CONSTANZA - mapas del IGME
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MAPA GEOMORFOLÓGICO<br />
Y DE ORIENTACIÓN A RIESGOS GEOLÓGICOS<br />
DE LA REPÚBLICA DOMINICANA<br />
ESCALA 1:100.000<br />
<strong>CONSTANZA</strong><br />
(6072)<br />
Santo Domingo, R.D. Enero 2.000
La presente Hoja y Memoria han sido realizadas en el periodo 1997-1999 por Informes<br />
y Proyectos S.A. (INYPSA), formando parte <strong>del</strong> Consorcio ITGE-PROINTEC-INYPSA,<br />
dentro <strong>del</strong> Programa de Cartografía Geotemática de la República Dominicana, con<br />
normas, dirección y supervisión de la Dirección General de Minería, habiendo<br />
participado los siguientes técnicos y especialistas:<br />
CARTOGRAFÍA GEOMORFOLÓGICA Y EVALUACIÓN DE RIESGOS GEOLÓGICOS<br />
- Javier Solé Pont (INYPSA) y María Teresa Ruiz García (PROINTEC)<br />
COORDINACIÓN Y REDACCIÓN DE LA MEMORIA DEL MAPA<br />
GEOMORFOLÓGICO Y DE ORIENTACIÓN A RIESGOS GEOLÓGICOS<br />
- Javier Solé Pont (INYPSA) y María Teresa Ruiz García (PROINTEC)<br />
CARTOGRAFÍA GEOLÓGICA A ESCALA 1:50.000 Y MEMORIAS<br />
CORRESPONDIENTES<br />
- Hoja de Constanza (6072-I): Juan Antonio Gómez y Marcelino Martín<br />
(PROINTEC)<br />
- Hoja de Sabana Quéliz (6072-II): Pedro Pablo Hernáiz y Alberto Díaz de Neira<br />
(INYPSA)<br />
- Hoja de Padre Las Casas (6072-III): Alberto Díaz de Neira (INYPSA)<br />
- Hoja de Gajo de Monte (6072-IV): Juan Antonio Gómez (PROINTEC)<br />
ASESORES GENERALES DEL PROYECTO<br />
- Grenville Draper (Universidad Internacional de Florida, USA)<br />
- John Lewis (Universidad George Washington, USA)<br />
DIRECTOR DEL PROYECTO<br />
- Eusebio Lopera (ITGE)<br />
SUPERVISIÓN TÉCNICA POR PARTE DE LA UNIÓN EUROPEA<br />
- Unidad Técnica de Gestión <strong>del</strong> proyecto SYSMIN
EXPERTO A CORTO PLAZO PARA LA ASESORÍA EN LA SUPERVISIÓN TECNICA<br />
POR PARTE DE LA UNIÓN EUROPEA<br />
- Dr. Andrés Pérez Estaún (Instituto Jaume Almera <strong>del</strong> Consejo Superior de<br />
Investigaciones Científicas, Barcelona, España)<br />
SUPERVISIÓN TECNICA POR PARTE DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE MINERÍA<br />
- Ing. Iván Tavares
ÍNDICE<br />
1. INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………………… 1<br />
1.1. Metodología ………………………………………………………………………… 1<br />
1.2. Antecedentes ………………………………………………………………………. 2<br />
1.3. Resumen de la geología de la región ………………………………………….. 3<br />
2. DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA ………………………………………………………. 4<br />
3. ANÁLISIS GEOMORFOLÓGICO ……………………………………………………… 9<br />
3.1. Estudio Morfoestructural ………………………………………………………… 9<br />
3.1.1. Formas estructurales ………………………………………………………….. 10<br />
3.1.2. Formas volcánicas …………………………………………………………….. 10<br />
3.2. Estudio <strong>del</strong> Mo<strong>del</strong>ado ……………………………………………………………. 13<br />
3.2.1. Formas de ladera y remoción en masa ……………………………………... 13<br />
3.2.1. Formas fluviales …………………………………….…………………………. 15<br />
3.2.1. Formas poligénicas …………………………………….……………………… 17<br />
3.2.1. Formas periglaciares …………………………………….……………………. 19<br />
3.2.1. Formas lacustres-endorreicas …………………………………….………….. 20<br />
3.2.1. Formas kársticas …………………………………….………………………… 21<br />
4. HISTORIA GEOMORFOLÓGICA ……………………………………………………… 21<br />
5. MORFODINÁMICA ACTUAL-SUBACTUAL Y TENDENCIAS FUTURAS ………. 23<br />
6. RIESGOS GEOLÓGICOS ……………………………………………………………… 24<br />
6.1. Zonas estables …………………………………………………………………….. 24<br />
6.2. Zonas inestables ………………………………………………………………….. 24<br />
6.2.1. Inestabilidad en laderas ……………………………………………………….. 25<br />
I
6.2.2. Zonas inundables ……………………………………………………………… 25<br />
6.2.3. Áreas sometidas a fuerte erosión ……………………………………………. 26<br />
6.3. Riesgos sísmicos ………………………………………………………………… 27<br />
7. VULNERABILIDAD DEL TERRITORIO ……………………………………………… 27<br />
7.1. Vulnerabilidad de las aguas subterráneas …………………………………… 28<br />
7.2. Vulnerabilidad de las aguas superficiales ……………………………………. 29<br />
7.3. Zonas sensibles al impacto ambiental por actividad humana ……………. 29<br />
8. BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………….. 32<br />
II
1. INTRODUCCIÓN<br />
Ante la falta de estudios previos de carácter geomorfológico y siguiendo las líneas<br />
modernas de trabajo empleadas actualmente en prevención de riesgos geológicos, la<br />
Secretaría de Estado, a través de la Dirección General de Minería (DGM), ha visto la<br />
conveniencia de promover la Cartografía Geomorfológica y de Riesgos Geológicos de<br />
la República Dominicana.<br />
El Proyecto de Cartografía Geotemática, desarrollado dentro <strong>del</strong> Programa SYSMIN,<br />
financiado por la Unión Europea, ha constituido un marco adecuado para la realización<br />
de los Mapas Geomorfológicos y de Orientación a Riesgos Geológicos a escala<br />
1:100.000 de los cuadrantes de Azua (6071), Constanza (6072) y Bonao (6172) y sus<br />
memorias respectivas, trabajos que han sido llevados a cabo por el Consorcio de<br />
empresas formado por el Instituto Tecnológico y Geominero de España (ITGE),<br />
Informes y Proyectos S.A. (INYPSA) y PROINTEC S.A., bajo el control de la Unidad<br />
Técnica de Gestión (UTG) y con la supervisión de la DGM.<br />
1.1. Metodología<br />
El Mapa Geomorfológico y de Orientación a Riesgos Geológicos <strong>del</strong> Cuadrante (escala<br />
1:100.000) de Constanza (6072) se ha realizado de forma coordinada con los trabajos<br />
de Cartografía Geológica de las Hojas a escala 1:50.000 de Constanza (6072-I),<br />
Sabana Quéliz (6072-II), Padre Las Casas (6072-III) y Gajo de Monte (6072-IV), de<br />
acuerdo con las directrices establecidas en el Proyecto de Cartografía Geotemática de<br />
la República Dominicana.<br />
La base fotogeológica empleada procede principalmente <strong>del</strong> Proyecto MARENA<br />
(1983-84) en el que se obtuvieron fotografías aéreas a escala 1:40.000. Localmente se<br />
ha recurrido también a las de escala 1:20.000 <strong>del</strong> Proyecto DRB, (1966) y a escala<br />
1:60.000 <strong>del</strong> Proyecto ICM (1958). Se han consultado además las imágenes de<br />
satélite Spot P, Landsat TM y SAR.<br />
El análisis geomorfológico mediante foto aérea se ha complementado mediante la<br />
observación directa en el terreno, con la verificación de las formas distinguidas,<br />
determinación de las características de los depósitos (litología, potencia, estructuras<br />
internas, etc.) y valoración de los riesgos geológicos.<br />
1
Seguidamente se ha procedido al traslado de los datos al Mapa Geomorfológico y de<br />
Orientación a Riesgos Geológicos a escala 1:100.000, completado con los esquemas<br />
auxiliares, cortes geomorfológicos y leyendas, para su digitalización y tratamiento en<br />
GIS.<br />
Finalmente se ha llevado a cabo la redacción de la presente memoria en la que se<br />
realiza, tras una breve introducción, la descripción sistemática de los aspectos<br />
geomorfológicos de la Hoja, se analizan de forma específica los riesgos geológicos<br />
registrados y se examina la vulnerabilidad <strong>del</strong> territorio a la contaminación en relación<br />
con las características <strong>del</strong> terreno y frente a las actuaciones antrópicas.<br />
1.2. Antecedentes<br />
El aspecto más destacable <strong>del</strong> estudio documental reside en la escasez de estudios<br />
específicos previos en el terreno de la geomorfología de la región y el análisis de<br />
riesgos geológicos.<br />
La información de mayor utilidad corresponde a las cartografías geológicas y<br />
memorias adjuntas de las Hojas a escala 1: 50.000 de Constanza (6072-I), Sabana<br />
Quéliz (6072-II), Padre Las Casas (6072-III) Gajo de Monte (6072-IV) realizadas en el<br />
presente Proyecto, junto al Mapa Geológico a 1:100.000 de Constanza.<br />
El conocimiento de la geología <strong>del</strong> sustrato se ha completado a partir de la lectura de<br />
los trabajos de LEWIS et al. (1991) para el Gr. Tireo, de DOLAN (1988), HEUBECK<br />
(1988) y especialmente DOLAN et al. (1991) en los aspectos referentes a la<br />
estratigrafía <strong>del</strong> Cinturón de Peralta, y McLAUGHLIN et al (1991) y MANN et al. (1991)<br />
para el Neógeno de la Cuenca de San Juan-Azua.<br />
La mayoría de datos geográficos y climáticos básicos han sido extraídos de la<br />
publicación clásica suscrita por DE LA FUENTE (1976).<br />
La principal fuente de información referente a la sismicidad de la zona corresponde al<br />
estudio de DOLAN & WALD (1998), mientras que en el campo de la neotectónica debe<br />
citarse la tesis doctoral de RAMÍREZ, (1995). Los datos ofrecidos en estos dos<br />
trabajos se resumen, junto a otros de nueva adquisición, dentro <strong>del</strong> propio Programa<br />
SYSMIN, en los Informes <strong>del</strong> Proyecto de Prevención de Riesgos Geológicos (DGM,<br />
1998).<br />
2
El volcanismo cuaternario de la región ha despertado el interés de numerosos autores<br />
entre cuyos trabajos destacan los de VESPUCCI, (1982 y 1986), ELECTROCONSULT<br />
(1983) y OLADE (1988).<br />
1.3. Resumen de la geología de la región<br />
La Hoja a escala 1:100.000 de Constanza se sitúa sobre materiales <strong>del</strong> núcleo (Gr.<br />
Tireo y flanco sur (Gr. Peralta) de la Cordillera Central. En la esquina suroccidental se<br />
