Año 1, nº 2 (nov. 1958) - Publicaciones Periódicas del Uruguay
Año 1, nº 2 (nov. 1958) - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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ESTUARIO<br />
Noviembre de <strong>1958</strong><br />
NOVIEMBRE<br />
<strong>1958</strong><br />
PORTADA Y DIBUJOS<br />
JUAN RUDOLF
ESTUARIO<br />
Publicación<br />
cuatrimestral<br />
Consejo Directivo<br />
Profesores:<br />
Luis M. Marmouget<br />
Ruiz D. Pereyra Faget<br />
.4.riel E. Vidal<br />
Germán Wettstein<br />
Redactor Responsable<br />
Prof. •4riel E. Vidal<br />
Francisco Aguilar 813<br />
M ontevideo·<strong>Uruguay</strong><br />
Traductor <strong>del</strong> Número 2<br />
Del francés: Américo Vidal<br />
Portada y dibujos<br />
Jtwn R1tdolf<br />
Imprimió<br />
Tan. Graf. "Emecé"<br />
YARO 1282<br />
Las colaboraciones de ESTUARIO son inéditas.<br />
Se autoriza la reproducción total o paTCial de los<br />
trabajos, indicando su origen.<br />
E5TU.4RIO no se responsabiliza de las expres~ones<br />
vertidas en los trabajos publicados.<br />
Se recibe canje.<br />
AÑO 1 - NUMERO 2<br />
Noviembre de <strong>1958</strong>
NUESTRA<br />
LABOR.<br />
Uno de los fines que persigue "ESTUARIO" para el progreso<br />
de la docencia e investigación en el ámbito de la Geografía y de<br />
la Historia en nuestro país, es el de llegar a todos y a cada uno de<br />
los profesores e investigadores <strong>del</strong> interior. Lograr que "ESTUA<br />
RIO" se convierta desde este número en cabeza de movimiento<br />
en contactos reiterados de docentes, intermediaria en el logro de<br />
material de investigación para facilitar trabajos, motora de arribo<br />
a Montevideo de esos mismos profesores que sientan necesidad<br />
de exponer el fruto de sus trabajos y entusiasmos, es una tarea<br />
que nosotros sentimos como lma obligación si queremos demostrar<br />
que La geografía humana y la historia social de nuestro país<br />
se escriben desde todo <strong>Uruguay</strong> y no por y para la capitaL<br />
Sabemos bien cuáles son las dificultades de esta empresa.<br />
Una de eLlas quizá -y no la menor- consista en la faUa de experiencia<br />
en un problema tan complejo como es el de ser editor<br />
de una revista que, creada por profesores y destinada fundamentalmente<br />
a profesores y alumnos en el campo de dos disciplinas<br />
de proyección eminentemente humana, hasta el p1'esente haya<br />
sido ignorada por el Consejo Nacional de Enseñanza Secundaria,<br />
a pesar de la compTensión más acabada y reconfortante <strong>del</strong> Inspector<br />
Prof. Alberto C. Rodríguez que, en el mes de julio, decía<br />
en un informe destinado precisamente a enteTar al Consejo de<br />
la aparición de "ESTUARIO":<br />
"Enseñanza Secundaria podría contribuir eficientemente<br />
para que no se malogre esa iniciativa de publicación permanente,<br />
de cuya carencia adolece seriamente el Organismo<br />
por las dificultades que existen, justamente, para<br />
mantenerlas."<br />
AhoTa, en octubre, ya en prensa este número, el Consejo de<br />
Enseñanza Secundaria, no adqlárió aún un solo ejemplar, aumentando<br />
así los riesgos y los escollos que toda empresa generosa y<br />
fecunda encuentra en m¿estro ambiente.<br />
Convencidos de que únicamente el fervor y los esfuerzos propios<br />
y de nuestros colaboradores -tanto nacionales como extran-<br />
-5-
jeros- serán los que en definitiva a través <strong>del</strong> tiempo lograrán<br />
la superación de nuestra labor, es que ahora presentamos a "ES<br />
TUARIO" manteniendo su estructura primera, pero a imprenta,<br />
ya que una revista, como organismo viviente que es, debe evolucionar<br />
para sortear en impulso contimwdo los primeros tramos:<br />
aquellos que precisamente parecen más insalvables.<br />
Ademas, al acrecentar su- tiraje. ella no hace más que permanecer<br />
agotando todas las posibilidades de comunicación con los<br />
colegas y es, desde ya, receptora cuidadosa de las sugerencias quelos<br />
nuevos amigos hagan llegar.<br />
INICIAMOS UNA NUEVA ETAPA.<br />
CUADERNOS de<br />
GCDGRAFIA<br />
Una de las necesidades más apremiantes en la docencia <strong>del</strong>a<br />
Geografía en la Enseñanza Secundaria, es la falta de un texto<br />
que reuna las mejores expresiones de los autores que, en distintos<br />
momentos, han escrito sobre los paisajes y Sus gentes, estudiados<br />
en los programas <strong>del</strong> primer ciclo de la enseñanza licear.<br />
Hacer una recopilación de lecturas geográficas, aún limitada<br />
al Africa, América y Antártida, significa haber tenido que seleccionar<br />
entre miles de páginas de la más diversa calidad científica<br />
y artística un conjunto de aquellas que ofrecieran muy<br />
especialmente estas dos condiciones: verdad y belleza:<br />
Esa es la labor realizada por uno de los directores de "ES<br />
TUARIO", el Prof. Germán Wettstein, con ejemplar Tigor selectivo<br />
que hoy, merced a un invalorable espíritu de colaboración<br />
de un editoT montevideano, ofrecemos como el primer paso en<br />
el camino de una gran aspiración: un plan de publicacionesnacionales.<br />
Esta obra, destinada tanto al alumno como al profesor, bTinda<br />
un curso completo integrado por un material geográfico ordenado<br />
según el programa de Ciencias Geográficas de Segundo<br />
Año, en un tomo de 350 páginas ilustradas con 170 fotografías.<br />
Al cal01' <strong>del</strong> estímulo que este loable esfuerzo de íntima devoción<br />
por la ense1ianza reciba de profesores, ahtmnos y <strong>del</strong> público<br />
en general, el autor y "ESTUARIO", prosegltiran su labor<br />
editorial abarcando nuevos programas y nuevos temas.<br />
-6-
GLACIS Y TERRAZAS EN LA<br />
ZONA<br />
MEDITERRANEA<br />
Pierre Birot<br />
Profesor <strong>del</strong> Instituto de Geografía<br />
de la Universidad de París<br />
REPRESENTACION DEL<br />
MUNDO SEGUN HERODOTO.<br />
Desde hace largo tiempo, se ha llamado la atención sobre el<br />
extenso desarrollo de los "glacis" (o "rampas") de erosión situados<br />
al nivel inferior de los taludes coronados por una cornisa de<br />
roca dura. Esas superficies, casi rigurosamente planas, se oponen<br />
a las formas comunes, constituidas por vertientes más o menos<br />
convexas, confinando por una parte con los hilos de agua y por<br />
otra parte con los hilos de agua elementales, ambos bien dibujados.<br />
Están localizados sobre las rocas blandas: arcillas, filitas,<br />
calcáreos margosos, gredas poco consolidadas, no nivelando, sino<br />
ocasionalmente sobre algunas decenas de metros de ancho, calcáreos<br />
o gredas compactas intercaladas. Sobre esos aplanamientos<br />
la roca désnuda aflora algunas veces. :Muy a menudo, ella está<br />
recubierta de una capa primeramente coluvial, después aluvial,<br />
cuyo espesor raramente sobrepasa 1.50 m., si bien el carácter<br />
plano aparece como imputable a la erosión y no al terraplenamiento.<br />
Sin embargo, en el borde de la cornisa, un fragmento<br />
de materiales desmoronados existe a veces y más abajo, el glacis<br />
pasa frecuentemente a terrazas aluviales.<br />
El glacis principal está casi siempre, cortado por valles estrechos<br />
y a menudo recubierto por restos de fragmentos de glacis<br />
más antiguos. El contacto con el talud es por lo general, visible.<br />
Ahora bien, estos caracteres se encuentran con más o menos<br />
intensidad sobre una larga banda zonal centrada sobre el :Mediterráneo<br />
occidental pero alcanzando hacia el sur el corazón <strong>del</strong><br />
desierto, y hacia el norte sobrepasando ligeramente los límites <strong>del</strong><br />
mundo mediterráneo.<br />
El hecho que formas análogas se extiendan en regiones tectónicamente<br />
estables durante el Cuaternario, o sin unión con el<br />
nivel de base oceánico, atestiguan que ellas son de origen "climático".<br />
Por consecuencia nos encontramos situados frente a un<br />
problema general. Cómo, sobre casi 20° de latitud, la integración<br />
de los climas sucesivos <strong>del</strong> Cuaternario ha alcanzado el mismo<br />
resultado? Los glacis de erosión de las zonas semi - áridas y de<br />
las márgenes nor - mediterráneas resultan de la misma sucesión<br />
de variaciones climáticas? Se han desarrollado simultáneamente, o<br />
se trata de formas de convergencia?<br />
- fl-
1. CONDICIONES DEL DESARROLLO DE LOS GLACIS<br />
Del punto de vista genético, una distinción fundamental es<br />
la que opone los glacis cuyo aplanamiento ha sido realizado mientras<br />
que la cornisa retrocedía, y los que han sido sustituídos en<br />
un glacis anterior por consecuencia de la ablación en un tramo<br />
?e r?c.as bland.as, m~entras que la cornisa de roca dura quedaba<br />
mmoVIL La eXIstenCIa de tales glacis de sustitución se comprueba<br />
todas la~ veces que s7 encuentran los restos de un glacis superior<br />
suspendIdo a las vertIentes que descienden de la cornisa. Naturalmente,<br />
entre esos dos tipos, son posibles todas las formas de transición.<br />
A. Génesis de los glacis primitivos<br />
. Para los glacis <strong>del</strong> primer tipo, la dificultad principal con<br />
SIste en tener en cuenta el desenvolvimiento simultáneo de un<br />
talud - glacis inclinado siempre a más de 30° v <strong>del</strong> o-lacis propiamente<br />
dicho cuya pendiente no excede de 7 a "8 met;os (1). Esto<br />
supone que los agentes de transporte adquieren muy bruscamente<br />
la capacidad y la competencia necesaria para movilizar los restos<br />
de rocas duras que circulan sobre el talud en una pendiente 6 ó<br />
7 veces más débil. Si se considera el desarrollo <strong>del</strong> ciclo es necesario<br />
explicar cómo, a partir de una incisión lineal el r~troceso<br />
de los taludes se efectúa paralelamente a ellos mis~os mientras<br />
que el glacis de débil pendiente no cesa de agrandarse' sio-uiendo<br />
un mecamsmo<br />
.<br />
en el cual la aparición <strong>del</strong> derrame en ' capa '" es a<br />
la vez causa y consecuencia. Aquí se trata de encontrar un clima<br />
que permita, a la vez: a) la desagregación de la roca dura; b)<br />
el transporte de fragmentos lo suficientemente gruesos (por lo<br />
men~s <strong>del</strong> tamaño d.e un puño) por un derrame en capa, sobre<br />
pendIentes comprendIdas entre 7° y 2° (lo que implica la ausencia<br />
de un tapiz vegetal continuo). La realización de tal combinación<br />
exige el juego simultáneo de varios procesos.<br />
1 9 ) Consideremos una sección vertical cualquiera. El retroceso<br />
de la vertiente abrupta de la cornisa realizado casi paralelamente<br />
a la misma, significa que los restos a que ella da lugar<br />
son movidos sobre pendientes netamente más débiles y casi uniformes.<br />
Es necesario que la capacidad de transporte aumente bruscamente<br />
a 10 largo de una corta concavidad. Además. el cálculo <strong>del</strong><br />
a~astec~:t;liento de lo.s aluviones por la cornisayla rapidez de<br />
cIrculaclOn de los mIsmos. sobre la pendiente débil debe ser tal<br />
que el espesor de estos últimos no sobrepase un metro.<br />
Estas condiciones pueden ser realizadas con la colaboración<br />
de una serie de factores.<br />
(l)<br />
Esta dificultad nos parece pasada por alto por J. Dresch, Rev.<br />
Géomorph. Dyn. 1955, N9 6. C. R. cdtíque.<br />
- 10-<br />
a) La cantidad de agua pluvial suministrada sobre la vertiente<br />
aumenta linealmente hacia la parte inferior. Se concibe que<br />
un mínimo tramo sea necesario para asegurar el transporte de<br />
los restos por arrastre <strong>del</strong> agua líquida o por solifluxión, lo cual<br />
sólo se realiza a una cierta distancia de la cima de la cornisa.<br />
Sobre una pendiente más débil el tramo es más espeso. Además,<br />
toda variación negativa de la pendiente provoca un brusco acrecentamiento<br />
<strong>del</strong> espesor por consecuencia <strong>del</strong> aporte de las aguas<br />
rápidas de la sección superior. Hay allí un elemento de explicación<br />
por la organización automática de una fuerte concavidad, a<br />
la distancia crítica de la cima de la vertiente, donde el derrame<br />
comienza a volverse eficaz. En caso de alimentación nivosa, se<br />
llega al mismo resultado. En efecto, las pendientes abruptas superiores<br />
están desprovistas de nieve, la cual se acumula sobre la<br />
concavidad.<br />
b) La roca blanda más o menos margoso - arcillosa que sirve<br />
de lubricante se incorpora en creciente cantidad a los restos<br />
de rocas duras, a medida que estas descienden hacia la parte<br />
más baja desde la base de la cornisa. Pero se concibe que este<br />
nuevo aporte puede anularse bastante rápidamente ya en clima<br />
de tendencia árida, ya en un clima peri - glaciar. Si, en efecto, la<br />
infiltración es fácil en los desmoronamientos secos de la cima, se<br />
vuelve automáticamente difícil desde que los restos deslizándose<br />
están suficientemente integrados por material arcilloso - limoso.<br />
La cantidad de agua es limitada y una parte cada vez más importante<br />
se escurre en superficie a medida que el suelo se vuelve<br />
más impermeable.<br />
En clima peri - glaciar, la presencia <strong>del</strong> "permafrost" crea un<br />
obstáculo de igual género. En un caso como en el otro, se concibe<br />
que la capa en movimiento tome un espesor constante, por ejemplo,<br />
un metro.<br />
c) El deslizamiento se acelera si el calibre medio de los restos<br />
disminuye a medida que se desplazan. Eliminemos el factor<br />
de selección que no puede influir en la supuesta situación de<br />
equilibrio, queda para ser considerado el desgaste progresivo bajo<br />
la acción de las intemperies. Es susceptible de desarrollar un perfil<br />
de equilibrio tanto más fuertemente cóncavo cuando el o-radiente<br />
de disminución <strong>del</strong> tamaño en función de la distancia'" recorrida<br />
es mayor. El brusco aumento de la duración de imbibición,<br />
precisamente allí donde la concavidad es la más marcada, debe<br />
necesariamente acelerar la desagregación de los desmoronamientos<br />
secos situados más alto. Además, en un clima peri - glaciar, esta<br />
ruptura de pendiente corresponde a una línea de una parte y de<br />
otra en la cual la nieve oscila durante largo tiempo: de allí una<br />
aceleración de la crioclastia. En la parte inferior de esta concavidad,<br />
el gradiente de disminución de.tamaño de los restos puede<br />
permanecer casi constante, sea porque un desplazamiento vuélvese<br />
más rápido (por consecuencia <strong>del</strong> franqueo de un umbral y de la<br />
--11 -
aparlclOn de un nuevo modo de transporte más eficaz), sea porque<br />
todas las líneas de debilidad de los centros hayan sido ya<br />
utilizadas en el sector precedente y que los núcleos resistentes<br />
permanezcan solos en marcha. La primera condición puede quizás<br />
satisfacerse cuando en la base de la vertiente aparece un deslizamiento<br />
en capas de agua más o menos barrosas. La segunda excluye<br />
evidentemente todo clima favorable a la descomposición química;<br />
se da particularmente en un clima peri - glaciar donde la<br />
fragmentación está directamente subordinada a las fracturas.<br />
La conjunción de estos tres factores acelerando la eficacia<br />
de los agentes de transporte sobre una corta distancia, y después<br />
la estabilidad <strong>del</strong> tamaño medio de los aluviones explica que los<br />
restos que recubren el glacis propiamente dicho sean más <strong>del</strong>gados<br />
que los desmoranamientos que se apoyan contra el talud, y que<br />
se encuentren dispuestos sobre una pendiente más débil y uniforme.<br />
2 9 ) Este perfil transversal de equilibrio debe permanecer<br />
aproximadamente constante cuando las curvas de nivel manifiesten<br />
una tendencia a volverse convergentes o divergentes. En otras<br />
palabras, esta tendencia a la divergencia o a la convergencia<br />
no se acrecienta automáticamente desde que los hilos de agua<br />
elementales y los talweg de último orden se esbozan, como en el<br />
clima normal. Hemos discutido en publicaciones anteriores algunos<br />
procesos que pueden conducir a ese resultado. En ausencia<br />
de un tapiz vegetal, un talweg no provisto de una fuente aún<br />
temporal está menos beneficiado, en relación a las vertientes vecinas,<br />
que bajo un clima húmedo donde su lecho constituye la<br />
única superficie de afloramiento de la roca blanda. Esta ventaja<br />
se ve igualmente atenuada cuando el transporte de los restos se<br />
efectúa no por el impulso recibido <strong>del</strong> agua corriente, sino por<br />
deslizamiento en una matriz barrosa. Se puede admitir, que, en<br />
este último caso, la capacidad de transporte no aumenta sino linealmente<br />
con la sección de agua, es decir, siguiendo igual Pl"Oporción<br />
que la misma carga sólida, sean las vertientes divergentes<br />
o convergentes.<br />
39) En fin, la roca dura que constituye la cornisa debe desagregarse<br />
a una velocidad razonable. Ahora bien, se sabe que<br />
en régimen semi - árido las pendientes abruptas, talladas en un<br />
material de ese género se gastan con gran lentitud. A este respecto,<br />
un clima peri-glaciar húmedo ofrece mejores perspectivas<br />
gracias a la crioclastia.<br />
Una teoría de la formación de un glacis de erosión en régimen<br />
monocíclico semi - árido ha sido propuesta recientemente (Donaldan<br />
Koons - Cliff Retrat on Southwestern U.S.A. A. Am. Journ.<br />
of Se. 1955, p. 44). Ella sugiere que, sin modificación climática,<br />
una evolución rítmica puede atacar el acantilado. Supongamos que<br />
inicialmente la roca blanda está desnuda; la roca dura permanece<br />
intacta, falta de agua formando un acantilado vertical, mientras<br />
~ 1 Roco duro<br />
-"' --..... \<br />
,<br />
---- ---- --+- Perfil <strong>del</strong> talweg<br />
REFERENCIAS, POR SU ORDEN<br />
OOODO Talud de fragmentaci6n y su coberturo de<br />
guijarros ongulosos.<br />
000000 Cobertura <strong>del</strong> glacis de erosión. Guijarros<br />
pulidos.<br />
-12-
(1) Tan lento que J. Dresch no piensa que este proceso sea eficaz.<br />
(R.G.D.) 1955.<br />
que el arroyamiento gasta la roca blanda hasta construir un talud<br />
inclinado en 50°, bajo la roca dura; los restos resultantes de<br />
esta erosión son en efecto móviles sobre muy ligeras pendientes.<br />
Sobre el acantilado, se producen fenómenos de cizallamientos, el<br />
solo peso de las rocas desarrolla defensas que acaban en la ruptura<br />
y en el desmoronamiento de la roca dura. Esta se fragmenta<br />
en restos que toman la pendiente de equilibrio de los derribos.<br />
Entonces comienza una lenta evolución. Los restos deslizándose<br />
poco a poco por "creep" térmico, ligera solifluxión de la capa<br />
blanda subyacente, y se reducen, si bien al cabo de un tiempo<br />
muy largo son evacuados y la roca blanda subyacente surge desnuda.<br />
Es nuestro "glacis de fragmentación" (III). Entonces, ella<br />
es atacada rápidamente por el arroyamiento que vuelve a crear<br />
un acantilado y así sucesivamente.<br />
Si se experimenta cuantitativamente la verosimilitud de esta<br />
teoría, se percibe que, para superar la cohesión de una roca dura<br />
normal, el peso de la sección rocosa debe ser considerable; ésta<br />
debe tener un espesor por lo menos de 500 m.; aún si se tiene<br />
en cuenta los efectos de fatiga. Parece difícil aplicada a los pequeños<br />
taludes, salvo cuando existe un sistema de diaclasas apropiadas<br />
lo suficientemente extendidas por las acciones meteóricas.<br />
Si la roca blanda es muy potente, impermeable, y la roca<br />
dura permeable, una evolución de este género es aún facilitada.<br />
Bajo la cornisa, la vertiente en roca blanda va acentuando igualmente<br />
su rigidez hasta la verticalidad. Algunas precipitaciones infiltrándose<br />
en el enlosado permeable embeben las arcillas subyacentes<br />
sobre una sección que puede ser suficiente hasta provocar<br />
la solifluxión y el hundimiento de un fragmento de losa por trasiego.<br />
Sus restos caen sobre la pendiente débil inferior. Pero un<br />
intervalo muy largo de tiempo pasará antes que sean desagregados<br />
con la colaboración de la humedad algo más intensa que<br />
persiste en la base de la vertiente.<br />
Si existe una banda intermediaria de rocas entre el enlosado<br />
y el glacis, tomará, bajo la acción <strong>del</strong> arroyamiento, una pendiente<br />
de equilibrio igualmente intermediaria sobre la cual los fragmentos<br />
de losas se derribarán. Su movilización se efectuará algo más rápidamente<br />
que en el caso precedente, ya que la pendiente sobre<br />
la cual han sido transportados es más acusada. En el curso de este<br />
encaminamiento, alcanzarán el tamaño necesario para el arrastre<br />
sobre el glacis propiamente dicho. Pero aún aquí el alargamiento<br />
<strong>del</strong> glacis será extremadamente lento (1), tanto más lento naturalmente<br />
cuando la roca dura es más gruesa, siguiendo la ley<br />
muy general de J.Blache.<br />
Por el contrario, un clima semi - árido permitiendo fuertes<br />
chaparrones, suficientemente raros para que un tapiz vegetal con-<br />
-131-
tinuo no pueda subsistir, y suficientemente potentes para que un<br />
desmoronamiento más o menos barroso en "sheet - flood" se manifieste,<br />
es evidentemente el más apto para asegurar la evacuación<br />
de los restos sobre el glacis.<br />
El sistema de erosi6n peri-glaciar aparece como lo suficientemente<br />
convenie.nte para asegurar al mismo tiempo la desagregación<br />
de la cormsa y el transporte de los residuos sobre una pendiente<br />
privada ~e vegetación. De hecho, R. Raynal y otros investiga?ores<br />
tra.ba] ando en el Iy.I~rruecos afirman el carácter periglacIar<br />
<strong>del</strong> chma que ha presIdIdo la formación de los glacis. esto<br />
hasta la costa para los más antiguos. .<br />
Pero esta concepción invoca una serie de reservas por otra<br />
parte, de orden sobre todo terminológico. La primera objeción<br />
que surge al espíritu_ es que, en el dominio <strong>del</strong> clima peri-glaciar<br />
actual, no se ha senalado casi glacis de erosión (2), mientras<br />
que abundan en el dominio mediterráneo y semi árido; pero esto<br />
se debe quizás al hecho que el ciclo peri-glaciar allí es muy reciente<br />
(instalándose generalmente en la anarquía de un mod~lado<br />
glaciar). Pero esos glacis no se encuentran tampoco (salvo algunos<br />
bosquejos elementales) en el dominio templado donde la marca<br />
<strong>del</strong> clima peri-glaciar ha sido más durable. Se responderá quizás,<br />
que esos glacis han existido, pero que han sido destruídos y<br />
reemplazados por largas grupas convexas, ya que la ulterior incisión<br />
<strong>del</strong> talweg ha sido a la vez menos brutal y más prolongada.<br />
Además, el encostramiento de numerosos glacis ha asegurado su<br />
supervivencia en la zona mediterránea.<br />
Por otra parte, es inverosimil imaginar que un régimen islandés<br />
haya reinado hasta las costas de Marruecos y hasta Tunicia<br />
meridional, aún más que un verdadero "perm~irost" se ha<br />
desarrollado allí, o que la desaparición de la cobertura vegetal<br />
fué causada solamente por el frío. Por el contrario, se puede admitir<br />
que el hielo y la nieve se convirtieron, durante las lluvias.<br />
en los factores preponderantes <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>ado, pero manifestándos~<br />
solamente durante el invierno; deshelándose las vertientes durante<br />
el verano árido. Ese será pues, un peri-glaciar invernal que habría<br />
que matizar teniendo en cuenta la descomposición química necesariamente<br />
activa en primavera mientras el suelo húmedo está<br />
ya recalentado. La ausencia de un manto vegetal continuo resultará<br />
entonces de la combinación <strong>del</strong> frío <strong>del</strong> invierno y de la<br />
sequedad <strong>del</strong> verano, combinación que es efectivamente r~alizada<br />
actualmente en Anatolia, por ejemplo. Sin duda MenschinO' y R.<br />
Raynal no están muy alejados de esta idea. b •<br />
Todas estas dificultades en concebir un clima conveniente<br />
para la génesis <strong>del</strong> glacis de erosión a partir de cornisas en retroceso<br />
conducen a imaginar que la fragmentación de la roca<br />
dura y su movilización sobre un plano poco inclinado es el hecho<br />
(2) Salvo el caso. tal vez, <strong>del</strong> Bajo Mackenzie.<br />
- 14-<br />
de climas diferentes: la CrISIS intermediaria desembarazando el<br />
suelo de su cobertura vegetal continua. La roca dura puede ser<br />
fragmentada ya bajo un clima bastante cálido y bastante húmedo<br />
como para que las diaclasas se alarguen por descomposición<br />
físico - química. Después la evacuación hubiese estado asegurada<br />
por un derramamiento brutal en "rills" o en napas, correspondientes<br />
a precipitaciones de 300 ó 400 mm. cayendo durante un<br />
número pequeño de días (una veintena por año como media).<br />
Conviene, sin embargo, subrayar que, para explicar el retroceso<br />
de la cornisa de varios kilómetros es preciso admitir una multitud<br />
de fluctuaciones climáticas ya que, en el curso de cada una de<br />
ellas, la roca dura no puede ser fragmentada sino sobre algunos<br />
metros de espesor si el hielo es el agente responsable, y sobre<br />
algunas decenas de metros como máximo si tiene efecto la descomposición<br />
físico - química. El Cuaternario antiguo ha sido bastante<br />
extenso y es todavía bastante mal conocido para que se<br />
pueda situar en él estas fluctuaciones sin ariesgarse a críticas<br />
demasiado vivas.<br />
B. Glacis de sustitución<br />
Es evidente que el problema es mucho más sencillo cuando<br />
un glacis se sustituye a otro sin aumentar su extensión a expensas<br />
de la cornisa de roca dura (1). La movilización <strong>del</strong> empedrado<br />
aluvial y coluvial <strong>del</strong> glacis superior exige infinitamente<br />
menos esfuerzos que el ataque de la misma cornisa. Esto vuelve<br />
a llevar 10 esencial de la dificultad al comienzo <strong>del</strong> Cuaternario<br />
es decir, en una época donde las condiciones bioclimáticas son<br />
necesariamente menos bien conocidas que las que han precedido<br />
la formación de los glacis recientes.<br />
Basta entonces imaginar que la cornisa esté paralizada bajo<br />
un clima suficientemente árido, que los talweg principales estén<br />
bloqueados por su carga de restos toscos, mientras que los agentes<br />
erosivos -arroyamiento y solifluxión- permanecen 10 suficientemente<br />
eficaces para nivelar rápidamente las rocas blandas sin<br />
cobertura vegetal aflorando ampliamente <strong>del</strong>ante de la cornisa.<br />
Este resultado puede ser alcanzado en régimen peri-glaciar bastante<br />
seco o en régimen semi - árido de lluvias concentradas.<br />
Falta no obstante comprender cómo se pasa de un aplanamiento<br />
areolario a la socavación y viceversa. La mayoría de los investigadores<br />
trabajando en Africa <strong>del</strong> Norte concuerdan en admitir<br />
que la incisión vertical sucediendo a la formación de un glacis<br />
corresponde a un período seco, durante el cual se forma la costra<br />
superficial.<br />
Esta opinión se apoya sobre la correlación establecida e!1<br />
( 1 ) En realidad, el material aluvial de los glacis inferiores procede<br />
de los niveles superiores. (J. Tricart et F. Joly, 17).<br />
-~ 15-
Marruecos e,ntre los p~ríodos de incisión en el interior <strong>del</strong> país y<br />
?e levant.amIento <strong>del</strong> mvel de base marino, el cual es un fenómeno<br />
mterglaclar.<br />
.Se puede concebir" en efecto, que la carga provista por las<br />
vertIentes se vuelva practicamente nula mientras la erosión lineal<br />
conserva suficiente potencia para trabajar. La formación de los<br />
glacis .está er:tonces situada en los periodos pluviosos a los cuales<br />
s~ atrIbuye Igua}mente el. ~alificativo de fríos. Todavía es pre<br />
CISO re~onoce~ alh las condICIOnes necesarias para un aplanamiento<br />
areolan~. BaJO un bosque templado o aún mediterráneo, este proceso<br />
es Impensable. Para R. Raynal, esta fase pluvial merecería<br />
el calificativo .d~ periglaciar, aÚ~1, hasta en la costa. En principio,<br />
e? estas concl!cIOnes, la formacIOn de los glacis a partir de vertIentes<br />
de rocas blandas coronadas sólo de una losa de guijarros<br />
es concebible. Pero una solución tan extremada nos parece aventurada.<br />
Es cada vez más difícil distinguir estructuras características<br />
testimoniando una solifluxión sobre el suelo helado, al menos<br />
por debajo de los 1.200 m. Fuertes aguaceros embebiendo<br />
el tramo superficial de roca arcillosa tienen efectos análoO'os. Los<br />
depósitos de clima árido son a menudo semejantes a los d~ climas<br />
peri-glaciares, constituyendo la discontinuidad de la veO'etación un<br />
importante factor común. Además, apariencias de grietas anO'ulares<br />
y de involución pueden ser igualmente resultados de la ~olifluxión.<br />
Pero antes que buscar la génesis de los glacis de erosión en<br />
una situación de equilibrio entre el clima y la vegetación. se<br />
entrevé una solución si se imagina, al contrario, una crisis' climática<br />
extinguiendo la vegetación y a menudo, aumentando las<br />
ll~lvias a~1tes que la vegetación climax correspondiente haya temdo<br />
el tIempo de establecerse. Examinemos las principales combinaciones<br />
posibles. La secuencia "bosque templado" más o menos<br />
húmedo (crisis de sequía), debe tener por efecto liberar bruscamente<br />
los fragmentos más o menos toscos incluídos en el suelo<br />
<strong>del</strong> bosque y sobrecargar los ríos. La red de antiguos valles normales<br />
es entonces obstruída por un terraplenamiento proveniente<br />
principalmente -por otra parte- de las montañas. Es allí que<br />
se encuentra en efecto, el volumen de los restos toscos desagregados<br />
más importantes, mientras que las cornisas de cuesta situadas<br />
en una zona menos elevada y menos expuesta al hielo de<br />
la fase húmeda precedente proveen sólo una contribución modesta<br />
por ejemplo, una franja de derribos en la base de la vertiente:<br />
(Birot, Quaternaire et morphologie, 12,. Mensching et Raynal, 11).<br />
Sin embargo, en rocas duras, esta erosión se detiene ella misma,<br />
cuando el "paleosol" está liquidado. Pero allí donde aflora la<br />
roca blanda, privada desde ahora de su cobertura veO'etal el derramamiento<br />
actúa con una intensidad extraordinaria, h~ciendo<br />
retroceder las vertientes recortadas en "banlands". Así, a expensas<br />
de las rocas blandas se facilita un aplanamiento establecido<br />
-16-<br />
en función de la cima <strong>del</strong> terraplén que rellena los valles principales.<br />
Esta es precisamente la imagen que nos ofrecen muchos<br />
glacis de erosión <strong>del</strong> Languedoc, de Andalucía y de lVIarruecos. Es<br />
obvio que la erosión lateral contribuye a su desarrollo, pudiendo<br />
los ríos estar saturados por consecuencia de los toscos restos que<br />
viniendo de las montañas pavimentan su lecho, pero capaces no<br />
obstante, de atacar las orillas poco resistentes. Sobre las cuencas<br />
vertientes de los talweg de último orden, la erosión areolaria se<br />
organiza automáticamente; los residuos finos de las rocas blandas<br />
pueden ser evacuados sobre pendientes muy débiles. Un derrame<br />
en napas es capaz de aparecer sobre afloramientos cada vez más<br />
altos y de arrastrar con ellos guijarros <strong>del</strong> tamaño de un puño<br />
con la condición que los aguaceros sean suficientemente concentrados<br />
y regulares. Para fijar las ideas, parece que una media<br />
de 400 mm. cayendo en 15 a 20 días -incapaz de asegurar la<br />
existencia de un bosque- es susceptible de alimentar napas extendidas<br />
sobre varios kilómetros de ancho a partir de vertientes<br />
de cornisa con una altura de algunas centenas de metros. Un clima<br />
así no existe actualmente en ninguna parte <strong>del</strong> mundo mediterráneo.<br />
Pero basta para realizarlo un régimen de cambios meridianos<br />
a la vez más vigorosos y más raros.<br />
Del glacis de erosión formado de este modo, se puede pasar<br />
a la fase de encogimiento, sea por un retorno al clima templado<br />
y húmedo que provoque la instalación <strong>del</strong> bosque -reduciendo<br />
el aporte de las vertientes, restableciendo las fuentes y devolviendo<br />
el beneficio a la socavación lineal permanente- sea, por el contrario,<br />
por una agravación de la sequía. Esta tiene igualmente<br />
por efecto reducir la carga suministrada por las vertientes. Además<br />
los aguaceros no son lo suficientemente copiosos' para asegurar<br />
el derrame en napas y para llevar los "rills". Si la primer<br />
hipótesis no es verosimil para las orillas norte de la región mediterránea,<br />
la segunda corresponde bien a la situación actual en<br />
las orillas sur.<br />
Sin embargo las condiciones de formación de la costra son<br />
fundamentalmente diferentes en ambos casos. En el primero aparecerá<br />
al final de la formación <strong>del</strong> glacis, precisamente mediante<br />
la sequía que ha extinguido el bosque húmedo y que llega a su<br />
culminación; pero su estructura será entonces la de una costra<br />
laminar depositada por el derrame superficial. O bien todavía, en<br />
la primera fase <strong>del</strong> retorno de la humedad, cuando la cantidad<br />
total de las precipitaciones aumentan, pero la concentración de<br />
los aguaceros disminuye hasta el punto de impedir el derrame<br />
en napas. La evolución pedológica <strong>del</strong> glacis conduce entonces a<br />
la acumulación de un horizonte iluvial calcáreo. Si por el contrario<br />
la socavación es debido a la acentuación de la sequía se<br />
llega a una costra de exudación, siguiendo 1:1 hipótesis de Coque<br />
para el Sur Tunecino (7).<br />
El bosque templado - húmedo extinguido por la sequía su-<br />
-17-
cumbirá tanto más fácilmente debido a que qmzas esté instalado<br />
por la transgresión, hacia el sur, de una fase húmeda v fría. Es<br />
así que la sección de un terraplenamiento local en el ;ur de AImansa<br />
(Cadenas prebéticas) muestra una serie de lechos turbosos<br />
cuyo polen denuncia la presencia de la haya en un sector particularmente<br />
seco actualmente, 400 kms. al sur de los últimos hayales.<br />
Este bosque lozano ha sido seguido de una fase cálida y seca a<br />
cuyo favor se han producido deslizamientos de lechos de guijarros,<br />
terminándose el conjunto por una costra calcárea que cubre igualmente<br />
a los glacis de erosión que prolongan las mismas vertientes.<br />
Es bien evidente que su formación no tuvo lugar bajo el bosque<br />
de hayas, sino durante la fase cálida y seca que ha seguido. La<br />
presencia de una industria musteriense en superficie prueba que<br />
esta secuencia se sitúa en el Cuaternario medio.<br />
Siguiendo una secuencia de un tipo diferente, se puede concebir<br />
que el bosque templado más o menos húmedo (casi mediterráneo)<br />
sea extinguido por el frío -sin que este último alcance<br />
necesariamente el grado peri-glaciar- y no por la sequía. Las consecuencias<br />
son por otra parte, muy análogas. El terraplenamiento<br />
de los valles de origen montañosos toma entonces un valor más<br />
grande ya que la crioclastia favorece un material desagregado<br />
nuevo mientras puede reducir las cornisas (lVIensching et Raynal.<br />
11). Se concibe en efecto, que el hielo no se manifieste sino<br />
más allá de un cierto umbral de altitud, mientras la distribución<br />
de las lluvias concomitantes (si la crisis de fríó se sitúa en un<br />
pluvial) está mucho más repartida. Estas últimas son susceptibles<br />
de suministrar una contribución importante al arroyamiento y a<br />
la solifluxión en la base de la cornisa. En este caso si la crisis<br />
climática es el instrumento morfológico esencial, uno se encuentra<br />
sin embargo, más inclinado a explicar que la sustitución de<br />
un glacis por otro sea acompañado de una cierta extensión horizontal<br />
a expensas de la cornisa de roca dura. Es preciso aquí<br />
tener en cuenta al mecanismo sugerido en la pág. 16. Este tipo<br />
de secuencia es igualmente sugerido para toda la región mediterránea.<br />
El interregno durante el cual la cobertura vegetal ha<br />
quedado en desequilibrio con el clima -lo que confería el máximo<br />
de eficacia a la erosión- ha sido más o menos amplio siguiendo<br />
el tipo de secuencia climática y la posición geográfica<br />
de la región estudiada. En Africa <strong>del</strong> Norte, las fases frías han<br />
debido ejercer una perturbación particularmente prolongada, ya<br />
que el bosque - climax en equilibrio no podía instalarse sino partiendo<br />
de reservas montañosas de algunos "orophytos" supramediterráneos<br />
refugiados sobre una débil superficie durante la fase<br />
cálida precedente. El aporte <strong>del</strong> bosque templado europeo y de<br />
la taiga no podía ser sino el resultado de una migración lenta<br />
y compleja. No era lo mismo sobre los límites septentrionales<br />
de la región mediterránea, por ejemplo en el Languedoc. Por otra<br />
parte en esta zona, las fases de aridez -cuyo "climax" era un<br />
-18<br />
bosque mediterráneo más o meno~ seco- debí~n proyocar una<br />
crisis bastante larga cuando sucedIan a un penodo fno que rebrotaba<br />
el bosque de hojas permanentes hasta los bordes <strong>del</strong> sur<br />
de Italia y de la Península Ibérica.<br />
c. Problemas paleoclimáticos y cronológicos<br />
Conviene ensayar aquí imaginar cuáles han sido las secuencias<br />
climáticas más probables durante el Cuaternario en la amplia<br />
zona que va <strong>del</strong> Trópico a los 45 Q , fundándose sobre las enseñanzas<br />
de las fluctuaciones interanuales tal como podemos observarlas<br />
(1). Es un hecho bien conocido que al norte de los 30 9<br />
las temperaturas medias son superiores en 5° a 20° a aq.uellas<br />
que resultarían <strong>del</strong> aporte de la radiación solar. Para las latItudes<br />
muy altas, entre 55 9 y 90°, este hecho resulta en gran pa~te <strong>del</strong><br />
fenómeno de inercia (necesidad para el calor solar de funchr una<br />
cobertura nevosa más o menos durable). Sin embargo, para lo<br />
esencial y sobre todo para las latitud.es me~~as, est~ .ventaja térmica<br />
es debido principalmente a la cIrculacIOn menchana, la cual<br />
es invariablemente proporcional a la actividad <strong>del</strong> "jet stream".<br />
El predominio de una circulación zonal tien.e,. al contra.rio, por<br />
consecuencia enfriar las latitudes extratroplCales. ConvIene, no<br />
obstante, subrayar que los cambios entre Polos y Ecuador aumentan<br />
las precipitaciones, en particular a causa <strong>del</strong> traslado hacia<br />
el norte de masas cálidas de aire de gran humedad absoluta.<br />
Desde hace medio siglo, se asiste simultáneamente al crecimiento<br />
de la circulación meridiana, al recalentamiento <strong>del</strong> Artico (yen<br />
una menor medida de las latitudes templadas) ; en fin, al aumento<br />
de las precipitaciones de las altas latitudes. Pero los efectos d.e<br />
este último factor permanecen más que compensados por el prImero.<br />
Se podría concebir, sin embargo que en régimen de circulación<br />
meridiana, la cantidad de nieve crece de año en año hasta<br />
el punto de provocar la progresión de los gla;iares; s~ sabe, que<br />
muchos autores consideran que cada gran perIOdo glacIar ha sIdo<br />
inaulrurado por esta fase anaglaciar, cuyas temperaturas permanece;<br />
aún suaves. Por otra parte, una circulación meridiana moderada<br />
se acompaña de una elevación <strong>del</strong> "jet stream" y de los<br />
H. P. subtropicales hacia el norte, capaces de introducir una fase<br />
de aridez hasta la parte norte de la región mediterránea. Por el<br />
contrario el refuerzo de la circulación zonal se acompaña de un<br />
retroceso' de estos H. P. hasta el centro <strong>del</strong> Sahara, permitiendo<br />
la invasión invernal de precipitaciones ciclónicas sobre las márgenes<br />
septentrionales <strong>del</strong> desierto y tambié~ de las corri~as de<br />
aire tanto más frío a medida que las medIas y altas latItudes<br />
son cortadas entonces en su contacto con las latitudes tropicales;<br />
de ahí el surgimiento de una fase pluvial fría. En suma, es po-<br />
( 1) P. Pé<strong>del</strong>aborde. Climat du Bassin Párisien. Paris <strong>1958</strong>.<br />
-19 -
sible prever sobre los bordes <strong>del</strong> norte de la reglan mediterránea<br />
la alternancia de un bosque templado más o menos cálido, de un<br />
régimen frío que puede volverse muy frío cerca de las fases cataglaciares,<br />
y ocasionalmente, cerca de un régimen semi - árido.<br />
Sobre los bordes <strong>del</strong> sur, la existencia <strong>del</strong> bosque mediterráneo<br />
ha estado comprometida alternativamente por el avance <strong>del</strong><br />
desierto hacia el norte y por golpes de aire frío y húmedo, demasiado<br />
breves sin embargo, para permitir la llegada de una<br />
vegetación - climax más o menos emparentada al hayal' o a la<br />
taiga (como en el centro de la Península Ibérica, según el ejemplo<br />
citado más arriba).<br />
Hacer una elección entre todas estas soluciones cuando se<br />
trata de explicar el glacis de erosión principal (y, con más razón,<br />
los más antiguos), es muy embarazoso. Las formas son muy<br />
semejantes, así como la granulometría de los aluviones; es posible,<br />
sin embargo, esperar la separación entre estos últimos de<br />
los elementos positivamente crioclásticos. En el estado actual de<br />
las investigaciones, éstos no aparecen como verdaderamente típicos,<br />
bajo la forma de arenales en lecho, sino en la mitad norte<br />
de la región mediterránea (Languedoc). Desde el 1VIaestraO"o ellas<br />
suben en altitud. Eso sería un índice que aumentara la: dudas<br />
relacionadas con la existencia de un peri-glacíar marroquí de llanura.<br />
En principio el estudio de las floras fósiles debería permitir<br />
la determinación de cuáles han sido las secuencias reales. Pero<br />
estas investigaciones están aún en estado embrionario salvo en<br />
Italia. En Africa <strong>del</strong> Norte, en el estado actual de los trabajos,<br />
sólo los períodos más húmedos parecen haber dejado un testimonio.<br />
La flora terciaria era sin duda esencialmente tropical. La<br />
gran crisis se ha situado <strong>del</strong>ante de Villafranchien d'Ichkeul o,<br />
al lado de las encinas mediterráneas (Q. Ilex, Q. Suber), predominando<br />
árboles de hojas caducas higrófilas: (Q. Afares, mediterráneo<br />
húmedo), (Fagus Silvatica y UIrnus Scabra, templado<br />
frío). Sin embargo, la cuarta parte de las especies de este yacimiento<br />
está actualmente concentrada en la zona tropical. Así, no<br />
sólo este pluvial no es de ningún modo frío, sino que él no ha<br />
sido precedido por una fase peri-glaciar que hubiese evidentemente<br />
eliminado las especies tropicales. La flora de lVIaison Carrée se<br />
ha depositado entre Villafranchien y el Tirreniano.<br />
Las especies tropicales han sido eliminadas. Al lado <strong>del</strong> cortijo<br />
mediterráneo (con la excepción de Q. Suber) se nota una predominancia<br />
de especies adaptadas a un clima frío y húmedo, con<br />
Carpinus Betulus que actualmente no existe más en Africa <strong>del</strong><br />
Norte y un roble intermediario entre los de hojas persistentes<br />
y los de hojas caducas (Q. LVIirbeckii). Pero no se trata evidentemente<br />
de una flora "peri-glaciar". Esta última, por otra parte,<br />
en razón misma de su magrez no podría dejar señales sino en<br />
los polenes de los yacimientos turbosos.<br />
-20-<br />
Las tobas pueden mantener el testimonio de fases más secas.<br />
Sólo han sido estudiadas sistemáticamente en el mediodía mediterráneo<br />
francés y encierran generalmente una flora muy semejante<br />
a la flora mediterránea actual. Ha sído distribuída por los<br />
autores bastante arbitrarLmente en fases glaciares e interglaciares.<br />
De manera general, es normal que las fases más frías y<br />
más secas hayan dejado los mínimos testimonios fósiles.<br />
Por otra parte, es evidente que es preciso intentar hacer<br />
ingresar los glacis en la cronología <strong>del</strong> Cuaternario. Ahora bien,<br />
esto sólo comporta, desde el punto de vista de las faunas, dos<br />
referencias positivas: las playas de Strombes -transgresión cálida<br />
tirreniana- pero cuyos yacimientos no están siempre convenientemente<br />
situados en relación a los glacis, y los restos de<br />
mamíferos ciertamente de clima frío (mamuts, renos). Todavía<br />
es necesario no olvidar entonces que, de los períodos de desequilibrio<br />
entre el clima y la vegetación, vastos espacios abandonados<br />
por el bosque .debieron ser invadidos rápidamente por gramíneas<br />
resistentes y variadas y por matorrales, aptos para nutrir indiferentemente<br />
a herbívoros de origen ártico, estepario o de sabana.<br />
Los cortes más precisos derivan de la sucesión de las industrias<br />
prehistóricas. Un enorme esfuerzo se realizó a este respecto en<br />
Africa <strong>del</strong> Narte; él permite escalonar bastamente los glacis en<br />
el conjunto <strong>del</strong> Cuaternario incluso después de Villefranchien, pero<br />
no de decidir si el glacis se ha formado precisamente durante<br />
un período glaciar o interglaciar, y menos aún de hacer distinciones<br />
más sutiles en el interior de estos períodos. Por ejemplo,<br />
en lVIarruecos, el Ateriense ocupa el Würmiense y se extiende<br />
hasta el Tirreniense; en Europa, un poco por todas partes, el<br />
lVIusteriense ocupa la misma posición. Así, en la mayoría de los<br />
casos las indu"trias no permiten decidir si el glacis de erosión<br />
principal ha sido realizado entonces durante el último interglaciar<br />
cálido y seco o en el último período glaciar y pluvial. Pero está<br />
permitido esperar próximos progresos en la estratigrafía ,prehistórica.<br />
II. PREDOMINANCIA DEL TERRAPLENAMIENTO<br />
A veces la importancia <strong>del</strong> aluvionamiento llega a tal grado<br />
que constituye un tercer episodio intercalado entre la erosión<br />
areolaria que ha formado lo esencial <strong>del</strong> glacis, y la erosión vertical.<br />
Esta autonomía se manifiesta cuando una falda detrítica<br />
de varios metros por lo menos y cuyo espesor crece hacia arriba<br />
€stá superpuesta al glacis de erosión. La explicación más general<br />
de este aumento de la carga suministrada por las vertientes de<br />
rocas más o menos duras debe ser una intervención de la crioclastia.Pero<br />
un caso bien diferente puede presentarse también:<br />
aquel cuyo aporte detrítico está ligado a la crisis climática que<br />
liquida un "paleosol" y preludia la formación de una segunda<br />
-21-
generación de glacis de erosión. Muy a menudo la disección l~neal<br />
<strong>del</strong> glacis antiguo está, en efecto, muy poco avanzada. ASI;. es<br />
la misma disminución de la relación caudal - carga que fOsIlIza<br />
localmente la parte "amont" <strong>del</strong> glacis de la primera generación<br />
y, en otra parte, los valles principales hundidos en este glacis.<br />
En la práctica, es difícil distinguir estas formas de desequilibrio<br />
de un crecimiento <strong>del</strong> espesor de la cobertura detrítica <strong>del</strong><br />
glacis producida hacia arriba en régimen de equilibrio. Es en<br />
efecto concebible que restos aún mal lubrificados se desplacen<br />
más lentamente, pues con un espesor más grande en la ?ase dé~<br />
talud ellos se a<strong>del</strong>gazan tan pronto disminuye la pendIente, SI<br />
la ca~tidad de lubricante aumenta en una breve distancia horizontal.<br />
El mejor criterio de esta situación de equilibrio es que<br />
sobre todas las genei'atrices <strong>del</strong> glacis, este aumento de espesor<br />
se hace de modo análogo.<br />
La importancia <strong>del</strong> terraplenamiento puede hacerse aún más<br />
grande. La base de las vertientes de la zona mediterránea no<br />
está siempre acompañada <strong>del</strong> glacis de erosión, aunque las rocas<br />
blandas afloren ampliamente. A menudo se trata de formas de<br />
acumulación típicas: faldas de derribos cimentados que se sumergen<br />
directamente bajo los alu~iones .11-:odernos (d.ispositivo frecuente<br />
en las montañas de GrecIa merIdIOnal), glacIs y conos aluviales<br />
de "piedmont" cuyo espesor sobrepasa los 10 y aún 15 mts.<br />
(uno de los más notables se extiende sobre más de 100 kms. a<br />
lo largo <strong>del</strong> litoral <strong>del</strong> Levante español, al sur de Campo ~arragona)<br />
; en fin, terrazas fluviales sub - horizontales que, en cI:rtos<br />
casos, pueden representar el equivalente lateral de los g}acIs de<br />
erosión, pero que en muchos otros son perfectamente ~:ltonomos:<br />
por ejemplo, los ríos <strong>del</strong> litoral de Cataluña, en la regIOn de Barcelona,<br />
estudiados por L. Solé y C. Virgili (15). A veces, :se puede<br />
explicar esta pobreza en glacis por la existencia de movimier:tos<br />
tectónicos; esta interpretación sería lo suficientemente plausIble<br />
para la región <strong>del</strong> Golfo de Corinto, donde, sin embargo, las<br />
fallas post - tirrenianas están localmente niveladas en. rocas blar:<br />
das. Pero la explicación más general es que las vertIentes sumInistran<br />
una gran abundancia de restos que saturan los agentes<br />
de transporte. Este fenómeno puede derivar ya <strong>del</strong> plano de la<br />
red hidrográfica -que comporta una cuenca vertiente montañosa<br />
relativamente extendida en relación a la depresión de rocas blandas-,<br />
ya de una situación climática marginal ~ue da más eficacia<br />
a la crioclastia, o más espesor al suelo prevIamente descon;.<br />
puesto y liquidado por el arroyamiento; sea en fin, de la constItución<br />
litolóO'ica de las vertientes, particularmente sensibles a la<br />
crioclastia: ~or ejemplo, en el Peloponeso y en el Pindo, la dura<br />
serie de calcáreos en·· placas <strong>del</strong> tipo O1onos - Pindos. En la Península<br />
Ibérica, se puede ver como los glacis de erosión más típicos<br />
se concentran en las regiones secas: Andalucía y Levan~e,<br />
en el sur de Valencia; cuenca <strong>del</strong> Ebro, etc., donde el aporte cte-<br />
22-<br />
trítico de las vertientes ha permanecido pequeño. En todas partes<br />
de la mayoría de las llanuras mediterráneas, este revestimiento<br />
detrítico encostrado adquiere una amplitud y una continuidad tales,<br />
oponiéndose a la vez a los aluviones modernos y a los restos<br />
dispersados de formaciones más antiguas, que se está tentado<br />
atribuirle una edad uniforme. A lo largo de todas las orillas se<br />
sumerge baj o el mar. La sola señal cronológica es la de los lechos<br />
en 8trombes, que indican la invasión en el Mediterráneo de una<br />
fauna marina actualmente concentrada sobre las costas <strong>del</strong> Senegal<br />
(Tirreniense sensu stricto). Sobre las costas <strong>del</strong> Levante<br />
