Derecho y Neurociencias - Instituto de Chile
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VIII Congreso <strong>de</strong> las Aca<strong>de</strong>mias Jurídicas y Sociales <strong>de</strong> Iberoamérica<br />
República <strong>de</strong> <strong>Chile</strong>, Noviembre <strong>de</strong> 2.012<br />
Presentación <strong>de</strong>l tema<br />
Ponencia <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia Colombiana <strong>de</strong> Jurispru<strong>de</strong>ncia<br />
DERECHO Y NEUROCIENCIA<br />
El <strong>de</strong>recho como instrumento <strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> la conducta humana en sus diferentes<br />
campos <strong>de</strong> aplicación, tradicionalmente ha venido siendo afectado en lo que al ámbito<br />
<strong>de</strong> la responsabilidad se refiere, por hechos cometidos por personas incapaces, que no<br />
tienen el ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos, así como por los <strong>de</strong>litos, daños, culpas, causados por<br />
quienes sufren alteraciones psíquicas, neuronales y en términos concretos por las<br />
alteraciones <strong>de</strong>l sistema nervioso o <strong>de</strong>l cerebro en general.<br />
Tradicionalmente el <strong>de</strong>recho positivo o codificado, ha venido excluyendo <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong><br />
la responsabilidad a las personas incapaces, trátese <strong>de</strong> menores <strong>de</strong> edad o <strong>de</strong> aquellas<br />
que por circunstancias propias <strong>de</strong> la biología, han sido consi<strong>de</strong>radas como ineptas para<br />
hacerle frente a las reclamaciones y procedimientos para respon<strong>de</strong>r por sus actos, en<br />
virtud <strong>de</strong> una evi<strong>de</strong>nte o transitoria imposibilidad <strong>de</strong> expresar su voluntad libremente,<br />
puesto que la responsabilidad está ligada a la condición <strong>de</strong> “racionalidad suficiente” en<br />
el momento <strong>de</strong> acometer una <strong>de</strong>terminada acción.<br />
Ciertamente, la naturaleza humana se ha encargado <strong>de</strong> dividir la vida en varios períodos<br />
según el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>senvolvimiento físico y mental <strong>de</strong> cada persona. 1 De allí la<br />
conducta realizada por personas <strong>de</strong> mayor o menor edad y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estas, la capacidad<br />
o incapacidad para el ejercicio <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> unos y otros. De acuerdo con la<br />
legislación civil se han sustraído <strong>de</strong> la responsabilidad a los pródigos o disipadores, el<br />
adulto que se halle en estado habitual <strong>de</strong> imbecilidad o idiotismo, <strong>de</strong> locura furiosa, <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>mente, el interdicto y aquellas personas que se encuentren en estado <strong>de</strong> alteración<br />
temporal para expresar su voluntad por influjo <strong>de</strong>l alcohol y otras sustancias<br />
psicoactivas. Para ellos la ley ha completado sus falencias correlativas a la incapacidad<br />
por intermedio <strong>de</strong> la patria potestad, en el caso <strong>de</strong> los menores e hijos <strong>de</strong> familia y <strong>de</strong><br />
curadores, administradores y guardadores para los <strong>de</strong>más inhabilitados<br />
Dentro <strong>de</strong>l área <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho penal se excluye <strong>de</strong> responsabilidad, a las personas<br />
consi<strong>de</strong>radas como inimputables, es <strong>de</strong>cir, cuando al momento <strong>de</strong> ejecutar actos<br />
consi<strong>de</strong>rados antijurídicos no tuvieren la capacidad <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r su ilicitud bien sea<br />
por inmadurez psicológica, trastorno mental, diversidad socio cultural, o estados<br />
similares. (Art. 33 <strong>de</strong>l C. Penal Colombiano)<br />
<strong>Derecho</strong>, Moral y <strong>Neurociencias</strong>.<br />
Como consecuencia <strong>de</strong> la paulatina expansión <strong>de</strong> la investigación científica, las<br />
fronteras <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong> la moral han entrado en contacto con las neurociencias puesto<br />
que estas tratan <strong>de</strong> penetrar el misterio <strong>de</strong> la relación entre la mente, la conducta y la<br />
1 <strong>Derecho</strong> Civil. Arturo Valencia Zea. Editorial Temis.Bogotá. 1.957<br />
1
actividad propia <strong>de</strong>l tejido nervioso, <strong>de</strong>sentrañar la actividad <strong>de</strong>l cerebro y su relación<br />
con la psiquis y el comportamiento humano, escenario natural <strong>de</strong> la norma jurídica.<br />
.<br />
Las investigaciones científicas a<strong>de</strong>lantadas en los últimos quince años en diferentes<br />
universida<strong>de</strong>s a nivel mundial, como nos lo comentan las personas a quienes nos<br />
referimos en la presente monografía, han puesto en evi<strong>de</strong>ncia la importancia en la época<br />
contemporánea <strong>de</strong> establecer relaciones entre el <strong>de</strong>recho y la neurociencia como<br />
resultado <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong> la conducta humana al trasgredirse normas jurídicas por<br />
personas que pue<strong>de</strong>n estar influidas por trastornos estructurales o funcionales <strong>de</strong>l<br />
cerebro, o bajo el estímulo <strong>de</strong> situaciones que <strong>de</strong> una u otra manera afecten su<br />
conciencia y su comportamiento social.<br />
En efecto, la neurociencia ha venido analizando los fundamentos neurológicos<br />
<strong>de</strong>l conocimiento, la capacidad volitiva, los impulsos <strong>de</strong> la conciencia, o <strong>de</strong>l<br />
inconsciente, cuando el individuo ha perdido la capacidad <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r a estímulos<br />
exteriores o internos provocados por el pensamiento y por lo mismo, <strong>de</strong> regular sus<br />
propios actos y reacciones, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> las múltiples investigaciones<br />
promovidas sobre este apasionante tema. 2<br />
Señalan los referidos investigadores que la conducta percibida por algunos infractores<br />
