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Palabras de Charles F. Stanley<br />
Optar por<br />
la sabiduría<br />
La persona<br />
que anda sabiamente<br />
está<br />
consciente de<br />
cómo afecta<br />
ella al mundo,<br />
y de cómo es<br />
afectada ella<br />
por el mundo.<br />
¿S<br />
e ha encontrado usted alguna vez desconcertado por<br />
las circunstancias de su vida? Tal vez ha quedado sorprendido<br />
por las consecuencias negativas que resultaron<br />
como consecuencia de decisiones imprudentes. Cuando<br />
las cosas van mal, es común preguntarse: ¿Qué paso? ¿Qué hice para<br />
merecer esto?<br />
Muchas veces, las personas no le piden al Señor que les dé sabiduría<br />
sobre un asunto antes de actuar. O no adoptan medidas positivas<br />
y de precaución. Hay también quienes deciden asociarse con personas<br />
que son una influencia más para el mal que para el bien.<br />
Las decisiones imprudentes muchas veces tienen un efecto de bola<br />
de nieve, que empeora las circunstancias. Una mala decisión lleva a<br />
otra, y sufrimos las consecuencias de nuestras acciones equivocadas,<br />
ya sea que reconozcamos o no nuestra imprudencia.<br />
Efesios 5:15-17 dice: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no<br />
como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque<br />
los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de<br />
cuál sea la voluntad del Señor”. Lo cual deja claro tres cosas:<br />
Debemos optar por buscar la sabiduría. A cada uno de nosotros<br />
le toca decidir cómo vamos a andar por esta vida. La sabiduría<br />
no es algo con lo cual uno tropieza, ni se adquiere en forma automática.<br />
Se debe buscar con diligencia.<br />
Debemos buscar el plan de Dios. La persona que anda sabiamente<br />
está consciente de cómo afecta al mundo, y de cómo es afectada<br />
por el mundo. Su meta es conocer los planes y el propósito de<br />
Dios, para su vida personal y para las situaciones que afectan a otros.<br />
Debemos aplicar la sabiduría a nuestra vida. La persona que<br />
anda sabiamente siente una responsabilidad por sus acciones y por la<br />
forma como utiliza su tiempo. Nuestra vida debe utilizarse de una<br />
manera que produzca la mayor cantidad de bien. Necesitamos Su<br />
sabiduría en el trabajo, y a la hora de tomar las decisiones que afecten<br />
nuestra salud, nuestros hijos, finanzas y actividades de cada día.<br />
La buena noticia es que cualquier persona puede llegar a ser sabia.<br />
No importa quién sea usted o dónde vida, puede reverenciar a Dios,<br />
recibir a Jesucristo como su Salvador y someter su vida al Señor.
Esta publicación de<br />
®<br />
es para la Gloria de Dios<br />
Dr. Charles F. Stanley<br />
Presidente y Fundador<br />
C. Phillip Bowen<br />
director ejecutivo de<br />
comunicaciones<br />
J. Dale Weller<br />
V i c e p r e s i d e n t e<br />
de desarrollo de contenido<br />
Brian R. Connor<br />
DIRECTOR GENERAL DE<br />
COMUNICACIÓN GLOBAL<br />
Víctor M. Rodríguez<br />
Director de contenido<br />
Martha Alvarez Restrepo<br />
E d i t o r a<br />
Nora T. Hernández<br />
coordinadora de mercadeo<br />
Marianela Rojas<br />
diseñadora gráfica<br />
Steve R. Lindsey<br />
G E R E N T E G E N E R A L D E M AT E R I A L E S<br />
Y D I S T R I B U C I Ó N<br />
OFICINA<br />
EE. UU.<br />
P.O. Box 48900<br />
Atlanta, Georgia 30362<br />
1-800-303-0033<br />
770-936-6281<br />
La misión d e l a r e v i s t a<br />
Artículos<br />
4 Nuestro “libro de texto”<br />
cristiano Si está hecha de papel y<br />
tinta, y se parece a los demás libros<br />
que hay en sus estantes, ¿qué hace<br />
especial a la Biblia?<br />
10 Del debate al diálogo<br />
Una ex atea le comparte la manera<br />
más eficiente de comunicarse con<br />
las personas que no creen lo mismo<br />
que usted.<br />
24 Encuentro con Jesús<br />
Estos devocionales extraídos de los<br />
mensajes del Dr. Stanley, le ayudarán<br />
a entender lo que Dios desea<br />
de la vida cristiana.<br />
Secciones<br />
® Octubre 2008<br />
14 soluciones bíblicas Diez segundos ¿Cree<br />
usted que se encuentra demasiado ocupado para<br />
mantener una vida de oración sólida? Entonces,<br />
usted apreciará la práctica de “orar sin cesar”.<br />
4<br />
10<br />
24<br />
En Co n t a c t o<br />
es estimular a todo creyente<br />
a cultivar una relación más estrecha<br />
con el Señor Jesucristo y<br />
apoyar la labor de la iglesia local.<br />
21 poderoso en espíritu Cacería del león A<br />
pesar de que Benaía es un personaje enigmático de<br />
las Escritura, su valentía y fascinante historia podría<br />
cambiar la manera en que usted ve la vida.<br />
Lea la versión digital de<br />
esta revista en:<br />
www.encontacto.org<br />
Comentarios sobre<br />
la revista:<br />
editor@encontacto.org<br />
EVANGELICAL<br />
PRESS ASSOCIAT ION<br />
Revista En Contacto©, octubre de 2008. Tomo IX, no.1. Reservados todos los<br />
derechos. Impresa en los Estados Unidos de América. La revista En Contacto no se<br />
hace responsable de la publicación ni distribución de ediciones internacionales, ya<br />
sea en inglés o traducidas, a no ser que la edición haya sido autorizada por el personal<br />
administrativo de la revista In Touch, pu blicada en los EE.UU.<br />
A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la versión<br />
Reina Valera de 1960, Sociedades Bíblicas Unidas.
iusted es como la mayoría<br />
de las personas, es probable<br />
que haya una Biblia en<br />
algún lugar de su casa.<br />
A pesar de que pueda parecerse a cualquier otro libro<br />
que esté en sus estantes, ningún otro se compara con ella.<br />
La Palabra del Dios es lo más importante que se ha<br />
escrito; su sabiduría y su contenido son inigualables,<br />
y siguen siendo tan adecuados y relevantes hoy como<br />
hace siglos. La Biblia es el gran regalo de Dios a la<br />
humanidad, que Él nos ha dado para guiarnos, gobernarnos<br />
y protegernos en la vida. El hombre y la mujer<br />
que cree y vive rigiéndose por este libro entienden lo<br />
que son verdaderamente la paz y el gozo. El mensaje<br />
de las Escrituras les sostendrá de cualquier circunstancia<br />
que enfrenten.<br />
Aunque la Biblia es uno de los libros que más posee la<br />
gente en el mundo, es, por desgracia, uno de los menos<br />
leídos, porque muchas personas no entienden el mensaje<br />
de las Escrituras. Por alguna razón, nunca han sabido que<br />
ella es la revelación de Dios de Sí mismo; que es Su carta<br />
de amor a la humanidad, que dice quién es el Señor, y<br />
cómo podemos tener una relación con Él. Incluso, algunas<br />
personas que se consideran cristianas no entienden lo<br />
valiosa que es la Biblia como una guía para la vida.<br />
Otra razón por la cual la gente no le da importancia<br />
a la Palabra de Dios es porque creen que carece de<br />
autenticidad. En su opinión, el Antiguo y el Nuevo<br />
Testamento son recopilaciones de mitos e historias escritas<br />
por simples hombres, y que en el mejor de los casos<br />
son sólo parcialmente ciertos; no creen que la Biblia<br />
b y<br />
puede ser un libro dado divinamente, pero eso es porque<br />
no conocen personalmente D r . Ch al Autor. a r l eUna s F. vez St que a nlo<br />
l e y<br />
conocen, este libro adquiere para las personas un significado<br />
totalmente nuevo.<br />
p o r C h a r l e s F . S t a n l e y<br />
¿Quién escribió la Biblia?<br />
Segunda a Timoteo 3:16, 17, es lo que yo considero<br />
el “texto de oro” de la Biblia sobre sí misma: “Toda<br />
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,<br />
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,<br />
a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente<br />
preparado para toda<br />
buena obra”. En estos<br />
dos versículos sabemos<br />
quién es el autor de la<br />
Biblia, la razón por la<br />
que fue escrita y lo que<br />
ella hace. El versículo<br />
16 nos dice que “toda<br />
la Escritura”, o sea,<br />
cada palabra de ambos<br />
Testamentos ha sido<br />
inspirada divinamente.<br />
En otras palabras, Dios<br />
es el verdadero autor de<br />
la Escritura. Él planeó<br />
todos los detalles que<br />
había que incluir, aunque<br />
escogió “autores” humanos<br />
para que escribieran<br />
Su mensaje para nosotros<br />
de acuerdo a las experiencias<br />
y personalidades<br />
de cada uno de ellos.<br />
Piense en la sabiduría<br />
y en el conocimiento<br />
inagotable de Dios. Él<br />
sabe absolutamente todo<br />
lo que hay que saber<br />
sobre cada cosa en el<br />
universo. Sin embargo,<br />
de todo ese caudal infinito<br />
de conocimiento, Él<br />
decidió darnos solamente<br />
los 66 libros que componen<br />
la Biblia, lo cual<br />
significa que en la mente<br />
de nuestro omnisciente<br />
Dios, esto debe ser<br />
todo lo que necesitamos<br />
conocer.<br />
Piense en la preeminencia<br />
del autor de este<br />
libro. Simplemente, no<br />
hay nadie que pueda<br />
www.encontacto.org |<br />
5
compararse con Dios. Es interesante que<br />
en el primer versículo del primer capítulo<br />
del primer libro, el autor de la Biblia se<br />
identifica a Sí mismo como el Creador de<br />
todo lo que ha existido: “En el principio<br />
creó Dios los cielos y la tierra” (Gn. 1:1).<br />
Por otra parte, la palabra griega para<br />
Dios, “Elohim”, está en forma plural,<br />
lo que no sólo indica la plenitud de Su<br />
poder, gracia y misericordia, sino que<br />
también implica la naturaleza múltiple<br />
de la Deidad. El versículo 26 apoya esta<br />
idea: “Hagamos [nosotros] al hombre<br />
a nuestra imagen, conforme a nuestra<br />
semejanza”. ¿Quién es este “nosotros”?<br />
La palabra debe referirse a personas<br />
capaces de crear, ya que el contexto es<br />
la creación del hombre. En otras palabras,<br />
justamente en su primer capítulo, la<br />
Biblia nos da nuestro primer atisbo de la<br />
Trinidad, que está compuesta por Dios<br />
Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.<br />
Pasajes posteriores de la Biblia ofrecen<br />
un esclarecimiento más extenso acerca de<br />
esta Deidad Trina. Por ejemplo, en Juan<br />
14:26, Jesús dice: “Mas el Consolador, el<br />
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará<br />
en mi nombre, él os enseñará todas las<br />
cosas, y os recordará todo lo que yo os<br />
he dicho”. El autor de este libro es el<br />
Creador, el Dios vivo de este universo,<br />
inigualado por ningún otro ser.<br />
¿Cómo nos dio Dios la<br />
Biblia?<br />
Al escribir: “Toda la Escritura es<br />
inspirada por Dios” (2 Ti. 3:16),<br />
Pablo estaba diciendo que la<br />
Biblia es Palabra de Dios inspirada,<br />
infalible e inherente, no una<br />
mezcla de historia, poesía y narrativa que<br />
Dios permitió que fuera corrompida por<br />
el error humano antes de llegar a nosotros.<br />
Primera de Pedro 1:21 hace hincapié<br />
en el origen divino y la autenticidad de<br />
la Biblia. “Porque nunca la profecía fue<br />
traída por voluntad humana, sino que los<br />
santos hombres de Dios hablaron siendo<br />
inspirados por el Espíritu Santo”. Éste<br />
vino sobre los hombres que Dios había<br />
escogido para la tarea, y comunicó Su<br />
palabra a ellos y a través de ellos. Dios<br />
no ignoró ni suprimió la personalidad de<br />
esos hombres, sino que los dirigió, los<br />
protegió y usó sus individualidades para<br />
que expresaran Su mensaje exactamente<br />
como Él quería.<br />
Dicho de otra manera, Juan no escribe<br />
de la misma manera que el apóstol Pablo,<br />
pero los necesitamos a ambos. A través<br />
de sus privaciones, sufrimientos, peligros<br />
y triunfos, Dios estaba grabando en la<br />
vida de Pablo las experiencias y las lecciones<br />
que el apóstol necesitaría comunicar<br />
de manera efectiva a las personas que<br />
habrían de sufrir las mismas tribulaciones,<br />
derrotas y victorias 2.000 años más tarde.<br />
Es por eso que este libro jamás pasa de<br />
moda: porque tiene que ver con el corazón<br />
humano y los problemas que enfrentamos<br />
cada día.<br />
A la Palabra de Dios no le falta nada.<br />
Si usted necesita aliento, sabiduría,<br />
seguridad o consejo, en algún lugar de<br />
este libro encontrará esa ayuda. ¿Cómo<br />
puede ser eso posible para todas las<br />
necesidades? Porque nuestro infinito,<br />
omnisciente y todopoderoso Dios, quien<br />
tiene el poder de hacer todas las cosas,<br />
escogió de su ilimitada fuente de sabiduría<br />
la verdad que necesitaríamos. Aunque<br />
hay muchas otras cosas que podría<br />
haber incluido, Él decidió que esto era<br />
suficiente para guiarnos y protegernos.<br />
¡Luego condensó toda esa sabiduría y<br />
todo ese conocimiento en un libro lo<br />
suficientemente pequeño para llevar con<br />
nosotros! Si Él pudo hacer eso, también<br />
puede ciertamente mantenerlo libre de<br />
error. La gente acusa con frecuencia a<br />
6 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
la Biblia de imprecisiones, pero estoy esperando que<br />
alguien me señale un error específico.<br />
¿Por qué es necesaria la Biblia?<br />
Por sí mismo, el hombre es incapaz de saber<br />
quién es Dios y cómo es Él; Dios tiene que<br />
revelarse a nosotros. Podemos leer un montón<br />
de libros sobre ideas y filosofías humanas en<br />
cuanto al Señor, pero ellas no son más que<br />
distorsiones de la verdad. La razón es porque, simplemente,<br />
no es posible que un ser humano, limitado y<br />
pecador, sea capaz de formular un concepto de Dios<br />
que exprese la forma como Él quiere que vivamos.<br />
Ningún hombre ha imaginado jamás a un dios, que<br />
sea completamente de nuestra naturaleza carnal, que<br />
se parezca siquiera remotamente al verdadero Señor de<br />
este universo. Lo que Dios quiere, y lo que Él nos da,<br />
no tiene absolutamente nada que ver con las expectativas<br />
del mundo.<br />
La Palabra de Dios es la revelación progresiva de<br />
Su amor por nosotros. Cada historia, cada detalle y<br />
cada principio, desde el primer versículo del Antiguo<br />
Testamento, hasta la última palabra del Nuevo<br />
Testamento, se ajusta a un mismo tema: el amor<br />
redentor del Creador por la humanidad perdida. Sin<br />
la Biblia, no hay forma en que la humanidad puede<br />
conocer la voluntad de nuestro Dios perfecto y justo,<br />
ni saber lo que Él espera de nosotros. El propósito de<br />
Dios al darnos ese libro especial, fue capacitarnos para<br />
tener una íntima y tierna relación con Él, lo que, en<br />
realidad, fue la razón por la que nos creó.<br />
Si queremos agradar a Dios, tenemos que sumergirnos<br />
en Su Palabra, estudiarla y meditarla para que<br />
podamos comenzar a pensar como Él. Entonces seremos<br />
convencidos de pecado, y nos arrepentiremos de<br />
nuestras transgresiones, que es lo que nos separa de Él.<br />
También seremos atraídos a Su Hijo Jesús, quien vino<br />
a la tierra para ser la expresión visible del Padre celestial<br />
(Jn. 14:9). Luego, a medida que madure nuestra<br />
fe, nos pareceremos cada vez más a nuestro precioso<br />
Salvador (Ro. 8:29). ¡Es muy trágico que algunas<br />
personas vivan toda su vida sin tener una relación<br />
con el Señor; al rechazar la muerte del Salvador en su<br />
favor, mueren sin Dios y sin haber alcanzado el propósito<br />
para el que fueron creados!<br />
La Biblia es el<br />
gran regalo<br />
de Dios<br />
a la<br />
humanidad,<br />
para guiarnos,<br />
gobernarnos y<br />
protegernos<br />
en la<br />
vida.
