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2ª ÉPOCA • NÚMERO <strong>93</strong> • 4 DE MARZO DE 2014<br />

INCLUYE<br />

ÍNTEGRO<br />

EL AS COLOR<br />

NÚMERO <strong>93</strong><br />

DEL 27<br />

DE FEBRERO<br />

DE 1973<br />

UN TIPO CAÑÓN


2 3<br />

4-13<br />

14-25<br />

26-37<br />

ROBERTO CARLOS<br />

Considerado el mejor lateral izquierdo del mundo, el<br />

internacional brasileño hizo historia en el Madrid.<br />

Por María Jesús Luengo<br />

EXPOSICIÓN DE FERNANDO ALONSO<br />

Estará en Madrid hasta el mes de mayo y refleja toda la<br />

historia del piloto asturiano, con 270 objetos.<br />

Por Jesús Balseiro<br />

CONNORS, EL TENISTA INCANSABLE<br />

Uno de los grandes tenistas de la historia, que odiaba<br />

más perder que lo que le gustaba ganar.<br />

Por Tomás de Cos<br />

78-142<br />

ÍNTEGRO, EL<br />

NÚMERO <strong>93</strong> DE<br />

AS COLOR DEL<br />

27 DE FEBRERO<br />

DE 1973<br />

EUSEBIO MARTÍN, SECRETARIO<br />

DEL COMITÉ NACIONAL DE<br />

ENTRENADORES: “Yo no consentiría<br />

entrenadores extranjeros más que<br />

en Primera División”.<br />

EL NUEVO ESTADIO DE BOCA JUNIORS,<br />

UNA OBRA ARQUITECTÓNICA COLOSAL.<br />

Se está construyendo para el<br />

Mundial de 1978.<br />

MATE A GRECIA. Continúa la<br />

escalada de España hacia el<br />

Mundial (Alemania, 1974).<br />

EN SEPTIEMBRE DE 1975, EL RAYO<br />

VOLVERÁ A SU CASA: el nuevo<br />

estadio de Vallecas tendrá un aforo<br />

de 27.000 espectadores, todos<br />

sentados.<br />

PRIMERA COPA MUNDIAL DE PARA-<br />

ESQUÍ EN SUIZA. Se celebrará en<br />

Flims entre el 11 y 18 de marzo.<br />

LA HAZAÑA DEL NARANJO DE BULNES.<br />

EL AS COLOR CLÁSICO SOLO ESTÁ<br />

DISPONIBLE EN KIOSKO Y MÁS<br />

CONSÍGUELO GRATIS:<br />

• Si eres suscriptor de AS, El País o<br />

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y Más.<br />

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ejemplar de AS, El País o Cinco Días.<br />

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38-45<br />

46--53<br />

54-77<br />

<br />

<br />

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<br />

<br />

<br />

PARALÍMPICOS DE INVIERNO<br />

Xavi Fernández competirá por Andorra en Sochi, a<br />

partir del próximo 7 de marzo.<br />

Por Álvaro de la Rosa y Juan Casáñez<br />

ESQUÍ DE TRAVESÍA: LA DUREZA ES ADICTIVA<br />

Es una de las prácticas más exigentes: muchos<br />

deportistas de élite lo usan como entrenamiento.<br />

Por Juan Casáñez y Álvaro de la Rosa<br />

PEDRO CIFUENTES<br />

El montañero conquense aspira a ser galardonado con<br />

el ‘Piolet d’Or’, después de dominar las Torres del Paine.<br />

Por Juan Ignacio Cantero y Alberto Val<br />

Editado por Diario AS<br />

Sociedad Limitada<br />

Presidente: José Luis Sainz<br />

Consejero delegado: Julio Alonso Peña<br />

Director: Alfredo Relaño<br />

Director adjunto: Alejandro Elortegui<br />

Director de AS.com: Luis Nieto<br />

Han realizado este número:<br />

Coordinación y edición:<br />

Miguel Ángel Vasco<br />

Diseño:<br />

Mariano Tovar y Laura Sánchez<br />

Infografía:<br />

Fernando Robato, Miguel Ángel Fernández y<br />

Sonia Mochón<br />

Fotografía: Archivo AS.<br />

Para cualquier duda, sugerencia o propuesta<br />

puedes escribir a<br />

ascolor@diarioas.es


4 5<br />

DOS<br />

EN<br />

ROBERTO CARLOS<br />

UNO


6 7<br />

Considerado como el mejor lateral izquierdo del mundo, Roberto Carlos hizo<br />

historia en sus once temporadas en el Real Madrid. Se caracterizaba por la<br />

potencia de su disparo y su velocidad, lo que le hacía desempeñarse como<br />

lateral y como extremo. Marcó el mejor gol de la historia de falta y ahora<br />

comienza su etapa como entrenador, siguiendo los principios de Del Bosque.<br />

MARÍA JESÚS LUENGO /<br />

Tengo dos jugadores en<br />

uno”. Así definió el hoy seleccionador<br />

español, Vicente del<br />

Bosque, a Roberto Carlos, con<br />

el que coincidió en el Real Madrid<br />

cuatro temporadas. El brasileño<br />

era el dueño de la banda izquierda<br />

y le permitía a Del Bosque dibujar<br />

un once en el que Roberto podía<br />

ser lateral y extremo.<br />

Roberto Carlos (Garça, Sao<br />

Paulo, 10 de abril de 1973) se llama<br />

así por el famoso cantante melódico<br />

brasileño que tanto gustaba<br />

a sus padres Óscar (atleta y futbolista)<br />

y Vera. A los 12 años, Roberto<br />

Carlos trabajaba en una fábrica<br />

de cuerdas llamada Torsao Cordeiro<br />

para colaborar en la economía<br />

familiar y en los ratos libres daba<br />

patadas al balón en un campo que<br />

había detrás de su casa. Entonces<br />

no podría imaginar que se convertiría<br />

en el mejor lateral izquierdo de<br />

la historia.<br />

Comenzó en el Club Atlético Juventus,<br />

donde jugaba como interior<br />

y extremo izquierdo. Al año siguiente,<br />

en el Flamenguinho, su técnico<br />

le colocó por primera vez como lateral.<br />

Y en 1986 llegó al Uniao Sao<br />

Joao, en Aranas, donde destacó en<br />

todas las categorías hasta que en<br />

19<strong>93</strong> el Palmeiras se hizo con sus<br />

servicios, allí coincidió con Rivaldo.<br />

Con esos dos jugadores por la<br />

banda izquierda el equipo brasileño<br />

se proclamó campeón de liga<br />

dos temporadas consecutivas. En<br />

1995 dio el salto a Europa, fichando<br />

por el Inter de Milán, equipo en<br />

el que sólo duró una temporada<br />

porque no entraba en los planes<br />

del entonces técnico Roy Hogdson.<br />

COMO UN<br />

PADRE.<br />

Roberto<br />

Carlos ha<br />

confesado<br />

abiertamente<br />

su<br />

predilección<br />

por Vicente<br />

del Bosque.<br />

Fabio Capello, que le había visto jugar<br />

en la Serie A y del que se hizo<br />

amigo en un famoso restaurante<br />

de Milán, le pidió a Lorenzo Sanz<br />

que le fichara para su proyecto.<br />

Aquella temporada 96-97 con el<br />

fichaje de Capello, el Real Madrid<br />

confeccionó un equipo histórico. El<br />

primero en llegar fue Pedja Mijatovic,<br />

por el que el Real Madrid pagó<br />

al Valencia el precio de su cláusula:<br />

1.284 millones de pesetas y un<br />

rencor histórico de los valencianistas<br />

hacia el montenegrino. Llegaron<br />

también Davor Suker (del Sevilla<br />

por 600 millones de pesetas),<br />

Seedorf (650 millones a la Sampdoria),<br />

Bodo Illgner (300 millones<br />

al Colonia), Carlos Secretario (250<br />

millones al Oporto) y Panucci (que<br />

llegó en el mercado invernal por<br />

660 millones al Milán). Fueron los<br />

cimientos de un equipo que ganó<br />

inmediatamente la Liga y al año siguiente<br />

la Séptima.<br />

Roberto Carlos llegó a Madrid<br />

un 10 de agosto de 1996 y lo primero<br />

que hizo fue comprarse un<br />

reproductor de compact disc en<br />

unos grandes almacenes y posar<br />

delante de la Cibeles para AS. Su<br />

imagen de entonces, pelo oscuro,<br />

camiseta larga y ancha, vaqueros<br />

y mocasines de borlas, cambió<br />

completamente con su famosa cabeza<br />

pelada, sus brillantes en las<br />

orejas y su gusto por la ropa de<br />

marca. El brasileño era un comple-<br />

PRIMER DÍA<br />

EN ESPAÑA.<br />

Roberto<br />

Carlos acaba<br />

de aterrizar<br />

en Madrid<br />

y antes de<br />

visitar la<br />

redacción de<br />

AS, posó en La<br />

Cibeles.


8 9<br />

to desconocido que<br />

pasó a convertirse, en<br />

palabras del propio Lorenzo<br />

Sanz, “en el fichaje más<br />

rentable de la historia del fútbol”.<br />

Costó 600 millones de las<br />

antiguas pesetas (3,6 millones<br />

de euros). Por ese precio, Roberto<br />

Carlos pasó 11 temporadas en<br />

el Real Madrid (514 partidos y 67<br />

goles), ganó tres Champions, cuatro<br />

Ligas, tres Supercopas de España,<br />

una Supercopa de Europa, y<br />

dos Intercontinentales. Ha sido el<br />

jugador extranjero que más partidos<br />

ha jugado con la camiseta del<br />

Real Madrid y llegó a ser uno de<br />

sus capitanes. Como madridista<br />

fue elegido segundo mejor jugador<br />

del mundo en la temporada 97-98<br />

y declarado el mejor lateral izquierdo<br />

de la historia. Paralelamente,<br />

triunfaba en la selección de Brasil<br />

con la que fue finalista<br />

del Mundial de<br />

Francia 1998 y campeón<br />

en 2002 en Corea y Japón.<br />

Aunque Mijatovic y Zidane fueron<br />

los auténticos protagonistas<br />

de la Séptima y la Novena Copas<br />

de Europa, Roberto Carlos tuvo<br />

mucha incidencia en esos dos éxitos.<br />

El gol de Mijatovic a la Juventus<br />

viene precedido de un rechace<br />

que el delantero recoge de un<br />

chut del brasileño. Y nadie olvida<br />

que el balón que Zidane convierte<br />

en gol en Glasgow procede de un<br />

pase, eso sí poco ortodoxo, de Roberto<br />

Carlos.<br />

De Roberto Carlos sorprendía,<br />

sobre todo, su físico.<br />

Con 1,68 m. de altura<br />

y 68 kg como peso<br />

ideal, los servicios médicos<br />

del Real Madrid mostraron<br />

siempre una gran<br />

admiración por las cualidades<br />

físicas del brasileño.<br />

Tenía un porcentaje<br />

de grasa corporal de<br />

6,9%, mientras que el<br />

habitual de un futbolista<br />

profesional está en torno<br />

al 8,8 % y el de una<br />

persona normal sobre el<br />

15%. Pero lo que más llamaba<br />

la atención eran<br />

sus muslos, con un perímetro de<br />

58,5cm (“mis muslos es la parte<br />

de mi cuerpo que más adoro”, decía<br />

el brasileño). Con esa fuerza<br />

CAPELLO.<br />

Con Fabio<br />

Capello en<br />

el banquillo<br />

llegó Roberto<br />

Carlos al<br />

Madrid.<br />

También se<br />

fue con el<br />

italiano como<br />

técnico.<br />

en el tren inferior,<br />

sus disparos llegaron<br />

a alcanzar una velocidad de<br />

150km/h (velocidad que se midió<br />

en un partido cuando jugaba en el<br />

Inter y se enfrentaba al Parma) y lograba<br />

un salto vertical de 66 cm.<br />

También sus brazos eran un prodigio<br />

de fuerza (9 y 16 kilos en el<br />

bíceps y tríceps derecho; 6 y 14<br />

kilos en el bíceps y tríceps izquierdo)<br />

que le permitían mandar el balón<br />

a 30 metros en los saques de<br />

banda. Pero si por algo destacaba,<br />

era por su velocidad. Llegó a hacer<br />

los 100 metros en 10,6 segundos<br />

y podría alcanzar velocidades medias<br />

de 34km/h en carrera.<br />

Tiene un amplio historial goleador,<br />

pero el mejor, sin duda, fue la<br />

bomba inteligente. Gol que marcó<br />

de falta directa a Francia. Fue el<br />

3 de junio de 1997 en un partido<br />

del Mundialito (actualmente Confecup)<br />

entre Francia y Brasil, en<br />

Lyon. Roberto Carlos marcó un gol<br />

imposible, calificado como el mejor<br />

gol de falta de la historia. Fue<br />

una parábola, en la que el balón<br />

supera la barrera por la derecha y<br />

cuando parecía que iba claramente<br />

fuera, cambió el efecto y entró<br />

rozando el palo de la portería. Barthez<br />

no pudo ni verlo, ya que, según<br />

la psicóloga Cathy Craig, que<br />

estudió aquel disparo “el sistema<br />

visual humano no está preparado<br />

para seguir el rastro de un objeto<br />

que gira a gran velocidad y que<br />

además describe un movimiento<br />

curvo”. La psicóloga invitó a varios<br />

futbolistas profesionales a que observaran<br />

un chut virtual de un balón<br />

a 600 revoluciones por minuto<br />

y ninguno predijo correctamente a<br />

dónde iría a parar. El efecto lateral<br />

produce una fuerza llamada magnus,<br />

que acelera la pelota en una<br />

dirección que nuestro cerebro es<br />

incapaz de procesar.<br />

Pero además de la doctora<br />

Craig, un grupo de científicos<br />

franceses de la Escuela Politécnica<br />

de París intentó explicar ‘la<br />

bomba inteligente’ de Roberto<br />

Carlos como el resultado de una


10 11<br />

LA ‘BOMBA INTELIGENTE’. Así se denominó al gol que<br />

marcó con Brasil a Francia (en la imagen) y que ha sido<br />

calificado como el mejor gol de falta de la historia.<br />

ecuación: la trayectoria de una esfera<br />

al girar con efecto forma una<br />

espiral como la concha de un caracol.<br />

En ese momento, todas las<br />

variables fueron las indicadas: la<br />

fuerza con que dio al balón, la distancia<br />

(35 metros), la velocidad, la<br />

colocación y hasta las cualidades<br />

del balón. Roberto Carlos lo explicaba<br />

de un modo más sencillo:<br />

“Doy seis pasos hacia atrás, una<br />

carrera en falso y arranco con todo<br />

mirando al centro del balón”. Tras<br />

aquel gol, le paraban por la calle<br />

para felicitarle y el brasileño, con<br />

mucho sentido del humor, les decía:<br />

“¿Usted lo vio? Porque no va<br />

a volver a verlo nunca más”.<br />

Un humor que siempre ha caracterizado<br />

al exmadridista. En<br />

una ocasión, firmó un autógrafo<br />

con la siguiente dedicatoria: “Con<br />

cariño. Ronaldo. R9”. Incontables<br />

son las anécdotas del brasileño<br />

en la comisaría de Pio XII de la<br />

capital madrileña, donde siempre<br />

que acudía a renovar su pasaporte<br />

se olvidaba algún papel, o las<br />

carcajadas que provocaba en las<br />

ruedas de prensa y que le impedían<br />

seguir con sus declaraciones.<br />

Se convirtió en un auténtico<br />

ídolo en el Real Madrid. No sólo<br />

por sus cualidades futbolísticas,<br />

sino también por su personalidad.<br />

Era capaz de estar casi una hora<br />

firmando autógrafos a los aficionados<br />

que se acercaban a la antigua<br />

Ciudad Deportiva. “Somos<br />

unos privilegiados y el tiempo que<br />

pasas aquí firmando, forma parte<br />

de nuestro horario de trabajo”, decía.<br />

En una ocasión, Roberto Carlos<br />

se presentó en las taquillas del<br />

Bernabéu a animar a la gente que<br />

estaba haciendo cola desde la<br />

noche anterior para comprar una<br />

entrada para el partido contra el<br />

Barcelona. Regalaba todo lo que<br />

le pedían, desde camisetas hasta<br />

las botas.<br />

Se casó con 19 años y varios<br />

matrimonios después tiene ocho<br />

hijos, de los que lleva tatuados<br />

sus nombres en los brazos. Los<br />

chicos en el izquierdo, las chicas<br />

en el derecho. Es un apasionado<br />

de los coches. Del Ford Scort<br />

Cabrio, que se compró con su primer<br />

sueldo, pasó al club del Ferrari<br />

en el Real Ma- drid. Las<br />

joyas son también<br />

su perdición.<br />

Suele llevar<br />

brillantes en<br />

las orejas, grandes<br />

relojes de oro y brazaletes.<br />

Y el logotipo de Versace<br />

no sólo predomina en su armario,<br />

todo el textil de su casa, cojines,<br />

alfombras, colchas son de la marca<br />

italiana.<br />

Pero su protagonismo en el<br />

Real Madrid se fue apagando y en<br />

2007, casualmente con Fabio Capello<br />

en el banquillo, Roberto Carlos<br />

puso fin a su etapa madridista.<br />

En enero de ese año, el Madrid<br />

había vendido a su amigo Ronaldo<br />

al Milán, señalado tras una derrota<br />

en Riazor, Beckham fue apartado<br />

del equipo durante una semana y<br />

obligado a entrenarse en solitario<br />

y Roberto también era el centro de<br />

las críticas por pertenecer a ese<br />

grupo de Galácticos ya pasados<br />

“Doy seis pasos hacia atrás, una<br />

carrera en falso y arranco con todo<br />

mirando al centro del balón”<br />

de forma. Además, no terminaba<br />

de llegar el acuerdo de su renovación<br />

con el presidente Ramón Calderón<br />

y su amigo Mijatovic. Roberto<br />

tomó la decisión de marcharse<br />

tras caer eliminados de la Champions<br />

con el Bayern de Múnich. A<br />

los 12 segundos del partido llegó<br />

un gol de Makaay generado por<br />

su banda y en ese mismo instante<br />

dio por cerrada su etapa madridista.<br />

Roberto Carlos se despidió del<br />

Bernabéu en la última jornada, en<br />

la que el Real Madrid ganó la Liga<br />

contra el Mallorca. La última imagen<br />

de Roberto Carlos como madridista<br />

fue envuelto en la bandera<br />

de Brasil y acompañado de sus<br />

hijos despidiéndose del Bernabéu.<br />

A pesar de no haber acabado su<br />

carrera vestido de blanco, como


12 13<br />

TROFEOS<br />

BLANCOS.<br />

Con el Madrid<br />

ganó tres<br />

Champions,<br />

cuatro<br />

Ligas, dos<br />

Intercontinentales,<br />

tres<br />

Supercopas de<br />

España y una<br />

de Europa.<br />

era su intención, Roberto Carlos<br />

nunca ha dicho una mala palabra<br />

del club. “Mi vida como jugador y<br />

como hombre es el Real Madrid”,<br />

dice de forma categórica. “Yo pondría<br />

un colchón en el Bernabéu y<br />

dormiría allí”, añade de forma descriptiva<br />

para explicar su pasión por<br />

el santuario madridista. Por eso,<br />

no era extraño que siendo ya jugador<br />

del Fenerbahçe o incluso<br />

del Anzhi se escapara en su día<br />

libre a Madrid donde se le podía<br />

ver, sobre todo, en el Asador Donostiarra,<br />

el restaurante de su amigo<br />

Don Pedro Ábrego.<br />

Del Madrid se fue al<br />

Fenerbahçe turco, equipo en el<br />

que estuvo dos años, para regresar<br />

después a su país tras la llamada<br />

del Corinthians. En su segunda<br />

temporada en el equipo<br />

brasileño rescindió su contrato<br />

porque recibió amenazas de un<br />

sector de la afición tras la eliminación<br />

de la Copa Libertadores.<br />

Justo un día después firmó con<br />

el Anzhi ruso un contrato de diez<br />

millones de euros por dos temporadas,<br />

un megaproyecto del magnate<br />

multimillonario Sulieman Kerimov.<br />

Kerimov se había hecho<br />

con el club en enero de 2011 y<br />

su primer golpe de efecto fue el<br />

fichaje del brasileño. Después llegarían<br />

Samuel Etoo, que pasó a<br />

convertirse en el jugador mejor<br />

pagado con una ficha de 20 millones<br />

de euros, y Guus Hiddink<br />

como entrenador. En esta época<br />

en el Anzhi, Roberto Carlos vivía<br />

y se entrenaba en Moscú, debido<br />

al conflicto armado en Daguestán<br />

y la falta de seguridad, y sólo se<br />

desplazaba a Majachkalá (un viaje<br />

de 2.000 km en avión) para disputar<br />

los partidos como locales en su<br />

estadio. Roberto Carlos puso fin a<br />

su carrera como jugador en marzo<br />

de 2012 y pasó a convertirse en<br />

mánager del equipo ruso. En la actualidad<br />

es entrenador del Sivasspor<br />

turco, su primera experiencia<br />

como técnico. “Soy más como Del<br />

Bosque. Intensidad pero a la vez<br />

alegría para entrenar. Cuando le<br />

pasa algo a un jugador estoy ahí,<br />

les intento facilitar la vida”, se define.<br />

Lógico. Roberto siempre ha<br />

confesado que su mejor época<br />

como futbolista fue con Vicente<br />

en el banquillo. “Del Bosque era<br />

mi padre”.<br />

GALÁCTICO.<br />

Aunque él<br />

no entraba<br />

en ese selecto<br />

club, Roberto<br />

Carlos<br />

coincidió con<br />

el Madrid de<br />

los Galácticos:<br />

Figo, Zidane,<br />

Ronaldo y<br />

Beckham.<br />

ADIÓS.<br />

Roberto<br />

Carlos se<br />

despidió<br />

del Madrid<br />

ganando una<br />

Liga. Con<br />

Brasil ganó el<br />

Mundial de<br />

2002. Ahora<br />

prueba como<br />

entrenador.


