Municipios pobres,

están afectando la economía de quienes dependen de la obra
pública.
De acuerdo a datos de la propia Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), estos recortes presupuestales afectaron
directamente a los estados y municipios. Los más afectados
fueron Campeche, Puebla, estado de México, Aguascalientes y
Guerrero, cuyo presupuesto cayó, en promedio, en un 28%.
Estos datos no son nuevos para los ciudadanos que viven
en estas entidades, pues los gobernadores ya lo habían dado
a conocer, aunque aquellas en las que hubo elecciones, como
Campeche, los panistas no dudaron en acusar de un mal manejo
de recursos, aun cuando sabían de antemano la razón.
En el Informe sobre Participaciones Pagadas a Entidades
Federativas en el período Enero-Junio de este año, la disminución
del Fondo de Extracción de Hidrocarburos y el Derecho
Adicional sobre la Extracción de Petróleo fue la causante de
la afectación en la Recaudación Federal Participable, que es el
presupuesto que se reparte entre los estados.
Pero no hay que olvidar que para la distribución de la Recaudación
Federal Participable, se toma en cuenta la participación
económica activa de cada estado, por lo que la Federación
prácticamente premia a los que contribuyen más.
De tal manera que los más afectados fueron los rezagados
en economía y recaudación local, como el estado de Campeche,
con baja de 28% en sus ingresos, por lo que dejó de percibir
897 millones 500 mil pesos solo en el primer semestre del
2009. Le siguió Puebla, Guerrero, Oaxaca Michoacán, San Luis
Potosí y Morelos.
Por supuesto que esto no puede tener contento a nadie,
si bien es cierto que la seguridad es una de las más sentidas
demandas de los mexicanos, comer es una prioridad para
cualquier ser humano.
Quizá sea la caída de la economía lo que nos hace parecer
intransigentes con las millonarias inversiones que, supuestamente,
se realizan para combatir un narcotráfico que afecta
a otro país.
Digo, si Estados Unidos es el mayor consumidor de droga,
¿por qué no es ese país quien invierte en el combate al tráfico
de narcóticos?, ¿por qué no destina recursos para prevenir la
drogadicción o para rehabilitar a sus drogadictos?
México está más preocupado por acabar a quienes surten
al vecino del norte de estupefacientes, que por garantizar
alimentos a su población, y todavía los norteamericanos se
atreven a calificarnos y presionarnos para invertir más en el
combate a la delincuencia organizada.
Es más, aun ponen en duda si dan un fondo de apoyo a
México para que siga haciendo un trabajo que les corresponde
a ellos. Eso es no tener vergüenza, ¿o somos los mexicanos
los que no tenemos vergüenza?
A Estados Unidos no le importa si los mexicanos tienen para
comer, eso es más que claro, por años han combatido a quienes
van en busca de trabajo a ese país, aun cuando los necesiten
porque van a realizar labores que los mismos norteamericanos
no quieren realizar.
La economía mexicana está por los suelos, mucho de ello
se debe a que dependemos de la norteamericana, pero no es
posible que nuestras autoridades sigan negando la realidad
y se sientan satisfechos solo con escuchar que les estamos
haciendo bien un trabajo.
Los elogios no mejorarán la economía del país ni servirán
para sacara adelante las finanzas familiares de los mexicanos,
por eso es necesario empezar a pensar en cosas diferentes
a darle gusto a los estadounidenses y concentrarnos en los
problemas que aquejan a los propios.
Y dentro de este contexto, es necesario que alguien le haga
entender al presidente de la República y a su gabinete económico
y social, que este no es el mejor momento para cuestiones
electoreras, que tienen que empezar a pensar en una política
económica y social que responda a las necesidades y demandas
de los diferentes sectores de la población.
La cúpula empresarial ya dio a conocer su postura, en la voz
del presidente de su consejo, Armando Paredes, quien habló
sobre la necesidad urgente de diseñar una política hacendaria de
largo plazo, que de certidumbre a los mercados, nada de parches
anuales y sexenales, porque estos inhiben la inversión.
Entre las medidas propuestas para que el país salga del
atolladero económico en el que se encuentra, están el mantener
finanzas públicas sólidas y eficientes, con mayor recaudación,
mejor administración y un gasto eficiente, así como dejar de
depender de los ingresos petroleros, cada vez más inciertos.
Para la cúpula empresarial, una verdadera reforma hacendaria,
debe incluir medidas para recuperar la competitividad
del sistema fiscal; aumentar la recaudación pero ampliando la
base de contribuyentes y combatiendo la economía informal,
elevar el gasto de inversión y reducir el gasto corriente (aja),
para que se pueda avanzar gradualmente en la disminución
del déficit fiscal
Claro que también se pronunciaron por mejorar el régimen
fiscal de Pemex y Comisión Federal de Electricidad, para que
los precios y tarifas públicas sean competitivas internacionalmente.
O sea, la iniciativa privada tiene claro que si bien es cierto que
urge una reforma hacendaria, esta no puede ir en detrimento
de la economía ciudadana, esto es, de nada sirve un incremento
de impuestos y seguir con altas tarifas por servicios, porque
lo único que conseguirán es que cada vez sean menos los que
paguen, no por no querer, sino por no poder.
Pero todo esto, al igual que la necesidad de hacer eficientes
y eficaces los programas sociales y los subsidio existentes, son
cosas que todos los mexicanos (con excepción de los funcionarios
federales) saben, solo que no todos tienen el posibilidad
de exponerlo ante legisladores ni tienen el poder para que se
les tome en cuenta en los medios de comunicación.
Si el gobierno federal escuchara a sus gobernados, tal vez
ya sabría que la prioridad no está en que México sea reconocido
en el extranjero, sino en garantizar el acceso al sustento
diario y los servicios básicos. Sin embargo hay que apechugar
el hecho de que cada quien sus prioridades y los reflectores
presidenciales no parecen estar dirigidos hacia el pueblo, por
eso le pido no olvidar que bestia prestada no dura porque se
meten el hambre y el frío, y es que amor con hambre por la
casa del mal vecino, mal comida y bien caminada.
Hop’ Ki’n • 12