Descargar Revista Colonia 2009 - Municipalidad de Morón

Los participantes de los Consejos de Niñas y Niños
pusieron la mirada en la educación vial y el cuidado
del medio ambiente con señales callejeras. Buscaron
que niños y adultos recuerden cómo deben comportarse,
pensando no sólo en ellos mismos, sino también
en aquellos con quienes comparten la ciudad.
Estos Consejos fueron creados hace cinco años
como un espacio de participación para que los
pequeños ciudadanos expresen qué ciudad desean,
y sean protagonistas de la misma, defendiendo
sus derechos como niños y niñas.
Cada una de las siete Unidades de Gestión Comunitaria
(UGC) es el punto de referencia y reunión todos
los meses. Se tratan temas relacionados con el
barrio y el uso de plazas, la vía pública y otros
espacios.
En los encuentros se ofrece un lugar para la reflexión
donde todos puedan expresarse, respetando
la tolerancia y el pensamiento de los demás.
Hace dos años, representantes de los Consejos
de Niños y Niñas participaron del campamento
realizado en Uruguay, que contó con la presencia
de chicos y chicas de varios países.
Llegó la tarde de la búsqueda del tesoro. Participaban
todos los grupos: “Los Emos en camiseta”,
“Los Lindos más Feos de Morón”, “Las
Batatas africanas sin pelar” y mi grupo “Bob es
Ponja pero dice Yes”. Lo interesante de esta
búsqueda era que no sabíamos obviamente
dónde estaba el tesoro, pero además no sabíamos
cuál era.
Teníamos un par de horas para encontrarlo.
Entonces nos sentamos en rueda para deliberar
acerca de los primeros pasos. A mi izquierda
estaba Carlitos Visión Súper X. No le decíamos
así por ningún poder en especial, sino
porque siempre veía cosas que a nosotros se
nos pasaban por alto. A su lado el Negro
Pedutto, de cuya capacidad para hablar pavadas
siempre sacábamos alguna idea. Al lado del
negro, Julito, el Colorado, que no tenía ninguna
característica en especial, salvo una gran voluntad
para llevar adelante los proyectos. Por
último yo, el ñato Wally (no voy a aclarar por
qué me decían el ñato, pero ya lo imaginarán),
que más que ayuda, era un pelotazo en contra
por mi distracción. Si bien era difícil encontrar
el tesoro por la cantidad de equipos
que se disputaban la posibilidad,
al menos sabíamos que si
nos proponíamos trabajar en
equipo tendríamos más chances.
Tratamos de complementar
nuestras habilidades como si fuésemos
una cuadrilla de investigación.
Julito, como si fuera un detective, organizó
entonces una búsqueda milimétrica y
demarcó un perímetro en la tierra con un palo
dentro del cual se realizaría el rastrillaje. Yo
pregunté qué tarea me tocaba a mí, y como
mis amigos son muy buenos y habíamos acordado
trabajar en equipo me dijeron que me
sentara donde quisiera y que los tuviera al tanto
de cualquier movimiento extraño dentro de
la zona ocupada.
Carlitos metió la cabeza en todos los huecos de
los árboles con sus ojos sensibles a la oscuridad.
El Negro y Julito revisaron la zona de vestuarios.
Yo me senté en una silla que estaba
contra la pared, y me quedé
acariciando al gato del club que había saltado
encima de mi falda. Todavía no sabíamos
ni siquiera cuál era el tesoro escondido
cuando llegamos a las dos horas, pero sin embargo
lo encontramos.
¿Quién de nosotros
creés que lo encontró?
La respuesta:
10
¿Querés ser el protagonista de tu ciudad?
Si sos mayor de 10 años, te invitamos a participar del Consejo de Niñas y Niños.
Dirección de Educación. Tel.: 4628-8846
Cuando volvimos al punto de encuentro con el resto de los equipos, Carlitos tenía una gorra de tres colores en
las manos, El Negro había encontrado una media sucia tirada en el vestuario y Julito volvía con un papel doblado
en cuatro que tenía dibujado un tablero de damas. Pero ninguno de esos hallazgos nos conformaban. De
pronto los profesores nos abrazaron y nos llenaron de felicitaciones. Yo, sin darme cuenta, todavía tenía al gato
“tesoro”, mascota de los profes, en los brazos. Sin querer, casi de distraído que soy, había encontrado el “Tesoro”
escondido.
Carlitos me dijo: “Viste, Ñato, hasta al mejor cazador se le escapa la liebre, por eso en un equipo, todos son importantes”.
“Querrás decir, se le escapa el gato”, corrigió Julito. Y todos se rieron.
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