14 15<br />

EL DESVÁN DE UN CAMPEÓN<br />

La exposición de Fernando Alonso, que estará en Madrid hasta<br />

mayo, refleja toda la historia del asturiano con 270 objetos entre<br />

los que destacan los doce Fórmula 1 que ha pilotado.<br />

COMPAÑEROS. “Colecciono cascos<br />

de todos los rivales de la parrilla. Me<br />

faltan algunos, pero los tengo casi<br />

todos”, dice Fernando Alonso, que ha<br />

incorporado esos objetos a la muestra.


16 17<br />

LOS INICIOS.<br />

Lejos del<br />

glamour de<br />

la Fórmula<br />

1, Alonso se<br />

abría paso en<br />

el mundo del<br />

motor desde<br />

el karting con<br />

un saldo más<br />

que positivo<br />

en cada<br />

una de las<br />

categorías.<br />

JESÚS BALSEIRO /<br />

Cuando era un niño, soñaba<br />

con coches, con olor a<br />

gasolina, con viento en la cara,<br />

trofeos, abrazos con mis padres,<br />

sonrisas de mi hermana, con ahorros<br />

para poder seguir, con Ayrton<br />

Senna, con aprobar todo para continuar<br />

con mi sueño. Soñaba con<br />

que algún día pudiera alcanzar<br />

mis sueños”. Así comienza ‘Fernando<br />

Alonso Collection’, son las<br />

palabras elegidas por un piloto<br />

que partió desde Asturias para<br />

conquistar el mundo y ahora, tras<br />

12 temporadas en la Fórmula 1,<br />

quiere hacer balance y volver para<br />

contarlo en una exposición organizada<br />

por su fundación.<br />

En plena Plaza de Castilla, donde<br />

reinan las Torres KIO y se asoman<br />

los cuatro rascacielos de la<br />

antigua ciudad deportiva del Real<br />

Madrid, Fernando Alonso vigila la<br />

Castellana, imponente, desde lo<br />

alto del edificio del Canal de Isabel<br />

II. Sus cifras en España no tienen<br />

precedentes: 216 grandes<br />

premios disputados, 95 podios,<br />

32 victorias, 22 poles, 21 vueltas<br />

rápidas. 59.638 kilómetros a<br />

los mandos de un monoplaza de<br />

máxima categoría. Pero el viaje<br />

es intenso y empieza mucho antes.<br />

Lejos del glamour de la F-1,<br />

en circuitos que no están en Montecarlo,<br />

que no se llaman Spa o<br />

Monza, sin la fama de los títulos,<br />

sin la gloria de las leyendas. Kilómetro<br />

cero: Oviedo, 1983.<br />

Fue entonces cuando José Luis<br />

Alonso se empeñó en construir un<br />

kart para su hija mayor, Lorena,<br />

equipado con un bidón como depósito<br />

de gasolina y decorado con<br />

los colores y la publicidad de tabaco<br />

del McLaren MP4 de Niki<br />

Lauda y John Watson. A ella no le<br />

hizo mucha ilusión, pero sí a su<br />

hermano pequeño, que se inició<br />

COLECCIÓN<br />

DE TROFEOS.<br />

Los primeros<br />

títulos<br />

regionales y<br />

nacionales<br />

no tardaron<br />

en llegar. Fue<br />

en el año<br />

1996 cuando<br />

conquistó<br />

su primer<br />

mundial,<br />

como júnior.<br />

PRIMEROS<br />

MONOPLAZAS.<br />

Debutó en<br />

la Fórmula<br />

Nissan con<br />

seis victorias y<br />

continuó con<br />

las buenas<br />

cifras en la<br />

F-3000, donde<br />

finalizó la<br />

temporada<br />

tercero en la<br />

general.<br />

como aficionado precoz. Su madre<br />

hizo un mono con el mismo<br />

anunciante, que estaba acompañado<br />

por un casco austero. Los<br />

permisos estaban en regla: una<br />

licencia acreditaba que Fernando<br />

Alonso Díaz, de tres años, era conocedor<br />

de las normativas de FIA<br />

y RFEDA para manejar ese tipo de<br />

vehículos.<br />

Mezclando mucha diversión<br />

con algo de competición, Alonso<br />

dejaba de ser un niño demasiado<br />

rápido. Los monos dan fe de ello,<br />

cada vez más grandes, mientras<br />

el casco ganaba en detalles y sofisticación<br />

según coleccionaba<br />

trofeos regionales y nacionales:<br />

campeón infantil en 1988, subcampeón<br />

nacional en 1991 batallando<br />

por conseguir sponsors,<br />

campeón de España en 19<strong>93</strong> de<br />

la categoría 100cc cuando aún<br />

debía competir en cadete… Todo<br />

compaginado con los estudios,<br />

preparando los exámenes en el<br />

coche de camino al colegio.<br />

Era 1996 cuando conquistó su<br />

primer Mundial, como junior y con<br />

el número 14, pero su vitrina no<br />

iba a cerrar. Después se hizo con<br />

el campeonato de España e Italia<br />

en categoría Inter-A y se adjudicó<br />

el subcampeonato europeo<br />

de Fórmula A. Su paso por el karting<br />

terminó con un saldo más<br />

que positivo en todas las categorías,<br />

pero quería más y podía llegar<br />

más lejos.<br />

Eso es lo que debió ver en él<br />

Adrián Campos para brindarle la<br />

oportunidad de demostrar su valía<br />

en la Formula Nissan, en 1999.<br />

Aterrizó para lograr seis victorias<br />

con su primer monoplaza de verdad.<br />

El Coloni, que así se llamaba<br />

el chasis, se abre paso tras la colección<br />

de karts. Quien no se fije<br />

BUENA<br />

COMPAÑÍA.<br />

Alonso no<br />

estuvo solo<br />

el día de la<br />

presentación:<br />

acudieron<br />

Carlos Sainz,<br />

Pedro de la<br />

Rosa, Carlos<br />

Gracia y todos<br />

sus directores<br />

de equipo en<br />

la Fórmula 1.


18 19<br />

SALTO A LA<br />

ÉLITE. Con<br />

Renault se<br />

consolidó<br />

como uno<br />

de los<br />

protagonistas<br />

de la parrilla<br />

del Mundial<br />

durante<br />

cuatro<br />

intensas<br />

temporadas<br />

de éxito.<br />

mucho en los pequeños detalles<br />

no lo verá tan diferente de un F-1,<br />

lo que recuerda el valor y la trascendencia<br />

que tienen todas esas<br />

categorías inferiores que forjan a<br />

los pilotos jóvenes antes de dar<br />

el gran salto. Lo mismo sucede<br />

con el Lola B99/50 que un año<br />

después le permitió ser cuarto<br />

en el Campeonato Internacional<br />

de Fórmula 3000, con ese color<br />

verde pistacho tan característico.<br />

Aquel año fue tercero. Justo por<br />

delante de él otro viejo conocido:<br />

Mark Webber.<br />

Sin embargo, honestamente,<br />

poca gente iría a la ‘Fernando<br />

Alonso Collection’ únicamente<br />

para ver un ejemplar de la Fórmula<br />

3000 o el primer kart de Alonso.<br />

El motivo es otro: no todos<br />

los días existe la posibilidad de tener<br />

un Fórmula 1 al alcance de la<br />

mano. Y esa sensación, que luego<br />

se convierte en admiración, no se<br />

paga con dinero para un amante<br />

del automovilismo.<br />

Habrá que dejar a un lado la<br />

impresión inicial tras contemplar<br />

por primera vez un F-1, porque el<br />

impulso delictivo que te anima<br />

a montar, enganchar el volante<br />

como hacen los profesionales y<br />

fugarte en un Ferrari quemando<br />

las gomas traseras al acelerar no<br />

es un buen ejemplo para todos los<br />

niños que tienes alrededor. Habría<br />

sido más que comprensible proteger<br />

los coches con una cristalera<br />

de criminales en potencia como el<br />

reportero, pero será mejor agradecer<br />

que no hay cortinas y la distancia<br />

es mínima. Aunque no tan<br />

mínima para todos: Javier, que no<br />

tendrá más de 5 años, tiene que<br />

subir a los hombros de su padre<br />

mientras éste le imparte una lección<br />

básica de aerodinámica.<br />

Ahí están. Han recorrido los circuitos<br />

más importantes del mundo<br />

y los televisores de cada rincón<br />

UNO DE LOS<br />

PIONEROS.<br />

Como<br />

español, fue<br />

rompiendo<br />

barreras<br />

conforme<br />

disputaba<br />

carreras.<br />

Venció su<br />

primer gran<br />

premio en<br />

Hungría 2003<br />

con el R23.<br />

EL R25<br />

CAMPEÓN.<br />

Con siete<br />

victorias,<br />

15 podios y<br />

seis poles en<br />

19 grandes<br />

premios,<br />

Alonso se<br />

coronó con<br />

el Mundial<br />

de 2005 en el<br />

circuito de<br />

Interlagos.<br />

de España, pero esta vez están a<br />

tu alcance. Para empezar, el Minardi<br />

que le vio llegar y le ayudó a<br />

aprender en su año de debut. No<br />

consiguió puntuar en ninguna carrera<br />

pero sí le sirvió para ganar<br />

en experiencia. Su mejor resultado<br />

fue el 10º puesto en Hockenheim,<br />

pero aquella temporada<br />

terminó por convencer a Flavio<br />

Briatore de que tenía un diamante<br />

por pulir.<br />

El salto a Renault, con un año<br />

previo como probador, se estrenó<br />

con el R23, el mismo que asombró<br />

en Hungría consiguiendo la primera<br />

victoria de su carrera después<br />

de lograr la pole, doblando<br />

incluso a Michael Schumacher.<br />

Nunca antes un español había<br />

vencido un gran premio. Alonso<br />

dejó de ser un novato para convertirse<br />

en una promesa y ser sexto<br />

en el Mundial.<br />

Y a su lado el R24, “la mejor<br />

arrancada que nunca he disfrutado”,<br />

en palabras de Alonso para<br />

que fueran los españoles quienes<br />

disfrutaran con sus salidas mientras<br />

se hacía un hueco entre los<br />

mejores. No subió a lo más alto<br />

del podio pero descorchó champán<br />

en cuatro ocasiones y terminó<br />

cuarto en la clasificación general.<br />

Y ya que se habla de salidas,<br />

la muestra cuenta con una proyección<br />

de los mejores momentos del<br />

piloto y precisamente la imagen<br />

de los cinco semáforos de Montmeló<br />

apagándose para ver al Ferrari<br />

acelerar a fondo dispara la<br />

adrenalina antes de haber alcanzado<br />

la primera curva. Eso sí, el<br />

punto álgido del vídeo es el vuelo<br />

del Lotus de Grosjean sobre el<br />

morro del F2012 tras la salida en<br />

Spa, de los accidentes más peligrosos<br />

en los últimos tiempos.<br />

AZUL Y<br />

AMARILLO.<br />

Aunque<br />

Alonso ha<br />

cambiado<br />

varias veces<br />

de escudería,<br />

la afición ha<br />

permanecido<br />

fiel a los<br />

colores del<br />

primer<br />

Renault y<br />

Asturias.


20 21<br />

“¿ES QUE NO PERDIÓ TU PADRE NI UN PAR<br />

DE GUANTES EN TODOS ESTOS AÑOS?”<br />

UNA PARTE DE LA VERDAD<br />

DE UNA LEYENDA...<br />

LUIS GARCÍA ABAD /<br />

COMISARIO DE LA EXPOSICIÓN Y<br />

MÁNAGER DE FERNANDO ALONSO<br />

A<br />

la salida de la Exposición, en el<br />

mostrador donde se recogen los<br />

abrigos del ropero, hay un cuaderno en<br />

el que los visitantes que lo deseen, pueden<br />

escribir lo que quieran acerca de lo<br />

que acaban de ver. Más de cien mil personas<br />

han pasado por ese mostrador y<br />

muchos, muchísimos, han aportado su<br />

calor y su cariño escribiendo palabras de<br />

ánimo y apoyo, otras de asombro y sorpresa<br />

“¡Qué grandes son los coches!”,<br />

caligrafías infantiles, tiernos dibujos...<br />

La Fórmula 1 sigue siendo una sorpresa<br />

para los visitantes a pesar de toda la cobertura<br />

mediática que la rodea.<br />

Esta es una conversación muy manida.<br />

Es rara la carrera en la que no tenemos<br />

alguna tertulia en el que no surja el tema<br />

de que a “nuestra” Fórmula 1 aún le queda<br />

un buen periodo de apostolado. Que<br />

de poco sirven las erudiciones mecánicas<br />

o las florituras aerodinámicas si, estas,<br />

no vienen acompañadas de la épica y<br />

de la mirada ilusionada del que se acerca<br />

a un deporte que lo es, y mucho, a partir<br />

de las dos de la tarde, pero que también<br />

es un espectáculo hasta ese momento,<br />

y un departamento de excelencia en tecnología<br />

I+D todos y cada uno de los días<br />

del año. La suma de todos estos factores<br />

hacen de esta disciplina, un lugar mitológico<br />

universal en el que habitan muy<br />

pocos nombres propios. Pues bien, uno<br />

de esos nombres, el de Fernando Alonso,<br />

viene a ser el eje sobre el que mostrar<br />

el largo camino que lleva a un niño<br />

de Oviedo a escalar, peldaño a peldaño,<br />

hasta ostentar en la actualidad el récord<br />

de puntos obtenidos en carreras de F1 de<br />

toda la historia de este deporte<br />

Los vehículos expuestos en la Sala<br />

Arte Canal de Madrid, más que ejemplos,<br />

son protagonistas esenciales de una historia<br />

de la que está siendo testigo una generación<br />

de un país. Los 14 monoplazas<br />

son piezas originales que han protagonizado<br />

momentos inolvidables para los que<br />

hemos trabajado en torno a ellos. Ahora<br />

están limpios y silenciosos, subidos en<br />

sus expositores, luciendo con orgullo los<br />

diseños tecnológicos que les hizo posible<br />

participar en la competición y los colores<br />

de las marcas comerciales que apostaron<br />

por ellos para vender sus productos a lo<br />

largo y ancho del mundo.<br />

Quedan lejos los momentos en los que<br />

les conocí a todos y a cada uno de ellos:<br />

al Minardi en Vairano, al R23 una fría mañana<br />

en Montmeló en aquellos tiempos<br />

en los que se podía entrenar, al R24 por<br />

las calles de Palermo. A todos les he visto<br />

en los parques cerrados después de<br />

unos entrenamientos<br />

o de una carrera.<br />

Las marcas de las<br />

batallas sobre sus carrocerías,<br />

los protocolos de<br />

puesta en marcha antes de salir<br />

a pista, el sonido inconfundible<br />

de los V10... No son recuerdos antiguos,<br />

hace pocos días que estoy empezando<br />

conocer al último, es como todos los<br />

años, distinto. Aún no está en Madrid, le<br />

he visto hace un rato en el garaje del circuito<br />

de Bahrein, pero todos los demás,<br />

todos están en Madrid.<br />

Cuando hicimos la inauguración oficial<br />

de la muestra, Pedro de la Rosa, se<br />

acercó a Fernando y le dijo: “¿Es que no<br />

perdió tu padre ni un par de guantes en<br />

todos estos años?”. Sorprende encontrar<br />

todo. Guantes , cascos, monos, licencias,<br />

trofeos, diplomas, todo lo que se puede<br />

poner detrás de una vitrina está expuesto,<br />

esperando a ser descubierto. Pero lo<br />

más importante para nosotros es que<br />

cada uno convoque a sus propios recuerdos.<br />

Que se vuelvan a sentar delante de<br />

aquel televisor para ver ganar a Fernando<br />

sobre su R23 en Hungría, pero sobre<br />

todo, que pongan el despertador para ver<br />

debutar al F14T dentro de un par de semanas<br />

en Australia. Ese es el único que,<br />

de momento, nos falta. Siéntense para<br />

empezar a recordarlo.<br />

MANUEL FRANCO / ENVIADO ESPECIAL A LA F-1<br />

L<br />

a respuesta a la pregunta. Ahí está. O casi. O a una<br />

parte. ¿Cómo es Alonso? Pero dime la verdad. Me<br />

lo dicen los amigos, los conocidos, los que me ven por primera<br />

vez. La familia, claro. ¿Cómo es Alonso?. La verdad.<br />

Es difícil saber la realidad de una leyenda, de un muchacho<br />

que nunca soñó con ser un anuncio, ni con las fotos y<br />

los autógrafos, ni siquiera con el dinero, quizá no imaginó<br />

mientras dormía despierto vivir en la Fórmula 1. Alonso<br />

sólo quería escuchar ese instante eterno, habitar en el<br />

terreno al que pocos son capaces de acercarse, su sitio<br />

dentro del coche en una parrilla de salida, sus manos girando<br />

el volante mientras el corazón bombea emoción a<br />

millones de personas en un adelantamiento imposible, el<br />

coraje de intentar ganar, el talento de ganar. El podio.<br />

Siempre preguntan cómo es Fernando Alonso. Y no lo<br />

sé. Lo siento, pero no. Puedo pensar que es alguien interesante,<br />

sentir que es una persona especial, advertir<br />

que su existencia se resume en la palabra victoria, creer<br />

que es un grande entre los grandes, incluso, quizá, quién<br />

sabe, la vida... un proyecto de amigo. Pero... una parte<br />

de la verdad, la mayor parte, se esconde en el olor de<br />

ese mono que le cosió su madre con tres años, ese kart<br />

que le construyó su padre para su hermana, en el color<br />

de ese casco con su cruz y su Asturias y su España queridas,<br />

en el recuerdo de ese Renault que les hizo, que nos<br />

hizo, a todos felices, de ese McLaren que le hizo sufrir, en<br />

el rojo de ese Ferrari con el que será, no tengo ni la más<br />

mínima duda, campeón. ¿Cómo es Alonso? Visiten la exposición.<br />

Sientan. Crean. Y entonces sabrán algo, instantes<br />

eternos de la verdad de una leyenda. Y sueñen, con<br />

el porvenir. Despiertos...