alcanza la cuenca neógena de San Juan-Azua. El volcanismo cuaternario registra un<br />
extenso desarrollo y los depósitos sedimentarios cuaternarios se concentran en los<br />
valles principales, especialmente en aquellos de evidente control estructural.<br />
La mitad norte <strong>del</strong> cuadrante de Constanza y su extremo oriental se encuentran<br />
ocupados por materiales de la Fm. Tireo, atribuidos esencialmente al Cretácico<br />
superior, que ocupan el eje de la Cordillera Central en la región. Su origen se relaciona<br />
con un ambiente de arco de isla y predominan los materiales volcánicos y<br />
volcanosedimentarios.<br />
La Fm. Tireo constituye el encajante de diversas manifestaciones de rocas plutónicas<br />
entre las que destaca el Batolito <strong>del</strong> Río, extensamente desarrollado al Norte de la<br />
Hoja.<br />
En la mitad meridional se reconocen las diversas formaciones <strong>del</strong> Cinturón de Peralta,<br />
que representa la cuenca de antepaís paleógena en el flanco sur de la Cordillera<br />
central. El registro estratigráfico es muy potente, predominando los depósitos marinos<br />
profundos. La parte inferior de la sucesión está integrada por el Gr. Peralta, en el que<br />
de muro a techo se distingue: la Fm. Ventura, constituida por turbiditas terrígenas, la<br />
Fm. Jura, representada por calizas de rampa pelágica y la Fm. El Número que<br />
constituye una serie margosa de gran potencia. En la parte superior de la sucesión<br />
paleógena se desarrolla la Fm. Ocoa que se dispone de forma discordante sobre el Gr.<br />
Peralta. Está caracterizada por facies pelíticas de talud con espectaculares<br />
intercalaciones olistostrómicas carbonáticas y culmina hacia el NNE con depósitos<br />
conglomeráticos relacionados con un sistema muy activo de abanicos <strong>del</strong>taicos.<br />
Los materiales neógenos se encuentran exclusivamente en el vértice SO formando<br />
parte <strong>del</strong> margen nororiental de la cuenca de San Juan-Azua, que se desarrolló al sur<br />
<strong>del</strong> frente activo de la Cordillera Central, constituido por el Cinturón de Peralta, de<br />
3
modo que constituye su cuenca de antepaís. El relleno de la cuenca se articula a partir<br />
de sistemas de abanicos <strong>del</strong>taicos progradantes hacia el Sur, con sedimentación<br />
predominantemente terrígena en régimen marino a lo largo <strong>del</strong> Mioceno y Plioceno<br />
inferior (Fms. Trinchera y Arroyo Blanco). A partir <strong>del</strong> Plioceno medio y hasta principios<br />
<strong>del</strong> Cuaternario se colmata la cuenca mediante la instalación de sistemas aluviales<br />
(Fms. Arroyo Seco y Vía), cuyo desarrollo sobrepasa los límites de la depresión de<br />
San Juan-Azua extendiéndose hacia el NE, donde forma la cuenca intramontañosa de<br />
Guayabal.<br />
El volcanismo cuaternario constituye uno de los rasgos más característicos de la<br />
geología de la región. Corresponde a la provincia efusiva de Yayas de Viajama-Valle<br />
Nuevo y registra un gran desarrollo en la Hoja.<br />
Los materiales cuaternarios sedimentarios presentan un origen muy variado, se<br />
desarrollan de forma dispersa en las laderas y tienden a concentrarse en los valles de<br />
los cursos hidrográficos principales (ríos Tireo, Nizao, Grande y Las Cuevas). Los<br />
desarrollos más extensos de depósitos se encuentran en las cuencas que registran un<br />
claro control estructural, destacando la depresión de Constanza y el valle <strong>del</strong> río Las<br />
Cuevas.<br />
2. DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA<br />
La Hoja de Constanza se encuentra en la parte centro-meridional de la República<br />
Dominicana, a unos 60 km en línea recta al NNO de la capital.<br />
La mitad oriental pertenece administrativamente a la provincia de La Vega y la mayor<br />
parte de la occidental corresponde a la de Azua. Los extremos NO y SE comprenden<br />
parte de las provincias de San Juan y Peravia respectivamente.<br />
Desde el punto de vista fisiográfico se emplaza en plena Cordillera Central, formando<br />
parte <strong>del</strong> denominado Macizo Central, que corresponde la zona más alta e interna de<br />
la cadena.<br />
De este modo la altitud media de la Hoja se sitúa en torno a los 1500 m y en gran<br />
número de cimas se alcanzan cotas superiores a los 2000 m. La Loma <strong>del</strong> Alto de La<br />
Bandera (2842 m) constituye la principal elevación si bien se superan también los<br />
4
2700 m en el ángulo NO, donde la línea de cumbres se prolonga hacia el NO, fuera de<br />
la Hoja, hasta el Pico Duarte, cota máxima de la isla.<br />
La altitudes mínimas se obtienen en los valles más deprimidos, especialmente al SO<br />
donde se desciende a menos de 500 m.<br />
La mayor parte de la Hoja corresponde a la vertiente meridional de la cadena,<br />
salvando la esquina nororiental que forma parte de la vertiente septentrional.<br />
De acuerdo con lo indicado, la red hidrográfica pertenece en su mayor parte a la<br />
cuenca <strong>del</strong> río Yaque <strong>del</strong> Sur, cuyo curso aparece exclusivamente en el vértice<br />
noroccidental <strong>del</strong> cuadrante. Los ríos Grande y Las Cuevas constituyen sus principales<br />
tributarios y cruzan la Hoja de Este a Oeste. El río Nizao nace y discurre por el<br />
extremo suroriental y, al igual que el río Yaque <strong>del</strong> Sur, desemboca en el mar Caribe.<br />
El principal curso en la Hoja de la vertiente norte de la Cordillera es el río Tireo. Fluye<br />
en sentido ONO-ESE y es afluente <strong>del</strong> río Yuna, que desagua en la bahía de Samaná.<br />
Por último cabe citar que en el borde NE se encuentra la cabecera <strong>del</strong> río La Palma<br />
que forma parte de la cuenca <strong>del</strong> río Yaque <strong>del</strong> Norte, importante curso hidrográfico de<br />
la costa norte dominicana.<br />
El clima imperante es de tipo tropical húmedo suavizado por el carácter insular y, en el<br />
caso concreto de la zona, por la orografía. En la parte más elevada de la Hoja de<br />
Sabana Quéliz se ha desarrollado un microclima de afinidad periglaciar que facilita la<br />
generación de pequeñas áreas endorreicas con una vegetación característica. Las<br />
precipitaciones se concentran en los valles <strong>del</strong> Nizao y red <strong>del</strong> Yuna superándose los<br />
2000 mm anuales, si bien la mayor parte de la Hoja registra valores comprendidos<br />
entre 1000 y 1500 mm. Las temperaturas medias descienden notablemente hacia el<br />
NNO donde se obtienen registros inferiores a los 15º en Enero y próximos a 20º en<br />
Agosto. El clima es más seco y cálido hacia el SE donde las precipitaciones<br />
descienden por debajo de los 1000 mm al año y las temperaturas medias oscilan entre<br />
los 20º-22º en Enero y los 24º-26º en Agosto.<br />
El paisaje de la zona (ver Mapa a escala 1:250.000 de Unidades de Paisaje) está<br />
condicionado por la fuerte orografía, característica de la parte más interna de la<br />
Cordillera Central, por el acusado encajamiento de la red, con una diferencia de cotas<br />
superior a los 2000 m, y por la naturaleza y estructuración <strong>del</strong> sustrato.<br />
5
Figura 2.1.- Mapa de Unidades <strong>del</strong> Paisaje. Escala 1:250.000<br />
6
En la mitad septentrional de la Hoja el sustrato está representado por materiales de la<br />
Fm. Tireo, bastante resistentes a la erosión, constituyendo una zona elevada a más de<br />
1500 de altitud media que tiende a descender hacia el Este. El relieve se estructura<br />
conforme a la dirección NO-SE, generalizada en la cadena, directriz marcada por la<br />
red de drenaje principal y por las alineaciones montañosas. En la esquina oriental de<br />
la Hoja la estructuración <strong>del</strong> sustrato adopta una disposición más norteada, lo que<br />
propicia que las líneas de cumbres sigan un trazado N-S.<br />
El margen septentrional <strong>del</strong> cuadrante se caracteriza por un sustrato constituido por<br />
rocas plutónicas <strong>del</strong> Batolito <strong>del</strong> Río. El relieve se suaviza y la red de drenaje muestra<br />
una distribución radial.<br />
La mayor parte de la mitad meridional <strong>del</strong> la Hoja está ocupada por las formaciones<br />
<strong>del</strong> Cinturón de Peralta, constituyendo una zona de relieve accidentado debido a los<br />
contrastes litológicos y al acusado encajamiento de la red. Hacia el Oeste el sustrato<br />
se estructura, según las directrices generales de la cadena (NO-SE), en una serie de<br />
anticlinales y sinclinales bien definidos por las calizas y capas rojas <strong>del</strong> Jura. Los<br />
elementos fisiográficos se distribuyen de acuerdo con la estructura <strong>del</strong> sustrato, así la<br />
red de drenaje tiende a canalizarse a favor de la dirección NO-SE y las aristas<br />
principales adoptan una disposición subparalela, correspondiendo normalmente a ejes<br />
anticlinales ocupados por las calizas <strong>del</strong> Jura. Al Este se desarrolla una serie<br />
monoclinal representada por las formaciones más altas <strong>del</strong> Cinturón de Peralta (Fms.<br />
El Número y Ocoa), de carácter predominantemente margoso, lo que facilita el<br />
