Posicionamiento Castigo FÃsico - Save the Children

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• Los adultos más jóvenes (18-29) justificaban menos el castigo físico (32.1%) que los adultos más mayores (30-60). Este estudio ha sido replicado parcialmente por parte del Centro Estatal de Investigaciones Sociales en el año 2004, y los resultados muestras que sólo el 25.6% de los adultos pensaban que era necesario pegar un bofetón a sus hijos para imponerles disciplina, mientras el 74.4% de los adultos pensaban que no. Pero existe una evidencia confusa a este respecto, porque cuando se les pregunta en general si alguna vez es necesario pegar a un niño, el 56.9% de los adultos españoles continúan pensando que podría serlo. De este modo, parece que los adultos perciben diferente la situación dependiendo de si piensan en una situación concreta con sus propios hijos o en una regla general. El único estudio de incidencia real de castigo realizado en España fue en la Comunidad de Madrid, dentro de un estudio comparativo de ciudades latinoamericanas y españolas (Violencia en ciudades de América y España, 1998) En este estudio se recoge que el 27.7% de los padres reconoce haber pegado a sus hijos en el último mes, a una media de tres veces por mes y el 2.7% reconocía haber propinado golpes fuertes. Cuanto mayor es el grado de autoritarismo de la persona, más justifica las distintas formas de violencia. En el marco de la formación para adultos que Save the Children España ha desarrollado en diferentes regiones del país en su campaña para erradicar el castigo físico y psicológico, las formas más comunes de castigo físico y psicológico en España fueron: Bofetada Nalgada, azote Golpes en la cabeza Sacudir Insultos Gritos Amenaza Tirón de pelo y orejas Pellizco Tirar la zapatilla Golpear con regla y cinturón Comparaciones Humillar públicamente Ridiculizar Motes Ignorar o mostrar indiferencia Culpabilizar Discriminar (por sexo u otra razón) Mirada Silencio Encerrar a oscuras Poner cara a la pared Situación legal España ratificó la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño en 1990 y nuestro Código Penal recoge la prohibición del uso de cualquier forma de violencia
con los niños y niñas, pero el artículo 154 (y el 268) del Código Civil español recoge que “los padres podrán corregir razonada y moderadamente a sus hijos”. Esta ambigüedad lleva a los jueces a no castigar el uso del castigo físico y psicológico en la familia como una forma de “castigo moderado”. El Comité de los Derechos del Niño ha advertido en varias ocasiones a España sobre este punto, instando al gobierno a emprender la reforma del Código Civil pertinente y ése fue uno de los objetivos de trabajo de la campaña “Educa, no pegues”. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha comenzado el proceso de reforma de este artículo del Código Civil pero no ha sido aún finalizado. Ya ha habido tres gobiernos de Comunidades Autónomas (Castilla la Mancha, Cataluña y la Comunidad Valenciana) que han incluido en su política de protección la prohibición expresa del castigo físico y psicológico en cualquier contexto, incluida la familia. La Ley 54 de 2007 del 28 de diciembre de Adopción Internacional, elimina el último resquicio legal que permitía utilizar el castigo físico (ya estaba prohibido en el código penal), de tal modo que el nuevo artículo 154 queda redactado en los siguientes términos: “Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica”. Esta potestad comprende los siguientes deberes y facultades: 1.º Velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral. 2.º Representarlos y administrar sus bienes. Si los hijos tuvieren suficiente juicio deberán ser oídos siempre antes de adoptar decisiones que les afecten. Los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad.» La anterior redacción del Código civil señalaba que “los padres o tutores podrán también corregir a los menores razonable y moderadamente”. Los artículos que se han modificado no tienen valor punitivo, sino educativo, están enmarcados en el Código Civil que regula los derechos y deberes paterno filiales. Este es uno de los grandes valores de la reforma, su valor educativo desligado de cualquier valor punitivo, aunque en muchos agentes sociales y medios de comunicación posicionados en contra de la reforma se resumió la reforma como “ahora dar una bofetada a nuestros hijos es un delito y nos llevarán a la cárcel”, cuando paradójicamente ya era un delito y la reforma que se planteaba no tenía nada que ver con el Código Penal ni con perseguir a los padres y madres, sino con generar un cambio de actitudes a largo plazo con un marco legislativo coherente y protector de los derechos de los niños y niñas. ¿Dónde se da principalmente el castigo físico y psicológico?
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