español, estos yacimientos son múltiples, pero lo que se puede observar<br />
de sus relaciones con el gran glacis detrítico ya señalado no<br />
es en ningún modo decisivo. La interpretación según la cual estos lechos<br />
pasarán bajo los conglomerados de glacis es sólo la más probable;<br />
en rigor se podría sostener que ellos han sido depositados al pie<br />
de un acantilado tallado en los conglomerados. Pero en la región de<br />
Nauplia, ya no es posible la duda. Los Strombes se sitúan bien en la<br />
base de los derribos cimentados. Pudingas marinas, sin fósiles en la<br />
cornisa de Megara, tienen también la misma posición. Los cortes<br />
descritos por A. Demangeot en Cirenaica (8) son aún análogos.<br />
Si esta interpretación es exacta, lo esencial <strong>del</strong> manto detrítico,<br />
que cubre totalmente vertientes mediterráneas serian de edad<br />
würmiense (sensu lato).<br />
Conviene todavía señalar una diferencia en la coloración de<br />
esta masa. En la parte norte <strong>del</strong> Mediterráneo occidental sólo los<br />
lechos de base (probablemente contemporáneos <strong>del</strong> mar de Strombes)<br />
tienen matices rojos más o menos vivos, permaneciendo lo<br />
esencial de los conglomerados con matices grisáceos, lo que atestigua<br />
a la vez que los suelos rojos antiguos habían sido completamente<br />
aniquilados y que el clima würmiense no era un clima<br />
rubefaciente (en el sentido de G. Chaubert). Por el contrario, en<br />
la parte sur <strong>del</strong> mundo mediterráneo, en Grecia meridional, en<br />
Tripolitania. en Marruecos, esta coloración tendiendo más o menos<br />
al anaranjado, se extiende a depósitos würmienses. Aquí se<br />
sitúa el problema de la terra rossa: se trata de un suelo en estado<br />
de equilibrio con un clima sino actual, al menos datando de un<br />
Cuaternario bastante reciente, o bien de la liquidación por el arroyamiento<br />
de los "paleosols" que remonta al Cuaternario antiguo o<br />
aún hasta el Terciario? Pensamos que es preciso no hacer intervenir<br />
solamente un agotamiento menos completo de suelo rojo anterior,<br />
sino también probablemente las temperaturas más elevadas<br />
que permiten la oxidación rápida <strong>del</strong> hierro. Los conos mayores<br />
que marginan el Parnaso y el Himeto han sufrido una evolución<br />
pedológica rubefaciente.<br />
Análogos problemas se proponen a propósito de las terrazas<br />
fluviales propiamente dichas, en las cuales el predominio <strong>del</strong> aluvionamiento<br />
en relación a la erosión se explica naturalmente por<br />
la carga abundante suministrada por una cuenca montañosa. (Eso<br />
- 23-
mismo para lo que actualmente es la zona mediterránea seca).<br />
Ellas presentan por lo general una estratificación compleja,<br />
tanto <strong>del</strong> punto de vista de su coloración como de la granulometría.<br />
El caso más frecuente es la concentración de cantos rodados en la<br />
base, mientras que en la cima el material es más heterogéneo, ya<br />
con brechas, ya con acumulaciones eólicas. El predominio de los<br />
aportes fluviales longitudinales en la parte inferior y de los aportes<br />
laterales en la parte superior es por otra parte, un rasgo general<br />
que se vuelve a encontrar en las terrazas eustáticas como<br />
en las climáticas. Puede en efecto traducir la marcha reo-resiva<br />
<strong>del</strong> terraplenamiento provocado por el ascenso <strong>del</strong> nivel de base<br />
como la impotencia creciente <strong>del</strong> río principal para transportar los<br />
restos suministrados por las vertientes a consecuencia de la modificación<br />
de la relación caúdal-carga. Lo que es propio de las<br />
terrazas mediterráneas, es la presencia de una costra calcárea<br />
enlosado ya superficial, ya más raramente situado a algunos decí~<br />
metros hasta algunos metros de profundidad, así como la alternancia,<br />
sobre una débil distancia vertical, de material rojo o de color<br />
claro, muy descompuesto químicamente, o al contrario perfectamente<br />
fresco hasta para las losas más alteradas. La tarea más<br />
urgente consiste entonces en separar lo que deriva de la alteración<br />
pedológica in situ, afectando a los aluviones después de su<br />
transporte y el laboreo de los "paleosols" nacidos sobre las vertiente,s<br />
~ incorporados al material aluvial. Se sabe que la evolución<br />
pec1010gIca puede dar una estratificación muy diferenciada con un<br />
horizonte descolorado en la superficie pero, con otros rubeficados<br />
e~ 'pro~;mdidad, o al ~on.trario un horizonte rubeficado por descalcIfIcacIOn<br />
en la proxImIdad de la superficie, superpuesto a una<br />
costra ca~c~rea iluvia!' Estos términos todavía constituyen la parte<br />
superfIcIel <strong>del</strong> suelo en el amplio sentido de la palabra y están<br />
normalmente superpuestos a una zona profunda que ha quedado<br />
dur~nte largo tiempo ~n el interior de la napa freática, y que ha<br />
sufndo en consecuenCIa una homogénea alteración química moderada,<br />
sin rubefacción.<br />
A menudo, un examen sumario es suficiente para reconocer<br />
el origen pedológico de esta estratificación; por ejemplo cuando los<br />
bancos ca1c.áreos o ~e:'ruginosos penetran los horizontes vecinos por<br />
to?a especIe. de raIcIlla.s o ef~orescencias. La granulometría pernnte<br />
determmar estas ImpreSIOnes; es evidente que los suelos se<br />
oponen a los aluviones por su débil índice de selección. Sin embargo.<br />
el; rr:ucho~ casos, lo~, equívocos perjudican de modo grave el diag~<br />
nosbco. Una evolucIOn pedológica <strong>del</strong> tipo renclzina o terra rossa<br />
donde los horizontes están poco diferenciados, se confunde fácil~<br />
men~e en la observación macroscópica con una sedimentación que<br />
prOVIene <strong>del</strong> a~Tastre de estos suelos depositados originalmente<br />
sobre una vertIente. El examen microscópico o la oTanulometría<br />
permiten entonces seleccionar, pero a condición que'" el agente de<br />
transporte haya sido un arroyamiento que se efectúa sobre una<br />
-24-<br />
distancia bastante larga (o mejor aún, el mismo rio). Pero si las<br />
tierras rojas se han deslizado por solifluxión partiendo de una<br />
vertiente próxima, la selección se mantiene muy imperfecta y el<br />
diagnóstico queda inseguro.<br />
Otra fuente de contradicciones es la presencia de costras calcáreas<br />
que son ya de origen iluvial, ya, al contrario, verdaderos<br />
coluviones. Se ha intentado con mucha verosimilitud reconocer<br />
estos últimos en las costras zonales formadas por láminas superpuestas<br />
de calcáreo, paralelas a las vertientes. Un ejemplo de las<br />
dificultades de interpretación que provoca un corte relativamente<br />
simple puede ser suministrado por la terraza superior <strong>del</strong> Jarama,<br />
al norte de lVIadrid, presentado por Oriol Riba a los congresistas<br />
de INQUA (13). Esta terraza, que sólo tiene algunos metros de<br />
espesor, se compone de guijarros silicosos fluviátiles, en los que<br />
una parte puede ser de origen remoto, pero la otra parte puede<br />
provenir <strong>del</strong> nivel superior de las rañas que domina la alta terraza<br />
de unos veinte metros. Hacia la altura, estas gravas están ligeramente<br />
cimentadas y se llega a una costra calcárea casi pura de<br />
40 a 70 cms. de espesor. Esta está arroyada por un guijarral de<br />
cuarcitas fuertemente rubificadas cuyos guijarros están dispuestos<br />
en desorden en un limo rojo. La opinión de Oriol Riba es que<br />
este último horizonte representa un aporte de solifluxión que proviene<br />
de la raña y recubre una costra calcárea superficial, previamente<br />
corroída. Esta interpretación es lógica si se admite que la<br />
costra es muy superficial (pues ella representa localmente una estructura<br />
laminar). Pero es igualmente posible imaginar que la costra<br />
calcárea ha sido superada por un nuevo aporte aluvial que ha<br />
sufrido una sedimentación análoga? Después habría intervenido<br />
una descalcificación pedológica produciendo las apariencias de arroyamiento<br />
en la base <strong>del</strong> lecho rubificado. Esta misma descalcificación<br />
habría igualmente desplazado la posición original de los<br />
guijarros.<br />
Conclusión<br />
Que los períodos de crisis climática hayan sido aSImIsmo los<br />
de gran actividad morfológiea fué sugerido desde hace largo tiempo<br />
por S. Passarge. Esta idea parece particularmente fecunda<br />
cuando se aborda el problema de la génesis de los glacis de erosión.<br />
Su desarrollo se realiza en las más favorables condiciones cuando<br />
simultáneamente el hundimiento vertical de los principales valles<br />
está bloqueado por una sobrecarga y por el contrario el arroyamiento<br />
gasta todas las vertientes no protegidas nor una roca dura<br />
con una actividad intensa. Se comprende que eSÚt combinación haya<br />
sido realizada en la zona mediterránea, preferentemente en las<br />
latitudes más septentrionales. Los períodos fríos han sido allí suficientemente<br />
breves y benignos como para que el ataque de las<br />
cornisas por la crioclastia no haya suministrado sino una cantidad<br />
-25-
moderada de restos (fuera de las vertientes montañosas), sin sobrecargar<br />
los talweg de último orden. 1VIientras que en los climas<br />
peri-glaciares típicos el arroyamiento tiene un papel secundario, en<br />
las latitudes más meridionales los aguaceros estivales o invernales,<br />
fuertemente concentrados, han podido darle todo el vigor necesario<br />
para allanar las colinas privadas de vegetación por la crisis<br />
climática. Hay dificultades que permanecen sobre puntos esenciales:<br />
papel relativo de la crisis de frío y de sequía; cronología<br />
de las secuencias climáticas. Dos hechos parecen sin embargo imponerse<br />
con una fuerza creciente a medida que las investigaciones<br />
se multiplican.<br />
a) La importancia de los fenómenos de erosión y de acumulación<br />
de los tiempos "Villafranchien". Es natural que la primera<br />
gran crisis de enfriamiento, en el límite <strong>del</strong> plioceno y <strong>del</strong> Cuaternario,<br />
haya provocado las perturbaciones más considerable en<br />
el manto vegetal: de allí la muy gran generalidad de los terraplenamientos<br />
"Villafranchien". Los ríos no poseían menos, en esta<br />
época, una capacidad de transporte considerable, testimoniada por<br />
la inmensidad de las capas de guijarros, extendidas a varias decenas<br />
de kilómetros de las montañas (rañas); lo que se puede explicar<br />
por la instalación de un clima bastante pluvioso, y sobre<br />
todo por lluvias muy concentradas, cuyos efectos no estaban todavía<br />
contrarrestados por la aparición de la vegetación-climax. En<br />
este mismo período se sitúa también el retroceso esencial de las<br />
cornisas duras.<br />
b) El otro hecho esencial es la gran extensión de un glacis<br />
inferior principal de sustitución que reduce a algunos cerros testigos<br />
o a algunas fajas estrechas los restos de glacis anteriores.<br />
En el estado actual de nuestros conocimientos, su formación<br />
asciende principalmente hasta el Würm, pero no está excluído que<br />
un Tirreniense cálido y seco sea a veces responsable de ello.<br />
Paris 1953.<br />
5. CHOUBERT G. - Note sur<br />
la géologie des terrains récents<br />
des Douckckala. Notes<br />
du Serv. Géo!.; Maroc, 1955,<br />
N9 128, p. 11-38.<br />
6. RAYNAL R. CHOUBERT et<br />
GIGOUX E. - Comunications<br />
présentées au Congres<br />
de l'INQUA, Madrid 1957.<br />
7. COQUE R. - Morphologie<br />
et croüte dans le Sud-Tunisien.<br />
Ann. Géog. 1955. p.<br />
359-370.<br />
8. DEMANGEOT J. - L'évolution<br />
quaternaire des cotes de<br />
Cyrénalque. Bul!. Soco Géo.<br />
Egypte 1956, p. 33-42.<br />
9. DE PAPE G. - Le Monde<br />
des plantes á l'apparition de<br />
l'homme en Europe occidentale.<br />
Flores récentes de France,<br />
des Pays-Bas, d'Angleterre.<br />
Ann. Soco Scient. Bruxelles<br />
1928, p. 39-102.<br />
10. DRESCH J. - JOLY F. et<br />
RAYNAL R. - Evolution<br />
des versants et creusement a<br />
la bordure nord-occidentale<br />
du Sahara. Bul!. A.G.F. 1951.<br />
p. 58-63.<br />
11. MENSCHING et RAYNAL<br />
Fussflachen in Marockcko.<br />
P. M. 1954, p. 171-176.<br />
12. Quaternaire et Morphologie.<br />
Colloque national du C.N.R.<br />
S. Lyon 1952. edité a Paris<br />
1954.<br />
13. RIBA O. - Terrasses du<br />
Manzanares et du Jarama<br />
aux environs de Madrid.<br />
Livre-guide du Congres de<br />
l'INQUA, Madrid 1957.<br />
14. SOLE SABARIS Lo et BIROT<br />
P. _ L'évolution morphologie<br />
de la zone subbétique<br />
orientale. Bull. A.G.F. 1955.<br />
p. 177-178.<br />
15. SOLE SABARIS L. - Virgili<br />
et Zamarreno 1. Les<br />
terrases de la riviere. Llobregat.<br />
Resumé Comunie.<br />
INQUA. Madrid. 1957. p.<br />
177-178.<br />
16. SOLE SABARIS et LLOBET<br />
S. - Formations quaternaires<br />
du Valles et du Besós.<br />
Resumé Communication IN<br />
QUA Madrid 1957, p. 177.<br />
17. TRICART J. - JOLY F. et<br />
RAYNAL R. - Etude morphométrique<br />
de galets nordafricains.<br />
Notes Servo Geo!. Maroc N9<br />
128. p. 49-83.<br />
1 . ALIMEN IVI. H. - Les terrasses<br />
c1imatiques de type<br />
pluvial aride du Sahara.<br />
Comuni. présentée au Congres<br />
de l'INQUA, Madrid<br />
1957.<br />
2. ARAMBOURG, ARENES et<br />
De PAPE. - Contribution<br />
a la flore fossile quaternaire<br />
de l'Afrique du Nord.<br />
Mem. Pub!. dans les Archives<br />
du Museum d'Hist. Nat.<br />
Paris 1953.<br />
3. BIROT P. et JOLY F. <br />
Observations sur les glacis<br />
d'erosion et les reliefs granitiques<br />
au Maroc. Mem.et<br />
Doc. C.N.R.S. 1952, p. 9-60.<br />
4. BIROT P. et DRESCH J. <br />
La Mediterranee occidentale.<br />
( ~ )<br />
. 't' de Paris .. Institut de Geo-<br />
Dirección postal <strong>del</strong> autor: UmverSl e<br />
graphie. 191. Rue Saint-Jacques.<br />
-26-<br />
-27-
NOTAS DE ZOOGEOGRAFffi Luis P. Barattini<br />
Director <strong>del</strong> Museo<br />
Dámaso A. Larrañaga<br />
Las causas que determinan la dispersión de las especies zoológicas<br />
son numerosas, y todos los tratadistas se han esforzado<br />
en determinarlas, de acuerdo con los factores fundamentales que<br />
las provocan. En muchos casos han procurado su ordenamiento<br />
racional, llegando en general a establecer lo que suele denominarse<br />
leyes de dispersión. En rigor estas leyes constituyen la<br />
enumeración de los estímulos, cuya nómina es la siguiente: 19)<br />
Adaptación, que se refiere al equilibrio resultante entre la naturaleza<br />
<strong>del</strong> suelo y la necesidad orgánica de la especie. 29) Alimentación,<br />
que constituye el estímulo más importante, el cual no<br />
siempre satisface la necesidad de una especie en el lugar apropiado<br />
a su adaptación y en tal caso la especie está obligada a<br />
desplazarse, periódica o definitivamente en procura de alimento.<br />
39) Reproducción, al que obedecen instintivamente, y entonces concurren<br />
a los lugares que le ofrecen condiciones apropiadas para<br />
su procreación, ya sea por la seguridad que ofrece a su apareamiento<br />
o la protección de sus crías. 49 ) Protección, estímulo que<br />
los lleva a lugares que ofrecen mayor garantía a su seguridad<br />
individual, además de contar con una serie de factores, radicados<br />
principalmente en su capacidad defensiva y ofensiva. 59) Asociación,<br />
tendencia que parece antagónica a la dispersión de las especies<br />
y que en muchos casos es el resultado de un proceso ancestral,<br />
perfeccionado a 10 largo de su evolución filogenética. Este<br />
proceso se manifiesta con caracteres típicos en muchos insectos<br />
y en todos los casos los factores que actúan en la dispersión de<br />
la especie, ejercen sus influencias sobre la sociedad, que siempre<br />
se comporta frente a ellos como un solo individuo y entonces la<br />
sociedad se consolida evidenciando diversos grados de perfeccionamiento<br />
como ocurre en los insectos llamados sociales. En tales<br />
circunstancias las nuevas sociedades que se irán formando dispersarán<br />
la especie de acuerdo con la emulación individual, que<br />
homologada en el conjunto 10 obliga a desplazarse como un solo<br />
individuo.<br />
En todos los procesos mencionados, las fuerzas de la naturaleza<br />
actúan con más o menos intensidad y, por lo general, varios<br />
factores actúan conjuntamente de manera que la resultante<br />
-29-
será e~ verdader? ~stímulo 9-ue actuará sobre la especie. Esta resultanLe<br />
no es facIl de preCIsar en la mayoría de los casos, dando<br />
lugar a errores de apreciación de su verdadero valor.<br />
La actuación <strong>del</strong> hombre tiene una influencia considerable<br />
llegando muchas veces a constituir un factor decisivo de sinO'u~<br />
lares desplaz~mientos, independientes de los elementos ecológi~os<br />
que son, P:-OPlOS de l~ ~s~ecie, obligándolos a nuevas adaptaciones<br />
y, por ul~Imo, el eqUIlIbrIo. entre la potencia biótica de la especie<br />
y el ambIente a que han SIdo desplazados, consolidará nuevos lugares<br />
de habitáculo que suelen ser diferentes a los luO'ares donde<br />
se encontraba inicialmente. Casos de esos se han observado en<br />
todos los animales domésticos y en otros que utilizados can diversas<br />
finalidades, en provecho <strong>del</strong> hombre, han sido transportados<br />
a otros lugares donde no existía la especie.<br />
Todas las circunstancias enumeradas con carácter O'eneral<br />
tienen innumerables derivaciones, no siempre mencionadas b por los'<br />
aut?;'es, pe.ro de importancia apreciable, ratificadas por la obser<br />
VaCI?n. BaJo este aspecto la actividad humana ha provocado, intencIon~lmente<br />
o no, grandes modificaciones a las dispersiones<br />
f~umstlcas, cuyo verdadero alcance no ha sido justipreciado. Un<br />
eJe:r;plo de ello lo ha dado la construcción de canales de comunicaclOI:<br />
entre mares y océanos. Actualmente no nos sorprende aue<br />
espeCIes de la fauna de América Tropical se encuentren en ias<br />
mismas latitudes <strong>del</strong> Pacífico, y viceversa; cosa imposible antes<br />
de la construcción <strong>del</strong> Canal de Panamá. Las rutas de navegación<br />
por :1. extr~mo Me;'idional de América, por su tardanza, y por<br />
~as dIferencIas ambIentales tan diversas, constituían un obstáculo<br />
mfranqueable al transporte de especies vivas. Caso similar presenta.el<br />
Canal de Suez al establecer la comunicación de dos mares<br />
tan dIversos desde el punto de vista de sus faunas.<br />
El progreso de las comunicaciones y el incremento de los<br />
transport~s marítimos, día a dia amplía las áreas abarcadas Dar<br />
las espeCIes marinas. La observación de los cascos de las na~es<br />
que después. de cierto tiempo de permanencia en el agua, se levantan<br />
en. dIques secos, nos muestra el cúmulo de organismos vivos<br />
adherIdos a sus fondos, que si bien son sedentarios en su<br />
ma:y~ría, tambié;l .un gran porcentaje lo constituyen las especies<br />
nentlcas y bentomcas ambulatorias, que encuentran su ambiente<br />
de preferencia entre ese acumulamiento de formas fijas. En este<br />
aspecto el casco de los barcos es una verdadera isla flotante para<br />
centenares de pequeños seres acuáticos.<br />
.EI transporte de p~antas, industriales u ornamentales, amplia<br />
conSIderablemente la dIspersión de las floras de los continentes<br />
y co~ ellas, involUI;tariamel:te, amplían sus dispersiones una gra~<br />
cantIdad de orgamsmos ammales que en muchos casos se constituy~ron<br />
en pla~as de .los cultivos, alcanzando, lejos de su país<br />
de o;'Igen, Un pelIgro.so l;l~ren:ento aún no alcanzado en su propio<br />
ambIente. Este es el JustIflcatIvo de las severas medidas adoptadas<br />
-30-<br />
por muchos países contra la importación de vegetales vivos. Cuando<br />
los transportes mencionados de vegetales han llevado consigo<br />
a sus propios parásitos, en estado latente de sus vidas larvarias,<br />
el transporte se ha cumplido como un completo ensayo de aclimatación<br />
al transportar al animal en el período de mayor resistencia<br />
orgánica a los cambios de clima, juntamente con las plantas<br />
de que se nutre, y estas últimas con todas las precauciones<br />
que aseguran su prosperidad.<br />
He tenido oportunidad de comprobar una interesante intervención<br />
de la mano <strong>del</strong> hombre en el transporte involuntario de<br />
especies animales con todas las precauciones de una aclimatación<br />
progresiva. En ese caso han sido insectos Cerambicidos, xilófagos<br />
en su vida larvaria; el transporte era efectuado con las maderas<br />
utilizadas para durmientes de las líneas férreas y otras construcciones<br />
ferroviarias, que iban siendo distribuídas a través de zonas<br />
áridas 'y boscosas alternativamente, a través de largas extensiones<br />
a manera de un costoso ensayo de aclimatación en gran<br />
escala, donde los insectos tenían oportunidad de elegir, en la extensión<br />
de muchos kilómetros, el ambiente que les fuera propicio.<br />
Actualmente su dispersión ha quedado prolongada, en islotes, podríamos<br />
decir, a 10 largo de una extensa línea ferroviaria. Este<br />
sería otro ej emp10 que se suma a los ya conocidos de otros cerambicidos<br />
que años atrás han sido transportados involucrados<br />
involuntariamente de un continente a otro; de ellos el más conspicuo<br />
ha sido el <strong>del</strong> Hilotrupes bajulus (Linn.), oriundo de Eu·<br />
ropa y transportado a los otros continentes con las maderas de<br />
construcción y mobiliario, cuyas devastaciones se hacen sentir<br />
todavía en muchos pisos de las casas de la ciudad de Montevideo.<br />
Con el transporte de plantas australianas dos especies son<br />
actualmente comunes en los alrededores de Montevideo, una de<br />
ellas es también un Cerambicido (Phoracantha semipunctata Fabr.)<br />
y la otra un Curculiónido (Goniopterus gibberus Bd.), de este<br />
último sufren sus depredaciones nuestros plantíos de eucaliptus.<br />
En la mayoría de los casos se suman diversas causas en la<br />
dispersión de las especies, provocando efectos muchas veces insospechados,<br />
que de cualquier manera no conviene prever exageradamente<br />
y es de aconsejar ser muy cautos en el estudio de los<br />
factores que intervienen.<br />
La naturaleza es infinita en sus recursos y muy compleja<br />
en sus actividades; sólo la observación minuciosa y ajustada de<br />
los hechos puede orientar nuestras previsiones.<br />
.( * ) Dirección <strong>del</strong> autor: Museo "Dámaso A. Larrañaga". Rambla República<br />
de Chile.<br />
- 31-
LA ENERGIA EN FRANCIA<br />
METROPOLITANA<br />
Su deaenvolvimiento despué3<br />
de la Segunda Guerra<br />
Mundial<br />
André Libault<br />
Profesor <strong>del</strong> Instituto de Geografía<br />
de la Universidad de Paris<br />
Importancia de la energética.<br />
Sería una banalidad volver sobre la importancia de los recursos<br />
energéticos en el desarrollo de la economía moderna, a menos<br />
de proponerse fijar numéricamente las ideas. Se sabe que es cómodo<br />
relacionar toda la energía disponible a un patrón que nos<br />
interesa de cerca: la fuerza muscular de un hombre medio. En<br />
unidades actuales, se puede calcular la producción de un hombre<br />
medio trabajando 8 horas por día durante 300 días en alrededor<br />
de 175/180 K.W.h. por año. Esto representa 20 watts por hora<br />
durante todo el año, noche y día. Mas es necesario corregir un<br />
coeficiente de rendimiento de modo que se pueda decir de un hombre,<br />
aplicado a la manivela o al pedal de un dínamo en una caverna,<br />
llegaría justamente a iluminarse.<br />
Salvo en algunos países, donde una alta natalidad impone la<br />
ocupación <strong>del</strong> más grande número de trabajadores, es pues indispensable<br />
al hombre el hacerse ayudar, es decir, tener recursos de<br />
una producción energética diferente de su propia fuerza muscular.<br />
Cada vez que un dispositivo mecánico permite producir, sin trabajo<br />
humano, 180 K.W.h., es como si se diera al hombre un ayudante:<br />
una imagen cómoda le atribuye la figura de un esclavo<br />
mecánico, es decir de un hombre ficticio que trabajaría por él.<br />
Bien considerada, esta noción debe ser corregida un poco, y ella<br />
parece como muy compleja. Es necesario agregar al total de ese<br />
balance el trabajo <strong>del</strong> hombre que hace funcionar la instalación<br />
mecánica, y también la amortización <strong>del</strong> tiempo pasado por los<br />
hombres que han concebido el dispositivo mecánico. En una máquina<br />
a vapor, se tendrá en cuenta el esfuerzo <strong>del</strong> maquinista que<br />
carga el hogar (a la pala o con la parrilla mecánica), pero también<br />
el trabajo de los obreros que han fabricado la caldera, extraído y<br />
transportado el carbón.<br />
En todos los casos la energía humana será siempre el factor<br />
determinante <strong>del</strong> automatismo más absoluto, ya que será necesario<br />
el esfuerzo de presionar el botón de liberación. Es necesario pues<br />
-33-
~om~r ~on l?:'ecauciones las estima?i~nes que son propuestas para<br />
la elIstnbuclOn de los esclavos mecamcos en el mundo. A pesar de<br />
ser calculadas en las mismas condiciones, las cifras no ofrecen<br />
una certeza de valor absoluto, pero al menos pueden servir de base<br />
de comparación. Un economista de los E. E. U. U. da las tasas siguientes<br />
de disponibilidad en esclavos mecánicos por cabeza de habitantes<br />
(1953): para América <strong>del</strong> Norte 347, para América <strong>del</strong><br />
Sur 28, Europa 27. Con las mismas unidades Francia aparece dotada<br />
de alrededor de 40 esclavos mecánicos por habitante. Mas la<br />
producción de la energía se desarrolla a un ritmo que crece tan<br />
rápido como para desafiar las extrapolaciones y, como en tantos<br />
países <strong>del</strong> mundo, se tiene la impresión que los medios energéticos<br />
extremadamente más eficaces serian rápidamente saturados.<br />
Esta retención por la base no es muy útil, puesto que sería<br />
aventurado para la expansión de su progreso avanzar sobre vías que<br />
ella no podría continuar con seguridad. En todo caso la energética<br />
no puede superar una economía que debe progresar para no<br />
decrecer; hasta se puede decir que la energía está en la base de<br />
todo el progreso, y que un atraso en su programa puede ser perjudicial<br />
a todo el conjunto. No es por una carrera desenfrenada<br />
de ganancias que todas las naciones se han lanzado en la búsqueda<br />
de los medios energéticos más nuevos: es por una necesidad vital.<br />
He ahí por qué me ha parecido interesante resumir muy brevemente<br />
los esfuerzos cumplidos en Francia para mantener su potencial<br />
en valor relativo; es decir, para acrecerlo considerablemente<br />
en valor absoluto.<br />
LA HULLA Y SUS DERIVADOS<br />
La Hulla<br />
Como en todos los países de civilización antigua, los yacimientos<br />
de hulla en Francia son desde largo tiempo conocidos, localizados<br />
y avaluados en sus posibilidades. No está sin embargo excluido<br />
que el mejoramiento <strong>del</strong> material de investigación conduzca<br />
a identificar grandes conjuntos de los cuales sólo las manifestaciones<br />
fragmentarias han sido descubiertas. Así, no es imposible,<br />
que los numerosos y pequeños yacimientos descubiertos a altitudes<br />
muy diversas de los Alpes sean el índice de un gran arco carbonífero,<br />
siguiendo la dirección general de la orogenia. Pero la explotación<br />
de tales minas, forzosamente profundas, a partir de<br />
pozos situados en regiones montañosas sería difícil y se prefiere<br />
guardar esas posibilidades como una reserva marginal. Se debería<br />
lograr que, salvo accidente, Francia satisfaciese sus necesidades<br />
en hulla menos para las calidades cokeficables. Los dos vacimIentos<br />
de base continúan siendo los <strong>del</strong> Norte y <strong>del</strong> Paso de"Calais, que<br />
se incurva en el surco de la depresión flamenca, y aquel que firmemente<br />
sobre la frontera interesa a la vez el Sarre y la Lorena.<br />
- 34-<br />
Los otros pequei'ios yacimientos <strong>del</strong> Centro sólo tienen pocas reservas;<br />
por ejemplo la cuenca <strong>del</strong> Loira no tendría más que una<br />
centena de millones de toneladas para extraer. Mas la distribución<br />
geográfica deja toda su importancia a las producciones locales,<br />
que, aunque débiles pueden retomar todo su valor en caso de dificultades<br />
de transporte.<br />
Es necesario pues cuidarse de omitir las cuencas de BDurgogn2<br />
(Blanzy, Epinac), <strong>del</strong> Tarn (Albi), <strong>del</strong> Gard (AJes), <strong>del</strong> Aveyron<br />
(Decazeville), <strong>del</strong> Büurhonnais, de la Auvergne, <strong>del</strong> Delfinado (La<br />
Mure). Aunque de menor calidad, las cuencas de las Bocas <strong>del</strong><br />
Ródano (Fuveau) tiene por su situación una importancia que no<br />
se desmiente. En fin, el lignito es abundante en Hostens, en las<br />
Landas.<br />
Cuando en 1946 intervino la ley de nacionaiización atribuyendo<br />
a una sociedad <strong>del</strong> estado, "Charbonnages de France", la explotación<br />
de la mayor parte de los establecimientos hulleros, la situaci5n<br />
técnica era bastante desfavorable. El instrumental, en particular,<br />
exigía una re<strong>nov</strong>ación casi total. Sin duda la industria privada no<br />
hubiera podido jamás lograr ella misma tal ventaja, puesto que si<br />
analizamos la financiación <strong>del</strong> año 1956 distinguimos que las inversiones<br />
a esos efectos no alcanzaron más que a un 30 de los<br />
recursos internos, mientras que el resto era exigido por partes<br />
iguales al fondo de modernización, al fondo de equipos y al crédito<br />
b~ancario. En todo caso, esas mejoras se han mostrado particularmente<br />
eficaces, ya que los rendimientos han crecido en proporciones<br />
casi increíbles; algunas cifras de producción diaria individual<br />
muestran más abajo la amplitud de la evolución en un período<br />
de seis años:<br />
1950 1956<br />
Norte y Paso de Calais 1089 (1) 1484<br />
Lorena 1765 2275<br />
BlalEY 1413 1872<br />
Loira 1193 1535<br />
Delfinado 957 1604<br />
Para fijar las ideas recordemos que el mismo valor para la<br />
Gran Bretaña se establece en una cifra media de 1600 quilas.<br />
Los casi 500 mil millones de francos invertidos después ele la<br />
nacionalización no han sído pues en vano, pero es necesario señalar<br />
que cada uno de los 57,4 millones de toneladas (2) extraidas anualmente<br />
llegan gravadas por la amortización y el interés de 9.000<br />
francos, y que el programa debe ser proseguido.<br />
Desde el punto de vista geográfico una reclasificación completa<br />
ha sido efectuada con perímetros que no son solamente administrativos.<br />
La contribución máxima ha sido exigida a la cuenca<br />
(1) Quilogramos por hombre, por día de trabajo.<br />
(2) Más de 59 M. T. en 1957.<br />
35 -'
y Paso de Calais<br />
Lorena<br />
Loira<br />
EL GAS DE HULLA Y SUS SUCEDANEOS<br />
las cifras relativas de tonelajes<br />
1936<br />
64';{<br />
llJé<br />
6%<br />
1956<br />
52%<br />
23%<br />
5%<br />
Este movimiento no puede más que acelerarse en el curso<br />
de .los años venideros y un gran esfuerzo continúa siendo necesarIO,<br />
pue.s la respuesta al crecimiento de la demanda no ha podido<br />
hacerse S111 un llamado a los "stocks", que sería inquietante si se<br />
prol~ngara. Por otra parte, el consumo implica la compra al extranJero<br />
de 20 lVI.T., en gran parte destinadas a las necesidades<br />
de la siderúrgica para calidades cokeficables que nos faltan.<br />
El esfuerzo muy grande cumplido por las "Charbonnages de<br />
France" en el dominio de la producción eléctrica será considerado<br />
más a<strong>del</strong>ante, en el capítulo siguiente.<br />
Per? ~s necesario reservar aquí algunas líneas a la producción<br />
carboqUlmlca, ya que 600.000 toneladas de hulla son destiladas<br />
cada mes en el conjunto de los 1350 hornos de la cuenca <strong>del</strong> Norte<br />
y Paso de Calais. Toda la producción de amoníaco está concentrada<br />
en Mazingarbe, que es el centro de una enorme aglomeración de<br />
usinas químicas, donde empresas privadas gravitan alrededor <strong>del</strong><br />
esta~lecimiento nacional: con 750 toneladas por día, allí se produce<br />
la mItad de la totalidad francesa. .<br />
No pueden ser enumerados aquí los múltiples derivados. Los<br />
abonos ocupan una buena parte, ante todo para la fabricación de<br />
amonitrato, pero sobre todo para la transformación de los fosfatos<br />
naturales de Marruecos en fosfatos de amonio (abono binario), que<br />
se le completa aún por la adición de cloruro de potasio de las<br />
minas de Alsacia. La urea, excelente abono, materia prima de los<br />
plásticos, es fabricada industrialmente en la usina Douvrin. El metano<br />
es condensado en hornos de gases, recuperado, destilado, transformado<br />
en metano, en ácido metílico, en formol, etc.. . . El etilenü<br />
conduce a los polietilenos, a los plastilenos, a los poliésteres al<br />
estireno, al caucho sintético. Los asfaltos provienen de Vendi~-le<br />
Vieil, de Drocourt, donde se les extrae los productos bencénicos y<br />
benzolados, los productos naftálicos, que conducen a las resinas<br />
glicerostálicas así como al nylon. Sin pretender ser completos ao-reguemos<br />
aún la obtención de carburo de calcio por reacción <strong>del</strong> ;oke<br />
sobre la cal.<br />
Se conoce el fraccionamiento extremo que ha acompañado en<br />
todos l?s ~aís~~ a la ins~a~ación de esa comodidad doméstica que<br />
es la dlstrIbuClOn a domlCho <strong>del</strong> gas combustible. Cada aglomeración<br />
tiene su usina de gas aprovisionada lo mejor posible en carbón<br />
irradiando sobre la planta de la ciudad. Esta práctica de tan pe-<br />
queñas unidades produciendo forzadamente a un precio bastante<br />
elevado parece onerosa. En las grandes ciudades, estaciones de redistribución,<br />
con grandes gasómetros, funcionan como remanentes<br />
locales de almacenamiento. Cuando toda la distribución nacional<br />
fué concentrada en las manos de un organismo <strong>del</strong> estado, el "Gaz<br />
de France", se esforzó éste en reagrupar los medios de fabricación<br />
recurriendo para la distribución a la técnica de los transportes a<br />
larga distancia. Las regiones de gran consumo fueron unidas por<br />
canalizaciones: primeramente la <strong>del</strong> Norte y la Región Parisina.<br />
Al mismo tiempo la pirogenación <strong>del</strong> carbón, con vistas a la<br />
obtención <strong>del</strong> coke, se adecuaba en todas partes a una mejor recuperación<br />
de los gases libres, de tal suerte que las regiones carboníferas<br />
se convertían también en centros de producción de gas<br />
combustible. Grandes establecimientos de producción de coke fueron<br />
igualmente construídos' en las regiones de importación carbonífera,<br />
cerca de Ruan, el establecimiento de Grand Quevi1ly, absorbe<br />
800 toneladas de "fines" por día, y recupera 350.000 metros<br />
cúbicos de gas. Se conoce por otra parte, que el proceso metalúrgíco<br />
de reducción de los minerales de hierro por el coke engendra gases<br />
de alto-horno de un poder calorífico bastante débil. En dos escalas<br />
las regiones siderúrgicas se encuentran de este modo productoras<br />
de gas combustible, y en tal cantidad que no es posible utilizarlo<br />
completamente en el lugar. Veremos así como se procura quemarlo<br />
en las centrales eléctricas.<br />
La cuenca de Lorena tiene tan vasto excedente como para<br />
poder alimentar la aglomeración parisina, gran consumidora, tanto<br />
desde el punto de vista industrial como <strong>del</strong> doméstico. Para ello se<br />
ha construído y puesto en servicio a fines de 1954, una canalización<br />
importante que de Blénod a Alforville se extiende en 300 kilómetros.<br />
Ella es capaz de dar, con algunas extracciones a lo largo de<br />
la ruta, un volumen total de 355 millones de metros cúbicos, o sea<br />
el cuarto <strong>del</strong> consumo <strong>del</strong> Gran París.<br />
Por otra parte, como los excedentes de la refinación de los<br />
productos petroleros dejan un margen de gas-oil, se le transforma<br />
en gas para la distribución. Algunas veces se recurre al gas líquido<br />
más abundante, pero de menor poder calorífico. A pesar de que la<br />
dosificación se intenta tener tan estudiada como es posible, la calidad<br />
<strong>del</strong> producto librado está sujeta a grandes variaciones, 10 cual<br />
no deja de tener inconvenientes para los usuarios. Por' otra parte,<br />
se vacila en modificar la red urbana de distribución de tal suerte<br />
que secciones muy pequeñas a menudo afectadas por las impurezas<br />
<strong>del</strong> gas, causan variaciones desagradables de presión.<br />
Quizás la regularidad aumentará cuando reservas más considerables<br />
sean mantenidas en la proximidad de la región parisina.<br />
Se ha practicado en Beynes, cerca de Versalles, una vasta cavidad<br />
subterránea que presenta un estanque suficiente para constituir<br />
una reserva natural de abastecimiento. El gas <strong>del</strong> l)::ste será allí<br />
comprimido a 45 quilos, de manera que el conducto podrá ser utili-<br />
-36-<br />
-37-
zado en pleno aún en horas de bajo consumo.<br />
Así la venta <strong>del</strong> gas sigue una progresión bastante lenta. En<br />
1947 alcanzaba a 2.343 millones de metros cúbicos, y en 1955, no<br />
superaba los 3.140 millones de metros cúbicos, o sea un aumento<br />
de 34 %, en tanto que la electricidad duplicaba fácilmente su venta<br />
(coeficiente 204;;;).<br />
LA<br />
ELECTRICIDAD<br />
Electricidad térmica e hidráulica<br />
En el balance energético de un país, la parte de la electricidad<br />
es una medida de la inervación de su territorio, puesto que su<br />
abundancia sólo se concibe adecuada a una distribución radiante<br />
con la satisfacción de las necesidades más dispersadas.<br />
La estructura misma de la economía permanece dependiente<br />
de estas redes que surcan las regiones, que alimentan las más grandes<br />
necesidades de fabricación así como los modestos talleres de los<br />
artesanos. De ahí resultan asimismo una dependencia muy angustiosa<br />
para los técnicos; la curva de carga presenta dientes aserrados<br />
tan inquietantes tanto en sus depresiones como en sus puntas.<br />
Si el consumo es siempre igual, si los cursos de agua llevan constantemente<br />
el mismo volumen a la misma temperatura, qué simple<br />
se volverían las relaciones entre el productor y el consumidor de<br />
electricidad!. Seria suficiente instalar usinas hidroeléctricas en los<br />
principales y grandes ríos y dejarlas producir seguros de vender<br />
la corriente producida. Ay!. Los cursos de agua originados en las<br />
grandes montañas de Francia son de régimen nival o glaciar; que<br />
ellos lleven apenas agua en verano no es de tal modo molesto en<br />
esta época de menor consumo. Pero, lo que sí es grave, es la magrez<br />
de invierno cuando el hielo congestiona la cuenca vertiente y<br />
al mismo tiempo el consumidor reclama más luz y calefacción. Felizmente<br />
el Macizo Central presenta un régimen fluvial bastante<br />
complementario <strong>del</strong> precedente. Si se quiere pues utilizar lo mejor<br />
posible la energía hidráulica, no hay que rehusarle el apoyo de las<br />
centrales térmicas, independientes de la estación por poco que se<br />
les alimenten de combustible. La caldera de vapor presenta un<br />
cierto atraso en su puesta en marcha; es necesario, si se quiere<br />
que su rendimiento se vuelva más rápidamente eficaz, conservarle<br />
una actividad reducida pero constante. El motor Diesel, el motor<br />
a gas, tienen la ventaja <strong>del</strong> arranque ligero, de ponerse en acción<br />
inmediatamente. Se ve pues que un plan racional debe dar correcta<br />
cabida a todas estas fuentes de electricidad.<br />
Durante algún tiempo se ha creído que un conj unto de lagos<br />
de barrera artificial bien distribuídos sobre el territorio, aprovechando<br />
lo más posible regímenes estacionales de las diferentes<br />
cuencas realizarían una compensación suficiente, y la parte ele la<br />
hidráulica puede así llegar a ser preponderante.<br />
-38<br />
Años de mala hidráulicidad han reavivado los temores y mostrado<br />
que hay lugar para la corriente de origen térmico. Más aún,<br />
si se da todo su valor a esta observación: que el combustible quemado<br />
en los hogares de las calderas puede no ser un carbón comercial,<br />
sino residuos que no se utilizarían de otro modo.<br />
La instalación de una central sobre el piso de la mina permite<br />
recuperar el combustible no transportable, transformarlo en la<br />
mejor cantidad de KW.h, siendo éstos de igual calidad que todos<br />
los otros con los que serán distribuídos. Si pues en 1947 la producción<br />
térmica fué de un orden de amplitud comparable a la hidráulica,<br />
parece que su parte debe permanecer igualmente importante,<br />
aunque la tendencia al ser la misma actualmente le permita<br />
alcanzar una ligera preponderancia. Así en 1956, la proporción se<br />
ha establecido en 52 % de térmica contra 48 % de hidráulica.<br />
Estructura y crecimiento<br />
De esta situación resulta que la producción debe repartirse<br />
entre los organismos nacionalizados y aún en los <strong>del</strong> sector privado.<br />
También la ley de nacionalización de 1946 no comprende en<br />
la empresa de la "Electricité de France" sino una parte de las instalaciones,<br />
dejando a las Charbonnages de France el cuidado ~e<br />
administrar y desenvolver las Centrales mineras, y a la "Cümpagme<br />
Nationale du Rhóne" la tarea de continuar las obras de este río.<br />
Asimismo era difícil inmiscuirse en ciertas empresas para las cuales<br />
la producción de electricidad no constituía sino un complemento;<br />
la producción de energía de recuperación, en las centrales a contra-presión,<br />
en las centrales accionadas por el gas de los altos<br />
hornos, en las usinas que trabajan los residuos urbanos, está pues<br />
dejada a empresas <strong>del</strong> sector privado. Finalmente los ferrocarriles,<br />
"Societé Nationale", producen por su propia cuenta en ciertas<br />
usinas. En 1956, la distribución entre esas diferentes fuentes se<br />
repartió como sigue:<br />
Electricité de France<br />
Charbonnages de France<br />
61 %<br />
21 %<br />
Recuperación (Siderurgia) 8%<br />
Compagnie Nat. du RhOne 7%<br />
S. N. C. F. (Ferrocarriles) 3 %<br />
Pero si se considera solamente la energía hidráulica, las proporciones<br />
cambian significativamente:<br />
Electricité de France 80 %<br />
Compagnie Nat. du Rhóne 145{;<br />
S.N.C.F. 6%<br />
y esto se explica además por el hecho que la hidroelectricidad<br />
es un negocio que exige grandes inversiones, infinitamente más<br />
gravosas que en el caso de las centrales térmicas. Tanto más cuan-<br />
-: 39-
do los costos de equipo de la usina se ven aumentados por los<br />
gastos de transporte, a partir de regiones montañosas, débiles consumidoras<br />
y difíciles de atravesar. Las cargas financieras anuales,<br />
las amortizaciones industriales llegan fácilmente a sobrepasar los<br />
gastos de mantenimiento de la central térmica, incluido el precio<br />
<strong>del</strong> combustible. El precio de reventa <strong>del</strong> K,W.h. hidráulico obtenido<br />
en el lugar, vuélvese superior al de la misma cantidad térmica<br />
en alrededor de un 10 a un 12 ~{ .<br />
En todos los casos, el esfuerzo de equipamiento debe efectuarse<br />
con el fin de satisfacer el crecimiento de las necesidades.<br />
Antes de la guerra era costumbre extrapolar sobre la simple base<br />
<strong>del</strong> doble <strong>del</strong> consumo cada década; la proporción es ahora superada,<br />
y entre 1947 y 1956, es por el coeficiente 2.1 que es necesario<br />
multiplicar el número total de los K,W.h. absorbidos. La parte<br />
de la venta en baja-tensión, es decir para los usos domésticos y<br />
artesanales ha aumentado ligeramente, pasando de 22 a 23 r,;. Asi<br />
la media <strong>del</strong> consumo por cabeza de habitante alcanza un valor<br />
destacado; Francia situándose entre las primeras naciones <strong>del</strong> mundo,<br />
con 1150 K,W.h. anuales, evidentemente bastante lejos aún de<br />
los 6600 de los noruegos, de los 3800 <strong>del</strong> ciudadano de los E.E.U.U.,<br />
pero cercano a la tasa de Bélgica y superior a la tasa italiana. Las<br />
diferencias de región a región son precisas: los Alpes y los arrabales<br />
parisinos tienen un total igual, pero por medios distintos.<br />
el Sud-Oeste la mitad, el Centro y el Este el tercio.<br />
6 - Una mina de carbón. Douai. A derecha. castillete <strong>del</strong> pozo y edificio<br />
que contiene el montacargas; a la izq. el terreno y las instalaciones<br />
de clasificación y lavado. (De P. George. Geografía de la energía).<br />
Los grandes equipos térmicos<br />
Sería superfluo, casi ocioso, tratar de enumerar todos los trabajos<br />
emprendidos por los servicios nacionales o privados para<br />
obtener ese resultado sin error, sin que se pueda hablar de una<br />
interrupción accidental de alguna importancia. Pero el geógrafo<br />
gustará conocer la localización de las más grandes realizadones<br />
y analizar la instalación de los complejos.<br />
En el tiempo, como en la importancia, es el equipo de la región<br />
parisina que ocupa el primer lugar, exclusivamente en térmica,<br />
bien entendido. En 1949 se inaugura la refacción total de la<br />
central de Gennevilliers; al año. siguiente, los dos grupos nuevos<br />
totalizan una potencia de 200.000 KW. Después las demás centrales<br />
conocen también una modernización, las de Sto Denis, de Ivry.<br />
pero sobre todo la inmensa unidad de Arrighi en el sur de la aglomeración,<br />
que recibe además un grupo de 100.000 KW.<br />
Un grupo se formó en el Bajo Sena atraído por las facilidades<br />
de transporte de los carbones importados; estaba implantado en<br />
el esquema de distribución en tal estado que no sólo permaneció<br />
en su lugar, sino que se acrecentó.<br />
En efecto, las unidades existentes habían sufrido mucho de<br />
los combates de la liberación y fué preciso suplir su debilitamiento<br />
previsto en un próximo porvenir.<br />
-40-<br />
4 - Central térmica en la región parisina. Talleres de Arrighi. Vitrysur-Seine.<br />
(De P. George. Geografía de la energía).<br />
Mapa: ísobatas de la napa superficial de Wencousin
1 - Represa para salto de mediana altura. L'Aigle. Cantal-Correza.<br />
Francia. (De P. George. Geografía de la energía).<br />
2 - Lago artificial y represa en Aussois. Francia. (Revue Fran¡;ais de<br />
l'energie. Febrero, <strong>1958</strong>).<br />
La nueva central de Dieppedalle fué emprendida en 1946; de<br />
concepción ultramoderna, totaliza una potencia de 100.000 KW.,<br />
servida por un completo automatismo. No lejos de allí, Yainvil1e<br />
era, de 1950 a 1952, el asiento de una central enteramente nueva,<br />
de una potencia total de 100.000 KW., exclusivamente equipada<br />
con material francés.<br />
Al mismo tiempo, era preciso ocuparse de acrecentar los grupos<br />
de Centrales situados en el suelo de las minas, en la cuenca<br />
<strong>del</strong> Norte y Paso de Calais: en particular estos son sucesivamente<br />
las usinas de Séqueclin, de Camines, de Lourches, que ven e11 nuevos<br />
grupos aumentar su potencia. En Lorena, la central de Herserange<br />
señala el comienzo de una colaboración entre la siderurgia<br />
y la E. D. F. (Electricidad de Francia). Cuatro usinas de metalurgia<br />
primaria de la cuenca de LongviY suman en común sus<br />
excedentes de gas (1), Y los destinan a la usina eléctrica instalada<br />
sobre las orillas <strong>del</strong> l\1oulaine. Ellas reciben a su vez la energía<br />
eléctrica correspondiente, de tal suerte que el intercambio se hace<br />
en vaso cerrado.<br />
Las últimas realizaciones de la E. D. F. atestiguan un gran<br />
interés de descentralización, de una adaptación íntima a la estructura<br />
demográfica e industrial <strong>del</strong> país. Sobre el Bajo Loira la<br />
refineria de petróleo de Donges disponía de un excedente de fueloil.<br />
La región mediocremente servida por la red de alta tensión,<br />
casi no disponía de una fuente de producción moderna. Nuestra<br />
sociedad nacional situó en la isla Cheviré, en la aglomeración nanteza,<br />
una enorme central, prevista para un total de 500.000 K.W.,<br />
con un escalonamiento en tramos cada uno de 100.000 K.W., cuyos<br />
dos primeros hoy día están en funcionamiento. En fin, el centro<br />
de gravedad de la región <strong>del</strong> Norte y de la región parisina, Creil,<br />
ha recibido, sobre las orillas <strong>del</strong> Oise, una de las más bellas y más<br />
potentes usinas de nuestro país (400.000 K.W.).<br />
Pero son las hulleras quienes han cumplido el esfuerzo más<br />
espectacular, puesto que han más que triplicado la potencia de sus<br />
centrales que pasa de 650.000 K.W. en 1947 a 1. 970.00 K.W. en<br />
1956, o sea un crecimiento de 200:;(. Las ventas de corriente aumentan<br />
menos rápidamente, ya que es necesario tener en cuenta<br />
las necesidades internas que van acreciéndose: de 2540 M.K.W.h.<br />
en 1947, alcanza a 5326 lVI.K.W.h. en 1956. Las unidades pueden<br />
alcanzar potencias enormes: así, en la cuenca de Lorena, la central<br />
de Grosbliederstroff totaliza tantos KW. disponibles como la<br />
usina de Génissiat. Los nuevos grupos que se levantan en el Norte<br />
en Violaines, en Hornaing representan cada uno más de 100.000<br />
KW. de tal modo que las grandes centrales de Harnes, Dechy,<br />
Thiers (de 120 a 130 KW.) pronto serán superadas.<br />
Por fin, cinco sociedades siderúrgicas de la cuenca de Briey,<br />
( 1 ) Correspondiente a 1 millón de toneladas de hulla media por año.<br />
-41-
Se aumenta aún la eficacia de la regulación recuperando en lo<br />
posible la energía producida durante las horas de bajo consumo,<br />
las horas de la noche por ej emplo, en las cuales la venta de corriente<br />
es casi nula. Mejor que desviar el agua de las turbinas<br />
para su caída en los vertederos, se deja girar los alternadores y<br />
envía la energía hacia motores que accionan bombas que hacen<br />
ascender el agua de un depósito inferior hacia uno superior, donde<br />
se le dejará caer nuevamente en las horas de alto consumo, en<br />
las estaciones de sobrecarga (1).<br />
Si tales instalaciones han sido experimentadas en unión con<br />
la usina de Kembs (entre los lagos Noir y Blanc) se han desarrollado<br />
en los Pirineos (Pragneres, Portillon d'Oo, Lassoula, Artouste)<br />
sin que sean despreciadas la de los Alpes (Bissorte, Belleville)<br />
ni la <strong>del</strong> Macizo Central (Le Pouget).<br />
Sin embargo, en ese macizo antiguo, la morfología es lo bastante<br />
diferente como para que se obtenga directamente acumulase<br />