<strong>de</strong> la ley penal especialmente, es precedida por <strong>de</strong>sarreglos en el juicio <strong>de</strong> personas que<br />
habitualmente actúan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la normalidad social y que al momento <strong>de</strong> cometer un<br />
<strong>de</strong>lito, se percibe la presunta afectación bien sea por daños estructurales <strong>de</strong>l cerebro o<br />
por alteraciones en su funcionamiento. Por esta motivación, las hipótesis planteadas por<br />
la neurociencia en su preocupación por observar los cambios en la capacidad cognitiva<br />
para diferenciar el bien <strong>de</strong>l mal, la indiferencia advertida en el proceso axiológico, e<br />
inclusive, en los reducidos umbrales <strong>de</strong>l racionamiento. En tales investigaciones se ha<br />
advertido la posible utilización <strong>de</strong> los avances neurocientíficos como medio <strong>de</strong> prueba o<br />
como elementos modificatorios <strong>de</strong> concepciones jurídicas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> la<br />
responsabilidad, que explican la conducta humana, para así proporcionar una<br />
explicación a las <strong>de</strong>cisiones sobre la reducción <strong>de</strong> la pena, la imputabilidad, la<br />
rehabilitación, la implementación <strong>de</strong> cursos para disminuir la ansiedad, la ira, el control<br />
<strong>de</strong> las adicciones, la agresividad que bien pudieran ser analizadas por los jueces.<br />
La referida investigación plantea las afectaciones al sistema nervioso central por la<br />
aplicación <strong>de</strong> recientes tecnologías con tratamientos farmacológicos y <strong>de</strong> discutibles<br />
intervenciones quirúrgicas en casos <strong>de</strong> violencia extrema ante agresiones sexuales<br />
mediante la castración química, como ya ha ocurrido en otras latitu<strong>de</strong>s, con<br />
compromiso <strong>de</strong> la ética y el <strong>de</strong>recho a la intimidad individual.<br />
Las noveda<strong>de</strong>s contemporáneas <strong>de</strong> la neurociencia están ofreciendo la posibilidad <strong>de</strong><br />
“lecturas <strong>de</strong> cerebros” o “brain readig”, diferente <strong>de</strong> la “lectura <strong>de</strong> mentes” o “mind<br />
readig”, aspecto este que pertenece más a la ciencia ficción y que naturalmente, no<br />
interesa a la presente monografía.<br />
Hoy cualquier estado psicológico se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>terminar mediante la activación <strong>de</strong> ciertas<br />
zonas cerebrales en la aplicación <strong>de</strong> técnicas <strong>de</strong> diagnóstico por imagines, como rayos<br />
x, tomografías <strong>de</strong> acción computarizadas o tacs, resonancias magnéticas, los cuales ante<br />
2 <strong>Derecho</strong> y Neurociencia. Miguel Capó, Marcos Nadal, Carlos Ramos, Atahualpa Fernán<strong>de</strong>z, Camilo<br />
José Cela Con<strong>de</strong>. Universidad <strong>de</strong> Barcelona. Tomado <strong>de</strong> Google, Sept.2 <strong>de</strong> 2.012<br />
2
la creciente necesidad <strong>de</strong> obtener información válida y confiable, proporciona medidas<br />
científicas con un alto grado <strong>de</strong> certeza para el análisis <strong>de</strong> la personalidad, conductas,<br />
actitu<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>claraciones, y sus implicaciones en el mundo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. Igualmente, los<br />
estudios sobre neuro imagines han puesto <strong>de</strong> manifiesto la correlación entre los aspectos<br />
neuronales y ciertas enfermeda<strong>de</strong>s o procesos asociados a <strong>de</strong>terminadas tareas como la<br />
comparación <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> sujetos comprometidos en <strong>de</strong>terminadas patologías respecto<br />
<strong>de</strong> sujetos consi<strong>de</strong>rados como “normales.” Sin embargo, estos estudios aún no son lo<br />
suficientemente precisos para concretar un diagnóstico individual <strong>de</strong>terminante, aunque<br />
las indagaciones científicas continúan sobre la <strong>de</strong>tección <strong>de</strong> drogadictos, adicciones,<br />
engaños compulsivos. etc.<br />
Una <strong>de</strong> las aplicaciones <strong>de</strong> estas tecnologías conduce a <strong>de</strong>tectar “huellas <strong>de</strong> memoria”<br />
en el acto <strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> objetos al presentar a un conjunto <strong>de</strong> sospechosos, por<br />
ejemplo, el arma <strong>de</strong> un crimen <strong>de</strong> la que solo el culpable pueda tener conocimiento. En<br />
estas eventualida<strong>de</strong>s solamente aquel sujeto en el que se <strong>de</strong>tectó la “huella <strong>de</strong><br />
memoria” <strong>de</strong>berá ser tenido en cuenta como actor o <strong>de</strong>terminante en la investigación<br />
penal. La resonancia magnética funcional también ha sido objeto <strong>de</strong> avances en este<br />
sentido. Es claro que este sistema <strong>de</strong> “lectura cerebral” pue<strong>de</strong> comprometer la ética al<br />
quebrantar el <strong>de</strong>recho a la privacidad. En este sentido el ámbito <strong>de</strong> la conciencia ha sido<br />
consi<strong>de</strong>rado como un terreno inalcanzable para el <strong>de</strong>recho aun cuando el uso <strong>de</strong>l<br />
polígrafo es hoy un recurso técnico permitido en ciertas expresiones judiciales, como<br />
medio <strong>de</strong> prueba pese a las alteraciones que se pue<strong>de</strong>n introducir en el pulso <strong>de</strong>l sujeto<br />
por medio <strong>de</strong> fármacos.<br />
Dicen los referidos investigadores que el psicólogo Adam Raine especialista en<br />
correlaciones neurobiológicas <strong>de</strong> crímenes violentos en el caso <strong>de</strong> una persona cuya<br />
“naturaleza biológica” con predisposiciones a actitu<strong>de</strong>s criminales, no pue<strong>de</strong> ser<br />
consi<strong>de</strong>rado culpable puesto que tales individuos no tienen “libre albedrío parcial” así<br />
el diagnóstico <strong>de</strong> psicopatía no sea atenuante en la generalidad <strong>de</strong> los sistemas penales,<br />
pues suponen que los psicópatas disponen <strong>de</strong> capacidad racional para distinguir entre el<br />
bien y el mal y por lo tanto son concientes <strong>de</strong> las consecuencias <strong>de</strong> sus acciones si se<br />
