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CASOS CLÍNICOS<br />
Paciente de 35 años con cefalea en racimos<br />
prodrómica de un ictus isquémico<br />
S. Calleja Puerta, L. Benavente Fernández y M. González Delgado<br />
Servicio de Neurología. Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo. España.<br />
Caso clínico<br />
<strong>Varón</strong> de 35 años de edad sin antecedentes patológicos, personales ni familiares,<br />
de interés. Un mes antes del ingreso en el servicio de neurología<br />
comenzó a experimentar episodios de cefalea de inicio mastoideo derecho con<br />
proyección hacia la región frontal y periocular derechas, acompañados de fenomenología<br />
disautonómica (inyección conjuntival, congestión nasal, edema<br />
palpebral). La cefalea se presentaba con cadencia diaria, todos los días a la<br />
misma hora, en torno a las 03:00 horas. Habitualmente presentaba un solo<br />
episodio de cefalea cada día, con una duración media de aproximadamente una<br />
hora. Por este motivo, fue atendido en otro centro hospitalario donde se le<br />
practicó una tomografía computarizada (TC) craneal, cuyo resultado fue normal.<br />
Se le diagnosticó de una cefalea en racimos y se recomendó un tratamiento<br />
con zolmitriptán. No se indicaron tratamientos profilácticos.<br />
A partir de la exposición<br />
clínica, ¿cuál sería el<br />
diagnóstico sindrómico<br />
inicial?<br />
¿Qué pruebas<br />
complementarias<br />
estarían indicadas?<br />
¿Cuál sería la sospecha<br />
diagnóstica actual y el<br />
diagnóstico diferencial?<br />
¿Cuál fue el<br />
procedimiento<br />
diagnóstico de certeza?<br />
¿Cuál sería el<br />
planteamiento<br />
terapéutico?<br />
El caso completo se publica íntegramente<br />
en la página Web de Medicine<br />
www.medicineonline.es/casosclinicos<br />
Medicine. 2011;10(72):4935e1-e4 4935e1
Enfermedades DEL SISTEMA NERVIOSO<br />
¿Está de acuerdo con el manejo<br />
diagnóstico inicial de este caso?<br />
El diagnóstico de cefalea en racimos es correcto, con arreglo<br />
a los criterios de la International Headache Society 1 (tabla 1).<br />
No obstante, y en virtud de la imposibilidad demostrada para<br />
diferenciar las formas de cluster primarias de aquellas secundarias<br />
sobre una base puramente clínica 2 , se recomienda realizar<br />
al menos una resonancia magnética (RM) a estos pacientes,<br />
y posiblemente también algún estudio de imagen<br />
vascular 3 . Una TC simple no sería suficiente para excluir un<br />
cluster secundario.<br />
Al cabo de un mes de venir experimentando los síntomas<br />
descritos, el paciente sufrió un episodio súbito de disartria y<br />
hemiparesia izquierda, con recuperación completa espontánea<br />
en el plazo de cincuenta minutos. No buscó en ese momento<br />
asistencia médica, pero sí al día siguiente, tras sufrir<br />
dos nuevos episodios de características similares. En otro<br />
hospital se repitió la TC craneal, que fue nuevamente normal,<br />
y fue remitido a continuación a nuestro centro.<br />
¿Qué diagnóstico debería<br />
formularse en función de los<br />
nuevos datos clínicos?<br />
Independientemente de la sintomatología previamente descrita,<br />
el paciente ha sufrido tres episodios de disfunción neurológica<br />
de comienzo brusco y resolución espontánea de<br />
menos de una hora de duración en cada caso y, mientras no<br />
se demuestre lo contrario, de etiología supuestamente isquémica;<br />
esto es, tres ataques isquémicos<br />
transitorios (AIT) 4 . La topografía<br />
de los síntomas es hemisférica<br />