fortísimo encajamiento de la red principal. En este contexto las principales elevaciones<br />
(hasta 2000 m) corresponden a aristas consecuentes con la dirección NO-SE que se<br />
desarrollan sobre los niveles competentes de la serie.<br />
Más al NE el sustrato está representado por materiales conglomeráticos de la Fm.<br />
Ocoa, sobre los que se ha formado una extensa meseta, a unos 2000 m de altitud<br />
media que conserva, no obstante, una cierta estructuración <strong>del</strong> relieve conforme la<br />
directriz NO-SE, seguida por los principales cursos hidrográficos y especialmente por<br />
las crestas.<br />
Los materiales neógenos se desarrollan en el ángulo SO de la Hoja, donde<br />
caracterizan las series <strong>del</strong> borde NE de la Cuenca de San Juan-Azua. Los términos<br />
7
estratigráficamente superiores sobrepasan hacia el NE los límites de la depresión,<br />
formando la cuenca intramontañosa de Guayabal.<br />
La parte de la Cuenca de San Juan-Azua comprendida en la Hoja se distingue como<br />
una zona de relieves suaves y alomados que desciende suavemente hacia el SO de<br />
cotas de 600 m a cerca de 300 m. Los términos más competentes de la serie,<br />
conforman pequeñas crestas y escarpes dispuestos en dirección NNO-SSE, de forma<br />
subparalela al margen de la depresión.<br />
La cuenca de Guayabal se encuentra desconectada de la anterior por una estrecha<br />
alineación de relieves que representan el cabalgamiento de las Fms. <strong>del</strong> Cinturón de<br />
Peralta sobre la depresión Neógena de Azua-San Juan. Constituye una cuenca<br />
intramontañosa de unos 90 km 2 rellena por materiales aluviales pliocuaternarios que<br />
se disponen con buzamientos horizontales. En el paisaje no se evidencia como un<br />
depresión morfológica, más bien constituye una plataforma que alcanza los 900 m de<br />
altitud y se encuentra muy disectada por la red fluvial.<br />
El volcanismo cuaternario se encuentra ampliamente desarrollado en la mitad<br />
meridional de la Hoja formando parte de la región volcánica de Constanza-Yayas de<br />
Viajama. Se sobreimpone a diversas formaciones <strong>del</strong> Paleógeno, de modo que oculta<br />
la estructuración morfológica <strong>del</strong> sustrato propiciando una distribución más<br />
desordenada de la red, que tiende a disponerse de forma radial a partir de los focos<br />
efusivos principales. Los afloramientos de rocas volcánicas destacan en el relieve por<br />
su mayor resistencia a la erosión, especialmente los centros de emisión, que<br />
conservan en muchos casos una morfología cónica muy abrupta, si bien son las<br />
coladas las que constituyen la mayor parte de los depósitos. La manifestación<br />
volcánica más voluminosa corresponde a la de Valle Nuevo donde ocupa una<br />
superficie de unos 150 km 2 constituyendo una extensa meseta muy disectada que<br />
registra una altitud media superior a los 2000 m. Más al SE destaca morfológicamente<br />
el macizo volcánico de Monte Bonito que se eleva entre los relieves circundantes por<br />
encima de los 1700 m. La mayoría de los demás afloramientos se distribuye de forma<br />
diseminada correspondiendo a pequeñas áreas aisladas por la erosión o a<br />
manifestaciones volcánicas y subvolcánicas puntuales<br />
Los valles más destacables corresponden a los ríos principales (Las Cuevas, Grande,<br />
Tireo, Nizao, Yaque <strong>del</strong> Sur y La Palma) si bien hay que hacer notar que, debido al<br />
fuerte encajamiento de la red, son generalmente muy estrechos en relación con su<br />
8
gran altura y prolongada extensión longitudinal. La mayoría de ensanchamientos de<br />
los valles obedece a un control estructural reciente, tal como atestigua su forma<br />
poligonal o los cambios acodados de trazado. En el primer caso destacan las cuencas<br />
de Constanza y Carmona, o la pequeña depresión de La Culata, mientras que el valle<br />
<strong>del</strong> río Las Cuevas constituye un excelente ejemplo <strong>del</strong> segundo.<br />
3. ANÁLISIS GEOMORFOLÓGICO<br />
Se realiza a continuación un análisis <strong>del</strong> relieve de acuerdo con los siguientes puntos:<br />
El Estudio Morfoestructural en el que se considera el relieve como una consecuencia<br />
de la disposición y naturaleza <strong>del</strong> sustrato geológico y el Estudio <strong>del</strong> Mo<strong>del</strong>ado que<br />
analiza los efectos y las características de los procesos exógenos sobre dicho<br />
sustrato.<br />
3.1. Estudio morfoestructural<br />
El sustrato geológico de la Hoja a escala 1:100.000 de Constanza está constituido, al<br />
Norte, por una potente serie volcanosedimentaria, atribuida al Cretácico superior, que<br />
se conoce bajo la denominación litoestratigráfica de Fm. Tireo. Al Sur se desarrolla un<br />
conjunto de rocas esencialmente sedimentarias <strong>del</strong> Eoceno (Cinturón de Peralta)<br />
característico <strong>del</strong> flanco sur de la Cordillera Central. En el seno de la Fm. Tireo se<br />
encajan diversos cuerpos intrusivos entre los que destaca por sus dimensiones el<br />
Batolito <strong>del</strong> Río. En el ángulo suroccidental se encuentra el margen de la cuenca<br />
neógena de San Juan-Azua. Los términos superiores de la serie rebasan los límites de<br />
la depresión formando la cuenca intramontañosa de Guayabal. Al conjunto<br />
sedimentario <strong>del</strong> Cinturón de Peralta se sobreimpone un vulcanismo cuaternario, de<br />
gran extensión en la mitad meridional de la Hoja, que forma parte de la región<br />
volcánica de Constanza-Yayas de Viajama.<br />
En la mayor parte de la Hoja el relieve se estructura conforme a las directrices<br />
generales NO-SE de la Cordillera Central, si bien se distinguen algunas áreas ocultas<br />
por las extensas manifestaciones <strong>del</strong> volcanismo cuaternario o bajo las cuencas<br />
terciarias y cuaternarias. De este modo los elementos fisiográficos elementales; red de<br />
drenaje y aristas o interfluvios siguen preferentemente esta dirección, frente a las<br />
zonas de relieves sobreimpuestos de rocas ígneas, donde adoptan una disposición<br />
más radial.<br />
9
Las formas relacionadas con procesos endógenos tienen un papel destacado en el<br />
relieve, distinguiéndose las de origen estructural, que alcanzan un importante<br />
desarrollo en la parte oriental de la Hoja, y las formas y depósitos ligados al<br />
vulcanismo cuaternario, de extensa representación en la zona.<br />
3.1.1. Formas estructurales<br />
Las formas de origen estructural más frecuentes corresponden por su importancia,<br />
frecuencia y continuidad, a las fallas con expresión morfológica. Éstas forman un<br />
conjunto de accidentes bastante recientes que se encuentra relacionado con la<br />
tectónica de desgarres activa en la isla desde el Mioceno superior (MANN et al., 1991).<br />
Se evidencian morfológicamente por el trazado rectilíneo de algunos cursos<br />
hidrográficos, fenómeno muy acusado en el río de Las Cuevas, por cambios de<br />
pendiente en las laderas y localmente por el desarrollo de facetas triangulares que<br />
denotan una actividad reciente. En muchas ocasiones no se observa<br />
fotogeológicamente el trazado de las fallas debido al recubrimiento por depósitos<br />
fluviales en los fondos de valle aunque el recorrido rectilíneo <strong>del</strong> valle evidencia la<br />
existencia de un accidente estructural, habiéndose diferenciado como fallas supuestas.<br />
En el extremo suroriental de la Hoja, el desarrollo de una red más densa de<br />
fracturación permite la diferenciación de tres familias principales de fallas de acuerdo<br />
con las siguientes direcciones: 1) NNE-SSO a N-S, 2) ONO-ESE a NO-SE y 3) ENE-<br />
OSO a E-O. En el sector de Las Lagunas, en la ladera septentrional <strong>del</strong> valle <strong>del</strong> río<br />
Las Cuevas, se desarrolla un pequeño graven, de alrededor de 1 km 2 de extensión,<br />
limitado a ambos lados por fallas con indicación de hundimiento que siguen un trazado<br />
NNE-SSE<br />
Las líneas de capa y aristas representan una forma relativamente común,<br />
especialmente en donde se desarrolla la serie conglomerática de la Fm. Ocoa. Se<br />
distinguen como pequeñas crestas y resaltes que siguen, en términos generales, la<br />
directriz NO-SE y localmente dibujan terminaciones periclinales de pliegues. Sus<br />
trazas están definidas por niveles competentes que han demostrado una mayor<br />
resistencia a la erosión y corresponden mayoritariamente a conglomerados de la Fm.<br />
Ocoa, y en menor medida a intercalaciones carbonatadas en las series margosas de<br />
las Fms. Ocoa y El Número, a las calizas de la Fm. Jura o a intervalos de niveles<br />
carbonatados de la serie neógena de la Cuenca de San Juan-Azua.<br />
10
3.1.2. Formas volcánicas<br />
Las manifestaciones volcánicas existentes en la Hoja están relacionadas con la<br />
denominada región volcánica de Constanza-Yayas de Viajama, que constituye una<br />
franja de unos 30 km de anchura que se extiende en dirección NE-SO desde el valle<br />
de Constanza hasta la Cuenca de San Juan-Azua.<br />
El volcanismo cuaternario de esta región ha despertado, desde los trabajos pioneros<br />
de VAUGHAN et al. (1921), el interés de numerosos autores, entre los que destacan<br />