llegare a <strong>de</strong>mostrar fehacientemente que los psicópatas no son sofisticados concientes<br />
<strong>de</strong>l daño sufrido por otras personas en estado <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>nte conducta normal.<br />
Otra investigación a<strong>de</strong>lantada recientemente, 3 expone la tesis <strong>de</strong> que las neurociencias<br />
han abierto nuevas fronteras en la investigación mediante la utilización <strong>de</strong> neuro<br />
imagines por emisión <strong>de</strong> positrones (PET) resonancia magnética funcional o nuclear<br />
(RM o FMRI) con la utilización <strong>de</strong> magneto encefalografías obteniendo una enorme<br />
posibilidad <strong>de</strong> conocer mejor la “naturaleza humana” y por ello se habla al respecto<br />
<strong>de</strong> una revolución científica. Este estudio contiene una reflexión jurídico-dogmática<br />
que <strong>de</strong>muestra cómo los aportes científicos sobre el cerebro humano pue<strong>de</strong>n influir en<br />
la imputabilidad o inimputabilidad por la realización <strong>de</strong> conductas contrarias a la<br />
norma jurídica penal, según las condiciones <strong>de</strong>l agente o sujeto que la transgreda. Cita<br />
el ejemplo <strong>de</strong>nominado Burns y Swerdlow al <strong>de</strong>scribir el caso <strong>de</strong> un <strong>de</strong>stacado<br />
profesor universitario norteamericano y buen padre <strong>de</strong> familia <strong>de</strong> 40 años que<br />
súbitamente <strong>de</strong>sarrolló un creciente interés en pornografía infantil que lo llevó a acosar<br />
a su hijastra pre adolescente y a sus alumnas. Sentenciado en primer momento a una<br />
terapia que incluyó tratamiento con hormonas, en razón <strong>de</strong> que la terapia no tuvo éxito<br />
3 Avances en <strong>Neurociencias</strong> y responsabilidad jurídico-penal. Bernardo Feijoo Sánchez. Universidad<br />
Autónoma <strong>de</strong> Madrid. Abril <strong>de</strong> 2.011<br />
3
fue ingresado a prisión y allí se le <strong>de</strong>scubrió un gran tumor cerebral en la parte <strong>de</strong>recha<br />
<strong>de</strong> la zona orbito frontal, como consecuencia <strong>de</strong> unos crecientes dolores <strong>de</strong> cabeza.<br />
Siete meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una exitosa operación, <strong>de</strong>bido a su falta <strong>de</strong> peligrosidad se le<br />
<strong>de</strong>jó en libertad. Tres meses más tar<strong>de</strong> volvió a sentir dolores <strong>de</strong> cabeza y nuevamente a<br />
coleccionar pornografía infantil. Una revisión con neuro imágenes <strong>de</strong>mostró un nuevo<br />
crecimiento <strong>de</strong>l tumor que lo condujo a otra intervención quirúrgica y como resultado<br />
final <strong>de</strong>finitivo, <strong>de</strong>saparecieron las ten<strong>de</strong>ncias sexuales anómalas. Señala la<br />
investigación que el profesor mientras pa<strong>de</strong>cía las consecuencias <strong>de</strong>l tumor, se daba<br />
cuenta <strong>de</strong> lo incorrecto <strong>de</strong> su conducta <strong>de</strong>sviada y actuaba sin po<strong>de</strong>r reprimir su<br />
comportamiento axiológico, por <strong>de</strong>cir lo menos. En este caso, las técnicas <strong>de</strong> las neuro<br />
imagines permitieron hallar una explicación que frente a la norma jurídica unos años<br />
antes, se hubiera tratado simplemente como <strong>de</strong>lito, sin atenuantes, y consi<strong>de</strong>rado como<br />
malvado o corruptor <strong>de</strong> menores. Las neuro imágenes pusieron en evi<strong>de</strong>ncia que el<br />
sujeto pa<strong>de</strong>cía <strong>de</strong> una enfermedad, y por la actitud funcional <strong>de</strong>l cerebro no se le <strong>de</strong>bería<br />
consi<strong>de</strong>rar responsable <strong>de</strong> una conducta punible.<br />
Tales científicos concluyeron que no existe escisión entre mente y cerebro y que como<br />
es sabido, nuestra actuación conciente representa solo una ínfima parte <strong>de</strong> la actividad<br />
cerebral y estamos <strong>de</strong>terminados en nuestros comportamientos por procesos que no<br />
po<strong>de</strong>mos controlar.<br />
En la investigación <strong>de</strong> Bernardo Feijoo a que nos venimos refiriendo se afirma que “la<br />
neurociencia nos dice que en el momento en que el individuo experimente algo<br />
concientemente, el cerebro ya ha hecho su trabajo. Ello planteó la cuestión <strong>de</strong> si las<br />
acciones escapan a nuestro control.” Los neurocientíficos vienen consi<strong>de</strong>rando que<br />
muchas <strong>de</strong> las bases filosóficas sobre las que se ha ido construyendo, durante siglos el<br />
sistema <strong>de</strong> imputación jurídico-penal, son erróneas. En efecto, investigaciones <strong>de</strong> la<br />
Universidad <strong>de</strong> California, en San Francisco, <strong>de</strong>l neuropsicólogo LIBET y su equipo en<br />
los años ochenta, según el relato <strong>de</strong> Feijoo, consi<strong>de</strong>raron que los procesos inconscientes<br />
<strong>de</strong>terminan aquello <strong>de</strong> lo que somos concientes o que los actos voluntarios son una<br />
consecuencia <strong>de</strong> procesos inconscientes a los que la conciencia tiene un acceso<br />
limitado y que son conducidos emocionalmente por nuestro sistema limbical (ganglios,<br />
basales, amígdalas, etc.) Por ello afirman que “no hacemos en realidad lo que hemos<br />
<strong>de</strong>cidido racionalmente, sino que racionalizamos lo que nuestro inconsciente nos ha<br />
impulsado a hacer.” Este es un aspecto fundamental para el mundo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho y <strong>de</strong> la<br />
filosofía que requiere, naturalmente <strong>de</strong>l apoyo <strong>de</strong> las ciencias auxiliares, pues sin duda<br />
estamos ante un nuevo paradigma.<br />
Enten<strong>de</strong>mos lo anterior como una reacción <strong>de</strong>l inconciente afectado por una patología<br />
funcional o estructural <strong>de</strong>l cerebro y que por tal evento envía mensajes tortuosos a la<br />
conciencia, por ello la afirmación <strong>de</strong> que no hacemos lo que <strong>de</strong>cidimos concientemente,<br />
sino lo que ingresa a la razón impulsado por el inconciente.<br />
SCHOPENHAUER intuyó que “Todo lo que suce<strong>de</strong>, <strong>de</strong> lo más gran<strong>de</strong> a lo más<br />
