Quemecuentas. alumnado - nagusia
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Cristobal Gamon BHI<br />
Lengua Castellana y Literatura<br />
¿Qué me cuentas? El cuento.<br />
educación, el deficiente funcionamiento de la Administración y los privilegios de<br />
la nobleza y de la Iglesia. Sus artículos se suelen clasificar en tres grupos:<br />
• En los artículos de costumbres el autor lleva a cabo una sátira mordaz<br />
de los defectos de la sociedad española. El costumbrismo de Larra<br />
adquiere unos rasgos peculiares; no persigue simplemente realizar una<br />
descripción o divertir. Es de carácter subjetivo: lo emplea como medio<br />
para tratar temas más profundos, y la ironía, presente en muchos de sus<br />
artículos, esconde a menudo la queja y el dolor.<br />
• En los artículos políticos analiza los acontecimientos de la época,<br />
haciendo objeto de sus dardos tanto a absolutistas como a liberales.<br />
• En los artículos literarios Larra ejerce la crítica literaria y defiende los<br />
principios del Romanticismo. Destacan especialmente los dedicados al<br />
teatro.<br />
Los artículos de Larra, que adoptan gran variedad de formas -crónicas, relatos<br />
breves, cartas-, destacan por la viveza de la narración y del diálogo, por su<br />
lenguaje claro y directo y, sobre todo, por su fuerza satírica. Entre sus artículos<br />
más conocidos se encuentran «El castellano viejo»; «El café», donde<br />
desenmascara la vanidad de las apariencias y presenta una sociedad grotesca;<br />
«Casarse pronto y mal», de carácter autobiográfico; «Vuelva usted mañana»,<br />
que introduce la visión del extranjero que recuerda a Cadalso; «Quién es el<br />
público y dónde se encuentra»; «El mundo todo es máscaras, todo el año es<br />
carnaval»; «La sociedad», «En este país» o «El día de difuntos», en el que la<br />
ciudad es presentada como un inmenso cementerio que refleja una profunda<br />
decepción.<br />
"Vuelva usted mañana”<br />
Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza. Nosotros, que ya<br />
en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos<br />
propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de<br />
este pecado […]<br />
Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa<br />
un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre de nuestro país<br />
una idea exagerada e hiperbólica; de éstos que, o creen que los hombres aquí son todavía los<br />
espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace dos siglos, o que son aún las<br />
tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro<br />
carácter se conserva tan intacto como nuestras ruinas; en el segundo vienen temblando por<br />
esos caminos, y preguntan si son los ladrones que los han de despojar los individuos de algún<br />
cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino,<br />
comunes a todos los países.<br />
[…]<br />
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