han agrupado para erigir la central de gas de Richemont cerca<br />
de Metz. El complemento de la siderurgia se ha llevado de 1200<br />
M.K.W.h. en 1947 a casi 4 millones K.W.h. en 1956.<br />
El coeficiente es comparable al de las hulleras, y en el conjunto,<br />
los recursos complementarios de la E.D.F., se encuentran<br />
multiplicados por tres, en tanto que la propia producción térmica<br />
no ha sido efectuada más que por el factor 1,5. Pero, el gran<br />
esfuerzo ha sido realizado por el equipo hidráulico.<br />
Las usinas a nivel de agua<br />
No es presuntuoso querer pasar revista al equipo de un país<br />
como Francia, donde el relieve, pleno de matices, exige una total<br />
flexibilidad en las concepciones; una constante adaptación a las<br />
circunstancias locales. La mayor parte <strong>del</strong> tiempo, estas se acomo::lan<br />
mejor a las usinas medianas, libres para modular en el<br />
tiempo la potencia de todo un rosario hidráulico por el gobierno<br />
de un regulador río arriba.<br />
Los grandes caudales de baja caida no están sin embargo excluidos,<br />
y aportan los más espectaculares resultados. Sobre el Rhin,<br />
el proyecto <strong>del</strong> Canal de Alsacia inscripto en el Tratado de Versa<br />
11es, discutido y modificado durante dos lustros, se ha vuelto sin<br />
embargo realidad antes de la segunda guerra mundial: más la ba<br />
ITera aguas abajo de Bale, la usina situada cerca de Kembs fueron<br />
muy dañadas durante las hostilidades. No sólo se restauró la<br />
obra de guardia y la primer central, sino que se ha retomado el<br />
curso de los trabajos que deben superar hasta Estrasburgo, el río,<br />
tan incómodo para la navegación por la presencia de la barra rocosa<br />
de Istein, de los bancos de arenas con umbrales pocos profundos,<br />
que suceden a las rápidas de las altas aguas. De las siete<br />
usinas con que contará el conjunto, tres están en servicio, Kembs,<br />
Ottmarsheim (1952), Fessenhein (195u). Si el equipamiento no<br />
puede hacerse sino progresivamente, la potencia prevista para cada<br />
una de las centrales es <strong>del</strong> orden de 150.000 KW. y ya los<br />
trabajos se continúan para el próximo tramo, que alcanzará Vogelgrün.<br />
Sobre el Ródano, Génissiat ha conocido una suerte tan desafortunada<br />
como Kembs: los trabajos muy avanzados fueron destruídos<br />
en 1940. Fué necesario reemprenderlos por completo y es<br />
en 1948 que el depósito fué puesto en servicio, en 1952 la central<br />
comenzó a funcionar.<br />
Situado sobre una arruga glacial, la barrera asegura un<br />
"stock" regulador para la usina de 325.000 KW., que serán utilizados<br />
en'4.000 horas durante el año. Más al sur, es el dominio de<br />
la "Cie. Nationale du Rhone". Se ha aprovechado la presencia de<br />
un estrecho, el "grifo" de Donzere, para apoyar allí una barrera<br />
que alimente la primera usina denominada André Blon<strong>del</strong>, de una<br />
potencia de 300.000 KW., bien pronto seguida por otra -Henri<br />
42-<br />
Poincaré- que alimenta el tramo de Montélimar. Gigantescas modificaciones<br />
afectan las vías de comunicación, el habitat, pero permiten<br />
sustituir al río por una vía de navegación más vasta que<br />
el canal de Suez. Al mismo tiempo, las aguas subterráneas mejor<br />
reguladas aumentarán la prodqcción de ese país de elección para<br />
los cultivos leguminosos y arbustivos. En el futuro, los trabajos<br />
de Génissiat, unidos a los de Donzere, se prolongarán al sur hasta<br />
la Camargue, y completarán así una de las más hermosas regularizaciones<br />
de cuencas fluviales que se hallan en el mundo.<br />
Los depósitos de alta montaña<br />
La técnica se ha perfeccionado mucho en la alimentación de<br />
depósitos de barreras, por la recaudación de todas las aguas disponibles<br />
en el corte de altitud considerada. Los encauzamientos<br />
de las aguas elementales alcanzan la de los torrentes más vecinos<br />
en un sitio natural, en general un lago, en el cual la retención es<br />
aún aumentada por una barrera. De este modo, la regularización<br />
quizás se haga mucho mejor, pues no está excluída (y veremos<br />
un ejemplo) que se deba colectar las aguas sobre dos vertientes<br />
sometidas a regímenes bastantes diferentes, para volverse complementarias.<br />
Esta acumulación se vuelve necesaria en el caso donde<br />
la caída bastante débil no aporta un total de potencia suficiente<br />
para justificar al menos dos grupos de una potencia unitaria interesante.<br />
En efecto, se ha reconocido que grupos importantes son<br />
más rentables que los más pequeños, y, mismo en hidráulica se ve<br />
aparecer unidades <strong>del</strong> orden de 100.000 KW.<br />
(1)<br />
En Alemania. se llega hasta utilizar corriente térmica en horas de<br />
bajo rendimiento (noche) para llenar por bombeo un depósito<br />
de regulación.<br />
- 13-
ciones capaces de dirigir toda una distribución <strong>del</strong> valle (2). También<br />
los rosarios de usinas son más y más numerosos; cada unidad<br />
aguas abajo retoma las aguas de su vecino río arriba, a menudo<br />
con un "stock" lo suficiente crecido para brindar al extremo de<br />
la cadena una respuesta satisfactoria a las necesidades estacionales.<br />
El más perfecto ejemplo de una tal distribución es sin duda<br />
ofrecido por el Alto Dordoña. Comenzados ya antes de la guerra,<br />
los trabajos de equipo sufren no obstante una inconstancia bastante<br />
desagradable. Las crecidas comienzan en general en la corriente<br />
de <strong>nov</strong>iembre a mayo, teniendo a menudo un estiaje de<br />
invierno más o menos pronunciado. En octubre se está aún en el<br />
período de la bajante en tanto que comienza el acrecentamiento de]<br />
consumo. Ahora bien, la primera obra, la de Hort-Ies-Orgues era<br />
completamente insuficiente para almacenar los volumenes fácilmente<br />
disponibles, pero inutilizados puesto que no se sabía ni<br />
turbinarlos ni almacenarlos. El depósito de Bort tiene una capacidad<br />
de 477 millones de m3, detenidos por una barrera de 120<br />
metros de alto. Se ha mejorado todavía su alimentación volviendo<br />
hacia él el caudal <strong>del</strong> Ródano. Terminado en 1952, ha sido previsto<br />
para accionar primeramente a la usina de Bort los ¿os grupos de<br />
100.000 KW., impulsados cada uno por una turbina de 136.000 CV<br />
(HP). Cerca, aguas abajo, se encuentra la usina preexistente de<br />
Mareges, luego la de Aigle que el aporte de las aguas <strong>del</strong> Luzege<br />
ha permitido aumentar en 1950 con un grupo de 50.000 KW.; en<br />
fin, la unidad totalmente nueva (1952) de Chastang último peldaño<br />
de esta espléndida escalera. La barrera no sirve más para la<br />
acumulación, pero asimismo se ve enriquecida con las aguas <strong>del</strong><br />
Doustre para crear la desnivelación de 30 mts. de altura, que bastará<br />
para arrastrar tres grupos de 85.000 KW., de una extraordinaria<br />
docilidad.<br />
Se citaría cantidad de otras reformas completas, o rendimientos<br />
tales, por la adición de elementos bien situados. Sobre el Truyére,<br />
está Couesque, que acaba en 1950 por enriquecer con 64.000.<br />
KW. la sucesión Sarrans, Brommat. Sobre el Arve, ya utilizado<br />
en las usinas de Chavants, de Servoz, de Chedde, se constata que<br />
el sitio más interesante, el de la desembocadura <strong>del</strong> valle suspendido<br />
de Chamonix en la llanura de Fayet permanece sin ocupar;<br />
en 1951 la usina de Passy acaba de reforzar el conjunto con sus<br />
70.000 KW.<br />
Ha corrido demasiada tinta alrededor de la construcción de<br />
la barrera de Tignes para no dejar de evocar todo el drama que<br />
significa en un país de vieja tradición, de arraigo a la tierra, como<br />
nuestros Alpes, la inundación de una humilde iglesia alrededor de<br />
(2) Es Emm. de Martonne quien decía más o menos: "El sitio soñado<br />
para un lago de barrera artificial: una obra glaciar sobre una<br />
vieja montaña".<br />
-44-<br />
la cual duermen los muertos que algunas veces se ha ido a buscar<br />
a!li arriba con el peligro de muchas vidas. El sitio de la arruga<br />
glaciar era tan favorable y necesario para regularizar el Isere que<br />
se perdona a los técnicos de no ser ni montañeses, ni tradicionalistas.<br />
El gran lago alimenta las usinas de Brévieres cuya potencia<br />
total de 110.000 KW. y la de Malgovert que por el encauzamiento<br />
de las aguas elementales tiene suficiente caída para mover cuatro<br />
grupos de 85.000 KW.<br />
Sin embargo se ha demostrado después lo que se puede hacer<br />
ele bello en el acondicionamiento ele un depósito. En Cap-ele-Long<br />
Pragneres se ha llegado a acumular elos tercios de las reservas de<br />
todos los Pirineos. El bombeo allí absorbe 50.000 K.W., en tanto<br />
que la usina aportará 2 grupos de 80.000 KW. (uno sólo está instalado<br />
actualmente).<br />
¿ Qué se puede citar aún '? Pralognan, Vanoise, Arvan. Maurienne,<br />
Astan, sobre el Ariege, Peyrat de Cháteau sobre el Vielme,<br />
Enchanet, sobre el Garona, Gedre, Nentilla, Peao-e-de-Vizille. v<br />
también tantas otras. Limitémonos pues a las cU~'iosidades té~nicas.<br />
En Aussois, en Vanoise, se ha alimentado por una inmensa<br />
galería subterránea de 16 K, el depósito <strong>del</strong> plan de Aval a partir<br />
de una decena de torrentes. Se tiene así agua suficiente para accionar<br />
directamente en la extremidad <strong>del</strong> conducto forzado por una<br />
desnivelación de 900 mts. la potencia brindada por la "ONRA".<br />
La potencia instalada alcanza a 70.000 RW.<br />
Entre el Alto Isere y el arco, un inmenso túnel de 13,5 K.<br />
de longitud, pasando a 2.700 m. de profundidad bajo el punto culminante,<br />
trasmite las aguas de una cuenca a la otra. alimentando<br />
los dos grupos de 36.000 KW. de la usina subterránea de Randens,<br />
que debe a todas estas particularidades una perfecta regularidad<br />
<strong>del</strong> rendimiento. tanto en invierno como en verano.<br />
Más sorprendente aún para un geógrafo es el conjunto de<br />
lVIontpezat. En la cuenca superior <strong>del</strong> Loira, una serie de barreras<br />
(La Palisse, Gage, Moulin-de-Peyron, etc... ) contribuyen a henchir<br />
el lago cratérico de Issarles. En profundidad la pared <strong>del</strong> lago<br />
está atravesada; una galería atraviesa toda la cadena de Cévennes,<br />
y desemboca, después de haber accionado los dos grupos de 58.000<br />
K.W. cada uno en un pequeño río, el Fontauliére. afluente <strong>del</strong> Ardeche.<br />
Así pues las aguas, que normalmente debían volcarse en el<br />
Atlántico, desembocan en el Mediterráneo!<br />
En fin, la regularización <strong>del</strong> Alto DU:i:'ance, necesita la construcción<br />
de una barrera, sin que la consistencia elel soporte permita<br />
el establecimiento de fundaciones suficientemente fuertes. Se<br />
hará pues una barrera de tierra, que en Serre-Poncon elevará a<br />
120 mts. de alto su enorme masa de 14 millones de ~3, sobre una<br />
base de 600 mts.<br />
45-
El transporte de la energía eléctrica<br />
Era preciso para la distribución de la energía producida en<br />
hecho preferir no sólo las regiones de economía activa, sino también<br />
las que necesitan un desenvolvimiento cercano o lejano. Y<br />
esto sin el menor desfallecimiento, con la posibilidad de responder<br />
inmediatamente a las demandas de leña. La condición de esto es<br />
una red de transporte bien estudiada, con interconexiones tales<br />
que prácticamente todas las fuentes puedan alimentar todas las líneas,<br />
pero con el minimo de transporte oneroso. Importantes estudios<br />
geográficos se hallan en la base de la determinación de los<br />
trazados, pero la técnica interviene en la realización práctica, aunque<br />
esto fUese sólo para el mantenimiento de un sincronismo absoluto<br />
en la frecuencia.<br />
La tensión de 225 KW. se ha generalizado y es este valor el<br />
que emplean las grandes arterias radiantes alrededor de Paris<br />
hacia las regiones de gran producción: los Alpes, el Macizo Central,<br />
los Pirineos, el Rhin y la Lorena, el Norte. Pero he ahí que<br />
la capacidad de estas lineas resulta insuficiente y que se piensa<br />
en la tensión de 380 KW. Los pilones de las más recientes combinaciones<br />
están dispuestos de manera para adaptarse al voltaje superior,<br />
cuando el aparato técnico será defintivamente probado. Es<br />
por más de un millar de kilómetros que es preciso, cada año contar<br />
el alargamiento de la red a muy alta tensión. La creciente demanda<br />
exigirá sin duda aún aumento de esta cadencia.<br />
Desde el punto de vista de la distribución, la cobertura <strong>del</strong><br />
territorio está ahora completa; prácticamente todas las aglomeraciones<br />
están provistas de corriente eléctrica, y los rechazos de aumento<br />
de potencia casi no son conocidos en Francia.<br />
En fin, una combinación está en curso de realización a través<br />
de la Mancha que permitirá enviar a Inglaterra determinados excedentes<br />
de nuestra producción hidráulica, mientras que los británicos<br />
podrán beneficiarnos con una parte de su producción térmica.<br />
Las usinas maremotrices<br />
La inmensa energía que despliega el agua marina en sus movimientos<br />
solo parece ofrecer pocas posibilidades de recuperación,<br />
ya que ella no presenta el ordenamiento suficiente. Las olas son<br />
inutilizables, y no se puede esperar nada mejor que una utilización<br />
parcial de las mareas. Los estudios que permitirán construir una<br />
usina en la desembocadura <strong>del</strong> Rance, en Bretaña, están terminados.<br />
No se debe considerar estos trabajos solamente como una<br />
experiencia, sino como una de las primeras realizaciones mundiales<br />
en este dominio, verdaderamente eficaz. Una cuenca de nivel<br />
medio se llena ya en un sentido, ya en otro. Los grupos energéticos<br />
son <strong>del</strong> tipo bulbo es decir, que las bocas perfiladas dirigen los<br />
- 46-<br />
hilos de agu.a de t~l ~odo que el funcionamiento es posible en uno<br />
u otro se~tIdo. SIgmendo las necesidades se puede así producir<br />
de la corrIe~te o al contrario absorber de ella, para elevar por<br />
bombe? el mvel ~lel estuario. Es preciso, sin ninguna duda esperar<br />
los meJore~ s~rvI.ci?~ de una instalación tal, que presenta una extraordmarIa<br />
fleXIbIlIdad y que ha sido estudiada con una notable<br />
minucia. Quizás su costosa realización se encontrará algo retardada<br />
por restricciones financieras, pero es preciso anhelar ver<br />
pr?nto la energética francesa enriquecerse aún de esta promisoria<br />
umdad.<br />
EL PETROLEO Y LOS GASES NATURALES<br />
El gas de Saint NIarcet<br />
. El nacimie~t? económico de Francia encontró descubierto un<br />
lI~~ortante yacImI~~to de gas natural, ya productivo, al pie de los<br />
Pll'I~leos, en la reglOn deSt. Marcet. La explotación, partiendo de<br />
9 mIllones de m3 en 1942 alcanza su máximo de 285 millones de<br />
m3 en 1952. De buena calidad ese gas podía alimentar también las<br />
nece~idades domésti~as.como las industriales. Pero en la práctica,<br />
graCIas al des~nvolvImIento de las canalizaciones hacia las grandes<br />
~glOmeraclOnes, son los usos como gas de ciudad los que han<br />
segUIdo una progresión creciente, mientras que los usos industriales<br />
declinaban a partir de 1951. En la actualidad, el agotamiento<br />
de las reservas se comprueba cada día de modo más ránido' felizmente<br />
un nuevo yacimiento, sin ninguna duda rico. ha ve~ido a<br />
sustituirlo. .<br />
El petróleo de Lacq<br />
Hacia el fin de 1949 un sondeo alcanzó la hulla bruta en la<br />
región de Lacq (B. P . ). La profundidad sobrepasó apenas los 650<br />
metros, y el petróleo estaba incluído en el límite <strong>del</strong> cretáceo en<br />
contacto con el terciario. Lamentablemente se comprobó pronto la<br />
€scasa superficie de esta inclusión, cuyo espesor apenas alcanzaba<br />
una veintena de metros. La producción máxima se obtuvo en 1954<br />
con un poco más de 300.000 T., pero la disminución fué entonce~<br />
rápida y el agotamiento está previsto hacia 1965. El habrá aportado<br />
entonces alrededor de 2 millones de toneladas a las refinei'ias<br />
cercanas de La lVIede y de Pauillac, y su excedente. aun mínimo.<br />
estará situado en un período favorable. .<br />
El gas natural de Lacq<br />
El mayor interés de esta inclusión superficial fué bien reconocido<br />
por los técnicos; era un índice de lo que p'odría esperarse<br />
perforando más: a 3.500 m., se alcanzan las margas impermea-<br />
- 47-
Ies <strong>del</strong> Aptien, que han contenido impregnando el Cretáceo inferior<br />
y el Jurásico superior, una enorme cantidad de gases combustibles<br />
que se estima actualmente de 300 a casi 400 billones de<br />
m3. La presión <strong>del</strong> fondo es de 650 K/g sobre cm2 y la temperatura<br />
150 0 C. Pero una gran dificultad apareció desde el comienzo;<br />
era el tenor bastante elevado de hidrógeno sulfuroso (alrededor<br />
de 15 '/0 ). Las cañerías de acero ordinario se corroían rápidamente<br />
y en 1952, un accidente bastante grave acompañó la ruptura de<br />
una canalización. Lej os de desanimarse los especialistas comprendieron<br />
que la solución estaba en la búsqueda de un metal resistente<br />
y los metalúrgicos franceses se pusieron en acción. Bien pronto<br />
no fué sólo el acero especial propuesto por las Acerias de Pompey<br />
que se reveló conveniente, sino también otras aleaciones. La producción<br />
pudo volverse industrial puesto que, lejos de representar<br />
un gravamen suplementario, la separación <strong>del</strong> hidrógeno sulfuroso<br />
se hizo rentable por la venta <strong>del</strong> azufre recuperado. El poder calorífico<br />
<strong>del</strong> gas obtenido es excelente y alcanza a 9.000 calorías. Su<br />
componente esencial es el metano (70c!c) mezclado con hidrógeno<br />
(155'(), con gas carbónico (10'/;) y un poco de etano. Pero la producción<br />
y el tratamiento deben ser fuertemente aumentados, ya<br />
que después de la purificación, la disponibilidad no alcanza más<br />
que alrededor de 65 S'{ de la extracción. El programa actual implica<br />
la puesta en servicio simultánea de unos sesenta pozos que<br />
abastecerán de gas a la inmensa usina de desulfuración y de degasolinización<br />
que acaba de terminarse. Desde este año la producción<br />
alcanza además de gas refinado, el butano, el propano, 12.000 m3<br />
de nafta, 55.000 T. de azufre; pero esta cantidad será decuplicada<br />
antes de cinco años y Francia se convertirá en exportadora de<br />
azufre.<br />
La totalidad <strong>del</strong> negocio está confiado a la "Societé Nationale<br />
des Pétroles d' Aquitaine" que no ha dudado en invertir 35 billones<br />
de francos en la empresa. Pero todas las precauciones están<br />
tomadas; una eventual avería de la usina, de los pozos, no causará<br />
una detención de las importantes industrias que se propone establecer<br />
sobre la red de las canalizaciones que irradia, y que irradiará<br />
alrededor de la refinería. Se ha buscado un gran depósito<br />
natural subterráneo para acumular allí un volumen considerable<br />
de gas refinado al cual se recurrirá en caso de cualquier debilitamiento<br />
de una u otra de las instalaciones. Se ha concentrado en la<br />
región de Labrit.<br />
G A S DE LACQ<br />
Visión ItDual <strong>del</strong> lraruporU' cid cal de lacq y :tOAII A ClMUUolS10<br />
'l'I'C."'"<br />
La radiación de Lacq<br />
Por supuesto, el gas de Lacq primero debe servir para desarrollar<br />
la región <strong>del</strong> Sud-Oeste, actualmente bastante desheredada<br />
desde el punto de vista industrial. La red de "feeders" se apoya<br />
sobre la armadura puesta ya en sitio para la explotación de Sto<br />
Marcet, pero se articula con numerosos tirantes de diversas pro-<br />
-48-
A. .."".,'...... ,."'<br />
A<br />
Yacimiení:o Profundo de Lacq<br />
longaciones que irradian completamente al cuadrilátero Burdeos<br />
Tolosa-Tarbes-Bayona. Están previstas usinas situaDas en zonas<br />
bien determinadas, cuya instalación no se hará sin alterar completamente<br />
el paisaje. Es necesario replantear toda la red de las<br />
comunicaciones, es preciso, no solamente conservar sino ampliar las<br />
regiones boscosas, constituir habitats, bien separados de las zonas<br />
industriales por cinturas protectoras, sin construcción. Desgra-::i2.<br />
damente es necesario asimismo, sacrificar buenas tierras y los<br />
agricultores no pueden tener esperanzas de una compensación en<br />
suelos cultivables.<br />
Pero la expansión económica es tan considerable que es preciso<br />
soportar esta irregularidad de las costumbres. Una central<br />
eléctrica de gas, el equipo <strong>del</strong> Gave de Pau darán en otro orden la<br />
energía eléctrica. Las piezas maestras de la industrialización son<br />
las usinas de abonos azoados, de plásticos derivados <strong>del</strong> acetileno,<br />
de aluminio, de vidriería; el hidrógeno sulfuroso no proveerá sólo<br />
el azufre, sino que permitirá la obtención de cantidades importantes<br />
de agua pesada. En fin, se prevé la construcción de un parque<br />
de vehículos para el consumo ele gas comprimido; se comprende<br />
que la satisfacción de las necesidades domésticas no es más que<br />
un juego de niños al lado de esos enormes suministros.<br />
En un futuro próximo, las prolongaciones de las canalizaciones<br />
se extenderán hasta Angulema-Nantes (<strong>1958</strong>) Lyon (1959) y<br />
sin duda París (1963). El programa no es ciertamente demasiado<br />
ambicioso, ya que los geólogos parecen pensar que el yacimiento<br />
se prolonga hacia el norte y que las reservas sin duda son mucho<br />
más importantes de lo que se creyó al principio.<br />
Las búsquedas de petróleo<br />
! ~ Conducción artificial hacia la Central de Laval de Cereo Corre~e<br />
Lot. Francia. (De P. George. Geografía de la energía).<br />
Después de la liberación se organizó rápidamente la prospección<br />
sistemática <strong>del</strong> subsuelo francés. Una firme y a la vez<br />
flexible legislación reglamentaba la atribución y en especial manera,<br />
el mantenimiento de las concesiones de búsqueda. Bien determinados<br />
perímetros están localizados en el mapa y afectados<br />
a organismos. Se toman todas las precauciones para evitar la inmovilización<br />
de los capitales en trabajos sin esperanzas, pero bien<br />
se sabe como los resultados a menudo son opuestos a las conclusiones<br />
mejor razonadas. Sociedades de financiación apoyadas, generalmente<br />
garantizadas por el Estado dan a las elevadas inversiones<br />
en perforamiento un apoyo que la repartición de los riesgos<br />
hace más eficaz. Un organismo central <strong>del</strong> Estado supervisa<br />
los trabajos; el Bureau de Recherches de Pétroles juega un papel<br />
predominante en toda la coordinación de los esfuerzos. No hablemos<br />
aquí de las esperanzas; ellas son grandes y lo suficientemente<br />
variadas para que la futura distribución geográfica de la producción<br />
sea sin ninguna duda adaptada a la estructura industrial ya<br />
adquirida. Pero es necesario citar el gran éxito que permite desde<br />
49-
ya situar a Francia entre los productores de petróleo en el mundo.<br />
El 25 de marzo de 1954, cuando la sonda alcanzó los 2264 m. de<br />
profundidad el aceite brotó sobre nuestro suelo en Parentis-en<br />
Born (Landas). Es un soberbio yacimiento, de muy alta calidad,<br />
y de una productividad muy satisfactoria ya que la media diaria<br />
de cada sondeo es <strong>del</strong> orden de 200 toneladas. Desde 1956 el tonelaje<br />
anual sobrepasaba el millón de toneladas y debe aumentarse<br />
en un 50 %' Las reservas son tanto más tranquilizadoras ya<br />
que otro yacimiento más profundo dobla al primero y podrá suplantarlo.<br />
En Alsacia el yacimiento de Pechelbronn apenas alcanza<br />
a mantenerse por encima de 30.000 toneladas anuales, pero<br />
los resultados' obtenidos en Staffelfelden, cerca de Mulhouse, con<br />
las 19.000 toneladas en 1956 son bastante alentadoras.<br />
Los sondeos se continúan apoyados por una sólida base de<br />
investigaciones geofísicas. En 1956 más de 28 kilómetros de sondas<br />
han perforado el suelo lo que lleva al total de la distancia perfOl'ada<br />
aproximadamente a 174 kilómetros. Unas quince sociedades<br />
continúan sondeando y elevando derricks (1).<br />
La refinación <strong>del</strong> petróleo<br />
Las destrucciones de la segunda guerra mundial han traído<br />
una redistribución de las refinerías de petróleo, sin modificar la<br />
localización de base, pero creando una estructura mejor dispuesta<br />
con grandes complejos locales. El grupo dominante es el <strong>del</strong> Bajo<br />
Sena con las tres grandes unidades de Gonfreville, Port-Jérome,<br />
Petit-Couronne, y las instalaciones más modestas de N. D. Gravenchon.<br />
Pero los 9.300.000 toneladas tratadas en 1956 no lo hacen<br />
primar de ningún modo sobre el total producido por las refinerías<br />
de Etang de Berre: Berre, Lavera, La IVlede (9 millones de toneladas).<br />
Acaso este último grupo forma un conjunto más coherente,<br />
sobre todo más completo, ya que sus usinas petroquímicas<br />
abarcan las fabricaciones más variadas e irradian hasta Roussillon<br />
donde alimentan una importante concentración química. Por supuesto<br />
un oleoducto une esos grupos al puerto de embarque. Pero<br />
el caso es más interesante para el Bajo-Sena, ya que el conducto<br />
<strong>del</strong> Trapil alcanza y aún sobrepasa París, después de haber servido,<br />
a su paso viniendo <strong>del</strong> Havre a las cuatro refinerías. No obstante<br />
su diámetro de 25 cm., este conducto es va insuficiente especialmente<br />
durante la estación más fría, en "la cual los transportes<br />
de fuel-oil doméstico a París sufren una intensificación.<br />
Recientemente se ha decidido, después de haber acelerado el<br />
caudal por dos estaciones de bombeo suplementarias, duplicar la<br />
tubería.<br />
Es preciso no omitir las cuatro unídades de menor importancia:<br />
Dunkerque sobre el mar <strong>del</strong> Norte, Donges en la desemboca-<br />
( 1) Sic en el texto.<br />
-50-<br />
dura <strong>del</strong> Loira, Pauillac y Ambés en la desembocadura <strong>del</strong> Gironda;<br />
Frontignan sobre él golfo de León. En 1956 su conjunto<br />
ha producido 6,5 millones de toneladas. Así pues la capacidad de<br />
refinación para toda Francia se establece en más de 30 millones<br />
de toneladas anuales, muy suficiente para los 25 millones de to~<br />
neladas de productos elaborados y salidos en 1956. Todavía allí,<br />
hay un gran esfuerzo de parte de las sociedades petrolíferas, ya<br />
que en 1949 las posibilidades de producción llegaban a 13 millones<br />
de toneladas. El que ha demostrado la ascensión más espectacular<br />
es el grupo de Berre, triplicando casi su producción.<br />
La energía atómica<br />
No hay que olvidar que son los sabios franceses, los que mediante<br />
sus trabajos han conducido al descubrimiento de la fisión<br />
<strong>del</strong> átomo. Sí las circunstancias parecieron retardar algún tiempo<br />
las realizaciones francesas, es necesarío ver en ello sin duda, la<br />
preocupación de nuestros investigadores de limitarse estrictamente<br />
a utilizaciones pacíficas y rentables. La geología ha provisto muy<br />
generosamente a nuestro suelo de yacimientos de uranio y el aprovisionamiento<br />
de ricas generatrices puede ser encarado. Dos centrales<br />
eléctricas, donde la potencia térmica es producida por la<br />
desintegración de la materia están en curso de desarrollo.<br />
En la primera, situada en Marcoule, en el departamento de<br />
Gard, el "Commisariat a l'Energie Atomique", se propone precisamente<br />
obtener plutonio. La potencia eléctrica no es sino un subproducto;<br />
ella alcanza no obstante ya, cerca de 2000 KW., y próximamente<br />
debe acrecentarse con una nueva (1).<br />
La segunda, la de Chinon, que se llama E. D . F ., se levanta<br />
a las orillas <strong>del</strong> Vienne, y funcionará con uranio enriquecido; esta<br />
realización de la "Electricité de France", será una de las unidades<br />
más modernas y más eficace'.;' <strong>del</strong> mundo.<br />
Entre otros, los equipos para la propulsión de los navios están<br />
en desarrollo sin contar los estudios que se hallan lo bastante a<strong>del</strong>antados<br />
como para finalizarlos muy próximamente. Dar cifras es<br />
aún bien difícil, no por una inadmisible investigación secreta sino<br />
más bien porque las estimaciones pueden verse invalidadas por<br />
los hechos, pero la modestia de nuestros ingenieros es tal que<br />
esto será sin duda por exceso.<br />
ümclusión<br />
Como ocurre siempre cuando se trata de energía, todas esas<br />
cifras habrán parecido al lector algo difíciles para expresarlas en<br />
(1)<br />
N. <strong>del</strong> T.: Un nuevo reactor atómico entró en producción en el<br />
mes de julio; para fines <strong>del</strong> corriente año la nueva plan~a estar.á<br />
produciendo a razón de 40 kilogramos anuales de plutomo y allmentará<br />
más de 30.000 Kilovatios de electricidad.<br />
-51
unidades comparables: la más cómoda como medida común es, como<br />
lo preconizan los especialista, el K.W.h. Para el año 1956, .los<br />
cálculos han sido hechos por nuestro "Institut National de Statis:<br />
tique et des Etudes Economiques". He aquí los órdenes de amplituden<br />
la repartición:<br />
Billones de K.W.h. 0/0<br />
Hulla<br />
Petróleo<br />
Gases naturales<br />
Hidroelectricidad<br />
130,5<br />
45,8<br />
0,6<br />
26,1<br />
64,3<br />
22,6<br />
0,3<br />
12,8<br />
203,0 100,0<br />
Es este un equilibrio que no tiene nada de sorprendente en<br />
relación a tantas otras potencias mundiales, y que aún se acercará<br />
al de los países mejor equipados tan pronto como los gases<br />
naturales hayan ocupado el lugar que les corresponde.<br />
En todos los casos esperamos haber dado bien al lector la<br />
impresión y la medida de una vitalidad de la Francia metropolitana<br />
que se afirma con el mismo vigor de siempre. Esto es<br />
tanto más meritorio ya que todo se ha realizado con dificultades<br />
financieras muy serias, y de las cuales no todas las causas son<br />
internas. Ningún pretexto debe existir para detener o demorar<br />
los programas mínimos fijados.<br />
y por otra parte, lo que no podemos callar, ya que los problemas<br />
energéticos forman un conjunto inseparable, son las grandes<br />
esperanzas forj adas por los primeros resultados obtenidos en<br />
el Sahara septentrional. El petróleo ha brotado en dos zonas: Edjélé,<br />
Tiguentourine, Zarzaitine jalonan el yacimiento de la frontera<br />
libia; Hassi - Messaoud cerca de Ouargla, alcanza actualmente<br />
para señalar la otra inclusión importante. La hulla, de una calidad<br />
tan excepcional que se puede utilizarla tal cual es en los motores<br />
Diesel, ocupa por lo menos una superficie de 3.500 K2. Se dispone<br />
pues de reservas que justifican grandes inversiones para los trabajos<br />
de extracción y de transportes. Ya un oleoducto, bien protegido<br />
por 60 cms. de arena, lleva a Toggourt 30.000 toneladas<br />
de petróleo bruto por día; el grupo de Berre los recibirá por intermedio<br />
de los vagones cisternas y de carga y los refinará. Por<br />
otra parte los gases naturales se ven obligados a ocupar enormes<br />
volumenes: In - Salah, Hassi - R'mel están reconocidos como listos<br />
para ser explotados. El transporte no puede efectuarse a larga<br />
distancia sin adoptar una costosa técnica, pero existe allí sin duda<br />
una de las llaves de la industrialización, de la mejora <strong>del</strong> standard<br />
de vida en las regiones vecinas abundantes en mano de obra. Es<br />
pues gracias a esos inmensos esfuerzos, que Francia puede enfrentar<br />
sin demasiado temor su porvenir desde el punto de vista<br />
energético. Y es a justo título que su ministro <strong>del</strong> Sahara, M. Max<br />
Lejeune que es un geógrafo así como un economista ha podido<br />
-52-<br />
3 _ Usinas de Gas de Lacq. Sociedad Nacional ele Petróleos ele Aquitania.<br />
(Revue F. de L'energie. Febrero. <strong>1958</strong>).<br />
7.-El inmenso anillo electro magnético <strong>del</strong> protón sincrotrón en el<br />
Centro de Estudios Nucleares de Saclay. Un gran paso a<strong>del</strong>ante de<br />
Francia en la producción de energía atómica para fines pacíficos.<br />
(Publicada en folleto <strong>del</strong> Institut National des Sciences et<br />
Techniques nucléaires. Paris, 1957).
afirmar que Francia puede pretender alcanzar el tercer lugar en<br />
el mundo en la esfera de la energía.<br />
( *) Dirección postal <strong>del</strong> autor; Association de Géographes Franc;ais.<br />
121 Boulevard Sto Michel. Paris.<br />
( * * ) Mapas; Juan Rudolf.<br />
-53-
AMAZONIA PARA TURISTAS,<br />
PARA HEROES y<br />
PAR A LATINOAMERICANOS<br />
Germán Wettstein<br />
Profesor de Enseñanza Secundaria<br />
MOTIVO.<br />
La Geografía no podía escapar a la norma generalizada de<br />
que lo menos conocido coincide con lo más hablado. Uno de los<br />
ejemplos más claros al respecto es este <strong>del</strong> río Amazonas y su<br />
cuenca multifacética; desde 1541 - 42 con Orellana hasta lo nuestro<br />
de ahora -tan pequeño- todo es un ansia infinita por llegar<br />
a él, palparle, sorberle a miradas, y. .. desde luego, escribirle.<br />
Porque ese mismo incansable y re<strong>nov</strong>ado caudal suyo parece<br />
expandirse a cada libro, a cada artículo, a cada foto, para hacer<br />
que todos y cada uno puedan aportar una "visión original", una<br />
"opinión personalísima", un dato sensacionalista, justo de algo<br />
que nunca necesitará de sensacionalismos para seguir detentando<br />
grandeza secular.<br />
Pero iniciamos el relato con la oposición menos conocido, más<br />
hablado, y ahora recalcamos que ha~T que aplicarla de modo especial<br />
al Amazonas, porque tras su fárrago bibliográfico hay tal<br />
selecta variedad de cháchara adobada con vacuidad, y una dosis<br />
tan marcada de escribir por escribir que esto nuestro -que en<br />
sí sale sólo como una nota de afectuoso recuerdo para aquello<br />
tan lejano- lleva un poco las ínfulas de precisar y el deseo de<br />
entusiasmar futuros "amazonenses".<br />
Sí, al menos ese es el "título honorífico" que la sedentaria<br />
juventud <strong>del</strong> cine y la televisión de hoy coloca, con más incredulidad<br />
que simpatía, a quien planea o cumple la "aventura". Y<br />
lo peor es que hasta se husmea un poco de sorna en los oyentes<br />
o amigos a los que se trata de explicar que hay una Amazonia<br />
sin onzas pretas ni yacarés, sin anofeles ni pirañas, sin xavantes<br />
ni jíbaros, a la que no cuesta mucho y sí vale bien la pena conocer.<br />
Esta fue la tercera "expedición" de uruguayos a la Amazonia<br />
en 1957; es la menos conocida, quizás la más turística, y por eso<br />
este trabajo no puede tener pretensión alguna de profundo estudio<br />
geológico, climático, ni fito - faunístico. Trata sí de señalar<br />
algo de esa geografía humana de la vida diaria que tanta falta<br />
hace para aprender a viajar y comprender mejor a los pueblos.<br />
La compusieron cuatro estudiantes (Artucio, Pí, Vartabedián,<br />
-55-
Wettstein) ; tomaron el trópico fluvial en Guajará - Mirim,. sobre<br />
el Mamaré, límite con Bolivia, de allí 366 kms. por la histórica<br />
vía férrea hasta Porto Velho capital <strong>del</strong> Territorio de Rondonia;<br />
luego un descenso imperceptible por el Madeira hasta el Amazonas,<br />
por éste y Negro a Manaos, y complementario acompañar<br />
de cnrso hasta Belem. Fue todo.<br />
PRECISIONES PARA TURISTAS.<br />
Toda visión que pueda darse sobre la Amazonia será parcializada<br />
y nunca segura. Ni el mismísimo General Rondan, pacificación<br />
de indios y ordenación de líneas telegráficas por medio,<br />
tuvo pretensión exhaustiva. Cinco millones de kilómetros cuadrados<br />
de Amazonia dan para mucho más que para el silencioso engullir<br />
de Fawcetts, aviones Presidentes y proyectiles teledirigidos.<br />
Nosotros queremos ahora limitar al máximo el alcance cuantitativo<br />
de sus recursos presentes y presuntos para toparla con<br />
la propia intuición de lo misterioso y exótico que su mera alusión<br />
encierra.<br />
Ojalá que siempre, aún en el momento en que cada kilómetro<br />
fluvial esté sondeado, y cada barranca asegurada, y sus múltiples<br />
pozos petrolíferos posibilitando pavimentos dinámicos entre Porto<br />
Velho, Rio Branco, Tabatinga, Boa Vista, Manaos y demás, ojalá<br />
que también entonces ese nombre de Amazonas siga siendo un<br />
símbolo. El símbolo de ignorado mundo geográfico que tiene el<br />
suficiente poder de atracción como para mantener despiertas ansias<br />
de conocer y descubrir, de saber y comprobar, de ver imaginando<br />
y de imaginar viendo.<br />
La Amazonia quizás más que la Antártida, o la selva africana<br />
es un "salvavida" de primer orden para esa crisis de mundo aventurero<br />
humano que se viene palpando por el profesorado de Ciencias<br />
Geográficas en Enseñanza Secundaria. Julio Verne y Salgari<br />
no han podido vencer la competencia millonaria de Superman, Mandral\:e<br />
y sus socios. En tanto, no queda otra solución que enfrentar<br />
a los alumnos a estas zonas de predominio de la naturaleza sobre<br />
el hombre, que son a la vez de predominio de lo imaginativo sobre<br />
lo pasivo, de lo insinuante sobre lo frío, de lo propiciatorio sobre<br />
lo rutinario.<br />
y el ejemplo estudiantil vale para toda la comunidad; en el<br />
fondo será la Amazonia siempre una de las formas antitéticas<br />
<strong>del</strong> ideal burgués de "vedere Nápoles e doppo madre". Antítesis<br />
imprescindible, porque a la tesis anquilosada de palpar civilizaciones<br />
tradicionales (cuevas de gitanos, Montmartres, Trafalgar's<br />
squars, eso es Europa para el 80 % de los uruguayos mundiviejizados)<br />
opone una toma de conciencia en virginidad paisajística<br />
y efervescencia mestiza de esta iberoamérica.<br />
y es en el fondo la dualidad que propicia la síntesis básica<br />
de comprensión para los "países <strong>del</strong> futuro".<br />
1 _ El rtópico fluvial. I\ilárgen izquierda <strong>del</strong> Negro, río abajo de Manaos.<br />
-56-
Porque hasta puede ocurrir que uno vaya, vea y regrese de<br />
la Amazonia y haya soñado más de lo que encontró, y ahora quiera<br />
contar un poco de aquello y le quede tan simple y mundano que<br />
no justifique antecedentes. Pero es cosa de reiterar lo previo:<br />
los turistas, nosotros, cualquiera de los lector.es, cosechan su propia<br />
cuota personal y sin embargo el interés fijo a tal capital espiritual<br />
es el re<strong>nov</strong>ado impulso juvenil de poder ejercitar un<br />
ansia aventurera que los convencionalismos, los cronómetros y las<br />
cronológicas excursiones están carcomiendo cada vez más de prisa.<br />
CLIMA Y TIEMPO.<br />
2 - Habitación aislada de cabaclo, a un metro <strong>del</strong> suelo, en preVlSlOn<br />
de las crecientes <strong>del</strong> Madeira. Trayecto Guajará-Mirim-Porto<br />
Velho.<br />
3 - El aislamiento es algo más que simbólico sobre ese histórico trozo<br />
de vía ¡férrea·Guajará-Mirim-Porto Velho.<br />
Constituyen el nudo de los complejos temerosos que la Amazonia<br />
despierta; integran el leit - motiv de los consejos preventivos<br />
de malandanzas con que es sermoneado el amazonense intrépido.<br />
Claro, no vamos a referirnos al húmido embotamiento que<br />
28 9 y saturación atmosférica pueden imponer a quienes los soporten<br />
en la base terrena <strong>del</strong> espeso manto vegetal de la bacia.<br />
Tratan nuestro clima y tiempo de aquellos que caracterizan el<br />
trópico fluvial, en dos meses de una estación que precisamente es<br />
la que también adjunta más recomendaciones: "la de las lluvias".<br />
En esto no tenemos temor de tomar la parte por el todo: la<br />
Amazonia es en lo más característico trópico fluvial. Nuestro trayecto<br />
Porto Velho - lVIanaos - Belem por río en caso de no haber<br />
otorgado lo más tipico, tampoco hubo de otorgar lo menos.<br />
Si uno arriba entre diciembre y abril debe antes que nada<br />
amoldar su léxico, tanto común como geográfico; está recorriendo<br />
la zona en "invierno", y la tal estación no tiene relación alguna<br />
con los conocidos friagems de pasajera influencia. Se trata en<br />
sí de "invierno" como opuesto a "verano", y en éste la idea de<br />
seca predomina. ¿. Pero entonces son falsas las estadísticas pluviométricas<br />
y la famosa bivalencia complementaria de los afluentes<br />
septentrionales y meridionales elel río - ej e? No, todo es así;<br />
pero lo que los libros no adecúan es tales datos a la realidad conceptual<br />
y ele vida. La "seca" corresponde a la lluvia que cumple<br />
con las necesidades justas, y el "invierno" coincidirá en tanto con<br />
la lluvia abrumadora. Belem da la pauta con sus 900 mm. de<br />
agua caída entre febrero y mayo (tanto como todo lo que llueve<br />
en lVIontevideo en un año).<br />
Hablamos al inicio ele una adecuación <strong>del</strong> léxico, lo debe eso<br />
complementarse con una mucho más necesaria adecuación orgánica<br />
para enfrentar sin riesgos el dúo humedad - calor'? No, y aquí<br />
está lo interesante.<br />
El observador más profano puede ser en tal región ecuatorial<br />
partícipe de la cronométrica regulación mutua que temperatura<br />
y humedad se imponen. Lo siguiente parecerá perogrullesco, pero<br />
estando en tales bajas latitudes es que recién uno se da cuenta<br />
-57-
de lo que es tenerla bola solar en pleno zenit, y cuanta diferencia<br />
hª,yde tales 90 9 a los 78 9 de elevación en el "erano uruguayo.<br />
y sin embargo mientra por carta se nos relataban desde<br />
Montevideo hazañas termométricas de 409 y más, aquello nuestro<br />
nunca pasó de 309.<br />
El gran problema es la perpendicularidad y con ella la desmesurada<br />
concentración calórica; ella determina ese lapso de la<br />
hora 11 a las 15 en que todos los lugares trocan su vida por una<br />
mustia y abrumada subsistencia. Cansado y sudoroso balancear<br />
de hamacas en los navíos, comercios de duelo, perros empotrados<br />
en las aceras arboladas, brazos untuosos emergiendo de otrora<br />
impecables camisas y procediendo a rítmicos abanicamientos en<br />
los perezosos - porches.<br />
Pero el mismo trópico fluvial propicia las compensaciones; la<br />
evaporación alcanzó su máxímo, la dilatación <strong>del</strong> aire ahora húmedo<br />
trae ascensos y enfriamientos consecuentes, y la lluvia salva<br />
el amazónico de la modorra perpetua.<br />
De ahí que el color <strong>del</strong> cielo sea por antonomasia azul ceni<br />
.cientoy la atmósfera pocas veces luminosa. Pero de eso al encapotamiento<br />
perpetuo con que se forja otra leyenda "a distancia"<br />
hay un buen trecho; el chaparrón puede ser eso por más de una<br />
hora, y dos, pero sucede la calma, y ahora habrá frescura, porque<br />
todo atardecer y no pocas mañanas traen consigo esas brisas que<br />
remontan el Amazonas y en especial el Negro.<br />
Son las mismas que crespan con tantas ondas simétricas los<br />
espejos azabaches y terroso <strong>del</strong> Negro y el Solimoes, y en la<br />
calma de las tardes amazónicas propician el espejismo de un<br />
trueque mágico de corrientes. .. o de márgenes.<br />
y en tanto el turista sufre más viendo transpirar al lugareño,<br />
sin querer convencerse nunca de que aquello es sanitario y<br />
desintoxica, que soportando en cuerpo propio alguna irregularidad.<br />
Sin embargo la leyenda de una nueva prédica climático - moral<br />
seguirá flotando en las conversaciones:<br />
-¿y no ha sentido nada? Bueno, es que se trata <strong>del</strong> invierno,<br />
porque en verano... si viera!<br />
VIDA<br />
Y MOVIMIENTO.<br />
De Huntington al peluquero <strong>del</strong> barrio todos pueden presumir<br />
que en tales zonas tórridas la apatía, lentitud y desgano son<br />
únicos reguladores de psiquismos, en tanto individualismo, hostilidad<br />
e improvisación redondearían el criterio sobre el comportamiento<br />
social.<br />
Son en el fondo las últimas aseveraciones <strong>del</strong> determinismo<br />
geográfico intransigente, de quienes creen que la Geografía vale<br />
sólo en cuanto influencia incontestable.<br />
Recorrido aquello, tienen en mí el mismo valor que esas otras<br />
afirmaciones <strong>del</strong> impacto climático en la estructura psicofísica <strong>del</strong><br />
-58-<br />
indio boliviano; y esa otra que matematiza de tal modo los climas<br />
y las reacciones subsiguientes que termina por <strong>del</strong>imitar como latitudes<br />
ideales para la vida y el rendimiento activo a las de 30 a<br />
35°, por su variabilidad (justo la zona <strong>del</strong> clima "burocrático" uruguayo).<br />
Ahí está la ciencia pura.<br />
En este sintético ensayo de interpretación •. nos proponemos<br />
invertir el análisis. Aún manteniendo la tesis inicial de que la<br />
Amazonia es lugar de predominio de lo geográfico sobre lo humano,<br />
y por tanto causa de fenómenos variados, aún así, entraremos<br />
a analizar antes tres de sus elementos consecuentes que creemos<br />
principales: su aislamiento, su cosmopolitismo, su desnutrición.<br />
De sus recíprocas relaciones, de sus diversos predominios, ha<br />
de <strong>del</strong>inearse la causal omnipresente: la causal geográfica.<br />
Su aislamiento.- Deriva de algo más que de esa distallcia de<br />
1600 kms. que van de Manaos al Atlántico; es algo más que el depender<br />
de navíos cada quince días;. es algo más que esa minir;:ez<br />
de 770 kms. de vías férreas y 3200 de carreteras para toda la reglOn.<br />
Su aislamiento es cronológico también, y ello porque en las<br />
etapas sucesivas de un Brasil en superación a través de ciclos económicos<br />
(caucho, azúcar, café, ¿ petróleo?), la Amazonia puso el<br />
empuje inicial, vivió su gloria y se quedó allí.<br />
Su cosmopolitismo es en el fondo eso, un gran aislamiento.<br />
Amazonia fue la zona de futuro promisorio, de riqueza fácil, <strong>del</strong><br />
inmiO"rante interno e internacional. Y hoy siguen estando y lleo"and~.<br />
v siO"ue dándose el irrefutable dato de que en la Amazonia<br />
~asi no'hayO amazonenses natos. En nuestro recuerdo personal estarán<br />
siempre el tendero griego, el bahiano ingeniero, el uruguayo<br />
curtidor de cocodrilos, el cearense buscado por <strong>del</strong>ito en sus pagos,<br />
el judío industrializador de goma y castaña, el pernambucano<br />
oficinista de correos, y algunos amigos más <strong>del</strong> azar.<br />
Formar con esas vidas una "nación amazónica" dentro de la<br />
nación brasileña es mucho más dificil que superar calor, paludismo<br />
y distancias. Más todavía si se piensa que son pocos y<br />
desnutridos.<br />
Su desnutrición sigue siendo en el fondo producto de su aislamiento<br />
v de su geografía, pero mucho más <strong>del</strong> hombre, socializante,<br />
ql~e allí no ha socializado. _<br />
Arroz v feijao no son sólo por costumbre el plato <strong>del</strong> pueblo<br />
sino por bdlsillo', pero es cosa de pensar hasta dónde llegará tal<br />
"popularidad" si su costo allá oscila entre $ 1.80 y $ 2.00 m/u<br />
cada kilo de cada producto (un bife con arroz en modesta fonda:<br />
$ 3.00 m/u), como irremediable consecuencia de la cadena: no<br />
~e planta, se encarga, se paga el flete, se demora. .<br />
Lo que parecía herejía con Josué de Castro y su GeografIa<br />
da fome es anenas simpatía compasiva cuando tras releer ahora<br />
los párr~fos de hambre amazónico uno choca como de Castro con<br />
la impotencia ante el latifundio interfluvial, el monocultivo expoliatorio,<br />
la pauperización de suelos, en fín, de que habiendo tan<br />
-59-
pocos para tanta tierra no haya dónde pensar en poner colonos<br />
nuevos en condiciones de vivir, o al menos de nutrirse mejor.<br />
y esa misma simpatía compasiva alcanza al propio Josué<br />
cuando termina por elogiar las propiedades nutritivas <strong>del</strong> como<br />
castanheiro y su aceite vitamínico.<br />
Si esa es la vida amazónica, inútil será buscarle un movimiento<br />
propio, un ritmo autónomo, pausado y no espasmódico. Su<br />
movimiento como hecho, su apa.tía, lentitud o desgano, serán tan<br />
geográficamente impuestos como en las plantaciones bananeras<br />
centroamericanas, en los yacimientos mineros andinos, en los salitrales<br />
desérticos, en los yerbatales, en las estancias criollas, en<br />
todos, de la Patagonia al trópico.<br />
~~>~<br />
;>':':;'3' ~ ~<br />
TRASLADOS Y PRISAS.<br />
Sin embargo, y pese a lo dicho, hay un movimiento autóctono<br />
en la zona, tan imprescindible como la naturaleza impone: la<br />
navegación fluvial.<br />
Ella es algo más que una arma contra el aislamiento (casi<br />
siempre la única, porque la escasez de vías férreas y carreteras<br />
se encarga de eliminar trenes y ómnibus, y para postergar la aviación<br />
hay buenas razones económicas) ; ella es algo más porque surge<br />
antes como forma de vida que como medio de transporte.<br />
Cualquier ruta selvática orillera a los ríos deja ver modestos<br />
palafitos que son otros tantos hogares de desperdigados caboclos;<br />
es la solución permanente ante la inundación, solución que ha de<br />
verse acompañada de la canoa plana, <strong>del</strong>gada y veloz, nexo ágil<br />
para el poblado cercano o el vecino de auxilio. Tal es su importancia<br />
que la única sensación de vida en las márgenes, tenida a<br />
nuestro paso, era el apresurado poner a salvo de tales canoas ante<br />
la resaca impetuosa que el navío sincronizaba contra las costas y<br />
contra esos rústicos "muelles" hogareños, a los minutos de su<br />
surcar.<br />
En una segunda forma de vida la canoa, ya no sola sino colectivizada,<br />
es el recurso básico en el trajinar urbano de los días<br />
de mercado, cuando todos los productos vienen a ofrecerse a los<br />
principales centros. Manaos es en esto también fiel receptor de<br />
las influencias fluviales de la zona. Alba y atardecer son horas<br />
propicias para uniformar el carraspeo incansable de decenas de<br />
lanchones a motor, cabeceras de obedientes columnas de diez,<br />
quince o más canoas, descubiertas o con abovedado techo de palma<br />
y paja al estilo indonesio, que enfilan o regresan, respectivamente,<br />
para o <strong>del</strong> mercado.<br />
Los lanchones tienen sus rumbos varios fijados y las columnas<br />
se forman paulatinamente, con el contratar de traslados seguros<br />
para trechos que a veces alcanzan sus buenos 30 kms. hasta<br />
destino.<br />
Pero hay más en Manaos mismo; aquí la fluvialidad es tan<br />
-60-<br />
4 - El acceso fluvial al n,ercado de Manaos. La canoa es recurso básico<br />
<strong>del</strong> trajinar diario en el comercio al menudeo.<br />
5 - Detalle de una de las casas flotantes en uno de los tantos igarapés<br />
que cruzan l\iIanaos. exhibiendo la fluvialidad como forma de vida.