por su aplicación en el presente estudio, OLADE (1980), ELECTROCONSULT (1983),<br />
VESPUCCI (1982, 1986) y GARCÍA y HARMS (1988).<br />
La distribución de los afloramientos de rocas volcánicas en la región y las dataciones<br />
radiométricas realizadas (de 2 m.a. a 0,5 m.a.) parecen señalar que el volcanismo ha<br />
experimentado un desplazamiento progresivo de SO a NE. De acuerdo con esta<br />
distribución y en función también de las diferencias petrológicas, se han distinguido<br />
dos provincias volcánicas: Provincia de Yayas de Viajama-Padre Las Casas, al SO, y<br />
la de Valle Nuevo, al NE.<br />
La provincia de Yayas de Viajama-Padre Las Casas se caracteriza por presentar un<br />
gran número de pequeños afloramientos diseminados de rocas volcánicas. En<br />
términos generales se diferencia un primer episodio efusivo de composición basálticoandesítica,<br />
seguido por otro de predominio traquiandesítico que representa el episodio<br />
volcánico de mayor extensión en la región.<br />
En la provincia de Valle Nuevo los afloramientos poseen una mayor extensión y<br />
cubren una superficie de varias decenas de km 2 . Se distingue una etapa efusiva inicial<br />
de composición basáltica, tentativamente correlacionable con la de la otra provincia, a<br />
la que sigue un episodio de carácter traquiandesítico, con una representación más<br />
extensa. Las manifestaciones más recientes se encuentran muy aisladas, son de<br />
naturaleza basáltica y tienden a adaptarse a la red, indicando una evidente<br />
contemporaneidad con los procesos modernos de mo<strong>del</strong>ado <strong>del</strong> relieve.<br />
Las formas más destacadas corresponden a los centros de emisión, que se distinguen<br />
morfológicamente como relieves destacados a partir de los cuales parten radialmente<br />
las coladas. En éstas se preservan desarrollos longitudinales de hasta más de 10 km y<br />
se deducen las líneas de flujo a partir de su posición respecto al punto de emisión y<br />
11
por la distribución de las aristas. Localmente se preservan formas atribuibles a<br />
calderas supuestas, si bien se encuentran bastante desmanteladas.<br />
Hacia el SO, circunscritos al ámbito <strong>del</strong> valle <strong>del</strong> río de Las Cuevas se reconocen<br />
numerosos afloramientos pequeños y diseminados de rocas volcánicas de carácter<br />
andesítico o basáltico que representan las manifestaciones más noroccidentales de la<br />
provincia de Yayas de Viajama-Padre Las Casas. Corresponden esencialmente a<br />
coladas de viscosidad moderada y escasa extensión que alcanzan un espesor<br />
observable de hasta 50 m y fluyeron predominantemente hacia el S desde los<br />
respectivos centros de emisión, (Loma <strong>del</strong> Yayalito, El Mogote, Cerro de las Corsinas).<br />
Aunque predominan los depósitos de coladas, son relativamente abundantes los<br />
productos piroclásticos de nube ardiente. De acuerdo con las dataciones mediante el<br />
método K/Ar llevadas a cabo por ELECTROCONSULT (1983) que ofrecen edades de<br />
1,2±0,4 m.a. resulta razonable su correlación con los basaltos piroxénico-olivínicos<br />
existentes en el extremo NO de la Hoja, que constituyen las manifestaciones más<br />
antiguas de la provincia de Valle Nuevo. En este sector se distinguen coladas de<br />
elevada fluidez dirigidas hacia el N cuyos centros de emisión no se observan al estar<br />
cubiertos por las potentes emisiones posteriores.<br />
El episodio de mayor representación cartográfica es de carácter traquiandesítico y se<br />
extiende ampliamente en la provincia de Valle Nuevo. Si bien se reconocen más de<br />
una docena de centros emisores, hay que indicar que el foco principal se encuentra en<br />
la parte central <strong>del</strong> afloramiento (Cabecera arroyo de Guayabal-Alto de Primera<br />
Cañada), punto desde el que se propagan radialmente numerosas y extensas coladas<br />
de viscosidad media que alcanzan desarrollos de hasta 7 km hacia el SE y de 12 km<br />
hacia el SO. Localmente se preservan posibles calderas y es característica la<br />
instalación de zonas endorreicas de escasa extensión genéticamente relacionadas con<br />
los relieves volcánicos. Con frecuencia aparecen productos piroclásticos en la base de<br />
la unidad. Sobre éstos se depositan las coladas, cuyo espesor varía en función <strong>del</strong><br />
relieve sobre el que se instalan, alcanzando los 200 m. Localmente se reconocen<br />
materiales subvolcánicos. Se cuenta con una única datación por el método de K/Ar<br />
realizada por VESPUCCI (1986) que indica de forma aproximada una edad inferior a 1<br />
m. a.<br />
El otro afloramiento mayor forma la sierra de Monte Bonito, y está constituido por<br />
materiales de carácter traquiandesítico. En este sector las formas de origen volcánico<br />
están bastante degradadas, si bien se preservan algunos centros de emisión muy<br />
12
llamativos al NE (Cerro de Los Higos). Por el contrario hacia el SO, en el entorno de la<br />
Loma de Los Piquitos, se distingue una posible caldera muy extensa y desmantelada a<br />
partir de la cual fluyeron, especialmente hacia el ONO, coladas de moderada<br />
viscosidad.<br />
El episodio más reciente genera productos de composición basáltica y su<br />
representación se restringe a varios afloramientos aislados y de pequeñas<br />
dimensiones que se encuentran en una posición más septentrional. Se distinguen por<br />
lo menos tres centros de emisión de los que parten coladas de baja viscosidad<br />
Presentan una disposición de tipo intracanyon puesto que fluyeron a favor de los<br />
valles. Actualmente pueden presentar la apariencia de terrazas encajadas y su<br />
espesor visible es de unos 20 m. Las dataciones efectuadas por ELECTROCONSULT<br />
(1983) ofrecieron valores de 0,3±0,2 m.a. y 0,5±0,3 m.a. si bien su relación con la red<br />
actual sugiere edades más modernas.<br />
3.2. Estudio <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>ado<br />
Se analizan en este apartado las formas distinguidas en la Hoja, tanto erosivas como<br />
de acumulación, que han sido originadas por la acción de los procesos externos. Se<br />
realiza una descripción agrupada en función de los fenómenos genéticos. En la<br />
caracterización de los depósitos se integran todos los datos recogidos respecto a sus<br />
características geométricas, litológicas y de correlación con otras formas.<br />
3.2.1. Formas de ladera y remoción en masa<br />
Los depósitos desarrollados en laderas corresponden a deslizamientos y coluviones.<br />
Los deslizamientos se distribuyen de forma dispersa si bien son más frecuentes y<br />
mayores en las laderas de los valles de los ríos Grande, Las Cuevas, Tireo y Nizao.<br />
Constituyen formas de extensión variable y potencia de orden métrico a decamétrico.<br />
Se desarrollan en pendientes pronunciadas a medias sobre todo tipo de litologías si<br />
bien tienden a concentrarse en los intervalos lutíticos. La litología depende<br />
directamente de la naturaleza <strong>del</strong> sustrato y corresponde esencialmente a arcillas con<br />
cantos y bloques. Se han distinguido dos tipos de deslizamientos cuya diferencia<br />
radica principalmente en la velocidad de desplazamiento.<br />
13
Los deslizamientos por reptación alcanzan un desarrollo y una extensión considerable<br />
al Oeste <strong>del</strong> valle <strong>del</strong> Nizao y movilizan predominantemente materiales<br />
conglomeráticos y lutíticos de la Fm. Ocoa. Presentan unos límites en ocasiones muy<br />
poco netos y se encuentran relacionados con fenómenos de tipo creep por lo que su<br />
velocidad de desplazamiento es muy baja. Su potencia varía notablemente<br />
alcanzándose valores próximos a los 20 m.<br />
Los deslizamientos por gravedad se asocian a la mayoría de las laderas de los valles<br />
principales donde alcanzan una extensión notable de hasta 2 km 2 . En muchos casos<br />
presentan unas dimensiones mucho menores, correspondiendo a deslizamientos<br />
puntuales sin posibilidad de expresión cartográfica a la escala de trabajo.<br />
Litológicamente consisten en depósitos fangosos que engloban cantos y bloques de<br />
diversas litologías Se diferencian de los deslizamientos por reptación debido a la<br />
rapidez con que se movilizan y sus límites resultan de más fácil definición<br />
reconociéndose en muchos casos la cicatriz de deslizamiento respectiva.<br />
Los coluviones se desarrollan de forma dispersa y aislada y pese a lo accidentado <strong>del</strong><br />
relieve no alcanzan una gran relevancia. Normalmente aparecen en las laderas<br />
medias y bajas de los valles de los cursos principales y red subsidiaria. Poseen una<br />
extensión hectométrica y su potencia es <strong>del</strong> orden de varios metros desarrollándose<br />
en pendientes medias a pronunciadas. La litología depende de los relieves<br />
circundantes consistiendo generalmente en lutitas con bloques y cantos. Constituyen<br />
depósitos de baja organización debido a su escaso transporte.<br />
Las facetas triangulares se reconocen de forma muy local. Están relacionadas con la<br />
actividad reciente de una falla de gran continuidad que discurre en sentido ENE-OSO y<br />
se prolonga hasta el valle <strong>del</strong> río de Las Cuevas.<br />