derecha, coincidente por tanto con<br />
el hemicráneo donde el paciente<br />
venía aquejando la cefalea durante<br />
el último mes, por lo que probablemente<br />
se tratase de una cefalea en<br />
racimos secundaria a una patología<br />
vascular que deberíamos buscar<br />
mediante técnicas de imagen específicas.<br />
En nuestro centro se constató<br />
una exploración neurológica normal<br />
y se instauró un tratamiento<br />
antiagregante con ácido acetilsalicílico<br />
(AAS). Una RM craneal puso<br />
de manifiesto la existencia de un<br />
infarto reciente en el territorio de<br />
la arteria cerebral media derecha,<br />
con afectación de la región lenticulocapsular<br />
posterior, corona radiata<br />
y núcleo caudado. Las secuencias<br />
angiográficas mediante RM revelaron<br />
una vasculatura intracraneal<br />
normal (fig. 1).<br />
TABLA 1<br />
Criterios diagnósticos de cefalea en racimos de acuerdo con la<br />
clasificación de la International Headache Society<br />
3.1. Cefalea en racimos<br />
A. Al menos 5 ataques que cumplan los criterios B-D<br />
B. Dolor severo o muy severo, estrictamente unilateral, orbitario, supraorbitario o<br />
temporal, de 15 a 180 minutos (sin tratamiento)<br />
C. Acompañado al menos por uno de los siguientes:<br />
a. Inyección conjuntival ipsilateral y/o lacrimación<br />
b. Congestión nasal y/o rinorrea<br />
c. Edema palpebral ipsilateral<br />
d. Sudoración frontal o facial<br />
e. Ptosis o miosis ipsilateral<br />
f. Sensación de inquietud o agitación<br />
D. Frecuencia de uno a ocho ataques diarios<br />
E. El cuadro clínico no se puede atribuir a otro proceso<br />
3.1.1. Cefalea en racimos episódica (CRE)<br />
A. Ataques de cefalea en racimos que cumplan los criterios A-E<br />
B. Al menos dos fases activas de duración de 7 a 365 días, separados por remisiones<br />
o intervalos libres de dolor de un mes o más de duración<br />
3.1.2. Cefalea en racimos crónica (CRC)<br />
A. Ataques de cefalea en racimos que cumplan los criterios A-E<br />
B. Los ataques recurren sin remisiones durante más de un año, o existen remisiones<br />
menores de un mes<br />
¿Cuál es el diagnóstico correcto<br />
y cuál la actitud a seguir?<br />
Los hallazgos de la RM obligan a rectificar el diagnóstico.<br />
Existe daño tisular establecido y, por tanto, el paciente ha<br />
sufrido un ictus, no meramente una serie de AIT. La aparición<br />
de un ictus en un paciente de esta edad y sin factores de<br />
Fig. 1. Las secuencias A, B y C de la resonancia magnética (RM) demuestran la existencia de una isquemia<br />
aguda en el hemisferio cerebral derecho. En la imagen D se observa una angio RM intracraneal normal. Sin<br />
embargo, es evidente la existencia de una asimetría muy significativa entre el flujo de ambas arterias cerebrales<br />
medias, mostrado por un doppler transcraneal en las imágenes E y F.<br />
e2 Medicine. 2011;10(72):4935e1-e4
Paciente de 35 años con cefalea en racimos prodrómica de un ictus isquémico<br />
TABLA 2<br />
Estudio de ictus en paciente joven<br />
1. Estudio analítico ampliado en sangre<br />
Bioquímica<br />
Proteinograma e inmunoelectroforesis<br />
Ácido láctico<br />
Homocisteína<br />
Orina<br />
Sistemático<br />
Homocisteína<br />
Drogas y tóxicos<br />
Catecolaminas<br />
Aminoácidos y ácidos orgánicos (sólo si se sospechan errores metabólicos)<br />
Estados de hipercoagulabilidad<br />
Anticuerpos antifosfolípido<br />
Proteína C y S<br />
Antitrombina III<br />
Resistencia a la proteína C activada<br />
Plasminógeno<br />
Activador tisular del plasminógeno<br />