22 23<br />

‘FLECHA<br />

DE PLATA’.<br />

Se trata de<br />

una de las<br />

piezas más<br />

espectaculares<br />

de toda la<br />

colección.<br />

Con McLaren<br />

no pudo<br />

revalidar<br />

el Mundial<br />

tras un año<br />

convulso.<br />

De vuelta a los monoplazas,<br />

el camino llega a la cima: El R25<br />

con el número cinco que alcanzó<br />

la gloria con un asturiano a los<br />

mandos. 7 victorias, 15 podios y<br />

6 poles en 19 carreras, los números<br />

del campeón del mundo más<br />

joven de la historia por aquel entonces.<br />

Es inevitable recordar ese<br />

GP de Brasil que cerraba la temporada,<br />

en parte por culpa de todos<br />

esos monos azules rodeados<br />

de trofeos y condecoraciones que<br />

cuelgan de la pared. Y a su lado<br />

el trofeo con el que todos sueñan.<br />

Gracias a las pantallas interactivas<br />

de la sección ‘Circuito Alo’,<br />

los visitantes visualizan esa tarde<br />

de Interlagos y muchas de sus<br />

mejores actuaciones. Hay resúmenes,<br />

por ejemplo, de la remontada<br />

mágica en Valencia 2012,<br />

partiendo 11º en la parrilla para<br />

ganar, o de la agonía en San Marino<br />

2005 con el Ferrari de Schumacher<br />

acechando en las últimas<br />

vueltas mientras Alonso daba una<br />

clase magistral sobre cómo tapar<br />

huecos y cerrar puertas. También<br />

dispone de gráficos con las estadísticas,<br />

imágenes de los grandes<br />

premios, el palmarés completo<br />

y todos los resultados de<br />

su carrera.<br />

Le acompaña el R26 con el<br />

1 en el morro. El coche del campeón<br />

que volvió a ser campeón<br />

en un año de dominio absoluto:<br />

solo se bajó del cajón en cuatro<br />

de las 18 carreras y sumó siete<br />

victorias para terminar por delante<br />

de la dupla de Ferrari, Schumi y<br />

Massa. Entonces cualquiera pensaba<br />

que la gloria sería eterna y<br />

las temporadas, triunfos aplastantes.<br />

Pero la Fórmula 1 es mucho<br />

más compleja que todo eso.<br />

Alonso cambió el azul Renault<br />

por una flecha de plata, probablemente<br />

la pieza más espectacular<br />

de toda la exposición. Se marchó<br />

‘CIRCUITO<br />

ALO’. Esta<br />

sección<br />

dispone de<br />

pantallas<br />

interactivas<br />

para recordar<br />

los mejores<br />

momentos<br />

de Alonso<br />

o conocer<br />

algunas de las<br />

estadísticas<br />

más curiosas.<br />

EN MCLAREN.<br />

Con la<br />

escudería<br />

de Woking<br />

finalizó<br />

tercero<br />

empatado a<br />

puntos con<br />

Hamilton, un<br />

debutante que<br />

dio mucho<br />

que hablar en<br />

el año de Kimi<br />

Raikkonen.<br />

a McLaren con Lewis Hamilton<br />

como duro compañero y Ron Dennis<br />

como incomprensible jefe. El<br />

MP4-22 no le permitió repetir título<br />

por cuestiones ajenas a su rendimiento<br />

y solo un punto le separó<br />

del campeón, Kimi Raikkonen. Terminó<br />

igualado con Hamilton, que<br />

como rookie había dinamitado el<br />

supuesto papel de líder del asturiano<br />

en Woking. A pesar de que<br />

fueron unos números buenos terminó<br />

desvinculándose de McLaren<br />

al finalizar la temporada.<br />

Regresó como un hijo pródigo<br />

a Renault, pero el equipo ya<br />

no era el mismo. Ni la mecánica<br />

ni la aerodinámica acompañaron<br />

y tuvo que pelearse durante dos<br />

años en la zona media de la tabla<br />

por los puntos, aunque consiguiera<br />

sumar dos victorias en 2008.<br />

Una de ellas, la de Singapur, le<br />

costó el puesto a Briatore cuando<br />

se supo que había ordenado<br />

a Nelsinho Piquet impactar con<br />

el muro para provocar la salida<br />

del ‘safety car’, pero ese es otro<br />

tema. Lo que sí se puede comparar<br />

entre los dos Renault es<br />

el cambio de normativas para el<br />

Mundial de 2009, porque lo único<br />

parecido entre ambos coches son<br />

los colores.<br />

Habrá quien no entienda que<br />

el talento y el buen hacer de Fernando<br />

no sirvieran para conseguir<br />

buenos resultados. La colección<br />

ha pensado también en los menos<br />

iniciados y por eso incorpora una<br />

sección dedicada a la técnica, la<br />

mecánica y la reglamentación de<br />

la F-1. Los tipos de compuestos<br />

en las gomas, todos los controles<br />

de los que dispone el volante, los<br />

elementos de seguridad o el sonido<br />

de un motor Renault en acción<br />

son algunos de los apartados.<br />

LA GLORIA DEL<br />

CAMPEÓN.<br />

Durante<br />

2005 y 2006,<br />

el piloto<br />

asturiano<br />

dominó el<br />

Mundial de la<br />

categoría más<br />

prestigiosa de<br />

los deportes<br />

de motor a los<br />

mandos de un<br />

Renault.


24 25<br />

COLECCIÓN<br />

DE TROFEOS.<br />

Con los<br />

colores de<br />

Ferrari ha<br />

subido 41<br />

veces al cajón<br />

y ha sido<br />

capaz de<br />

pelear por dos<br />

títulos hasta<br />

la última<br />

carrera de la<br />

temporada.<br />

Pero la segunda etapa de Renault<br />

llegó a su fin para que comenzara<br />

la época actual, la ‘Era Ferrari’<br />

que desde fuera se conoce más<br />

como ‘Era Red Bull’. Durante las<br />

últimas cuatro temporadas Alonso<br />

ha peleado por cualquier carrera<br />

con diferentes desenlaces y resultados<br />

pero disfrutando de la escudería<br />

más grande de todos los<br />

tiempos. Podría decirse que cada<br />

año en Maranello ha sido el de la<br />

ilusión, no ha faltado una pretemporada<br />

en la que se haya entonado<br />

el ‘este año sí’, pero todos<br />

los cursos han terminado con un<br />

‘este año tampoco’.<br />

Sin embargo, si hubo un coche<br />

en el que se concentró toda esa<br />

ilusión fue el F10. El monoplaza<br />

que abre la ‘Zona Ferrari’ comenzó<br />

2010 triunfando en Bahrain y<br />

cosechó cinco victorias y diez podios,<br />

pero la decepción fue, probablemente,<br />

la mayor de toda la<br />

carrera de Alonso: aquel final de<br />

temporada en Abu Dhabi donde el<br />

asturiano, que era el líder, cayó<br />

en la trampa de Red Bull. Webber<br />

fue el cebo que dejó la pista libre<br />

a Sebastian Vettel y Fernando terminó<br />

taponado por un protagonista<br />

inesperado, Vitaly Petrov. Ya en<br />

2011, el F150 nunca tuvo opciones<br />

reales ante un Red Bull superlativo<br />

y sólo fue ganador bajo las<br />

nubes de Silverstone.<br />

Los últimos en llegar han sido<br />

el F2012 y el F138, los Ferrari de<br />

las dos pasadas temporadas que<br />

tenían su sitio reservado al inaugurar<br />

la exposición y ya están en<br />

Madrid. El primero fue protagonista<br />

en otra de las grandes gestas<br />

de Alonso, mantuvo vivo el campeonato<br />

hasta la carrera final de<br />

Brasil y a mitad de temporada no<br />

había dudas de que sería campeón,<br />

pero la culpa del buen rendimiento<br />

era más del piloto que<br />

del coche y la buena suerte de<br />

DE VUELTA<br />

EN RENAULT.<br />

La segunda<br />

etapa con<br />

la firma<br />

francesa<br />

estuvo<br />

marcada<br />

por el pobre<br />

rendimiento<br />

del coche, sólo<br />

le permitió<br />

luchar en la<br />

zona media.<br />

‘ZONA<br />

FERRARI’.<br />

El rojo de<br />

Maranello<br />

cubre el<br />

final de la<br />

colección.<br />

Los últimos<br />

en llegar<br />

han sido<br />

el F138 y el<br />

F2012, que se<br />

incorporaron<br />

en enero.<br />

Vettel terminó por decidir uno de<br />

los títulos más apretados. No fue<br />

el caso del 2013, un notable comienzo<br />

de Alonso con dos triunfos<br />

en las primeras cinco citas<br />

terminó por venirse abajo con el<br />

cambio en los compuestos de Pirelli.<br />

El Red Bull de Vettel encadenó<br />

nueve victorias consecutivas<br />

para alargar la dictadura durante<br />

cuatro años. La muestra tiene<br />

también una colección de cascos<br />

de los compañeros de parrilla de<br />

Fernando y algunos se han atrevido<br />

a dejar una dedicatoria escrita.<br />

Entre ellos está el alemán, Seb:<br />

“Un gran competidor, me encanta<br />

correr contra ti”. “A mi amigo<br />

Fernando, el mejor piloto contra<br />

el que he competido”, dice Lewis<br />

Hamilton.<br />

Fin de trayecto.<br />

El recorrido llega a la meta y la<br />

historia termina alcanzando al<br />

presente. Las doce temporadas a<br />

los mandos de un F-1 han quedado<br />

fielmente resumidas. ¿Alguna<br />

pega? Sí, que esta historia no tiene<br />

final feliz y los títulos de campeón<br />

quedan demasiado lejos.<br />

La exposición, no obstante, está<br />

abierta a nuevas incorporaciones<br />

y no habría problemas para añadir<br />

el trofeo del tricampeonato. Pero<br />

eso es lo que está por venir y Alonso<br />

no va a ser menos grande si no<br />

lo consigue, es la sensación que<br />

queda después de contemplar durante<br />

más de una hora los doce<br />

Fórmula 1 y el resto de los 270<br />

objetos que componen la presentación,<br />

muchos de ellos procedentes<br />

de las cajas de los trasteros<br />

y el desván. Cajas que contenían<br />

los recuerdos y las vivencias de<br />

un campeón, el mejor piloto español<br />

de todos los tiempos.<br />

270 OBJETOS.<br />

La exposición<br />

llega a su<br />

fin, Alonso<br />

resume sus<br />

12 años de<br />

carrera en la<br />

F-1 con un<br />

recorrido por<br />

el mundo del<br />

motor gracias<br />

a todos<br />

los objetos<br />

prestados.


26 27<br />

‘The Brash Basher of Belleville’ es una de las<br />

grandes raquetas de la ATP. Un tenista que<br />

“odiaba perder más incluso de lo que le gustaba<br />

ganar” y que nunca pisó una pista de tenis sin<br />

estar dispuesto a morir en ella. Para muchos es el<br />

último romántico de la historia del deporte blanco,<br />

al que honró con su dedicación, una carrera<br />

extraordinariamente longeva y sus múltiples<br />

récords. Connors acabó ganando incluso su<br />

eterno pulso al público que le detestaba y<br />

que acabó emocionándose a su lado con<br />

sus innumerables gestas.<br />

CONNORS<br />

EL TENISTA INCANSABLE


28 29<br />

SHOWMAN<br />

SIN GRACIA.<br />

Connors<br />

nunca supo<br />

esconder sus<br />

emociones<br />

en una pista<br />

de tenis,<br />

ya fueran<br />

alegrías<br />

o enfados<br />

mayúsculos.<br />

TOMÁS DE COS /<br />

Filias y fobias al margen, y<br />

pese a no tener el carácter<br />

mediático de algunos de sus colegas,<br />

James Scott Connors (East<br />

St. Louis, Illinois 02-09-1952) es<br />

sin duda uno de los grandes tenistas<br />

de todos los tiempos. Lo<br />

es en mayúsculas, tal y como<br />

avalan sus números: 268 semanas<br />

al frente del ranking ATP, 109<br />

títulos individuales, 8 Grand Slams,<br />

1.243 victorias… Jimmy Connors<br />

es probablemente el último<br />

romántico de la historia del tenis.<br />

Un tipo duro que se resistió con<br />

uñas y dientes a dejar paso a las<br />

nuevas generaciones (jugó hasta<br />

los 43 años) y que siempre lo dio<br />

todo sobre una cancha de tenis.<br />

No son pocas sus similitudes con<br />

el gran Rafa Nadal.<br />

Connors ha sido protagonista<br />

de tres de las cuatro décadas de<br />

la ATP. Su nombre ya aparecía en<br />

el décimo lugar del primer ranking<br />

ATP (4.727 puntos), fechado el 23<br />

de agosto de 1973. Se las vio con<br />

Nastase, Ashe, Borg, Vilas, McEnroe,<br />

Lendl… pero su longeva carrera<br />

le permitió medirse con Rod<br />

Laver y Pete Sampras. Comenzó<br />

a competir en el circuito antes<br />

de la Era Open y colgó la raqueta<br />

bien entrados los años noventa.<br />

Debutó en el circuito en agosto<br />

de 1970 frente a Jean-Baptiste<br />

Chanfreau (Abierto de Merion) y<br />

disputó su último partido frente a<br />

Richey Reneberg en 1996.<br />

El primer chico malo ATP.<br />

“Connors fue admirable, simplemente<br />

una bestia”. Con esa contundencia<br />

definió Pete Sampras la<br />

figura de Connors. Un tenista temible<br />

por su agresivo tenis plano,<br />

que lo hacían mejor en pistas rápidas,<br />

y su combatividad sin límite.<br />

Muchos de los que se midieron a<br />

él lo compararon con el gran Joe<br />

Frazier. Connors siempre buscaba<br />

al rival y nunca bajaba los brazos.<br />

“No me gusta perder ni en las exhibiciones…<br />

Odiaba perder más<br />

aún de lo que me gustaba ganar.<br />

Cada vez que entraba en una pista<br />

estaba listo para luchar y dar<br />

todo lo que tenía dentro”, reconoció<br />

en una ent<strong>revista</strong> a la ATP.<br />

Esa combatividad e impetuosidad<br />

le hizo un tipo antipático para<br />

gran parte de los aficionados al<br />

tenis, con quienes mantuvo una<br />

difícil relación durante gran parte<br />

de su carrera. Incluso dentro de<br />

su propio país. Connors acostumbraba<br />

a montar sonados números<br />

en la pista. Era habitual verle discutir<br />

con el juez de silla, el oponente<br />

e incluso el público. Malos<br />

POLÉMICO.<br />

A lo largo de<br />

su carrera,<br />

Connors fue<br />

multado<br />

infinidad de<br />

veces por ser<br />

irrespetuoso<br />

con rivales,<br />

público y<br />

jueces.


30 31<br />

DOBLE CAMPEÓN DE WIMBLEDON. Connors triunfó<br />

en el All England Club en 1974 y 1982 y disputó otras<br />

cuatro finales (1975, 77, 78 y 84).<br />

gestos y actitudes que le llevaron<br />

a ser apodado como ‘The Brash<br />

Basher of Belleville’ y que mancharon<br />

su reputación.<br />

En 1982 fue sancionado 21<br />

días por el Consejo Profesional<br />

del Tenis por dedicar gestos obscenos<br />

a un juez de silla en Philadelphia.<br />

En 1984, frente a Wilander,<br />

la ira le hizo golpear la silla<br />

del juez con su raqueta. Y cuando<br />

el árbitro le contestó solicitando<br />

“tiempo”, Jimbo le espetó un “métete<br />

el tiempo en el culo” y prosiguió<br />

insultándose a sí mismo. En<br />

1985 se subió a la silla del juez<br />

para gritarle de cerca en un choque<br />

ante el italiano Cancellotti. Y<br />

en marzo de 1986 recibió la sanción<br />

más grave del tenis profesional<br />

hasta la fecha: fue suspendido<br />

diez semanas y multado con<br />

20.000 dólares tras ser descalificado<br />

en un partido ante Lendl,<br />

en el que abandonó la pista tras<br />

discutir con el árbitro porque había<br />

dado por buena una bola del<br />

checoslovaco.<br />

“Me importaba mucho que vinieran<br />

a verme, que estuvieran en<br />

el tenis. Yo era uno de los chicos<br />

malos del circuito. Eso daba a los<br />

seguidores algo por lo que animar<br />

o contra lo que gritar”, explicaba<br />

el propio Connors en una ent<strong>revista</strong><br />

con El País en 2010.<br />

Sin embargo, con el tiempo y<br />

su entrega total en cada pista,<br />

en cada partido, acabó metiéndose<br />

al público en el bolsillo. “Se<br />

dieron cuenta de que estaba dispuesto<br />

a enseñarlo todo de mí ahí<br />

fuera, a mostrarles todo por lo<br />

que estaba pasando mientras estaba<br />

sobre la pista. Por eso, con<br />

el tiempo, fueron volviéndose más<br />

comprensivos conmigo, fueron entendiendo<br />

por qué hacía muchas<br />

de las cosas que hacía cuando estaba<br />

en la pista. Vieron cómo me<br />

afectaba mi intento de alcanzar la<br />

perfección. Les gustó y, al final,<br />

se pasaron a mi lado”.<br />

L O S R É C O R D S D E J I M B O<br />

Ese carácter indómito e irreductible en la pista fue el que le hizo tan<br />

grande y le sirvió para atesorar notabilísimos récords en su carrera:<br />

Fue el tercer nº 1 de la historia (21 años y 11 meses) y el primer norteamericano<br />

en conseguirlo<br />

Connors se convirtió en el primer hombre en superar las 200 semanas como nº1<br />

Alcanzó el nº1 el 29 de julio de 1974 y lo mantuvo durante 160 semanas consecutivas.<br />

Una racha que no se vio superada hasta 2007 (Roger Federer)<br />

Abandonó el nº1 por última vez el 4 de julio de 1983, sumando un total de 268 semanas.<br />

Sólo tres tenistas han mejorado su cifra: Lendl (270), Sampras (286) y Federer<br />

(302)<br />

Aún hoy es el nº1 que lo ha sido con más espacio de tiempo entre la primera y la última<br />

vez que lo fue (8 años y 11 meses)<br />

Acabó en lo alto del ranking en cinco temporadas (1974, 75, 76, 77 y 78)<br />

En tres años no cedió el nº1 ninguna semana (1975, 1976 y 1978)<br />

Es el único tenista que ha ganado más de 100 torneos individuales en su carrera<br />

