La ex jefa del MI5 británico Stella Rimington y la nueva sensación ...
La ex jefa del MI5 británico Stella Rimington y la nueva sensación ...
La ex jefa del MI5 británico Stella Rimington y la nueva sensación ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Saberes<br />
<strong>La</strong> Opinion A Coruña<br />
suplemento<br />
de cultura<br />
número<br />
231<br />
sábado,2 de mayo de 2009<br />
■ ENTREVISTA A JULIÁN RÍOS (3)<br />
■ EL ENIGMA DE B.TRAVEN (4)<br />
■ GALEANO, ENTRE OBAMA Y CHÁVEZ (5)<br />
Espías y crímenes<br />
en femenino<br />
<strong>La</strong> <strong>ex</strong> <strong>jefa</strong> <strong>del</strong> <strong>MI5</strong> británico <strong>Stel<strong>la</strong></strong> <strong>Rimington</strong> y <strong>la</strong> <strong>nueva</strong> sensación de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong><br />
sueca, Asa <strong>La</strong>rsson, aumentan <strong>la</strong> nómina de escritoras <strong>del</strong> género de intriga<br />
FRANCISCO GARCÍA PÉREZ<br />
Ahí están <strong>la</strong>s listas de ventas para confirmar<br />
que <strong>la</strong> conquista <strong>del</strong> mercado <strong>del</strong> género policiaco<br />
(o de intriga, o de suspense, como se le<br />
quiera l<strong>la</strong>mar) por parte de <strong>la</strong>s escritoras es<br />
un hecho. A <strong>la</strong> superclásica Agatha Christie y<br />
a <strong>la</strong> turbia y también clásica Patricia Highs-<br />
mith van uniéndose nombres y más nombres de<br />
autoras con su detective (o detectiva, puestos<br />
a desvariar) de cabecera. Al estatus de incondicionalidad<br />
que ya han otorgado los lectores<br />
a P. D. James o Ruth Ren<strong>del</strong>l han ascendido<br />
Sue Grafton, Anne Holt, FredVargas… y, sobre<br />
todo, Donna Leon con sus nove<strong>la</strong>s ambientadas<br />
enVenecia. Lejos, pues, los tiempos en<br />
que <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> policiaca era cosa de hombres, con<br />
Chandler y Hammett como jefes <strong>del</strong> cotarro y<br />
los Jim Thompson y compañía como conspicuos<br />
secuaces.<br />
Parece que <strong>la</strong> crema de <strong>la</strong> intelectualidad, si<br />
<strong>la</strong> hubiere, ha entendido que no todo el p<strong>la</strong>cer<br />
lector consiste en sentarse en sil<strong>la</strong> de madera,<br />
Pasa a <strong>la</strong> página siguiente
Saberes 2<br />
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
Nove<strong>la</strong> policiaca<br />
Viene de <strong>la</strong> págnina anterior<br />
poner a Schoenberg en el aparato de música y<br />
abrir <strong>la</strong>s obras completas de Heidegger. No<br />
siempre fue así. Cuando un grupo de amigos comenzamos<br />
a recomendar <strong>la</strong> lectura de un entonces<br />
desconocido John Le Carré (en concreto<br />
de El topo), nos cayó encima el chaparrón habitual<br />
de los comisarios intelectuales de <strong>la</strong> época,<br />
que sólo tenían ojos para libros de sociología:<br />
no fuimos acusados de agentes de <strong>la</strong> CIA de mi<strong>la</strong>gro<br />
(o acaso sí).<br />
<strong>Rimington</strong>, una vez<br />
abandonado el cargo<br />
pero ganado un nombre<br />
público, se refugió<br />
en una autobiografía<br />
yen<strong>la</strong>nove<strong>la</strong>deintriga<br />
<strong>Stel<strong>la</strong></strong> <strong>Rimington</strong>. /LA OPINIÓN<br />
Asa <strong>La</strong>rsson. /LA OPINIÓN<br />
Sin embargo, hoy ocurre justo al revés: <strong>la</strong><br />
sociología se ha refugiado en <strong>la</strong>s tertulias radiofónicas<br />
y nadie de buen gusto desprecia una<br />
nove<strong>la</strong> de intriga, a ser posible firmada por una<br />
mujer. Surge con ello <strong>la</strong> pregunta y una recurrente<br />
polémica: ¿son “diferentes “ <strong>la</strong>s nove<strong>la</strong>s<br />
de intriga escritas por mujeres que <strong>la</strong>s escritas<br />
por hombres? En el caso de <strong>la</strong>s dos novedades<br />
que aquí se comentan, <strong>la</strong> respuesta es un rotundo<br />
no: tanto <strong>La</strong> invisible de <strong>Stel<strong>la</strong></strong> <strong>Rimington</strong><br />
(ediciones B) como Aurora boreal de Åsa<br />
<strong>La</strong>rsson (que Seix Barral sacará en mayo) podrían<br />
haber venido firmadas por un caballero<br />
bardo tan ricamente. El <strong>MI5</strong> británico es un servicio<br />
de espías que se ocupa principalmente de<br />
<strong>la</strong> seguridad interna <strong>del</strong> Reino Unido y deja para<br />
el MI6 el espionaje <strong>ex</strong>terior. Tras el escándalo<br />
de <strong>la</strong> huida aMoscú de Philby (un agente soviético<br />
que ascendió a los más altos puestos de<br />
estas descoordinadas instituciones), no resultaba<br />
motivo de orgullo dec<strong>la</strong>rar que se pertenecía<br />
a los mismos. Cuando <strong>Stel<strong>la</strong></strong> <strong>Rimington</strong> llegó,<br />
en 1992, a <strong>la</strong> dirección general <strong>del</strong><strong>MI5</strong>, se<br />
propuso <strong>la</strong>var <strong>la</strong> cara a <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores de espionaje<br />
dando publicidad a aquello a lo que se dedicaba<br />
su departamento. No tardó en lloverle <strong>la</strong> crítica<br />
más acerba: ¿cómo vamos a contar lo que espían<br />
nuestros espías? A juzgar por el reciente<br />
caso <strong>del</strong> subcomisario que acudió al 10 de<br />
Downing Street con un folio en el que se detal<strong>la</strong>ban<br />
los p<strong>la</strong>nes de una redada prevista y que<br />
llevaba bien visible a <strong>la</strong>s cámaras de los periodistas<br />
gráficos, cabe preguntarse en qué despacho<br />
<strong>del</strong> inspector Clouseau contratan a los espías<br />
británicos.<br />
El caso es que <strong>Rimington</strong>, una vez abandonado<br />
el cargo pero ganado un nombre público,<br />
se refugió al principio en una autobiografía y después<br />
en <strong>la</strong>s nove<strong>la</strong>s: ya ha publicado cuatro, de<br />
<strong>la</strong>s que ahora nos llega <strong>la</strong> primera, <strong>La</strong> invisible,<br />
traducción que <strong>la</strong> editorial ha preferido al At risk<br />
(En peligro o En situación de riesgo) original.<br />
Un invisible es un terrorista que pasa desapercibido<br />
a los ojos preventivos de <strong>la</strong> policía porque<br />
posee los rasgos físicos, intelectuales y costumbristas<br />
propios <strong>del</strong> país contra el que va a<br />
atentar. Si se espera que los afganos vayan a<br />
atentar en Ing<strong>la</strong>terra, un invisible (o una invisible<br />
en nuestro caso) será aquél que no cuente<br />
con rasgo afgano alguno y parezca a todos los<br />
efectos un hincha más <strong>del</strong>Arsenal o <strong>del</strong> Chelsea.<br />
<strong>La</strong> trama de <strong>La</strong> invisible es ingeniosa: el <strong>MI5</strong><br />
y el MI6 saben que se va a producir un atentado<br />
terrorista en Ing<strong>la</strong>terra. Saben quiénes lo<br />
van a cometer (una pareja); saben cuándo (en<br />
el aniversario de una matanza perpetrada por<br />
los aliados antitalibanes); saben cómo (hasta el<br />
tipo de bomba que usarán); pero ignoran el dónde.<br />
Conocen y patrul<strong>la</strong>n obsesivos <strong>la</strong> zona, muy<br />
amplia; sin embargo, allí hay varias bases estadounidenses:<br />
¿cuál de el<strong>la</strong>s será?, ¿o no será ninguna<br />
de el<strong>la</strong>s y habrán los terroristas escogido<br />
otro objetivo? <strong>La</strong> protagonista es <strong>la</strong> chica ma<strong>la</strong>,<br />
<strong>la</strong> terrorista, <strong>la</strong> invisible, que tiene su némesis<br />
