La_Bole_96-24_Nov

Rompiendo el Silencio
La respuesta de la Delegación de Mined en Ometepe fue destituir a Manuel
Ortiz de su puesto de director y trasladarlo a una escuela de otra comunidad,
para que trabajara allí como docente. A pesar del traslado, el abusador
mantuvo el contacto con Estela. Se les seguía viendo juntos en las calles y en la
playa. Posteriormente ella contó que en ese tiempo él la presionaba para tener
relaciones sexuales y decía que él “se inyectaba” para evitar un embarazo.
Maternidad prematura
Manuel Ortiz, como lo hacen todos
los abusadores sexuales, manipulaba
emocionalmente a Estela. Siempre
se mostró cariñoso con ella, para que
la muchacha aceptara sus propuestas.
Se aprovechaba del natural deseo de
la adolescente de ser escuchada y
halagada. La impulsaba a confundir
el abuso con el amor.
Miedo, incertidumbre y vergüenza
fueron los sentimientos que experimentó
Estela al darse cuenta de que estaba
embarazada, con tan solo 13 años
y apenas empezando la secundaria. Sus
sueños y proyectos fueron interrumpidos
por una maternidad no deseada que
limita sus oportunidades de mejorar su vida.
Foto: La Boletina/ Moisés Matute
A pesar de haber sido abusada, muchas personas de la comunidad la
culpaban a ella y no reconocían la responsabilidad del profesor. “Alguna
gente no creía que se trataba del abuso sexual, los rumores en contra de la
niña y de la madre eran fuertes”, nos cuenta Yolidia Hernández, coordinadora
de REMO.
La denuncia
Por su parte, Isabel, gracias a su conocimiento sobre la importancia de apoyar
a niñas y adolescentes que viven abuso sexual, platicó con Estela, haciéndole
sentir que podía hablar con confianza. Entonces, la muchacha le reveló que
estaba embarazada. Isabel contactó a la madre de Estela.
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