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256 LERIDi.<br />
taluña, en las que fue jurado rey D. Jaime I, ala edad de 6<br />
años en el de 1213. Este rey pasó á Lérida en 1228, donde<br />
halló al cardenal Juan , recien enviado cá España por el papa,<br />
y á los diputados y magnates que tenia convocados para tratar<br />
de la espedicion á Mallorca. Lérida fué una de las pobl.<br />
que en Í238 enviaron sus tropas ala conquista de Valencia,<br />
y habiendo sido la compañía de Lérida la primera en romper<br />
el muro de aquella c, fué proverbio hasta no muy lejana<br />
época, Lleida la ha forat, esto es, Lérida la ha agujereado.<br />
Concediéndola el rey el premio que por ello había ofrecido,<br />
envió Lérida á Valencia 1,000 jóvenes y 1,000,doncellas<br />
para poblarla, origen de la nobleza valenciana, y de las 4<br />
flores de lis que campeaban en su escudo de armas, concedió<br />
una á Valencia para que la pusiese en sus monedas ; señalando<br />
ademas los pesos y medidas que debia usar la c. conquistada,<br />
iguales á los que usaba Lérida. En diferentes ocasiones<br />
Valencia ha saludado á Lérida con el honroso título de Madre,<br />
y todos los años enviaba 2 síndicos á afinar los pesos y medidas<br />
, según lo atestiguan las cartas guardadas en el archivo<br />
municipal, sin que se sepa la causa de haberse interrumpido<br />
aquella costumbre. En 1246 se juntaron en Lérida varios ob.<br />
y legados del papa, á fin de reconciliar con la iglesia al rey<br />
D. Jaime, que habia sido descomulgado. En 1284 el rey Don<br />
Pedro de Aragón verificó la conquista del reino de Sicilia,<br />
arrojando de él á Carlos de Anjou. Martino IV, cuyo feudatario<br />
era el Anjou, irritado contra el rey de Aragón, concedió<br />
la investidura de estos reinos á Carlos de Valois, hijo del<br />
rey Felipe de Francia, el cual al frente de un poderoso ejército,<br />
que se hace ascender á 150,000 hombres , y con 300<br />
buques de grueso porte , entre naves y galeras, se preparó<br />
para la conquista de Cataluña. Lérida no abandonó á su rey<br />
en tal apuro, y le sirvió con mucha y escogida gente, que en<br />
particular fué destinada á la defensa del importante Coll de<br />
Panisas , por cuya angostura debia penetrar el ejército francés.<br />
No fué posible contener el ímpetu de tan numerosas tropas,<br />
á pesar de los heroicos esfuerzos de los defensores de<br />
aquel punto; pero los soldados de Lérida dieron continuo re<br />
vato á los invasores, disminuyendo su ejercito en repetidas<br />
ocasiones, hasta que los franceses se vieron precisados á repasar<br />
el Pirineo, después del memorable sitio de Gerona.<br />
Don Jaime II de Aragón con decreto y autoridad del papa<br />
Bonifacio, en el año 1300, restauró la ant. univ. de Lérida que<br />
algunos afirman haber cesado en la invasión de los pueblos del<br />
Norte. Mandó que se erigiese estudio general en la c. de Lérida<br />
, como el punto mas céntrico de su reino. Llamó los catedráticos<br />
mas eminentes que en aquella época se conocían, dotó<br />
á la univ. de grandes privilegios, y prohibió que pudiera haber<br />
estudio alguno general en otra parte de sus estados. Fray<br />
Arnaldo de Américo, general de la Orden de Mercenarios y embajador<br />
de D. Jaime II en la corte del rey de Castilla, hizo las<br />
leyes y estatutos de la univ. En ella enseñó el Derecho el papa<br />
Calisto III antes de su elevación al pontificado; y San Vicente<br />
Ferrer recibió en el mismo estudio el grado de maestro en teología.<br />
Eu 1339 se celebró en Lérida un capítulo convocado con<br />
autoridad apostólica por Gimeno , abad de Monte Aragón , y<br />
Raimundo que lo era de San Juan de las Abadesas , y en él se<br />
leyó la bula del papa Benedicto XII, dada en el quinto año de<br />
su pontificado, reformando las constituciones de los canónigos<br />
regulares de San Agustín. En 1353 tuvo cortes en esta c. el<br />
rey D. Pedro IV de Aragón para convenir y resolver el modo<br />
de hacer la guerra á Castilla y los subsidios con que debia contribuir<br />
Cataluña. En 1515 pasó á Lérida la reina Doña Isabel,<br />
donde presidió cortes catalanas. En el reinado de Felipe IV resistió<br />
á los embates del ejército francés á las órdenes del conde<br />
de Harcourt; y se hizo muy notable el asedio que sufrió esta<br />
c. por las tropas francesas al mando del gran Conde. Beducida<br />
la plaza al mayor apuro, diezmada su guarnición, acobardado<br />
el gobernador , casi destruida la c. por las bombas y proyectiles<br />
de todas clases, y por el continuo estrago de las minas, el<br />
vecindario se armó en masa, dando las guardias, tomando<br />
parte en las salidas y en todas las operaciones de la defensa,<br />
sin embargo de la horrorosa hambre que se padecía, hasta ceñir<br />
la inmortal corona con que la victoria premió tanto heroísmo:<br />
tuvo que retirarse vergonzosamente el ejército francés , cuya<br />
jactancia le habia hecho abrir las trincheras al son de violines,<br />
si bien Voltaire quiso escusar de la falta al Gran Conde, diciendo<br />
, que esto era costumbre de los tiempos. Celébrase anualmente<br />