Los cambios bruscos de pendiente se han diferenciado puntualmente en el extremo<br />
suroccidental de la Hoja, donde presentan una orientación ONO-ESE. De origen<br />
claramente estructural, pueden estar en relación con posibles fallas de reciente<br />
actividad o deberse simplemente a contrastes litológicos.<br />
14
3.2.2. Formas fluviales<br />
En la Hoja se han distinguido los siguientes depósitos de origen fluvial: Fondos de<br />
valle y llanura de inundación, terrazas bajas, terrazas medias y altas, y conos de<br />
deyección.<br />
Litológicamente son todos muy semejantes correspondiendo a arenas, gravas y lutitas.<br />
La litología de los clastos depende directamente de la naturaleza <strong>del</strong> sustrato en las<br />
cabeceras y relieves circundantes. De este modo en las cuencas de los ríos Grande,<br />
Tireo y predominan los cantos de rocas ígneas y <strong>del</strong> Gr. Tireo, mientras que en las de<br />
los ríos Nizao y Las Cuevas coexisten con los de calizas y areniscas <strong>del</strong> Gr. Peralta o<br />
Fm Ocoa y de rocas volcánicas cuaternarias.<br />
A excepción de los conos de deyección, que muestran una organización menor que el<br />
resto de materiales fluviales, los depósitos clásticos presentan gradación positiva<br />
grosera, estratificación cruzada e imbricación de cantos y en ocasiones poseen bases<br />
canalizadas y cicatrices erosivas internas. Los diámetros de los clastos son bastante<br />
variables oscilando generalmente entre 5 y 25 cm y el grado de rodamiento es altomuy<br />
alto y medio en los conos. Los términos lutíticos son poco frecuentes y se<br />
encuentran principalmente en la matriz de los depósitos de los conos aluviales.<br />
Los fondos de valle constituyen los depósitos que presentan una relación más directa<br />
con los cauces actuales. Los principales afloramientos se concentran en los valles de<br />
los ríos mayores; Yaque <strong>del</strong> Sur, Grande, Nizao, Las Cuevas, Tireo y La Palma y<br />
algunos cursos subsidiarios; arroyos Salado y Guayabal o río Malo p.e. Normalmente<br />
la prolongada extensión longitudinal de los fondos de valle contrasta con su escasa<br />
anchura, (generalmente de orden decamétrico), reflejando el acusado encajamiento de<br />
la red fluvial. Los ensanchamientos de los valles y en consecuencia la expansión de<br />
sus fondos, suelen registrar un control estructural directo, como es el caso <strong>del</strong> arroyo<br />
de Constanza, <strong>del</strong> valle de La Culata o de los ríos Tireo y Las Cuevas en Chicharrón y<br />
Padre Las Casas respectivamente. En las áreas más altas de cabecera y en otros<br />
cursos menores los depósitos se desarrollan de forma más intermitente o aislada a lo<br />
largo de los cauces. Litológicamente están formados casi íntegramente por gravas con<br />
frecuentes bloques de dimensiones métricas. Los cantos muestran una grado elevado<br />
de rodamiento y su diámetro oscila por lo general entre 5 y 25 cm. El espesor de los<br />
depósitos está comprendido entre 1 y 5 m<br />
15
Las terrazas se reconocen únicamente en relación con los cursos de los ríos Grande,<br />
Las Cuevas, Nizao, Tireo, La Palma y arroyos Salado y Constanza. Presentan un<br />
desarrollo muy intermitente debido a su escasa extensión y continuidad.<br />
Litológicamente están constituidas por gravas y arenas. Los cantos son de naturaleza<br />
y tamaño variable y registran un grado alto a muy alto de rodamiento. Las arenas<br />
poseen composición arcósica y litarenítica apareciendo como litología minoritaria<br />
frente a las gravas. Los depósitos de terrazas muestran abundantes estructuras<br />
sedimentarias de origen tractivo reconociéndose cicatrices erosivas, bases<br />
canalizadas, estratificación cruzada planar y en surco e imbricación de cantos No se<br />
observan buenos cortes, estimándose una potencia inferior a 10 m. Se han agrupado<br />
en dos conjuntos de acuerdo con su posición respecto al cauce: Terrazas bajas que<br />
comprenden los niveles inferiores, dispuestos como terrazas encajadas, con cotas de<br />
+1-5 m sobre el curso actual, y terrazas medias-altas que incluyen todas aquellas que<br />
se encuentran colgadas respecto a los cauces alcanzando cotas relativas de pueden<br />
superar +40 m.<br />
Los conos aluviales constituyen depósitos frecuentes en las partes más anchas de los<br />
valles. Destacan por su mayor extensión los desarrollados en la cuenca de Constanza<br />
y en los ríos Grande, Las Cuevas y Tireo donde desarrollan sistemas de pequeños<br />
abanicos coalescentes. Los depósitos están representados por niveles de gravas con<br />
bloques en una matriz arenoso-limosa, a veces en alternancia con horizontes de<br />
fangos que incluyen cantos dispersos. Presentan escasas estructuras sedimentarias<br />
observándose en ocasiones gradación clástica muy grosera e imbricación incipiente de<br />
cantos. Su potencia oscila entre 5 y 15 m.<br />
Las formas erosivas más destacadas corresponden a las que se encuentran en<br />
relación directa con el encajamiento de la red. La incisión lineal es muy notoria.<br />
Genera laderas muy pronunciadas con predominio de pendientes superiores al 30% y<br />
produce encajamientos espectaculares, en ocasiones <strong>del</strong> orden de varios cientos de<br />
metros. La red es de tipo dendrítico y muestra una cierta estructuración sobre<br />
materiales de origen sedimentario y volcanosedimentario. Sobre substratos formados<br />
por rocas volcánicas y plutónicas se establece una disposición <strong>del</strong> drenaje de<br />
tendencia más radial. Los interfluvios presentan formas consecuentes con el<br />
comportamiento de la red. Corresponden en su mayor parte a aristas, en general muy<br />
pronunciadas y perfiladas debido al elevado grado de incisión.<br />
16
Los fenómenos de arroyada en regueros o sin cauce definido son muy poco frecuentes<br />
en la Hoja y reflejan fases iniciales de incisión de la red.<br />
Los procesos de erosión lateral <strong>del</strong> cauce se registran en los tramos donde los ríos<br />
principales muestran una configuración sinuosa, con desarrollo ocasional de meandros<br />
abandonados, y se concentran sobre sustratos formados por rocas lutíticas.<br />
Constituyen un fenómeno bastante frecuente en los ríos Grande y Las Cuevas.<br />
Las cabeceras de cárcavas se encuentran principalmente las en partes altas de<br />
laderas con pendientes pronunciadas desarrolladas sobre litologías margosas de las<br />
Fms. Ventura, El Número y Ocoa.<br />
En las partes más bajas de los cursos, especialmente en el río Las Cuevas, se<br />
desarrollan fondos de valle bastante amplios, producto de la articulación de una red<br />
trenzada de canales, con numerosos brazos inactivos en aguas bajas.<br />
Finalmente se han reconocido algunos saltos de agua que aparecen en zonas donde<br />
se registran desniveles importantes. Algunos de ellos parecen estar en relación con<br />
fallas como es el caso de El Salto, en el extremo occidental <strong>del</strong> valle de Constanza, la<br />
cascada <strong>del</strong> paraje de Vallecito a la salida de la cuenca de La Culata.<br />
3.2.3. Formas poligénicas<br />
Las formas de acumulación de origen poligénico están representadas por glacis y<br />
depósitos aluviales-coluviales.<br />
Los glacis se desarrollan de forma dispersa. Los afloramientos más destacados se<br />
encuentran al Oeste de Sabana Quéliz donde cubren en conjunto una superficie de<br />
unos 3 km 2 y constituyen una superficie que desciende suavemente desde la vertiente<br />
meridional de la Loma Pajón Blanco y Cabecera <strong>del</strong> Arroyo Guayabal hacia el Sur<br />
entre las cotas de 2250 y 1950 m. En este sector se distinguen como un depósito de<br />
cantos y bloques de rocas volcánicas (traquiandesitas y basaltos) con un grado<br />
variable de rodamiento, sin matriz aparente, que registra una considerable potencia<br />
superando posiblemente en algunos puntos los 100 m de espesor.<br />
Otro afloramiento relevante de glacis se localiza en el paraje de La Yautía, en la ladera<br />
meridional <strong>del</strong> río Grande a su paso por la parte central de la Hoja. Se desarrolla a una<br />
17
cota de unos 1300 m y desciende suavemente hacia el NO. Litológicamente está<br />
formado por un depósito de naturaleza clástica con cantos de diversos términos de la<br />
Fm. Tireo y de rocas volcánicas cuaternarias, alcanzando una potencia estimada entre<br />
35 y 40 m.<br />
El resto de afloramientos destacables de glacis en la Hoja se localiza en ambas<br />
laderas <strong>del</strong> valle <strong>del</strong> río de Las Cuevas y en la vertiente occidental <strong>del</strong> río Nizao,<br />
apareciendo de forma muy diseminada. Los afloramientos existentes cubren áreas de<br />
reducida extensión y forman pequeños rellanos elevados sobre los cursos actuales, en<br />
ocasiones a más de 100 m. La potencia de los depósitos es bastante discreta y<br />
raramente supera los 20 m. Litológicamente se registra un marcado predominio de<br />
gravas, cuya naturaleza varía dependiendo <strong>del</strong> área fuente. Los cantos presentan un<br />
grado de rodamiento medio a alto y su tamaño es muy variable, alcanzando con<br />
frecuencia dimensiones métricas, si bien disminuye notablemente a mayor distancia de<br />