(109)<br />

También es el que tiene más partidos ganados en toda la Era Open con 1.243<br />

Hasta 2012 mantuvo el récord de victorias en partidos de Grand Slam (233). Se lo<br />

arrebató Federer tras ganar a Kamke en Roland Garros


32 33<br />

En sus memorias reconoció<br />

que durante su noviazgo<br />

con Chris Evert, la ‘novia de<br />

América’ tuvo un aborto<br />

Björn Borg y McEnroe, sus<br />

grandes rivales.<br />

Pese a ser cuatro años mayor<br />

que ‘Iceborg’ y casi siete que ‘Big<br />

Mac’, Connors firmó junto a ellos<br />

la primera edad dorada del tenis<br />

en la Era Open. Nunca hubo más<br />

competencia en el ranking ATP. Se<br />

arrebataron el primer puesto infinidad<br />

de veces en los setenta y<br />

los ochenta.<br />

En 1974, con 22 años, Connors<br />

ganó Wimbledon, Australia<br />

y el US Open. Sólo un joven Borg<br />

evitó que firmara el Grand Slam<br />

aquel año con su triunfo en París.<br />

Connors y Borg siempre fueron<br />

antagónicos. El norteamericano<br />

era zurdo, de sangre caliente<br />

y visceral, dejaba traslucir cada<br />

una de sus emociones. El sueco,<br />

diestro y hierático, nunca perdía<br />

el control y la compostura. Pese<br />

a la temprana retirada del sueco<br />

se vieron las caras en 23 ocasiones,<br />

con un balance desfavorable<br />

al norteamericano de 8-15 (5-8 en<br />

finales). En finales de Grand Slam<br />

(2-2) Jimbo se impuso en las dos<br />

finales del US Open que disputaron<br />

(1976 y 1978) y Borg lo hizo<br />

en las dos que jugaron en Wimbledon<br />

(1977 y 1978).<br />

Pero Connors disfrutaba más<br />

en sus duelos frente a McEnroe.<br />

“John era el mejor tenista al que<br />

te podías enfrentar, una copia<br />

exacta a como era yo por su intensidad<br />

y sus ganas de ganar”,<br />

afirma en ‘The Outsider’, su libro<br />

de memorias. Duelos al límite, en<br />

los que siempre saltaban chispas.<br />

Connors reconoció también<br />

haber sufrido un trastorno de<br />

ansiedad y una fuerte adicción<br />

al juego tras retirarse<br />

SONADO<br />

ROMANCE.<br />

La bella<br />

Chris Evert<br />

y Connors<br />

fueron<br />

protagonistas<br />

de un sonado<br />

noviazgo<br />

de números<br />

uno. Senda<br />

que luego<br />

siguieron Graf<br />

y Agassi.<br />

RIVALES Y<br />

AMIGOS.<br />

Connors<br />

considera a<br />

McEnroe su<br />

gran rival.<br />

Siempre<br />

compartieron<br />

su modo de<br />

entender el<br />

tenis.<br />

Se midieron en 34 ocasiones, con<br />

14 victorias de ‘Jimbo’ por 20 de<br />

‘Big Mac’. (7-8 en finales). Pese<br />

a sus numerosos partidos, sólo<br />

se encontraron en dos finales de<br />

Grand Slam, las dos sobre la hierba<br />

londinense del All England Tennis<br />

Club. Connors ganó en 1982 y<br />

McEnroe en 1984.<br />

Casado con el US Open.<br />

Connors mantuvo dos sonados<br />

idilios y un amor imposible durante<br />

su etapa de tenista. El primero<br />

de esos amores fue Chris Evert,<br />

‘la novia de América’ y del tenis<br />

mundial en los años 70 y 80, con<br />

quien llegó a estar incluso comprometido<br />

en 1974. Pero finalmente<br />

cancelaron la boda (Connors<br />

tuvo el feo detalle en sus<br />

memorias de contar un aborto de<br />

la tenista mientras estuvieron juntos)<br />

y acabó casándose en 1980<br />

con la modelo Patti McGuire (playmate<br />

del año en 1977), con quien<br />

vive en santa Bárbara y tiene dos<br />

hijos. Siempre tuvo buen gusto.<br />

Su otro gran amor fue el US<br />

Open. Tras ganar su primer grande<br />

en casa (1974) frente al australiano<br />

Ken Rosewall, en la que<br />

sólo perdió dos juegos (6-1, 6-0,<br />

6-1), se declaró a un público algo<br />

distante: “Puede que vosotros no<br />

me queráis, pero yo sí os quiero<br />

a vosotros”. Connors ganó cinco<br />

ediciones (1974, 76, 78, 82 y 83)<br />

y disputó otras dos finales (1975<br />

y 1977), una de ellas ante Manolo<br />

Orantes. En 1983 saltó a la<br />

pista pese a haber sido amenazado<br />

de muerte. Es el único hombre<br />

que ha ganado el US Open sobre<br />

tres super ficies distintas: hierba,<br />

arcilla y el actual decoturf).<br />

Pero quizás la historia que más<br />

demuestra su amor por el torneo


34 35<br />

El US Open siempre se le dio<br />

bien. Allí sumó cinco títulos y<br />

dos finales. En 1991, con 39<br />

años, alcanzó la semifinal<br />

EXAGERADO. En la victoria o en<br />

la derrota, Connors nunca dejó<br />

indiferente a nadie.<br />

es la que sucedió en 1991. Connors<br />

había caído en 1990 hasta<br />

el puesto <strong>93</strong>6 de la ATP (disputó<br />

solo 3 partidos y los perdió) y su<br />

carrera parecía agotada. Su último<br />

título lo había cosechado en<br />

Tel Aviv un año antes. Pero fiel<br />

a sus principios, Connors no se<br />

rindió. Se operó la muñeca y en<br />

1991 acabó disputando 14 torneos.<br />

En Flushing Meadows alcanzó<br />

la semifinal con 39 años<br />

tras levantar dos sets ante Patrick<br />

McEnroe (4-6, 6-7, 6-4, 6-2 y 6-4)<br />

en un maratoniano primer partido<br />

y levantar una desventaja de dos<br />

sets a uno frente a Krikstein en la<br />

cuarta ronda. Sólo un joven Jim<br />

Courier, de 21 años, pudo frenar<br />

al viejo rockero, que abandonó la<br />

pista ovacionado.<br />

La relación imposible fue Roland<br />

Garros, donde nunca consiguió<br />

alcanzar el último partido.<br />

Fue semifinalista en 1979, 1980,<br />

1984 y 1985. En 1991 vivió allí<br />

otro emotivo momento que da una<br />

idea de su feroz combatividad. El<br />

cuarentón Connors amargó la<br />

existencia a Michael Chang, campeón<br />

en París en 1989 y 20 años<br />

más joven que él. Pese a sufrir<br />

fuertes dolores musculares que<br />

le impedían correr, aguantó en la<br />

pista tres horas y media antes de<br />

abandonar en el quinto set. Eso<br />

sí, con 15-0 a su favor. No podía<br />

más, pero quería irse de la pista<br />

con el marcador a su favor. Genio<br />

y figura. El público premió su profesionalidad,<br />

su pundonor y sus<br />

lágrimas con una ovación de casi<br />

cinco minutos.<br />

Protagonista de la segunda<br />

‘Batalla de los sexos’.<br />

La historia del tenis cuenta con<br />

dos curiosos capítulos de puro<br />

show business con la excusa de<br />

medir a mujeres y hombres con<br />

una raqueta en la mano. En la<br />

primera de ellas, celebrada en<br />

1973, Billie Jean King (nº1 con 29<br />

años) dio buena cuenta del retirado<br />

Bobby Rings, de 55 años, que<br />

desde entonces quedó para siempre<br />

como el ‘gran bocazas’. Dos<br />

Connors es el único tenista<br />

que ha ganado el US Open<br />

sobre tres superficies distintas<br />

(tierra, hierba y dura)<br />

décadas después, en 1992, Connors<br />

y Navratilova se midieron en<br />

una pista levantada sobre el aparcamiento<br />

del hotel Caesar Palace<br />

de Las Vegas. El partido se emitió<br />

por televisión de pago, con un<br />

precio por hogar de 24,95$. Nunca<br />

un partido de tenis había sido<br />

más rentable para Connors, que<br />

cobró un millón de dólares (100<br />

millones de pesetas de la época)<br />

por 88 minutos que estuvo en la<br />

pista. Pero las ganancias de Jimbo<br />

no se quedaron ahí porque antes<br />

de comenzar el duelo apostó<br />

60.000$ por su triunfo, con lo que<br />

sumó miles de dólares adicionales,<br />

según informó el ‘Newsday’<br />

de Nueva York.<br />

LA BATALLA<br />

DE LOS<br />

SEXOS.<br />

Entrado en los<br />

40, Connors<br />

superó a<br />

Navratilova<br />

en una pista<br />

montada al<br />

efecto en un<br />

hotel de Las<br />

Vegas.<br />

Para equilibrar fuerzas se acordó<br />

que Connors (40) jugaría con<br />

solo un servicio y que su pista sería<br />

metro y medio más ancha que<br />

la de su rival. No fue un partido<br />

brillante. Estuvo marcado por la<br />

prudencia y el intercambio de fondo.<br />

Un conservador Connors nunca<br />

superó los 128 km/h al servicio<br />

y aunque Navratilova (36) lo<br />

movió a conciencia, Jimbo se impuso<br />

por 7-5 y 6-2, aprovechando<br />

el mayor nerviosismo de la checoslovaca<br />

nacionalizada estadounidense.<br />

“Lo más difícil para mí<br />

era contrarrestar las dimensiones<br />

a su favor de la pista. Gracias a<br />

Dios que no las supo aprovechar.<br />

Es demasiada pista a cubrir para


36 37<br />

Hoy en día sigue siendo el<br />

tenista con más victorias en la<br />

Era Open (1.253 triunfos) y el<br />

segundo en Grand Slam<br />

un hombre de 40 años”, resumió<br />

el de Illinois.<br />

Sin pelos en la lengua.<br />

Connors siempre ha dicho lo que<br />

pasaba por su cabeza, sin atender<br />

a lo políticamente correcto. En su<br />

citado libro de memorias reconoció<br />

que desde joven le fue detectado<br />

un trastorno obsesivo compulsivo<br />

que le produjo ansiedad,<br />

pesadillas y le debilitó mentalmente<br />

durante años (¿qué hubiera<br />

logrado ganar sin este hándicap?)<br />

y que una vez retirado sufrió una<br />

adicción a los casinos que casi le<br />

cuesta el matrimonio.<br />

Tampoco se ha escondido respecto<br />

a sus gustos tenísticos. De<br />

Agassi dijo que había “malgastado<br />

su talento mucho tiempo” y de<br />

Federer que “probablemente es<br />

el mejor de la historia porque es<br />

el que más victorias ha logrado”.<br />

Más entusiasta ha sido hablando<br />

de Nadal (“ahora que la moda es<br />

ser guay, Nadal da sin miedo todo<br />

en la pista”), aunque parece decantarse<br />

por Djokovic (“me gusta<br />

como juega y su esfuerzo. Me recuerda<br />

mucho a mi forma de jugar”).<br />

Lo que es seguro es que hubiera<br />

matado por poder medirse (y<br />

ganarles) a todos ellos.<br />

E L P A L M A R É S D E U N A L E Y E N D A<br />

109 títulos individuales y 16 de dobles<br />

Balance W-L (individual): 1253-278 (81,8%)<br />

Balance W-L (dobles): 174-78 (69%)<br />

Dinero ganado en premios: 8.641.040 dólares<br />

GRAND SLAM:<br />

Australia (1): 1974 (finalista en 1975)<br />

Roland Garros (0): (semifinalista en 1979, 1980, 1984 y 1985)<br />

Wimbledon (2): 1974 y 1982 (finalista 1975, 77, 78 y 84)<br />

US Open (5): 1974, 76, 78, 82 y 83 (finalista 1975 y 1977)<br />

Balance W-L: 233-49 (82,6%)<br />

Masters (1): 1977<br />

WCT Finals (2): 77 y 80<br />

CINCO GRANDES.<br />

Connors, tercer nº1 de la<br />

ATP, compartió generación<br />

con otros ilustres del tenis<br />

como Borg o McEnroe.<br />

En la imagen, también,<br />

Newcombe y Nastase.<br />

O T R O S R E C O N O C I M I E N T O S<br />

Miembro del Salón Internacional de la Fama del Tenis en 1988<br />

Tiene su propia estrella en el ‘Saint Louis Walk of Fame’<br />

Jack Kramer lo consideró como uno de los 21 mejores jugadores de<br />

la historia en 1979<br />

La <strong>revista</strong> TENNIS le colocó en 7º lugar en su lista de los 40 mejores<br />

jugadores/as de la Era Abierta.


38 39<br />

PARALÍMPICOS<br />

DE INVIERNO<br />

DEPORTES DE NIEVE Y SUPERACIÓN<br />

CONVIVEN EN SOCHI<br />

Xavi Fernández competirá<br />

por Andorra y AS compartió<br />

bajadas por las pistas con él.<br />

Jon Santacana, capitán del<br />

equipo español, nos relata su<br />

recuperación milagrosa.<br />

REPORTAJE FOTOGRÁFICO, DANIEL SÁNCHEZ


40 41<br />

Á. DE LA ROSA, J. CASÁÑEZ /<br />

El 7 de marzo arrancan los<br />

Juegos Paralímpicos de invierno<br />

en Sochi. Los que demuestran<br />

que nada es imposible en la<br />

vida, que todo es cuestión de marcarse<br />

un reto y tener una gran capacidad<br />

de superación. En ellos<br />

vemos pruebas que dejan sobrecogido<br />

al espectador al ver cómo<br />

personas ciegas, con miembros<br />

amputados o en silla de ruedas<br />

se deslizan por la nieve con la naturalidad<br />

del que camina por asfalto.<br />

Las competiciones entre estos<br />

titanes de los deportes de invierno<br />

durarán hasta el próximo 16<br />

de marzo. Nueve días intensos en<br />

los que desemboca la preparación<br />

de años de todos los atletas que<br />

Para prepararse, Xavi alterna<br />

su entrenamiento bajando<br />

pistas en invierno, con el<br />

handbike en verano<br />

estarán en Rusia. AS compartió<br />

esquís con Xavi Fernández, que<br />

representará a Andorra en Sochi,<br />

durante sus últimos días de<br />

su preparación en la estación de<br />

Grandvalira. Allí el esquiador andorrano<br />

ha llevado a cabo todo su<br />

entrenamiento para estos Juegos<br />

Paralímpicos. “Me preparo durante<br />

mi tiempo libre en Andorra, soy<br />

de aquí y es lo más cómodo. Llevo<br />

desde el invierno pasado. Al<br />

empezar la temporada de esquí<br />

me meto en las pistas y empiezo<br />

a pasar puertas. Hago un entrenamiento<br />

sobre el terreno”, nos<br />

cuenta a pie de pista, en el restaurante<br />

Cala Bassa Beach Club,<br />

donde ha hecho un alto en su trabajo<br />

para reponer fuerzas.<br />

Su entrenamiento en las pistas<br />

está sujeto a las condiciones<br />

climatológicas, pero Xavi tiene<br />

en otra de sus aficiones la solución:<br />

“También le doy al handbike<br />

(una bicicleta adaptada para discapacitados<br />

en la que se pedalea<br />

con las manos). En verano, este<br />

deporte me sirve para preparar,<br />

sobre todo, la parte física”. Un<br />

deportista que no conoce limitaciones.<br />

Una vez en faena, sólo<br />

hay que intentar seguirle por el<br />

estadio de Costa Rodona para<br />

ver que Xavi es una flecha. Vemos<br />

la estela del polvo blanco<br />

que va levantando en cada giro.<br />

Sólo Daniel Sánchez, fotógrafo<br />

de AS, va por delante y es porque<br />

Xavi le da ventaja para que capture<br />

su técnica.<br />

Es el resultado de un duro entrenamiento.<br />

Realiza entre diez o<br />

doce bajadas diarias sobre el trazado.<br />

A esto hay que añadir algo<br />

de esquí libre hasta llegar a las<br />

pistas en las que suele trabajar.<br />

Un esfuerzo que entumece los<br />

músculos de cualquier persona.<br />

“Me entreno, sobre todo, en la<br />

zona del Tarter por tema logístico<br />

y de cercanía con mi vivienda”. El<br />

Tarter está en la zona de Grandvalira,<br />

donde ayudan al deporte<br />

adaptado de invierno. En Pas de<br />

la Casa, por ejemplo, organizarán<br />

esta temporada el campeonato<br />

de esquí adaptado de España,<br />

como en años anteriores, y siempre<br />

cede sus infraestructuras y el<br />

personal. Además, la escuela de<br />

esquí de Pas de la Casa ofrece<br />

descensos con sillas muy similares<br />

a las que usa Xavi para competir.<br />

Siempre pilotadas por el monitor.<br />

Unas sensaciones que nos<br />

aproximan a este deporte y a su<br />

complejidad. Tirarse con estas sillas<br />

por pistas sin apenas inclinación,<br />

te ayuda a comprender más<br />

el mérito que tiene competir en<br />

estas disciplinas.<br />

Xavi Fernández lleva 11 años<br />

bajando por las pistas con su silla<br />

adaptada, su afición por este<br />

deporte de invierno comenzó a<br />

los 30 años. Sube al telesilla<br />

con naturalidad y nos cuenta su<br />

historia: “Empecé como hobby y<br />

el año siguiente me vi en el campeonato<br />

del mundo (en 2004), en<br />

Wildschonau (Austria). Fui cogiendo<br />

experiencia en el circuito europeo<br />

y después ya en las olimpíadas”.<br />

Hoy es un todo experto.<br />

Sochi será su tercera experiencia<br />

en unos Juegos Olímpicos: “Estuve<br />

en Turín y en Vancouver. En Canadá<br />

competí y quedé el 24 de 50<br />

participantes”. Esta vez le costó<br />

más llegar a Rusia. No pudo lograr<br />

la mínima establecida para estar<br />

en la cita olímpica. Lo intentó en<br />

Pitztal (Alemania) y después en<br />

La Molina, donde salió con una<br />

desventaja de 100 puntos por no<br />

haber estado en ninguna carrera<br />

de las puntuables para la IPCA<br />

durante los últimos cuatro años<br />

(no se contabilizaban sus participaciones<br />

en el Campeonato de<br />

España y de Cataluña). Ante esta<br />

situación, tuvo que pedir una Wild<br />

Card (invitación para los deportistas),<br />

ya que su otra opción era<br />

participar en otras carreras, algo<br />

que por distancia geográfica y motivos<br />

económicos le resultaba imposible<br />

y tuvo que descartar.<br />

En la nieve de Sochi le podremos<br />

ver dos días: participará el<br />

13 de marzo en el gigante y el 15<br />

en el slalom. “Hay cinco pruebas:<br />

slalom, gigante, supergigante,<br />

descenso y la supercombi, que<br />

es una combinación entre slalom<br />

y gigante”, explica Xavi para los<br />

menos habituales a los deportes<br />

invernales. “Después se divide<br />

en tres categorías para la gente<br />

que va en silla: W10, W11 y W12.<br />

Son categorías que se establecen<br />

en función de la afectación de la<br />

lesión. La diez es lo que tienen<br />

Lleva once años bajando<br />

pistas: “Empecé como un<br />

hobby y los de Sochi serán mis<br />

terceros Juegos Olímpicos”<br />

A TODA<br />

DESCANSO.<br />

VELOCIDAD.<br />

Xavi<br />

Xavi<br />

Fernández<br />

Fernández<br />

atiende a<br />

demostró a AS<br />

De la Rosa<br />

su técnica en<br />

y Casáñez,<br />

el descenso,<br />

durante un<br />

en el estadio<br />

descanso<br />

de Costa<br />

en su dura<br />

Rodona en<br />

preparación<br />

Grandvalira.<br />

para la cita de<br />

Sochi.


