chon de los C0nsej0s de Estado y Guerra, Virrey destos refnos ...

Don Juan de Caravajal y Sande, del Consejo de bu Majestad en el Real de las lndias.
Presidente y Visitador de la Real Audiencia de La Plata. A todos los interesados y a
quien toca 0 en alguna manera tocar puede el repartimiento general de los indios de
mita destinados y sefialados para la labor del Cerro Rico, saca de metales y benenficio
dellos en los ingenios desta Imperial Villa de Potosi, hago saber que habiendo llegado
a la Ciudad de los Reyes, y aprestando alli el pasar a esta Provincia, para en ella poner
en ejecucion los intentos de mi jomada, ordenes y mandatos de Su Majestad, el Exce
lentisimo sefior conde de Chinchon, Virrey destos reinos, me advirtio y comunico al
gunas cosas, y entre ellas fue una el dicho repartirniento, mandandome le tomase a
mi cargo.
Y aunque en las cosas del real servicio, como lo es ésta, nunca he rehusado, sino
a.ntes apetecido y abrazado el trabajo, confieso que deseé y he procurado mucho ex
cusa.rme deste, porque si bien nuevo en la tierra, y como dicen chapeton, reconocia
delatadamente el lance y los quela materia- tiene, siendo la naturaleza escrupulosa,
demas de que dificultoso acierto, de incierta igualdad de intereses y perjuicio de mu
chos, de forzosas quejas, de inexcusable censura y con descubiertos recelos de indigna
cion por la imposibilidad de satisfacer a la codicia sin limite y a el amor propio de los
que saboreados, lisonjeados, hechizados y engafnados con él, suben de punto y hacen
gigantes méritos de muy pequeno cuerpo. Demés desto, ya yo habia entendido que
Virreyes justificados y prudentes y mi antecesor en la Presiden;ia, cuerdo, sancto y
con noticia, ciencia y experiencia de todo lo necesario en la materia, habian navegado
este golfo y corrido en él y padecido sus borrascas, resultando dello escarmiento y
ejemplar para que yo, que ni soy mejor, ni presumo mas que mis vecinos, hiciese el
peligro y recelase embarcarrne.
Propuso sus excusasy no le va1ieron*. Valime destas y otras de excusa con el sefior
Virrey, representéle mis principales ocupaciones, los inconvenientes de divertirme
dellas y mi total ignorancia en lo general de las Indias y particular de Potosi, hasta que
tiempo y su progreso no corto me-abriesen los ojos y quitasen parte della. Insistio su
Excelencia con la ordinaria viveza y eficacia de su excelente natural, cuando yo, o ne
cio o cobarde, me asomé aporfiado, de modo que quedando el pimto indeciso, vine
sin papel ni comision, no sin cuidado, pues siempre reconoci que al cabo, y a fuerza
tan supe1·ior, habia de seguirse mi rendimiento y obediencia, como en efecto se siguie
ron, llegéndome algunos meses después mandato expreso, y juntamente la comision en
cuyo cumplimiento la he puesto original por cabeza, y me ha parecido anadir a este
repartirniento algunas advertencias preambulas para el fin, y con el intento que diré
después de haberlas puesto.
La materia es grave, importmte y de justicia. La gravedad y i.mportancia desta ma
teria, no asf como quiera la encarecen los senores Vineyes en todas las Provisiones
que della tratan, no dice poco el senor conde de Chinchon en la comision inserta, y car
Las frases y palabras en negrita que figuran al comenzar algunos pirrafos estén en el original al
margen, a manera de los ladillos de los libros del siglo XVII.
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