preguntas para un<br />
estudio profundo<br />
Muchas religiones ofrecen ideas para<br />
alcanzar a Dios, recomiendan hacer<br />
oraciones, practicar buenas obras y apoyar<br />
causas nobles, pero tales cosas no<br />
pueden ganarnos la salvación (la vida<br />
eterna con el Señor). Si queremos tener<br />
una relación eterna con Dios, lo único<br />
que tiene sentido es descubrir lo que<br />
el Señor mismo dice que es el camino<br />
hacia Él. Ninguna idea humana puede<br />
tomar el lugar de la única fuente fidedigna:<br />
¡Dios mismo! Él es el Dios de<br />
toda verdad (Sal. 31:5), y su Palabra es<br />
totalmente confiable (2 S. 7:28).<br />
Le animo a comenzar ahora mismo,<br />
antes de que el día se le llene de actividades.<br />
Recuerde que cada palabra de la<br />
Biblia es divinamente inspirada, y que<br />
Dios está dispuesto a hablarle desde cualquier<br />
pasaje de la Escritura. ¿Qué tal si<br />
consigue el Evangelio de Juan y comienza<br />
a leer acerca del amor que le tiene el<br />
Padre celestial? ¡No le tenga miedo a lo<br />
mejor que podrá sucederle a usted en<br />
toda su vida!<br />
1. ¿Cómo Juan 14:16, Hechos 4:12<br />
y 1 Timoteo 2:5 responden a la opinión<br />
generalizada de que se puede llegar a<br />
Dios por muchos caminos? ¿Qué le respondería<br />
usted a alguien que insista en<br />
que es una estrechez de mente pensar<br />
que solo hay un camino?<br />
2. Con frecuencia se oye que la<br />
Biblia es solamente un “libro humano”.<br />
¿Cómo responde la Escritura este argumento?<br />
(2 Ti. 3:16, He. 4:12 y 2 P.<br />
1:20, 21).<br />
3. A menudo le restamos importancia<br />
a la gravedad del pecado, pero ¿qué<br />
piensa Dios del mismo según Proverbios<br />
6:16-19, Juan 9:31 y Romanos 6:23?<br />
¿Quiénes son “inocentes”? (Véase Ro.<br />
3:23).<br />
4. Levítico 17:11 y Deuteronomio<br />
17:1 aclaran lo que hace aceptable el<br />
pago de nuestra deuda por el pecado.<br />
Vea 1 Corintios 15:3, 4 para saber por<br />
qué necesitamos un Salvador. Según<br />
Hebreos 9:27 y Juan 3:36, ¿qué podemos<br />
esperar si decidimos no aceptar el<br />
sacrificio del Salvador a nuestro favor?<br />
Algunas personas encuentran su seguridad<br />
en los números, ¿pero que dice<br />
Mateo 7:14 acerca de si es una buena<br />
idea seguir a la multitud en este caso?<br />
8 |<br />
Octubre 2008 En Contacto<br />
Regresemos a los fundamentos<br />
Esto es, básicamente, lo que usted necesita. El estudio de la<br />
Biblia. El servicio. Su relación con Dios. Regresemos a los fundamentos<br />
es una serie de ocho mensajes que analiza los principios<br />
fundamentales de cada área de la vida cristiana. Constituye<br />
una manera maravillosa de edificar su vida sobre terreno sólido.<br />
Código: RAFCD Precio: $51.00 (USD/CAD)<br />
Vea la planilla de pedido para más detalles
{principio para la vida}<br />
10<br />
número diez:<br />
“Si es necesario, Dios moverá<br />
cielo y tierra para mostrarnos<br />
Su voluntad”.<br />
Nuestro Padre ha diseñado un plan específico<br />
para cada uno de Sus hijos. Él desea que<br />
escuchemos Su voz para que podamos oír<br />
lo que quiere que hagamos, y cómo hacerlo.<br />
Dios tiene muchas maneras de hacer<br />
que pongamos atención cuando Él quiere<br />
que dejemos de actuar erróneamente.<br />
El Señor<br />
puede utilizar<br />
circunstancias<br />
extraordinarias para<br />
conseguir que nos<br />
detengamos y le<br />
escuchemos.<br />
1. Dios capta<br />
nuestra atención<br />
inquietando<br />
nuestro espíritu<br />
(Est. 6). Si usted<br />
siente una gran<br />
perturbación<br />
interior, pregúntele<br />
a Dios:<br />
“¿Estás tratando<br />
de decirme algo?”<br />
2. Algunas veces nos concientizamos de la<br />
presencia de Dios a través de una palabra<br />
hablada. Así fue como el Señor les dio un<br />
mensaje al joven Samuel y al sacerdote<br />
Elí (1 S. 3:4-18). Si varias personas le<br />
dicen lo mismo en un corto periodo de<br />
tiempo, pregúntele a Dios si Él está tratando<br />
de hablarle a través de ellas.<br />
3. El Señor puede utilizar circunstancias<br />
extraordinarias para conseguir que le<br />
escuchemos. Puede, incluso, darnos una<br />
bendición extraordinaria para que concentremos<br />
nuestra atención en Él.<br />
4. La oración no respondida puede ser la<br />
manera que Dios utilice para que nos<br />
examinemos a nosotros mismos. A pesar<br />
de los ruegos de David para que Dios<br />
salvara a su bebé, el niño murió (2 S.<br />
12:15-18). El penitente rey respondió<br />
adorando al Señor (v. 20).<br />
5. Dios puede permitir reveses, frustraciones<br />
y derrotas para impedir que nos<br />
tracemos nuestro propio camino. Por la<br />
desobediencia, toda una generación de<br />
israelitas perdió el privilegio de entrar en<br />
la Tierra Prometida (Nm. 14). Después,<br />
Dios utilizó la derrota para frenar el exceso<br />
de confianza en sí misma y la autosuficiencia<br />
de la nación (Jos. 7).<br />
6. Debemos considerar los problemas económicos,<br />
las tragedias y las aflicciones<br />
que tenemos como razones para preguntarle<br />
al Señor: “¿Qué estás tratando<br />
de decirme?”. Cuando Saulo de Tarso<br />
perseguía a los cristianos, Dios lo puso<br />
ciego, ¡algo que efectivamente logró que<br />
le prestara atención! (Hch. 9).<br />
Dios sabe siempre exactamente dónde se<br />
encuentra usted en su andar de fe, y lo<br />
que se necesitará para captar su atención.<br />
Así que, manténgase alerta. Si cualquiera<br />
de estos métodos divinos están ocurriendo<br />
de forma recurrente en su vida, pregúntele<br />
a Dios qué está Él queriendo decirle.<br />
Después, no solamente oiga, sino que<br />
obedezca.<br />
Una lista completa de los 30 Principios de vida,<br />
junto a otros estudios del Dr. Stanley aparecen en la<br />
página web www.encontacto.org<br />
www.encontacto.org |<br />
9
d e l<br />
debate<br />
a l<br />
dialogo<br />
tienda un puente en la<br />
comunicación espiritual<br />
por Joan Ball<br />
Cuando conocí a Martin, el hombre que<br />
después se convertiría en mi esposo, yo era una<br />
acérrima atea y él un cristiano consagrado.<br />
Había dejado mi ciudad diez años antes con<br />
bombos y platillos: después de haber sido jugadora<br />
de un equipo universitario, presidenta<br />
de la clase, reina de la promoción,<br />
10 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
estudiante galardonada, me había ido a estudiar<br />
ingeniería en la Fuerza Aérea. Volví<br />
cuando me acercaba a los treinta años<br />
de edad como madre sola con dos hijos;<br />
trabajaba como mesera para llegar a fin de<br />
mes, y me torturaba pensando en la manera<br />
como había dilapidado lo que parecía<br />
ser un futuro increíblemente brillante.<br />
Mis niños habían llegado a la etapa del<br />
inevitable “¿por qué?” “¿Por qué el cielo<br />
es azul?” “¿Por qué llueve?” “¿Por qué no<br />
vamos a la iglesia?” Yo tenía algunas impresionantes<br />
respuestas científicas en cuanto<br />
a las preguntas del color azul del cielo<br />
y de la lluvia, pero ninguna en cuanto a la<br />
iglesia. Ésa era un poco más complicada.<br />
Había hecho una investigación espiritual<br />
algo profunda en mis años de juventud, y<br />
había salido vacía de la misma. Cuando los<br />
niños comenzaron a hacer preguntas, me<br />
vi obligada a examinar mis creencias a través<br />
de un lente diferente –el de una madre<br />
responsable de guiar a sus hijos, en vez de<br />
ser responsable sólo de sí misma. Yo había<br />
hecho mi decisión personal en cuanto a la<br />
fe: era una atea y me sentía cómoda con<br />
eso. Pero, no estaba lo suficientemente cómoda<br />
para enseñar lo mismo a mis hijos.<br />
Renunciar a la<br />
necesidad de ganar<br />
A medida que las preguntas de los niños<br />
se hacían más frecuentes y más específicas,<br />
Martin y yo pasábamos horas discutiendo<br />
sobre Dios y la fe en la mesa de mi cocina.<br />
La única razón por la que podía llamar<br />
“discusiones” a estas conversaciones,<br />
es porque, cuando estaba desesperada<br />
por debatir los puntos más difíciles de<br />
comprender, como el porqué era absolutamente<br />
imposible que el arca de Noé<br />
contuviera a un animal de cada especie,<br />
Martin se negaba a discutirlo. No porque<br />
tuviera vergüenza de compartir lo que<br />
creía, sino porque su objetivo era compartir<br />
sus convicciones, y escuchar las mías sin<br />
preocuparse por el resultado.<br />
Yo era una de esas personas a las que les<br />
gusta tener un buen debate. Para mí era<br />
apasionante encontrar a una persona con<br />
quien debatir acerca de economía, política<br />
o religión. En aquel tiempo, debatir sobre<br />
religión era como correr un maratón.<br />
Discutir para tratar de llegar a un acuerdo<br />
no era una opción para mí. Yo necesitaba<br />
demostrar que tenía razón. En vez de escuchar,<br />
defendía mi posición, pero, ya que<br />
parte de mí no lo sabía todo, no estaba<br />
segura de si debía enseñar a mis hijos lo<br />
que yo creía.<br />
Aun así, venía a la mesa con opiniones<br />
muy fuertes. Yo había decidido que no<br />
había ningún lugar para Dios en mi vida.<br />
Pero no me limitaba sólo a compartir<br />
estos pensamientos con Martin, sino que<br />
insistía en imponérselos. En vez de concentrarme<br />
en lo que yo creía, y por qué lo<br />
creía, me sentía obligada a echar por tierra<br />
su religión, convencida de que mi inteligencia<br />
podría convencerlo fácilmente.<br />
Aunque supongo que yo estaba, en<br />
cierto grado, tratando de convencerlo de<br />
la “verdad”, al final mi motivación principal<br />
era ganar. ¿Le suena esto familiar?<br />
Este tipo de comunicación, de querer<br />
tener la razón a toda costa, se ve cada<br />
día en los programas de entrevistas, en<br />
los campus universitarios y en las salas de<br />
conversación de Internet.<br />
Martin me escuchaba con paciencia.<br />
Incluso reconocía que la lógica del arca de<br />
Noé estaba más allá de su comprensión,<br />
pero se sentía perfectamente cómodo a<br />
pesar de no tener todas las respuestas.<br />
Me gustaría poder decir que mi tendencia<br />
a debatir se suavizó milagrosamente<br />
desde el momento en que me convertí en<br />
cristiana, pero, lamentablemente, los viejos<br />
hábitos son difíciles de cambiar. Sin embargo,<br />
entendía que, como seguidora de<br />
Cristo, había recibido un llamado a tener<br />
un modelo de vida en el que amar a las<br />
www.encontacto.org |<br />
11
personas era más importante que darse el<br />
lujo de tener la razón. Necesitaba aprender<br />
a no tener una actitud de confrontación.<br />
El peligro del<br />
fariseísmo<br />
Hay una buena razón por la que la religión<br />
tiene un lugar especial al comienzo<br />
de la lista de temas que hay que evitar en<br />
una cena. Las personas de todos los credos<br />
tienden a tener sentimientos fuertes en<br />
cuanto a su fe, y estos sentimientos fuertes<br />
están acompañados de apasionamiento.<br />
Nuestra fe constituye el fundamento de<br />
lo que somos, y nos dice cómo interactuar<br />
con los demás. Ya sea que nos identifiquemos<br />
como cristianos, judíos, musulmanes,<br />
budistas, hindúes, o como<br />
místicos de la Nueva Era, nuestras<br />
creencias espirituales influyen directamente<br />
en nuestra cosmovisión y en<br />
las interacciones que tenemos día tras<br />
día con las personas que nos rodean.<br />
Los ateos y los agnósticos no están<br />
exentos de este principio. Cuestionar<br />
la existencia de Dios o decidir no<br />
creer en Él, tiene tanto impacto en<br />
la interacción de la persona con sus<br />
amigos, familiares y otras personas,<br />
como la tiene la fe en Jesús para<br />
el creyente más devoto. No es de<br />
extrañar, pues, que la gente de ambos<br />
lados de una conversación en cuanto<br />
a la fe le den tanta importancia a<br />
tener la razón.<br />
“¿Por qué, entonces, no defender<br />
nuestras creencias?”, preguntamos. “Si<br />
aun Jesús alertó en contra de tener una<br />
posición tibia en asuntos de fe, ¿qué hay<br />
de malo en salir en defensa del Señor?”<br />
Absolutamente nada. Pero salir en defensa<br />
y exigir son dos cosas diferentes. Por<br />
ejemplo, hay diversas maneras de expresar<br />
mis convicciones y lo que Dios ha hecho<br />
en mi vida. Cuando lo hago de un modo<br />
impulsado por el amor y la compasión hacia<br />
quienes no comparten mis creencias, estoy<br />
saliendo en defensa. Teniendo la confianza<br />
de que es el Espíritu Santo –no yo– quien<br />
tiene el poder de cambiar los corazones,<br />
puedo hacer preguntas interesantes con el<br />
deseo de comprender verdaderamente a las<br />
personas, en vez de acorralarlas.<br />
Por el contrario, cuando exijo que las<br />
personas piensen como yo, cuando critico<br />
sus creencias y condeno su comportamiento<br />
sin comprenderlas, estoy haciendo<br />
un peligroso cambio, de la justicia al<br />
fariseísmo. Aquí está la diferencia entre<br />
ambas: el Diccionario Merriam-Webster<br />
define a la “justicia” como el actuar de<br />
acuerdo con la ley divina o moral, mientras<br />
que fariseísmo es estar convencido<br />
de la propia justicia, especialmente en<br />
contraste con las acciones y las creencias<br />
de los demás.<br />
En nuestra naturaleza imperfecta, esperamos<br />
mucho más de las personas que nos<br />
rodean, de lo que esperamos de nosotros<br />
mismos. Nos enojamos cuando otros<br />
conductores se nos atraviesan en la vía o<br />
cuando nos suenan sus bocinas, pero noso-<br />
12 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
tros hacemos lo mismo con ellos. Es mucho<br />
más fácil para nosotros concentrarnos en lo<br />
que los demás están haciendo, que asumir la<br />
responsabilidad por nuestras faltas. Levantamos<br />