en <strong>la</strong> agente Liz Carlyle. Perseguidora,<br />
perseguida, montaje en capítulos alternos (en<br />
unos, <strong>la</strong> persecución; en los segundos, <strong>la</strong> huida<br />
hacia su objetivo de los malos), intriga mantenida<br />
ante el lector, que también ignora dónde<br />
van a atentar.<br />
Aurora boreal<br />
ASA LARSSON<br />
Seix Barral,383 páginas<br />
<strong>La</strong> invisible<br />
STELLA RIMINGTON<br />
Ediciones B,<br />
375 páginas<br />
Asa <strong>La</strong>rsson llega<br />
recomendada: Stieg<br />
<strong>La</strong>rsson se desveló<br />
una noche para leer<br />
‘Aurora boreal’<br />
Todo a punto para pasarse cuatro horas de<br />
lectura de entretenimiento, que no otra cosa se<br />
pretende (aunque Rosa Montero haya visto en<br />
<strong>la</strong> nove<strong>la</strong> no sé cuántos elementos decisivos para<br />
comprender el mundo, <strong>la</strong> vida humana y qué<br />
sé yo qué).Y creo que no se pretende otra cosa<br />
porque <strong>Rimington</strong> no da como novelista para<br />
más. Cuando todo está montado y engrasado para<br />
funcionar; cuando el lector no sabe si quiere<br />
que cojan a los terroristas (que también tienen<br />
su corazoncito) o que triunfe el Bien; cuando ya<br />
hemos asistido a un curso acelerado de tipos de<br />
armas y tipos de bombas; cuando ya conocemos<br />
al dedillo cómo va vestido cualquier personaje<br />
masculino (pues en ello no se ahorra detalle <strong>Rimington</strong>);<br />
cuando estamos en un ay… <strong>la</strong> solución<br />
es un deus <strong>ex</strong> machina, un giro in<strong>ex</strong>plicable de<br />
un personaje, qué barbaridad. Ahí se nota que<br />
un novelista es malo, que una novelista sabe mucho<br />
de construir una trama y nada de solucionar<strong>la</strong>.<br />
Cuando todo está a punto de <strong>ex</strong>plotar y <strong>ex</strong>plosionar,<br />
resulta que <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> decide ser buena<br />
porque así se lo manda <strong>la</strong> autora. No hay cosa<br />
que me irrite más como lector que ese truco infame.<br />
Hago actuar a mi ma<strong>la</strong> como una justiciera<br />
convencida y fanática durante trescientas páginas;<br />
persuado al lector de que es una convencida<br />
y una fanática, y, de pronto, en un par de<br />
folios, voy y digo que es buena en el fondo y <strong>la</strong><br />
hago actuar inmolándo<strong>la</strong> al servicio de <strong>la</strong> bondad<br />
universal. No lo soporto. Me parece un fraude al<br />
lector. Pero es lo que hay: cuando se es malo solucionando<br />
argumentos, se es malo, sea hombre,<br />
mujer o mediopensionista quien escribe.<br />
Åsa <strong>La</strong>rsson llega recomendadísima: el triunfante<br />
Stieg <strong>La</strong>rsson (nada que ver el apellido) se<br />
desveló una noche para leer Aurora boreal.<br />
Cuenta con geografía literaria propia (Kiruna,<br />
una pequeña ciudad minera a 200 kilómetros <strong>del</strong><br />
Círculo Po<strong>la</strong>r) y con protagonista también femenina:<br />
<strong>la</strong> abogada RebeckaMartinsson. Dispuestos,<br />
pues, a pasar frío, nos adentramos en <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>.<br />
Un cadáver, c<strong>la</strong>ro está, pero ya un cadáver<br />
que marca el tono de casquería que <strong>la</strong> autora<br />
elige. Al fiambre, un líder religioso de gran<br />
predicamento en Suecia, le han cortado <strong>la</strong>s manos,<br />
le han sacado los ojos, le han dado un golpazo<br />
en <strong>la</strong> cabeza y le han apuña<strong>la</strong>do a conciencia.<br />
Sangre a espuertas.<br />
A partir de ahí, a buscar al culpable oalos<br />
culpables, a adentrarse en el submundo de <strong>la</strong>s<br />
sectas y sus intereses económicos, mediante<br />
una mujer muy lista y unos hombres bastante<br />
lerdos, con todos y todas diciendo tacos al por<br />
mayor, y con una poli pequeñísima, redondita<br />
y embarazada (aunque ni asomo de <strong>la</strong> grandeza<br />
sutil y familiar de <strong>la</strong> protagonista de Fargo,<br />
<strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> de los Cohen). No hace falta ser muy<br />
listo para encontrar al malooalosmalosentre<br />
<strong>la</strong> lista de quienes circu<strong>la</strong>n por <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> en <strong>la</strong>s<br />
primeras cincuenta páginas. El resto de <strong>la</strong> lectura<br />
es una comprobación de que lo intuido es<br />
así. Por lo tanto, nada de nada: pa<strong>la</strong>brotas, personajes<br />
ateridos y hay que ver lo malos que son<br />
quienes usan <strong>la</strong>s creencias <strong>del</strong> prójimo para forrarse.<br />
Desde luego, Stieg <strong>La</strong>rsson tenía poco que<br />
hacer (él, un hombre tan ocupado) <strong>la</strong> noche que<br />
dedicó a su homónima. Aunque, en realidad, visto<br />
lo sin sustancia que es, bastarían dos horas<br />
insomnes. De modo que, femenina o masculina,<br />
ninguna de estas nove<strong>la</strong>s aporta algo más<br />
que entretenimiento para lectores poco rigurosos.<br />
Quienes gusten de pasar el rato con protagonistas<br />
mujeres, a<strong>del</strong>ante. No hay más.
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
3 Saberes<br />
Entrevista<br />
Julián Ríos<br />
“Galicia está presente en mi obra de<br />
una forma profunda, no superficial”<br />
El escritor gallego<br />
afincado en París<br />
publica ‘Puente <strong>del</strong><br />
Alma’, una nove<strong>la</strong> sobre<br />
el mito de <strong>La</strong>dy Diana<br />
FRANCISCO R. PASTORIZA<br />
El idioma fundamentalmente, pero también<br />
los personajes que conoció en su juventud o de<br />
los que le contaron, y <strong>la</strong> atmósfera de aquel<strong>la</strong> Galicia<br />
ahogada por el franquismo, son los elementos<br />
con los que ha e<strong>la</strong>borado una literatura inc<strong>la</strong>sificable,<br />
una de <strong>la</strong>s obras de mayor altura y<br />
calidad de <strong>la</strong> actual narrativa españo<strong>la</strong>. Entre<br />
<strong>la</strong> vanguardia, el <strong>ex</strong>perimentalismo y <strong>la</strong> tradición,<br />
<strong>la</strong>s nove<strong>la</strong>s de Julián Ríos (<strong>La</strong>rva, Nuevos<br />
sombreros para Alicia, Pandemonium, <strong>La</strong> vida<br />
s<strong>ex</strong>ual de <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras) mantienen una cierta re<strong>la</strong>ción<br />
con su tierra natal. En Cortejo de sombras,<br />
su anterior nove<strong>la</strong> publicada (aunque escrita hace<br />
más de 40 años y rescatada de un olvido voluntario),<br />
sus personajes se mueven en un territorio<br />
mítico, Tamoga, que no es otro que aquel<strong>la</strong><br />
Galicia de sus primeros años.<br />
–¿Sigue Galicia en sus nove<strong>la</strong>s de alguna<br />
manera?<br />
–Galicia está siempre muy presente en mi<br />
obra pero no en esa forma más superficial y más<br />
folclórica que hoy pasa por ser lo más nacional.<br />
Está presente de una manera profunda. Lo que<br />
es más profundo no se ve tan a <strong>la</strong> vista pero es<br />
lo que determina que un escritor esté enraizado<br />
en una cultura. En mi caso me considero gallego<br />
en mi interioridad, en mi forma de sentir,<br />
aunque en mi obra me <strong>ex</strong>prese en castel<strong>la</strong>no.<br />
Hay que tener en cuenta que un escritor se <strong>ex</strong>presa<br />
en su propio idioma, independientemente<br />
<strong>del</strong> idioma nacional en el que escriba. Joyce era<br />
profundamente ir<strong>la</strong>ndés pero no escribía en gaélico<br />