42 43<br />

más lesión, le seguirían los de 11<br />

y 12 son los que tienen una pierna<br />

amputada o alguna lesión en<br />

el tronco”.<br />

En los Juegos Olímpicos de<br />

Sochi está previsto que participen<br />

más de 400 atletas discapacitados.<br />

“Hay mucha gente que se<br />

dedica al esquí adaptado, aunque<br />

no es algo que dé para vivir”. Xavi<br />

Fernández compagina su afición<br />

al deporte adaptado, esquí en invierno<br />

y con la handbike el resto<br />

del año con su vida laboral: “Soy<br />

operador de emergencias de los<br />

Bomberos de Andorra”. El mérito<br />

de los deportistas adaptados no<br />

reside sólo en la complejidad del<br />

deporte en sí, también tiene unos<br />

costes bastante altos para poder<br />

llevarlo a cabo: “El esquí es un<br />

Las becas y los patrocinadores<br />

ayudan a Xavi a financiar una<br />

silla de competición que puede<br />

llegar a costar 6.000 euros<br />

deporte caro en general, pero a<br />

nosotros se nos incrementa por<br />

el material que utilizamos para<br />

la competición. Una silla como la<br />

que uso yo puede costar 6.000<br />

euros. Por suerte tenemos patrocinadores<br />

y becas del gobierno<br />

que te van ayudando a conseguir<br />

el material y, de esta forma, podemos<br />

solventarlo”. Esta temporada<br />

está utilizando una silla nueva a la<br />

que se ha adaptado bien y que le<br />

da más prestaciones: “Es mejor<br />

que la anterior. Más rígida y, a la<br />

vez, te deja cambiar de posiciones<br />

dependiendo de la prueba y la disciplina<br />

en la que participe. Es más<br />

funcional”.<br />

Un auténtico slalom de obstáculos<br />

antes de empezar las propias<br />

pruebas sobre la nieve que<br />

Xavi Fernández cree que sorteará<br />

por última vez: “Pienso que<br />

son mis últimas Juegos Olímpicos.<br />

Este tipo de pruebas implican<br />

traslados muy largos y estar<br />

mucho tiempo fuera de casa”.<br />

Su deseo es acabar en el Top-<br />

30, aunque reconoce que ve las<br />

medallas como algo lejano: “Me<br />

veo bien para hacerlo. Dependerá<br />

de la confianza con la que llegue.<br />

Quiero disfrutar en Sochi. Las medallas<br />

son muy complicadas. No<br />

pienso en ellas”.<br />

A Rusia llegará tres días antes<br />

de que arranquen los Juegos Paralímpicos.<br />

Allí tiene planificado<br />

entrenarse con el equipo español<br />

los días previos a las carreras en<br />

las que compiten. Entre los objetivos<br />

del equipo español si que<br />

está el poder traer de vuelta alguna<br />

medalla, algo que no se logró<br />

en la primera cita en Sochi. Por<br />

España participarán nueve atletas:<br />

siete con discapacidad más<br />

dos guías. Los integrantes son:<br />

Jon Santacana (Esquí Alpino),<br />

que irá con su guía Miguel Galindo<br />

Garcés, Gabriel Gorce (Esquí<br />

Alpino), que irá con Arnau Ferrer<br />

Ventura, Úrsula Pueyo (Esquí Alpino),<br />

Óscar Espallargas (Esquí Alpino),<br />

Astrid Fina (Snowboard), Urko<br />

Egea (Snowboard) y Aitor Puertas<br />

(Snowboard).<br />

El equipo lo lidera Jon Santacana,<br />

que será el abanderado<br />

español: “Me emocioné cuando<br />

me lo dijeron. No me lo esperaba<br />

porque ya lo fui en 2006 y no me<br />

tocaba”, comenta a AS antes de<br />

la cita paralímpica. Santacana es<br />

el más veterano del equipo (ésta<br />

será su cuarta participación en<br />

unos Juegos) y también el más<br />

laureado con un oro y dos bronces<br />

en Salt Lake City 2002 y un oro<br />

y dos platas en Vancouver 2010.<br />

Además, llega con dos podios en<br />

la Copa del Mundo de Esquí Alpino.<br />

El esquiador vasco tiene una<br />

deficiencia visual calificada como<br />

B2 debido a un problema genético<br />

que se le detectó con ocho años<br />

y su carrera es un ejemplo de superación.<br />

Sin ir más lejos, estuvo<br />

cerca de perderse estos Juegos<br />

Paralímpicos, porque en septiembre<br />

se rompió el tendón de Aquiles<br />

en Australia. Lo que para el<br />

resto de mortales suponen ocho<br />

meses de recuperación, Jon lo<br />

acortó de manera increíble y en<br />

cuatro meses estaba esquiando.<br />

“El Comité quizá ha valorado estas<br />

circunstancias para hacerme<br />

abanderado. He trabajado mucho<br />

durante estos seis meses y ha<br />

sido una lucha titánica. Lo he pasado<br />

mal. Creía que no iba a llegar<br />

a los Juegos... Y este premio<br />

es un orgullo”.<br />

Santacana ha sufrido mucho<br />

para llegar a la cita de Sochi,<br />

todo empezó cuando le dieron el<br />

diagnostico de su lesión: “Me hablaron<br />

de siete y ocho meses. Fue<br />

muy duro, pero a partir de la operación,<br />

todo fue bien”. El esquiador<br />

vasco invirtió muchas horas<br />

en su rehabilitación. Por la mañana<br />

se machacaba con el fisioterapeuta<br />

y por la tarde acudía con<br />

Miguel Galindo, su guía, al gimnasio<br />

para continuar con su recuperación.<br />

Todo con la mirada puesta<br />

en los Juegos, en esas bajadas<br />

de las que podrá disfrutar estos<br />

días gracias a su capacidad de<br />

sacrificio.<br />

“No estoy al cien por cien recuperado,<br />

pero sí lo suficiente para<br />

esquiar”, nos cuenta Santacana.<br />

Tras la lesión y la rehabilitación,<br />

se colocó los esquís a mediados<br />

de enero, pero no sin dificultades:<br />

“Tenía que soportar tanto dolor<br />

que me veía obligado a parar hasta<br />

tres veces en la misma bajada<br />

porque no era capaz de soportarlo”.<br />

La gente que esquía sabe que<br />

El equipo español tendrá a<br />

nueve representantes en los<br />

Juegos Paralímpicos de Sochi,<br />

dos de ellos son guías<br />

EXPERIENCIA.<br />

COSTES.<br />

La escuela<br />

Además de<br />

de esquí de<br />

la técnica<br />

Pas de la<br />

necesaria<br />

Casa ofrece<br />

para dominar<br />

descensos con<br />

el descenso<br />

unas sillas<br />

con este tipo<br />

parecidas a<br />

de sillas, los<br />

las que usa<br />

esquiadores<br />

Xavi. En este<br />

deben pagar<br />

caso están<br />

unos 6.000<br />

adaptadas<br />

euros por<br />

para ir con un<br />

este tipo de<br />

monitor.<br />

equipos.


44 45<br />

DESCENSO.<br />

Santacana se<br />

ha recuperado<br />

de una grave<br />

lesión justo<br />

a tiempo<br />

para llegar<br />

a Sochi. Será<br />

su tercera<br />

presencia en<br />

unos Juegos<br />

Paralímpicos.<br />

TÁNDEM.<br />

Miguel<br />

Galindo y Jon<br />

Santacana<br />

posan con<br />

unas de sus<br />

medallas<br />

conquistadas.<br />

Santacana se rompió el tendón<br />

de Aquiles y ha protagonizado<br />

una recuperación milagrosa<br />

para estar en Sochi<br />

las botas no son precisamente cómodas,<br />

pues las de competición<br />

comprimen más el pie... Algo bastante<br />

doloroso para alguien ‘recién’<br />

operado del tendón de Aquiles.<br />

Santacana fue superando sus<br />

límites a base de fe y, sobre todo,<br />

trabajo. Así empezó con su preparación<br />

para Sochi: “Hemos hecho<br />

una micropretemporada en febrero.<br />

Las últimas dos semanas tuvimos<br />

entrenamientos de más<br />

intensidad. Y en la pasada Copa<br />

del Mundo fuimos mejorando y encontrando<br />

mejores sensaciones”.<br />

En la Copa de Mundo hizo dos terceros<br />

en descenso y no oculta su<br />

satisfacción: “No estamos tan lejos<br />

de los punteros. No tiraremos<br />

la toalla, pese a que faltaban algunos<br />

que sí que estarán en Sochi”.<br />

Si hubiéramos hablado con<br />

él antes de la lesión, no hubiera<br />

tenido temor al hablar de medallas.<br />

Ahora es más cauto: “Para<br />

mí estar en Sochi es la medalla.<br />

La lesión cambió mi reto. Ahora<br />

lo que quiero es disfrutar de los<br />

Juegos, porque es algo que sólo<br />

pasa cada cuatro años. El trabajo<br />

se tiene que reflejar, aunque llevamos<br />

poca competición...”.<br />

Seis meses de trabajo, sufrimiento<br />

y el premio de Sochi llegó.<br />

¿Miedo a la recaída?: “Hay que<br />

luchar contra el miedo. Realmente,<br />

en cada bajada, aunque no<br />

estuviera lesionado, hay algo de<br />

miedo. Al final, a 120 kilómetros<br />

por hora te juegas la vida en las<br />

pistas. Eso te hace estar alerta.<br />

El temor está y no tiene que desaparecer.<br />

Es lo que te da la vidilla.<br />

Ese miedo conjugado con la confianza<br />

y las sensaciones que tienes<br />

durante la bajada, es un poco<br />

lo que te engancha”.<br />

Junto a Santacana está su pilar<br />

fundamental en la competición<br />

y su amigo fuera de ella: Miguel<br />

Galindo. Comparten bajadas<br />

desde 2002 y en la confianza que<br />

han creado el uno en el otro está<br />

una de sus claves. El resto es su<br />

método. En las pistas se comunican<br />

con un sistema de Bluetooth<br />

y nos explica cómo es el trabajo<br />

antes de la pruebas: “La mecánica<br />

es igual que los que no tienen<br />

discapacidad. Hay una bajada de<br />

reconocimiento. Ahí hacemos la<br />

estrategia. Antes de la salida hacemos<br />

un reconocimiento mental<br />

para aplicarlo en la carrera”.<br />

Al igual que Xavi Fernández,<br />

Santacana y Galindo nos explican<br />

la dificultad de competir en estos<br />

deportes invernales: “Casi siempre<br />

estamos fuera de España. Por<br />

temas de nieve, la pretemporada<br />

la hacemos en Sudamérica y luego<br />

vamos a Los Alpes. En España<br />

hacemos una o dos semanas al<br />

año de entrenamiento como mucho.<br />

Es lo duro de este deporte,<br />

se necesitan muchos medios económicos<br />

para entrenarte, porque<br />

te tienes que ir fuera mucho tiempo”.<br />

Todos estos sacrificios hacen<br />

más admirables sus descensos,<br />

sus historias y Sochi 2014...<br />

Será el abanderado español:<br />

“Mi medalla es estar en Sochi.<br />

La lesión cambió mi reto y<br />

todos mis objetivos”


46 47<br />

ESQUÍ DE<br />

TRAVESÍA<br />

LA DUREZA ES ADICTIVA<br />

Es una de las prácticas más exigentes<br />

que existen y que a la vez engancha.<br />

Muchos deportistas de élite lo usan<br />

como entrenamiento, ya que es una de<br />

las actividades más aeróbicas de hay.<br />

REPORTAJE GRÁFICO: DANI SÁNCHEZ


48 49<br />

PROCESO. Para<br />

comenzar el ascenso,<br />

tras ponerte todo<br />

el equipo, hay que<br />

colocar las pieles<br />

de foca y poner las<br />

fijaciones en posición<br />

de subida.<br />

J. CASÁÑEZ, A. DE LA ROSA /<br />

La dureza es adictiva. Así se<br />

podría definir el esquí de<br />

travesía, deporte muy duro que<br />

engancha a todo el que lo práctica.<br />

Probablemente sea de las actividades<br />

que resulten más aeróbicas<br />

y por tato que requieran un<br />

mayor esfuerzo. La actividad puede<br />

servir como entrenamiento y<br />

preparación de otros deportes.<br />

Algunos ciclistas o incluso pilotos<br />

de Fórmula 1 lo han probado para<br />

mejorar su resistencia sobre un<br />

sillín o a los mandos de un monoplaza.<br />

Tan duro es este deporte<br />

que incluso uno de los 28 catorceochomilistas<br />

(personas que han<br />

subido todas las cimas de más de<br />

ocho mil metros) que existen se<br />

prepara realizando randonée. Se<br />

trata de Maksut Zhumayev, que<br />

ha subido todos los ochomiles del<br />

planeta. Uno de sus típicos entrenamientos<br />

es realizar esquí de<br />

montaña para adecuar el cuerpo<br />

a esfuerzos a grandes alturas.<br />

Pero no sólo es un deporte<br />

como preparación a otros o un<br />

simple deporte amateur. También<br />

existe competición y uno de sus<br />

mayores exponentes es un español:<br />

Kilian Jornet. Nombrado por<br />

National Geographic como ‘Aventurero<br />

del Año’ o por L’Equipe<br />

como uno de los ‘Campeones de<br />

Campeones’, compartido con Usain<br />

Bolt o Serena Williams, es un<br />

adicto a la montaña. Es integrante<br />

del equipo español de esquí de<br />

montaña con el que ha sido campeón<br />

del mundo de 2011 individual<br />

y por equipos, campeón del<br />

mundo de carreras verticales en<br />

2010 y 2011, subcampeón del<br />

mundo individual en 2010, y ha<br />

ganado decenas de carreras largas,<br />

cortas, individuales y por<br />

equipos, incluidas tres ediciones<br />

de la Pierra Menta, considerada<br />

el Tour de Francia del esquí de<br />

montaña.<br />

Con este deporte se aúnan el<br />

alpinismo y el esquí. Básicamente<br />

se centra en la subida de la montaña<br />

con el equipo de esquí por<br />

zonas en las que hay nieve virgen<br />

para posteriormente realizar el<br />

descenso.<br />

El material cambia diametralmente<br />

con respecto al esquí convencional.<br />

En el de travesía se<br />

cuenta con unas tablas ligeras,<br />

diseñadas para esquiar con facilidad<br />

en cualquier tipo de nieve.<br />

Las botas resultan más ligeras y<br />

ergonómicas para hacer la subida.<br />

Además, existen dos tipos de<br />

posición en relación a la sujeción<br />

con los esquíes. Subida y bajada.<br />

En el primero, el talón se puede<br />

levantar para poder realizar el ascenso<br />

alpino. En el segundo, la fijación<br />

es la convencional para realizar<br />

el descenso.<br />

A los esquís, botas, bastones<br />

y fijaciones debemos añadir las<br />

pieles de foca, que se colocan en<br />

las suelas y nos permiten avanzar,<br />

pero no retroceder. Además,<br />

Las pieles de foca colocadas<br />

en la base de los esquís<br />

hacen que se pueda ascender<br />

sobre la nieve


50 51<br />

ALUDES. Cuando se<br />

realiza este deporte<br />

es primordial contar<br />

con el sistema ARVA<br />

para poder rescatar a<br />

cualquier afectado por<br />

una avalancha . La<br />

rapidez es vital.<br />

existen las cuchillas, para cuando<br />

la nieve está muy dura o helada,<br />

y las pieles no agarran lo suficiente.<br />

Las pieles de foca aportan el<br />

agarre suficiente para que las tablas<br />

no se deslicen en la subida y<br />

sea posible escalar hasta la cima.<br />

Éstas tienen una reverso con la<br />

piel y un anverso adhesivo que se<br />

pega a los esquís. En el momento<br />

de la subida, una vez con todo<br />

el equipo puesto, los pies deben<br />

ser como una brocha que pinta<br />

sobre la nieve, siendo la punta de<br />

los dedos el final de la brocha. El<br />

movimiento que se debe hacer es<br />

cómo si se estuviera pintando.<br />

El boom de este deporte está<br />

haciendo que algunas estaciones<br />

de esquí estén preparando rutas<br />

señalizadas para los esquiadores<br />

de travesía. Uno de los principales<br />

problemas es la falta de control<br />

de deporte y los peligros que entraña.<br />

Una de las estaciones pioneras<br />

es Grandvalira, con cuatro<br />

rutas perfectamente acotadas y<br />

señalizadas. Cada día, estas rutas<br />

se revisan para que cualquier<br />

obstáculo o peligro sea retirado.<br />

Además, existe la posibilidad de<br />

recorrerlas con guía para los más<br />

novatos en este deporte.<br />

Además de un deporte con<br />

mucha exigencia, hay que tener<br />

en cuenta el riego de aludes. Por<br />

ello es imprescindible contar con<br />

un sistema ARVA (Aparatos de<br />

Rescate de Víctimas de Avalanchas).<br />

Es un dispositivo que usan<br />

los esquiadores de randonée que<br />

emite constantemente una señal<br />

emisora para que se encuentre<br />

al accidentado en la avalancha.<br />

Lo primero que hay que hacer es<br />

sincronizar todos los ARVA de<br />

los que vayan a realizar la travesía<br />

prediseñada. En caso de que<br />

ocurra un accidente, el dispositivo<br />

que cada uno tiene atado alrededor<br />

de su pecho le dará indicaciones<br />

de dónde se encuentra la<br />

víctima. Dentro del material necesario<br />

que hay que llevar están una<br />

sonda y una pala. El primer objeto<br />

se introduce en la nieve para<br />

tratar de ubicar dónde puede estar<br />

el accidentado. Una vez localizado,<br />

se escava con la pala, no<br />

directamente, sino alrededor de<br />

la zona para no provocar daños<br />

a la víctima. La rapidez es vital,<br />

ya que si tardamos quince minutos<br />

hay un noventa por ciento de<br />

posibilidades de que la persona<br />

viva; a partir de ahí, los porcentajes<br />

disminuyen. Además, hay indicaciones<br />

por si eres tú el que se<br />

ve arrastrado por un alud. Lo principal<br />

es protegerse la cara para<br />

poder tener un hueco para respirar.<br />

Una vez terminado el alud,<br />

se debe tratar de excavar para intentar<br />

salir a la superficie. Pero<br />

para ello debemos saber en qué<br />

dirección estamos. Una fórmula<br />

es usar la saliva u orina para darse<br />

cuenta si uno está boca arriba<br />

o boca abajo.<br />

Estaciones de esquí como<br />

Grandvalira han comenzado<br />

a señalizar rutas para los<br />

esquiadores de montaña


52 53<br />

CAMPEONES. Kilian<br />

Jornet es campeón del<br />

mundo con España de<br />

esquí de travesía.<br />

PREPARACIÓN.<br />

El ochomilista<br />

Zhumayev prepara sus<br />

ascensiones haciendo<br />

esquí de travesía.<br />

EL ESQUÍ SILENCIOSO<br />

DANI SÁNCHEZ /<br />

Si imaginásemos al primer<br />

esquiador del que la historia<br />

tiene constancia, no le imaginaríamos<br />

cogiendo un telesilla,<br />

sentándose a tomar un arroz con<br />

pollo al curry a pie de pista o disfrutando<br />

de un gintonic con música<br />

tecno de fondo. Le imaginaríamos<br />

organizando su travesía el<br />

día antes, preparando algo de comida<br />

para el camino, mirando al<br />

cielo para intentar saber en qué<br />

estado encontrará la nieve, atravesando<br />

bosques y collados entre<br />

montañas y resguardándose de la<br />

noche en refugios improvisados.<br />

Si imaginásemos a ese hombre<br />

con esquís que aparece grabado<br />

en una piedra en el 2.500 a.C en<br />

la isla noruega de Rodódy, no le<br />

imaginaríamos en una estación<br />

de esquí. Estaría haciendo esquí<br />

de montaña.<br />

Porque lejos del ruido y los remontes<br />

mecánicos, también hay<br />

un esquí. Uno en el que el esquiador<br />

se tiene que ganar el descenso.<br />

En el que hay tiempo para la<br />

reflexión mientras se arrastran<br />

suavemente los esquís sobre sus<br />

pieles de foca en el ascenso. En<br />

el que no siempre lo importante<br />

es bajar, sino cómo y por dónde<br />

hacerlo. En el que la montaña sigue<br />

siendo la protagonista del deporte,<br />

sin serlo tanto el material,<br />

la técnica, los recursos… Así el<br />

esquí de montaña (o travesía) se<br />

encuentra más cerca del alpinismo<br />

que del esquí alpino clásico.<br />

Mantiene muchos de sus valores<br />

y también de sus riesgos, pero es<br />

sin duda una de las actividades<br />

más completas que se pueden hacer<br />

en la montaña. Su terreno de<br />

juego es infinito y las rutas pueden<br />

ir desde los descensos más<br />

extremos y complicados hasta<br />

placenteras travesías enlazando<br />

distintos refugios.<br />

Por eso, cuando nos ponemos<br />

los esquís de montaña nos acercamos<br />

mucho a los orígenes del<br />

esquí. A la aventura. A descubrir<br />

que la nieve no cae del cielo y se<br />

convierte en pista. Cae y es polvo.<br />

O costra. O hielo. A descubrir<br />

que hay descensos silenciosos<br />

en la montaña. Que hay lugares<br />

a los que acercarnos sin necesariamente<br />

armar mucho ruido,<br />

construir carreteras y montar restaurantes<br />

de altura. Que hay otro<br />

esquí con el que disfrutar de las<br />

montañas.<br />

El esquiador se tiene que ganar<br />

el descenso. Hay tiempo para la<br />

reflexión mientras se arrastran<br />

suavemente los esquís


54 55<br />

PEDRO<br />

CIFUENTES<br />

TRES<br />

COLOSOS.<br />

Las Torres<br />

de Paine son<br />

tres gigantes<br />

de granito<br />

que se han<br />

convertido<br />

en un reto<br />

mítico en el<br />

mundo del<br />

montañismo.<br />

EL EMPERADOR DE LAS TORRES DEL PAINE<br />

El montañero conquense<br />

aspira a ser galardonado con<br />

el ‘Piolet d’Or’ después de ser el<br />

primero en realizar la travesía<br />

integral de las Torres del Paine<br />

en solitario. Una hazaña que ya<br />

es historia del montañismo, y<br />

cuya historia está plagada de<br />

momentos inolvidables.