las defensas, y nuestro bienintencionado<br />
intento de compartir nuestra fe fracasa<br />
y termina convirtiéndose en una barrera<br />
antes que en un puente.<br />
La búsqueda de<br />
un terreno<br />
común<br />
Una de las<br />
cosas más interesantes<br />
que<br />
he aprendido<br />
desde que<br />
creí en Cristo,<br />
es lo poco<br />
que la mayoría<br />
de los creyentes<br />
saben acerca de<br />
los no creyentes, y<br />
viceversa. Yo pensaba,<br />
por supuesto, que lo sabía<br />
todo sobre los cristianos<br />
antes de convertirme en<br />
uno de ellos. Había leído algunas cosas de<br />
la Biblia, escuchado a unos cuantos cristianos<br />
en la radio, visto a predicadores en<br />
la televisión y tratado a algunos cristianos<br />
en mi trabajo y en mi familia. Pensaba que<br />
sabía muy bien quiénes eran.<br />
Ahora que soy una de “esas personas”,<br />
encuentro que muchos cristianos tienen las<br />
mismas suposiciones, al creer que saben lo<br />
que hay en la cabeza de los “no creyentes”.<br />
Pero, de alguna manera, ambos lados<br />
se sienten incomprendidos y tergiversados.<br />
Ambos lados se sienten estereotipados<br />
y atacados por el otro. Aquí hay una desconexión<br />
que necesita ser tratada.<br />
Encontrar un terreno común en cuestiones<br />
de fe, es particularmente difícil para los<br />
cristianos. La creencia de que hay un solo<br />
camino al Padre –por medio de Su Hijo Jesucristo–<br />
nos separa inmediatamente de los<br />
demás y sienta las bases para un acalorado<br />
debate en vez de un diálogo amoroso.<br />
Creo que Jesús es el camino, y la verdad, y<br />
la vida. No puedo retirarme de esa posición<br />
sin diluir mi fe y sin hacerla irreconocible.<br />
Dicho esto, reconozco como la atea que<br />
fui, que mi camino hacia Jesús fue tortuoso<br />
y que Dios había estado trabajando en mi<br />
vida mucho antes de que<br />
yo lo supiera. Esto<br />
hace que me<br />
sea imposible<br />
juzgar a las<br />
personas<br />
que están<br />
en un<br />
camino<br />
diferente.<br />
No<br />
porque yo<br />
vacile en mi<br />
creencia de que<br />
Jesús sea el camino,<br />
sino porque sé que, si<br />
bien hay un solo camino al Padre, hay<br />
innumerables maneras en que una persona<br />
puede llegar a conocer al Hijo, en el tiempo<br />
de Dios y a la manera de Dios.<br />
De haberse acercado Martin a la mesa<br />
tratando de imponerme sus puntos de vista,<br />
me habría dado la oportunidad para encender<br />
el fuego del debate, que era lo que yo<br />
esperaba. Pero en vez de morder el anzuelo,<br />
se mantuvo firme en sus creencias sin la<br />
necesidad de dar respuesta a todo. Dejó<br />
muchas de mis preguntas sin respuesta. Con<br />
humildad genuina dirigía más bien mi atención<br />
a la inmensidad de Dios. En esencia,<br />
estuvo dispuesto a “menguar” para que la<br />
gloria de Cristo “creciera” (Jn. 3:30).<br />
Cuando estamos dispuestos a someter<br />
sin miedo nuestras personas y nuestras<br />
conversaciones de fe a Dios, invitamos Su<br />
presencia al centro de las mismas. Y eso es<br />
lo que hará toda la diferencia.<br />
cuando exijo<br />
que las personas<br />
piensen como yo, cuando<br />
critico sus creencias, y<br />
condeno su<br />
comportamiento sin<br />
comprenderlas,<br />
estoy haciendo un<br />
peligroso cambio de la<br />
justicia al<br />
farisceísmo.<br />
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13
solulcionesbíblicas<br />
diez<br />
segundos<br />
Cómo<br />
hacer de<br />
la oración<br />
una forma<br />
de vida<br />
por Mark<br />
Littleton<br />
Durante años, supe<br />
que Martín Lutero decía que él no<br />
podía acabar todo su trabajo de un día<br />
a menos que orara primero esa mañana<br />
durante tres horas. Luego estaba<br />
Juan Wesley, quien se levantaba<br />
14 |<br />
October 2008 In Touch
egularmente a las 4 a.m. para orar. David<br />
Brainerd, un misionero del siglo 18, escribió<br />
que una vez oró postrado en el suelo<br />
durante tanto tiempo, que derritió la nieve<br />
que había a su alrededor.<br />
Pero esas historias, en vez de inspirarme,<br />
me hacían sentir fracasado. Yo había leído<br />
decenas de libros que hacían hincapié en la<br />
necesidad de orar de manera disciplinada y<br />
con profundidad todos los días. Por tanto,<br />
me dediqué a hacerlo regularmente cada<br />
mañana, pero pronto me sentí culpable por<br />
no poder continuar.<br />
Pero después comencé a notar que en<br />
la Biblia no había ningún: “Te levantarás<br />
tres horas más temprano cada día para orar<br />
fervientemente en la nieve”. En vez de eso,<br />
leí las palabras de Pablo en 1 Tesalonicenses<br />
5:17, que dicen: “Orad sin cesar”. De<br />
repente, entendí lo que estaba diciendo:<br />
Mantengan una conversación permanente<br />
con Dios. Nunca dejen de hacerlo. Háganlo<br />
cada vez que piensen en esto.<br />
El Padrenuestro, la oración que Jesús<br />
enseñó a sus discípulos, no toma, en<br />
realidad, más de 20 segundos hacerla. La<br />
famosa “Oración de Jabes” probablemente<br />
se hace en unos 10 segundos (1 Cr. 4:10).<br />
Muchos de los salmos son bastante cortos,<br />
como mis favoritos: Salmos 1, 8, 23 y 100.<br />
Las oraciones escritas de Pablo en Efesios<br />
1:15-23; 3:16-21; Filipenses 1:9-11 y<br />
Colosenses 1:9-12, toman menos de un<br />
minuto hacerlas, pero son excelentes.<br />
Descubrí que la esencia de las oraciones<br />
hechas por Abraham, Jacob, Moisés y Jonás<br />
no pasaba de los diez minutos de conversación.<br />
El modelo que vemos con frecuencia<br />
en la Biblia, muestra que la oración no se<br />
trata de hacer un gran descubrimiento.<br />
Usted dice algo, y Dios responde. Luego<br />
usted dice algo más. (Y así sucesivamente).<br />
Pensé, entonces, que debía probarlo,<br />
haciendo oraciones breves de diez segundos<br />
varias veces al día. Le decía a Dios todo lo<br />
que se me presentaba en el día, aunque la<br />
oración durara apenas unos segundos. Al<br />
final, mientras aprendía a hablar con Dios<br />
como parte de mi agenda diaria, descubrí<br />
que mi vida de oración y, por tanto, mi amistad<br />
con Dios, se enriquecía cada vez más. Y,<br />
sorprendentemente, lo estaba disfrutando.<br />
No estoy diciendo que no haya un tiempo<br />
para orar con profundidad durante horas.<br />
Ambas clases de oración son normales y<br />
necesarias. Pero, como ocurre con cualquier<br />
disciplina —como hacer ejercicio, o leer la<br />
Biblia —, la mejor manera de desarrollar el<br />
hábito es comenzar poco a poco. Si usted<br />
trata de hacer mucho al comienzo, se podrá<br />
desanimar si no cumple con las expectativas.<br />
Por lo tanto, empiece con oraciones de<br />
diez segundos aquí y allá a lo largo del día.<br />
Al ver la respuesta de Dios usted tendrá<br />
más motivación para seguir haciéndolo. Se<br />
interesará más por las personas que conozca,<br />
y desarrollará un corazón más sensible<br />
al impulso del Espíritu Santo.<br />
La clave es la creatividad y el propósito.<br />
Estas seis ideas que siguen a continuación<br />
para iniciar su vida de oración, son hábitos<br />
sencillos que han revolucionado mi vida<br />
con el tiempo.<br />
1. Utilice los tiempos de<br />
inactividad<br />
En Efesios 5:15, 16, Pablo nos exhorta a<br />
aprovechar bien el tiempo. Usted pudiera<br />
pensar que no tiene mucho tiempo para<br />
orar, pero muchas veces son a menudo los<br />
momentos más banales los que nos ofrecen<br />
una gran oportunidad para orar. Piense en<br />
los muchos momentos del día en que no<br />
está haciendo nada:<br />
• Detenido en el tráfico o en una luz roja<br />
• Esperando en un consultorio médico<br />
• Esperando que su familia salga de la casa<br />
• Preparándose para limpiar los platos<br />
después de la cena<br />
• Esperando ser servido en un restaurante<br />
o en una cafetería<br />
• Cortando la grama o trabajando afuera<br />
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15
• Haciendo ejercicio<br />
• Tratando de dormirse<br />
• Tomando una ducha<br />
• Viendo a sus hijos jugar afuera<br />
• Sacando al perro<br />
Todos estos momentos son ideales<br />
para orar. En momentos como estos<br />
he orado por multitud de personas que<br />
probablemente no volveré a ver nunca<br />
más durante mi vida en la tierra. He<br />
orado por necesidades mencionadas en la<br />
iglesia o en otras partes.<br />
Hace poco, una noche, antes de irme a<br />
Mientras<br />
aprendía a<br />
hablar con Dios,<br />
descubrí que<br />
mi vida y<br />
mi amistad<br />
con Él se<br />
enriquecía.<br />
dormir, oré por un amigo que tenía cáncer.<br />
Una semana después, recibió el informe<br />
de que su cáncer había sido detectado<br />
a tiempo, y que era “uno de los mejores<br />
tipos de cáncer” en términos de curación.<br />
2. No se limite a ver las<br />
noticias; haga algo al<br />
respecto<br />
La mayoría de los cristianos anhelan<br />
ser parte de algo más grande que ellos<br />
mismos, y saben que lo que ellos hacen<br />
importa. Pocos de nosotros podremos acabar<br />
con la pobreza, traer la paz a países en<br />
guerra o extinguir por completo el fanatismo<br />
y el racismo. Pero no tenemos que ser<br />
personalidades públicas para aprovechar el<br />
16 |<br />
Octubre 2008 En Contacto<br />
poder ilimitado que está a nuestro alcance.<br />
La mayoría de nosotros estamos en<br />
contacto con las noticias cada día, ya sea<br />
a través de la prensa, de la TV o Internet.<br />
Mientras usted se entera de la información<br />
y la procesa, ore brevemente por las necesidades<br />
que vea. Eso puede ser alucinante,<br />
pero Dios puede actuar en cualquier situación<br />
humana, tal como lo enseñó Jesús.<br />
3. Responda a lo que se<br />
le presente<br />
Cada vez que el Espíritu Santo le inquiete,<br />
dígalo al Señor. Cuando estoy en<br />
una tienda o en una sala de espera,<br />
veo a cada persona y oro, diciendo:<br />
“Señor, bendice a esa persona.<br />
Si no te conoce, revélate a ella. Y<br />
si te conoce, ayúdala en la lucha<br />
que esté teniendo en este mismo<br />
momento”.<br />
Cuando uno de los miembros<br />
de mi familia tiene un problema,<br />
cada vez que pienso en ello, oro<br />
diciendo simplemente: “Señor, Tú<br />
conoces la situación. Te ruego que<br />
intervengas y arregles esto, o por lo<br />
menos que nos enseñes lo que Tú<br />
quieres que aprendamos con ella”.<br />
Y no olvide tomar un tiempo, también,<br />
para dar gracias por las cosas que le vengan<br />
a la mente. “Gracias, Señor, por ese espacio<br />
para estacionar el vehículo, porque no tuve<br />
que caminar bajo la lluvia”. O: “Casi lo<br />
había olvidado, Señor. Gracias por ocuparte<br />
de ese cheque que finalmente me llegó. Tú<br />
sabías que eso me tenía preocupado”.<br />
4. Haga su propia lista<br />
de oración<br />
Las listas de oración no son nuevas,<br />
pero trate de hacer una lista de cosas por<br />
las que nunca ha orado antes. Yo oro<br />
regularmente por una lista que llevo en<br />
mi billetera, que cubre cualquier cosa,<br />
desde editores de revistas, pasando por
presentadores de noticias de TV, personalidades<br />
del mundo de los deportes, hasta<br />
personas que conocí en el pasado. En los<br />
momentos sobrantes, veo hasta dónde llegué.<br />
Sorprendentemente, este hábito me<br />
permite orar por una lista de alrededor de<br />
600 diferentes personas, lugares, etc.<br />
Hace algún tiempo comencé a orar<br />
por personas famosas; sí, ellas también<br />
necesitan nuestras oraciones. Algo que<br />
edificó verdaderamente mi fe, fue saber<br />
que varios influyentes actores y músicos<br />
habían orado para recibir a Cristo, o<br />
que se habían enseriado más en su fe.<br />
También tengo una lista de autores, en la<br />
que están incluidos escritores que desde<br />
entonces han llegado a ser nombres<br />
conocidísimos. El orar por personas que<br />
usted no conoce personalmente, sean<br />
muy influyentes o no, puede ayudarle a<br />
usted a aprovechar el amor que Dios le<br />
tiene al mundo, más allá del territorio en<br />
que usted vive.<br />
5. Determine turnos<br />
para orar<br />
Decida por qué cosas orará en la mañana,<br />
en la tarde y en la noche durante cierto<br />
día, una vez a la semana. Por ejemplo, en<br />
la mañana puedo enfocarme en la oración<br />
por mi familia, al pasar de una actividad<br />
a otra. Luego, en la tarde, podré orar<br />
por personas que conocí en mi juventud,<br />
y después, en la noche, por personas de<br />
mi iglesia. Ésta es una manera sencilla<br />
de cubrir mucho terreno y de orar por<br />
muchos grupos diferentes de personas<br />
durante el día.<br />
He estado orando durante años por<br />
amigos con quienes me crié en Cherry<br />
Hill, Nueva Jersey, a quienes tengo<br />
regularmente en mi pensamiento. Hace<br />
poco, el Señor me impulsó a organizar<br />
una reunión con ellos. En el verano<br />
pasado me puse a reconstruir relaciones<br />
con amigos que no había visto en 30<br />
años. Ahora estoy buscando la manera<br />
de compartir el evangelio con ellos en<br />
nuestro próximo encuentro.<br />
6. Pedir, buscar, llamar<br />
Dios quiere, a veces, que hagamos más<br />
que simplemente pedirle algo. El Señor<br />
quiere que veamos las maneras en que Él<br />
ya está trabajando en la situación y, muchas<br />
veces, para que actuemos. He estado<br />
orando por la camarera de un restaurante<br />
que mi esposa Jeanette y yo visitamos con<br />
frecuencia. Estas oraciones nos llevaron a<br />
iniciar una relación con ella, y desde entonces<br />
hemos podido hablarle de Cristo<br />
e incluso animarla a que trate de asistir a<br />
la iglesia.<br />
Mi suegro no quería saber absolutamente<br />
nada de Dios. Después que Jeanette<br />
me lo dijo, cada vez que pensaba en<br />
