01.11.2014 Views

Manual Urgente para Radialistas Apasionados y Apasionadas

Manual Urgente para Radialistas Apasionados y Apasionadas

Manual Urgente para Radialistas Apasionados y Apasionadas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Ensayemos frases estridentes, desorbitadas, sacadas de quicio. Y que el lenguaje ponderado y<br />

puntilloso quede <strong>para</strong> abogados y toda la gama de tinterillos.<br />

Refranes<br />

Llegamos al cofre más conocido y codiciado de la sabiduría popular. Quien lo encuentra, quien lo<br />

abre y adorna su lenguaje con las joyas que guarda, dispondrá de un recurso brillante <strong>para</strong> hablar<br />

bonito y convencer facilito. Más vale un refrán que cien razones, dice el refranero sobre sí mismo. Y<br />

es cierto. Si usted quiere zanjar una discusión, encaje el refrán apropiado en el momento apropiado. Y<br />

sanseacabó. Si usted quiere hacer callar al que está hablando indiscreciones, dígaselo así: recuerda<br />

que en boca cerrada no entran moscas. Tal sentencia resultará más persuasiva que cualquier otra<br />

indicación o regaño.<br />

Una gran mayoría de refranes, por su misma extracción popular, se construyen con imágenes y<br />

com<strong>para</strong>ciones bien concretas:<br />

Advertencia al haragán:<br />

camarón que se duerme se lo lleva la corriente<br />

Advertencia al soberbio:<br />

¡elévate, pollo, que mañana te guisan!<br />

Advertencia al idealista:<br />

más vale un toma que dos te daré<br />

Los refranes concentran la sabiduría y la experiencia acumulada durante años y transmitida de padres<br />

a hijos y nietos. Pero también, a fuerza de un realismo desengañado, reflejan actitudes discriminatorias.<br />

Nos preocupan, fundamentalmente, tres: la de los hombres frente a las mujeres (la mejor mujer es<br />

la muda), la de los ricos frente a los pobres (unos nacen con estrella y otros estrellados), la de los<br />

blancos frente a otras razas (blanco corriendo es atleta, negro corriendo es ladrón).<br />

No invoquemos la simpatía de nuestro lenguaje <strong>para</strong> reforzar estos prejuicios sociales. Más bien, con<br />

un poco de astucia, podemos voltear los refranes humillantes o fatalistas y hacerlos jugar a nuestro<br />

favor. De tal palo tal astilla se emplea <strong>para</strong> censurar al hijo que es tan vago como su padre. Podemos<br />

suplantar esta idea y decir de tal macho tal machito <strong>para</strong> cuestionar el desinterés de los varones<br />

—también de imitación paterna— en las tareas domésticas.<br />

Podemos cambiar un refrán y también inventarlo. No es tan difícil como parece, una vez descubierta la<br />

bisagra, su estructura doble y contrastada. ¿Qué quiere decir usted? ¿Que un locutor debe ser alegre<br />

<strong>para</strong> conservar su puesto? Invente su refrán: mejor reír ante el micrófono que llorar frente el director.<br />

Narraciones<br />

¿Quiere <strong>para</strong>r de inmediato las orejas del público? Comience así su programa: ¿No se han enterado<br />

aún de lo que le pasó a María Emilia ayer cuando salió de su casa? Aunque nadie conozca a la tal<br />

María Emilia ni sepa dónde vive, todos estarán interesados en averiguarlo.<br />

Así somos, ¿<strong>para</strong> qué negarlo? Nos atraen las vidas ajenas tanto como la nuestra. Nos gusta escuchar<br />

historias, aventuras, anécdotas, cosas que han pasado, reales o ficticias. Nos encanta oír cuentos (y<br />

vivir del cuento, si fuera posible). Nos cautivan las narraciones.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!