los relieves. Los términos arenosos constituyen una litología minoritaria y su<br />
composición es litoarenítica. Los fangos alcanzan en algunos casos proporciones<br />
destacadas. Forman parte de la matriz de los depósitos clásticos o alternan con éstos<br />
constituyendo capas arcillosas de tonos rojos y ocres con algunos cantos dispersos.<br />
Los niveles clásticos registran una organización incipiente evidenciada por su<br />
gradación grosera y aparición eventual de estructuras sedimentarias de origen tractivo<br />
consistentes en imbricación de cantos y bases erosivas.<br />
Los depósitos aluviales-coluviales constituyen formas de génesis mixta que se<br />
reconocen de forma muy localizada. Aparecen en fondos de valle y enlazan<br />
lateralmente de manera imperceptible con depósitos coluviales de baja pendiente.<br />
Litológicamente corresponden a gravas, arenas y lutitas con cantos y su espesor es<br />
reducido, <strong>del</strong> orden de escasos metros.<br />
Una de las formas no deposicionales más comunes corresponde a las superficies de<br />
erosión. Las superficies más altas están muy desmanteladas y se conservan<br />
únicamente en las líneas de cumbres, donde forman rellanos estrechos de diversa<br />
continuidad longitudinal a cotas comprendidas entre 1800 y 2800 m. Otras superficies<br />
algo más bajas, de morfología y desarrollo semejante, se extienden de forma<br />
diseminada en la Hoja y pueden distinguirse entre los 1000 y 1600 m de altitud.<br />
Localmente se preservan en plataformas algo más extensas, <strong>del</strong> orden de varios km 2<br />
correspondiendo a superficies de erosión disectadas que se desarrollan a cotas muy<br />
18
variables (entre 500 y más de 2000 m). Es difícil establecer una correlación y<br />
cronología fiable de las diversas superficies de erosión puesto que registran un<br />
escalonamiento muy anárquico debido probablemente a la tectónica.<br />
Los inselbergs constituyen una forma de erosión de origen poligénico bastante<br />
frecuente y característica en la región. Se reconocen en numerosos puntos de la Hoja<br />
y corresponden a cerros aislados de formas cónicas o subpiramidales que destacan<br />
como relieves relictos en las aristas principales.<br />
Las grandes aristas se distinguen como crestas de mayor continuidad, a favor de las<br />
cuales se desarrollan normalmente las principales líneas de cumbres.<br />
En el ángulo SO de la Hoja y desarrollado sobre calizas neógenas se observa un cerro<br />
cónico aislado entre los relieves suaves y alomados característicos de este sector.<br />
3.2.4. Formas periglaciares<br />
Corresponden a fondos endorreicos, desarrollados en zonas de altitud superior a<br />
2.000 m, que presentan rasgos geomorfológicos y vegetación afines a un clima<br />
periglaciar.<br />
Los principales afloramientos se encuentran al SE de la Hoja en el sector de Nizao y<br />
La Nevera, destacando en este último paraje por su mayor representación.<br />
Forman suaves depresiones de extensión moderada y forma más o menos circular o<br />
elíptica. Presentan un fondo plano tapizado por vegetación palustre propia de zonas<br />
frías.<br />
Los depósitos están constituidos por lutitas oscuras ricas en materia orgánica. No<br />
pueden efectuarse observaciones de mayor detalle debido a sus deficientes<br />
condiciones de exposición. No se conoce por tanto su potencia aunque debe ser<br />
bastante reducida, probablemente inferior a 5 m.<br />
Se les atribuye una génesis periglaciar debido al abundante contenido en materia<br />
orgánica de los fangos y en cierto modo también por la vegetación existente, que<br />
19
presenta cierta analogía con los céspedes almohadillados propios de zonas<br />
montañosas frías.<br />
3.2.5. Formas lacustres-endorreicas<br />
Corresponden a fondos endorreicos de diverso origen. Destacan, por el número de<br />
casos, los que se encuentran asociados con los relieves volcánicos. Los otros<br />
depósitos lacustres se encuentran ligados a zonas deprimidas que presentan<br />
generalmente un control tectónico, (Cuenca de Constanza, depresión de Carmona, y<br />
zona de Las Lagunas).<br />
Los fondos endorreicos ligados al vulcanismo presentan numerosos afloramientos<br />
diseminados que se encuentran consecuentemente sobre materiales volcánicos. Se<br />
distinguen como pequeñas depresiones de extensión hectométrica y decamétrica<br />
aisladas de la red de drenaje a partir de la creación de relieves volcánicos. En algunos<br />
casos parecen estar en relación con hundimientos sucedidos en los edificios<br />
volcánicos o incluso ocupan directamente el cráter, como es el caso de la Laguna de<br />
Atanasio en el macizo de Monte Bonito. Los depósitos se acumulan en fondo de las<br />
depresiones y están constituidos por arcillas y limos grises de tono oscuro derivado de<br />
su notable contenido en materia orgánica. No se observa su potencia si bien debe ser<br />
de escasos metros.<br />
La Cuenca de Constanza constituye el área con sedimentación lacustre cuaternaria<br />
más importante de la Hoja. Su afloramiento cubre una superficie de unos 5 km 2<br />
extendiéndose en dirección E-O a lo largo de unos 4,5 km. Los depósitos están<br />
representados por limos y arcillas de tonos oscuros con un alto contenido en materia<br />
orgánica y la potencia observable es de unos 5 m, si bien se estima un acúmulo mayor<br />
de sedimentos. La forma poligonal de la Cuenca de Constanza evidencia su origen<br />
tectónico de modo que se encuentra limitada por fallas de dirección E-O y NNO-SSE.<br />
La depresión de Carmona se localiza en la esquina suroriental de la Hoja. Presenta en<br />
planta una forma triangular y cubre una superficie de más de 2 km 2 . Su origen parece<br />
estar en relación con la alteración <strong>del</strong> sustrato constituido por tonalitas. No obstante<br />
podría registrar un cierto control tectónico puesto que sus lados coinciden a grandes<br />
rasgos con las tres familias principales de fallas distinguidas en el sector (NO-SE, N-S<br />
y ENE-OSO). La meteorización de las tonalitas origina un depósito fangoso de tonos<br />
rojizos mientras que los materiales de fondo endorreico corresponden a lutitas oscuras<br />
20
con abundante materia orgánica. La potencia es de orden métrico pudiendo superar<br />
localmente los 10 m.<br />
En el sector de Las Lagunas se reconoce alrededor de media docena de depresiones<br />
(Laguna de Salvador, Laguna Castilla, Laguna Clara, etc.) de dimensiones moderadas,<br />
presentando una longitud comprendida entre 50 y 500 m. Se originan por deficiencias<br />
en el drenaje derivadas de la instalación de una red muy difusa. Su génesis parece<br />
obedecer a causas estructurales puesto que la zona conforma un pequeño graven<br />
limitado por fallas de dirección NNE-SSE cuya reciente actividad subsidente puede<br />
haber dificultado la incisión de la red y propiciar en consecuencia el desarrollo de<br />
zonas encharcadas.<br />
3.2.6. Formas kársticas<br />
De escaso desarrollo en la Hoja, las formas de origen kárstico corresponden a dolinas<br />
que en su mayor parte presentan depósitos de relleno.<br />
Las dolinas se desarrollan exclusivamente en tres puntos, localizados al SO de la<br />
Hoja, en los parajes de Gajo <strong>del</strong> Caballo, Los Pozos y Gajo de Cabrera.<br />
Se instalan sobre calizas de la Fm. Jura y presentan formas bastantes circulares, a<br />
veces alargadas en dirección N-S. Constituyen depresiones muy poco pronunciadas,<br />
de escasa profundidad y fondo plano que en ocasiones se encuentran disectadas por<br />
la red.<br />
Los depósitos de relleno de depresiones kársticas alcanzan una entidad destacable en<br />
algunas dolinas. Corresponden a arcillas de descalcificación de las calizas<br />
características por su tono rojizo vinoso muy vivo. Su espesor se desconoce debido a<br />
las limitaciones de observación, si bien debe ser de orden métrico.<br />
4. HISTORIA GEOMORFOLÓGICA<br />
Debido a la intensa actividad neotectónica de la isla y al gran potencial erosivo de los<br />
agentes que intervienen en el mo<strong>del</strong>ado <strong>del</strong> relieve, resulta muy difícil el<br />
establecimiento de una cronología aproximada de la sucesión de las formas y los<br />
depósitos.<br />
21
La estructuración <strong>del</strong> relieve actual comienza en el Neógeno, momento en el que se<br />
establece una configuración paleogeográfica en la región similar, a grandes rasgos, a<br />
la existente en la actualidad.<br />
La acción de los procesos que influyen en la creación y mo<strong>del</strong>ado <strong>del</strong> relieve actual se<br />
mantiene activa desde el Neógeno. En este sentido hay que hacer notar la importancia<br />
de la estructuración <strong>del</strong> sustrato donde éste está formado por rocas sedimentarias y<br />
volcanosedimentarias. En estos sectores los principales elementos fisiográficos<br />
siguen, a grandes rasgos, las directrices generales NO-SE de la Cordillera Central<br />
Dominicana.<br />
En la mitad meridional de la Hoja la estructuración general se encuentra obliterada<br />
parcialmente por las manifestaciones de la actividad volcánica cuaternaria que<br />
caracterizan zonas no estructuradas de características morfológicas particulares.<br />