“Pops” oraba por él. Cada vez que nos<br />
reuníamos para cenar o tener una reunión<br />
familiar, le enviaba una oración de diez<br />
segundos: “Señor, abre la puerta. Dame<br />
la oportunidad de compartir el evangelio<br />
con él”. Hice esto durante varios años,<br />
buscando todas las oportunidades, sin<br />
ver ningún resultado. Después Pops cayó<br />
en su última enfermedad. Dos semanas<br />
antes de morir, entré a su habitación y<br />
oré mentalmente como siempre. Pero<br />
esta vez él estaba abierto. Fue Él quien<br />
en realidad sacó a la superficie el tema,<br />
preguntándome sobre Jesús, y cuando<br />
murió había hecho ya la decisión de creer<br />
en Cristo.<br />
Nuestro Dios es un Dios que puede<br />
cambiar vidas, situaciones, corazones y<br />
acontecimientos. El Señor a menudo nos<br />
lleva a orar por las cosas que honestamente<br />
creemos que no son posible. Pero<br />
Él tiene el poder de hacer lo imposible.<br />
Es un Dios que anhela saber de usted y<br />
responder las oraciones que le ofrece hoy,<br />
y que le ofrecerá mañana y todos los días<br />
por el resto de su vida.<br />
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17
cuartofamiliar<br />
le recomiendo maneras creativas y sorprendentes<br />
de lograr que se conecten con Dios.<br />
Mi amiga Erin comenzó una revolución<br />
en mi corazón cuando me envió de regalo<br />
uno de sus increíbles cuadernos de arte. En<br />
una ocasión mientras se mudaba plasmó en<br />
las páginas de un bloc de notas de 5 x 7<br />
pulgadas, su clamor a Dios ante los cambios<br />
que estaba enfrentando en forma de dibujos<br />
a pequeña escala. Pegaba listas de las<br />
cosas de la casa, y escribía versículos de la<br />
Biblia en ellas. Pintaba alguna de las páginas,<br />
y destacaba los versículos bíblicos que<br />
Dios les inspiraba en medio de su agitación.<br />
Erin estaba usando su creatividad para<br />
conectarse con Dios de una manera personal.<br />
De repente, me sentí anhelando hacer<br />
lo mismo. Y lo que es más, esta parecía la<br />
manera perfecta de lograr que mis hijos<br />
expresaran su espiritualidad. De hecho, la<br />
comunicación de inquietudes, esperanzas y<br />
temores al Señor por medio de la expresión<br />
artística tiene valor, independientemente de<br />
la edad o de las circunstancias.<br />
Afortunadamente, no se necesita tener un<br />
talento especial. Sólo tiene que comenzar<br />
con un diario barato o un bloc de notas, y<br />
utilizar marcadores de colores, tijeras, pegamento,<br />
revistas viejas, tarjetas, sellos u otros<br />
materiales que tenga a la mano.<br />
Amamos y servimos a un Señor innovapor<br />
Mary E. DeMuth<br />
Yo solia estremecerme<br />
con la frase “devocional<br />
familiar”.<br />
Estas dos palabras lograban acumular<br />
una carga de culpa sobre<br />
mis buenas intenciones de ayudar<br />
a mis hijos a desarrollar una buena<br />
relación con Dios. Debido a esas<br />
palabras, yo había llegado a creer<br />
que, para conocer a Dios con profundidad,<br />
teníamos que sujetarnos a<br />
una lista de exigencias. Leer la Biblia<br />
como un manual de instrucciones, y<br />
analizarla minuciosamente. Orar,<br />
pero no demasiado en<br />
cuanto a cosas triviales.<br />
Pasar por lo menos una<br />
hora de santidad en<br />
oración.<br />
Tal vez a usted le<br />
resulte fácil reunir<br />
a todos en la mesa<br />
a la hora de tener<br />
un estudio bíblico.<br />
Pero quizás sus<br />
hijos son intranquilos<br />
como los míos;<br />
en cuyo caso<br />
18 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
dor que creó las bellezas de esta tierra<br />
con una palabra. Efesios 2:10 nos dice<br />
que no somos sólo la obra maestra<br />
de nuestro Creador, sino también<br />
que hemos sido creados a Su imagen<br />
para que también nosotros hagamos<br />
“obras” creativas.<br />
He logrado que mis niños hagan<br />
dibujos para representar su acto<br />
de orar, y para ilustrar alabanzas o<br />
lamentos. Esto no sólo nos hace más<br />
fácil conectarnos entre nosotros,<br />
sino que también nos ayuda a invitar<br />
a Dios a ser el centro de nuestra<br />
vida cotidiana de una manera tangible.<br />
Una vez, cuando los niños<br />
estaban pasando por un tiempo<br />
difícil en su nueva escuela, hice un<br />
collage de imágenes que me recordaba<br />
a ellos. Escribí mi oración<br />
en la imagen de una mano que<br />
derramaba una copa rebosante.<br />
“¡Oh, Señor, derrama tu gracia<br />
sobre mis hijos!”. Espero que un<br />
día ellos recuerden ese tiempo y<br />
digan: “Fue un año duro, pero<br />
Jesús estuvo a mi lado cada<br />
minuto”. Estos diarios no son<br />
sólo oraciones visuales, sino<br />
recuerdos preciosos que nos<br />
recuerdan la fidelidad constante<br />
de Dios.<br />
Hacer diarios de artes ha<br />
revolucionado el tiempo que<br />
pasamos con el Señor; ahora<br />
está lleno de sorpresas. Nos<br />
deleitamos al descubrir nuevos<br />
pasajes de la Biblia para<br />
ilustrarlos de manera sencilla.<br />
Esperamos con interés<br />
responder creativamente a<br />
las palabras que oímos del<br />
Señor.<br />
><br />
><br />
><br />
><br />
><br />
He aqui algunas<br />
sugerencias<br />
para comenzar:<br />
Comience su tiempo<br />
devocional con su diario,<br />
los materiales y la Biblia. Cuando<br />
un versículo o un pasaje de la Biblia<br />
le sugiera una idea, anótela y póngale<br />
fotografías de las revistas para<br />
ilustrarla.<br />
Cree una página sólo para sus oraciones.<br />
En un lado escriba la fecha<br />
y la petición, utilizando imágenes<br />
para representarla. Deje el otro lado<br />
en blanco para escribir la respuesta<br />
de Dios a su oración con palabras<br />
e imágenes.<br />
Haga que sus niños escriban lo que<br />
les esté molestando. Cuando nos<br />
mudamos a Francia, mis hijos dibujaban<br />
las cosas que extrañaban y que<br />
habían dejado atrás, y aquellas con<br />
las que Dios los había bendecido en<br />
su nuevo entorno.<br />
Escriban las maneras como Dios les<br />
ha alentado últimamente, y encuentren<br />
las maneras de representar<br />
estas ideas visualmente.<br />
Una vez que empiecen, verán<br />
que las demás páginas se<br />
volverán cada vez más creativas.<br />
Hasta los asuntos de su vida diaria<br />
(recibos, cartas, hojas o flores,<br />
los dibujos de los niños)<br />
adquirirán un nuevo significado<br />
a medida que<br />
presenten estos<br />
elementos de su<br />
vida al Señor de<br />
una manera visual.
¿Ha<br />
aceptado<br />
a Jesús?<br />
¿Ha aceptado usted a Jesús<br />
como su Salvador personal?<br />
Entonces, haga esta oración:<br />
“Señor, reconozco que soy<br />
un(a) pecador(a). Creo<br />
que tu Hijo Jesucristo<br />
murió en la Cruz por mis<br />
pecados, para salvarme.<br />
Me arrepiento de todos mis<br />
pecados y te pido que me<br />
hagas una persona nueva a<br />
partir de este momento. Te<br />
entrego hoy mi vida. Amén”<br />
Por favor, comuníquese con<br />
nosotros si usted hizo esta<br />
oración y le enviaremos de<br />
regalo el material titulado<br />
“Vida nueva en Cristo” por<br />
el Dr. Charles Stanley.<br />
1-800-303-0033<br />
www.encontacto.org<br />
PROGRAMACIóN DE RADIO Y TV<br />
PARA octubre DE 2008<br />
RADIO<br />
RAFCD- Regresemos a los fundamentos (8 CDs)<br />
10/01/08 Nuestros pensamientos I SMB055C<br />
10/02/08 Nuestros pensamientos II SMB055C<br />
10/03/08 Nuestro tiempo SMN125C<br />
NUEVO- La cuenta regresiva para el juicio final (4 CDs)<br />
10/06/08 Nuestra cita predestinada I S080518C<br />
10/07/08 Nuestra cita predestinada II S080518C<br />
RAFCD- Regresemos a los fundamentos (8 CDs)<br />
10/08/08 Nuestros talentos SMB195C<br />
10/09/08 Nuestros tesoros I SMB265C<br />
10/10/08 Nuestros tesoros II SMB265C<br />
NUEVO- La cuenta regresiva para el juicio final (4 CDs)<br />
10/13/08 El juez y el juicio I S080525C<br />
10/14/08 El juez y el juicio II S080525C<br />
RAFCD- Regresemos a los fundamentos (8 CDs)<br />
10/15/08 Nuestras pruebas I SMC055C<br />
10/16/08 Nuestras pruebas II SMC055C<br />
10/17/08 Nuestro testimonio I SMC125C<br />
NUEVO- La cuenta regresiva para el juicio final (4 CDs)<br />
10/20/08 El examen final I S080601C<br />
10/21/08 El examen final II S080601C<br />
RAFCD- Regresemos a los fundamentos (8 CDs)<br />
10/22/08 Nuestro testimonio II SMC125C<br />
10/23/08 Nuestro Maestro I SMC195C<br />
10/24/08 Nuestro Maestro II SMC195C<br />
NUEVO- La cuenta regresiva para el juicio final (4 CDs)<br />
10/27/08 Nuestras recompensas eternas I S080622C<br />
10/28/08 Nuestras recompensas eternas II S080622C<br />
RAFCD- Regresemos a los fundamentos (8 CDs)<br />
10/29/08 Nuestro Libro de texto I SMD025C<br />
10/30/08 Nuestro Libro de texto II SMD025C<br />
10/31/08 En busca de la dirección de Dios I S060604C<br />
TV<br />
La cuenta regresiva para el juicio final<br />
10/05/08 Nuestra cita predestinada S080518D<br />
10/12/08 El juez y el juicio S080525D<br />
10/19/08 El examen final S080601D<br />
10/26/08 Nuestras recompensas eternas S080622D<br />
20 |<br />
Octubre 2008 En Contacto<br />
La programación está sujeta a modificaciones
poderosoenespíritu<br />
El riesgo<br />
de no tomar<br />
riesgos<br />
´<br />
por Mark Batterson<br />
Es considerada una de las historias de mayor valentía y más sorprendentes registradas<br />
en la Biblia. Pero aunque usted la haya leído varias veces en la Biblia, año tras<br />
año, probablemente no haya hecho siquiera un parpadeo en la pantalla de su radar.<br />
El escritor de 2 Samuel nos dice que Benaía persiguió a un león hasta un foso, y que<br />
luego, a pesar de la nieve y del terreno resbaloso, tomó a la bestia y la mató (23:30).<br />
La historia de Benaía está recogida en tres versículos (vv. 20-22). La Biblia no<br />
nos dice lo que él estaba haciendo, ni adónde iba cuando se encontró con este<br />
león. Pero sí revela su valerosa reacción. ¡Y qué valerosa! Cuando la imagen de un<br />
animal que come gente viaja a través del nervio óptico, el cerebro recibe normalmente<br />
un importantísimo mensaje: hay que correr tan rápido como se pueda.<br />
Las personas normales huyen, pero las que dan caza a los leones son de una casta<br />
diferente. No ven a un problema de 500 libras. Cuando “ruge” la oportunidad,<br />
ellas agarran “la vida” por la melena.<br />
www.encontacto.org |<br />
21
Permítame decir algo que es obvio: si<br />
usted está en un foso con un león en un<br />
día nevoso, tiene un problema serio; será<br />
probablemente el último problema que<br />
tendrá en su vida. Pero tendría que reconocer<br />
que “maté a un león en un foso<br />
en un día nevoso” se ve sumamente bien<br />
en su currículo si está solicitando trabajo<br />
como guardaespaldas del rey de Israel.<br />
Benaía no sólo obtuvo el empleo de<br />
guardaespaldas principal de David, sino<br />
que además llegó a ser Comandante en<br />
Jefe del ejército de Israel —la segunda<br />
persona más poderosa en el reino. Pero<br />
toda la genealogía de su éxito se remota a<br />
una decisión que determinaría su destino:<br />
huir o cazar.<br />
Sentimientos de pesar y<br />
omisión<br />
Permítame hacer una predicción: su mayor<br />
sentimiento de pesar al final de su vida<br />
serán los leones a los que no intentó cazar.<br />
Según la investigación de los psicólogos<br />
sociales Tom Gilovich y Vick Medvec, a<br />
corto plazo tendemos a lamentar ciertas<br />
cosas que hicimos, que habríamos querido<br />
no haber hecho. Pero a largo plazo,<br />
tendemos a lamentar ciertas cosas que no<br />
hicimos, que desearíamos haber hecho.<br />
Todos nosotros tenemos nuestra buena<br />
cuota de cosas que lamentar. Pero estoy<br />
convencido de que si no decidimos cambiar<br />
ahora, nuestros mayores sentimientos de<br />
pesar serán los riesgos que no tomamos, las<br />
oportunidades que no aprovechamos y los<br />
sueños que no perseguimos.<br />
A mí me parece que la iglesia moderna<br />
se ha obsesionado principalmente por<br />
los pecados de comisión: no hagas esto,<br />
no hagas aquello y estarás bien. Pero aquí<br />
está el problema: se puede dejar de hacer<br />
lo malo y, sin embargo, dejar de hacer lo<br />
bueno. La santidad es más que el subproducto<br />
de simplemente sustraer algo negativo<br />
de nuestras vidas; implica maximizar<br />
el potencial que Dios nos ha dado para<br />
vivir como Jesús.<br />
No me malinterprete. La santidad<br />
implica, desde luego, sustraer. Sin embargo,<br />
creo que Dios está muchas veces<br />
más preocupado por nuestros pecados<br />
de omisión —por las cosas que podemos<br />
y debemos hacer por obediencia y fe.<br />
Nuestra vocación es mucho mayor que<br />
simplemente huir del pecado; hemos sido<br />
llamados a cazar leones.<br />
Valentía y santidad<br />
Es posible que esto no suene muy académico,<br />
pero creo que uno de las dimensiones<br />
menos apreciadas de la madurez espiritual<br />
es la de ser valeroso. El tener valentía se<br />
manifiesta de diferentes maneras y juega un<br />
papel importantísimo en el seguir a Cristo.<br />
Es desafiar al statu quo. Es atreverse a ser<br />
diferente. Es negarse a ir a lo seguro.<br />
Piense en esto: nadie ha sido más valiente<br />
que Jesús. Él no tuvo miedo de ofender<br />
a poderosos líderes religiosos. Desafió las<br />
costumbres sociales al tocar a los leprosos<br />
para devolverles su dignidad. Sin preocuparle<br />
su propia reputación, entabló con<br />
valentía amistad con prostitutas y cobradores<br />
de impuestos que venían a Él en busca<br />
de una nueva vida, y los defendió. En<br />
Jesús no había nada que fuera remotamente<br />
pasivo. Como dice la autora Dorothy<br />
Sayers: “Quienes crucificaron a Jesús no<br />
lo hicieron por considerarlo un tonto.<br />
Muy por el contrario, lo hicieron porque<br />
