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Pásame Otro ladrillo - Ptr. Arturo Quintero

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50 / Pásame otro <strong>ladrillo</strong><br />

Como vimos en el capítulo 1, aquí fue donde Nehemías<br />

cambió de ocupación. Ya no era el copero. Ahora era el ingeniero<br />

civil, el constructor principal.<br />

Llegué, pues, a Jerusalén, y después de estar allí tres días<br />

(2:11).<br />

¿Qué era lo que estaba haciendo Nehemías? No lo sabemos.<br />

Pero, a juzgar por el registro anterior de lo que él había hecho,<br />

había vuelto probablemente a la presencia de Dios para buscar<br />

posterior dirección.<br />

CUATRO PRINCIPIOS SOBRE LA PREPARACION<br />

Nehemías se estaba preparando para una dura tarea, pero<br />

tenía la cabeza bien puesta. El relato sobre su preparación revela<br />

lo que yo considero como cuatro principios intemporales<br />

para comenzar el camino de Dios.<br />

1. El cambio de corazón es asunto de Dios. No intente usted<br />

de cambiar a las personas para que se adapten a sus especificaciones.<br />

Repito, no lo intente. No intente manipular a los individuos,<br />

ni hacer juegos, ni planificar esquemas, trucos o engaños<br />

con ellos. En vez de eso, ¡hable con Dios con respecto a<br />

ellos! Tal vez usted tenga un cónyuge que simplemente es<br />

terco, ¡y esta misma mañana le dijo que no tiene planes de<br />

cambiar! Deje a Dios que se encargue de la terquedad de su<br />

cónyuge.<br />

Tal vez usted esté trabajando con alguien que es injusto e<br />

inflexible, simplemente irrealista. ¿Cómo va a trabajar en esta<br />

situación? Usted ha tratado de poner en práctica toda clase de<br />

medios, pero no ha tenido éxito. Hable con Dios respecto a ese<br />

problema.<br />

¡Tal vez en los negocios o en la docencia usted conozca a<br />

personas que son criaturas imposibles! Dios dice: "Déjamelas<br />

a mí. Yo las cambiaré de un modo que jamás creerás posible.<br />

Ahora, no lo voy a hacer según tú itinerario. Yo lo haré en el<br />

momento que crea oportuno". Así que, hasta entonces, simplemente<br />

tranquilícese.<br />

Pero entretanto, ¡no dé la impresión de que es muy espiri-<br />

Preparación para una tarea difícil / 51<br />

tual! Cuando su cónyuge le mire y le pregunte: "¿Qué estás<br />

haciendo?" no le conteste con los párpados entrecerrados y<br />

con un tono almibarado: "Estoy orando por ti, mi amor, para<br />

que Dios cambie tu vida".<br />

¡ Eso es algo terrible!. Simplemente relájese; permita que<br />

Dios se encargue de eso. Luego, cuando se produzca el cambio,<br />

imagínese usted Quién recibirá toda la gloria.<br />

2. El orar y el esperar van de la mano. Usted nunca ha orado<br />

realmente mientras no haya aprendido a esperar, y a esperar<br />

con tranquilidad. Abandónese usted mismo en las manos<br />

de Dios; permita que Dios cambie el corazón del rey. Esto es<br />

duro; rompe la esencia de nuestra naturaleza humana. Pero<br />

permanezca usted firme. Abandone las soluciones fabricadas<br />

por usted y corra el riesgo de permitir que Dios se haga cargo<br />

del asunto.<br />

3. La fe no es un sinónimo de desorden ni un sustituto de la<br />

planificación cuidadosa. Las personas de fe necesitan tener<br />

mentes ordenadas. Los dirigentes como Nehemías piensan<br />

bien en los problemas con los que se enfrentan. Aunque las circunstancias<br />

sólo les permitan marchar a paso lento por ahora,<br />

uno puede estar seguro de que ya han pensado bien los siguientes<br />

doce pasos. ¿Por qué? Porque la fe alimenta la organización.<br />

Las dos cosas van juntas.<br />

Hace pocos años tuve la oportunidad de trabajar con un<br />

hombre de negocios. Esa fue una de las experiencias que más<br />

me han enseñado. Durante más de tres años, me reuní regularmente<br />

con un grupo de vendedores asociados con una gran corporación.<br />

En esos encuentros aprendí a pensar mucho más<br />

como piensan los hombres de negocios, y aprendí a apreciarlos.<br />

Casi todo lo que se les presenta a los hombres de negocios se<br />

les comunica en términos de hechos prácticos. Estos hechos<br />

constituyen el fundamento sobre el cual se basa la discusión<br />

posterior. De estos dedicados hombres cristianos de negocios<br />

aprendí que Dios hace honor al pensamiento ordenado. A El<br />

no le place cuando esperamos que El nos libre del dolor del<br />

fracaso, cuando ni siquiera hemos pensado en el costo del éxito.<br />

Por supuesto, El no quiere que fallemos en aquello a lo cual

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