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Zulia - Dirección de Formación IFEDEC

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Pensando en Venezuela.<br />

Andrés David Monnot Isamberth<br />

La palabra “víctima”, que proviene <strong>de</strong>l latín vig-timus y cuya expresión es<br />

traducida como “aquel animal o persona sacrificada o <strong>de</strong>stinada al sacrificio”, es lo<br />

primero que pasa por mi mente cuando pienso en Venezuela.<br />

Y así comienzo, no pretendiendo <strong>de</strong>sarrollar un ensayo más que fundamente<br />

críticas teóricas e inservibles para la crisis espiritual, económica, política, social, moral y<br />

cultural que actualmente vivimos. Más bien, me esfuerzo para llevarnos a la reflexión<br />

respecto al verda<strong>de</strong>ro problema que el país enfrenta, el cual amerita por su<br />

complejidad, <strong>de</strong> la atención urgente <strong>de</strong> todos nosotros, partiendo <strong>de</strong> una discusión<br />

mucho más profunda, que la <strong>de</strong>l tema meramente político, social o ; sobre todo, cuando<br />

analizamos algunos rasgos históricos que nos permiten construir un criterio mucho más<br />

objetivo, coherente y holístico al momento <strong>de</strong> aportar verda<strong>de</strong>ras soluciones para la<br />

Venezuela que anhelamos y merecemos.<br />

Ahora bien, ¿Quién es la víctima? Venezuela. ¿De qué o quién es víctima? De<br />

infinitos <strong>de</strong>saciertos. ¿Cuál sacrificio ha tenido que pagar? El <strong>de</strong> la miseria, pobreza y<br />

atraso. ¿Por qué razón? Por egoísmo, ambición <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r y corrupción; ¿De quién es la<br />

culpa? De nosotros mismos. Veamos por qué:<br />

Primero: la transculturización voluntaria y aún vigente que viene <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año<br />

1520, cuando los españoles colonizaron por la fuerza nuestra tierra, dando apertura a<br />

innumerables aspectos, tanto buenos como malos, positivos y negativos. Entre ellos el<br />

fenómeno transcultural, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese entonces a la actualidad (pero ahora <strong>de</strong> manera<br />

voluntaria y con influencia sobre todo norteamericana), nos ha llevado a renunciar y<br />

sustituir muchos elementos propios e intrínsecos <strong>de</strong> nuestra i<strong>de</strong>ntidad socio-cultural por<br />

otros ajenos a la misma. Lo que ha conllevado al venezolano mo<strong>de</strong>rno, en especial al<br />

joven, a crecer y vivir <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una profunda falta <strong>de</strong> conocimiento <strong>de</strong> sí mismo, con<br />

una generalizada baja autoestima respecto a su condición latinoamericana y con la


vaga i<strong>de</strong>a, <strong>de</strong> que por alguna razón <strong>de</strong>sconocida, lo <strong>de</strong> afuera siempre es mejor y es lo<br />

correcto.<br />

Pero esto no es culpa <strong>de</strong> los norteamericanos, sino <strong>de</strong> nosotros, pues nadie nos<br />

ha obligado a no amar, sentir apego a nuestra cultura, lenguaje, raíces, a no<br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rlas, conservarlas, y a no estar orgullosos <strong>de</strong> ellas. Porque nunca se ha visto un<br />

español pronunciando “CD” en inglés cuando habla en castellano, o a un alemán<br />

comprando un producto extranjero pudiendo comprar un producto nacional <strong>de</strong> la misma<br />

calidad y casos como estos, sobran tristemente en nuestro país.<br />

Segundo: la politiquería <strong>de</strong> tantos políticos <strong>de</strong> turno. Manuel Caballero en su<br />

libro “Historia <strong>de</strong> los Venezolanos <strong>de</strong>l Siglo XX” (2010), expresó “…Este es siglo <strong>de</strong> la<br />

política, más que <strong>de</strong> la paz y la <strong>de</strong>mocracia…”. Y a lo que en parte se refería, es a la<br />

influencia eminente que los partidos políticos tradicionales, han tenido en la forma <strong>de</strong><br />

ser, pensar y por en<strong>de</strong>, la actuación <strong>de</strong>l venezolano mo<strong>de</strong>rno; No era lo que hacían los<br />

políticos <strong>de</strong> turno, sino cómo lo realizaban. No era que no <strong>de</strong>bían buscar votos, era a<br />