y <strong>la</strong> obra de Valle Inclán, profundamente<br />
gallega, está escrita en castel<strong>la</strong>no de una forma<br />
muy suya.<br />
–Cortejo de sombras es una de <strong>la</strong>s primeras<br />
obras que escribió, aunque se haya publicado<br />
el año pasado. Antes, nove<strong>la</strong>s como <strong>La</strong>rva<br />
o <strong>La</strong> vida s<strong>ex</strong>ual de <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras marcan<br />
un estilo muy vanguardista y <strong>ex</strong>perimental.<br />
¿Cómo definiría su trayectoria literaria?<br />
–<strong>La</strong> defino como una espiral, que es <strong>la</strong> figura<br />
para mí emblemática y gallega por <strong>ex</strong>celencia.<br />
Y que me define a mí mismo. Hace años en Madrid<br />
dirigía una colección de literatura que se l<strong>la</strong>maba<br />
así, Espiral, y por cierto, en el lomo los libros<br />
llevaban una espiral de piedra, una espiral<br />
ga<strong>la</strong>ica. Mi obra ha seguido una trayectoria en<br />
espiral.<br />
–Su última nove<strong>la</strong>, Puente de Alma, esel<br />
último tramo de esa espiral. ¿Por qué ahora<br />
una nove<strong>la</strong> sobre <strong>La</strong>dy Diana?<br />
–A mí lo que me interesa es el mito. El mito de<br />
esta princesa, muerta en <strong>ex</strong>trañas circunstancias,<br />
que va atrayendo con mucha fuerza hacia<br />
el<strong>la</strong> a una serie de personajes muy diversos que,<br />
en cierto modo, van <strong>ex</strong>plicando elementos azarosos<br />
de <strong>la</strong> vida de <strong>la</strong> princesa. En cierto modo se<br />
identifican también con el<strong>la</strong> porque son personajes<br />
malogrados y <strong>ex</strong>plican muchas de <strong>la</strong>s distintas<br />
facetas de <strong>la</strong> princesa Diana. En <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> hay<br />
dispersas muchas informaciones acerca de <strong>La</strong>dy<br />
Diana, incluso minúscu<strong>la</strong>s y poco conocidas, a<br />
través de <strong>la</strong>s obsesiones y de <strong>la</strong> fascinación que<br />
“He trabajado en este libro<br />
durante muchos años.<br />
He escrito mucho para<br />
reconstruirlo porque <strong>la</strong><br />
princesa, como todo mito,<br />
es un personaje escurridizo”<br />
El escritor gallego<br />
Julián Ríos.<br />
FOTO: AMAYA AZNAR<br />
ejerce sobre esos personajes: desde cuáles eran<br />
sus animales de compañía favoritos hasta elementos<br />
de su vida íntima. En el fondo el<strong>la</strong> es algo<br />
que cae sobre el espacio de otras personas que<br />
no tienen nada que ver con el<strong>la</strong>, que viven en medios<br />
y en ambientes muy distintos, pero <strong>la</strong> atracción<br />
por <strong>la</strong> princesa muerta acaba por reve<strong>la</strong>rlos<br />
de alguna forma; es esa gota que faltaba para<br />
que esos personajes se dibujasen mejor. Personajes,<br />
por ejemplo, como el infortunado chófer,<br />
que muere también en el accidente, que en el fondo<br />
tiene quizá que ver más con el<strong>la</strong> que su propio<br />
amante. He trabajado en este libro durante<br />
muchos años, desde el momento en que murió<br />
<strong>La</strong>dy Diana. He tomado muchas notas y he escrito<br />
mucho para construirlo porque <strong>la</strong> princesa,<br />
como todo mito, es un personaje escurridizo<br />
como una angui<strong>la</strong>, siempre hay algo, algún elemento<br />
de el<strong>la</strong> que se nos escapa. Y eso para un<br />
escritor siempre es interesante, ver que un personaje<br />
es huidizo y que tiene al mismo tiempo ese<br />
poder de atraer a otros personajes a los que les<br />
hace ver cómo es <strong>la</strong> fascinación por <strong>la</strong> vanidad,<br />
por el deseo de ser artista, por lo <strong>ex</strong>cepcional que<br />
es el mundo de una princesa... que está fuera <strong>del</strong><br />
alcance de esas personas. Esa es <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>:<br />
un personaje que fascina a otros personajes<br />
a los que atrae. Es como cuando yo era niño<br />
y en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ya, de noche, metíamos una linterna en<br />
un hoyo y se llenaba de pulgas de arena, atraídas<br />
por esa luz.<br />
“El destino está<br />
indudablemente presente,<br />
porque <strong>la</strong> muerte de <strong>la</strong><br />
princesa Diana marca ese<br />
punto de cruce en el que<br />
el destino se insta<strong>la</strong>”<br />
–<strong>La</strong> magia, el destino, <strong>la</strong> casualidad... son los<br />
ingredientes con los que e<strong>la</strong>bora una historia<br />
que por momentos es fascinante.<br />
–Y también <strong>la</strong> muerte. Hasta el punto que en<br />
uno de los capítulos centrales de <strong>la</strong> obra, Champs<br />
Élysées, hay una especie de Santa Compaña de<br />
personajes muertos que acompañan a los vivos<br />
en un crucero por el Sena. En ese capítulo me<br />
interesaba seña<strong>la</strong>r cómo París está lleno de mitos,<br />
de grandes personajes, muchos de ellos <strong>ex</strong>tranjeros.<br />
En ese barco están María Cal<strong>la</strong>s, Marlene<br />
Dietrich, Romy Schneider, Marcelo Mastroianni,<br />
Bette Davis, Josephine Baker.... Y p<strong>la</strong>nteo<br />
<strong>la</strong> duda de si este episodio fue un sueño, una<br />
alucinación en <strong>la</strong> duermeve<strong>la</strong>, o si <strong>la</strong> protagonista,<br />
Camille, ha cruzado durante un coma esa frontera<br />
entre <strong>la</strong> vida y <strong>la</strong> muerte. El destino está<br />
indudablemente presente, porque <strong>la</strong> muerte de<br />
<strong>la</strong> princesa Diana marca ese punto de cruce en<br />
el que el destino se insta<strong>la</strong>. <strong>La</strong> casualidad también,<br />
en efecto. <strong>La</strong> casualidad viene dada sobre<br />
todo por los personajes que van, atraídos por <strong>la</strong><br />
princesa, hacia los lugares con los que se re<strong>la</strong>ciona<br />
su vida: el Pa<strong>la</strong>cio de Buckingham, <strong>la</strong> P<strong>la</strong>za<br />
de Alma, debajo de <strong>la</strong> que se produjo el accidente...<br />
personajes a los que les pasan una serie<br />
de peripecias que son casualidades que se convierten<br />
en destino. Vuelve aquí a dibujarse <strong>la</strong> espiral<br />
de que lo que empieza por ser una casualidad<br />
acaba convirtiéndose en destino. Yo creo que<br />
<strong>la</strong> vida, y <strong>la</strong> muerte también, participa tanto <strong>del</strong><br />
azar como <strong>del</strong> destino. En cierto modo <strong>la</strong> literatura<br />
lo que promueve es <strong>la</strong> necesidad, que el azar<br />
se transforme en necesidad, que finalmente desemboca<br />
en el destino.<br />
–<strong>La</strong> nove<strong>la</strong> juega también con <strong>la</strong>s coincidencias.<br />
–Porque hay algo más que coincidencias. El<br />
que haya hecho que el maldito y genial escritor<br />
francés Celine se reencarne en <strong>la</strong> princesa parte<br />
de una coincidencia: murió el mismo día y a <strong>la</strong> misma<br />
hora en que nació <strong>La</strong>dy Diana. Los tres personajes<br />
que acompañan a <strong>la</strong> princesa durante<br />
aquel viaje en el barco Los Campos Elíseos, el<br />
pintor Braque, el poeta Charles Bau<strong>del</strong>aire y el<br />
astrólogo Conrad Moricand, da <strong>la</strong> casualidad de<br />
que murieron el mismo día <strong>del</strong> mismo mes, en<br />
años diferentes, en el que también murió <strong>la</strong> princesa.<br />
Es un juego pero es el juego <strong>del</strong> destino.
