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Intensificaciones de un alma extasiada

Este poemario es una mirada arrobadora, un destello sumamente curioso, tan curioso, por cierto, como lo son las más escandalosas intensificaciones de nuestras almas. Pero no solo eso, este poemario es también una melodía de párpados de mujer coqueta, o, si no, por lo menos sí como un rocío de caricias, o como una pasión de suave crepitar, o como los secretos y cristalinos susurros que trae consigo la brisa. Es la felicidad escondida entre las olas, es el brillo de unos ojos con vocación de sueño, pero, más que ello, es también, de igual forma, el color deslucido de la nostalgia, de la tristeza, de los objetos que nunca caerán del cielo hacia nosotros. Sí, este poemario es como el aroma de lo desvanecido y, a su vez, como una gran galería de colores y emociones y sentencias que han surgido, cómo no, del alma humana, como cualquier otra poesía suave e intensificada.

Este poemario es una mirada arrobadora, un destello sumamente curioso, tan curioso, por cierto, como lo son las más escandalosas intensificaciones de nuestras almas. Pero no solo eso, este poemario es también una melodía de párpados de mujer coqueta, o, si no, por lo menos sí como un rocío de caricias, o como una pasión de suave crepitar, o como los secretos y cristalinos susurros que trae consigo la brisa. Es la felicidad escondida entre las olas, es el brillo de unos ojos con vocación de sueño, pero, más que ello, es también, de igual forma, el color deslucido de la nostalgia, de la tristeza, de los objetos que nunca caerán del cielo hacia nosotros. Sí, este poemario es como el aroma de lo desvanecido y, a su vez, como una gran galería de colores y emociones y sentencias que han surgido, cómo no, del alma humana, como cualquier otra poesía suave e intensificada.

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Objetos que n<strong>un</strong>ca caerán <strong>de</strong>l cielo como <strong>un</strong>a lluvia <strong>de</strong> adioses<br />

I<br />

Infelizmente cautivo en el reino <strong>de</strong> los olvidos imposibles, los objetos <strong>de</strong> la<br />

soledad y el silencio llegan a él como <strong>un</strong> viento céfiro que se abre paso entre<br />

los árboles y la piel <strong>de</strong> la vida natural. Es más, él se los encuentra en cada<br />

esquina que bor<strong>de</strong>a el viento, en cada ola <strong>de</strong> <strong>un</strong> mar nostálgicamente<br />

enamorado <strong>de</strong> la l<strong>un</strong>a y en cada mirada <strong>de</strong> estrella albeada. Se los encuentra,<br />

por aquí o por allá, flotando como si nada sobre <strong>un</strong>a <strong>de</strong> las lágrimas <strong>de</strong>l<br />

amanecer y en todos los místicos reflejos que han alimentado <strong>un</strong> espejo <strong>de</strong><br />

agua. Se los encuentra, cada día, cada mañana y cada noche, entre la<br />

erracidad <strong>de</strong> lo fugaz y la inexistente culpabilidad <strong>de</strong>l tiempo.<br />

Se los encuentra, sin falta, en el <strong>alma</strong> que ayer se fugó <strong>de</strong> su cuerpo.<br />

I I<br />

Los objetos <strong>de</strong> la soledad y el silencio buscan <strong>alma</strong>s otoñadas, el juego<br />

matutino <strong>de</strong> la brisa entre el césped, esos instantes alucinados en los que no<br />

hay l<strong>un</strong>a pero la noche sueña con ella, alg<strong>un</strong>os cuantos aromas <strong>de</strong> belleza<br />

furtiva y alg<strong>un</strong>a que otra sábana hecha con el dulce y apetalado cuerpo <strong>de</strong> <strong>un</strong>a<br />

flor.<br />

En suma, los objetos <strong>de</strong> la soledad y el silencio buscan los rítmicos hechizos <strong>de</strong><br />

las olas <strong>de</strong> la vida, los buscan con el único fin <strong>de</strong> hacerse eternos mientras<br />

sumen a la vida en <strong>un</strong>a espesa bruma. Los buscan para configurar su propia<br />

<strong>alma</strong> sobre el estrecho parquet sobre el que reposa el más <strong>de</strong>sesperado <strong>de</strong> los<br />

infinitos.<br />

Sí, su <strong>alma</strong>, es <strong>de</strong>cir, el <strong>alma</strong> <strong>de</strong> los objetos <strong>de</strong> los que hemos estado hablando,<br />

es el <strong>alma</strong> que surge tras la más tierna calcinación <strong>de</strong> <strong>un</strong> sueño.

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