und Zensur (Munich, Fink, 1987) 93-99.<br />

Ritter señala que tanto el Judaísmo como el Cristianismo no se volvieron en “las religiones del libro”;<br />

a pesar del proceso de canonización, es curioso la importancia superior para las dos religiones de,<br />

respectivamente, el Talmud y el Nuevo Testamento junto con la regu1a fidei.

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