Inhibidor del activador tisular del plasminógeno (PAI-1)<br />
Alfagalactosidasa (sólo si sospecha de enfermedad de Fabry)<br />
Estudio inmunológico<br />
Complemento<br />
ANA, ENA, anti-ADN<br />
FR y factor LE<br />
Anticuerpos antifosfolípido<br />
Crioglobulinas<br />
Proteína C reactiva<br />
Proteína C reactiva ultrasensible<br />
Inmunocomplejos circulantes<br />
Estudio hormonal<br />
Hormonas tiroideas<br />
Estudio serológico y bacteriológico<br />
Lúes, borrelia, tuberculosis, VIH, VHB, VHC<br />
Estudio genético<br />
Mutación nocht en Cr. 19p13 (en sospecha de CADASIL)<br />
Análisis del polimorfismo del factor V<br />
Análisis del polimorfismo de la protrombina<br />
Análisis del polimorfismo de la MTHFR (en hiperhomocisteinemia)<br />
2. Estudio del LCR (sospecha de enfermedad inflamatoria, infecciosa o infiltrativa)<br />
Bioquímica<br />
Recuento y tipaje celular<br />
Serología<br />
Tinciones y cultivos<br />
ADA<br />
3. Arteriografía por sustracción digital (sospecha de vasculitis)<br />
4. Estudio histológico<br />
Biopsia de arteria temporal (sospecha de arteritis de Horton)<br />
Biopsia de músculo y nervio periférico (sospecha de vasculitis sistémica o síndrome<br />
MELAS)<br />
Biopsia cerebromeníngea (enfermedad inflamatoria del SNC)<br />
Biopsia de piel (sospecha de CADASIL, Sneddon o Fabry)<br />
Biopsia de médula ósea (enfermedad hematológica)<br />
ADA: adenosindesaminasa; ANA: anticuerpos antinucleares; ENA: antígeno nuclear<br />
extraible; FR: factor de riesgo; LCR: líquido cefalorraquídeo; SNC: sistema nervioso central;<br />
VHB: virus de la hepatitis B; VHC: virus de la hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia<br />
humana.<br />
riesgo vascular clásicos obliga a poner en marcha una amplia<br />
batería de estudios complementarios que nos permitan determinar<br />
su etiología a fin de ajustar a esta las medidas profilácticas<br />
a instaurar (tabla 2).<br />
Se siguió el protocolo diagnóstico habitual en el ictus<br />
juvenil, según las especificaciones de la tabla 2, obteniéndose<br />
resultados normales en todas las pruebas realizadas, excepto<br />
en los niveles hemáticos de lípidos (ligeramente elevados)<br />
y en el doppler transcraneal. Este mostró una<br />
significativa diferencia de velocidades entre el flujo de sangre<br />
en ambas arterias cerebrales medias. El flujo estaba claramente<br />
acelerado en la porción inicial de la arteria cerebral<br />
media derecha. Este hallazgo puede estar en relación<br />
con dos circunstancias: una estenosis a ese nivel, que implicaría<br />
un incremento de la velocidad del flujo inversamente<br />
proporcional a la reducción del calibre arterial, o una disminución<br />
de las resistencias distales al flujo, circunstancia<br />
habitualmente asociada a la presencia de una malformación<br />
arteriovenosa (MAV).<br />
¿Cuál sería el siguiente paso<br />
en el procedimiento diagnóstico?<br />
Las secuencias de angio-RM no habían mostrado ni una estenosis<br />
arterial ni una MAV, por lo que se decidió realizar<br />
una arteriografía convencional a fin de aclarar definitivamente<br />
la naturaleza del proceso.<br />
La arteriografía (fig. 2) mostró una disección de la arteria<br />
cerebral media derecha que, desde el origen de la misma,<br />
se extendía hasta la salida de la primera rama de la arteria<br />
(correspondiente a la arteria temporal anterior). No<br />
existía hematoma mural, por lo que la columna de contraste<br />
no se observaba deformada en la angio-RM, pero sí producía<br />
una clara repercusión sobre el flujo, por lo que el<br />