Saberes 4<br />
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
Literatura<br />
El rey de los disfraces<br />
El año Traven, de quien Einstein dijo que se llevaría sus libros a una is<strong>la</strong><br />
desierta, aviva <strong>la</strong>s especu<strong>la</strong>ciones sobre su identidad<br />
Cartel de <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> de John Huston basada en el libro de Traven.<br />
Traven dejó pistas falsas<br />
sobre su misteriosa identidad<br />
y desapareció como si<br />
lo persiguiera el diablo<br />
El tesoro de Sierra<br />
Madre<br />
B. TRAVEN<br />
352 páginas<br />
22 euros<br />
Obsesionado por su<br />
intimidad, el enigmático<br />
escritor dejó instrucciones<br />
para que esparcieran<br />
sus cenizas en <strong>la</strong> selva<br />
de Chiapas<br />
LUIS M. ALONSO<br />
Prosigue <strong>la</strong> búsqueda <strong>del</strong> hombre que nunca<br />
olvidó, cuando se cumplen cuarenta años de<br />
muerto y los editores se han <strong>la</strong>nzado a reeditar<br />
sus obras objeto de culto, entre el<strong>la</strong>s El tesoro<br />
de Sierra Madre o El barco de <strong>la</strong> muerte.<br />
<strong>La</strong>s hipótesis sobre <strong>la</strong> procedencia y el paradero<br />
de B. Traven alimentan el mito. Tras esta<br />
identidad enigmática pudo haberse escondido<br />
un cerrajero po<strong>la</strong>co l<strong>la</strong>mado Feige; un actor<br />
travestido en periodista radical en Múnich,<br />
de nombre Ret Marut; un emigrante noruego,<br />
Traven Torvsan; un marinero norteamericano<br />
que recaló en Europa después de haber desembarcado<br />
en Tampico para no volver a navegar;<br />
¿quizá Jack London?, o mismamente Hal Croves,<br />
el sujeto que en 1947 se presentó a John<br />
Huston en el hotel Reforma de México como<br />
agente <strong>del</strong> autor de El tesoro de Sierra Madre,<br />
que inspiraba <strong>la</strong> pelícu<strong>la</strong> que el director<br />
empezaba entonces a rodar. A Huston le mostraron<br />
años después una foto <strong>del</strong> escritor invisible<br />
y le preguntaron si lo conocía. Respondió:<br />
“C<strong>la</strong>ro que sí, amigo. He trabajado con este<br />
tipo durante diez semanas”.<br />
<strong>La</strong> historia se enreda todavía más porque B.<br />
Traven pudo haber sido el hijo ilegítimo de un<br />
industrial judío, Emil Rathenau, y de una actriz<br />
de nombre Josephine von Stendwarlt. O<br />
el bastardo <strong>del</strong> káiser Guillermo y de una actriz<br />
l<strong>la</strong>mada Helen Mareck. El hombre, al que durante<br />
décadas se le han seguido los pasos, se esforzó<br />
en dejar pistas falsas sobre su misteriosa<br />
identidad. Fue un maestro en fabricar historias<br />
diferentes sobre sí mismo. “Mi vida es<br />
asunto mío”, dijo en una ocasión y volvió a desaparecer<br />
sin dejar rastro, como si lo persiguiese<br />
el diablo.<br />
<strong>La</strong> única fecha que se conoce con certeza es<br />
<strong>la</strong> de su muerte, en 1969. Un último deseo, también<br />
conocido, fue que sus cenizas se esparciesen<br />
por el río Jataté, en <strong>la</strong> selva de Chiapas,<br />
su lugar más querido. Tal era <strong>la</strong> obsesión con<br />
<strong>la</strong> privacidad que llegó a dec<strong>la</strong>rar lo siguiente:<br />
“Cuando sienta que se aproxima mi fin, me esconderé<br />
como una fiera en <strong>la</strong> maleza, allá donde<br />
nadie pueda seguirme. Allí esperaré <strong>la</strong> sabiduría<br />
infinita con devoción y reverencia. Volveré<br />
en paz a <strong>la</strong> gran unidad de <strong>la</strong> que surgí al<br />
nacer. Daré <strong>la</strong>s gracias a los dioses si tienen a<br />
bien saciar con mi cadáver el hambre de los zopilotes<br />
famélicos y los perros abandonados, para<br />
que no quede ni un solo hueso de mí”.<br />
Su viuda, Rosa Elena Luján, con <strong>la</strong> que se casó<br />
en 1957, ha guardado celosamente durante<br />
todo este tiempo los secretos <strong>del</strong> escritor. El<br />
novelista y guionista Barry Gifford había establecido<br />
contacto con el<strong>la</strong> en los años setenta y<br />
gracias a el<strong>la</strong> consiguió un ejemp<strong>la</strong>r en alemán<br />
de una de sus nove<strong>la</strong>s, The Logs, que entonces<br />
no se había publicado en inglés. Sólo ahora<br />
cuando se conmemora el año internacional Traven,<br />
<strong>la</strong> viuda ha accedido a mostrar fotos <strong>del</strong> escritor,<br />
que casi nadie pudo o se atrevió a retratar.<br />
Malú Montes de Oca de Heyman, una de sus<br />
hijastras, admitió que ni el<strong>la</strong> misma sabía <strong>la</strong><br />
identidad <strong>del</strong> hombre que había considerado<br />
durante once años su padre. En una ocasión le<br />
contó a Gifford que, de encontrar algo con que<br />
compararlo, habría encargado un análisis <strong>del</strong><br />
ADN de un pelo <strong>del</strong> escritor hal<strong>la</strong>do en un sa<strong>la</strong>cot<br />
que utilizó en <strong>la</strong> jung<strong>la</strong> de Chiapas, para<br />
saber quién era en realidad.<br />
¿Y quién era el misterioso padre de Malú?<br />
Volvemos al ovillo. Es posible que, dado su afán<br />
por esconderse, el propio Traven dudase de<br />
quién era. Si Traven, Torvsan o Croves. De hecho,<br />
fue los tres y una docena<br />
más de identidades.<br />
No obstante, hay quien dice<br />
que nunca olvidó. Barry Gifford escribió que<br />
en el lecho de muerte le confesó a su esposa<br />
que efectivamente él había sido Ret Marut y<br />
que el<strong>la</strong> podía hacerlo público. ¿Y a quién<br />
demonios se refería conMarut? Karl S.<br />
Guthke, autor de B. Traven: biografía<br />
de un misterio, proporcionó pistas sobre<br />
el personaje. Era, según parece,<br />
un anarquista bávaro condenado a<br />
muerte y que huyó de Alemania para<br />
refugiarse en México. El propio Traven-<br />
Marut certificaría en un diario en los años<br />
veinte el fallecimiento <strong>del</strong> Otro: “El bávaro de<br />
Múnich ha muerto”.<br />
Gifford traza una comparación entre <strong>la</strong> huida<br />
de Traven y <strong>la</strong> <strong>del</strong> Rimbaud desertor de <strong>la</strong><br />
Marina ho<strong>la</strong>ndesa, pero <strong>ex</strong>plica cómo éste último,<br />
al contrario que el primero, no escribió<br />
ni una so<strong>la</strong> línea en su <strong>nueva</strong> vida como traficante<br />
de esc<strong>la</strong>vos y comerciante de armas. <strong>La</strong><br />
obra de B. Traven aflora, sin embargo, a partir<br />
<strong>del</strong> enigma, lo mismo que ha ocurrido hasta<br />
su silencio con Salinger, otro ac<strong>la</strong>mado escritor<br />
oculto.<br />
En cualquier caso, poco importa, más allá <strong>del</strong><br />
misterio que todo lo envuelve literariamente,<br />
quién fue un hombre capaz de escribir como<br />
él. Lean El tesoro de Sierra Madre, sinolo<br />
han hecho ya, El barco de <strong>la</strong> muerte, El puente<br />
en <strong>la</strong> selva o sus cuentos, y lo comprobarán.<br />
Lean, por ejemplo, cómo operaba el mecanismo<br />
que lo llevó a manifestarse contra el <strong>ex</strong>polio<br />
<strong>del</strong> indígena: “<strong>La</strong> sortija de oro que rodea<br />
el dedo de una elegante dama o <strong>la</strong> corona colocada<br />
sobre <strong>la</strong> cabeza de algún rey ha pasado<br />
muy a menudo por <strong>la</strong>s manos de criaturas que<br />
habrían hecho estremecer con su aspecto a esas<br />
damas y esos reyes. No cabe duda de que <strong>la</strong> mayoría<br />
de <strong>la</strong>s veces el oro es <strong>la</strong>vado con sangre<br />
humana en lugar de jabón”.<br />
Albert Einstein dec<strong>la</strong>ró que se llevaría sus<br />
libros a una is<strong>la</strong> desierta. En cierto modo, es<br />
el mejor homenaje a un escritor que eligió mantener<br />
ais<strong>la</strong>da su identidad.
