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Yeray Gil Brito (EM:COM Tenerife)<br />
Larry Álvarez<br />
1
Introducción.<br />
PAPEL DE LA MUJER EN El MUNDO ISLÁMICO<br />
La situación de la mujer en el Islam es un debate controvertido, porque no se trata sólo de<br />
velos o burkas, sino de la falta de libertad, el uso de baremos radicalmente diferentes para<br />
juzgar y homologar circunstancias sociales dispares y el sometimiento que exige una<br />
tradición de siglos. Lo cierto es que a ojos de Occidente la mujer islámica es una<br />
desconocida. Como el mundo musulmán no es uniforme, el papel de la mujer tampoco lo<br />
es, pero es innegable que el rol femenino en aquellas sociedades padece una castración<br />
que dificulta el desarrollo personal, laboral e intelectual de la mitad de la población.<br />
El dominio de la tradición sexista imperante en el mundo mahometano ha hecho<br />
socialmente aceptables comportamientos que producen aberración en Occidente, tales<br />
como la ablación, la poligamia, el mercadeo matrimonial o el repudio del marido. Como<br />
también lo son las enormes dificultades para el acceso al mercado de trabajo, la ausencia<br />
de derechos políticos elementales o el recelo que despierta la formación cultural e<br />
intelectual de la mujer. En el debate se entremezclan sentimientos religiosos y tradiciones.<br />
El velo, por ejemplo, se ha convertido para muchas mujeres en el símbolo externo de la<br />
opresión que padecen, pero para otras muchas, incluso socialmente bien situadas, no es<br />
un impedimento para realizarse como mujeres, sino una seña de identidad y reafirmación<br />
frente a la supuesta colonización de otras culturas y credos.<br />
El Dinamismo del Islam tiene su base en su versión primigenia y, más tarde, en el legado<br />
del Islam tradicional, ante los cuales ni fundamentalistas ni revolucionarios han<br />
permanecido indiferentes en su redefinición del Islam en los tiempos modernos.<br />
El Islam primigenio posee un legado histórico definido, tratando a la mujer como igual al<br />
hombre en muchos aspectos; por el contrario, el Islam tradicionalista especifica en<br />
términos inequívocos que, a postura causa de su debilidad innata, la mujer necesita el<br />
constante control y vigilancia por parte del hombre. La primera postura se fundamenta en<br />
la declaración coránica de que el hombre y la mujer se complementan y son espíritus<br />
iguales.<br />
Larry Álvarez<br />
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En la redefinición de Islam, este tratamiento tradicionalista de la condición de la mujer es<br />
cuestionado por los fundamentalistas en virtud de que el Islam tradicional no es el Islam<br />
verdadero porque no se adhiere a los fundamentos del Islam; es cuestionado por los<br />
reformistas basándose en el hecho de que el tiempo actual requiere un tratamiento más<br />
igualitario de la mujer; y es cuestionado por los revolucionarios porque el propio Corán<br />
aconseja una lectura histórica de su contenido.<br />
Por lo tanto, a menos que se argumente que el Islam no tiene importancia alguna en las<br />
sociedades islámicas modernas, una premisa difícilmente sostenible, no puede ignorarse<br />
este legado a la hora de discutir este estatus y los derechos de la mujer en la evolución<br />
histórica del Islam.<br />
Entre los musulmanes reina una gran disparidad de criterios doctrinarios e interpretaciones<br />
de su Libro Sagrado que pervierten en muchos casos su espíritu, amparando prácticas<br />
denigrantes y confinando a las mujeres a un papel lateral dentro de una organización que<br />
impide su involucración activa en la toma de decisiones.<br />
La emancipación de la mujer occidental está siendo imitada, lógicamente de forma tímida y<br />
prudente, en varios países de la órbita musulmana. Las mujeres empiezan a participar y a<br />
desarrollarse en algunos sectores, a pesar de que la cultura dominante no las acepta en<br />