56 57<br />

EL PROYECTO.<br />

APROXIMACIÓN.<br />

El objetivo<br />

Los caballos<br />

de Pedro<br />

transportan el<br />

JUAN IGNACIO CANTERO Y<br />

Cifuentes<br />

equipo durante<br />

ALBERTO VAL /<br />

consistía<br />

la primera<br />

Hay premios que paralizan<br />

el mundo. En el cine, los<br />

Oscar, en la música, los Grammy,<br />

en el fútbol el Balón de Oro… Hay<br />

un largo etcétera de reconocimientos<br />

que monopolizan la información<br />

los días previos y posteriores<br />

a su entrega. Si nos trasladamos<br />

al montañismo, ese galardón serían<br />

los Piolet d’Or.<br />

Este premio, que se entrega<br />

desde 1991, es decidido por un<br />

jurado de seis personas, todas<br />

ellas con gran renombre en el alpinismo<br />

moderno. La trascendencia<br />

del galardón ha ido creciendo<br />

con los años y significa el mayor<br />

reconocimiento posible para las<br />

personas ligadas a la montaña.<br />

Nunca lo ha conseguido un español,<br />

aunque en este 2014 podría<br />

cambiar la suerte.<br />

El pasado 9 de febrero, la organización<br />

daba a conocer la primera<br />

criba de nominados. Hasta 74<br />

nombres forman parte de la llamada<br />

‘Big List’. Esta lista será reducida<br />

con los 6 finalistas, antes<br />

de hacer entrega entre los días 26<br />

y 29 de marzo del galardón, en la<br />

localidad francesa de Charmonix<br />

y la italiana de Courmayeur. Entre<br />

esos nominados, habrá 5 españoles,<br />

aunque en esta ocasión nos<br />

vamos a centrar en la aventura<br />

realizada en solitario por el alpinista<br />

conquense Pedro Cifuentes.<br />

Ésta es su historia.<br />

La montaña solo suele ser noticia<br />

cuando se han producido accidentes.<br />

Se asocia a la tragedia,<br />

a hechos aislados. Esta asociación<br />

debería desaparecer, ya que<br />

la montaña no es, ni mucho menos,<br />

eso. La montaña representa<br />

El Piolet d’Or se entrega desde<br />

1991 y se ha convertido en el<br />

mayor reconocimiento para las<br />

personas ligadas a la montaña<br />

la naturaleza, representa hitos y<br />

hazañas, representa un espíritu<br />

de superación y un compañerismo<br />

‘salvaje’. Ése es el lado bonito<br />

de la montaña, pero no solo<br />

eso, es el lado que más se acerca<br />

a todas las personas implicadas<br />

en ella.<br />

La historia de Pedro Cifuentes<br />

bien puede encajar en ese paradigma.<br />

Al margen de la aventura<br />

que se planteó, detrás de la misma<br />

se esconde una historia de<br />

perseverancia, preparación y superación.<br />

Una de esas historias<br />

que magnifican la montaña, pero<br />

que suelen quedar en un segundo<br />

plano ante cualquier accidente.<br />

Nos van a permitir una licencia.<br />

Contaremos su historia como<br />

si de una montaña rusa se tratase,<br />

con un continuo sube-baja<br />

que bien podría representar a Pedro,<br />

tanto por su práctica deportiva<br />

como por su manera de ser<br />

y hablar. Él es una persona entrañable,<br />

con la que es imposible<br />

seguir una trayectoria lineal.<br />

Siempre tiene anécdotas que contar,<br />

un ir y venir en sus historias<br />

que te sumergen en su mundo.<br />

Es difícil no quedarse fascinado<br />

ante su forma de hablar, pensar<br />

y vivir. Por eso, la historia tendrá<br />

esos continuos flashbacks, ya<br />

que creemos que es la mejor manera<br />

de aproximarnos a cómo Pedro<br />

Cifuentes contaría su propia<br />

historia. ¿Comenzamos?<br />

“¡Deja de soñar!”.<br />

El alpinista conquense tiene una<br />

filosofía clara de su vida, “viajar y<br />

escalar”. Todos sus viajes los enfoca<br />

de esta manera. Allá donde<br />

va lo hace con un petate a cuestas,<br />

en el que incluye su material<br />

de escalada. Le ha dado muchos<br />

problemas en las aduanas, pero<br />

es un pequeño lance a superar<br />

comparado con las gestas que<br />

ha logrado. Yosemite, Brasil, Marruecos,<br />

Sudáfrica, Japón, etc,...<br />

La lista de sitios en los que ha viajado<br />

y escalado es prácticamente<br />

innumerable. Pero aquél por el<br />

que su nombre va a estar ligado<br />

por la posteridad es Patagonia.<br />

Desde su Cuenca natal hasta<br />

aquella región hay una separación<br />

de casi 13.000 kilómetros. Esta<br />

región geográfica está situada en<br />

la parte más austral de América.<br />

Aúna territorios del sur de Argentina<br />

y Chile. Allí se encuentra el tercer<br />

campo de hielo más grande de<br />

todo el mundo, con 49 glaciares.<br />

Para que se hagan una idea, cuatro<br />

chilenos lo cruzaron en 1999<br />

y tardaron 98 días en ir de un lado<br />

al otro. Una región enorme. Entre<br />

todos los glaciares, destaca el<br />

Glaciar Grey, con sus 6 kilómetros<br />

de ancho y más de 260 km.<br />

de superficie total. Dicho glaciar<br />

pertenece al ‘Valle de la W’, en el<br />

que además del Glaciar Grey se<br />

encuentra el ‘Valle del Francés’ y<br />

el ‘Valle de las Torres del Paine’.<br />

en realizar<br />

la travesía<br />

integral de<br />

las Torres del<br />

Apine. En la<br />

imagen se<br />

puede ver<br />

el trayecto<br />

previsto.<br />

parte de la<br />

aproximación<br />

hasta el primer<br />

campamento,<br />

el llamado<br />

campamento<br />

chileno.


58 59<br />

La primera vez que Pedro Cifuentes<br />

estuvo allí fue en el<br />

2000. No lo hizo solo, ya que viajó<br />

en compañía de Fernando San<br />

Isidro y su mujer. La intención de<br />

los tres era hacer el circuito de<br />

las Torres del Paine, siendo éste<br />

uno de los parques más visitados<br />

de todo el mundo [el primero es<br />

el Parque de Sherwood, conocido<br />

por su asociación con Robin<br />

Hood]. Se tarda unos 10 días en<br />

hacerlo, pero engloba otro más<br />

pequeño, que es el ya nombrado<br />

‘Valle de la W’.<br />

En ese momento surgió el idilio<br />

entre Cifuentes y las Torres del<br />

Paine. “El día que terminamos de<br />

hacer el circuito fuimos a las Torres<br />

del Paine. Estaba nublado,<br />

pero hubo un momento en que la<br />

niebla se levantó y se vieron las<br />

tres torres. Hacía mucho frío y le<br />

dije a Fernando, yo algún día vendré<br />

aquí a escalar”, cuenta Pedro.<br />

La respuesta de Fernando no se<br />

hizo esperar. “Me dijo dos cosas<br />

que siempre he recordado. Hay<br />

que tener dos cosas claras en Patagonia,<br />

la primera, ¡deja de soñar!;<br />

cuando vas a Patagonia a escalar<br />

no vas a soñar, o haces una<br />

cosa o haces otra, pero tienes<br />

que tener un objetivo claro. La segunda,<br />

vámonos, que hace frío”. Y<br />

es que en esa región cuando hace<br />

frío, lo hace de verdad.<br />

En este momento, Pedro nos<br />

remarca la figura de Fernando San<br />

Isidro, muy importante para él. Se<br />

trata de una persona muy entrañable,<br />

campeón de España en Lucha<br />

varios años y que logró competir<br />

en las Olimpiadas de Moscú<br />

en 1980. “Yo he luchado muchas<br />

veces contra él. Nunca le he tumbado”<br />

dice riéndose Pedro. San<br />

Isidro tiene buena parte de culpa<br />

“Hay que tener dos cosas<br />

claras en la Patagonia.<br />

Primera, ¡deja de soñar!<br />

Segunda, vamos que hace frío”<br />

de que Cifuentes haya conquistado<br />

las Torres del Paine. Esas dos<br />

cosas que le dijo allá en el 2000<br />

nunca se le olvidaron a Pedro.<br />

Bien podrían incluirse en el ‘Tablón<br />

de la Motivación’ que guarda<br />

Cifuentes en su casa, con las frases<br />

que más le ayudan.<br />

“¡Joder, qué movida!”.<br />

Pedro Cifuentes se centró en la<br />

escalada con intensidad primero<br />

con sus amigos, en Cuenca, escalando<br />

en el Alfar o en la zona<br />

de Paules, unos lugares privilegiados<br />

para iniciarse. Fue cogiendo<br />

nivel y ya emprendió empresas<br />

mayores.<br />

Después de ir con Fernando<br />

San Isidro a la Patagonia, decidió<br />

volver en más ocasiones,<br />

pero tuvo problemas para escalar<br />

solo. Fue en noviembre de 2005<br />

cuando el alpinista conquense llegó<br />

acompañado del brasileño Lineo,<br />

ya que ambos bajaron juntos<br />

en autobús desde Río de Janeiro<br />

(Brasil), un viaje que duró cinco<br />

días con sus correspondientes noches.<br />

“Nunca más volveré a hacerlo.<br />

Cogeré un avión e iré a Patagonia,<br />

pero nunca más lo haré<br />

de esa manera”, reflexiona Pedro.<br />

Una vez llegaron a la Patagonia,<br />

conocieron a unos chavales que<br />

querían escalar. Eran Tomas Marussy,<br />

Ivo Kusanovich y Nicolás<br />

Secul, quienes también estaban<br />

construyendo una cabaña. Pedro<br />

se quedó con todos un par de meses.<br />

Tuvo que regresar a España<br />

pero volvió de inmediato.<br />

En esa vuelta, también lo hizo<br />

con su amigo americano David Griffith,<br />

uno de los mejores escaladores<br />

en Yosemite. Se propusieron<br />

escalar una torre, pero esa<br />

época fue una de las peores en<br />

cuanto al tiempo se refiere. Estuvieron<br />

dos meses para poder escalar<br />

solo un día. El resto de días<br />

los pasaron encerrados en una<br />

cueva “en la que no puedes ponerte<br />

de pie. Es de metro y medio<br />

de alto por 3 metros cuadrados”<br />

cuenta Cifuentes. Lejos de<br />

desanimarse, en su cabeza solo<br />

ESPECTÁCULO. El<br />

glaciar depara<br />

momentos de<br />

belleza natural.<br />

El agua helada<br />

y transparente<br />

ha horadado y<br />

rellenado una<br />

sima de más de<br />

30 metros de<br />

profundidad de<br />

la que se podía<br />

ver el fondo con<br />

total nitidez.


60 61<br />

MATERIAL.<br />

GLACIAR. Las<br />

El equipo<br />

vetas de este<br />

rondaba un pensamiento, “tengo<br />

que volver”.<br />

Hasta el 2008 regresó un par<br />

de veces, pero no escaló mucho.<br />

En ese año logró ser el primer español<br />

en escalar las tres torres.<br />

Primero subió a la torre Norte,<br />

posteriormente a la Sur y finalmente<br />

conquistó la Central. Lo<br />

hizo con más gente, y de una manera<br />

distinta al reto que se planteó<br />

en 2013. Escalaba una torre,<br />

bajaba, volvía al campamento y a<br />

esperar que hiciera bueno otro<br />

día. La torre Central la escaló con<br />

Ivo y Nicolás. “Fueron los primeros<br />

magallánicos que la escalaron”,<br />

cuenta Pedro.<br />

Entonces, el alpinista conquense<br />

cambió de objetivo, por poco<br />

tiempo. Se enfocó más en Yosemite,<br />

donde realizó muchas vías,<br />

pero en su cabeza ya estaba rondando<br />

algo. Él seguía viajando y<br />

costeándose todo, pero entonces<br />

pensó, “¿por qué no me busco un<br />

patrocinador?”. Claro que para<br />

ello necesitaba tener una buena<br />

idea. Fascinado como estaba con<br />

las Torres del Paine, el desafío<br />

tenía que estar relacionado con<br />

ellas. Además, se trata de una<br />

zona con un clima extremo, peculiar,<br />

que resultaría interesante<br />

promocionar y costear. Así se le<br />

ocurrió realizar la Travesía Integral<br />

de las Torres del Paine, consistente<br />

en enlazar las tres vías. Único,<br />

peculiar, en un sitio extremo, un<br />

buen proyecto sin lugar a dudas.<br />

Cuando le vino a la mente ese desafío,<br />

Pedro solo pudo pensar “joder,<br />

qué movida, ¿no?”.<br />

Faltaba conseguir un patrocinador.<br />

No tardó en conseguirlo. Habló<br />

con uno de sus amigos, Gerardo,<br />

quien regentaba una conocida<br />

tienda de alpinismo en Madrid, ‘El<br />

La marca RAB y la Federación<br />

de Montaña de Casilla-La<br />

Mancha patrocinaron la<br />

aventura del conquense<br />

rincón de la montaña’. Pedro contó<br />

su idea y entre ambos decidieron<br />

ponerse en contacto con la<br />

marca RAB. Paralelamente, también<br />

se habló con la Federación<br />

de Montaña de Castilla-La Mancha,<br />

cuyo presidente por aquel<br />

entonces era el conquense Paco<br />

Durán.<br />

“Hay que salir de la zona<br />

de confort”.<br />

En principio, no llevaba idea de<br />

hacerlo en solitario. Así fue como<br />

‘engañó’ a Adrián Ayllón, otro conquense<br />

que se unió a la aventura.<br />

“En 2011, solo hicimos una torre,<br />

pero abrimos la vía ‘Cuenca<br />

es Única’. El descenso fue bastante<br />

dramático. Sufrimos congelaciones<br />

en los pies, tuvimos que<br />

ir a Zaragoza con el doctor Arregui,<br />

toda una eminencia en estas<br />

cosas”, cuenta Pedro.<br />

El regreso fue muy duro. Pedro<br />

Cifuentes se encontraba algo<br />

desmotivado y muy preocupado<br />

por las congelaciones. Finalmente,<br />

se curó sin problemas y una<br />

idea comenzó a rondarle la cabeza:<br />

“¿Por qué no hacerlo solo? Si<br />

yendo dos ya era un proyecto interesante,<br />

solo sería inaudito”.<br />

Se preparó durante todo el<br />

2011 para hacerlo en solitario,<br />

pero cometió un error que luego<br />

le costó caro. Al llegar a casa, se<br />

ponía junto a la estufa, calentito, y<br />

en Patagonia la acabó echando de<br />

menos. Allí, escalaba todo el día,<br />

pero cuando llegaba la noche se<br />

preguntaba dónde estaba aquella<br />

estufa. ¿Qué necesidad tenía de<br />

pasar frío?, pensaba. “Hay que<br />

salir de la zona de confort”, concluye<br />

Pedro.<br />

Esa primera intentona en solitario<br />

le gustó, se sintió bien haciéndola.<br />

Pero aparte del tiempo,<br />

imprevisible en esa zona y que ya<br />

echó al traste sus dos primeras<br />

aventuras, debía perfeccionar todos<br />

los detalles que de él dependían.<br />

“A Patagonia hay que ir<br />

gordo”.<br />

El entrenamiento del 2012 fue<br />

distinto. Por ejemplo, cuando regresaba<br />

de escalar, en vez de<br />

meterse en la cama junto a la estufa,<br />

lo que Pedro hacía era abrir<br />

las ventanas de par en par y abrigarse<br />

con solo una manta. “Este<br />

año, cuando llegué a Patagonia,<br />

ya estaba aclimatado. Me ponía el<br />

saco y decía, ¡si estoy mejor que<br />

en mi casa!”, apuntilla. Pero la<br />

preparación no se enfoca solo en<br />

escalar, hay otros factores igual<br />

de importantes.<br />

Uno de ellos es la comida. Pedro<br />

Cifuentes pesa de normal entre<br />

68-70 kilos, pero necesitaba<br />

engordar para realizar la aventura,<br />

ya que él mismo afirma que “la<br />

protección natural es la grasa”. Le<br />

costó 4 meses alcanzar los 74 kilos,<br />

a pesar de comer cinco veces<br />

al día, a rajatabla, con una<br />

necesario para<br />

una escalada<br />

de envergadura<br />

puede llegar<br />

a pesar más<br />

100 kilos. En<br />

la imagen, el<br />

material de<br />

escalada, al que<br />

hay que sumar<br />

ropa contra el<br />

frío y la lluvia,<br />

comida, tiendas<br />

de campaña<br />

y de pared,<br />

etcétera.<br />

‘serac’ (bordes<br />

de las grietas<br />

de un glaciar)<br />

indican la<br />

evolución<br />

anual<br />

del hielo.<br />

También<br />

son un<br />

lugar ideal<br />

que incita<br />

a entrenar<br />

con los<br />

crampones<br />

piolets.


62 63<br />

CAMPAMENTO. Al<br />

VALLE DEL SILENCIO.<br />

pie de la pared es<br />

Una vez completada<br />

dieta que incluía continuamente<br />

beicon, chorizo, panceta... Pero<br />

en su cabeza solo pasaba ganar<br />

peso. “A Patagonia hay que ir gordo”,<br />

afirma.<br />

Otros detalles a tener en cuenta<br />

son los referentes al material.<br />

Cuenta Pedro que “pesaba todo,<br />

hasta el tornillo más pequeño”. Y<br />

es que el equipo es muy importante.<br />

Estudió mucho el material que<br />

debía llevar, con continuos cambios<br />

y buscando reducir al máximo<br />

posible el peso. “Buscar el saco<br />

perfecto, los aparatos, casi todo<br />

modificado. Voy a un sitio que es<br />

extremo, mi equipo tiene que estar<br />

amoldado a ese clima. Con la<br />

experiencia previa he ido amoldando<br />

mejor, los pies de gato de<br />

Boreal son especiales, con lo que<br />

me aseguro es especial, la hamaca<br />

igual. Con Adrián ya reventamos<br />

una, por culpa del viento”,<br />

recuerda Pedro.<br />

Una forma drástica para reducir<br />

peso fue el agua. En vez de<br />

llevar, lo que hizo fue coger una<br />

botella de dos litros que iba rellenando,<br />

ya que por las anteriores<br />

escaladas que realizó ya sabía<br />

dónde buscarla. Algún día no<br />

encontró, pero la mayoría de días<br />

sí. Finalmente, el peso del petate<br />

era de 50 kilos, más otros 20<br />

que llevaba encima. Imaginad si<br />

se moja. “Tengo una cuerda que<br />

pesa 3 kilos, si se moja, absorbe...<br />

pues igual llega a pesar 7-8<br />

kilos”, nos cuenta Pedro.<br />

Planificó su estrategia, también<br />

distinta a otros años. Sabía que<br />

no podía arrastrar el equipo durante<br />

las tres torres, pero tampoco<br />

podía usar la misma estrategia<br />

que en el 2012. Por aquel entonces,<br />

trató de dejar dos depósitos<br />

en los collados, pero para acceder<br />

En vez de llevar agua, cogió<br />

una botella de dos litros que<br />

rellenaba por el camino. Había<br />

que reducir peso como fuera<br />

a uno de ellos, es necesario escalar<br />

y no se lo pudieron llevar. Así<br />

pues, en el 2013 cambió y pensó<br />

en dejar solo uno. También llevó<br />

hamaca, cosa que no hizo el año<br />

anterior. “Me he estudiado absolutamente<br />

todo”, afirma rotundamente.<br />

Escalando la burocracia.<br />

Pedro estaba preparado, el equipo<br />

estaba más que revisado, su<br />

preparación había sido minuciosa<br />

y su motivación no podía crecer<br />

más. Era el momento de afrontar<br />

el reto, acudir a la Patagonia y hacer<br />

frente al desafío de las torres.<br />

Pero una vez allí no solo tuvo un<br />

reto a la hora de escalar sino para<br />

conseguir los permisos que le dieran<br />

acreditación para ello.<br />

Para poder escalar, primero<br />

es necesario un permiso DIFROL<br />

tramitado desde Santiago que es<br />

necesario para acceder al permiso<br />

CONAF con el que te dejan a<br />

entrar a escalar. “El proceso burocrático<br />

es lento, el permiso se<br />

retrasó un montón”, se queja Pedro.<br />

Pero algo que el alpinista lleva<br />

aún peor es la necesidad de tener<br />

un seguro de rescate: “¿Para<br />

qué quieres un seguro de rescate<br />

si no hay un equipo de rescate?”.<br />

Finalmente, el permiso llegó el día<br />

en que el alpinista se iba para el<br />

Parque de Las Torres, por lo que<br />

pudo respirar aliviado.<br />

“Nuestro refugio”.<br />

Todo estaba preparado; Pedro,<br />

acompañado de sus tres porteadores,<br />

Ángela, Guarén y Juanjo,<br />

pasó el último control del parque<br />

por donde solo se permite pasar<br />

a los escaladores. Todavía quedaban<br />

muchas horas de viaje hasta<br />

presentarse en las torres por lo<br />

que hacía falta realizar una parada<br />

en el campamento japonés,<br />

que es el campamento base.<br />

Allí Pedro lleva a cabo junto<br />

con sus amigos porteadores un<br />

ritual mágico, la bebida del mate.<br />

El mate es una infusión que se<br />

toma caliente y, en el campamento<br />

japonés es un ritual de obliga-<br />

necesario instalar<br />

un campamento de<br />

altura. Es también<br />

el punto donde<br />

hacer los últimos<br />

preparativos, incluido<br />

proteger las manos<br />

contra la abrasiva<br />

roca granítica para la<br />

escalada de las torres<br />

que principalmente<br />

transcurre por fisuras.<br />

la aclimatación,<br />

comienza la transición<br />

hacia el mundo de<br />

roca que caracteriza<br />

a las Torres del Paine<br />

que se aprecian a la<br />

izquierda. A la derecha<br />

el Cerro Catedral.<br />

Estamos en un lugar<br />

mágico, el inhóspito<br />

Valle del Silencio.