La actividad volcánica moderna se desarrolla a lo largo <strong>del</strong> Pleistoceno<br />
diferenciándose en la Hoja tres episodios efusivos principales. Los dos primeros se<br />
distinguen en la parte meridional y se sitúan en la provincia de Yayas de Viajama-<br />
Padre Las Casas. El tercer episodio, de carácter traquiandesítico constituye la etapa<br />
efusiva principal en la provincia de valle Nuevo. Origina una destacada reactivación <strong>del</strong><br />
relieve que desencadena una acusada incisión de la red de drenaje con una<br />
disposición radial a partir de los focos principales de emisión. Las manifestaciones<br />
volcánicas más recientes registran ya una cierta adaptación a la red evidenciando que<br />
las coladas fluyeron a favor de los valles.<br />
Las formas poligénicas se encuentran en relación con procesos que registran una<br />
actividad cronológicamente muy prolongada así que las más antiguas raramente se<br />
conservan. En las aristas principales se reconocen relictos de diversas superficies de<br />
erosión, la más alta a los 2700 m de altitud y la más baja alrededor de la cota de 1000<br />
m. Localmente se desarrollan superficies a cotas muy diversas que constituyen<br />
pequeñas plataformas muy disectadas y no presentan ninguna relación con las aristas.<br />
No se reconocen con seguridad depósitos correlativos con las superficies de erosión,<br />
si bien se distinguen algunos sistemas de glacis muy desmantelados y colgados que<br />
deben estar en relación con superficies de erosión actualmente desaparecidas o muy<br />
trastocadas por la tectónica. En las aristas principales destacan localmente los<br />
inselbergs, constituyendo elevaciones aisladas que representan relieves relictos<br />
preservados de distintas fases erosivas.<br />
22
Los procesos de mayor incidencia sobre el mo<strong>del</strong>ado derivan directamente <strong>del</strong><br />
establecimiento de la red de drenaje. El levantamiento mantenido de la isla, unido al<br />
régimen torrencial de lluvias bajo un clima tropical, propicia el espectacular<br />
encajamiento de los cursos hidrográficos y el rápido desmantelamiento de las formas<br />
más antiguas. La intensa actividad erosiva originada a partir de la instalación de la red<br />
se manifiesta por el predominio de formas de origen fluvial: incisión lineal, interfluvios<br />
en aristas, cabeceras de cárcavas, erosión lateral de los cauces, saltos de agua y<br />
escarpes en los márgenes de los cursos. Las formas de acumulación fluviales<br />
evidencian los sucesivos episodios de encajamiento. Las terrazas altas y medias están<br />
muy desmanteladas y se encuentran hasta 40 m por encima <strong>del</strong> cauce próximo. Las<br />
terrazas bajas se disponen longitudinalmente al cauce a cotas relativas de +1-5 m, y<br />
los fondos de valle representan los depósitos ligados a la actual dinámica fluvial. En<br />
este sentido hay que hacer notar que los actuales cauces y fondos de valle de los<br />
tramos medios y bajos <strong>del</strong> río Grande y especialmente <strong>del</strong> río Las Cuevas configuran<br />
un intrincada red de canales trenzados denotando su gran capacidad energética Este<br />
fenómeno ya se puso de manifiesto recientemente con el paso <strong>del</strong> huracán Georges.<br />
Los conos aluviales se desarrollan a la salida de numerosos arroyos constituyendo, en<br />
muchos casos, sistemas de pequeños abanicos coalescentes. Presentan una evidente<br />
correlación cronológica con las fases más modernas de encajamiento, permaneciendo<br />
activos en numerosas ocasiones.<br />
Los depósitos de ladera y remoción en masa observados consisten en coluviones y<br />
deslizamientos y constituyen fenómenos recientes que se mantienen activos.<br />
El endorreismo presenta un desarrollo localizado y se limita a depresiones de pequeña<br />
extensión. En su mayor parte, éstas se relacionan con la creación y destrucción de los<br />
relieves volcánicos. El resto de casos destacables se limita a pequeñas cuencas que<br />
registran un control tectónico, correspondiendo a las depresiones de Constanza,<br />
Carmona y Las Lagunas.<br />
5. MORFODINÁMICA ACTUAL-SUBACTUAL Y TENDENCIAS FUTURAS<br />
La evolución actual y futura <strong>del</strong> relieve está condicionada por la elevación constante de<br />
la isla. Este fenómeno provoca un continuado rejuvenecimiento orográfico de modo<br />
que a pesar de la intensa actividad erosiva desarrollada bajo un régimen de lluvias<br />
torrenciales sobre un sustrato muy alterado debido al clima tropical imperante, no se<br />
23
tiende a alcanzar la madurez <strong>del</strong> relieve produciéndose un continuo relevo de las<br />
formas de erosión y depósito sin que varíe sensiblemente el mo<strong>del</strong>ado de la región.<br />
La morfología actual-subactual está marcada principalmente por la incisión de la red<br />
de drenaje, generándose encajamientos muy pronunciados que denotan un gran<br />
potencial de erosión y transporte de sedimentos.<br />
En las laderas destaca la abundancia de procesos activos derivados de las pendientes<br />
pronunciadas existentes, sobretodo los deslizamientos, que constituyen los casos más<br />
comunes de inestabilidad.<br />
La tendencia futura es a una mayor jerarquización de la red, fenómeno que propiciará<br />
una mayor disección en las zonas elevadas. Los procesos erosivos motivarán la<br />
desaparición de las formas poligénicas antiguas, especialmente los vestigios de<br />
superficies de erosión. Las formas y depósitos derivados de los procesos activos<br />
experimentarán un continuo relevo debido al rejuvenecimiento mantenido <strong>del</strong> relieve,<br />
principalmente en las laderas, donde no se tiende a alcanzar condiciones de mayor<br />
estabilidad sustituyéndose rápidamente las formas desmanteladas por otras de nueva<br />
generación.<br />
6. RIESGOS GEOLÓGICOS<br />
6.1. Zonas estables<br />
Las zonas estables corresponden a áreas de baja pendiente(>10%), sin riesgos de<br />
inundación evidentes y desarrolladas sobre sustratos competentes. Se localizan<br />
principalmente al SO de la Hoja formando parte de la Cuenca de San Juan-Azua y en<br />
la mitad occidental de la Cuenca <strong>del</strong> Guayabal, sobre sustratos de formaciones<br />
clásticas neógenas. Otras zonas destacables se encuentran en el sector de Valle<br />
Nuevo formando plataformas muy disectadas y elevadas, sobre un sustrato formado<br />
por términos conglomeráticos de la Fm. Ocoa.<br />
6.2. Zonas inestables<br />
Los riesgos geológicos más importantes, registrados en la Hoja a escala 1:100.000 de<br />
Constanza, consisten en inundaciones o avenidas y fenómenos de inestabilidad en<br />
24
laderas. Los procesos de erosión <strong>del</strong> suelo son muy acusados sobre sustratos lutíticos<br />
y en los márgenes de los valles.<br />
6.2.1. Inestabilidad en laderas<br />
La abundancia de fenómenos de inestabilidad en laderas se debe a las altas<br />
pendientes existentes en la mayor parte de la Hoja, predominando los valores<br />
superiores al 30%.<br />
Los procesos más comunes corresponden a deslizamientos, que se concentran en las<br />
laderas de los valles de los ríos Nizao, Grande, Tireo, Las Cuevas y red subsidiaria de<br />
este último. Se desarrollan preferentemente sobre formaciones lutíticas (Ventura, El<br />
Número y Ocoa) y sobre sustratos rocosos muy alterados, especialmente de la Fm.<br />
Tireo. En función de su origen se han diferenciado deslizamientos gravitacionales y<br />
por reptación si bien constituyen un mayor riesgo los primeros a causa de su mayor<br />
velocidad de desplazamiento. Los deslizamientos puntuales se distribuyen de forma<br />
diseminada por toda la zona y aunque no alcanzan expresión cartográfica por sus<br />
reducidas dimensiones constituyen fenómenos de destacada incidencia local. En el<br />
Mapa Geomorfológico y de Orientación a Riesgos Geológicos se han distinguido los<br />
deslizamientos por su importancia como riesgos potenciales.<br />
Un riesgo geológico menor es el representado por los coluviones. Registran un escaso<br />
desarrollo en la Hoja y constituyen formas activas de acúmulo de materiales inestables<br />
en laderas.<br />
Los riesgos por desprendimiento son poco frecuentes, limitándose a escarpes rocosos<br />
aislados que se desarrollan sobre los términos carbonatados de las Fms. Jura, El<br />
Número, Ocoa y en rocas competentes de la Fm. Tireo.<br />
6.2.2. Zonas inundables<br />
Las áreas con riesgo más elevado de avenidas corresponden a los fondos de valle. En<br />
estos casos los efectos se agudizan debido a la espectacular incisión de la red, que se<br />
manifiesta con la generación de fondos de valle muy encajados y estrechos en<br />
cabecera. En este sentido hay que hacer notar los espectaculares efectos que el paso<br />
<strong>del</strong> huracán Georges ha causado en los cursos en la red principal, especialmente en el<br />
ríos mayores, (Las Cuevas, Grande, Nizao, etc.), que movilizaron, en condiciones de<br />
25
muy alta energía, un enorme volumen de materiales a lo largo de sus valles. Se han<br />
resaltado en el Mapa Geomorfológico y de Orientación a Riesgos Geológicos los<br />