Su elevada confianza en Sí mismo los<br />
hacía sentir inseguros. Se ha dejado para<br />
las generaciones futuras amortiguar esa<br />
tremenda personalidad y rodearla de una<br />
atmósfera de tedio. Le hemos quitado las<br />
garras al león de Judá y lo hemos convertido<br />
en un inofensivo gato casero”.<br />
¡Ay! Pero antes de protestar, debemos<br />
preguntarnos a nosotros mismos si hemos<br />
22 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
seguido, en realidad, los pasos de Jesús.<br />
Hay un proverbio en inglés, que dice:<br />
“Sin valentía no se consigue la gloria”.<br />
Cuando nos falta el valor para vivir por<br />
fe, le estamos robando a Dios la gloria<br />
que Él quiere revelar al mundo a través<br />
de nosotros.<br />
futuro y presente<br />
Un peligro que enfrentamos es que, en<br />
algún punto, la mayoría de nosotros dejemos<br />
de avanzar con firmeza hacia el futuro<br />
y comencemos a revivir y repetir el pasado.<br />
Que dejemos de seguir adelante con los<br />
sueños que Dios ha puesto en nuestras<br />
mentes, y que empecemos a reaccionar<br />
con estrechez de mente. Que dejemos de<br />
cazar leones, y a comenzar a huir de ellos.<br />
Sin embargo, al igual que Benaía, el<br />
resto de nuestra vida puede ser moldeada<br />
por la decisión de ir y cazar en vez de huir.<br />
¿A qué león le está llamando Dios a ir a<br />
cazar? Quizás es el momento de responderle<br />
a Dios. De hacer ese viaje misionero<br />
que le exige un sacrificio. De no seguir<br />
aferrado a su tiempo personal, para dedicarlo<br />
a guiar a alguien. De reconocer<br />
su adicción y buscar ayuda. De tragarse<br />
su orgullo, y buscar una reconciliación.<br />
De no seguir posponiendo la decisión, y<br />
pedirle a ella que se case con usted. De<br />
dejar de ser uno más en la iglesia, para<br />
comenzar a servir en ella. De comenzar<br />
a asistir a la escuela nocturna. De escribir<br />
el manuscrito por las noches, si eso es lo<br />
que se necesita hacer.<br />
Comprométase a seguir a Cristo. ¡Vaya<br />
en cacería del león!<br />
Renunciaré a vivir como si el propósito de la vida fuera llegar sin ningún<br />
riesgo al final de mis días.<br />
Renunciaré a mantenerme enfocado en mi autoprotección, para estar<br />
dispuesto a asumir riesgos.<br />
Renunciaré a tratar de ser lo que no soy, para comenzar a ser yo mismo.<br />
Renunciaré a resistirme y a contenerme.<br />
Renunciaré a salir huyendo.<br />
Quemaré los puentes pecaminosos e iluminaré nuevos senderos.<br />
No permitiré que lo malo que haya en mí me impida servir a Dios en lo<br />
que Él considera bueno.<br />
Perseguiré el sueño que Dios me ha dado, un sueño tan grande que sin<br />
Él sería imposible lograrlo.<br />
Dejaré de quejarme, para encontrar maneras creativas de ser parte<br />
de la solución.<br />
Dejaré mi cómoda vida, para apreciar todas las experiencias, incluso<br />
las difíciles.<br />
Me preocuparé menos por lo que la gente piense, y más por lo que Dios<br />
piense.<br />
Seguiré al Señor adondequiera que Él me guíe.<br />
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23
1<br />
Miércoles<br />
Invertir para la<br />
eternidad<br />
Para comprender la<br />
manera de ser del<br />
Padre celestial,<br />
debemos leer lo que<br />
la Biblia dice acerca<br />
de Jesús, quien es Su<br />
imagen perfecta.<br />
leer | Mateo 28:18-20<br />
La vida cristiana es una vida activa dedicada<br />
a trabajar, servir, compartir y ayudar.<br />
Muchas veces pensamos que ser cristiano<br />
significa sólo ir a la iglesia cada domingo<br />
por la mañana y poner algo en el platillo de<br />
las ofrendas. Es un buen hábito, pero si ésa<br />
es la totalidad de su vida cristiana, entonces<br />
debo decirle que se está equivocando.<br />
Jesucristo ha hecho un llamado a todos<br />
sus seguidores de ir al mundo y hacer discípulos,<br />
bautizarlos y enseñarlos. Usted dirá:<br />
“Bueno, eso es para los pastores y los misioneros”.<br />
No, no es así. Es, en realidad, la<br />
responsabilidad de todos los que invocan el<br />
nombre de Jesús.<br />
Observe la primera palabra de Mateo<br />
28:19. ¿Qué dice Jesús? Dice: “Id”. En palabras<br />
de hoy, está diciendo: “¡Salgan del sofá!<br />
¡Apaguen el televisor! ¡Cierren la computadora!<br />
¡Levántense, miren el mundo a su<br />
alrededor, y háblenle a alguien de Mí!”<br />
No se trata de una sugerencia, ni tampoco<br />
es una palabra para sólo un puñado de creyentes.<br />
Si usted ha sido salvado por la sangre<br />
de Cristo, ¡Jesús le está hablando a usted!<br />
Hacer discípulos no significa dejar el trabajo<br />
y convertirse en un misionero a tiempo<br />
completo en un lugar remoto de la tierra. Usted<br />
puede salir, tocar la puerta de su vecino<br />
y presentarle a Cristo. No necesita predicar<br />
sermones impresionantes a los demás, sino<br />
simplemente tener un corazón abierto y dispuesto<br />
a cumplir con el llamado que le ha<br />
sido hecho por Jesucristo.<br />
¿Qué pudiera hacer usted ahora mismo<br />
para “ir y hacer discípulos”? Piense en las<br />
cosas que puede hacer hoy para responder al<br />
llamado de Dios a su vida.<br />
24 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
2<br />
Jueves<br />
Testificar de Cristo<br />
3<br />
Viernes<br />
Jesucristo, el Salvador<br />
que nos busca<br />
leer | Hechos 1:4-8<br />
Testificar de Cristo puede ser algo inquietante<br />
para muchos creyentes. Aunque<br />
queramos obedecer el llamado del Señor<br />
de “Id y haced discípulos” (Mt. 28:19), nos<br />
preguntamos: ¿Qué puedo hacer? o ¿Qué<br />
puedo decir? Puede ser un poco intimidante<br />
pensar que tenemos que hacerlo todo dependiendo<br />
de nosotros mismos. Por fortuna, no<br />
estamos solos.<br />
Vea de nuevo los versículos clave de ayer, Mateo<br />
28:18-20. Por saber que estaba dando una<br />
orden potencialmente embarazosa, el Señor la<br />
expresó de manera calculada. Notemos que este<br />
pasaje tiene básicamente tres componentes:<br />
Jesús tiene toda autoridad en el cielo y en<br />
la tierra.<br />
Debemos ir hacer discípulos.<br />
Jesús estará con nosotros a cada paso del<br />
camino.<br />
Estas palabras, junto con la promesa del<br />
Espíritu Santo en Hechos 1:8, nos revelan que<br />
la responsabilidad de hacer discípulos no es<br />
sólo nuestra. Jesús no sólo está presente con<br />
nosotros, sino también derramando Su poder<br />
en nosotros para que podamos ser sus testigos<br />
de una manera más efectiva, ser Sus embajadores<br />
en el mundo. El trabajo y el poder son<br />
de Él. Nosotros somos apenas instrumentos<br />
Suyos para hacer Su trabajo.<br />
Dios quiere usarnos, pero no nos ha dejado<br />
el trabajo sólo a nosotros. Él, que tiene todo el<br />
poder y toda la autoridad en el universo, está<br />
con nosotros paso a paso, y ha puesto ese poder<br />
dentro de nosotros por medio de Su Santo<br />
Espíritu. Todo lo que necesitamos lo tenemos<br />
a nuestro alcance. Lo único que tenemos que<br />
hacer es obedecer la orden de “Id”. ¿A dónde<br />
le llevara a usted esa orden hoy?<br />
leer | Juan 3:16, 17<br />
En este ocupado e impersonal mundo de la<br />
tecnología de punta, parece más fácil que<br />
nunca ignorar a Jesucristo. Creemos que podemos<br />
satisfacer todas nuestras necesidades<br />
haciendo un clic en la computadora. Después<br />
de todo, si queremos mantener nuestros ojos<br />
en el futuro, ¿por qué buscar un Salvador que<br />
quedó hace 2.000 años en el pasado?<br />
Por acostumbrarnos más y más a buscar<br />
en nosotros mismos las respuestas, podemos<br />
con facilidad caer en una trampa peligrosa:<br />
tener la idea de que sólo porque Él no nos<br />
importa a nosotros, nosotros no le importamos<br />
a Él. Nada podría estar más lejos de<br />
la verdad.<br />
A lo largo de toda la Biblia, Dios toma<br />
la iniciativa de salvar al hombre. Ninguno<br />
de nosotros que hemos sido salvados, buscamos<br />
primero a Dios; sólo respondimos a Su<br />
iniciativa. Fue Él quien dio el primer paso;<br />
nos escogió para salvarnos, y luego nosotros<br />
respondimos.<br />
¿Qué dice la Escritura? En Juan 3:16 vemos<br />
que el Padre dio voluntariamente a Su Hijo<br />
para que nosotros pudiéramos ser salvos. En el<br />
v. 17, la Biblia aclara que el Hijo fue enviado, no<br />
para condenar al mundo, sino para salvarlo.<br />
Piense en las últimas instrucciones que dio<br />
Jesús a Sus discípulos en Marcos 16:15. ¿Acaso<br />
dijo que se cruzaran de brazos y que no mencionaran<br />
Su nombre a nadie? ¡No! ¡Les dijo<br />
que fueran al mundo para contar a todos la<br />
buena nueva! El Señor quiere que el evangelio<br />
sea comunicado, porque Él sigue buscando<br />
hoy a los perdidos.<br />
¿Está usted sentado, esperando que Jesús<br />
aparezca? Levántese, hermano. Jesús está<br />
aquí, y le ha estado viendo todo el tiempo.<br />
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25
Fin de Semana<br />
La búsqueda de Dios<br />
para salvarnos<br />
6<br />
Lunes<br />
Cuando las probabilidades<br />
están en contra<br />
leer | Apocalipsis 3:20<br />
Apocalipsis 3:20 es un pasaje clave fantástico<br />
que distingue en verdad a la fe<br />
cristiana de las demás religiones. Aquí tenemos<br />
una hermosa imagen de Jesucristo,<br />
el Salvador de la humanidad, tocando con<br />
paciencia a la puerta de nuestros corazones.<br />
¡Qué ilustración tan fabulosa de la búsqueda<br />
salvadora de Dios!<br />
En la mayoría de las religiones, la situación<br />
sería lo contrario. La imagen sería que usted<br />
o yo estemos tocando a la puerta del cielo,<br />
tratando de entrar. Pero aquí es Jesús quien<br />
nos busca. Cuando uno mira el pasaje en el<br />
idioma griego original, nota que el Señor no<br />
toca la puerta sólo una o dos veces. La forma<br />
verbal denota una acción continua. Él está allí<br />
parado, tocando una y otra vez a la puerta de<br />
nuestros corazones.<br />
Vemos esta búsqueda activa de Dios en<br />
toda la Biblia. Después que Adán y Eva pecaron<br />
en el huerto del Edén, ¿buscaron afligidos<br />
al Señor para pedirle perdón? No. Fue el Señor<br />
quien los llamó; Él buscó activamente a la<br />
primera pareja, para darles la oportunidad de<br />
confesar su pecado (Génesis 3:8, 9).<br />
Pensemos en el apóstol Pablo. ¿Llegó él a<br />
conocer al Salvador, buscando a Cristo? ¡No!<br />
Fue Jesús quien buscó al antes perseguidor<br />
de la iglesia, lo encontró en el camino de Damasco<br />
y lo llamó al arrepentimiento (Hechos<br />
9:1-6).<br />
El Señor nos ha dado el honor de participar<br />
en Su búsqueda por alcanzar a los muchos<br />
que están en el mundo necesitados de un Salvador.<br />
¿Está usted poniendo en práctica ese<br />
llamado? Jesús está en actividad a su alrededor;<br />
únase a Él hoy en la comunicación de las<br />
Buenas Nuevas que todos necesitan oír.<br />
¿S<br />
leer | Jueces 7:1-7<br />
e ha sentido usted alguna vez contra la<br />
pared, con todas las probabilidades en<br />
su contra? En situaciones así, los cristianos<br />
muchas veces se niegan a reconocer una verdad<br />
importante: No aceptan que Dios sea, en<br />
realidad, quien haya dispuesto sus problemáticas<br />
circunstancias.<br />
Usted podría pensar: No puede ser, porque<br />
Dios me protegería de esas cosas. Quienes<br />
me están haciendo esto son el mundo y<br />
Satanás. Quizás. Sin embargo, es posible que<br />
Dios esté tratando de decirle algo, pero Él necesita<br />
primero captar su atención.<br />
En la Biblia vemos una y otra vez que el Señor<br />
utiliza las circunstancias para desarrollar<br />
fe en nosotros. Es fácil confiar en Él cuando<br />
todo nos va bien. Pero Dios muchas veces nos<br />
quita comodidades y falsas seguridades para<br />
recordarnos que Él es nuestra única fuente<br />
de poder.<br />
Piense en el pasaje de hoy. Gedeón estaba<br />
listo para dirigir un poderoso ejército de<br />
32.000 hombres contra el enemigo. Pero el<br />
Señor intervino en tres momentos distintos,<br />
reduciendo a menos del uno por ciento de su<br />
tamaño original al ejército israelita. Nosotros<br />
habríamos respondido: “¿Qué? ¡Es imposible<br />
derrotar las fuerzas enemigas con sólo 300<br />
hombres!” Eso probablemente era cierto; 300<br />
hombres solos no podían, pero el Señor sí puede,<br />
y ésa fue la lección que aprendió Gedeón.<br />
Cuando las circunstancias no estén a su favor,<br />
no piense que Dios le ha abandonado. Sus<br />
amigos, su dinero y su éxito pueden desaparecer,<br />
pero éstos no ganarán la batalla. Manténgase<br />
firme, con la mirada puesta en el Señor, y<br />
una vez que se quede sin nada, se maravillará<br />
de lo que su Padre celestial hará.<br />
26 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
7<br />
Martes<br />
El ánimo divino en los<br />
momentos difíciles<br />
8<br />
Miércoles<br />
El principio del<br />
quebrantamiento<br />
leer | Jueces 7:8-25<br />
Ayer leímos la manera como Dios redujo el<br />
ejército de Gedeón de 32.000 a sólo 300<br />
poco antes de una importante batalla. Hoy<br />
veremos lo que pasó después.<br />
Gedeón, sin duda, se sentía ansioso. Iba<br />
a atacar a un campamento enemigo de más<br />
de 130.000 soldados con sólo un puñado de<br />
hombres. Pero en su momento de angustia,<br />
Dios le dio a Gedeón lo que más necesitaba<br />
éste: ánimo.<br />
Dios despertó a Gedeón de noche y lo puso<br />
en un lugar estratégico para que oyera a un<br />
soldado enemigo contando un sueño terrible:<br />
¡una visión de la victoria de los israelitas! Esta<br />
increíble circunstancia le aseguró a Gedeón<br />
que el Señor estaba en acción en su difícil<br />
situación. Dios usó misericordiosamente ese<br />
incidente para demostrar Su sensibilidad ante<br />
el temor de un hombre.<br />
Piense en lo poderosas que son las palabras<br />