6 - La "borracha desLumada" es ya aquí '·b212.~ha" p::Lta cJ er:1barque<br />
hacía los centros industrialízadores. Balone:; el:, "';0 a SD kgs. de peso,<br />
calados cual sandías para prevenir kilajes fraguados, COl-:1plementan<br />
con su vaho ahumado, los puertos <strong>del</strong> trópico.<br />
7 - El plantel de cabados -corpuler:tos y retacones- changadores.<br />
hace un alto, el1 Guajará-lVIirim para posar junto [l curiosos ejemplares<br />
de un ignorado país llamado <strong>Uruguay</strong>.<br />
una forma de vida que ni el mismo aliento de aldea grande que<br />
la urbe aporta es suficiente para impedir que cada igarápé (brazo<br />
de río) que la atraviesa, se haya convertido en un barrio flotante,<br />
no sólo de casas sobre pilotes, sino sobre troncos y maderas, cual<br />
jangadas sedentarias.<br />
Y, en fin, el mismo puerto es el monumento perenne a la<br />
fluvialidad, pero merece tratarse en especial más a<strong>del</strong>ante.<br />
Nos queda por plantear aquí la tercera forma de vida en los<br />
ríos amazónicos: la "navegación mayor", la de grandes movimientos<br />
interestaduales, el gran condicionante de las migraciones internas.<br />
Una compañía aérea brasileña apela en su díaría propaganda<br />
al slogan simpático de "flota bandeírante". Creemos que<br />
nunca podrá quítarse a la navegación fluvíal el doble título que<br />
Vianna Mogg hizo célebre en su enjundioso estudio histórico y<br />
que nos permitimos extender como acápite a nuestra experiencia<br />
vivida en los navíos de S.N.A.P.P. y <strong>del</strong> Loide Brasileiro: ella es<br />
"bandeirante y pioneira" a la vez.<br />
Lo fue en la época histórica <strong>del</strong> descubrir y primer afincar<br />
en la selva inexplorada, lo fue hace menos tiempo en el caprichoso<br />
trajinar de los vaticanos a paleta, lo es hoy día en que una poderosa<br />
flota de 52 navíos (de los cuales 4 modernos paquebotes holandeses)<br />
compone la citada compañía Servicio de Navegación<br />
Amazonia - Puerto Pará<br />
En estos navíos masas de población fluctúan entre Porto<br />
Velho y Manaos, entre ésta y Belem, en esas Terceras populares<br />
en que 200 hamacas penden cubiertas de popa, en la más variada<br />
comunión humana que pueda imaginarse, entre bolsas y valijas,<br />
gordos y esqueletos, loros y monitos, y un imparable amplificador<br />
de zambistas conterráneos.<br />
Así hicimos el trayecto Porto Velho - lVlanaos, 1400 kms. en<br />
cuatro días de navegación casi continua, así cumplimos el resto<br />
de lVIanaos a Belem, por otros tantos 500 cruzeiros, así pudimos<br />
conocer a un hombre excepcional en las lides fluviales para quien<br />
dejamos aquí escrito nuestra admiración y agradecido recuerdo:<br />
el Comandante don Benedito Correa Lobato, de la nave que ilustra<br />
el presente trabajo, nuestro querido Lobo D'Almada. Diecisiete<br />
años en tales ríos, en que sin cartas de profundidad, sin balizamientos,<br />
sin ostentosas demostraciones, cumple a diario el<br />
magisterio de "llevar a buen puerto".<br />
Es tan de conocimiento común el exaltar anchurosas virtudes<br />
en los ríos amazónicos que navegar en ellos parece cosa de<br />
niños, pero cuando se piensa en las oscilaciones imprevistas de<br />
nivel que obligan al navío a saltar de una a otra orilla, intuyendo<br />
más que sabiendo el posible embarrancar, cuando hay sectores <strong>del</strong><br />
bajo Amazonas en que se navega por canales tan angostos (paranás)<br />
en que la floresta de telón se pone al alcance juguetón<br />
<strong>del</strong> brazo <strong>del</strong> viajero de borda, cuando hay sectores numerosos en<br />
que el problema deja de ser el calado y es en cambio la eslora <strong>del</strong><br />
-61-
na.vío, que se verá en dificultades. para virar, cuando todo eso se<br />
salva sin radar, aveces hasta sin luces, sólo queda admiración<br />
y simpatía.<br />
Es la mejor forma de vida amazónica, es también su mejor<br />
expresión de movimiento.<br />
Por eso creemos algo más que costumbre el habitual despedir<br />
de los navíos en cada población, cualquiera sea la hora de<br />
partida o de paso, verdadero acto p"tíblico en que intervienen hasta<br />
los propios Gobernadores y buena parte de la población. Es en el<br />
fondo el simbólico y subconsciente homenaje al gran binomio auxiliar<br />
de la vida interior brasileña: ríos y navíos..<br />
Dicho lo cual, debe uno cuidarse bien de confundir tal movimiento<br />
con la prisa. Peter Fleming antes que nosotros señaló que<br />
quien va con prIsa a Brasil es infeliz (1) ; aislados en Porto Velho<br />
o en lVIanaos, como estuvimos nosotros, la infelicidad se traca fácilmente<br />
en angustia y en amargura cuando los tales navíos postergan<br />
sus arribos o sus partidas por días y hasta semanas -Carnaval<br />
o no por medio-, o prolongan sus cargas y descargas en<br />
Humaitá, Barba, Parintins, Santarém o cualquiera de sus escalas,<br />
ta'nto como la ocurrencia lo imponga.<br />
En ese sentido el consejo para turistas es completar su espíritu<br />
aventurero con ese otro requisito que la Amazonia implanta:<br />
viajar sin fechas estipuladas.<br />
LOS TURISTAS ANTE LOS HEROES.<br />
Lo dicho hasta ahora cabe en la descripción ordenada de cualquier<br />
turiste que visite la Amazonia. Desde el millonario caprichoso<br />
al estudiante encaprichado, pasando por esa otra categoría<br />
turística comparable al subjetivismo pictórico, que son en mi entender<br />
los "exploradores" actuales. Porque también ellos buscan descomponer<br />
su experiencia -en este caso la selva- olvidando su<br />
coordinación lógica, en un intento por superar una rutina meramente<br />
paisajística y crear interpretaciones personales <strong>del</strong> peligro,<br />
la caza, los salvajes.<br />
También ellos están fuera de época porque lo necesario para<br />
el cine, la píntura y la vida toda, no es descomponer con snobismo<br />
insatisfecho esa realidad sino re-crearla, hacerla ver de nuevo en<br />
la simple e infinita variedad de su conjunto normal.<br />
Hay quien puede ver en ellos -caso de los exploradores científicos-<br />
verdaderos héroes, pero nosotros, aun a riesgo de injustos,<br />
reservamos esa categoría para un imprescindible grupo humano<br />
de la Amazonia, de ella como de todas las regiones ten'estres<br />
de habitabilidad tardía. Ellos son los pioneros, los primeros<br />
comerciantes e industriales que llegaron a lo inhóspito de<br />
la selva.<br />
(1) P. Fleming: Aventura brasileña. Editorial Juventud. Barcelona.<br />
-62-<br />
Carlyle en "El culto de los héroes" decía: "La historia de<br />
lo que el hombre ha realizado en este mundo es en el fondo la<br />
historia de los grandes hombres que trabajaron entre nosotros.<br />
Estos fueron realmente capitanes, grandes capitanes, los que mo<strong>del</strong>aron<br />
la vida general, ejemplos vivos y, en sentido más amplio,<br />
creadores de todo cuanto la masa de los hombres ha procurado<br />
hacer o alcanzar".<br />
Carlyle limitaba sus categorías al héroe - dios, profeta, poeta,<br />
sacerdote, escritor, rey. Nuestro nuevo héroe debe ser ubicado en<br />
el caso de la Amazonia a fines de siglo y su auge no va más allá<br />
de la cuarta década <strong>del</strong> que corre; hoy, por inadaptación propia,<br />
incomprensión de cambio de época, se ha transformado en ·explotador,<br />
usurero y capitalista inescrupuloso.<br />
Tuvo el pionero económico algo de héroe profeta, porque fomentó<br />
empresas y las llevó a<strong>del</strong>ante o se hundió con ellas, pero<br />
ellas quedaron. Porque supo trasmitir un ideal de vida y riqueza,<br />
falso o no, en que ellos mismos confiaban, y arrastraron miles<br />
de personas en su esfuerzo, llegando a liquidarlas, pero los hijos<br />
y nietos quedaron.<br />
y cuando quisieron transformarse en "reyes", eso que todavía<br />
quieren ser ahora, apoltronados en las ciudades, en un matemático<br />
calcular ubano de ganancia fácil, entonces se eclipsan para<br />
siempre y están demás. Es la misma situación para el héroe - pionero<br />
que para los de Carlyle: la base de sustentación es la misma<br />
comunidad, incapacitada de pasar a ser realizadora, que descansa<br />
en ellos. Su debilitamiento y desaparición casi completa, consecuencia<br />
de la evolución societaria actual, a un paso de transformarse<br />
ella misma, toda, en dirigente.<br />
Uno de esos héroes es dueño, allá en lVIanaos, hoy, de la refinería<br />
de petróleo local, de las fábricas de castaña, de goma y<br />
de yute.<br />
Otro fue, por coincidencia, quien representa a <strong>Uruguay</strong> en<br />
la función consular en la lejana lVIanaos: don Juan Arduino, pionero<br />
de la industrialización <strong>del</strong> cocodrilo hace ya veinte años, que<br />
marcó un jalón brillante en la historia amazónica, y fomentó empresas,<br />
arriesgándose y cayendo con ellas muchas veces. Vayan<br />
los párrafos presentes no como comprometido agradecimiento a<br />
todo lo bueno que allá supo brindarnos, sino como reconocida admiración<br />
a su voluntad indomable, a su juvenil proyectar, a su<br />
adaptación a la época.<br />
Dijimos en nuestro diario de viaje: " ... entonces Arduino relata<br />
para nosotros todos los planes que alrededor de esa granja<br />
y de toda la zona próxima al Negro (ver foto 1) -una gran plataforma<br />
con vista encantadora- tiene ya orientados para los<br />
próximos años.<br />
"Lo principal: construir un gran hotel que justifique su ubicación,<br />
su vinculación con las grandes empresas de aviación, su<br />
futuro mismo con el auge petrolífero de la Amazonia. Un hotel<br />
-63-
que cuente con abastecimiento propio de carne, huevos, verduras,<br />
en esa misma granja; que posea un servicio de lanchas y helicópteros<br />
para conocer por y sobre la selva; con piscina y campos de<br />
juego; y bungalows para familias; que esté vinculado con unas<br />
buenas hectáreas de selva con sendas orientadoras, con animales<br />
para caza, en que los turistas comprendan por sí solos que hay diferencia<br />
entre pasear por el mundo y pasear por la Amazonia. En<br />
fin, para que se haga algo diferente y único en esta Amazonia<br />
para turistas que los turistas ni remotamente han conocido todavía.<br />
"Otra vez surgía ante nosotros el Arduino visionario, el mismo<br />
don Juan al que uno se honraba en conocer."<br />
Pero queda por decir algo de los otros héroes, los inadaptados.<br />
A eso vamos.<br />
BORRACHA Y CASTANHAS.<br />
Son las condecoraciones pasivas que penden en los uniformes<br />
civiles de los héroes de antaño, hoy comerciantes: el uniforme<br />
de su economía.<br />
Condecoraciones logradas en base a salarios mínimos, reventas<br />
forzadas, pésimas condiciones laborales, de varias generaciones<br />
de caboclos que trajeron su histórica esperanza de la riqueza<br />
fácil, breve etapa de un humano trashumar cauchero. Todavía<br />
están sus nietos.<br />
Todavía en cada puerto fluvial, todo a lo largo <strong>del</strong> 1VIadeira,<br />
pudimos cruzar entre centenares de balones parduzcos, calados<br />
cual sandías, de la bolacha desfumada (2) que se aproxima al río<br />
en busca de su venta y futura industrialización -fuera de Amazonia-.<br />
Todavía le queda a uno, arrumbado en cajón de escritorio,<br />
un trozo de aquellos corchos gomosos con su penetrante olor<br />
a arenque ahumado, y basta ejercitar la sensación olfativa para<br />
traer de prisa el recuerdo de aquellos pardos musculosos, seringueiros<br />
y changadores perpetuos, meros engranajes en la cadena<br />
sinfin de la economía destructiva. Destructiva de la naturaleza<br />
y de ellos mismos.<br />
Extractiva, según las estadísticas económicas de 1950, para<br />
un 37 «( de la población de Amazonia y un 46 % de la de Guaporé<br />
(hoy Rondonia). Casi la mitad de la población consumiéndose<br />
a sí misma en sering'a y castaña.<br />
Esta es la segunda tipicidad económica zonal. Los famosos<br />
cocos castanheiros con su media docena de frutos compactos se<br />
transforman en miles y miles de cajones de castaña recolectada<br />
pacientemente a mano, volcada una a una de canastones trenzados<br />
a las bodegas pacientes, de trópico, quebradas una a una<br />
( 2) Ver al respecto la acertada descripción de Ciro Bayo en sus "Viajes<br />
por lá América desconocida". Editorial Caro Raggio. Madrid,<br />
1927.<br />
-64-<br />
8 - Uno de los argumentos de Gourou: el motor Diesel fuera de borda<br />
impulsando a esa rústica lancha en cruce <strong>del</strong> Mamaré, impacto de<br />
la civilización material que la Amazonia incorpora sin defenderse.<br />
9 - El recordado navío Lobo D'Almada. Uno de los cuatro paquebotes<br />
holandeses, principales ejecutores de la movilidad interna en la<br />
Amazonia brasileña.
T ......hos r!artJ>ac/"...<br />
TI'I'l:.Q$ ft)...eoz
pero lo vimos nosotros como el más inmediato binomio económico<br />
de la futura grandeza de la cuenca amazónica.<br />
. Brasil busca su destino por sí como nación, y por interpósito<br />
gobIerno en cada una de sus Ullidades regionales.<br />
. El destino bras~leño mira hoy la Amawnia como su más promIsor<br />
futuro petrolIfero: el de la capitalización sin interferencia<br />
extranjera, el <strong>del</strong> ahorro de divisas. Ella -la Amazonia- se<br />
mira a sí misma como poseedora de su Petróleo, que posibilitará<br />
sus carreteras, su colonización planificada.<br />
En ambos casos suena orgulloso y firme un "o petróleo nosso"<br />
que surgió ante nosotros en Rondonia en la ruta <strong>del</strong> lVIadeira en<br />
la p:-o?ia lVIa~aos. El mismo ideal de p~sesión propia, ejemplo ~ara<br />
AmerIca Latma, que tomara formas un 3 de octubre de 1953<br />
cua;ndo la explotación,. refinación y transporte <strong>del</strong> petróleo y sus<br />
derIvados se monopolIzara por el estado brasileño en manos de<br />
PETROBRÁS.<br />
Orgulloso, por extensión <strong>del</strong> propio nacionalismo brasileño<br />
que vive esperanzado <strong>del</strong> cateo de ocho equipos geofísicos que<br />
centran sus esfuerzos alrededor de los dos pozos pioneros de Nova<br />
Olinda, hacia la desembocadura <strong>del</strong> lVIadeira.<br />
Firme, por necesidad, cuando las pirañas rondan las cercanías,<br />
negando empréstitos, dificultando los trabajos nacionales con<br />
obturación de tuberías (técnicos extranjeros mediante) difamando<br />
el intervencionismo estatal en tanto se defienden las refinerías<br />
particulares (ejemplo en lVIanaos, la propiedad particular <strong>del</strong><br />
"héroe" ya citado que industrializa lo venido desde Iquitos y especula<br />
sobre su refinación masiva futura en caso de que Nova<br />
Olinda brote).<br />
El que Brasil no ceje en sus esfuerzos no depende de extensión<br />
territorial ni riquezas, es puro espíritu, y en eso justamente<br />
el fervor nacionalista va a ser más útil que nunca. Su voluntad<br />
debe prolongarse hasta la etapa tercera. Ya han transcurrido la<br />
d: preparación y la de ejecución; de la estabilidad -pobreza, segun<br />
muchos- actual (61 millones de dólares de divisas economizadas<br />
en 1956), sólo habrá un paso a la transformación de Brasil<br />
en regulador de la economía petrolífera latinoamericana. Esta<br />
también ha transcurrido en dos actos de una tragicomedia: la de<br />
enajenación incondicional (Venezuela), la de enajenación condicionada<br />
(Bolivia). Brasil y Argentina son el escenario de la tercera<br />
representación; debe confiarse en que el teatro no sea de<br />
títeres, como hasta ahora.<br />
Y en tanto la Amazonia espera, pero se prepara, a<strong>del</strong>anta<br />
pasos, y de ellos uno fUe vivido muy de cerca por nosotros: la<br />
planificación de carreteras.<br />
Del gran proyecto vial que unirá cuatro ciudades <strong>del</strong> area suroccidental<br />
(ver lVIapa 1), lo puesto en práctica alcanza sólo a 40<br />
kms. de los 260 que unirán lVIanaos con Itacoatiara, sobre el Ama-<br />
-66-<br />
zonas, un camino que no busca la recta sino que se interna al<br />
Norte, más y más en plena selva.<br />
El plan básico es ese: explorar y colonizar. Explorar primero,<br />
porque allí nomás, a 30 kms. de la ciudad la selva es virgen y<br />
casi impenetrable, y ello justifica los dos años que llevó de trabajos<br />
el logro de esos 40 kms. Las dificultades comienzan con el<br />
desbravado de casi 30 metros de ancho, todo a lo largo de la dirección;<br />
un desmonte a machete,· hacha y fuego, sin máquinas,<br />
que recién aparecen en el apisonado y. alisado previos al uso de<br />
la terra rossa a amarella de base. Porque a medida que uno se<br />
interna éste es el color de.la tierra amazónica, un. ocre cIara que<br />
resalta bonito junto al verde limítrofe.<br />
Y la zona no es llana: hay ondulaciones que quedan justo en<br />
el medio de la ruta y que deben abrirse por su centro, y pueden<br />
seguir a ello hendiduras que carcomen el camino, y deben cubrirse<br />
con lo quitado antes. Así quedan verdaderos valles entre laderas<br />
altas de tierra afirmada y lagos rellenos de esa misma tierra.<br />
Y en todos lados, a pocos metros, la selva que crece y recrece<br />
ante el desgarrón, y quiere vengarse, y se encima nuevamente<br />
con sus pequeños brotas y ha de ser otra vez frenada en su procrear<br />
de el metros el primer año.<br />
Llegamos al fin mismo de los 40 kms. cuando el camino se<br />
postergaba, solitario y expectante ante el muro vegetal. Allí tuvimos<br />
nosotros, kilómetros más adentro, nuestro contacto simbólico<br />
con la selva no hollada. Esa emotiva inmersión de cabeza,<br />
torso y pantorrillas en arbustos y lianas, mariposas y telarañas,<br />
y toda la selva en sí que busca, silenciosa, un sol allá arriba,veinticinco<br />
metros sobre nuestras cabezas, o lo recoge en tenues rayos<br />
polvorientos, los mismos rayos de cuentos de hadas, desde el propio<br />
suelo. Al salir sólo resta el pensamiento de cuánto va a tener<br />
que machacar Brasil para hacer realidad su futuro.<br />
Y es entonces que uno anhela que el petróleo amazónico se haga<br />
realidad de una buena vez, para fomentar rutas y pueblos, y agricultores<br />
sedentarios herederos de su selva.<br />
lVIANAOS, EJE DEL DEVENIR AlVIAZONENSE.<br />
Hay ciudades predestinadas por la geografía y por la historia.<br />
lVIanaos es una de ellas. Hubo más que estrategia geográfica<br />
cuando fue transformada en villa, allá por junio de 1833, desplazando<br />
el nuevo nombre al tradicional de la aldea: Barra do Río<br />
Negro, antiguo fuerte que existía ya desde 1669.<br />
Hubo más porque desde la independencia, la zona <strong>del</strong> Alto<br />
Amazonas aspiraba a la categoría de Provincia. Avance militar<br />
desde Pará v defensa en barricada de los pobladores de Río Negro<br />
matizar~n aquella época, quizás la de más auténtico sabor<br />
amazonense.<br />
-67-
y lo de Pro"incia llegó en 1852. Pero desde ahí, quizás hasta<br />
la época <strong>del</strong> gran auge lo que entró en discusión fue elnómbre<br />
MANAUS, de una guerrera tribu indígenas ya extinguida "con<br />
que nombraron un aglomerado de cabañas y habitaciones sin orden<br />
y sin arte", y, para colmo de males -acá el reproche- con<br />
su dicción cercana a la soñada Manoa y El Dorado. (4)<br />
Mas lo que fue entonces mesura hubo de transformarse en<br />
paradoja: Manaos sustituyó a Manoa en el ideal de riqueza fácil,<br />
de vida opulenta, de urbe moderna y populosa, de centro receptor<br />
de arte y cultura mundiales.<br />
Se orillaba el 900 y el auge cauchero que convertía a Brasil<br />
en el casi exclusivo productor mundial llevó la cifra a las 37.000<br />
toneladas -nunca más alcanzada- y la población a más de 100.000<br />
habitantes. No es accidental la aparición como gobernador de don<br />
Eduardo Ribeiro, un estadista con mentalidad planificadora.<br />
Jobim resume su obra así: "Aterraram-se igarapés murmurosos,<br />
drenaram-se pantanos, aplainaram-se baixadas, lan(faram-se<br />
pontes sobre os sulcos dos riachos, levantaram-se monumentos como<br />
o Teatro Amazonas e o Palácio da Justica. Dotaram-se as ruas<br />
de trilhos de carros eléctricos. Os transatlá'nticos chegavam pejados<br />
de mercadorias dos portos de Europa e da América do<br />
Norte". (5)<br />
Lo que Ribeiro hizo lo vimos nosotros, meros turistas, tal<br />
cual, sesenta años después. Y hay admiración y pesadumbre hoy<br />
al redescubrir el pasado brillante.<br />
"Manaus sentiu o fremito da riqueza, que se exibia nos cafés,<br />
nos botequins, nos bailes, nos teatros, nas igrejas, nos carruagens,<br />
na indumentária, nas joias, no Carnaval esplendoroso, em que as<br />
fantasias vinham importadas diretamente de Paris." (6)<br />
Hoy sólo se espera. Hay vida sí en Manaos, pero es la vida<br />
de una ciudad fantasma; de los mismos puentes, las mismas plazas,<br />
el mismo Teatro, los mismos elogios que se prolongan como<br />
actuales de década en década, que la mente popular no relativiza<br />
a la época y al restante Brasil de avasallante impulso.<br />
y entonces la ilusión hurga tras nuevos milagros. Durante<br />
nuestra estada alcanzaban diez frases para que "nosso petroleo",<br />
el ya referido petróleo de Nova Olinda, brotase de los sedimentos<br />
espirituales de aquel mar de idílico pasado, mucho antes que desde<br />
las mismas perforaciones.<br />
Pero pese a ello, Manaos - ciudad no abandona su telón de<br />
río, su puerto flotante, sus igarapés preñados de pueblo, su apa-<br />
( 4) De Anisio Jobim: Aspectos Sócio - Geográficos do Amazonas. S.<br />
Cardozo y Cía. Editores. Manaus, 1950. Pág. 121.<br />
(5) y (6) Obra citada. Pág. 172.<br />
- 68-<br />
10 _ El Teatro Amazonas sigue mostrándose a cada visitante como una<br />
maravilla que es y no como 1::l gloria que refleja de la década<br />
brillante. pdmera <strong>del</strong> 900.
.; ":'.. ::/:;:-::::.;..:..... :: ..: .. :.;.....<br />
11 - El puerto flotante de Manaos. En primer plano, hacia la izq., los<br />
caminos enmaderados paralelos -puente de unión-; hacia la der.,<br />
sin verse. tierra firme. Al fondo. en cruz con el carril central:<br />
muelle pÍíncipal de atraque. A la der. al fondo. segundo muelle<br />
flotant.'). más pequeño. exc1usivamE::1te para carga. (Foto La Favorita.<br />
Manaos).<br />
cible tristeza de crepúsculo tropical. Una tristeza que la infinita<br />
intuición de Euclides da Cunha marcara ya por 1905 cuando veía<br />
en su nombre "una onomatopeya complicada y siniestra, hecha<br />
<strong>del</strong> sonido melancólico y de la tristeza invencible <strong>del</strong> salvaje".<br />
Sí, hay tristeza en una fluvialidad como forma de vida que<br />
ya mencionáramos. Su puerto es el tácito reconocimiento de que<br />
a la naturaleza le resbalan las épocas de gloria humana. Se atraca<br />
contra un muelle aparentemente fijo, con sus buenos tres centenares<br />
de metros de extensión, en escuadra, con barracones apreciables,<br />
y ancho de media cuadra. Lo recubre una gruesa capa de<br />
portland, pero si uno asoma al borde lo ve proyectarse sobre enormes<br />
toneles, cinco veces los de nafta, con la misma negrura <strong>del</strong> río.<br />
y a su vez, de tal muelle a tierra firme -a 150 ó 200 metros<br />
de allí- corren dos caminos enmaderados, paralelos, y un carril<br />
central para zorras de carga, también colocado sobre flotadores.<br />
De ahí que aunque las aguas suban metros y metros, esa gran<br />
escala flotante acompañe: por un lado -el externo- al muelle<br />
de embarque y a la línea de amarre de los navíos, y por el otro<br />
-el interno- al frente de los depósitos costeros. Menos agua trae<br />
el río, más inclinado ese puente de unión; más agua trae (piénsese<br />
en desniveles de hasta 18 metros), más horizontal la unión<br />
entre tierra firme y el muelle.<br />
Crecientes y sequías han de sucederse y no 5ólo el puerto oscilará<br />
con la naturaleza; también cada casa flotante de cada igarapé<br />
de los barrios populares de Sáo Haimundo, dos Educandos,<br />
<strong>del</strong> barrio <strong>del</strong> Mercado. Eso, barrios y barrios enteros que son ya<br />
más que palafitos, porque desde almacén y tienda hasta luz eléctrica,<br />
todo va entre endebles escalas de madera que comunican<br />
casa con casa, rancho con rancho, sobre el agua, ya maloliente,<br />
ya tumultuosa.<br />
Cantegriles fluviales, interminable presentación ciudadana de<br />
los rurales no incorporados, veteranos o <strong>nov</strong>icios en el contacto<br />
con la ansiada Manaos, que los recibe y aloja sin exigencias ni<br />
aportes, sin impuestos ni trabajos, en el mismo río que los trajo<br />
hacia ella.<br />
Manaos fue sede de los héroes amazonenses <strong>del</strong> pasado, fue<br />
y será siempre sede de los turistas que husmeen la selva desde<br />
su simbólica confluencia de tan dignos gigantes fluviales, y lo que<br />
es mejor, deberá ser centro de lo que el futuro incierto y la voluntad<br />
cierta de los brasileños depare a su "Tahuantisuyu"<br />
amazónico.<br />
DE LA AMAZONIA TRADICIONAL A LA LEGAL.<br />
Brasil, como institución se ha percatado ya, también, de que<br />
terminó para la cuenca amazónica el período de los héroes, de los<br />
exploradores curiosos y de los comerciantes saltimbanquis.<br />
Lo expresó claramente en 1953 cuando la recién constituída<br />
12 - Los barrios flotantes. lo más simpático y típico de Manaos, ciudad<br />
que parece paralizada en una etapa de su devenir hi~tórico.<br />
-69-
V~L1o:rizacílón Económica de la Ama<br />
"A Amazonia brasileira, para<br />
e execucáo do Plano definido<br />
compreendida pelos Estados do Pará<br />
territorios federais do Acre, Amapá, Guae<br />
Rio Branco, a ainda a parte do Estado<br />
~-_.. - a norte do paralelo de 16°, a do Estado de Goiás<br />
do paralelo de 13° e a do lVIaranháo a oeste do meridiano<br />
44°". (7) -<br />
En lo formal: 5 :030.000 kilómetros cuadrados y 3 :550.000 habitantes,<br />
apenas una densidad de 0,7 habitantes por kilómetro<br />
cuadrado.<br />
En lo material: incorporar a la vida activa nada menos que<br />
a las dos terceras partes de Brasil, no en base a la actividad aislada<br />
de desbravadores Y seringueiros, sino como un esfuerzo nacional<br />
para "a) asegurar la ocupación territorial de la Amazonia<br />
en un sentido brasileño; b) constituir en la Amazona una<br />
sociedad económicamente estable y progresista y que sea capaz<br />
de proveer, con sus propios recursos, a la ejecución. de sus tareas<br />
sociales; c) desarrollar la Amazonia en un sentldo paralelo y<br />
complementario al de la economía brasileña". (8).<br />
Hasta puede injertarse un manojo de saudades ante el ~ecuerdo<br />
de toda aquella vida tradicional que palpamos como turIStas;<br />
también el Amazonas, concubino de la aventura, ha legalizado<br />
su unión con el futuro.<br />
Pero es de confiar en la prolongación de su milagro. Prolon<br />
O"ado va en la misma Planificación en un margen de veinte años,<br />
hasta' entonces la Amazonia estará presentándose como ejemplo.<br />
Ejemplo aventurero para la actual juventud de vei~1te años, ejemplo<br />
geográfico para los docentes que la formen, eJ.emplo humano<br />
para los que sienten Latinoamérica como un co~tmente.nuestro,<br />
no ya para turistas ni héroes, nacionales o foraneos, smo para<br />
latinoamericanos.<br />
Hasta entonces decimos con Ferreira Reis: "el área a recuperar<br />
representa dos tercios de Brasil. Cons~ituye un desiert.o. Lo<br />
que estamos iniciando busca v:n.cer el desIert.o, creando vIda y<br />
asegurando al hombre las concl!cIOnes a que tIel:e ~er:c~,o como<br />
fuerza creadora y no como mero ornamento palsaJIstlco . (9).,<br />
Para entonces, con la nueva generación, que somos tam,b:en<br />
nosotros, la Amazonia podrá ser espejo de la realidad de Amenca<br />
Latina.<br />
(7 )<br />
(8)<br />
(9)<br />
De Arthur Ferreira Reis: Aspectos sociais da valorizac;ao de Amazonia.<br />
Instituto Joaquim Nabuco de Pesquisas Sociais. Recife. 1955.<br />
Pág.8.<br />
Idem. Idem. Pág. 18.<br />
Trabajo citado. Pág. 22.<br />
-70.-<br />
DE LA AMAZONIA EN -AMERICA LATINA.<br />
Gourou sindicó dos grupos de obstáculos principales por los<br />
que Amazonia no ha pasado todavía de promesa: los materiales<br />
y los psicológicos.<br />
Entre los primeros: el régimen de propietarios latifundiarios,<br />
inexistencia de recursos minerales, falta de energía hidroeléctrica,<br />
ausencia en la región de técnicos y capitales, real mediocridad<br />
éconómica de las florestas, mala organización <strong>del</strong> comercio y los<br />
sistemas de crédito, distancias excesivamente grandes.<br />
Entre los psicológicos, en especial, la ilusión de riquezas ilimitadas,<br />
que Gourou ve como "el medio más seguro de mantener<br />
la Amazonia mal aprovechada y los amazonenses pobres". (10)<br />
Ese complejo de la riqueza y el temor se ha fomentado desde<br />
largo tiempo atrás: en parte por el propio desconocimiento económico<br />
- social de la zona, en parte por organizada y eficiente<br />
mala fe.<br />
En lo económico, sosteniéndose sistemáticamente, por ejemplo,<br />
que la inundabilidad <strong>del</strong> valle interior fomenta el rápido empobrecimiento<br />
de las tierras y liquida sus posibilidades agrícolas.<br />
C. F. lVIarbut y C. B. lVIanifold, citados por Osborn, demostraron<br />
ya en 1952 que apenas el 3 ó 4 5; de ese interior se halla sujeto<br />
a inundaciones anuales. Y que de tales tierras inundadas restan<br />
26.000 kms." de tierras disponibles. (11)<br />
En lo social: afirmándose, por ejemplo, la carencia absoluta<br />
de población: un verdadero desierto. Sobre el punto pensamos,<br />
en la línea de Charles Kellog (12) que la Amazonia es un caso<br />
típico de superpoblación rural, y, por tanto, condicionante directo<br />
de ineficacia agrícola. Y lo es si se piensa que 10.000 individuos<br />
tienen el 91 % de la superficie apropiada para agricultura; que<br />
de las propiedades situadas junto al río -ya totalmente enajenadas<br />
a particulares- 81 son latifundios <strong>del</strong> que son propietarios<br />
un 4 de la población total; y en fin, de que el 60 % de<br />
la población no tiene tierra alguna. (13)<br />
Si se valora la tierra disponible para ellos, no cabe ningún<br />
argumento para discutir la superpoblación.<br />
En cuanto a la mala fe: la Amazonia es una típica zona más<br />
de las que América Latina ofrece para las naciones superindustrializadas<br />
y capitalismos anexos, en cuanto suministradora perpetua<br />
de materia prima a bajo costo. Hasta tanto ella no deje de<br />
(10)<br />
(11)<br />
(12)<br />
(13)<br />
Trabajo citado. Pág. 64 y 66.<br />
F. Osborn. Los límites de la tierra. Fondo de Cultura Económica.<br />
México, 1956. Pág. 124.<br />
Charles Kellog. Alimento, suelo y población. Series de la UNES<br />
CO. Edit. Sudamericana. Buenos Aires, 1951. Pág. 65.<br />
Idem. Idem. Págs. 131 y<br />
sgts.<br />
- 71-
ser un mero esquema económico determinante' <strong>del</strong> valor renta:, y<br />
se transforme en cuadro orgánico o determinante <strong>del</strong> valor trabajo,<br />
los planes no irán a<strong>del</strong>ante.<br />
Vista desde la dimensión mundial Amazonia, con bastante<br />
más <strong>del</strong> 50?; de los 585 millones de hectáreas de suelos tropicales<br />
aprovechables para las generaciones venideras, es una promesa<br />
de abundancia.<br />
"Pero -dice Kellog- el problema no será resuelto con sentimientos.<br />
Ni con gritos. Cada uno de nosotros debe buscar una<br />
visión serena y objetiva <strong>del</strong> problema. Cada uno de nosotros debe<br />
contribuir con sus propias ideas y su propio trabajo. Nadie puede<br />
ver todo el problema con claridad. No es bastante ni siquiera la<br />
tolerancia respecto a las opiniones de los demás. Debemos elevarnos<br />
por encima ele la tolerancia hasta esa otra virtud más alta<br />
que es la estimación." (14)<br />
Yeso le hace falta y pronto a América Latina: la propia<br />
estimación.<br />
La experimentación agraria o mineral como mera creación de<br />
reservas, no atiende la propia estimación de América Latina. Su<br />
población, que va camino de ser la de crecimiento más vertiginoso<br />
<strong>del</strong> planeta, exige ser reserva de sí misma.<br />
Los planes de valorización, los cateos, la industrializaci6n eí¡<br />
sí, deben ser ensayados con proyección latinoamericana.<br />
Ojalá que este trabajo ayude a recordar tal cosa a los engañados<br />
de fuera y de dentro, encargados de preparar la generación<br />
latinoamericana autónoma.<br />
Ojalá también que este trabajo contribuya a la comprenSlOn<br />
simpática de aquel sencíllo candor tropical que la Amazonia nos<br />
hizo vivir.<br />
_ .... ,.... L::'\o\1 r~ il1ler'"t'\eX.1 0."1 etl ..<br />
.....113 1¡"\'l.lt~':'I1~~rJ.:'¡ dQ.E~td~~1<br />
1 T.¡ar .... ¡!-orio~")<br />
.'d.+~+ Li~irot (j~('"íClndL dE.1a<br />
(\"'''N~; •. l~1 k (,·1-1153<br />
e.S
YACIMIENTOS PALEOLíTICOS<br />
EN BOLIVIA<br />
Dick !barra Grasso<br />
Director <strong>del</strong> Museo Arqueológico<br />
Uuiversidad Mayor de San Simón,<br />
Cochabamba, Bolivia.<br />
ANTECEDENTES.<br />
La existencia de restos paleolíticos (artefactos de piedra propios<br />
<strong>del</strong> hombre primitivo) es de comprobación muy reciente.<br />
Hasta hace poco tiempo se creía que el primer hombre que pisó<br />
el suelo de nuestro continente, proveniente de tierras siberianas<br />
por el estrecho de Behring, era ya correspondiente al periodo más<br />
reciente llamado Neolítico. Aún hoy muchos autores repugnan de<br />
usar el término Paleolítico, y usan entonces su equivalente de<br />
"pre - cerámico".<br />
Los hallazgos de material, y yacimiento con frecuencia, paleolítico<br />
o pre - cerámicos realizados hasta el momento en el suelo<br />
americano lo han sido en forma principal en los Estados Unidos,<br />
donde han aparecido las culturas de la Cueva de Sandia, Folsom<br />
y Yuma, además de otras menores. Luego en México, como el famoso<br />
hombre de Tepexpan. En América <strong>del</strong> .sur los hallazgos han<br />
sido más escasos, correspondiendo en el Brasil el llamado Hombre<br />
de Lagoa Santa y otros en la Argentina, pdncipalmente en la<br />
Patagonia.<br />
La antigüedad es variable. Para las puntas de la Cueva de<br />
Sandia el Carbono 14 ha dado "más de 26.000 años"; para las<br />
puntas Folsom cerca de diez mil años, y poco menos para las<br />
puntas Yuma. Al Hombre de Tepexpán también se le calculan unos<br />
diez mil años. Los hallazgos suramericanos son más discutidos,<br />
pero algunos hallazgos de la Patagonia se ubican en cerca de diez<br />
mil "años, incluso comprobados por medio <strong>del</strong> Carbono 14.<br />
En la Argentina central y <strong>del</strong> Noroeste se encuentran también<br />
unas puntas de tipo paleolítico, descubiertas hace poco por<br />
el Dr. Rex González (semejantes a las "hojas de sauce" <strong>del</strong> Solutrense<br />
de Francia), y a las cuales se les ha calculado unos cinco<br />
a seis mil años de antigüedad. Ellas son importantes en lo que<br />
vamos a tratar.<br />
-75-
Hasta fines de 1953 no se tenía ninguna noticia de hallazgos<br />
arqueológicos realizados en Bolivia que pudiesen corresponder a<br />
la época paleolítica, no obstante de que la presencia de objetos<br />
correspondientes a ese período en la Argentina, demostraba de<br />
antemano que tenía que haberlos, ya que para llegar aquí los<br />
pueblos que los hicieron forzosamente habrían tenido que pasar<br />
.por el territorio boliviano.<br />
A mediados de 1953 se publicó, en la revista Runa, Archivo<br />
para las ciencias <strong>del</strong> Hombre, de Buenos Aires, un artículo <strong>del</strong><br />
Dr. Rex González sobre las puntas <strong>del</strong> centro de la Argentina, a<br />
las cuales llamaba de "Ayampitín", y en el cual trataba que las<br />
mismas se habían extendido por todo el Noroeste argentino, o<br />
sea que habían sido encontradas en regiones inmediatas a la frontera<br />
con Bolivia. Con esa noticia decidimos buscarlas en Bolivia.<br />
Nuestra búsqueda no se dirigió, al principio, al mismo terreno,<br />
sino que las buscamos en los museos y colecciones arqueológicas<br />
particulares, donde no tardaron en aparecer, exactamente<br />
iguales a las de la Argentina. Las mismas no habían llamado la<br />
atención hasta el momento y no se las consideraba muy antiguas.<br />
EL HALLAZGO DE YISCACHANI<br />
Por los datos de procedencia de algunas de estas puntas,<br />
existentes en el museo particular <strong>del</strong> Coronel F. Diez de lVIedina,<br />
en La Paz, nos dirigimos a la localidad de Viscachani, sita a mitad<br />
de camino entre las ciudades de La Paz y Oruro, provincia<br />
de Sica - Sica, y a poca distancia <strong>del</strong> ferrocarril. Allá encontramos<br />
un yacimiento verdaderamente extraordinario, sin duda uno de<br />
los mayores de América por el número de las piezas halladas. Se<br />
encuentra sobre lo que ha sido la orilla de un antiguo lago glacial,<br />
hoy completamente desecado.<br />
Hallamos, en tres excursiones que hicimos allí, nueve mil<br />
puntas de piedra, comprendiendo puntas de dardo de varias clases,<br />
muelas de metates, raspadores, etc. Los hallazgos han sido<br />
completamente superficiales y realizados sobre una extensión de<br />
unas diez hectáreas. El terreno se halla arado y esto y la erosión<br />
han destruido toda la estratigrafía, que debió existir originariamente.<br />
La arada <strong>del</strong> terreno debió comenzar en época antigua, ya<br />
que se encontraron algunos fragmentos de cerámica incaica sy algunas<br />
hoj as de las azadas de piedra utilizadas en un antiguo cultivo.<br />
La variedad de las puntas halladas es extraordinaria, y corresponden<br />
a varios tipos muy distintos.<br />
LA PRIlVIERA CULTURA DE YISCACHANI.<br />
No menos de cuatro tipos distintos de puntas de piedra, que<br />
corresponden al menos a dos grandes períodos culturales distintos,<br />
-76-<br />
1 - Hachitas de mano de VL;c:lcllani. que posiblemente .rel'l'C3entan la<br />
cultura <strong>del</strong> hombre americar:o de hace 50.000 años.<br />
2 -- Puntas de jabalina en forma de "hojas de sauce". halladas en Visc2.chani<br />
y exactamente iguales a las encontradas en Ayampitin.<br />
Córdoba.