pequeño, suce<strong>de</strong> necesariamente. Quid quid fit necessario fit.” De estas tesis <strong>de</strong><br />
SCHOPENHAUER parten los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> “culpabilidad por el carácter” o<br />
“culpabilidad por la personalidad” como alternativa <strong>de</strong> la “culpabilidad por el hecho.”<br />
En lo anterior se han apoyado <strong>de</strong>stacados neurocientíficos que no discuten en absoluto<br />
que adoptemos <strong>de</strong>cisiones, es <strong>de</strong>cir, dicho en términos dogmáticos, que actuemos<br />
4
dolosa o impru<strong>de</strong>ntemente. Lo que preten<strong>de</strong>n resaltar es que dichas <strong>de</strong>cisiones no son<br />
en última instancia libres sino <strong>de</strong>terminadas por multitud <strong>de</strong> condiciones que no se<br />
pue<strong>de</strong>n controlar concientemente. Concluyen que todo proceso mental es reconducible<br />
en última instancia por una explicación científica y, por lo tanto causal, afectando la<br />
teoría <strong>de</strong>l injusto (capacidad <strong>de</strong> acción) como a la teoría <strong>de</strong> la culpabilidad. Como<br />
vemos se trata <strong>de</strong> un tema <strong>de</strong>l “libre albedrío,” vale <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> si “las personas hacen lo<br />
que han <strong>de</strong>cidido, sino más bien <strong>de</strong> porqué han <strong>de</strong>cidido en <strong>de</strong>terminado sentido.”<br />
Naturalmente entiendo lo anterior como el resultado <strong>de</strong> las afecciones cerebrales<br />
inadvertidas por la conciencia y por ello su <strong>de</strong>clinación ante las fuerzas <strong>de</strong>l inconciente.<br />
Bernardo Feijoo cita a Roth y Singer quienes afirman que existen grupos <strong>de</strong> personas<br />
con conductas penales relevantes que presentan coinci<strong>de</strong>ncias en su estructura y<br />
organización cerebral, lo cual podría dar lugar a una explicación <strong>de</strong> como una<br />
enfermedad podría llegar a hacer innecesaria la pena.<br />
La argumentación <strong>de</strong> estos neurocientíficos podría influir en las distinciones morales<br />
básicas entre sujetos responsables y no responsables o entre acciones responsables o<br />
patológicas sobre las que parece que está construida nuestra vida social.<br />
En el ejemplo <strong>de</strong>l profesor la lesión <strong>de</strong> esa zona <strong>de</strong>l cerebro lo exime <strong>de</strong><br />
responsabilidad, con la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que sea un proceso recuperable o<br />
irrecuperable, en consecuencia, al <strong>de</strong>recho penal no le quedaría otro objetivo que el <strong>de</strong><br />
estar atento a los aportes <strong>de</strong> las neurociencias y tener en cuenta dos contenidos<br />
esenciales: la justificación social y la justificación individual <strong>de</strong> la pena, o lo que es lo<br />
mismo, la posible influencia <strong>de</strong>l aporte <strong>de</strong> las neurociencias en la orientación<br />
preventiva <strong>de</strong>l sistema punitivo, como en la presunta y futura evolución, tanto teórica<br />
como práctica <strong>de</strong> la culpabilidad jurídico-penal.<br />
Las emociones <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n <strong>de</strong> los valores imperantes en la sociedad en que nos ha tocado<br />
vivir, por lo que el cerebro es permeable al entorno social y a su entramado simbólico y<br />
<strong>de</strong> valores. Como nuestros actos están regulados por la norma jurídica, solo <strong>de</strong>beríamos<br />
prescindir <strong>de</strong> la culpabilidad si los neurocientíficos llegan a transformar radicalmente<br />
nuestro concepto <strong>de</strong> analizar y sacar conclusiones sobre la responsabilidad, como<br />
correspon<strong>de</strong> a una <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong>liberativa o un Estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho. Es posible que las<br />
neurociencias acaben perfilando una nueva comprensión <strong>de</strong>l ser humano, pero ello no<br />
implica que tengamos que alterar las bases <strong>de</strong> nuestra organización social, sino más bien<br />
ampliar las fronteras <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>l mundo fenomenológico. .<br />
Otro importante aporte sobre el tema <strong>de</strong>l <strong>Derecho</strong> y la Neurociencia está contenido en<br />
un artículo divulgado en Internet por Atahualpa Fernán<strong>de</strong>z 4 en el que sostuvo que “La<br />
localización <strong>de</strong> los correlatos cerebrales relacionados con el juicio moral, tanto usando<br />
técnicas <strong>de</strong> neuro imagen como por medio <strong>de</strong> los estudios sobre lesiones cerebrales<br />
parece ser, sin duda, una <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s noticias <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> las ciencias sociales<br />
normativas. De hecho en la medida en que la neurociencia permite un entendimiento<br />
cada vez más sofisticado <strong>de</strong>l cerebro y las posibles implicaciones morales, legales y<br />
sociales <strong>de</strong> esos avances en el conocimiento <strong>de</strong> nuestro sofisticado programa<br />
4 <strong>Derecho</strong> y Neurociencia. Atahualpa Fernán<strong>de</strong>z Sánchez. Dr, en Filosofía Jurídica, Moral y Política <strong>de</strong> la<br />
Universidad <strong>de</strong> Barcelona, en Teoría Social, Ética y Economía <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Pompeau Fabra y en<br />
Ciencias Juridico Civilísticas <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Coimbra. Google, Septiembre <strong>de</strong> 22.012<br />
5
ontogénico cognitivo, empiezan a po<strong>de</strong>r ser consi<strong>de</strong>rados bajo una óptica mucho más<br />
empírica y respetuosa con los métodos científicos. El objetivo sería, en principio, el <strong>de</strong><br />
aclarar la localización <strong>de</strong> funciones cognitivas elevadas entendidas como apomorfias<br />
<strong>de</strong>l Homo Sapiens al estilo <strong>de</strong> la capacidad para la elaboración <strong>de</strong> juicios morales.<br />
Pero no cabe alguna duda <strong>de</strong> que, a partir <strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>ncias obtenidas, cabe ir mucho<br />