de ánimo de un amigo. Son como una<br />
bendición inesperada que nos cae del cielo<br />
justamente en el momento más difícil. No<br />
se trata de un “accidente afortunado”, sino<br />
de preciosas palabras creadoras de confianza<br />
venidas de parte de Dios.<br />
El desafío que tenemos es sencillamente<br />
recordar las veces que nuestro amoroso Padre<br />
celestial nos dio ánimo en el pasado. Confiando<br />
en la evidencia de Su fidelidad, podemos<br />
enfrentar el futuro con valentía, sabiendo que<br />
no estamos solos.<br />
Como habitantes de un mundo caído, a<br />
veces enfrentaremos tristezas, temores y obstáculos<br />
aparentemente insuperables. Pero,<br />
como hijos de Dios, salvados por Jesucristo<br />
y seguros en Él, nunca estamos más allá del<br />
ánimo que da el Señor.<br />
leer | Juan 12:24, 25<br />
El quebrantamiento duele, y la mayoría de<br />
nosotros preferiría vivir sin el dolor. Pero<br />
en esos momentos, el Señor hace a menudo su<br />
obra más grande en nuestras vidas, transformándolas<br />
y reorientándolas conforme a Sus<br />
divinos propósitos.<br />
Jesús explicó muy bien en Juan 12:24, 25 el<br />
principio del quebrantamiento, al comparar<br />
nuestra vida con un grano de trigo. Si mantenemos<br />
la semilla en la mano no pasará nada,<br />
y si la depositamos solícitamente en una jarra<br />
sobre una repisa se quedará allí por tiempo<br />
indefinido. Protegido de esa manera, el grano<br />
no servirá en realidad para nada.<br />
Sin embargo, si ese grano se pone en la<br />
tierra en la que perderá su capa protectora,<br />
sucederá algo sorprendente. Poco tiempo después<br />
saldrá un pequeño brote de la tierra, que<br />
comenzará a desarrollarse en algo diferente,<br />
útil y hermoso. Además, ese nuevo tallo producirá<br />
más granos que podrán ser plantados,<br />
y los nuevos tallos harán lo mismo. Es un<br />
maravilloso ciclo de vida en el que un solo<br />
grano puede producir innumerables tallos de<br />
trigo. Pero todo tiene que comenzar con el<br />
quebrantamiento de un grano.<br />
Jesús no sólo habló de este ejemplo, sino<br />
que lo vivió. Al dar su vida en sacrificio, Él fue<br />
quebrantado y puesto en la tierra. A partir de<br />
ese quebrantamiento surgió nueva vida para<br />
nosotros. De ese “grano” han surgido innumerables<br />
creyentes nuevos, cada uno de ellos<br />
con una nueva vida.<br />
¿Se siente usted quebrantado hoy? Si es así,<br />
recuerde el principio del grano que muere.<br />
Dios no le ha abandonado, sino que puede estar<br />
conduciéndole a una coyuntura en la que<br />
experimentará un nuevo nacimiento.<br />
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27
9<br />
Jueves<br />
Una vida para<br />
llegar a ser<br />
10<br />
Viernes<br />
El nombre de Jesús<br />
leer | 2 Corintios 4:7-18<br />
El mayor obstáculo para entender el propósito<br />
de Dios cuando Él nos quebranta,<br />
es probablemente éste: la mayoría de los creyentes<br />
creen que el cristianismo es algo que<br />
hacemos. Oramos, leemos la Biblia, vamos a<br />
la iglesia, ofrendamos. Hacemos y hacemos,<br />
creyendo que ésa es la vida cristiana.<br />
Sin embargo, el verdadero cristianismo tiene<br />
que ver con el llegar a ser en vez de con el<br />
hacer. La vida de fe que Dios ha dispuesto,<br />
involucra recibir a Jesús en nuestros corazones,<br />
y permitirle que Él cambie los hábitos, la<br />
manera de pensar y las preocupaciones que tenemos,<br />
para llegar a ser más y más como Él.<br />
Comprender esto cambiará nuestra perspectiva<br />
en cuanto a los dolores que debemos<br />
soportar. Cuando reconocemos que la vida<br />
cristiana es la obra permanente de Jesús de<br />
rehacer nuestras vidas, el papel del quebrantamiento<br />
tiene más sentido. Es el proceso que<br />
Dios usa para apartarnos de las cosas que se<br />
han convertido, o pueden llegar a convertirse,<br />
en un obstáculo para nuestro crecimiento. El<br />
Señor utiliza también este recurso para tratar<br />
asuntos que posiblemente hemos declarado<br />
“prohibidas” para Él, como conductas o relaciones<br />
poco saludables, que justificamos.<br />
Dios no quiere ser el Señor de la mayor parte<br />
de su vida ¡Él quiere ser el Señor de toda su<br />
vida! Por tanto, se concentra en las áreas de rebeldía<br />
y de autosuficiencia, para despojarnos<br />
de todo lo que tenga puesta la confianza en el<br />
“yo”. Él utiliza el quebrantamiento para eliminar<br />
esas inclinaciones, para que podamos<br />
vivir dependiendo de Él, día tras día.<br />
Abra su corazón, y pídale al Señor que le<br />
revele cualquier rastro de individualismo en<br />
su vida.<br />
leer | Mateo 16:13-16<br />
Si alguien le preguntara a usted: “¿Quién es<br />
Jesús?”, ¿comenzaría hablándole de la escena<br />
del pesebre, o de algo que Él dijo o hizo?<br />
Es importante saber qué responder, porque<br />
ésta es la pregunta más importante que alguien<br />
puede hacer. La gente habla con mucha<br />
libertad de “Dios” de una manera general.<br />
Hasta pueden hablar de lindos querubines, de<br />
poderosos ángeles guardianes o de milagros<br />
sobrenaturales.<br />
Pero algo diferente sucede si usted dice:<br />
“Jesús”. La simple mención de Su nombre produce<br />
arrebatos de cólera, y genera discusiones.<br />
¿Cómo es posible que Su nombre cause tanta<br />
frustración, confusión e ira si el Señor está tan<br />
lleno de amor por todas las personas?<br />
El problema es que el nombre de Jesús exige<br />
una decisión. Cuando usted pasa de una<br />
idea generalizada de “Dios”, al acto expiatorio<br />
redentor específico de Cristo, las simples nociones<br />
de “mi dios” y “tu dios” desaparecen.<br />
La muerte de Cristo por nosotros demanda<br />
una respuesta de “aceptación” o “rechazo”<br />
de cada persona. Ante el nombre de Jesús, la<br />
persona tiene que enfrentar al Dios verdadero<br />
que está en el cielo y al Hijo que Él envió. Y es<br />
allí cuando la gente se pone incómoda.<br />
Cuando Jesús le pidió a Pedro que dijera<br />
quién era Él, el apóstol respondió de inmediato:<br />
“Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”<br />
(Mt. 16:16). No hubo ninguna ambigüedad ni<br />
vacilación. Pedro sabía quién era Jesús, y no se<br />
avergonzó de su respuesta.<br />
¿Respondería usted esa pregunta clave con<br />
la misma audacia? Medite hoy en lo que Jesús<br />
hizo por usted, y pídale a Dios que le dé la<br />
valentía y la confianza para proclamar Su<br />
nombre al mundo.<br />
28 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
Fin de Semana<br />
¿Quién es este Cristo?<br />
13<br />
Lunes<br />
Vestidos para<br />
la batalla<br />
leer | Colosenses 1:15-20<br />
Las personas a menudo encuentran difícil<br />
entender quién es Jesús, y por qué vino.<br />
La Biblia nos da la explicación, que, en realidad,<br />
no es tan difícil de comprender.<br />
Jesús hizo algo que nunca antes se había<br />
hecho. Le permitió al hombre ver a Dios de<br />
una manera nueva. Colosenses 1:15 dice que<br />
Jesús es “la imagen del Dios invisible”. Nadie<br />
ha visto jamás el rostro del Todopoderoso.<br />
Aunque algunas personas tuvieron encuentros<br />
con Dios, ellas nunca pudieron contemplar<br />
totalmente Su gloria.<br />
Por ejemplo, ni aun Moisés, quien es descrito<br />
como el amigo de Dios (Ex. 33:11), pudo mirar<br />
directamente al Señor. Como muchos, tuvo<br />
la oportunidad de ver sus espaldas cuando Él<br />
pasó, pero nunca Su rostro (Ex. 33:18-23).<br />
Pero en Colosenses vemos que Jesús es<br />
“la imagen del Dios invisible” (1:15). Él vino<br />
para tender un puente entre la pura y sagrada<br />
gloria de Dios, y la pecaminosa naturaleza<br />
de la humanidad. La palabra clave aquí es<br />
“imagen”, que en griego es eikon, de donde<br />
tenemos la conocida palabra “ícono”. Así<br />
como el ícono de la pantalla de su computadora<br />
le dirige al programa principal, Jesús<br />
les muestra a los creyentes la plenitud de la<br />
gloria de Dios.<br />
Como el “ícono”, Jesús es el reflejo exacto<br />
de Dios. Por eso el Señor pudo decir: “Yo soy<br />
el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al<br />
Padre, sino por mí”. Y, asimismo, proclamar<br />
después: “El que me ha visto a mí, ha visto al<br />
Padre” (Juan 14:6, 9).<br />
Jesús nos permite ver el mismísimo rostro<br />
de Dios en toda Su gloria. ¡Qué honor tan maravilloso!<br />
Alabe hoy a Dios por Su Hijo, quien<br />
nos ha llevado a la presencia del Santo.<br />
leer | Efesios 6:10-18<br />
Cuando usted se despierta en la mañana<br />
y se viste para el nuevo día, probablemente<br />
no piensa en que ha entrado en un<br />
campo de batalla. Pero el enemigo nos rodea<br />
por todas partes, atacando siempre nuestra<br />
mente y nuestro corazón con tentaciones, reveses,<br />
problemas emocionales y otras cosas<br />
más. Hay días en los que nos sentimos como<br />
parados en la línea de combate, sin ninguna<br />
protección.<br />
Allí está nuestro error; sí tenemos protección,<br />
porque el Señor ha hecho provisión para<br />
nuestra desnudez en la batalla. Él no nos ha<br />
enviado a la guerra desprotegidos, sino que<br />
nos ha dado una armadura que el enemigo no<br />
puede penetrar: la armadura de Dios.<br />
En Efesios 6:10-18, el apóstol Pablo nos<br />
dice, paso a paso, cómo prepararnos para<br />
nuestra batalla diaria, pero la mayoría de<br />
los cristianos no le ponen atención al consejo.<br />
Decimos: “Bueno, es una bonita metáfora,<br />
pero no debemos tomarla literalmente.<br />
Después de todo, la armadura no es real”.<br />
Sí, sí lo es. Es tan real como la ropa que<br />
llevamos puesta.<br />
¿Quisiera usted ver un cambio dramático<br />
en su vida? ¿Quisiera mantenerse firme ante<br />
las adversidades? ¿Quisiera vencer las tentaciones?<br />
Entonces necesita estar vestido para<br />
la batalla.<br />
Le reto a ponerse su armadura espiritual<br />
cada día durante los siguientes siete días.<br />
Póngase cada pieza a la vez: el yelmo de la<br />
salvación, la coraza de justicia, el cinturón<br />
de la verdad, el calzado de la paz, el escudo<br />
de la fe y la espada del Espíritu de Dios. Y al<br />
hacerlo, medite cada día en Efesios 6:10-18, y<br />
vea lo que Dios hará.<br />
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29
14<br />
Martes<br />
Un enemigo real<br />
15<br />
Miércoles<br />
Llegar a ser como<br />
Jesús<br />
leer | 1 Pedro 5:8-10<br />
Hagamos un pequeño juego. Imagine que<br />
usted es un soldado en tiempo de guerra.<br />
Tuvo el entrenamiento básico, aprendió a<br />
usar las armas de guerra, memorizó todas las<br />
estrategias importantes del combate y se está<br />
dirigiendo a la batalla.<br />
Usted ha visto la guerra en los medios informativos<br />
Sus amigos ya han sido enviados,<br />
y ahora usted se encuentra en las líneas del<br />
frente viendo las explosiones y la desolación a<br />
su alrededor. Sabe, sin duda alguna, que hay<br />
un enemigo que quiere destruirle.<br />
Imagine ahora que un camarada soldado<br />
llega donde está usted, y le dice: “En realidad,<br />
no creo que haya un enemigo allí. Pienso<br />
que eso es un mito, o quizás una metáfora.<br />
No es verdad”.<br />
¡Qué ridiculez! Allí, en medio de la batalla,<br />
con camaradas caídos y las municiones utilizadas<br />
cubriendo el campo de batalla, ¿cómo<br />
puede una persona inteligente no reconocer la<br />
presencia del enemigo? Eso es ridículo.<br />
Sin embargo, esta misma situación es la<br />
que está teniendo lugar en las iglesias alrededor<br />
del mundo. A pesar de la evidencia de la<br />
guerra y de la clara y específica naturaleza de<br />
los ataques, un sorprendente número de cristianos<br />
no creen simplemente en la existencia<br />
de Satanás. Eso es un error trágico.<br />
Amigo mío: hay un Enemigo muy real y<br />
personal acechándole ahora mismo, esperando<br />
la oportunidad para destruirle por completo.<br />
Si usted quiere crecer y tener madurez<br />
en la vida cristiana, debe entonces tomar con<br />
seriedad esta batalla.<br />
¿Está usted preparado hoy? Póngase su armadura<br />
espiritual, y vaya detrás del Señor en<br />
la batalla.<br />
leer | 2 Pedro 3:18<br />
Dios tiene un plan para cada vida, y la<br />
salvación es sólo el primer paso. El Señor<br />
quiere que los hijos que ha adoptado desarrollen<br />
un “parecido familiar” con Él, y el Espíritu<br />
Santo está para transformarnos a la semejanza<br />
de Jesús.<br />
Desde el momento en que confiamos en<br />
Cristo como nuestro Salvador personal, somos,<br />
en un sentido espiritual, niños recién nacidos<br />
que necesitamos ser alimentados todo el tiempo<br />
para crecer en santidad. Nuestra fuente<br />
primaria de alimentación es la Palabra de Dios.<br />
Cuando nos nutrimos con ella, nuestra vieja<br />
manera de pensar –la que busca satisfacer al<br />
yo por encima de todo lo demás– será reemplazada<br />
por una mente centrada en Dios. El<br />
Espíritu Santo utilizará la verdad bíblica para<br />
reemplazar las ideas y las acciones que alimentan<br />
nuestro ego, con el reconocimiento de lo<br />
que somos en Cristo, y con el deseo de glorificar<br />
a Dios por medio de nuestra obediencia.<br />
Meditar en la Palabra es esencial para el<br />
crecimiento espiritual. Debemos, también, estar<br />
dispuestos a asumir la responsabilidad por<br />
nuestros errores y traerlos al Señor. Primera<br />
de Juan 1:9 enseña que si confesamos nuestros<br />
pecados, Él nos perdonará y ayudará a tener<br />
de nuevo una vida limpia. También nos mostrará<br />
qué prácticas y hábitos nuestros no son<br />
agradables a Dios. Su deseo es que dejemos<br />
esa conducta y nos convirtamos en cristianos<br />
maduros. Nuestro Padre celestial espera que<br />
hagamos los cambios necesarios en actitud,<br />