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
5 Saberes<br />
Política y literatura<br />
<strong>La</strong>s páginas abiertas<br />
de Hugo Chávez<br />
El mandatario de Venezue<strong>la</strong> rega<strong>la</strong> al presidente de Estados Unidos, Barack<br />
Obama, un libro de Eduardo Galeano clásico en el pensamiento de izquierdas<br />
En <strong>la</strong> foto superior, Hugo<br />
Chávez entrega a Barack<br />
Obama el libro de Eduardo<br />
Galeano; sobre estas<br />
líneas, <strong>la</strong> portada de una<br />
de <strong>la</strong>s ediciones y, a <strong>la</strong><br />
derecha, Galeano durante<br />
una visita a España.<br />
El libro se ha aupado,<br />
desde que Chávez se lo<br />
regaló a Obama, a los<br />
primeros puestos de<br />
ventas, que nunca le<br />
fueron desconocidos<br />
FOTO: EFE<br />
J. C. GEA<br />
Cuando en 1970 Salvador Allende asumió <strong>la</strong><br />
presidencia de <strong>la</strong> República de Chile, después<br />
de haber ganado <strong>la</strong>s elecciones democráticas<br />
para <strong>la</strong> Unidad Popu<strong>la</strong>r, Fi<strong>del</strong> Castro viajó al<br />
país y, en recuerdo de aquel<strong>la</strong> primera visita oficial,<br />
le regaló una metralleta; a su manera, un<br />
programa de gobierno. Como sucede, <strong>la</strong> historia<br />
despojaría este re<strong>la</strong>to de verdades inútiles,<br />
para convertir aquel<strong>la</strong> metralleta en <strong>la</strong> misma<br />
que Allende habría usado para, supuestamente,<br />
suicidarse el 11 de septiembre de 1973, asediado<br />
y prometeico ante el ejército nacional. Como<br />
fuera, el mo<strong>del</strong>o clásico de <strong>la</strong> revolución armada<br />
en <strong>La</strong>tinoamérica comenzaba a ver un<br />
testigo incómodo en <strong>la</strong> vía revolucionaria pacífica,<br />
par<strong>la</strong>mentaria y gradualista abierta por<br />
el allendismo, que desde <strong>La</strong> Habana se veía como<br />
una componenda burguesa. Como pasa en<br />
<strong>la</strong>s buenas ficciones, aquel regalo de Fi<strong>del</strong>, el<br />
objeto sagrado, verdadero bastón de Moisés,<br />
demostró su utilidad al final <strong>del</strong> re<strong>la</strong>to. También,<br />
su parábo<strong>la</strong>: úsa<strong>la</strong> o sírvele.<br />
En cuestión de regalos, algo se ha mejorado:<br />
el pasado 18 de abril Hugo Chávez le regaló a Barack<br />
Obama un libro. Durante <strong>la</strong> V Cumbre de<br />
<strong>la</strong>s Américas, que se desarrol<strong>la</strong>ba en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de<br />
Trinidad y suponía <strong>la</strong> presentación formal <strong>del</strong><br />
nuevo presidente de los Estados Unidos ante los<br />
líderes suramericanos, Chávez le entregó, en<br />
versión castel<strong>la</strong>na sin traducir, un ejemp<strong>la</strong>r <strong>del</strong><br />
ensayo <strong>La</strong>s venas abiertas de América <strong>La</strong>tina,<br />
escrito en 1971 por el uruguayo Eduardo Galeano<br />
(Montevideo, 1940). <strong>La</strong> obra, un clásico <strong>del</strong><br />
pensamiento de izquierda <strong>la</strong>tinoamericano, retrata<br />
lo que su autor define como cinco siglos de<br />
<strong>ex</strong>polio <strong>ex</strong>tranjero de <strong>la</strong>s riquezas americanas.<br />
Durante décadas, el libro llenó los zurrones de<br />
media juventud <strong>la</strong>tinoamericana, en <strong>la</strong> compañía<br />
segura de Sartre, Marcuse, Fanon o Marta Harnecker.<br />
De ellos, el de Galeano es el único que<br />
no ha sido desalojado <strong>del</strong> favor lector. Se trata de<br />
un alegato contra <strong>la</strong> imposición de los ciclos económicos<br />
<strong>ex</strong>tranjeros a una <strong>La</strong>tinoamérica cuyo<br />
subdesarrollo, escribía Galeano, “<strong>ex</strong>plica <strong>la</strong> historia<br />
<strong>del</strong> desarrollo <strong>del</strong> capitalismo mundial”.<br />
El cobre, el petróleo, <strong>la</strong> madera, el café, <strong>la</strong> tierra,<br />
el agua: unos países perdieron para que otros<br />
pudieran ganar, y <strong>la</strong>s riquezas naturales de América<br />
se antojan su peor maldición, en este libro.<br />
Así remonta <strong>la</strong> historia americana desde el Descubrimiento<br />
(ese Descubrimiento de América<br />
que todavía no fue, como titu<strong>la</strong>ría Galeano otro<br />
ensayo en 1991) y los siglos de <strong>la</strong> colonia españo<strong>la</strong>,<br />
pasando por el intervencionismo gringo y<br />
europeo en <strong>la</strong>s independencias hispanoamericanas<br />
o <strong>la</strong> oscura tute<strong>la</strong> de <strong>la</strong> CIA en los golpes<br />
de Estado militares. El alegato no carece de valor<br />
histórico en algunos capítulos, como los que<br />
dedica a épocas más recientes. Galeano avisa<br />
aquí de que los veneros americanos sangran por<br />
mano ajena; y que, aun cuando se piense que<br />
otras veces han sido <strong>la</strong>s sociedades <strong>la</strong>tinoamericanas<br />
<strong>la</strong>s únicas responsables de su suicidio,<br />
<strong>la</strong> cuchil<strong>la</strong> que tajó <strong>la</strong> muñeca era siempre estadounidense<br />
o europea.<br />
Como superación de los desencuentros con<br />
el Gobierno de Estados Unidos y como emp<strong>la</strong>zamiento<br />
al diálogo, <strong>la</strong> elección de ese libro no<br />
promete mucho: quiero ser tu amigo, a pesar de<br />
ti. Al igual que con <strong>la</strong> misma intención y más gracia<br />
Chávez le podía haber rega<strong>la</strong>do a Obama Para<br />
leer al pato Donald (1971), otro ensayo clásico<br />
de crítica cultural antiimperialista, <strong>del</strong> chileno<br />
Ariel Dorfman (ésta le hubiera gustado más<br />
a George W. Bush, por los dibujos), el presidente<br />
venezo<strong>la</strong>no, sin embargo, le rega<strong>la</strong> a Obama lo<br />
que quiere ser su propio álbum familiar de <strong>la</strong> vergüenza.<br />
Puestos con el mismo Galeano, y en busca<br />
de un obsequio más aproximado a <strong>la</strong>s gesticu<strong>la</strong>ciones<br />
políticas de <strong>la</strong> pasada Cumbre de <strong>la</strong>s<br />
Américas, hubiera sido perfecto rega<strong>la</strong>rle a Obama<br />
El libro de los abrazos (1989), bril<strong>la</strong>nte colección<br />
de fábu<strong>la</strong>s políticas <strong>del</strong> uruguayo.<br />
<strong>La</strong>s venas abiertas de América <strong>La</strong>tina se ha<br />
aupado estos días a los primeros puestos de ventas,<br />
que nunca le han sido desconocidos. Sobreviviendo<br />
a <strong>la</strong> caída de varios muros ideológicos,<br />
es más que <strong>la</strong> Biblia algo desvaída de ese “perfecto<br />
idiota <strong>la</strong>tinoamericano” <strong>del</strong> que escribieron<br />
Plinio Apuleyo Mendoza y Álvaro Vargas<br />
Llosa. Sobre todo, porque no se contenta con<br />
sostener que los problemas de <strong>La</strong>tinoamérica se<br />
deben invariablemente a los gringos o a los españoles,<br />
lectura que, más o menos justa, nunca<br />
fue buen comienzo para el desarrollo de los pueblos,<br />
y se limitó a servir en otras ocasiones para<br />
dorar <strong>la</strong> píldora <strong>del</strong> simple autarquismo. El<br />
regalo de este libro de Galeano tal vez anuncia<br />
una línea conocida en <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones políticas interamericanas.<br />
El acento de <strong>la</strong> obra está puesto<br />
en <strong>la</strong> cuestión de <strong>la</strong> soberanía; un aspecto vital<br />
pero bajo el que a veces se han postergado<br />
sin fecha otras urgencias <strong>la</strong>tinoamericanas, como<br />
<strong>la</strong> realización efectiva de <strong>la</strong> justicia social.