64 65<br />

do cumplimiento que recuerda<br />

con cariño: “Una de las cosas a<br />

las que más importancia le doy es<br />

al momento de beber el mate. Es<br />

como un ritual, con amigos, el fuego<br />

y la bebida caliente antes de<br />

llegar al frío de la montaña”.<br />

El campamento japonés está<br />

a casi un día caminando del último<br />

reducto antes de llegar a la<br />

base de la pared, el campamento<br />

de altura. En todo este tiempo caminando,<br />

Pedro no veía las torres<br />

porque hasta el último momento<br />

no se vislumbran, pero en su mente<br />

las tres siluetas de la pared estaban<br />

totalmente nítidas.<br />

CHULETA. La<br />

travesía integral de<br />

las Torres del Paine<br />

se llevó a cabo<br />

principalmente<br />

por vías ya<br />

abiertas, incluida<br />

la ruta “Cuenca es<br />

única” abierta por<br />

Pedro Cifuentes y<br />

Adrián Ayllón. Los<br />

croquis recogen<br />

las características<br />

más importantes<br />

de esas rutas, y<br />

para un tramo<br />

especialmente<br />

complejo el<br />

vendaje sirvió de<br />

chuleta.<br />

EMPIEZA LA<br />

ESCALADA. En este<br />

punto es donde<br />

ha comenzado la<br />

escalada, al que<br />

hay que llevar todo<br />

el material para<br />

vivir en pared.<br />

Pedro ha escalado<br />

ya el primer largo<br />

y se dispone a<br />

remontar por la<br />

cuerda e izar todo<br />

su equipo.<br />

“Vámonos para las<br />

Torres, ¿no?”.<br />

En el campamento japonés, coincidió<br />

con varias personas como<br />

Steve Schneider, que en 2002<br />

realizó un encadenamiento a la<br />

Torre Central. También había algunos<br />

amigos de Pedro, que le<br />

dieron ánimos para que lograra<br />

su gesta, despidiéndose de él<br />

para por lo menos 30 días, lo que<br />

en principio estaba pensado que<br />

durara la aventura.<br />

Ángela y Juanjo tuvieron que<br />

marcharse, así que Guarén y Pedro<br />

se quedaron solos teniendo<br />

que transportar el material. “Del<br />

campamento japonés nos fuimos<br />

al campamento de altura que está<br />

justo antes de la morrena de subida”,<br />

comenta Pedro, que sabe<br />

que ahí comienzan los peligros.<br />

Hay que superar la morrena, que<br />

con las condiciones climatológicas<br />

puede suponer una trampa<br />

mortal: “Si llueve o nieva, no puedes<br />

seguir andando porque resbala<br />

mucho. De hecho en 2010<br />

cuando fuimos Adrián Ayllón y yo<br />

casi nos matamos”. Por suerte,<br />

“El primer problema lo<br />

tuve al izar el petate del<br />

primer largo. No podía<br />

moverlo de lo que pesaba”<br />

esta vez el tiempo acompañó y<br />

realizaron el porteo sin demasiados<br />

problemas. “Guarén y yo nos<br />

subimos todo el material para arriba.<br />

Un porteo que era una paliza.<br />

La gente suele subir sin mucho<br />

peso y tardan una hora y media<br />

subiendo solo con el material de<br />

escalada, pero yo llevé unos 70<br />

kilos a 35 entre Guarén y yo”. Una<br />

barbaridad.<br />

“Vengo a trabajar y no a<br />

pasarlo bien”.<br />

Un día después, Pedro Cifuentes<br />

se las vería con la primera pared<br />

de la Torre Sur. “El día acompañó.<br />

Cuando llegamos a la pared, me<br />

metí a escalar directamente. Cogí<br />

4 litros de nieve antes de ponerme<br />

a escalar, 2 para beber y 2 de<br />

reserva”. Por aquel entonces, ya<br />

se encontraba solo. Guarén emprendió<br />

la vuelta y dejaba a Pedro<br />

frente a su destino, dispuesto a<br />

darlo todo para culminarlo. El 13<br />

de enero comenzaba oficialmente<br />

la Primera Travesía Integral a las<br />

Torres del Paine, lo cual significaba<br />

que también iban a ir llegando<br />

los problemas de verdad.<br />

El primero de ellos es el porteo<br />

del material. Al realizar la aventura<br />

en solitario se hace muy costoso<br />

transportarlo. “Como fui en solitario<br />

tuve que llevar todo el material,<br />

atar la cuerda abajo y empezar<br />

a escalar”, cuenta Pedro, que<br />

nos recuerda que siempre tiene<br />

que realizar 4 viajes para poder<br />

llevarlo de un lado a otro. Pero en<br />

principio, Patagonia ayudaba a<br />

nuestro aventurero. “Cuando llegué<br />

a la primera reunión todo muy<br />

bien porque estaba muy seco. En<br />

expediciones anteriores tuve que<br />

ir limpiando hielo de toda la vía<br />

para asegurarme. Este año no<br />

había e iba por ahí como corriendo”,<br />

afirma Cifuentes, que confiaba<br />

en avanzar un largo trecho el<br />

primer día.<br />

Pero no iba a ser así. “El primer<br />

problema lo tuve al izar el petate<br />

del primer largo. No podía moverlo<br />

de lo que pesaba. Un largo me<br />

duró 3 ó 4 horas”, un tiempo muy<br />

superior a lo que él estimaba. De<br />

hecho, aquel primer día confiaba<br />

en realizar diez largos, pero tan<br />

solo pudo realizar la mitad. “Quería<br />

avanzar mucho y lo único que<br />

hacía era cansarme más”.<br />

La emoción había embargado<br />

a Pedro Cifuentes. El buen tiempo<br />

que acompañaba su expedición<br />

le hizo pensar que podía<br />

avanzar más rápido. “El primer<br />

día iba con el ansia, me pudo el<br />

ansia más que la cabeza. No te<br />

puedes desfondar el primer día,<br />

estoy solo allí”.<br />

“Me acosté en la hamaca frustrado<br />

por no haber podido hacer<br />

más largos. Quería hacer 10 y<br />

solo hice 3 fijando dos más. Pensaba<br />

que no iba tan rápido o que<br />

no estaba bien físicamente, pero


66 67<br />

luego pensé que el primer día es<br />

el que más peso llevas”. Aquel<br />

desengaño cambió el chip de<br />

nuestro protagonista. En vez de<br />

cansarse escalando y desmotivarse<br />

por no alcanzar sus metas<br />

fijadas cada día, se lo tomó como<br />

un trabajo. Un cambio sustancial<br />

en su planteamiento. Ahora tocaba<br />

pensar en tiempo, no en distancia.<br />

“Eso no lo ha hecho nadie<br />

en el mundo”.<br />

Hay una ley de todos los alpinistas<br />

que dice que cuanto menos<br />

tiempo estés en la pared, menos<br />

tiempo estás expuesto a los riesgos.<br />

Por lo que su nuevo planteamiento<br />

de pensar en horas y no<br />

en distancias recorridas se ajustaba<br />

mejor. Con sus descansos, su<br />

tiempo para dormir y descansar y<br />

sus horas escalando. Más rutinario,<br />

pero más seguro.<br />

Nunca está de más recordar<br />

que la montaña no tiene miramientos.<br />

“Si hay desprendimientos<br />

y te rompes una pierna o un<br />

brazo, estás muerto porque estás<br />

tú solo”, recuerda Pedro. “Allí<br />

solo tengo un teléfono móvil y un<br />

botiquín” –continúa– “y es muy difícil<br />

montar un equipo de rescate.<br />

Y si lo montan, en lo que llega lo<br />

tienes difícil, estás jodido”.<br />

En su segundo día embarcado<br />

sobre las Torres del Paine, Pedro<br />

avanzó bastantes metros. “Al día<br />

siguiente llegué al hombro y me<br />

llega la noticia de que viene malo.<br />

A mí me vino muy bien porque habían<br />

sido dos días de mucho trabajo,<br />

sobre todo el primer día, que<br />

me agotó física y psicológicamente.<br />

Ahí me quedé un día entero<br />

descansando que me sentó muy<br />

bien para pensar”, afirma.<br />

A pesar de tener que cargar<br />

con 70 kilos de material,<br />

en los primeros días avanzó<br />

con mucha rapidez<br />

Aquel primer día de descanso<br />

lo aprovechó para recuperarse,<br />

pero también para plasmar sus<br />

impresiones en su cuaderno. Pedro<br />

Cifuentes siempre acompaña<br />

sus expediciones con una bitácora,<br />

en la cual resume sus sensaciones,<br />

pinta o simplemente transcribe<br />

la distancia recorrida.<br />

Pasado el día de descanso, el<br />

16 de enero se dispone a afrontar<br />

la cumbre a la primera Torre,<br />

la Norte. El día estaba mejor, aunque<br />

aún hacía un tiempo inestable,<br />

pero la experiencia acumulada<br />

fue su guía. “El 16 amaneció<br />

regular pero yo conocía bien esa<br />

parte y estaba motivado por lo<br />

que fui hacia la cumbre de la Torre<br />

Norte. Yo sabía que arriba en<br />

la cumbre secundaria podía estar<br />

de puta madre, porque ya la conocía,<br />

por lo que me fui para arriba<br />

aún con el mal tiempo”, cuenta<br />

Pedro.<br />

Esa cumbre secundaria estuvo<br />

habitada por Pedro Cifuentes y<br />

Adrián Ayllón en el 2010, cuando<br />

pasaron 3 días sobre ella. “Llegamos<br />

a la cumbre secundario y<br />

hago noche. Tenía muy buenos recuerdos<br />

de la primera expedición<br />

que estuvimos allí tres noches por<br />

un temporal. Lo pasamos genial<br />

allí, porque nos hicimos lentejas<br />

con jamón y chorizo. Eso no lo ha<br />

hecho nadie en el mundo, unas<br />

lentejas arriba no te puedes imaginar<br />

lo que es”.<br />

Finalmente, alcanza la cumbre<br />

principal el 17 de enero. En<br />

tan solo 5 días, llevaba realizada<br />

una de las tres Torres. “La cumbre<br />

principal la alcancé el día 17<br />

que también hizo malo, pero quería<br />

llegar a la principal porque la<br />

conocía muy bien y la bajada son<br />

dos rapels y luego subo la vía<br />

‘Cuenca es única’ que la conozco<br />

muy bien. Llegar a una cumbre en<br />

cinco días era un logro con todo<br />

lo que llevaba. Me aportó mucho<br />

psicológicamente para encarar la<br />

Torre Central. Ya me había quitado<br />

una de tres. La Torre Norte no es<br />

la más alta pero en metros totales<br />

sí es la más larga”.<br />

REUNIÓN. Una reunión<br />

a la que no va a acudir<br />

nadie. ‘Reunión’ es el<br />

término que define<br />

el punto intermedio<br />

donde se anclan las<br />

cuerdas y se interrumpe<br />

la ascensión para<br />

recuperar el material<br />

de protección dejado<br />

en el largo y el resto del<br />

equipo. Como Pedro<br />

escala en solitario, es<br />

él quien rapela desde<br />

este punto, recoge el<br />

material y después iza<br />

el petate con el equipo<br />

de pared que pesa unos<br />

60 kilos.


68 69<br />

VIVAC. Un<br />

TORRE NORTE.<br />

vivac en la<br />

En la cima de<br />

“Mi amigo Gorri”.<br />

Con la cumbre Norte alcanzada,<br />

es buen momento para hablar de<br />

la otra parte de la escalada. Pedro<br />

permanecía 8 horas escalando<br />

pero ¿y las demás? El alpinista<br />

conquense se llevó un MP4, donde<br />

tenía canciones y películas que<br />

le dan fuerzas para motivarse. “Algunas<br />

noches veía algunas películas<br />

en el mp4. Llevé películas de<br />

acción como Rambo, Rocky, Gladiator...<br />

para motivarme”.<br />

Pero también necesita escuchar<br />

música. “Cuando voy escalando<br />

siempre me pongo música.<br />

Las canciones me traen recuerdos.<br />

Cuenca, mis amigos... Cada<br />

canción te lleva a un sitio diferente<br />

y en cierta manera te estás<br />

evadiendo”. Es su manera de<br />

estar en otros sitios a pesar de<br />

encontrarse en La Patagonia. Es<br />

fácil ver en su MP4 a José Luis Perales,<br />

por ejemplo. Casi siempre<br />

lleva música española, pero hay<br />

un grupo que escucha con especial<br />

cariño, a pesar de no ser nacionales.<br />

“Llevaba casi todo música<br />

española. También llevo los<br />

Modern Talking en honor a mi amigo<br />

Gorri, que se mató hace tiempo<br />

y lo escuchaba. Cuando estoy<br />

escalando y me suena una canción<br />

me acuerdo de él y me motivo<br />

para hacerlo por él”, reflexiona<br />

Pedro, quien se emociona cuando<br />

habla de su amigo.<br />

El montañero levaba un MP4<br />

en el que tenía grabadas<br />

películas y canciones que le<br />

acompañaban y motivaban<br />

“La montaña rusa”.<br />

Seguimos en la Torre Norte. A Pedro<br />

le avisan de que hace bueno<br />

y lo tiene claro. “Rapidito que hay<br />

que seguir”, piensa Cifuentes,<br />

que no quiere desaprovechar ningún<br />

momento de buen tiempo. Así<br />

que apenas ha hecho cumbre sigue<br />

su camino, encarando la bajada<br />

hacia la Torre Central, dispuesto<br />

a avanzar los metros que sean<br />

posibles. “Empecé a bajar y esa<br />

vía, la Moncino tiene como 400<br />

metros. La bajé súper rápido. No<br />

sé si es que me fue muy bien o<br />

que ya conocía por donde tenía<br />

que bajar”.<br />

Pero un gran viaje también conlleva<br />

grandes sorpresas. Al llegar<br />

al collado entre la Torre Norte y<br />

la Torre Central, Pedro empezó a<br />

oír voces. No se estaba volviendo<br />

loco ni se imaginaba cosas raras,<br />

sino que mientras se encontraba<br />

montando la hamaca para descansar,<br />

aparecieron cuatro rusos<br />

bebiendo vodka. La situación fue<br />

cuanto menos curiosa. Una expedición<br />

de cuatro rusos que iban a<br />

escalar que se encuentran a un<br />

hombre que aparece entre las rocas,<br />

cargado con el equipo y con<br />

una barba de varios días. “Cuando<br />

me vieron aparecer con los dos<br />

petates me miraban y cuando les<br />

explique en inglés lo que estaban<br />

haciendo gritaron ‘¿Qué?’, y cuando<br />

vieron que no llevaba compañero<br />

dijeron ‘¿Cómo?”. Los rusos<br />

empezaron a hacerle fotos<br />

mientras lo miraban como a un<br />

ser superior o incluso un extraterrestre.<br />

Los rusos siguieron su camino<br />

y nuestro alpinista el suyo y ahora<br />

tocaba hacer frente a uno de los<br />

sitios más peligrosos. Entre la Torre<br />

Norte y la Central hay una zona<br />

muy técnica y difícil. El primer lar-<br />

go que hay desde la Torre Central<br />

es de los más complicados y que<br />

requieren de más destreza y Pedro<br />

iba con mucho respeto hacia<br />

las torres. “Subí un largo sin cuerda<br />

ni nada y vi una repisita para<br />

poner la hamaca. Monté el campamento<br />

justo antes de ese largo<br />

complicado para pensar bien<br />

cómo hacerlo, me daba un poco<br />

de miedo”.<br />

Pedro requería de toda la concentración,<br />

pero los rusos seguían<br />

rondando por los alrededores<br />

y no contribuían demasiado a<br />

la causa. Eran las 5 de la tarde y<br />

estaban montando un escándalo<br />

que no permitía descansar. Era o<br />

la montaña o la desconcentración<br />

fruto del alboroto por lo que Pedro<br />

decidió ir para arriba y lanzarse a<br />

escalar de nuevo. “Iba escalando<br />

y ni me acordaba de poner protecciones<br />

por la emoción. En dos horas<br />

hice cuatro largos que era lo<br />

que hacía en un día entero y encima<br />

de los más difíciles de la ruta.<br />

Todo iba muy bien y fue en ese<br />

momento cuando pensé que éste<br />

era mi año”.<br />

Esa noche fue de las mejores<br />

de la expedición. Había completado<br />

ya una gran parte del recorrido<br />

y además se estaban dando las<br />

circunstancias idóneas para lograrlo.<br />

Era el momento de soñar<br />

despierto. “Esa noche no pude<br />

dormir en toda la noche con ganas<br />

de que llegara el día siguiente.<br />

Además los rusos no paraban<br />

pared de la<br />

Torre Norte<br />

es el único<br />

refugio que<br />

Pedro pudo<br />

organizar<br />

ante un<br />

inesperado<br />

temporal de<br />

frío y nieve<br />

sin tiempo<br />

para montar<br />

la hamaca.<br />

la Torre Norte,<br />

después de cinco<br />

días de escalada.<br />

La primera de<br />

las tres cumbres,<br />

a 2.400 m de<br />

altitud, es un<br />

momento de<br />

alegría pero<br />

también de<br />

cautela.