han aparecido entre las nueve mil puntas de Viscachani.<br />
El tipo más interesante es extraño hallarlo en América <strong>del</strong><br />
Sur. Se trata de unas pocas de ellas, en su mayoría rotas, que en<br />
forma corresponden exactamente a las puntas Sandía de Nuevo<br />
México, con la base escotada hacia un lado. No obstante ser pocas,<br />
en su técnica de estar hechas corresponden a otro tipo de puntas,<br />
muy toscas y lanceoladas, que viene a ser cerca de la mitad de<br />
las puntas halladas en Viscachani. Junto también se hallaban una<br />
serie de hachas de mano, grandes y pequeñas. Por la factura técnica<br />
de construcción de estas piezas, todas ellas forman en conjunto<br />
la cultura más antigua <strong>del</strong> yacimiento, y la hemos denominado<br />
Viscachanense.<br />
Las puntas de tipo Ayampitín son casi tan abundantes como<br />
las <strong>del</strong> Viscachanense, y entre ellas se presentan los mismos variados<br />
tipos que aparecen en la Argentina. Los otros dos, o acaso<br />
más, tipos que hemos citado parecen corresponder a formas más<br />
recientes. Incluso hay algunas puntas de flecha muy pequeñas, ya<br />
propias de pueblos agricultores.<br />
EL ORIGEN DEL VISCACHANENSE.<br />
3 - Puntas líticas semejantes a las llamadas ountas de Sandía, de Nuevo<br />
México. halladas en Viscachani.<br />
Ya dijimos que no hay estratigrafía, y consecuentemente no<br />
se puede tratar la antigüedad de estas piezas sino por comparaciones.<br />
La antigüedad <strong>del</strong> Ayampitinense parece que puede darse sin<br />
mayores dificultades, mediante la directa comparación con las piezas<br />
argentinas. No así la <strong>del</strong> Viscachanense.<br />
Hay dos puntas aisladas entre las que hemos encontrado, desgraciadamente<br />
rotas, quedando sólo la mitad inferior. En un costado<br />
presentan un canal que corresponde exactamente al mismo<br />
detalle de las puntas Folsom.<br />
Con esto, y con la semejanza dicha con las puntas Sandía,<br />
parece presentarse una relación bastante directa con los hallazgos<br />
hechos en los Estados Unidos. El hecho se confirma más por<br />
ser dos los tipos de puntas que tienen sus símilares allá.<br />
La cultura de la Cueva de Sandía tiene más de 26.000 años de<br />
antigüedad y es anterior, por tanto, al último avance <strong>del</strong> Glacial,<br />
el cual acaso puede haber sido el motor que puso en movimiento<br />
a esos antiguos cazadores para que emigrasen hacia el Sur, llegando<br />
así a Bolivia.<br />
Pero aún hay más. Junto a las puntas Sandía no han aparecido<br />
hachas de mano, las cuales deben ser más antiguas, y correspondientes<br />
a un verdadero Paleolítico inferior americano, cuya primera<br />
entrada al continente puede remontarse a los comienzos <strong>del</strong><br />
último Glacial, o sea más de 50.000 años. Su presencia en Bolivia,<br />
en todo caso, tiene que ser posterior a esa fecha, y la consideramos<br />
de alrededor de 20.000 años.<br />
-77-
material paleolítico se han precipitado deshallazgo<br />
de Viscachani. En la localidad de Qui~a-~uila,<br />
deoa:rta,m 1<br />
en1co de Chuquisaca, hemos hallado otro gran yacImIento,<br />
en se encuentran principalmente esquirlas o sea fra~mentos<br />
dejados por la construcción de las puntas; las punta~ mIs:nas<br />
se parecen algo a las de Ayampitín pero son un poco mas chIc~s<br />
y hechas en obsidiana negra. En 1VIaragua, a. c~atro leguas hacIa<br />
el Norte de Quila-quila, hay un enorme yacImIento de este material.<br />
En 1VIojocoya, también en el departamento de Chuquisaca,.:u·<br />
contramos una cueva con manos pintadas, como las <strong>del</strong> Aurmaciense<br />
europeo y que también existen iguales en la Patagonia, donde<br />
se les calcula una antigüedad de unos diez mil años.<br />
Existen además, en varios museos y colecciones, otras puntas,<br />
sobre todo de tipo Ayampitín y algunas <strong>del</strong> Viscachanen~e,<br />
provenientes de varias localidades <strong>del</strong> país, que demuestran la eXIStencia<br />
de otros yacimientos importantes. .<br />
Creemos que estos descubrimientos inic~an solam~n~e un~ Importante<br />
etapa <strong>del</strong> estudio <strong>del</strong> pasado amerIcano. BolIVIa, e :ndudablemente<br />
Perú, Ecuador, etc., deben presentarnos otra serIe de<br />
vacimientos semejantes, alguno o algunos de los cuales han .de<br />
~onservar su estratigrafía, que ha de servir para aclarar meJor<br />
la antigüedad de estas culturas.<br />
~~<br />
---e-----.:.-L~"':<br />
(") Dirección postal <strong>del</strong> autor: Museo Arqueológico. Universidad Mayor<br />
de San Simón. Cochabamba.<br />
-78--<br />
DOS ETAPAS DE LA BIBLIOGRAFIA<br />
CIENTIFICA DE LA<br />
BANDA<br />
ORIENTAL<br />
- 79-<br />
Arbelio Ramírez<br />
Del Archivo General de la Nació!!<br />
La posibilidad de determinar la orientación <strong>del</strong> pensamiento<br />
científico de un núcleo social a través de las obras que estuvieroh<br />
a su alcance, es realmente imposible, si no está determinado el he·<br />
cho de que esas obras fueron leídas y de que sus proposiciones<br />
fueron acatadas como regla. Nosotros, aparte de algunos casos concretos<br />
no podemos afirmar que todas las obras que citamos como<br />
existentes en nuestro medio, fueron leídas por sus poseedores o<br />
por aquellos que las pudieron tener a su alcance.<br />
Sin embargo, podemos arriesgarnos, con un margen muy pequeño<br />
de posibilidades en contra, a inferir que la escasez de libros,<br />
según los pocos relatorios que nos han quedado, hizo que su difusión<br />
entre el público lector fuese muy amplia.<br />
Ello determina la necesidad de considerar en forma breve la<br />
actividad <strong>del</strong> propietario y la función de la institución que las<br />
poseía.<br />
Si volcamos nuestra atención sobre un hecho que conmovió<br />
el ambiente <strong>del</strong> 1VIontevideo colonial y que repercutió sensiblemente<br />
en su vida cultural, nos podemos hacer una idea de cómo estaba<br />
representado el pensamiento científico y filosófico de 1763. Nos<br />
referimos al extrañamiento de los jesuitas y a la confiscación de<br />
sus bienes. Como resultado de ello nos ha quedado una extensa lista<br />
de obras cuyo examen en detalle no aportaría, para este tema,<br />
nada de interés, pero que tomado en general nos marca una etapa<br />
primaria interesante, para apreciar la evolución de las cuatro próximas<br />
décadas.<br />
La biblioteca de los jesuitas ha sido subestimada hasta elmo:"<br />
mento y su análisis valorativo, ha mostrado el aspecto primario de<br />
su cantidad y como expresión.general de cultura de la Orden mencionada.<br />
Pero entendemos qué es necesaria una. revisión' a. fondo<br />
para estimarla en su justa medida, pues ella es una clara expre.:<br />
sión de la tendencia <strong>del</strong> pensamiento jesuítico que se filtró poderosamente<br />
en las ideas de la época colonial.<br />
,La entidad de las obras que encontramos en ella, no despierta<br />
la idea de una evolución en el pensamiento filosófico que .tiene
esta orden religiosa. El Rio de la<br />
estos años, está salvaguardado <strong>del</strong> emla<br />
<strong>del</strong> Caribe y en menor grado la <strong>del</strong> Patodo<br />
un movimiento re<strong>nov</strong>ador en lo filosófico y religioso<br />
que el viejo mundo trataba de desarrollar.<br />
No encontramos por ejemplo la corriente herética que golpea<br />
desde los primeros días de la conquista las puertas de la América,<br />
Central, introduciendo libros editados en lugares fuera de España,<br />
entre los que cabe señalarse las obras de Erasmo y Calvino o de<br />
sus adeptos entre los que figura el colonizador norteamericano William<br />
Penn, cuyas obras fueron incluídas en el Index por el<br />
año 1759.<br />
Ni tampoco las de Malebranche confiscadas en 1743, conjuntamente<br />
con las de Descartes y el Espíritu de las Leyes de Montesquieu.<br />
Es un mundo el nuestro, de acuerdo a esta biblioteca, ajeno<br />
a todas esas inquietudes; la filosofía escolástica se mantiene firme<br />
hasta pasada la séptima década <strong>del</strong> siglo y tal es así que después<br />
de expurgada de la tendencia jesuítica casi todo el fondo queda<br />
dispuesto para formar con ella una biblioteca pública a cargo <strong>del</strong><br />
Dr. José Manuel Pérez Castellano, lo que prueba cuán arraigada<br />
estaba en la mentalidad <strong>del</strong> clero la tendencia que esta biblioteca<br />
representa.<br />
La enseñanza impartida por los jesuitas se reducía a la de<br />
ll:!s primeras letras y sus rivales los franciscanos no avanzaron mucho<br />
más allá hasta que los primeros fueron expulsados. La realidad<br />
es que el Montevideo <strong>del</strong> siglo XVIII ofrecía muy pocas posibilidades<br />
para despertar vocaciones de orden científico. Mas no<br />
debemos negar rotundamente las posibilidades que había.<br />
La orden jesuítica establecida en el Río de la Plata, contaba<br />
entre sus componentes con científicos de gran valor, pero que concretaban<br />
su acción a la actividad individual. Así no es extraño que<br />
el Colegio de Montevideo guardara en sus anaqueles algunas obras<br />
de cierto interés. Nos referimos a las Matemáticas de Wolff que<br />
por esos años era perseguida por desconfiar <strong>del</strong> origen <strong>del</strong> autor;<br />
los 9 tomos de "El espectáculo de la naturaleza" <strong>del</strong> Abate Pluche,<br />
también condenada, o la Historia <strong>del</strong> Paraguay <strong>del</strong> Padre Lozailo,<br />
que contiene varios capítulos de la descripción de la naturaleza<br />
de estas regiones.<br />
Sin embargo, todo ello no tiene entidad suficiente para llegar<br />
a sugerir un interés más vasto <strong>del</strong> mundo en que vive el hombre<br />
de ·la colonia. Montevideo debe esperar el año 1787 para que sea<br />
una realidad la creación <strong>del</strong> cargo de "lector" de Filosofía que recae<br />
en Fray Mariano Chambo.<br />
Es interesante anotar este dato porque se relaciona estrechamente<br />
con la fecha <strong>del</strong> exilio involuntario <strong>del</strong> Canónigo Juan Bal"<br />
-:- 80- .<br />
tasar Maziel, hecho que sugiere a JUan Probst (1) b", f<br />
esta reflexión: ,su lOgIa o,<br />
(1 )<br />
(21<br />
(31<br />
(4)<br />
."Y. hasta es probable que haya podido -Maziel- contrIbUIr<br />
a un~. obra educativa, satisfaciendo sus afanes<br />
por la elevaclOn de la cultura de la juventud. Llama de<br />
todos modos la atención que justamente este año se abriera<br />
en el Convento Franciscano de San Bernardino una<br />
clase de Filosofía, con unos quince discípulos seculares."<br />
0"' Curso és~e que se~ún los planes de la época abarcaba la "Lóbl.C~,<br />
Ontolo~la, Teol?g.la Nat~lral, Pneumatología, Filosofía, Moral,<br />
FlslCa. Genelal, Mecamca Umversal, Estética, Hidrostática, Física<br />
~speclal, Elementos y Meteoros, Calidad de los Cuerpos Sen-<br />
SIbles" (2).<br />
•<br />
. . L~ in~erencia de Probst nos abre una brecha para pensar que<br />
SI" Mazlel mfluyó . en la creación <strong>del</strong> curso de "AI'tes", su onen " ta-<br />
~lOn no era aJena a la influencia de su biblioteca tan vasta y val:osa.<br />
Recorda:mos que a su muerte en 1788 en Montevideo queda<br />
Ion .algunos lIbros de su propiedad, entre ellos las "Cartas Provmclales"<br />
de Pascal que figuran aún en el Index' el "Discurs~ sobre<br />
las penas" de Beccaria, no menos perseo'uido; 'otro título "Cartas<br />
cabalística~", que no hemos podido ide~tificar, pero qU~ sabemos<br />
fue recogIdo por el Santo Oficio, y toda una colección de autOl:es<br />
conde~ados que poseía en resguardo como miembro de ese<br />
TrIb:m~l. CItaremos algunos autores para indicar la entidad de<br />
S~l bIblIoteca: Rousseau, lVlontesquieu, Marmontel, Voltaire Gron-<br />
CIO y Pufendorfi, etc. (3) ,<br />
~i este eclesiástico perseguido por el Virrey Loreto y defenso~'<br />
smc:~'o de ,la Igl:sia Católica, tuvo a su alcance obras cuya<br />
orIentaclOn serIa ObVIO repetir, debemos pensar que fueron leídas<br />
y co:mentadas por él. Es más, creemos que ellas resquebrajar01;<br />
e~l CIerta medida la sólida estructura de las ideas <strong>del</strong> clero'amerIcano.<br />
F~'ay Mari~no de ~a Cruz (4) dice bien, cuando comenta la influelJCl~<br />
<strong>del</strong> enclclopecllsmo en nuestras regiones, que los frailes de<br />
lVI?ntevld~o e~t~ban en mejores disposiciones para pulsar laR corrIentes<br />
clenhÍlcas y sociales más en boga en España:<br />
"Aquí de.sembarcaban, con frecuencia, los religiosos<br />
2uropeos destInados a los conventos <strong>del</strong> interior; sacerdotes<br />
seculares, que servían de capellanes en los navíos de<br />
ultramar, y otros hombres más o menos ilustrados, que<br />
Probst. J. Juan Ba.ltazar Maziel .. el maestro de la generación<br />
de Mayo. Buenos AIres. 1946. p. 318.<br />
San JU!ln de la Cruz. Mariano. fr. La enseñanza superior en<br />
Montemdeo durante la época colonial. Montevideo. 1948. p. 16.<br />
Probst. J. Obra citada. pp. 385 Y 387.<br />
San Juan de la Cruz. Mariano. fr. Obra citada. p. 20.<br />
-81-
Óp:lmlonE;s al respecto de las <strong>nov</strong>edadesciehy<br />
literarias discutidas en los cenáculos europeos.<br />
Así dejarían, en manos de sus amigos ocasionales, algunos<br />
libros de reciente aparición, que tratasen estos temas."<br />
Nosotros podríamos agregar otro elemento importante que influyó<br />
indudablemente en nuestro medio: el expedicionario científico.<br />
Sobre este agente cultural no nos vamos a extender en consideraciones<br />
ya que su importancia en la expansión de las doctrinas<br />
científicas en las regiones donde llega para realizar su búsqueda<br />
de información, es un hecho comprobado y dado que cada<br />
día se encuentran nuevos elementos para confirmarlo.<br />
El hombre colonial que vivía absorto por los pequeños problemas<br />
de la comunidad, debió poner atención en un personaje especial<br />
de la tripulación de las fragatas que anclaban en la Bahía para<br />
abastecerse. Debió inquirir sobre su actividad y debió buscar<br />
contacto con ese viajero huroneador que se desplazaba por los alrededores<br />
de la plaza, mientras su buque se reabastecía para seguir<br />
al sur, para volver al viejo mundo o deambular por las costas.<br />
Dom Pernetty con Bougainville (1763-69), Francisco Millán y<br />
Miraval (1772), Rubin de Celis (1782), Alejandro Malaspina y José<br />
Bustamante y Guerra (1789-94), Tadeo Haenke (1789), Félix<br />
de Azara (1789-1801), G. Mawe (1805-07) y toda una enorme legión<br />
de observadores que llegan a nuestro puerto en barcos que<br />
realizaban viajes de rutina -que no han registrado su pasaje con<br />
la publicación de sus observaciones- difundieron el germen de sus<br />
inquietudes científicas, de manera indirecta y directa. Por eso compartimos<br />
en parte la aseveración de Fr. Mariano, cuando habla de<br />
los libros dej ados al pasar, en parte porque no creemos tan firmemente<br />
que el elemento clerical haya tenido la primacía en esta<br />
obra de difusión.<br />
Pocos meses después de la muerte de Juan Baltasar Maziel se<br />
produce en Montevideo uno de los escándalos administrativos de<br />
. más resonancia, que tiene como resultado la prisión <strong>del</strong> Comandante<br />
de Resguardo de la Aduana y la confiscación de sus<br />
bienes (5).<br />
Francisco Ortega y Mouroy, designado para tal cargo por R.<br />
C. de 22 de setiembre de 1779, con un espíritu de gran iniciativa<br />
se había asociado con D. Francisco Medina, vecino de Montevideo,<br />
para la explotación de un saladero de carnes en el Colla. A la<br />
muerte de este último en 1788. el Virrey Loreto, considerando que<br />
las defraudaciones a la Real Hacienda que se habían cometido podían<br />
tener origen en los manejos de esta sociedad, ordenó el correspondiente<br />
sumario.<br />
Por no interesar a nuestro objeto este proceso, digamos que<br />
tuvo como resultado la revelación de dos bibliotecas particulares<br />
(5) AzaroIa Gil, Luis E. Los Maciel en la historia <strong>del</strong> Plata. Buenos<br />
Aires, 1940, pp. 183-85.<br />
-82-<br />
de un valor trascendental para la historia de las ideas en nuestra<br />
región.<br />
La filiación de estos dos personajes dedicados a tareas comerciales<br />
y burocráticas, abre grandes interrogantes a la historia, que<br />
se enfrenta por esta razón a un estado de cosas en la época colonial<br />
que tiene estrecha vinculación con el movimiento enciclopedista<br />
que ha producido ya en el viejo mundo un poderoso movimiento<br />
intelectual y un hecho político, como la Revolución Francesa,<br />
de importancia capital para la historia de la humanidad.<br />
No podemos negar la influencia que sobre ellos ejercieron las<br />
obras científicas que poseían y podríamos asegurar sin lugar a<br />
equivocarnos, que su origen no es otro que el contacto de los múltiples<br />
viajeros llegados al resguardo de Montevideo y que extendieron<br />
sus actividades por las regiones patagónicas, campos de<br />
acción, ambos, de nuestros personajes.<br />
Pero si esta circunstancia no determinara con precisión, y por<br />
sí sola, la validez de nuestra afirmación de que este conjunto de<br />
obras a que hacemos referencia y que veremos más a<strong>del</strong>ante, pudo<br />
abrir panoramas científicos a nuestros hombres coloniales, nos basta<br />
con anotar <strong>del</strong> expediente de confiscación la siguiente provisión<br />
(6):<br />
"En cumplimiento <strong>del</strong> superior Decreto, que en testimonio<br />
antecede, pásese el correspondiente oficio al Doctor<br />
Don Josef Manuel Pérez, quien con motivo <strong>del</strong> reconocimiento<br />
que tenía a su cargo, había recivido <strong>del</strong> Depositario<br />
Don Martín J osef Artigas, los Libros que en el se<br />
expresan, para que los devuelba al mismo Depositario, a<br />
quien se notificará los tenga prontos a la disposición de<br />
este Govierno para los fines que se expresan en el mencionado<br />
superior Decreto."<br />
Esta referencia está dirigida positivamente a Pérez Castellano<br />
que como vimos también fué depositario de la biblioteca de los<br />
Jesuitas, con lo cual se centra sobre él toda la atención, de la influencia<br />
que ambas bibliotecas pudieron ejercer sobre este primer<br />
experimentador colonial que ha dejado a la posteridad una de las<br />
obras más importantes sobre la Agricultura y otros apuntes de carácter<br />
científico aún inéditos que se registran en un interesante<br />
manuscrito que tiene por título "Caxon de Sastre" (7).<br />
Con estas noticias cerramos una etapa de la bibliografía científica<br />
en Montevideo y que nos hemos animado a denominarla "etapa<br />
teórica" pues en ella no se logra concretar ningún hecho que<br />
nos permita afirmar que se realiza la más primitiva especulación<br />
científica.<br />
\ 6) Comisión Nacional Archivo Artigas. A.1'chivo Artigas, Montevideo.<br />
1950, t. l. p. 371.<br />
(7) Pérez Castellano, J. M. Caxon de Sast7·e. Original manuscrito<br />
en el Archivo General de la Nación de Montevideo.<br />
-83-
ex::amjn~tr más detenidamente el material biencierr2lll<br />
las bibliotecas citadas. Y a los efectos<br />
orgánico consideraremos las obras de<br />
aparición en nuestro medio en lugar de<br />
de aparición en el mercado librero.<br />
T()I!1enlOS un título al azar <strong>del</strong> fondo jesuítico, que tenga recon<br />
el movimiento científico que a mediados <strong>del</strong> siglo XVIII<br />
encaminó su orientación por derroteros firmes y seguros y veamos<br />
aunque suscintamente, su contenido. La obra lleva por titulo "Espectáculo<br />
de la naturaleza" y pertenece al Abate Pluche.<br />
Tenemos noticias de que esta obra fue especialmente censurada<br />
por la Inquisición a mediados <strong>del</strong> siglo XVIII. Si bien ella no<br />
fue considerada precisamente herética el punto fundamental de su<br />
inclusión en el Index radica en que habia la posibilidad de llevar<br />
a los lectores a interpretaciones erróneas en lo referente a religión.<br />
Lógicamente surge la pregunta de dónde reside la posibilidad. Es<br />
la misma Inquisición la que contesta: "en la defensa <strong>del</strong> sistema<br />
copernicano" (8).<br />
Nos llama la atención que aún la Iglesia no ha salvado su prejuicio<br />
con respecto a la teoría copernicana, sobre todo cuando han<br />
transcurrido más de dos siglos desde el momento en que este sabio<br />
la diera a luz. Y especialmente cuando la ciencia astronómica<br />
ha culminado. Sus teorías, que no fueron atacadas en el momento<br />
de su formulación, por incapacidad científica (9) fueron posteriormente<br />
revisadas por el clero, porque como dice Cournot (10) ella<br />
era "una gran victoria obtenida por la razón sobre los sentidos, sobre<br />
la imaginación y sobre los prejuicios de toda índole". Era el<br />
Santo Oficio derrotado en el viejo mundo que quería trasladar al<br />
nuevo toda una vetusta fe que no se amoldaba a la nueva era y<br />
que olvidaba o ignoraba que la nueva semilla había sido profusamente<br />
sembrada a lo largo de todas las costas <strong>del</strong> continente.<br />
Los jesuitas de Montevideo guardaron la obra de Pluche en<br />
sus anaqueles no ignorando que figuraba en el Indice Expurgatorio,<br />
pero en ellos campeaba un espíritu más liberal, que el de<br />
los censores franciscanos. Luego esa obra anduvo de un lado a<br />
otro entre las manos de los miembros <strong>del</strong> Tribunal de Temporalidades<br />
hasta llegar definitivamente a manos de Pérez Castellano.<br />
Salto grande dentro de esta misma biblioteca desde Pluche a<br />
Rollin abreviado. Mientras el primero entreabre la puerta de la<br />
naturaleza para que la juventud se vuelva "curiosa", el segundo<br />
se mantiene aferrado a una enseñanza que no busca nada más<br />
que la imitación de lo clásico y el adorno de los espíritus.<br />
(8) Pérez-Marchand M. L. Dos etapas ideológicas <strong>del</strong> siglo XVIII.<br />
(9) Lange, A. Histo7'ia <strong>del</strong> materialismo. Madrid, 1903, p. 242.<br />
(10) Cournot, A. A. Historia de los movimientos intelectuales y de<br />
las instituciones en los tiempos modernos. Buenos Aires. 1946.<br />
p. 165. .<br />
-84-<br />
(11) Hazard, Paul. El pensamiento '?uropeo <strong>del</strong> siglo XVIII. Madrid,<br />
1946, p. 197.<br />
(12) Idem.<br />
(13) Pérez Marchand, M. L. Obra citada, l'. 70.<br />
(14) Idem. p. 107.<br />
(15) Hazard, P. Obra citada, p. 43.<br />
Pero no falta lo que compense a Rollin, para ello existen 183<br />
tomos de las Memorias de Trevoux y el Diccionario donde ya apunta,<br />
desde la iniciación <strong>del</strong> siglo, un ansia nueva de profundizar y<br />
examinar los problemas, porque la dosificaCión de los conocimientos<br />
mediante fórmulas ya no atraen: "Se gusta de ser sabios, pero<br />
se trata de serlo a poca costa; tal es particularmente el genio de<br />
nuestro siglo" (11).<br />
Hazard nos recoge esta cita <strong>del</strong> año 1715 y comenta que pasaba<br />
la primera mitad <strong>del</strong> siglo pululan los "Breviarios v Compendios"<br />
y "Bibliotecas y Diccionarios" (12). El mismo fe~ómeno<br />
se repite en nuestro medio: "Un tomo Biblioteca de Leay", "Veinte<br />
y tres tomos en pasta biblioteca <strong>del</strong> P. Houbruy" y una serie innumerable<br />
de Compendios que tratan de todas las materias.<br />
Esta publicación jesuítica por el enfoque y la tendencia a dar<br />
universalidad a los conocimientos es el anuncio de lo que andando<br />
el tiempo será la Enciclopedia.<br />
Pero no avancemos sin marcar dos obras que no dudamos pertenecen<br />
a \loltaire, "Historia de Luis XIV", Y la "Historia de Carlos<br />
XII", condenada en 1734 la primera, en los siguientes términos:<br />
"Por ser el Autor Herege, y contener muchas proposiciones<br />
heréticas, sapientes haeresim, próximas heresi,<br />
cismáticas, falsas, contumeliosas, denigrativas, e injuriosas<br />
a la Iglesia, y Religión Catholica.... , etc." (13).<br />
Y en 1763 recrudece aunque hay algo más profundo:<br />
"Por inducir al Deismo y Naturalismo con notable<br />
perjuicio de la Religión, y experimentada ruina de las<br />
Almas" (14).<br />
¿ Es que al traspasar la quinta década <strong>del</strong> siglo XVIII nuestro<br />
medio estaba inficionado y las luces y la razón, estaban minando<br />
la sólida estructura que por siglos se trataba de proteger?<br />
Tal vez pueda ello contestarse recordando que entre los anaqueles<br />
se encuentran las Matemáticas de Wolff, consideradas como<br />
heréticas y expurgadas de todos aquellos pasajes que rozaban las<br />
"Sagradas Páginas".<br />
Porque \Volff constituye uno de los miembros de ese gran núcleo<br />
de matemáticos que en el siglo XVIII, no sólo profesan esta<br />
ciencia, sino que la ligan estrechamente con la filosofía y llegan<br />
finalmente como el citado a pensar que "la fe era una operación<br />
racional que no llegaba hasta creer en el milagro; y Dios no era<br />
en suma, más que un producto de la razón humana" (15).<br />
¿. Quién capta este llamado <strong>del</strong> viej o mundo? Este es el pro-<br />
-85-
lema a resolver. Se necesita que transcurran veinte años más para<br />
pensar que está haciendo carne en el núcleo culto de la colonia<br />
este mensaje.<br />
Es mediante el examen de la Biblioteca de Maziel que constatamos<br />
esta situación. La necesidad de conocer lo "malo" - Voltaire,<br />
Rousseau, Diderot, etc.- para rebatirlo fue dejando un saldo<br />
que al tiempo se concretaba en posiciones definidas.<br />
El hecho de que el Santo Oficio retirara de la circulación las<br />
obras prohibidas que llegaban a las manos de los fieles desprevenidos<br />
o demasiado prevenidos, no indicaba necesariamente una supresión<br />
de su influencia, pues ellos quedaban al alcance de los<br />
mismos miembros <strong>del</strong> clero, que por esta época se hallaba enfrentado<br />
a una revisión de los problemas no sólo en 10 que respecta<br />
al dogma sino también a los filosóficos y políticos.<br />
Por ejemplo, el Derecho se enfoca en nuestras regiones con<br />
un marcado acento racional; se ha superado la etapa <strong>del</strong> acatamiento<br />
real sin discusión. Y es curioso que sea precisamente Maziel<br />
quien encabece este movimiento y sufra las consecuencias <strong>del</strong> despotismo<br />
virreinal. ¿ Acaso influído por Beccaria con su "Discurso<br />
sobre las Penas"? Obra en la que se protestaba por la falta de<br />
razón en las leyes y que hacía comentar a Voltaire que "abría los<br />
ojos a muchos jurisconsultos nutridos en los usos absurdos e inhumanos"<br />
(16).<br />
Otros diez años y es total el triunfo en nuestro medio de las<br />
ideas re<strong>nov</strong>adoras. Las luces iluminan el pensamiento de los coloniales<br />
y aunque es reducido el número de los iluminados en realidad<br />
ellos constituyell el núcleo culto de la Colonia.<br />
Francisco Ortega y Francisco de Medina incorporan al conocimiento<br />
de los hombres <strong>del</strong> Montevideo nuevas ideas con respecto<br />
al hombre, a la naturaleza y a Dios. Entre esas ideas campea un<br />
nuevo pensamiento científico que arranca precisamente <strong>del</strong> nuevo<br />
enfoque con que se contemplan esos tres elementos. Ya dijimos que<br />
por una extraña coincidencia la biblioteca de Ortega irá a parar<br />
a manos de Pérez Castellano; la otra, tan valiosa como ésta, se<br />
distribuirá entre dos personajes destacados: Pablo Zufriateguy y<br />
D. Manuel Artigas, cuyas actividades son ajenas a los problemas<br />
que comentamos.<br />
Pero analicemos con mayor detención estos conjuntos bibliográficos.<br />
i. Dónde debe atacar el nuevo espíritu para lograr el triunfa?<br />
No digamos que a Dios, sino al órgano que se dice su representante,<br />
a la tradición que ha cerrado todos los caminos para una<br />
revisión de los problemas.<br />
Para ello se necesitaban obras que golpearan recio. Se registra<br />
la herética de Berruyer, "Historia <strong>del</strong> Pueblo de Dios", la materialista<br />
<strong>del</strong> Conde de Oxenstirn, "El philosofo Sueco", prohibida<br />
en 1787; las obras de Montesquieu, condenadas por "ser toda ella<br />
(16) Probst, J. Obra citada, p. 387.<br />
-86-<br />
un texido de contradicciones y heregías formales, sátiras y burlas<br />
injuriosas a la Santa Madre Iglesia, Sumo Pontífice, Santos Padres,<br />
a los soberanos" (17) y Marmontel, Voltaire y Maupertius.<br />
Reaparecen en esta biblioteca, siguiendo una línea la Historia<br />
de Carlos XII; las Matemáticas de Wolff; los Delitos y las Penas<br />
de Beccaria; el Espectáculo de la Naturaleza de Pluche; afirmando<br />
con ello la universalidad y permanencia de las ideas que difunden.<br />
Ya entramos entonces en el momento álgido de la etapa qUé<br />
hemos denominado teórica. Las obras que aparecen constituyen<br />
en la historia <strong>del</strong> pensamiento científico la concreción final de<br />
todo un movimiento que parte de Bacon, Descartes, Newton, Leibnitz,<br />
etc. No Queremos significar con estos nombres citados nÍnguna<br />
sucesión de ideas comunes, sino por el contrario anotarlos<br />
a título de inventario.<br />
Ello proviene de la necesidad de anotar la existencia de las<br />
obras de algunos de ellos o comentarios a sus obras en la biblioteca<br />
de Ortega.<br />
Comencemos por decir que resalta en rápida lectura el nombre<br />
de Newton seg-uido <strong>del</strong> título "Filosofía en un tomo en francés"<br />
v líneas más~ a<strong>del</strong>ante "dos tomos de Filosofía de Neuton"<br />
sin i~dicación <strong>del</strong> idioma en que se encuentra.<br />
Ello da sin mayores comentarios, idea de una revolución en<br />
el campo <strong>del</strong> pensamiento colonial. No en el científico, ya que su<br />
propietario no ha dej ado constancia de una actividad en este sentido,<br />
pero sí en el orden de las ideas con respecto a cuanto ocurre<br />
en la naturaleza.<br />
Lange concreta con una frase a este respecto el pensamiento<br />
de Newton:<br />
"Bástenos decir que ambos sabios -Newton y Boyle-<br />
coincidieron en hacer de Dios el motor primero de<br />
los átomos y que mucho después, admiraron en la marcha<br />
de la naturaleza la intervención modificadora de<br />
Dios; pero, por regla general, explican todo cuanto ocurre<br />
en la naturaleza según las leyes mecánicas <strong>del</strong> movimiento<br />
de los átomos" (18).<br />
J unto a la obra de Newton encontramos un título que nos<br />
hace pensar cuántas reflexiones pudo hacer el pacífico Capitán<br />
de la Aduana: "Análisis de la Fisolofía de Bacon". No es la obra<br />
de Bacon, ni tal vez sea un panegírico de este autor. Pero 10 que<br />
es indudable es que sus ideas eran comentadas.<br />
"En ciertos respectos -dice Cournot (19)- el genio<br />
de Bacon penetra en el más lejano futuro, pues es<br />
el profeta y el apóstol de la futura religión <strong>del</strong> progreso,<br />
y <strong>del</strong> progreso constante, sostenido, indefinido, por el<br />
(17) Pérez-Marchand. Obra citada, p. 110.<br />
(18) Lange, A. Obra citada, p. 299.<br />
(19) Cournot, A. A. Obra citada, p. 273.<br />
-87-
es1Cll
Plata era imposible dado que sólo a partir <strong>del</strong> año 1803 se contó<br />
en Córdoba con un gabinete de física que no podía ser utilizado<br />
por desconocimiento de la técnica (22).<br />
La existencia en nuestras bibliotecas de obras relativas a la<br />
física ya lo hemos indicado, no sirvió nada más que a los efectos<br />
de crear corrientes de opiníón referente a esos problemas.<br />
Las matemáticas existentes no indican nada más que la necesidad<br />
de comprender los problemas de la física.<br />
En cuanto a la información <strong>del</strong> mundo orgánico, nos llama<br />
la atención que fuera de tan poca predilección por parte de nuestros<br />
coloniales. A no ser por las obras relativas a las observaciones<br />
realizadas por las expediciones científicas nada ha quedado<br />
hasta finalizar el siglo.<br />
Sólo una obra, "Historia Natural" de Buffon. Ella será el<br />
punto de partida <strong>del</strong> siglo XIX ya que durante sus primeros quince<br />
años es manejada y comentada en nuestro medio.<br />
La etapa que abarca los primeros diez y seis años <strong>del</strong> siglo<br />
XIX es totalmente dístinta a la que más arriba hemos examinado.<br />
Pero antes de entrar a su estudio nos vemos en la necesidad<br />
de aclarar un aspecto que puede dar lugar a errores.<br />
El examen anterior se realizó en base a tres inventarios bibliográficos<br />
que podían ser considerados como etapas de una revolución<br />
<strong>del</strong> pensamiento científico. Y en él hicimos resaltar, especialmente,<br />
la coincidencia de que dos de ellos finalizaban su rol<br />
informativo al dar en manos <strong>del</strong> Dr. Pérez Castellano. Ello aseguró,<br />
pues, continuidad a la evolución que en nuestro medio se<br />
operó con respecto a este problema.<br />
Marcamos, también, en grandes rasgos, la tendencia de esas<br />
bibliotecas y anotamos la importancia de no hallar en ellas obras<br />
relativas a la ciencia natural.<br />
Las citas bibliográficas que aparecen al traspasar el año 1800<br />
provienen de dos fuentes de sumo interés: los escritos <strong>del</strong> Padre<br />
Dámaso Antonio Larrañaga y de la Oración a la apertura de la<br />
Biblioteca Pública de Montevideo <strong>del</strong> año 1816.<br />
Finalmente, entendemos que no puede hablarse de discontinuidad<br />
en la existencia de obras en nuestro medio, en el período<br />
1791-1804, hasta tanto una búsqueda prolija nos revele la existencia<br />
de otros inventarios. Agréguese a ello que dado el caso<br />
de no existir libros de esta índole, siempre existirá el lazo de<br />
unión entre ambas épocas, representado por el intercambio intelectual<br />
de los hombres cultos de ambas márgenes <strong>del</strong> Plata, con<br />
lo cual queda salvada la situación planteada.<br />
Todo esto nos lleva a tomar los dos conjuntos mencionados<br />
como un todo para su examen, máxime si tenemos en cuenta que<br />
diez y seis años en la historia de la ciencia, pueden aportar nue-<br />
(22) Idem. p. LVIII.<br />
- 90-<br />
vos descubrimientos, pero no, cambios fundamentales en el concepto<br />
general.<br />
La bibliografía científica, correspondiente a la rama de la<br />
ciencia natural, inicia una segunda etapa en nuestro medio con<br />
la obra de Louís Leclerc de Buffon "Historia Natural". Al hablar<br />
de la influencia e importancia de su obra, no caeríamos nada más<br />
que en una repetición de lo que registran las Historias de la<br />
Ciencia.<br />
Discípulo de Newton -indirectamente- tradujo de éste su<br />
"Teoría de las Fluxíones". Esta relación le encaminó por la vía<br />
de la obediencia a la ley que gobierna al Universo. Apoyado en<br />
sus conocimientos de matemátícas, física y astronomía, pudo establecer<br />
sus principios en torno a una ley que gobernara los fenómenos<br />
que "acaecen en la tierra, tanto en la naturaleza orgánica<br />
como en la inorgánica".<br />
Sabemos con seguridad que aparte <strong>del</strong> ejemplar que registramos<br />
en la biblioteca de Ortega, Larrañaga le conoce ya en 1808<br />
y que posteriormente lo cita en 1816 al inaugurar la Biblioteca<br />
Pública. Es decir, que su influencia en nuestro medio es continua<br />
a partir de los primeros momentos de su aparición.<br />
Le acompaña ya en la primera década <strong>del</strong> siglo XIX el "Sistema<br />
Naturae" de Linneo. A ella hace expresa referencia Larrañaga<br />
en 1808 y seguidamente en toda su actuación científica.<br />
Como es sabido, Buffon y Linneo ocupan con respecto a la<br />
historia natural una posíción antitética que les lleva a crearse una<br />
profunda rivalidad.<br />
Nordenskíold (23) expresa que Linneo nunca desarrolló una<br />
teoría completa de los fenómenos de la vida y que su concepción<br />
ingenua le llevaba a plantearse problemas tales como "que la naturaleza<br />
fue creada por Dios para su homenaje y para la bendición<br />
<strong>del</strong> género humano, y todo lo que sucede ocurre por su mandato<br />
y bajo su dirección".<br />
Con menos concepción <strong>del</strong> problema que Buffon, logró que<br />
su sistema de clasificación artificial se propagara y fuera tomándose<br />
como ejemplo por casi todos los naturalistas. Entre ellos, como<br />
es sabido, por Larrañaga, que hace de él los más grandes<br />
elogios (24).<br />
Como etapa previa a estos conocimientos y dentro de lo que<br />
posteriormente será la línea linneana, localizamos al naturalista<br />
Tournefort (25) que ocupa con sus obras un distinguido lugar<br />
en la historia de la botánica. Sus aportes tienen validez porque<br />
inician la clasificación sistemática que tendrá destacada influencia<br />
(23) Nordenskiold, E. EvoLución histó¡'ica de Las ciencias biológicas.<br />
Buenos Aires, 1949, p. 242.<br />
( 24) Falcao Espalter. M. Cartas científicas de Larrañaga. (Revista <strong>del</strong><br />
Instituto Histórico y Geográfico <strong>del</strong> <strong>Uruguay</strong>. t. 1. N9 2).<br />
(251 Larrañaga. D. A. Escritos. Montevideo. 1923, t. 3, p. 143.<br />
-91-
debe destacarse a Buffon; enl..IIIHJlt::V<br />
y a Antoine Jussieu.<br />
(26) figura en la Oración Inaugural de<br />
que pronunciara Larrañaga en 1816 y es didetEn:m.ímtr<br />
a cuál de los destacados botánicos de esa familia<br />
cOjrrE!sponde. Nos inclinamos a pensar que indica al autor de "Gesecundum<br />
ordines naturales, etc.".<br />
Su aporte a la clasificación botánica es de gran trascendencia.<br />
Nordenskiol (27) indica que "edifica un sistema de clasificación<br />
que, gracias a él, ha llegado a ser permanente". Sus críticos,<br />
si bien encuentran influencia de Tournefort y Linneo, en<br />
sus sistemas, le conceden la virtud de haber logrado superar a<br />
Linneo en 10 que respecta a la clasificación sexual, con 10 cual<br />
elabora un pilar sólido donde se asentarán las posteriores clasificaciones.<br />
Para completar la noticia referente a la evolución de estas<br />
ideas, en nuestro medio, nos vemos en la necesidad de a<strong>del</strong>antarnos<br />
para fij al' ciertos nombres que se destacan por las contribuciones<br />
que aportan en el campo de lo teórico.<br />
El primero corresponde a Cuvier (28), cuyo aporte a la anatomía<br />
comparada, representa uno de los pasos más importantes<br />
dados a partir de Buffon.<br />
El segundo a Lamarck (29) que establece la idea de la evolución<br />
de la especie y que será culminada a mediados <strong>del</strong> siglo<br />
por Darwin.<br />
Con otro bagaje de conocimientos que no son precisamente<br />
los de un curioso de la historia, podría realizarse un paralelo entre<br />
las dos corrientes <strong>del</strong> pensamiento científico que estos naturalistas<br />
nombrados han dejado como residuo en nuestro medio.<br />
Por un lado establecemos la sucesión de Tournefort, Linneo<br />
y Jussieu; por otro Buffon, Cuvier y Lamarck. Mientras los primeros<br />
intentan poner orden en el caos que reinaba en la clasificación<br />
de las plantas y animales, haciéndola asumir la categoría<br />
de método filosófico y buscando reproducir en sus sistemas el<br />
orden inmutable de la naturaleza creada por Dios, los segundos<br />
plantean la unidad serial en cadena; creen en la unidad de tipo<br />
viviente que modificándose se manifiesta en la continuidad de<br />
las especies (30).<br />
Jalonados los caminos que el pensamiento científico podía<br />
seguir, se van llenando los huecos en uno y otro con las obras de<br />
(26) Idem.<br />
(27) Nordenskiold, E. Obra citada, p. 492.<br />
(28) Castellano, A. R. La Biblioteca científica <strong>del</strong> padre Larrañaga.<br />
(Revista Histórica, Montevideo, 1948, t. 16, p. 606).<br />
(29) Idem. p. 602.<br />
(30) Vera, Francisco. Evolución <strong>del</strong> pensamiento científico. Buenos<br />
Aires, 1945, p. 183.<br />
-92·-<br />
aquellos que más prácticos que teóricos, desarrollaron sus observaciones<br />
científicas.<br />
Azara, Cavanillas, Castel, Quer, Ruiz López, Pavon, Molinas,<br />
Dubroca, La Cepede, Mouton de Fontenelle, Geoffrov Saint-Hilaire<br />
(31), etc. .<br />
Agréguese a ellos a Walmont de Bomare, Gyllemburg, Miller,<br />
La Enciclopedia Británica, las revistas científicas, The Traveller,<br />
Month Magazin; Revista de Edimburgo v el Semanario de<br />
Agricultura (32).<br />
•<br />
Podríamos seguir enunciando citas relativas a la historia natural<br />
para indicar los planos que supera la biblioO'rafía en nuestro<br />
medio, pero preferimos detenernos para pasar atexamen de otras<br />
ramas de la ciencia y dar al final el panorama total.<br />
El examen de la bibliografía con que culminaba el siglo XVIII<br />
nos lleva a la conclusión de la vigencia de la obra de Wolff y a la<br />
aparición de una abundante serie de tratados menores. El panqrama<br />
que se presenta hacia el año 1816 en esta materia tiene una<br />
entidad mayor.<br />
Desaparece la serie innominada de tratados o principios para<br />
dar paso a nombres que son en la historia de las matemáticas, la<br />
astronomía, la geografía y la geofísica, verdadera expresión <strong>del</strong><br />
a<strong>del</strong>anto de estas ciencias. Lamentablemente nos vemos precisados<br />
a hacer conjeturas acerca de las obras que pudieron existir por<br />
no haber quedado registro de ellas, sino el nombre de los autores.<br />
De cualquier manera aparece fijado en la mitad de la segunda<br />
década <strong>del</strong> siglo XIX todo un movimiento de trascendental importancia.<br />
Observamos una situación muy sugestiva: la estrecha relación<br />
de los matemáticos con la ciencia astronómica. Ello proviene de la<br />
etapa que esta última ciencia está viviendo. A esta altura la astronomía<br />
se preocupa más de la precisión en los cálculos y de la fijación<br />
de los astros en la bóveda celeste que <strong>del</strong> problema cosmológico.<br />
Por esa razón Lacaille, Bails, Lalande, Luyando y Rivard,<br />
que figuran en la Biblioteca Pública, escribieron a la par de obras<br />
puramente de teoría matemática, otras cuyos títulos aseveran nuestra<br />
afirmación, tales como "Le
de nombres como los de<br />
Tofiño, Tosca y La Chapelle, que<br />
mllte!mllücas temas tan especializados<br />
o la aplicación trigonométrica para la<br />
terráqueo. Lo cual da lugar a los .viajes de<br />
Erltrec,as1ce211Dc, La Perouse, Cook, Forster, Frezler, Hum-<br />
~~l.L"'V'U, y a las observaci0.nes de ~ra~cisco Javier de<br />
Con ellos y Molina culmman la CIenCIa de la navegala<br />
geografía, geofísica y la cartografía. No ha~ duda sobre<br />
la mecánica <strong>del</strong> mundo y de la vida íntima de la TIerra, de sus<br />
dimensiones y de su forma.<br />
Parecería que todo se va desarrollando por grado~, pues.no<br />
bien cesamos de citar los nombres de aquellos que estudla~ l~ VIda<br />
Tísica <strong>del</strong> mundo, aparecen sucesivamente los de los qUlmlcos y<br />
mineralogistas, los cuales agregan nuevo~ elem~ntos al conOCImiento<br />
científico no ya de nuestros colomales, smo de lo~ h?mbres<br />
que construyen n?evas normas d: v:ida tanto en 10 mstrtucional<br />
como en lo polítrco y en lo economlCO.<br />
CONCLUSION<br />
Hemos marcado, aunque en grandes rasgos, la evoluci~n <strong>del</strong><br />
pensamiento científico en nuestro medio ex;, un lapso de trempo<br />
no mayor de setenta años. De esta. evoluclO,? ha quedado como<br />
síntesis el nombre de Dámaso Antom~ La~'ranaga: que ocupa.cronológicamente<br />
en la historia de la CIenCIa amerIcana el prI:ner<br />
puesto. No vamos a hacer co~entario algun? sobre su lab.or CIentífica,<br />
pues para ello se necesIta una versaClOn de .que. calecemos.<br />
Sin embargo, debemos hacer ciertas. punt~alIz.~clOnes sobre<br />
la influencia que esta bibliografía cientrfrca eJer?IO en nuestro<br />
medio. Al promediar el siglo XVIII, la. Banda.OrIental presenta<br />
en lo cultural características muy especIales. MIentras las restantes<br />
regiones de la América española han lograd.o sl;lperar un estado<br />
impuesto por la influencia que el clero t:;JerclO en ~od? lo<br />
relativo a lo filosófico, nuestro medio se ve prlv~do de dIlUCIdar<br />
por el estudio, los problemas que para el pensa:nlento europe~ y<br />
un gran sector de las Américas están ya solUCIOnados o en Vlas<br />
de serlo. . lo ... 1 le el<br />
Hemos marcado el año 1788 como Ja on ImCla para ql .,<br />
común de nuestros pobladores puedan iniciarse en .la especu~aclon<br />
filosófica. Ello es un gran paso para aquel Mont~V1deo concretado<br />
al tráfico comercial de los productos ag:~pecuarIOs, elaborados en<br />
base a la superabundancia dada la fertIlIdad de sus campos. o<br />
No obstante, hay hombres que con m~l:as :nás.elevadas estan<br />
buscando la racionalización de esa producclon, msplrados por todo<br />
el movimiento racionalista que no ocupa solamente el plano de lo<br />
filosófico, sino también, las normas de vida <strong>del</strong> hombre y de las<br />
relaciones que de él derivan.<br />
Pérez Castellano y Larrañaga son expresiones de las dos épocas<br />
que hemos fijado para la bibliografía.<br />
El primero realizando sus experiencias agronómicas, Cuva base<br />
es adquirida en las labores <strong>del</strong> campo Y acrecentada por"la lectura<br />
de las obras que llegan a sus manos, no se plantea problemas<br />
de orden científico porque observa a la naturaleza de ángulos muv<br />
distintos a los <strong>del</strong> hombre de ciencia. "<br />
Para él la naturaleza no tiene otro misterio que el de ayudarla<br />
a desarrollarse según los dictados de las leyes divinas a<br />
fin de que el hombre pueda disfrutar de la mayor proporción'de<br />
sus dones. No indaga los resortes de la fisiología botánica; no<br />
busca tampoco desentrañar las razones de sus observaciones prácticas.<br />
La información científica que posee la utiliza para predicar<br />
una mayor utilización de los recursos naturales y para valorar los<br />
designios de Dios.<br />
Mientras que, Larrañaga, sin apartarse <strong>del</strong> plano de sus convicciones<br />
religiosas, entra a la observación de la naturaleza con<br />
otro espíritu crítico. La sistematización de sus observaciones lo<br />
presenta como dotado de una excepcional condición de científico.<br />
Aventuramos una observación que puede ser rectificada por<br />
el estudio profundo de un hombre de ciencia, pero ella es el producto<br />
de la lectura de sus comentarios a los problemas científicos<br />
que encara.<br />
Su adhesión al sistema linneano representa una posición ideolÓGica<br />
y una concepción de la estructura y las funciones biológicas,<br />
derivadas de su condición de miembro de la Iglesia.<br />
La comprobación de que los naturalistas eclesiásticos adopten<br />
el sistema de clasificación que sostiene la línea -Tournefort,<br />
Linneo, Jussieu·-· nos está mostrando cómo el pensamiento <strong>del</strong><br />
clero, sin llegar a ignorar esa sujeción a la tierra que pregona el<br />
racionalismo, mediante la profundización de los problemas científicos,<br />
se acompasa a esa concepción pero sin entrar a considerar<br />
el problema íntimo de la vida. Linneo, con su idea sobre la fijeza<br />
de las especies establecidas por el Creador, con su sistema de clasificación<br />
en base a los caracteres externos, constituye el ideal <strong>del</strong><br />
clero que no pretende alcanzar la sabiduría divina.<br />
"Y aún habrá alguno que se escandalice al vernos<br />
perder el tiempo en el estudio de las Obras de Dios, y<br />
no se escandalizará al ver otros muy entretenidos en<br />
estudiar las historias de los hechos y vicios de los<br />
hombres." (33)<br />
Este desdén que siente Larrañaga por las realizaciones <strong>del</strong><br />
hombre, variará un poco más tarde cuando pase de espectador a<br />
actor de los hechos históricos. Y ello no será por cálculo, sino por<br />