más lejos. Esos avances más allá <strong>de</strong> su extraordinaria relevancia científica, también<br />
traen consigo importantes connotaciones filosóficas, jurídicas y morales, en particular<br />
en lo que se refiere a la comprensión <strong>de</strong> los procesos cognitivos superiores<br />
relacionados con el juicio ético-jurídico, entendido como estado funcional <strong>de</strong> los<br />
procesos cerebrales.<br />
Siendo así, surge la convicción <strong>de</strong> que, para compren<strong>de</strong>r esa parte esencial <strong>de</strong>l<br />
universo ético-jurídico, es preciso dirigirse hacia el cerebro, hacia los substratos<br />
cerebrales responsables <strong>de</strong> nuestros juicios morales cuya génesis y funcionamiento<br />
cabe situar en la historia evolutiva propia <strong>de</strong> nuestra especie.”<br />
Declara este especialista que aunque las investigaciones <strong>de</strong> la neurociencia cognitiva<br />
respecto <strong>de</strong> los juicios moral y normativo son muy recientes, la experiencia ha<br />
<strong>de</strong>mostrado su indudable utilidad y los hallazgos hasta ahora alcanzados en este sentido,<br />
sin duda alguna serán muy útiles para conocer la naturaleza humana respecto a los<br />
valores morales, la igualdad, la libertad y la vida humanas.<br />
Agrega que el estudio <strong>de</strong>l cerebro humano, para conocer la razón <strong>de</strong> los actos que<br />
puedan tener inci<strong>de</strong>ncia en la norma jurídica, <strong>de</strong>be permitir que el progreso científico<br />
corra parejo con los principios morales, el respeto a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> la intimidad y<br />
dignidad humana, así las consecuencias <strong>de</strong> los resultados que arroje la neurociencia en<br />
la utilización <strong>de</strong> neuro imágenes y <strong>de</strong>más elementos <strong>de</strong> la tecnología contemporánea,<br />
conducirán a un diagnóstico que influya en la necesidad <strong>de</strong> actualizar la norma jurídica<br />
frente a las nuevas realida<strong>de</strong>s científicas y en la inminente necesidad <strong>de</strong> dar respuesta a<br />
la inquietud sobre la relación entre los resultados <strong>de</strong> la investigación neurocientífica<br />
sobre la cognición moral y las perspectivas teóricas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />
Concluye Atahualpa Fernán<strong>de</strong>z en el texto que comentamos que “El mejor mo<strong>de</strong>lo<br />
neurocientífico <strong>de</strong>l juicio normativo disponible hoy establece que el operador <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>recho cuenta, en sus sistemas evaluativo-afectivos neuronales, con una permanente<br />
presencia <strong>de</strong> las exigencias, obligaciones, estrategias, con un <strong>de</strong>ber ser que incorpora<br />
<strong>de</strong> manera interna razones y emociones, que se integra constitutivamente en las<br />
activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los niveles práctico, teórico, normativo <strong>de</strong> todo proceso <strong>de</strong> realización<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. El mo<strong>de</strong>lo neurocientífico indicado <strong>de</strong>l juicio normativo en el <strong>de</strong>recho y<br />
en la justicia, parece sugerir que el razonamiento jurídico implica un amplio empleo<br />
<strong>de</strong> diferentes sistemas <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s mentales y <strong>de</strong> fuentes <strong>de</strong> información diversas.<br />
Parece fuera <strong>de</strong> duda que las investigaciones en neurociencia cognitiva <strong>de</strong> la moral y<br />
muy particularmente <strong>de</strong>l juicio normativo en el <strong>de</strong>recho y en la justicia, pue<strong>de</strong>n ofrecer<br />
una enorme y rica contribución para la comprensión en <strong>de</strong>talle <strong>de</strong>l funcionamiento<br />
interno <strong>de</strong>l cerebro humano en el acto <strong>de</strong> juzgar, <strong>de</strong> formular juicios morales acerca <strong>de</strong><br />
los justo y <strong>de</strong> lo injusto. Pero resulta precipitado pensar que las primeras<br />
investigaciones neurocientíficas acerca <strong>de</strong>l juicio moral y normativo ya nos abren la<br />
puerta a una humanidad mejor. Pensar que la relación cerebro-moral-<strong>de</strong>recho lo es<br />
todo pue<strong>de</strong> llevarnos a olvidar que la medida <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, la propia i<strong>de</strong>a y esencia <strong>de</strong>l<br />
6
<strong>de</strong>recho, es lo humano, cuya naturaleza resulta no solo <strong>de</strong> una mezcla complicadísima<br />
<strong>de</strong> genes y neuronas sino también <strong>de</strong> experiencias, valores, aprendizajes e influencias<br />
proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> nuestra igualmente complicada vida socio-cultural. El misterio <strong>de</strong> los<br />
humanos consiste precisamente en advertir que cada uno es un misterio para si mismo.<br />
La neurociencia nos ayudará a enten<strong>de</strong>r una serie <strong>de</strong> elementos que configuran ese<br />
misterio, pero no lo eliminará <strong>de</strong>l todo.<br />
Concluyendo sobre el tema <strong>de</strong>stacamos una alusión que hace Mariluce Moura 5 sobre<br />
el persistente trabajo <strong>de</strong> un joven neurocientífico brasileño <strong>de</strong> nombre Jorge Moll<br />
respecto <strong>de</strong> trabajos por él realizados y verificados mediante procesos <strong>de</strong> resonancia<br />
magnética funcional sobre la corteza frontal y temporal anterior <strong>de</strong>l cerebro al <strong>de</strong>tectar<br />
su activación cuando personas voluntarias en buen estado <strong>de</strong> salud resolvían una tarea<br />
que constituía un juicio moral. Este investigador publicó en el año 2.000 los trabajos por<br />
él a<strong>de</strong>lantados en los años 1.997 y 1.999 utilizando mas a fondo imágenes <strong>de</strong>l cerebro<br />
obtenidas por resonancia magnética funcional cuando la persona se encontraba en<br />
actividad. Ello dio lugar que otros científicos se empeñaran en investigaciones<br />
similares y por ello los diarios especializados brasileños divulgaron los experimentos<br />
por ellos a<strong>de</strong>lantados. Entonces Moll llegó a la conclusión <strong>de</strong> que “el lóbulo frontal <strong>de</strong>l<br />