conducta y estilo de vida para ser conformados<br />
a la imagen de Cristo.<br />
Renovar nuestra mente, reconocer nuestros<br />
errores y hacer cambios, son necesarios para el<br />
crecimiento espiritual.<br />
30 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
16<br />
Jueves<br />
Transformados a la<br />
imagen de Jesús<br />
17<br />
Viernes<br />
El valor supremo de<br />
la Palabra de Dios<br />
leer | 1 Corintios 15:45-49<br />
Hacer los cambios que Dios exige puede ser<br />
difícil (Ef. 4:31, 32). Pero, por el sacrificio<br />
de Su Hijo, nuestro Padre celestial nos hace<br />
libres de la esclavitud al pecado. El pensar en<br />
todo lo que Jesús sufrió para asegurar nuestra<br />
salvación (Fil. 2:6-8), nos motivará a imitarle.<br />
La transformación comienza en nuestra<br />
mente (Ro. 12:2), porque nuestros actos son<br />
afectados por la manera como razonamos.<br />
A medida que el Espíritu Santo nos ayude a<br />
identificar las malas actitudes y las reemplace<br />
con las buenas, veremos que nuestra manera<br />
de ser comenzará a cambiar. En vez de enojarnos<br />
rápidamente, perdonaremos los errores<br />
de los demás, porque recordaremos cuánto<br />
hemos sido perdonados. Diremos palabras de<br />
estímulo en vez de crítica, y callaremos antes<br />
que compartir chismes. Nuestra prioridad<br />
será seguir el modelo del Señor.<br />
Nuestro Padre celestial nos ha dado la Biblia<br />
y la presencia del Espíritu Santo para que<br />
nos guíen. También nos ha dado hermanos y<br />
hermanas en Cristo que pueden animarnos<br />
y orientarnos. Los cristianos maduros son<br />
capaces de detectar los estorbos que impiden<br />
nuestro crecimiento, y de señalar los cambios<br />
que necesitamos hacer. También pueden<br />
identificar los dones espirituales y las áreas<br />
de servicio que pudiéramos no haber notado.<br />
Yo fui muy impactado por las biografías de<br />
hombres piadosos como Oswald Chambers,<br />
Charles Spurgeon y Dwight L. Moody. Al leerlas,<br />
vi cualidades en sus vidas que yo quería<br />
tener en la mía. Estas cualidades fueron la<br />
base de muchas de mis oraciones.<br />
Ser transformados a la imagen de Jesús es un<br />
proceso que dura toda la vida. Pídale a Dios que<br />
le ayude a parecerse cada vez más al Señor.<br />
leer | 2 Timoteo 3.16-17<br />
Desde Génesis hasta Apocalipsis, la Biblia<br />
está llena de las palabras de Dios.<br />
El Espíritu Santo supervisó la escritura del<br />
mensaje de Dios para asegurarse de que fuera<br />
pertinente, confiable y sin error.<br />
La Escritura contiene la revelación total<br />
sobre el carácter, el reino y el plan de salvación<br />
del Señor. Pensemos en la variedad e importancia<br />
de los temas que trata este libro inmortal:<br />
la creación de nuestro mundo; la caída del<br />
hombre; la presencia y el poder del pecado; el<br />
castigo por la transgresión; el juicio futuro; el<br />
plan de Satanás; nuestra necesidad de un Salvador;<br />
Su oferta de perdón; la redención de la<br />
humanidad; la historia de la fe, y la sabiduría<br />
para vivir. También responde las preguntas<br />
sobre el significado de la vida, el propósito de<br />
la creación del hombre, el origen del mal y la<br />
vida después de la muerte.<br />
Todas las partes de la Palabra de Dios son<br />
valiosas y están relacionadas. Por ejemplo, los<br />
evangelios hablan de la redención, mientras<br />
que el Antiguo Testamento contiene profecías<br />
sobre el Mesías que vendría a salvarnos. Juan<br />
1:29 proclama que Jesús fue el Cordero de<br />
Dios, que llevaría nuestros pecados; Levítico y<br />
Números nos ayudan a entender este concepto<br />
a través de las descripciones del sistema de los<br />
holocaustos. El primer libro de la Biblia nos<br />
enseña que la fe de Abraham le fue contada<br />
por justicia (Gn. 15:6). Y en el Nuevo Testamento<br />
aprendemos que la salvación es por fe<br />
solamente, no por obras (Ef. 2:8, 9).<br />
Dios nos dio la Biblia para que podamos<br />
conocerle personalmente, ser adoptados en Su<br />
familia y dar gloria a Su nombre. Que su meta<br />
sea familiarizarse más con el más importante<br />
libro jamás escrito.<br />
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31
Fin de Semana<br />
Entender la Palabra<br />
de Dios<br />
20<br />
Lunes<br />
La oración transformadora<br />
de vidas<br />
leer | 1 Pedro 1:10-12<br />
En el Antiguo Testamento abundan las<br />
profecías sobre Jesucristo. Sin embargo,<br />
los hombres que escribieron el mensaje de<br />
Dios no siempre entienden todo su significado.<br />
Era necesario que se produjeran los acontecimientos,<br />
y que hubiera más conocimiento<br />
antes de que se pudiera captar su significado<br />
más completo. De hecho, Jesús dijo que había<br />
más cosas que saber, pero que los discípulos<br />
no estaban todavía preparados para ello<br />
(Juan 16:12).<br />
Veamos algunas verdades del Antiguo Testamento<br />
acerca del Mesías, que fueron entendidas<br />
más claramente después. Él sería:<br />
• Preexistente. Miqueas 5:2 profetizó que<br />
Aquél que saldría de Jerusalén tendría su origen<br />
en la eternidad. Juan 7:42 dice que Jesús<br />
era “de Belén, de donde era David”, mientras<br />
que Colosenses 1:6 lo llama Creador.<br />
• Divino. Cuando le habló a Moisés, Dios<br />
se identificó a Sí mismo como “Yo soy” (Ex.<br />
3:14). Jesús declaró que Él mismo era aquel<br />
“Yo soy” (Juan 8:58).<br />
• Nuestro Siervo Sufriente. Cientos de<br />
años antes del nacimiento de Jesús, Isaías<br />
describió la agonía y la muerte del Mesías<br />
(53:3-8). Pero la nación de Israel no estaba<br />
esperando que el Ungido fuera un sustituto<br />
que pagaría su deuda de pecado; buscaban<br />
más bien al rey prometido de Isaías 9:6. El<br />
propósito de la primera venida de Jesús no<br />
fue encabezar un gobierno, sino servir y dar<br />
Su vida en rescate por muchos (Mt. 20:28). Él<br />
sufrió y murió para hacer precisamente eso.<br />
El Espíritu Santo clarifica la verdad a los<br />
creyentes que confían en Su ayuda al estudiar<br />
la Palabra de Dios. Pídale al Señor Su iluminación<br />
cada vez que lea la Biblia.<br />
leer | Colosenses 1:9, 10<br />
Filipenses 4:6 dice que es bueno hacer peticiones<br />
al Señor. Muchas veces le pedimos<br />
ciertas bendiciones, algunos resultados y la<br />
sanidad de nuestros seres queridos. Pero hay<br />
veces en las que, por Su omnisciencia, Dios ve<br />
un “no” como un bien mayor al final.<br />
Entonces, ¿cómo saber ciertamente cuáles<br />
oraciones están de acuerdo con Su voluntad?<br />
El apóstol Pablo escribió peticiones específicas<br />
que él hacía a favor de los colosenses, y usted<br />
puede ofrecer estas oraciones transformadoras<br />
por las personas que son parte de su vida.<br />
• Primero: Pídale que sean “llenos del conocimiento<br />
de su voluntad en toda sabiduría<br />
e inteligencia espiritual” (Col. 1:9). De esta<br />
manera, usted le está pidiendo a Dios que les<br />
dé dirección y la capacidad de ver la vida desde<br />
Su perspectiva.<br />
• Segundo: Pídale que anden “como es digno<br />
del Señor” (v. 10). La única manera de tener<br />
éxito en esto es a través del control del Espíritu<br />
Santo. Él llena nuestro corazón con un anhelo<br />
de Dios, y crea el deseo de obedecerle.<br />
• Tercero: Ore para que sus vidas den fruto<br />
(v. 10). Hay una diferencia entre estar activo<br />
y estar dando fruto. Muchos cristianos creen<br />
que para hacer un impacto para Dios, tienen<br />
que servir como voluntarios en muchos ministerios<br />
de la iglesia, o ser misionero o pastor.<br />
Pero la verdad es que la utilidad en la obra de<br />
Dios dependerá de lo que Él llame a hacer a<br />
cada persona.<br />
Muchas veces, los cristianos oran por los<br />
demás sólo cuando éstos están teniendo problemas.<br />
Pero Pablo no cesaba de orar a Dios<br />
por los colosenses (Col. 1:9). Al interceder por<br />
otros ante el Señor, recuerde las cosas por las<br />
que oraba el apóstol.<br />
32 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
21<br />
Martes<br />
La oración eficaz por<br />
los demás<br />
22<br />
Miércoles<br />
El peligro de<br />
la pereza<br />
leer | Colosenses 1:11-14<br />
Uno de los discípulos vio a Jesús orando<br />
y le dijo: “Señor, enséñanos a orar” (Lc.<br />
11:1). Si alguien tan cercano a Cristo necesitaba<br />
aprender cómo orar, indudablemente<br />
nosotros también lo necesitamos.<br />
Por fortuna, en la Biblia hay muchos<br />
ejemplos que podemos seguir. Por ejemplo,<br />
las peticiones que hacía Pablo en el primer<br />
siglo por los colosenses, siguen siendo válidas<br />
hoy.<br />
Una petición era que las personas conocieran<br />
a Dios (v. 10). Es decir, quería que<br />
crecieran en el Señor, que no se estancaran<br />
en su fe. Esta transformación se produce por<br />
el estudio de la Palabra, la práctica de los<br />
principios bíblicos y cuando observamos las<br />
consecuencias de la obediencia al Señor.<br />
Otro ruego era que experimentaran el poder<br />
de Dios (v. 11). El apóstol quería que<br />
tuvieran el poder sobrenatural del Señor y la<br />
fortaleza que necesitaban para cumplir Su voluntad.<br />
Lo imposible para el hombre se vuelve<br />
posible cuando el creyente confía en Dios. De<br />
manera que así, la gloria la reciba Él.<br />
Por último, Pablo pide que den gracias con<br />
gozo (vv. 11, 12). Esto indica la esperanza<br />
que tenía él de que mostraran la actitud adecuada,<br />
al expresar gratitud aun durante las<br />
situaciones difíciles.<br />
En la iglesia oímos con frecuencia a personas<br />
pidiendo que oren por ellas. Muchos<br />
creyentes hacen una lista de oración para<br />
no olvidar interceder por ciertas personas<br />
durante la semana. Si usamos el ejemplo de<br />
Pablo, podremos tener la confianza de que<br />
estaremos orando por quienes están en nuestra<br />
lista, de una manera agradable al Señor y<br />
conforme a Su voluntad.<br />
leer | 2 Tesalonicenses 3:7-10<br />
El Señor ha nombrado a los creyentes Sus<br />
embajadores en un mundo perdido que<br />
sufre. Como sus seguidores, debemos representarlo<br />
con nuestro carácter, conducta y conversación<br />
cada vez que interactuemos con las<br />
personas que nos rodean.<br />
Dios espera que seamos diligentes en lo que<br />
hacemos, y que cumplamos bien nuestro trabajo.<br />
Sin embargo, en nuestra cultura, es muy<br />
fácil volverse victima de la pereza. Este pecado<br />
es peligroso para la vida del cristiano por el<br />
daño potencial que puede hacer; puede arruinar<br />
nuestro testimonio, nuestras relaciones y<br />
desaprovechar los dones que el Señor nos ha<br />
dado. Uno de los resultados negativos de este<br />
estilo de vida, es un carácter considerado poco<br />
honesto e indigno de confianza.<br />
La pereza se muestra con frecuencia como<br />
dilación. Por ejemplo, a pesar de que decimos<br />
que tomaremos acción, retrasamos una y otra<br />
vez el comienzo. O podemos comenzar un proyecto,<br />
y luego encontrar razones para no terminarlo.<br />
La negligencia es otra manifestación:<br />
aunque hacemos el intento por cumplir con<br />
nuestras responsabilidades, éstas se llevan a<br />
cabo de manera esporádica o incompleta. Las<br />
relaciones con nuestros seres queridos son<br />
descuidadas, y las necesidades de los demás<br />
son ignoradas.<br />
La conducta irresponsable no corresponde<br />
con quienes somos en Cristo. Si usted reconoce<br />
que ha sido negligente en algún área de su<br />
vida, ore diciendo: “Señor, no he vivido como<br />
debía, y te pido que me perdones. Decido<br />
apartarme de toda actitud de pereza y de toda<br />
conducta negligente. Te ruego que me ayudes<br />
a cumplir hasta el final y a convertirme en<br />
alguien diligente para Ti”<br />
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33
23<br />
Jueves<br />
El problema de<br />
la pereza<br />
24<br />
Viernes<br />
Su destino eterno<br />
leer | Proverbios 6:9-11<br />
El libro de Proverbios habla mucho de los<br />
perezosos. Los considera unos haraganes<br />
que no piensan más allá del día presente<br />
(20:4), que se engañan considerándose sabios<br />
(26:16) y que van rumbo a la pobreza.<br />
Cuando las personas desarrollan el hábito<br />
de la pereza, tienden a dar excusas tales<br />
como: “estaba muy cansado”, “no tuve tiempo”<br />
o “no pensé que era necesario”. Evitarán<br />
hacer algo que no les gusta, aunque sea su<br />
responsabilidad, y harán sólo lo que les complazca.<br />
Lamentablemente, las personas que<br />
actúan así tienen problemas para ver con claridad<br />
lo que están haciendo mal, y rechazarán<br />
cualquier crítica (Pr. 26:16). Aunque puedan<br />
pensar que su egocentrismo pase desapercibido<br />
a los demás, éste es evidente para todo<br />
el mundo.<br />
Las personas pueden engañarse a sí mismas,<br />
pero Dios, que ve las malas actitudes y la<br />
negligencia, no se complace con lo mal hecho.<br />
Él nos ha dado trabajo para hacer, y espera<br />
que lo hagamos con esmero. El Señor sabe que<br />
las consecuencias de la pereza son serias: en<br />
el trabajo serán las críticas, el sometimiento<br />
a períodos de prueba e incluso el despido; en<br />
el hogar, las palabras ásperas podrán añadir<br />
tensión a la atmósfera a medida que crezca la<br />
frustración; y en el hogar los hijos podrían<br />
imitar los indeseables hábitos de trabajo de<br />
sus padres.<br />
Si usted es ya un trabajador disciplinado<br />
que tiene que interactuar con personas que<br />
no lo son, siga agradando al Señor siendo productivo<br />
en lo que hace, y enséñeles por medio<br />
de un buen ejemplo. Además, pídale que le dé<br />
paciencia (Gá. 5:22), y sea un reflejo de Cristo<br />
para quienes le rodean.<br />
