Cansado de ser exhibido como un gobernante ... - Reporte Indigo

portada
N
ÍNDIGO STAFF
atividad González
Parás está agotado,
desesperado.
Y a pesar de que lo oculta
porque es un gran actor,
no puede dejar de pensar
que la inseguridad ya
instaló su residencia en
Nuevo León. Que la falta
de transparencia abunda
en sus cuentas públicas.
Y que los excesos de sus
hermanos incómodos lo
tienen contra la pared.
Lo que era su principal
habilidad, la operación
política, fue desplazada
por las ambiciones y la
soberbia de algunos de sus
colaboradores.
El camino más seguro para distraer la atención
es adelantar la sucesión.
Políticamente hablando, vive el síndrome
que padeció Vicente Fox a la mitad de
su sexenio. Las ilusiones de convertirse
en el mejor gobernante de la historia se
toparon con la inevitable realidad de su
incompetencia y de su alejamiento de la
realidad.
Lo que era su principal habilidad, la
operación política, fue desplazada por las
ambiciones y la soberbia de algunos de
sus colaboradores. Simplemente le arrebataron
la agenda y el destino, forzándolo
a desconocer sus pactos; obligándolo a
reconocer otros pactos.
Por eso hoy, tal como lo hizo el llamado
Presidente del Cambio, el gobernador
de Nuevo León comienza a maniobrar
para comprar tiempo. Para sacudirse las
voces que cada día, con más insistencia,
juzgan a su administración como la más
cuestionada de que se tenga memoria en
la entidad.
Y uno de los caminos más seguros
para distraer la atención es adelantar
su sucesión. Abrir con anticipación la
caja de Pandora de su relevo para que se
hable, ya no de sus caprichos y desaciertos,
sino de las esperanzas del que viene.
índigo • 14 de septiembre 2007
14 de septiembre 2007 • índigo