Saberes 6<br />
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
Arte urbano<br />
Poster Boy<br />
Nos paradoxos do sistema<br />
MARCELA SANTORUN<br />
“A publicidade é a unha democracia o que<br />
unha porra a un estado totalitario”. Poñer a proba<br />
esta afirmación de Noam Chomsky é doado, peroescapardassúasconsecuencias,imposíbel.Ninguén<br />
elude o control congnitivo da publicidade.<br />
Ademais de escuro, todo o que se move na sutil<br />
vida das imaxes se intúe insidioso e consumado.<br />
En imperceptíbeis momentos de resistencia apagamos<br />
o televisor ou pechamos a revista, pero no<br />
espazo público o contido é un monopolio das empresas,<br />
e da nosa pertenza só queda un recordo<br />
no seu nome. A publicidade semel<strong>la</strong> o fondo pero<br />
trócase en figura, verdadeiro contido do entorno;<br />
animada po<strong>la</strong> nosa cultura das accións patrocinadas,<br />
transiximos na coacción os nosos tesouros culturais<br />
por empresas ben aparentes. A perspicaz<br />
linguaxe publicitaria alimenta a <strong>ex</strong>presión dos aspectos<br />
máis neuróticos da nosa sociedade, a perversión<br />
da compra da beleza física ou os marcadores<br />
da suposta felicidade. Recentemente,<br />
nunha entrevista nun xornal nacional, Noam<br />
Chomsky fa<strong>la</strong>ba das alianzas perversas das nosas<br />
democracias. Pode que as ideas de Noam<br />
Chomsky aboaran o nacemento de Poster Boy,<br />
porqueentreooctoxenariolingüistaeonovoartista<br />
urbano americano parece <strong>ex</strong>istir máis coincidencia<br />
que a afección ás aventuras do Quixote.<br />
PosterBoy,dendeabrilde2008,levafeitosuns400<br />
co<strong>la</strong>xes cos carteis publicitarios do metro da cidade,<br />
e sen querer querendo conseguiu loitar contraunsmuíñososmoireais.Cuncutterepegamento<br />
cambia consignas, quita de aquí e pon alí e o resultado<br />
son uns novos carteis de moi boa factura<br />
que ispen as verdadeiras mensaxes publicitarias,<br />
porque como di o lingüista, “a publicidade o que<br />
quere ocultar é que as democracias modernas están<br />
totalmente comprometidas coas grandes corporacións<br />
e multinacionais”<br />
“A publicidade quere<br />
ocultar que as democracias<br />
modernas están totalmente<br />
comprometidas coas<br />
grandes multinacionais e<br />
corporacións”, di Chomsky<br />
Non é frecuente fa<strong>la</strong>r dos artistas en termos<br />
de eficacia pero neste caso está xustificado. Poster<br />
Boy desenvolve unha dura crítica ao sistema<br />
noseupropiomedio,utilizaosseusrecursoseadhíreseaoseumillonarioaparatopublicitariocomose<br />
dun virus se tratase, para promover as súas ideas.<br />
Coida as formas, faino con talento, con técnica depurada<br />
e con humor. A todo isto haille que engadir<br />
a ilegalidade da accións, o que provocou a súa<br />
detención no pasado mes de febreiro. Nas cidades<br />
americanas están perseguidas estas accións<br />
e castigadas con multas importantes, pero a tipificación<br />
xurídica dos actos non di nada dos sentidos,<br />
asnormasnon teñen capacidade refl<strong>ex</strong>iva. Na<br />
estrat<strong>ex</strong>ia deste artista neoiorquino non falta nada:haicreatividade,intelixenciaemoitaeconomía.<br />
Mentres algúns cidadáns ap<strong>la</strong>uden, outros, especialmente<br />
as empresas anunciantes, quéreno no<br />
cárcere. E foi no mes de febreiro cando Henry<br />
Matyjewicz, de 27 anos, foi detido nunha inauguración<br />
dunha galería do Soho. O flyer anunciando<br />
a presenza de Poster Boy foi o dato para que a policía<br />
o detera. Pero este raposo anticonsumista, como<br />
foi bautizado poloNew York Times, ten amigos<br />
que pagaron a fianza de 750 dó<strong>la</strong>res e aso<strong>la</strong>garon<br />
os teléfonos para denunciar que Poster Boy non<br />
é Henry Matyjewicz, senón que Poster Boy non<br />
Entre o octoxenario lingüista<br />
Noam Comsky e<br />
o novo artista americano<br />
Poster Boy <strong>ex</strong>isten<br />
moitas coincidencias.<br />
<strong>ex</strong>iste coma persoa, porque todos somos Poster<br />
Boy. Pode que até agora ningunha acción artística<br />
na rúa fose tan efectiva para alumear o <strong>la</strong>do escuro<br />
das democracias e espertar a incomodidade<br />
do poder. Aínda que a tentación anima, procuraremos<br />
non caer en romantismos, amparados po<strong>la</strong><br />
conciencia dos paradoxos do sistema, que nestes<br />
tempos ten o capricho de converter os artistas<br />
urbanos nunha mestura patolóxica de canal<strong>la</strong>s<br />
e novos heroes.<br />
As miserias da prosperidade conseguen aflorar<br />
sempre nos sentidos das pa<strong>la</strong>bras. É un <strong>ex</strong>ercicio<br />
interesante ler as opinións sobre estas accións e<br />
descubrir con que frecuencia confundimos a forma<br />
co contido, a manipu<strong>la</strong>ción coa xenerosidade ou a<br />
legalidade coa xustiza. Esperemos que este novo<br />
artista urbano que fai tantas dec<strong>la</strong>racións benintencionadas<br />
e razoadas, que di que non quere gañar<br />
cartos con Poster Boy, que só quere propagar<br />
a súa mensaxe, que le aos intelectuais anarquistas<br />
case descoñecidos do seu entorno e que<br />
tamén ten moito talento, non remate absorbido<br />
ao servizo das marcas firmando contratos millonarios<br />
para crear tendencias.
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
7 Saberes<br />
Letras galegas<br />
No tobogán da memoria<br />
Sempre Piñeiro<br />
MARGA ROMERO<br />
Libro de Alicia de O<strong>la</strong>l<strong>la</strong> Cociña Lozano mereceu<br />
o VIII Premio de Poesía Fiz Vergara Vi<strong>la</strong>riño<br />
que outorga o Concello de Sarria. Da autora<br />
xa coñeciamos os seus anteriores poemarios:<br />
As cervicais da memoria (2005) e Intemperies<br />
(2006). Nesta nova entrega camiñamos da<br />
man de Alicia e asistimos á creación do mundo<br />
das marabil<strong>la</strong>s que se e<strong>la</strong>bora coa memoria e coa<br />
fantasía que esa mesma memoria pode (re)construír;<br />
con Alicia, nunha Lectura da sombra,sabemos<br />
da muller, da súa “preñez alou<strong>la</strong>da”, que<br />
“traballou coma un home”, sabemos <strong>del</strong> “baixo<br />
un chapeu de aba <strong>la</strong>rga”, presentimos o soño de<br />
“inventados soutos de azafrán” e estrañamos<br />
esoutro idioma coma e<strong>la</strong>. Habitamos a súa soidade<br />
e Alicia está “á intemperie”. Entramos no<br />
seu espazo, morada cósmica a da “Matriusca”<br />
que a envolve, un espazo que fica nas cinzas, unha<br />
aldea que xa non é, creada nunha lingua que<br />
xa non vai ser, quizais tamén nas lindes da memoria,<br />
pa<strong>la</strong>bras que “pasen a formar parte da<br />
historia do cinema desta aldea”, xa non se contan<br />
as fabas. Con Alicia atravesamos o espello múltiple<br />
das voces con que vai xurdindo, narrada a<br />
súa historia, desde e<strong>la</strong> e as perspectivas que vai<br />
compoñendo, dirixíndose a un eu, que tamén vai<br />
medrando no libro. Finalmente, están as nenas,<br />
e<strong>la</strong>s, as que descenden polo tobogán da memoria.<br />
As últimas moradoras deste mundo, coñecedoras<br />
dos obxectos, do contido das pa<strong>la</strong>bras que<br />
pronuncian. Dos nomes das cousas. El<strong>ex</strong>ía si, a<br />
un mundo, o da aldea que desapareceu para sempre,<br />
cando a cidade era un des<strong>ex</strong>o: “Vivir nun<br />
oitavo piso/ ter ascensor/ durmir máis preto do<br />
firmamento”. É tamén o Libro de Alicia a descubertadapropiatravesíaqueadevolveáinocen-<br />
cia, á infancia máis primeira, mais con<br />
todo o seu “catálogo de remendos”:<br />
“Nunca lle vin o embigo<br />
a Alicia./ nunca<br />
atinxín a súa orixe./<br />
nin sequera cando a<br />
avoa a bañaba/ e eu<br />
me preguntaba<br />
quen era a fil<strong>la</strong>/<br />
quen a mai”.<br />
Non constrúa a<br />
lectora, o lector, un<br />
espazo poboado po<strong>la</strong><br />
nostalxia, onde<br />
habita unha Alicia<br />
heroína ou mártir.<br />
Aquí hai outra cousaeanostalxiasóa<br />
leva quen le na súa<br />
valixa. Un libro ben<br />
construído pode ser<br />
até un conto fermoso,ungozoparaa<br />
lectura que permite<br />
que unha Alicia<br />
máis próxima nos<br />