cerebro, se<strong>de</strong> por excelencia <strong>de</strong> las funciones ejecutivas según las más respetables<br />
teorías vigentes, y que lo mantenían comprometido en la solución <strong>de</strong> problemas<br />
difíciles y complejos por medio <strong>de</strong>l razonamiento lógico, también está involucrado en<br />
las tareas más sencillas y rutinarias. Aquello que en ese lóbulo pue<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarse<br />
como nuestro cerebro moral es a <strong>de</strong>cir verdad un censor que está activo todo el tiempo,<br />
incansable involucrado en las elecciones más comunes. A<strong>de</strong>más, la capacidad <strong>de</strong><br />
almacenar un gran repertorio <strong>de</strong> situaciones y percibirlas en sus múltiples<br />
interconexiones permitiría a ese cerebro moral, entre otras cosas, anticipar que<br />
caminos tomar antes <strong>de</strong> actuar.”<br />
Esta investigación respecto <strong>de</strong> la observación <strong>de</strong>l cerebro humano en actividad leído a<br />
través <strong>de</strong> la resonancia magnética funcional preten<strong>de</strong> establecer “la correspon<strong>de</strong>ncia<br />
fisiológica en las neuronas <strong>de</strong> los actos <strong>de</strong>l lenguaje, movimientos, juicios morales,<br />
emociones, sentimientos, comportamientos sociales, etc., llevados a cabo por personas<br />
saludables.” A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> lo anterior, estas investigaciones están contribuyendo para que<br />
a través <strong>de</strong> tratamientos clínicos se puedan tratar enfermeda<strong>de</strong>s neurológicas.<br />
Jorge Moll llegó a las siguientes conclusiones:<br />
a) Existe correspon<strong>de</strong>ncia entre diversas zonas cerebrales mayoritariamente frontales<br />
y temporales que intervienen activándose ante circunstancias que exigen un juicio<br />
moral o una reflexión ética.<br />
b) La observación <strong>de</strong> dicha correspon<strong>de</strong>ncia es posible, gracias a estudios <strong>de</strong><br />
resonancia magnética funcional mediante las cuales se ha i<strong>de</strong>ntificado actividad <strong>de</strong>l<br />
sistema límbico como proceso emocional que afecta asociativamente con los juicios<br />
razonables, las resoluciones morales pertinentes.<br />
c) Es pertinente diferenciar conceptualmente en términos <strong>de</strong> manejo mental la<br />
cognición y la emoción, procesos que anatómicamente están separados pero actúan en<br />
5 Visiones Íntimas <strong>de</strong>l Cerebro. Edición impresa 126. Agosto <strong>de</strong> 2.006. Google<br />
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términos asociativos. La cognición hace referencia a procesos racionales explícitos<br />
mientras que la emoción se trata <strong>de</strong> procesos mentales implícitos.<br />
d) La lectura establece en sus últimas partes, que <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> la cultura y el<br />
contexto, así mismo se flexibiliza la asociación <strong>de</strong> ciertos lazos entre conceptos sociales<br />
compartidos y acciones.<br />
Un joven psicólogo colombiano 6 al preguntarle sobre su percepción <strong>de</strong> las<br />
implicaciones <strong>de</strong> las neurociencias en el ejercicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho me respondió:<br />
“Psicología y neuroanatomía o neurofisiología llevan un largo historial <strong>de</strong> interacción<br />
por razones naturales y los aportes <strong>de</strong> las dos ciencias son alimentados cada vez más<br />
en función <strong>de</strong> la comprensión <strong>de</strong> la actividad humana y su adaptación al ambiente.<br />
Pero la relación <strong>de</strong> las neurociencias y el <strong>de</strong>recho ha <strong>de</strong> evaluarse en términos <strong>de</strong> las<br />
implicaciones éticas <strong>de</strong>rivadas: el <strong>de</strong>recho como ciencia jurídica se esfuerza por hacer<br />
cumplir los principios morales <strong>de</strong> una sociedad mediante el a<strong>de</strong>cuado ejercicio<br />
reflexivo-lógico-situacional que resulta <strong>de</strong> la emisión <strong>de</strong> juicios <strong>de</strong> valor que sugieren<br />
<strong>de</strong>terminado curso y control conductal. Es <strong>de</strong>cir, para realizar un juicio jurídico no<br />
solo <strong>de</strong>ben consi<strong>de</strong>rarse afectaciones estructurales <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong>l daño cráneo<br />
encefálico o <strong>de</strong> regiones afectadas por obstaculización circulatoria o en general por<br />
daños tisulares en ciertas regiones cerebrales. Una <strong>de</strong>cisión jurídica, que <strong>de</strong>see hacer<br />
uso <strong>de</strong> los aportes <strong>de</strong> exámenes neurocientíficos, <strong>de</strong>be contemplar en un mecanismo<br />
<strong>de</strong>l sistema nervioso central normal (saludable), la posibilidad <strong>de</strong> un funcionamiento<br />
fuera <strong>de</strong> las normas sociales, es <strong>de</strong>cir, personas que mientras sus estructuras<br />
neuronales son normales, procesan información en forma alterada. Un ejercicio<br />
neuropsicológico es entonces la herramienta <strong>de</strong> la cual <strong>de</strong>bería apropiarse el abogado<br />
para <strong>de</strong>finir su condición <strong>de</strong> analista <strong>de</strong> la conducta inapropiada <strong>de</strong>l individuo<br />
acusado, para que su evaluación contemple la relación contingente entre el contexto y<br />
la persona cuyo cerebro no es simplemente un aparato <strong>de</strong>l cuerpo sino un sistema <strong>de</strong><br />
procesamiento <strong>de</strong> la información que si bien pue<strong>de</strong> ser afectado por alteraciones<br />
estructurales, estas no son siempre causa <strong>de</strong> un comportamiento inadaptativo”.<br />
Concordamos con esta apreciación psicológica en el sentido <strong>de</strong> que la relación <strong>de</strong> las<br />
neurociencias con el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong>be mantenerse y afirmarse en tanto se utilicen<br />
conclusiones que preserven el contenido ético y moral <strong>de</strong> la conducta humana y los<br />
<strong>de</strong>scubrimientos científicos sobre la exploración <strong>de</strong> la mente han <strong>de</strong> ser orientados para<br />
