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“En TODO lo que podáis, ofreced a Dios un sacrificio” (II Parte)

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El cambio del Sacrificio a <strong>un</strong>a cena es a<strong>un</strong> más claro y transparente en la<br />

alteración de las oraciones hechas en el Ofertorio o, antes, en la alteración de la<br />

naturaleza misma del Ofertorio en sí mismo. Según la Fe católica y la tradición de la<br />

Iglesia con ella relacionada, el sujeto <strong>que</strong> ofrece y el objeto ofrecido es Nuestro Señor<br />

Jesucristo. Es por eso <strong>que</strong> las oraciones contenidas en el Ofertorio tradicional<br />

presuponen la presencia de Nuestro Señor como la verdadera y única Víctima, la<br />

Presencia Eucarística. Las oraciones del Ofertorio anticipan la Consagración. No se<br />

habla del pan sino se usa el término Víctima-Hostia, Hostia sin mancha, a<strong>un</strong><strong>que</strong> aún no<br />

haya sido consagrada.<br />

Unida con las acciones del sacerdote, esta oración da testimonio <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong><br />

es ofrecido en la Santa Misa es la “Hostia sin Mancha” – o sea, la Víctima sin Mancha.<br />

La naturaleza propiciatoria de la Misa es explicita – es ofrecida por nuestros pecados.<br />

Eso nos recuerda <strong>que</strong> la Misa es ofrecida “por <strong>lo</strong>s vivos y por <strong>lo</strong>s muertos”; y el<br />

sacerdote <strong>que</strong> ofrece el Sacrificio es <strong>un</strong> mediador entre el hombre y <strong>Dios</strong>.<br />

De las 12 oraciones tradicionales<br />

para el ofertorio, <strong>que</strong>dan só<strong>lo</strong> 2<br />

en la Nueva Misa<br />

De las doce oraciones para el Ofertorio en el Rito Tradicional, só<strong>lo</strong> dos <strong>que</strong>daron<br />

en la Nuevo Rito de la Misa. Y es interesante el hecho de <strong>que</strong> las oraciones suprimidas<br />

son precisamente a<strong>que</strong>llas <strong>que</strong> Lutero y Cranmer eliminaron. ¿Y por qué las eliminaron<br />

el<strong>lo</strong>s? Por<strong>que</strong>, como dijo Lutero, ellas “huelen a sacrificio – la abominación llamada<br />

Ofertorio, y a partir de este p<strong>un</strong>to casi todo huele a oblación”.<br />

El Nuevo Rito de la Misa ni siquiera usa ya el término Ofertorio; llama a esta<br />

parte de la Misa “preparación de <strong>lo</strong>s dones”. Y, en esta parte del Nuevo Rito, no hay<br />

ning<strong>un</strong>a palabra <strong>que</strong> dé al menos <strong>un</strong>a sugerencia de <strong>que</strong> a<strong>que</strong>l<strong>lo</strong> <strong>que</strong> es ofrecido es la<br />

Víctima Divina. Ahora, el pan y el vino – “fruto del trabajo del hombre” – es todo <strong>lo</strong><br />

<strong>que</strong> es ofrecido.<br />

Michael Davis, <strong>que</strong> gozó de <strong>un</strong> relacionamiento próximo del Cardenal<br />

Ratzinger, señala <strong>que</strong> este concepto es plenamente compatible con la teoría teilhardiana<br />

según la cual el esfuerzo humano, el trabajo de las manos del hombre, se hace, de cierto<br />

modo, la materia del Sacramento.<br />

Después, tenemos las alteraciones en el corazón mismo de la Santa Misa – en el<br />

Canon. La seg<strong>un</strong>da oración eucarística es famosa por la ausencia de oraciones de<br />

preparación para la Consagración y de las palabras de la Consagración, la Narrativa de<br />

la Institución. El sacerdote dice esas palabras como si estuviese pura y simplemente<br />

narrando la historia de la Última Cena, hace <strong>un</strong>os 2000 años, en vez de estar realmente<br />

consagrando el pan y el vino aquí y ahora.<br />

Además de estos cambios en las oraciones de la Misa – con la alteración más<br />

prof<strong>un</strong>da indicando el cambio del Sacrificio a <strong>un</strong>a cena congregacional – hay <strong>un</strong>a<br />

diferencia en la orientación del sacerdote durante la Misa.<br />

Su posición ya no simboliza el hecho de él siendo <strong>un</strong> intermediario entre <strong>Dios</strong> y<br />

el hombre, como sucede en la Misa Tradicional – en <strong>que</strong> él se vuelve al Tabernácu<strong>lo</strong>;<br />

http://www.fatima.org/span/crusader/cr104/cr104pg34.pdf<br />

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