evolución <strong>del</strong> concepto <strong>del</strong> papel que debe jugar la ciencia en el<br />
(33) Véase la cita (24) en p. 302.<br />
-94-<br />
-95-
concierto de las actividades humanas. Porque la ciencia al iniciar<br />
el siglo XIX, no es especulación de pensadores, ni mera curiosidad<br />
de burgués. Nuestros hombres de ciencia verán por imposición<br />
<strong>del</strong> movimiento racionalista que ella está estrechamente relacionada<br />
con la vida <strong>del</strong> hombre en la tierra y con las mejoras<br />
que de ella pueden surgir para la vida material.<br />
Esta posición que está culminando a mediados <strong>del</strong> siglo en<br />
Europa, llega con retraso a nuestras playas. Por eso la biblioteca<br />
de los jesuítas apenas se ve rozada por estas ideas y la de Maziel<br />
plantea recién el problema teórico. Mientras la de Ortega y la de<br />
Medina se ajustan, por su contenido, no sólo a la época, sino también<br />
a una realidad que se ha de producir por el encadenamiento<br />
lógico que ya está planteando la política y la economía.<br />
Un pescador de ballenas en el mar patagónico (34) no es<br />
para este tiempo (1780) algo común. Representa la iniciativa, la<br />
idea <strong>del</strong> progreso y la intuición de hombres limitados en su acción<br />
por irracionales disposiciones gubernativas. El método <strong>del</strong> oficio,<br />
sus particularidades y posibilidades técnicas, están en la Enciclopedia.<br />
Las de orden económico en Adam Smith, en Campillo, en<br />
Steward y Condorcet.<br />
La ciencia se identifica con la política y' con la felicidad de<br />
un pueblo que se crea a sí mismo. No nos podemos resistir a<br />
transcribir parte de la Oración de Larrañaga cuando se refiere a<br />
las obras de matemáticas, física y astronomía:<br />
"Las necesidades de vuestro país son inmensas y<br />
muchas pueden remediarse con estas ciencias. Hay que<br />
abrir caminos, elevar calzadas, construir puentes, hacer<br />
canales, poner compuertas, limpiar vuestro puerto, rehacer<br />
el muelle, fabricar arsenales, fortificar el recinto,<br />
traer aguas potables, levantar planos, distribuir la campaña,<br />
secar pantanos; ¿ pero dónde voy? Todo hay que<br />
hacer porque estamos en una infancia política. Este estudio<br />
traerá ventajas para vuestro país y para las ciencias<br />
en general." (35)<br />
El hombre de principios <strong>del</strong> siglo XIX, en la Banda Oriental,<br />
apoyado en el nuevo concepto que tienen de sí mismo y de sus<br />
semejantes, ya indios o negros, piensa que la ciencia podrá liberarle<br />
de la esclavitud, pues la máquina sustituye a la providencia.<br />
"Por último os recomiendo sobre manera, el estudio<br />
de la Maquinaria, porque la América falta de brazos no<br />
tiene otro modo de suplirlos por ahora; la esclavitud es<br />
un brazo que nos hace muy poco honor ... " (36)<br />
Se confirma con estas palabras, cómo la ciencia y sus aplicaciones<br />
son interpretadas como conquistas <strong>del</strong> hombre para el<br />
h?mbre, .barriendo así en nuestro medio con ideas que al promedIar<br />
el SIglo XVIII se mantenían en vigencia.<br />
. Superadas las etapas vemos que a través de dos siglos de esfuerzos<br />
para imponer la ciencia como única solución <strong>del</strong> hombre<br />
para lograr su poder, su felicidad y su saber, sólo hay un medio.<br />
Desde Bacon a Larrañaga, pasando por todas las teorías filosóficas<br />
y científicas, un concepto se mantiene único y señero:<br />
"Estudiad el gran libro de la Naturaleza, de esta<br />
madre fecunda y siempre nueva... " (37)<br />
Para completar el panorama que presenta nuestro medio en<br />
lo que se refiere a posibilidades de obtener obras de información<br />
y con el fin de dejar perfectamente establecido el mundo cultural<br />
en qu; se mueve nuestro primer hombre de ciencia, al tiempo que<br />
reahzabamos estos aportes, publicamos un folleto mimeoO"rafeado<br />
~uyo título es "Una librería de la época colonial". Entende~os que<br />
~l ~o~lpleta el panorama bibliográfico colonial y nos dispensa de<br />
mSlshr con ello en este trabajo.<br />
BIBLIOGRAFIA<br />
. /~pZlrte de las obras citadas en las notas, hemos consultado las<br />
sIgUIentes:<br />
Arredondo, H. Civili~ación <strong>del</strong> T.!7·uguay. Montevideo, 1951, t. n.<br />
Furlong, G. N,aturahstas argentmos d1trante la dominación hispánica.<br />
Buenos AIres. 1948.<br />
García. A.c~vedo, D. El Doctor José Manuel Pérez Castellano. (Revista<br />
. :rlIstonca de la Universidad..Montevideo, 1907. N'? 1, p. 252).<br />
MlelI, ~ldo. El desa,rrC?llo de la H1storia de la Ciencia a través de ciento<br />
vemte ac.onte~mHentos.fundamentales. (Universidad, Publicación<br />
?e la Umv.ersldad NaCIOnal <strong>del</strong> Litoral, Santa Fe, 1943, N'? 15).<br />
Ramlr~z, Arbello. ryotas a la Oración Inaugural de la Biblioteca PÚbhca.<br />
(MontevIdeo, Facultad de Humanidades v Ciencias Instituto<br />
de Investigaciones Históricas, 1951). • .<br />
Sherwood Taylor, F. Breve historia de la ciencia. Buenos Aires. 1945.<br />
Singer. Ch. Historia de la ciencia. México, 1945..<br />
(34)<br />
(35)<br />
(36)<br />
Azarola Gil, L. E. Obra citada, p. 184.<br />
Larrañaga, D. A. Obra citada, p. 142.<br />
Idem.<br />
-96-<br />
(37) Idem. p. 143.<br />
( * ) Dirección postal <strong>del</strong> autor: Archivo General de la Nación. Convención<br />
1474. Montevideo.<br />
-97-
NICOLAS MAQUIAVELO (*)<br />
José Luis Romero<br />
Profesor de la Universidad<br />
de Buenos Aires<br />
El objeto de este curso, de esta serie de clases públicas, era<br />
hacer un panorama siquiera somero de la evolución <strong>del</strong> pensa~<br />
miento historiográfico y nos hemos ocupado hasta ahora de la his~<br />
toriografía antigua y de la historiografía medieval tratando de<br />
señalar siquiera sus rasgos más significativos<br />
Nos toca ahora ocuparnos, no de un vasto período, no de un<br />
vasto movimiento, sino, en un cambio categórico de escala, sim~<br />
plemente de un autor. Pero este autor -Nicolás Maquiaveloconstituye<br />
de una manera tan categórica un pivot alrededor <strong>del</strong><br />
cual gira tan inequívocamente el pensamiento moderno, que jus~<br />
tifica este cambio de escala y nos justifica por el hecho de haber<br />
abandonado el régimen de la exposición hasta situarnos en el pen~<br />
samiento individual de una personalidad en virtud, precisamente,<br />
de que a través de su obra, podemos asistir a un viraje que es<br />
decisivo en la consideración <strong>del</strong> problema histórico.<br />
Sin duda alguna la crisis intelectual que separa, que diferencia,<br />
la Antigüedad de la Edad Media, es trascendental. San Agustín<br />
hubiera podido dar lugar a una exposición individualizada como<br />
esta que vamos a dedicar a Maquiavelo. Los diez siglos que siguen<br />
a San Agustín están influídos por el pensamiento de éste<br />
y durante toda la Edad Media los esquemas interpretativos de la<br />
historia se han regido por los principios que ponen orden, que<br />
sistematiza San Agustín.<br />
Una cosa parecida nos ocurre en los primeros años <strong>del</strong> siglo<br />
XVI con Maquiavelo. Existía antes de él una tradición historiográfica<br />
-la tradición medieval-, existía un sistema interpretativo<br />
y asistimos a este inmenso experimento que consiste en remover<br />
los esquemas mentales, los sistemas de valores, los prin~<br />
cipios interpretativos, diríamos en remover todo el aparato hermenéutico<br />
para descubrir en la dinámica de la historia cosas que<br />
hasta ese momento prácticamente no habían sido vistas. Esta es<br />
la inmensa significación de Maquiavelo. Significación que se acentúa<br />
porque su punto de vista pasa mucho más rápidamente que<br />
el de otros teóricos. Al cabo de muy poco tiempo se transforma<br />
( '" ) Conferencia pronunciada en la Facultad de Humanidades y Ciencias<br />
de Montevideo.<br />
-99-
su doctrina más que en corriente esotérica, más que en una doctrina<br />
propia de los ambientes intelectuales, en una manera de<br />
pensar, en una manera de pensar compartida por todo el mundo<br />
hasta el punto de constituir lo que podríamos llamar "la doctrina<br />
viva". Y esto ocurrió en el caso de Maquiavelo con unaextraordinaria<br />
rapidez, mucha mayor rapidez que la rapidez con que se<br />
produjo el pasaje de la mentalidad que llamaríamos cásica o pagana<br />
a la mentalidad cristiana. Este fenómeno es por sí mismo<br />
un fenómeno digno de estudio.<br />
La conformación <strong>del</strong> sistema cristiano de interpretación de<br />
la historia constituye -ustedes lo saben bien- un esfuerzo intelectual<br />
tan extraordinario, que no puede extrañar que se tardara<br />
muchos siglos en producirse la adecuación de nuevos sistemas.<br />
La interpretación cristiana de la historia suponía la anulación, la<br />
descategorización <strong>del</strong> mundo sensible, <strong>del</strong> mundo de la experiencia<br />
sensible, y su reemplazo por un mundo de valores intelectualmente<br />
elaborados, de modo tal que como sistema de pensamiento<br />
pudo entrar rápidamente en lo que podríamos llamar la "élite intelectual",<br />
pero tardó mucho tiempo en transformarse en una<br />
manera corriente de pensar.<br />
Si llegamos al siglo XI, al siglo XII, al siglo XIII, vemos<br />
funcionar el sistema de valores y el sistema hermenéutico de San<br />
Agustín, ya como una cosa totalmente consentida..Pero no nos<br />
olvidemos que todo lo que se llama la temprana Edad Media -los<br />
cuatro o cinco siglos que van desde San Agustín hasta la plena<br />
concepción medieval- es un período durante el cual nos encontramos<br />
con un mar de contradicciones constantes entre lo que<br />
podríamos llamar las últimas repercusiones de la mentalidad clásica,<br />
<strong>del</strong> viejo racionalismo clásico en conflicto, en lucha con esta<br />
mentalidad racional también, de vieja raíz platónica, saturada de<br />
influencias trascendentales, y que constituye una proeza de afirmación<br />
de un mundo intelectual, o más exactamente de un mundo<br />
inteligible que se superpone por encima <strong>del</strong> mundo de la experiencia.<br />
La interpretación cristiana de la historia fue el resultado de<br />
un ingente esfuerzo intelectual. Naturalmente triunfó rápidamente<br />
en las élites intelectuales que apoyaban su interpretación de<br />
la historia en su fe, pero como sistema intelectual tardó mucho<br />
tiempo en transformarse en un sistema de verdad comunes. Hay<br />
que llegar a plena Edad Media para que esta interpretación intelectual<br />
se difundiera y se transformara en el modo corriente<br />
de pensar. Cuando llegamos a las postrimerías de la Edad Media<br />
se puede decir que esa concepción ha entrado en crisis. Quizás<br />
se podría decir, quizás con algo de audacia, que finalmente la experiencia<br />
de la vida histórica ha conseguido sacudir otra vez el<br />
yugo de esa interpretación intelectual. Ha conseguido que vuelvan<br />
a considerarse predominantes, que vuelvan a considerarse fundamentales<br />
los valores <strong>del</strong> mundo real por encima de los valores<br />
afirmados por esta concepción intelectual de una composición hí-<br />
-100-
ida, racional, platónica, teológica, con influencias griegas, con<br />
influencias testamentarias.<br />
La experiencia <strong>del</strong> tipo de historia que se da en el mundo<br />
occidental; la experiencia de la vida histórica concreta, primaria,<br />
que se realiza en el occidente de Europa, termina por constituir<br />
un sistema empírico que se contrapone al sistema ideal, pero<br />
solamente en el campo de la opinión. Sin duda alguna las crónicas<br />
de los últimos tiempos de la Edad Media -podríamos decir la<br />
crónica que sigue especialmente Giovanni Villani en Italia- está<br />
ya saturada de ese espíritu. Nadie podría afirmar que la crónica<br />
comunal de los últimos siglos de la Edad Media está inspirada<br />
en la tradición agustiniana. Pero esa nueva concepción de la vida<br />
histórica, nacida de la experiencia, hija de la imagen espontánea<br />
de la vida histórica, le faltó doctrina hasta principios <strong>del</strong> siglo<br />
XVI. Quizás podría decirse que el gran mérito de Nicolás Maquiavelo<br />
es haberse atrevido un día a darle a esta noción espontánea,<br />
que estaba dando secretamente la batalla contra la cons~<br />
trucción teológica tradicional agustiniana de la historia, una doctrina.<br />
Y esta doctrina fue formulada de una manera muy severa,<br />
de una manera muy precisa, y en términos tales que sirvió rápidamente<br />
para atribuirle legitimidad a lo que era ya lo que podríamos<br />
llamar el espíritu moderno. Quizás con esto yo haya definido<br />
ya lo fundamental de lo que pudiera llamarse la misión de<br />
Maquiavelo en la historia <strong>del</strong> pensamiento occidental. Pero le<br />
atribuyo tanta importancia a esta idea que me perdonarán ustedes<br />
que vuelva sobre Alla intentando otro planteo para llegar a<br />
la misma conclusión.<br />
Si la cultura occidental tiene sustancialmente dos componentes<br />
fundamentales, el componente hebreo - cristiano y el componente<br />
clásico, es evidente que la cultura occidental ha significado<br />
la hegemonia <strong>del</strong> componente hebreo - cristiano. Esto no hay lugar<br />
a dudas. El componente hebreo - cristiano en el orden intelectual<br />
implicaba una concepción de la vida -y por eso una concepción<br />
de la historia- que sobreponía el deber ser al ser, que<br />
era siempre -para usar una frase que se usó en alguna remíniscencia<br />
platónica-, que era siempre "una historia ideal", una historia<br />
ideal eterna. Pero es indudable que la cultura medieval y la<br />
concepción medieval de la historia, presididas ambas por los esquemas<br />
intelectuales de la tradición hebreo - cristiana, están permanentemente<br />
en la cultura medieval amenazadas, jaqueadas, por<br />
la perduración de la tradición clásica. Ciertamente no se puede<br />
decir que sea un tema agotado, ni quizá iniciado seriamente, el<br />
<strong>del</strong> balance de la significación que tiene la tradición clásica por<br />
debajo de lo que podríamos llamar "la cultura oficial" de la Edad<br />
Media, que era la que afirmaba la primacía y casi la exclusividad<br />
de las formas <strong>del</strong> pensamiento hebreo - cristiano. Se ha estudiado<br />
--;-como saben ustedes muy bien- la significación de Virgilio en<br />
la Edad Media en un libro clásico. Se ha señalado, no sin sorpresa,<br />
-101-
que ·le· atribuye Dante Alighieri a los epicúreos<br />
habla de Farinata degli Uberti o cuando habla de Caval<br />
, se ha estudiado la presencia de ciertas formas de paganismo<br />
o se ha descubierto en determinado tipo de movimiento o<br />
de conducta una faceta que era visiblemente heterodoxa, visiblemente<br />
disidente, visiblemente inadecuable a la concepción cristiana<br />
tradicional. Podemos decir que ha sido sospechado el problema<br />
de que la imagen que nos hacemos habitualmente de la<br />
cultura medieval es falsa en la medida en que no está integrada<br />
con una justa apreciación de lo que ha significado la perduración<br />
de los elementos clásicos.<br />
Pues bien, estos elementos clásicos, estos elementos paganos,<br />
no son al fin de cuenta sino algo que está implícito en la presencia<br />
de esto que Dante Alighieri y tantos otros llamaban el epicureísmo.<br />
La tradición clásica subyace en la cultura medieval a través<br />
de una tímida afirmación <strong>del</strong> valor de la experiencia. Y un día<br />
cuando llegamos a las postrimerías de la Edad Media, comienza<br />
a advertirse que la experiencia comienza a adquirir un valor, comienza<br />
a reconocerse de un valor que sin duda alguna y a pesar<br />
de los inmensos esfuerzos por componerla e integrarla en la concepción<br />
platónico - cristiana, revelaba que contenía elementos nrofundamente<br />
disidentes. Se podría hablar de lo que llamaríamos<br />
"la tradición franciscana", que es la tradición <strong>del</strong> empirismo de<br />
Roger Bacon y que es la tradición de Guillermo de Oca; una afirmación<br />
típica <strong>del</strong> valor de la experiencia que oculta sus últimas<br />
posibilidades, que oculta lo que llamaríamos el valor de germen<br />
de descomposición que encierra con respecto al sistema intelectual<br />
racionalista y de linea platónico - cristiana. Pero cuando llegamos<br />
a los últimos tiempos de la Edad Media, vemos que hay de manera<br />
universal una afirmación de la experiencia que está probando<br />
que aquellos integrantes clásicos de la cultura medieval<br />
tenían mucho más fuerza, mucho más vigencia que la que nos<br />
hacía sospechar la construcción tradicional, la concepeión ortodoxa<br />
de la cultura medieval.<br />
En el campo de la vida histórica, en el campo de la interpretación<br />
de la vida histórica, tenemos algunos elementos que nos<br />
empiezan a llamar la atención ya en el siglo XIV, quizá antes y<br />
quizá en piezas que no niegan, que no se atreven a negar, que<br />
están saturadas por otras muchas cosas de tradición platónicocristiana.<br />
Cuando llegamos al siglo XIV y al siglo XV esto es innegable.<br />
Tenemos testimonios historiográficos que yo aludí en la<br />
clase anterior, tenemos otros muchos testimonios. ¿ Cómo puede<br />
explicarse lo que llamaríamos "la revolución plástica" en el siglo<br />
XIV y el XV, sino por una afirmación de la experiencia'? ¿. Cómo<br />
podría explicarse la crisis religiosa'? ¿ Cómo podria explicarse la<br />
crisis de la escolástica'? Todo esto está revelando que hay un germen<br />
de descomposición en la tradición ortodoxa platónico - cristiana<br />
que amenaza la presunta unidad de la cultura medieval.<br />
-102-<br />
Cuando llegamos al siglo XV, especialmente en Italia esta<br />
afirmación de la experiencia se torna innegable. Testimonio~ historiográficos<br />
no nos faltan, testimonios plásticos no nos faltan.<br />
pero lo que sí nos falta es' que alguien se atreva a medir la sig~<br />
nificación de la experiencia, a afirmar que tiene también una<br />
posibilidad de valor último y a afirmar que hay en la vida <strong>del</strong><br />
hombre y en consecuencia en la vida de las sociedades, esto es,<br />
Bn la historia, una virtualidad interpretativa que está esperando<br />
que se despierte bajo el signo de una justa estimación de lo que<br />
significa la actitud real <strong>del</strong> hombre frente a las cosas v frente<br />
a los demás hombres. .<br />
Se podría decir que en las postrimerías <strong>del</strong> siglo XV se nos<br />
anuncia esta crisis sustancial a través de la actitud e i~clusive<br />
d;l pensamiento de Leonardo. En esta revisión que se está hacIendo<br />
en los últimos tiempos en el pensamiento de Leonardo tan<br />
fértil por lo demás, se encuentra una afirmación <strong>del</strong> valor de la<br />
naturaleza que es todo una revelación. Es en cierto modo una<br />
teoría la que está implícita en el famoso "Tratado de la Pintura";<br />
una afirmación de la teoría implícita en toda la pintura <strong>del</strong><br />
Cuatrocientos.<br />
P?es en el campo de la interpretacióú histórica, en el campo<br />
de la mterpretación de la vida de relación, en el campo en consecuencia<br />
común de la política y de la historia, este papel es el<br />
que cumple Maquiavelo: poner al descubierto el valor último de<br />
la experiencia, poner al descubierto el valor último de las relaciones<br />
reales entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre<br />
y los demás hombres, y tratar de establecer una doctrina Esta<br />
d?ctrina naturalmente comenzó siendo, como comienzan si'empre<br />
sIendo las grandes revoluciones, una afirmación <strong>del</strong> pasado remoto<br />
contra el pasado inmediato.<br />
. El p~nsamiento de ~Iaquiavelo cree ser -inclusive en el propIO<br />
Maqmavelo- una sImple restauración de la vieja concepción<br />
romana de la historia. En parte no se equivoca, su pensamiento<br />
es una afirmación de lo que llamaríamos la tradición clásica sumergida<br />
a lo largo de la Edad Media, pero no ahogada. Lo cierto<br />
es, sin embargo, que además de eso, es una doctrina oriO'inal. Esta<br />
doctrina original es tan original, lo es hasta tal punto~que sirve<br />
de fundamento a todo 10 que podríamos llamar la estructura <strong>del</strong><br />
pensamiento moderno en relación con los problemas de la vida social.<br />
De aquí su inmensa significación.<br />
Maquiavelo es balance de una época; es discriminación nítida,<br />
<strong>del</strong>iberada, consciente, de dos puntos de vista frente al problema<br />
de la consideración de lo' humano, de lo que hoy llamaríamos<br />
10 social, lo político, lo humano también en el sentido más<br />
general. Discriminación de dos posiciones y toma de partido resuelta,<br />
categórica, en favor de una de esas posiciones arrostrando.<br />
naturalmente, la inmensa responsabilidad que significaba desva~<br />
lorizar una posición cuando se afirmaba la otra.<br />
-103-
histórica singularisima.<br />
experiencia como supremo valor<br />
en realidad él generaliza su propio<br />
ha tenido una experiencia histórica verdaderamente<br />
excepcj[011[al. Maquiavelo nace en el 1465; Maquiavelo despierta a<br />
política muy joven todavía, en el momento en que su ciudad<br />
natal -Florencia-ve desaparecer el viejo sistema <strong>del</strong> principado<br />
que habían instaurado los Médicis, que desaparecen expül'<br />
sados por los franceses en 1494, y ve la restauración de la comuna<br />
librebajo el signo de-la restau.ración de la concepción platónicocristiana<br />
encarnada por Savonarola. Este es u.n episodio único en<br />
cuanto a la pureza y a la nitidez conque se da la contraposición <strong>del</strong><br />
pensamiento. Pero en realidad es el fenómeno típico <strong>del</strong> siglo XV<br />
y <strong>del</strong> XVI en algunas partes.<br />
El siglo XV nos había mostrado cómo el curso natural de<br />
las cosas había hecho eso que hoy también se llama, aplicándolo<br />
a nuestro tiempo, la revolución de las cosas. Había hecho una revolución<br />
que consistía en ir -que es la revolución burguesa por<br />
otra parte- en ir postergando, en ir omitiendo, sin declaración<br />
ninguna de guerra, 10 que constituía el bagaje tradicional, el esquema<br />
tradicional de la comprensión <strong>del</strong> mundo. La ¡'evolución<br />
burguesa empezó a omitir -sin negarlo, sin preocuparse de negarlo<br />
en campo doctrinario-, se había preocupado por omitir, por<br />
postergar, lo que llamaríamos la concepción trascendentalista <strong>del</strong><br />
mundo. Y viviendo según este principio había llegado a transformar<br />
esa concepción trascendentalista sobre un sistema ritual<br />
que no afectaba prácticamente al desarrollo de la vida cotidiana<br />
y que no incidía sobre el sistema de los valores morales. Y en<br />
todas partes vamos a asistir a una contraposición violenta, a una<br />
reacción violenta <strong>del</strong> espíritu tradicional que se empeña en no<br />
perder posiciones, que descubre un día el peligro de estas formas<br />
espontáneas de vida nuevas y re<strong>nov</strong>adoras.<br />
En todas partes vamos a asistir a episodios que nos revelan<br />
que el espíritu tradicional ha descubierto que está en peligro. ¿ Qué<br />
es al final de cuentas la Contrarreforma'? ¿ Qué es el desarrollo<br />
de la Inquisición'? ¿, Qué es todo este vasto movimiento'? ¿, Qué es<br />
Felipe II sino este intento de reacción frente a la crisis <strong>del</strong> sistema<br />
tradicional para apuntalado y defenderlo ahora mediante<br />
un formidable aparato de autoridad'? Pues este vasto fenómeno,<br />
que constituye el fenómeno típico de los albores de la Edad lVIoderna,<br />
este fenómeno que origina esta especie de constante contradicción<br />
que acusa toda la Edad Moderna hasta llegar al siglo<br />
XVIII; este fenómeno se da en pequeña escála, diriamosen la<br />
escala humana, en la escala de la percepción de un individuo que<br />
ve todos los elementos <strong>del</strong> problema pasearse <strong>del</strong>ante de sus ojos;<br />
este fenómeno se da en Florencia con la restauración <strong>del</strong> orden<br />
tradicional por3avonarola.<br />
y lVIaquiavelo, que participaba <strong>del</strong> espíritu florentino en la<br />
-104-<br />
medida en que se había saturado de esos principios que caracterizaron<br />
la época de Lorenzo el Magnífico, asiste un día a la crisis<br />
de ese sistema y al intento de restaurar un orden tradicional que<br />
evidentemente había perdido vigencia, había perdido justificación,<br />
pero que en esta contingencia histórica aparece ahora endurecido,<br />
ordenado como un vigoroso sistema, y con deseo de apelar<br />
a la autoridad, a la intransigencia, a la intolerancia, para reafirmarlo<br />
ante la evidencia de que no tenía lo que podríamos llamar<br />
"un apoyo estatal". El gobierno -mejor la era de ascendiente incuestionable<br />
de Savonarola en Florencia- dura desde 149 L 1 hasta<br />
1498. Es la época de restauración de lo que podríamos llamar "la<br />
comuna cristiana"; una comuna con los típicos caracteres de la<br />
comuna medieval, de 108 albores <strong>del</strong> desarrollo capitalista, en un<br />
mundo que estaba creciendo en el orden capitalista hasta superar<br />
los esquemas posibles <strong>del</strong> orden comunal; orden capitalista que<br />
estaba creando ya 10 que llamaríamos la economía nacional, esto<br />
es, el orden que crea Luis XI en Francia, por ejemplo. Y al lado<br />
o por encima de esta comuna medieval restaurada intenta Savonarola<br />
superponer todo el sistema de valores tradicional también<br />
-en crisis desde el siglo XIII por lo demás visiblemente- y que<br />
él procura fortalecer con un sistema de autoridad. Savonarola, podría<br />
decirse, tratando de pasar por alto las inmensas diferencias,<br />
es una especie de precursor de Felipe II, o quizá, de Fernando II<br />
de Alemania. Implica un enorme esfuerzo por restaurar un sistema<br />
caduco; por transformar en vigente lo que espontáneamente<br />
y sin que nadie le diera una batalla frontal, había dej ado de<br />
tener vigencia.<br />
y este hombre que quemaba cuadros en la Plaza de la Señoría,<br />
porque decía que eran llamados a la sensualidad y que apartaban<br />
de la vida contemplativa; este hombre que repudiaba el<br />
desarrollo literario característico de la corte medicea <strong>del</strong> siglo XV;<br />
este hombre que impugnaba las costumbres florentinas; este hombre<br />
que aspiraba a que Florencia, la Florencia que había conocido<br />
a Pedro de la Francesca y a Masaccio y a Botticelli, a que volviera<br />
a ser la Florencia anterior, la Florencia Antica, la Florencia<br />
anterior todavía a la época de Dante, es decir la Florencia que<br />
va Dante añoraba: este hombre pone al descubierto ante los ojos<br />
de este sagaz ob~ervador todos los mecanismos internos de la<br />
política de su tiempo. Es, podríamos decir, este esfuerzo de nadar<br />
contra la corriente 10 que desata el espectáculo ante los ojos de<br />
.\'Iaquiavelo de cuál es el dinamismo real, el dinamismo incontenible<br />
de la vida política de su tiempo.<br />
Maquiavelo le llamará a Savonarola "el Profeta de San Marcos"<br />
v en esta fórmula está encerrando los dos términos de su<br />
interpretación de la vida histórica. Se puede ser profeta, puede<br />
sentirse un individuo poseedor de un plan; pero este plan no puede<br />
ser predicado: tiene que ser impuesto. Y Savonarola quiso armar<br />
un aparato de autoridad y lo quiso armar a la manera medieval<br />
-105-
as(::erlctil¡!n1;e moral. Savonarola terminó quey<br />
este final <strong>del</strong> reverenciado prereformador<br />
social; este final <strong>del</strong> político<br />
o quiso ser Savonarola- completó el cuallamaríamos<br />
"el fenómeno experimental de la poque<br />
lVIaquiavelo tuvo <strong>del</strong>ante de sus ojos.<br />
Si se sigue el proceso de Savonarola desde el comienzo hasta<br />
el fin, se ven cuáles eran los elementos que pudo manejar lVIaquiavelo.<br />
lVIaquiavelo pudo manejar en cuatro años, con la experiencia<br />
de sus 25 ó 30 años de vida, todos los experimentos que<br />
los historiadores contemporáneos pueden percibir en la política<br />
moderna sólo en el plazo de ciclos de un par de siglos.<br />
Todo eso se le presentó bajo los ojos y con una extraordinaria<br />
perspicacia, con un sentido extraordinario de lo que llamaríamos<br />
los móviles reales, puso al descubierto todos los elementos<br />
en juego y no creó sino que describió una situación. Subrayo<br />
estas palabras porque lo que se ha llamado "el maquiavelismo",<br />
con una intención pérfida por cierto, no ha existido nunca en lVIaquiavelo.<br />
lVIaquiavelo no ha propuesto una política; lVIaquiavelo<br />
ha tratado de describir una política que todo el mundo hacía. El<br />
no la ha propuesto; él la ha descubierto, él ha construído un sistema<br />
con los datos de la realidad. Y ese sistema, tan combatido<br />
por unos y por otros, tan combatido por un maquiavélico profundo<br />
como era Federico II de Prusia, tan combatido por quienes se<br />
atenían profundamente al espíritu de su política, tan combatido,<br />
pues, por razones de mojigatería; ese sistema, ha resultado ser<br />
lo que podríamos llamar "la Biblia de la política moderna", de<br />
la política <strong>del</strong> mundo moderno.<br />
y no ha sido su capacidad creadora de político, ha sido su<br />
capacidad de análisis lo que le ha valido este triunfo. Porque todo<br />
el inmenso valor que tiene lVIaquiavelo es haber descubierto con<br />
absoluta precisión el sistema de incentivos, los mecanismos que<br />
estaban caracterizando la política de su tiempo que él transportó<br />
a la historia política de Florencia, que él utilizó para interpretar<br />
la vida política de Roma, con todo lo cual, adquirió la cantidad de<br />
datos suficientes como para darle, a todo su sistema interpretativo,<br />
profundo significado permanente.<br />
Quizá la obra más singular de lVIaquiavelo sea, en mi opinión,<br />
"La vida de Castruccio Castracani señor de Luca", un tirano <strong>del</strong><br />
siglo XIV, uno de los tantos "Signori", que le interesa a él de una<br />
manera singular como ejemplo humano, pero cuya experiencia política<br />
él describe en términos tan extraordinariamente modernos<br />
que aún hoy produce cierto escalofrío su lectura. En "Castruccio<br />
Castracani" descubre todas las cavidades. de lo que luego se ha<br />
llamado "el político". Podría decirse que el análisis que Ortega<br />
v Gasset hace de lVIirabeau', a quien llama "lVIirabeau o el político",<br />
está implícito sustancialmente en esta biografía de Castruccio<br />
Castracani que escribe lVIaquiavelo.<br />
-106-<br />
Esos elementos que constituyen los móviles reales de la acción<br />
política, que constituyen los fundamentos <strong>del</strong> desarrollo hi~tórico,<br />
los transporta en dos de sus obras fundamentales al analisis<br />
de la primera década de Tito Livio, y los transporta al análisis<br />
<strong>del</strong> desarrollo histórico de la ciudad de Florencia que él escribe,<br />
siguiendo la línea de los viejos cronistas florentinos, podríamos<br />
decir desde Giovanni Villani en a<strong>del</strong>ante, pero in<strong>nov</strong>ando,<br />
in<strong>nov</strong>ando de una manera extraordinariamente profunda en el<br />
análisis de los móviles. Y esta experiencia, y esta aplicación de<br />
la experiencia, le permite finalmente construir un sistema interpretativo;<br />
sistema interpretativo que constituye la aurora <strong>del</strong> pensamiento<br />
histórico moderno. A partir de él la historiografía difícilmente<br />
podrá olvidarse <strong>del</strong> aporte, de la revolución que hace<br />
lVIaquiavelo en la concepción de la Historia. Habrá sin duda alguna<br />
en el siglo XVI, todavía, historiadores a la manera antigua<br />
que perpetúen de algún modo la vieja interpretación medieval.<br />
Todavía en el siglo XVII -Bossuet- va a escribir una interpretación<br />
de la Historia Universal ateniéndose a los conceptos agustinianos,<br />
pero en cuanto se empieza a rastrear lo que llamamos<br />
"la revolución moderna en el campo de la interpretación historiográfica"<br />
se advierte que la presencia de lVIaquiavelo, en mucho o<br />
en poco, no falta nunca en ningún historiador <strong>del</strong> período moderno.<br />
lVIaquiavelo, como dije al principio, cree, como casi todos los<br />
hombres <strong>del</strong> siglo XVI, que no tiene otra originalidad que la de<br />
restaurar las ideas de la antigüedad clásica. Eles un profundo<br />
lector de los autores clásicos. Como es sabido Nicolás lVIaquiavelo<br />
comienza a actuar en política después de la caída de Savonarola,<br />
después de 1498, y actúa como Secretario de la Comuna florentina<br />
desde 1498 hasta 1512, fecha en que se produce la restauración<br />
de los l\1édicis y se produce su exilio. Apartado de la política, incluído<br />
arbitrariamente en una de las conspiraciones anti - mediceas<br />
que se producen después de 1512, es obligado a retirarse de<br />
la ciudad de Florencia y él se instala en un pueblecito de los<br />
alrededores de Florencia, llamado San Casciano.<br />
y allí pasa los años hasta que muere en 1526, dedicado a la<br />
contemplación, según él cuenta en una maravillosa carta que escribe<br />
a un amigo, explicando cómo se dedica al cuidado de su viña<br />
y al cuidado de su hacienda y cómo procura obtener de qué vivir<br />
durante todo el día; y cómo no vacila en entrar a la taberna a<br />
jugar a la trisca con sus vecinos, y cómo después de eso vuelve a<br />
su casa, se viste -dice él- "el hábito noble <strong>del</strong> letrado" y se<br />
pone a dialogar con los grandes de la humanidad, con los grandes<br />
de la antigüedad que él considera sus padres. Y en la lectura de<br />
Tito Livio, y en la lectura de los poetas clásicos y ele los filósofos,<br />
va ordenando -obsérvese bien lo que digo-, va ordenando un<br />
sistema de ideas que él no ha sacado de los clásicos, sino que ha<br />
sacado de su propia experiencia, pero que le es permitido ahora,<br />
a la luz de la experiencia de la historia clásica y ante el ejemplo<br />
~107-
de los sistemas interpretativos de los historiadores clásicos, ordenar,<br />
con un criterio que es revolucionario.<br />
La más revolucionaria de sus ideas fue afirmada a principios<br />
<strong>del</strong> siglo XVI, es decir diez o veinte años antes de la Reforma, en<br />
una época de extraordinario desarrollo <strong>del</strong> nuevo misticismo, en<br />
pleno desarrollo de las luchas religiosas, durante la amenaza de<br />
la crisis religiosa, mejor dicho, afirmar de una manera categórica<br />
esta idea: el hombre es un ser natural. Este es todo el descubrimiento<br />
de Maquiavelo. El hombre es un ser natural como creían<br />
los historiadores clásicos, como creían los filósofos clásicos, como<br />
creía Epicuro. El hombre es un ser natural, es decir, el hombre<br />
es esencialmente sujeto de egoísmos y de pasiones y no tiene otros<br />
móviles en su existencia que la satisfacción de sus necesidades,<br />
de sus instintos, de sus pasiones, de sus anhelos primarios, algunas<br />
veces recubiertos con ciertos ideales que formula intelectualmente<br />
pero que encubren este llamado imperioso de la voluntad.<br />
Era una vieja tesis, era la vieja tesis pesimista de la Antigüedad.<br />
Volvió a ser -no nos olvidemos- es la vieja tesis pesimista<br />
<strong>del</strong> racionalismo, es finalmente toda la tesis pesimista que<br />
preside la filosofía moderna. ¿ Cómo se explicaría a Rousseau sin<br />
lVIaquiavelo? Pues este descubrimiento implica una "revolución<br />
copernicana", implica rever totalmente el sistema de valores tradicionales.<br />
Y de aquí en a<strong>del</strong>ante, es decir, a partir de esta idea<br />
<strong>del</strong> hombre, empieza a explicarse la idea <strong>del</strong> comportamiento <strong>del</strong><br />
ser individual, la idea <strong>del</strong> comportamiento <strong>del</strong> individuo en la comunidad,<br />
de acuerdo con este nuevo criterio que establece.<br />
Entre todas las manifestaciones de esta actitud primaria <strong>del</strong><br />
individuo, Maquiavelo sostiene que el impulso egoísta se manifiesta<br />
sobre todo en un impulso de poder. Obsérvese la significación.<br />
Ha sido necesario llegar al siglo XIX para que se advierta<br />
la discríminación posible entre el impulso de poder y el impulso<br />
de riqueza. En el siglo XVI nos encontramos con una interpretación<br />
de la Historia de acuerdo con la cual el móvil sustancial de<br />
la Historia es la lucha por el poder. No se le oculta a Maquiavelo<br />
la significación de la estructura económica de la Historia, pero<br />
afirma categóricamente que quien tiene el poder tiene dinero. De<br />
modo que si hubiera que reducir a un esquema, que sería falso<br />
por cierto, su concepción de la Historia, habría que decir, contraponiendo<br />
a la formulación que se utiliza también falsamente<br />
para definir la concepción de Marx, habría que decir que es el de<br />
Maquiavelo "un determinismo político". Este determinismo político<br />
es prácticamente la teoría histórica de la Edad Moderna.<br />
¿ Cómo se podría explicar a Voltaire, para tomar un ejemplo<br />
significativo, sin esta afirmación categórica de cuál es el móvil<br />
sustancial de la Historia? Y obsérvese esta significación. Cuando<br />
en el siglo XIX se discrimina poder económico y poder político,<br />
cuando en el siglo XIX se discrimina plano económico y plano<br />
político, se asiste a una redistribución de la responsabilidad his-<br />
-108-<br />
tórica y como el hacer económico le interesa a todos los sectores<br />
de la sociedad, se empieza a hacer una Historia en donde prevalece<br />
el acento de lo social porque empiezan a aparecer, como<br />
capaces de decidir en el plano de la Historia, todos los sectores<br />
sociales, inclusive aquellos que son a primera vista un poco inertes,<br />
porque se empieza a estimar la significación de las masas de<br />
los desposeídos, de los que no tienen posibilidad de actuar en la<br />
disputa por el poder, en el simple quehacer económico.<br />
La historia social, es decir, la estimación <strong>del</strong> valor de las<br />
masas, no podría aparecer antes que se hubiera hecho esta discriminación<br />
entre el plano de lo económico y el plano de lo político,<br />
porque sólo en el plano de lo económico se puede medir y<br />
advertir la significación de las masas. Para Maquiavelo, que no<br />
discrimina lo político de lo económico, que supone que lo económico<br />
es algo que depende de lo político, que supone que el hombre<br />
es un ser movido por instintos y pasiones, que esos instintos finalmente<br />
no resuman sino en la lucha por el poder, la Historia<br />
no podía ser sino la Historia de las luchas por el poder. Y esto<br />
es la concepción de Maquiavelo. La Historia es un determinismo<br />
político, la Historia es el espectáculo de la lucha por el poder.<br />
¿ Quiénes luchan por el poder? Todos -dice él-, todos tienen<br />
instintos y pasiones; todos son capaces de desear, todos son<br />
capaces de querer. Pero este buen lector de los clásicos, este buen<br />
lector de Tito Livio, descubre que lo importante en la Historia<br />
no es desear y querer, sino poder y hacer. Y su Historia en su<br />
determinismo político es una especie de desenfrenado canto <strong>del</strong><br />
valor de la voluntad. La voluntad es lo propio <strong>del</strong> vivir, la voluntad<br />
es lo propio <strong>del</strong> varón, la voluntad es lo que transforma un<br />
individuo de ser inerte en ser actuante y decisivo. De aquí su<br />
interpretación de lo que es la masa humana.<br />
Este pesimista, este terrible pesimista, afirma que los hombres<br />
se dividen en dos grandes grupos. Unos son aquellos -dice<br />
él- que no son ni demasiado malos ni demasiado buenos, es<br />
decir, mediocres. El le llama mediocres no sólo a los que son un<br />
poco malos, no sólo a los que son un poco buenos, sino a todos<br />
aquellos que no han decidido optar y, podríamos decir, jugar totalmente<br />
una carta, o la de la maldad o la de la bondad: a él no<br />
le importa. Porque si algo caracteriza esta concepción de su determinismo<br />
político y su concepción voluntarista es, naturalmente,<br />
el escindir totalmente la concepción histórica de la concepción<br />
moral. El no la niega, es decir, no niega el deber ser, él no es<br />
un maquiavélico. El afirma que el deber ser es algo que el hombre<br />
postula y hacia lo cual aspira, pero se limita a observar que luego<br />
no vive según el deber ser, sino según un cierto tipo de relaciones<br />
que sólo en excepcionales casos se remonta por encima <strong>del</strong> ser hacia<br />
el deber ser. Y mientras mantiene esta escisión entre lo moral y<br />
lo político, afirma que lo político es lo estrictamente histórico, e<br />
inversamente que lo histórico es solamente lo político, porque la<br />
-109
historia se da en el plano de la voluntad y la voluntad es lo que<br />
caracteriza a esta pequeña minoría de los que se deciden a ser<br />
o infinitamente malos, o decididamente malos o decididamente<br />
buenos, jugando, diríamos, la totalidad de sus posibilidades a una<br />
sola carta para imponer finalmente su voluntad sobre los demás.<br />
Esto es lo que él había observado en Castruccio Castracani<br />
y decía terminando la biografía: "Si Castruccio Castracani no hu'<br />
biera sido Señor de Luca y le hubiera tocado actuar en otro escenario,<br />
hubiera sido tan grande como Alejandro Magno". Porque<br />
el sujeto es el mismo, porque el ser humano es el mismo.<br />
Cambian las circunstancias. Pero él era curioso <strong>del</strong> mecanismo<br />
psicológico y <strong>del</strong> mecanismo histórico. Para él una misma cosa<br />
por cierto. La Historia no era finalmente sino una especie de<br />
vasta proyección de la acción de unos cuantos, de esta élite, de<br />
esta élite que ahora ha vuelto a llamarse la élite <strong>del</strong> poder.<br />
Porque obsérvese que después de nuevas experiencias muy<br />
típicas <strong>del</strong> siglo XX, ha vuelto a reflexionarse sobre si las relaciones<br />
entre lo económico y lo político son exactamente en el orden<br />
en que se habían previsto en el siglo XIX. Y otra vez se ha<br />
producido un vasto movimiento, de expectativa por lo menos, con<br />
respecto a la significación decisiva de lo puramente político. Yo<br />
me atrevería a decir que después de la experiencia <strong>del</strong> fascismo<br />
y <strong>del</strong> nacional socialismo, hay en el campo de la interpretación<br />
histórica un cierto retorno a lVIaquiavelo.<br />
Esta concepción voluntarista, propia naturalmente de un pesimista<br />
como era él, de un hombre que partía de la base de la<br />
concepción naturalista <strong>del</strong> ser humano, se caracteriza, como acabo<br />
de decirlo, sustancialmente por este distingo entre moral y política.<br />
Toda la política medieval se había caracterizado por una<br />
especie de omisión de la conducta real y una afirmación <strong>del</strong> deber<br />
ser como si fuera realmente el ser. No hay más que ler los<br />
innumerables tratados para príncipes, empezando .. por las máxi'<br />
mas que contiene "La vida de San Luis de Joinville" y llegando<br />
hasta "El regimiento de Príncipe" de Gómez lVIanrique, en la<br />
España <strong>del</strong> siglo XV, para descubrir que toda la concepción política,<br />
en relación estrecha con la concepción histórica de la Edad<br />
Media, consiste en afirmar que el poder está al servicio <strong>del</strong> deber<br />
ser. Pero lVIaquiavelo descubre en la experiencia de su tiempo y<br />
proyecta la experiencia de su tiempo luego a las fuentes históricas,<br />
y se siente autorizado para decir que es la experiencia de<br />
todo tiempo, y afirma que ese deber ser es exclusivamente una<br />
aspiración que se da en ciertos espíritus a quienes repugna la<br />
realidad, y afirma que aunque la realidad repugne la realidad es<br />
la realidad, y la describe como la ve.<br />
Por eso digo que no es exactamente él un maquiavélico en<br />
el sentido que habitualmente se ha dicho, sino simplemente un<br />
anatomista capaz de disecar un cuerpo y poner sobre la mesa <strong>del</strong><br />
gabinete los elementos para su estudio. Eso es lo que hace. Yesos<br />
-110-<br />
son l~s. ~lementos q;l~ descubr~n esta realidad. Y los descubre en<br />
el a!lalISIS de la polIbca de Lms XI como los descubrirá contempOl~aneamente<br />
Commin el memorialista que escribe toda la historIa.<br />
(~e la lucha entre Luis XI y el Duque de Borgoña. Y lo desc~lbrIra,<br />
,como lo ha descubierto antes, con gesto patético, el CancIller<br />
Lopez de Ayala en España, cuando escribe la crónica de<br />
Don. Pedro I, cuando escribe "El Rimado de Palacio", en que se<br />
qU~J~ amargar,nente de cómo es la política, pero dice cómo es la<br />
po.lIbca. lVIaqu~avelo no se queja. Tiene un humor itálico y se limIta<br />
a descrIbIr la realidad sin quejarse, aun cuando no escatima<br />
su respeto, su admiración, por aquellos que son capaces de sobreponer~~<br />
a esto que podríamos llamar "los llamados <strong>del</strong> instinto,<br />
de la paSIOn, <strong>del</strong> egoísmo", y son capaces de sacrificarse por algo<br />
que ellos creen que es éticamente lo mejor. Y no lo niega. El habla<br />
de Savonarola con un respeto profundísimo, pero señala que<br />
era un profeta desarmado. No se opone a que sea un profeta. Se<br />
OpO!le a que el profeta sea un político; se opone a que el político<br />
este desarmado, y se empeña en demostrar que no se puede act:lar<br />
sobre una sociedad que quiérase o no se mueve por esos móvI~es,<br />
con ~rmas que no se dirigen, con métodos que no se admI,te.n,<br />
Con lllstrumentos que no son capaces de actuar sobre esos<br />
movI1es.<br />
Este vasto sistema no sólo es la restauración de algunos elementos<br />
de la concepción clásica, sino que tiene todos los element~s.<br />
nuevos de la experiencia de la burguesía. Esto es. lo que sig<br />
~IfIca :1 pensamiento de lVIaquiavelo. lVIaquiavelo es, en· última<br />
I~sta~lcla, la doctrina política que corresponde a la gran experIenCIa<br />
burguesa de fines de la Edad lVIedia. El describe lo que<br />
ha hecho la burguesía, él describe el proceso mediante el cual se<br />
h~ ~le~ado al s.is.tema de la Señoría mediante el cual la monarquía<br />
dlllast.lCa tradIcIOnal será transformada en monarquía absoluta.<br />
De~cnbe lo que ~a ocm:ri.do. :: esto que ha ocurrido es algo que<br />
esta ,dentro de. cIerta loglca lllterna <strong>del</strong> proceso de la burguesía<br />
ql~e el ~a analIzado con bastante cuidado aunque no use la term~nolOgla<br />
que nosotros usamo~. El no analiza el proceso económICO<br />
que no.sotros hemos a~)rendido poco a poco a describir, pero<br />
en el mecamsmo <strong>del</strong> poder Juega el dinero un papel que era exactamente<br />
el que jugaba el capital naciente en la sociedad de las<br />
postrimerías de la Edad lVIedia.<br />
Digamos finalmente que de los clásicos ha heredado no sólo<br />
su concepción pesimista <strong>del</strong> hombre sino que ha heredado algunas<br />
o.tras. cosas, .y entre ellas, la típica concepción pragmática de<br />
la Hls.tOrIa. NadIe p~lede negar que este realista, que este voluntarIs.ta,<br />
qu~ este pesimista, tenía un enorme, un profundo amOl'<br />
por Itaha. ItalIa que no era sino una palabra, Italia que no era sino<br />
una reminiscencia clásica, Italia que no era una realidad en la<br />
experiencia histórica medieval. Italia era para él una virtualidad.<br />
Esa virtualidad podía transformarse en realidad a su manera de<br />
-111-
ver si se seguía una política análoga a la que habían seguido los<br />
gra11.desrealistas de su tiempo: Luís XI, Fernando de Aragón.<br />