doppler transcraneal aportó la orientación necesaria para<br />
resolver el caso.<br />
Las disecciones intracraneales son mucho menos comunes<br />
que las extracraneales, y pueden causar infartos o<br />
hemorragias subaracnoideas. Cuando se extienden entre la<br />
capa íntima y la media suelen causar infartos, mientras que<br />
si asientan entre la media y la adventicia pueden conducir<br />
a la hemorragia subaracnoidea o a la formación de importantes<br />
masas aneurismáticas 5 . Este comportamiento difiere<br />
del esperable en las disecciones arteriales extracraneales, y<br />
se explica por la diferente constitución de la pared: las arterias<br />
intracraneales carecen de lámina elástica externa y<br />
cuentan con una capa media y una adventicia mucho más<br />
finas.<br />
Las disecciones de las arterias intracraneales son afecciones<br />
de población juvenil, comunicándose una edad<br />
media de aparición de 25-30 años. Entre los factores que<br />
predisponen a su padecimiento se cuenta el trauma previo,<br />
la displasia fibromuscular, la enfermedad de moya-moya, el<br />
síndrome de Marfan y el síndrome de Ehlers-Danlos tipo<br />
IV. Típicamente se presentan con cefalea ipsilateral y déficit<br />
neurológico contralateral. Clásicamente la disección de<br />
las arterias intracraneales se consideraba una enfermedad<br />
de consecuencias catastróficas, si bien en los últimos años<br />
las técnicas diagnósticas no invasivas han permitido identificar<br />
un número creciente de casos de consecuencias menores<br />
6 .<br />
Medicine. 2011;10(72):4935e1-e4 e3
Enfermedades DEL SISTEMA NERVIOSO<br />
mente favorable, con tendencia hacia la resolución de las<br />
estenosis demostradas en el momento inicial.<br />
El paciente recibió tratamiento con 300 mg diarios de<br />
AAS y 20 mg diarios de atorvastatina, permaneciendo asintomático<br />
durante el resto de su periodo de hospitalización. En<br />
un control de doppler transcraneal realizado al cabo de tres<br />
meses, el flujo de la arteria cerebral media aún estaba ligeramente<br />
acelerado, mientras que, al cabo de seis meses, los<br />
flujos se habían normalizado. Tras cinco años de seguimiento<br />
no se han registrado nuevos eventos isquémicos, permaneciendo<br />
el paciente asintomático.<br />
Fig. 2. Arteriografía convencional de ambos territorios carotídeos. Se aprecia la<br />
existencia de una disección en el origen de la arteria cerebral media, extendida<br />
hasta el origen de su primera rama (ver detalle*).<br />
¿Cuál sería el tratamiento más<br />
apropiado y cuál la evolución<br />
esperable?<br />
Debido a su rareza, no se han hecho estudios basados en la<br />
evidencia que puedan responder a esta pregunta. Las opciones<br />
teóricas a priori incluirían la cirugía, la implantación de<br />
stent, la anticoagulación o la antiagregación. En general, se<br />
prefiere esta última opción, evitando los anticoagulantes por<br />
el riesgo teórico de que se produzca una hemorragia subaracnoidea<br />
secundaria a la disección. No existe experiencia ni<br />
justificación, en la mayoría de los casos, para indicar tratamientos<br />
más agresivos. La naturaleza de las disecciones intracraneales<br />
es dinámica, y su evolución espontánea habitual-<br />
Bibliografía<br />
• Importante •• Muy importante<br />
✔<br />
Metaanálisis<br />
✔<br />
Artículo de revisión<br />
✔<br />
Ensayo clínico controlado<br />
✔<br />
Guía de práctica clínica<br />
✔<br />
Epidemiología<br />
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