y por voto de la c. la fiesta llamada del rescate ó socorro<br />
e 1 dia de Sta. Cecilia, en memoria de un hecho de armas que<br />
aseguró á la monarquia española la posesión del principado<br />
de Cataluña.<br />
En las guerras de sucesión fué Lérida la primera que se pronunció<br />
en Cataluña por la causa del archiduque Carlos, tan<br />
popular en el principado y que dio lugar á tantos hechos de<br />
armas, que acreditan la constancia de aquellos naturales y el<br />
esfuerzo con que siempre han peleado por la defensa de sus<br />
fueros y privilegios, ó mejor diremos, de sus libertades públicas.<br />
El ejército aliado franco-hispano, á las órdenes del duque<br />
de Orleans, combatió la plaza y la tomó por asalto después de<br />
un vigoroso sitio, llevando delante de sí el saqueo, el incendio<br />
y la desolación; de suerte, que en poco mas de un siglo sufrió<br />
Lérida 3 sitios formales que redujeron considerablemente su<br />
vecindario. En este sitio la habia defendido el príncipe Enrique<br />
de Armestad con 2,000 soldados. El asalto se dio en 12 de<br />
octubre de 1707. El rey Felipe suprimió su univ. en castigo,y<br />
la trasladó á Cervera en premio de la decisión con que abrazó<br />
esta el partido de los Borbones.<br />
En 1810 el ejército frauces , al mando del mariscal Souchet<br />
después de un sostenido bombardeo , asaltó á Lérida por la<br />
brecha practicada en la muralla del Carmen, incendió muchas<br />
casas y arrebató un botín inmenso en los tres dias que duró<br />
el pillage. La mayor parte de las personas acaudaladas de los<br />
pueblos de un gran radio, se habían cerrado en Lérida con sus<br />
tesoros, y todos cayeron en manos del vencedor , inclusas las<br />
riquísimas alhajas de la caled., entre las cuales figuraba señaladamente<br />
una muy antigua custodia, digna rival de las<br />
de las catedrales de Zaragoza y Sevilla.<br />
En 1812 el barón de Eróles que operaba con un cuerpo de<br />
ejército en Cataluña, proyectó tomar esta plaza y su castillos<br />
por medio de una estratagema, poniéndose de acuerdo con<br />
un N. Azequinolaza, que estaba al servicio del gobierno francés<br />
en clase de guarda-almacén. El plan consistía en hacer volar<br />
los almacenes de pólvora del castillo principal, y al abrigo de<br />
la confusión y sorpresa que este accidente debia causar, introducirse<br />
el barón con sus tropas que al efecto estarían prontas<br />
en las inmediaciones de los muros. Cumplió Azequinolaza su<br />
palabra empeñada con tan poca premeditación y fria crueldad.<br />
A las 12 de la noche del dia 17 de julio, víspera de la Virgen<br />
del Carmen, un espantoso ruido acompañado de una tremenda<br />
oscilación, vino á despertar á los habitantes de Lérida<br />
que no habían sido sepultados entre los escombros de sus casas.<br />
Lanzáronse en las calles la mayor parte desnudos, para<br />
refugiarse eñ? los templos , preguntándose mutuamente la<br />
causa que los mas ilustrados atribuían á una erupción volcánica.<br />
La realidad del hecho era que Azequinolaza introdujo<br />
en un barril de pólvora , la punta de una mecha fatal, cuya<br />
duración tenia calculada de antemano, y , encendiendo elestremo<br />
opuesto, se puso en salvo reuniéndose al ejército, sin<br />
haber participado su proyecto á su padre que dejó abandonado<br />
á la terrible venganza del enemigo. Ochocientos y mas<br />
qq. de pólvora estallaron á la vez debajo de la bóveda del<br />
antiquísimo castillo de Templarios. Sobre esta bóveda estaba<br />
el cuartel de artillería, y de los soldados que allí había no se<br />
encontró niel mas ligero rastro, porque debieron ser triturados<br />
al estrellarse contra la otra bóveda que cubría el cuartel,<br />
que servia de piso á la sala de armas. Los dos lienzos del<br />
edificio volaron arrancados de cuajo en dirección á la parr. de<br />
la Magdalena , desde la prodigiosa elevación del castillo, causando<br />
los enormes sillares despedidos por la pólvora, una especie<br />
de nuevo bombardeo que en un instante aplanólos barrios<br />
de la citada parr. Es incalculable el número de personas que<br />
allí perecieron ; pero el estrago habría sido mayor, á no ser<br />
por la circunstancia de que la mayor parte de los vec. estaban<br />
en el campo, ocupados en las faenas de la trilla y pernoctando<br />
en las eras. Es imposible describir los horrores de<br />
aquella noche de triste recuerdo, y del dia que le subsiguió.<br />
En lo interior de las casas que se salvaron de la ruina, apenas<br />
quedaron tabiques, y casi ninguna pared maestra dejó de resentirse.<br />
Se podrá calcular la fuerza de la esplosion, al saber<br />
que muchas délas piezas montadas en los baluartes inmediatos,<br />
fueron arrancadas de su montages y lanzadas á un cuarto<br />
de leg.; y que en algunos pueblos á la dist. de 5 leg., se esperimentó<br />
un temblor que derribó los basares y la vajilla que<br />
sostenían. En el castillo no quedó un solo soldado útil, y los<br />
mas perecieron: mientras tanto fué estéril la traición de Azequinolaza,<br />
porque el barón de Eróles no se determinó á ocu-