ELcre{óque César Borgia podía cumplir esta función en Italia,<br />
y la verdad es que a pesar de sus crímenes, lo admiró en la medida<br />
en que pareció que era una esperanza. Lo que él quería era<br />
transformar esta virtualidad en una realidad; él quería que Italia<br />
llegara a ser una unidad política capaz de contraponerse a las<br />
grandes unidades políticas que se habían compuesto en su. tiempo,<br />
casi <strong>del</strong>ante de sus ojos. Esa realidad política que era ahora<br />
casi toda la Península Ibérica, esa realidad política que era ahora<br />
casi toda la antigua Francia. Esto quería él y al servicio de este<br />
designio puso este conjunto de máximas, este conjunto de consejos<br />
que se llama "El Príncipe", que es una aplicación de sus observaciones<br />
sobre la Historia a la realidad inmediata. De modo<br />
tal diríamos que su actitud empirista se perfecciona de un modo<br />
absoluto porque su concepción de la política proviene de la Historia<br />
y él procura que su concepción de la Historia revierta sobre<br />
la política y se transforme en el criterio capaz de asegurar algo que<br />
constituye en sus ojos un ideal.<br />
Quizás sean estos los rasgos fundamentales <strong>del</strong> pensamiento<br />
histórico de Maquiavelo. Si se quiere medir su grandeza -independiente<br />
de otras muchas, pues no en balde es uno de los más<br />
grandes prosistas italianos, porque no en balde nos deja en la "Mandrágora"<br />
una de las piezas maestras <strong>del</strong> teatro moderno- si se<br />
quiere medir su significación, dejando de lado otros aspectos, valdría<br />
la pena hacer alguna vez -y creo que no se hecho <strong>del</strong> todo<br />
a pesar <strong>del</strong> inmenso esfuerzo de Bíldari o de tantos otros- el<br />
balance de lo que podríamos llamar "el maquiavelismo sumergido<br />
que hay en la cultura moderna". Yo confío en que ese balance daría<br />
un resultado tan enorme que me atrevo a decir que la cultura<br />
moderna es en cierto modo inexplicable sin Maquiavelo y que está<br />
montada fundamentalmente sobre este principio. Puede ser que<br />
esta atribución sea exagerada en la medida en que él es más que<br />
un creador un hombre capaz de diagnosticar un estado de ánimo.<br />
Pero la verdad es que ese diagnóstico hizo de ese estado de ánimo<br />
una realidad viviente, lo transformó en una conciencia positiva,<br />
en algo que ya no se podía negar Y él tuvo, además, el inmenso<br />
valor de dar la batalla de frente contra una estructura intelectual<br />
que consideraba caduca y que muchos todavía conservaron simulando<br />
que estaba todavía vigente durante dos o tres siglos. No es<br />
poco para \1l1 hombre de pensamiento.<br />
SOCIEDADES MARGINALES DE<br />
AMERICA<br />
COLONIAL<br />
HISTORIA POLITICA E HISTORIA SOCIAL.<br />
Daniel D. Vidart<br />
Profesor de Enseñanza Secundaria<br />
Alguna vez se ha reprochado a los uruguayos dedicados a<br />
las disciplinas históricas su vocación por los temas de la Patria<br />
Vieja y su desinterés relativo por los acontecimientos de este<br />
medio siglo XX.<br />
El reproche no es <strong>del</strong> todo justo. Puede criticarse el desmedido<br />
énfasis otorgado a la historia política, pero nunca serán ociosas<br />
las investigaciones concernientes a la historia social. En este<br />
sentido, José Manuel Estrada ha escrito que "si conociéramos a<br />
fondo todos los fenómenos de la sociedad colonial, habríamos res:lelto<br />
las tres cuartas partes de los problemas que nos agobian".<br />
8m pretender tanto, nosotros podríamos decir que un correcto conocimiento<br />
de la historia colonial americana permitiría, si no resolver,<br />
plantear por lo menos de modo eficiente una serie de problemas<br />
relacíonados con la dínámica y la estratificación sociales.<br />
de nu~~tros días. Ya se sab~ que conocimiento no es acción y que<br />
la aCClOn no se basa necesarIamente en el conocimiento. Pero toda<br />
medida de política social fundada en un conocimiento acabado de<br />
las realidades puede asegurarle a la acción un mayor margen de<br />
resultados positivos.<br />
El espíritu de este ensayo está inspirado en tal tesitura.<br />
Las figuras románticas e intrépidas <strong>del</strong> gaucho v <strong>del</strong> mameluco<br />
así como las actitudes insurgentes <strong>del</strong> indio br~vo o <strong>del</strong> negr¿<br />
cimarrón o. adquieren, a la luz <strong>del</strong> análisis socioeconómico,<br />
una di-<br />
menSlOn menos espectacular, menos <strong>nov</strong>elesca, pero nos revelan<br />
al mismo tiempo los mecanismos de la sociedad rígida y esclavócrata<br />
que se asentaba en las colonias americanas de España y<br />
Portugal. .<br />
ESTRATIFICACION DE LA SOCIEDAD COLONIAL.<br />
( " ) Dirección postal <strong>del</strong> autor: Cerretti 928. Adrogué. Provincia de<br />
Buenos Aires.<br />
-1/2-<br />
Uno de los investigadores que más seriamente se ha preocu~<br />
pado por los aspectos económicos y sociales de América colonial<br />
es Sergio Bagú. (1) Sus estudios han demostrado que la pirámide<br />
clasista colonial estaba constituída por un pequeño vértice de po-<br />
--113 -
tentados que se apoyaba sobre una enorme base de desposeídos,<br />
sin que existiera casi una neutralizante clase media.<br />
La clase alta, dueña de la tierra y el dinero, estaba integrada<br />
por tres estratos que, a mi juicio, pueden clasificarse de esta<br />
manera.<br />
El primer estrato era el de los señores indianos de gravitación<br />
internacional, directamente vinculados al viejo continente:<br />
los propietarios de los ricos yacimientos de oro y plata de Nueva<br />
España (México) y Alto Perú (Potosí); los influyentes negreros<br />
<strong>del</strong> litoral brasileño; los grandes importadores que regían el comercio<br />
mayorista de los Virreinatos de Nueva España y Perú;<br />
los latifundistas azucareros de Bahía y las Antillas.<br />
El segundo estrato estaba compuesto por los potentados indianos<br />
de gravitación regional, amos de vidas y haciendas en el<br />
vasto hinterland de sus posesiones: los "Gran Cacao" de Venezuela;<br />
los viticultores, algodoneros y azucareros de los oasis de<br />
la costa peruana; los encomenderos y ganaderos prósperos de México;<br />
los Barones <strong>del</strong> café de la baixada fluminense (Río de Janeiro)<br />
; los mineraidores de Minas Geraes; los fazendeiros de las<br />
estancias meridionales <strong>del</strong> Brasil; los dueños de los trapiches azucareros<br />
y de los ejércitos de esclavos de Veracruz.<br />
El tercer estrato, más modesto, comprendía a los capitalistas<br />
y terratenientes de gravitación local: los encomenderos de Chile,<br />
país pobre de indios mansos; los criadores de mulas cargueras,<br />
escalonados entre Buenos Aires y el Alto Perú; los prestamistas<br />
cordobeses; los empresarios de vaquerías de Santa Fe y la Mesopotamia<br />
argentina que realizaban sus empresas en la Banda<br />
Oriental, vivero de ganados mostrencos; los corambreros, estancieros<br />
y saladeristas uruguayos <strong>del</strong> siglo XVIII que prohijaron el<br />
patriciado de la emancipación; los comerciantes de Buenos Aires<br />
y Montevideo, enriquecidos por el contrabando de cueros, ganado<br />
y otros productos.<br />
Mucho más abajo de estos tres estratos de potentados y formando<br />
una débil cintura de contención se hallaba una brumosa<br />
clase media compuesta por elementos improductivos (funcionarios<br />
menores de la Corona, médicos, profesores, cagatintas) y productivos<br />
(propietarios de pequeños obrajes textiles, medianos agricultores<br />
y ganaderos, comerciantes minoristas, artesanos de las<br />
nacientes urbes).<br />
Finalmente, en el nivel inferior, se encontraba la clase baja,<br />
casi inidentificable, pues apenas se distinguía de la legión de desposeídos.<br />
Estaba representada por los prepotentes capataces de<br />
las minas, estancias y obrajes que se desquitaban de su mestizaje<br />
más sociológico que biológico vejando al indio y murmurando<br />
<strong>del</strong> blanco; los artesanos indígenas y criollos; los peones<br />
<strong>del</strong> área rioplatense y los vaqueiros de las estancias <strong>del</strong> Brasil<br />
coionial.<br />
Estas tres clases, a su vez, se apoyaban sobre la escla-<br />
-114-<br />
vitud de derecho <strong>del</strong> negro y la esclavitud de hecho <strong>del</strong> indio que<br />
constituían así la base sufriente e irredenta de la econom.ía colonial:<br />
la mita, la yanacona y la trata de esclavos eran el trípode<br />
sobre el cual se apoyaba un sistema despiadado de explotación<br />
<strong>del</strong> hombre por el hombre que contradecía "el sentido misional<br />
de la conquista de América".<br />
LAS SOCIEDADES MARGINALES.<br />
Dentro <strong>del</strong> vocabulario ortodoxo aceptado por la sociología y<br />
la etnología la voz "marginal" designa, cuando se refiere a un<br />
grupo, al "incompletamente asimilado; que ha hecho dejación de<br />
su anterior· cultura y que todavía no ha logrado plena acepción<br />
en la nueva en cuyo seno vive". (2)<br />
En el presente caso nos apartaremos <strong>del</strong> significado atribuído<br />
para englobar en esta categoría de marginales a los elementos humanos<br />
voluntaria o involuntariamente segregados de la economía<br />
colonial y ubicados fuera de las jerarquías clasistas.<br />
Son marginales aquellos grupos que dan la espalda a la estructura<br />
económico - social de la Colonia y procuran subsistir de<br />
modo predatorio, ya sea actuando sobre los recursos naturales,<br />
ya sobre las propiedades y haciendas de los productores.<br />
Los elementos marginales abarcan toda la gama racial y se<br />
hallan tanto en las áreas etnográficas como en la ciudad v el<br />
campo. Hay en sus filas indios, negros, mestizos y blancos; s~ les<br />
encuentra en las orillas de las ciudades, en los vastos interiores<br />
rurales y se les presiente tras el parapeto de las grandes selvas<br />
o las pampas inmensas.<br />
Los marginales segregados de la sociedad colonial, desclasados<br />
sin remisión, son el cáncer <strong>del</strong> naciente capitalismo imperante<br />
en América, los detritus humanos de una economía de mano larga<br />
y miras cortas, el testimonio de una vida miserable y vejada por<br />
los intereses crematísticos.<br />
No constituyen en ningún momento un proletariado, como decía<br />
Juan Agustín García, ni en el sentido que otorga Marx al<br />
término ni en el que actualmente le atribuye Toynbee (proletariado<br />
externo e interno) ; no son tampoco un campesinado en quiebra,<br />
pues jamás han sido campesinos en el estricto alcance de la<br />
palabra. Para formar un proletariado se requieren cuatro condiciones<br />
que no se cumplen en estos núcleos: la conciencia de su<br />
débil condición económica; la posibilidad de coordinar sus esfuerzos<br />
para obtener reivindicaciones sociales; la categoría sociológica<br />
de masa, conjunto social con bajo grado de fusión y altisimo<br />
grado de tensión; hábitos, idoneidad y capacidad laborales.<br />
El campesino, por su parte, trabaja de modo regular la tierra;<br />
se relaciona económicamente con la ciudad, que es la contrapartida<br />
que lo condiciona, y su próximo o lejano mercado; se siente<br />
vinculado al paisaje que crea con su esfuerzo y que, a la vez, 10<br />
-115-
V
africanas mezcladas, naturalmente, con ciertos elemE:m1;os<br />
europeos e indígenas, como muy bien puede comprobarse<br />
en su extraño. y rico estilo ornamental. (7)<br />
Los esclavos negros íntroducidos a lo largo de los siglos XVII<br />
y XVIII se fugaron en tandas sucesivas al interior de la Guayana<br />
Holandesa a partir <strong>del</strong> primer tercio de este último, y desde<br />
ese entonces llevaron una existencia totalmente distinta a la que<br />
padecían en la costa y diferente también a la originaria de las<br />
tribus indígenas que cedían ante su desesperado empuje. Los etnógrafos<br />
han comprobado que estos grupos conservaron con fi<strong>del</strong>idad<br />
los padrones culturales imperantes en Africa en el siglo<br />
XVII; los esclavos posteriormente importados habían perdido, por<br />
contactos y desnaturalizaciones, los caracteres tradicionales de las<br />
culturas silvícolas.<br />
La primera gran insurrección de esclavos, con la consiguiente<br />
fuga masiva a la selva, ocurrió en 1730, en la plantación de Bergen<br />
Daal. Los negros alzados no retornaron jamás a la civilización que<br />
tan duramente los había tratado. Para estabilizar las relaciones<br />
los holandeses celebraron con ellos tratados de paz, pero estas fórmulas<br />
protocolares no lograron nada. La marginalidad social, cultural<br />
y económica de los boschnegers no fue atenuada de ningún<br />
modo y constituyó un enquistamiento africano segregado de la<br />
explotación colonialista.<br />
Las tribus de boschnegers formadas en el interior guayánico<br />
eran -y son aún- las siguientes: la Saramacca, la Awka y la<br />
Boni entre las mayores; la Matawaais, la Quintee Matawaais y la<br />
Paramacca, entre las menores. La Boni se ha lócalizado en la Guayana<br />
Francesa y la Saramacca, remontando el río Surinam, ha<br />
llegado con sus avanzadas hasta el territorio brasileño.<br />
La cultura trasplantada por estos negros a las florestas americanas<br />
tiene rasgos predominantes de los Fanti - Ashanti que pueblan<br />
la actual Ghana (ex Gold Coast); hay también, como expresa<br />
Arthur Ramos (8) influencias dahomeianas, propias de los yorubas<br />
y los bantús.<br />
Se han escrito interesantes estudios acerca de la cultura y<br />
el tipo físico de estos negros enclavados en las casi impenetrables<br />
selvas de la Guayana. (9) Uno de los datos más curiosos a<br />
consignar, y que denotan el contacto con otras áreas culturales,<br />
pese a que el cuerpo <strong>del</strong> complejo cultural continúa siendo africano,es<br />
que no hablaban -ni hablan- sus lenguajes maternos<br />
sino que recurrieron a una especie de lingua geral que era el<br />
equivalente selvático al papiamento <strong>del</strong> negro marinero <strong>del</strong> Caribe.<br />
Este talkee - talkee es una mezcla de holandés, francés, inglés,<br />
portugués y dialectos africanos. Un investigador que se ha<br />
preocupado por las particularidades lingüísticas de los boschnegers,<br />
dice que el pidgin de los negros selváticos es llamado por<br />
ellos mismos saramacca - tango o deepi - tahki, y agrega que las<br />
voces africanas se emplean de modo unánime en las ceremonias<br />
-118-<br />
mágicas y religiosas. (10)<br />
Pero la más importante comunidad de negros cimarrones es<br />
la <strong>del</strong> Quilombo dos Palmares, que durante el período que va de<br />
1630 a 1695 formó un extraño conglomerado étnico en la zona<br />
de los agrestes <strong>del</strong> Brasil nordestino.<br />
mares sirvió de refugio a millares de negros que se escapaban de<br />
las plantaciones, ele los ingenios azucareros, de los currais de garlo,<br />
de las senzalas suburbanas <strong>del</strong> litoral, en busca de libertad y de<br />
seguridad, substrayéndose así a los rigores de la esclavitud y a<br />
las sombrías perspectivas de la lucha contra los holandeses. (11)<br />
Lo singular de estos quilómbolas (quilombo es el mocambo,<br />
la habitación de los negros) es que no retornaron, como los boschnegers<br />
a la simple vida selvática de caza, pesca y recolección. Los<br />
fugados de las zonas agrarias plantaban caña de azúcar, algodón<br />
y maíz. Los ciudadanos volvían a sus oficios mecánicos y "se<br />
instalaban con tiendas de ferretería". Otros fabricaban canastas,<br />
vasijas, sombreros y abanicos. Otros, finalmente, criaban gallinas<br />
y se dedicaban a la caza y a la pesca.<br />
El término de República de los Palmares, que a veces se emplea<br />
para designar las comunidades de fugitivos, es inexacto y<br />
despistador. Fue Sebastián de Rocha Pita (12) quien expresó que<br />
el Quilombo era "una república rústica, bien ordenada a su modo".<br />
Puede hablarse, en cambio, de un Estado negro "a semejanza de los<br />
muchos que existían en Africa en el siglo XVII", regido por un jefe<br />
despótico, elegido entre los más hábiles o fuertes para adueñarse<br />
<strong>del</strong> poder.<br />
Los quilómbolas enquistados en los Palmares practicaban el<br />
tl'ueque con los más próximos vecinos. Cambiaban frutos, cerámicas<br />
y piezas de caza por manufacturas, armas de fuego, ropas,<br />
herramientas. Pero a veces, y estas eran las más, el negro de los<br />
Palmares despoj aba a los colonos portugueses de bienes, haciendas<br />
y mujeres, constituyendo así un peligroso "enemigo de puertas<br />
adentro". (13)<br />
El citado E. Carneiro especifica que sobre la actividad productiva<br />
material de los negros se constituyó una oligarquía formada<br />
por un grupo de jefes más o menos despóticos -el "Maestre<br />
de Campo" Ganga -Mui~a; el "Presidente <strong>del</strong> Consejo" Gana<br />
Zona; los jefes de mocambo Amaro y Pedro Capaca~a; el "potentado"<br />
AcaIuba; los "comandantes militares" Gaspar, Ambrosio y<br />
Juan Tapuya- presidida por el Rey Ganga - Zumba y después<br />
por el "General de Armas" Zumbí, sobrino <strong>del</strong> rey y jefe de<br />
mocambo.<br />
El más imponentes reductos de los negros palmarinos se levantaba<br />
en Macaco. Desde allí los quilómbolas efectuaban sus correrías<br />
predatorias para obtener manufacturas y lograr las tan<br />
ansiadas mujeres. Pero además de Macaco, en un área de alrededor<br />
de 27.000 kmts." extendida en el interior de Pernambuco<br />
y Alagoas, se alzaban otros reductos: los mocambos de Acotirene,<br />
-119-
'l'a,boca:s¡ Ll LlUJlu>, Dambrabanga, Osenga, Aqualtune, Serinháem y<br />
de de menor importancia. La Cerca<br />
alrededor de 5000 negros y Subupira,<br />
"ciudad", rodeada por una empalizada de madera y<br />
piedra, era el arsenal <strong>del</strong> reino. El estado despótico de los Palmares<br />
debía su nombre al habitat donde se había implantado. Esta<br />
región, fragosa y accidentada, estaba dominada por millones de<br />
palmas pindoba debajo de las cuales proliferaban otras palmas<br />
menos esbeltas: la catolé, la ouricurí y la titara.<br />
Pese al trueque y a las razzias ya aludidas, los negros vivían<br />
merced al funcionamiento de una bárbara autarquía económica,<br />
de carácter absolutamente marginal. Además de la agricultura, la<br />
recolección y las artes venatorias les proporcionaban abundantes<br />
recursos: los bosques ralos hervían de animales que los palmaristas<br />
cazaban con ingeniosas trampas (mundéus); en el tronco<br />
de las palmeras se criaban unos gusanos que, según los expedicionarios<br />
holandeses Blaer y Reíjmbach, tenían el grueso de un<br />
dedo y eran muy codiciados como manjar alimenticio; los palmitos<br />
les proporcionaban una abundante y rica ensalada; de los pequeños<br />
cocos de la palmera pindoba extraían aceite; con el coco<br />
común hacían una especie de manteca y una bebida fermentada;<br />
la habitación y el vestido salían de las distintas fibras, hojas y<br />
troncos de palmera; con la arcilla roja de las colinas sefabricaba,n<br />
las vasijas y recipientes.<br />
Las diversas campañas que se realizaron por parte de holandeses<br />
y portugueses contra los habitantes de los Palmares y que<br />
han dado origen a una vasta literatura, llena de exageraciones por<br />
cierto, no tienen cabida en este esquema. Es fecundo y sugestivo.<br />
no obstante, comparar la resistencia de lVIacaco con la que siglos<br />
más tarde y en regiones cercanas, el sediento sertáo se<br />
desarrollara en Canudos bajo las órdenes <strong>del</strong> fanático Antonio<br />
Conselheiro. (14)<br />
Un Capitan-do-mato mestizo conduce prisionero a un quilómbola nesrr"<br />
de los Palmares que se dirigía al engenho a robar mujeres. (Según<br />
Rugendas: Voyage Pittoresque dans le Bresil)<br />
LOS MARGINALES ECONOlVIICO - SOCIALES.<br />
Los deshechos sociales <strong>del</strong> régimen colonial, los vagabundos<br />
rurales y los mendigos urbanos, no lo son por <strong>del</strong>iberado propósito<br />
sino por motivos estructurales. Ellos no tienen sitio en la<br />
disimulada geología de las castas (son los parias americanos) ni<br />
en la visible pirámide de las clases. Han dejado de ser esclavos<br />
o mitayos, pero no hay una economía industrial ni una organización<br />
agropecuaria que los convierta en obreros o peones. No<br />
pertenecen a la clase inferior ni a la caterva sometida; están entre<br />
dos aguas, formando un estrato típicamente marginal.<br />
Los testimoníos que prueban la existencia de esta gente abundan<br />
en todas las historias locales <strong>del</strong> coloniaje. Utilizaremos al<br />
efecto los fragmentos transcriptos por Sergio Bagú y otros documentos<br />
accesibles <strong>del</strong> área rioplatense.<br />
-120-
En México, hacia 1558, "son muchos los que así hay vagamundos,<br />
especialmente mestizos". (15) Hacia el siglo XVIII las<br />
cosas empeoran aún más, pues como comprueba Abad Queipo, "el<br />
pueblo vive sin casa, sin domicilio y casi errante", (16) mientras<br />
Riva Palacio agrega que pululaba en México "un pueblo numeroso,<br />
mal vestido, hambriento, y que tenía por habitaciones<br />
miserables chozas o infectos cuartos en los suburbios de las<br />
ciudades". (17)<br />
'También en Chile y Perú existía un difuso subproletariado<br />
que en el caso <strong>del</strong> primer país se utilizaba a veces para formar<br />
cuerpos expedicionarios y que en el segundo prefiguraba el advenimiento<br />
<strong>del</strong> "roto". Refiriéndose a estos antepasados <strong>del</strong> "roto"<br />
dice Olivares:. "En la gente de baja esfera, criada sin educación,<br />
acostumbrada al libertinaje, que no es conocida de los jueces de<br />
los partidos, oculta en su misma pequeñez, es lamentable el ocio<br />
y más los vicios que nacen de él. De esta gente no será exagerado<br />
afirmar que la mayor parte se mantiene <strong>del</strong> hurto, y que habrá<br />
en todo el reino más de 12.000 que no tiene otro oficio ni ejercicio,<br />
con imponderable perjuicio de los que tienen haciendas en<br />
el campo; y en este maligno oficio han cobrado, con el hábito que<br />
facilita los actos de su especie, tanta destreza y osadía que se<br />
llegan a robar rebaños enteros de ganado de lana, las engordas<br />
de vacas y las manadas de cabras y caballos". (18)<br />
En el Río de la Plata los fenómenos son similares, aunque<br />
presentan variantes regionales. Mientras en Argentina se consolidan<br />
algunos grupos urbanos, la Banda Oriental está solamente<br />
habitada por indios bravos y ganados cimarrones. Cuando los vacunos<br />
comienzan a escasear en la zona pampeana y litoral cruzan<br />
a la Banda Oriental grupos de faeneros, con empresas organizadas<br />
para el arreo de reses, y la primitiva industria de la corambre<br />
y el contrabando de ganado atrae a elementos dispersos que comiezan<br />
a poblar los campos uruguayos. Antes de que existieran<br />
ciudades, las vastas campañas orientales ven llegar indios misioneros<br />
y caballistas santafesinos, cuyanos, puntanos, cordobeses,<br />
paraguayos y aun chilenos que se desparraman por las comarcas<br />
semisalvajes y viven a la buena de Dios, carneando reses sin dueño,<br />
amancebándose con las indias y dedicándose a las artes ociosas<br />
<strong>del</strong> canto, <strong>del</strong> "visteo" cuchillero y de los juegos de azar.<br />
Estos marginales sin ubicación en los cuadros de la sociedad<br />
colonial, llevan una existencia riesgosa pero libre en los pastizales<br />
donde pacen millones de reses mostrencas.<br />
El campo rioplatense conoce asi una tipología de individuos<br />
vacantes, orgullosos, que no trabajan y desprecian el trabajo, felices<br />
a su modo con su rudo destino, ya asentados en los límites<br />
de los grandes fundos, ya errantes de estancia en estancia, ya refugiados<br />
en las sierras y bosques para cometer abigeatos contra<br />
las haciendas y asaltos contra los viajeros. Son los arrimados, los<br />
agregados, los changadores, los gauderios, los camiluchos, los<br />
-121-
"malévolos", los gUC'\;Ilos de 1:;. Vrimera hora. NG se les debe confundir<br />
con los corambreros, arrieros y desgarretadores ni con los<br />
peones de las primeras estancias. Estos trabajan, son paisanos,<br />
explotan una riqueza de acuerdo a padrones muy simples pero integrados<br />
a la economía colonial. Aquéllos viven de lo que roban<br />
y de lo que les dan; llegan a las estancias pero no trabajan, y si<br />
intervienen en una yerra lo hacen para demostrar sus habilidades<br />
!'on el lazo o en la doma lujosa.<br />
Hacia 1642 un Acta <strong>del</strong> Cabildo de Buenos Aires comprueba<br />
que erran de estancia en estancia "quatreros y vagabundos" y<br />
casi un siglo después, en el Acta <strong>del</strong> 14 de octubre de 1713 se recomienda<br />
a los Alcaldes que anoten los que están "agregados" a<br />
chacras o estancias, pues parece que no son personas con hábitos<br />
regulares de trabajo. El "changador" ya figura en la Banda Oriental<br />
en documentos de 1729 y es el ladrón de ganado lisa y llanamente,<br />
que se lanza desde sus guaridas matreriles al robo de reses<br />
y al contrabando sistemático como forma habitual de vida. En<br />
un informe enviado en 1756 al Marqués de Val<strong>del</strong>irios, y luego<br />
remitido al Rey, el vecino Domingo González dice, refiriéndose<br />
a los campos bonaerenses: "Es constante que en los Partidos de<br />
la Magdalena, Matanza, Luxan, Areco, y los demás en que havitan<br />
los hazendados ay mucho número de familias agregadas a tierras<br />
ajenas con quasi ningunos vienes atenidos a un pedazo de<br />
carne que mendigan o por mejor decir, que abenturan y sus pocos<br />
cavallos para pasearse por la Campaña de Rancho en Rancho pasando<br />
la maior parte de su Vida metidos en los Vicios que les<br />
acarrea la: ociosidad y con poca o ninguna obediencia de las Justicias"<br />
.<br />
Documentos contemporáneos nombran a los "malévolos" y<br />
a los "pasianderos" y el famoso Concolorcorvo, en 1773, alude a<br />
los gauderios, que han quedado para siempre estereotipados en<br />
esta clásica descripción: "Estos son unos mozos nacidos en Montevideo<br />
y en los vecinos pagos. Mala camisa y peor vestido, procuran<br />
encubrir con uno O dos ponchos, de que hacen cama con los<br />
sudaderos <strong>del</strong> caballo, sirviéndoles de almohada la silla. Se hacen<br />
de una gllitarrita, que aprenden a tocar muy mal y a cantar desentonadamente<br />
varias coplas, que estropean, y muchas que sacan<br />
de su cabeza, que regularmente ruedan sobre amores. Se pasean<br />
a su albedrío por toda la campaña y con notable complacencia ,de<br />
aquellos semibárbaros colonos, comen a su costa y pasan las semanas<br />
enteras tendidos sobre un cuero, cantando y tocando" (19).<br />
La presencia de los portugueses en la Colonia <strong>del</strong> Sacramento<br />
(<strong>Uruguay</strong>) desde 1680 aviva la actividad contrabandística de los<br />
marginales campesinos de la Banda Oriental, mientras convergen<br />
cuatro puntas de lanza al crisol telúrico de los campos: <strong>del</strong> norte<br />
los Tapes de las Misiones; <strong>del</strong> noreste los bandeirantes; <strong>del</strong> este<br />
los argentinos, y <strong>del</strong> sur los piratas que se abastecen de cueros en<br />
sus desembarcos en las costas atlánticas.<br />
-122"":-<br />
Pero los "bagamundos", los "desgaritados" y la "gente ociosa"<br />
no son exclusivo privilegio <strong>del</strong> campo oriental. Si bien el Comisionado<br />
<strong>del</strong> Cabildo de Buenos Aires informa que en la Banda<br />
Oriental hacia 1721 "se acogen a los indios muchas personas cristianas<br />
de todas estas provincias que quieren vivir sin Dios, sin<br />
Rey y sin ley, considerándola por esa razón cueba de maldades",<br />
un Acta <strong>del</strong> Cabildo de Buenos Aires levantada en 1788 expresa<br />
que "la multitud de Bagabundos, forajidos, gentes ociosas o haraganas<br />
de que tanto abundan en la campaña son el origen de muchas<br />
muertes, robos y desórdenes" porque pueden "jugar, robar<br />
y hacer muchos excesos por el abrigo que hallan en cualquier parte,<br />
donde no se les niega un pedazo de carne y no les falta un<br />
Caballo en que vagar".<br />
Los marginales económico-sociales <strong>del</strong> régimen colonial encuentran<br />
en el campo una peligrosa Jauja de la abundancia y la<br />
libertad. Cuando la justicia los persigue de cerca, buscan refugio<br />
en las tolderías indigenas, acentuando así su segregación. Pero<br />
no son ni se .sienten indios. Su vida transcurre entre dos extremos:<br />
el de los representantes europeos <strong>del</strong> orden y el de los aborígenes<br />
americanos. Ambos son enemigos, pero en última instancia<br />
prefieren la fuga a los campamentos <strong>del</strong> infiel, que malamente los<br />
tolera a cambios de informes para sus tropelías y "malones", que<br />
la cárcel urbana <strong>del</strong> español.<br />
El gaucho futuro surgirá de esta cepa. Los gauchófobos lo<br />
consideran un ladrón y asesino: los gauchófilos lo redimen de<br />
todo mal v lo adornan con virtudes preclaras. Pero en el centro,<br />
como la v~rdad, está su real imagen, respondiendo a los determinantes<br />
de una economía ganadera y una sociedad pastoril que lo<br />
prohijan sin que por ello se incorpore a su seno. El gaucho no<br />
es un ángel ni una bestia; es solamente un marginal, un desclasado,<br />
un vagabundo dinámico, lírico y épico <strong>del</strong> campo argentino,<br />
uruguayo y riograndense. La filosofía ecuestre redime sus abigeatos<br />
cotidianos; el culto al honor y al coraje enjugan su deuda<br />
de excesos sangrientos; la lealtad y la hospitalidad disimulan su<br />
natural haraganería, su ociosa elegancia. Pero ni sus luces ni sus<br />
sombra~ impiden que sea un individuo al margen <strong>del</strong> trabajo regular<br />
de las estancias y sin ubicación en la austera pirámide clasista<br />
<strong>del</strong> campo rioplatense.<br />
Los marginales voluntarios.<br />
Confieso que al estructurar esta cuarta categoría tuve mis<br />
dudas, puesto que incluyo en la misma a dos tipos algo disímiles<br />
como son el "mozo perdido o alzado" y el bandeirante, y porque,<br />
además. los factores económico-sociales influyen decisivamente en<br />
sus voc~ciones y destinos. Pero me atreví a formar un grupo aparte<br />
porque la voluntad prima aquí sobre la necesidad, porque ellos<br />
se dislocan de una forma de vida y de un tipo de sociedad por mo-<br />
-123-
tivos que están más en su intimidad psíquica que de la coerción<br />
ambiental.<br />
Los "mozos perdidos" dejan sus tareas en la ciudad -a Montevideo<br />
se le llamaba "El Presic1io"- y se sumergen en la libertad<br />
de los campos, donde se vive sin ley, donde la aventura aguarda,<br />
donde el amor es abundante y sabroso como la carne cimarrona.<br />
Los "bandeirantes", en cambio, salen de sus pequeñas propiedades<br />
<strong>del</strong> "planalto" de San Paulo, donde los padrones de vida eran<br />
bastante igualitarios y, llevando por <strong>del</strong>ante sus ganados, sus indios<br />
y sus negros -que a veces se convierten en jefes- desbravan<br />
el interior salvaje en busca de oro y piedras preciosas.<br />
Estos actos, empero, los marginalizan. La bandeira se urde<br />
en las ciudades, recluta sus individuos en los campos y luego, formando<br />
una columna que se mestiza en la marcha, hace avanzar sus<br />
contingentes mato adentro, sertao adentro, en busca de "aura, pedras,<br />
indios" (De Taunay), creando una especie de democracia dinámica,<br />
una República itinerante, un "ensayo de democracia social"<br />
(20). El mozo alzado no quiere saber nada con el español <strong>del</strong>litoral<br />
urbano y en individualista protesta, se larga a las campañas<br />
semisalvajes, no a recoger oro ni a esclavizar indios, sino a medrar<br />
holgadamente, a correr mundo a su modo, a definir más que un<br />
mestizaje biológico un mestizaje espiritual.<br />
El gran marginal americano: el mestizo.<br />
Coronando todas estas categorías y fuera de ellas, se encuentra<br />
el mestizo americano. Desde el punto de vista biológico, el mestizo<br />
no configura una degradación de la raza sino una feliz adaptación<br />
al nuevo habitat, tal como lo ha demostrado la civilización<br />
tropical que prospera en Brasil. Pero desde el punto de vista sociológico,<br />
económico y cultural, el mestizo forma un peligroso elemento<br />
de desajuste que corromperá, no por sus poderes activos,<br />
sino por su rémora pasiva, la estructura humana de la colonia. Víctima<br />
inocente de un orden de cosas ajeno a su albedrío, al final<br />
resultará una "enfermedad que carcomió, sin darle un instante de<br />
reposo, a la sociedad hispano-portuguesa". (21)<br />
Y nadie mej 01' que Bagú para precisar el papel <strong>del</strong> mestizo en<br />
la sociedad colonial. Con una extensa cita de uno de sus trabajos,<br />
cerramos esta contribución y rendimos a la vez un homenaje de<br />
aprecio a su claro don de síntesis y a su correcto planteo de un<br />
problema que ha sido alterado por elementos sentimentales de toda<br />
índole.<br />
"Llegados los conquistadores, en los lugares de América don~<br />
de existía una vasta organízación indígena en pleno funcionamiento,<br />
se produjo el quebrantamiento parcial de ésta. Grandes masas<br />
de indios fueron violentaTIlente incorporados a un sistema de producción<br />
por completo distinto. Algunos continuaron en él por el<br />
resto de sus vidas; otros huyeron a la montaña o a la selva, con<br />
-124-<br />
lo que pasaron a formar parte de la población no incorporada a la<br />
producción colonial; otros, finalizado su trabajo o desertados de él,<br />
quedaron sin ocupación fija.<br />
"Desde el principio hasta el fin de la era colonial, el J;l1ecanismo<br />
económico resultó extremadamente simple y dejó sin ubicación<br />
a todos los que no fueran mano de obra esclava o semiesclava, o<br />
grandes propietarios. En medio de ambos extremos se fue ubicando<br />
una población cada año más numerosa, formada especialmente<br />
por los frutos de la intensa miscigenación en todas las colonias y<br />
por los blancos llegados de Europa pero que no pertenecían a los<br />
círculos pequeños de privilegiados, ni eran funcionarios, ni ejercían<br />
oficios, porque, si los tenían, se olvidaron de ellos al llegar a<br />
América.<br />
"La gran masa de los desocupados -inactivos o activos, porque<br />
el mameluco o el mestizo conspirador de Quito pueden tener<br />
una actividad temible- estuvo formada por miembros de razas intermedias,<br />
pero no porque arrastraran taras raciales insalvables,<br />
como los autores afectos a la cómoda tesis racial han supuesto,<br />
sino porque el esquema económico colonial no tenía para ellos ubicación<br />
alguna y porque, como consecuencia de lo mismo y de una<br />
herencia social de siglos, las razas que ejercían los trabajos manuales<br />
quedaban envilecidas por ese solo hecho.<br />
"El mestizo, sin ubicación en el esquema económico, se encuentra<br />
también sin destino en el esquema social porque, no siendo indio<br />
ni negro, aspira a ser blanco sin poder serlo. La sociedad colonial<br />
lo ubica en un peligroso lugar intermedio, le crea una psicología<br />
de resentido a quien, para colmo, no se le da trabajo ni educación.<br />
La sociedad colonial paga de inmediato sus culpas: el mestizo<br />
será un elemento antisocial. lVIotinero, jugador, vicioso, cruel con<br />
el indio o el negro cuando los tiene subordinados, amigo incierto<br />
<strong>del</strong> blanco y violador de sus leyes. Pero es inútil que se busque el<br />
origen de su inestabilidad psicológica en el análisis químico de su<br />
sangre. El punto de partida está en su inestabilidad social". (22)<br />
Muchos de los males de la actual sociedad rioplatense tienen<br />
su origen en la etapa colonial. La haraganería criolla, el desaforado<br />
desarrollo <strong>del</strong> juego, la agresividad producida por el resentimiento.<br />
el individualismo exacerbado por la marginalidad riesgosa,<br />
y otra~ taras grandes y pequeñas, palpitan aún en nuestra personalidad<br />
étnica, en nuestro carácter colectivo. Y el tan debatido problema<br />
de los rancheríos, esos vergonzosos Ji acusadores núcleos marginales<br />
<strong>del</strong> campo contemporáneo, tiene un temprano antecedente<br />
en la inquieta caterva de desclasados que poblaba la primitiva Banda<br />
Oriental.<br />
-125-
REFERENCIAS<br />
BIBLIOGRAFICAS<br />
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la sociedad colonial; Buenos<br />
Aires, 1949; Estructura social<br />
de la colonia; Buenos<br />
Aires, 1952.<br />
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de Sociología, editado<br />
por Henry Pratt Fairchild,<br />
México, 1949.<br />
(3) J01'ge Juan y Antonio de<br />
unoa: Noticias secretas de<br />
América sobre el estado naval,<br />
militar y político de los<br />
Reynos <strong>del</strong> Perú y Provincias<br />
de Quito, costas de Nueva<br />
Granada y Chile: gobierno<br />
y régimen particular de<br />
los pueblos de indios: cruel<br />
opresión y extorsiones de<br />
sus corregidores y curas:<br />
abusos escandalosos introducidos<br />
entre estos habitantes<br />
por los misioneros; causas<br />
de su origen y motivos<br />
de su continuación por el<br />
espacio de tres siglos. Londres,<br />
1826.<br />
Respecto al trabajo de los<br />
obreros dicen: "El trabajo<br />
de los obreros empieza antes<br />
de que aclare el día, a<br />
cuya hora acude cada indio<br />
a la pieza que le corresponde<br />
según su ejercicio y en<br />
ella se le reparten las tareas<br />
y, concluida esta diligencia,<br />
cierra la puerta el<br />
maestro de obraje y los deja<br />
encarcelados. Cuando la<br />
oscuridad de la noche no<br />
les permite trabajar, entra<br />
el maestro <strong>del</strong> obraje a retirar<br />
las tareas; aquellos<br />
que no las han concluido,<br />
sin oír excusas ni razones,<br />
son castigados con azotes a<br />
cientos y, por conclusión<br />
<strong>del</strong> castigo, los dejan encerrados<br />
en la misma pieza<br />
por prisión y, aunque toda<br />
la casa lo es, hay un lugar<br />
oscuro, húmedo, inmundo,<br />
con cepos y grillos para castigarlos<br />
más indignamente<br />
que se pudiera hacer con<br />
los esclavos culpables... ".<br />
(4) Daniel D. Vida1't: El caballo<br />
y su influencia en América<br />
indígena; Montevideo,<br />
<strong>1958</strong>.<br />
(5) JtLlian H. StewaTd, editor:<br />
Handbook of South American<br />
Indians. Tomo 1, The<br />
Marginal tribes; Tomo 2,<br />
The Andean Civilizations;<br />
Tomo 3, The Tropical Forest<br />
tribes; Tomo 4, The<br />
Circum - Cariddean tribes;<br />
Tomo 5, The comparative<br />
ethnology of South American<br />
Indians; Tomo 6, Physical<br />
anthropology, linquistics,<br />
and cultural geography<br />
of Sout American Indians;<br />
Washington, 1946<br />
1950. Otros trabajos: Renato<br />
Biasutti: Razze e popoli<br />
<strong>del</strong>la terra; Tomo 4, Oceanía<br />
y América; Turín, 1957.<br />
Hugo A. Be1'natzik, editor:<br />
Razas y pueblos <strong>del</strong> mundo;<br />
Tomo 3, América; Barcelona,<br />
<strong>1958</strong>. Marquis de<br />
Wavrin: Les indiens sauvages<br />
de l'Amerique du Sud;<br />
Paris. 1948. Walter Krickeberg:<br />
Etnología de América;<br />
México, 1946.<br />
(6) Emilio RomeTo: Geografía<br />
<strong>del</strong> Pacífico Americano. página<br />
50; México, 1947.<br />
-127-
(7) Philip J. C. Dark: BushNegro<br />
Art; Londres, 1954.<br />
Melville J. y F7'ances S.<br />
He7'scovits: Bush Negro<br />
Art (THE ARTS, Tómo 17.<br />
NI? 1, N. York, 1930).<br />
(8) Arthur Ramos: As culturas<br />
negras no Novo Mundo:<br />
San Paulo, 1946.<br />
(9) Melville J. Herscovits: The<br />
Social Organizatian of the<br />
Bush Negroes of Surinam.<br />
(Comunicaciones 'al Congreso<br />
Internacional de Americanistas,<br />
1930). Mm·ton ·C.<br />
Kahn: Djuta. The Bush Negroes<br />
of Dutch Duiana; Nueva<br />
York, 1931. Gerharel<br />
Linelblom: Africanische Re<br />
Iikte und Indianische Entleugen<br />
in der Kultur der<br />
Bush Neger Surinams; Estocolmo,<br />
1924.<br />
(10) Philip Hanson Hiss: Netherlanelhs<br />
America; Nueva<br />
York, 1943.<br />
(11) Edison Carneiro: O Quilombo<br />
dos Palmares; San Pablo,<br />
1947.<br />
(12) Sebastián ele Rocha Pita:<br />
História. da América Portuguesa,1730..<br />
(Citado por E.<br />
Carneiro; Op. cit.)<br />
•(13) Documento de la época citado<br />
y transcripto al final<br />
<strong>del</strong> libro de E. Carneiro.<br />
(14) Eudydes da Cunha: Os Sertoes.<br />
(Diversas ediciones).<br />
(15) Instrucciones reales a Pedro<br />
de Velasco (octubre 3<br />
de 1558). Cit, por Sergio<br />
Bagú: Economía de la sociedad<br />
colonial, pág. 250.<br />
(16) Vicente Riva Palacio: México<br />
a través de los siglos;<br />
Tomo n. Citado por S. Bagú:<br />
Op. cit. pág. 250.<br />
(17) Manuel Abad Queipo: Estado<br />
moral en que se hallaba<br />
la población <strong>del</strong> Virreinato<br />
de Nueva España en<br />
1799. Cit. por S. Bagú: Op.<br />
cit. pág. 250.<br />
(18) Carlos Silva Cotapos: Historia<br />
ec1eciástica de Chile.<br />
Citado por S. Bagú: Op. cit.<br />
pág. 251.<br />
(19) Concolorcol'vo: El lazarillo<br />
de ciegos caminantes desde<br />
Buenos Aires hasta Lima.<br />
1773, pág. 33-34; Buenos<br />
Aires, 1942.<br />
(20) Cassiano Ricardo: La marcha<br />
hacia el Oeste.. La influencia<br />
de la "bandeira"<br />
en la formación social y<br />
política <strong>del</strong> Brasil; México,<br />
1956.<br />
(21) Sergio Bagú: Econ.omía de<br />
la sociedad col0n.iaI; pág.<br />
254; Buenos Aire,s, 1949.<br />
(22) Id. Ibid: págs. 254-255.<br />
('.o) Dirección postal <strong>del</strong> autor. Departamento de $ociolc¡gia Rural:<br />
Ministerio de Ganadería y Agricultura. 25 de Mayo 306, Montevideo.<br />
-128-
URUGUAY<br />
ELECCIONES EN NOVIEMBRE<br />
El último domingo de <strong>nov</strong>iembre, el <strong>Uruguay</strong> decidirá su futuro<br />
político para los próximos cuatro años. Esta jornada no estará<br />
exenta de características singularísimas.<br />
Crisis económica<br />
En primer término, el país se halla enfrentado a una aguda<br />
crisis económica. La causa fundamental de la misma es la parálisis<br />
<strong>del</strong> comercio exterior que se traduce en la falta de mercado<br />
para la colocación de los productos básicos -lana por ejemplo- así<br />
como la crisis general, externa e interna, de la industria de la carne.<br />
A esta situación se agrega la crisis de la industria de los tops,<br />
y la política de estímulo a la misma sobre la base de· subsidios, debido<br />
a los aranceles compensatorios creados por el gobierno norteamericano<br />
para frenar la competencia de la lana peinada uruguaya.<br />
La consecuencia de todo este dramático panorama, es el ejército<br />
cada vez mayor de desocupados, la escasez de divisas que ha obligado<br />
a un estricto contralor de las importaciones y a una severa<br />
clasificación de los cambios en perjuicio de la materia prima indispensable<br />
para la industria y de productos imprescindibles para el<br />
consumo. En síntesis, la crisis se expresa en el aumento de la<br />
desocupación y en el alza inconüolada de los precios. Testimonio<br />
de ello es la desvalorización progresiva <strong>del</strong> peso, que ha alcanzado<br />
topes insospechados y que, excluyendo la incidencia de la especulación,<br />
revela gráficamente el crítico momento de la economía uruguaya.<br />
Es en el marco de esta compleja coyuntura económica y social,<br />
que transcurre la agitaci6n electoral. Dos grandes partidos, colorados<br />
v blancos. se enfrentan nuevamente en virtud ele un eufemismo·<br />
histérico que ha pasado a ser un eufemismo j uridico luego<br />
de la constitucionalización de la ley de lemas. Eufemismo, porque<br />
en la práctica ya no existen colorados y blancos, sino un conjunto<br />
de fra(;ciolleS, algunas con hondas diferencias entre sí, que se unen<br />
en el momento de la elección para obtener ventajas políticas.<br />
Reforma Constitucional<br />
Nuevamente se plantea, además, la discusión ya larga entre<br />
colegialistas y anticolegialistas. Desde que José Batlle y Ordóñez<br />
lanzó la idea, en la segunda década <strong>del</strong> siglo, de una organización<br />
-131-
colegiada <strong>del</strong> Poder Ejecutivo, este debate ha servido para avivar<br />
las citas electorales <strong>del</strong> país, sirviendo de excelente pretexto a los<br />
partidos de escasa base programática para eludir el enfrentamiento<br />
con la realidad y canalizar sin mayores dificultades a la opinión<br />
tras el debatido asunto. Esta vez la tendencia reformista se expresa<br />
a través de dos proyectos constitucionales: uno, refrendado por<br />
el sector que responde a las directivas de los señores Herrera y<br />
Nardone; otro, sustentado por la Unión Cívica y el Partído Comunista.<br />
Los dos, de un valor desigual, proclaman el retorno al sistema<br />
presidencialista. Con esta actitud pretenden hacer coincidir la crisis<br />
económica, que también es crisis de gobierno, con una organización<br />
constitucional que nunca contó con el apoyo entusiasta <strong>del</strong><br />
pueblo. El mismo pretexto sirvió al Dr. Terra para dar el golpe<br />
de Estado de 1933 que acabó con la primera experiencia colegiada<br />
cuando el país sufría los efectos de la gran crisis económica mundial.<br />
Las posibilidades reformistas tal como están planteadas, parecen<br />
remotas a no ser un vuelco espectacular que se podría producir<br />
a último momento en favor de uno de los proyectos -el de<br />
la Unión Cívica- según se desprende de ciertas declaraciones de<br />
los señores Herrera y Nardone. A este viraje podría agregarse<br />
el apoyo <strong>del</strong> sector batllista que responde al Sr. Batlle Berres y<br />
cuyo sentimiento presidencialista no se ha ocultado en ningún momento,<br />
confirmado recientemente por declaraciones <strong>del</strong> diputado<br />
Michelini. Si esta conj unción de fuerzas se produce, la suerte de<br />
la segunda experiencia qolegiada está irremediablemente sellada.<br />
En el Partido Blanco: U.B.D. y Movimiento Ruralista<br />
Los partidos políticos presentan algunas especiales caracteristicas.<br />
Principalmente el Partido Blanco por la organización de fuerzas<br />
que se está produciendo. Hace poco más de cuatro años, se apartó<br />
<strong>del</strong> grupo herrerista un sector importante encabezado por el<br />
Sr. Fernández Crespo, que obtuvo importantes posiciones en los gobiernos<br />
departamentales y una banca en el Consejo Nacional de<br />
Gobierno.. Esta fracción ha estrechado filas, para estas elecciones,<br />
con otras fuerzas blancas -el Nacionalismo Independiente-- reuniéndose<br />
bajo la denominación de Unión Blanca Democrática. Una<br />
nueva división dentro <strong>del</strong> herrerismo ha determinado la formación<br />
<strong>del</strong> grupo llamado Intransigente, que agrupa a gran parte de los<br />
legisladores de ese Partido. Este análisis lleva a. pensar que las<br />
fuerzas políticas dirigidas por el Dr. Herrera se hallan muy debilitadas.<br />
Sin embargo, en el herrerismo se viene operando un desplazamiento<br />
importante de opinión, que fluye en dos sentidos: una<br />
que abandona la vieja raíz para integrar esquemas nuevos (UB.D.<br />
e Intransigentes). y otra que recoge toda una corriente fermentada<br />
en sus interl:lses eeonómicospor laprédica radia] <strong>del</strong> Si'. Benito<br />
N~rdo!1e, y ahora elevada a los planos de la acción política por este<br />
mismo líder ruralista. Quizás el gran interés que despierta el pró-<br />
-132-<br />