preservar los valores y fines <strong>de</strong> la humanidad.<br />
Se <strong>de</strong>staca, por lo tanto, como un hecho cierto, el <strong>de</strong> las indudables relaciones que se<br />
han establecido <strong>de</strong> manera permanente entre el <strong>de</strong>recho, la moral y las neurociencias, al<br />
llegar a claras conclusiones sobre la manifestación <strong>de</strong> la conducta humana cuando se<br />
alteran sus faculta<strong>de</strong>s volitivas y cognitivas por la presencia <strong>de</strong> fuerzas extrañas que<br />
inci<strong>de</strong>n en su <strong>de</strong>liberación libre para sustraerlo <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong> la responsabilidad jurídica<br />
por las influencias en su sistema nervioso central por alteraciones, o variaciones<br />
estructurales o <strong>de</strong> carácter funcional. En oposición a la conducta libre <strong>de</strong> atavismos,<br />
don<strong>de</strong> impera frente a la norma jurídica <strong>de</strong> manera concluyente, la responsabilidad civil,<br />
penal, laboral, tributaria, administrativa, esto es, en las diferentes vertientes <strong>de</strong> la norma<br />
jurídica, cuando ante circunstancias <strong>de</strong> plena normalidad biológica y buena salud <strong>de</strong> las<br />
personas intervinientes en los procesos judiciales, hace pleno ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos.<br />
6 Juan José Torrente R. Entrevista Bogotá, Septiembre <strong>de</strong> 2.012<br />
8
El progresivo conocimiento <strong>de</strong>l funcionamiento <strong>de</strong>l cerebro, <strong>de</strong> los centros nerviosos<br />
constitutivos <strong>de</strong>l encéfalo, la corteza cerebral, las neuronas y sus mensajes a través <strong>de</strong><br />
sus conexiones o sinapsis, las sustancias neurotransmisores responsables <strong>de</strong> la<br />
excitación o inhibición <strong>de</strong> las células nerviosas y musculares, 7 sus diferentes áreas<br />
encargadas <strong>de</strong>l movimiento corporal, <strong>de</strong>l habla, <strong>de</strong> la visión, <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s auditivas,<br />
<strong>de</strong> las sensaciones, etc., sus dos gran<strong>de</strong>s re<strong>de</strong>s: la <strong>de</strong>l “don<strong>de</strong>” y la <strong>de</strong>l “que”, la<br />
memoria en sus múltiples formas, sin la cual no sería posible el aprendizaje “ni los<br />
organismos modificarían su conducta como consecuencia <strong>de</strong> la experiencia<br />
pasada,”los cambios que se advierten en las neuronas con el fantástico tránsito y<br />
almacenamiento <strong>de</strong> los recuerdos, los fundamentos <strong>de</strong> la ira, el dolor, el placer y el<br />
asombro <strong>de</strong> la formación <strong>de</strong>l pensamiento, <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as, la luz <strong>de</strong> la<br />
conciencia, razones claras <strong>de</strong> la explosión en los últimos treinta años, a raíz <strong>de</strong> “los<br />
estudios experimentales <strong>de</strong> la neurociencia afectiva orientados a conocer los sistemas<br />
cerebrales que subyacen a las emociones.”<br />
El ingreso al cerebro <strong>de</strong> las manifestaciones sensoriales a la gran estación <strong>de</strong>l tálamo y<br />
la bifurcación en dos circuitos uno hacia el área <strong>de</strong>l pensamiento y el otro hacia el<br />
nacimiento <strong>de</strong> las emociones, son <strong>de</strong>mostraciones evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l extraordinario avance<br />
en este sentido y <strong>de</strong>l futuro hacia el que se proyecta la humanidad para tener<br />
certidumbre <strong>de</strong> si misma<br />
Des<strong>de</strong> hace dos décadas se viene utilizando exitosamente la resonancia magnética<br />
funcional proporcionando información sobre la actividad cerebral que acompaña a las<br />
funciones psíquicas. En fin, las neuro imágenes han contribuido positivamente a la<br />
creciente expansión <strong>de</strong>l conocimiento <strong>de</strong>l cerebro y han sido apoyo fundamental <strong>de</strong>l<br />
éxito logrado en las investigaciones para establecer las relaciones <strong>de</strong> las neurociencias<br />
con el <strong>de</strong>recho y la moral.<br />
Sintetizamos el influjo <strong>de</strong> las neurociencias en el <strong>de</strong>recho así: a) un paciente pue<strong>de</strong><br />
presentar un cuadro <strong>de</strong> normalidad en sus funciones cerebrales, pero físicamente pue<strong>de</strong><br />
estar impedido en sus movimientos motores a causa <strong>de</strong> un acci<strong>de</strong>nte y estar parapléjico.<br />
b) un paciente pue<strong>de</strong> haber sufrido alteraciones mentales que lo pue<strong>de</strong>n llevar a un<br />
grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>mencia, o <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s convulsivas como la epilepsia por la presencia <strong>de</strong><br />
infecciones o que se advierta la existencia <strong>de</strong> tumores cerebrales o que haya sido<br />
víctima <strong>de</strong> infartos cerebrales o <strong>de</strong> hematomas cerebrales, como producto <strong>de</strong> un golpe y<br />
sin embargo, su comportamiento social sea aparentemente el <strong>de</strong> una persona normal o<br />
aún con <strong>de</strong>sarreglos psiquiátricos en su conducta.<br />
Sería preciso <strong>de</strong>terminar si los anteriores episodios pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jar en el paciente una<br />
lesión neurológica reversible o irreversible y entonces establecer las consecuencias que<br />
sus actos puedan trascen<strong>de</strong>r en la esfera <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho.<br />
En el primer caso, las personas afectadas en sus funciones motrices pero que pue<strong>de</strong>n<br />
expresar su voluntad libremente y su grado <strong>de</strong> conciencia no <strong>de</strong>je dudas <strong>de</strong> su<br />
pensamiento, bien pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse que están en el pleno ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos y<br />
por lo tanto son sujetos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y obligaciones. Si los daños producidos en el<br />
cerebro, luego <strong>de</strong>l tratamiento clínico o quirúrgico, no <strong>de</strong>jan alteraciones en su<br />
