enseñar en la Escuela Dominical - LifeWay

discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros» (Juan 13.35). Pablo como líder vivió
una vida que fue un ejemplo de lo que había
aprendido de Cristo. Él animó a los que
enseñó que siguieran su ejemplo de vida
basándose en las enseñanzas de Cristo «Lo
que aprendisteis y recibisteis y oísteis y
visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz
estará con vosotros» (Fil 4.9).
4. Las circunstancias de la vida. Dios nos
enseña en y por medio de las circunstancias
de la vida. Romanos 8.28 dice: «Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas
les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados».
Dios puede tomar las circunstancias felices y
las difíciles de la vida y usarlas para moldear
nuestra vida para ser más semejantes a
Cristo.
El año pasado experimenté la ilustración
más grandiosa de lo que eso es en mi vida
personal. Mi preciosa esposa murió de
cáncer en la mitad de sus años cuarenta. La
pérdida fue el sufrimiento más grande que
he experimentado en mi vida. Aun así, al
mismo tiempo, Dios vino a mi lado y me
enseñó su amor de tal manera como nunca lo
había experimentado. ¡Qué Dios tan
maravilloso tenemos que nos habla mediante
cada circunstancia de la vida!
5. Los ejercicios espirituales para la
piedad. Las Escuelas Dominicales que ven
vidas transformadas animan y capacitan a
los miembros para que se involucren en la
oración personal, en el estudio bíblico, la
adoración, la evangelización y la
mayordomía de la vida.
«Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino
de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella
han sido ejercitados» (Heb 12.11).
1 Ken Hemphill y Bill Taylor, Ten Best Practices to
Make Your Sunday School Work (Nashville: LifeWay
Press, 2001), 13.
2 Bruce H. Wilkinson, The 7 Laws of the Learner
(Sisters, OR: Multnomah, 1992) 80.
3 Rick Edwards, comp., Teaching Adults: A Guide for
Transformational Teaching (Nashville: LifeWay
Press, 2000), 8.
4 Jay Johnston y Ronald K. Brown, Teaching the
Jesus Way: Building a Transformational Teaching
Ministry (Nashville: LifeWay, 2000), págs. 58-59.
6. La disciplina de Dios. Finalmente,
aunque desagradable por un tiempo, la
disciplina de Dios da paz y rectitud a las que
aprenden de ella. El Señor usa la Escuela
Dominical para desafiar a los miembros y
ayudarlos a aprender cuando ellos
experimentan su disciplina.
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