costa <strong>de</strong> qué los conseguían y aún lo continúan haciendo.<br />

Por esto, no <strong>de</strong>be extrañarnos que la gente hoy día siga votando por aquel que<br />

monte el mejor populachero (es <strong>de</strong>cir al que tenga más recursos para hacerlo mejor) y<br />

no por el gerente que está en la capacidad <strong>de</strong> solucionar problemas eficientemente<br />

como suce<strong>de</strong> en países <strong>de</strong>sarrollados; o por cualquiera que les regale una licuadora,<br />

dinero o una cajita <strong>de</strong> cerveza, en vez <strong>de</strong>l profesional con las mejores aptitu<strong>de</strong>s para la<br />

gerencia pública; De nuevo, seguimos enfrentando un problema <strong>de</strong> mentalidad, cultura<br />

y falta <strong>de</strong> educación <strong>de</strong>l cual todos somos <strong>de</strong> alguna manera co-responsables,<br />

especialmente, los partidos políticos que acostumbraron al venezolano a actuar <strong>de</strong> esa<br />

manera.<br />

Tercero: La entorpecida evolución <strong>de</strong>l sistema educativo. Otro <strong>de</strong> los elementos<br />

graves que ha sido <strong>de</strong>terminante para la problemática que hoy enfrentamos en nuestro<br />

país <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia; Entiéndase, a la par <strong>de</strong> todos los <strong>de</strong>saciertos políticos,<br />

sociales, económicos que el país ha enfrentado en su propia experiencia <strong>de</strong> soberanía,<br />

<strong>de</strong>mocracia y libertad, se le suma, generaciones que en su gran mayoría fueron


educadas muy <strong>de</strong>ficientemente, a través <strong>de</strong> un sistema educativo cuya evolución no<br />

sólo ha sido muy lenta, sino que también sufrió estancamientos importantes, como el <strong>de</strong><br />

los 45 años, entre 1890 a 1935, en los cuales nuestro país se encontraba dominado por<br />

sistema dictatoriales.<br />

Y como no mencionar esto, si <strong>de</strong> haber tenido un sólido sistema educativo,<br />

ninguno <strong>de</strong> los problemas que he mencionado y que podríamos apuntar, hubiesen<br />

tenido tanto impacto en la población como lo tuvieron; pues la educación,<br />

parafraseando al General Páez en su autobiografía publicada por la Biblioteca <strong>de</strong> la<br />

Aca<strong>de</strong>mia Nacional <strong>de</strong> la Historia (1987) “es aquel proceso mediante el cual, se<br />

proveen a todos los ciudadanos <strong>de</strong> las mismas armas para conservar el tesoro <strong>de</strong> las<br />

liberta<strong>de</strong>s públicas”<br />

Entonces, todos estos procesos, aunados al <strong>de</strong>caimiento <strong>de</strong> la familia como<br />

institución base <strong>de</strong> la sociedad, la pérdida <strong>de</strong> valores espirituales y morales esenciales,<br />

la incapacidad gerencial <strong>de</strong> muchos dirigentes políticos, el predominante discurso<br />

i<strong>de</strong>ológico incoherente, la <strong>de</strong>satención <strong>de</strong>l paradigma ecológico en nuestra sociedad,<br />

entre otros, explican el porqué estamos como estamos; <strong>de</strong> una manera más completa,<br />

madura y sincera. Y lo más importante, nos lleva a un embudo histórico <strong>de</strong> una puntual<br />

y medular solución-conclusión, parecida a la que Japón llegó luego <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>vastada al<br />

culminar la segunda Guerra Mundial: sólo a través <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> una educación <strong>de</strong><br />

calidad podremos garantizar nuestra permanencia, superación y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong><br />

las áreas en los años veni<strong>de</strong>ros.<br />

De modo tal que como <strong>de</strong>ducción <strong>de</strong> la premisa anterior, en primer lugar,<br />

propongo que sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> fortalecer el aparato político, económico, e incluso social <strong>de</strong>l<br />

país, nos ocupemos <strong>de</strong> abordar la crisis espiritual, cultural y hasta <strong>de</strong> valores y<br />

principios con voluntad política; lo que es igual al diseño y ejecución <strong>de</strong> políticas<br />

públicas que vayan en dirección <strong>de</strong> reforzar la estructura básica familiar como elemento<br />

natural y fundamental <strong>de</strong> la sociedad. Con esto, <strong>de</strong> manera segura, contribuiremos a la<br />

disminución <strong>de</strong> la <strong>de</strong>lincuencia, <strong>de</strong>serción escolar y por en<strong>de</strong>, la crisis social.<br />