leve ao outro <strong>la</strong>do<br />
do espello para descendermos<br />
polo tobogán<br />
da memoria.<br />
Libro de Alicia<br />
OLALLA COCIÑA LOZANO<br />
Ed. Espiral Maior,<br />
A Coruña, 2008,<br />
58 páxinas<br />
LUCÍA SEOANE<br />
Precisamente dese xeito, A batal<strong>la</strong> do futuro,<br />
é como se titu<strong>la</strong> o primeiro dos capítulos nos<br />
que está dividido o volume que agora comentamos,<br />
Vida e obra de Ramón Piñeiro, e que presenta<br />
a Editorial Ga<strong>la</strong>xia dentro da serie Letras<br />
Galegas. Da autora, Beatriz García Turnes,<br />
infórmasenos que naceu en Santiago de Composte<strong>la</strong><br />
en 1973, que é profesora de lingua e literatura<br />
galegas, que a súa tese de doutoramento<br />
levou por título Ideas sobre o galego e as orixes<br />
do portugués na lingüística lusa do século<br />
XIX. Xénese e impacto en Galicia da hipótese<br />
celtista, e que é autora de Alinguagalegaentre<br />
1875 e 1916, situación social e consciencia<br />
idiomática.<br />
Pois ben; ese primeiro apartado ao que aludimos<br />
ao comezo desta recensión leva adiante<br />
un precorrido po<strong>la</strong> biografía do autor homenaxeado<br />
nas Letras Galegas 2009 desde os primeiros<br />
anos —na terra nativa de Láncara, Lugo,<br />
maio de 1915— deica o seu pasamento en Santiago<br />
de Composte<strong>la</strong> en agosto de 1990. O descubrimento<br />
do galeguismo, a Guerra Civil e a loita<br />
c<strong>la</strong>ndestina, a fundación de Ga<strong>la</strong>xia, o final<br />
da ditadura e, finalmente, a chegada da autonomía<br />
e os inicios da etapa democrática son outros<br />
tantos episodios que Beatriz García Turnes<br />
vai <strong>ex</strong>plicando, ao tempo, con sinxeleza <strong>ex</strong>positiva<br />
e unha decidida vontade didáctica moi apropiada<br />
para os lectores dunha colección como ésta<br />
na que o seu <strong>la</strong>bor se inscribe. Non se trata,<br />
C<strong>la</strong>ve sinxeleza<br />
PILAR PONTE<br />
Cando penso en Carlos Casares, ao que non<br />
tiven o pracer de coñecer persoalmente, vénme<br />
a imaxe dun home de nariz prominente, fronte<br />
desp<strong>ex</strong>ada, ollos pequenos e riso amplo, con<br />
aire ao tenente Colombo. Tamén me vén asemade<br />
esa sensación de importancia inherente<br />
aos persoeiros que se me vai cando o imaxino rodeado<br />
dos trens e co gato no colo.<br />
Isto vén a conto porque acabo de ler Á marxe,<br />
1998, o sétimo volume dunha serie de dez en<br />
que, desde 2005, a editorial Ga<strong>la</strong>xia vai recollendo<br />
as columnas que co devandito nome Carlos<br />
Casares escribiu diariamente no xornal <strong>La</strong> Voz<br />
de Galicia entre 1992 e 2002. Nesta ocasión Iago<br />
Martínez Durán é o encargado da compi<strong>la</strong>ción.<br />
Sucédense os días a través das páxinas e <strong>la</strong>mento<br />
a perda temperá do autor, hoxe habería<br />
de ser unha estre<strong>la</strong> da blogosfera con eses t<strong>ex</strong>tos<br />
breves zarrapicados aquí e alí de humor, ironía,<br />
comprensión e amizade.<br />
Xa outros teñen sina<strong>la</strong>do a sinxeleza como<br />
unha das c<strong>la</strong>ves do éxito desta columna xornalística<br />
xa que non hai nos t<strong>ex</strong>tos <strong>ex</strong>ercicios estilísticos<br />
requintados nin linguaxe rebuscada.<br />
Podemos dicir que o autor, consciente do medio<br />
que está a empregar, e<strong>la</strong>bora unha mensaxe<br />
asequible para a maioría do público. Mais tamén<br />
podemos sina<strong>la</strong>r outra característica, esa<br />
forma de contar as cousas facéndonos crer que<br />
temos unha cadeira ao seu carón na cea de verán<br />
cos seus amigos. Ese achegamento afectivo ao<br />
público lector valeulle a popu<strong>la</strong>ridade.<br />
Na columna Tópico certo lembra unha sinatura<br />
de libros na Coruña e un momento da viaxe<br />
de volta á casa en coche, ese instante gozoso<br />
en que lle pareceu verdadeira a afirmación tan<br />
manida de que un escribe simplemente para que<br />
o queiran. E eu, agardando que non s<strong>ex</strong>a demasiado<br />
tarde confírmolle, señor Casares, o éxito<br />
na súa empresa: non se pode lelo e non querelo.<br />
A tenrura é outro dos ingredientes fundamentais<br />
destas máxicas marxes de Casares, e non<br />
pense ninguén que se trata dun sentimento cursi.<br />
En moitas ocasións trátase dunha <strong>ex</strong>plosión<br />
final resultado do contraste entre a visión do<br />
neno Carlos e a crúa realidade circundante, como<br />
podemos atopar na columna Confusión.<br />
Como aínda reza nas páxinas de <strong>La</strong> Voz de<br />
Galicia, con<br />
Carlos Casares<br />
o mundo<br />
cabía nunha<br />
marxe. Coa<br />
lectura deste<br />
volume visitei<br />
parte dese<br />
mundo, agora<br />
agardo nun<br />
futuro próximo<br />
ter a oportunidade<br />
de<br />
seguilo <strong>ex</strong>plorando<br />
a través<br />
dos seis<br />
volumes anteriores<br />
e daqueles<br />
que<br />
aínda están<br />
por vir.<br />
Á Marxe, 1998<br />
CARLOS CASARES<br />
Ed. Ga<strong>la</strong>xia, Vigo, 2009,<br />
375 páxinas<br />
polo tanto, a presente obra dun ensaio que pretenda<br />
descubrir novas e descoñecidas significacións<br />
na vida e obra de Piñeiro nin tampouco<br />
aprofundar en apartados que son obxecto de<br />
controversia, tales as re<strong>la</strong>cións que mantivo con<br />
outros persoeiros, opinións, direccións… e, desde<br />
logo, a propia conveniencia, ou incovenciencia,<br />
de diluír o galeguismo en diferentes opcións<br />
políticas, en contra do pensamento de importantes<br />
sectores do galeguismo do <strong>ex</strong>ilio: unha opción<br />
que vén ser, sen dúbida, o apartado especial<br />
obxecto desa desputa da que fa<strong>la</strong>mos. Non obstante,<br />
este volume deixa constancia de todas estas<br />
circunstancias e aínda achega información<br />
sobre as mesmas remetindo á pequena, pero<br />
escollida, Escolma de t<strong>ex</strong>tos e aínda ás referencias<br />
bibliográficas que figuran ao final do libro.<br />
Así pois, un traballo feito con pulcritude e<br />
que permite achegarse, que abre unha porta<br />
para o mellor coñecemento dunha figura esencial<br />
na historia da nosa cultura, a historia da<br />
Galicia contemporánea.<br />
Vida e obra de Ramón Piñeiro<br />
BEATRIZ GARCÍA TURNES<br />
Ed. Ga<strong>la</strong>xia, Vigo, 2009<br />
183 páxinas
Saberes 8<br />
Saberes<br />
<strong>La</strong> Opinión A Coruña<br />
sábado, 2 de mayo de 2009<br />
saberes@<strong>la</strong>opinioncoruna.net<br />
sábado,<br />
2 de mayo<br />
de 2009<br />
NO FONDO DOS ESPELLOS<br />
Acoutacións á ‘Esmorga’ con<br />
D. Ramón e outra xente ao lonxe<br />
XOSÉ LUIS MÉNDEZ FERRÍN<br />
Celebramos os cincuenta anos da publicación<br />
d’A Esmorga (1959), nove<strong>la</strong> memorábel da autoría<br />
de Eduardo B<strong>la</strong>nco Amor. Contribuamos a<br />
este aniversario cuns mínimos escolios que nos<br />
foron solicitados por diversos lectores.<br />
1. DE GRAXOS A PROLETARIOS<br />
A partir dun t<strong>ex</strong>to de Valentín <strong>La</strong>mas Carvajal<br />
os varóns (non había Casques d’Or nin Moll<br />
F<strong>la</strong>nders nin Garduñas) marxinais da cidade de<br />
Ourense, os chamados graxos da Burga (os de<br />
Ourense dicimos “Burga” en singu<strong>la</strong>r), entran na<br />
literatura do XIX mediante contos de Heraclio<br />
Pérez P<strong>la</strong>cer e Francisco Álvarez de Nóvoa e así<br />
se converten en arquetipo literario. Os graxos<br />
durmían, nas terribeis noites invernais, nunhas<br />
covas que antano había na Burga, ao cariño das<br />
augas quentes. Logo os graxos pasaban o ardoroso<br />
verao bañándose no río Miño.<br />
Otero Pedrayo lembra unha anecdota que reve<strong>la</strong><br />
o humor dos graxos ourensaos; anécdota que<br />
toda a poboación liberal ap<strong>la</strong>udiu.<br />
O temíbel xeneral Eguía, represor absolutista<br />
ao que o boticario Chao de Vigo lle chimpara<br />
media mao coa primeira carta/bomba da Historia,<br />
fixo leva forzosa de todos os graxos da Burga<br />
que poido apresar e incorporounos ao <strong>ex</strong>ército<br />
reaccionario.<br />