labores ajenas a su propia casa, porque ello agrietaría la férrea jerarquía islámica. Un<br />
sector del Islam de carácter progresista respalda las aspiraciones de libertad de sus<br />
mujeres, pero choca con una realidad terca con discursos como el de Hussein al-Mutairi,<br />
diputado kuwaití: «Quienes reclaman otro papel para la mujer son mujeres en edad de la<br />
menopausia». La emergente revuelta pacífica de sectores feministas islámicos es una<br />
buena noticia, porque da fe de un incipiente proceso evolutivo que, sin duda, contribuirá al<br />
desarrollo del conjunto de las sociedades musulmanas, que, equivocadamente, han<br />
prescindido de la mitad de su caudal humano para proyectar el progreso común.<br />
El debate sobre la mujer y el Islam adquiere otro relieve cuando se produce en países,<br />
como los occidentales, donde están reconocidos derechos universales e irrenunciables. La<br />
igualdad ante la ley no depende de las prácticas particulares de una determinada<br />
comunidad cultural o religiosa, sino de la defensa de los principios y valores democráticos.<br />
Por tanto, dentro del respeto a lo diferente, el Estado no debe permitir en nuestra<br />
sociedad la supeditación al hombre y la violación y destrucción de derechos, aunque sean<br />
prácticas aceptadas en los países de origen.<br />
Larry Álvarez<br />
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¿El cambio político en los países islamistas traerá consigo una revolución<br />
cultural con más derechos para las mujeres?<br />
La respuesta más probable es que no, desde mi punto de vista, al menos a corto plazo.<br />
Porque, independientemente de lo que ocurra a nivel político, los problemas de las<br />
mujeres musulmanas empiezan en casa. Es en las familias dónde se concentran las trabas,<br />
y la mayoría de los problemas para la mujer musulmana.<br />
Una de las principales clave está en la educación, según el último informe de la ONU<br />
(Organización de las Naciones Unidad) sobre desarrollo en el mundo musulmán, el 59,4%<br />
de las mujeres ha recibido educación formal. Pero, según la OIT (Organización<br />
Internacional del Trabajo), sólo el 28% está en el mercado laboral, fundamentalmente en<br />
servicios y agricultura. Y las mujeres sólo cuentan con un 12,5% de representación<br />
parlamentaria, según la Unión Interparlamentaria.<br />
Es decir, que revoluciones políticas aparte, a la mujer musulmana le queda un largo<br />
camino por recorrer. En Occidente nos asombramos del cambio, si realmente todo lo que<br />
está pasando cuaja, esté llegando desde dentro de cada país, sin que nuestra intervención<br />
haya sido necesaria más allá de inventar Internet y las redes sociales.<br />
He tenido la suerte de poder encontrar y leer un post de una escritora musulmana Irshad<br />
Manji, nacida en una familia musulmana y educada bajo esa fe.<br />
En su blog, Manji explica que su libro es una carta abierta de una de las voces del Islam, la<br />
suya, a los ciudadanos del mundo a los que les preocupan los caminos a los que lleva la fe<br />
musulmana. Una de las tesis que Manji defiende con más fuerza es que desde Occidente<br />
podemos dar medios a las mujeres musulmanas para ayudarlas a convertirse en<br />
emprendedoras. Y hay algo en lo que creo que tiene razón, sólo si las mujeres consiguen<br />
la independencia económica tendrán la fuerza suficiente para enfrentarse a la dictadura de<br />
los hombres que, sólo supuestamente, les viene impuesta por el Corán.<br />
Se sabe que hay mujeres musulmanas emprendedoras sobre todo en países más<br />
avanzados como Bahrein, Jordania, Líbano, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos. Pero se<br />
encuentran con serias dificultades para acceder a financiación en buenas condiciones, un<br />
mundo en manos de los hombres. Así que, según el informe Mujeres Empresarias<br />
características, contribuciones y desafíos, que resume los éxitos y retos a los que se<br />