70 71<br />

de tirarme piedras haciéndome<br />

avalanchas”. Los amigos rusos,<br />

que tenían un papel meramente<br />

presencial en esta historia, finalmente<br />

se hicieron notar.<br />

“Subidones”.<br />

No todos los encuentros fueron<br />

desafortunados. A la mañana siguiente,<br />

cuando Pedro se levantó<br />

no pudo dar crédito a lo que veía.<br />

Escalando a tan solo unos metros<br />

de su posición, estaban dos amigos<br />

suyos de Santiago de Chile.<br />

Los dos escaladores son familia,<br />

tío y sobrino, y en el mundillo de la<br />

escalada se les conoce como los<br />

Señoret. Como curiosidad, el tío<br />

es el más joven y el sobrino más<br />

mayor. Tras el, encuentro siguió<br />

escalando a un buen ritmo. Llegó<br />

al largo 11 en uno de sus días menos<br />

duros con una grata sorpresa<br />

que le aportó fuerza mental. Al día<br />

siguiente volvió a encontrarse de<br />

pasada con los Señoret pero ya<br />

no volvió a encontrárselos.<br />

Estaba a mitad de la Torre Central<br />

y necesitaba descansar, pero<br />

no fue fácil encontrar una ubicación<br />

buena para hacerlo. Primero<br />

vio un vivac a mitad de la torre<br />

pero no convenció mucho: “Hacía<br />

mucho aire por lo que poner<br />

la tienda ahí era una locura. Tenía<br />

que buscar otro sitio, así que<br />

dejé el material ahí y me puse a<br />

buscarlo”. Se puso a escalar sin<br />

cuerda hasta hacer dos largos y<br />

encontrarse una repisa con una<br />

especie de techado rocoso.<br />

Llegar a la cumbre de la Torre<br />

Central fue muy costoso. Pedro<br />

venía de conseguir varios largos<br />

en muy poco tiempo, pero las travesías<br />

desde la mitad de la torre<br />

hasta la cumbre fueron más difíciles<br />

y largas de lo esperado. “Para<br />

Durante la travesía, Pedro<br />

se fue encontrando con<br />

otros montañeros. Algunos<br />

ayudaron; otros, no tanto<br />

llegar a la cumbre eran dos travesías.<br />

Me llevó hacerlas un día<br />

entero cuando yo pensaba tardar<br />

solo unas horas.<br />

La segunda Torre se hacía esperar,<br />

y las fuerzas físicas iban<br />

menguando por el esfuerzo. Coronó<br />

la Torre Central el día 24. El<br />

objetivo estaba cerca y la expedición<br />

iba por buen camino, segunda<br />

torre conquistada. Pero pronto<br />

Patagonia se haría notar y mandaría<br />

una nueva prueba a nuestro<br />

alpinista.<br />

“Un revés patagónico”.<br />

Estaba a tan solo una cumbre de<br />

coronar su sueño, pero lo que<br />

hasta la fecha eran casi facilidades<br />

iba a complicarse. Quizás La<br />

Patagonia y sus Torres del Paine<br />

eran conscientes de lo que Pedro<br />

estaba intentando y se rebeló.<br />

Cuando llegó a la cima de la Torre<br />

Central, Pedro llamó emocionado<br />

a Ivo Kusanovich, para contarle<br />

dónde estaba y cómo venía<br />

el tiempo, pero pronto su felicidad<br />

se vería truncada. “Llegué a la<br />

cumbre de la Torre Central, llamé<br />

a Ivo de la emoción y me dijo ‘date<br />

vidita’, tienes medio día para bajar<br />

que vienen días malos. Baja<br />

y búscate un buen refugio”. Más<br />

claro imposible, no había tiempo<br />

para descansar ni celebrar la cumbre.<br />

“Ivo me dice ‘yo soy de aquí,<br />

conozco el tiempo, y te digo que<br />

debes bajar”, recalca Pedro, que<br />

sabe que debe encontrar un buen<br />

lugar para abordar lo que, en principio,<br />

serían dos o tres días de un<br />

tiempo patagónico.<br />

Sabe que su aventura se enmarcaba<br />

en un sitio especial. Y<br />

también era consciente que el<br />

tiempo podía echar al traste su<br />

desafío, porque en sus dos intentos<br />

anteriores fue esa la causa de<br />

no poder completarla. “En un día<br />

en Patagonia son las cuatro estaciones<br />

del año. Te hace sol, al<br />

rato está lloviendo, bajan las temperaturas,<br />

se pone a nevar y luego<br />

se levanta un viento de 100km/<br />

h”, avisa el alpinista conquense.<br />

Hasta la fecha, no había tenido<br />

TORRE CENTRAL.<br />

Escalando la Torre<br />

Central y con el<br />

Valle del Silencio a<br />

la espalda, el Cerro<br />

Catedral y el Fortaleza<br />

nos muestran esta<br />

maravilla geológica<br />

con una base<br />

granítica coronada<br />

por otra basáltica.<br />

Para los escaladores:<br />

roca buena, roca<br />

mala.


72 73<br />

TORMENTA. El<br />

ENCERRADO. En estos<br />

grandes problemas con la meteorología,<br />

pero solo era cuestión de<br />

días. “Bajé la central y me tuve<br />

que buscar un sitio para establecer<br />

campamento. Yo me bajo, ya<br />

tengo dos torres hechas, llevaba<br />

12 días que no son tanto así que<br />

no pasaba nada por descansar”.<br />

momento climático<br />

más extremo de la<br />

travesía. A pesar<br />

de estar en verano,<br />

la temperatura ha<br />

descendido hasta<br />

los –25ºC y la vida<br />

fuera de la hamaca<br />

es prácticamente<br />

momentos es cuando<br />

realmente Pedro se<br />

plantea seriamente<br />

el abandonar, ya que<br />

la comida empezó a<br />

escasear, el temporal no<br />

amainaba y el equipo<br />

ha sufrido mucho<br />

después de tantos días<br />

“Un invitado no deseado”.<br />

“Bajé al collado de la Central y<br />

de la Sur. Ahí hay un nevero que<br />

se va fundiendo y cae un hilito de<br />

agua. Hay una placa de piedra y<br />

ahí pongo la hamaca. Cuando vengan<br />

las inclemencias del agua y<br />

el viento a mí no me afecta tanto.<br />

Por un lado el sitio era bueno<br />

porque tenía agua, pero por otro<br />

todo el equipo se estaba mojando.<br />

Cada media hora me despertaba<br />

y secaba el saco”.<br />

Un problema grande, pero necesario.<br />

Al fin y al cabo, debía<br />

aguantar en aquel sitio un par de<br />

días y el tercero ya se vería. Pero<br />

no sería así... Quizás las Torres<br />

del Paine habían permitido llegar<br />

con facilidad a Pedro hasta ahí,<br />

pero no iba a dejar conquistarse<br />

tan fácil. “Muchas veces las<br />

condiciones de Patagonia no te<br />

dan pie a nada. Si el tiempo no<br />

te deja, olvídate porque te vas a<br />

morir”, cuenta con crudeza Pedro<br />

Cifuentes.<br />

Sin locuras, se encierra en su<br />

tienda y espera que el tiempo le<br />

dé un respiro. Pero no parecía estar<br />

por la labor. Lluvias, frío y, lo<br />

más peligroso, el viento, afloraban<br />

a su alrededor. “Cuando hay<br />

mucho viento encima hay unos<br />

desprendimientos que lo flipas”<br />

recuerda.<br />

Hasta la llegada del mal tiempo<br />

la aventura iba perfecta. “Todo iba<br />

cuadriculado hasta ahí. Dos días<br />

Durante los ocho días que<br />

pasó encerrado, estuvo a<br />

punto de rendirse. El clima se<br />

convirtió en el peor enemigo<br />

imposible.<br />

Arriesgarse a salir<br />

puede ocasionar<br />

congelaciones graves.<br />

buenos de escalada, un día malo<br />

de descanso. Pero a partir de aquí<br />

el tiempo se notó mucho”. Lo que<br />

iban a ser dos días se convirtieron<br />

en unos cuantos más. “Yo no<br />

imaginaba que los días que estuve<br />

encerrado fueran a ser tan<br />

malos. Estamos en pleno verano<br />

y las temperaturas y los vientos<br />

son increíbles”.<br />

Solo en su soledad<br />

Al final, fueron ocho los días que<br />

nuestro alpinista tendría que estar<br />

recluido y aislado en una tienda<br />

de 80 centímetros de ancho<br />

por 2 metros de largo.<br />

El tiempo le atacaba de una<br />

manera feroz, ya fuera en forma<br />

sólida, líquida o gaseosa: “Tuve<br />

que ponerme debajo de un techito<br />

para evitar los desprendimientos,<br />

el hilo de agua del que bebía<br />

se convirtió en una cascada de la<br />

que caía todo el rato agua a la hamaca<br />

y el viento es mortal”.<br />

Los primeros días de mal tiempo,<br />

Pedro tenía claro que debía<br />

salir de la tienda para tomar el<br />

aire, estirar las piernas y mover<br />

cuerpo y mente, pero cuando vino<br />

el auténtico frío patagónico todo<br />

cambió: “Cuando vino el frío el<br />

agua se congeló, las cremalleras<br />

también se congelaron y no podía<br />

salir fuera”. Ahora no podía salir<br />

de su estancia, una prisión claustrofóbica<br />

en la que por si fuera<br />

poco las temperaturas y el viento<br />

no ayudaban a que fuera más<br />

agradable: “Cuando venía un poco<br />

de aire es como si nevara dentro<br />

de la tienda. Se mojaba el equipo,<br />

por la noche no podía casi dormir<br />

y cada media hora tenía que despertarme<br />

a secar el equipo y comprobar<br />

que todo estuviera bien”.<br />

Pero dicha vigilancia tenía que<br />

ser compaginada con la lucha contra<br />

la bajas temperaturas: “Un día<br />

normal un hombre puede gastar<br />

entre 2.000 ó 3.000 calorías,<br />

pero cuando más gastas es cuando<br />

estás intentando mantener el<br />

cuerpo caliente. Si estás tiritando<br />

gastas entre 18.000 o 20.000”,<br />

dice Pedro.<br />

Por lo tanto, era vital mantener<br />

la temperatura y alimentarse:<br />

“Por el día intentaba siempre estar<br />

dentro del saco, mantener el<br />

calor corporal y comer más. Los<br />

víveres iban escaseando y yo tenía<br />

que calcular y racionar la comida”.<br />

“Estar metido en una tienda<br />

ocho días con el viento soplando<br />

es mortal. No puedes dormir, no<br />

puedes pensar, no puedes hacer<br />

nada. El viento te vuelve loco”.<br />

Había días que eran incontables<br />

las rocas que caían en los desprendimientos<br />

provocados por el<br />

viento y que incluso podía ver las<br />

chispas que saltaban cuando impactaban.<br />

Por si fuera poco cuando tenía<br />

una oportunidad de salir las piernas<br />

no le respondían al no estar<br />

acostumbradas a andar. “Esos<br />

días estaba pensando abando-<br />

de mal tiempo. Contaba<br />

los días que llevaba<br />

en la pared y eran<br />

demasiados, pero...


74 75<br />

nar”, dice, “Cuando van pasando<br />

los días la mente ya no quiere estar<br />

allí. ¿Qué hago yo aquí? Comida<br />

mala, agua mala y menos mal<br />

que llevaba la botellita de plástico<br />

para poder orinar porque si no<br />

habría perdido calor y calorías y lo<br />

habría pasado más que mal”.<br />

Su forma práctica para distraer<br />

la mente fue un simple cuaderno,<br />

un pequeño bloc de notas que lamentablemente<br />

no pudo sobrevivir<br />

a la expedición: “Yo escribía en<br />

mi cuadernito, lo que yo pensaba,<br />

sentía, planes de futuro... y luego<br />

se perdió y fue muy doloroso. Ahí<br />

se iba toda la parte sentimental<br />

de la expedición”.<br />

La expedición no termina<br />

hasta que llegas abajo.<br />

Tras ocho días de reclusión el cielo<br />

se abrió dejando de nuevo vía libre<br />

para la expedición. Al principio<br />

el tiempo mejoró con timidez, permitiendo<br />

a Pedro ir moviéndose y<br />

preparándose para el ascenso de<br />

la última torre.<br />

Antes de nada, se puso a fijar<br />

cuerdas para adelantar terreno<br />

y empezó a abordar la Torre<br />

Sur. Esta torre es la más lejana,<br />

pero también la más alta. Pedro la<br />

compara y dice “Es como un edificio<br />

de 400 plantas”. La primera<br />

parte de la torre es muy complicada,<br />

pero con el trabajo fijando<br />

cuerdas, ahorró mucho tiempo y<br />

esfuerzo. “Empecé a izar el petate<br />

y cuando vino el sol yo ya estaba<br />

tres largos por encima”. Todo ahorro<br />

de energía era vital a estas alturas<br />

y Pedro hacía todo lo posible<br />

para no agotarse demasiado: “A<br />

la hora de izar el petate las fuerzas<br />

iban muy justas. A veces ya<br />

me colgaba a contra peso con una<br />

polea para ahorrar fuerzas”.<br />

La Torre Sur es “como un<br />

edificio de 400 plantas”,<br />

pero Pedro hizo cumbre con<br />

relativa facilidad<br />

Ya solo le quedaban otros tres<br />

largos, un slap y la parte final de<br />

escalada a la cumbre para haber<br />

conquistado las tres. No fue una<br />

escalada demasiado dura excepto<br />

por la escasez de fuerzas fruto<br />

del desgaste, pero Cifuentes pudo<br />

llegar a la cumbre con relativa facilidad.<br />

Aún así iba con extremo<br />

cuidado ya que una caída a esas<br />

alturas significaba la muerte. Lo<br />

que no sabía es que pronto la<br />

muerte se le acercaría sigilosamente<br />

y le rozaría bajando de la<br />

Torre Sur.<br />

Pero antes de las penas llegó<br />

la gloria. Pedro estaba haciendo<br />

cumbre en la tercera torre, sentado<br />

en la cima oteando al mundo y<br />

sonriéndose por verse más cerca<br />

de su destino. “Cuando llegué a la<br />

cumbre fue la bomba. Ahí pienso<br />

que ya está hecho, pero hay una<br />

frase de un escalador que dice<br />

que una expedición no se termina<br />

hasta que llegas abajo y ahí se<br />

confirmó”.<br />

Pendulando con la<br />

muerte.<br />

Desde la cumbre, Pedro tenía<br />

que bajar hasta un glaciar en busca<br />

de la vía Hoth que sería por la<br />

que bajaría. Pedro pensaba que<br />

el nombre de la vía era ‘Hot’ que<br />

en inglés es calor, pero se llamaba<br />

Hoth en honor a un planeta de<br />

la saga de películas ‘La Guerra de<br />

las Galaxias’ que era un planeta<br />

helado. El descenso no sería ni<br />

mucho menos cómodo.<br />

Cuando llegó al glaciar y se<br />

puso a buscar la vía, se dio cuenta<br />

de que se había desprendido<br />

gran parte de la roca y que había<br />

desaparecido toda la vía abierta:<br />

“Donde yo creía que había anclajes<br />

para bajar no había nada y no<br />

podía bajar como de las demás<br />

torres”. Se encontraba ante su<br />

momento más delicado de la expedición;<br />

no había vía, no había<br />

comida, se preveía la vuelta del<br />

mal tiempo y la fusión de esos<br />

factores con la necesidad de bajar<br />

atraía a la muerte con el perfume<br />

del riesgo. “Cuando empe-<br />

TORRE SUR. Van pasando los días.<br />

Metro a metro, Pedro se dirige hacia<br />

lo más alto de la última cumbre,<br />

por ese inmenso mar de granito y<br />

fisuras por las que pocas personas se<br />

atreverían a subir.


76 77<br />

cé a buscar la vía y no la encontré<br />

me entró miedo. Me quedé colgado<br />

en el aire sin poder subir para<br />

arriba ni pendular con el petate<br />

colgado, así que tuve que cortar<br />

el petate y tirarlo para abajo”.<br />

Cuando cortó el petate, Pedro<br />

vio salir unos papeles de él<br />

y al momento supo que era el<br />

cuaderno en el que escribía sus<br />

sentimientos y emociones y que<br />

junto con su petate se hundía en<br />

el abismo. El Cifuentes físico estaba<br />

colgado de la torre, pero sus<br />

sentimientos durante su estancia<br />

en la montaña se habían perdido<br />

para siempre.<br />

Pero ahora lo único importante<br />

era salvar la vida y se encontraba<br />

colgado de la torre sin poder bajar<br />

por un procedimiento seguro.<br />

Una vez cortó el petate tuvo que<br />

subir para arriba a pulso y empezar<br />

a pendular: “Tenía que ir jugándome<br />

el tipo todo el rato. Cuando<br />

veía una alhaja que se separaba<br />

un poquito de la pared ponía un<br />

cordino, lo ataba dejaba un mosquetón<br />

y ahí me colgaba”.<br />

Incluso ese procedimiento dio<br />

problemas cuando empezó a no<br />

ser seguro por las piedras que se<br />

movían y desprendían: “Empecé a<br />

andar por la pared, encontré una<br />

alhaja y me quede enganchado,<br />

pero noté que me mareaba y era<br />

la piedra que se estaba moviendo.<br />

Luego esa piedra se cayó”.<br />

Parecía que la montaña se volvía<br />

contra él, como si no quisiera<br />

ser conquistada y se defendía con<br />

todo. Las piedras caían por doquier<br />

y pasaban a Pedro muy cerca<br />

o incluso le golpeaban: “Me dio<br />

una piedra en la mano que creía<br />

que me la había partido y otra en<br />

el casco que me lo torció. Tuve<br />

Durante el último descenso,<br />

vivió los momentos más<br />

peligrosos de toda la aventura;<br />

esquivó la muerte de milagro<br />

que seguir bajando, pero si había<br />

más desprendimientos no saldría<br />

con vida”.<br />

Pedro Cifuentes se había hecho<br />

a la idea de morir ahí. Cambió<br />

su táctica hasta partir de la premisa<br />

de que ya estaba muerto y<br />

que si conseguía bajar sería como<br />

resucitar. Tomó riesgos que en circunstancias<br />

normales no hubiera<br />

llevado a cabo: “Había veces que<br />

se me enganchaba la cuerda, me<br />

desencordaba y subía a por ella<br />

sin cuerda y sin nada. Tenía que<br />

salir de ahí como fuera”.<br />

A base de pendular e ir agarrándose<br />

a las rocas consiguió<br />

bajar y llegar al suelo. Había realizado<br />

un descenso peligroso, quizá<br />

uno de los actos más arriesgados<br />

de su vida y había esquivado<br />

a una muerte que le miraba rabiosa<br />

desde la cima de la Torre Sur.<br />

Pero una vez llegado al suelo no<br />

todo había acabado. Ahora se encontraba<br />

en un glaciar plagado de<br />

rocas procedentes de los desprendimientos<br />

y sin una salida clara.<br />

A pesar de que ahí ya había conseguido<br />

su hazaña tan esperada,<br />

Pedro Cifuentes no se dio cuenta<br />

de ella ni se alegró hasta pasado<br />

un tiempo: “Empecé a sentirme<br />

un poco bien cuando salí de todo<br />

porque nada más bajar llegue al<br />

glaciar y no veía la salida. Cuando<br />

bajé no fue una gran alegría, era<br />

más un ‘ya he acabado’. La alegría<br />

llegó más tarde”.<br />

Cuando consiguió salir de ese<br />

laberinto de rocas y nieve, Pedro<br />

se encontró con su amigo ‘El<br />

Trompa’ que le estaba esperando<br />

al otro lado. ‘El Trompa’ le llevó<br />

una cerveza que le supo a gloria.<br />

Un proyecto acabado.<br />

Pedro Cifuentes había perdido<br />

varias batallas contra la Patagonia<br />

y las Torres del Paine, pero lo<br />

importante fue ganar la guerra. El<br />

alpinista tiene en su ‘tablón de la<br />

motivación’ una frase de Carlos<br />

Castaneda que resume la ley del<br />

guerrero, la ley de Pedro Cifuentes:<br />

“Un guerrero no puede quejarse<br />

ni lamentarse por nada, su<br />

vida es un interminable desafío y<br />

los desafíos no pueden ser buenos<br />

o malos, los desafíos son<br />

simplemente desafíos”.<br />

La vida de Pedro también es un<br />

interminable desafío, un continuo<br />

pulso con la montaña en el que<br />

no cabe lamentarse, ni calificarlo<br />

de bueno o malo o rendirse, sino<br />

que hay que marcarse ese desafío,<br />

visualizarlo, abordarlo y conseguirlo.<br />

Pedro Cifuentes desafió a<br />

Patagonia y venció.<br />

Si Pedro soñó con conseguirlo,<br />

¿porque no hacerlo nosotros esperando<br />

que gane el Piolet d’Or?<br />

Se lo merece.<br />

EN LA CIMA.<br />

Cumbre de<br />

la Torre Sur<br />

(2.650 m). Por<br />

fin llega a la<br />

cumbre de<br />

la tercera y<br />

última Torre<br />

del Paine,<br />

seguramente<br />

fue el<br />

momento de<br />

más felicidad<br />

de toda su<br />

expedición.<br />

Pero una vez<br />

un alpinista<br />

dijo: la<br />

escalada<br />

no termina<br />

cuando se<br />

llega a la<br />

cumbre,<br />

sino cuando<br />

se está de<br />

regreso en el<br />

campamento.<br />

BAJADA. Por fin<br />

después de 29<br />

días colgado en la<br />

pared en solitario,<br />

tras haber perdido<br />

9,5 kilos de peso, y<br />

conseguir escalar<br />

las tres torres<br />

tan anheladas y<br />

perseguidas, llego<br />

a la base de la<br />

pared , su sueño<br />

se había echo<br />

realidad.

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