Como segunda propuesta, que se reestructure el sistema educativo como<br />

aparato i<strong>de</strong>ológico en nuestro país, en función <strong>de</strong> <strong>de</strong>svincularlo <strong>de</strong> cualquier tipo <strong>de</strong>


clientelismo político y <strong>de</strong> varios pilares básicos como excelentes profesores –más<br />

preparados y mejores pagados- ; el compromiso ineludible <strong>de</strong> la familia en mantener<br />

contacto permanente con el docente y una sólida inversión financiera por parte <strong>de</strong>l<br />

gobierno local, regional y nacional. Elementos a los que se les pue<strong>de</strong> adicionar, el<br />

énfasis en la formación <strong>de</strong>l profesorado (al menos una especialidad o maestría para dar<br />

clases), la atención individualizada a los problemas <strong>de</strong> aprendizaje (que no haya<br />

alumnos repitientes), el uso intensivo <strong>de</strong> tutorías, programas efectivos <strong>de</strong> fomento a la<br />

lectura, programas para la superación científica y tecnológica <strong>de</strong>l estudiante, y la inter-<br />

relación <strong>de</strong> los centros educativos con su entorno, entiéndase, su comunidad y el medio<br />

ambiente.<br />

A<strong>de</strong>más, como tercera propuesta, fortalecer a través <strong>de</strong> la educación, la<br />

<strong>de</strong>mocracia como sistema <strong>de</strong> gobierno, logrando que las generaciones actuales y<br />

futuras consigan un escenario don<strong>de</strong> podamos vivir en libertad y en el cual la pluralidad<br />

sea el factor propio <strong>de</strong> convivencia. Para ello, es necesario también el fortalecimiento y<br />

remozamiento <strong>de</strong> todas las instituciones <strong>de</strong>mocráticas, entre ellas los partidos políticos,<br />

como medios <strong>de</strong> expresión, participación ciudadana y solución <strong>de</strong> problemas sociales.<br />

Oportunidad en la que cito a José Rodríguez Iturbe, en su obra “Repensar la Política”<br />

(1997) quien expresó “Se trata <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra responsabilidad <strong>de</strong> militantes y dirigentes,<br />

<strong>de</strong> captar la necesidad <strong>de</strong> generar organismos sociales vivos <strong>de</strong> cultura alternativa,<br />

como algo fundamental para la correcta revitalización <strong>de</strong> nuestras socieda<strong>de</strong>s”<br />

Por último, como cuarta propuesta, el surgimiento <strong>de</strong> un movimiento social que<br />

esté por encima <strong>de</strong> los partidos políticos, y que basado en lo antes expuesto, interactúe<br />

con las comunida<strong>de</strong>s más <strong>de</strong>sfavorecidas <strong>de</strong>l país para abonar lo esencial, para hablar<br />

con hechos más que con palabras. Me refiero, a una generación acostumbrada tanto al<br />

salón <strong>de</strong> clases, al libro y al cua<strong>de</strong>rno, como al concretar acciones <strong>de</strong> alto impacto<br />

espiritual, social, económico, político, cultural, <strong>de</strong>portivo y ecológico para que una vez<br />

estando allí, con la motivación correcta, puedan darle la cara a la gente y <strong>de</strong>cirle “¡Estoy<br />

para servirte!”. Un movimiento dispuesto al sacrificio y a la transformación <strong>de</strong>l resultado<br />

<strong>de</strong> más 400 años <strong>de</strong> historia, recogidos en la mentalidad <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> los ochos<br />

muchachos, <strong>de</strong>l chamo en bicicleta que no quiere estudiar, <strong>de</strong>l señor sin franela


acostado en el chinchorro, <strong>de</strong>l niñito <strong>de</strong>snudo en las aceras, <strong>de</strong>l cepilla<strong>de</strong>ro. Un<br />

movimiento que termine transformando para siempre, a la víctima <strong>de</strong> tantos años <strong>de</strong><br />

errores y abusos. Con la que sueño en ver trasformada para bien y pienso tanto. A la <strong>de</strong><br />

la piel tostada como la flor, a mi amada Venezuela.

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