enfrentan las empresarias en Oriente Medio y el Norte de África, recurren a fuentes<br />
personales, como sus ahorros, sus amigos y sus familiares.<br />
Larry Álvarez<br />
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¿Cómo las nuevas tecnologías van ayudar a la revolución de la mujer en el<br />
mundo musulmán?<br />
He encontrado un caso en Internet, (http://www.youtube.com/watch?v=sowNSH_W2r0)<br />
de algo que ocurría en Arabia Saudí el pasado mes de mayo. Un caso de actualidad,<br />
bastante curioso y de la repercusión social que ocasionó.<br />
En Arabia Saudí conducir es un acto de rebeldía si eres mujer. A la monarquía alauí no le<br />
gusta verlas al volante, aunque no está claro si existe una legislación al respecto que lo<br />
prohíba. A pesar de eso, conducir puede salir caro si no eres un hombre.<br />
El pasado 19 de mayo, Manal al-Sharif, una joven de 32 años, se metió en su coche y<br />
condujo por las calles de la ciudad de Khobar. Sharif llevaba con ella a Wajeha al-<br />
Huwaider, una activista por los derechos de la mujer. Al-Huwaider filmó a la joven<br />
conduciendo, y ambas hablaron sobre las limitaciones a las que se enfrentan las mujeres<br />
en el reino del Golfo. La valiente Al-Sharif subió el vídeo en YouTube, y antes de que fuera<br />
censurado cuatro días más tarde, fue visualizado más de 600.000 veces.<br />
En el vídeo, Al-Sharif defiende la conducción femenina con argumentos completamente<br />
lógicos: ¿Qué va a hacer una mujer en caso de emergencia?", "¿Qué pasa si su marido<br />
tiene un ataque al corazón?.<br />
Al día siguiente, al-Sharif condujo de nuevo, esta vez con su familia. El coche fue detenido<br />
por la policía de tráfico, que arrestó a al-Sharif y a su hermano aunque fueron liberados<br />
esa misma noche.<br />
Ese fue el primer sobresalto, pero lo peor llegó al día siguiente, cuando se presentó en su<br />
casa la policía religiosa y la arrestaron de nuevo. Manal al-Sharif ha permanecido detenida<br />
desde entonces, aunque hoy circula una fotografía suya por la red social Twitter y algunas<br />
fuentes afirman que ya ha sido liberada.<br />
La historia de esta mujer saudí ha dado la vuelta al mundo y ha centrado la atención en el<br />
movimiento por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí, uno de los regímenes que<br />
más los limita.<br />
En Facebook hay una campaña, iniciada antes de la detención de Manal al-Sharif, que<br />
insta a las mujeres a "empezar a conducir" el 17 de junio, el grupo tenía más de 12.000<br />
seguidores antes de que fuera clausurado. Al-Sharif explicaba en su vídeo como participar<br />
en el movimiento, las instrucciones son sencillas: Nada de manifestaciones, lo único que<br />
tienen que hacer las mujeres es ponerse al volante. Con una condición, deben grabarse y<br />
colgar el vídeo en YouTube para animar al resto.<br />
Una vez más las redes sociales se presentan como canal propagador de nuevas ideas. De<br />
hecho, en el video colgado por Al-Sharif, ella cuenta a su copiloto que se ha enterado de<br />
que una mujer había llevado a su hermano al hospital a través de Twitter. Su llamada ha<br />
Larry Álvarez<br />
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sido respondida por varias mujeres, que la han emulado y han colgado su pequeña<br />
revolución en YouTube.<br />
Conclusiones.<br />
Ya son muchos los casos que están sucediendo en estos últimos meses, donde la<br />
población islámica cada vez más esta cogiendo fuerzas para enfrentarse, y manifestarse a<br />
favor de sus derechos humanos, en la búsqueda de la tan esperada y necesaria libertad.<br />
Unido a este movimiento se encuentra el papel cada vez más relevante de la mujer, donde<br />
demuestra con sus acciones, un punto y a parte en la revolución, en el intento del fin del<br />
mundo islámico en relación a la falta de derechos humanitarios.<br />
“La sonrisa de una mujer con derechos”<br />
Larry Álvarez<br />
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