ximo acto eleccionario radica en la expectativa que plantea este<br />
nuevo factor que entra de lleno como grupo social homogéneo a la<br />
arena política. Nadie puede afirmar a ciencia cierta en estos momentos<br />
el poder real de este movimiento. Constituye una de las<br />
grandes incógnitas que se despejarán el 30 de <strong>nov</strong>iembre. La otra<br />
gran incógnita es el poder real de la U.B.D. por tratarse de un<br />
sector integrado sobre 1.tn verdadero mosaico de fracciones menores,<br />
heterogéneas y con posiciones ideológicas muchas veces contradictorias.<br />
A pesar de estas observaciones, este Partido está capitalizando<br />
a su favor dos hechos: el desgaste electoral <strong>del</strong> quincismo,<br />
operado en el gobierno como consecuencia de las circunstancias ya<br />
señaladas y los conflictos internos <strong>del</strong> herrerismo provocados por<br />
la penetración en su estructura de la corriente ruralista <strong>del</strong> Sr. Nardone.<br />
Este planteamiento de la lucha electoral, le ha permitido a<br />
la UB.D. soslayar la discusión de un programa para moverse en<br />
torno al slogan de "los hombres más capaces y más honrados".<br />
Perspectivas Batllistas<br />
En el campo colorado el panorama politico se presenta con incertidumbre.<br />
Desde la última contienda cívica, el Partido Colorado<br />
quedó en manos de las dos fracciones batllistas caracterizadas por<br />
el número de listas respectivo: la 15, que obedece a las directivas<br />
<strong>del</strong> Sr. Luis Batlle Berres, ex Presidente de la República, y la 14,<br />
inspirada desde el diario "El Día" por el Sr. César Batlle Pacheco.<br />
El grupo quincista alcanzó el poder mediante una campaña intensa<br />
contra el gobierno <strong>del</strong> Sr. Martínez Trueba y su ministro Acevedo<br />
Alvarez, por la política económica que habia conducido al alza<br />
constante <strong>del</strong> costo de la vida y a la parálisis de la industria.<br />
Ya estaba planteada la crisis en la industria frigorífica y en la industria<br />
textil. El quincismo combatió, asimismo, de manera dura,<br />
la reforma colegialista consagrada por el Sr. Martínez Trueba con<br />
el apoyo <strong>del</strong> catorcismo y el herrerismo. Todos estos elementos determinaron<br />
un claro pronunciamiento <strong>del</strong> cuerpo electoral en favor<br />
<strong>del</strong> grupo <strong>del</strong> Sr. Batlle Berres. No obstante, en estos últimos cuatro<br />
años, el gobierno quincista ha asistido al fracaso de su propia<br />
política económica en medio de una tremenda crisis que está alcanzando<br />
la curva inferior <strong>del</strong> ciclo. La prédica hábil <strong>del</strong> diario "Acdón",<br />
no exenta de demagogia, le ha permitido al Sr. Batlle Berres<br />
mantener la coherencia <strong>del</strong> grupo a pesar de los conflictos creados<br />
con los ex Ministros Malet y Abdala y a las aspiraciones políticas<br />
no correspondidas de la Dra. RobaBo y <strong>del</strong> Senador Wáshington<br />
Fernández. ¿ Las nuevas elecciones ratificarán la confianza pública<br />
en el gobierno quincista o la victoria será tan discreta como<br />
para marcar el desgaste <strong>del</strong> grupo? En este último caso, ¿ ese poder<br />
político será suficiente para enfrentar las conmociones provocadas<br />
por los niveles más bajos de la crisis? He aquí otra de las<br />
interrogantes que con ansiedad se formula la opinión <strong>del</strong> país.<br />
-133-
Entre tanto el catorcismo, que ha mantenido una irreductible<br />
oposición al gobierno quincista, se ha debilitado en forma elocuente<br />
por la lucha de facciones internas y a esta altura de los acontecimientos<br />
no parece que pueda ofrecer una oposición enérgica como<br />
las circunstancias parecerian reclamar. Además, es el único sector<br />
político que defiende de una manera decidida la actual Constitución<br />
colegialista de la que fue el principal arquitecto y esta posición choca<br />
con el sentimiento anticolegialista dominante en el país.<br />
Los Partidos Nuevos<br />
Este es el panorama realmente confuso, que ofrecen los partidos<br />
tradicionales a través de sus numerosas fracciones. Nos resta<br />
examinar las posibilidades de los partidos "chicos": Unión Cívica.<br />
Socialismo y Comunismo.<br />
La Unión Cívica, partido católico, ha crecido en una forma regular<br />
en los últimos años. Sus huestes estún constituídas por elementos<br />
católicos que han abandonado los partidos tradicionales <br />
principalmente el Partido Blanco- por descreimiento en sus posibilidades<br />
históricas o ante la corrupción ele sus dirigentes. Su slogan<br />
favorito es "Por una política seria". Este grupo político respalda<br />
uno de los proyectos de reforma constitucional con el evidente propósito<br />
de capitalizar en su favor una parte de la opinión anticolegialista.<br />
Sin embargo, la reagrupación de fuerzas blancas en torno a<br />
la U en mejores condiciones para la disputa <strong>del</strong> poder, puede<br />
representar un serio obstáculo a las pretensiones de la Unión Cívica.<br />
Porque el electorado de raíz blanca, el electorado preferentemente<br />
femenino que constituye la base de este partido, se<br />
puede desplazar hacia la U.B.D. con el objeto de hacer más decisiva<br />
su intervención en los comicios.<br />
El Socialismo obtuvo en las últimas eleceiones una banca en<br />
el Senado por primera vez en su historia, en un moniento en que<br />
gran parte <strong>del</strong> electorado jugaba su carta a Luis Batlle BaTes.<br />
Corresponde suponer, con toda lógica, que la agudización de la<br />
crisis económica que ha golpeado principalmente en los sectores<br />
obreros, hade producir una mayor canalización de fuerzas de los<br />
medios laborales y de la pequeña burguesía. Un acontecimiento<br />
que revela los síntomas de la transformación política <strong>del</strong> país lo<br />
constituyó la declaración de fe socialista <strong>del</strong> Dr. Carlos Quijano,<br />
fundador de la Agrupación Nacionalista Demócrata Social, renUl1~<br />
ciando a su lucha de toda la vida por unir, sobre una base programática,<br />
al Partido Nacional. Después de historiar esta lucha,<br />
dice: "Lo segundo que cabe decir -va esto a título exclusivamente<br />
personal- es que nuestra experiencia dentro <strong>del</strong> Partido<br />
Nacional, <strong>del</strong> cual hace muchos años que estamos separados, está<br />
concluida". Y más a<strong>del</strong>ante: "¿, Por qué no creer también que el<br />
nacionalismo rechazaba nuestros planteas y soluciones? ¿ Por que<br />
no admitir que la proyectada empresa de re<strong>nov</strong>ación tropezaba<br />
-134-<br />
con un límite o un tope, dentro <strong>del</strong> partido y dentro <strong>del</strong> propio<br />
país? Habíamos equivocado el rumbo y la hora". (MARCHA N9<br />
925). Esta nueva posición <strong>del</strong> Dr. Quijano contribuirá a ref;rzar<br />
las posiciones <strong>del</strong> Partido Socialista en el medio universitario.<br />
Finalmente, nos queda por observar las posibilidades <strong>del</strong> Partido<br />
Comunista. Después de la victoria electoral de 1946 que proporcionó<br />
al comunismo cinco bancas en la Cámara de Diputados<br />
y una en el Senado, una derrota aplastante en 1950 le arrebató<br />
la banca <strong>del</strong> Senado y tres representantes. Las jornadas cívicas<br />
de 1954 no hicieron más que repetir el panorama. A partir de este<br />
momento, los dirigentes se entregaron a una profunda reorO'anización<br />
interna, comenzando con la expulsión <strong>del</strong> viejo líder'" Eugenio<br />
Gómez y sus partidarios que controlaban la dirección <strong>del</strong><br />
Partido. Las nuevas autoridades se han preocupado por la capacitación<br />
teórica de sus militantes y por un mayor contacto con<br />
las masas obreras. Con el primer objeto fundaron la revista "Estudios",<br />
y en procura de la segunda finalidad han lanzado a la<br />
calle el diario "El Popular", en reemplazo <strong>del</strong> semanario "Justicia".<br />
No es difícil pronosticar que los efectos agudos de la crisis<br />
y el trabajo <strong>del</strong> Partido permitirá una mavor afluencia obrera al<br />
Comunismo. .<br />
Se necesita una política<br />
Tal es bajo nuestro ángulo el panorama político <strong>del</strong> <strong>Uruguay</strong><br />
a poco más de un mes <strong>del</strong> acto electoral. Cualquiera sea el resultado,<br />
el partido triunfante se enfrentará a una crisis económica<br />
que ha ubicado al país en declive y a la mayor parte de la<br />
sociedad al borde de la conmoción. El país necesita hombres honrados<br />
y capaces. Eso está bien. ¡Vaya si no lo estuviera! Pero<br />
más que eso, el país necesita una política. Una política que lo<br />
saque <strong>del</strong> subdesarrollo y <strong>del</strong> subconsumo y lo sitúe dentro de<br />
coordenadas económicas y sociales modernas.<br />
Si los partidos, por debajo de la demagogia, y los dirigentes<br />
políticos -aunque sea en su intimidad- no reconocen la necesidad<br />
de esa política, convertirán a corto plazo la crisis económica<br />
en crisis política, sumiendo al país en un negro período de zozobra.<br />
HACIA LA RADICALIZACION DE FUERZAS<br />
e H 1 L E<br />
La nación trasandina también ha elegido un Presidente, y<br />
por lo tanto una política. En comicios reñidos, Jorge Alessandri<br />
derrotó por escaso margen a Salvador Allende, candidato <strong>del</strong><br />
Frente Popular. No podemos hablar de un pronunciamiento neto<br />
en favor <strong>del</strong> candidato conservador. Por el contrario, los resultados<br />
consagran el crecimiento casi avasallante de las izquierdas<br />
agrupadas en el frente socialista - comunista.<br />
135-
Otra comprobación es el abandono -y por supuesto el fracaso-<br />
de la política centro izquierda ensayada durante los gobiernos<br />
de González Vi<strong>del</strong>a e Ibáñez <strong>del</strong> Campo. El primero llegó<br />
al poder con el sólido respaldo de los sectores populares, pero lejos<br />
de responder desde el gobierno a la política dictada desde las<br />
urnas, viró en redondo para realizar el programa de las derechas.<br />
Con la ley llamada de Defensa de la Democracia colocó fuera de<br />
la legalidad al Partido Comunista, su antiguo aliado y sus últimos<br />
años de gobierno ofrecieron el espectáculo de la Casa de la<br />
Moneda rodeada por los carros blindados.<br />
Fracaso de la política centrista<br />
El fracaso ele González Vi<strong>del</strong>a abrió las puertas <strong>del</strong> poder a<br />
Carlos Ibáñez, cuyo símbolo político de manera por demás significativa,<br />
era la escoba. Una escoba para "barrer a los enemigos <strong>del</strong><br />
~ueblo". Este programa demagógico contó con el apoyo popular que<br />
Jugaba su última carta a las posibilidades <strong>del</strong> ex dictador. La suerte<br />
de Ibáñez no ha sido mej 01' que la de González Vi<strong>del</strong>a. Ha tenido<br />
que gobernar bajo un estado de sitio casi permanente y su<br />
programa de austeridad sólo ha servido para aumentar la desocupación<br />
y la terrible miseria <strong>del</strong> pueblo chileno. El hombre de la calle,<br />
con su implacable ironía, ha tomado debido desquite en la ancianidad<br />
presuntamente prematura <strong>del</strong> otrora vigoroso general.<br />
Esta vez el electoraao chileno se polarizó en los extremos v el<br />
triunfo correspondió al candidato conservador. Luis Bossay, r~dical,<br />
y Eduardo Frei, demócrata cristiano, quedaron relegados en un<br />
segundo plano. Las fuerzas de izquierda, agrupadas en torno a Salvador<br />
Allende, representan un factor nuevo en la política trasandina<br />
llamado a una gravitación fundamental en el futuro cercano.<br />
Comprobado el fracaso de las experiencias centristas, los resultados<br />
electorales inauguran la experiencia derecha-centro en un momentode<br />
aguda crisis económica y social. ¿ Qué posibilidades tiene Alessandri<br />
de salir airoso con su programa? A nuestro juicio, remotísimas.<br />
Una política conservadora en la actual situación por que<br />
atraviesa Chile, sólo puede apresurar una conmoción social de vastas<br />
proyecciones a la que el gobierno deberá enfrentar con medidas<br />
de fuerza si no quiere derrumbarse.<br />
De ahí la importancia de esta radicalización de fuerzas, porque<br />
los sucesos parecen estar brindando a las derechas la última<br />
oportunidad de realizar su política en su expresión más categórica:<br />
Jorge Alessandri. Y el fracaso de esta experiencia abrirá las puertas<br />
inevitablemente al frente popular definitivamente consolidado.<br />
Los próximos seis años dirán si Chile se orienta hacia esa salida<br />
que puede tener repercusiones infinitas en el futuro político<br />
de Latinoamérica.<br />
-136-<br />
POLITICA y PETROLEO<br />
ARGENTINA<br />
Han transcurrido cuatro meses desde la llegada de Arturo<br />
Frondizi al poder. En los últimos 90 días la agitación política y<br />
social ha tenido un sentido casi revolucionario. Los rumores golpistas<br />
se han sucedido repetidamente, culminando con los acontecimientos<br />
de la Aeronáutica, que provocaron la renuncia <strong>del</strong> Secretario<br />
de esa rama, Comodoro Huerta. Sin embargo, el gobierno<br />
se consolida lentamente y pone en marcha los puntos básicos enunciados<br />
por el Presidente, en la campaña electoral, para 20 millones<br />
de argentinos. Finalmente, la declaración presidencial sobre libertad<br />
de enseñanza ha creado nuevos motivos de agitación en el medio<br />
universitario -entre laicistas y católicos- alcanzando la misma<br />
una violencia inusitada. El Poder Ejecutivo ha tenido que suspender<br />
por 30 días el derecho de reunión pública con la intención de<br />
serenar los ánimos.<br />
El pronunciamiento <strong>del</strong> 2:3 de febrero<br />
Toda esta conmoción era previsible para un gobierno que pretendiera<br />
situar al país en la normalidad constitucional. Con más<br />
razón en la Argentina, después de diez años de dictadura peronista<br />
y dos años y medio de dictadura revanchista. Mientras tanto el<br />
pueblo argentino había madurado en la línea nacionalista y antiimperialista,<br />
manifestaba su odio contra la oligarquia y proclamaba<br />
el propósito irrenunciable de servir al desarrollo económico y en<br />
consecuencia al progreso social de la nación. Este fenómeno fue<br />
captado e interpretado por Arturo Frondizi y las elecciones <strong>del</strong> 23<br />
de febrero le dieron el espaldarazo a su programa. El propio Perón<br />
debió renunciar a su intransigencia para contribuir con su apoyo<br />
a la línea nacional y popular ante el riesgo de desmembramiento<br />
de su partido.<br />
El secreto de la victoria <strong>del</strong> 23 de febrero, radica en la observación<br />
de dos hechos: 1) La convicción de que el peronismo cayó<br />
como consecuencia de los excesos y corrupción <strong>del</strong> 'régimen, pero<br />
que al mismo tiempo quedaba intacta la esperanza de todo un pueblo<br />
frustrado en sus anhelos. La caida de Perón de ninguna manera<br />
podía constituir un retorno a las épocas <strong>del</strong> fraude y a un nuevo<br />
encumbramiento de la oligarquía. 2) El programa de realización<br />
nacional, para que tuviera sentido revolucionario, sólo podía llevarse<br />
a cabo mediante la instauración efectiva y absoluta <strong>del</strong> estado<br />
de derecho,<br />
Con estas ideas. el nuevo Presidente inició su histórico gobierno<br />
el 19 de mayo, y '18 días más tarde se i'ealizaba la p;rimera'")'E1unión<br />
conspiratoria en el Centro Naval cq,l'lasistencia de losge,nerales<br />
Labayrú, Bonnecarrere y Cuaranta, el contralmirante.Rial, e,l<br />
-137-
igadier Rojas Silveyra y los comodoros Simois y Landaburu. A<br />
sólo 18 días de llegar al poder los sectores golpistas se movilizaron<br />
con rapidez con el claro objeto de evitar la consolidación <strong>del</strong> gobierno.<br />
(Hasta ese momento Frondizi no había anunciado ninguna<br />
medida importante que aparentemente pudiera justificar la reacción<br />
conspiratoria). Pero los campos habían quedado bien <strong>del</strong>imitados<br />
mucho antes <strong>del</strong> 1Q de mayo y antes de esa fecha se especuló<br />
abundantemente con las presuntas ideas "quedantistas" dominantes<br />
en el ejército de la revolución libertadora. Sin embargo, el ejército<br />
había comprometido "su palabra de honor" de respetar el fallo<br />
de las urnas y la decisión de Perón de apoyar el programa de Frondizi<br />
llegó demasiado tarde (con evidente cálculo) como para dar<br />
marcha atrás. El ejército fue víctima de su propio legalismo; la<br />
otra alternativa hubiera representado -y continúa representando<br />
en estos momentos más que antes- la guerra civil.<br />
Transformación económica<br />
El estado de derecho le sirve al Presidente para neutralizar a<br />
las fuerzas oligárquicas que no disponen <strong>del</strong> pretexto adecuado para<br />
derribarlo. Entre tanto lleva a<strong>del</strong>ante su programa, utilizando,<br />
según Mariano Montemayor, frente a sus adversarios, la táctica<br />
de "dejarlos cocinar en su propia salsa y jugando al ajedrez en los<br />
puntos que juzga secundarios, enfrenta con irreductible firmeza<br />
los que a su juicio hacen a la transformación <strong>del</strong> país".<br />
y la transformación <strong>del</strong> país tiene un nombre: petróleo. Una<br />
gigantesca inversión de mil millones de dólares proporcionará a la<br />
Argentina dentro de seis años el autoabastecimiento energético<br />
poniendo en movimiento todos sus enormes recursos económicos.<br />
Al mismo tiempo, el gobierno ha puesto en marcha un programa<br />
de expansión de la siderurgia, ha creado Yacimientos Carboníferos<br />
Fiscales y encara con el gobierno uruguayo la pronta iniciación de<br />
las obras <strong>del</strong> Salto Grande para contribuir a la solución <strong>del</strong> problema<br />
energético de las provincias <strong>del</strong> litoral.<br />
Imperialismo y petróleo<br />
La política petrolera <strong>del</strong>ineada por Frondizi ha sido criticada,<br />
y hasta duramente, desde sus propias tiendas, por entender<br />
que el Presdiente ha hecho concesiones de principios juzgados por<br />
él fundamentales en otras oportunidades. Se le reprocha, concretamente,<br />
entregar, por medio de concesiones de explotación disfrazadas<br />
de contratos de locación, el país al imperialismo norteamericano.<br />
Los defensores de la línea presidencial sostienen que<br />
no puede hablarse de concesión cuando Yacimientos Petrolíferos<br />
Fiscales no se desprende en ningún momento <strong>del</strong> dominio y la<br />
propiedad <strong>del</strong> suelo, el subsuelo y los productos extraídos. Así, por<br />
ejemplo, Rafael J. Belaustegui sostiene en un artículo para lare-<br />
-138-<br />
vista "QUE" (NQ 194), que la OposlclOn desde las propias filas<br />
sólo se puede justificar por un "izquierdismo infantil". Reconoce<br />
que el capital extranjero actúa como deformador de las economías<br />
nacionales y saqueador de sus riquezas "allí donde se dan condiciones<br />
obj etivas y estructurales que se lo permitan". Diferente es<br />
el problema que plantean Venezuela y Arabia Saudita por un lado<br />
y Argentina, por otro, en relación con el petróleo. En los dos primeros,<br />
el petróleo es la única fuente de riqueza. "A mayor extracción,<br />
mayor subordinamiento y dependencia. Es la riqueza de esos<br />
países la que se extrae hacia el exterior. Es el mercado capitalista<br />
exterior el que determina la demanda". Pero en Argentina, la<br />
cuestión es diferente. Existe un capitalismo nacional en desarrollo.<br />
El factor determinante de la inversión capitalista no es el mercado<br />
exterior sino las necesidades internas <strong>del</strong> país y en consecuencia<br />
el capital extranjero "concurre" Y es subordina a las exigencias<br />
<strong>del</strong> desarrollo económico interno. Dice textualmente Belaustegui:<br />
"Es por ello que el punto de partida debe ser la determinación<br />
de cuál es el factor principal al que concurre el capital extranjero.<br />
El factor principal en la Argentina son las necesidades<br />
de combustibles y materia prima, que están determinadas por el<br />
desarrollo industrial <strong>del</strong> país y no por la falta de su desarrollo.<br />
El objetivo perseguido es el autoabastecimiento a corto plazo; ganar<br />
esa batalla es ganar la batalla <strong>del</strong> desarrollo independiente".<br />
Y concluye: "Aquí el capital extranjero se subordina a las necesidades<br />
y no el país al capital extranjero. Por eso la discusión jurídica<br />
de los contratos, el análisis de sus cláusulas más o menos<br />
rigurosas, debe quedar supeditado al aspecto principal de la cuestión:<br />
el autoabastecimiento. A ello se subordina todo lo demás".<br />
Todos los problemas en la balanza<br />
El gobierno argentino no se detuvo en este problema, que es<br />
de una magnitud trascendental, sino que, por el contrario, lanzó<br />
sobre la balanza en forma conjunta y simultánea todas las cuestiones<br />
fundamentales que se venían postergando desde hace años:<br />
nacionalización de la Compañía Argentina de Electricidad, la Ley<br />
de Asociaciones Profesionales que representa la normalización de<br />
la vida sindical y la ratificación y reglamentación <strong>del</strong> artículo 28<br />
sobre Libertad de Enseñanza. Además, numerosos gobiernos provinciales<br />
han puesto en funcionamiento un programa de Reforma<br />
Agraria.<br />
¿, A qué responde esta estrategia de plantear todos los problemas<br />
a la. vez? En las esferas <strong>del</strong> gobierno obra el siguiente<br />
cálculo: a<strong>del</strong>antando el planteamiento de los problemas más espinosos<br />
se producirá una saludable economía de tiempo; superado<br />
este período el gobierno podrá consolidar su frente político. y concentrar<br />
las energías de la nación en el programa de transformación<br />
económica que constituye su obj etivo fundamental. Frondizi<br />
-139-
estima, junto con sus asesores, que esta nueva perspectiva conducirá<br />
al olvido de las concesiones ideológicas que por razones de<br />
estrategia política ha tenido que realizar a ciertos sectores como<br />
la Iglesia, para ser explícitos, en el problema de la enseñanza.<br />
¿ Hasta qué punto los hechos responderán a las intenciones <strong>del</strong><br />
Presidente? Esta es la pregunta que, no ausente de preocupación,<br />
se formula la opinión de allende el río y de América. Entre tanto,<br />
la experiencia argentina con sus numerosas enseñanzas, debe ser<br />
objeto de la mayor atención. Constituye una de las pruebas más<br />
apasionantes de este laboratorio político que es América Latina.<br />
LA V REPUBLICA<br />
FRANCIA<br />
El general De Gaulle ha obtenido una victoria categórica en<br />
el plebiscito sobre la nueva Constitución presidencialista que inaugura<br />
la V República. Paradójicamente han sido los propios partidos<br />
y dirigentes de la IV República parlamentaria --con la excepción<br />
<strong>del</strong> Comunismo, la fracción <strong>del</strong> Partido Radical que responde<br />
a Mendés-France y un grupo menor de dirigentes socialistas-<br />
los que han echado las bases de la nueva situación.<br />
Sería erróneo atribuir el fracaso de la IV República exclusivamente<br />
a su organización institucional. En el fondo, la nación<br />
ha resultado impotente para encarar una política acorde con la<br />
época en el momento en que le toca vivir el desmembramiento <strong>del</strong><br />
viejo imperio colonial.<br />
Durante catorce años se sucedieron veintisiete gobiernos con<br />
un promedio de duración de seis y siete meses. En ese período,<br />
Francia se repuso de las heridas de la guerra, pero asistió, al<br />
mismo tiempo, a la caída de Indochina, Túnez y Marruecos y a la<br />
torpe aventura de Suez. Argelia imitó con decisión el ejemplo de<br />
sus hermanos.<br />
Casi cuatro años de lucha sangrienta han llevado la crisis a<br />
la propia metrópoli. Los· sectores colonialistas, impacientes, comprendIeron<br />
que la avalancha argelina los acercaba cada vez más a<br />
la hora decisiva. Esos mismos sectores lograron convencer a una<br />
parte <strong>del</strong> proletariado que la prosperidad de la nación dependía de<br />
la empresa colonialista buscando de esta manera la complicidad<br />
obrera. Y este argumento ha sido poderoso. En él se apoyó la dirección<br />
<strong>del</strong> Partido Socialista con Guy Mollet a la cabeza para abrir<br />
las puertas <strong>del</strong> poder a De Gaulle. Y por este mismo camino se<br />
explica el fracaso <strong>del</strong> Partido Comunista para ofrecer una oposición<br />
seria al Jefe de la Resistencia en el pronunciamiento electoral<br />
recientemente realizado.<br />
El golpe de Estado de los coroneles de Argel y el ultimátum<br />
-140-<br />
al gobierno de París, fue el comienzo <strong>del</strong> proceso que culminó en<br />
el plebiscito. De Gaulle se cuidó muy bien de mantener todas las<br />
apariencias republicanas. Sin embargo, nadie discute que la otra<br />
alternativa hubiera representado la guerra civil o simplemente la<br />
dictadura militar impuesta desde Argel por los paracaidistas de<br />
Massu.<br />
Este riesgo, aparentemente superado, de ninguna manera elimina<br />
la posibilidad de la dictadura. Porque el nuevo mecanismo<br />
constitucional otorga facultades extraordinarias a un militar con<br />
un sentido chauvinista y mesiánico de la política. Y además, con<br />
mayor razón, porque el problema de fondo, estructural, subsiste<br />
en todas sus dimensiones. ¿Cómo conciliará De Gaulle su vocación<br />
nacionalista e imperial con la irrevocable decisión argelina de<br />
liberación?<br />
Su política para Argelia llega tarde. Los argelinos no pueden<br />
renunciar a esta altura de los hechos a su decisión de ser independientes.<br />
La constitución de un gobierno en el exilio ha venido<br />
a confirmar esa decisión. Y si esto es así, ¿ qué salida le queda<br />
a De Gaulle? Sencillamente, la represión brutal o lo que es lo mismo,<br />
el fascismo.<br />
Dos caminos: Fascismo o Frente Popular<br />
Si es verdad que el destino de Francia está ligado al de Argelia,<br />
la separación de ésta obliga a la metrópoli a reorganizar<br />
su estructura para adecuarla a la nueva condición. El dilema de<br />
Francia en este momento crucial parece ser: una política de derecha<br />
sobre la base de la consolidación de las colonias o un frente<br />
popular destinado a liquidar el imperio y revisar la propia estructura<br />
de la metrópoli. ¿ Si De Gaulle fracasa las derechas reconocerán<br />
su impotencia o conducirán a la nación a un fascismo<br />
con o sin De Gaulle?<br />
Estamos en el comienzo de horas muy difíciles para la nación<br />
gala. Sólo la madurez <strong>del</strong> pueblo y la elevada conciencia de las<br />
masas puede detener el derrumbe de la democracia. Frente a ellos,<br />
en un solo bloque, los intereses coloniales y el orgullo herido de<br />
los militares batidos en la misma empresa, empujan a la nación<br />
hacia la dictadura. En medio de todo esto, la Constitución poco<br />
cuenta. Tenemos la convicción de que esta Constitución inaugurada<br />
el 28 de setiembre es un puente -muy corto- que conduce<br />
a dos caminos: el fascismo o el frente popular. Porque la política<br />
de equilibrismo ya cayó con la IV República.<br />
-141<br />
R. P. F.
EMILE CALLOT. -<br />
L'Histoire<br />
et la Géographie au point<br />
de vue sociologique. 288<br />
págs. Editions Berger-Levrault.<br />
París, 1957.<br />
PRIMER CONTACTO<br />
Se añoran temas como el planteado<br />
aquí, en las vídrieras de<br />
nuestras librerias. La unilateralidad<br />
sigue siendo el rasgo predominante<br />
en los trabajos de Historia<br />
y Geografía. Y con ello toda interrelación<br />
tiende aún hoy más a<br />
establecer supuestas dependencias<br />
o grados de importancia, que complementación<br />
para un mejor fin.<br />
En todos los casos, por carencia<br />
acentuada de la proyección sociológica<br />
que ambas disciplinas<br />
exigen.<br />
En fin, el libro de Callot, no muy<br />
divulgado en el ámbito local, prometía<br />
-desde el título- ampararnos<br />
en tales vacíos, y, desde luego,<br />
orientarnos en nuevos pasos<br />
de perfeccionamiento. El capitulado<br />
ampliaba esperanzas; podría resumirse<br />
como sigue.<br />
CAPITULADO<br />
El problema sociológico de la<br />
Historia y la Geografía. - Ellas<br />
no son y no pueden ser otra cosa<br />
que descripción de hechos sociales.<br />
"Nosotros pensamos que esas dos<br />
disciplinas no pueden legítimamente<br />
aspirar por ellas mismas a más<br />
que el cumplimiento estricto de<br />
ese programa".<br />
Los hechos en el tiempo y en<br />
el espacío. - Suponen la previa<br />
<strong>del</strong>imitación personal que Callot<br />
hace de las ciencias. Es ciencia<br />
fundamental -según él- el conocimiento<br />
de una categoría de objetos<br />
dados en el Universo, fundado<br />
sobre su naturaleza intrínseca.<br />
Tales las ciencias de los objetos<br />
naturales (físicas), vivos (biológicas),<br />
pensantes (pisocológicas)<br />
y colectivas (sociológicas).<br />
Al grado primitivo de la experiencia<br />
sigue siempre el grado superior<br />
de la abstracción y la generalización.<br />
y esto lleva de corrido<br />
a distinguir los hechos que<br />
están en el tiempo constituyendo<br />
sucesos, de los fenómenos productos<br />
conceptuales de la actividad<br />
mental.<br />
Será la cronografía el conocimiento<br />
científico <strong>del</strong> tiempo, y la<br />
topografía, el <strong>del</strong> espacio. La Historia<br />
no podrá ser entonces, según<br />
Callot, sino una cronografía social,<br />
una descripción temporal de las<br />
realidades; ella estudia los hechos<br />
colectivos a aquél de los fenómenos<br />
sociales.<br />
Naturaleza de los hechos. <br />
Es aquí que Callot hace entrar<br />
por primera vez en el juego la disciplina<br />
que luego se volverá motivo<br />
conductor para la Historia y la<br />
Geografía: la Sociografía. y ésta<br />
puede tomarse: como descripción<br />
de la socialidad concreta (considerada<br />
en el ser de su objeto), o<br />
como sitografía de la socialidad<br />
(considerada en el hecho). Sí la<br />
Historia y la Geografía se distinguen<br />
en el primer caso como disciplinas<br />
especializadas <strong>del</strong> hecho<br />
social datado y localizado, en el segundo<br />
caso ellas son solidarias de<br />
la comunidad de un mismo objeto.<br />
que es la socialidad. La Historia<br />
es la ciencia descriptiva de toda<br />
socialidad concreta desde el ángulo<br />
<strong>del</strong> tiempo; la Geografía des-<br />
-145-
de el ángulo <strong>del</strong> espacio.<br />
Por ello, Callot reivindica la monografía<br />
como forma primera de la<br />
H. y la G., y todas las monogra"<br />
fías, como la descripción más completa<br />
que pueda realizarse de todos<br />
los hechos sociales observados.<br />
La Historia como Sociografía. <br />
Es todavía una carencia, según Callot.<br />
Historiadores y geógrafos no<br />
han pensado nunca su disciplina<br />
desde el ángulo unificador de una<br />
ciencia social, sino que cada uno<br />
según su punto de vista propio, y<br />
particular inspiración. Han fijado<br />
su objeto sin ocuparse de sus relaciones<br />
con aquél de la ciencia vecina<br />
y particularmente de la ciencia<br />
teórica (?) de la cual, sin embargo,<br />
ellos preparan la elaboración:<br />
la Sociología.<br />
La Geografía como Sociografía.<br />
- El solo análisis de su lenguaje<br />
calificativo es muestra de que lo<br />
que es juzgado grande o pequeño,<br />
próximo o lejano, importante o insignificante,<br />
no tiene sentido sino<br />
partiendo de un criterio de apreciación:<br />
la actividad humana socializada.<br />
Las evoh~ciones históricas. - La<br />
H. aparece como una descripción<br />
concisa de los acontecimientos, en<br />
la cual los elementos de conjunto<br />
y las series son presentados en<br />
una continuidad lo más estrecha<br />
posible, en el límite de un acontecer<br />
más amplio, de los cuales<br />
constituye la evolución. Por ello,<br />
la H. como ciencia descriptiva que<br />
es, no debe buscar, fuera de la racionalidad<br />
y la positividad científica,<br />
un modo nuevo de comprensión<br />
de los hechos (que sería prestado<br />
por la metafísica).<br />
Los complejos geográficos. - El<br />
mar mo<strong>del</strong>a sus costas, el torrente<br />
traza su lecho, según causas materiales;<br />
éstas son socializadas, porque<br />
los hechos que ella reúne lo<br />
son previamente: el mar, las costas,<br />
los torrentes, no tienen significación<br />
sino en relación al poder<br />
o a la impotencia <strong>del</strong> hombre; son<br />
conceptos antropocéntricos nacidos<br />
de la proyección de nuestra acción<br />
sobre la naturaleza.<br />
Esa causalidad geográfica, que<br />
es social, puede serlo de modo intrínseco<br />
-como causa entre hechos<br />
específicamente sociales- o<br />
de modo ocasional, sea directamente<br />
como causa entre hechos sociales<br />
y hechos físicos, sea individualmente<br />
como causa entre hechos físicos<br />
apreciados desde el ángulo<br />
social. La G. es en el punto más<br />
alto, una ciencia social.<br />
Unidad de la Scciografía. - Se<br />
creía hasta el presente que la separación<br />
de los hechos históricos<br />
y los geográficos se hacía en el interés<br />
mismo de los hechos sociales,<br />
porque la H. retenía con más<br />
certeza de entre ellos, los hechos<br />
políticos (por ejemplo), en tanto<br />
que la G. se ocupaba con ventaja<br />
de otros: por ejemplo, los hechos<br />
económicos.<br />
Pero el desarrollo mismo de las<br />
dos ciencias ha abolido tal barrera<br />
y mostrado que una Geografía<br />
política es tan legítima como<br />
una Historia económica.<br />
Los métodos sociográficos. - ¿La<br />
H. y la G. son un arte o una ciencia?<br />
Conviene responder -opina<br />
Callot-: son ciencias que utilizan<br />
el arte con una finalidad científica.<br />
Utilidad de la Historia-Geografía.<br />
- Derivada en ambas de su<br />
relación última con la Sociología:<br />
en la H., como aporte insustituíble<br />
en la comprensión y valorización<br />
de los hechos pasados. En la<br />
G., como algo bastante más trascendente<br />
que la provisión de mapas<br />
de repartición de razas y poblaciones,<br />
mera distribución y movimiento<br />
de las masas humanas sobre<br />
el globo; en fin, como arma<br />
de comprensión de esas mismas<br />
masas humanas.<br />
La H. y la G. son en el fondo<br />
eso, sostiene Callot: armas para<br />
alcanzar la perfección que debe<br />
realizarse en la civilización.<br />
CONCLUSIONES INMEDIATAS<br />
La transcripción <strong>del</strong> planificar<br />
de Callot, aunque parezca demasiado<br />
extensa, es imprescindible<br />
para quitar conclusiones comunes<br />
con el lector <strong>del</strong> comentario. La<br />
primera, personal, que está todavía<br />
por escribirse el volumen sugerente<br />
e impulsor, de orientación<br />
docente, referido a la H. y la G.<br />
desde el punto de vista sociológico.<br />
La segunda: que es aplastante<br />
en ocasiones la mera disquisición<br />
teorética, escasamente acompañada<br />
de ejemplos que afirmen los<br />
postulados expuestos. Si la Sociología<br />
es también eso para CalIot,<br />
no debemos preocuparnos mucho<br />
de que el intento actual sea frustrado.<br />
Una tercera: que el esquema general<br />
no in<strong>nov</strong>a, ni amplía como<br />
debiera, en las ideas generales de<br />
Rickert y Cassirer en la distinción<br />
entre ciencias de la naturaleza y<br />
de . la cultura. Decía Cassirer:<br />
"Aquellas nos enseñan a <strong>del</strong>etrear<br />
fenómenos para poder leerlos luego<br />
como experiencias; éstas nos<br />
enseñan a interpretar símbolos,<br />
para llegar a descifrar el contenido<br />
que encierran, para poner nuevamente<br />
de manifiesto la vida de<br />
la que aquellos símbolos originariamente<br />
brotaron".<br />
Decía H. Rickert: "La superficie<br />
de la Tierra, que es en sí misma<br />
un producto natural, adquiere<br />
otro interés que no el meramente<br />
naturalista si la consideramos como<br />
el teatro de toda la evolución<br />
cultural".<br />
CONCLUSIONES<br />
MEDIATAS<br />
Derivan en general de su aseveración<br />
sobre la estrechez científica<br />
y unilateralidad que han caracterizado<br />
casi sin excepciones a<br />
historiadores y geógrafos. La observación<br />
tiene valor, no sólo para<br />
los investigadores en sí, sino, sobre<br />
todo, para los profesores de H. y<br />
G. Y profesor no como mero trasmisor<br />
de un conocimiento adquirido,<br />
sino como forjador de una escuela<br />
de trabajadores históricos y<br />
geográficos. Como impulsor de<br />
una generación juvenil que piense<br />
en los historiadores como algo<br />
diferente a ratones de biblioteca<br />
y los geógrafos como codicistas de<br />
ríos y montañas.<br />
Las vocaciones pueden despertar,<br />
pero .pueden también crearse.<br />
La socialidad actual no puede<br />
confiar en usar bien la H. y la G.<br />
como armas de comprensión universales,<br />
si se está a la espera <br />
piénsese en <strong>Uruguay</strong>- de uno o<br />
dos entusiastas sacrificados por generación<br />
estudiantil, que se dignen<br />
acercarse a algún foco de investigación.<br />
y no creemos que sea últi postular<br />
como ideal el seminario o el<br />
laboratorio; el erróneo concepto<br />
-erróneo, por prejuiciosa valoración<br />
científicista- que de ellos<br />
forja el estudiante joven o el profesor<br />
formado- (la observación<br />
-146-<br />
-147-
es de Toynbee);coartaposibles<br />
esfuerzos antes. de. iniciarlos.<br />
La carencia deprófesores> aptos<br />
en •• la orientación· de ensayos his<br />
. tóricos y geográficos con equipos<br />
de trabajo es no ya grave para<br />
<strong>Uruguay</strong>, es dramático.<br />
Seguimos viviendo, en la segunda<br />
mitad <strong>del</strong> siglo XX, a impulsos<br />
de chispazos individuales,<br />
de nombres que hacen fama pero<br />
que no hacen obra.<br />
En H. y en G., como en Sociología<br />
mismo, parecen estar ya todos<br />
de acuerdo en el QUÉ de la realización,<br />
pero todavía falta ponerse<br />
de acuerdo en el CóMO, para<br />
su mejor logro.<br />
y en todo esto Callot no ha sido<br />
nada sugerente.<br />
G. W.<br />
AUGUSTO l. SCHULKIN.<br />
Historia de Paysandú.<br />
Diccionario<br />
biográfico 2 tomas:<br />
504 Y 488 páginas.<br />
Editorial van Roosen.<br />
Buenos<br />
A.ires, <strong>1958</strong>.<br />
Hacer accesible, manuable y<br />
ágil una compilación documental<br />
abrumadora es mérito no frecuente<br />
en los investigadores históricos.<br />
Lograrlo, a través de 300 pequeñas<br />
biografías, es reconfortante para<br />
los futuros estudiosos de la historia<br />
sanducera y nacional.<br />
Schulkin, que ejerce el profesorado<br />
de Historia en el Liceo de<br />
Young, nos trae a luz este diccionario<br />
biográfico -resta aún un<br />
tercer tomo- antes que su propia<br />
Historia de Paysandú, en preparación.<br />
y con ello nos demuestra<br />
desde ya que "su" historia, compartible<br />
para todos nosotros con<br />
las propias fuentes, no será sino<br />
"la" Historia de la bicentenaria.<br />
Hay veinte años de incansable<br />
recorrer de archivos en una y otra<br />
banda <strong>del</strong> río <strong>Uruguay</strong>, en esto tan<br />
compacto de ahora; hay la invalorable<br />
modestia <strong>del</strong> exponer y documentar<br />
sin publicidad y autobombo;<br />
hay en f in, la humana<br />
puesta en escena de una dispersa<br />
y ramificada filiación familiar,<br />
de hombres públicos, damas austeras,<br />
militares, con lenguaje que<br />
se congracia con el tema en la justeza<br />
galana de un españolismo vivaz.<br />
y así, por encima <strong>del</strong> ordenamiento<br />
alfabético uno cae de<br />
lleno en la reconstrucción de bosques<br />
genealógicos, que es pintura<br />
de una época recién pasada y buscado<br />
lustre de vertiginoso cambio<br />
actual.<br />
Pero por encima de todo eso, juzgamos<br />
que lo de Schulkin es la<br />
mejor lanza quebrada en pro <strong>del</strong><br />
amor por la investigación misma,<br />
y su factibilidad en las casi siempre<br />
amodorradas ciudades de nuestro<br />
interior. Ojalá que surjan desde<br />
esto, nuevos y jóvenes estudiosos<br />
que actualicen cada uno de los<br />
parcializados pasados de las ciudades<br />
y pueblos uruguayos, con vistas<br />
a su proyección en una ciencia<br />
histórica nacional.<br />
Reciba Schulkin de las páginas<br />
de ESTUARIO un cordial aplauso<br />
y la confianza en contarlo muy<br />
pronto entre los colaboradores.<br />
G. W.<br />
SASTRE, IvI.; ALBERDI, J. B.;<br />
GUTIERREu, J. IvI.; ECHE<br />
VERRIA, E.: "El Salón Literario".<br />
Librería H achette,<br />
Buenos Ah'es <strong>1958</strong>, 199 páginas.<br />
Félix Weinberg realiza el estudio<br />
preliminar de este nuevo aporte<br />
para el conocimiento de las corrientes<br />
de ideas que se mueven en<br />
el mundo cultural argentino a partir<br />
de 1810. El Estudio en si, lleva<br />
implícita una acabada revisión <strong>del</strong><br />
movimiento cultural que inicia la<br />
generación argentina de 1837, a<br />
través de capítulos breves pero<br />
perfectamente armados con una<br />
estructura conceptual y documental<br />
que abre nuevos panoramas al<br />
enfoque de este período tan rico<br />
y vasto en realizaciones <strong>del</strong> ámbito<br />
rioplatense.<br />
Se complementa con la publicación<br />
de los tres discursos con que<br />
se inicia la labor <strong>del</strong> Salón Literal'io<br />
a saber: Marcos Sastre,<br />
Ojeada filosófica sobl'e el estado<br />
presente y la suerte futura de la<br />
Nación Argentina; Juan B. Alberdi,<br />
Doble armonía entre el objeto<br />
de esta institltCión, con una exigencia<br />
de nuestro desal'rollo social;<br />
y de esta exigencia con otra<br />
general <strong>del</strong> espíritu humano; y de<br />
Juan M. Gutiérrez, Fisonomía <strong>del</strong><br />
saber español: cuál debe ser entre<br />
nosotros. Para darle unidad al trabajo<br />
se publican, además, las Lecturas<br />
pronunciadas en el "Salón<br />
Literario" por Esteban Echeverria<br />
y dos cartas, una de Florencia Varela<br />
a J. M. Gutiérrez y otra, de<br />
Florencia G. Balcarce a Félix<br />
Frías.<br />
El libro cumpliría su misión<br />
formativa sólo para el medio argentino,<br />
si las proyecciones de este<br />
movimiento de 1837 no se vincularan<br />
estrechamente con el mundo<br />
cultural montevideano que se<br />
agita, por la intervención individual<br />
y colectiva que todos los personajes<br />
actores <strong>del</strong> episodio porteño<br />
desarrollarán posteriormente<br />
en nuestro medio.<br />
Tanto Sastre como Alberdi, Gutiérrez<br />
y Echeverría, son factores<br />
de lucha ideológica durante el Sitio<br />
Grande y promueven, aparte de<br />
toda una re<strong>nov</strong>ación literaria, el<br />
movimiento cultural más significativo<br />
de este período, como es la<br />
Enseñanza Superior y cuyo mayor<br />
exponente será la inauguración de<br />
la Universidad de la República.<br />
A. R.<br />
FEDERIvIAN, Nicolás: "Historia<br />
Indiana", publicado por primera<br />
vez por Hans Kiffhaber<br />
-cuñado <strong>del</strong> al~tor- en<br />
Hagenau en 1557 y dedicado<br />
al Consejero Imperial<br />
J ohansen Guillermo de Loubenberg,<br />
cuando ya su autor<br />
había fallecido. Tradllcido<br />
directamente <strong>del</strong> alemán<br />
por Juan Friede- inves<br />
t i g a dar colombiano,<br />
miembro de la Academia<br />
Colombiana de la Historia<br />
y comisionado por la misma<br />
para la l'ecopilación de<br />
los documentos relativos a<br />
Colombia en los Archivos<br />
de España, seguida, además,<br />
<strong>del</strong> "Itineral'io de la Expedición",<br />
Madrid <strong>1958</strong>, 140<br />
páginas.<br />
En 1521, los alemanes Enrique<br />
Ehinger (Alfinger según las cró-<br />
-148- -149-
quetios eran aptos para la guerra,<br />
de alta y bien proporcionada talla,<br />
siendo sus mujeres hermosisimas,<br />
tanto que los españoles llamaron<br />
a este valle el "Valle de las<br />
Damas". Como los indios <strong>del</strong> Coro,<br />
no utilizaban venenos para sus<br />
flechas; no regalaron absolutamente<br />
nada a los expedicionarios y<br />
por el contrario re exigían el pago<br />
de su comida.<br />
Atravesando el río, limite con el<br />
territorio de los Guaycaries, sigue<br />
Federman por éste hasta el pueblo<br />
de Habana, y desde una elevación<br />
situada en la otra orilla <strong>del</strong><br />
río, que corre al pie de la ciudad<br />
(probablemente un Brazo <strong>del</strong> Cojedes),<br />
puede observar un territorio<br />
cubierto de agua y ciénaga que<br />
se extendía al Sur y al Este y que<br />
él creía ser el "Mar <strong>del</strong> Sur". A la<br />
vuelta sigue Federman el mismo<br />
camino hasta Barquisimeto. Pasa<br />
por el territorío de los Guaycaries,<br />
habitado por los Caquetios; llega<br />
al de los Cuybas, a Hacarigua y<br />
sale para Barquisimeto. Evita el<br />
camino de los Cayones. tratando<br />
de no salir <strong>del</strong> territorio de los<br />
indios amigos Caquetios, y por tener<br />
guías e intérpretes de esta lengua.<br />
De Barquesimeto se- dirige<br />
hacia el noreste. A su izquierda<br />
viven los Ciparicotes y a su derecho<br />
los Hytotos. Pasa por el Valle<br />
de las Damas, y en vista de que<br />
iba alejándose de Coro, abandona<br />
el valle, sigue hacia el norte, atravesando<br />
el territorio de los Ciparicotes<br />
-Sierra de Arroa-, alcanzando<br />
en esta dirección la costa<br />
<strong>del</strong> mar. Pierde el camino, pasa<br />
hambre y grandes dificultades, encontrando<br />
al fin el que lo lleva a<br />
la llanura, el valle <strong>del</strong> Yaracuy,<br />
en cuyas cabeceras estaban al salir<br />
de Barquisimeto. Llegan al Xaragua<br />
a orilIas <strong>del</strong> Caribe a 80 millas<br />
de Coro, siguiendo la costa,<br />
pasan por el pueblo de Martinico.<br />
hacen paces con las tribus Aticares.<br />
confederadas con los Caquetias<br />
y llegan a Coro el 17 de marzo.<br />
Como fuente, pues, etnológica,<br />
etnográfica y antropológica el libro<br />
tiene un interés extraordinario<br />
para todo lo referente a la población<br />
primitiva.<br />
M.A. D.<br />
Nuestra labor<br />
Cuadernos de<br />
Geografía<br />
IN DICE<br />
Pierre Birat: Glacis y terrazas en la zona mediterránea '"<br />
Luis P. Barattini: Notas de Zoogeografía .<br />
André Libault: La energía en Francia metropolitana .<br />
Germán Wettstein: Amazonia para turistas, para héroes y<br />
para latinoamericanos _ .<br />
Cuadernos de<br />
Historia<br />
Dick Ibarl'a Grussa: Yacimientos paleolíticos en Bolivia<br />
Arbelia Ramírez: Dos etapas de la bibliografía científica de<br />
la Banda Oriental _ .<br />
José LlLis Romero: Nicolás lVIaquiavelo .<br />
Daniel D. Vidart: Sociedades marginales de América colonial<br />
Crúnicas<br />
R. D. P. F.: Interpretaciones acerca de la situación actual de<br />
<strong>Uruguay</strong>, A~'gentina y Francia .<br />
Pág.<br />
5<br />
9<br />
29<br />
33<br />
55<br />
79<br />
99<br />
113<br />
131<br />
Bibliográficas<br />
G. \V.: L'Histoire et la Géographie au point de vue Sociologique.<br />
por Emile Callot .<br />
145<br />
G. W: Historia de Paysandú, por Augusto Schulkin .<br />
148<br />
il. R.: El salón literario, por 1V1. Sastre, J. B. AlberdL J. lV1.<br />
Gutiérrez, E. Echeverría .<br />
NI. A. D.: Historia Indiana, por Nicolás Federman . ..<br />
149<br />
149<br />
-152 -
PUBLICACIONES<br />
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