–Ya he reclutado a todos los vagos de Orense<br />
– dixo o energúmeno.<br />
–Vostede colleu os bagos pero en Ourense queda<br />
a canga – retrucoulle un graxo ao xeneral, que<br />
non sabía o significado que as pa<strong>la</strong>bras bago e<br />
canga teñen en galego.<br />
Eduardo recolle a tradición oral e escrita sobre<br />
graxos e leva a todas as súas nove<strong>la</strong>s, especialmente<br />
á Esmorga. El non utiliza a pa<strong>la</strong>bra<br />
graxo, sen embargo, porque esta xa se deixara de<br />
usar no Ourense da súa infancia. Por outra banda,<br />
os protagonistas da nove<strong>la</strong> que conmemoramos<br />
son uns viciosos, pro non marxinais nin lumpen.<br />
Son verdadeiros trabal<strong>la</strong>dores. As súas figuras<br />
son proletarias. A Esmorga é a primeira narración<br />
galega na que os protagonistas son<br />
trabal<strong>la</strong>dores urbanos en estado puro.<br />
2. 1868<br />
A Esmorga leva unha introducción na que fa<strong>la</strong><br />
a voz dun narrador en terceira persoa. Esta<br />
vozfinxequeot<strong>ex</strong>todanove<strong>la</strong>éareconstrucción<br />
documentada dunha famosa esmorga ocorrida<br />
en Auria/Ourense uns noventa anos atrás.<br />
Se o ano no que B<strong>la</strong>nco Amor escribiu A Esmorga<br />
fose, como sospeitamos, 1958, ao aceptarmos<br />
o pacto de confianza en termos de ficción, teremos<br />
que situar os acontecementos contados<br />
no 1868. Isto é, no ano que a Revolución abriu<br />
paso ao período máis ceibe e fascinante da Galicia<br />
e da España do século XIX. Trátase, ao<br />
noso xuízo, dunha mensaxe autorial cifrada que<br />
pretende insta<strong>la</strong>r o lector escolleito nun intre<br />
moi determinado da Historia no que a sociedade<br />
(co proletariado presente como <strong>ex</strong>plica Marx<br />
para a Revolución Españo<strong>la</strong>) diu unha importante<br />
viraxe dentro da cal deben situarse os movementos<br />
das personaxes d’A Esmorga easociedade<br />
de Auria. Personaxes da Revolución<br />
Galega, anque doa.<br />
3. 3. O TÍTULO DA NOVELA<br />
Eduardo B<strong>la</strong>nco Amor.<br />
Otero Pedrayo (Dende o Espolón de Ourense,<br />
Porto, 1959), escribe literalmente: as esmorgas<br />
tabernarias dos graxos da Burga. Non coido,<br />
sen embargo, que Don Ramón tivese noticia da<br />
nove<strong>la</strong> de B<strong>la</strong>nco Amor cando escribiu o seu valioso<br />
traballo nin que B<strong>la</strong>nco Amor lese o ensaio<br />
citado. A coincidencia debe ser <strong>ex</strong>plicada po<strong>la</strong><br />
importancia do pool ou depósito común de memoria<br />
colectiva ourensá referida aos graxos e ás<br />
súas esmorgas <strong>ex</strong>istente no cerne mesmo da tradición<br />
da miña cidade natal.<br />
4. STUYK E ANDRADA<br />
N’A Esmorga cóntase un longo, <strong>ex</strong>trano, desconcertante<br />
episodio que para algún lector poida<br />
parecer forzado e en descon<strong>ex</strong>ión co realismo<br />
brutal que domina o re<strong>la</strong>to. Trátase daquel no<br />
que aparece, ao lonxe, un cabaleiro refinado e tolo,<br />
de apelido Andrada, que convivía no seu pazo<br />
cidadao, dotado de xardín umbrío, cunha marabillosa<br />
boneca de tamaño dunha muller real.<br />
Poido ben Eduardo rescatar das crónicas popu<strong>la</strong>res<br />
locais esta figura do universo malditista. Os<br />
decadentes están en Pé das Burgas de Álvarez<br />
de Nóvoa, libro editado ao mesmo tempo ca o Femeninas<br />
de Valle-Inclán.<br />
Buzón<br />
MÉNDEZ FERRÍN<br />
Sendúbidaareferencia<br />
máis erudita da<br />
narrativa galega, o escritor<br />
e a sabedoría sobre<br />
episodios e personaxes<br />
que chaman o<br />
seu interese.<br />
Será Don Ramón quen rememore (En el palco<br />
hacia el siglo XIX, 1961) un veciño ourensano<br />
de nome Enrique Gómez Stuyk: “alto, vago<br />
crónico, só acreditado na vida ficticia á luz das<br />
lámpadas do baile ou do boudoir”. E engade que<br />
Stuyk “sabía de crinolinas e fichús, de vo<strong>la</strong>ntes<br />
en forma e de peiteados con rivières de bril<strong>la</strong>ntes”.<br />
A paixón, segundo Otero, deste cabaleiro<br />
“eran as bonecas, que vestía e adornaba con inspirada<br />
seriedade”. El non sería Enrique Gómez<br />
Stuyk o mo<strong>del</strong>o que a oralidade ourensá lle forneceu<br />
a Eduardo para crear a figura do rarísimo<br />
Andrada e aque<strong>la</strong> boneca sobre rodas, marabillosamente<br />
vestida e pintada, coa que convivía<br />
e á que maltrataba nunha mansión próxima<br />
á Burga, naturalmente próxima á Burga?<br />
5. O CACHOUPIÑO<br />
Nos améns do século XIX e principios do XX<br />
e nos prostíbulos ourensanos florecía a danza do<br />
pé, tamén chamada cachoupiño. Este baile sae<br />
n’A Esmorga sen que o autor chegue a precisar<br />
que os bai<strong>la</strong>dores se ían espindo a medida que<br />
progresaba o embargo e entrega física e musical.<br />
Otero Pedrayo (Desde o Espolón de Ourense)<br />
faise eco da crenza de o cachoupiño ter nacido<br />
no gremio dos zapateiros, en cuxa rúa el viñera<br />
ao mundo (hoxe é a Rúa da Paz). Fa<strong>la</strong> así<br />
Don Ramón: “Inda non ten morto outro vello tema<br />
do folklore da cidade de Ourense: a danza do<br />
pé. Tense dito, non sabemos se con verdade, ser<br />
propia dos Mestres de Obra Prima. Hai formas<br />
d<strong>ex</strong>eneradas, “tropicalizadas”, da danza do pé<br />
en que o danzante se vai espindo pouco a pouco,<br />
até certo marco...”<br />
Eis a letra do cachoupiño citada n’A Esmorga:<br />
“ai, polo pé/ po<strong>la</strong> punta do pé,/ po<strong>la</strong> rabia do pé/,<br />
polo cachoupiño/ polo cachoupé”. Eu recollín en<br />
Ourense esta letra de danza do pé: “Díxolle Pepa<br />
a Ramona/ por debaixo dun carballo:/ Ramona,<br />
refuce a saia,/ válgame Dios de los Cielos./<br />
Ai polo pé... etc./ Todas <strong>la</strong>s mujeres tienen,/ por<br />
debajo <strong>del</strong> mandil,/ una fuerza más tremenda/ que<br />
el mismo ferrocarril./ Ai polo pé,/ polo pé, etc”.<br />
A poesía non é de inspiración elevadaeamúsica<br />
podía eu tararearl<strong>la</strong> a calquera persoalmente.<br />
Máis difícil sería reconstruir a coreografía do<br />
cachoupiño ou danza do pé porque os meus informadores<br />
só lembraban vagamente algúns pasos.<br />
Danza prostibu<strong>la</strong>r dun Ourense morto, o cachoupiño<br />
segue a se arrandear nas páxinas escuras<br />
d’A Esmorga.<br />
“...Orense, <strong>la</strong> ciudad de <strong>la</strong>s pasiones violentas...”<br />
—escribira Heraclio Pérez P<strong>la</strong>cer, precursor<br />
de B<strong>la</strong>nco Amor, en Narraciones composte<strong>la</strong>nas<br />
(1904). Xorxe Martínez Jiménez ocuparase<br />
a fondo deste autor ourensao nas páxinas<br />
d’ATrabedeOuro, inminentes.<br />
Xosé Manuel Salgado envíalle ao ‘Fondo<br />
dos Espellos’ dúas publicacións de Otero Pedrayo<br />
sobre historia social ou miuda do Ourense<br />
contemporáneo, materia no que é Mestre.<br />
O primeiro traballo de Otero é ‘Dende o<br />
Espolón de Ourense’, no ‘Volume de Homenagen<br />
ao Prof. Doutor Mendes Correia’, Sociedade<br />
Portuguesa de Antropologia e Etnologia,<br />
Facultade de Letras do Porto, Porto,<br />
1959. O segundo artigo de Otero Pedrayo<br />
é ‘En el palco hacia el XIX’, en ‘Vida<br />
Gallega’, núm. 676, Lugo, febreiro 1967. Deste<br />
segundo traballo <strong>ex</strong>iste unha reedición incluída<br />
en ‘Ramón Otero Pedrayo, Teoría de<br />
Galicia. Obra xornalística en VIDA GALLE-<br />
GA’, Ga<strong>la</strong>xia/Alvarellos, Composte<strong>la</strong>, 2007.<br />
A inmensidade da producción xornalística<br />
e dispersa de Don Ramón (milleiros de<br />
t<strong>ex</strong>tos) nunca foi recolleita, nin ordenada,<br />
nin editada criticamente. A in<strong>ex</strong>istencia<br />
dunhas Obras Completas de R. Otero Pedrayo<br />
é un dos signos evidentes do atraso<br />
académico de Galicia en materia de estudo<br />
da literatura nacional.<br />
Aqueles lectores que queiran co<strong>la</strong>borar coa súa opinión nesta sección poden escribir a:<br />
<strong>La</strong> Opinión de A Coruña. C/ Franja, 40-42 15001 A Coruña. Correo electrónico: saberes@<strong>la</strong>opinionacoruna.net