La Literatura Venezolana del Siglo XIX

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Es allí donde a crítica literaria establece de manera efectiva sus funciones, y
manifiesta en forma reflexiva y crítica esas nuevas búsquedas hacia las cuales el país se
iba enrumbando. Al mismo tiempo establece los nexos que se van dando entre los
intelectuales, los creadores en cada una de las distintas etapas por las que atraviesa la
construcción de la nación venezolana. En ese sentido el periodismo se establece como
el principal vehículo de difusión de ideas, y la ensayística, el molde que va a dar forma a
la expresión de esas ideas. A todo lo largo del siglo XIX, periodismo y ensayística
conforman un binomio, y producto de esa alianza son las orientaciones que en el orden
político, histórico, económico, ideológico se ponen en contacto. Por su puesto la
reflexión sobre la cultura y específicamente sobre las expresiones del arte y la literatura
van adquiriendo una personalidad relativamente autónoma. Esto repercutió en una
práctica discursiva constante que involucró dialécticamente la prédica ideológica y la
creación literaria. Son estas premisas forma y contenido de un nuevo hacer que se va a
canalizar hacia un género abierto híbrido, que es como se construye nuestra crítica
literaria de fundación.
Tal género posibilitó el establecimiento de vínculos entre aquella literatura y el
país, cuyo objetivo principal era la fijación categórica de lo nacional, partiendo de sus
elementos particulares, y que al mismo tiempo buscaba su inserción en un contexto de
aperturas hacia otros países. Es importante entonces organizar los repertorios bibliohemerográficos
venezolanos que funcionan como fuentes documentales y estudios
críticos de aquel período, cuya riqueza expresiva reclama una aproximación sistemática
para propiciar la comprensión global de los discursos reflexivos e historiográficos que
permitan acercarnos al periodo estudiado con un sentido de amplitud, de exhaustividad.
Nuestro enfoque va dirigido a establecer las significaciones de los discursos reflexivos
sobre la literatura venezolana, que parten desde el inicio del período republicano y que
se extienden, ganando amplitud y complejidad a lo largo de todo el siglo XIX.
Para lograr este objetivo es necesario organizar un registro minucioso, que pase
por la constitución del corpus, su sistematización y su valoración. Obviamente, debemos
reconocer los aportes de empresas anteriores que han intentado organizar la
información, dar cuenta de las transformaciones discursivas. Esto se encuentra en la
variedad y riqueza de muchos textos fundamentales y fundadores, tales como Fuentes
para el estudio de la literatura Venezolana (1978), de Horacio Jorge Becco; Ensayo de un
repertorio bibliográfico venezolano (1979), de Ángel Raúl Villasana, y Bibliografía de la crítica
literaria venezolana 1847-1977 (1982), de Roberto Lovera De Sola, entre otros.
Pero lo que específicamente se propone este trabajo es apropiarse de un corpus
que sistematice las fuentes relativas a la literatura, a sus diversas formas de expresión y
principalmente, muestre los modos de valoración que se desarrollaron desde el
momento mismo en que esa literatura comenzó a divulgarse, hasta las aproximaciones