7 Breve Historia <strong>de</strong>l Cerebro. Julio González Álvarez. Editorial Crítica. Barcelona. Primera Edición.<br />
Septiembre <strong>de</strong> 2.010<br />
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comportamiento, también pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse en el pleno ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos. Pero<br />
si el daño es irreversible, solamente tendrá la capacidad <strong>de</strong> goce <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos pero no<br />
su ejercicio.<br />
Conclusión<br />
Importante, entonces <strong>de</strong>ducir el rol <strong>de</strong> las funciones cerebrales superiores como las<br />
capacida<strong>de</strong>s que ponen en juego la integridad <strong>de</strong> un sistema <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> la<br />
información perceptual resultante <strong>de</strong> una impresión material hecha en los sentidos,<br />
como lo afirmara Roberto Rodríguez Rey, 8 puesto que tales funciones se adquieren y se<br />
<strong>de</strong>sarrollan a través <strong>de</strong> la interacción social. Es entonces fundamental enten<strong>de</strong>r por parte<br />
<strong>de</strong>l operador judicial o <strong>de</strong>l profesional <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho, los aspectos que influyen en la<br />
conducta humana por el aporte <strong>de</strong> las neurociencias y <strong>de</strong>ducir la presunta<br />
responsabilidad o la liberación <strong>de</strong> ella según las particulares circunstancias que ro<strong>de</strong>en a<br />
la persona <strong>de</strong> que se trate <strong>de</strong> analizar.<br />
Son los propios investigadores, como hemos dado cuenta, quienes afirman que están<br />
aún inmersos en un proceso, auscultando y revisando tesis, renovando conceptos y por<br />
ello, no obstante los monumentales logros alcanzados, no se atreven a hacer<br />
afirmaciones categóricas sobre la influencia <strong>de</strong> la neurociencia en el <strong>de</strong>recho y la<br />
moral.; en tal sentido y dirección han <strong>de</strong>jado unos importantes testimonios a manera <strong>de</strong><br />
supuestos con un elevadísimo porcentaje <strong>de</strong> credibilidad, como los que hemos expuesto<br />
en esta monografía, los cuales son y serán en el inmediato futuro, elementos con los que<br />
el jurista, el Juez, el académico, el profesor universitario, seguirán en su procelosa<br />
investigación en pos <strong>de</strong> la verdad <strong>de</strong> los hechos y <strong>de</strong> las circunstancias y patologías que<br />
le dan entorno al sujeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho, en el afán trascen<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> contar con el apoyo<br />
científico para esclarecer las dudas contemporáneas sobre la inusitada y maravillosa<br />
influencia <strong>de</strong> la neurociencia en la conducta <strong>de</strong>l hombre. En este aspecto, aún no se ha<br />
dicho la última palabra.<br />
Si bien se ha expandido el conocimiento <strong>de</strong>l cerebro humano y <strong>de</strong> sus funciones<br />
capitales notablemente y el universo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho se ha nutrido con los aportes <strong>de</strong> la<br />
neurociencia, falta mucho camino por recorrer, pero lenta y seguramente la norma<br />
jurídica recoge el resultado <strong>de</strong> las últimas investigaciones para hacer claridad en el<br />
maravilloso escenario <strong>de</strong> la impre<strong>de</strong>cible conducta humana.<br />
Cesáreo Rocha Ochoa<br />
Aca<strong>de</strong>mia Colombiana <strong>de</strong> Jurispru<strong>de</strong>ncia<br />
Bogotá, Septiembre <strong>de</strong> 2.012<br />
Reconocimiento: Al Dr. Jorge Humberto Aristizabal, neurocirujano <strong>de</strong> la Fundación<br />
Cardio Infantil, miembro <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong> Neurológico <strong>de</strong> Colombia, docente <strong>de</strong> la Facultad<br />
<strong>de</strong> Medicina <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong>l Bosque y egresado <strong>de</strong> la Universidad Javeriana en<br />
Bogotá.<br />
8 Roberto Rodríguez Rey. Profesor <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> Neurología <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Medicina <strong>de</strong> la<br />
Universidad Nacional <strong>de</strong> Tucumán, República Argentina. Google. Septiembre <strong>de</strong> 2.012<br />
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[1] <strong>Derecho</strong> Civil-Arturo Valencia Zea. Editorial Temis, 1.957. Bogotá<br />
[2] <strong>Derecho</strong> y Neurociencia. Miguel Capó, Marcos Nadal, Carlos Ramos, Atahualpa<br />
Fernán<strong>de</strong>z, Camilo José Cela Con<strong>de</strong>. Universidad <strong>de</strong> Barcelona, España. Tomado <strong>de</strong><br />
Google, por Internet, Sept. <strong>de</strong> 2.012<br />
[3] Avances en <strong>Neurociencias</strong> y responsabilidad jurídico-penal. Bernardo Feijoo<br />
Sánchez.Universidad Autónoma <strong>de</strong> Madrid. Abril <strong>de</strong> 2.011. Tomado <strong>de</strong> Google, por<br />
Internet.<br />
[4] <strong>Derecho</strong> y Neurociencia-Atahualpa Fernán<strong>de</strong>z. Dr. en Filosofía Jurídica, Moral y<br />
Política <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Barcelona, en Teoría Social ética y economía <strong>de</strong> la<br />
Universidad Pompeau Fabra y en Ciencias Jurídico Civilísticas <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />
Coimbra. Tomado <strong>de</strong> Google, por Internet.<br />
[5] Visiones íntimas <strong>de</strong>l cerebro. Edición impresa 126, <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2.006, tomado <strong>de</strong><br />
Google. Internet.<br />
[6] Juan José Torrente R. Bogotá, Septiembre <strong>de</strong> 2.012<br />
[7] Breve historia <strong>de</strong>l cerebro. Julio González Álvarez, Editorial Crítica. Barcelona.<br />
Primera edición, Septiembre <strong>de</strong> 2.010.<br />
[8] Roberto Rodríguez Rey. Profesor <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> neurología <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong><br />
Medicina <strong>de</strong> la Universidad Nacional <strong>de</strong> Tucumán, República Argentina. Tomado <strong>de</strong><br />
Internet, <strong>de</strong> Google.<br />
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