fondos de valle y llanura de inundación debido al riesgo evidente de avenidas.<br />
Igualmente hay que hacer notar la actividad registrada por los sistemas de conos de<br />
deyección en periodos de lluvias, lo que representa un riesgo destacable. Se ha<br />
constatado la gran capacidad de carga de estos aparatos en la propia localidad de<br />
Padre Las Casas donde una sola lluvia torrencial es capaz de generar un avance<br />
espectacular de algunos conos a partir de la sedimentación de un volumen de<br />
materiales <strong>del</strong> orden de 25000-50000 m 3 . En base a estas observaciones se ha<br />
procedido a la diferenciación de los conos de deyección como riesgo potencial en el<br />
Mapa Geomorfológico y de Orientación a Riesgos Geológicos.<br />
Las terrazas bajas registran un riesgo notable de inundación constituyendo un<br />
fenómeno frecuente en avenidas estacionales.<br />
En las depresiones de Constanza y Carmona el riesgo de inundación se extiende a las<br />
zonas endorreicas actualmente disectadas por la red.<br />
Por otra parte puede destacarse el riesgo de encharcamientos prolongados en las<br />
áreas endorreicas de diverso origen (periglaciar, volcánico, etc.) diseminadas en<br />
diversos sectores de la Hoja.<br />
6.2.3. Áreas sometidas a fuerte erosión<br />
Los procesos de erosión <strong>del</strong> suelo son acusados en todas las áreas con pendientes<br />
pronunciadas debido a la gran velocidad con que se encaja la red, generándose<br />
formas de vaciado importantes en el sustrato, (incisión lineal, regueros, cárcavas etc.),<br />
en cortos periodos de tiempo.<br />
Los efectos son más intensos sobre formaciones lutíticas, menos resistentes a la<br />
erosión. En la parte suroriental de la Hoja se desarrolla un área extensa ocupada por<br />
una serie monoclinal esencialmente margosa representada por las Fms. El Número y<br />
Ocoa, donde se registra un encajamiento muy fuerte de la red y se concentran los<br />
acarcavamientos, fenómenos que ocurren también, aunque con menor intensidad, en<br />
otros afloramientos de estas formaciones y de la Fm. Ventura.<br />
26
En los principales cursos se producen también encajamientos notables que se<br />
evidencian como escarpes en sus márgenes o como procesos de erosión lateral <strong>del</strong><br />
cauce. Este último proceso se ha diferenciado en el Mapa Geomorfológico y de<br />
Orientación a Riesgos Geológicos por su incidencia en la zona.<br />
6.3. Riesgos sísmicos<br />
El riesgo de sismicidad se puede considerar moderado a bajo en la Hoja.<br />
De acuerdo con el inventario de terremotos históricos, únicamente los de 1751 y 1761,<br />
que constituyeron seísmos de gran radio de influencia, afectaron la parte más<br />
meridional de la Hoja, especialmente al SO (Cuenca de San Juan-Azua).<br />
Sin embargo se han registrado dos seísmos recientes de baja intensidad con<br />
hipocentros en los límites septentrional y oriental de la Hoja, francamente alejados de<br />
la zona sur.<br />
En relación con las evidencias de actividad neotectónica hay que hacer notar que los<br />
riesgos potenciales se concentrarían en el entorno de las fallas con expresión<br />
morfológica.<br />
En este sentido cabe indicar que el Mapa de Lineamientos de la República<br />
Dominicana, a escala 1:500.000 (DGM, 1998) evidencia una mayor densidad en el<br />
entorno de la Bahía de Ocoa como efecto <strong>del</strong> Indenter de Beata. Este efecto se denota<br />
especialmente en el extremo SE de la Hoja donde se establece una red más apretada<br />
de fracturación, especialmente <strong>del</strong> sistema N-S, y en el valle río Las Cuevas donde la<br />
expresión morfólogica de las fallas es muy evidente y éstas presentan una<br />
considerable continuidad.<br />
Finalmente debe citarse que localmente se han observado facetas triangulares, formas<br />
que demuestran la existencia de fallas con actividad reciente.<br />
7. VULNERABILIDAD DEL TERRITORIO<br />
El concepto de vulnerabilidad <strong>del</strong> territorio, aplicado al presente estudio, se refiere<br />
esencialmente al potencial de los suelos y formaciones <strong>del</strong> sustrato como vía de<br />
contaminación de las aguas. En este sentido se establece una relación directa entre la<br />
27
permeabilidad <strong>del</strong> sustrato y la vulnerabilidad de los acuíferos, (ver Mapa de<br />
Vulnerabilidad <strong>del</strong> Territorio a escala 1:250.000). Por otro lado se considera la alta<br />
vulnerabilidad de los cursos hidrográficos como vía de contaminación de las aguas<br />
superficiales. Finalmente se establecen una serie de focos potenciales de<br />
contaminación en relación con la actividad antrópica.<br />
7.1. Vulnerabilidad de las aguas subterráneas<br />
La vulnerabilidad de las aguas subterráneas depende, en la zona de estudio, de la<br />
permeabilidad <strong>del</strong> terreno, de la capacidad de depuración <strong>del</strong> suelo y<br />
consecuentemente de la profundidad <strong>del</strong> nivel freático.<br />
De acuerdo con lo expuesto, las zonas más vulnerables corresponden a las ocupadas<br />
por formaciones cuaternarias de origen fluvial: fondos de valle-llanura aluvial, terrazas<br />
y conos aluviales, que se acumulan en los sectores donde se ensanchan los valles. El<br />
nivel freático suele obtenerse a escasa profundidad, lo que unido a la elevada<br />
permeabilidad de los materiales justifica su valoración como áreas de alta<br />
vulnerabilidad.<br />
Sobre otras formaciones permeables se localizan las zonas consideradas de<br />
vulnerabilidad media-alta. Se concentran en la parte suroccidental de la Hoja sobre<br />
sustratos constituidos por las formaciones carbonatadas <strong>del</strong> Cinturón de Peralta (Fm.<br />
Jura esencialmente) y <strong>del</strong> Mioceno, o por las unidades clásticas <strong>del</strong> Neógeno (Fms.<br />
Arroyo Seco y Arroyo Blanco). Se han valorado de igual forma los afloramientos de<br />
calizas de la Fm. Tireo que aparecen de forma bastante diseminada en la Hoja. En<br />
términos generales, los materiales incluidos en este grupo constituyen depósitos de<br />
menor permeabilidad que los cuaternarios de los valles, y sus respectivos niveles<br />
acuíferos se encuentran a mayores profundidades.<br />
Se han valorado como áreas de vulnerabilidad media-baja aquellas que se encuentran<br />
ocupadas por materiales cuaternarios de baja a media permeabilidad, o por sustratos<br />
rocosos de permeabilidad media. Se localizan principalmente en la esquina suroriental<br />
de la Hoja correspondiendo a terrenos sobre conglomerados de la Fm. Ocoa y a<br />
sistemas de glacis.<br />
En la mayor parte de la superficie de la Hoja se desarrollan terrenos de baja<br />
vulnerabilidad. Constituyen zonas con sustratos formados por materiales<br />
28
impermeables correspondientes a depósitos volcánicos, series volcanosedimentarias y<br />
rocas ígneas, que registran una baja permeabilidad.<br />
7.2. Vulnerabilidad de las aguas superficiales<br />
Las principales vías de contaminación de la aguas superficiales corresponden a la red<br />
hidrográfica principal.<br />
En este sentido cabe destacar los cursos de mayor caudal y recorrido que<br />
corresponden a los ríos: Grande, Las Cuevas y Yaque <strong>del</strong> Sur, Nizao, Tireo y La<br />
Palma, los dos últimos en la vertiente septentrional de la Cordillera Central.<br />
Cabe indicar además que la red hidrográfica representa una vía potencial de<br />
contaminación subterránea por transferencia de los ríos a los acuíferos, especialmente<br />
los más superficiales, desarrollados esencialmente en los valles.<br />
Por otra parte ocurre también el caso contrario, en el que los acuíferos ceden agua al<br />
río. Este caso es relativamente frecuente en terrazas y sistemas de conos aluviales<br />
debido a su posición marginal respecto a los fondos de los valles, y en acuíferos<br />
colgados, cuya descarga se realiza esencialmente por manantiales.<br />
Finalmente destacan las zonas endorreicas como puntos vulnerables a la<br />
contaminación de las aguas superficiales. Muestran unas dimensiones reducidas y se<br />
encuentran diseminadas en numerosos sectores de la Hoja.<br />
7.3. Zonas sensibles al impacto ambiental por actividad humana<br />
Debido a la prácticamente nula actividad industrial y minera en la Hoja, se han<br />
considerado como focos potenciales de contaminación los principales núcleos de<br />
población y las vías de comunicación con un tránsito destacable.<br />
Se ha establecido un perímetro de 2 km de radio alrededor de Constanza, de 1,5 km<br />
en Padre Las Casas y de 0,5 km en El Río, Tireo Arriba, El Convento, Bohechío,<br />
Guayabal y Ocoa, localidades alrededor de las que se concentran en la actualidad los<br />
vertidos urbanos.<br />
29
Figura 7.1.- Mapa de Vulnerabilidad <strong>del</strong> Territorio. Escala 1:250.000<br />
30
De igual forma se ha considerado un margen de 250 m a ambos lados de las<br />
carreteras principales. Éstas corresponden a los accesos principales de las mayores<br />
poblaciones de la Hoja: Constanza y Padre Las Casas. En el primer caso la carretera<br />
parte de la autopista Duarte hacia el OSO, y en el segundo discurre desde Yayas de<br />
Viajama hacia el Norte.<br />
31
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