leer | Lucas 16:19-26<br />
Todos nosotros somos seres eternos, porque<br />
fuimos hechos a la imagen de Dios<br />
(Gn. 1:26). Nuestros espíritus vivirán para<br />
siempre después de la muerte física. Nuestra<br />
morada –el cielo o el infierno – dependerá<br />
de si aceptamos o rechazamos a Jesús como<br />
nuestro Salvador personal.<br />
La Biblia enseña que todos hemos pecado y<br />
que nos espera un castigo (Ro. 3:23; 6:23). No<br />
podemos hacer nada para ganar el perdón de<br />
Dios. Por esto, nuestro Padre celestial envió a<br />
Su Hijo Jesús a tomar nuestros pecados sobre<br />
Sí mismo y recibir el castigo en lugar nuestro.<br />
De esa manera, nos convertimos en parte de la<br />
familia de Dios, y pasaremos la eternidad con<br />
Él en el cielo. Su único requisito para recibir<br />
esta maravillosa bendición, es que reconozcamos<br />
que somos pecadores que necesitamos un<br />
Salvador, y creer que Jesús murió para salvarnos<br />
(Ro. 10:9, 10). Quienes rechacen a Cristo,<br />
al morir estarán separados de Él y de todo lo<br />
bueno, pero los que crean en Jesús vivirán con<br />
Él para siempre.<br />
Cada persona morará al final en el cielo<br />
o en el infierno; ambos son lugares reales<br />
descritos en la Biblia. En el cielo, nunca más<br />
tendremos dolor, tristeza o lágrimas (Ap.<br />
21:4). El infierno es todo lo contrario: un lugar<br />
de castigo en que la agonía y el tormento<br />
serán eternos. El pasaje de hoy enseña esa<br />
cruda verdad.<br />
El castigo eterno y el infierno nunca son<br />
temas fáciles de considerar, pero son vitalmente<br />
importantes, porque son una realidad.<br />
No permita que sus emociones lo aparten<br />
de las verdades escritas en la Biblia. Preste<br />
atención a la advertencia, y asegúrese de que<br />
se está dirigiendo al cielo.<br />
34 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
Fin de Semana<br />
¿Dónde pasará usted<br />
la eternidad?<br />
27<br />
Lunes<br />
Decisiones correctas<br />
leer | 1 Corintios 15:1-4<br />
En nuestras casas utilizamos detectores de<br />
humo que nos avisan si hay un fuego, y<br />
el tablero de nuestros autos tiene luces para<br />
indicarnos si algo no está funcionando bien.<br />
Por tanto, sería una insensatez ignorar esas advertencias.<br />
Del mismo modo, debemos prestar<br />
atención a lo que nos dice la Biblia en cuanto<br />
a las terribles consecuencias de rechazar al<br />
Salvador que Dios nos ha dado.<br />
La Biblia nos dice cómo podemos reconciliarnos<br />
con Dios, para que podamos pasar<br />
la eternidad con Él. Tenemos que entender y<br />
aceptar que…<br />
El pecado nos ha separado de Dios (Ro. 3:23;<br />
Col. 1:19-22). Por la desobediencia de Adán<br />
y Eva, todos nacemos con una naturaleza no<br />
inclinada al Señor, y Su justicia exige que paguemos<br />
por nuestro pecado.<br />
Dios envió a Su Hijo Jesucristo a pagar por<br />
nosotros (1 Co. 15:3). Sólo la muerte de uno<br />
que fuera perfecto, podía satisfacer la justicia<br />
del Padre. Jesús vivió una vida sin pecado, que<br />
lo calificó para ser nuestro sustituto. Él tomó<br />
voluntariamente nuestro lugar, y murió para<br />
pagar nuestro castigo. Dios aceptó Su muerte<br />
en lugar nuestro, y nos ha declarado justos ante<br />
Sus ojos (Ro. 3:22)<br />
La salvación es gratuita, y se recibe por la<br />
fe en Jesucristo (Ef. 2:8, 9). Nuestras buenas<br />
obras no podrán satisfacer la justicia divina,<br />
ni pagar nuestros pecados. La única manera<br />
para venir a Dios es por la fe en Jesús (Jn. 14:6).<br />
Cuando aceptamos a Jesucristo como nuestro<br />
Señor y Salvador, el cielo se convierte en nuestro<br />
destino eterno.<br />
Dios quiere que usted viva con Él para siempre.<br />
Por tanto, si todavía no ha asegurado su<br />
destino eterno, hágalo ahora mismo.<br />
leer | Génesis 25:27-34<br />
La Biblia confirma que la conocida expresión<br />
de que “uno cosecha lo que siembra”<br />
es cierta (Job 4:8, Pr. 11:18). Esaú aprendió<br />
esta verdad de una manera dolorosa. Estaba<br />
cazando y regresó con hambre; entonces le<br />
pidió a su hermano una taza del potaje que<br />
estaba cocinando. Jacob aprovechó la oportunidad:<br />
aceptó darle la comida a cambio<br />
del derecho de primogenitura de su hermano<br />
gemelo mayor.<br />
En los tiempos del Antiguo Testamento, el<br />
primer hijo disfrutaba de privilegios especiales:<br />
tenía autoridad sobre sus hermanos<br />
menores, una doble porción de la herencia y<br />
la honrosa posición de líder espiritual de su<br />
familia. Pero Esaú decidió que alimentarse<br />
era más necesario en ese momento, y vendió<br />
su primogenitura por una comida. Más tarde<br />
lo lamentó al darse cuenta de lo que había<br />
perdido, pero ya era demasiado tarde.<br />
Al igual que a Esaú, aunque Dios nos ofrece<br />
perdón por nuestras malas decisiones, las<br />
consecuencias permanecen. Por tanto, debemos<br />
aprender a tomar decisiones sabias.<br />
Debemos tomar muy en serio dos advertencias<br />
que hay en esta historia. La primera es<br />
que, para conocer nuestras mejores opciones,<br />
debemos esperar hasta tener estabilidad física,<br />
emocional y espiritual. Esaú dejó que el<br />
hambre le nublara el entendimiento.<br />
La segunda es que muchas veces es importante<br />
aplazar la satisfacción de lo que queremos.<br />
Aunque nuestros deseos humanos sean<br />
muy grandes a veces, debemos esperar con<br />
paciencia el momento del Señor.<br />
Piense en los anhelos que hay en su corazón,<br />
y pídale a Dios sabiduría y paciencia para tomar<br />
buenas decisiones en los momentos críticos.<br />
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28<br />
Martes<br />
Decisiones que<br />
agradan a Dios<br />
29<br />
Miércoles<br />
La bendición divina<br />
del quebrantamiento<br />
leer | Hebreos 12:15-17<br />
Cualquier mala acción, ya se trate de consumir<br />
drogas o de destruir a compañeros<br />
de trabajo para salir adelante, arriesga el futuro<br />
de una persona por tratar de obtener una<br />
satisfacción momentánea. Aun las decisiones<br />
menos importantes pueden impactar el resto<br />
de nuestras vidas. Por tanto, debemos estar<br />
prevenidos contra actitudes, que pueden llevarnos<br />
a sacrificar lo realmente valioso.<br />
Dejar que los deseos nos gobiernen — Todos<br />
tenemos necesidades innatas, como los<br />
deseos de comer, disfrutar y dormir. Aunque<br />
son naturales y Dios nos la ha dado, pueden<br />
convertirse en la fuerza motivadora de nuestra<br />
vida si uno se descuida. Los creyentes deben<br />
tener el fruto espiritual del dominio propio,<br />
para que gobierne esos deseos (Gá. 5:22).<br />
Cegarse a lo realmente valioso — Las<br />
prioridades del Señor son contrarias a lo que<br />
el mundo considera importante. Si no guardamos<br />
nuestro corazón (Pr. 4:23), podemos<br />
fácilmente ser atraídos por las cosas que carecen<br />
de valor eterno.<br />
No considerar las consecuencias— Eva<br />
no pensó en lo que podría pasar al final si<br />
comía la fruta prohibida, enfocándose sólo en<br />
la satisfacción inmediata (Gn. 3:1-19). Sansón<br />
tampoco pensó en las repercusiones que tendría<br />
su relación con Dalila, y lo pagó muy caro<br />
(Jue. 16:16-23). ¡Qué fácil es tomar decisiones<br />
imprudentes, porque los beneficios inmediatos<br />
parecen buenos! Pero el Señor quiere que<br />
nos detengamos, oremos y evaluemos los posibles<br />
resultados de nuestras acciones.<br />
¿Qué decisiones está usted enfrentando<br />
hoy? Piense en qué le motiva, y antes de<br />
tomar cualquier decisión, piense en sus consecuencias.<br />
leer | Éxodo 2:11-15<br />
El Señor tenía en mente un gran llamado<br />
para Moisés: liberar a más de dos millones<br />
de esclavos hebreos en Egipto. El futuro libertador<br />
parecía el más calificado para la tarea; siendo<br />
el hijo adoptado de Faraón, tenía todos los<br />
privilegios de la realeza, poder y educación.<br />
Pero Dios sabía que eso no era suficiente.<br />
Moisés tenía todavía un fuerte espíritu de<br />
independencia que sería un estorbo para que<br />
realizara la tarea con el poder divino. El Señor<br />
tenía que ponerle fin a esa tendencia antes de<br />
poder actuar a través de Su siervo escogido.<br />
La oportunidad surgió cuando Moisés mató<br />
a un egipcio que golpeaba a un esclavo hebreo<br />
(Éx. 2:11,12). Al darse cuenta de que hubo<br />
testigos de su crimen, él huyó al desierto para<br />
escapar de la ira de Faraón. Fue allí donde<br />
Moisés tuvo que rendirse.<br />
Al igual que Moisés, todos queremos hacer<br />
las cosas a nuestra manera en algún momento.<br />
Por tanto, Dios tiene que enseñarnos obediencia<br />
en todas las áreas de nuestra vida.<br />
Pocos recibirán una tarea tan grande como<br />
la de Moisés, pero el Padre celestial tiene un<br />
llamado para cada creyente. Si Su plan es que<br />
tengamos una familia piadosa, que ayudemos<br />
al prójimo o que nos dediquemos a una actividad<br />
con integridad y sensibilidad, Él quiere<br />
que lo hagamos en Su poder. Para poder hacerlo,<br />
el Señor usa a veces el quebrantamiento.<br />
No será lo que nosotros preferiríamos, pero<br />
Dios sabe que las dificultades son a veces necesarias<br />
para que nos despojemos de nuestra<br />
autosuficiencia.<br />
¿Quisiera usted alcanzar lo que el Señor tiene<br />
planeado para usted? Pídale con humildad<br />
que quebrante cualquier aspecto de su vida<br />
que lo esté impidiendo.<br />
36 |<br />
Octubre 2008 En Contacto
30<br />
Jueves<br />
La madurez<br />
espiritual<br />
31<br />
Viernes<br />
Jesús comprende<br />
leer | Isaías 48:10<br />
El modo de obrar del mundo es escoger a<br />
las personas más fuertes y más talentosas<br />
para hacer las cosas. Por el contrario, el Señor<br />
elige con frecuencia a las más débiles, las que<br />
no tienen nada que ofrecer, excepto su absoluta<br />
confianza en Él. Esta dependencia es lo que<br />
caracteriza a los maduros en la fe.<br />
Pero esta madurez no es automática. Nuestro<br />
Padre celestial recibe a las personas tal y<br />
como son, pero no permite, por amor, que Sus<br />
hijos se estanquen, sino que los ayuda a crecer<br />
más y más a la semejanza de Su Hijo (2 Co.<br />
3:18). Como seguidores de Cristo, debemos<br />
desprendernos de las actitudes, ideas y motivaciones<br />
de la vida pasada. El Espíritu Santo<br />
ilumina nuestro entendimiento y nos permite<br />
ver las cosas desde la perspectiva divina. Así,<br />
el Señor puede crear en nosotros dependencia<br />
en Él y sumisión a Su Espíritu. La transformación<br />
es usualmente gradual, pero Dios permitirá<br />
algunas veces que las dificultades y el<br />
dolor desarrollen nuestra confianza en Él.<br />
Pensemos en los modelos bíblicos de la fe.<br />
Sara y Abraham lucharon con el problema de<br />
la infertilidad durante muchos años antes de<br />
recibir al niño prometido (Gn. 21:1, 2). José<br />
fue vendido como esclavo y encarcelado injustamente<br />
antes de poder salvar a su nación<br />
del hambre (Gn. 45:5). Y en su nuevo papel<br />
como la madre de Jesús, María obedeció la<br />
inoportuna orden de Dios de salir huyendo<br />
de un lugar peligroso (Mt. 2:13, 22). Todas<br />
estas personas enfrentaron angustias y quebrantamiento,<br />
que les permitieron aceptar su<br />
insuficiencia y la suficiencia de Dios.<br />
¿Qué le está impidiendo a usted someterse<br />
al Señor? Su deseo es que crezca en madurez<br />
para que, en su debilidad, el poder sea de Él.<br />
leer | Hebreos 4:14, 15<br />
Las personas tratan, muchas veces, de consolar<br />
a otras que atraviesan situaciones<br />
difíciles en la vida. Pero, a veces, las expresiones<br />
de consuelo generan más dolor. Por<br />
ejemplo, las bienintencionadas palabras de:<br />
“le entiendo”, suenan vacías si quien las dice<br />
jamás ha experimentado en realidad la misma<br />
situación.<br />
Pero todos anhelamos ser comprendidos; y<br />
eso ayuda a conocer a personas que han pasado<br />
por circunstancias similares a las nuestras.<br />
El pasaje de hoy nos asegura que Jesús nos<br />
comprende de verdad, porque Él experimentó<br />
las mismas luchas que nosotros.<br />
El escritor de Hebreos se refiere a Jesús<br />
como nuestro sumo sacerdote. Cada año, el<br />
hombre que ocupaba ese cargo, entraba al<br />
lugar santísimo, y allí, en presencia de Dios,<br />
ofrecía un sacrificio por el pecado. El sumo<br />
sacerdote era el puente que tenía el pueblo<br />
hebreo para acercarse a Dios. Cristo no sólo<br />
tomó para sí este papel, sino que también se<br />
convirtió en el sacrificio cuando murió en la<br />
cruz. Él está ahora sentado a la diestra del<br />
Padre en el cielo e intercede por nosotros.<br />
Sabemos que Jesús comprende realmente<br />
nuestro dolor y nuestras debilidades, porque<br />
Él enfrentó las mismas tentaciones, necesidades<br />
y aflicciones que nosotros experimentamos.<br />
Por ejemplo, un padre o una madre<br />
que se han quedado solos y que han sufrido<br />
mucho dolor, pueden encontrar seguridad en<br />
que Cristo también supo lo que era la traición,<br />
el abandono y la depresión.<br />
Si usted se siente solo/a en las aflicciones<br />
que está sufriendo, recuerde las pruebas de Jesús,<br />
su sufrimiento y sus tentaciones, y hallará<br />
consuelo sabiendo que Él le entiende.<br />
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37
Todas nuestras ansiedades<br />
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sus circunstancias, sino levante confiadamente sus ojos<br />
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bendecirá con lo mejor de Él.<br />
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a ser quebrantados y aceptar las razones que el Señor<br />
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