Palabras de agradecimiento a don Hernán ... - Instituto de Chile

Palabras de agradecimiento a don Hernán Poblete Varas
en sus exequias del 11 de marzo de 2010
Ninguna expresión acude tan afín, en este momento, que aquella celebratoria de la
presencia de este amigo único y, al mismo tiempo, académico tan cordial como
comprometido con las tareas de nuestra corporación.
¡Qué bueno haber conocido y tratado a Hernán Poblete Varas! Bueno es adjetivo que llega
sin esfuerzo, se instala con plena confianza, para luego quedarse en generosas
reminiscencias. Porque él fue hombre bueno, de aquellos que tienen sabor humano, afecto
expreso y una larga consecuencia de momentos, de gestos y de legado que alcanzan el
corazón. ¡Qué bueno! Es decir, un premio, un sentimiento de haber tenido el privilegio de
su trato y de su amistad. ¡Qué bueno! Es más que un decir de circunstancia, corresponde a
un hallar su presencia en cualquier recodo del tiempo.
Pero no se agotan en un mero párrafo los motivos de gratitud.
¡Qué bueno haber contado con su buen humor! A no dudarlo, las anécdotas evocadas y las
otras que le tuvieron de protagonista esbozan una sonrisa de completa comprobación en
nuestro fuero íntimo. Don Hernán Poblete Varas fue persona que miró el mundo con
simpatía. Sabemos que el buen humor es señal de sabiduría en el trato de lo humano. En ese
humor con que él se aproximara a tantos hechos no había rubor sino apertura de mostrar la
frágil vanidad y los alcances curiosos y raros que ostenta el vivir. Sus parabolarios son un
ejemplo. Y ni qué decir aquella anécdota de don Gildo, que relatara con tanta hilaridad
complacida.
¡Qué bueno comprobar en sus atentos llamados a los amigos y en algunas pruebas extremas
del vivir a que fuera sometido, al cristiano convencido! Y porque vivió bajo el signo de la
fe, aprendió a desprenderse, fue generoso, cultivó la palabra que es cena de amistad e
invitación a conocer de mundos posibles, inverosímiles o maravillosos. Dejó libros
narrativos, antologías y adaptaciones, además de atender a la obra ajena. ¿Cuántos artículos
y reseñas se le deben?
No hay duda alguna. Hernán Poblete Varas fue un hombre bueno, una persona de grato
humor y un cristiano de cepa, sin ostentación ni resabio almibarado. Toda una tríada que
nos complace destacar, porque previamente nos fue regalada desde su íntimo ser.
Pareja aseveración se impone cuando se compulsan sus obras. Porque en él tuvieron
fundamento, de buena ley, sus escritos. De allí que, sin perjuicio del valor literario que los
distingue, es destacable esa su capacidad de narrar con brevedad complacida el trasunto
humano latente y de escena resaltante que estampara en muchas páginas. En el interior de
sus narraciones no menos que en las semblanzas y reseñas se percibe a alguien capaz de

descubrir grandezas en lo pequeño, hondos pulsos en lo más evidente y cierta emoción en la
llaneza.
Nuestra Academia Chilena de la Lengua sentirá su partida, porque su cercanía era siempre
motivo de participación oportuna, vivaz, efectiva. Sentirá que nos pudo legar mucho más si
el tiempo, en personas aun de edad dilatada como la suya, no la entendiéramos tan avara.
Nos gustaría un tiempo suplementario para quienes experimentamos bienhechores. Y es
que un hombre bueno, un escritor humanísimo, un auténtico cristiano, una persona
generosa y de humor tan vital no pasan inadvertidos. Y en ese echar de menos que ahora
empieza a crecer, en nosotros, se transformará en la espontánea confirmación de su
presencia. Su estar presente fue una clave de él querida por los demás.
Pero no disputemos a la condición humana esa manera de transformarse, de acuerdo al
dictado divino, en fluidez espiritual y herencia aligerada de pesadumbres, lo vivido que se
prolonga por encima de nuestro entendimiento. Mejor será agradecer; mucho mejor es
aquilatar lo bueno. Y de nuestro amigo, escritor y académico es, como se siente, un
generoso legado el que nos ha enriquecido.
Mil gracias por todo, don Hernán Poblete Varas. Espérenos fumando su pipa de encomiable
amistad y buen humor.
Juan Antonio Massone del Campo
Censor Academia Chilena de la Lengua
Santiago, 11 de marzo de 2010

Hernán Poblete Varas (1919-2010)
Obras:
Rosenthal (cuentos)
Santiago. Editorial del Pacífico, 1965, 112 págs.
La sombra del victimario (novela)
Santiago. Editorial Atena, 1990, 159 págs.
Namura iluminado (cuentos)
El voltiche de la revolpita (novela)
Santiago. Editorial Andrés Bello
Misión en el Pacífico
Luis Oyarzún Peña (1920-1972)
Santiago. Cuadernos del Centenario, Academia Chilena de la Lengua, 1985, 41 págs.
Egidio Poblete: correspondencia en torno a La Eneida
Santiago. Academia Chilena de la Lengua, 1987, 49 págs.
Julio Barrenechea (1910-1979)
Santiago. Cuadernos de la Academia Chilena de la Lengua, 2006,
Adaptaciones:
Apolonio de Rodas: El viaje de los argonautas
Santiago. Editorial Andrés Bello, 1987, 120 págs.
Antologías:
Oscar Castro: Antología poética.
Selección y notas.
Santiago. Editorial del Pacífico, 1952, tercera edición 1972, págs. 133.
Cuentos de cabecera
Santiago. Editorial Zig-Zag, 196
Prosa autobiográfica:
¿Quién es quién en las letras chilenas?
Santiago. Agrupación Amigos del Libro, 1979, 47 págs.
Inmemoriales
Santiago. DIBAM/ RIL editores, 2001, 197 págs.

Editor:
Homenaje a M. Fidel Araneda Bravo (1906-1992)
Santiago. Cuadernos de la Academia Chilena de la Lengua, 1997, 148 págs.
“Presentación”
Egidio Poblete: Crónicas de Valparaíso.
Universidad de Valparaíso Editorial, 2005, 27 págs. (5-7)